Está en la página 1de 15

¿Giro material ?

Luisa Albéniz
Tª objecte, espai, imatge
GAAD 3.1
Escola Massana, 2016/2017

1
Índice

Introducción (pág.3)

Texto 1. Estética de los objetos (pág.3)

1-Modelados de la experiencia (pág. 4)


2-Los objetos como medios (pág. 5)
3-La publicidad (pág.6)

Texto 2 “La materia contraataca”(pág. 7)

A-Qué es la materia (pág. 8)


B- Entes vivos. ¿Porqué puede ser que estemos vivos?

3-¿La estética de los objetos está expectante ante el contraataque de la


materia? (entrecruzamiento de textos.).¿Estamos ante un inminente “ giro
material”? (pág. 12)

Bibliografía (pá g. 15)

Webgrafía (pág. 15)

2
Introducción

Si la introducció n de este ensayo la hubiera redactado antes de escribirlo , diría así:


“Este ensayo surge a partir de la lectura de dos textos: uno de ellos “Estética de los
objetos”1 de L.Francalanci del añ o 2006 al cual llamaré Texto 1, y otro llamado “La
materia contraataca: una tentativa objectológica”del año 2016 2de J.Rowan,
C.Boserman y J.Rocha al que llamaré Texto 2. El formato en que se presenta este
texto consta de tres apartados. En el primero de ellos analizo y comento el
contenido del Texto 1, en el segundo el del Texto 2. Posteriormente propongo una
hibridació n de un texto con el otro, a través, bá sicamente de la formulació n de
preguntas”
Pero la “verdadera” introducció n de este ensayo, está escrita al final del proceso
ensayístico y por ello puedo decir, así, a modo de introducció n, que “Francalanci, J.
Bennet, los autores de la “Materia contraataca y Bruno Latour, parecen haber
estado discutiendo, durante días, a través de mi sistema cognitivo, produciendo
como consecuencia, un cambio en mi sistema de creencias. Por lo tanto, lo que se
muestra a lo largo de este ensayo, es el proceso por el cual esta citada interacció n
sucede. Esta transformació n a través de mi proceso de cognició n es lo que
considero el principal fruto de este ensayo. En otras palabras, el ensayo me ha
hecho a mí tanto como yo a él…”

Texto 1. Estética de los objetos (Ernesto L. Francalanci)

En “Estética de los objetos” hay cuatro frases del autor que me gustaría destacar
por considerarlas parte importante del esqueleto sobre el que se construyen sus
argumentaciones. Y así dice, Francalanci:

“De qué se ocupa la estética sino es de la realidad de lo que se nos ofrece a la


vista, de aquello que tenemos ante nosotros”3

“Y no ha sentenciado quizás ya de modo definitivo Leroi Gourhan en sus


estudio de antropología que la llamada apariencia no es nada más que la película de
los objetos, esa superficie que delimita, pero también y fundamentalmente, que sirve
de contacto entre la parte más profunda y cultural del objeto y su hábitat, es decir su
ambiente antropológico?”4

“Todo lo que aparece sensiblemente viene determinado por ritmos y funciones


que exhiben una forma; desde el momento en que consideramos este conjunto como
un todo formal, todo lo que le pertenece se nos presentará como parte de un sistema
de relaciones estéticas mediante un proceso de significación”5

1
Francalanci E. Estética de los objetos, Ed. La balsa de la Medusa, Madrid, 2006
2
Rowan J, Boserman C, Rocha J, La materia contraataca: una tentativa objetológica, 2015

4
Íbid, p. 21
5
Íbid, p. 21

3
“La estética alcanza, por tanto, a todo fenómeno e intersticio de realidad” 6

A modo de resumen, entiendo que este Texto 1 podría analizarse en base a dos
apartados diferentes: por un lado hay fragmentos en los que entiendo que el tema
central es el advenimiento de una “estética difusa” que coincide en ese paso “de la
ciudad a la metrópoli”7 y por otro lado, hay fragmentos cuyo tema principal
comprendo que está enfocado en la relació n del sujeto con el objeto, en cuanto a
que estos objetos son entes que forman parte de una realidad externa y con los que
este sujeto se relaciona.
Así pues, en este texto, el autor, explica có mo la disciplina estética ya no se ocupa
tan só lo de aquello que podemos ver, es decir, de la“prosopon o máscara” o la “de la
apariencia de las cosas” o forma de los objetos, pues esta forma de la que hablamos
ya no es tan só lo una parte inesencial del objetos en sí, tal como decía J.Baudrillard
en “El sistema de los objetos” sino que precisamente, esta forma se ha convertido en
un instrumento primordial a través de la cual, actú a la ló gica de la sociedad de
consumo. De esta manera, entiendo que se usan las formas de las cosas como
medios a través de los cuales, el sistema de producció n pretende obtener
beneficios econó micos, a la par (y aprovechando) que estas apariencias forman
parte de una red de similitudes. Entiendo leyendo el texto que esta red constituida
en parte por simbologías, entes culturales y antropoló gicos, está modulada por la
cultura técnica. Por lo tanto, y diciéndolo de una manera un tanto simplista, el
objeto de estudio de la estética se extiende má s allá de la apariencia (o de qué es o
no lo bello por ejemplo), y su foco de interés se filtra yendo má s allá de lo formal e
incluyendo el estudio de toda la trama de aspectos políticos, sociales, econó micos
de un colectivo determinado. Por otro lado, en el apartado titulado “La silla que
siente” el autor nos señ ala có mo los objetos son realidades externas a nosotros a
través de los cuales nos podemos relacionar.

