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SALA DE CASACIÓN CIVIL

 
Exp. 2010-000606
 

Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ

         En el juicio de quiebra , intentada ante el Juzgado Primero de Primera


Instancia en lo Civil, Mercanti l y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, por la sociedad de comercio que se disti ngue
con la denominación mercanti l  FABRICATO TEXTILES FABRITEXCA
C.A. representada judicialmente por el abogado en ejercicio de su profesión
Eduardo Díaz-Santos González, contra la también sociedad de comercio
denominada  INDUSTRIAS BF C.A., sin representación judicial acreditadas en
autos; el Juzgado Superior Sexto en lo Civil, Mercanti l y del Tránsito de la
misma Circunscripción Judicial, conociendo en alzada, dictó sentencia en
fecha 6 de agosto de 2010 mediante la cual declaró sin lugar el recurso
procesal de apelación interpuesto por la accionante y rati fi có la decisión
del  a quo, que había declarado inadmisible demanda. No condenó al pago de
las costas procesales.

         Contra la precitada sentencia, la demandante  anunció recurso de


casación, el cual fue admiti do y formalizado, sin impugnación.

Concluida la sustanciación,  la Sala pasa a dictar su máxima


decisión procesal  bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter
la suscribe , lo cual hace previas las consideraciones siguientes:
DENUNCIAS POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

Con apoyo en el ordinal  1°) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil, el recurrente delata la violación de los artículos 15,
206, 209 y 341  eiusdem, y artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, por cuanto, según alega, el juzgador de alzada
le violó su derecho de defensa y el debido proceso, al declarar in limini
litis la inadmisibilidad de la demanda.

