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CURSO: ARQUITECTURA
INTEGRANTES:
ALBUJAR CRUZ ALVARO
BISARES CELESTINO RAUL
CAUSHI ARAUCANO WILMER
Con este trabajo de investigación acerca del confort en los ambientes, trataremos
de averiguar como es que cosas sencillas pueden brindar la mejor comodidad al
usuario ya este necesita es estar de la mejor manera en los ambientes que
habite.
El confort puede estar dado por algún objeto físico (un sillón, un colchón,
un coche) o por alguna circunstancia ambiental o abstracta (la temperatura
apropiada, el silencio, la sensación de seguridad).
El ser humano tiende a buscar el confort en todo momento. En un entorno
laboral, como puede ser una oficina, el confort suele obtenerse a partir de
la utilización de un asiento cómodo, que evite dolores de espalda. Un
equipo de aire acondicionado en verano y un sistema de calefacción en
invierno también contribuyen al confort en el trabajo, al igual que las
facilidades de transporte para llegar al lugar de empleo o la disponibilidad
de un comedor en el edificio. (1)
En el hogar, cada persona puede buscar su propio confort de acuerdo a sus
intereses y necesidades. Algunos asocian el confort al disfrute del tiempo
libre en sus propios hogares, para lo cual existe una amplia gama de
productos tales como sistemas de cine, mesas de billar, piscinas y equipos
de hidromasaje, entre otras tantas ofertas para quienes desean hacer de sus
casas un completo centro de relajación. (1)
ARQUITECTURA
Los parámetros de confort son aquellas condiciones propias del lugar que inciden
en las sensaciones de los ocupantes. Estas sensaciones o formas de percibir el
ambiente pueden clasificarse en:
Parámetros ambientales
Los parámetros ambientales son muy importantes ya que tienen una influencia
directa sobre las sensaciones físicas de las personas y las características
ambientales de un espacio. Los más destacados son:
Humedad relativa
La humedad relativa afecta en gran medida la sensación térmica. Es uno de los
parámetros sobre el que se puede incidir directamente a través de la aplicación
de una serie de correcciones en el diseño o bien con la incorporación de
determinados sistemas de acondicionamiento. Es entendida como la cantidad de
agua que contiene el aire, por lo que si su valor es elevado durante un día de
calor puede afectar negativamente a la sensación térmica dentro de un espacio
ya que impide que las personas pierdan calor por evaporación de agua a través
del sudor. Pero, si este porcentaje de humedad relativa es muy bajo, el
organismo también responde negativamente debido a que se puede deshidratar.
En general, los valores de humedad relativa considerados apropiados varían del
invierno al verano y adoptan diferentes valores según el tipo edificatorio, sus
espacios y las actividades que en él se estén realizando. (3)
Velocidad media del aire
Para el acondicionamiento de una vivienda, la velocidad del aire constituye un
parámetro muy valioso, pues produce corrientes que pueden ser aprovechadas
para refrescar o calentar los espacios. Sin embargo, hay que tener presente que,
dependiendo de la velocidad y la procedencia del aire que llega hasta el interior,
estas corrientes pueden resultar un inconveniente más que una ventaja,
especialmente en invierno. En el caso de que la temperatura del aire esté por
debajo de la temperatura de la piel, la velocidad del mismo provocará una
pérdida de calor que generará una sensación de frescura pero, si es al revés, el
cuerpo tomará calor del aire. Además, la velocidad del aire es una preexistencia
ambiental que puede ayudar a reducir la humedad y favorecer la ventilación de
los espacios de la vivienda, modificando, con su frecuencia y con su fuerza, la
sensación térmica de las personas. (3)
Parámetros arquitectónicos
Los aspectos psicológicos interactúan con los factores térmicos, lumínicos,
acústicos y olfativos de un determinado espacio creando nuestra capacidad de
adaptarnos a él en lo que se puede definir como confort arquitectónico. Por
ejemplo, la falta de confort fisiológico térmico y lumínico puede ser compensado
a través de los factores visuales involucrados en el diseño de los espacios, tales
como el manejo de los colores, texturas, espacios, volúmenes, vacíos, macizos,
etc. Por su parte, el grado de inconfort acústico u olfativo disminuye al perder la
ubicación o percepción visual directa de la fuente contaminante; por ejemplo si
se coloca una barrera vegetal angosta, pero suficientemente densa para obstruir
la vista entre una avenida (contaminante de ruido) y un edificio, es posible que
en las personas disminuya la percepción del ruido a pesar de que los niveles de
intensidad sonoros disminuyen de manera insignificante. Del mismo modo la
falta de confort se incremente drásticamente si se percibe visualmente la fuente
de contaminación.(3)
CONCLUSIONES