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La ausencia de necesidad de calificación del convenio como elemento distintivo del trámite notarial-

municipal frente al trámite judicial

En un proceso de separación convencional tramitado a nivel judicial, conforme lo dispone el artículo


579° del Código Procesal Civil Peruano, el juez tiene la posibilidad de desvincularse del contenido del
convenio propuesto, cuando no se asegure adecuadamente la obligación alimentaria y los deberes
inherentes a la patria potestad y derechos de los menores o incapaces. Esta potestad además de tener
su fundamento en la misma potestad jurisdiccional, que encierra por sí misma una función tuitiva, se
basa en que en buena cuenta, cuando se inicia un proceso judicial por separación convencional -a pesar
de que existe una tutela anticipada del convenio conforme al artículo 576 del Código Procesal Civil- no
hay aún nada resuelto en definitiva, pues el proceso de negociación al que hemos hecho referencia en la
primera parte de este comentario aún persiste y puede irse mejorando incluso hasta la audiencia única
donde puede ser aclarado, con la ayuda del juez y del Ministerio Público.

En cambio, en el procedimiento instaurado, esta posibilidad de no acoger el convenio no existe, en


primer lugar porque ya no hay convenio, pues toda ya esta resuelto. El Régimen Patrimonial no debe ser
liquidado ni debe regularse el régimen de la patria potestad pues su contenido concreto: tenencia,
régimen de visitas y alimentos debe encontrarse previamente regulado sea mediante sentencia firme o
acta de conciliación extrajudicial.

La Reconciliación de los cónyuges posteriores a la separación convencional.

El artículo 346 del Código Civil, señala que cesan los efectos de la separación por la reconciliación de los
cónyuges. Si la reconciliación se produce durante el juicio, el juez manda cortar el proceso. Si ocurriere
después de la sentencia ejecutoriada, los cónyuges lo harán presente al juez dentro del mismo proceso.
Tanto la sentencia como la reconciliación producida después de ella se inscriben en el registro personal.
Sobre el particular, creemos que aunque la norma bajo comentario ha guardado silencio, es pertinente
su aplicación por parte de los notarios y alcaldes cuando se produzcan estas reconciliaciones,
procediendo a emitir una nueva resolución de alcaldía o acta notarial declarándola e inscribirla en el
registro personal.

conclusiones

luego de lo desarrollado podemos llegar a las siguiente conclusiones

la primera de ellas es la creacion de una opción legislativa de desjudicialización de los procesos de


separación convencional y representa el último esfuerzo por la simplificación del proceso de divorcio.sin
embargo, pensamos que en su configuración dadas las facilidades preexistentes en el proceso judicial, no
aporta una diferencia relevante en términos de celeridad y prontitud, pues a diferencia de la vía judicial
donde se propone una propuesta de convenio sujeta al control y calificación de un tercero imparcial
(Juez) con la participación del guardián de la legalidad (Ministerio Público), supone el arribo previo de
acuerdos finales dejando únicamente pendiente de resolver la declaración de separación y divorcio
ulterior, decisiones que implican tiempo y costo económico.

la segunda conclusion es, el hecho de que se haga silencio sobre la competencia de las notarias y
municipios de la jurisdicción del último domicilio de los solicitantes pone en sería duda la disminución de
costos de tramitación, pues muchas veces los solicitantes no estarán viviendo en el lugar de celebración
del matrimonio ni en el del último domicilio conyugal. lo cual traeria un costo economico adicional, y lo
que se busca con este mecanismo es reducir no solo el tiempo sino los costos que implicaria un divorcio
por via judicial.

la tercera conclusion es, la preocupacion que el procedimiento encierre serias divergencias con el
tratamiento legal de la separación convencional a nivel judicial, como si respondiera a un sistema de
divorcio del que no forma parte.

Por último, la existencia de libertades para el establecimiento de tarifas en las tasas entre las
municipalidades y notarias, y el establecimiento de requisitos que enfatizamos no podran ser cumplidos
por todos los municipios del país, nos colocan frente a un divorcio a la carta, a la medida del bolsillo de
los solicitantes, que no resolverá el problema de las personas que encontrándose separadas de hecho y
con la voluntad de disolver su vínculo matrimonial no lo pueden hacer por falta de recursos económicos.

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