Argumenta el recurrente:
“…La Sentencia dictada en fecha 6 de Agosto del 2010 por el
Tribunal Superior Sexto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del área Metropolitana de Caracas a cargo
de la Juez Temporal Indira Paría Bruní, Expediente N° CB-10-
1072, incurrió en un vicio de quebramiento de forma por defecto
de actividad en menoscabo del Derecho de la Defensa de mi
representada de conformidad con el Ordinal 1° del Artículo 313
del Código de Procedimiento Civil, al confirmar el criterio de a-
quo y declarar inadmisible la demanda de quiebra, con fundamento
a que: “al no desprenderse de los documentos cursantes en autos
ningún hecho que lleve a la convicción de esta Sentenciadora de
la imposibilidad del deudor para asumir sus compromisos…
debe… declarar sin lugar el recurso de apelación”. Tal
motivación constituye una infracción flagrante del Artículo 15 del
Código de Procedimiento Civil, al menoscabar el Derecho de
Defensa de mi representada impidiéndole el acceso a la
administración de justicia, y una violación de la Garantía del
Derecho a la Tutela Judicial Efectiva consagrados en el Artículo 2,
26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela…”.
(…Omissis…)
“…En efecto, en conformidad con el Artículo 932 del Código de
Comercio, el cual también infringe por errónea interpretación, “los
acreedores que pidan la declaratoria de quiebra lo harán
mediante demanda en que EXPLIQUEN  todos los hecho y
circunstancias de la cesación de pago”, por manera que, ninguna
prueba de la cesación de pago como pretende el Juzgador se
requiere para admitir la demanda de quiebra interpuesta por los
acreedores, bastase que “explique” los hechos que considera
constituyen esa cesación de pagos, pues corresponderá a la
Compañía demandada en la oportunidad legal contemplada en el
Ordinal 4° del Artículo 933 del Código de Comercio, alegar que
no está en cesación de pago y en consecuencia decidir el Tribunal
en la oportunidad preceptuada en el Artículo 935 ejusdem, por lo
cual, al confirmar la ilegal inadmisión dictaminada por el a-QUO,
La Sentencia recurrida  infringió también por falta de aplicación
los artículos 206 y 208 del Código de Procedimiento Civil, al no
reparar la nulidad del auto apelado que declara inadmisible la
demanda de quiebra dictado por el a-quo, violentando el Artículo
341 del Código de Procedimiento Civil, también por falta de
aplicación y que dispone: “Artículo 341: Presentada la demanda el
Tribunal la admitirá sino es contraria al orden público, a las buenas
costumbres o a alguna disposición expresa de la Ley… En caso
contrario negará su admisión expresando los motivos de la
negativa…”, en virtud de que la demanda en los términos
interpuestos no es contraria al orden público, a las buenas
costumbres ni a alguna disposición expresada de Ley, resultando a
todas luces infundada la admisión, ya que en dicho libelo constan
los hechos explicativos de la cesación de pago, que además
constan en documentos fidedignos e indubitables, pero sobre los
cuales tanto el a-quo como ad-quem (Sic), en violación de la
Garantía al Derecho de Defensa y al Proceso Debido de mi
representada consagrado en el Artículo 549 numerales 1 y 3 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que
también resulto infringido, no aprecian y hacen un
pronunciamiento in limini litis que corresponde al fondo de la
controversia, como el que “no está el deudor imposibilitado de
cumplir sus compromisos y que no está en cesación de pago” en
infracción de los Artículos 933 y 935 del Código de Comercio..”.
(…Omissis…)
“… lo cual hace necesaria la declaratoria por esta digna
Superioridad de la nulidad del fallo recurrido y la renovación del
acto írrito al estado de que se dicte nueva Sentencia, ordenando se
admita la demanda de quiebra, por no haber reparado el ad-quem
(Sic), en violación de los Artículos 206 y 208 del Código de
Procedimiento Civil, las precitadas infracciones legales e
inconstitucionales en que incurrió el a-quo, haber incurrido en
ellas por haberlas ratificado y que se delatan ante esta digna
Superioridad, solicitando que se restablezca el debido proceso en
obsequio de la TUTELA JUDICIAL EFECTIVA por haberse
violentado tanto las precitadas normas constituciones y legales
como las formalidades procesales, especialmente la contenida en el
Artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, la cual es de
Orden Público, “pues en su observancia tiene un manifiesto
interés el Orden Público”,  conforme a jurisprudencia reiterada,
pues la demanda instaurada, no está en ninguno de los supuestos
legales en ella contenidos para no admitirla, normas cuya
aplicación se invoca y se denuncian infringidos por la Sentencia
impugnada ante esta Superioridad, y cuyo quebramiento
menoscaba el Derecho de Defensa de mi representada y la Tutela
Judicial efectiva por impedirle acceder a la Justicia y que obliga a
casa el fallo, hasta de oficio, conforme a dictamen vinculante de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia N°  708 de
fecha 10 de Mayo del 2001, conforme a la cual: “la decisión de un
Tribunal de última instancia mediante la cual declare inadmisible
una acción se base en un criterio erróneo del Juzgador concretaría
una infracción a la tutela judicial efectiva”, jurisprudencia cuya
aplicación se invoca de conformidad con el Artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en
concordancia con los Artículos 932 del Código de comercio y 15 y
341 del Código de Procedimiento Civil, dispositivos
constitucionales y legales violentados en la Sentencia de marras”.
(Mayúsculas y cursiva del texto transcrito).
 

La fundamentación presentada no es ejemplo de claridad y


precisión; sin embargo, de élla puede la Sala entender como centro de lo
delatado, la violación del derecho de defensa y la garantía de la tutela
judicial efectiva, al haber el juez de primera instancia limitado el acceso
de la demanda a su trámite de sustanciación, al declararla inadmisible  in
limine litis  sin que existan presentes los supuesto previstos en el artículo
341 del Código de Procedimiento Civil. Y el juez de alzada, hoy
recurrido, al no evidenciar tal subversión y corregir la situación
ordenando que se admitiera y se tramitara la demanda; por el contrario,
señala el formalizante, ratificó la decisión apelada, declarando
también,  in limine litis , la inadmisibilidad de la misma.

De la lectura de las actas que conforman el expediente ante la Sala,


se puede constatar que el 23 de septiembre de 2010, la Unidad de
Recepción y Distribución de Documentos de los Juzgados de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, recibe libelo
de demanda de quiebra, presentado por la sociedad de comercio
FABRICATO TEXTILES FABRITEXCA C.A..

