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Introducción: El anarquismo es la ideología menos conocida y seguramente la

más calumniada. Dejando de lado los prejuicios y las ideas equivocadas, el


impacto del anarquismo en la historia de muchos países no puede ser ignorado.
En el Perú, el anarquismo tuvo un papel fundamental en el naciente
movimiento obrero. La tradición libertaria casi desapareció por completo pero
hoy resurge, al igual que en otros países de Latinoamérica y del mundo. 
Las ideas anarquistas llegaron a las costas peruanas desde Europa,
probablemente con la venida de inmigrantes españoles, italianos y franceses 
ligados al ala anti-autoritaria, liderada por Miguel Bakunin, de la Primera
Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), o a la Comuna de París, primer
gran revolución proletaria que intentó poner algunas ideas libertarias en
práctica.

El anarquismo entró en contacto con el naciente y creciente proletariado


peruano, el cual en la primera década del siglo XX, abandonó las ideas
mutualistas por un anarquismo basado en la acción directa y la solidaridad de la
clase obrera. Intelectuales como Manuel González Prada, Christian Dam, Carlos
del Barzo, Glicerio Tassara o Mariano Lino Urieta también tuvieron un papel
importante difundiendo el ideario anarquista.

La prensa libertaria: Los primeros periódicos anarquistas aparecen a partir


de 1904, año en que fue fundado el periódico anarquista Los Parias. Periódicos
como Simiente Roja, El Hambriento, Humanidad, El Oprimido, La Antorcha,
Los Oprimidos, El Ariete y La Protesta aparecerían posteriormente.
Una naciente cultura libertaria: La actividad cultural libertaria también se
inició en la primera década del siglo XX. El grupo libertario “Humanidad” y el
“Centro Socialista 1ero de Mayo se fusionaron para dar paso al “Centro de
Estudios 1ero de Mayo” en 1909. Ese mismo año, se representó una obra para
conmemorar una masacre de mineros chilenos en 1907. En 1910, se funda el
“Centro Racionalista Francisco Ferrer”, en honor al anarquista y pedagogo
español, y en 1911, el “Centro Artístico de Vitarte”, posteriormente “Centro
artístico Nueve de Enero”. En tal centro se representaron obras como El Cristo
Moderno,La Hoguera o Juan Ose.
Las primeras manifestaciones en Lima y Callao y la lucha por las 8
horas: Los panaderos fueron los primeros al adoptar la idea anarquista en
1905, organizados en la Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú” y
liderados por Manuel Caracciolo Lévano y Delfín Lévano. Ese mismo año se
celebra en Lima por primera vez el 1ero de Mayo, en conmemoración de los
Mártires de Chicago, anarquistas que fueron llevados a la orca por un atentado
que no cometieron en 1886 en la ciudad de Chicago en EEUU.
En 1911, después de una huelga de 29 días, los anarcosindicalistas organizan el
primer paro general en Lima y Callao, demandando un aumento, la reducción
del día laboral de 13 a 10 horas y la eliminación del trabajo de noche. Al día
siguiente, el presidente Leguía interviene y obliga a los patrones a aceptar las
demandas de los obreros. Los sindicatos de panaderos, textiles, zapateros,
portuarios, etc. se federaron y dieron nacimiento en 1912 a la Federación Obrera
Regional Peruana (FORP), adherente a la Asociación Continental Americana de
Trabajadores (ACAT) de carácter anarcosindicalista.

La FORP fue el resultado del arduo trabajo y de la organización de obreros


anarcosindicalistas, quienes fueran a fundar tardíamente la Federación de
Grupos Libertarios en 1921, conformada por grupos como “La Protesta” de
Lima, “Luz y Amor”  y “Conquistadores del Pan” del Callao, entre otros.
Previamente, en Enero de 1919, los trabajadores de Lima se lanzan en una
exitosa huelga general por la conquista de la jornada de 8 horas, la cual costó
arrestos y torturas a los principales líderes del movimiento. La conquista de las
8 horas probó la eficacia de las tácticas anarcosindicalistas, las cuales ganaron
aún más adeptos.

