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Biografía[editar]
Hijo de Delfino Infante García y de Refugio Cruz Aranda, nació el 18 de noviembre de 1917 en
el puerto de Mazatlán, Sinaloa. Su nombre completo fue Pedro Infante Cruz. Su padre, quien
era maestro de música, tocaba varios instrumentos en diferentes bandas y orquestas de
Sinaloa; Pedro asistió en Guamúchil (Sinaloa) a la primaria, logrando terminar hasta cuarto
grado, máximo grado al que los niños podían acceder en su localidad. Además, la necesidad
económica de su familia era muy grande, por lo que Pedro tuvo que comenzar a trabajar
desde temprana edad. Su primer empleo fue en la "Casa Melchor", un comercio que vendía
implementos agrícolas. Pedro era el mandadero de la casa, y a pesar de que sólo era un niño,
a los pocos meses, los dueños lo nombraron "Jefe de mandaderes". Pedro aprendió la talla de
madera en el taller del Sr. Jerónimo Bustillos, donde estuvo durante 5 años. "Era el oficio de
Cristo" decía siempre con orgullo; además durante su tiempo libre hizo su primera guitarra,
comenzando así su afición a la carpintería, misma que lo acompañó toda su vida.
Pedro fue el cuarto de quince hermanos, de los cuales sólo sobrevivieron nueve, María del
Rosario, Ángel (que también fue actor y cantante), Pedro, María del Carmen, María
Concepción, José Delfino, María del Consuelo, María del Refugio y María del Socorro. A
principios de 1924 se mudaron a Guamúchil (Sinaloa), donde Pedro pasó su infancia y es por
ello que se le conoce como El Ídolo de Guamúchil.
Cantante y actor[editar]
En Culiacán fue vocalista de varias orquestas y se presentó en la radiodifusora local XEBL. Su
esposa María Luisa León, consideró que podía tener futuro y lo impulsó para que siguiera su
carrera de cantante en Ciudad de México. Para 1938, ya cantaba en la XEB; también se
presentó en el teatro Colonial con Jesús Martínez Palillo y Las Kúkaras, así como en el centro
nocturno Waikikí. Su primera grabación musical, El Soldado Raso fue realizada el 19 de
noviembre de 1943, para el sello de Discos Peerless, aunque otras fuentes dicen que la
primera canción que grabó fue el vals Mañana, que pasó sin pena ni gloria.1112
Cine[editar]
Pedro Infante protagonizó como actor más de 60 películas entre 1939 y 1957, lo que lo
convirtió en uno de los más grandes ídolos de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano. Se
tiene el registro de que grabó 344 canciones en estudio (no incluidas las tomas alternas, ni
conciertos), por lo que fue ampliamente reconocido en México. Inició como extra en la
película En un burro tres baturros, y participó en algunas cintas como actor secundario. Su
carrera como actor con un papel principal inició con la película La feria de las flores, en 1943.
Muchas de sus películas más exitosas fueron dirigidas por Ismael Rodríguez, quien, luego de
filmar Mexicanos al grito de guerra (1943), tuvo su primer contacto profesional con Pedro
Infante en la comedia urbana y musical titulada Escándalo de estrellas (1944), una sátira del
mundo del cine. De ahí, Ismael lo invitó en Cuando lloran los valientes (1945), un melodrama
sobre la revolución en el norte; entonces apareció la actriz Blanca Estela Pavón, futura “pareja
ideal” de Infante.13
Bajo la conducción de Ismael Rodríguez, Infante se convirtió en un actor de popularidad
excepcional entre un gran público nacional y el melodrama arrabalero fue el género definidor
de la época. A partir de la década de 1940, la migración masiva de campesinos a las ciudades
(básicamente a Ciudad de México), que constituían la mano de obra necesaria para la
naciente industria manufacturera, fueron transformando a México de país rural a urbano, por
lo que se formaron "barrios de trabajadores" y surgió la cultura de "la vecindad" (conjunto de
viviendas en torno a un patio común), que encontró en Pedro Infante a un ícono de
identificación para las nuevas clases obreras urbanas por su personaje de Pepe el Toro en la
trilogía melodramática que conformaron las películas: Nosotros los pobres (1947) y Ustedes
los ricos (1948) coestelarizadas por Evita Muñoz "Chachita" y Blanca Estela Pavón, y cuatro
años después, Pepe El Toro (1952).
Reconocimientos[editar]
Recibió el Ariel que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas al
mejor actor por su papel en la película La vida no vale nada, con Domingo Soler, Wolf
Ruvinskis, Lilia Prado, Rosario Granados, Magda Guzmán.
