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INDICE
1. Introducción
1.1. Objetivos....................................................................................................................4
1.2. Motivación.................................................................................................................5
1.3. Marcos teóricos y metodológicos.............................................................................6
2.1. Caracterización..........................................................................................................8
2.2. Versatilidad..............................................................................................................13
2.2.10. Filosóficos:Nietszche........................................................................................35
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4. Tipología de representaciones
Introducción.....................................................................................................................84
5. Conclusiones.........................................................................................................131
6. Bibliografía............................................................................................135
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1. INTRODUCCIÓN
1.1. Objetivos
Este trabajo pretende ser una investigación acerca de la figuras antiheroicas y sus
formas de representación en el arte contemporáneo
Asumimos igualmente que las características de lo “heroico” no son las mismas para
según que instituciones e ideologías, y que una sociedad puede cambiar su opinión ante
un personaje dejando que este deje de ser el hombre admirado que antaño fuera.
Otra cuestión problemática a tener en cuenta es si las categorías de las que hablamos
incluyen igualmente tanto hombres como mujeres, si no están prescritas
inadecuadamente ciertas identificaciones entre sexo y género, que pudieran obviar
ciertas particularidades.
Otra variable que tendremos en cuenta es la evolución arquetípica entre el héroe clásico
y el hombre contemporáneo, estudiando qué valores cambian y cuales permanecen
dentro de esta evolución terminológica, y analizando sus posibles alteraciones , que
pueden ser sólo formales o afectar incluso también a los contenidos, previendo así que
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nos podamos encontrar con paradojas como la de que el héroe contemporáneo tenga
rasgos formales de corte antiheroico o llegar a parecerse a la propia figura del antihéroe,
1.2. Motivaciones
Tengo igualmente un interés particular por analizar unos tipos de personajes que me
resultan aparentemente simpáticos y atractivos, que se alejan del clamor popular y no
encierran en sí todas las cualidades que la sociedad demanda para ser reconocida., que
se desentiende de los valores adecuados para ser una persona digna, buena e interesante,
un personaje que se aleja, por las razones que sean ( y que habría que estudiar) de la
figura del triunfador-a.
Pretendo asimismo poder establecer una tipología de obras de arte en las que aparezcan
referencias a la figura antiheroicas, con un carácter no cronológico o histórico ,y en el
que la que los criterios de afinidad sean mas estrictamente visuales , de acuerdo con las
características metodologías de investigación en Bellas Artes.
Me motiva finalmente realizar este trabajo en euskera: me parece que aporta un interés
singular, aunque implique un esfuerzo añadido particular.
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Esta es una investigación que se realiza desde el campo de las llamadas Bellas Artes; en
este sentido pasa por la consideración del valor cognoscitivo de las prácticas artísticas,
por el establecimiento de las consiguientes relaciones entre estructuras artísticas y del
pensamiento y por la creencia de que este conocimiento que podemos obtener de las
prácticas artísticas se llega a través de la racionalización de la experiencia estética
resultante de su propia experimentación.
No queremos pecar sin embargo de idealistas, dando a entender que las obras de arte
son meras portadoras de sentido sino creyendo que estas conforman un juego de
contrarios, de postración, revelación, por un lado, ocultamiento y retiro por otro, en la
idea de que en la obra de arte hay algo más que un significado experimentable de modo
indeterminado como sentido. Planteamos, asimismo, el alejamiento de la visión del arte
como obra cerrada y la aproximación a otra visión, dinámica, en la que la obra sea
entendida como proceso de construcción y reconstrucción continuas.
En este contexto podemos situar los distintos tipos de identificación estética propuestos
por H.R. .Jauss, especialmente indicada por cuanto utiliza como ejemplo referente la
figura del héroe, como ser frente al que, por el lado de la recepción, el sujeto reacciona
emocionalmente de cada una de estas maneras (1):
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Las obras de arte sobre las que vamos a trabajar se sitúan dentro de lo que F.Menna
denomina Línea Icónica (2). Esta línea abarca a aquellas obras de arte encuadrables
dentro de la Modernidad , línea que manteniendo un punto de vista crítico con el
concepto de representación clásico, sin embargo no renuncia a él (como en la línea
anicónica), ni a sus medios de ejecución ( el claroscuro, la anatomía, la perspectiva). Lo
que pretende esta línea pasa por representar, por medio de la figuración, otras realidades
hasta entonces omitidas, y que responden a escala de valores que hasta entonces no
habían sido llevadas al campo del arte.
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2.1. Caracterizaciones
Lo ‘heroico’ puede estar aderezado de una cierta aureola romántica, en la que quedan
racialmente personificados el ‘bien’ frente al ‘mal’ ,proveniente este último de factores
externos . El objeto de esta temática suele recaer en celebridades públicas (políticas,
militares, deportistas, artistas).
En la búsqueda de la figura del héroe nos atenemos a las definiciones más genéricas del
diccionario los cuales lo identifican como una figura ideal y arquetípica que está por
encima del hombre común, y como ‘principal actor de una aventura o un
acontecimiento’, o ‘personaje principal masculino de una novela, un poema, una
película…etc, que represente el papel principal de la acción’.
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Las figuras heroicas clásicas se vislumbran como seres solitarios aunque el heroismo
individual termina encarnando el heroismo colectivo de un pueblo. Constituyéndose en
símbolo de la colectividad de identificación para miles de personas.
Uno de los rasgos más relevantes del comportamiento heroico entraña la paradoja de ser
el poseedor de un valor ejemplar en su mundo y tener una conducta equivocada de las
pautas valorativas de la sociedad al que pertenece. No respeta las pautas puesto que las
sobrepasa, creando así su propia moral.
El héroe nunca fracasa, la muerte no desvía su carrera; tan sólo la interrumpe: triunfa de
la muerte y al mismo tiempo accede a la inmortalidad por el recuerdo de sus hazañas
que guarden las generaciones que lo precedan. El héroe muere, generalmente, como
conviene al mito y a la leyenda, es decir, en plena juventud; aceptando la muerte como
inherente a un destino personal e ineludible que finalmente se constituye en su última y
más grande victoria.
En la figura del héroe se encarnan los valores positivos compartidos por una sociedad,
el héroe representa el modelo convencional a la que da prioridad una cultura en un
determinado momento. Es un hombre que ha encontrado el sentido a su vida, es
coherente con su forma de pensar y de estar en el mundo a los ojos de los demás. La
figura se basa en unas características relacionadas con un modelo relacionado con la
masculinidad: personalidad fuerte, pensamiento establecido basado en la razón, metas
de la vida prefijadas, buen estratega ante las adversidades, dureza de espíritu.
Serian equivalentes a la figura del héroe perfecto las situaciones grandiosas, epatantes,
asombrosos, sorprendentes, en las que el espectador queda deslumbrado, achicado.
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‘(...) Así el |antiguo pueblo de Grecia prefería el final trágico que mostraba que el
hombre es victima del destino y mediante la catarsis atenuaban o sublimaban sus
sufrimientos en el mundo. La sociedad norteamericana de nuestro siglo, por el
contrario, pide un final feliz para demostrar que con vigor se puede dominar la
naturaleza y superar todos los problemas de la civilización del confort, o porque
necesita representaciones tranquilizadoras’ (3).
a)El campeón: el defensor esforzado de una causa; El líder es esa persona que se define
como «jefe nato» o «gran hombre», cabeza de grupo, sea cual sea la naturaleza de éste,
que se encuentra por encima del resto con una mayor capacidad de mando e influencia,
respetado y querido por los otros y situado en ese papel por un conjunto de
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cualidades entre las que destaca un indefinible carisma. Su figura recibe una especial
consideración social, alcanza posiciones de prestigio y tiende a ser tomada como punto
de referencia por los otros.
Hay una serie de cualidades y características que hacen sobresalir al líder dentro del
grupo, suele ser algo más inteligente, pero sólo un poco más que el resto y nunca
excesivamente, ya que esto lo situaría en desventaja y sería rechazado.
Posee una importante seguridad en sí mismo y en sus propias convicciones, hecho que
es rápidamente percibido y transmitido a los otros. Toma decisiones y corre riesgos
mayores y destaca en tres dimensiones: su actividad, su capacidad para desempeñar las
tareas y objetivos que se propone y el afecto que obtiene de los otros. Acepta los valores
fundamentales del grupo y los lleva a cabo mejor que ningún otro, pero generalmente
estos valores han sido sutilmente impuestos por él mismo con unas innegables dotes de
persuasión. ;, personajes que demuestran cualidades superiores al hombre común.
Caracterizados ser descarados, insolentes, con una actitud llena de bravuconería, de
atrevimiento, también destacado por ser un presumido, ufano, orgulloso.
‘El genio es simplemente la más completa objetividad; esto es, la tendencia objetiva de
la mente (...), el genio es el poder de dejar los intereses propios, los deseos y metas
fuera de la vista, de renunciar por completo a la propia personalidad por un tiempo,
para quedar en sujeto puramente cognoscente, para conseguir una visión clara del
mundo’ (4).
‘El genio mantiene la bola mágica en la que nos parece compilado y puesto bajo la luz
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más clara todo lo que es esencial e importante, quedando fuera lo que es accidental y
extraño’. El secreto del genio reside en la percepción clara e imparcial de lo objetivo, lo
esencial y lo universal.
En cuanto a las características del genio, Schopenhauer sostiene que muchas veces por
mirar tan lejos no ve lo que está cerca, es raro y ‘mientras tiene fija la visión en una
estrella, cae en un pozo’. Un genio es poco sociable porque piensa en lo fundamental,
en lo universal, en lo eterno, mientras que los demás piensan en lo temporal, lo
específico y lo inmediato: ‘Por regla general, el hombre es sociable sólo en el grado en
que es pobre intelectualmente y vulgar en lo demás. El hombre de genio tiene sus
compensaciones y no necesita tanta compañía como quienes viven en dependencia
perpetua de lo que está fuera de ellos (...). El genio muchas veces se ve forzado a vivir
en el aislamiento y a veces en la locura’.
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2.2. Versatilidad
Teniendo en cuenta la figura del héroe como la representación de los ideales de una
comunidad creemos que ha evolucionado a lo largo de la historia. Nos valemos de
varios héroes de distintas épocas para ver esa evolución: el héroe clásico, el medieval, el
caballeresco, el libertino, el romántico, el realista y el actual.
El arquetipo del héroe clásico es Aquiles (5), su historia transcurre en la época de los
dioses, estos lo protegían y él a cambio les pagaba con su trabajo. El principal problema
del prototipo del hombre griego radica en el concepto de virtud, la cual, otorgaba la
fuerza y destreza de los guerreros y luchadores y, ante todo se manifestaba en valor
heroico. Homero lo aprovechó para denominar la excelencia humana y la superioridad
de los dioses. La característica primordial del noble en Homero era el sentido del deber.
La virtud era un atributo propio de la nobleza y de las clases dominantes. El hombre
común no poseía virtud.
En el periodo clásico los pueblos griegos anhelaban tener un modelo perfecto a seguir
buscando de este modo la más alta virtud, anteponía la justicia a la venganza y deseaba
llevar a juicio a sus enemigos; era constante y grande en las artes de la guerra, era un
fiel vasallo, devoto de su familia y ejemplo de la primacía del derecho formal sobre la
venganza primitiva; se destacaba por ser un caballero en todo el sentido de la palabra;
siempre conservaba el coraje ante las más adversas situaciones.
Ya el héroe no era el mismo, era aquel hombre que soñaba y luchaba hasta el final por
alcanzar lo que anhelaba, ese que jamás se rendía y que a pesar de que sabía que estaba
derrotado, continuaba combatiendo aún contra aquello que no podía luchar.
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En esta época ya los autores no eran guerreros cantores sino poetas profesionales
quienes eran indispensables para la naturaleza. Resulta paradójico que las aventuras de
caballería hayan tenido su mayor auge en siglo XV y XVI, cuando la edad media estaba
llegando a su fin y el renacimiento ya empezaba. Las clases sociales ligadas o los
caballeros y al orden feudal medieval se sentía amenazadas por la irrupción de la
burguesía en el poder y el anuncio de una nueva época y la literatura caballeresca era un
intento para rescatar el orden social medieval, que parecía condenado a desaparecer en
el transcurrir histórico.
Así se refugia en el mito: en el mundo de los hombres idealizados, de los hechizos del
mago Merlín, de la búsqueda del Grial y de tantas aventuras contra gigantes y espíritus
maléficos, fue el resguardo de una imaginación decepcionada por la realidad. La nueva
clase social representada en los poderes del mal siempre derrotada en la literatura; un
‘final feliz’ aseguraba a los caballeros y a su clase social el triunfo eterno de las fuerzas
del bien.
El héroe libertino no es ya la encarnación de los valores sociales, sino quien sigue los
principios de la naturaleza y que son los enunciados por los filósofos, los economistas,
los científicos, etc. de la época. Y esa naturaleza es la Gran Máquina ciega, compuesta
por ruedas trituradoras que pulverizan todo a su paso. Los sentimientos humanos, el
amor, la amistad, los valores morales, los principios éticos, no son más que débiles
piedras que intentan introducirse entre los engranajes de la Maquinaria y cuyo destino
no es otro que el de convertirse en polvo.
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El héroe libertino, rompe los vínculos con los valores comunes de la sociedad y sólo se
ofrece como modelo a una minoría a la que intenta llevar a su lado. Su propósito es un
desenmascaramiento de lo social como algo meramente convencional y la proposición
de lo natural como lo auténtico. No tenemos, pues un héroe de la sociedad, sino un
héroe que se define contra la sociedad, un héroe profundamente antisocial. Este giro,
como tendremos, se seguirá manteniendo.
El héroe romántico por excelencia es el artista. Nunca se había elevado tan alto como
durante el romanticismo la consideración de genio artístico. Su propia naturaleza de
genio le convierte ya en un rebelde: no sigue las normas de los otros, son los otros los
que deben seguirle a él. Como podemos aprecias, sus actitudes son opuestas a la del
libertino. Este se negaba a seguir las normas sociales, pero fingía cumplirlas para poder
alcanzar mejor sus fines. El romántico, por el contrario, prefiere dejarse matar antes de
fingir ante los otros que se dobla a sus designios si cree que éstos son falsos. el
romántico consigue hacer de su fracaso social un signo de triunfo.