A pesar de la victoria, el gobierno reprimió fuertemente al movimiento


libertario, lo cual influyó en la recuperación del movimiento por parte de
intelectuales como Haya de la Torre o Mariátegui. Varios anarquistas, como
Fidel de la Sota o Víctor Recoba fueron expulsados del país, el primero halló
refugio en Barcelona donde su une al movimiento anarquista de esa ciudad, el
segundo terminó en Mexico donde ayudo a formar la CGT, sindicato
anarcosindicalista, e incluso participó en un atraco junto a los cenetistas
Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso.

El Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias: Algunos meses


después, se crea el Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias, para frenar
el precio de productos de necesidad básica. Este comité fue liderado por los
anarquistas Carlos Barba, Nicolás Gutarra y Adalberto Fonkén. Ese comité tenía
a su vez un comité femenino, presidido por la anarco-feminista Miguelina
Acosta Cárdenas. El 27 de Mayo, el Comité declara la huelga general,
desencadenando la represión gubernamental. Se estima en un centenar de
muertos y  300 a 500 presos, incluyendo a Gutarra y Barba. El 7 de Julio de
1919, Nicolás Gutarra se haría famoso al confrontar al presidente Leguía, que
desde su balcón presidencial observaba los reclamos del elocuente anarquista,
rodeado por una multitud. Gutarra lo llama “ciudadano Leguía”,
desencadenando la ira del mandatario, el cual posteriormente lo arresta y
deporta a Panamá.
La FOL y las Universidades Populares Manuel González Prada: En
1921, la Federación Obrera de Lima (FOL) reemplaza a la FORP. La FOL
mantiene el carácter cultural de su predecesora, ayudando a la creación de el
Centro Musical Obrero de Lima (CMO) en 1922. Felipe Pinglo Alva, el bardo
criollo, sería un ávido visitante de este centro, lo cual influyó en el alto
contenido social de su lírica. El 25 de Diciembre de 1921, los obreros textiles de
Vitarte organizan la Fiesta de la Planta, probablemente la primera
manifestación ambiental en el Perú. Se eligió intencionalmente esta fecha para
competir con la navidad cristiana. De acuerdo con la moral anarquista, en
eventos de este tipo no se consumía alcohol.  En 1921, también se establecen las
primeras Universidades Populares Manuel González Prada, que si bien desde el
inicio fueron lideradas por estudiantes y no por obreros, fueron apoyadas por
los anarcosindicalistas.
En 1923, el presidente Leguía y la Iglesia Católica tratan de consagrar al Perú al
Sagrado Corazón de Jesús. La FOL y las Universidades Populares se  unen a las
manifestaciones multitudinarias, lo cual desata nuevamente la ira del
mandatorio quién llama a estas últimas “centros de agitación popular”. Como
consecuencia de estas manifestaciones, muchos estudiantes y obreros son
arrestados o deportados.

