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10 DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA justamente para encontrar el suyo. De este modo, la gesta misma se planteaba como comunitaria, pero la busqueda concreta tenia una dimensién personal. Tanto la vertiente griega como la hebrea -mas allé de sus eviden- tes diferencias y matices propios— concuerdan en Ia idea basica segtin la cual la sabiduria constituye un proceso reflexivo-anam- nético que involucra el reconocimiento de nuestra finitud como agentes situados en el mundo, asi como la exigencia de no poner sobre el horizonte de lo infinito la mascara de una imagen finita de la verdad que lo distorsione 0 pretenda manipularlo. Hemos caracterizado la sabidusia como una busqueda permanente de la verdad que no es en ningin caso objeto de posesién o punto de pattida, sino aspiracién y punto de llegada, misterio. Respecto de ella podriamos aseverar que constituye el trasfondo de nuestros esfuerzos y de la voluntad de sentido que les asiste. Podriamos decir, siguiendo la pauta del propio Jess, que -sin negar el valor de nuestras necesarias interpretaciones y pensamientos— quizds la actitud mas fiel a la verdad sea el silencio. IDOLOS E IMAGENES ¢ATEISMO O IDOLATRIA? Alberto Simons Camino, § INTRODUCCION ‘Como estamos tratando de descubrir algunas pistas que nos ayu- den a encontrar a Dios en la vida y en nuestra vida de manera auténtica, es conveniente que consideremos aquello que puede desviarnos de este propésito, muchas veces no de manera cons- ciente sino, lo cual es mas peligroso, sin que nos demos cuenta y aun con buena intencién. En la Biblia propiamente no se puede hablar de atefsmo, sino mis bien de idolatria que, segiin el diccionario es el culto que se da ala imagen de una deidad, y en un segundo lugar: persona 0 cosa amada 0 admirada con exaltacién. Segin la Biblia la idolatria consiste en adorar y rendir culto a algo que no es Dios, que es una cria- tura, o tener una imagen falsa de Dios. Como siempre tenemos fe en algo, si no tenemos fe en Dios tenemos fe en otra cosa 0 persona quien se convierte en un absoluto pata nosottos. Por ello Ja idolatria es una tentacién permanente. La idolatria no es una actitud superada de una vez para siempre, sino que renace bajo diferentes formas. Por otra parte, tenemos que tener cuidado de no confundir a Dios con el término o la palabra “dios”. Hay personas que creen 22 DIOS EN LA VIDA ¥ EN LA HISTORIA y practican la verdad, la libertad, el bien, la justicia, la honestidad, que aman realmente y que no creen en “Dios” porque quizas nosotros, los cristianos, les hemos trasmitido una imagen falsa © deformada de Dios. En cambio, hay personas que se dicen © se creen muy creyentes, tienen pricticas de culto repetidas e intensas, pero la verdad, la libertad, la justicia, etc, las traen sin cuidado. Asi el evangelio nos recuerda que no todo el que me dice: “Serio, Setor!, entrard en el reino de los cielos, ino el que hace la voluntad de mi Padre (Mt. 7, 17) y que sé Hlewas tu ofrenda al altar, y allé reenerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deia alli tu ofrenda delante del altar y ve primero a reconcliarte con tu hermano, y entonces presenta tm ofrenda (Mt. 5, 23 - 24). Dios es la expresién personalizada de la existencia de la verdad, la libertad, el amor, la bondad, la paz, cl bien y la vida que nos interpela permanentemente de forma personal. Sin esa personalizacién en Dios, esos valores se quedan en algo abstracto y meramente ideal. Dios, por ello, significa la salida de si mismo hacia el crecimiento y tealizaci6n plenos en lo personal y en el llamado a la solidaridad. En la Biblia, sobre todo en el primer testamento, hay fundamen- talmente dos imagenes de Dios. Una primera es la que los seres humanos nos formamos de Dios y la otra, que més bien es una experiencia de El, es la que proviene de la revelacién que nos vie- ne del mismo Dios. Pues bien, en cuanto a la primera, se presta a muchas deformaciones como vemos en la Biblia misma cuando se habla, por ejemplo, del Sefior de los Ejércitos que combate a favor de Israel y en contra de sus enemigos; ahi aparece la ima- igen de un Dios guerrero y vengador. Pero en contraste con esto, Dios va diciendo a los hombres y al pueblo: “Porgue mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actnar no es como la suya, Ast como el cielo esté por encima de la terra, ast también mis ideas y mi manera de cactuar estén por encima de las de ustedes” (Is. 55, 8). 