Está en la página 1de 12

CAPITULO I

1. CONSECUENCIAS DE LA INSEGURIDAD CIUDADANA


La inseguridad implica la existencia de un peligro o de un riesgo (por ejemplo, “en este
barrio hay mucha inseguridad, ya me asaltaron tres veces”), de esta manera podemos
afirmas las siguientes consecuencias de esta inseguridad ciudadana que atemoriza a la
sociedad peruana.

[ CITATION Ser08 \l 10250 ] Afirma que:

Cada uno de nosotros se siente atemorizado de las noticias que nos enteramos a través de los
medios de comunicación. En ellas podemos darnos cuenta de historias terriblemente
violentas que ocurren en las calles de nuestro estado. Aquello que sólo percibíamos de forma
lejana en poblaciones o circunstancias que nada tenía que ver con nuestra manera de vivir y
que parecía increíble se suscitaran en nuestra comunidad.
Desafortunadamente hoy en día, al salir de nuestros hogares no sabemos realmente si
podremos regresar a salvo, si pereceremos en algún tiroteo cruzado, seremos “levantados”
por secuestro o por una “equivocación”, o seremos víctimas de las llamadas amenazantes
para extorsionar tanto a gente importante como al ciudadano común.
La pregunta es: ¿cómo podemos sentirnos seguros si los miembros de las instituciones
encargadas de preservar el orden público son las primeras en ser laceradas o, en el peor de
los casos, vinculadas con actos de delincuencia?
No sabemos a ciencia cierta si estos funcionarios caídos combatían valientemente a la
delincuencia oponiéndose a los intereses de poder de estos grupos o sólo eran uno más de los
lacayos de dichas organizaciones que no obedecieron fehacientemente las órdenes de los
capos.
Los daños ocasionados a la sociedad y a sus instituciones son variables, dado que la
confianza que se tiene en estas últimas va disminuyendo rápidamente o bien ante nuestros
ojos se percibe que no es posible controlar tanta violencia y capturar a los delincuentes, por
lo que sentimientos de soledad, abandono, frustración e impotencia aumentan día a día, el
miedo generado por la incapacidad de protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias
obliga a un sufrimiento cotidiano que genera condiciones adversas en nuestra salud física y
mental.
Ahora, las teorías psicológicas validadas en el pasado, en donde las enfermedades mentales
eran derivadas de vivencias en la infancia o generadas por eventos traumáticos muy
personales o específicos, si bien tienen un papel fundamental en la actualidad, es obligado
incluir otras variables como sus causantes, entre las que se encuentran la problemática
económica por un lado y por si fuera poco las derivadas de las sensaciones de inseguridad.
Las consecuencias de vivir bajo tanta presión genera cambios cerebrales estructurales y
neurobioquímicos que poco a poco van condicionando la aparición de las enfermedades
mentales y físicas como la depresión, los trastornos de ansiedad, la diabetes mellitus,
hipertensión arterial, etc., estas últimas bajo mecanismos neuroendocrinos bien conocidos, a
tal grado que es necesario la aplicación de tratamientos específicos psicofarmacológicos y de
psicoterapia los cuales han mostrado mejores resultados.
Es innegable que parte de lo que debemos hacer para combatir la delincuencia es la práctica
de la denuncia; sin ella estamos colocados en una posición aún más vulnerable, ya que
dejamos sin herramientas para actuar a las autoridades. Sabemos, sin embargo, que ésta en
muchas ocasiones no se realiza por el miedo a represalias por los delincuentes, ya que es
posible que éstos conozcan datos personales que los conduzcan rápidamente a nosotros o a
nuestros familiares con las consecuencias que esto implica. (p. 03)

[ CITATION Mig19 \l 10250 ] Por su parte nos menciona que:

La inseguridad ciudadana, afecta hoy en día a todo el Perú, en especial a nuestra


capital en donde se concentra un tercio de la población del país.

