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PRIMERA CONFERENCIA HISTOftIC0-6E88RAfICA


SOBRE LAS NEGOCIACIONES OIPLOMHICAS

ENTRE EL PERU y CHILE DE 1887 A \894

Dada en la Sociedad Geográfica la noche


del 21 de enero de 1905

POR

Carlos' Wtesse
Antiguo Oficial :\layor de Relaciones Exteriores,
Dr. en Ciencias políticas, Miembro de la Sociedad Geográfica,
Asociadú dclInstituto de Derecho Internacional.

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PRIMERA COllfEREICIl HtSTORICo-eE06RAFICl


SOBRE LAS NEGOCIACIONES OIPLOMATICAS

ENTRE EL PERU y CHILE DE 1887 A 1894

Dada en la Sociedad Geográfica la noche


del 21 de enero de 1905

POR

(arIos' wtesse
Antiguo Oficial :\layor de Relaciones Exteriores,
Dr, en Ciencias Políticas, Miembro de la SOL-iedadGeográfica
Asociado ddlnstituto de Derecho Internacional.

••
LI~.A

.toll'. TIP. -LÁkTIOA, 425

1917
SUMARIO

Pág.

INTRODUCCIÓN o •••••••••••••••••••••••• 5

I-LA SOLUCIÓNPORDINERo-Intervención in-


glesa - Primera intervención francesa de M.
de Bacourt-Misión Matte-Contrato Gra-
ce-Reehazo de la oferta chilena para elevar
el precio del rescate-Protocolo Errázuriz-
Bacourt-Conclusión 7
II-LA LABORDEL MINISTRO ELMORE-La Jun-
Junta Consultiva Especial-Acopio de ante-
cedentes internacionales-Un folleto i1ttevo. 27
III-LAS NEGOCIACIONES DELMI;;¡ISTRO
LARRA-
DUREY UNANUE.-Conferencia con el agente
diplomático chileno-Misión Wiesse 32
IV-REANUDACIÓNDE LAS CONFERENCIAS CON
EL MINISTROCHACALTANA-LasJuntas Con-
sultivas del doctor Chacaltana-Ctlcstiona-
rio que absolvieron-Reflexiones sobre las
Pálo\'.

respuestas-- Primera eonferenda con el Mi-


nistro ch!le~?-Las instrucciones y la plu-
ma que SlrvlOpara firmadas 39

V-EL MEMORÁNDUM JDIÉxico-SituacióI1 po-


lítica durante el ~lillisterio ]iménez-El hi-
jo de la señora de Rodolfus-EI Presidente
Morales BermÍtdez-Primeras conferencias
Jiméncz-Vial Solar-)'1cmorámdum Jiméni-
co-Actitud a~resiva del Senado peruano-
Defensa del lv1inistro-Dictamen de la Comi-
sión Diplomática del Senado-Rechazo por
Chile del :\lemorál1dum 46
VI-PROTOCOLO JIMÉ:mz-VIAL SOLAR-De nue-
vo a la carga-Descripción geográfica de la
provincia de Arica: la quebrada de Vítor-
Descripcióngeográfica de Tacna: la quebrada
de Chero-Los aborígenos de Arica-Nego-
ciaciones diplomáticas de Diciembre a Enero
de 1893-Falsa teoría constitucional del se-
ñor D. A. de la T. G.-Conclusión 59
LA COKFERENCIA HISTÓRICA DEL DOCTOI{ CAR-
LOS \VIESSE 73

ApÉNDICE.-Rectificaci6n de Acusaciones fal-


sas de un crítico c~tluml1iador 81
ANUNCIO FIXAL ..........................•.•........•.•.•...... 113

-4-
INTRODUCCIO~

SE5iORES:

Defiriendo a sugestiones de antiguos y buenos


amigos, os he invitado para referiros ordenada
y metódicamente los acontecimientos diplomáti-
cos relacionados con el asunto de Tacna y Arica,
desde 1887 hasta 1894, en algunos de los cuales
fuí actor secundario, en mi calidad de Oficial Ma-
yor de Relaciones Exteriores, que ilwcstí entre
1888 yel referIdo año de 1894, y en la de Agente
Confidencial del Perú en Chile, por algunos meses,
el año de 1892.
Hay ocasiones en que se impone a la concien-
cia del ciudadano, la obligación de contribuir a
que la opinión pública se forme concepto cabal de
los problemas quc interesan al país entero.