1-Modelados de la experiencia

“El todo es menos verdadero que la suma de sus partes. El encubrimiento realista de
los modelos tiene como finalidad el modelado de la experiencia” 8.

Esta frase es de G. Anders en su escrito “La obsolencia del hombre”, y la entiendo


como una crítica por parte del autor a esa imagen del mundo que llega al
espectador a través de los medios, en cuanto éstos medios son constructores de
imaginarios colectivos. Una de las consecuencias, segú n explica el propio Anders,
de esta visió n fragmentada del mundo, es la aparició n de modelos apriorísticos de
experiencia, los cuales, suponen un condicionamiento sobre el sujeto, tanto en sus
maneras de sentir, como de entender y comportarse en el mundo.
Tal como se dice en el Texto 1: “Si cada producto está hoy enraizado en el ambiente
humano a causa de razones externas capaces incluso de ignorar al sujeto, a ese
sujeto, privado de responsabilidad cultural de la cosa, estrechando con ella una

6
Íbid p.21
7
Francalanci E. Estética de los objetos, Ed. La balsa de la Medusa, Madrid, 2006, p.18
8
Anders G. La obsolencia del hombre (Vol.1), Ed. Pre-textos, Valencia, 2011, p. 164

4
alianza más sensual que racional, corporal más que espiritual, emotiva más que
lógica”9.
Cuando este modelaje ademá s llegar a ser anhelado por el sujeto, aparece en éste
lo que Anders denomina “La sed de mercancía”10, de ahí la afirmació n del mismo
autor “Aprende a necesitar lo que se te ofrece” 11. Para que este aprendizaje de
necesidades sea posible, es necesaria, ademá s, una tarea paralela de
estandarizació n y de producció n , no só lo de esas necesidades-deseo sino también
de los productos ofrecidos. De alguna manera, entiendo que el autor cuestiona
cuá nto de libre hay en nuestras actividades de la vida cotidiana, actividades que al
fin, acaban siendo definidas a través de nuestras costumbres de consumo. De esta
manera “la necesidad va pisándole los talones al consumo” 12
Y sin embargo y tal como deja entender, esta impronta que los objetos dejan en
nosotros, puede ser tan sutil que apenas percibamos có mo esos objetos nos dejan
inmersos en una matriz, que ya no es que nos condicione el vivir, es que se trata de
una matriz que el mismo sujeto puede llegar a percibir como deseada. Y esta
insaciabilidad que se genera a través de la matriz anhelada genera un combustible
inagotable para seguir consumiendo. En el texto Francalanci, entiendo que ya
señ ala este atrapamiento del sujeto en círculos de consumo cuando señ ala: “La
atracción estética de los productos es tan potente, tan universal, que hace que el
individuo anhele poder disfrutarlos al menos en pequeñas porciones: son las cosas
por tanto, las que contienen al inquilino dentro de su órbita estética perdiendo su
significado inicial decorativo”13

2-Los objetos como medios.


Una de las consecuencias es que los objetos se han transformado en medios para
conseguir otras metas y así lo explica Anders “ No son medios, sino resoluciones
previas: decisiones, que ya han tomado sobre nosotros antes de que nos pongamos en
marcha (..) cada aparato particular es a su vez sólo una pieza del aparato, sólo un
tornillo (..) un trozo que en parte satisface las necesidades de otros aparatos y en
parte, con su propia existencia, impone a su vez, la necesidad de otros aparatos” 14
( cuando leo esto la autopoiesis resuena en mi)
Visto así, parece que nuestra existencia, tiene como meta, la producció n y el
consumo ilimitado de mercancías. En este punto coincide con lo señ alado por
Anders, el soció logo Serge Latouche en cuyo libro “Hecho para tirar” dice“(…)
Nuestra sociedad se ha organizado alrededor de una voluntad de consumo ilimitada.
El crecimiento se convierte así en el objetivo primordial, incluso único, de la
economía y de la vida”15.