Su penúltima película, Tizoc, en 1956, al lado de María Félix, fue un éxito internacional, por la
que obtuvo en 1957 el Oso de Plata del Festival de Cine de Berlín, como mejor actor principal.
Este premio lo obtuvo de manera póstuma, y lo recogió el productor Antonio Matouk. El
premio quedó finalmente en manos del cineasta Ismael Rodríguez, quien fue, en palabras de
la madre del actor, su "padre cinematográfico".[cita requerida]
Interpretaciones musicales[editar]
Pedro Infante interpretó canciones de diversos géneros: vals, chachachá, canción mexicana
tradicional, canción ranchera y bolero. Sin embargo, la inmensa mayoría de sus
interpretaciones más populares pertenecen a los géneros de música de mariachi y ranchera.
Algunas de sus canciones más populares incluyen: “Amorcito corazón”, “Cien años”, “Te
quiero así”, “La que se fue”, “Ella”, “Paloma querida”, “Maldita sea mi suerte”, “Por un amor”,
“Mañana”, “Que te ha dado esa mujer”, “Mi cariñito”, “Dicen que soy mujeriego”, etc., de
compositores como: Manuel Esperón, Gilberto Parra Paz y José Alfredo Jiménez entre otros.
Pedro Infante fue un fanático de la aviación. Acumuló 2989 horas de vuelo como piloto.
Estaba registrado con el nombre de rol de "Capitán Cruz".14 Previo al accidente que le costó la
vida, ya había tenido otros dos accidentes aéreos, el primero en la ciudad
de Guasave, Sinaloa, donde al intentar despegar de una pista improvisada el avión no pudo
ganar altura y se fue de frente contra un cultivo de maíz, de ese accidente le quedó una
pequeña cicatriz a la altura de la barbilla, el segundo desplome fue cerca
de Zitácuaro, Michoacán, razón por la que tuvo que implantársele una placa de platino en
parte del cráneo.14
El 15 de abril de 1957, Pedro Infante piloteaba un C-87 Liberator Express de
fabricación estadounidense, matrícula XA KUN perteneciente a la empresa TAMSA, de la que
era socio. Este modelo de avión se derivaba del B-24 Liberator, un bombardero de la Segunda
Guerra Mundial que se consideraba ya obsoleto para uso militar pero todavía útil en
aplicaciones civiles. No obstante, las modificaciones necesarias para convertirlos en un
transporte civil hacían que tuvieran dificultades para elevarse cuando iban muy cargados e
introdujeron un problema de inestabilidad longitudinal debido al estrecho margen de variación
del centro de gravedad ocasionado por la disposición y anclajes originales de la bahía de
bombas, modificada y expandida para formar el compartimiento de carga. En otras palabras:
exigían una estiba sumamente cuidadosa de la carga, preferiblemente con un peso total de la
misma inferior a su capacidad nominal. Estos y otros problemas —como la pobre distribución
de los conductos de combustible, que además tendían a sufrir pérdidas y aturdir a los
ocupantes con sus vapores— contribuyeron a que fuera un avión peligroso de difícil manejo y
operación, temido por sus tripulaciones,15 que sufrió 150 accidentes con pérdida total de la
aeronave entre 1942 y 1964.16
Proyectos truncados[editar]
Fenómeno social[editar]
Los principales beneficiarios económicos de su legado han sido los propietarios de los
derechos sobre las películas que estelarizó, así como el sello discográfico "Peerless",
(actualmente absorbida por Warner Music) quienes debido a las jugosas ganancias que les
genera Pedro Infante, han contribuido enormemente a su promoción y vigencia, sin
menoscabo de su auténtica penetración en el gusto de un pueblo que lo considera entrañable.
Pedro Infante conservó la fama después de su muerte. Es notable la presencia de
admiradores frente a su sepulcro el día de su aniversario luctuoso, donde se dan cita
debutantes de música ranchera y mariachis que rinden tributo a este personaje.
Su estilo alegre y carismático cautivó al público mexicano, y sus actuaciones valientes y
pícaras hicieron que muchas personas de distintas generaciones admiraran a Pedro Infante.
Representó al mexicano alegre y enamorado, al héroe urbano de la clase trabajadora, lo que
le ganó el cariño y la identificación de las clases populares de México y otros países.
Algunos entusiastas especularon muchos años acerca de su muerte como una noticia falsa y
creyeron en la posibilidad de que viviera "oculto". Han aparecido un sinnúmero de supuestos
hijos naturales de Pedro, pero en realidad sus hijos son: