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on Capitulo 1 io de los inocentes “a cuantos podian orinar contra la mu- se Hevaban como esclavos a las mujeres jos y, en particular, a los de menos de tres ; de mas edad habian sido aniquilados, De ibre de lamar “esclavo” al nifio, en latin claraciones sobre “La educacién sexual esperaré usted obtener de mi un 11, Buenos Aires, Nuevo Mundo, 1974. incluido en el libro XIV de las Obras infantil”, bajo el subtitulo “La ilus- Baa oe Mea’on Umundo como dar cuenta en u ortes de quien fuera definido, en términos dos grandes “instauradores de discursividad” +x). Un poco como para ahondar esa sensacién dad de hemerbteca transcribimos a conti- ‘ario publicado por el diario La Prensa el do- ocasién de su muerte; “Sigmund Freud nacié -y obtuvo su titulo de médico en la Universidad 4 Ineluso los nifos su actividad profesional ha estimulado especialmente a ocuparse de los problemas sexuales. Sé que ha seguido usted con interés mis trabajos cientificos y que no rechaza sin previo examen mis hipétesis, como muchos otros colegas lo hacen, por ver yo en la constitucién psicosexual y en las alteraciones de la vida sexual las causes principales de las enfermedades neuréticas, tan fre: cuentes hoy. De ahi que mis Tres ensayos sobre una teoria sexual, en los que expuse 1a composicién del instinto sexual y las per- turbaciones del mismo en la evolucién, que le conduce @ constituir Ja funcién sexual, hallaron en la revista de su digna direccién un eco amistoso. Me plantea usted, pues, la cuestién de si, en general, debe facilitarse a los nifios una explicacién de los hechos de la vida sexual, y en caso afirmativo, qué edad ha de escogerse para ello y de qué modo ha de levarse a. cabo. Desde un principio haré constar que encuentro perfectamente Jjustificada la discusién en lo que respecta a los dos uiltimos pun- tos, pero que no concibo cémo pueden existir juicios divergentes cen lo que respecta al primero. ,Qué se intenta alcanzar negando 4 los nifios -0 si se quiere, a los adolescentes- tales explicaciones sobre Ja vida sexual humana? ;Se teme quiz despertar prema- turamente su interés por estas cuestiones, antes de que nazca espontaneamente en ellos? ¢Se espera con semejante ocultacién encadenar el instinto sexual hasta la época en que sea posible ‘Viens, en el io 1881, Después de haber seguido en Paris los estudio que hhacia Charcot, en sus eélebres clases de La Salpetrire, por espacio de varios ffs, regresé a Viena y contrajo matrimonio. Al mismo tiempo ejercié las fun- cones de “Privat-dozent™ en Ia especialidad neurologiea, que atraia posers: mente sus preferencias cientifieas. De este modo, en colaboracién can un gran amigo suyo, Breuer, en cierto modo, el inspirador de su doetrina, esrbié algunos trabajos cientficos, entre ellos “Estudio de la histeria”y concluyé otros trabajos sabe afin sobre pari ifnt que an prearand as eu mao alent. (1 El psieoandlisisintrodajo en los conoeimientos humanos un coneepto revolucionarit, Dio # lo subconsciente una jerarquia que no podia admire en una época en la que se hacia depender la esencia de los fenémenos psquics Saeseilr tl eloasnnabtendncacbsey Wet ee slates ‘confictos de El silencio de los inocent Jos caminos que el orden social considera licitos' sque los nifios no mostrardn interés ninguno los enigmas de la vida sexual si no se atrae 12. gSe cree quizé que el conocimiento que srles aportado por otros caminos?

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