Ya no se hace ‘arte’ para que la comunidad identifique como tal alrededor de unos
objetos simbólicos, sino para denunciar, para atacar los cimientos de esa misma
sociedad pasamos del fenómeno integrador al arma arrojadiza, de la celebración común
al juicio crítico. Se inicia una profunda renuncia de la función originaria del arte a favor
de un arte individual que no asume la visión de la comunidad, sino la visión subjetiva.
Ya no veremos representado el espíritu de una época en el objeto artístico, una
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plasmación colectiva, sino una crítica parcial de ese espíritu desde la subjetividad, un
universo múltiple y poliforme en donde el hombre pierde el apoyo de lo común y se ve
lanzado a la búsqueda de lo individual. La identificación con el héroe ya sólo puede ser
parcial y significa tomar parte en la lucha contra los otros, contra la mayoría.
El dolor es el signo de los que son sensibles y el poeta es el más sensible de los hombres
lo que los demás viven superficialmente, el poeta romántico lo vive de forma trágica.
Los mitos románticos recuperan aquellas figuras en las que el dolor y el castigo se
hermanan. Los mitos de los osados, de los que desafían a los dioses o por las de los que
traspasan los límites de lo permitido son utilizados para proyectarse en ellos. Figuras
prometeicas, castigadas por una fuerza que proviene de su interior morboso, acaban
siendo destruidas por la misma fuerza que las eleva. Prometeos, Icaros, Sísifo...
La locura, como había sucedido con el rechazo a Byron, es contemplada como la marca
del héroe, como el signo de una superioridad trágica que destruye a quien lo lleva.
Como sucederá más de cien años después con los personajes de Hemingway, el hombre
está condenado a la destrucción, pero es en ella en la que se redime. Destruido, pero no
derrotado. Participar en la batalla salva al héroe y le permite entrar en la leyenda.
El sino del héroe romántico es necesariamente su destrucción, pero con ella se garantiza
la pervivencia en el recuerdo la verdadera lucha del hombre es contra el olvido. La
lucha es el juego que los elegidos practican para sustraerse a esa nada. Por eso, si algo
asusta al héroe romántico es la ausencia de diferencia, al verse confundido, atrapado por
el infierno de la igualdad.
El héroe realista destaca por su ambición por el dinero, el tener amigos influyentes, el
no poseer una amada sino una aburrida esposa, éste se encuentra tras varias máscara que
esconden sus verdadero ser ya que solo quiere dominar, y tener mejor capacidad para
seducir. La lucha describe, ya no es una tragedia del hombre enfrentando a lo absoluto o
a sus demonios interiores, sino un entrecruzamiento con las fórmulas anteriores.
El héroe realista es consciente de dos cosas: que los límites de la batalla son los de la
historia, y, en segundo lugar, de la debilidad del enemigo. El mundo que nos describe
no es el de las grandes batallas, sino el de la mezquina lucha cotidiana por sobresalir.
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Un joven aprende cuáles son los auténticos principios que rigen el cuerpo social para
poder moverse en él. Aprende que los principios que los libros enseñan sobre el hombre
no son más que falsedades, que la realidad social es una jungla en la que hay que utilizar
todas las armas disponibles para evitar que nos destruyan; que ascender es pisar, pasar
sobre otros sin detenerse para alcanzar las metas. Aprende a fingir, a controlar sus
sentimientos en beneficio de sus objetivos. Se fija en aquellos que lograron subir para
tratar de reproducir sus métodos y llegar tan alto como ellos. La gente se doblega ante el
poder del genio, le odian, intentan calumniarle porque toma sin compartir, pero si
persiste terminan inclinando la cerviz. La corrupción gana terreno, el talento escasea.
La novela realista traza una imagen de la sociedad muy distinta a la que ésta tiene de sí
misma. El siglo XIX, el siglo del progreso, tiene una imagen elevada de lo que significa
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El siglo XX es una época, en donde todo puede suceder, en la cual el hombre a tenido
que sobrepasar sus propios límites para poder superarse y alcanzar un nivel científico
muy importante, el héroe cambia, se convierte en el símbolo de la desesperación del
hombre ante la enajenación deshumanizadora, usando como instrumento la ironía con el
fin de auto-conocer sus pasiones y relajarse, de burlarse de sus propios actos. Se le da
un nuevo giro, en el que a éste le toca contar sus propias aventuras llenas de un humor
negro, ideas críticas e imágenes corrosivas.
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Apolo era uno de los dioses más venerados por los griegos, le erigieron muchos templos
y a su oráculo acudían cuando deseaban conocer el futuro o aspectos oscuros de su
existencia. Los griegos lo consideraron como el dios de la juventud, la belleza, la
poesía, y las artes en general.
Nietzsche defiende una concepción metafísica del arte: el valor del arte no está en la
mera complacencia subjetiva que provoca en el espectador, no atañe solo a la esfera del
gusto; es algo más profundo, puesto que con él una cultura expresa toda una concepción
del mundo y de la existencia.
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Pues bien, dice Nietzsche, el pueblo griego antiguo supo captar las dos dimensiones
fundamentales de la realidad sin ocultarse ninguna de ellas, dimensiones que este
pueblo expresó de forma mítica con el culto a Apolo y a Dionisos. La auténtica
grandeza griega culmina en la tragedia ática, género artístico con el que consiguieron
representar de modo armónico lo apolíneo y lo dionisíaco de la existencia.
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Eneas es un guerrero reconocido por su valor y por el favor que tienen para con él los
dioses, ya que en tres oportunidades es resguardado y devuelto a la batalla. Ferviente
guerrero, se enmarca en un código heroico basado en tres conceptos centrales: la honra,
tanto íntima de cada héroe para con su persona, cuanto social, tributada por su
comunidad; la virtud o excelencia física e intelectual; y la gloria que el héroe pretende
lograr cuando, una vez muerto en la batalla, se haga inmortal a través de los cantos que
se ofrezcan en su honor.
Eneas posee una personalidad que es constante a lo largo de todo el poema, las
circunstancias que lo rodean y el desenvolvimiento de los hechos, así como la progresi-
va revelación de su destino, son factores que lo conducen a manifestar sus sentimientos
de formas diferentes. En la primera etapa, sufre con sus compañeros una tormenta que
los divide y el mandato de los dioses permanece confuso. La sensación es de angustia,
de desolación, de alarma frente a la cercana posibilidad de recibir una muerte sin gloria,
en medio del mar. Es en esta fase cuando Eneas es más vulnerable, sobre todo porque
durante ella ocurre la muerte de Anquises.
En la siguiente etapa recibido en el Lacio un signo del cielo que confirmará que ha
llegado a su tierra , y para el rey Latino será un hombre anunciado por los oráculos.
Finalmente Eneas se erigirá como defensor de su nueva patria y líder de una poderosa
alianza; confiará totalmente en sí mismo y en el favor de Júpiter y del Fatum, y con esta
actitud logrará la victoria.
Eneas, si bien en medio del mar y de la desesperación desea haber muerto en Troya, es
consciente también de su deber como conductor de sus compañeros, y de que, en
calidad de tal, no puede dejarse vencer por el desaliento. Antes que encerrarse
en su propia angustia, debe estimular a aquellos que confían en él a continuar la
empresa.
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El trayecto espacial, geográfico del viaje de Eneas de Troya a Italia es, al mismo
tiempo, un recorrido desde el ideal de la muerte con gloria hacia un perfil de héroe que
se construye a través de la aceptación de un mandato que supone deberes y renuncias.
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El filosofo en Platón es el hombre que se ha purificado de las taras del cuerpo, que no
vive más que para el alma y no teme a la muerte, puesto que, ya en esta vida, su alma
está separada del cuerpo. El filósofo debe ‘huir de aquí’, purificarse, vivir en contacto
con realidades que el sofista o el político ignoran; por otra parte, debe construir la
ciudad justa, cuyas relaciones sociales reflejen las relaciones exactas y rigurosas que
constituyen el objeto de la ciencia. Es, por una parte, el sabio retirado del mundo y, por
otra, el sabio y justo, el verdadero político que da leyes a la ciudad.
Nació en el seno de una familia aristocrática en Atenas. La teoría de las ideas de Platón
y su teoría del conocimiento están tan interrelacionadas que deben ser tratadas de forma
conjunta. Influido por Sócrates, Platón estaba persuadido de que el conocimiento se
puede alcanzar. También estaba convencido de dos características esenciales del
conocimiento que el conocimiento debe ser certero e infalible y que debe tener como
objeto lo que es en verdad real, en contraste con lo que lo es sólo en apariencia. Lo que
es real tiene que ser fijo, permanente e inmutable, identificó lo real con la esfera ideal de
la existencia en oposición al mundo físico del devenir. Una consecuencia de este
planteamiento fue su rechazo del empirismo, cnsiderando que las proposiciones
derivadas de la experiencia tienen, a lo sumo, un grado de probabilidad. No son ciertas.
El punto más alto del saber es el conocimiento, porque concierne a la razón en vez de a
la experiencia. La razón, utilizada de la forma debida, conduce a ideas que son ciertas y
los objetos de esas ideas racionales son los universales verdaderos, las formas eternas o
sustancias que constituyen el mundo real.
Platón tenía una idea antagónica del arte y del artista aunque aprobara algunos tipos de
arte religioso y moralista. Su enfoque tiene que ver una vez más con su teoría de las
ideas. Considerando una reproducción secundaria de la realidad, también el artista es
una reproducción de segundo orden del conocimiento y, en realidad, la crítica frecuente
de Platón hacia los artistas era que carecían de un conocimiento verdadero de lo que
estaban haciendo. La creación artística, observó, parecía tener sus raíces en una
inspirada locura.
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La figura célebre del Cid no podrá ser nunca la de un santo ni tampoco la de un rufián y
forajido, ya que ni lo uno ni lo otro podría ser el resultado de la epopeya genial de un
pueblo.
De todos los mitos que la literatura castellana aportó a la Universal, sin duda es la del
Cid la más trascendente, convirtiéndose el héroe no solo en un ser de ficción, sino
entroncándose como una figura representativa de todo un pueblo y una cultura.
Por otra parte, surge el temple moral del héroe en quien se enlazan y juntan los más
nobles atributos del alma castellana. Su llana y familiar cortesía ingenua, nos brinda a
grandeza sin énfasis y la imaginación más sólida que brillante, la piedad más activa que
contemplativa y la ternura conyugal más honda que expresiva.
Ya aquí aparece la dama a la cual el héroe está sujeto, dedicándole sus luchas. Estaba a
sus servicios y cuando se encontraba ausente la anhelaba. Los refinamientos de este
amor ideal representaban una reivindicación de la libertad y la dignidad femenina,
juntos cometía un adulterio galante y secreto. Los caballeros andantes, impulsados por
una gran sensibilidad y generosidad, se proclamaban humildes ante los caprichos de las
altivas damas y exaltaban tal sumisión.
El caballero debía luchar contra las fuerzas del mal: brujos, encantamientos, pociones,
engaños protegiendo a los caballeros en peligro.
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Hay dos características que subyugan a aquella sociedad y que ella persigue con todas
sus fuerzas: conseguir la benevolencia de Dios y la benevolencia del mundo, la cual
implicaba el reconocimiento y el respeto de la sociedad, que era, en definitiva, lo que
aquella época entendía por honor.
Había advertido también que los valores que aseguraban la consecución de uno y otro
objetivos eran los mismos, y que entre uno y otro había una relación de
complementariedad y de exclusión recíprocas.
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servicio implica una exigencia no menos rigurosa que el otro y tiene el mismo o mayor
valor formativo del espíritu.
Doce de entre sus caballeros más nobles y valerosos constituían con el rey Arturo la
excelsa orden de la Mesa Redonda. La vida de estos caballeros, que tiene como centro
la corte del rey Arturo, origina un repertorio inagotable de aventuras y hazañas,
cortesanas y de campaña, en las que se entremezclan y combinan estratos muy dispares:
el mundo de leyendas, fantasmagorías y tradiciones orientales y celtas, y el mundo de
amores galantes, torneos y desafíos de la caballería de la época. Con la historicidad de
los caballeros de la Mesa Redonda ocurre lo mismo que con la del rey Arturo:
posiblemente se trata de héroes legendarios pertenecientes no sólo a distintas épocas,
sino incluso a distintos siglos, cuyas gestas fueron incorporadas al corpus temático del
rey Arturo sin más razón ni motivo que la fantasía de los creadores literarios.
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El Marqués de Sade, era un noble que por contra de los valores sociales de aquella
época y seguir sus instintos naturales termina por arruinar completamente su vida y a la
vez mostrar realmente a la sociedad lo que es auténtico.
En un fragmento de Justine, una de las obras del Marqués de Sade se reúnen con más
claridad los elementos propios de la filosofía libertina. En él, un personaje, un conde,
explica a Teresa el funcionamiento del mundo:
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‘¡…Cualquiera que sea el gobierno bajo el que nos encontremos, la ley mejor será
siempre la del más fuerte!’.
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Ser rechazado acabará siendo síntoma de estar en posesión de una verdad profunda que,
por su propia grandeza, se vuelve incompresible a los demás a todos aquellos que no
están a su altura. El poeta Friedrich Höderlin manifestó ese rechazo a los que les
desprecian en su poema en su poema El consenso público:
‘Celestial Divinidad, ¡cómo nos vimos las caras cuando te planteé diversas batallas y
te arrebaté algunas victorias nada insignificantes!’ (7).
Hölderlin encarna la lucha interior, vivió todas sus guerras en su interior y los enemigos
que allí habitan pueden ser gigantescos e invencibles. Los enemigos interiores nunca se
baten en retirada, no tiene otra guarida que lo profundo del alma y allí termina su labor
destructiva. La locura de Hölderlin es típicamente romántica, pero la admiración del
joven Waiblinger no es menos y es también representativa de una forma de sentir.
Wilhelm Waiblinger, joven estudiante de apenas dieciocho años, visita al poeta en 1822.