El 3 de marzo de igual año, el Juzgado de Cognición, en la


oportunidad de pronunciarse sobre la admisión de la demanda, resuelve:
“Ante tales alegatos este Juzgado a los fines de pronunciarse sobre
la inadmisibilidad de la presente demanda observa:
Fundamenta la demanda la representación judicial de la accionante
en los artículos 931 y 932 del Código de Comercio, los cuales
prevén:
(…Omissis…)
De las normas transcritas se evidencia que efectivamente le es
dable a los acreedores la interposición de la demanda de Quiebre
(Artículo 931 del Código de Comerico), pero para ello no deberán
limitarse únicamente a señalar su intención de entablar una
demanda de quiebra sino deberán explicar los hechos y
circunstancias que constituyen prueba de la cesación de pago; es
decir, que resulta indispensable que el deudor cese en el pago a fin
de que surja como consecuencia de ello el procedimiento de
quiebra. De allí que el legislador establecería en el artículo 914 del
Código de Comercio como una de las condiciones de fondo
esenciales para la declaración de la quiebra, que el comerciante
cese en el pago de sus obligaciones. Así se decide.
En tal sentido cabe acotar que la cesación de pago consiste en
la “Situación constitutiva del estado de quiebra, derivado del
hecho de que el deudor no pueda hacer frente a sus obligaciones.
La cesación de pagos no está  constituida ni por un hecho ni por
algunos, sino que es un estado patrimonial de impotencia de
cumplir las obligaciones contraídas.” (Enciclopedia Jurídica
Opus).
Del referido concepto se deduce entonces que todo pago no
efectuado no involucra necesariamente la cesación de pagos. Para
que haya cesación de pagos la deuda no pagada debe cumplir
ciertas condiciones cualitativas y cuantitativas.
Las condiciones cualitativas  se traducen en que la deuda no
pagada indispensablemente sea cierta, liquida, exigible y
mercantil, resultando necesario la convergencia de cada una de
estas características para que se materialice la cesación de pagos.
La deuda es cierta cuando haya no excepciones que oponer ni
observaciones que formular a los créditos que se
reclaman; iquida  cuando su monto y modalidades de pago han
sido prefijados y sobre los cuales ya no se discute;
y, exigible cuando su cumplimiento no se subordine al
vencimiento de un plazo o término pendiente.
En cuanto a las condiciones cuantitativas se refiere al número de
pagos rehusados, resultando necesario e indispensable que la
negativa de pago indique la imposibilidad en que está el deudor de
hacer frente a sus compromisos. Así se decide.
En el caso de marras la representación judicial de la parte
accionante sustenta la demanda de quiebra en el no cumplimiento
por parte de la compañía INDUSTRIAS BF. C.A., de la sentencia
dictada por el Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de estas Circunscripción Judicial en el
juicio que por Cobro de Bolívares intentara en contra de ésta, la
demandante FABRICADO TEXTILES FABRITEXCA C.A., así
como la imposibilidad de materializar el embargo ejecutivo
decretado en el juicio incoado, lo cual, a su decir, constituye una
inminente cesación de pagos.
Sin embargo, este Juzgado con base en las argumentaciones antes
expuestas considera que la parte accionante no ha probado la
cesación de pagos, ya que la sola afirmación de infructuosidad de
un embargo no conlleva per se a constituir cesación de pagos, y los
recaudos que acompañan al libelo en nada permiten a este Juzgado
inferir que efectivamente la cesación de pago alegado se ha
materializado.
En virtud de los antes expuesto, y por cuanto quien suscribe
considera que no ha sido probado en modo alguno que la falta de
pago que alega la parte accionante represente una cesación de
pagos, requisito necesario para la procedencia de la demanda de
quiebra, resulta forzoso para este Juzgado declarar inadmisible la
demanda. Así se decide.

