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Globalización, desarrollo sustentable y desarrollo económico

José Marcelino Monteiro da Costa

Globalización,
desarrollo sustentable
y desarrollo económico*
José Marcelino Monteiro da Costa**

Abstract les, simultáneamente a la promoción de signifi-


cativos cambios estructurales, institucionales y
territoriales. Sea en el estricto ámbito de las
This article intends to discuss aspects and economías centrales, sea en el entorno de las
matters about the trade off between the periferias. Desenlace confirmado por la ten-
process of economic development and the dencia hacia la profundización y consolidación
concept. Still in formation, of sustainable de un nuevo orden internacional, actualmente
development, having as a background the designado de globalización de la economía (1).
modern globalization of economy. Tal reestructuración se tornó apremiante a par-
tir de 1973, con la manifestación explícita de la
The text is organizad in six parts in which it can crisis estructural -que venía madurando desde
be read about the phenomenon of globalization hacia algún tiempo y que se hizo más discer-
and economic restructuration and its probable nible a lo largo del decenio pasado-, en
impacts on what concerns to structuration of decurso del enfriamiento del apoteósico ciclo
new territorial configurations; about the de expansión de la producción instaurado al
identification of the stages of the evolution of final de la Segunda Guerra Mundial. Tal situa-
the debate on environment; about the specific ción, exacerbada principalmente por los cho-
concept of sustainable development (S.D.) to ques de los precios del petróleo de la década
be considered in the analysis; about the de 70 y concomitante desorden financiero in-
macroeconomic consistency of S.D.; about the- ternacional (2), pasó a imponer, urbi et orbi,
matters about practicability brought by the políticas macroeconómicas de ajuste y
effective use of S.D.; and, finally, about "desregulación". En el contexto de los cambios
conclusion. en proyección, exceptuando el nuevo escena-
rio geopolítico, se tornó perceptible la ocurren-
cia de toda una serie de importantes transfor-
1. Reestructuración y nuevas maciones:
configuraciones territoriales
a) la exasperación de la concurrencia en el
Sobran evidencias de que el último cuarto de mercado internacional, especialmente entre
este siglo está marcado por una etapa más de empresas transnacionales que operan en
transición del desarrollo capitalista. Un proce- ramas tecnológicamente avanzadas o en
so de reestructuración económica de gran al- proceso de reestructuración industrial, que,
cance en el sistema mundial, cuyo epicentro según Mortimore (1993), forman el núcleo
obvio son las economías desarrolladas (EDs) y en torno del cual está surgiendo un sistema
el arbitrio de sus intereses, viene, incesante- productivo internacional integrado;
mente, dando nueva forma a las relaciones de
interdependencia en las economías naciona-

* Traducido del portugués por María Amelia Queralt da Costa.


** Economista brasileño, Profesor Titular de la Universidade Federal do Pará. Núcleo de Meio Ambiente
(NUMA).

Revista eure (Vol. XXII, Nº 65), pp. 81-99, Santiago de Chile, junio 1996 eure 81
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b) el advenimiento de formas organizacio- horizontes temporales de la toma de deci-


nales a base de nuevas tecnologías (de sión privada y pública, así como la rápida
producto y de gestión), promoviendo la difusión espacial de éstas.
flexibilización de la producción, de los pro-
cesos y mercados de trabajo y de los patro-
Se dispone de diversas interpretaciones teóri-
nes de consumo y estimulando -ya que pa-
cas sobre la ya mencionada trayectoria de re-
san a prevalecer las economies of scope
estructuración industrial (ver Mortimore, 1992;
en detrimento de las de escala (Swynge-
Henri, 1992). Entre las principales vertientes,
douw, 1986; Capello y Gillespie, 1994) (3),
cabe destacar: la escuela regulacionista, que
la pertinacia por la mantención o creación
aboga la entrada en la era posfordista, carac-
de ventajas competitivas (Porter, 1993) y la
terizada ésta por la emergencia del nuevo "ré-
reducción cada vez más acentuada de los
gimen de acumulación" asociado al también
ciclos productivos-, la fragmentación plani-
nuevo "modo de reglamentación social y políti-
ficada del alto grado de verticalización a
ca" (Aglieta, 1976 etc.); a la de una posible
que habían llegado varias de las grandes
transición del fordismo/keynesianismo (mo-
organizaciones, dando lugar a la sateliti-
dernismo) a la acumulación flexible (posmo-
zación de una miríada de empresas semi-
dernismo) (Harvey, 1989); a la "segunda rup-
independientes de menor porte;
tura industrial" (Piore y Sabel, 1984); el
desfasaje de la fabricación mecánica (ma-
c) la consolidación del Mercado Unico de la chinofacture) por la fabricación sistémica
Unión Europea (UE) y la formación, al- (systemofacture) (Hoffman y Kaplinsky, 1988);
ternando avances y contramarchas, de y, last but not least, a la estructuralista neo-
otros bloques supranacionales, como el schumpeteriana, que adopta el presupuesto
Acuerdo Norteamericano de Libre Comer- del inicio del quinto ciclo de larga duración de
cio (NAFTA), formado por Estados Unidos, Kondratieff, bajo el respaldo de un nuevo para-
Canadá y México -cuya inclinación, en el digma tecnológico/económico -además de las
largo plazo, podrá incorporar las demás contribuciones de Pérez (1985; 1986), ver ar-
economías de la América Latina, inclusi- ticulos específicos en Freeman, Clark y Soete
ve el Mercado Común del Cono Sur (1982), Dosi, Freeman y Nelson (1988), Silver-
(MERCOSUR), y el del Caribe- y el virtual berg y Soete (1994), etc.
megamercado asiático, abarcando Japón,
"tigres asiáticos" (Corea del Sur, Taiwán,
El análisis comparativo de los factores determi-
Hong Kong y Singapur), China y, formada
nantes considerados por las corrientes relacio-
por Indonesia, Filipinas, Malasia y Tailan-
nadas pone en evidencia, sin excepción, el pa-
dia, la Asociación de la Naciones del Sur-
pel estratégico que asumen las innovaciones
este Asiático (ASEAN) (4);
tecnológicas, dado que aumentos de produc-
tividad y eficiencia constituyen, perentoria-
d) el florecimiento de "nuevos espacios in- mente, elementos propulsores básicos de la
dustriales" (Terza Italia, Sillicon Valley, globalización. De ahí la pertinencia de la hipó-
Carretera 128 de Boston, Corredor M4, tesis adoptada por Castells (1990): "La capaci-
Sofia Antípolis, etc.) y las tecnópolis japo- dad tecnológica de los agentes económicos re-
nesas, idealizadas para acoger complejos presenta un factor decisivo en los procesos
industriales de alta tecnología (sunrise competitivos por medio de los cuales se es-
industries); tablece la estructura, siempre cambiante, de las
relaciones económicas internacionales y
transnacionales". En un lapso relativamente
e) el inusitado grado de autonomía ante la
corto emergió todo un conjunto sinérgico de
esfera de la producción real y el control de
innovaciones radicales e incrementales vincu-
los Estados alcanzado por el sistema
lado a un nuevo paradigma tecnológico/econó-
financiero internacional, después de la re-
mico (o "revolución tecnológica") intensivo de
organización por que pasó a partir de 1972,
conocimiento, teniendo como "factor llave" el
tornándose copartícipe estratégico de la
complejo microelectrónico (5). El referido
globalización; y,
paradigma -que gradualmente ha ido substitu-
yendo o subordinando el paradigma energo/in-
f) el fenómeno de la "compresión espacio/ tensivo precedente-, al incorporar nuevos sis-
tiempo" (Harvey, 1989), estrechando los

