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El Critón

El Critón es una obra demasiado peculiar y es debido a la perspectiva que nos


plantea sobre las leyes y la forma en como su sentido de justicia se juntan para
realizar un concepto de la política algo sorprendentemente aplicable en nuestras
vidas, y es a través del juicio interno crítico que cada persona puede y debe llegar a
hacer.
En nuestra vida cotidiana hay que señalar algo muy importante y es que todos
deberíamos tener el pensamiento socrático para no solo defender nuestros principios
morales, sino también para aplicar aquellos que sabemos que conforme a la ley son
justos, es muy fácil en la actualidad pretender ser justos conforme a nuestra
conveniencia y es demasiado injusto morir solo a nuestra ley sin obedecer o
sujetarse a la normas vigentes, puedo ejemplificarlo por medio de esta obra debido a
que Sócrates, a pesar de que fue tentado a dejar sus principios por miedo, opto por
ser demasiado aplomado y es a razón de que prefirió morir por defender su causa
antes de escaparse, porque escaparse sería darle razones a la justicia de que lo
defendido era totalmente absurdo. Como sociedad, nuestros líderes cada vez más
dejan a un lado las convicciones sociales, solo para satisfacer sus propios deseos
egoístas, aunque, hay que reconocer que no muchas veces la culpa recae sobre ellos,
sino también sobre nosotros, porque decidimos vender nuestros principios como si
fuese sencillamente una hoja de papel, y es aquí donde nos encontramos con ese
problema tan grave que siempre confronta a nuestro país.
Desde mi punto de vista, el país requiere de una introspección demasiado ardua para
darse cuenta que nosotros mismos somos el modelo perfecto para justificar las
acciones de nuestros mandatarios, por otro lado, la ley o el sentido de justicia no
nació solo para aquellos que tienen poder o para los que aspiran a ello, sino para
todos, el compromiso es social, puesto que solo así, podremos cambiar las cosas, lo
que ven nuestros líderes es sencillamente una sociedad que se deja manipular muy
fácil, que es conformista, que no es participativa y que sobre todas las cosas,
reconocen que a nosotros nos venden por cualquier migaja de pan, Sócrates de
alguna u otra forma calculaba el costo, y observó que no era para nada válido ni
aceptar que estaba equivocado, ni tampoco el hecho de escapar para tener un mejor
final, sino que abrazó la verdad como algo a que aferrarse, y tomo la justicia como la
forma más simple de decir “renuncio a mi vida, pero no a la verdad, puesto que lo
que discuto tiene fundamento y aunque la mayoría no esté de acuerdo, no quiere
decir que no hay verdad en mis palabras”.
Con referencia a nuestra actualidad, nosotros como personas debemos decidir en
que lugar debemos estar, aunque no sea justificante el hecho de que hayan muchos
líderes sociales muriendo constantemente, es una forma triste de mostrar que la
verdad está siendo masacrada constantemente y es porque los altos puestos
contemplan la idea de que la honestidad y la justicia amenaza de forma gigante a los
actuales regímenes en los que nuestro país participa, no puedo decir que la muerte
de esos líderes sería en vano, si todos como ciudadanos prefiriéramos morir por
llevar la ley en su máximo esplendor y no dejarla detrás de la cortina, las personas
que han optado por matar a estas personas, son nada más y nada menos personas que
están podridas, huyen de la ley y que se justifican con sus absurdas parcialidades.
Sin embargo, no todo está perdido porque seguimos teniendo el poder en nuestras
manos como ciudadanos, pero ¿qué haremos? ¿seguir quejándonos sin hacer nada o
morir defendiendo nuestros derechos? Lo cierto es que se nos ha olvidado tener
sentido de patriotismo, no estamos 100% dispuestos a morir por ayudar al prójimo,
sino todo lo contrario, dejarlo desangrado hasta que expire.
El Critón considero que es una obra que a pesar de ser corta, mientras más se lea
más nos da una razón lógica para cambiar no solo nuestra forma de pensar, sino
también la ley misma, enseñándonos que solo podremos vivir con bases que
fundemos entre todos y no unos pocos.

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