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nomos & thesis / jurisprudencia civil

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

SALA CIVIL TRANSITORIA

CASACIÓN Nº 5182-06

CUSCO

CASACIÓN Nº 5182-06-CUSCO.- Indemnización de daños y perjuicios.- Lima, 7 de agosto


del 2007.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA; vista la causa número cinco mil ciento ochentidós - dos mil seis, con los
acompañados, en audiencia pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley,
de conformidad con el dictamen de la Fiscal Suprema en lo Civil, emite la siguiente
sentencia. MATERIA DEL RECURSO: Se trata de los recursos de casación interpuestos por
Marco Antonio Núñez del Prado Coll Cárdenas y el Seguro Social de Salud - ESSALUD
mediante escritos de fojas mil noventinueve y mil ciento seis, respectivamente, contra la
sentencia de vista emitida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del
Cusco de fojas mil ochentidós, su fecha veintiséis de octubre del dos mil seis, que revoca la
sentencia apelada de fojas mil seis, que declara infundada la demanda interpuesta, y
reformándola la declara fundada, en consecuencia ordena que ESSALUD pague a favor del
demandante la suma de treinta mil dólares norteamericanos, sin costas ni costos;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Los recursos de casación fueron declarados procedentes
mediante resoluciones del veintiséis de abril del dos mil siete, por las causales previstas en
el inciso primero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, en virtud de
lo cual se denuncia: En el recurso de casación interpuesto por Marco Antonio Núñez del
Prado Coll Cárdenas: la aplicación Indebida del artículo mil trescientos treinta y dos del
Código Civil, toda vez que dicha norma rige para el caso de inejecución de obligaciones,
siendo la norma pertinente para efectos de fijar el quantum de la reparación de los daños
y perjuicios, tanto materiales como morales, el artículo mil novecientos ochenta y cinco
del Código Civil, conforme a la cual la indemnización comprende las consecuencias que
deriven de la acción u omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a
la persona y el daño moral, así también dicho monto devenga en interés legal desde la
fecha en que se produjo el daño; sin embargo, la Sala Superior fija el quantum en la ínfima
suma de treinta mil dólares norteamericanos, sin considerar que está probada la forma
ilícita en que ha procedido ESSALUD a formular denuncia calumniosa contra el suscrito,
con imputaciones falsas, tanto más si sólo podía alegarse un incumplimiento de contrato
pero no un delito, todo lo cual demuestra el propósito de causarle daño, siendo esto
sumamente grave, pues se ha visto afectado en el ámbito profesional, personal y laboral,
ya que no ha podido realizar importantes capacitaciones en el extranjero debido a las

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reglas de conducta que le impusieron en el proceso penal seguido en su contra; En el


recurso de casación interpuesto por Seguro Social de Salud - ESSALUD: la interpretación
errónea del artículo mil novecientos ochenta y dos del Código Civil, toda vez que la
demanda se sustenta en el primer supuesto del artículo citado, es decir, en la premisa “a
sabiendas” de la “falsedad de la imputación”, dos condiciones que deben estar presentes
en forma copulativa en el juicio de subsunción de la conducta de la demandada. El
Colegiado interpreta erradamente que ESSALUD “...a sabiendas que la propuesta técnica
fue presentada por Gustavo Camino Buendía y que los equipos médicos fueron recibidos
por Hebert Guzmán Vera, señala en su denuncia penal que quien presentó la propuesta y
recibió los equipos fue el actor”, análisis jurídico equivocado, por cuanto los mencionados
personajes fueron empleados de Servilog Sociedad Anónima y la actuación que han tenido
en los hechos ha sido por cuenta de la persona jurídica cuyo representante legal fue el
demandante, por ostentar el cargo de Gerente, siendo responsable del accionar de sus
empleados y válidamente se le puede atribuir las acciones de haber presentado la
propuesta y recibido los equipos, en virtud de la institución jurídica de la representación.
Este fundamento desvirtúa el elemento constitutivo de la responsabilidad civil referido a
la antijuridicidad, pues la demandada ha actuado conforme al conocimiento de los hechos
que tenía al momento de la interposición de la denuncia, es decir, creía que el
responsable del agravio sufrido por ESSALUD era el representante y Gerente de Servilog,
que aparecía firmando el contrato de servicios de reparación de equipos médicos, por lo
que la conducta asumida por la recurrente ha sido totalmente lícita y conforme a ley,
tanto más si se ha interpuesto denuncia penal a mérito de la opinión de las dependencias
técnicas de ESSALUD que previo informe determinan que existen hechos que hacen
prever que se ha cometido ilícito penal; y, CONSIDERANDO: Primero.- Que, conforme lo
han establecido las instancias de mérito -y constituye un hecho aceptado por las partes- la
presente demanda de indemnización de daños y perjuicios por denuncia calumniosa tiene
su origen en la denuncia penal formulada por el Instituto Peruano de Seguridad Social -
IPSS (hoy Seguro Social de Salud - ESSALUD) en contra de Marco Antonio Núñez del Prado
Coll Cárdenas, por los delitos contra la Fe Pública, en la modalidad de Falsedad Genérica, y
contra el Patrimonio, en la modalidad de Estafa, que diera origen a la instrucción número
doscientos sesenta y uno - noventa y cinco seguido ante el Tercer Juzgado Penal del
Cusco, el mismo que concluyó mediante ejecutoria suprema del dieciséis de abril de mil
novecientos noventa y ocho, que declaró Haber Nulidad en la resolución de vista que,
confirmando la apelada, declaró infundada la excepción de naturaleza de acción deducida
por el inculpado, y reformándola, declara fundada dicha excepción, dándose por fenecido
el proceso. Segundo.- Que, asimismo, es un hecho establecido por las instancias de mérito
que la demanda se sustenta en lo normado en el artículo mil novecientos ochenta y dos
del Código Civil, propiamente en el primer supuesto de dicha norma, según la cual