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temas tecnológicos, se convirtió en el determi- (ElEs). Esto, en última instancia, puede aci-
nante mayor de los cambios irreversibles (eco- catear, en escala nacional, modificaciones
nómicos, políticos, institucionales y sociales), substanciales en la relaciones interregionales y
reales y latentes, provenientes de la reestruc- respectiva organización del espacio económico
turación y se difundió por todas las industrias y funcional.
servicios. Pasó, en fin, a revelar funcionalidad
entre lo aparentemente dicotómico, paradojal,
conflictivo, caótico o independiente. 2. Etapas de la controversia
desarrollo versus medio
Los rebatimientos territoriales de la globali- ambiente
zación, al ejercer influencia sobre las decisio-
nes de localización o "relocalización" de activi- La cuestión ambiental prácticamente evolucio-
dades económicas implican, forzosamente, nó paralelamente a la intensificación de la
reestructuraciones en la división interregional globalización. Instaurada en la primer mitad de
del trabajo. Básicamente, en virtud de la rápida la década del 70, a pesar que esto no permite
reducción de los costes reales de telecomuni- inferir que hasta entonces hayan pasado in-
cación y transporte, conjugada al hecho de advertidos los impactos acarreados por la
que la disponibilidad de fuerza de trabajo bara- expansión de la actividad productiva sobre el
ta y de baja calificación pasó a ser irrelevante medio ambiente y la naturaleza. La polémica
como factor localizado de atracción. Producen, desarrollo (o crecimiento) económico versus
pues, el advenimiento de nuevas configuracio- preservación (o conservación) de recursos na-
nes económico/espaciales (6). Ya que la rees- turales -la cual, según algunos (Jacobs, 1992;
tructuración productiva no se reprodujo gene- Galindo y Malgesini, 1994), promovió una im-
ralizada y homogéneamente en el tiempo y en portante ruptura dentro de las modernas teo-
el espacio asumiendo, en cada contexto espe- rías del crecimiento económico; conforme
cífico, formas disímiles y, según Castells y Hall otros (OECD, 1991), resultó un estímulo para
(1994), donde las ciudades y las regiones se el crecimiento económico; o, aun, de acuerdo
convirtieron de forma creciente en agentes de- con Kenigswald (1992), no pasa de falso dile-
cisivos del desarrollo económico. Tiene razón, ma para los países pobres y un lujo para los
así, Boisier (1994) al sugerir que la revolución ricos, "en virtud de la defensa del medio am-
tecnológica y científica en marcha obliga a biente ser un factor vital del crecimiento eco-
idear nuevas formas de región, superando an- nómico", al promover mejorías en la explota-
tiguas restricciones de tamaño y contigüidad. ción de los recursos naturales- paulatinamente
estatuyó al medio ambiente como condicio-
En la vorágine de la globalización en curso es nante disuasivo al delineamiento de estrate-
plausible suponer la propensión hacia la crista- gias, programas y políticas de desarrollo regio-
lización de una economía mundial "tripolariza- nal. Especialmente cuando se trata de la
da". Bajo el liderazgo de las economías más apertura, ampliación de la capacidad producti-
pujantes de cada bloque continental: el trípode va e integración económica a los mercados na-
Estados Unidos/Alemania/Japón. Con las de- cional e internacional de territorios relativa-
más economías, inclusive partícipes de los re- mente extensos, demográficamente de baja
feridos bloques, debiendo formar una inmensa densidad y potencialmente dotados de rico pa-
periferia coadyuvante, diversificada y jerárqui- trimonio natural ("fronteras de recursos natura-
ca-mente estructurada. Hay, por lo tanto, una les"), a ejemplo de la Amazonia brasileña.
continua promoción de reordenamientos secto- Abierta o disimuladamente, esa ha sido la tóni-
riales y de la difusión de efectos económico/ ca introducida, à outrance, en diversos traba-
espaciales centrípetos, o de polarización, y jos que, con frecuencia, utilizan como refuerzo
centrífugos, o de fluencia. Cuya incidencia, a retórico datos distorsionados, falacias, inter-
lo largo de la red económico/territorial domina- pretaciones equivocadas o sectarias y predic-
da por fuerzas competitivas, aunque con varia- ciones apocalípticas.
bles grados de intensidad espacio/temporal,
traerá desfases y repercusiones, esencialmen- Dado que la literatura disponible cubre de for-
te los primeros, de forma contundente en las ma satisfactoria tanto el debate cuanto los
economías de industrialización emergentes rumbos de la política internacional, considera-

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dos por la problemática en cuestión, y las (Meadows et alii., 1972); y, dos años después,
consecuentes orientaciones con respecto a en Coyococ, México, el Simposio sobre Patro-
medidas económico/ambientales ante la conti- nes de Utilización de Recursos, Medio Ambien-
nuidad de los procesos de crecimiento o desa- te y Estrategias de Desarrollo. Posteriormente,
rrollo económico (v.g., Guimaraes, 1991.a; siguieron otros encuentros de menor notorie-
1991.b; 1994 y CEPAL, 1991 ), esta parte se dad, excepto la Conferencia de Nairobi sobre
restringirá a la identificación de las etapas de Desertificación, en 1977. Esta etapa, data
la controversia y de sus principales rasgos. vênia la magistral idealización de la teoría
homeostática de Gaia formulada por Lovelock
(1979), abarcó los años ulteriores a la difusión
Se pueden identificar, grosso modo, tres eta-
-complementada, revisada y atenuada por los
pas en la evolución de los intentos recientes
segundo y tercer informes del Club de Roma
de incorporación del medio ambiente a las mo-
(Mesarovic y Pestel, 1974; Tinbergen, 1976)-
dernas teorías y políticas de crecimiento y de-
y a la pronta reacción de las economías peri-
sarrollo económico.
féricas a la tesis de los límites del crecimiento.
Además de la oportuna y enérgica postura de
En la primer fase, contrariamente a la afirma- la diplomacia brasileña en defensa de los inte-
ción de que la "economía ambiental siempre reses de las ElEs al introducir aspectos políti-
ha sido, en principio, la parte central de la Eco- cos y sociales en la discusión (ver Guimaraes,
nomía" (sic) (Sterner, 1994), el tema, en el res- 1991.a; 1991.b; Mármora, 1992), el modelo del
tringido ámbito de la ciencia económica, era Informe preparado por la Fundación Bariloche,
abordado de forma esporádica y marginal- de Argentina, sobre los Límites de la Miseria,
mente. A través de intentos aislados y disper- técnicamente bien fundamentado, rechazó con
sos orientados a insertar la naturaleza (econo- vehemencia el enunciado del "crecimiento
mía de los recursos naturales) y el medio cero" (Herrera et alii., 1976; Herrera, 1988). En
ambiente (economía del medio ambiente) en el punto culminante de la querella, en 1987,
la estructura analítica de la economla neoclá- surgió el Informe de la World Commission on
sica (7). Environment and Development (WCED), senci-
llamente popularizado como Informe Brundt-
Sobre todo en lo que concierne al principio de land (WCED, 1987).
la "equimarginalidad" de Jevons, al óptimo de
utilización de un recurso no renovable de Ho- En este segundo período ganó intensidad y se
telling, a la cuestión del surgimiento y propaga- profundizó el debate. Tanto en el medio aca-
ción de externalidades negativas introducida démico cuanto en la media internacional, así
por Pigou o, de acuerdo con la comprensión como en los ámbitos gubernamental y de las
restrictiva apoyada en las leyes de la termodi- relaciones internacionales (10). Paralelamente,
námica, principalmente en la Segunda Ley de se radicalizó el discurso preservacionista, pro-
la Entropía, conforme al modelo biofísico lle- liferando el ecologismo tout court (ecología
vado a cabo pioneramente por Georgescu- popular, economía ecológica, ecosocialismo,
Roegen (1971), a la imposibilidad del creci- ecología profunda, etc.), el ecooportunismo y
miento exponencial duradero de la economía, los partidos políticos adeptos a la causa ecoló-
así como de los límites de substitución de re- gica (los "verdes"). A remolque prosperó el
cursos naturales por capital y tecnología. ecobusiness (11) y abundaron organizaciones
no gubernamentales (ONGs) internacionales,
La etapa siguiente, señalada por acentuados extranjeras y nacionales. Algunas destinadas a
cambios de nivel y de amplitud, inició efectiva- la prestación de servicios de consultoría técni-
mente la llamada "revolución ambiental" y su ca y a la promoción de campañas y eventos de
institucionalización por la Organización de las concientización. Otras preferentemente orien-
Naciones Unidas (ONU), con la repercusión tadas al activismo radical.
desencadenada por tres hitos internacionales
subsecuentes realizados en la primera mitad La tercer etapa, iniciada a partir de la adopción
de la década del 70: la Primera Conferencia de de la propuesta síntesis del desarrollo sus-
las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y tentable (DS) (sustainable development) por el
Desarrollo, celebrada en Estocolmo (8), en Informe Brundtland, es de naturaleza esencial-
1972 (Ward y Dubos, 1973) (9); la divulga-
ción, en el mismo año, del Informe del Club
de Roma sobre los límites del crecimiento

