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INGENIERO JOSÉ GABRIEL GOMEZ

Capitulo 4
Agua.
4.1. El agua de mezcla
Uno de los componentes básicos del hormigón es el agua de mezcla. El
hecho de ser uno de los más poderosos solventes en la naturaleza le permite
contener una cantidad de sustancias, de diversas procedencias, muchas de
ellas perjudiciales para el material, bien en estado fresco (cambios en la
manejabilidad o en la homogeneidad), bien en el estado de transición de
fresco a endurecido (alteraciones en el proceso de fraguado o endurecimiento)
o en estado endurecido (disminuciones de resistencias mecánicas, menor
durabilidad, cambios en su apariencia). El agua se comporta en la naturaleza
como un disolvente casi universal, encontrándose las sustancias en una de
las formas: a) Suspensión (sólidos, líquidos no miscibles o gas no disuelto) o
b) disolución.
Respecto a la procedencia, las sustancias contenidas en aguas naturales
pueden clasificarse así: (Ref 4.1)
«Sustancias de origen natural: provienen principalmente de ataques a las
rocas y a los terrenos en el recorrido superficial del agua y en su marcha por
la corteza terrestre; el ataque es consecuencia de complejos procesos, princi-
palmente por disolución. Aunque en las aguas puede encontrarse numerosos
elementos solo en trazas, los que están en cantidades importantes se reducen
a: Ca, Mg, Na, K, Fe, NH4, como cationes, y CO3H, SO4, Cl, NO3, SiO4, NO2
como aniones. Una sustancia que se encuentra en pequeñas cantidades en el
agua, pero que tiene gran importancia en sus propiedades generales como
elemento natural, es el gas carbónico, que proviene en parte de la atmósfera,
pero que se incorpora al agua en su casi totalidad en el momento de la
percolación de las precipitaciones a través del suelo, donde se produce por
metabolismo vegetal y microbiano. La presencia de materia orgánica de
origen natural es característica de aguas superficiales y de aguas relativamente
profundas. Puede buscarse su origen principalmente en el suelo, donde se
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acumulan materias vegetales finamente divididas y en descomposición. Parte
proviene de la digestión de los animales, también del metabolismo de algas y
hongos. La materia orgánica disuelta o en forma coloidal puede normalmente
ser floculada o eliminada por medio de productos minerales ionizados, por lo
que, generalmente, las aguas naturales no polucionadas por aportes masivos
no están muy cargadas de materia orgánica si tiene una mineralización de
media a elevada, con pH cercano o inferior al medio.
Sustancias de origen doméstico: Las materias directamente relacionadas
con excresiones humanas tienen características y existen en cantidades relati-
vamente constantes, fluctúan frente a diversos estados de desarrollo económico
de las poblaciones.
Las aguas domésticas son una mezcla compleja de materiales no disueltos
en una solución acuosa de materias orgánicas y minerales.
Sustancias de origen industrial: Solo una pequeña cantidad de agua de la
mucha que necesitan las industrias se consume realmente. La mayor parte se
usa como refrigerante o arrastrador de residuos que deben eliminarse durante
el proceso. La industria es un generador temible y diversificado de la polución
por la multiplicidad de su campo de acción, su vertiginoso desarrollo y la
gran cantidad de materias sintéticas que aporta a las corrientes. La polución
que ocasiona se debe a: materiales minerales en suspensión, materias minerales
en solución, materias orgánicas.
Sustancias de origen agrícola: El enriquecimiento de las tierras con abonos
que contienen nitratos o fosfatos bajo forma o en cantidad tal que no puedan
ser retenidos finalmente por el suelo o asimilados por las plantas, provocan
incremento de materia nitrogenada o fosfatada en los acuíferos poco profundos,
en los ríos y embalses. Aunque las consecuencias directas de esta contaminación
no son importantes, la abundancia de estas materias nutritivas provocan una
sobrealimentación de las algas y una tal proliferación que destruye el equilibrio
ecológico y produce una alta concentración de materia orgánica en las aguas
afectadas.»