-5-
Ninguna forma más apropiada para conseguir
ese objeto, q' la del recuerdo de los hechos pasados,
vistos sin otro interés ni pasión que los que inspi-
ran las cosas de la patria; ninguna tampoco, más
exenta del peligro de las generalizaciones aventu-
radas y de los juicios preconcebidos en la crítica de
los hombres y de las cosas, que necesariamente a-
compaña a la exposición histórica.
Esta es la razÓn de haber recurrido a la ayu-
da de mi memoria y al almacén de mi experien-
cia, para venir ante vosotros, hoy que el asunto
de Tacna y Arica reac1quiercun carácter de actuali-
dad que no tm'o a partir de 1900.
Desde ahora, suplico a las personas cuyos
nombres vaya citar enel curso de esta conferencia,
que no vean en mis críticas propósito de menosca-
bar su reputación de hombres políticos, ni deseo
de herir su sensibilidad; y retiro toda expresión que
pudiera desagradarles. Hago crítica objetiva, y
no subjetiva: aprecio eldesarrollo de los hechos, no
el proceso del sentimiento indiddual.
Con estas explicaciones y salvedades, entro en
materia._

-6-
1

La solución por dinero

Interycncíón inglesa-Primera intervenci6n francesa de:\1. de


Bacoun-\1 ísicín :\Iatte-Contrat') Grace-Rechazo de la
oferta chilena para elevar el precio del rescate-Protocolo
Errázu riz-Bacou rt -C one!usión.

Las primeras propuestas para resolver la cues-


tión de Tacna y Arica, fuera de los términos del
tratado de Ancón, emanaron de la Cancillería chi-
lena, con motivo de las reclamaciones que los
acreedores externos del Perú tenían formuladas
con el propósito de cancelar sus créditos sustenta-
dos con la garantía del guano.
El 23 de marzo de 1886 el comité de los tene-
dores de bonos de 1870 y 1872, cuyo capital no-
minalerarle33 milIonesde libras esterlinas aproxi-
madamente, y la casa Dreyfus hermanos y C" de

-7-
París, con el de 4,200.000 más o menos, se pusie-
ron dc acuerdo para solicitar la protección de sus
respectivos gohiernos. Esto provocó numerosas
gestiones y protestas de parte de Chile. El Gobier-
no de S. 1\1. B. rehusó por otros moti\'os, unirse
al de Francia, y el convenio firmado entre 108 refe-
ridos acreedores quedó sin efecto.
Entonces los tenedores de bonos se decidieron
a ponerse de acuerdo previamente con el Gobier.
no peruano. Como consecuencia, se firmó el conve-
nio del 26 de mayo de lR87 entre el doctor Araní-
bar, comisario «ad hoc» del Perú y los señores Ty-
ler, Ollard y Grace, representantes de los tenedo-
res.
Algunas cláusulas de ese cOt1\'enio,y principal-
mente la 19'-', originaron de parte de Chile viva opo-
sión, fundada en que se pretendía por ellas exi,!.,>Í.r
de ese país el cumplimiento dc obligaciones más
extensas que las contenidas en el tratado de An-
cón. Esta oposición fué acogida favorablemente
por el gabinete de Lima y el convenio quedó en
suspenso.
Como consecuencia de la suspensión, el Gobier-
nadeS. M. B. intervino en Santiago, para queChi-
le se explicase respecto de sus objeciones. La res-
puesta de Chile se consignó en el protocolo Matte-
Fraser del 28 de diciembre de 1887, y no contenía
nada de extraordinario para el Perú, obligado a
respetar el tratado de Anc6n, C01110 si hubiese sido
libremente celebrado y no bajo el imperio de la
fuerza, como 10 fué efectivamente.
Pero al mismo tiempo, Chile trasmiti6 al Go-
bierno de S. ),1., para que éste la comunicase a los
tenedores de bonos, una serie de proposiciones, en-
',
- 8 -
tre las cuales figuraba la de la cesión de Tacna y
Anca a la referida república, mediante una suma
que pasaría a poder de los referidos tenedores por
intermedio del Perú en cancc!aciÓn de sus crédi-
tos.
Lord Salisbury, en telcgra¡na que Sir Charles
E' Nlansfield trascribió al doctor Alzamora, .Mi-
nistro de Relaciones Exteriores del Perú, en nombre
del Gobierno <lcS. :\1. B., por nota de 27 de juniode
1888, anunció el rechazo de la propuesta chilena
en los términos siguientes:
"He informado al Gobierno chileno que no
puedo somcter sus proposiciones a los tenedo-
res, hasta que se retire el impedimento de una
cesión territorial de parte del Gobierno perua-
no."
"Informe usted al gobierno peruano yasegúre-
le que nada que lo nfecte se hará sin su conocimien-
to y consentimiento".
Como el doctor Alzamora era un ministro
suspicaz, si los huho, pidió, que lord Salisbury
dijera en qué consistía esa cesión territorial; y
Sir Charles E. Mansfield, en nota rle 4 rle julio de
lS8R, transcribir) un nuevo cahlegrama rle Lon-
dres, recibido la noche anterior, y que decía:
"La propuesta chilena estipula la adquisición
por Chile de Tacna y Arica".
El doctor Alzal110ra entonces, calmada su pa-
triótica suspicacia, contestó a Sir Charles E .
.Manstielcl:
"Mi gobierno (el del general Cáceres) agrade-
ce debidamente, señor :\linistro, la nueva nota que
USo le ha dirigido. y efectivamente confía en el Go-
bierno hritánico, que acaba de dar una tan alta

