Taller #5

1002

Filosofía.

Valentina Chala

La religión es el opio del pueblo.

¿En qué situaciones concretas podríamos afirmar que la religión es el opio

del pueblo?

La situación que vivimos hoy en día es un claro ejemplo de la frase “la religión es el opio del
pueblo” no encontramos en una situación de incertidumbre, debido a que aún no se encuentra la
cura para el virus, y la cifra de contagiados y fallecidos por el virus va en aumento, la gente, al ver
la gravedad de la situación se ha refugiado en su fe, en busca de respuestas, pero más que todo en
busca de esperanza y consuelo, algunos lo relacionan con sucesos descritos en la biblia, al ser el
cristianismo la religión más popular es en la que más se ha visto presente la frase. También lo
relacionan con una especie de castigo divino, hacia los no creyentes en dios o por la falta de fe de
las personas en dios, un caso concreto fue cuando el ministro de salud de Israel Yaakov Litzman,
dijo que el virus era el castigo divino de los homosexuales, un mes después dio positivo a la prueba
del Covid 19, al parecer no siguió las pautas establecidas y continúo yendo a centros de oración,
también se ha escuchado bastante gente, saliendo a la calle sin tapabocas o guantes, diciendo que
nos les va a pasar nada porque Dios está con ellos.

El opio es una sustancia con efectos analgésicos, también te puede hacer dormir, por ende, soñar,
al decir que la religión es el opio del pueblo, quiere decir que la religión aleja de la realidad, la
religión te hace dormir y soñar, por lo tanto, no estas con los pies en el suelo, esta frase tiene más
interpretaciones, pero para este caso, lo voy a interpretar de esta manera. El oscurantismo en la
edad media es un ejemplo de esta célebre frase, el oscurantismo fue un periodo en el que la
iglesia adquirió mucho poder, se imposibilitaba cualquier tipo de cuestionamiento hacia dogmas
religiosos, se impedía la elaboración de teorías que contradijeran los hechos bíblicos, y demás, por
lo tanto, esto implicó un gran retroceso científico, la frase y esta época se relaciona en la forma
que la religión, prohibía cualquier tipo de contradicción ante su ideología, esto provocaba total
alejamiento hacia la realidad.