Siente la fuerte necesidad de escribir una novela sobre un loco. Hölderlin se le ofrece
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Vida y obra, en Byron, se convierten en una unidad en donde es difícil separar lo que es
historia, ficción y leyenda. Las relaciones entre estos tres elementos son esenciales para
entender lo que Byron significó en su tiempo. Lord Byron tuvo su historia, pero también
tuvo su leyenda, leyenda que surge de la relación de su vida y sus ficciones.
La ‘Leyenda Byron’ nace socialmente del cruce de dos imágenes la producida por los
hechos que configuran la vida del poeta y la creada por la visión que él mismo dio de
ellos en las páginas de sus obras.
Byron fue víctima tanto de sus propios excesos como el tratamiento poético que ofreció
de ellos al mundo. Odiado por muchos y admirado por otros tantos, su dimensión
heroica es un ir y venir entre sus personajes y él mismo. Byron y sus personajes fueron,
a los muchos ojos, héroes, y lo fueron en un sentido bien distinto al que se había hasta
entonces. Podemos calificar a este nuevo tipo como héroes del rechazo, héroes del ‘non
serviam’. Personajes orgullosos que son capaces de vivir su diferencia de forma
arrogante.
‘Nunca fui amigo de la sociedad; tampoco ella se mostró amiga mía. Nunca intenté
alcanzar votos; jamás se me vio doblar pacientemente la rodilla ante los ídolos, ni
forzar la sonrisa en mis labios, ni unirme al eco de los aduladores. Viví como extraño
entre los hombres; estando entre ellos parecía ser perteneciente a una especie distinta;
envuelto en el sombrío velo de mis pensamientos, muy diferentes a los de mis
semejantes, continuaría siendo aún el mismo de no haber dominado y moderado mi
alma’.
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La imagen del joven que, pudieron tener la felicidad al alcance de su mano, se deja
tentar por lo prohibido, prende con un gran atractivo en el público. El atormentado
Childe Harold, como otros héroes de Byron, es el poseedor de un gran secreto que le
atormenta desde lo más profundo de su corazón. Cuál puede ser esa falta cometida que
era en el ámbito de la imaginación del lector. Este sólo puede apreciar el efecto del
tormento, no su origen. Así, con astucia, Byron invita al lector a imaginar su pecado o,
lo que es lo mismo, a proyectar los suyos sobre el dolor del héroe estableciéndose un
hermanamiento por simpatía. El mismo autor lanza en el Canto I una negativa retórica
hacia la supuesta demanda de información por parte del lector:
Si los personajes de Byron se niegan a desvelar sus pecados ese maravilloso "no lo
preguntes; tenme lástima", el propio escritor no se preocupó mucho de esconder lo
suyos sobradamente aireados. Así, lo que los personajes ocultaban se veía recreado en la
opinión pública por las informaciones procedentes de sus escándalos. El público tenía
donde elegir a la hora de buscar las culpas del héroe. El Byron torturado que los lectores
podían apreciar en sus obras, se complementaba perfectamente con el Byron
escandaloso de la vida real. Vida y obra unidas indisolublemente: hecho y confesión,
acto y remordimiento, pecado y penitencia.
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La frustración del héroe realista es la que se produce al ver que seres mediocres están
por delante de él en la escala social. Su energía se empleará en convencer a los otros, a
los que están arriba, de que él es su igual. Sin embargo, a pesar de la caída del Antiguo
Régimen, el cuerpo social sigue constituyéndose sobre la cuna y la posesión. La pérdida
de privilegios es más formal que real. Los que se enriquecieron con anterioridad pueden
haber perdido sus títulos, pero no su dinero y es éste el que determina ahora las
posiciones de cada uno.
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también su destino: cómo el talento despierta el deseo de anulación por parte de los
mediocres.
Nos señala el mito-crítico Gilbert Durand que la activación de los símbolos al final del
siglo XVIII y al principio del XIX en Europa, permitió, en medio de un mesianismo
mítico evidente, el resurgir literario e ideológico del viejo mito de Prometeo y la
encarnación histórica de este mito en Napoleón Bonaparte.
Pero el haber conseguido el éxito, aunque sea por un sólo día, confirma la superioridad,
confirman la astucia, el arrojo, la decisión, cualidades necesarias para sobresalir. El
drama del héroe realista es que, despreciando a la sociedad, aspira a situarse en su cima.
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Nietzsche diseña el superhombre, un hombre que se caracteriza por ser un ser superior,
libre de los valores pasados, autónomo, agresivo y legislador. Él es su propia norma
porque está más allá del bien y del mal. El superhombre es voluntad de poder, voluntad
creadora de nuevos valores.
Según el filosofo, el hombre debe superarse para transformarse en un ser superior por el
que se caracterizaría al superhombre. El medio de superación es la voluntad de poder, la
voluntad de querer y de verdad. La voluntad tiende a la expansión, al dominio, a la
agresión y al sometimiento de todo lo ajeno. El proceso evolutivo de la especie humana
tiende a la producción de individuos fuertes y superiores, y no al beneficio de la especie.
‘El hombre superior se distingue del inferior por su intrepidez y el desafío que lanza al
infortunio. Es un síntoma de "decadencia" cuando empiezan a prevalecer criterios
eudemonistas (cansancio fisiológico, atrofia de la voluntad)...La fuerza pletórica ansía
crear, sufrir y sucumbir; no quiere saber nada con la mezquina bienaventuranza
cristiana y los ademanes hieráticos’ (Voluntad de poder).
‘Dios ha muerto, queremos que viva el superhombre; se trata, por tanto, de un fallido
intento de sustituir a un Dios muerto por un hombre divinizado.’ (Así habló Zaratustra.)
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Los expertos nos dicen que en el pensamiento de Nietzsche hay un optimismo heroico,
que es tremendamente positivo llevado a ese extremo del que vive y ama tan
intensamente la vida que no le importa ponerla en peligro para poder disfrutarla, del que
a la vez que ama la vida se impone una tarea, un dominio de su alegría y su voluntad de
Poder con un objetivo, una norma.
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La vida y la obra de Picasso se confunden con la historia del arte del siglo XX. No se
comprende a la pintura moderna sin Picasso pero, asimismo, es imposible comprender a
Picasso sin ella (8).
Una sociedad que se niega a sí misma y que ha hecho de esa negación el trampolín de
sus delirios y sus utopías, estaba destinada a reconocerse en Picasso, el gran nihilista y,
asimismo, el gran apasionado.
El arte de Picasso encarna con una suerte de feroz fidelidad —una fidelidad hecha de
invenciones— la estética de la ruptura que ha dominado a nuestro siglo. Lo mismo
ocurre con su vida: no fue un ejemplo de armonía y conformidad con las normas
sociales sino de pasión y apasionamientos. Todo lo que, en otras épocas, lo habría
condenado al ostracismo social y al subsuelo del arte, lo convirtió en la imagen cabal de
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las obsesiones y los delirios, los terrores y las piruetas, las trampas y las iluminaciones
del siglo XX.
Picasso rechazó los honores y los encargos oficiales y vivió al margen de la sociedad —
sin dejar nunca de estar en su centro. No concibió al arte como confesión sentimental.
Aunque la raíz de sus creaciones fue pasional, la elaboración fue siempre artística.
destacando en él la abundancia y la variedad de las obras
Fue intransigente y leal consigo mismo y con la pintura. Nunca quiso agradar al público
con su arte. Tampoco fue el instrumento de las maquinaciones de las galerías y los
mercaderes. En esto fue ejemplar, sobre todo ahora que vemos a tantos artistas y
escritores correr con la lengua de fuera tras la fama, el éxito y el dinero.
Su inmensa popularidad no estuvo reñida con la complejidad y la perfección de muchas
de sus creaciones. Lo decisivo sin embargo, fue la magia personal. Insólita mezcla de la
gracia del torero y su arrojo mortal, la melancolía del cirquero y su desenvoltura, el
garbo popular y la picardía. Magia hecha de gestos y desplantes, en la que el genio del
artista se alía a los trucos del prestidigitador.
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Mientras que el primer bosquejo de la obra ("La muerte de Sigfrido") evidenciaba los
ideales revolucionarios defendidos por el compositor en esa época (1848), y Sigfrido
representaba la posibilidad de un renacimiento de los dioses, el carácter inicialmente
optimista de la obra va desapareciendo en las sucesivas versiones. Es que Wagner se ha
imbuido de la filosofía de Schopenhauer, y la decadencia y el pesimismo van ganado
lugar en la tetralogía del Anillo. Así como en el primer bosquejo de la obra Brunhilda
anunciaba la llegada de una era paradisíaca, en la tercera versión la misma Walkyria
exalta la muerte como forma de superación del sufrimiento. En la versión definitiva, si
bien el mundo de los dioses ha caído, existe la posibilidad, a partir del sacrificio
redentorio de Brunhilda -que se une a la pira que consume el cadáver de su esposo-, de
un mundo nuevo. En este sentido.
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Tal vez en El caso Wagner el valor concedido a la organicidad implica una crítica a la
pura pérdida en lo que la filosofía contemporánea ha llamado "la diferencia" y el
‘fragmento’. Esa anarquía de perderse en lo singular significa "decadencia", y el
Wagner no orgánico es un decadente. Sin embargo, el amante del drama musical
wagneriano no podrá menos que decir que Wagner es el creador por excelencia de las
totalidades, una enorme y completa totalidad, que hace referencia a un ciclo total: el de
aparición, caída de los dioses y posibilidad de una nueva raza, libre de la ambición de
dominio. Y, sin embargo, totalidad no es sinónimo de organicidad.
La música que quiere significar ‘otra cosa’ más allá de sí misma es homologable al
lenguaje de la filosofía criticada por Nietzsche, que pretende transparentar un ‘algo
otro’. La música como idea que "significa el infinito", la música que se desvela por ese
algo otro que la trasciende y en el que coloca sus esperanzas, como el hombre religioso
metafísico agotado, cuya fatiga lo impulsa a crear trasmundos.
"Infinito" y "significado" son las dos palabras que , según los entendidos,resucita la
música wagneriana. Por eso es un música pesada, nebulosa, forjadora de neblinas: la
música del infinito, la música que "significa" el infinito es la música expresiva por
excelencia.
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Los superhéroes se caracterizan por ser seres que en un determinado momento han
obtenido unas capacidades extraordinarias: algunos no tienen un origen humano, son
mutantes, demonios, fantasmas, extraterrestres; otros provienen de experimentos
científicos; también existen personajes obtenidos a partir de la tecnología avanzada u
otros que se transformaron a partir del poder de la venganza.
Por otra parte son seres que poseen más de una característica como los superpoderes,
capacidades superiores a los de los humanos corrientes, como lanzar rayos energéticos,
volar, una fuerza sobrehumana, invulnerabilidad, telepatía. Otros poseen una tecnología
muy avanzada, poderes místicos o conocimiento de las artes marciales, también hay
quien tiene habilidades atléticas extraordinarias o una inteligencia fuera de lo normal.
Tenemos en cuenta que algunas veces poseen una identidad secreta, una doble identidad
o un alter ego, así son personas mientras trabajan a escondidas como superhéroes.
Llevan generalmente uniformes muy ajustados y vistosos que ocultan su personalidad a
la vez que los identifica como superhéroes.
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Notas
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3.1. Caracterizaciones
Dentro del este abanico que pensamos que constituyen las figuras antiheroicas nos
encontramos con ‘héroes corrientes y anónimos’, ‘héroes sufrientes’, ‘héroes lúdicos’ o
héroes malditos y hasta abyectos, concretables en personajes que se salen de los valores
habituales y que en su diferenciación de la mayoría establecida, son familiar y
peyorativamente caracterizados como personas sin ‘fuste’, perdedores, degenerados
‘gafes’, ‘chivos expiatorios’ bufones, ‘veletas’, ‘perros verdes’, ‘ovejas negras’, sin
sangres’, ‘balas perdidas’, ‘majaras’, traidores, ‘tocapelotas’, ‘maricones de mierda’,
tibios,’cabralocas’, pichasbravas, putones verbeneros…etc.. Y es en este contexto donde
cabría hablar de la figura del ‘antihéroe’ y la antiheroina, en el que determinar si dicha
figura forma parte de un calificativo que engloba a las demás o tiene una especificidad
aparte.
Intuimos que las características contrarias a las heroicas aglutinan a tipos de figuras que
comparten rasgos comunes:
a) Héroes corrientes :Se caracterizan por su cercanía, son los personajes vulgares,
careciendo de cualquier tipo de distinción entre los demás. Alejado de lo extraordinario
es el hombre común. El vulgo, es la masa, es considerado parte de un colectivo, el que
no ha hecho nada importante.
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Aun así no hay un cambio en el carácter del héroe, sino al contrario termina en el
apaciguamiento, sosegado se autoconfirma como personaje anónimo, corroborando la
validez de su vida usual. Contrasta con el control de los sentimientos que caracteriza al
héroe perfecto su sentimentalidad, la exteriorización excesiva de muchos sentimientos
afectivos a la vez rozando lo ridículo.
Cercanos a este tipo de héroe consideramos a las situaciones que podríamos definir
como amables, los que nos son cercanos opuestos a lo extraordinario desarrollados en el
ámbito de lo cotidiano, relacionadas con el costumbrismo, las escenas domesticas,
rurales y de tipo local.
Englobaríamos aquí también a figuras como ‘el mediocre’, ‘el tibio’, ‘el personaje
pintoresco’, ‘ el camaleónico’ dentro de estas características comunes.
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b) Héroes sufrientes: Consideramos al ‘héroe sufriente’ como un tipo que se aleja de los
valores heroicos con un raíz común a otros tipos como ‘el perdedor’, ‘el gafe’, ‘el
encajador’, caracterizados por el estremecimiento trágico, la conmoción que nos causan.
F. Nietzsche define el sentido del sufrimiento como una afirmación de la vida a través
de la destrucción de la misma (2). En ese movimiento destructivo surgiría un goce, el
goce del héroe bélico quien se regocija en la destrucción y en el sufrimiento. El
sufrimiento es parte necesaria, ineludible, de la existencia del hombre superior, que es
superior en cuanto se impone y llega a dominar a los demás a través de la destrucción y
la crueldad.