9
Francalanci E. Estética de los objetos, Ed. La balsa de la Medusa, Madrid, 2006, p.94

10
Anders G. La obsolencia del hombre (Vol.1), Ed. Pre-textos, Valencia, 2011, p. 171

11
Íbid pá g. 171
12
Íbid pá g. 171
13
Íbid pá g. 94
14
Íbid pá g. 20
15
Latouche S. Hecho para tirar. La irracionalidad de la obsolescencia programada, Ed. Octaedro,
Barcelona, 2014, pá g. 13

5
De esta manera, el mantenimiento de nuestra sociedad de consumo requiere de la
creació n constante de una demanda creciente de objetos que sean consumidos,
habiendo para ello, varios mecanismos disponibles, de entre los cuales, destaco,
por un lado, este ya citado “aprender a necesitar lo se ofrece” y por otro, aquél que
se encarga de aumentar la obsolencia de los objetos susceptibles de ser
consumidos.

3-la publicidad
Estos citados mecanismos generadores de nuevas demanda de novedosos
productos son estimulados, en gran parte, por el engranaje publicitario. La
publicidad no es que se encarguen solo de motivar a consumir aquello que ya está
producido, sino que incluso llega a determinar lo que se va a producir en un futuro,
tal como dice L.Francanci “Mas concretamente, lo que se pretende es analizar la
lógica actual del marketing que precede a la idea, a la concepción del producto: la
venta del mismo en un mercado ferozmente competitivo y de alcance universal
condiciona las formas de las cosas, forma que se convierte en instrumento de una
mera lógica del beneficio”16. De esta manera, la forma, la apariencia del artefacto
(aquello que Baudrillard en clasificaba como in-esencial), se convierte en un
motor del sistema de producció n, en cuanto ente que determina a priori qué es lo
que se va a consumir, a la vez que pertenece a un universo simbó lico dentro de un
contexto social determinado.
Cuando la publicidad provoca un envejecimiento precipitado de la apariencia de
los objetos, por medio del restyling o revestimiento, se genera una insatisfacció n
con la que se puede tener que lidiar y a la vez una necesidad o deseo de aquello
nuevo que el mercado muestra. Entiendo ademá s, que la introducció n de nuevas
formas y apariencias está en contacto con la dimensió n simbó lica y antropoló gica
del objeto en nuestras sociedades, provocando un feed back objeto-cultura,
cultura-objeto. Así comprendo a Fernando Martín Juez cuando en “ De lo bello de
las cosas” señ ala que “Siempre tenemos presente un objeto, muchos objetos;
tangibles o imaginados, ellos son parte del escenario real y mental. (..). Nos vincula
(el objeto) a los acuerdos, y confirma la percepción que tenemos del mundo, las
conductas y estados de ánimo propios de las comunidades a las que pertenecemos” 17.
A ese citado fenó meno de hacer caduca la apariencia de los artefactos, Latouche la
denomina “obsolencia psicológica o simbólica”. Tal como dice el autor, la palabra
“obsolencia” aparece en el contexto de la aparició n de una industria tecnoló gica en
el cambio del siglo XX, en la que los aparatos electrodomésticos substituyen a las
antiguas chimeneas, tratá ndose por tanto, de una desclasificació n tecnoló gica del
objeto por la presió n ejercida a través de la mejoras tecnoló gicas. La obsolencia
programada, en cambio, es un invento norteamericano, segú n Latouche, que se
difundió al resto del mundo al ritmo de la expansió n del American way of life y
todavía má s aú n, en el contexto globalizador. Sin embargo, a un nivel má s
profundo, la programació n de una muerte acelerada de los productos responde a
una necesidad de la sociedad de consumo. De hecho la sociedad de consumo
requiere de la obsolencia programada, de la publicidad y del crédito para poder
seguir consumiendo. Así pues, la ló gica de la técnica y la ló gica econó mica entran

16
Íbid pá g. 19
17
Calvera A. De lo bello de las cosas, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2007, pá g. 52

6
en conflicto, ya que la sociedad de consumo requiere de la muerte de los productos
para generar nuevas demandas constantes de los mismos.

No obstante, la emergencia de nuevas tecnologías no só lo dejó obsoleta


técnicamente a estufas y demá s artilugios, sino que estas nuevas “ (..) formas de la
hipermodenidad condicionan un recambio acelerado de formas de experiencias
humanas”18. Esta sensació n de zozobra ante la técnica y sus ritmos, se hizo explícita
en la mentalidad colectiva, a raíz de la amenaza que supuso la explosió n de la
bomba ató mica para la supervivencia de la humanidad. La toma de conciencia de
esa “supuesta” inferioridad de la naturaleza humana frente a la técnica es lo que
Anders llama “la vergüenza prometeica” que es la vergü enza que siente el hombre
en su imperfecció n ante “las cosas” y que hace que el sujeto se sienta como
arrinconado entre dos poderes, que se disputan su ser-yo: por una parte el poder
del “ello natural”, por otra, oprimido por la del “ello-aparato” artificial (burocrá tico
y técnico). El hombre parece desear la supuesta perfecció n tecnoló gica ante que su
supuesta imperfecció n orgá nica.

