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Resumen Única Mirando al Mar

I
Se describe el basurero, la rutina de los buzos y se nos presenta a el Bacán y a Única.
Aparece Momboñombo Moñagallo entre la basura, Única lo rescata.
Cuando se recupera lo suficiente como para hablar, Momboñombo explica que se tiró él mismo a la
basura.
Única cuenta cómo encontró a el Bacán.
Momboñombo empieza a integrarse a la vida de los buzos.

II
A las cuatro semanas de estar en el basurero, Momboñombo empieza a trabajar con las brigadas de
buzos.
Se nos presenta la historia de la Llorona.
Los buzos empiezan a escuchar rumores sobre el cierre del basurero. Solo Momboñombo se preocupa al
enterarse.
Como no logra convencer a los buzos de hacer algo, sale a hablar con los vecinos de los alrededores,
nadie lo quiere recibir. Es domingo y hay un partido de fútbol, cuando intenta preguntar quiénes juegan,
le cierran la puerta en la cara y, por el trauma, olvida que alguna vez le gustó el fútbol.

III
Única recuerda su jardín y sus primeros días con el Bacán.
Se habla de la presión que ejercen los vecinos para que el gobierno clausure el basurero, y los problemas
que pasa el gobierno para encontrar un lugar donde tirar la basura de la GAM.
Ese año se celebra el cumpleaños del Bacán en diciembre (Única lo festeja todos los años en una fecha
diferente).
Se comenta la situación de los hijos de los buzos.
Organizados por Única y por el Oso Carmuco, los buzos celebran la Navidad.
Se mencionan los viajes a San José para vender objetos recuperados de la basura.
Llega el año nuevo y continúa la lucha de los vecinos por el cierre del botadero.

IV
Única y Momboñombo se casan.
Como ahora es hombre de familia, Momboñombo se preocupa todavía más por la situación de Río Azul.
Se menciona la huelga de los recolectores de basura, que duró una semana y puso en crisis la GAM, así
como los bloqueos organizados por los vecinos de Esparza para impedir que el botadero fuera reubicado
en su comunidad.
Termina enero y el conflicto continúa.

V
Momboñombo está sumamente preocupado por el futuro incierto de su familia. Intenta convencer a
Única para que se marchen a otro lugar, pero ella no acepta.
Es entonces cuando él escribe una carta al presidente de la República e intenta entregarla en persona,
convencido de que eso será suficiente para que todos reciban ayuda.
Nunca le llega respuesta alguna.
Llega marzo y Momboñombo se convence de que su carta no llegó hasta el presidente, y que el
basurero será cerrado tarde o temprano, sin que eso sirva para solucionar ni el problema de los buzos ni
el de la basura.

VI
Se anuncia el cierre de Río Azul para el treinta de abril.
Aumenta mucho la tensión entre los vecinos, por temor a que el gobierno no cumpla su palabra. El
gobierno teme que haya disturbios.
Los informes sobre la viabilidad de un basurero en Esparza son contradictorios y eso empeora la
situación.
Momboñombo habla con los más de cuatrocientos buzos y organiza una marcha hasta la casa
presidencial (lo acompañan, además de su familia, unos cincuenta buzos), donde los espera la Fuerza
Pública con un tanque-bomba antiguo rescatado de algún almacén, lanzan chorros de agua a los buzos,
hasta que se agota el agua (los buzos, que lo han tomado en broma, piden más, los policías explican que
ya no hay, les piden que regresen a sus casas y los buzos se marchar pacíficamente).
No se logra absolutamente nada. El Bacán enferma por el remojón y muere a mediados de abril, sin que
haya sido posible encontrar un solo médico que acepte ir hasta el basuero para atenderlo.
Es enterrado en Río Azul, donde desaparece tragado por la basura. Abrumada por el dolor, Única pierde
contacto con la realidad y deja de hablar.
Don Retana llega a dar el pésame, le cuenta a Momboñombo su historia (él también es un anciano que
ha dejado de ser útil) y le cuenta cómo era Única cuando recién llegada a Río Azul.
Momboñombo reune todos sus ahorros y se lleva a Única a Puntarenas. Ahí trabaja reciclando y todos
los días roba una rosa para llevársela a Única, que la deshoja frente al mar.
Única sigue ausente, en silencio y sin reaccionar, pero Momboñombo mantiene la esperanza de que se
recupere algún día.

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