Es un problema que afecta a todos los limeños, en los últimos años hemos visto
cómo ha ido creciendo de manera exponencial, siendo testigos de los múltiples casos
de delincuencia o lo que peor siendo víctimas de los mismos actos delincuenciales

 Robo
 Asesinato
 Secuestro
 Hurtos
 Asaltos a cambistas

2. ACTORES PRINCIPALES EN LA SEGURIDAD CIUDADANA


2.1. Gobiernos Locales Y Municipales
La seguridad ciudadana es la acción integrada que desarrolla el Estado, con la colaboración de
la ciudadanía y de otras organizaciones de interés público, destinada a asegurar su convivencia
y desarrollo pacífico, la erradicación de la violencia, la utilización pacífica y ordenada de vías y
de espacios públicos y, en general, evitar la comisión de delitos y faltas contra las personas y
sus bienes de los cuales los acores principales en la inseguridad ciudadana son los gobiernos
locales y municipales.

[ CITATION Ald10 \l 10250 ] Afirma que:


A contrario de lo opinado por muchos alcaldes en varias ocasiones, en el sentido de
que la seguridad ciudadana es responsabilidad exclusiva de la Policía Nacional, tanto a
nivel constitucional como legal nuestro ordenamiento jurídico establece
expresamente una serie de obligaciones para los alcaldes en materia de seguridad
ciudadana.

Así la Constitución, en su artículo 197°, establece lo siguiente: “Las municipalidades


promueven, apoyan y reglamentan la participación vecinal en el desarrollo local.
Asimismo, brindan servicios de seguridad ciudadana, con la cooperación de la Policía
Nacional del Perú, conforme a ley”. Esta responsabilidad constitucional en el ámbito
de la seguridad ciudadana por parte de los Gobiernos Locales se encuentra
desarrollada tanto por la Ley de Bases de la Descentralización, Ley N.° 27783, en cuyo
artículo 43° inciso e) se señala que la seguridad ciudadana es una competencia
compartida por las municipalidades tanto a nivel provincial como distrital; como por
la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley N.° 27972, que establece la relación de
competencias entre ambos niveles.
En síntesis, el rol de los Gobiernos Locales puede ser resumido en que se encargan de
liderar la lucha por la seguridad ciudadana a través de los Comités Provinciales y
Distritales, coordinando esfuerzos con la Policía Nacional y con los vecinos en el
diseño y la implementación de políticas públicas en la materia.

En consecuencia, a fin de tener éxito en la lucha por la seguridad ciudadana, se


requiere un compromiso y un liderazgo efectivo por parte de los alcaldes, quienes
deben incorporarse activamente en los esfuerzos y las acciones de seguridad ciudadana,
en estrecha vinculación y colaboración con las juntas vecinales y con la Policía.
2.1.1.1. Serenazgo
Concebido como un servicio público municipal, de conformidad a lo establecido en
el artículo 85º de la Ley Orgánica de Municipalidades, al punto de que constituye
un concepto por el cual las municipalidades suelen cobrar arbitrios, el servicio de
serenazgo constituye esencialmente una organización municipal creada para apoyar
las tareas de seguridad ciudadana. Ha venido cumpliendo un papel importante con
el patrullaje de las calles y avenidas, así como en dar la voz de alarma cuando el
delito ha querido imponerse.

3. PROPUESTAS

3.1. Fortalecer los Comités de Seguridad Ciudadana a nivel regional, provincial y


distrital (integrar nuevos actores y reorganizar la oficina técnica)

[CITATION Def10 \l 10250 ] se ha podido constatar lo siguiente:

 No se han elaborado planes de seguridad ciudadana en el 23% de los Comités


Regionales, en 60% de los Comités Provinciales y en 74% de los Comités
Distritales.
 Aún la mayoría de secretarios técnicos de dichos comités no desempeñan su
función a exclusividad. A ello se suma la falta de designación de dichos
secretarios en el 4% de los Comités Regionales, en 18% de los Comités
Provinciales y en 51% de los Comités Distritales.
 Las sesiones de trabajo de los Comités Provinciales y Regionales en el año
2009 han disminuido con relación al 2007, además se ha visto que en los
Comités Distritales el número de sesiones es absolutamente insuficiente (1.1
sesiones al año). Este dato resulta especialmente preocupante en tanto que los
comités de seguridad tienen que sesionar al menos 2 veces por mes con todos
los integrantes de los comités con el apoyo de los vecinos a fin de conocer los
problemas de inseguridad que aquejan al distrito y visualizar el mapa del
delito, para de esta forma garantizar el buen desarrollo de los planes de
seguridad.
Como lo hemos venido explicando a lo largo del presente trabajo, la seguridad
ciudadana es una problemática que debe ser enfocada de manera integral por una
multiplicidad de actores. En ese sentido, es sumamente importante que los Comités de
Seguridad Ciudadana funcionen efectivamente en todos sus niveles (regional,
provincial y distrital) pues son instancias que permiten que los distintos actores
puedan conocer lo que viene haciendo cada uno de ellos y coordinar esfuerzos para
actuar de manera integrada. Los Comités Provinciales deben convocar a los Comités
Distritales a fin de integrar acciones y promover sinergias positivas que permitan
implementar respuestas concretas a los problemas de inseguridad. A su vez, los
Comités Distritales deben centrar sus acciones en la promoción de la participación
ciudadana. Esto requiere una coordinación permanente de las gerencias de
participación ciudadana de las municipalidades con las oficinas de participación de las
comisarías.