73 fooLos & IMAGENES Lo que se nos revela en la Biblia es que el Sefior es el Dios de! amor y la miseticordia y no el del miedo y el castigo. Por ello dira también: “Porque yo quiero amor, no sacrificios y conocimiento de Dios ‘mas que victimas consumidas por el fuga” (Os. 6,6) Las falsas imagenes de Dios y los idolos no constituyen un pro- blema en Dios sino para el ser humano pues lo paralizan y escla- vizan, En cambio la verdadera experiencia biblica de Dios libera y lleva a la plena realizacién del hombre en lo personal y en lo comunitario. Dios, a diferencia de los idolos y las ideologias, no significa ni la exclusién de los otros, de los diferentes, de los que no creen ni piensan como nosotros, sino, justamente, la necesi- dad de incluir todo pues a El lo encontramos en todo y en todos, y si no es asi, quiere decir que estamos frente a un idolo o una imagen falsa de Dios. Para no caer en esto tiltimo hay que tener en cuenta lo siguiente. I ADVERTENCIAS Y PRECAUCIONES: ATEisMo: L. FEUERBACH Primero tendremos en cuenta el ateismo de L. Feuerbach; él se- fiala que el ser humano proyecta, fuera de él, las cualidades que le pertenecen o que él quisiera tener y a ¢s0 lo llama Dios; la idea de Dios no es mas que una proyeccién del hombre: “La esencia absolute, el Dios del hombre no es ms que su propia esencia.” Divino es lo universalmente humano proyectado al més all, El hombre convierte en su Dios lo que él mismo desea ser, haciendo asi a Dios a su propia imagen y semejanza. Hay que admitir que L. Feuerbach tiene en gran parte raz6n, pues con frecuencia los se- res humanos al querer tenerlo todo, poderlo todo, saberlo todo 74 DIOS EN LA VIDA EN LA HISTORIA proyectamos en Dios esos deseos y terminamos por construir imagenes de Dios a nuestra medida. LA BIBLIA En segundo lugar, y aunque parezca curioso, la Biblia dice algo similar a lo que dice L. Feuerbach pero no lo llama a eso “Dios” sino idolos. Estos idolos van a representat el poder o la seguridad que los hombres buscan, es decir se construye o construimos una imagen falsa del Dios verdadero. Pongamos como ejemplo el becetro de oro que construyeron los israelitas en el desierto; ellos hicieron un idolo al cual podian llevar a dénde querian, podian adorat, adular, manipular con tal de conseguir lo que buscaban (buenas cosechas, tierras, etc.). LA TEOLOGIA DIALECTICA PROTESTANTE (K. BARTH) K. Barth en particular, sefiala que no existe ninguna via de ac- ceso del hombre por sus propias fuerzas hacia Dios, sino que sélo existe el camino de Dios hacia el hombre que es el de la revelacién; es Dios mismo quien se descubre al ser humano y el hombre acoge esto en la fe. En la posicién de K. Barth se refieja |a visién mas bien pesimista del protestantismo respecto del ser humano. Es rescatable la ctitica de Barth como una precaucién que hay que tener frente a las imagenes que el hombre se hace de ‘Dios, pero hay que tener en cuenta que el hombre tanto a través de la via de la raz6n como de la religion es un ser en busqueda Y que no necesariamente esté errado. Desde una posicién tan extrema como la de Barth, aun de la fe, por la cual el ser humano acoge la revelacién de Dios, se podria sospechar. 