De esta manera entiendo, que la sociedad de consumo, convierte la forma en motor


de la producció n, arrastrando consigo toda la carga simbó lica que esa forma
conlleva, y que influye a través del modelaje de la experiencia humana, no tan só lo
pudiendo instarnos a consumir, sino incluso a sentirnos atrapados, e incluso
avergonzados ante “el poder de las cosas”

Texto 2 “La materia contraataca” (de J.Rowan, C.Boserman y J.Rocha)

Entiendo que el texto 2 habla en definitiva de una novedosa propuesta de diá logo,
simbió tico, entre dos entes: ente humano vs ente no humano. Y las frases por las
cuales lo entiendo así las señ alo aquí explícitamente:

“Queremos cuestionar el diseño entendido como una forma de dominación de los


objetos.”19

“ Por esta razón nos interesa interrogarnos en las siguientes páginas por un diseño
en el que el sujeto se encuentre descentrado. Un diseño en el que la convivencia entre
humanos y no-humanos no esté organizada en base a una estructura jerárquica sino
siguiendo ensamblajes más complejos y ciertamente, no lineales” 20

“Hasta ahora el materialismo se ha fijado en las necesidades materiales de los


humanos, dejando de lado a los no-humanos, estableciendo una jerarquía de
necesidades muy desigual”21

18
es lo que tiene ser un despiste y correr, que no recuerdas de qué libro salió la cita, Anders? (lo
siento)
19
Rowan J, Boserman C, Rocha J, La materia contraataca: una tentativa objetológica, 2015, pá g. 81

20
íbid pá g. 83
21
Íbid pá g.83

7
Sin embargo, mi frase favorita en todo el Texto 2 y que por ello se convierte para
mí en “La frase clave”, es ésta en la que citan a J.Bennett 22 “Es un reto concebir los
materiales como elementos vivos y auto-organizados, en lugar de pensarlos como
elementos pasivos o mecánico que pueden ponerse bajo las órdenes de algo-no
material, como puede ser la mente”(Benett 2010:10).

Esta afirmació n de J. Bennett en “Vibrant Matter” me incomoda, por seductora, por


imprecisa y por provocativa. Y por lo tanto, me entusiasma. La entiendo incó moda
porque me fuerza a pensar ¿qué significa concebir o tratar a los materiales como
elementos vivos? .
Por otro lado, la siento seductora porque invita a imaginar, elucubrar acerca de
una trama matérica que se presiente ubicua, autó noma, “que hace cosas”..¿qué
“cosas” hacen las cosas? ¿qué sabemos de la materia? ¿desde qué punto de vista?.

Pero, lo que má s me inquieta de todo, es esa situació n que crean los autores del
Texto 2, en la cual, parece que dejan de forma imprecisa una informació n bomba
pero sin aportar má s informació n. Ah, y me olvidaba ¿entiendo que J. Bennett dice
que la mente es un algo-no material? (¡!)
Ya se sobreentiende que los objetos no está n vivos, en cuanto seres vivos que
respiran, hablan o sueñ an de forma literal, (toda una reflexió n previa me ha llevado hasta
aquí, pero no creo que haga falta hacerla má s explícita que esto) pero para elaborar mi
discurso, me resulta inevitable precisar, acotar, establecer, qué entiendo por
materia y qué entiendo por elemento vivo para saber, después, có mo es posible,
siquiera imaginar, el hecho de establecer un diá logo simbió tico entre ambos.
Por lo tanto de ahora en adelante, me acerco a la noció n de materia por un lado, a
la de materia viva por otro (me siento entre absurda y desbordada diciendo esto) y
posteriormente, planteo có mo podría ser un diá logo simétrico entre ambas partes
desde una posició n neo-materialista. ¿Se trata en el fondo, este ensayo de un
ejercicio de empatía radical?

A-¿Qué es la materia?

El texto 2, tal como explican los autores, está escrito desde el posicionamiento del
neo-materialismo, en el cual, se aceptan premisas previas del materialismo, pero al
mismo tiempo, se introduce un nuevo concepto, que desplaza al sujeto como
centro del vínculo formado por el tá ndem materia-humano. El objetivo de este
desplazamiento es el de establecer relaciones má s simbió ticas entre todos los
factores de esta relació n.
Por otro lado, he tomado prestada a lo largo de todo el texto la definició n de
“objeto”, de Graham Harman, presente el Texto 2 y que explica como “el término
que se usará en su sentido mas amplio para designar cualquier cosa que tenga una
realidad unitaria”23
En este apartado, me ha sido de gran ayuda el libro de Mario Bunge “Materialismo
y ciencia” en el que el autor ya desde el principio, advierte de que su
posicionamiento parte de la disciplina del materialismo ontoló gico, es decir, su
22
Rowan J, Boserman C, Rocha J, La materia contraataca: una tentativa
objetológica, 2015
23
Íbid, pá g. 85