Asimismo, el cambio de autoridades y la falta de consenso impiden que las políticas


implementadas se mantengan en el largo plazo. Por ejemplo, en el caso de Huancayo,
el Jefe Regional de RENIEC encargado de esta circunscripción (Región Junín), Dr.
Jhonny Roberty Palma Fuentes, viene implementado campañas de entrega del DNI
gratuito para las personas de bajos recursos, las cuales permitirán a su vez identificar a
muchos de los pandilleros que actúan en la zona. No obstante, hasta el momento tales
campañas no han venido teniendo el éxito deseado por la falta de apoyo de las
municipalidades, las cuales no se preocupan por destinar recursos para el tema de
identidad ni por capacitar adecuadamente a sus registradores civiles. Por tanto, a
efectos de contar con políticas en seguridad ciudadana integrales y efectivas, es
preciso que los Comités de Seguridad Ciudadana funcionen en la realidad y que los
actores se reúnan con frecuencia. Asimismo, para que los acuerdos adoptados al
interior de los Comités sean efectivos se debe contar con la participación de las
personas con verdadera capacidad de decisión de las diferentes instancias involucradas
en el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana. No se trata de que se reúnan
solamente los representantes y que se adopten acuerdos meramente retóricos y sin
incidencia práctica. A efectos de que las autoridades cumplan con las
responsabilidades que les han sido asignadas por la Ley N.º 27933, con relación a los
Comités de Seguridad Ciudadana a nivel regional, provincial y distrital, podrían
implementarse mecanismos de sanción administrativa para aquellas autoridades que
no cumplan con tales responsabilidades por cuanto tales incumplimientos contribuyen
a la larga a generar una inacción por parte del Estado en materia de seguridad
ciudadana, abriendo la puerta con ello a un incremento de la delincuencia y, por
consiguiente, de mayores perjuicios para los ciudadanos. Consideramos altamente
recomendable, asimismo, implementar mecanismos de rendición de cuentas al interior
de los Comités de Seguridad Ciudadana, sobre todo a nivel distrital, de modo tal que
se otorga a los vecinos un mensaje de transparencia en la labor realizada, con lo cual
se promueve una relación de confianza de los vecinos con las autoridades, la cual
resulta indispensable para el éxito de cualquier plan de seguridad ciudadana. Resulta
importante además fortalecer las capacidades de los Secretarios Técnicos de los
Comités de Seguridad Ciudadana, creando planes de capacitación para estos
funcionarios, quienes se encargan de asesorar técnicamente al comité y desempeñar
labores ejecutivas constituyéndose en piezas fundamentales para el buen desarrollo de
los planes de seguridad. En ese sentido, se debe tener en cuenta el perfil de Secretario
Técnico elaborado por la Defensoría del Pueblo30, el cual contiene las siguientes
características:
 En el caso de los Comités Regionales de Seguridad Ciudadana, de
conformidad con la Directiva N.º 01-2005-IN/0101.01, el Secretario Técnico
debe ser preferentemente un profesional civil de la Presidencia Regional o un
Oficial de la Policía Nacional en situación de retiro, que tenga pleno
conocimiento de la problemática vinculada a la seguridad ciudadana.
 En el caso de los Comités Provinciales y Distritales de Seguridad Ciudadana,
de conformidad con la Directiva N.º 01-2005-IN/0101.01, el Secretario
Técnico debe ser elegido entre el personal especializado de las Oficinas de
Participación Vecinal del Municipio o de la Oficina de Participación
Ciudadana de la (s) Comisarías de su Jurisdicción.
 Se debe buscar institucionalizar el cargo incorporándolo progresivamente al
Cuadro de Asignación de Personal que corresponda.
 Debe tratarse de preferencia de un profesional titulado.
 Debe contar con un dominio básico de la normatividad relativa a la
organización y funcionamiento del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana.
 Debe tener conocimiento de la visión, misión, planes generales de gestión y
políticas del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y el comité
respectivo.
 Debe contar con experiencia en la gestión, atención y asesoría en materia de
seguridad ciudadana.
 Debe contar con capacidad de organización y conducción del trabajo de la
Secretaría Técnica, promoviendo la participación activa de todos los
miembros del Comité y supervisando la gestión del personal a su cargo.
 Debe tener capacidad de liderazgo y concertación en la coordinación con
funcionarios de todos los niveles de gobierno.
 Debe tener capacidad de identificación de los problemas relativos a seguridad
ciudadana en la jurisdicción respectiva.
 Debe contar con plena disponibilidad y capacidad de adaptación tanto en
atención a las consultas de la sociedad civil como para el ejercicio de las
responsabilidades que el Comité se plantee como necesarias.