‘el héroe sufriente’, se caracteriza por ser un personaje con la mente atormentado,
sumido en un pesar interno, lleno de inquietud, desasosiego, dolor. Corresponde aun así
a un hombre firme, que no se deja impresionar ante las situaciones adversas.
‘el encajador’, persona que sabe adaptarse a las circunstancias que se le presentan.
Englobaríamos dentro de estas características a diferentes tipos de figura como ‘el chivo
expiatorio’, ‘la cabeza de turco’, el personaje del ‘traidor’, ‘el gafe’.
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‘el héroe divertido’ se caracteriza por su buen humor, creando un vinculo cómplice
entre los participantes. La alegría es su motor. Considerando diferentes tipos de humor,
relacionamos a este tipo de héroes un humor sin segundas intenciones.
Otro tipo de personaje seria ‘el vividor’, el que tiene una vida ociosa y cómoda
disfrutando de la misma a coste de los demás. Compartiendo características comunes
estaría ‘el parásito’, creemos que el vividor reflejaría más una actitud vital,
aprovechando su carácter chistoso, mientras que ‘el parásito’ sería un personaje más
introvertido e inclasificable.
Otro tipo cercano sería la figura del “niño grande’, caracterizado por el infantilismo,
poseyendo cualidades demasiado inocentes para la edad adulta. Otra variante más
traviesa sería la figura de “Peter Pan”.
Englobados dentro del héroe divertido, la búsqueda del placer sería el único vehículo
de este tipo de héroes para encontrar la felicidad.
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Estaríamos frente al tipo repulsivo aquel que trasmite una sensación de terror , asco,
fascinación al no poder clasificarlo en nuestro orden cultural. La figura del ‘freak’.
Los personajes que crea S. Beckett podrían englobarse dentro de las características del
tipo extraño (4). Son seres marginales, vagabundos. Físicamente sucios, rozando lo
repulsivo. Son unos necios , incapaces de mantener una conversación cuerda, pero a la
vez hablando de temas transcendentales. Orgullosos y contradictorios. No nos sentimos
conmovidos por su situación, no los sentimos como victimas aunque realmente sean
unos perdedores.
A nuestro entender aquí habría varios grupos: por ejemplo los personajes como
Hommer Simpson, Mister Bean son personajes imposibles de entender, extraños y
abyectos o repulsivos pero al mismo tiempo creemos que podrían ser las imágenes
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3.2. Versatilidad
Cada individuo de una sociedad espera que lo otros tengan las mismas reacciones
que ellos e incluso los obligan a ello. El paso inmediato será por tanto la
transformación de los actos en instituciones sociales, que se convierten así en
depósitos sociales y legitimados de sentido.
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Pero esta situación estable puede sufrir un desequilibrio: "la condición para
que se produzca una crisis de sentido es que los miembros de una determinada
comunidad de vida acepten incondicionalmente el grado de coincidencia de
sentido que se espera de ellos, pero que sean incapaces de alcanzarlo’ (6 ).
Hay algunas sociedades que son más propensas a las crisis que otras. Ocurre en
ellas que ciertas instituciones se separan del sistema de valores supraordinal y
determinan la acción del individuo en un área concreta. Orientan al individuo en
la mayoría de las áreas de la vida cotidiana independientemente de si concuerdan
o no con los sentidos supraordinales de los esquemas que comunican, por
ejemplo, las religiones. Sus formas de legitimación son por tanto insulsas y de
ámbito restringido.
Eso es lo que ocurre en la sociedad occidental durante las primeras décadas del
siglo. Fruto de la modernización, de la aparición de un orden económico estable,
y de una relativa estabilidad política, la religión, depósito de sentido
tradicional, es la que se repliega (Nietzsche había anunciado ya la ‘muerte’ de
Dios), y se convierte en una teoría más. La secularización crea al hombre
moderno, que puede vivir sin la religión.
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La concepción del heroísmo moderno, por tanto, dista mucho de la clásica. Ahora
ser un héroe significa en sobrevivir en el día a día, en mantener la integridad,
la identidad, en un mundo que se descompone. Mantenerse como tal, es cada vez
más difícil en una sociedad que no apuesta por que cada toma de postura
individual corresponda con lo establecido, sino que legitima cualquiera de ella. En
este contexto es donde creemos poder situar las figuras antiheroicas.
La primera variante tendría que ver con la figura del antihéroe ‘abyecto’, con un
trasfondo nihilista, cínico, en el que el personaje trata de pasar desapercibido,
evitar responsabilidades, no comprometerse ideológicamente, incumpliendo
normas, haciendo gala de su inutilidad e inservilidad social.
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Se le ve en un carro tirado por dos panteras y adornado de hiedra y viña. Su escolta está
compuesta por bacantes, silenas, sátiros y dioses más o menos locos. Dios marginal, lo
desordena todo al pasar y se burla de las leyes y las costumbres: trastorna las jerarquías
de la ciudad, se alía con las mujeres y los esclavos, le gustan las máscaras, los disfraces,
los gritos desordenados, los bailes libertinos y los lugares salvajes. Dionisos se sitúa
antes y fuera del orden social.
Dionisos descubre el vino y la viña. Dios ebrio, no tiene morada, yerra en las grutas,
favorece la vegetación exhuberante de las plantas y el desenfreno de los hombres. Le
llaman ‘comedor de carne cruda’. Vuelve salvajes a los fieles y les enseña a beber vino
‘rico en Alegría’. Conoce la desmesura y la locura. Delirio, exaltación, flagelaciones y
crímenes forman parte de su universo, pero también éxtasis místicos y posesiones.
Dionisos es el dios que funde naturalezas, yendo más allá de los límites de cada una. Es
el iluminador por medio de la trasgresión y el exceso, de los estados alterados de
conciencia, del éxtasis y el estado arrebatado. Es el dios bisexuado por excelencia,
participa de las dos naturalezas. Es el superador del mundo, el que propicia la
trascendencia, el ir más allá siempre. Es el que posibilita la fusión de animales-
humanos-dioses al disolver sus diferencias y fusionarlas. Y esa unicidad es la
característica de toda edad de oro mitológica: borrar las distancias, fusión total.
Es el amante y al mismo tiempo hijo de la Luna. Señor de los animales salvajes. Dios de
la alegría sin propósito, del delirio, de la sabiduría que funde luz y oscuridad, del
frenesí, integrador de contradicciones. Al sentido del orden y del significado Dionisos
opone el arrebato del perderse en la irracionalidad, en la pura emoción, en el abandono
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del sentido del ego. Es también el dios que es sacrificado y comido (que luego retomará
también el cristianismo) y luego resucitado.
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‘Los dioses habían condenado a Sísifo a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una
montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Habían pensado con
algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza’.
Albert Camus (8) hace una interpretación del mito de Sísifo que según Homero, era el
más sabio y prudente de los mortales. Aun así se le conoce en el oficio de bandido que
no es según Camus ninguna contradicción. Difieren las opiniones sobre los motivos que
le convirtieron en un trabajador inútil en los infiernos. Se le reprocha, ante todo, alguna
ligereza con los dioses.
Homero nos cuenta también que Sísifo había encadenado a la Muerte. Plutón no pudo
soportar el espectáculo de su imperio desierto y silencioso. Envió al dios de la guerra,
quien liberó a la Muerte de manos de su vencedor. Se dice también que Sísifo, cuando
estaba a punto de morir, quiso imprudentemente poner a prueba el amor de su esposa.
le ordenó que arrojara su cuerpo sin sepultura en medio de la plaza pública. Sísifo se
encontró en los infiernos y allí irritado por una obediencia tan contraria al amor
humano, obtuvo de Plutón el permiso para volver a la tierra con objeto de castigar a su
esposa. Pero cuando volvió a ver este mundo, a gustar del agua y el sol, de las piedras
cálidas y el mar, ya no quiso volver a la sombra infernal.
Los llamamientos, las iras y las advertencias no sirvieron para nada. Mercurio bajó a la
tierra a coger al audaz por la fuerza, le apartó de sus goces y le llevó por la fuerza a los
infiernos, donde estaba ya preparada su roca.
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cuerpo tenso para levantar la enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla a subir una
pendiente cien veces recorrida.
Ha Camus le interesa Sísifo durante el regreso, la pausa, un rostro que sufre tan cerca
de las piedras es ya él mismo piedra. Veo a ese hombre volver a bajar con paso lento
pero igual hacia el tormento cuyo fin no conocerá. Esta hora que es como una
respiración y que vuelve tan seguramente como su desdicha, es la hora de la conciencia.
En cada uno de los instantes en que abandona las cimas y se hunde poco a poco en las
guaridas de los dioses, es superior a su destino. Es más fuerte que su roca. Si este mito
es trágico, lo es porque su protagonista tiene conciencia. Sísifo impotente y rebelde
conoce toda la magnitud de su condición miserable: en ella piensa durante su descenso.
La clarividencia que debía constituir su tormento consuma al mismo tiempo su victoria.
No hay destino que no venza con el desprecio.
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Diógenes era el hombre que vivía en un tonel, que paseaba por Atenas llevando un
candil encendido en busca del hombre real, que mostraba desprecio por la vida cívica
ateniense en todas sus manifestaciones y que consideraba la libertad de palabra el bien
más preciado de los hombres (9).
En su época lo denominaron ‘el perro celestial’ según dice E. M. Cioran (10):
‘No puede saberse lo que un hombre debe perder por tener el valor de pisotear todas las
convenciones, no puede saberse lo que Diógenes ha perdido por llegar a ser el hombre
que se lo permite todo, que ha traducido en sus actos sus pensamientos más íntimos con
una insolencia sobrenatural como lo haría un Dios del conocimiento, a la vez libidinoso
y puro. Nadie fue más franco; acaso limite de sinceridad y lucidez al mismo tiempo que
ejemplo de lo que podríamos llegar a ser si la educación y la hipocresía no refrenasen
nuestros deseos y nuestros gestos’. Hay una serie de anécdotas que reflejan su actitud
vital:
‘Un día un hombre le hizo entrar en una casa ricamente amueblada y le dijo: ‘sobre
todo no escupas en el suelo’, Diógenes que tenía ganas de escupir, le lanzó el lapo a la
cara, gritándole que era el único sitio sucio que había encontrado para poder hacerlo’
(Diógenes Laercio).
‘Cuentan que fue hecho prisionero y vendido y le preguntaron que sabía hacer,
respondió:’ Mandar’ y gritó al heraldo: ‘Pregunta quien quiere comprar un amo.’
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Diógenes es un pensador que reflexiona sin ilusión‘ sobre la realidad humana, que
quiere permanecer en el interior del mundo y elimina la mística como escapatoria, que
desemboca en una visión en el que se mezclan la sabiduría, la amargura y la farsa; y se
escoge la plaza pública, como espacio de su soledad, desplegando su facundia
burlándose de sus ‘semejantes’ o paseando su asco, asco que hoy con la religión y la
policía no podríamos ya permitirnos.’
“ que el mayor conocedor de los humanos haya sido motejado de perro prueba que en
ninguna época el hombre ha tenido el valor de aceptar su verdadera imagen y que
siempre ha reprobado las verdades sin miramientos.
Venció como ningún otro, con armas más temibles que el de los conquistadores; el que
no poseía más que una alforja, el menos propietario de los mendigos, verdadero santo
de la risotada”.
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Vive al margen de los códigos de honra propios de las clases altas de la sociedad de su
época y su libertad es su gran bien, pero también tiene frecuente mala conciencia.
Su ideal único es vivir hoy, sin preocuparse de cómo vivirá mañana. Mira la adversidad
sonriéndola. No es un indiferente, pero sí un resignado. Su voluntad, pasiva e inquieta le
lleva a luchar sin anhelos, sólo por satisfacer los instintos primarios de su naturaleza
innata, haciendo caso omiso de toda virtud individual o social: la honra, la vergüenza, el
pudor.
El pícaro no se siente humillado dentro de su vida abyecta sino que la vive con orgullo,
descaradamente, pues, lleva metido en su cuerpo un espíritu de rey. Pretenden siempre
salir adelante de sus apuros, valiéndose, como pueden, de su ingenio, que es el único
patrimonio de que disponen; frecuentemente sus esfuerzos, sea un hombre o una mujer,
no consigue sacarlos de su miseria, pero buscan afanosamente el poder escalar un mejor
desahogo económico o social.
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A partir de la segunda mitad del siglo XVI, a la gente perdida, vagabunda o rufianesca,
o bien a la dedicada a los más bajos menesteres. picardía significaba entonces engaño,
nacido no de perversión, sino de pobreza, estimuladora del ingenio. Por eso pícaro fue a
veces sinónimo de agudo, y del engaño por necesidad se pasaba al engaño por gusto y
por costumbre.
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Cervantes crea un personaje lleno de ironía que iba completamente en contra de esta
monotonía de la época. Don Quijote es una síntesis del mismo Cervantes, ferviente
católico, soldado valiente, cautivo resignado y rebelde a la vez, hidalgo conocedor de
todo el mundo rastrero de la picaresca.
Miguel de Cervantes temía que su obra no fuera aceptada por la mayoría del público,
esto se debió al hecho de que la sociedad estaba obsesionada con el ideal de caballería y
por lo tanto este tipo de novelas.
Don Quijote de la Mancha, el cual por leer libros de caballería mezcla el mundo real
con un mundo de ficción creyendo que peleando contra molinos de vientos (gigantes),
ovejas (Grandes ejércitos) iba ganar el amor de su Dulcinea, pero a pesar de esta
fantasía, logra morir feliz. Mas que la caricatura de lo heroico, lo que es, es un trozo de
la propia carne y sangre del autor, lo que es una sátira doliente es la reacción de un alma
noble y luchadora ante la sociedad corrompida de la burocracia y de la picaresca.
El personaje del Quijote se fue perfilando y formando poco a poco, a medida que
Cervantes escribía a partir de su objetivo principal, el cual era el mismo que el de la
novela picaresca. Don Quijote a medida que va actuando en sus aventuras va tomando
su dimensión, Cervantes no nos los impone de una vez completamente formado, sino
que nosotros mientras vamos leyendo la historia vamos aumentando su imagen, la cual
se moldea como una criatura humana, como una forma de vida la cual podemos adaptar
a nuestro estilo de vida.