8
discurso surge de la doctrina segú n la cual, el mundo está compuesto
exclusivamente de objetos materiales, aunque no por ello, necesariamente físicos.
Mi posició n de partida parte de este materialismo al que Mario Bunge hace
referencia “como campo de investigació n”, como herramienta para aproximarme al
concepto de materia.
Y así, pues, empiezo destacando, y tal como señ ala Bunge, que el cambio que
supuso el nacimiento de la física cuá ntica, en la explicació n de “lo que es la
materia” desde el punto de vista materialista, significó que ésta pasó a estudiarse
en base a sus partículas constituyentes y los campos que las mantiene unidas, los
cuales está n en constante movimiento. Ello implica dos características importantes
desde el punto de vista de este materialismo ontoló gico: dinamismo y pluralidad.

¿A qué se refieren los materialistas con que la materia posee dinamismo?


Tal como dice Bunge “Podemos pues caracterizar un objeto material como un objeto
que puede estar al menos en dos estados, de modo que puede saltar de uno a otro” 24.
Esta propiedad diná mica de la cual habla Bunge se puede intuir cuando pensamos
en el movimiento incluso imperceptible, de los á tomos, las moléculas, cristales,
fluidos, células, organismo multicelulares o incluso de los sistemas sociales.

¿A qué nos referimos con que la materia es plural?


Con la “connotació n de plural”, segú n el autor, nos referimos a que la materia es
poseedora de propiedades mú ltiples. Tal como dice el autor :“Los objetos exhiben
algunas propiedades con las que los humanos se pueden relacionar, pero esto no
agota a los propios objetos” “Las propiedades son poseídas por los objetos, (es decir
no hay propiedades en si) (..) Para toda propiedad P hay por lo menos un objeto x tal
que x posee P (P=propiedad). Y cada objeto puede poseer varias propiedades” 25.

La idea aquí expresada recuerda a la concepció n Aristotélica de la materia segú n la


cual, las formas, lejos de ser previas a la materia y de introducirse en ésta desde
fuera, son engendradas por la materia misma. En particular el alma es una forma
derivada del cuerpo, no existe por sí misma y no es separable del cuerpo.
De la misma manera, el autor hace hincapié, en que la materia es el conjunto de
todos los entes materiales , y señ ala que ésta (la materia) es un conjunto y no un
ente: es la colecció n de todos los entes presentes, pasados, y futuros.
Es importante hacer explícito en este ensayo el hecho de que la materia es
cambiante (diná mica) y plural en sus propiedades, en cuanto a que me permiten
llegar al concepto de sistemas emergentes cuya importancia es notable para los
planteamientos posteriores.

¿Qué es un sistema emergente?


Para abordar la pregunta, hay que fijarse en un dato importante que se desprende
de la lectura de Bunge, que es el siguiente: la materia puede organizarse en forma
de sistemas. Así, entiendo tras la lectura de Materialismo y ciencia, que un sistema
puede describirse como un objeto complejo, formado por diferentes componentes ,
los cuales, está n acoplados como una totalidad. Cuando un sistema posee la
propiedad P; la cual no está presente de forma individual en ninguna de sus partes
24
Bunge M, Materialismo y ciencia, Ed. Laetoli, Pamplona 2013, pá g. 35

25
Íbid pá g. 32

9
que lo componen, se dice que éste es un sistema emergente. P es emergente del
sistema y no resultante del sistema. De esta manera, los componentes de una
célula, por ejemplo, no está n vivos: la vida es emergente (no resultante),
relativamente a los componentes de las células. O lo mismo sucede al considerar el
pensamiento o la ideació n, que son funciones emergentes de un sistema nervioso
multicelular que ninguna célula nerviosa de forma individual puede realizar.

De esta manera, cuando en el texto 2, se expone la citació n de Bennett, “ La curiosa


habilidad de los objetos inanimados para vivificar, actuar, producir efectos
dramáticos o sutiles” (Bennett, 2016:6). Entiendo que la autora cuando habla de
esta capacidad de “vivificar, actuar de los objetos”, lo que hace es referirse a esta
capacidad emergente de la materia y la cual, ademá s es independiente de nosotros
como “sujetos.
Entiendo que hasta aquí, me he aproximado a caracterizar a uno de los
participantes del citado dialogo a través de las herramientas que me ha brindado el
materialismo: el ente no-vivo (¡!).
Pero ¿có mo me acerco al ente-vivo?. Y así lo primero que me planteo es ¿Porqué
puede ser que estemos vivos y seamos conscientes de ello?

B- Entes vivos. ¿Porqué puede ser que estemos vivos?