Efecto de algunas sustancias comunes:


No existe consenso sobre el tope máximo de contenido de sustancias
perjudiciales y ello es reflejo de lo complejo del estudio del tema, existiendo
incluso divergencias importantes entre los valores recomendados por diversas
normas o autores.
La norma NSR-98, en sus especificaciones, sección C «Materiales» (Ref
4.2), establece los siguientes criterios:
«Casi cualquier agua natural que pueda beberse y que no tenga sabor y
olor notable sirve para mezclar el concreto. Sin embargo el agua que sirve
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para mezclar el concreto puede no servir para beberla.
El agua impotable no debe utilizarse en el concreto, al menos que se cum-
plan las siguientes condiciones:
a) Que la dosificación esté basada en mezclas de concreto que utilicen agua
de la misma fuente.
b) Que los cubos para ensayos de morteros hechos con agua de mezcla
impotable, tengan resistencias a la compresión a los 7 y 28 días de edad
iguales o mayores al 90% de la resistencia a la compresión de probetas
similares hechas con agua potable.
Además deben hacerse pruebas para tener la seguridad de que no se afecta
el tiempo de fraguado del cemento por impurezas tales como aceite, ácidos,
álcalis, sales, materiales orgánicos u otras sustancias contenidas en el agua
de mezcla. Cuando son excesivas dichas impurezas pueden afectar no solo el
tiempo de fraguado, la resistencia del concreto, la estabilidad del volumen,
sino que pueden hasta producir eflorescencias y corrosión al refuerzo.
El agua que contenga menos de 2000 ppm (partes por millón) como total
de sólidos disueltos puede usarse en general satisfactoriamente para hacer
concreto. Aunque concentraciones mayores no son siempre dañinas, afectan
a algunos cementos. Donde sea posible deben evitarse concentraciones eleva-
das.
El agua de mezcla para concretos preesforzados o para concreto que vaya
a tener elementos embebidos de aluminio, o el agua debida a la humedad
libre de los agregados no deben tener cantidades perjudiciales de íon cloruro.
De la tabla N° 4.1 (Tabla C.4-5) se establecen los porcentajes máximos de
íon cloruro permitidos en mezclas de concreto.»

TABLA N° 4.1 Contenidos máximos de ión cloruro (C.4-5)