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virtudes del caballero. En este sentido, Dulcinea del Toboso es una de los ideales más
sublimes de cuantos a creado la mente humana.
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El dandy tiene una actitud peculiar ante la vida. El escándalo será su arma principal para
ahuyentar y amedrentar a los burgueses prefabricados. El dandismo es atemporal
aunque sus orígenes están unidos al Decadentismo y puede estar relacionado con el
romanticismo.
Destaca en esta línea su afición hacia el atuendo extravagante que será su expresión
original.
Bebe del romanticismo en cuanto que su rebelión es una rebelión romántica, por el
contrario, no hay acción en su actitud, su rebelión es individual y pasiva, sabe que está
perdido pero no hace nada por cambiar nada. Por eso el dandy más auténtico no es el
dandy artista, el literato o el político sino el que solo vive para su aspecto y para el ocio.
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Caracterizamos a Oscar Wilde como tipo humano con el termino ‘ spoiled baby’ o ‘ el
niño echado a perder’, termino asociado al hombre frustrado por el exceso de mimo en
su juventud como por el acceso de la crueldad de sus contemporáneos. Innoble la
divertida complacencia con las gracias del niño mimado como la sucia violencia con la
que es arrojado del hogar a la ignominia. Es un escritor triunfante mientras parece
soportable a la clase dominante, pero tan pronto como empieza a disgustarle es
liquidado sin compasión.
Según una cita de Hauser ‘los decadentistas eran hedonistas con conocimiento de
conciencia’.
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Pero Schiller considera que ya es hora de alcanzar una nueva armonía basada en el
pleno desplegamiento de todas las facultades humanas, capaz de conjuntar la plena
libertad del sujeto con la moralidad y los intereses de la comunidad. En este proceso de
consecución de una nueva armonía superadora de la escisión y desgarramiento en que
vive la humanidad juega un papel primordial la estética, ya que sintetiza los impulsos
sensibles con los impulsos intelectuales y formales del hombre, en una especie de
impulso de juego concebido como una manifestación de los impulsos sensibles que, no
obstante, están sometidos a la disciplina de las reglas.
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Antonin Artaud fue un gran poeta francés, teórico del teatro y actor de cine. Su obra
inmensa y su personalidad excesiva no se prestan a ser encuadradas. durante nueve años
fue internado en un manicomio –en el que durante dos años estuvo sometido a
electrochoques– y del que consiguió salir solo gracias a la intervención de sus amigos.
De esta experiencia de sufrimiento obtiene Artaud su insobornable rebeldía contra todas
las formas de poder, así como un pensamiento intempestivo que subvierte todo sentido
común.
Numerosos poetas se rebelaron contra la razón para sustituirla por un discurso poético
que pertenece exclusivamente a la Poesía. Su lenguaje no tiene nada de poético si bien
se caracteriza por ser eficaz, puesto que su obra rechaza los juicios estéticos y los
dialécticos, la única llave para abrir una referencia a ella son los efectos que produce.
Pero esto es casi indecible pues esos efectos equivalen a un golpe físico.(Si se pregunta
de dónde proviene tanta fuerza, se responderá que del más grande sufrimiento físico y
moral. El drama de Artaud es el de todos nosotros pero su rebeldía y su sufrimiento son
de una intensidad sin paralelo).
Artaud, rescata, encarnándola, ‘la abominable miseria humana’ (11). Artaud, como Van
Gogh, como unos pocos más, dejan obras cuya primera dificultad estriba en el lugar
-inaccesible para casi todos- desde donde las hicieron. Toda aproximación a ellas sólo
es real si implica los temibles caminos de la pureza, de la lucidez, del sufrimiento, de la
paciencia...
Su obra es su vida misma que se podría sintetizar en una larga trayectoria que busca
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Ahora bien, para hacer estallar esa superficie de apoyo, razón occidental, es necesario ir
más allá de los límites y dejar de estar ‘localizado’ por las palabras que aquietan y
paralizan. Es preciso buscar las secretas y olvidadas semejanzas entre las cosas, oír sus
resonancias, palpar las fuerzas vitales que nos sacuden y atraviesan, volver al tiempo
anterior a la muerte, el tiempo de la vida plena en el que el hombre participaba
intensamente del mundo. Y ese mundo era un organismo tan vivo y palpitante como el
corazón del hombre.
Es cierto que los conceptos de horror, de crueldad, de mal, son tomados en Artaud como
elementos vitales y este horror tiene doble dirección. Por un lado, el cruce hacia la
suspensión del mundo hostil en Artaud no es más que la reacción de su propio cuerpo
frente al espanto que le provoca el tedio, la muerte en vida, el letargo.
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La actitud del narrador ante el personaje sufre altibajos pero estos vienen de las luchas
morales internas que tiene el narrador consigo mismo. Por una parte siente la necesidad
de proteger al personaje inofensivo o por lo menos cree que le puede sacar provecho,
por otra parte la obsesión de entenderle o de razonar con el y la nula respuesta y efectos
que tiene en el personaje le exasperan.
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Pero en un momento del relato hay una fisura, es cuando el personaje contesta
‘preferiría no hacerlo.’ ante un trabajo que le mandan hacer. Es la única frase de
Bartleby irá repitiendo durante toda la narración. La reflexión del narrador es el de un
hombre paralizado ante la actitud y el tono de su empleado, incapaz por otra parte de
despedirlo.
‘Si hubiera habido en su actitud la menor incomodidad, enojo, impaciencia o
impertinencia, en otras palabras si hubiera habido en él cualquier manifestación
normalmente humana, yo lo hubiera despedido en forma violenta. Pero, dadas las
circunstancias, hubiera sido como poner en la calle a mi pálido busto en yeso de
Cicerón.’
El jefe empieza a asumir la conducta de su empleado pero era muy difícil no olvidar
nunca esas raras peculiaridades, privilegios y excepciones inauditas, que formaban las
tácitas condiciones bajo las cuales Bartleby seguía en la oficina.¿cómo era posible que
un ser humano dotado de las fallas comunes de nuestra naturaleza dejara de contestar
con amargura a una perversidad semejante, a semejante sinrazón? ‘
No parece que estemos ante un desequilibrado mental sino más bien ante un personaje
que tiene sus propias reglas aunque no se puede entender dentro de una lógica común.
‘Me pareció que mientras me dirigía a él, consideraba con cuidado cada aserto mío;
que comprendía por entero el significado; que no podía contradecir la irresistible
conclusión; pero que al mismo tiempo alguna suprema consideración lo inducía a
contestar de ese modo.’
Se podría identificar la actitud de Bartleby como una resistencia pasiva, dos términos
que generalmente no van unidos, se resiste a hacer lo que se le manda pero no se
empeña en ningún momento a argumentar su opción, es rebelde pero no parece valorar
los logros que le reportan sus actos de rebeldía, simplemente va a lo suyo, el jefe
incrédulo reflexiona sobre las contradicciones internas que le causa esta actitud. Si el
individuo resistido no es inhumano, y el individuo resistente es inofensivo en su
pasividad, el primero, en sus mejores momentos caritativamente procurará que su
imaginación interprete lo que su entendimiento no puede resolver. Así me aconteció
con Bartleby y. La pasividad de Bartleby solía exasperarme. Me sentía aguijoneado
extrañamente a chocar con él en un nuevo encuentro, a despertar en él una colérica
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El final del personaje es desolador pero no se aleja de la actitud coherente que tiene
consigo mismo durante todo el relato, ya en la cárcel deja silenciosamente de comer es
un suicidio pasivo.
Villamatas en su libro ‘Bartleby & compañía’ hace un retrato de los Bartleby reales de
la historia (13): Walser, Alfau, Rimbaud, Hölderlin, Wilcock, Pepín bello, Perec,
Baudelaire, Beckett, Kafka, De Quincey, Diaz Duffo, Hernandez, Salinger, Banchs,
Valery p., Broch, Hawthorne, Debord.
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Si antes creyó que en el lenguaje hay una esencia velada que sólo el análisis pone en
evidencia, ahora no dio otra realidad al lenguaje que la
de sus usos. Este cambio de marcha, naturalmente, fue percibido como el origen de un
laberinto de orden mágico y Wittgenstein, se convirtió en un mito, poco leído, héroe
moral excesivamente interpretado y raras veces asumido. La gloria, infinitamente,
remedó con creces su aporte.
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Lo primero que hizo, al alcanzar una fama inusual en un tiempo tan breve y recibir,
como si no bastara con la gloria, una cuantiosa herencia paterna, fue rechazarlo todo y
huir. En la Baja Austria dio clases en las escuelas más humildes y durmió en los lugares
más negligentes. En algunos momentos de su vida vivía alejado en una cabaña de
Noruega. solo acepto ser profesor de filosofía de Cambridge en1939, pero renunció a su
cátedra.
Odiaba toda forma de exceso conceptual y mostró siempre un ascetismo que solo le
permitía hablar y decir aquello que había meditado rigurosamente. Admirado, temido,
envidiado, rechazado y por sobre todo respetado, vivía como un monje.
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Toda sentencia verdadera debe corresponder a un hecho del mundo, y las proposiciones,
cuando son verdaderas, presentan la forma lógica de la realidad. El mundo se compone
de átomos que son analizables lógicamente cuando es significativo debe corresponder a
esos átomos.
Más allá de las expresiones significativas no existe nada que pueda decirse o pensarse y
ante ello debe guardarse silencio. Eso supondría guardar silencio ante cuestiones
fundamentales de la tradición filosófica, la metafísica, la ética, el sentido de la
existencia.
Los grandes errores filosóficos tienen en su raíz un uso inadecuado del lenguaje. La
filosofía no debe tener pretensiones constructivas sino que su labor es puramente
terapéutica, es una mera descripción y deja todo como está. No es una doctrina,
pretende curar los errores conceptuales y cuando ha logrado este objetivo puede
desaparecer.
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Toda la obra de esta artista gira en torno a las obsesiones de su infancia apareciendo
una y otra vez hasta la actualidad en que es octogenaria.
‘todo el trabajo que he realizado, todos mis temas están inspirados en mi infancia. Mi
infancia no ha perdido nunca ni un ápice de su magia, ni de su misterio, ni de su
drama’ (14).
El mito fundador de su obra es: ‘la traición del padre’ y entiende la creación artística
como una actividad terapéutica. Liquidar el pasado, revivir el trauma, sobrevivir el
dolor. Convierte sus experiencias privadas en hechos públicos:
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‘ha sido siempre el miedo el que me ha impedido comprender. El miedo es una trampa,
te paraliza. Mi escultura me ha permitido revivir la experiencia del miedo desde una
dimensión física (...) el miedo se transforma en una realidad manipulable’.
Su obra se caracteriza en reunir los polos opuestos repitiendo una y otra vez la relación
que tuvo con sus padres dando lugar a la ambivalencia, agresión y hostilidad, lo cual
engendra con el tiempo la ruptura psicológica que se ha visto obligada a recrear en
términos formales en su obra. En un nivel simbólico, esta ambivalencia origina una
textura que presenta abundantes configuraciones binarias, como lo masculino y lo
femenino, lo geométrico y lo orgánico, lo racional y lo irracional, lo consciente y lo
inconsciente, lo agresivo y lo pasivo, lo interior y lo exterior.
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Si hacemos acopio de todos los adjetivos que se han ido sumando para definir a Satie,
no cabe duda de que incurriremos en flagrante contradicción: divertido y tedioso,
melancólico y frío, triste y humorista, intenso e insignificante
Claude Debussy le definió como ‘músico medieval y dulce, perdido en este siglo’. Y él
mismo declaró: ‘He llegado a un mundo muy joven en un tiempo muy viejo’ (15).
Aunque el talento y el valor de Satie como compositor haya sido cuestionado mientras
vivía, en la actualidad se le reconoce, sin lugar a dudas, como visionario. Sus ideas eran
distintivas del siglo XX y, no sólo abrieron nuevos terrenos en el campo de la armonía y
del ritmo, sino que introdujeron nuevas formas de pensar sobre el valor y el propósito
de la música propiamente dicha.
Sus primeras producciones fueron muy sencillas, inolvidables y de una elegancia que
casi rayaba en lo infantil; en ellas incorporó sonidos orientales, estilos eclesiásticos y
nuevas armonías a las que los oídos occidentales no estaban acostumbrados. Dicha
simplicidad era en parte debida a su falta de virtuosismo en cuanto a técnica, pero con el
tiempo fue la marca distintiva de su obra posterior.
En un texto titulado ‘Lo que soy’, con el que se inauguran sus ‘Memorias de un
amnésico’, Satie escribe: ‘Todo el mundo os dirá que no soy un músico. Es verdad,
desde el principio de mi carrera me clasifiqué enseguida entre los fonometrógrafos.
Mis trabajos son pura fotométrica. Se verá que ninguna idea musical ha guiado la
creación de mis obras. La reflexión científica es lo que domina. Por lo demás, me lo
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paso mejor midiendo un sonido que escuchándolo. ¿Qué no habré pesado o medido?
Todo Beethoven, todo Verdi. La primera vez que utilicé un fonoscopio, examiné un Sí
bemol de tamaño medio. No he visto nunca, les aseguro, cosa más repugnante. Llamé a
mi criado para que lo viera’.
Alguien que suscitó tan profundas antipatías como Satie, no tenía más remedio que
despertar a la par pasiones insobornables. En su tiempo no se le consideró un gran
músico -preferían la rimbombancia- pero no era ni mucho menos un desconocido. Se le
tenía por un francotirador, un rara avis, un humorista.
El total compromiso que Satie tenía hacia todo lo que fuera de vanguardia, hacia lo
inesperado y lo original. Fue también por esta época que Satie creó fama de ser un
desenfrenado excéntrico. Satie vivió los últimos años de su vida en un diminuto cuarto,
vestía los mismos 13 trajes grises de terciopelo, todos idénticos. Se asoció a los
Rosacruces, tuvo una tempestuosa aventura con una acróbata de circo, que después se
hizo pintora (Suzanne Valadon), y fundó, medio en broma, medio en serio, la Iglesia
Metropolitana del Arte de Jesús, el Director.