Arequipa: En otras ciudades como Arequipa o Trujillo, los sucesos seguían la


misma línea libertaria. En 1926, se funda en Arequipa la Federación Obrera
Local de Arequipa (FOLA), de la cual destacan el tipógrafo Jacinto Liendo y el
sastre Francisco Ramos. La FOLA, especialmente el sector de Mollendo,
mantenía un contacto estrecho con la Industrial Workers of the World (IWW)
de Chile.  En efecto, los trabajadores peruanos de Mollendo fraternizaron con
sus colegas chilenos en secreto. El gobierno respondió enviando dos barcos
navales al puerto. En 1925, la FOLA, apoyada por la FOL y la IWW lanzó una
huelga general para detener la Ley de Conscripción Vial, la cual obligaba a los
hombres adulto de trabajar gratuitamente para el estado 12 días al año. El
anarquismo continuó su presencia en la ciudad blanca en los años 30.
Cuzco: En Cuzco, intelectuales como Luis Velasco Aragón, Julio Luna Pacheco,
Humberto Pacheco, Roberto Latorre, entre otros, fueron los principales
exponentes de la idea anarquista. El más influyente fue tal vez Velasco Aragón,
un discípulo de Manuel González Prada. Velasco Aragón fundó y dirigió el
“Centro Manuel González Prada” y centro artístico y literario “Capa y Espada”.
También existió una universidad popular que contó con más de cien
estudiantes, de la cual destaca Ricardo Santos, un carpintero  proponente del
anarcosindicalismo. En Cuzco, se creó la Federación Obrera Local del Cuzco,
modelada también en la FORP.
En Sicuani, había una biblioteca comunal llamada “El Ayllu”, fundada por
Miguel Ángel Delgado Vivanco, uno de tres hermanos anarquistas muy
conocidos y respetados en Cuzco y Apurímac. A esta biblioteca acudió un joven
llamado José María Arguedas, quien también recordara melancólicamente el
sonido del carnaval de Tambobamba, pueblo fundado por Eramos Delgado V.,
Encino del Val, otro discípulo de Manuel González Prada, y a quien Arguedas le
tenía mucho cariño. El tercer hermano Delgado Vivanco también fundó una
biblioteca anarquista en Cotabambas.

En Otras Provincias: Hasta la primera década del siglo XX, el anarquismo se


había concentrado en ciudades como Lima, Trujillo, Arequipa, Cuzco, Chiclayo,
Huacho, etc. pero a partir de 1909, las ideas anarquistas se expandirían por todo
el país. En 1912, ocurre la matanza del valle de Chicama, cuando cientos de
jornaleros son asesinados por los gamonales que hacían caso omiso a sus
reclamos. La infame tragedia impulsó la radicalización de más activistas como
M. Herminio Cisneros que pronto se convirtieron al anarquismo. Por su parte,
Teodomiro Gutierrez, Cuevas, más conocido como Rumi Maqui, influenciando
por las ideas anarquistas, lanza una gran insurrección indígena en 1914 que
fuera derrotada en 1915.
En 1909, se crea la Asociación Pro-Indígena, a la cual se une Miguelina Acosta
Cardenas a partir de 1917. En 1920 se crea el “Comité Pro-Derecho Indígena –
Tahuantisuyo”, en el cual participa Carlos Condorena, un campesino puneño
ávido lector de periódicos anarquistas y en 1923 la “Federación Indígena Obrera
Regional Peruana”. El anarquismo se fusiona así con el movimiento campesino,
llegando a crear una nueva ideología, mezcla de anarquismo revolucionario y 
milenarismo que buscaba en el imperio incaico un modelo de sociedad.

El Declive: A finales de los años 1920, el anarquismo pierde mucho campo, y el


movimiento obrero vira rápidamente hacia el pensamiento marxista de
Mariátegui y el pensamiento populista e inter-clasista de Haya de la Torre.
El porqué de este rápido abandono de las ideas libertarias ha sido examinado
por varios historiadores que presentan diferentes explicaciones. Lo más
probable es que el abandono de estas ideas fue causado por múltiples factores.
La revolución rusa y el prestigio de los bolcheviques fueron un factor. La gran
represión sobre los grupos anarquistas, las expulsiones de militantes, e incluso
la tortura, como en el caso de Delfín Lévano, fue otro factor. También es
probable que la mayor parte de la clase trabajadora y el campesinado no haya
sido lo suficientemente expuesto a las ideas libertarias, y tras la represión a los
grupos anarquistas, se creó un vacío ideológico. Y aún otro factor podría ser la
dificultad de la aceptación de las ideas libertarias en una sociedad tan
conservadora como la peruana, que se prestaba más a ideas populistas que a
conceptos como “internacionalismo” o “lucha de clases.” 
Y sin embargo, las ideas libertarias no desaparecieron del todo. En las décadas
posteriores, serían comunes los homenajes a Manuel González Prada, o las
celebraciones del Primero de Mayo. A finales de los 50s, aparecería la
Federación Anarquista del Perú,  de la cual destaca Wenceslao Zavala Grimaldo,
quién fuera recluido en la isla del Frontón. Se sabe de anarquistas que, en los
60s, formaron parte de las primera guerrillas como el MIR o el ELN.
Posteriormente, durante el gobierno de Velasco, libertarios como Jaime Llosa
participaron en la creación de cooperativas obreras y agrícolas.