75 FooLos & IMAGENES Desde estas advertencias, se podrian plantear a manera de com- pendio varias posiciones, varias imagenes de Dios que se presen- tan, comenzando con tres que pueden resultar paradigmaticas. Il EL DIOS DE LA “RELIGION O DE LA SUPERSTICION Esta imagen corresponderia a una etapa primitiva o infantil del hombre y, més bien, a una experiencia cosmolégica de asombro del ser humano respecto a la naturaleza. Dios es quien ha puesto orden y armonfa en la naturaleza y, por consecuencia, también el orden social y moral; es juez de las acciones del hombre y optesor de su libertad. Es el dios del temor que es propio de los fanatismos, dogmatismos y fundamentalismos que a través del cumplimiento rigido de la ley o de unos principios, generan una actitud de intolerancia; éste es el caso de los fatiseos antiguos y modernos. En esa imagen se van a basar en gran parte las criti- cas de Marx (Ja religién como opio del pueblo), Freud, Sartre y Nietzsche. Es el dios que se ha denominado como “tapa buecos” porque servirfa para responder lo que el hombre no logra saber y para hacer lo que éste no puede hacer. Es el “dios” milagrero; respuesta facil a mis necesidades y deseos. Es un dios que, a pesar de nuestro temor frente a él, podemos de alguna manera manejar o manipular mediante ritos, ofrendas, sa- crificios, rezos 0 “buenas obras”. Dentro de esto se sitia el fun- damentalismo religioso, en el que se intenta encasillar a Dios: de- cirle cémo y cuando debe actuar. Ignorar la gratuidad y Ja libertad de Dios es una via para incurrir en la idolatria, pues facilmente se cae en representaciones utilitarias de Dios, que no sobrepasan los limites de nuestros intereses. Resulta una imagen de un dios con 16 DIOS EN LA VIDA ¥ EN LAHISTORIA el que se tiene una relacién vertical excluyente de la relacién con los otros seres humanos y que no tiene consecuencias de tipo ético en la vida diaria; es més, puede prestarse a lo que podria- mos llamar el “pecado religioso” que consiste en estar en buenas relaciones con Dios pata permitirse cualquier comportamiento con el prdjimo. Es lo que criticaban tan fuertemente los profetas respeto a la separacién entre el culto y la justicia. Sin embargo, lo rescatable de esta imagen de Dios es la cercania al ser humano, por el cual se deja afectar. En ese sentido no hay que confundir Ja supersticién con la religiosidad popular que en su caracter au- téntico tiene un gran valor, aunque no se puede ignorar los fallos y ettores que también pueden darse abi, III EL DIOS DE LA RAZON O EL DIOS DE LOS FILOSOFOS Esta imagen corresponderia a una etapa de crisis o adolescencia del ser humano y a una experiencia antropoldgica de Dios. Esta imagen se da a partir de que el hombre ya no percibe la presencia de Dios en la naturaleza, sino en el mismo hombre que ha logrado Ja transformacién de esa naturaleza mediante la ciencia y técnica con las cuales siente que lo sabe todo y lo puede todo. Es el Dios que ha sido calificado como “relojero” pues se ha limitado a crear al mundo y al ser humano, pero luego éstos funcionan de forma auténoma: aparece, pues, como un dios lejano, indiferente, que no necesita de las personas, que no es afectado por ellas ni por el mundo, sino que es autosuficiente y que genera a su vez una ima- gen de un hombre también autosuficiente. Este dios propio del teismo ilustrado va a terminar por convencer al hombre de que es intitil y que se puede prescindir de él, es mas; es necesatio que desaparezca para que el hombre tome su lugar; asi aparecerin el 11 footos € miceNes smo y el antropoteismo decimonénicos. Viene la “muerte de Dios” proclamada por Nietzsche, a la cual seguira la “muerte del hombre” segtin Michel Foucault. Esta forma ilustrada de Dios es desoladora no sélo porque nos lleva a la negacién de Dios, a la “muerte de Dios”, sino porque conlleva a una concepcién perfeccionista y absolutista del hombre, a su autosuficiencia, a no necesitar de nada ni nadie; en resumen, la total indiferencia que nos lleva a set inhumanos, nos incapacita para relacionarnos con los demas, nos hace sentir “‘perfectos” y vacios. IV NUESTROS {DOLOS DE CADA Dia’ DINERO Y CONSUMO Sin duda el gran idolo de nuestro mundo es el dinero; lo ¢s ahora yy de alguna manera, siempre Jo ha sido. Los hombres han sido capaces de cualquier cosa con tal de conseguir dinero, lo cual ma- nifiesta que se han esclavizado a él y lo han convertido