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mente conciliadora y catequizadora y se pro- poco corresponde encaminarse por los com-
longa hasta los días actuales. En esta última plejos dominios de la "ecopolítica" y de la
fase, por lo tanto, han prevalecido los intentos geopolítica. A pesar de reconocer que, en la
de armonizar desarrollo económico y conser- práctica, la mayor parte de los problemas am-
vación ambiental. bientales envuelve disfunciones de carácter
social, cuya solución depende decisivamente
de la esfera política. Hay trabajos temáticos
que ya se ocuparon de esto en forma perti-
3. El concepto de desarrollo nente (v.g., Guimaráes, 1991.a; 1993; 1994;
Blowers, 1993). Interesa, sobremanera, con-
sustentable centrar la atención en los aspectos de la
interdependencia y compatibilidad del DS con
El DS, a pesar de ser relativamente reciente, el desarrollo económico.
se tornó en la panacea y en el slogan inevita-
ble de la conventional wisdom (á la Galbraith).
Además, es importante elucidar ante todo cuál
Desbancó, en las discusiones académicas y de
concepto de DS se considerará en este análi-
los formuladores de política desarrollista, el
sis. La proliferación conceptualista tornó trivial
charm que ejercía la controversia crecimiento
la coexistencia y el intercambio de versiones
equilibrado versus desequilibrado. Hay quien
contradictorias, desfasadas o excluyentes. En
lo considere el "símbolo de un consenso ideal".
vista de esto, varios autores se dieron el traba-
O, remando contra las ideas seminales de
jo de inventariar las definiciones disponibles.
Kuhn (1975), lo tiene como el "nuevo para-
Solamente Redclift (1987), por ejemplo, logró
digma del desarrollo". Olsen, Lodwick y Dunlap
registrar más de cien conceptos. También es
(1992) aseveran que el "paradigma ecológico
larga la relación de compilaciones que consta
social", aún no dominante, "está emergiendo
en Pearce, Markantaia y Barbier (1989) y
como dominante", en detrimento del "para-
Pezzey (1989). Baroni (1992), por su vez, se-
digma tecnológico social". Los organismos in-
leccionó, para confrontación crítica, once defi-
ternacionales de fomento lo cooptaron (Lélé,
niciones, de distintas procedencias teóricas,
1991; Buttel y Gillespie, 1988; Conable, 1986;
sugiriendo mejorías a la noción del DS, en el
Runnals, 1986) y exigen que medidas compati-
intento de darle mayor precisión, profundidad y
bles con el mismo consten en los proyectos
objetividad.
sometidos a sus carteras de financiamiento.
Hay planes de desarrollo regional y programas
de gobiernos provinciales que lo mencionan Análogo al dragón de Jorge Luis Borges, pre-
vaga, contradictoria y aleatoriamente. Otros lo sentado en El Libro de los Seres Imaginarios,
usan de forma conflictiva con varias directrices el DS posee la capacidad de asumir muchas
y objetivos prioritarios encarados conjuntamen- formas, pero estas son inescrutables. Ante la
te, aunque son pródigos en elegirlo como imposibilidad de considerar el abanico de inter-
parámetro de intenciones pero sin saber qué pretaciones existentes o, aun, de operar con
hacer en cuanto a las formas efectivas de ope- un conjunto menor que incluyese las más sig-
racionalizarlo macrorregionalmente. Por haber- nificativas, se optó, para elucidar el imbroglio,
se constituido en proverbio obligatorio de lo en por el concepto formulado por el Informe
boga "políticamente correcto", ha sido, en lo Brundtland. En virtud de éste, haber granjeado
que concierne a la Amazonia brasileña, utiliza- la aceptación generalizada, tornándose, salvo
do ampliamente tanto en pronunciamientos de mejor juicio, representativo y cuyo enunciado
autoridades nacionales cuanto regionales. Y es el siguiente: "El desarrollo sustentable es
así en adelante. aquel que atiende a las necesidades del pre-
sente sin comprometer la posibilidad de que
las generaciones futuras atiendan a sus pro-
A modo de resguardo, es de buen sentido
pias necesidades". Además, destaca que "sa-
aclarar que no se tiene la pretensión de proce-
tisfacer las necesidades y las aspiraciones
der a una revisión semántica del concepto de
humanas es el principal objetivo del desarrollo"
OS, de sus premisas generalizantes ni de sus
(WECD, 1987).
diversos usos. Existen estudios que se han
ocupado de esto competente y oportunamente
(Lélé, 1991; Tisdell, 1988; Redclift, 1987; Conforme a lo manifestado por el Informe
Brown et alii., 1987; Barbier, 1987; etc.). Tam- Brundtland, el DS "contiene dos conceptos lla-

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ve: el concepto de 'necesidades', sobre todo de cuestionar si crecer o no, pero cómo crecer
las necesidades esenciales de los pobres del (Galindo y Malgesini, 1993). O, aún, de que la
mundo, que deben recibir la máxima prioridad; contradicción entre desarrollo y medio ambien-
la noción de las limitaciones que el nivel de la te está superada. El problema, ahora, es cómo
tecnología y de la organización social impone hacer ejecutable el DS (CEPAL, 1991; Lélé,
al medio ambiente, impidiéndolo de atender las 1991). Situaciones que ciertamente evocan la
necesidades presentes y futuras" (WECD, idea de "estilos de desarrollo", ya en su tiempo
1987). y oportunidad defendida por varios economis-
tas cepalinos (v.g., Varsavsky, 1982; Pinto, s/f;
CEPAL, 1971; Sunkel y Gligo, 1980; etc.).
La definición del Informe Brundtland de DS
preconizó, al fin y al cabo, el crecimiento con
conservación. En fin, es conveniente dejar bien claro que el
concepto de DS propuesto por el Informe
Brundtland no debe ser confundido con pro-
Al mismo ritmo que la asimilación de algunas
yectos agrícolas específicos y con éxito, ni con
de las sugerencias en la época disponibles
"sustentabilidad" de recursos renovables.
[v.g., el aporte neoclásico de Pearce (1976) y
el desarrollo durable o el ecodesarrollo à la
Sachs (1990; 1992)] (12), además de suplir la
laguna conceptual pionera dejada, en 1980,
por el Informe sobre la Estrategia Mundial de
Conservación presentado por la Unión Interna- 4. Desarrollo sustentable y
cional para la Conservación de la Naturaleza desarrollo económico
(Starke, 1991) -cuyo énfasis privilegiaba el
medio biofísico (Khosla, 1987) y el lado de la
El talón de Aquiles de las tentativas de privile-
oferta de la economía (Sunkel, 1987)-, el DS
giar la inclusión, a guisa de holismo, de los re-
atendió las loables preocupaciones con el me-
cursos naturales y del medio ambiente en la
dio ambiente, no descuidando, por lo menos
construcción de esquemas teóricos y conse-
en el discurso, las legítimas aspiraciones de
cuentes escenarios futuros, en perspectivas de
las ElEs. Convirtiéndose, así, en un verdadero
la expansión de la economía mundial (incre-
tour de force en la mediación del antagonismo
mento de la producción), ha sido pertinaz, al
entre los defensores del crecimiento económi-
relegar la economía a mero subsistema ecoló-
co a cualquier costo y los paladines del
gico, incurriendo en grave reduccionismo (16).
preservacionismo. El DS buscó, al incorporar
O sea, soslaya la racionalidad dominante del
una percepción tridimensional del desarrollo
desarrollo capitalista, en cuanto proceso hege-
(vectores económico, ecológico y social) (13),
mónico e históricamente determinado. Probada
establecer funcionalidad en lo que hasta en-
y comprobada, la lógica intrínseca de las leyes
tonces era dicotómico.
del movimiento o de la dinámica capitalista
condiciona las innovaciones tecnológicas, el
Aun cuando tal versión del DS haya desagra- avance sectorial desequilibrado, la organiza-
dado principalmente a las corrientes vincula- ción asimétrica y jerarquizada de la estructura
das al ecofundamentalismo (14), el exaspera- productiva espacial, el nivel de las tasas de
do enfrentamiento que, necesariamente, hasta formación de capital, etc. Convirtiendo, tam-
entonces imponía una opción alternativa fue bién, el crecimiento económico en un fenóme-
gradualmente perdiendo terreno para la mode- no cíclico de larga duración, sujeto a recurren-
ración. Aun ante la persistencia de opiniones tes fluctuaciones coyunturales y de mediano
divergentes, de la continuación del activismo plazo, además de subvertir perpetuamente
ecologista y del pleno conocimiento de inevita- configuraciones económicas desfasadas y
bles trade-offs entre crecimiento/desarrollo y crear nuevas (17).
medio ambiente. La Conferencia de las Nacio-
nes Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo
Llama la atención sobre varias de las contribu-
(Cumbre de la Tierra, ECO 92 o Río 92), a
ciones recientes acerca del DS -sea de ten-
pesar del énfasis en la pompa y en la retórica,
dencia preservacionista, sea de inclinación
confirmó la referida tendencia (15).
conservacionista o de trabajos que, en la esen-
cia, no toman en cuenta las multidimensiones
En sintonía con el éxito alcanzado por el DS, del DS, pero se ocultan en él para difundir in-
existen opiniones de que hoy no se trata más quietantes designios-, es la preocupación ma-