¿Qué propiedades pues debe poseer un sistema para poder ser considerado
verdaderamente vivo? ¿podemos establecer una clara distinción entre sistema vivo y
no vivo? ¿cuál es la conexión precisa entre auto-organización y vida? 26

Tal como dice el autor, Fritjof Capra en su obra “La trama de la vida. Una nueva
perspectiva de los sistemas vivos”, éstas preguntas que aquí constan al inicio del
pá rrafo, eran las cuestiones que el neurocientífico Humberto Maturana se
planteaba en los añ os 70 y que abordó desde un punto de vista sistémico, es decir,
no centrá ndose en las propiedades de los componentes del sistema sino en los
procesos y relaciones entre sus componentes. Maturana a este patró n general de
organizació n comú n de todos los sistemas vivos lo denominó autopoiesis. La
autopoiesis se explica como una red de procesos de producció n, en las que la
funció n de cada componente es participar en la producció n o transformació n de
otros componentes de la red, de este modo la red se hace a sí misma
continuamente. De acuerdo con Maturana, el concepto de autopoiesis es necesario
y suficiente para caracterizar la organizació n de los organismos vivos.

Pero para Capra, a diferencia de Maturana este patró n autopoiético es necesario


pero no suficiente para explicar una teoría de los sistemas vivos. De hecho, para
Capra existen tres criterios claves para explicar la organizació n de cualquier
sistema, vivo o no que son: el patró n de organizació n, la estructura y el proceso.

El patró n de organizació n de cualquier sistema vivo es la configuració n de las


relaciones entre sus componentes, el cual determina las características del sistema,
es decir, deben existir ciertas relaciones para que algo sea reconocible como una
26
Capra F, La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Ed. Anagrama, Barcelona
2002, pá g. 112

10
silla, o un á rbol, por ejemplo. En los sistemas vivos, la autopoiesis segú n Capra éste
patró n es el organizativo.
La estructura de un sistema es la corporizació n física de su patró n de
organizació n , e implica por tanto la caracterizació n de sus formas, composiciones
químicas ,etc.
Este citado patró n y estructura se vinculan a través de lo que el autor, Capra, llama
proceso, que en el caso de los seres vivos, afirma que es el proceso vital. El proceso
vital es la actividad que se ocupa de la continua corporizació n del patró n de
organizació n del sistema.
Este proceso vital, en el caso de los seres vivos, se identifica como el proceso
cognitivo, idea defendida previamente por el también investigador en ciencia
G.Bateson. El proceso vital pues, corresponde a un proceso cognitivo.
Bateson, tal como señ ala Capra, partía de una base intuitiva a partir de la cual, el
fenó meno de la mente iba vinculado al fenó meno de la vida, de forma similar a
como lo había defendido Maturana. Así pues, Bateson identifica cognició n con
proceso de vivir y señ ala que la existencia de cerebro no es imprescindible (¡!) para
que exista la mente. Esto es así, gracias a la amplia idea (y menos discriminativa
que la idea de “pensamiento”) que tiene este autor de lo que llamamos “cognició n”
la cual incluye procesos como la percepció n, la emoció n y la acció n. En humanos,
ademá s, este proceso cognitivo incluye el lenguaje, el pensamiento conceptual, y
todos los demá s atributos de la conciencia humana. De esta manera, la mente no es
ya una cosa sino un proceso: el proceso de cognició n, que se identifica con el
proceso de la vida. Entendiéndolo así, el cerebro es una de las estructuras má s a
través de la cual, el proceso puede operar. La relació n entre mente y cerebro es
pues una relació n entre proceso y estructura. De esta manera, y tal como afirma
Capra una bacteria por ejemplo, puede tener cognició n, pues tiene capacidad de
percibir a la vez que reacciona ante determinados estímulos.
E inevitablemente aparecen en mi, las preguntas: ¿puede un objeto tecnoló gico ser
autopoiético? ¿puede llegar a ser cognoscente?.

Me parece claro que cada vez, la tecnología añ ade mas circuitos de emergencia y
dispositivos a sus aparatos con el fin de evitar los fallos informá ticos que puedan
acontecer, pero, ¿es ésta una forma de auto-regeneració n? o ¿ es éste un acto
autopoiético?, debo decir, en base a lo comentado hasta ahora, que no, pues desde
el momento en que el sistema informá tico requiere de un agente externo para
poder iniciar el proceso de reparació n , éste ya no es un fenó meno autó nomo, no
hay pues, autopoiesis. Sin embargo la importancia de este argumento, para mí, no
es tanto el saber que el objeto no es autopoiético (ya lo sospechá bamos, pero “había que
pensarlo”) ,sino que la gracia se encuentra a mi parecer , en el hecho de que ese
mensaje que aparece en la pantalla instá ndome a analizar el sistema, ( y que a mi
me suena a “autocuidado” del sistema), me lleva a imaginar (intuir?) que tal vez,
sea éste, un paso previo (y muy lejano) hacia una verdadera y futura autopoiesis
tecnoló gica
Me doy cuenta ademá s, de que el sistema operativo de mi ordenador, por ejemplo,
tampoco es cognoscente, pues todo feed back entre el aparato y yo misma, es
iniciado por un humano en ú ltima instancia, pero ¿podría llegar éste a ser un acto
pre-cognescente?, es decir, ¿podría ser ésta una etapa embrionaria de futuras actos
cognoscentes no-humanos?.