en su dios. No es por casualidad que el primer idolo del pueblo de Israel es el becerro de oro (Ex. 32). E| dinero ha venido a ser hoy uno de los simbolos mis eficaces y poderosos del mundo. Una especie de signo visible de lo que es nuestra cultura; se vive, se mata y se muere por el dinero. Con zaz6n se ha hablado del fetichismo del dinero. Es el dios de este mundo ante el que se postran sus adoradores; nosotros en el Perit hemos sido testigos excepcionales de ello al ver como esto su cedia en la salita del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) aun * CE JL. Caravias, Idolatriay Biblia Texto de Internet. 78 DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA con las personas més encumbradas de nuestra sociedad. La civi- lizacién moderna ha hecho aumentar prodigiosamente el valor del dinero al condensar mas y mas horas de trabajo y al hacerse medio para conquistar més posibilidades de confort, de lujo y de poder. El capitalismo (ahora diriamos el neoliberalismo) es una cultura esclavizada al dinero; el ser humano vale por lo que gana, las cosas no se estiman en su valor real, sino de acuerdo a su precio en dinero. En el evangelio Ia cuestién del dinero es ftecuente y fundamen. tal, comenzando con la radicalidad de Jesiis en esto cuando dice: Nadie puede servir a dos seitores, porgue odiard a uno_y querré al otro, 0 sera fil a uno y despreciaré al otro, Nadie puede servir a Dios y al dios dinero (Mt. 6, 24). En la parabola del rico y el pobre Lazaro se nos dice may duramente que el dinero causa tal dureza del corazén que los ricos no creerin aunque un muerto resucite (cf. Le. 16, 19 y ss). Pero éste no ¢s sélo un problema de los ricos sino de todos, pues cuando Jestis en el pasaje llamado del joven rico dice: iQué dificil es para los rcos entrar en el reino de Dios, los discfpulos que sin duda no tenfan mucho dinero exclaman: Entonces, gquitn podra saltarse? ¥ Jess responde: Pata /os hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible (Mt. 19, 16 y ss). El problema con el dinero es de todos porque todos precisamos de él pues somos seres cor- porales con necesidades materiales; Jestis, cuando él mismo es tentado por la tiqueza, dir que no sélo de pan vive el hombre, lo cual significa que también necesitamos de pan. La cuestin esta cuando, a veces, sin que nos demos cuenta pasa de ser un medio necesatio para convertirse en un fin absoluto, un dios, ante el cual se sactifica cualquier cosa. A esto se agrega el que, como sabemos, nuestra sociedad sea una sociedad de consumo. Cuando lo légico y natural es que s¢ pro- 79 duzea aquello que necesitamos, en nuestro sistema actual se nos crean necesidades artificialmente para poder producir mas y ob tener mas ganancias. La propaganda da cuenta de ello, lo mismo que el marketing cuyo objetivo més crudo es hacernos comprar aquello que no necesitamos. Al mismo tiempo que el dinero es el gran idolo del mundo mo- derno, su religion es Ia economia y Ia ley de Ia oferta y la deman- da, como la Tora, Ia Ley del Primer Testamento. También tiene sus templos; es facil percibir que asi como en la Lima antigua las iglesias estan en casi todas las esquinas y son los edificios en que se ha puesto més arte, en la Lima moderna ese lugar lo ocupan. los bancos y los centros comerciales. También a estos centros comerciales se va de peregrinacién o para salir de depresiones. EL PODER Igual que el dinero y relacionado con él, se da el poder como una deidad cuando se trata de ejercerlo como dominio frente al otro © los otros. El uso del poder en ese sentido se hace tan grande en Ia historia, aun en la biblica, que esta teflida de la sangre de las victimas de los poderosos. Por eso, cuando Jestis aparece no puede dejar de tomar posicin ante el problema del poder, como Jo tomé frente al dinero; por ello les dice a sus discipulos: Sepan «que los principes de las nacionesgobiernan con tirania a sus sibditos y hacen sentir su poder sobre ello. No debe ser asi entre ustedes; sino que ef que quisiere entre ustedes ser grande, que se haga su servidor. Y el que quitiere entre ustedes ser primera, erd su servidor; asi como el Hijo del hombre no vino a ser servide, sino a serviry dar su vida en rescate por muchos. (Mt 20. 