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nifestada, de forma explícita o implícita, con la mente velado en toda esta argumentación, sin
continuidad del crecimiento de las ElEs vis-à- disimulos, es el hecho que las EDs son las que
vis la tesis de los límites del crecimiento. Vuel- detentan el poder y el control de las fuentes
ve, así, a predominar la visión clásica del de- energéticas perennes o de los medios logísti-
sarrollo capitalista a largo plazo: la inexorable cos y estratégicos que permiten su uso (Jéme-
amenaza del "estado estacionario". ry, Debier y Deléage, 1994).

lpso facto, a lo largo de las últimas décadas, el Asumió, así, la contrarrevolución neomalthu-
malthusianismo volvió a disfrutar de prestigio. siana la condición de inspiradora fundamental
Fue subrepticia, resuelta y gradualmente resu- de la elaboración del menú de recomendacio-
citado bajo nuevos ropajes teóricos. Se impuso nes en boga para la adopción en las ElEs. No
en importantes círculos académicos y deci- importa el sabor ni el color de la píldora, pero
sorios de las EDs y en el ámbito de algunas sí el diagnóstico contaminado de parcialismos
instituciones de fomento internacionales o ex- y la fórmula del remedio prescripto y sus efec-
tranjeras. Se convirtió en el leimotiv de diver- tos directos y colaterales. Habida cuenta del
sas ONGs. Basta examinar el tenor de los ar- delineamiento de un escenario futuro poco pro-
tículos contenidos en la revista Futures, misario ("crecimiento cero"). Producido éste,
particularmente la edición de marzo del año en concomitancia, con la explosión demográfi-
pasado, dedicada a las visiones de sustenta- ca en los países del Hemisferio Sur, con el
bilidad (Olson, 1994; Pirages, 1994; Corson, efecto demostración a instigar la "aldea global"
1994; etc.). al consumismo descontrolado o al bienestar
disfrutado en las sociedades posindustriales y
con la existencia de cantidades finitas de re-
El neomalthusianismo, además del apoyo de
cursos naturales no renovables. Todo esto, re-
un abanico convergente de alianzas inusita-
forzado por elevados niveles de degradación
das que acoge teorizadores e ideólogos con-
del medio ambiente que fatalmente sobreven-
servadores y radicales, pasó a contar con el
drán del crecimiento económico periférico.
refuerzo analítico más refinado de esquemas
Nada obsta para que los más graves proble-
mecanicistas análogos a las leyes de la física
mas ambientales de origen antrópico -efecto
(modelos biocéntricos): "el circuito termodiná-
invernadero, disminución de la capa de ozono,
mico ampliado o completo de la economía",
accidentes nucleares y químicos, pérdida de
montado para substituir el "modelo económico
biodiversidad, desertificación, detritos tóxicos,
ortodoxo o simple". Amparado en la Ley de la
lluvia ácida, etc.- hayan sido producidos por
Conservación de la Materia (producción y con-
las EDs en su intensa marcha hacia la indus-
sumo transforman materia, pero no la crean ni
trialización. Esta es la llamada deuda ecoló-
destruyen) y en las Primera (imposibilidad de
gica del Norte para con el Sur (Guimaraes,
crear o destruir energía) y Segunda (disipación
1993; IDRC, 1992), que saturó el medio am-
de la energía y de los materiales transforma-
biente con todo tipo de emanaciones sólidas,
dos tornándolos indisponibles para uso ulte-
gaseosas y líquidas, así como de las constan-
rior) Leyes de la Conservación de la Termodi-
tes amenazas de conflictos armados por la
námica (Jacobs, 1992), el referido circuito
toma del control de recursos naturales estraté-
subordina lo económico a lo biofísico. Todo de-
gicos (v.gr., Gleick, 1991 ). A tal punto que, aun
bidamente a resguardo de los argumentos del
si fuese eliminada la relativamente modesta
Club de Roma o de Malthus. En virtud de
participación de las ElEs en la agresión al me-
asentarse en el determinismo de las leyes
dio ambiente, la propalada amenaza mundial
naturales -la mismísima racionalidad de los
no se disiparía. Dado que, a pesar del alar-
economistas fisiócratas y clásicos- de la ter-
deado compromiso con el medio ambiente, la
modinámica. Las cuales pronostican el irrever-
contribución de las EDs a la contaminación at-
sible agotamiento de las fuentes de energía y
mosférica está estimada en torno de 75%.
de los materiales, como resultado del aumento
de la entropía y equivalente disminución de la
sintropía, a continuar el avance de la econo- Es pertinente resaltar que el advento vislum-
mía capitalista (Georgescu-Roegen, 1971; brado por los economistas de la Escuela Clási-
Martínez Alier, 1992; Cleveland, 1991; Daly, ca (especialmente David Ricardo, Robert
1991; etc.). Lo que no en tanto queda simple- Malthus y John Stuart Mili) del "estado estacio-

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Globalización, desarrollo sustentable y desarrollo económico
José Marcelino Monteiro da Costa
 
 
nario" -de una situación de equilibrio de la el mismo juicio de valor de los economistas
economía, con los salarios reducidos al nivel clásicos: desdeñar del avance tecnológico. Al
de subsistencia y la inexistencia de inversión caer en la emboscada del "pacto de Pro-
líquida en función de que la tasa de ganancia meteo", no toman en cuenta el nuevo para-
tendería a cero, como resultado, en suma, de digma tecnológico intensivo en conocimiento
la caída gradual de la productividad marginal actualmente en marcha, o en fase de ger-
proveniente de la rigidez de la oferta y de la minación, en el contexto de las EDs. Empujada
calidad no homogénea de recursos naturales por el polo estructurante del complejo micro-
(ley de los rendimientos decrecientes), frente a electrónico (informática, telecomunicaciones,
la inevitabilidad de la incesante presión demo- automatización industrial, software y técnicas
gráfica (ley de la población de Malthus)- no se conexas), en conjunto con otras nuevas tecno-
concretó. El desdoblamiento de los aconteci- logías o sectores difusores del progreso técni-
mientos lo archivaron por algún tiempo. La co- co en maduración (biotecnología, nuevos ma-
rrelación entre el incremento poblacional y el teriales, energía, explotación de los recursos
de la renta se reveló inversa. Profundas trans- de los mares y océanos, técnicas espaciales) y
formaciones en los parámetros estructurales e transformaciones económicas y ajustes insti-
institucionales de contención espontánea al tucionales en curso, a aquél subordinadas, la
crecimiento demográfico se observaron, a me- Tercer Revolución Industrial, vale la pena in-
dida en que el proceso de crecimiento econó- sistir, puede estimular una nueva onda larga
mico se consolidaba de forma autosostenida de crecimiento de la economía mundial y subs-
en las hoy EDs, estabilizando la densidad tituir el presumidamente agotado patrón de
poblacional por la presión hacia abajo de la crecimiento económico. Se esboza, así, la "so-
tasa de natalidad, a pesar de aumentar la es- ciedad de la información", a despecho de la
peranza de vida. Es lícito, pues, cuestionar si pretención ambientalista para otro tipo de so-
tales cambios estarían ahora descartados en ciedad futura: la "sociedad sustentable" (v.gr.,
relación a las ElEs. A su turno, otras teorías Marien, 1994).
subsecuentes del desarrollo capitalista (versio-
nes marxiana y schumpeteriana, principalmen-
Asimismo, los preservacionistas subestiman, o
te) refutaron dicha tesis del estado inercial de
descartan in limine, la virtualidad del progreso
la economía. Primero, por la equivocada sub-
tecnológico para revertir problemas ambienta-
estimación del progreso tecnológico. Segundo,
les provenientes o no de la acción antrópica.
por el hecho trivial de que la sociedad capita-
Las nuevas tecnologías son, mayoritariamente,
lista no funciona sin crecimiento, sin generar y
menos contaminantes que las antiguas y pre-
reinvertir de la masa del excedente económico
sentan un uso más eficiente de energía (con-
incesantemente mayor (paradoja de Domar) y
servación de la energía, dilatando el tiempo de
sin incorporar innovaciones tecnológicas de
vida útil de los stocks de combustibles fósiles
todo tipo. Además de, a lo largo del tiempo,
no renovables, producción de energía limpia o
pasar por recurrentes metamorfosis en los pa-
renovable). Manne y Richels (1992) desarrolla-
trones de acumulación y estilos de desarrollo.
ron el Global 2100 (modelo económico del uso
Por consiguiente, el estancamiento de la eco-
futuro de energía), que prevé la producción de
nomía hace suponer el perecimiento automáti-
la energía eléctrica a través de cinco tecnolo-
co del capitalismo. Esta es la propuesta, salvo
gías ya existentes y cuatro futuras, además de
craso error, de la concepción revolucionaria de
otras nueve productoras de energía no eléctri-
la "modernización ecológica", la cual, al incor-
ca. Se hace así factible la reforma de la matriz
porar criterios ambientales en la actividad pro-
energética vigente, pese a que el precio del
ductiva y en la política económica, "implicaría
petróleo ha llegado a su nivel más bajo en tér-
en la transformación del modo de producción"
minos reales desde el inicio de la década del
(Hajer, 1992). Es obvio que este desenlace no
70. Además, el potencial de largo plazo de las
es imaginable por las EDs, poco propensas al
aplicaciones del progreso técnico en provecho
haraquiri.
del medio ambiente no es despreciable: ferti-
lización de las áreas desertificadas, favore-
Los neomalthusianos, escudados en sus lúgu- ciendo la biodiversidad; generación de energía
bres vaticinios y en la justificativa de no caer de origen hidráulica y de la biomasa; iniciativa
en la "trampa del pacto de Fausto", incurren en de segmentos industriales, tal como viene ocu-