Apelada la decisión transcrita, el Juzgado Superior Sexto en lo


Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, dicta la sentencia hoy recurrida, en la que
expresa:
 
“De la normativa antes citada se desprende que los acreedores se
encuentran facultados para interponer la demanda de quiebra, para
lo cual deberá demostrar no sólo la calidad de comerciante del
deudor sino concurrentemente el estado de cesación de pagos lo
cual no se limita a probar que tiene un crédito contra el deudor,
sino en una sana lógica jurídica en demostrar actos que denoten la
imposibilidad de pagar sus obligaciones mercantiles, y es por ello
que de conformidad con el artículo 932 del Código de Comercio
antes citado el demandante deberá explicar en su libelo los hecho y
circunstancias constitutivas de la cesación de pagos que son
considerados a su vez elementos fundamentales para la
procedencia de la declaración que la quiebra de conformidad con
el artículo 914 ejusdem.
Así las cosas considera pertinente quien aquí suscribe realizar las
siguientes consideraciones:
En el caso de autos, la parte demandante sustenta su pretensión en
que la parte demandada no ha cumplidos con el mandamiento de la
sentencia dictada por el Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo
civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas en el juicio que por Cobro de
Bolívares (Vía Intimación) propusiera la Sociedad Mercantil
FABRICATO TEXTILES FABRITEXCA C.A.,  contra la
Sociedad Mercantil INDUSTRIAS BF. C.A.; así como en la
imposibilidad de materializar el embargo ejecutivo decretado en el
referido juicio, lo que a su criterio constituye la cesación de pagos
requerida para la procedencia de la acción incoada,
En este orden de ideas aprecia ésta jurisdicente  que tal y como fue
declarado por la recurrida la sola afirmación de infructuosidad de
un embargo no conlleva por sí solo a constituir una cesación de
pago, toda vez que tal hecho no se constituye en una demostración
fehaciente de la imposibilidad en que está el deudor para asumir
sus compromisos; de tal manera que no desprenderse de los
documentos cursantes en autos ningún hecho que lleve a la
convicción de ésta sentenciadora de la imposibilidad del deudor de
asumir sus compromisos, debe forzosamente quien aquí suscribe
declarar como efectivamente se hará en la parte dispositiva de la
presente decisión sin lugar el recurso de apelación ejercido por la
representación judicial de la parte demandante, confirmando en
consecuencia la decisión recurrida, y así se decide.  (Mayúsculas
del texto transcrito).
 

Para decidir, la Sala observa:

La sustanciación de los procedimientos en materia mercantil,


respetando las normas especiales contenidas en el Código de Comercio,
debe hacerse conforme a las reglas del Código de Procedimiento Civil,
tal como lo prevé el artículo 1.109 eiusdem, que se cita:
“El Tribunal de Primera Instancia sustanciará las causas y
ejecutará las sentencias de conformidad con las reglas del
Código de Procedimiento Civil y las especiales de este
Código.”
 

Por ello, las demandas de quiebra, deben cumplir con los requisitos
previstos en el artículo 932 del Código de Comercio y en el artículo 340
de la Ley Adjetiva Civil. Asimismo, su admisión deberá respetar las
reglas previstas en el Código de Procedimiento Civil, y que se expresan
en el artículo 341  eiusdem:
“Presentada la demanda, el Tribunal  la admitirá si no es
contraria al orden público, a las buenas costumbres o a
alguna disposición expresa de la Ley . En caso contrario,
negará su admisión expresando los motivos de la negativa.
Del auto del Tribunal que niegue la admisión de la
demanda, se oirá apelación inmediatamente, en ambos
efectos. (Resaltado de la Sala).

Bajo las premisas legales citadas, el juez que conozca de una


demanda por quiebra, a los fines de resolver con la admisión o no de la
misma, debe regirse por el citado artículo 341,  no estándole dado
determinar causal o motivación distinta al orden establecido para
negar la admisión  in limine de la demanda, quedando legalmente
autorizado para ello, siempre y cuando,  dicha declaratoria se funde en
que la pretensión sea contraria al orden público, a las buenas
costumbres o alguna disposición expresa de la Ley . Fuera de éstos
supuestos, en principio,  el juez no puede negarse a admitir la
demanda.

