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INTRODUCION

El sistema agroalimentario comprende las actividades ligadas a la producción agraria, la


transformación agroindustrial, la distribución alimentaria y el consumo de alimentos. Es
un conjunto de actividades que tiene una gran importancia en todos los países, tanto los
altamente desarrollados como los que están en vías de desarrollo.

La principal diferencia estriba en que en los países menos desarrollados las etapas
primarias de la producción agraria acaparan una mayor atención, mientras que en las
economías desarrolladas son las etapas de transformación y distribución las que reciben
un mayor énfasis.

El tratamiento de los consumidores también sufre una variada consideración. Así, en los
países desarrollados los consumidores gozan de todo tipo de alimentos por lo que la
variedad, dentro de unos parámetros de calidad, es crucial así como la regularidad de la
calidad. La distribución está considerada como el eslabón del sistema agroalimentario
que tiene más fortalezas, tanto por su próximo contacto con los consumidores como por
la enorme concentración de empresas que existe y la internacionalización de sus
actuaciones.

La agroindustria recibe los mensajes que le dicta la distribución, que a su vez recoge lo
que los consumidores demandan, y los transmite a los productores de materias primas.
Es un eslabón de gran importancia en la producción de alimentos pero también para los
productores de materias primas agrarias.

Los mercados desarrollados, entre los que se encuentran todos los países de la Unión
Europea, demandan productos alimentarios con un alto grado de transformación. Buen
reflejo de esta tendencia es el creciente comercio internacional de productos
alimentarios transformados, cuyo volumen supera al de las materias primas. Además, la
tasa de crecimiento del comercio internacional de productos transformados es también
superior a la correspondiente del de materias primas.
Cómo afecta la agricultura a la calidad del agua

El auge de la productividad agrícola mundial que siguió a la Segunda Guerra Mundial


se logró en gran parte a través del uso intensivo de insumos, como plaguicidas y
fertilizantes químicos.

Sagardoy (FAO, 1993a) resume así las distintas medidas de acción que deberán
adoptarse en la agricultura en lo que respecta a la calidad del agua:

 establecimiento y operación de sistemas eficaces en función de los costos que


permitan supervisar la calidad del agua destinada a usos agrícolas.

 prevención de los efectos negativos de las actividades agrícolas sobre la calidad


del agua utilizada en otras actividades sociales y económicas y sobre las tierras
húmedas, entre otros medios, mediante el aprovechamiento óptimo de los
insumos agrícolas y la reducción, en la medida de los posible, del uso de
insumos externos en actividades agrícolas.

 eliminación adecuada de las aguas residuales procedentes de asentamientos


humanos y del abono producido por una ganadería intensiva.

 reducción de los efectos negativos de los productos químicos agrícolas mediante


la utilización de sistemas de manejo integrado de plagas.
 educación de las comunidades en lo relativo a los efectos contaminantes del uso
del fertilizantes y productos químicos sobre la calidad del agua y la higiene de
los alimentos.

La calidad del agua, un problema mundial


La agricultura, en cuanto mayor usuario del agua dulce a escala mundial y principal
factor de degradación de los recursos hídricos superficiales y subterráneos como
consecuencia de la erosión y de la escorrentía química, justifica la preocupación
existente por sus repercusiones mundiales en la calidad del agua a escala mundial. Otra
actividad afín, el sector de la elaboración agroalimentaria, es también una fuente
significativa de contaminación orgánica en la mayor parte de los países.

 Cinco millones de defunciones anuales como consecuencia de enfermedades


transmitidas por el agua.

 Disfunción del ecosistema y pérdida de biodiversidad.

 Contaminación de los ecosistemas marinos debido a actividades realizadas en


tierra.

 Contaminación de los recursos de aguas subterráneas.

 Contaminación mundial por contaminantes orgánicos persistentes.


Impactos de la agricultura en el recurso hídrico

Uno de los problemas globales y prioritarios es el acceso a los alimentos. La necesidad


de producir cantidad suficiente de alimentos ha repercutido, de manera diferente, en las
prácticas agrícolas de todo el mundo.

En algunos países esta necesidad se ha traducido en expansión hacia tierras marginales


y están asociadas a una agricultura de subsidencia. En cambio, las medidas tomadas por
otros países, ante  la necesidad de producción de alimentos han sido la expansión de
riego y aumento de uso de fertilizantes y pesticidas para obtener y mantener altos
rendimientos.