En términos generales, estos criterios acogen los planteamientos de la


«Portland Cement Association», que recomiendan, entre otros cosas, lo si-
guiente: (Ref 4.3).
- Partículas en suspensión: Pueden aceptarse hasta 2000 ppm de partículas
finas de arcilla o de polvo de roca. (Nótese que la P.C.A no hace diferencia
entre unas y otras, si bien es sabido que tiene más profundos efectos en la
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pérdida de adherencia la arcilla que el polvo de roca). Cantidades mayores
pueden afectar, si no la resistencia, otras propiedades. Aguas que contengan
lodo se deben dejar sedimentar o hacer pasar a través de otros sistemas clarifi-
cadores. Si se emplea agua de que ha sido empleada en lavado de mezcladoras
o concreto fresco, se puede tolerar entre 4000 y 5000 ppm.
- Sulfatos y cloruros: El mecanismo de ataque de los sulfatos consiste en
una combinación con el aluminato tricálcico y la cal liberada durante la
hidratación, dando lugar a monosulfoaluminato de calcio. «Los sulfatos más
peligrosos para el cemento Portland son los amónico, cálcico, magnésico y
sódico. Los sulfatos potásicos, cúprico y alumínico son menos peligrosos. El
sulfato básico y el de plomo son insolubles y, por lo tanto, inofensivos para el
hormigón» (Ref 4.4). La P.C.A menciona que aguas de mezcla conteniendo
10000 ppm de sulfatos de sodio pueden ser empleadas satisfactoriamente.
Caso muy diferente es el del hormigón endurecido sometido a la acción de
agua conteniendo sulfatos, en cuyo caso la NSR-98 considera como un tipo
severo de exposición al sulfato agua conteniendo entre 1500 y 10000 ppm,
recomendando se emplee una relación A/C máxima de 0.45 y un cemento
tipo V.
Los cloruros pueden ser aportados por el agua, los agregados, aditivos,
cemento o ambientes agresivos. Su acción negativa se ejerce especialmente
sobre el acero de refuerzo, puesto que se constituye en agente que facilita la
corrosión, si bien puede tener efecto, en pequeños valores, sobre las resisten-
cias mecánicas del hormigón. La norma NSR-98 establece que no pueden
emplearse aditivos que contengan iones cloruro en concreto preesforzado o
en concreto que contenga elementos embebidos de aluminio si su uso produce
una concentración perjudicial de ión cloruro en el agua de mezcla. Dado que
el ión cloruro puede ser aportado por diferentes componentes del hormigón,
se acostumbra fijar un contenido máximo total. En el caso colombiano el
NSR-98 establece en su tabla C.4.5.3 (tabla N°4.1) los contenidos máximos
de ión cloruro.
Mención especial merece la norma española al respecto (EH-88), la cual
limita el contenido del ión cloruro total (0.4% en peso del concreto) y el ión
cloro aportado por el agua de mezcla (6 gr/lt) (Ref 4.5).
Por su parte, la PCA se muestra más conservadora sobre el tema y reco-
mienda como valores máximos permisibles de cloruros (como Cl) conteni-
dos en el agua de mezcla los valores de 500 ppm en concreto pretensado o
concreto de tableros de puentes y de 1000 ppm en concreto reforzado en
ambientes húmedos o conteniendo elementos embebidos de aluminio.
• Carbonatos y bicarbonatos alcalinos: Mientras los carbonatos de Na pueden
ocasionar aceleramiento del fraguado, los bicarbonatos pueden acelerarlo
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o retardarlo. En general, concentraciones de estas sales pueden disminuir
las resistencias mecánicas y la PCA recomienda que cuando la suma de
las sales disueltas supere las 1000 ppm se realicen pruebas de tiempos de
fraguado y resistencia a los 28 días.
• Otras sales comunes: Los carbonatos de calcio y magnesio no son solubles
en agua y usualmente no se hallan en concentraciones suficientes para
afectar la resistencia del hormigón. Se considera que concentraciones de
bicarbonatos hasta de 400 ppm no son peligrosas.
• Sales de hierro: Salvo las aguas provenientes de minas, que pueden
contener elevadas cantidades de hierro, las aguas naturales o subterrá-
neos raramente sobrepasan las 20 ó 30 ppm. Parece ser que altas concen-
traciones de estas sales no afectan la resistencia del hormigón.
• Sales inorgánicas: Las sales de manganeso, zinc, estaño, cobre y plata
pueden ocasionar disminuciones importantes de las resistencias y altera-
ciones en los tiempos de fraguado, siendo las más las de cobre, zinc y
plomo. La PCA establece que concentraciones de estas sales por encima
de 500 ppm pueden ser toleradas en el agua de mezcla
• Aguas ácidas: La aceptación de aguas de mezcla ácidas debe ser basada
más en la concentración de ácidos en ppm que en el valor de su Ph,
puesto que este último valor es un índice de la intensidad pero no una
buena medida del potencial ácido. Se recomienda aceptar (Ref 4.3) aguas
de mezcla conteniendo ácidos clorhídrico, sulfúrico u otras inorgánicos
en concentraciones hasta de 10000 ppm sin tener afectos adversos en la
resistencia del concreto. Se recomienda evitar agua con valores de pH
inferiores a 3, o su neutralización previa mediante adición de cal.
• Agua alcalinas: Las agua que contienen hidróxido de sodio en concen-
traciones de hasta 0.5% en peso del cemento no afectan la resistencia,
mientras concentraciones mayores la pueden reducir. El hidróxido de
potasio en concentraciones hasta de 1.2% en peso del cemento (18000-
24000 ppm) tienen un efecto moderado en la resistencia desarrollada por
algunos cementos, pero esa misma concentración puede su significativa
en la reducción de resistencias para otros cementos.
• Agua de lavado: En el caso de industrias que manejan agregados u
hormigón puede ser aconsejable emplear agua de lavado como agua de
mezcla. En esos casos la PCA recomienda hacer ensayos previos que
garanticen que los tiempos de fraguado no disminuyen en más de una
es por lo menos el 90% respecto a una mezcla testigo hecha con agua
apropiada.

