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Espiritualidad
Mario Manzana
Veamos a este punto qué dicen los estudios antropológicos. Según estos estudios,
existen algunas características que encontramos en todas las comunidades humanas,
conocidas como “constantes comportamentales”.
Así pues, según parece, se trata de impulsos atávicos, es decir, que forman parte del ser
humano desde siempre, y que de algún modo van de la mano. En otras palabras,
podemos afirmar que cambiando el estado de consciencia ordinario es posible entrar
en contacto con una parte más profunda de la existencia, que para los chamanes es
aquella energía “divina” que lo impregna todo. Naturalmente, el discurso es mucho
más complejo, pero este no es el momento de profundizar en ello.
Aquí se encuentra precisamente la mayor dificultad del ser humano moderno para
acercarse a este tipo de experiencia: estando constantemente inmersos en el mundo
material (y a menudo convencidos de que es el único que existe), nos cuesta
abandonarlo, considerando sobre todo que eso comportaría la superación de la
dimensión del ego y/o la experiencia de su disolución. Actualmente el ego está
sometido a un bombardeo constante, inputs continuos que nos hacen creer que no
existe nada fuera de él.
Muchos creen que esto sucede exclusivamente a través del uso de “drogas”. En
realidad, las técnicas que la humanidad ha dispuesto durante el transcurso de los
milenios son muy diferentes, y las “sustancias sagradas” son solo una de ellas (y eran
utilizadas solo por algunas de las muchas tradiciones chamánicas).
Se cree que el sonido del tambor tiene una frecuencia similar a aquella de la Tierra (la
llamada “frecuencia de Schumann”: se trata de ondas electromagnéticas a una
frecuencia bajísima que son muy similares a los ritmos del cerebro humano).
la privación sensorial,
el ayuno,
la mortificación física,
la meditación,
la repetición prolongada de mantras y oraciones,
las técnicas de respiración,
los sueños
Estos pueblos han dejado representadas en las rocas elocuentes escenas de recolección
y adoración a las setas, y de seres mitológicos que salían de las mismas.
Además, entre los vegetales de más antiguo uso encontramos el cáñamo, el cual se
cultivaba en China hace 8000 años.
Existen sustancias excitantes (café, té, cocaína, etc.), embriagadoras (las bebidas
alcohólicas) y aquellas propiamente “psicodélicas” (peyote, ayahuasca, amanita
muscaria, psilocybe semilanceata etc.).
Pero hay una distinción útil que debemos hacer aquí. Existen dos grandes categorías
en las cuales podemos clasificar estas sustancias:
Los chamanes de algunos pueblos nómadas asiáticos, por ejemplo, los cuales viven en
las yurtas (un tipo particular de tienda con forma redonda), realizan un agujero en el
terreno en el interior de la misma tienda, el cual sirve como acceso simbólico a los
mundos paralelos. Una vez entrados en la otra dimensión, tiene lugar el encuentro con
los espíritus aliados, los animales guía, las entidades que acompañan al chamán en su
empresa.
A esto punto, lo que sucede está condicionado directamente por el motivo que ha
llevado al chamán a viajar (para curar, para desarrollar la acción de psicopompo, para
obtener conocimiento de algún tipo, etc.) y naturalmente por la apertura de
consciencia del individuo.
En conclusión, la práctica del viaje chamánico es uno de los medios, quizás el más
antiguo, que el ser humano ha dispuesto para explorar las profundidades del propio
ser y de la existencia.