Por mucho que se hubiese popularizado en esos días, Satie se negaba a visar su
estilo inicial. Prorrumpió al mundo de la música con docenas de composiciones nuevas
e indiscutiblemente de vanguardia. Entre las nuevas piezas se encontraban sus
composiciones “humorísticas”, con extraños títulos, y sus extravagantes piezas para
piano que complementaba con ilustraciones o textos absurdos. Satie fue también el
inventor de Musique d’ameublement, la primera música de fondo del mundo.
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Es difícil de determinar que son y como son estos personajes, su personalidad se refleja
en comparación a otros dos tipos de personajes con los que interactúan, las famas y las
esperanzas y las distintas formas de comportarse ante las cosas.
Los cronopios están descritos como objetos verdes, erizados y húmedos, las esperanzas
son sedentarias, denominados esos microbios relucientes y las famas son mostrados a
través de sus acciones.
En el relato llamado ‘comercio’ el papel de los tres tipos de personajes es muy diferente
y característico.
Las famas son los dueños del comercio, los que sustentan el poder ‘Los famas habían
puesto una fábrica de mangueras, y emplearon a numerosos cronopios para el
enrollado y depósito.’’ Los famas se enfurecieron y aplicaron en seguida los artículos
21, 2 2y 23 del reglamento interno. A fin de evitar la repetición de tales hechos.’
Los cronopios son personajes rebeldes que desencadenan el absurdo, sacando su lado
lúdico, se pueden juzgar como vagos e irresponsables. ‘Los cronopios empezaron
a lanzar grandes gritos, y querían bailar tregua y bailar catala en vez de trabajar’ (16).
El relato crea mundos mágicos, como cuando utilizan un objeto práctico, sacándolo de
contexto
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‘Con las mangueras amarillas los cronopios adornaron diversos monumentos, y con las
mangueras verdes tendieron trampas al modo africano en pleno rosedal, para ver cómo
las esperanzas caían una a una. Alrededor de las esperanzas caídas los cronopios
bailaban tregua y bailaban catala, y las esperanzas les reprochaban su acción diciendo
así:
Crueles cronopios cruentos !Crueles!
Los cronopios, que no deseaban ningún mal a las esperanzas, las ayudaban a
levantarse y les regalaban pedazos de manguera roja.’
En el relato ‘Conservación de los recuerdos’ los cronopios son denominados ‘esos seres
desordenados y tibios’ y su manera de conservar los recuerdos dejándolos ‘sueltos por
la casa, entre alegres gritos’, dista de cómo las famas conservan sus recuerdos de forma
ordenada archivándolas como objetos inertes ‘fijado el recuerdo con pelos y señales, lo
envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared
de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".
Los cronopios tienen vida mientras ‘los famas son ordenadas y silenciosas’, ’ Los
vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza
comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.’
Con sutil ironía el autor juzga a la naturaleza egoísta de los cronopios pero dejando
traslucir con una falsa admiración el buen hacer de las famas que ‘practican la
beneficencia en sociedades filantrópicas’ y dejando caer la autosatisfacción interesada
que les da el hacer el bien.
‘‘Los cronopios no son generosos por principio. Pasan al lado de las cosas más
conmovedoras (…) Estos cronopios ni miran a la esperanza,
Ocupadísimos en seguir con la vista una baba del diablo. Con seres así no se puede
practicar coherentemente la beneficencia, por eso en las sociedades filantrópicas las
autoridades son todas famas’.
‘Las famas al contrario son capaces de gestos de una gran generosidad (…) este fama
en su club se siente muy bueno y piensa en la forma en que ayudó a la pobre esperanza
cuando la encontró caída.’
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En el relato ‘el almuerzo’ el cronopio hace su propia caracterización de los tipos o como
se dice en el relato ‘llegó a establecer un termómetro de vidas’
‘el fama era infra-vida, la esperanza para-vida, y el profesor de lenguas inter-vida. En
cuanto al cronopio mismo, se consideraba ligeramente super-vida’, se denomina super-
vida pero hace un apunte ‘más por poesía que por verdad.’
‘Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal Manera
(…)y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.’
(los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se
recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito.
‘Un cronopio iba a lavarse los dientes junto a su balcón, y poseído de una grandísima
alegría al ver el sol de la mañana’ la escena es absurda y la conducta del cronopio
infantil lúdico, , ‘el cronopio se encontró con que le sobraba (pasta) todavía una
cantidad, entonces empezó a sacudir el tubo en la ventana y los pedazos de pasta rosa
caían por el balcón a la calle donde varios famas se habían reunido a
comentar las novedades municipales. Los pedazos de pasta rosa caían sobre los
sombreros de los famas, mientras arriba el cronopio cantaba y se frotaba los dientes
lleno de contento’ al contrario las famas son presentados como personas serias
eficientes ante cualquier incidente pero esa seriedad tiene un trasfondo absurdo
evidenciado en como en un momento crean una delegación, o pudiera parecer que
responden con esquemas aprendidas y fraternales.’ Los famas se indignaron ante esta
increíble inconsciencia del cronopio, y decidieron nombrar una delegación’
‘-Cronopio, has estropeado nuestros sombreros, por lo cual tendrás que pagar.
Y después, con mucha más fuerza:
-¡Cronopio, no deberías derrochar así la pasta dentífrico!’
Estos relatos se han entendido como fábulas que reflejan los distintos tipos sociales. Los
cronopios serían los artistas, las famas serían los burgueses, los funcionarios y las
esperanzas serían seres intermedios blandos, pero siempre apuntando a estar al lado del
prestigioso.
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Notas
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4. Tipología de representaciones
Introducción
Ante esta situación se nos dice que la pintura toma dos direcciones. Así, según Filiberto
Menna, se crea (1)
- Una Línea Anicónica que se repliega sobre el propio lenguaje pictórico,
renunciando al ilusionismo y sus componentes a tal fin. La anatomía, la
perspectiva y el claroscuro
- Una Línea Icónica que representa otras realidades, no solo la exterior o
característica de una clase social , sino otros tipos de realidades más atípicas,
opresivas, metafísicas, fragmentarias, cotidianas,…
.
Este estudio surge de este contexto y se limita a la segunda opción descrita por Filiberto
Menna; se concreta en el análisis de un tipo de obras artísticas modernas que,
cuestionando nociones estereotipadas en torno a las figuras heroicas, utilizan ciertos
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1. Una estrategia que trata las diferentes concepciones heroicas de manera directa,
intentando devolver cierta naturalidad, sentido común y desenvoltura, tanto a la manera
de representar como a los contenidos mismos, apareciendo personajes y situaciones
reconocibles y contemporáneas
2. Una segunda estrategia en la que el tono es satírico y crítico con una realidad que se
juzga falsa, edulcorada y perversa, y a la que “se hace frente” con ”contra- imágenes”
distorsionadas, deformadas, exageradas, miniaturizadas, o contrapuestas, a través de
distintos tipos de humores.
3. Una tercera de carácter paradójico que frente a los mismos estereotipos comentados,
mas bien los remarca o los crítica de forma sutil a través de recursos retóricos como
determinados “ruidos”, figuras ambivalentes, comparaciones, proyecciones o alusiones.
H. R. Jauss tomando como referencia la figura del héroe propone diversos tipos de
identificación estética teniendo en cuenta la reacción emocional del receptor.
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El juego o el impulso lúdico estudiada por Schiller (1759- 1805) está asociada a la
belleza que a su vez se considera un principio de humanidad. Schiller relaciona lo
estético a la libertad, en esta estado el hombre se desprende de todas sus ataduras y
desligándose del mundo exterior de las apariencias goza del juego libre de las
facultades.
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Durante el siglo XX han existido una serie de formas artísticas de carácter lúdico. Han
recreado en sus obras la inocencia y la ingenuidad. Los artistas crean las imágenes
copiando las formas de entender la expresión plástica que tienen los niños, favorecen en
sus obras el azar, la fantasía, la inocencia, lo primitivo. Esto se aprecia en las obras de
Klee, Chagall, Miró o Dubuffet.
Los situacionistas redescubren el juego a partir de1958. Sus principales ideas partían de
querer invertir las funciones del arte y de la cultura imperante. Están influidos por el
filósofo Henry Lefebre conciben los momentos de la vida cotidiana como momentos de
la vida, momentos de conocimiento, de amor, de goce, de odio superando el
aburrimiento la alineación y el aburrimiento de lo cotidiano.
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El grupo Cobra se intereso por el arte de los niños y de las culturas primitivas.
Figura 2: la obra de M. Morley ‘El llanero solitario en la jungla de los deseos eróticos’
es una obra donde el color cobra una especial importancia para representar un paisaje
exótico, una jungla con pájaros multicolores donde se sitúa el personaje principal, el
llanero solitario sobre su caballo.
Figura 3: esta obra de B. Kitaj. representa una situación relacionada con un ambiente
bélico por los distintos personajes y elementos, como la enfermera de una de una época
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pasada, el enfermo, el barco donde se sitúan, la presa... pero el ambiente es tranquilo por
el tratamiento del color que da a la composición un carácter infantil, ingenuo.
Figura 4: las figuras de G. Chirico representan a dos pensadores, filósofos clásicos que
relacionamos con valores heroicos, son hombres sobresalientes, virtuosos, pero en
actitud aburrida. Las figuras tienen en vez de cabezas grandes óvalos en contraste con
los cuerpos, parecidos a huevos acusando el ambiente trivial de la escena.
El tratamiento pictórico utilizado por el artista acusando el claro oscuro pero no creando
una composición armoniosa, más bien el trazo es tosco, el tratamiento de los pliegues de
la vestimenta no esta nada cuidada sino al contrario parece acartonado, dando a estos
intelectuales de mentira un aire cercano. Se trataría de traer a un contexto próximo en
tono divertido a estos personajes quitándoles la seriedad que les caracteriza.
Las figuras son personajes heroicos extraídos de obras clásicas, el artista los actualiza
representándolos como personajes vivos que pululan en su estudio. El conjunto es
divertido las figuras están humanizadas pero siguen manteniendo sus poses
características.
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Figura 1: esta obra de Grosz es una escena banal en el que se caricaturiza al militar,
personaje con rasgos heroicos, en una escena de excesos nocturno. La forma de
caracterizar al personaje principal es burlesco lejos de ser un a figura imponente parece
un muñeco de tonalidades rojos que contrasta con la carnalidad de la prostituta.
Para representar el placer aparecen en un primer plano el vino y una rosa que
representan el amor, la sensualidad y la embriaguez, esta retratado mediante la
multiplicación de la escena como si la pareja estuviera dentro de un cubo de espejos.
Figura 3: esta representación de Guston de los hombres del Ku Klux Klan caricaturiza a
los militantes caracterizados por su racismo, prepotencia, poder, convirtiéndolos en
seres ridículos que parecen divertirse auto flagelándose.
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Es una escena absurda donde los dos héroes se miran en medio de elementos que
construyen una escena intima: la bombilla, las botellas de vino, los cuadros, el cigarro
característicos en Guston. Las manchas de sangre destacan sobre las sabanas bajo las
que se esconden, aunque parezca que los capirotes blancos constituyesen su verdadera
piel.
Figura 4: la obra retrata una escena ociosa de personajes heroicos relacionados con lo
político e ideológico, podrían ser caricaturas de lideres como Lenin, Stanlin y también
aparecería Hitler en un café en una actitud tranquila.
Aparecería junto a estos héroes otro tipo de escenas como un escondite de guerra que
crean el contrapunto, obviado por el carácter homogéneo que se consigue por el trazo
vivo y los colores primarios que utiliza J. Immendorff.
La escena esta iluminada con una luz brillante, irreal y en contraste la composición esta
dividido por medio de una diagonal que esta a la sombra.
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Dentro de la obra aparecen distintos datos que nos remiten a lo vasco como los colores
de la composición, el rojo, el verde y el blanco, son de la ikurriña, podría entenderse
como su descomposición, predomina el verde, el blanco de los puerros destaca sobre el
fondo rojo. Pero el matiz de las capuchas relaciona a las figuras fantásticas con la
realidad vasca y remite a su carácter de héroes guerrilleros. Podríamos hablar de las
capuchas en sí, uno le tapa toda la cara, el otro solo puede ver y el tercero solo puede
hablar y tiene una gran sonrisa, esto los convierte en personajes disparatados, pero
creemos que los matices son significativos.
Se representa a un hombre belicoso, con rasgos masculinos muy marcados, alto, fuerte,
la cabeza rapada y con la expresión de tener pocos amigos dentro de un disfraz infantil
de Mickey Mouse, sosteniendo la cabeza del muñeco cuidadosamente entre las manos.
El disfraz es blanco hecho de una tela suave, aterciopelada crea un contraste con el
hombre de raza negra.
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El receptor emula al héroe perfecto caracterizado por su belleza física, con rasgos
marcadamente masculinos en el que destaca la virtud.
La virtud es una característica adherida al héroe homérico, desde la época clásica,
otorgaba la fuerza y destreza de los guerreros y luchadores y, ante todo se manifestaba
en valentía. Es un atributo que diferenciaba a los nobles y a los dioses del hombre
común que no tiene virtud.
Lo heroico puede estar aderezado de una cierta aureola romántica, en el que quedan
racialmente personificados el ‘bien’ frente al ‘mal’, proveniente este último de factores
externos. El objetivo de lo heroico suele recaer en celebridades públicas (políticos,
militares, deportistas, artistas).
La representación de lo heroico a sido utilizado por los regímenes absolutistas con el fin
de erigir una estética triunfalista. Desde la roma imperial con su estatuaria, hasta las
forma de representación de los dictadores más actuales que se han servido de esta forma
de representación.
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Hitler justificaba su obsesión por lo monumental, ‘lo hago para devolver a cada uno de
los alemanes la confianza en si mismos”.