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• Azúcar: Puesto que la presencia de azúcares causa alteraciones en el
fraguado del hormigón es deseable limitar su contenido. Se acepta que
menos de 500 ppm de azúcar en el agua de mezcla no tiene en general
efecto negativo sobre las resistencias. Cantidades pequeñas, del orden
de 0.03 a 0.15% en peso del cemento usualmente retardan los tiempos de
fraguado. Si la cantidad se aumenta hasta 0.2% usualmente se acelera el
fraguado, y cantidades superiores al 0.25% en peso del cemento pueden
producir un fraguado más rápido y una importante reducción de resis-
tencias.
• Aceite: El aceite mineral (petróleo) que no se halla combinado con aceites
vegetales o animales tienen probablemente menos efecto en la resistencia
que otros aceites, pero en concentraciones superiores al 2% en peso del
cemento pueden reducir la resistencia en más del 20%.
• Algas: No es recomendable el uso de aguas conteniendo algas, dado que
pueden causar importantes disminuciones de resistencia tanto por la acción
que tiene sobre el proceso de hidratación de los granos de cemento como
porque atrapan una cantidad apreciable de aire en la mezcla. Si las algas
están presentes en las agregados pueden darse una importante disminución
de la adherencia entre la pasta y el agregado y por ende disminución en
la resistencia mecánica.
• Agua de mar: El agua de mar que contenga hasta 35000 ppm de sal
usualmente es aceptable para agua de mezcla. Su efecto es acelerar el
proceso de fraguado, si bien puede disminuir las resistencias a largo plazo.
Su principal efecto es aumentar el riesgo de corrosión de la armadura,
por lo cual se recomienda que la relación A/C máxima empleada sea de
0.45. Valores aceptables según diversas normas: (Ref 4.1)
Concentración tolerable

Norma Argentina IRAM 1601


Residuo sólido. 5000gr/lt.
Materia orgánica (como oxígeno consumido) 3 mgr/lt.
Sulfatos (como SO 4) 600
Hierro (como ión Fe+++) 1
Cloruros 1000
Propiedades colorantes ausentes o débiles.
Norma Chilena.
Acidez-alcalinidad (como pH) entre 6 y 8.5
Sales agresivas (Kg/m3 de hormigón)x
Cloruros (como Cl-):
para hormigón simple 1
para hormigón armado 0.4
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para hormigón tensado 0.1
Sulfatos (como So4) 0.6
Materia orgánica (como oxígeno consumido) 50
Magnesio (como Mg++) 500
Bicarbonato y/o anhídrido carbónico (como CO2) 30
Sólidos disueltos totales xx 3500
Conductividad específica 25°Cxxx 5
Azúcar (como sacarosa o glucosa)xxxx 0
Turbidez (como SiO2) 100
x Para cuantificar el contenido de cloruros y sulfatos solubles,se debe
considerar los que contiene el agua de amasado, los agregados y
las eventuales adiciones y aditivos.
xx Un contenido de sólidos disueltos superiores a 2000 mgr/lt, requiere
determinar la composición de dichos sólidos.
xxx La conductividad específica es una medida de la salinidad del agua.
Un valor superior a 3 mhos/cm, requiere determinar la composición
de sales disueltas.
xxxx La presencia de azúcar es crítica, cualquiera que sea su cantidad.