Uso de fertilizantes y estiércol

El estiércol se utiliza como fertilizante. La contaminación por fertilizantes se produce


cuando se utiliza en mayor cantidad de la que los cultivos absorben, o cuando son
eliminados por acción del agua o del viento de la superficie del suelo antes de que sean
absorbidos. Estudios demuestran, en algunos países, casi la mitad del nitrógeno aplicado
se pierde por volatilización y de un 5-10 % por infiltración.
Produce eutrofización del medio causando que el agua consiga olor y sabor, conducen a
un excesivo crecimiento de algas generando ambientes anóxicos suprimiendo otras
algas o especies acuáticas.

En el caso de estiércol, el agua superficial resulta altamente contaminada por patógenos,


metales, fósforo y nitrógeno.

Uno de los principales contaminantes es el nitrato derivado de los compuestos


nitrogenados utilizados como fertilizantes.

Aplicación de plaguicidas

Los plaguicidas, una vez aplicados, sufren procesos de degradación y transformación,


total o parcial, que conducen a la formación de nuevos productos que puede ser, incluso,
más móviles, persistentes y peligrosos que los compuestos iniciales.

Además de los plaguicidas, se utilizan herbicidas e insecticidas. Estos productos se


están aplicando de manera intensiva en muchos países. Provoca la contaminación tanto
del recurso hídrico como a la biota, debido a la presencia de productos cancerígenos y
otros venenos.

Regadío

El retorno de agua de regadío conduce a una salinización, además de vertido de


productos antes mencionados como fertilizantes y pesticidas, supone una amenaza para
el sistema ecológico. Se pueden presentar elementos elevados de oligoelementos como
selenio, provoca graves daños ecológicos y efectos en la salud humana. El agua
subterránea se enriquece con sales y nutrientes (especialmente nitrato).

Cabe destacar el papel tan importante que juega el suelo en estos episodios de
contaminación, el vertido de los diferentes residuos procedentes de la agricultura son
dirigidos directamente a agua superficial. En cambio, para que un vertido alcance la
zona saturada es necesario que atraviese el suelo y la zona no saturada. En esta fase de
infiltración, las sustancias pueden sufrir procesos que hacen disminuir la concentración
que alcanza en agua subterránea.

Por qué afecta negativamente la agricultura a los recursos hídricos


Sin duda, las actividades humanas perturban gravemente la salud de los recursos
hídricos que nos brinda la naturaleza. Las principales acciones perjudiciales son las
siguientes:

La sobreexplotación

La agricultura repercute directamente sobre el déficit hídrico, ya que la necesidad de


producir alimentos en grandes
cantidades es cada vez mayor, como
consecuencia del crecimiento de la
población mundial. Para hacer frente a
esta realidad, los cultivadores expanden
las políticas de riego e incrementan el
uso de fertilizantes y pesticidas, con el
objetivo de mantener altos rendimientos
en las explotaciones agrícolas.

La contaminación

La agricultura también es la principal causa de degradación de los recursos hídricos,


porque causa un fuerte impacto en el medioambiente. ¿Y cómo se contaminan las aguas
superficiales y subterráneas? Como consecuencia del excesivo uso de fertilizantes y la
aplicación de pesticidas o plaguicidas, herbicidas e insecticidas, dañando de gravedad a
todo el ecosistema. Las actividades agrícolas también impulsan la erosión, que
finalmente llega a los ríos y lagos, reduciendo su capacidad para almacenar agua. Por
último, el retorno del agua de regadío origina una preocupante salinización de los
recursos hídricos que, junto con el vertido de los productos químicos anteriormente
mencionados, perjudica significativamente el equilibrio medioambiental.

El cambio climático
En las zonas que ya padecen de sequía, el cambio climático parece acrecentar las
presiones existentes sobre los recursos hídricos. Prueba de ello la encontramos en la
drástica disminución del volumen de los glaciares terrestres y de montaña, que ha tenido
lugar en las últimas décadas. A su vez, la situación se agrava cuando entran en acción
los fenómenos meteorológicos (inundaciones y tormentas) derivados del cambio
climático, cuya frecuencia e intensidad están aumentando a un ritmo vertiginoso.

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