En un caso donde la recurrida había declarado  in limine litis  la


inadmisibilidad de una demanda de invalidación, la Sala, en decisión Nº
RC.00854, del 12 de agosto de 2004, expediente 2003-000592,
estableció:
“…De la trascripción ut supra se evidencia, que el
juzgador  ad quem declaró inadmisible la demanda de
invalidación, con fundamento en que la citación alcanzó el
fin el cual estaba destinado, ya que en el juicio principal
donde se generó la sentencia de fecha 27 de enero de
2003, la cual se pretende invalidar, los demandados
contestaron la demanda, promovieron y evacuaron
pruebas, presentaron informes y, ejercieron el recurso
ordinario de apelación contra la sentencia dictada en fecha
18 de octubre de 2000, por el juzgado a quo, profiriendo
así el juzgador un fallo que atenta contra el derecho de
defensa de la parte demandante en invalidación le impide
ejercer la defensa de sus pretensiones y sin lugar a dudas
que se forme el contradictorio y debate probatorio.
Ahora bien, la Sala en sentencia N° 4 de fecha 15 de
noviembre de 2003, Exp. N° 99-003, en el juicio de
Carmen Cecilia López Lugo contra Miguel Angel Capriles
Ayala y Otros, estableció:
‘...Eso significa que las prohibiciones, sanciones o
nulidades sólo deben declararse cuando lo
preestablece texto legal expreso, o surge
evidentemente de la propia naturaleza de la norma
positiva; lo cual no ocurre en el presente caso,
regulado por el artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil, que contempla las prohibiciones
en su especificad para inadmitir la demanda, cuando
es contraria al orden público, a las buenas costumbres
o a alguna disposición expresa de la ley.
De las consideraciones que anteceden, es evidente
que el juez de la causa al negar la admisión de la
demanda de invalidación utilizando motivos no
contemplados en nuestra legislación, contrariando el
espíritu, propósito y alcance de la Ley, así como la
doctrina de este Tribunal Supremo de Justicia,
infringió el debido proceso y con ello cercenó el
derecho a la defensa y a la tutela judicial efectiva,
subvirtiendo el proceso al ignorar las reglas
establecidas por el legislador en el artículo 341 del
Código de Procedimiento Civil, respecto a la
inadmisibilidad de la demanda sólo cuando es
contraria al orden público, a las buenas costumbres o
alguna disposición expresa de la ley. De ese modo, si
bien el ejecutante demandado se opuso a la admisión
de la invalidación, ello no era objeto ni fundamento
para que el juez in limine litis, profiriera una
decisión por vía de la cual la declara inadmisible y
que a juicio de la Sala se corresponden a un
pronunciamiento de mérito relacionado con las
pretensiones contenidas en la demanda, que sin lugar
a dudas pudieran formar parte del contradictorio o
debate probatorio, con lo cual desequilibró el proceso
entre las partes respecto a los derechos y facultades
comunes a ellas, al impedirle al demandante ejercer
la defensa de sus pretensiones, por lo que se hace
impretermitible restablecer el orden público
quebrantado...’.
De la jurisprudencia trascrita se infiere que  no es posible
declarar in limine litis inadmisible la demanda de
invalidación, utilizando motivos no contemplados en
nuestra legislación, contrariando el espíritu, propósito y
alcance de la Ley, pues el legislador en el artículo 341
del Código de Procedimiento Civil, prevé las reglas
respecto a la inadmisibilidad de la demanda, como son
cuando es contraria al orden público, a las buenas
costumbres o alguna disposición expresa de la ley …”
(Resaltado de la Sala)
 

Aplicando la doctrina casacionista citada al caso de estudio, se


puede concluir que, en materia de demanda de quiebra, la admisión de la
misma debe señirse por las reglas previstas en el artículo 341 del Código
de Procedimiento Civil.

Aunado a lo anterior, y en sintonía con el artículo 932 del Código


de Comercio, en la oportunidad de la admisión ( siempre que ésta no sea
contraria al orden público, a las buenas costumbres o a alguna
disposición expresa de la ley ), el juez lo que podrá, en atención a los
recaudos que se acompañen con la demanda, es ordenar las medidas
preventivas que ahí se señalan.

En el caso de autos, como bien se constata de las anteriores


transcripciones, el a quo subvierte el procedimiento, negándole acceso a
la demanda de manera preliminar por razones distintas a las previstas en
el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil.

Efectivamente, el a quo, para negar la admisión de la demanda, se


fundamentó en que el accionante no demostró la cesación de pago de la
demandada y, por tanto, no probó el “…requisito necesario para la
procedencia de la demanda de quiebra…”.