88 eure

 
Globalización, desarrollo sustentable y desarrollo económico
José Marcelino Monteiro da Costa
 
 
rriendo en las EDs, de responder de manera Kondratieff (Bosserelle, 1994), jamás en fun-
eficiente a los casos de los controles de conta- ción de límites al crecimiento, paulatinamente
minación de automóviles, "de refrigeradores la Economía del Desarrollo fue relegada al os-
que consumen 30% menos de electricidad, es- tracismo. Atendiendo la incompatibilidad con
tufas con capacidad de alta conversión ener- este período, sobre todo en las ElEs, los pro-
gética, sofisticados termostatos y computado- gramas de medio y largo plazo fueron siendo
ras e instrumentos para controlar la demanda abandonados, pasando a prevalecer ajustes
por energía" (Lascelles, 1995), etc. Además, la macroeconómicos de cuño meramente co-
implantación de ciertas actividades productivas yuntural, conjugados con tentativas de re-
puede resultar provechosa para disminuir da- estructuración y de "desregulación" de la eco-
ños ambientales, como la forestación que es nomía. Todo esto buscando eludir nuevos
una fórmula adecuada para retirar gas carbóni- problemas y complejos desafíos erigidos de
co de la atmósfera. formas simultánea, multidimensional e inter-
dependiente.
Los ambientalistas han escogido como sparings
predilectos de sus proposiciones antide- Fue a partir de los subsidios de los intérpretes
sarrollistas los modelos macroeconómicos convencionales del desarrollo (Albert Hirsch-
neoclásicos y poskeynesianos. Aun siendo ver- man, Gunnar Myrdal, Arthur Lewis, Rosen-
tientes preponderantes del pensamiento eco- stein-Rodan, Ragnar Nurkse, Hans Singer,
nómico moderno, dichos modelos se orientan Douglas North y otros) (18), aunque en la ma-
exclusivamente hacia cuestiones teóricas rela- yor parte de las veces constasen de explica-
cionadas con el proceso de crecimiento econó- ciones parciales y de aspectos particulares, o
mico. Todo es muy claro en sus estructuras de visiones elaboradas en la propia periferia
analíticas y respectivos presupuestos, así (principalmente por Raúl Prebisch y epígonos
como en lo que toca a objetivos y selección de de la escuela estructuralista cepalina), hoy co-
instrumentos de política económica. En contra- nocidos, de acuerdo con Meier y Seers (1987),
partida, los adeptos de la preservación por la por "pioneros del desarrollo" o, según Krung-
preservación han sido convenientemente omi- man (1992), por mentores de la high develop-
sos, o parcos, en la confrontación con los ment theory, que la diferenciación antes men-
aportes de la Economía Política, excepto, cionada fue definitivamente establecida. No
como ya se ha destacado, cuanto a la catas- caben dudas que desde hace mucho, y hasta
trófica visión analógica del "estado estaciona- la saciedad, no se confunden crecimiento con
rio", cargada de los colores cenicientos del desarrollo económico. Entendiéndose el se-
neomalthusianismo. gundo como un proceso dinámico de largo
plazo que envuelve, además del crecimiento
económico propiamente dicho, profundas
Causa perplejidad, en algunas contribuciones
transformaciones estructurales e institucio-
al DS, el especial énfasis concedido a las dife-
nales, las cuales, en último análisis, caracteri-
rencias entre crecimiento y desarrollo econó-
zan el mencionado proceso como "un movi-
mico, como si esta distinción fuese novedad.
miento ascendente del sistema social como un
Omiten, así, esta y otras importantes contribu-
todo" (Myrdal, 1968).
ciones y constataciones llevadas a cabo por la
rama especializada de la Ciencia Económica
dedicada al análisis de los problemas del de- A propósito, es oportuno destacar que aun
sarrollo/subdesarrollo: la Economía del Desa- siendo el crecimiento condición sine qua non,
rrollo. Esta surgió en los años 40 y se mantuvo pero no suficiente para el desarrollo, este solo
en el apogeo durante las dos décadas siguien- irrumpe necesariamente precedido de aquél.
tes. En cuanto perduró la trayectoria expansiva La misma ilación también es válida para el
de la economía mundial de posguerra o, según DS.
Hobsbawm (1995), la Era de Oro. Con su re-
versión, a mediados del decenio del 70, la ten-
Hay los que inadvertidamente confunden DS
dencia compatible con la lógica de la fase últi-
con el bien conocido y redundante "desarrollo
ma o descendiente de la tercera onda de larga
autosostenido" (proceso simultáneo de aumen-
duración de la producción del mundo industrial
to continuado de la renta y de las transforma-
(Loria, 1993) o con el fin del cuarto ciclo de
ciones cuantitativas y cualitativas socioestruc-
turales que persiste por tiempo relativamente

eure 89

 
Globalización, desarrollo sustentable y desarrollo económico
José Marcelino Monteiro da Costa
 
 
largo, revigorizado por determinantes de ges- bién, es inadmisible el sacrificio en nombre de
tación endógena que garanticen la mantención los actuales niveles de vida disfrutados en las
de ese dinamismo), tal como usado de sobra EDs. Siendo así lo más probable. por lo que se
por la Economía del Desarrollo. Véase, a modo viene observando, es la persistencia de las
de ejemplo, este texto escrito en 1958: "Una EDs en el intento, a veces en forma poco sutil
vez que el desarrollo se inicia, el círculo, pro- y dentro de ciertos límites, de inducir o condu-
bablemente, se tornará una espiral ascen- cir a las ElEs a la supervivencia en un "estado
dente, desde que todos los prerrequisitos y cuasi estático" (19). El caso del efecto inverna-
condiciones de desarrollo comienzan a existir" dero es ejemplar. Es más barato impedir
(Hirschman, 1958). deforestar los trópicos que controlar las emi-
siones de CO2 de las EDs (Nordhaus, 1991)
(20). De esta constatación proviene gran parte
La inquietud manifestada en algunos trabajos
de las presiones externas oficiales, de las
sobre el DS, con respecto a la inconveniencia
ONGs o de organismos internacionales bus-
ecológica de la potencial obligatoriedad de las
cando la regulación de la propiedad de la tierra
ElEs en atravesar sucesivas etapas predeter-
en la Amazonia. O sea: demarcar sin demoras
minadas de desarrollo está démodé. Harta evi-
grandes espacios de tierra para reservas indí-
dencia histórica mostró que las industrializa-
genas, extracción de productos vegetales o
ciones retardatarias no siguieron las mismas
meramente preservacionistas, cuya finalidad
etapas. Dieron saltos cualitativos, substituyen-
última es restringir la disponibilidad de tierras
do precondiciones. Fundamentalmente, debido
de dominio público o libres y, aun, cohibir su
a las constantes mutaciones y reacomoda-
utilización económica (Mendelsohn, 1994:
ciones en el contexto del mercado mundial, en
Poterba, 1993; Chichilnisky, 1994; etc.). Ade-
la medida en que surgían nuevas economías
más, es probable que el pivot real sea de he-
industrializadas, se aceleraba el progreso tec-
cho la preservación, pero del potencial de re-
nológico y variaba el conjunto dado de con-
cursos naturales a ser demandados por las
dicionamientos. Esto es: cambiaba el contexto
nuevas tecnologías o en el sentido de mante-
histórico. De ahí que cada caso guarda sus
ner ventajas económicas establecidas por inte-
especificaciones (Gerschenkron, 1962).
reses foráneos. Nuevos materiales, biodiver-
sidad, etc., en la primer hipótesis; mercado
El concepto de DS sugerido por el Informe maderero, en la segunda. Es, pues, excelente
Bruntland pone en evidencia una dimensión de negocio para las EDs, cosmética, paternalista
equidad temporal compleja: la de "intergenera- y neocolonialmente intentar convencer a las
cionalidad". Queda por saber cómo compati- ElEs que acepten utopías importadas o pana-
bilizar o cuál de los objetivos ("atender las ne- ceas tercermundistas, insinuando. en la mejor
cesidades del presente sin comprometer la de las hipótesis, la supervivencia de activida-
posibilidad de que las generaciones futuras des económicas inviables, bajo formas arcai-
atiendan sus propias necesidades") priorizar. cas o precapitalistas de producción. Como si
Primero, porque, hasta el momento, no existe no fuese suficiente, hay simultaneidad con las
base teórica sólida y coherente en lo concer- "condicionalidades verdes" que vienen siendo
niente al principio de lo que sea justicia en tér- impuestas en el comercio internacional, levan-
minos "intergeneracionales" (Broome, 1992). tando barreras adicionales a la entrada de im-
Segundo, dada la situación socioeconómica al- portaciones provenientes de las ElEs, por go-
tamente desfavorable para la mayoritaria parte biernos y organismos multilaterales de fomento
de la población de las ElEs y, aun, de la (CEPAL, 1991; BID/PNUD, 1990). Circunstan-
constatación de una "fuerte correlación entre el cia esta que tenderá a agravarse con la entra-
crecimiento de la renta nacional y la reducción da en vigor del certificado ambiental de la
de la pobreza" (Steer y Lutz, 1993). O "de una International Organization of Standardization
definida correlación entre riqueza material y (ISO 14000) prevista para 1996.
bienestar humano" (UNDP, 1994).
El desenlace que puede esperarse de la apli-
Desde el específico punto de vista de las ElEs, cación de ese conjunto de acciones será la
la dimensión "intrageneracional" de equidad al- mantención del status quo de las regiones
canza un mayor sentido. Ya que es contrapro- atrasadas y, como consecuencia, se las con-
ducente aceptar que la actual generación deba
inmolarse en pro de la posteridad como, tam-