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corresponde exigir indemnización de daños y perjuicios contra quien, a sabiendas de la


falsedad de la imputación, denuncia ante la autoridad competente a una persona,
atribuyéndole la comisión de un hecho punible. La denuncia penal formulada por el IPSS -
según se refiere en ambas sentencias y se corrobora con el expediente penal
acompañado- indica que el señor Núñez del Prado “presentó” la propuesta técnica y
económica para efectuar el mantenimiento y reparación de los equipos médicos, así como
también suscribió Contrato cero ochenta y seis - GDC - IPSS - noventa y tres y recepcionó
los equipos médicos (tres monitores cardiacos de cabecera y una unidad cardioversora
con desfibrilador, de marca Dyne), señalando ser representante de la empresa Dyne
Argentina Sociedad Anónima, lo que -refiere el IPSS- no era cierto pues se trataba de un
“impostor” que había mandado a imprimir papeles con el logotipo de la empresa Servilog
Sociedad Anónima, aprovechándose del nombre y la razón social, para efectos de obtener
un provecho del Estado. Tercero.- Que, el actor, en su escrito de demanda, refiere que el
IPSS tenía perfecto conocimiento que aquél no había intervenido en el proceso de
adjudicación directa ni menos suscribió el acta ni ha recibido los equipos médicos, sino
que lo hicieron los señores Gustavo Camino Buendía y Hebert Guzmán Vera a nombre de
Servilog Sociedad Anónima, asimismo, en el citado proceso penal, quedó establecido
mediante peritaje grafotécnico que la firma del actor en el contrato suscrito con el IPSS
fue falsificada; sin embargo, a sabiendas de que aquél no intervino en el citado proceso de
adjudicación, maliciosamente interpuso denuncia en su contra. Cuarto.- Que, el Juez de la
causa declaró infundada la demanda por considerar que el IPSS (hoy ESSALUD) actuó sin
mala fe, pues desconocía que la firma del actor en el contrato suscrito con el Estado fuera
falsificada, ya que ello se demostró mediante peritaje realizado con posterioridad a la
denuncia penal presentada, por lo que el IPSS dirigió su demanda a quien, de acuerdo a
las evidencias, aparecía suscribiendo dicho contrato. Esta decisión fue revocada por la Sala
Superior, la que amparó la demanda y fijó en treinta mil dólares norteamericanos el
monto de la reparación, por cuanto: a) el IPSS (hoy ESSALUD) sí tenía perfecto
conocimiento de que la propuesta técnica y económica, así como la recepción de los
equipos médicos estuvo a cargo de personas distintas del demandante, es decir, por los
señores Gustavo Camino Buendía y Hebert Guzmán Vera, respectivamente, por lo que la
denuncia penal no podía señalar que quien presentó la propuesta y recibió los equipos fue
el actor; b) asimismo, se denunció que el actor había impreso papeles membretados de la
empresa Servilog Sociedad Anónima, sin embargo la demandada no tenía pleno
conocimiento de ello al interponer la demanda, y por el contrario, había recibido -con
anterioridad a la interposición de la denuncia penal- una carta de la empresa Dyne
Argentina Sociedad Anónima, obrante a fojas doscientos trece del expediente penal, en el
que se señalaba que era el señor Juan Passarella V. quien había impreso papeles
membretados con el logotipo de la empresa; c) si bien es cierto aparecía que el Contrato