4.2.2 Integrar nuevas instituciones al Sistema Nacional de Seguridad


Ciudadana
En tanto que la seguridad ciudadana es tarea de todos, consideramos que se debe dar
cabida en el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana a todas aquellas instituciones,
tanto públicas como privadas, que puedan aportar a la solución del problema. En tal
sentido, consideramos que, de manera enunciativa, se debería de tomar en cuenta a las
siguientes instituciones:
 El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), organismo
constitucional autónomo encargado de mantener el registro de identificación
de los ciudadanos y emitir los documentos que acreditan su identidad,
conforme a lo establecido en el artículo 183º de la Constitución. Conservar un
adecuado registro de la identidad de los ciudadanos es una tarea que resulta
indispensable para el adecuado planeamiento de una política pública de
seguridad ciudadana. Asimismo, teniendo en cuenta que la mayoría de
delincuentes son jóvenes infractores, conforme ha sido verificado
recientemente por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la cual
recoge a su vez informes al respecto elaborados por la Organización de
Naciones Unidas31, resulta de suma importancia que exista la constante
preocupación por parte del Estado de proporcionar oportunamente
documentos de identidad para los ciudadanos desde temprana edad, a fin de
crear conciencia en los jóvenes de que forman parte de un sistema estatal que
está encargado de velar por el respeto de sus derechos fundamentales.
 El Ministerio de la Mujer y de Desarrollo Social, el cual cuenta con
numerosos programas de apoyo social, siendo tal vez el más emblemático el
“Vaso de Leche”, los cuales constituyen herramientas de lucha contra la
pobreza, la cual es a fin de cuentas uno de los principales caldos de cultivo de
la delincuencia.
 El empresariado local, quien cuenta con los recursos que muchas veces
escasean en las instituciones estatales, puede constituir alianzas estratégicas
con los municipios y con las comisarías locales para el financiamiento de más
actividades tendientes a la lucha por la seguridad ciudadana, tales como
talleres de capacitación en prevención del delito para los vecinos o la
implementación de mejores condiciones de trabajo para los policías. Cabe
precisar que, conforme lo ha venido señalando el Tribunal Constitucional en
reiterada jurisprudencia, existe una responsabilidad social por parte de los
empresarios, en tanto que en el marco de un Estado Social y Democrático de
Derecho la empresa privada, como parte importante de la sociedad, tiene
especial responsabilidad frente al Estado, debiendo realizar su actividad en
armonía con el bien común y el interés general. Se trata además del
financiamiento de actividades que van a redundar en beneficio de los
empresarios, pues van a contribuir a incrementar un clima de seguridad, el
cual resulta propicio para el desarrollo de sus negocios.
 La Iglesia Católica, así como otras organizaciones religiosas, en tanto que
cuentan con una importante red institucional que puede servir de canal de
comunicación y de coordinación para canalizar la ayuda social que resulte
necesaria. Asimismo, cuenta con una importante influencia sobre los jóvenes
que puede ser de gran ayuda para la promoción de campañas de difusión de
valores cívicos. No obstante, insistimos en que resulta indispensable la
vertebración de los tres actores principales, el municipio, la policía y los
vecinos, para luchar con éxito por la seguridad en el distrito. Ningún plan de
seguridad ciudadana, especialmente en localidades pobres, puede llevarse a
cabo con éxito si no se articulan eficientemente estos tres elementos básicos.
Se puede y se debe agregar a otros actores, pero si alguno de estos tres actores
principales falla, el plan no funcionará.