‘el arte de nuestro nuevo Reich debe caracterizarse por una homogeneidad tal que en los
siglos por venir se pueda reconocer sin la menor vacilación que se trata de una obra del
pueblo alemán y de esta nuestra época (...) debemos construir edificios tan grandes
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El arte eterno por encima de toda moda , opción que desembocó en el academicismo,
que veían legitimado por la perennidad del arte clásico griego. Un arte que se quería
racial-nacional popular y, sobre todo, apologético y aproblemático, tenia que alzarse
forzosamente como antagonista de las vanguardias cosmopolitas y problemáticas del
primer tercio del siglo. Percibiendo el arte de vanguardia en una regresión al arte
primitivo y a su desorden emocional. Su alternativa fue el estimulo enérgico colectivo y
disciplinado a través de la espectacularidad colosal (para las manifestaciones masivas) y
el sentimentalismo académico (para la esfera privada).
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Por otra parte inserta la cabeza del presidente estadounidense, Washington, entre otras
muchas cabezas solamente trazadas que pudieran parecer de jóvenes modernos, las
cabezas están mirando en distintas direcciones.
Todas estas estrategias actualizan al personaje heroico sustituyen el genero del retrato
academicista de virtuosismo pictórico por un estilo contemporáneo, más informal donde
se complementas diversos tipos de proceder.
Figura 2: Andy Warhol actualiza la figura de Mao, mediante una serigrafía del retrato
del dictador chino, respetando la posición de la figura y su gesto. La composición es
bastante simple el espacio esta dividido en dos planos, un fondo amarillo muy brillante
y un primer plano lila con un acabado informal , en este espacio se fusiona la figura de
Mao que es una mancha negra en donde los entornos no se cierran debidamente.
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sus retratos Warhol el dictador comunista está así en el mismo nivel que por ejemplo los
ídolos populares.
Figura 3: la figura de este atleta actualiza la representación de los rasgos físicos del
héroe clásico. La composición es muy equilibrada, se centra en el cuerpo de la figura
olvidándose de parte de la cara, este está en tensión por el esfuerzo que está haciendo
dejando ver el volumen de su cuerpo atlético. Este canon de belleza se aproxima mucho
al clásico del héroe perfecto.
Esta cercanía se consigue mediante un composición simple y una actitud informal del
retratado. El escenario esta vació una pared neutra constituye el fondo y el retrato de la
figura es de cuerpo entero y además esta sentado mirando a la izquierda, vestido de
manera informal, cruza las piernas y tiene una media sonrisa y gira su cabeza de forma
natural para mirarnos. Su cabeza coincide con el centro de la composición y esta
coronado con el único elemento que resta a la composición, la bandera que ondea en el
pedazo de cielo que deja ver la composición.
Se podrían tener en cuenta detalles como que las figuras que miran a la izquierda en
relación a como leemos las imágenes están vueltos hacia el pasado o la posición
superior de la bandera respeto a la figura.
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Figura 1: En la obra ‘Doble self portrait as young proneers’ los artistas Komar &
Melamid caricaturizan la admiración que exige un dictador en una obra lúdica.
Hay un busto de Stanlin a lo alto en un pedestal iluminado con una luz divina, los
artistas se representan así mismos como dos niños uniformados que están haciendo una
travesura. Subidos a una mesa y a unas sillas saludan con todos sus honores al líder
político, con una trompeta oficial uno y con una mueca de saludo militar el otro.
Hay un contraste entre la altura y la seriedad pétrea del dictador y la pequeñez de estas
personitas adultas que es muy sugerente. En la composición predomina el rojo símbolo
del comunismo, podría decir también que la tela roja cayendo de la mesa y que sale de
la composición en la parte inferior podría tener una equivalencia plástica con un charco
de sangre.
Figura 2: la obra de L. Freud representa la figura del barón Thyesen, una figura heroica
considerando su nivel economico, creando un personaje que se aleja de las
características heroicas, pervirtiéndolas. La composición es piramidal, cortando la
figura por los talones, la cara del héroe constituye el punto superior , este esta cabizbajo,
su actitud difiere del triunfador, consiguiendo trasladar todo el peso de la representación
hacia la base.
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Consideramos que el gesto de las manos agudiza esta sensación que constituye el retrato
psicológico del personaje vulnerable, ensimismado. El mismo tratamiento se da a la
sabana dejada que esta a su derecha consiguiendo un elemento en armonía con el
hombre.
La obra se titula ‘Adolf, the Superman’, Adolf, el superhombre con alusión al héroe
ficticio Hitler lleva una gran esvástica en vez de la ‘S’ del superhéroe y una pequeña
medalla, también es una referencia al superhombre nietzschiano.
Figura 4: la obra de Dokoupil representa a una mano en señal de victoria, es una mano
monumental que hace un guiño a toda la estatuaria construida para celebrar las
conquistas, seria una caricatura de las situaciones triunfales y de propaganda.
En la mano se han clavado toda una serie de elementos informes que parecen
protuberancias extravagantes nacidos del monumento.
Figura 5: la figura de C. Widle representa la caricatura del héroe atleta, musculoso, por
medio de una estrategia consistente en desprestigiar la figura del héroe, poniendo un
pollo desplumado en lugar del atleta. Se trivializa sobre el cuerpo atlético, la fuerza, la
masculinidad adherida a estos valores por medio de una actitud burlesca.
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el trabajo del Bosco, pero también con el arte primitivo, pudiendo en un nivel
significativo representar a las victimas.
Estas figuras crean pequeñas historias en los que se mezclan las pulsiones primitivas, lo
pervertido, lo monstruoso: el sexo, hay pequeños órganos genitales por todos los lados,
sustituyendo por ejemplo a las condecoraciones; aparecen grandes ojos desorbitados en
todas partes, una pequeña mano sale de donde debía de estar el corazón y tiene un ojo
sobre ella; se mezclan órganos mutilados de miembros que sangran; hay también
cabezas degolladas...
El resultado es absurdo la combinación del cuerpo atlético del personaje contrasta con la
cara arrugada y vieja del presidente, dando una sensación de quiero y no puedo. Además
se ironiza entorno a todo un género, el de los retratos ecuestres de los jefes de estado
inspirados en la antigüedad clásica.
Figura 2: La obra de Toirac es un contraste entre dos pinturas, una Pop que representa
una escena relajada de Fidel Castro en el que aparece en una comida de sociedad y la
otra una versión de la misma escena pero esta vez borrada, difuminada. La segunda
pintara pervierte el tono neutro de la primera creando una tensión.
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media sonrisa forzada como si no se hubiese enterado por que ríe, las estrellas a su
espalda ayudan a acentuar esta ridícula representación que a su vez es una copia realista
sin ninguna manipulación de una instantánea del hombre más poderoso del mundo.
Las bandas color rosa de la obra acentúan esta relación con la debilidad, la ignorancia y
la estupidez alejándolo de la virilidad.
Figura 5 : La obra ironiza en torno al glamour de los galanes del cine, representa a un
desnudo Gary Grand en un escenario lujoso cómodamente apoyado en lo que parece la
chimenea de su mansión. El acabado del cuadro es perfecto, la obra parece un reportaje
lujoso del artista.
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Este tipo de héroe, tiene prefijado el final de la empresa en el que está involucrado y es
consciente del trabajo que va ha suponer el camino para conseguir su finalidad. Aun así
el héroe se meterá en empresas muy ambiciosas y la dimensión del esfuerzo y el
sacrificio prestados darán sentido a su existencia.
El que el héroe se meta en proyectos que casi no son realizables se debe al temor a que
se concluía su proyecto de vida, ya que no importa tanto el sentido del proyecto sino el
sufrimiento que supone. El héroe ha nacido para sufrir. Las hazañas en el que se
involucra no tienen una finalidad individualista sino que son desinteresadas, así el
sacrificio tendrá un mayor significado moral. El hombre de virtud, vive y obra con
sujeción absoluta a la naturaleza, a la divinidad, a la ley inmutable y fatal de las cosas, y
no con miras interesadas y de propia felicidad
La victoria del hombre consiste en que ajuste su voluntad a los hechos amargos de la
naturaleza exterior donde nada es en si mismo ni bueno ni malo. Vivir y obrar conforme
a la naturaleza y a la razón, conformándose con el movimiento irresistible de la
naturaleza universal, abandonándose al destino y a la corriente fatalista de las cosas, y
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marchando impulsado por las corrientes de la vida, que le arrastran hacia su fin, es
decir, hacia el fin general del universo.
El héroe esta sujeto a los rigores de la moral que le ayudan a encontrar su camino que
por lo demás ya estaba prefijado. Esto le reporta fallas internas, desvíos que le harán
alejarse de las propias necesidades instintivas, guiados por lo que deben de ser. La
culpa, el recrearse en el sufrimiento, las metas demasiado ambiciosas le harán estar en
constante oposición con la debilidad propia del hombre.
Por otra parte las necesidades de una moral estricta, todo o nada, excluye de su camino
a todo aquel que no funcione según las normas, el chivo expiatorio, la cabeza de turco
consecuencias de la necesidad de la comunidad de elegir a los malos. La culpa ,los
mártires, las victimas...si el fin está claro no importan los daños colaterales.
En ese recorrido se encuentra con muchos altibajos, ya que como hemos dicho el fin
ultimo está muy lejos, aun así se recrea en el sufrimiento que será la afirmación de la
vida a través de la destrucción de la misma. El héroe luchara por causas externas pero
también por motivos internos, que pueden estar en una crisis constante. El receptor
siente en su propia piel los momentos álgidos y las dudas del héroe sufriente.
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través del sacrificio del héroe. Algunos ejemplos conocidos de artistas ‘sufrientes’ .Los
artistas sufrientes:
Van Gogh: "En cuanto a mí, tengo inquieta mi mente a menudo, porque pienso que mi
vida no ha sido lo bastante tranquila; todas esas amargas decepciones, adversidades,
cambios, evitan que me desarrolle completa y naturalmente en mi carrera artística."
Vincent van Gogh, 16 de Junio 1889
Frida Kahlo: es una artista que sufrirá físicamente durante toda su vida y su arte se
convierte en espejo de ese calvario, se puede considerar el arte para este artista como
vehículo para seguir existiendo con dignidad.
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Se aleja de los modos de hacer tradicionales pero el granulado del medio utilizado
aunque hace la imagen cercana al material de prensa diaria no le quita el dolor
convirtiéndolo en una imagen eficaz y actualizada. El plástico añadido nos hace
superponer sobre esta imagen desfasada las victimas del mundo contemporáneo.
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Todos en un mismo plano, tres de ellos están colgados, son idénticos y no hay
dramatismo en su expresión, ojos desorbitados y una mueca rara en su rostro. Se
diferencian de que cada personaje sostiene una cosa diferente en la mano, una pierna
con la zapatilla calzada, un cinturón, y un brazo, partes que le faltan a la próxima
victima que es obligada a ver la escena. El verdugo y las victimas son de la raza negra.
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Figura 3: Beckman retrata una escena caótica llena de elementos, que por medio de dos
personajes principales consigue crear una composición activa circular, son personajes
que se meten como pueden en el espacio, extrañamente flexibles tienen características
de muñecos incluso los rasgos son exagerados.
Figura 4: la obra de M. Cattelan representa una escena dantesca de manera muy realista
la fiel representación del Papa esta en el suelo de la sala de exposiciones con un gran
meteorito encima. Este suceso gafado no es propio para un personaje protegido por la
ley divina y se convierte así en una representación de tono critico, se burla del
sufrimiento de la figura heroica convirtiéndola en motivo de burla y de desprestigio
hacia el personaje religioso y su poder místico.
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Figura 1: esta obra de W. Vostel por medio del dialogo de dos imágenes superpuestas de
contenidos dispares ironiza sobre la representación del sufrimiento. La serigrafía de una
escena real en el que un hombre aterrorizado esta apunto de ser disparado es parte de
una imagen banal de una bailarina que ocupa toda la composición.
Las dos imágenes están tratadas de forma diferente, la cabeza de la victima está
acoplada entre las piernas de la bailarina, está ladeada de la manera en que potencia el
giro de la bailarina.
Figura 2: la obra de P. Smith reflexiona en torno a las veracidad de las escenas bélicas,
consta de diversas fotos en las que se representa la vida de unos soldados en medio de
una campaña militar.
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Las fotos parecen reales en ellas se han cuidado todos los detalles pero en una segunda
mirada apreciamos que todos los personajes son el mismo actor que hace de soldado
multiplicado, de victima y de verdugo por medio del fotomontaje. Esta estrategia
descoloca al receptor, hace reflexionar sobre la facilidad con que nos pueden manipular
y probablemente lo hagan, respecto a esto se descoloca la verdad del criterio del
receptor que esta obligado a distinguir entre los buenos y los malos. La obra tiene un
mensaje pacifico.
Figura 3: la obra de G. Mateo interpreta una escena muy conocida, el asesinato del
presidente Kennedy, y como la primera dama es rescatada por su guardaespaldas, es una
instantánea real sentida por todo el mundo cuando sucedió y la obra al desnudar a todos
las personas que están en la escena ridiculiza el sufrimiento pervirtiendo el sentido de la
escena. Ironiza sobre el falso sufrimiento del receptor que disfruta de alguna manera
ante un acontecimiento así, y convierte la escena en aún más morbosa.
Es un personaje que se muestra seguro ante el espectador choca las flechas que tiene
metidas en su cuerpo ya que dista de ser un a figura vulnerable. La composición es pop,
con un acabado limpio contrapuesta a lo trágico.
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El héroe corriente se diferencia del héroe perfecto en la distancia que establecemos ante
ambos, este no sobresale por sus hazañas, esta representado en la imagen del hombre
común. Este termino abarca a su vez muchos individuos, muchas vidas que tienen en
común que no pueden ser contadas porque son miles numéricamente y ante todo porque
no tienen nada que contar.
El tiempo del hombre común es la cotidianeidad. Citando a J.L. Pardo la vida cotidiana
no debería de aludir algo trivial, algo tan conocido y acostumbrado que no merecería ser
descrito porque todo el mundo sabe lo que es. Este ambiente de trivialidad confiere
seguridad, la seguridad de que la cadena de banalidad no se romperá (7).