El Presente: Pero no sería hasta la década de 1980 cuando las ideas


anarquistas renacen con el rock subterráneo y la contracultura. Sin embargo, la
falta de información sobre la historia y la práctica anarquista frenó su
desarrollo. Se crearon grupos como Movimiento Anarquista de Lima (MAL),
Colectivo  de Juventudes Anarquistas (CAJA), Autonomía Proletaria,
Colectivización, o Lucha Proletaria. Aparecen también publicaciones como
Desobediencia o Humanidad.
En la década del 2000 aparece la agrupación Qhispikay Llaqta, luego colectivo
Estrella Negra, que dieran paso a Unión Socialista Libertaria, con grupos en
Lima y Huancayo, y que publica el periódico Avancemos. Unión Socialista
Libertaria adhiere a la plataforma Anarkismo, y estuvo presente en el
Reencuentro Internacional del Anarquismo en St. Imier, Suiza, en el 2012 que
conmemoraba los 140 años de la Internacional de St. Imier. Hubieron cortejos
anarquistas presentes en las movilizaciones por lo sucedido en Bagua y contra el
proyecto minero en Conga. Así mismo, desde hace algunos años, también hay
una presencia anarquista notable el 1ero de Mayo en Lima. En el ámbito
estudiantil, Tendencia Estudiantil Libertaria (TEL) en Lima y el Círculo de
Resistencia Estudiantil Ácrata (CREA) de Arequipa han aparecido en escena. En
Arequipa, también se cuenta con la presencia del colectivo Amor y Odio.

Conclusión: El anarquismo en el Perú ha sufrido de la falta de continuación


por la fuerte represión a comienzos del siglo XX. Las organizaciones anarquistas
o anarcosindicalistas se esfumaron. Los centros obreros, ateneos culturales, o
bibliotecas militantes no resistieron el paso del tiempo. La omisión y
recuperación del pensamiento anarquista de Manuel González Prada por el
APRA, quienes se consideran los legítimos sucesores de los anarcosindicalistas
peruanos, también afectaron la continuidad del anarquismo en el Perú. En el
presente, es muy difícil de encontrar libros anarquistas, ni mucho menos existen
editoriales anarquistas. Los medios raramente mencionan algo sobre el
movimiento libertario, y cuando lo hacen, casi siempre son prejuicios, mentiras
o presentan a un movimiento obrero carente de ideología o apolítico. El mayor
ejemplo es el hecho de que casi nadie sabe que Manuel González Prada fuera un
anarquista convencido.
Es por eso que el rescate de la tradición libertaria es un trabajo de largo aliento.
El avance de las ideas libertarias en otros países como Chile o Brazil puede ser
considerado como un indicio del renacimiento del anarquismo como
movimiento revolucionario internacional. Por su historia combativa y su
victorias, es muy probable que, lentamente pero seguro, el anarquismo renazca
plenamente en el Perú como alternativa al sistema neoliberal corrupto basado
en la extracción y destrucción de nuestros recursos naturales. Inevitablemente,
un nuevo movimiento revolucionario libertario traerá consigo la represión y la
respuesta fascista del capitalismo y el estado, de eso no cabe dudas.

Como diría Manuel González Prada, “no quiere decir que nos hallemos en
vísperas de establecer una sociedad anárquica. Entre la partida y la llegada
median minas de imperios, lagos de sangre y montañas de víctimas. Nace un
nuevo cristianismo sin Cristo, pero con sus perseguidores y mártires. Y si en
veinte siglos no ha podido cristianizarse el mundo, ¿cuántos siglos tardara en
anarquizarse?”

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