4.2.3 Elaborar un diagnóstico de manera concertada y participativa


Como paso previo al diseño del plan de seguridad ciudadana en la localidad se
requiere contar con un diagnóstico realista de la situación, a fin de conocer los
problemas que existen y cuáles son las medidas más adecuadas para solucionarlos La
idea es tener un estudio de la realidad local en términos de la seguridad ciudadana de
la comunidad cuyo objetivo es identificar los principales problemas y los recursos para
hacer posibles las soluciones. Este estudio tiene mayor validez si participa activamente
la comunidad en el recojo de la información. Este diagnóstico situacional debe
contener datos como los siguientes:
 Número de habitantes de la localidad, incluyendo su distribución por edades
y por nivel socioeconómico.
 Nivel de pobreza y desempleo de los habitantes de la localidad.
 Dimensión del distrito y zonas limítrofes.
 Número de comisarías presentes en el distrito, así como el número de
efectivos policiales y el equipamiento logístico con el que cuentan tales
dependencias.
 Número de juzgados de paz u otras dependencias judiciales presentes en el
distrito.
 Número de centros educativos, tanto colegios como universidades, ya sean
públicos o privados, presentes en el distrito.
 Número de dependencias del Ministerio Público presentes en el distrito.
 Número de centros de emergencia y/o hospitales presentes en el distrito.
 Número de organizaciones vecinales pertenecientes al distrito.
Cabe destacar que este diagnóstico situacional no puede ser elaborado de manera
unilateral por los Gobiernos Locales por cuanto para que el mismo sea fidedigno y, en
consecuencia, resulte de utilidad para la elaboración del plan local de seguridad
ciudadana, se requiere el contraste entre distintas fuentes. Además, hay que tener en
cuenta que, lamentablemente, en muchas ocasiones tanto las autoridades municipales
como las autoridades policiales tienden a manipular estos datos con el propósito de
presentar sus gestiones como exitosas cuando la realidad es diametralmente opuesta.
En este sentido, el aporte de los vecinos es sumamente valioso pues son ellos los
principales testigos de la vida cotidiana de la localidad. Ello incluye acciones tales
como la elaboración de un mapa del delito, que puede ser realizada de manera
conjunta por los policías y los vecinos. Este mapa, elaborado ya sea de forma manual
por medio de alfileres o a través de un programa informático, constituye un marco geo
referenciado que permite determinar con certeza los lugares de la localidad en los que
tienen lugar hechos delictivos con mayor frecuencia, así como el tipo y modalidad de
delito que se comete con mayor frecuencia. En síntesis, el mapa del delito permite
contestar las siguientes preguntas con relación a los hechos delictivos que tienen lugar
en la localidad: ¿Dónde ocurrió? - ¿Cuándo ocurrió? - ¿A quiénes afectó? Conforme
lo señala el Coronel PNP ® Juan Briceño Pomar, este es uno de los instrumentos que
optimiza la intervención operativa frente a la inseguridad pues, basado en las
denuncias de la ciudadanía y en un programa informático, grafica la problemática
delictiva de una localidad. Aún con la limitación de una baja tasa de denuncia puede
servir como referencia para planificar la distribución de los recursos teniendo en
cuenta los días, horas y zonas críticas. A manera de ejemplo podemos citar la
experiencia de Villa El Salvador35, distrito en el cual se logró elaborar un mapa
delictivo en base a la información aportada por la comunidad, en especial por los
integrantes de las juntas vecinales. En este mapa se lograron ubicar las zonas con
mayor incidencia de robos y asaltos, las zonas con mayor incidencia de consumo y
micro comercialización de drogas, las zonas con mayor presencia de pandillas y las
zonas o cuadrantes en los que estaban organizadas las juntas vecinales.