25) ¥ cuando él fue tentado con el poder dijo que sdlo hay que servir a Dios. 80 DIOS EN LA VIDA ¥ EN LAISTORIA IMAGEN Y APARIENCIA Hablando de imagenes, hay que reconocer que vivimos en una sociedad més de imagenes y apariencias que de realidades, 0, en un lenguaje muy actual, vivimos en un mundo més virtual que real y ya casi no distinguimos lo uno de lo otro. El culto a la ima- gen y en particular al cuerpo es notorio; de ello dan testimonio Jos gimnasios, la cirugia estética, liposucciones, ete., hasta llegar a los casos extremos de la bulimia y anorexia. Por otra parte, somos con frecuencia esclavos de la moda que se vincula al tema del consumismo. Y, curiosamente, esto se relaciona con el poder, del que hablabamos antes, pues si hay un terreno en el que se vive muchas veces de apatiencias es el de la politica. Es claro que en Ia Biblia se da claramente més importancia a lo trascendente, a lo que est més alla de lo aparente, de lo sensorial e inmediato, En ese sentido va la prohibicién biblica de construir imagenes de Dios; justamente para no confundir Ia apariencia con la realidad. Es significativo, también en este sentido, el que no se nos haya dejado ningiin rasgo de la imagen corporal de Je~ sucristo. En el caso de la mujer la preocupacién por la integridad moral, como pasa con Maria, se antepone a la estética; se hace ver que la belleza esta pot encima de peinados, vestidos costosos © alhajas que se consideran como superfluos. Asi, en la primera carta de San Pedro se nos dice que “le sy -hablando de la mu- jer mo sea el adorno exterior de peinado y adorns de oro ni la variedad en 1 vestr, sino la personalidad escondida dentro, con el adorno inalterable de un espiritu suave y tranguilo (3, 3 -4). Si bien hay que aclarar que en Ja Biblia no hay desprecio de la belleza. 81 foo.os € miceNes PLACER Y COMODIDAD Todos los seres humanos buscamos la felicidad, pero este deseo arrastra a los hombres por las mas diferentes y aun contrarias direcciones. Unos la buscan en Jas satisfacciones del espiritu, mientras que otros en los placeres de los sentidos. La cuestién es preguntarse donde se encuentra verdaderamente la felicidad. En el Primer Testamento se mira con optimismo los bienes ma- les como fuente de felicidad, y sélo tardiamente se percibe Ia insatisfaccin que, finalmente, éstos pueden dejar. Jestis no es tun asceta como Juan Bautista y come y bebe con alegria, pero I tiene claro dénde esté el punto de gravedad de la verdadera felicidad al inaugurar su predicacién con las Bienaventuranzas que muestran un ideal muy diverso, una concepcién muy distinta del ser humano, Pero, ademis, la vida de Jestis es la realizacién de esta nueva escala de valores de tal manera que la verdad, la jus- ticia, la rectitud, el amor, el respeto de la vida, estén por encima de cualquier otra cosa, para la realizacién del hombre. Jesis no busca el suftimiento y el dolor, es més, trata de evitarlos, pero si es necesatio, los afronta hasta la muerte. En nuestra sociedad, en cambio, muchas veces la busqueda del placer a cualquier precio, hace que éste se convierta para muchas personas en un idolo y al mismo tiempo se huye del suftimiento y del dolor de todas las formas posibles, pero, curiosamente, no se los cura en su rafz, no se va a la causa real del mal, sino que se los adormece, se les administra calmantes 0 se los oculta 0 disimula. También para muchas personas la comodidad se convierte en idolo, pues es aquello que buscan en la vida y se transforma en el fin y objetivo de lo que hay que hacer o dejar de hacer. 