Norma Mexicana
Sulfatos (como SO 4) 300 mgr/lt.
Cloruros (como Cl ) 300 mgr/lt.
Sales de magnesio (MgO) 150
Materia orgánica (como oxígeno para oxidarla) 10
Sólidos solubles 1500
Sólidos suspendidos 1000
Según «Indian Concrete Journal» «requirement of
Mixing Water for concrete»
Carbonatos y bicarbonatos de sodio y potasio 1000 ppm
Cloruros de sodio 20000 ppm
Sulfato de sodio 10000 ppm
Bicarbonatos de calcio y de magnesio 400 ppm
Cloruro de calcio 2% del peso del cem.
Sales de hierro 40000 ppm
Iodato, fosfato, arsenato y borato de sodio 500 ppm
Sulfuro de sodiose justifica prueba aún con 100 ppm.
Acido clorhídrico y sulfúrico 10000 ppm
Hidróxido de sodio 0.5% del peso del cem, si se afecta el fraguado.
Sal y partículas suspendidas 2000 ppm

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Notas.
• Aunque no están dadas generalmente en la misma forma las concentra-
ciones toleradas, es evidente la discrepancia que existe en algunas de
ellas, V.Gr. los sulfatos y la materia orgánica entre las normas argentinas
y mexicanas.
• Las normas no son explícitas, pero se subentiende que, serían tolerables
como aguas de mezcla las que tuvieran varias o todas los poluciones en
las concentraciones admisibles. En Colombia se ha usado la norma
IRAM, debido a que es explícita en las concentraciones de poluciones
corrientes, como sulfatos, materia orgánica y sólidos totales.

Experiencia en la Universidad Nacional


Con el fin de aportar información confiable en un proyecto de norma
colombiana sobre agua de mezcla, el Ingeniero Carlos A. Rodríguez del
laboratorio de ensayo de materiales de la U.N. adelantó una investigación
sobre el efecto de agua de mezcla en dos propiedades importantes del hormigón:
manejabilidad en el hormigón fresco y resistencia mecánica en el hormigón
endurecido.
«Por experiencias antiguas, se ha encontrado que las tolerancia propuestas
por la norma IRAM 1601, tienen buena contrapartida real; por esta razón se
ha tomado esta norma como guía. Teniendo en cuenta que las poluciones
más frecuentes son las de sulfatos, sólidos, materia orgánica y cloruros, se
empezó con el estudio de sus efectos.
La manejabilidad se ha medido a través del asentamiento y de la penetración
de la esfera de Kelly. Se han determinado resistencias a compresión pura en
cilindros, a tensión indirecta en cilindros y a flexión en viguetas. El criterio
de tolerancia que se ha usado es el que sigue generalmente tratándose de
hormigón: se toleran reducciones en la propiedad evaluada hasta el 10% del
valor obtenido en muestras de una mezcla testigo. Luego se emprendió un
estudio sobre cada una de las tres poluciones, usando la gama de concentra-
ciones determinada en el trabajo inicial.
Por ser el sulfato de magnesio una de las sales que produce el ión SO4 más
agresivas, se tomó como polución del agua de mezcla para ser considerada.
Se realizó la determinación del ión sulfato aprovechando el hecho de que
éste, en presencia del bario forma un precipitado de sulfato de bario; pero
agregando un reactivo de acondicionamiento se evita la formación del preci-
pitado, haciendo que se mantenga en suspensión en estado coloidal, el que
permite obtener la concentración de sulfatos en un espectrofotómetro por el
método de trasmitancia.
La polución materia orgánica se obtuvo de aguas de lagos poco profundos,
ricas en algas y otros productos vegetales, obteniendo diversas concentraciones
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de materia orgánica por dilución del agua de lago en agua no contaminada.
La determinación de la cantidad de materia orgánica se efectuó estableciendo
la cantidad de permanganato de potasio necesaria para oxidar una muestra
de agua.
Como polución de sólidos se adoptó parte fina de arena de peña (que pasa
tamiz N°200), de construcción cuarzosa, con ausencia de materia orgánica.
La determinación de los sólidos totales fue realizada según la norma ASTM
D 1069, método de evaporación y calcinación.
La contaminación de cloruros fue obtenida con cloruro de sodio y para su
determinación usó el método argentométrico (norma Icontec C 1623 equivalente
a la ASTM D 5212-67).
Como agua testigo se adoptó la del acueducto se Bogotá, que no tiene
sulfatos medibles, unas 0.4 ppm de materia orgánica y unas 70 ppm de sólidos
totales.
Como materiales para la mezcla se ha usado un cemento de uso frecuente
en el interior del país, arena de río con porcentaje que pasa el tamiz N° 200
inferior al 4% y grava triturada de río, de tamaño máximo 1 pulgada. Se
proporcionaron los agregados según criterio granulométrico de Fuller,
tomando un 60% de grava y 40% de arena (en peso). Usando relación de
Agua/Cemento de 0.58 y una cantidad de pasta (en la mezcla testigo) para
obtener un asentamiento de 2.5 pulgadas. En las mezclas testigos se mantuvo
constante la relación A/C y la cantidad total de pasta por metro cúbico de
mezcla, dejando como variable el asentamiento.