4.2.4 Elaborar o implementar el Plan Local de Seguridad Ciudadana con


objetivos claros y alcanzables
El Plan debe vertebrar la acción de los tres actores fundamentales en la seguridad de
un distrito La Municipalidad, La PNP, y las juntas vecinales. Se requiere elaborar una
estrategia de intervención realista que responda a los problemas prioritarios de la
comunidad que involucre a diversos actores de manera coordinada, estableciendo
plazos y compromisos, con un monitoreo y evaluación del plan desarrollado para
garantizar resultados exitosos.
No se trata de aspirar a poco sino de no perder de vista las fuerzas, las capacidades y
los recursos que se pondrán en juego para el logro de los objetivos.
El plan debe ser expresado en un lenguaje claro y sencillo, a fin de que pueda ser
comprendido por todos los actores. Sus pasos o etapas deben guardar una secuencia
lógica e ir acompañados de indicadores que permitan medir efectivamente el progreso
en el logro de los objetivos.

4.2.5 Forjar el carácter comunitario en la policía nacional


Mejorar sustantivamente la acción de la policía para la seguridad ciudadana junto con
la municipalidad y las juntas vecinales.
El énfasis central de la actividad policial debe estar centrado en la Policía
Comunitaria.
No se trata solo de la Oficina de Participación Ciudadana, toda la Policía debe tener
como centro de su trabajo el carácter comunitario, planificando y ordenando el íntegro
de su acción policial para que esté enlazada con la comunidad en consulta permanente
y fiscalización conjunta. Este enfoque de policía comunitaria contiene las siguientes
características:
 Cambios importantes en la organización policial, que se traduce sobre todo en
el énfasis puesto en la descentralización operativa y en la delegación de
responsabilidades, así como en el patrullaje (a pie, bicicleta, o en moto) del
barrio.
 La ampliación del mandato policial tradicional, que ya no se limita a las
clásicas funciones de prevención y represión de la criminalidad y al
mantenimiento del orden, sino que abarca la resolución de otros problemas
comunitarios.
 La selección y capacitación del personal policial, que debe ser más un gestor
social que un agente encargado de las clásicas funciones policiales.
 Una intervención proactiva más que reactiva, con más énfasis en las causas
que en las consecuencias del delito.
 Un mayor acercamiento a la comunidad con la finalidad de dar una respuesta
personalizada a los ciudadanos.
 Una amplia y activa participación de la comunidad en la identificación y
resolución de sus principales problemas.
 El establecimiento de mecanismos de asociación, cooperación y coordinación
con las autoridades políticas, los servicios públicos y privados, los medios de
comunicación y la comunidad en general.
 La obligación de rendir cuentas, tanto a las autoridades como a la comunidad.
Es urgente que haya un cambio de actitud por parte de los agentes policiales, pasando
de la desmotivación al espíritu de servicio y al compromiso, a fin de reconstruir el lazo
de confianza que debe existir entre la Policía y la población. Se deben destinar
mayores recursos a las comisarías, dotándolas por ejemplo con equipamiento
informático, sistemas de comunicaciones eficientes y un mayor número de vehículos
(patrulleros), los cuales permitirán entonces mejorar las condiciones de trabajo de los
policías e incentivarlos a dar un mejor servicio.
El apoyo en recursos para las comisarías no solamente puede ser logrado a través del
Gobierno Central sino que también cabe invocar la intervención en este aspecto de los
Gobierno Locales, quienes en virtud de la Ley N.° 29010, están facultados a disponer
recursos a favor de la Policía Nacional a través de la suscripción de convenios con el
Ministerio del Interior, en los cuales se debe especificar el equipamiento y/o la
infraestructura para la cual están siendo destinados los recursos, los cuales pueden ser
entregados en calidad de donación o de cesión en uso.
Cabe precisar que esta disposición legal excluye expresamente de su ámbito de
aplicación la adquisición de armas de fuego, municiones y armas químicas o
eléctricas.
4.2.6 Generar oportunidades laborares, educativas, deportivas y de
recreación a través de alianzas estratégicas y convenios, especialmente
para los ciudadanos en riesgo y/o víctimas de la violencia y el delito
Junto con el aspecto punitivo, además del punto de vista tradicional o restaurativo,
debe haber también una finalidad resocializadora, procurando la recuperación a través
de oportunidades, dirigidas, sobretodo, a los jóvenes que están en peligro de derivar