No solo constata la Sala que el juez declaró inadmisible la


demanda por razones  distintas a las previstas en el artículo 341 del
Código de Procedimiento Civil , sino que se pronunció sobre alegatos de
fondo, sin permitir previamente que se sustanciara la causa; imputándole
al accionante falta probatoria, olvidando que éste goza de una
oportunidad procesal en el juicio de quiebra para promover las que
considere pertinentes. El artículo 934 del Código de Comercio, expresa
que  “…el Juez abrirá una articulación por ocho días sin término de
distancia, dentro de la cual las partes promoverán las pruebas que tengan
a bien…”.

El artículo 932 eiusdem, le pide al accionante que en la demanda


“…expliquen todos los hechos y circunstancias constitutivas de la
cesación de pago…”; no pide que en esa misma oportunidad presente la
prueba, y menos de que si no la presentaré, ello sería una causal de
inadmisión  in limine litis .

Violó así, el  a quo, el debido proceso y lesionó el derecho de


defensa y la tutela judicial efectiva del accionante, pues, sin fundamento
legal, impidió que la demanda se admitiera y se sustanciara, evitando que
su pretensión pudiera ser discutida y demostrada en juicio. Así se
establece.

La alzada recurrida en casación, en vez de haber detectado las


infracciones señaladas, que hubiesen ameritado la nulidad del acto y
reposición de la causa a que el  a quo admitiera la demanda, ratificó la
decisión apelada, incurriendo, por vía de consecuencia, en iguales vicios
e infringiendo los artículos 206 y 208 del Código de Procedimiento
Civil. Así se establece.

En aras de ordenar el presente proceso, restablecer el orden


jurídico infringido y salvaguardar los derechos a la defensa, al debido
proceso y la tutela judicial efectiva del accionante, resulta imperativo
para la Sala, tal como lo hará en el dispositivo del presente fallo, anular
la decisión recurrida, así como la decisión del  a quo que inadmitió la
demanda y reponer la causa al estado que el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, se pronuncie sobre la
admisión de la demanda en atención al contenido y alcance del artículo
341 de la Ley Adjetiva Civil, en concordancia con el artículo 932 del
Código de Comercio.

Por las razones expuestas,  la Sala declara procedente la presente


denuncia, absteniéndose de conocer las restantes que conforman el
escrito de formalización, en atención al contenido y alcance del artículo
320 del Código de Procedimiento Civil. Así se decide.

D E C I S I Ó N

En fuerza de las anteriores consideraciones, el Tribunal Supremo de


Justi cia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil,
administrando Justi cia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
declara : CON LUGAR  el recurso de casación anunciado y formalizado por el
demandante contra la sentencia defi niti va dictada el 6 de agosto de 2010,
por el Juzgado Superior Sexto en lo Civil, Mercanti l y del Tránsito de la misma
Circunscripción Judicial. En consecuencia se ANULA  la sentencia recurrida,  así
como la decisión del  a quo de fecha 3 de marzo de 2010, que inadmiti ó la
demanda y REPONE  la causa al estado que el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercanti l y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, se pronuncie sobre la admisión de la
demanda en atención al contenido y alcance del artí culo 341 de la Ley
Adjeti va Civil, en concordancia con el artí culo 932 del Código de
Comercio. CASADA  la sentencia impugnada.

No hay condenatoria en costas, dada la naturaleza de la decisión


dictada.

Dada, fi rmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación


Civil, del Tribunal Supremo de Justi cia, en  Caracas, a los dieciocho (18) días del
mes de febrero de dos mil once. Años: 200° de la Independencia y 151° de la
Federación.

Presidenta de la Sala,

____________________________

YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA


 

Vicepresidenta,

__________________________

ISBELIA PEREZ VELÁSQUEZ

Magistrado-Ponente

_______________________

CARLOS OBERTO VÉLEZ

Magistrado,

___________________________

ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ

Magistrado,

______________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
 

Secretario,

_____________________________

CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp. AA20-C-2010-000606

Nota : publicada en su fecha a las

Secretario,

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