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Globalización, desarrollo sustentable y desarrollo económico
José Marcelino Monteiro da Costa
 
 
denará al debilitamiento implacable. Y, en este 5. De lo practicable
sentido, el uso indebido del DS como subterfu-
gio impregnado en la retórica de la opción por
lo social, pero en realidad despojado de cual- Aunque se trate de un considerable avance en
quier contenido social relevante, ha sido reco- el ajuste del conflicto crecimiento económico
mendado a las anchas y a guisa de benevolen- versus preservación, el significado de DS con-
cia. En contrapartida, y en el legítimo interés tinúa siendo vago, ambiguo y redundante. Ver-
de las periferias, solamente la continuación del dadero oxymoros. Aunque haya ciertas afirma-
desarrollo garantizará tanto la atención de las ciones de que el DS ya dispone de "teoría
necesidades presentes y futuras, como la pro- positiva", su deficiencia más grave es carecer
pia conservación del medio ambiente (21). O, de un esquema analítico lógicamente estruc-
en otras palabras: "La salida del doble nudo de turado. Et pour cause, es inocuo para estable-
la pobreza y de la destrucción del medio am- cer instrumentos cuantitativos y cualitativos de
biente exige un período relativamente largo de política macroeconómica apropiados para in-
más crecimiento económico, por lo menos en tervenir en la realidad concreta. Por otro lado,
el (Hemisferio) Sur y en el Este (mundo pos- no existen experiencias, medios y prácticas
soviético), para la sustentación de las estrate- efectivas que garanticen su operación genera-
gias de transición" (Sachs, 1992). lizada.

Por último, excepto la indefinición o indispo- Sin embargo, no se puede decir que falten au-
nibilidad de fuentes financieras en los montos dacia, ingenio y arte para proponer cómo po-
requeridos para la viabilización del quiméri- ner en práctica el DS, aun reconociendo sus
co emprendimiento de la "sociedad sustenta- debilidades. Es el caso de recurrir a la heu-
ble" -la Agenda 21 previó la necesidad de rística, conforme sugiere el Informe de la Co-
US$ 125.000 millones para la financiación misión Amazónica de Desarrollo y Medio Am-
mundial de programas y proyectos ambientales biente: la opción "que se ha dado en llamar de
del DS, contrastando con los US$ 2.000 millo- desarrollo sustentable, reconociendo que si
nes efectivamente destinados para el Global bien no se dispone aún de todos los elementos
Environmental Facility (GEP), fondo adminis- de juicio para aplicarlo, la mejor forma de pro-
trado por el Banco Mundial para lidiar, inicial- moverlo es aprender andando [...]. La falta de
mente, con cuatro problemas globales del conocimientos no debe justificar la inacción. La
medio ambiente: alteraciones climáticas, des- Amazonia aprenderá caminando" (BID/PNUD,
trucción de la biodiversidad, contaminación de 1994).
las aguas internacionales y destrucción del
ozono-, es indudable que éste demandará, Dos obstáculos de carácter teórico y técnico
además de la injerencia del Estado, la inter- continúan sin solución. Primero, del punto de
vención coordinada supranacional. Es la para- vista de la erística, las "fallas de mercado" im-
doja irónica que convive con la irrupción piden la incorporación de los costes ambienta-
neoliberal que monitorea la globalización des- les a los precios de los bienes y servicios, a la
igual de nuestros días, en función de que los par con la dificultad de atribuir el valor del me-
problemas ambientales trascienden la acción dio ambiente independientemente de su uso
reguladora del mercado. Dado que "quedó cla- actual y futuro (valores de uso directo e indi-
ro que los países industrializados no están recto, de opción e intrínseco o de existencia),
dispuestos a solventar con los costos de la presuponen inevitablemente recurrir a la teoría
protección ambiental de los países menos de- del valor. Entre tanto, ni la teoría objetiva del
sarrollados, como tampoco se disponen a tole- valor trabajo como, tampoco, la teoría subjeti-
rar que estos últimos no adopten medidas de va de la utilidad marginal han sido útiles para
protección ambiental cada vez más compati- resolver esta dificultad. Segundo, en lo que
bles con las suyas (Ricupero et alii., 1995), no concierne a la problemática de la mensuración,
es descartable, por parte de las EDs, el uso de los sistemas de Cuentas Nacionales en uso no
la facultad de recurrir al poder militar de permiten considerar los costos directos e indi-
intimidación o coerción. rectos ambientales y de utilización de los re-
cursos naturales en el cómputo del Producto
Nacional. La insercción de ambos ha sido in-
tentada (Ahmad, El Serafy y Lutz, 1989;

eure 91

 
Globalización, desarrollo sustentable y desarrollo económico
José Marcelino Monteiro da Costa
 
 
Repello et alii., 1989; Daly y Cobb, 1989; etc.), y Baumais, 1994). Hay, aun, trabajos recientes
pero los resultados prácticos poco avanzaron. cuyo objetivo es explotar las implicaciones, fi-
Las dificultades con la cuantificación de las va- jar criterios y estimular el uso de medidas deri-
riables sugeridas, para la construcción de rela- vadas de esos cuatro principios, especialmen-
ciones funcionales, hacen impracticable la te en los "países en desarrollo" (Weiss, 1994;
adecuación de los elementos ambientales con Sterner, 1994; Dommen, 1993).
los modelos de contabilidad social, a fin de
producir estimaciones sobre las consecuencias
en el comportamiento temporal de las varia- 6. Conclusión
bles económicas, producidas por externali-
dades negativas de las formas de explotación En concomitancia con los desafíos suscitados
y las respectivas alteraciones en los inven- por las políticas de reestructuración, las ElEs
tarios de recursos naturales o en el medio am- pueden enfrentarse con restricciones adicio-
biente. nales jamás impuestas a las EDs: el medio
ambiente como condición restrictiva a la prose-
La averiguación de la lista vigente de instru- cución del crecimiento económico. Aun ciñién-
mentos de política económica efectivamente dose a la visión ambientalista más consecuen-
puestos en práctica en las EDs corrobora lo te, o menos radical, del DS.
anteriormente aseverado. Revela la ausencia
de medidas de carácter macroeconómico di- El acatamiento sin crítica del DS o de variantes
rectamente subordinadas al DS. Probablemen- teóricas afines, por fuerza de inherentes y se-
te óptimas en cuanto prescripciones para ter- rias inconsistencias y óbices, dada su naturale-
ceros. Un extenso y reciente examen referente za esencialmente voluntarista, causa apren-
a las EDs que trata, específicamente, de los sión en cuanto al porvenir de las regiones
instrumentos de política económica existentes periféricas. El concepto de DS consiste todavía
y virtuales derivados de la llamada economía en una proposición meramente normativa.
ambiental, demuestra que los mismos se en- Nunca en marco teórico referencial por exce-
cuentran confinados al dominio de lo micro- lencia para la formulación de estrategias y po-
económico (Cropper y Oates, 1992). Ver, tam- líticas de desarrollo económico, como llegan a
bién, Field (1994). defender algunos entusiastas.