hacia la criminalidad a través del pandillaje.
Teniendo en cuenta este contexto en que la mayoría de los infractores son jóvenes o
adolescentes, conforme ha podido ser constatado a nivel regional por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, en cuyo “Informe sobre Seguridad Ciudadana
y Derechos Humanos” se constata que entre las víctimas y los victimarios de la
violencia y el delito se destacan los niños, niñas y jóvenes de entre 15 y 29 años de
edad, con una tasa de homicidios que se eleva a 68.9/ 100.000; proponemos que
nuestro sistema de administración de justicia tome en cuenta la adopción del enfoque
de la justicia restaurativa.
Este enfoque, conforme lo señala Óscar Vásquez Bermejo38, a diferencia de la
justicia tradicional de enfoque retributivo que pone el énfasis en la sanción del
infractor por la vulneración de la ley, busca restablecer el vínculo social quebrado por
el acto transgresor de la ley. Así, es posible resumir la filosofía de este modelo en tres
“R”:
a) Responsabilidad del autor – El autor se asume responsable y admite que cada uno
debe responder por las conductas que asume libremente.
b) Restauración de la víctima – El daño ocasionado a la víctima debe ser reparado, de
modo tal que pueda salir de su posición de víctima y reasuma la condición que tenía
antes de la comisión del hecho ilícito.
c) Reintegración del infractor – Se restablecen los vínculos entre el infractor y la
sociedad, a la que también se ha dañado con el ilícito. Este enfoque se caracteriza
entonces por los siguientes principios40:
1. La participación activa del ofensor, de la víctima y de la comunidad.
2. La reparación material y simbólica del daño.
3. La responsabilidad completa y directa del autor.
4. La reconciliación con la víctima y con la comunidad.
5. El compromiso comunitario para enfrentar integralmente el conflicto social y sus
consecuencias.
Como puede observarse, este es un enfoque integral en tanto no solamente comprende
al infractor sino que hace referencia también a la víctima y a la comunidad en su
conjunto. En ese sentido, representa desde nuestro punto de vista una alternativa
adecuada para tratar el problema de los jóvenes infractores por cuanto en lugar de
limitarse a sancionarlos y propugnar su marginalización de la sociedad, se promueve
en cambio su reintegración a la misma en base a la asunción de su responsabilidad y a
la reparación del daño cometido, con lo cual se le hace tomar conciencia del acto
cometido y se le compromete a ser un mejor ciudadano.
Para lograr tal objetivo, se utilizan entonces mecanismos alternativos a la sanción
tradicional (pena privativa de libertad – cárcel). Nos referimos a la recreación y al
desarrollo deportivo; a la apertura en buena cuenta de oportunidades educativas y de
entrenamiento laboral.
Las Municipalidades, los institutos, las universidades, las academias deportivas, los
gimnasios, los colegios, las Iglesias y las comisarías deben poner a disposición a estos
efectos toda su importante infraestructura deportiva.
Con los recursos de la municipalidad y con los que pueda aportar adicionalmente al
empresariado local, se pueden establecer convenios con el IPD, federaciones
deportivas, para que provean a entrenadores de alto nivel, que levanten las
perspectivas de determinado distrito.
La preparación en carreras técnicas así como la oferta de oportunidades de corto y
mediano plazo representan el camino más eficaz para ayudar a los jóvenes en proceso
de recuperación (Senati, Sencico, Institutos, Academias, Ceos, Promae, San Ignacio de
Loyola). Existen las bolsas de trabajo que dan oportunidades de empleo a los jóvenes
que culminen su formación laboral o que ya la tienen. (Interbank, Plaza Vea, Cines
Plaza y otros).
Existen empresarios que voluntariamente quieren patrocinar la formación laboral de
jóvenes que posteriormente son incorporados en sus empresas.
Como ejemplo concreto de este tipo de medidas, podemos citar el proyecto de la
fábrica de escobas que se viene desarrollando en Trujillo, a cargo del suboficial PNP
Charo Rafael, perteneciente a la Oficina de Participación Ciudadana de la III
Dirección Territorial de la Policía Nacional. Este proyecto, iniciado el año 2005, tiene
por objetivo captar, con la ayuda de las juntas vecinales, a aquellos jóvenes que se
hallan en riesgo de caer en la delincuencia a fin de brindarles laoportunidad de
cambiar de vida otorgándoles la opción de trabajar en la fabricación y en la venta de
escobas, a la par que se les otorga asistencia psicológica y social y se les capacita en
un oficio que les permita ganarse la vida honradamente.