Figura 4.1. Variación de la resistencia con la concentración de sulfatos en el agua

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Figura 4.2. Variación del asentamiento con la concentración de sulfatos en el agua


Algunas de las observaciones notables que se pueden extraer de los resul-
tados de los ensayos se consignan a continuación:
En lo referente a sulfatos: Desde bajas concentraciones, tanto las resistencias
(a cualquier solicitación) como el asentamiento experimentan disminución,
que crece con la concentración. Mientras que, para el asentamiento ésto es
válido para toda la gama de concentraciones usadas, para la resistencia sólo
es válido para concentraciones hasta unas 1000 ppm; a partir de ésta la resis-
tencia aumenta, de tal manera que para concentraciones de 1200 ppm alcanza
una resistencia similar a la del testigo.
La resistencia se ha rebajado en el 10% para concentraciones del orden de
600 ppm, para la cual el asentamiento también ha experimentado una rebaja
del mismo orden.
El ataque del sulfato de magnesio al hormigón se basa en la reacción del
ión SO4 con el hidróxido de calcio, al igual que el ión Mg. El contenido de
yeso crece con el subsiguiente peligro de formación de los silicatos cálcicos
hidratados, cuya expansión puede destruir el material endurecido. El efecto
del magnesio se manifiesta en la destrucción de silicatos y aluminatos cálcicos
y la formación de productos cristalinos de carácter indiferente, como silicatos
magnésicos que no ejercen acción aglomerante.
El aumento de la resistencia, en las edades de ensayo del estudio, puede
deberse al llenado de los vacíos del hormigón por cristales, productos de las
reacciones de los iones SO4 y Mg, que elevan la compacidad del material.
Deberá verificarse el efecto sobre la resistencia en edades avanzadas antes de
hacer conclusiones sobre este hecho.
En la relativo a materia orgánica: Para concentraciones bajas la resistencia
aumenta levemente, hasta valores de 1 ppm, luego desciende con un aumento
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de concentración, aumentando la velocidad de esa reducción a partir de 3
ppm. El asentamiento disminuye al aumentar la concentración en toda la
gama de concentraciones usadas. Este descenso es lento al principio, pero, a
partir de 3 ppm también se incrementa la velocidad de disminución del asentamiento.

Figura 4.3. Variación de la resistencia con la concentración de materia organica en el agua


Aunque la disminución del 10% en la resistencia ocurre para concentraciones
del orden de 4 ppm, por concepto de deterioro en el asentamiento y, teniendo
en cuenta que para 3 ppm se incrementa notablemente la velocidad con que
disminuye la resistencia, se debe adoptar ese último valor como el de la
concentración admisible.