Lo que de hecho se observa, principalmente Al confrontarse la globalización de la economía


en el ámbito de la Unión Europea, es el uso con el DS resulta evidente que es cuestión de-
exclusivo de políticas sectoriales ambientalis- finitiva, indistintamente en las EDs y ElEs, cen-
tas apoyadas en los cuatro principios básicos trar la política económica en la prioridad
del DS: el principio de lo que contamina paga irrestricta de la primera. Ya que están en pauta
(polluter-pays principle), el principio de sujetar demandas más preocupantes que las inquietu-
el encargo al usuario (user-pays principle), el des de exclusivo cuño ambientalista. La crisis
principio de la precaución (precautionary contemporánea y consecuente reestructura-
principle) y el principio subsidiario (subsidiary ción de las economías señalan la compe-
principle) (Dommen, 1993). El primero es el titividad en escala mundial como cuestión vital.
más antiguo y fue recomendado por la Organi- A despecho del aserto de los ecologistas pro-
zación para la Cooperación y Desarrollo Eco- fundos, de que lo económico debe estar subor-
nómico (OCDE), en 1972 (OECD, 1992). Los dinado al medio ambiente. El margen de ma-
dos últimos son de adopción reciente, el terce- niobra para la implementación generalizada
ro data de 1987 (Cameron y Werksman, 1991) del DS es actualmente limitado, envolviendo
y el cuarto, precepto constitucional en Suiza y inversiones y costos sociales incalculables, so-
Alemania, fue indicado para su aplicación por bre todo para las ElEs. Desde la óptica políti-
el Tratado de Maastricht (Bothe, 1993). En re- co/social, el principal problema, exacerbado
lación al segundo, hay controversias en cuanto por la reestructuración, ha sido la destrucción
a la adecuación práctica y a la eficacia. En de empleos conviviendo con una situación de
vistas de esto, surgieron estudios buscando tasas elevadas de desempleo que, de manera
compatibilizar las políticas ambientales con las generalizada, afecta EDs y ElEs. En exposi-
de crecimiento económico en las EDs (Godard ción en el Senado Federal brasileño, en abril

92 eure

 
Globalización, desarrollo sustentable y desarrollo económico
José Marcelino Monteiro da Costa
 
 
de este año, lgnacy Sachs estimó en "30% el mente consideradas en eventos internaciona-
contingente de la población activa en el mundo les o aconsejadas por portavoces oficiales o
como desempleada o severamente subem- informales a servicio de las EDs- de que es
pleada". En relación al caso del Brasil, bajo prudente, frente a la incertidumbre, detener el
criterios de eficiencia y competitividad, inevita- crecimiento económico de las ElEs.
bles cambios tecnológicos y ajustes y reestruc-
turaciones fueron practicados, a partir de la
En contraposición a opiniones extremadamen-
década del 80, en diversos segmentos impor-
te optimistas difundidas en relación a la adop-
tantes del sistema fructífero, promoviendo in-
ción del DS en el planeamiento, inclusive por
crementos de productividad, aunque menor
constituirse en un nuevo acercamiento para su
disponibilidad de puestos de trabajo (BNDES,
delineamiento (Healey y Shaw, 1993) o, según
1994). El aumento del desempleo abierto y es-
Adams (1990), "del enverdecimiento (greening)
tructural fue substancial y territorialmente pro-
del desarrollo", es flagrante y quizás perniciosa
pagado. Amplió el número de áreas problemá-
la precipitación en una oportunista y acrítica
ticas y tornó exasperante las condiciones de
acogida del OS para fines de programación y
vida de las metrópolis.
de políticas de desarrollo regional. Dado que
se trata aún de mera declaración de intencio-
Queda realmente de manifiesto el corolario de nes en busca de una formulación teóricamente
que lo absolutamente insoportable, no sólo por concatenada. Las consecuencias más proba-
cuestiones éticas o estéticas pero también am- bles a derivarse de esa circunstancia pueden
bientales, es enfrentar la mantención de la po- ser la inocuidad y mayores estorbos a la conti-
breza aliada a la carencia de inversiones para nuación y profundización del proceso de acu-
suprimirla. Estudios realizados en la Princeton mulación de capital en las ElEs. Debido a las
University reconocieron que "la contaminación graves e insuperables inconsistencias analíti-
aumenta durante las primeras etapas del desa- cas y prácticas inherentes al DS.
rrollo de un país y entonces comienza a dismi-
nuir en la medida en que se obtienen recursos
Un aspecto relevante, dicho sea de paso, en el
adecuados para enfrentar los problemas de
DS es la negligencia con la cuestión eco-
contaminación" (Bradsher, 1991). Esto ocurre,
nómico/espacial. El DS se singulariza por con-
según Field (1994), porque "en niveles bajos
sideraciones temporales, dando énfasis a las
de renta las personas tienden a dar mayor im-
relaciones "intergeneracionales". Cuando, por
portancia al desarrollo en detrimento de la cali-
fortuna, admite aspectos espaciales se restrin-
dad ambiental, pero así que alcancen gran
ge al ámbito de lo global, pese a contener
riqueza ellas estarán propensas a dedicar
imbricaciones que envuelven todas las escalas
substanciales recursos para la mejoría de
territoriales. Desde lo mundial, pasando por lo
la calidad ambiental". Para eliminar, o mitigar, la
nacional, hasta lo regional y lo urbano. Cuando
pobreza no surgió fórmula alternativa al prosai-
se propone orientarse hacia lo regional proce-
co: inversiones productivas y en infraestructura
de, apenas, selectiva y puntualmente.
de largo plazo en conjunto con el uso adecua-
do de los instrumentos tradicionales de política
económica (fiscales, monetarios y cambia- Lo anteriormente aseverado no implica des-
bles). A no ser así, restará a las ElEs el esce- considerar el DS en su valor esencialmente
nario de, a remolque -congelado o desacelerado complementario para programas de desarrollo
el crecimiento-, cumplir el destino de perpe- territorial. En este sentido es posible identificar
tuarse en el atraso, profundizar la dependencia por lo menos cuatro importantes utilidades de-
y exponerse a todas las secuelas, inclusive rivadas: servir de referencia circunscripta en la
ambientales, que suelen advenir de ahí. Epílo- evaluación de impactos socioambientales po-
go, por su vez, poco alentador para el (nues- tencialmente desencadenados por proyectos
tro) "futuro común" de las periferias. de actividades directamente productivas y de
infraestructura económica, detectando la nece-
sidad de medidas e inversiones adicionales
Difícil de acatar, en vistas de las evidencias
compensatorias y de minimización de los efec-
cientrficas incompletas y provisorias que no
tos negativos y maximización de las externa-
sustentan varias de las preconizadas catástro-
lidades positivas; establecer directrices de
fes ambientales, son las sugerencias -apoya-
orientación a la elaboración de proyectos eco-
das en el principio de la precaución, invariable-
nómicos; particularizar áreas adecuadas o no

eure 93

 
Globalización, desarrollo sustentable y desarrollo económico
José Marcelino Monteiro da Costa
 
 
a la implantación de determinadas actividades Por fin, todo parece indicar que el DS vino
económicas (zonificación económica/ecoló- para suplir el vacío dejado por la Economía
gica); crear incentivos para proyectos ambien- del Desarrollo. Lamentablemente, atascado en
talmente recomendables como, por ejemplo, la sus inherentes contradicciones, nihil novi sub
silvicultura que, en consonancia con Kishor y sole. El substituto es teóricamente, sin dudas,
Constantino (1994), enfrenta dificultades para más frágil. Y, para la formulación de políticas
competir financieramente con formas alternati- de desarrollo, mucho más precario que el
vas de manejo de la tierra. original.