82 DIOS EN LA VIDA Y EN La HISTORIA INDIVIDUALISMO | diccionario define el individualismo como “aislamient egoitmo de cada cual, en los afectos, en los intereses, en los estudios, ete” *. En su extremo esto lleva a que el hombre sea tenido como “/obo para el (otro) bombré", en expresion clasica de T. Hobbes. Actualmente surge (se vive) segiin Lipovetsky, la segunda revolu- cién individualista, natcisista y hedonista. El lema de este indivi- dualismo es: “t! minimo de coacciones y el méscimo de eleciones privadas posibes,el mininro de austeridad y el maximo de deseo” *, Segin él: “Aparece un nuevo estadio del individualismo: el narcisismo designa el surgimiento de un perfil inédito del individuo en sus relaciones con él mismo y su cuerpo, con los demas, el mundo y el tiempo..y se extiende un individualismo puro, desprovisto de los tltimos valores sociales y morales... emancipada de cualquier marco trascendente, la propia esfe- 11 privada cambia de sentido, expuesta como esté tinicamen- tea los deseos cambiantes del individuo”, La consecuencia de este individualismo, segdn el mismo Lipo- vetsky, es: “Inposibilidad de sentir, vacio emotive, aqui la desubstancial- cin ba lhgado a su términa, explicitando la verdad del proceso narcissta como estratgia del vacio™. 1 DICCIONARIO ENCICLOPEDICO ESPASA, Espasa Calpe, Madrid, 1995 2 Lipovetsky, G, La era de waco. Anagrama, Barcelona, 1983. Ibid, Pag, 50. 4 Ibid, Pag. 76 83 ‘Alguien ha dicho que toda idolatria es en esencia el culto al yo y que halla su mayor sofisticacién al revestirse de un manto reli- gioso. La adoracin a Baal tenia ese caricter: era el culto al “yo” disfrazado de culto a Dios. Los libros de autoayuda de todos los calibres dan cuenta del actual culto al yo. RESIGNACION Y FATALISMO La resignacién a una vida mediocre sin mayor significado se con- vierte también en atractivo para muchas personas. Y aunque se suele hablar de la resignacién cristiana, creo que es de lo menos biblico y cristiano que hay. Otra posibilidad en el mismo sentido es el fatalismo que nos lleva a decir: “hay que ser practicos y rea- listas”, “no hay nada que hacer”, “no se puede cambiar el mun- etc. Tanto la resignacién como el fatalismo se convierten en fdolos porque Dios es en la Biblia quien saca al set humano de todo conformismo porque quiere su realizacién plena, Basta recordar la liberacién de Egipto y el paso por el desierto y la paribola de los talentos. En el Apocalipsis Dios dice al hombre esta dura frase: “pargue no eres ni rio ni caliente, te voy a arrojar de mi boca” (3, 16). AcTIVIsMO Esa agitacién continua en la que muchas veces nos pone el mundo actual, para muchas personas se convierte en una dependencia, en una droga que las esclaviza y que no les permite reflexionar sobre el sentido de su vida. En el Evangelio lo encontramos en el caso de Marta, la hermana de Maria y Lazaro, a quien Jesis dirige estas palabras: Marta, Marta, te agitas y preacupas de muchas cosas y una ‘sola es necesaria (Lc. 10, 41- 42), haciendo alusién clara a Dios. 84 DIOS EN Lt VIDA Y EN LA HISTORIA PERFECCIONISMO El individualismo antes sefalado suele ir unido al perfeccionis- mo. Muchas veces cuando se le pregunta, en una entrevista, a una persona cuil es su defecto, sefiala con mucha satisfaccién que es el perfeccionismo, como diciendo “qué buen defecto ten- 0”. Sin embargo creo que constituye uno de nuestros “idolos” mas nefastos pues, aparte de significar una no aceptacién de si mismo con las propias limitaciones humanas y del derecho a equivocarnos para poder emprender cualquier tarea creativa, es 1a idolatria narcisista de la propia imagen. No nos olvidemos que las personas imperfectas: los pecadores, los publicanos, las pros- titutas eran las que mas se acercaban a Jesiis y eran acogidas por 41, mientras que los fariseos que eran los perfeccionistas de su tiempo lo rechazaron justamente por juntarse con esas personas y fueron también los mas criticados por Jestis por ser implacables con los defectos de los dems, mereciendo set lamados “sepuleres Dlangueados”. Esta idolatria del perfeccionismo suele ir acompaiia- da de falta de comprensién y compasién de los demas. V_ELDIOS DE LA TRADICION BIBLICA Y CRISTIANA La primera experiencia que tendra el pueblo de Istacl, como lo hemos sefialado antes, sera de Dios como liberador en el