Figura 4.4. Variación del asentamiento con la concentración de materia organica en el agua
Se cree que el efecto de la materia orgánica en el concreto consiste en la
inclusión de aire y la reducción de la adherencia de la pasta y el agregado.
Teniendo en cuenta lo anterior, se podría explicar el aumento de resistencia
para concentraciones pequeñas por el efecto benéfico de una pequeña
proporción de aire que mejora la manejabilidad y aumenta el efecto de la
compactación sobre el material. En concentraciones elevadas ese aire
ocasiona cada vez mayores defectos en la compacidad y adherencia de la
pasta con los granos del agregado.
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En lo referente a sólidos totales: También se advierte un modesto incremento
de la resistencia al aumentar la concentración, para valores bajos de ésta,
hasta unas 2000 ppm, a partir de este valor empieza a descender y obtiene
reducción del 10% para unas 7000 ppm. El asentamiento disminuye con la concen-
tración desde el comienzo y para 2000 ppm ya ha obtenido reducción del 10%.

Figura 4.5. Variación de la resistencia con la concentración de sólidos totales en el agua


El aumento en la resistencia para concentraciones pequeñas puede explicarse
por una complementación que los finos añadidos produce sobre la
granulometría de la arena. En los valores altos, los granos muy finos deben
rebajar la adherencia de la pasta con los granos del agregado.

Figura 4.6. Variación del asentamiento con la concentración de sólidos totales en el agua
Acerca de los cloruros: La manejabilidad no se afecta importantemente hasta
10000 ppm, pero, a partir de este valor se experimenta un rápido descenso,
así a 13000 ppm ya se ha rebajado en el 10%. En cuanto a la resistencia a la
compresión, a edades tempranas el descenso no es notorio para concentraciones
de 8000 ppm , pero para 28 días y más se produce una rebaja, así que unas
8000 ppm ya es significativo el descenso (10%); no obstante, para diferentes
edades (7, 14, 90 días) a partir de 10000 ppm aumenta la resistencia sobre la
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del testigo y a unas 14000 ppm el aumento supera el 15%, luego se observa
un rápido descenso. En la resistencia a la flexión el comportamiento es similar,
pero en tensión indirecta no se observa un incremento sobre la resistencia del
testigo, para este estado de esfuerzos ya que a 4000 ppm la resistencia ha
sufrido una mengua del 10%».

Figura 4.7. Variación de la resistencia a flexion y tensión con la concentración de


ion cloruro en el agua

Figura 4.8. Variación de la resistencia a compresión con la concentración de ion


cloruro en el agua
4.2. Agua de curado
En ocasiones suele ser más determinante, la calidad del agua de curado que
la misma de mezcla, dado que en el segundo caso esta reacciona con los
componentes del cemento y se puede neutralizar la acción de las sustancias
agresivas, mientras que en la primera esta actúa directa y frecuentemente
sobre la superficie del material.

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Figura 4.9. Variación del asentamiento con la concentración de ion cloruro en el agua
4.3. Agua de mar
El hormigón expuesto al agua de mar estará humedecido por una solución
acuosa que contiene principalmente cloruro de sodio y sulfatos de magnesio.
Los océanos contienen en promedio del orden de 3.5% de sales disueltas.
Las principales elementos presentes en la solución son: (Ref 4.6)
ELEMENTO CONCENTRACION
(mg/lt)
Cloro 19000
Sodio 10600
Magnesio 1300
Azufre 900
Calcio 400
Potasi 380
Estos elementos constituyen casi el 99% de las sales disueltas en el agua de
mar. Resulta interesante mencionar que se ha encontrado que si bien la
concentración de sólidos disueltos varia de un lugar a otro, la relación de cual-
quier de los constituyentes principales respecto al total de sólidos disueltos es
casi constante en todas partes.
La acción agresiva del agua de mar se puede dar bien sobre el hormigón,
bien sobre el acero de refuerzo. Los factores que deben tenerse en cuenta por
sus efectos sobre el hormigón son: reacción química debida a sulfatos, cloruros,
álcalis (Na,K), en algunos casos el dióxido de carbono disuelto, los ciclos de
humedecimiento y secado, y la acción mecánica de las olas y vientos
transportando partículas.
Las sustancias particularmente agresivas en el agua de mar son los iones de
sulfatos, cloruros, carbonatos, bicarbonatos, metales alcalinos y magnesio.