Notas

(1) El equivalente, guardando las debidas propor- ma económico, deriva de la combinación de ventajas
ciones, al término internacionalización del capital, técnicas y económicas. Es un grupo interrelacio-
hasta hace bien poco tiempo utilizado, cuando deno- nado de innovaciones técnicas, organizacionales y
taba traslación del capital productivo transnacional administrativas. Tales ventajas no se agotan en un
en dirección a las economías da industrialización nuevo grupo de productos y sistemas, pero se difun-
emergente. Sea, en un primer momento, atraído por den, principalmente, por toda la dinámica de la es-
la política de substitución de importaciones adopta- tructura de costes relativos de todos los posibles
da por economías cuyo mercado interno presentaba insumos.
potencial apreciable. Sea, con posterioridad, enca-
minado hacia las economías extrovertidas de los ti- (6) Existen varias colecciones recientes reuniendo
gres del Sudaste Asiático (Costa, 1986). contribuciones relacionadas con esa cuestión. Ver,
por ejemplo: Curbelo et alii. (1994); Cuadrado-Roura
(2) Complementando el panorama poco promisorio, et alii. (1994); Alburquerque el alii. (1990), Benko y
se registraron elevaciones en las tasas de interés Lipietz (1992), etc.
del mercado financiero internacional, la política
neoproteccionista seguida por las economías más (7) Para referencias accesorias a los recursos natu-
avanzadas de la OECD, la reversión de los términos rales hechas en la fase de evolución del pensamien-
de intercambio desfavorable a los exportadores de to económico anterior a los neoclásicos, principal-
productos primarios, el abrupto estancamiento en el mente por Malthus, Ricardo y John Stuart Mili, ver
ingreso líquido de capitales de riesgo y la declara- Kula (1992).
ción de insolvencia de México, en el llamado setiem-
bre negro de 1982 (Costa, 1987). (8) Es pertinente realzar la importancia de los traba-
jos de la reunión preparatoria de esa Conferencia
(3) La supervivencia de las empresas pasó a de- realizada en Founex, Suiza, en 1972 (UN/EPHE,
pender del desmantelamiento de la burocracia y de 1972), sin olvidar la Conferencia sobre la Biosfera
la busca de la "cantidad correcta de sinergia, flexibi- realizada en París, en 1968, que resultó, en 1971,
lidad de mercado y, sobre todo, velocidad" (Naisbitt, en el programa El Hombre y la Biosfera, de la
1994). UNESCO.

(4) En el complejo juego del comercio internacional (9) De esta Conferencia resultaron la Declaración
levántase la posibilidad de un hipotético acuerdo de sobre el Medio Ambiente Humano y la creación del
libra comercio de dimensiones transatlánticas, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
TAFTA, envolviendo Estados Unidos y UE. La estra- Ambiente y Desarrollo (PNUMA).
tagema de contrabalancear el gradual traslado del
centro del comercio mundial del Atlántico hacia el (10) Una visión general del debate puede ser en-
Pacífico enfrenta, entretanto, el hecho de que Asia y contrada principalmente en Meadows et alii. (1992) y
América Latina son los marcados con mayor poten- Kassiola (1990). En lo referente específicamente a
cial de dinamismo. análisis críticos de la tesis de los límites del creci-
miento ver, especialmente, Beckerman (1974) y
(5) De conformidad con Freeman y Pérez (1988), la Arndt (1978).
concepción del paradigma teconológico/económico
difiere da las ideas similares anticipadas por Kuhn, (11) Materia de The Economist, Empresas descu-
Dosi y otros autores. Se refiere a un mataparadigma bren cómo ganar dinero y salvar el mundo, reprodu-
-un estilo tecnológico dominante en que sentido co- cida en la Gazeta Mercantil, de 8.6.1995, divulgó un
mún y reglas pragmáticas afectan la economía por informe de la OCDE que evaluó en US$ 200.000
entero-, cuya poderosa influencia, a través del siste- millones, en 1990, el sector de la industria de des-
contaminación. La OCDE cree que el sector deberá

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expandirse para US$ 300.000 millones hasta el fin categoría; el desarrollo de los países pobres inevi-
de esta década. "La fuerza por tras de ese creci- tablemente desencadena nuevos problemas ambien-
miento es la reglamentación del gobierno resultante tales".
de la actuación de grupos de presión, cuyo finan-
ciamiento viene de firmas de descontaminación, (16) Según Sterner (1994): "Durante la última déca-
además del proveniente de los esfuerzos frenéticos da existieron algunos desarrollos importantes en lo
de los ambientalistas para recoger dinero a través concerniente a las interrelaciones entre economía y
de campañas apocalípticas". ecología. La más básica de ellas es que la economía
es un subsistema de un sistema ecológico que es
(12) El propio Sachs (1992), afirma que el concepto finito, complejo y posiblemente inestable. Lo que de-
de DS del Informe Brundtland incorpora sus ideas de berá provocar profundas implicaciones en el modo
ecodesarrollo: "El indisoluble nexo en dos direccio- de pensar de los economistas sobre el medio am-
nes entre desarrollo y medio ambiente y el resultan- biente, porque esto afecta el centro de las cuestio-
te concepto normativo del ecodesarrollo, más tarde nes del crecimiento económico, sustentabilidad y es-
redenominado como desarrollo sustentable, fue pri- cala óptima de la economía". Ver, también, Daly y
meramente discutido en Founex y en la Conferencia Cobb (1989) y algunas de las colaboraciones cons-
de Estocolmo, de 1972". tantes en Constanza (1991).

(13) Para Godt-Ciüsener y Sachs (1995) hay una (17) Sobre la lógica del desarrollo capitalista y del
pentadimensionalidad, dado que han considerado, desarrollo regional, ver Harvey (1989) y recientes
por adición, los vectores espacial y cultural. trabajos de De Mattos (1994; 1990).

(14) Martínez Alier (1992), entre otros, uno de los (18) En ese naipe hay tres ganadores del Premio
más férreos críticos del DS y, según él mismo, mili- Nobel de Economía.
tante del neonarodinismo (anárquico populismo), o
"ecologismo popular", una de las alas de la Econo- (19) "Podríase inclusive afirmar, con alguna mali-
mía Ecológica, entiende que "al analizar las relacio- cia, que el interés del Primer Mundo por la conserva-
nes entre pobreza, crecimiento económico y política ción de la selva (amazónica) [...] sumado a la reti-
ambiental [... ] la tesis del Informe Brundtland, que la cencia de esos países en reducir sus propias
pobreza será eliminada por el crecimiento económi- emisiones, responde mejor a un deseo de garantizar
co (y no por la redistribución a nivel mundial) [...] la capacidad de reticencia del ecosistema plane-
puede ser contraproducente, por razones ecoló- tario para soportar su estilo de desarrollo disipador
gicas"; en otros pasajes, el mismo autor afirma que: de recursos y altamente contaminante" (Guimaraes,
"las argumentaciones en base a la 'capacidad de 1993).
sustentación' y al 'desarrollo sustentable' son estre-
pitosamente ideológicas en su aplicación selectiva. (20) Para Nordhaus (1991), endosado por el Infor-
Son intentos de biologizar la desigualdad social; el me del BID/PNUD (1994), el costo estimado de evi-
DS es la palabra de orden de la nueva ecotecno- tar que una tonelada de CO2 sea emitida para la at-
cracia internacional, bien como la contribución más mósfera es de US$ 4 si se controla la deforestación
importante de la socialdemocracia europea y sus de la Amazonia, US$ 10 para una reducción de 10%
aliados al debate ecológico internacional"; etc., Rich de la emisiones de vehículos e industrias en los Es-
(1994) consideró el DS un "endoso del statu quo tados Unidos, US$ 30 para la reforestación de la
ante" y los resultados de la Río/92 irrelevantes o Amazonia y US$ 130 para una reducción de 50% de
peores. la emisión de CO2 de los Estados Unidos.

(15) Resultaron de esa Conferencia: la Agenda 21, (21) "Anchos espacios de selva sobrevivirán en el
la Convención del Clima, a Convención sobre Bio- próximo siglo solamente si las selvas pudieren ser
diversidad y la Declaración sobre Selvas. Lo que, manejadas en una base económica y ecológica-
según Zuckerman (1992), no amainó la inquietud en mente sustentable y haciendas, pastos y planta-
ciertos círculos dejada por la Conferencia en lo con- ciones se hagan más productivas. Agricultura y ac-
cerniente a cuestiones no resueltas: "intereses na- tividad forestal sustentadas que sean rentables
cionales conflictivos; diferencias en los problemas monetariamente serán cruciales para la superviven-
ambientales nacionales y globales; cuestiones de cia de substanciales extensiones de selvas en el
corto y de largo plazo no pertenecientes a la misma próximo siglo (Smith et alii, 1991).

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