Si el héroe perfecto tiene un momento en la vida a partir del cual su vida cobra sentido,
las circunstancias objetivas se corroboran el proyecto subjetivo de autobiografía, el
héroe común pasa parte de su vida encontrando el sentido a la suya y la otra parte
perdiendo el tiempo. la diferencia estriba en que si a uno le cortamos la vida por
cualquier parte podrá situarse cronológicamente para narrar los momentos importantes,
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al otro cortemos por donde cortemos la vida dará igual no le encontraremos ningún
punto de referencia, ningún momento que merezca la pena ser contado.
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Se nos hace cercano, tiene una actitud pasiva del hombre perdido en la inmensidad,
podemos acercarnos y sus dimensiones serán las nuestras, su mirada estará a nuestra
altura.
Figura 2: La obra de Cortazar representa a una figura masculina con el torso desnudo, la
figura horizontal recogido en si mismo atraviesa el primer plano acoplándose a la
composición. El corte de la composición remarcado con la postura del cuerpo del
personaje, más bien rígido, contrasta con la sensación de sosiego que de un cuerpo
tumbado debía salir. La sensación es contraria, el cuello del hombre está rígido, los
brazos hacen un ademán de levantarse que no corresponde con la posición de las piernas
y la mirada está perdida en la nada que escapa al espectador.
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Figura 3: La obra de Hopper representa una escena nocturna que invita a mirar por una
ventana, el único punto de luz, para interrumpir en la privacidad de un una figura
femenina. La frialdad de las obras de Hopper potencian un misterio en la cotidianeidad
ajena haciéndola distante y así contraria de la obra de Guston.
Figura 5: Chuck Close retrata a personas corrientes por medio del hiperrealismo
representando actualizaciones del héroe vulgar que no se caracteriza por sus virtudes
físicas o sus poses solemnes. Estos personajes extraídos de la realidad se convierten aun
así en objetos artísticos pasando a ser parte de lo trascendencia.
El mismo modo de trabajar en los distintos personajes da al conjunto un interés por las
matizaciones, diferencias que destilan el individualismo.
Figura 6: Alise Neel representa al héroe corriente actualizado, son personajes cercanas a
la autora permitiendo acceder a detalles personales característicos. Son detalles triviales
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pero que pertenecen y constituyen la intimidad de los héroes, las formas de sentarse, el
gesto de una mueca.
Hay varias estrategias que consiguen determinarlo, por un lado el triple retrato que no
aporta nada nuevo al mensaje sino que lo convierte más bien en un retrato médico,
creíble, exagerado por el realismo de la representación.
Los ángulos por los que se retrata a la figura, desde muy abajo y muy cerca del cuerpo
de la mujer. Los brillos de luz que se reflejan en la carne cosificando al cuerpo haciendo
que casi sea autónoma a la persona que lo habita.
Figura 2: la obra de Van Poppel representa a una figura femenina desnuda que se aleja
del canon de belleza actual no por ello exagerando las características que afean al
cuerpo. Podríamos considerar una figura común que se hace extraño ante nuestros ojos
por como no se ajusta a las representaciones convencionales.
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Por un lado porque inevitablemente incluimos la figura dentro del género de los
desnudos femeninos que representan la belleza y el deseo de la figura pasiva que se
muestra ante el espectador. Esta figura no se muestra ante el espectador, no hay belleza
en su cuerpo pero su actitud es segura, firme. Tiene las piernas cruzadas pero su pose no
denota ninguna vergüenza más bien es natural.
El trazo informal del artista acentúa el carácter trivial de la escena, los personajes están
plantados uno al lado del otro, divertidos en un juego superficial donde se acentúan las
diferencias de su vestimenta al contrario de las características personales que podrían
ser del mismo personaje. El tono caricaturesco es amable, cercano a lo burlesco.
Figura 4: la obra es un retrato en estilo pop, cercano a una simplicidad naif constituido
por medio de planos. Representa a un tipo de héroe corriente que se caracteriza por la
vulnerabilidad que trasmite la expresión de su rostro, es el retrato de un determinado
personaje relacionado con lo suburbano, la tez blanca, el pelo lacio y caído sobre la
cara.
Aparece en la composición otro elemento que es el dedo del personaje, en una actitud de
advertencia, amenaza que se convierte un gesto torpe, no convincente.
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Son figuras muy parecidas entre si situadas uno al lado del otro a la misma distancia,
son del mismo tamaño pero están hechas a base de un material que les dota de una
textura orgánica consiguiendo que cada figura sea diferente a la otra y dotando a las
figuras de una autonomía primitiva.
Figura 2: la obra de R. Mueck es una escultura realista que representa a un niño recién
nacido pero sobredimensionado. Se invierten las sensaciones del espectador ante la
figura, lo amoroso se transforma en monstruoso por esta estrategia paradójica.
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Los materiales escultóricos consiguen un acabado detallista de la figura del bebe, así la
transformación se hace más cruda. La figura frágil y vulnerable se hace peligrosa.
El espectador siente compasión ante tal héroe que parece ante todo bonachón, tranquilo,
la mitad caballo no se parece en nada al animal activo, fuerte, más bien al contrario las
pesadas piernas le dan un aspecto torpe y la mitad hombre representa a un hombre
común pacifico y reflexivo.
Esta invulnerabilidad tiene que ver con la escena en el que se sitúan los personajes, una
rama, nos remite a los recuerdos de la infancia. El estar cogidos de la mano que dista de
su aspecto de hombres maduros, entrados en años, trajeados, con el rostro serio. La
mueca torcida que trasmite un temor que acentúa lo absurdo de la obra.
Figura 5: en la obra de Alys se crea una situación extraña, hay dos elementos que actúan
creando un conjunto fuera de lo común por el orden a partir del cual se construye la
composición: la figura del hombre corriente que ocupa la parte inferior de la
composición y una pierna que toca la cabeza del héroe que sale de la parte superior.
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Parece como si se hubieran invertido los ordenes de los dos elementos creando un todo
escindido, esta sensación viene dada porque los dos partes equivalen ala forma de vestir
del mismo personaje creando una lectura paradójica de la obra.
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a. el antihéroe abyecto
Esta ironía socrática podría tener como referencia al héroe abyecto, que se escapa al
orden impuesto y nos enfrenta a la fragilidad del ser humano a su borde con la
animalidad.
‘Lo abyecto es perverso porque no abandona ni asume una prohibición, una regla o
una ley; pero las altera y las corrompe; se sirve de ellas, las usa para mejor negarlas
(...) se lleva a cabo una travesía de las categorías dicotómicas de lo puro y lo impuro,
de lo prohibido y lo pecado, de la moral y lo inmoral’ (11)
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Freud trata el tema del placer asociado al displacer en el sujeto al que denomina ‘el
sector más oscuro e impenetrable de la vida anímica’.
Se trata de episodios traumáticos vividos de forma gozosa por el sujeto, se trataría de un
impulso regresivo a los instintos que se halla en algunas neurosis obsesivas. Se
entienden bajo el concepto de ambivalencia que presenta la copresencia de afectos,
tendencias o pulsiones opuestas y su conflicto en el psiquismo del sujeto, de modo que
el componente positivo y el negativo se hallan simultáneamente presentes.
Tiene además un cierto carácter lúdico: pretende jugar con las palabras, cambiando el
sentido de la frases, provocando confusiones variados. Utiliza recursos valorando la
libertad recreativa, uniendo lo diferente y separando lo fusionado, creando
malentendidos y creando retruécanos entre palabras homónimas buscando el guiño.
Se valora el caos la confusión desde donde surgen el orden fecundo y creador de la vida.
Los misterios y la intuición como fuentes de evidencias cartesianas. Considerada como
una actividad espiritual que se recrea en nuestro sin sentido, en la paradoja y en nuestra
precariedad existencial.
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Autores críticos como Hegel creen que todas las cosas condicionadas se destruyen en el
caos de la ironía, son iguales en la nada, es critico con el humor lunático que juega con
la nada , con la autocomplacencia y el filosofar por filosofar, la sobre conciencia que
pierde la referencia de la realidad.
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Esto se desprende de la forma distante de mezclarse con los elementos asociados con lo
heroico y la forma de ocupar el espacio del héroe. Los personajes son héroes que no se
muestran, anónimos, en escenas privadas. Las composiciones cortan las figuras creando
marcos inusuales, muchas de las pistas asociadas a los personajes nos han sido vetadas,
así es usual que no aparezca la cara del personaje o simplemente nos mire creando una
distancia insalvable entre la figura y el espectador.
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Son personajes que están en una actitud ociosa, pasiva, se encuentran medio desnudos
desperdigados en el espacio destilan una relación con la sexualidad decadente en
conjuntos absurdos. Se opondría esta actitud con las características positivas,
constructoras del héroe tradicional, con su actividad, con la firmeza de los ideales y su
valor para defenderlas.
Estaríamos ante personajes extraños que actualizan los valores antiheroicos: las
vestimentas, los libros, los discos ayudan a caracterizar al personaje.
Figura 2: la obra de Freud representa a una figura que tiene unos atributos físicos
propios del héroe tradicional pero en contrapunto exterioriza valores asociados con lo
antiheroico.
La fisicidad de la carne que se muestra abierta ante el espectador, nos repugna. Esta
fealdad proviene de la carne y la manera como se representa. Consigue crear un retrato
muy humano, muy crudo ante el cual nos identificamos pero somos incapaces de
admitir esa relación y tendemos a construir una distancia.
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Hay un juego semántico entre las palabras parecidas y fácilmente equivocables, creando
una trama visual fantástica entre palomita y paloma y también consideraríamos
palomino que aparte de su acepción más baja hace referencia según el diccionario al
joven inexperto, ingenuo. La figura tiene una boca excesivamente grande
repugnantemente abierta mientras come las palomitas, se le ve todo el aparato digestivo
y cómo por medio de un embudo se convierten en palomas que van creando residuos
bajo la figura.
Cómo en un juego abyecto, estos elementos entran y salen de sus orificios corporales
del personaje que consta de dos partes: el cuerpo esbozado mediante un simple dibujo y
los ojos y el pelo insertados son reproducciones del autorretrato de la autora.
La composición esta creada por dos diagonales que salen en dirección contraria
partiendo de la misma base, dando al conjunto una gran inestabilidad. la antiheroina esta
en el primer plano descolocada, a punto de caerse y hay otro elemento en la parte
posterior que completan la escena. Es una referencia paisajística que recuerda lo
oriental, un gran sol y un delicado árbol.
La pintura tiene esa factura perfecta que imita a la fotografia. Crea una composición
alusiva a los retratos sacados en el ambito familial. Esta cercania consigue un lenguaje
facil de interpretar e implica al espectador.
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Pero los valores que representa se alejan de lo heroico, porque se invierten los papeles
tradicionales, lo masculino aparece como objeto ante lo femenino que hace uso de ello y
la artista es consciente, su cara refleja una risa burlona asociable a la lucidez del loco.
Las cualidades del objeto artístico su excesiva proporción su carácter robusto pero a la
vez muy orgánico se contraponen a los valores que representa la artista, los pliegues de
su cara, su expresión ingeniosa, las plumas de su vestido creando una situación extraña,
en la que parece retratarnos su mundo intimo.
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Figura 3: la obra de Guston representa a un héroe convertido en una gran masa circular,
obsceno, consideramos un retrato caricaturesco del artista maldito. En nuestra forma
aprendida de mirar las imágenes la figura vuelta a la izquierda de la composición se
cierra en el pasado y el héroe doblado esta doblemente cerrado en si mismo.
Esta redondez contrasta con los elementos horizontales que acechan a la figura la
botella de vino, el pincel con pintura roja ... y crean una composición circular que nos
lleva siempre al mismo lugar al gran ojo centrado en el vacío de la botella y la mancha
roja que de el deriva.
Es el retrato del héroe vació, ocupado por voces, pensamientos ajenos con
características parasitarias, en relación con la locura.
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Dos personajes unidos por un barrido en la que se dibujan unos ojos, una flor misteriosa
en el primer plano que representa una boca bagina que une a las figuras que crea
proyecta una presencia extraña, espectral.
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Notas
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5. Conclusiones
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Una línea que, manteniendo una visión crítica hacia la representación tradicional, no
renuncia al propio concepto de representación ni a sus mismas técnicas, y si intenta
ofrecer otras realidades alejadas de determinados arquetipos que se consideran
estereotipados. A tal fin utiliza recursos procedentes de esos mismo estereotipos,
caricaturizándolos, ironizándolos o actualizándolos.
En este caso nos hemos centrado en una figura como es la del ‘héroe’ y sus posibles
desviaciones retóricas, concretable en la propia figura del antihéroe.
Dentro del abanico que pensamos que constituían las figuras antiheroícas hemos
partido de una clasificación de H.R.Jauss en la que nos hablaba de “héroes corrientes y
anónimos”, “héroes sufrientes”, “héroes lúdicos”, y “antihéroes o héroes
desaparecidos”. Hemos creído oportuno distinguir en este último apartado dos tipos de
antihéroes: el “abyecto” y el “maldito”.
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+emulación
2. admirativa El héroe perfecto admiración (seguimiento)
(santo, sabio) -imitación
+ejemplaridad
-edificación o
entretenimiento en
lo extraordinario
+interés
3. cathartica Estremecimiento desinteresado/ libre
a)el héroe sufriente trágico/liberación reflexión
del ánimo -placer del
b)el héroe apurado espectáculo
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+creatividad
5. irónica El héroe Extrañamiento correspondida
desaparecido o el (provocación) .-solipsismo
antihéroe +sensibilización de
la percepción
-aburrimiento
cultivado
+reflexión crítica
-indiferencia
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INTERNET como herramienta de consulta. Hemos optado por no incorporar las reseñas
adquiridas de forma virtual.
No ficción
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Ficción
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Un tono ameno
Y finalmente una tipología de representaciones en la que queda verificada de
modo ordenado las diferentes intenciones estratégicas por parte de diferentes
artistas
3. Y en tercer lugar destacar que este trabajo surge dentro de una oferta docente e
investigadora del 2ºy 3er ciclo de pintura., en la que se estudian determinadas
vertientes narrativas dentro del arte contemporaneo
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