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Informe final: Gira a Comunidad indígena Emberá, Parará-Purú.

Presenta: Eliseo De León 8-905-1577


Grupo: 1EF321

Los Emberá son un pueblo amerindio que habita algunas zonas del litoral pacífico y zonas
adyacentes de Colombia, el este de Panamá y el noroeste de Ecuador.
El Parque Nacional de Chagres está ubicado entre las provincias de Panamá y Colón, en la
República de Panamá. Situado en la parte más oriental del canal de Panamá, un dato importante,
ya que, el río Chagres y el río Gatún son dos ríos muy importantes que intervinieron en su
creación.
Los Emberá son originales de la selva de Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia. Allí es
donde reside la mayor parte de población de este grupo indígena. Allí viven en pequeños grupos
familiares dedicados a la pesca, la caza y la agricultura.
Los Emberá se instalaron allí entre las décadas de 1960 y 1970, y vivían de la pesca y la caza.
En 1985 el lago Alajuela, por el que navegamos, pasó a formar parte del Parque Nacional del
Chagres y las comunidades aquí establecidas se les cortaron dos de sus vías de subsistencia: la
caza y la agricultura. A cambio, el Gobierno Panameño les facilitó el acceso a la educación y la
medicina y nació un nuevo modo de vida y de sobrevivir: el turismo.

Se puede llegar allí por la carretera Transístmica, a la altura de la Cabima en Alcalde Díaz, para
luego tomar la vía hacia la derecha, que lo llevará al Puerto de Corotú; de allí, usted abordará una
piragua hasta la comunidad.
Son menos de 15 minutos para llegar a la comunidad donde se puede apreciar gran parte de la
flora y la fauna incrustadas en el majestuoso Parque Nacional Chagres.
Para facilitar el traslado de los turistas, los indígenas han adaptado motores fuera de borda a
canoas construidas por ellos mismos.
Posteriormente, continúa un recorrido terrestre de poco más de 5 minutos entre vegetación y
terrenos quebrados hasta llegar a una pequeña cascada, “Quebrada Bonita”.

Los Emberá han improvisado su propio centro de artesanías donde ofrecen accesorios y prendas
de vestir, platos hechos de fibra de membrillo, trabajos con tagua, así como tallados de maderas y
sombreros, a precios que oscilan entre $1, $80 y hasta $100.
Otras de las costumbres que predomina en este lugar es la pintura con la famosa "jagua". Con este
líquido de origen vegetal, que es extraído de la corteza de los árboles, se realizan tatuajes que
pueden durar en el cuerpo por espacio de 8 días.

Conclusiones:
Panamá es un país lleno de sorpresas inesperadas para el
visitante. Entre ellas se encuentra la posibilidad de visitar y
conocer de primera mano la forma de vida de varias etnias
indígenas repartidas por el país, como la que visitamos los
Emberá.
Fue una experiencia muy bonita ya que convivimos con las
personas de esa comunidad, nos mostraron sus danzas, un poco
de su historia, de cómo ellos llegaron allí, sus métodos de
conseguir los alimentos y la materia prima para elaborar sus
artesanías.
Ellos saben jugar futbol, algo que no me esperaba fue que
jugaran bien, fueron juegos muy divertidos con ellos.
Son una comunidad muy amigable, quizás sean así por el hecho
de que como practican el turismo para subsistir deben hacerlo,
pero aparte de eso pude sentir que ellos mismos son así por que
quieren las miradas entre los/as indígenas jóvenes, miradas muy
lindas llenas de curiosidad por nosotros, los adultos protectores
de los suyos y dispuestos a enseñar y compartir su cultura, los
consejos que nos daban para los tatuajes de jagua que nos
haríamos.
Fue algo único que estaría dispuesto volver a repetir si se me
diera la oportunidad y de conocer nuevos lugares aún más.

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