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Las reacciones del sulfato de magnesio inicialmente tiene un comportamiento
similar al de otros sulfatos el atacar el hidrato de aluminato de calcio, pero
después tienen un comportamiento diferente y de mayor alcance debido a su
capacidad para atacar y descomponer el hidrato de silicato de calcio y continuan
hasta su terminar la reacción debido a la baja solubilidad del hidróxido de
magnesio: Ruth Terzaghi (Ref 4.6) concluyó que en el ataque de hormigón
de obras de puentes son dos los procesos actuantes: uno que comprendía el
ataque de sulfatos, causando expansión y agrietamiento interno, y otro que
incluía el CO2 disuelto en el agua como ácido carbónico, que causaba ablanda-
miento y desagregación local.
Si bien las álcalis pueden reaccionar con sílice o carbonato realmente
reactivos, dando lugar al fenómeno conocido como reactividad álcali-agre-
gado, no se sabe de casos documentados de reacción álcali-carbonato en
estructuras expuestas al agua de mar.

Figura 4.10. Variación de la resistencia a compresión con la concentración de


sulfatos y materia organica en el agua
El ión cloruro puede participar bien en reacciones químicas similares al ión
sulfato, afectando en este caso al hormigón por la formación de cloroaluminatos,
bien en reacciones que comprometan al acero de refuerzo u otro material em-
bebido. Respecto al hormigón, los cloruros pueden desempeñar un efecto
positivo pues tienden a retardar o inhibir la acción de los sulfatos, es decir la
presencia de cloruros en el agua de mar retardan o inhiben la expansión de
concreto por la soluciones de sulfatos, pero no el grado de la reacción. De
acuerdo con investigaciones españolas (Ref 4.7) «La presencia de iones de
cloruro fortalece la resistencia química del cemento Portland frente al ataque
de los sulfatos del agua de mar, inhibiendo la formación de ettringita y faci-
litando su solubilidad que, a su vez, se incrementa por la presencia de Na, lo
que hace que el agua de mar sea menos agresiva que el conjunto de los disoluciones
independientes que contengan cada una de las sales presentes en el mar».
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Algunos investigadores (Ref 4.5) afirman que la falla que surge en el hor-
migón por ataque químico del agua de mar no está precedida por una expansión
del mismo grado que si actuara únicamente soluciones de sodio o magnesio
y esto es atribuido a la mayor solubilidad del yeso y el sulfato de aluminio y
de calcio en las soluciones de cloruros. Otros, citados por la misma referencia,
concluyen que, un poco de sal puede resultar benéfica para el hormigón en
ciertos aspectos: con una salinidad de alrededor de 25 gr/kg se mejoró la
resistencia, se redujo la velocidad de la humedad, y la corrosión del acero de
refuerzo en hormigón de baja resistencia fué insignificante.

Figura 4.11. Variación del asentamiento con la concentración de ion sulfato en el agua
Un aspecto altamente significante respecto al comportamiento del hormigón
frente al agua de mar es su estado de inmersión. Existe consenso entre diversos
autores que el hormigón permanentemente sumergido no sufre mayor dete-
rioro. Esta inmersión usualmente proporciona un ambiente uniforme en cuanto
a temperatura y contenido de humedad. También tiende a reducir las posibles
reacciones químicas al eliminar los cambios en el grado de saturación, los
cuales son un mecanismo para el flujo de sustancias agresivas dejando solo
los gradiente de concentración como medio de ingreso de las sustancias
agresivas. Si se presentan por el contrario ciclos de humedecimiento y seca-
do, se facilitarán por un lado cambios de volumen, debidos a las variaciones
en el contenido de humedad o en la uniformidad de este en la masa de hormi-
gón. Además, estos ciclos inducen a la formación y crecimiento de cristales
en los capilares, los cuales generan fuerzas expansivas que pueden terminar
dañando severamente el hormigón.

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