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número cero ochenta y seis - GDC - IPSS - noventa y tres fue suscrito por el señor Núñez
del Prado, y que dicha falsedad fue conocida con posterioridad a la denuncia presentada
en contra del demandante, sin embargo, en el citado contrato la empresa Servilog
Sociedad Anónima se comprometía a efectuar la reparación de los equipos médicos en la
misma fábrica de Dyne Argentina Sociedad Anónima y a capacitar a un técnico del
Hospital, siendo que el contrato sólo fue incumplido en el extremo de la capacitación del
personal lo que, en estricto, constituía incumplimiento de contrato, pero no un delito; d)
ha quedado acreditada la conducta dolosa de la demandada al momento de formular la
denuncia penal respectiva, pues no sólo imputó al actor hechos falsos sino, además,
hechos que no constituían delito, lo que dio lugar al proceso penal en el que se ordenó su
detención, privándosele de su libertad, la que recuperó luego del pago de una caución
real, lo cual le ha ocasionado un perjuicio patrimonial y moral, menoscabando su honor y
reputación, ante la comunidad en la que reside, subsumiéndose esta conducta en el
supuesto contenido en el artículo mil novecientos ochenta y dos del Código Civil, por lo
que en aplicación del artículo mil trescientos treinta y dos del mismo cuerpo normativo se
fija como quantum indemnizatorio la suma de treinta mil dólares norteamericanos,
teniendo en cuenta que sólo se ha acreditado los gastos del proceso penal y el daño
moral, pero no la falta de capacitación en el extranjero. Quinto.- Que, la causal de
interpretación errónea de una norma de derecho material se configura sólo cuando
concurren los siguientes supuestos: 1) el Juez establece determinados hechos, a través de
una valoración conjunta y razonada de las pruebas aportadas al proceso; 2) que éstos, así
establecidos, guardan relación de identidad o semejanza sustancial con los supuestos
fácticos de una norma jurídica determinada; 3) que elegida esta norma como pertinente
(sólo ella o en concurrencia con otras) para resolver el caso concreto, la interpreta (y
aplica); 4) que en la actividad interpretativa, el Juzgador, utilizando los métodos de
interpretación, yerra al establecer el alcance y sentido de aquella norma, es decir, incurre
en error al establecer la verdadera voluntad objetiva de la norma, con lo cual resuelve el
conflicto de intereses de manera contraria a los valores y fines del derecho y,
particularmente, vulnerando el valor superior del ordenamiento jurídico, como es el de la
justicia. Sexto.- Que, al fundamentar su recurso de casación, ESSALUD señala que se viene
interpretando de manera errada el artículo mil novecientos ochenta y dos del Código Civil,
pues la denuncia penal promovida contra el actor fue en calidad de representante de
Servilog Sociedad Anónima, por ser Gerente de la misma y responsable de sus empleados.
Al respecto, debemos remitimos al contenido de la denuncia penal promovida por el IPSS,
obrante a fojas nueve del expediente penal acompañado; del texto del citado escrito no se
evidencia de ninguna forma que la denuncia fuera dirigida contra el señor Núñez del
Prado en su calidad de representante de la empresa Servilog Sociedad Anónima, sino que
lo fue como persona natural a quien se le imputaba la falsificación de documentos para su