11
Entiendo que es a través de este diá logo entre el objeto tecnoló gico (en este citado
ejemplo) y nosotros, una manera en que ambos podemos iniciar procesos
cognitivos compartidos o incluso de auto-regeneració n. La diferencia es que
nosotros, podemos iniciarlos de forma autó noma y “ellos”, no o aú n no.

3-¿La estética de los objetos está expectante ante el contraataque de la


materia? (entrecruzamiento de textos.).¿Estamos ante un inminente “ giro
material”?

O expresado de otra manera ¿Có mo podríamos interaccionar de una forma má s


simbió tica humanos vs no-humanos?¿có mo nos explicamos esta nueva forma de
diá logo? ¿qué nuevos discursos estéticos aparecerá n?

Acabo de darme cuenta, ante mi sorpresa, de que al hacer este ensayo, o mejor
dicho, de que el hecho de “pelearme con este ensayo”, ha supuesto un cambio
matérico en mi: he pasado de un estado A, a un estado B, soy diná mica pues.

Y esto es así, porque de no haber sido secuestrada por el Texto 2, lugar en el cual
aú n permanezco, hubiera finalizado el ensayo diciendo algo como: “nuestra
relació n entre entes-vivos y no-vivos podría acercarse a la descripció n que ya
Baudrillard señ alaba en 1968 ”Es esta perturbación y cómo la racionalidad de los
objetos choca con la irracionalidad de las necesidades, y cómo esta contradicción
hace surgir un sistema de significados que se proponen resolverla, lo que nos interesa
aquí, y no los modelos tecnológicos sobre cuya verdad fundamental, sin embargo se
destaca continuamente la realidad vivida del objeto” 27. Es decir, entendiendo que los
objetos presentan propiedades, características que entran en fricció n con nuestras
voluntades, y por tanto, éstos, “parecen que reaccionan”, la cual cosa nosotros, la
interpretamos como que los objetos, “objetan”. É ste sería el estado A.

Pero, tras hacer este ensayo, esta reflexió n ha ido má s allá , (no es que niegue la
anterior) y he pasado al estado B en el cual me planteo ¿Es posible que exista en
algú n momento algú n tipo de hibridació n tal entre estructuras, patrones
organizativos y procesos (vitales o no) de diferentes sistemas que ésta provoque
un desplazamiento en la frontera entre lo que determina qué es un sistema vivo y
otro que no lo es? A lo que me refiero, es a una mezcla matérica entre los
componentes de sistemas emergentes y sistemas vivos. Una simbiosis como la que
sucede, por ejemplo, entre un alga y un hongo y de la cual emerge un liquen. ¿Qué
sucedería si al diseñ ar un proyecto mezclamos por ejemplo, la estructura de un
sistema A con el patró n organizativo de un sistema B y el de un proceso vital C? ¿es
posible? A, B; C pueden ser materias físicas, orgá nicas, sociales, culturales..
¿qué pasaría si eso sucediera?¿emergería qué? ¿nuevas especies? ¿objetos-sujetos-
colectivos?
¿No seria ésta la forma de diseñ ar que proponen los autores del texto 2 cuando
dicen “ Metodológicamente no se trata aquí de poner en el centro de todo al objeto, si
no que dejándolo hablar pondremos atención a la trama de relaciones que lo piensa,
diseña, construye y da vida usándolo. Aquí la objetualidad se muestra en un espacio

27
Baudrillard J. El sistema de los objetos, Ed. Siglo XXI editores, México, 1968, pá g. 6

12
donde lo humano y lo humano se ensamblan de tal manera, que resulta complicado
definir los límites entre ambos”28?

Mi referente teó rico en este nuevo estado emergente en que me encuentro ahora,
(post-ensayo), ya no es Baudrillard, sino que es Bruno Latour quien dice, que
siempre que hablamos de materia, lo que en realidad estamos considerando es un
cú mulo de entrecruzamientos previos entre elementos naturales y sociales. La
materia, señ ala Latour, habita muchas capas y así pues, la que está en la dimensió n
de la ecología política, difiere de la de la tecnología o redes de poder. Materia es
pues entrecruzamiento de entes. El autor explica como un objeto, y pone como
ejemplo en este libro, la banda rugosa de una carretera “no está compuesta por
materia; está repleta de ingenieros, de rectores y de legisladores, combinando sus
pretensiones y argumentos con la gravilla, el cemento, la pintura y los cálculos de
rigor. La mediación, la traducción en técnica que intento comprender, reside en ese
punto ciego en el que la materia y la sociedad intercambian sus propiedades. (…)
Estoy intentando denodadamente aproximarme a la zona en la que algunas, aunque
no todas, características del asfalto se convierten en policía, mientras otras, aunque
no todas, características del policía se convierten en banda rugosa” 29