Exodo, luego seri la del Dios amigo en la Alianza; es el Dios de la pro- mesa y de la esperanza desde Abrahdn con la descendencia y la tierra prometida, hasta Jesiis y el Reino de Dios. Sera también el Dios de los profetas que hace justicia con los pobres, los huér- fanos y las viudas. Es el Dios que va a acompafiarlos en todo su caminar a la tierra prometida. El que Dios haya escogido a este 85 pueblo que era pequefio y no el mas grande ni tampoco e! me- recedor de este privilegio, tiene un sentido tan hondo como el de la misién que Dios le encatga, esa responsabilidad que pone en sus manos de dar a conocer al Dios verdadero, esto lo hari el resto de Israel, los anawin, los pobres de Israel, cuya Unica rique- 2a es Dios y cuya confianza esta puesta en él. Finalmente, en el exilio de Babilonia, Israel descubrira que Dios es Dios de todos Jos pueblos y crea al ser humano, varén y mujer, a su imagen y semejanza; lo crea creador. Resumiendo, ya en el Primer Testamento, Dios es quien ama apa- sionadamente su creacién y la lleva a su realizacién, no violando Ja autonomfa del mundo y la libertad del ser humano sino a tra- vés de ellas, haciéndose en Jesucristo solidatio del mundo y del hombre. No es el Dios que impone sino el que llama a la libre respuesta de Ia fe. El Dios de la Biblia no es algo sino alguien personal; él es la Verdad y la Sabiduria, Ia Libertad y el Amor, la Justicia y la Paz. Es un Dios profundamente afectado por el mundo; que se preocupa por la marcha de su historia, que siente compasién por el ser humano; por su dolor. Pero esta afeccién por el ser humano no lo hace manipulable por el hombre, sino por el contrario, hace al hombre responsable frente a esta reali- dad, comprometido con la justicia y compasivo y solidatio del otto ser humano como lo es su Dios. Segiin el Evangelio de Juan, a Dios nadie lo ha visto jamés, pero en Jesis se nos ha revelado. Los etistianos s6lo sabemos quién es Dios a partir de Jestis. Dios se revela a través de lo que dice y hace, es Jestis. Es el Dios que no es solitario sino solidario en la comunién con el Padre y el Espiritu y quien se muestra como “Dios para nosotros” en el Padte, ‘Dios con nosotros” en su Hijo Jesu- cristo y “Dios en nosotros” en el Espiritu Santo. 86 DIOS EN LA VIDA Y EN LA HISTORIA CONCLUSION La fe en Dios tal como se nos revela en la Biblia, tiene tres sig- nos de verificacién y autenticidad. El primero es su capacidad de integrar plenamente todos los aspectos, dimensiones y experiencia de nuestra vida personal, cultural y social que se dan en nosotros (aun cuando son negativas), La fe puede integrar todo ello de tal modo que no tiene que reprimir ni excluir absolutamente nada de un mundo tan complejo y plural como el nuestro®. Sélo cuando podamos “encontrar a Dios en todas las cosas y a todas las cosas en Dios” (G.Ignacio de Loyola) nuestra fe sera plena y auténtica. Los idolos co imagenes idolitricas de Dios, en cambio, slo tienen relacién con uno 0 unos pocos aspectos de nosotros o de la realidad. El segundo signo es el respeto por el misterio de Dios que nos hace caet en la cuenta de que Dios es Aquel que siempre nos desborda, ‘que nunca podremos abarcat o explicar, ni tampoco manipular; como dice Santo Tomas de Aquino, més es lo que desconoce- mos de Dios que lo que conocemos de El. El tercer signo es el de ver en todos y cada uno de los seres bumanos la sinica ionagen verdadera de Dios. Ya en el Decilogo aprende Israel que no debe fabricarse imagenes (Ex 20.3ss: Dt 5,7ss), pues s6lo el ser humano (hombre y mujer) es imagen de Dios (Gen. 1, 27) De alli surge la fuerza Iumanizadora de la fe cristina que nos hacer caet en la cuenta de que somos aceptados incondicionalmente, tal como somos, con nuestros limites y debilidades y nuestra realidad, y al mismo tiem- po nos hace ver que set plenamente humanos es posible porque asi se ha dado y manifestado en Jesuctisto, 5 C&M. Kehl, Introdnecién ale fe cristina. Editorial Sigueme, Salamanca, 2002, p36

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