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presentación en un concurso público a nombre de una empresa a la que no representaba,


tal como la misma entidad de salud lo indicó al calificar al demandante como un
“impostor” que había usurpado el nombre y la razón social de Servilog Sociedad Anónima
y falsificado sus membretes. En tal sentido, resulta evidente que la institución demandada
jamás consideró al actor como representante de la empresa Servilog Sociedad Anónima,
sino como la persona que fraguó todos los documentos para presentarse como tal y así
obtener un provecho ilícito del Estado, argumentos que ESSALUD reiteradamente repite
en su escrito de contestación de demanda obrante a fojas trescientos, siendo su única
defensa esbozada el haber actuado en el ejercicio regular de un derecho y que tuvo
motivos razonables para formular la denuncia penal, que el Fiscal Provincial finalmente
formalizó, fundamentos fácticos que no desvirtúan las conclusiones arribadas por la Sala
Superior, según las cuales la entidad demandada sí formuló la denuncia penal a sabiendas
de la falsedad de las imputaciones y con conocimiento de que la presunta suscripción del
contrato con la entidad estatal no constituía delito, todo lo cual evidencia que el artículo
mil novecientos ochenta y dos del Código Civil, ha sido correctamente interpretado
atendiendo a los supuestos fácticos establecidos, razón por la cual esta causal material no
puede prosperar. Sétimo.- Que, la causal de aplicación indebida de una norma material se
configura cuando: 1) el Juez, a través de una valoración conjunta y razonada de las
pruebas aportadas al proceso, llega a establecer determinados hechos relevantes del
conflicto de intereses; 2) que tales hechos establecidos, guardan relación de identidad con
los supuestos fácticos de una norma jurídica determinada; 3) que sin embargo, el Juez, en
lugar de aplicar esta última norma, aplica una distinta para resolver el caso concreto,
vulnerando los valores y principios del ordenamiento jurídico, particularmente el valor
superior de la justicia. Octavo.- Que, el demandante denuncia la aplicación indebida del
artículo mil trescientos treinta y dos del Código Civil, al momento de fijar el quantum
indemnizatorio, toda vez que la causa es una sobre responsabilidad extracontractual que,
para este ítem, se rige por los alcances del artículo mil novecientos ochenta y cinco del
mismo cuerpo normativo. En efecto, revisada la sentencia de vista, aquella aplica para
efectos de establecer el monto indemnizatorio a pagar lo regulado en el artículo mil
trescientos treinta y dos del Código Civil, según el cual, si el resarcimiento del daño no
pudiera ser probado en su monto preciso, deberá fijarlo el juez con valoración equitativa.
Dicha norma se encuentra comprendida en el título de inejecución de obligaciones y sirve
como parámetro facultativo del magistrado para efectos de determinar el monto
indemnizatorio derivado de la responsabilidad contractual, es decir, de incumplimiento de
los contratos. Noveno.- Que, en cambio, en materia extracontractual, como es el proceso
que nos ocupa, el artículo mil novecientos ochenta y cinco del Código Civil acoge el
sistema de la reparación integral del daño, según el cual al momento de fijar la
indemnización, el Juzgador deberá comprender las consecuencia que deriven de la acción

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u omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño
moral, para lo cual debe establecer la existencia de una causalidad adecuada entre el
hecho y el daño producido. Igualmente, deberá atender a que el monto que fije devenga
intereses legales desde la fecha en que se produjo el daño. Décimo.- Que, si bien el
artículo mil novecientos ochenta y cinco del Código Civil, no impide al Juez fijar el
quantum indemnizatorio con criterios de equidad y ponderación (que sí exige el artículo
mil trescientos treinta y dos del citado Código), por cuanto debe establecer si existe o no
la relación de causalidad adecuada con el daño producido, no obstante sí comporta a que
tenga presente todos los aspectos que se deriven del daño causado y que, además,
reconozca que el quantum indemnizatorio genera intereses a favor del agraviado. En tal
sentido, es evidente que la Sala Superior ha aplicado de forma indebida el artículo mil
trescientos treinta y dos del Código Civil por lo que la causal casatoria propuesta por el
actor merece ser amparada y, de conformidad con lo normado en el inciso 1 del artículo
396 del Código Procesal Civil, corresponde a este Supremo Tribunal pronunciarse como
sede de instancia, resolviendo este aspecto del conflicto de intereses, sin devolver la
causa a la instancia inferior. Décimo Primero.- Que, revisado el escrito de demanda, se
advierte que el actor solicita como monto indemnizatorio la suma de US$ 300,000.00 por
el daño moral y “material” sufrido a consecuencia de la denuncia calumniosa formulada
en su contra, valuando los daños morales en US$ 150,000.00, la pérdida de cursos que
debía seguir en el extranjero en US$ 70,000.00, y la defensa y gastos incurridos en el
proceso penal en US$ 80,000.00. Tal como lo advierte la Sala Superior, y así también opina
este Supremo Tribunal, el actor sólo llega a acreditar documentariamente gastos no
mayores a US$ 500.00, conforme a las instrumentales que obran de fojas 35 a 115, siendo
insuficientes las declaraciones juradas presentadas por éste y su abogada para acreditar el
pago de honorarios profesionales en las sumas que se indican a fojas 34, 116 y 118. En
cuanto a la pérdida de los cursos que debía seguir en el extranjero, este rubro se refiere a
dos cursos en particular, uno que debía seguirse en la República Federal Alemana y otro
en la República de Chile, siendo que respecto del primero fue la propia empleadora del
actor (Ministerio de la Presidencia) quien comunicó la no participación de aquél
funcionario debido al proceso de reingeniería de recursos humanos practicado en dicho
sector que impedía que ningún funcionario viajara a cursos y reuniones fuera del país
(fojas 124), es decir, la cancelación de la participación del actor no tiene relación alguna
con el proceso penal seguido en su contra; lo mismo ocurre con el curso que debía
seguirse en Chile, el cual el actor declinó por motivos estrictamente laborales (fojas 127),
solicitando sin embargo se le considere para el curso a dictarse en el año 1997, a lo cual
debe agregarse que la regla de conducta prevista en el inciso 2 del artículo 58 del Código
Penal no es absoluta, toda vez que el magistrado puede otorgar la autorización respectiva
al inculpado para ausentarse temporalmente de su lugar de residencia por motivos