Dice Latour “La dicotomía sujeto-objeto ha perdido su capacidad para definir


nuestra humanidad, pues ya no nos permite encontrar sentido alguno a un
importante objetivo “inhumano” ¿qué es la inhumanidad ?”30(lo dejaremos para otro
ensayo, si no hay inconveniente)

Segú n lo dicho por Latour, estos textos que aquí se presentan no son tan só lo letras
organizadas de una determinada manera construyendo frases, sino que estos
textos son relaciones, interacciones entre tinta, pensamientos, argumentos, papel,
costumbres, libros, horas de clase, Serge Latouche, la obsolencia del hombre
entran en diá logo con Bennet y la Vibrant Matter, (infinitos e innumerables
entrecruzamientos)

La pregunta que me sobreviene ahora es si la estética se hizo difusa, tal como


explica Francalanci, con el paso hacia la postmodernidad, qué sucederá con ella
ahora si se consolida este neo-materialismo emergente. ¿Pasará de ser difusa a ser
qué? ¿Líquida?..

Si de alguna manera, aceptamos una relació n entre objetos y humanos má s


simétrica, armó nica y sincró nica, entonces, me pregunto ¿qué nuevas formas de
experiencia se desprende de este nuevo vínculo?

Má s concretamente ¿cabe la posibilidad de que nuestros biorritmos y los ritmos


tecnoló gicos se sincronicen? es decir, ¿es posible una deceleració n del compá s
extenuante de algunas de las actuales formas de experiencia? O má s bien, es
probable, que utilicemos las propiedades de la materia (y caer, entonces e

28
Íbid 93
29
Latour B. La esperanza de Pandora, Ed. Gedisa, Barcelona, 2001, pá g. 227

30
Latour B. La esperanza de Pandora, Ed. Gedisa, Barcelona, 2001, pá g. 349

13
irremediablemente de nuevo en el antropocentrismo) para adecuar, acelerar,
acortar nuestros ritmos circadianos y así adaptarnos a los ritmos tecnoló gicos
trepidantes? ¿seria esto otro tipo de modelaje, de bio-modelaje?

Fruto de esta simbiosis objeto-humano, ¿aparecerían nuevas propiedades


emergentes que serían, a su vez y simultá neamente antídotos contra las
“obsolencias” técnico-humanas ¿Entraría pues en obsolencia la llamada “vergü enza
prometeica”? ¿Conseguiremos ya no só lo alargar sino sortear nuestra caducidad
como humanos-tecno-socio-culturales (¿qué má s matices podríamos añ adir?)
gracias a la simbiosis entre materias y bio-materias? ¿có mo digeriría esta situació n
nuestra sociedad de consumo? ¿qué nuevas necesidades tendremos que aprender
a desear? ¿Có mo cambiará la “matriz deseada” a raíz de estos nuevos diseñ os neo-
materialistas?
Inmersos en una relació n simétrica entre objetos y sujetos ¿dó nde se colocará n los
medios y dó nde los fines? ¿Seremos nosotros los medios? Decía Anders, que los
objetos se han convertido en medios para conseguir otras metas. ¿Será el propio
diá logo con la materia una meta a conseguir?. ¿La observació n de este diá logo
generará nuevas formas de experiencia?¿en que % me hizo este ensayo a mi y yo a
él?

¿Será diseñ ar, vivir desde la perspectiva neo-materialista la instauració n definitiva


de un nuevo giro ¿el giro material?
(Siento inmensamente no ser má s sintética, gracias por la paciencia)

Bibliografía

 Francalanci E. Estética de los objetos, Ed. La balsa de la Medusa, Madrid,


2006
 Rowan J, Boserman C, Rocha J, La materia contraataca: una tentativa
objetológica, 2015
 Latour B. La esperanza de Pandora, Ed. Gedisa, Barcelona, 2001
 Anders G. La obsolencia del hombre (Vol.1), Ed. Pre-textos, Valencia, 2011
 Calvera A. De lo bello de las cosas, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2007
 Latouche S. Hecho para tirar. La irracionalidad de la obsolescencia
programada, Ed. Octaedro, Barcelona, 2014
 Capra F, La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Ed.
Anagrama, Barcelona 2002
 Bunge M, Materialismo y ciencia, Ed. Laetoli, Pamplona 2013
 Schrö dinger E, Mente y materia, Ed. Tusquets, Barcelona, 2016

Webgrafía

14
http://neomaterialismo.wixsite.com/neomaterialismo

15

También podría gustarte