4.2.7 Incorporar los Juzgados de Paz en las Comisarias y fortalecer los


Centros de Conciliación y los Centros de Emergencia Mujer
Estamos ante la necesidad de que se instalen juzgados de paz letrados en comisarías,
para administrar en forma expeditiva la justicia por hechos menores, que son los de
mayor ocurrencia. Ellos cumplen un rol importante, básicamente dan una respuesta
rápida e inmediata en la aplicación de sanciones en los casos de faltas, que muchas
veces quedan impunes creando de esta manera una desconfianza por parte del
ciudadano en el proceso de justicia.
En ese sentido, coincidimos con la Defensoría del Pueblo en cuanto a que la creación
de los juzgados de paz letrados en las comisarías constituye una experiencia exitosa y
que requiere de un mayor apoyo por parte de las instituciones involucradas para
reforzar su labor, además de replicar esta estrategia en otras comisarías del país.
La idea principal es incentivar una cultura de denuncia ciudadana y de esta forma
promover el cumplimiento de las penas alternativas de servicio a la comunidad con el
concepto de justicia restaurativa. Con una efectiva coordinación entre las autoridades
penitenciarias que vigilen y controlen el cumplimiento de la sanción por parte de la
entidad receptora del sentenciado.

4.2.8 Crear, mejorar y/o recuperar los espacios y vías públicas


El mejoramiento de los espacios públicos, tales como los parques y las plazas,
implican a su vez un mejoramiento en la calidad de vida de los vecinos pues
contribuyen a crear un ambiente de seguridad. Conforme lo señala el connotado
sociólogo colombiano Hugo Acero42, la recuperación de los espacios públicos no
solamente contribuye a mejorar la percepción de seguridad, sino que influye en el
medio ambiente y ayuda a la descomposición de la tríada delincuente, entorno y
víctima, indispensable para que se posibilite el delito.
Se debe propiciar la recuperación de los parques y alamedas a través de la vigilancia
ciudadana y del patrullaje policial. La municipalidad debe preocuparse por la
iluminación de las calles y avenidas.
También conviene fomentar la realización de eventos culturales masivos, tales como
funciones de teatro al aire libre o ferias gastronómicas, los cuales podrían ser
organizados y/o auspiciados por las municipalidades, las empresas privadas o las
organizaciones vecinales de la localidad.
Se deben acondicionar losas deportivas y ciclo vías, a fin de crear espacios de
esparcimiento y de integración entre los vecinos y sus familias.

4.2.9 Implementar una política pública de preservación de la salud mental


de los policías
Los policías, en atención al alto grado de responsabilidad y de riesgo que es inherente
a su función, en tanto están encargados del combate frontal de la delincuencia, se ven
continuamente expuestos a situaciones de estrés y de tensión, máxime cuando las
condiciones en las que trabajan no son precisamente las adecuadas43. En ese sentido,
en muchos casos su salud mental puede verse seriamente afectada, dando lugar a
trastornos como el siguiente:
 Síndrome de agotamiento profesional (Burn-out Syndrome)
La problemática de la salud mental es un problema entonces que no puede ser
soslayado por el Estado pues es requisito indispensable para el logro de la seguridad
ciudadana el contar con agentes policiales comprometidos con su función y dispuestos
a renovar el vínculo de confianza con la población.

4.2.10 Realizar un trabajo conjunto entre la Policía Nacional y las Juntas


Vecinales en las tareas de prevención del delito
Cabe precisar, en primer lugar, que no se trata, conforme lo señaláramos líneas arriba,
de que los vecinos salgan a confrontar directamente a los delincuentes por cuanto no
es esa su función ni están adecuadamente capacitados para ello. De lo que se trata es
que los vecinos colaboren estrechamente con los agentes policiales para prevenir los
hechos delictivos, principalmente a través de la proporción de información oportuna y
de la denuncia de tales hechos. Ello requiere desde luego de juntas vecinales
adecuadamente organizadas.

También podría gustarte