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María Camila García Cuevas 

Estados, Guerra y Poder Político


El escritor Carlos Patiño por medio de este relato literario escrito en el año 2013, hace un
recorrido en el tiempo mostrando aquellas guerras que quedaron marcadas en la historia de
la humanidad desde inicios de los años 1600 con la guerra de los treinta años, hasta las
ultimas guerras que se han presentado en el siglo XXI.
En la introducción de esta obra, patiño nos narra una forma muy entretenida los sucesos de
la guerra de independencia española y todo el conflicto bélico en este evento, tambien
introduce muchos otros elementos fundamentales en la historia de la humanidad como fue
los órdenes internacionales, los cambios en 1991 con la disolución de las URSS, la
postguerra fría y por ultimo el ingreso y la aparición de las grandes potencias como Rusia,
China y Estados Unidos. También comunica que el futuro del siglo XXI está conectado y
relacionado gracias a todas estas guerras que se relatan en este libro.
El autor realiza una pequeña reflexión donde comenta que la guerra es una trágica acción
violenta, que acaba y destruye a miles de personas y sociedades, permitiéndose informar
que el relato que conocemos es muy distinto al contado por personas directamente
involucrados en los mencionados acontecimientos como combatientes y civiles. Recalca
que durante el siglo XX dichas guerras llegaron a un nivel muy cruel de barbarie,
aniquilación, destrucción y maltrato, la aparición de armas mortales y de destrucción
masiva que hacen presencia especialmente en la Primera Guerra Mundial, llegada de los
campos de la concentración en la Segunda Guerra Mundial y la limpieza étnica debido a las
armas nucleares. 
Este libro cuenta la historia de la humanidad, como era, la historia de los seres humanos
dirimiendo sus diferencias en campos de batalla. Hasta hace unas décadas en los conflictos
y guerras dejaban una gran multitud de soldados y civiles muertos. Aunque es importante
recalcar que el fin de la Segunda Guerra Mundial redujo en gran manera estos
enfrentamientos, desde entonces las batallas de esa magnitud han sido menos numerosas,
pero como había dicho anteriormente, era la forma y la tónica que en la gran mayoría de
continentes, se podría afirmar que todos, configuraba el orden político global, llevándose la
vide de millones de personas durante siglos.
Existieron batallas que no contaron con la misma cantidad de muertos y sangre derramada,
cabe aclarar que ni siquiera las guerras más importantes fueron las tres más terribles desde
el punto de vista humanitario. Existieron guerras al margen de importancia histórica,
causaron más víctimas por su carácter sanguinario y brutal.
Las guerras mundiales de la primera mitad del siglo XX hicieron acto de presencia y
comenzaron a colocar enfrentamiento tras enfrentamiento en el ránking de los más
tremendos. Precisamente por ello hemos dividido las batallas en tres categorías: Primera y
Segunda Guerra Mundial, otras batallas del siglo XX y combates previos al periodo más
sangriento de siempre.
Para iniciar hablaremos de la Primera y Segunda Guerra Mundial, el punto álgido: entre
1914 y 1945 se desarrollaron las batallas más cruentas y devastadoras que el ser humano ha
contemplado jamás. Las guerras mundiales no sólo fueron determinantes y excepcionales
por su capacidad para reconfigurar el escenario ideológico, político, económico y social del
mundo entero, sino también por su carácter industrioso y por la mecanización de la guerra y
de la muerte. Nunca antes de 1914 los campos de batalla se habían convertido en mataderos
tan aterradores y desesperanzados.  Las víctimas totales en las grandes batallas de la
historia por continente

 África: 140,188
 América: 765,441
 Asia: 13,101,581
 Europa: 23,441,720
 Oceanía: 52,029

Por otro lado tenemos la batalla de Verdún (1916)


Un siglo después, Verdún continúa representando el espíritu de resistencia de Francia,
acosada e invadida por las tropas alemanas, durante la Primera Guerra Mundial. Más de
750.000 soldados fueron heridos o muertos a lo largo de 300 días en la lucha por una
ciudad y sus fortificaciones, Verdún, que Falkenhayn aspiraba a convertir en un fracaso tal
para Francia que le obligara a negociar una paz por separado. El colapso jamás se dio, pero
el coste en vidas humanas para ambos ejércitos, impotentes ante la artillería rival, fue
altísimo.
Ganó Francia, una victoria parcial pero aún no decisiva que cercenaría los planes alemanes.
Fue un icono: el sistema de rotación de Petáin obligó a la práctica totalidad de las tropas
francesas a pasar por Verdún en algún momento, lo que convirtió a la ciudad en el auténtico
bastión de Francia. Para Alemania, fue uno de los destacados momentos en los que estuvo a
punto de ganar la guerra y, fatídicamente, no lo consiguió.
Otra gran guerra fue La batalla de Stalingrado (1942-1943) El mito por antonomasia de la
Gran Guerra Patriótica. Contrariado por su revés en Moscú y la incapacidad de su ejército
de tomar Leningrado, Hitler ordenó a sus tropas avanzar hacia el sur, con éxito. Von
Manstein llegó a tomar Jarkov y la parte oriental de Ucrania, además de descender hacia los
campos de petróleo del Cáucaso en Georgia. Pero en su camino, Hitler se topó con
Stalingrado, actual Volvogrado, y la convirtió en la lucha simbólica frente al dictador
comunista que había dado nombre a la urbe.
El resultado fue la peor y más trágica batalla urbana que se recuerda. El Sexto Ejército
alemán, apoyado por la caballería y por otros ejércitos rumanos, italianos y húngaros, trató
durante meses y sin éxito, aislados y bajo el frío del invierno ruso, de reducir la bolsa de
Stalingrado. Las tropas soviéticas, fuertemente motivadas y sin posibilidad de mirar hacia
atrás, por más que sus condiciones fueran inferiores a nivel material, no cedieron en ningún
momento. Forzaron la destrucción de todas las tropas alemanas y, a partir de 1943,
recuperaron por primera vez la iniciativa en el frente. Sería el principio del fin nazi.
La batalla de Berlín (1945)
La consigna entre los aliados era clara: no se repetiría el error de la Primera Guerra
Mundial, cuando la derrota alemana se saldó con su territorio soberano virgen de presencia
militar rival. Tras Stalingrado, Sicilia y Normandía, el objetivo de los soviéticos, los
británicos y los estadounidenses era llegar a Berlín. Costara lo que costara. Fueron primero
los soviéticos quienes cercaron la capital alemana, símbolo del nazismo, futura Germania, y
quienes se enfrentaron a la radical, feroz y desesperada resistencia de Hitler.
Fue corta, pero terrible: se calcularon más de un millón de bajas entre los meses de abril y
mayo de 1945. Berlín sería reducida a cenizas entre bombardeos de artillería y aéreos, la
población aterrorizada por el Ejército Rojo, la cúpula nazi capturada (Hitler se suicidaría en
su búnker) y Alemania y la propia ciudad dividida en cuatro mitades, configurando el
posterior escenario de Guerra Fría y de división ideológica en el continente.

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