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debidamente justificados. Décimo Segundo.- Que, no obstante ello, con respecto al daño
moral sufrido producto del juicio penal iniciado en su contra y posterior encarcelamiento
por dos días, resulta notorio que los daños ocasionados al actor a raíz de estos hechos no
han sido debidamente cuantificados, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un
profesional altamente calificado que ha laborado en importantes cargos del sector
público, como se evidencia del currículum vitae que obra a fojas sesenta y uno y siguientes
del expediente penal acompañado, en el que se consigna que a la fecha de la denuncia
penal venía desempeñando como Gerente Zonal del Proyecto de Rehabilitación de
Transportes del Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Por ello, la reparación del
daño debe fijarse de forma prudencial para efectos de reparar adecuadamente las
consecuencias de la denuncia calumniosa en la esfera comunitaria, familiar y profesional
del actor, la misma que este Supremo Tribunal estima en treinta y dos mil dólares
americanos, más los intereses legales que deberán computarse desde la fecha en que se
produjo el daño, de conformidad con lo regulado en el artículo mil novecientos ochenta y
cinco del Código Civil. Décimo Tercero.- Que, siendo así, al verificarse la causal denunciada
por el demandante, el recurso de casación debe ser amparado, debiendo precisarse que la
declaratoria de nulidad de la sentencia recurrida sólo debe alcanzar al extremo que fija el
monto de la indemnización, quedando subsistente en todo lo demás, pues el Colegiado
Superior ha amparado parcialmente la demanda interpuesta bajo criterios fácticos que se
comparten en sede casatoria; por cuyas razones, Declararon: I) FUNDADO el recurso de
casación interpuesto por Marco Antonio Núñez del Prado Coll Cárdenas mediante escrito
de fojas mil noventinueve; CASARON la resolución impugnada, en consecuencia, NULA la
sentencia de vista de fojas mil ochentidós, su fecha veintiséis de octubre del dos mil seis,
en el extremo que revocando la sentencia apelada de fojas mil seis, ordena que ESSALUD
pague a favor del demandante la suma de treinta mil dólares americanos; y actuando en
sede de instancia: FIJARON el monto de la indemnización por los conceptos amparados en
la suma de treinta y dos mil dólares americanos, más intereses legales que se computarán
desde la fecha en que se produjo el daño; II) INFUNDADO el recurso de casación
interpuesto por el Seguro Social de Salud - ESSALUD mediante escrito de fojas mil ciento
seis; CONDENARON a esta parte al pago de una multa de una Unidad de Referencia
Procesal; DISPUSIERON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano;
en los seguidos por Marco Antonio Núñez del Prado Coll Cárdenas contra Seguro Social de
Salud - ESSALUD sobre indemnización de daños y perjuicios; Vocal Ponente señor Ticona
Postigo; y los devolvieron:

S.S.

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TICONA POSTIGO, SOLIS ESPINOZA, PALOMINO GARCÍA, CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA


MOLINA.

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