-9-
prueba de rectitud que no sancionará ningún arre-
glo que pudiera directa o indirectamente afectar
los derechos del Perú, sin el libre consentimiento
de, éste."

***
En Agosto de 1888, el Gobierno chileno se diri.
gió á su ministro en Lima para que propusiese a
la Cancillería peruana con el objeto de que ésta
cancelase su deuda externa inglesa y francesa, en-
tregarle el dep6sito de Londres, proveniente del
50 por ciento del producto del guano de Tarapacá
que se reservó para los acreedores del Perú, por
decreto de 9 de Febrero de 1882, incorporado en
el Tratado de Ancón, y el equivalente en moneda
de oro de 10 que quedaba de los diez millones de
pesos que Chile debía abonar en cambio de la ad-
quisición definitiva de Tacna y Arica, bajo la con-
dición de que el territorio de esas provincias fue-
se anexado inmediatamente a la República de Chi-
le. Prometía además abandonar los depósitos de
guano de Tarapacá.
De documentos diplomáticos publicados en la
memoria de Relaciones Exteriores de Chile del año
1892 aparece que la Cancillería peruana no se ma-
nifestó dispuesta a discutir las propuestas chile-
nas.
Una petici6n del Gobierno francés a la Canci·
Ilería chilena del 6 de marzo de 1889, contenida en
nota de M. de Bacourt, entonces ministro de aquel
gobierno en Santiago, provocó la renovación de
las propuestas de venta de Tacna y Arica en for-
ma más oficial.

- 10-
En dicha nota, M. de Bacourt solicitaba de la
equidad del Gobierno de Chile: que 10 que este país,
en varias ocasiones, según el mismo M. de Ba-
court, había declarado estar dispuesto a devolver
al Perú, "es dedir, los diez mi1loncs de pesos de
los territorios de Tacna y Ariea, el depósito en el
Banco de Londres, la parte de Chile sobre los gua-
nos", en una palabra, 10 que el Gobierno chileno
hahía ofrecido al Perú para ayudado a extinguir
su deuda externa y de 10 cual el Perú no había dis-
puesto, se aplicase desde luego a los acreedores
franceses del PerCty fuese considerado como adqui-
rido por ellos.
En nota de 10 de abril de 1889, el Ministro de
Relaciones Exteriores de Chile contestó a M. de
Bacourt, que no podía estimarse que el Perú tuvie-
se derecho o propiedad adquirida a los 10 mi1lones
de pesos de Tacna y Arica, «inter alia», desde que
ni aún se ha hía manifestado juicio definiti-
vo al respecto, y que comunicaría confidencial-
mente la petición francesa a la Cancillería de Lima,
en demanda del concepto que del asunto se hubie-
se formado.

***
Pocos días después, el Gobierno de Chile envió
a Lima con el carácter de Agente Confidencial al
señor don Augusto Matte, premuniclo de instruc-
ciones para formular las siguientes propuestas, co-
mo «máximum» de 10 que Chile podía ofrecer:
1<1_Pago inmediato por Chile al Perú de la su-
ma de los rliez mi1lones estipulados por la cesión de
Tacna y Arica, y de un millón de libras esterlinas
más;

-11-
2Q-Devolución del prorlucto de la venta del
guano que Chile había percibido y entrega en 10
sucesivo del producto total de las guaneras en ex-
plotaci(¡n;
3"-El Perú otorgaría a todos sus acreeclores
la totalidao o una parte de esas concesiones según
su interés;
4Q-Ccsión inmediata a Chile por el Perú de
los territorios de Tacna y Arica, y renuncia de los
acreedores del Perú a toda pretensión respecto de
Chile.
Las cuestiones de distribuciones de estos valo-
res se decidirían por arbitraje, sin ninguna respon-
sabilidad para el Perú.
En caso de no scr aceptado el plan que antece-
de, el señor ~lattc estaba autorizado para ofn'cer
la devoluciÓn del producto del guano percibido por
Chile y la de las guaneras en explotací(¡n. y un
préstamo al Perú hasta de dos millones de libras
esterlinas al 6 por ciento de interés con hipoteca
de los territorios de Tacna y Arica, reemholsable
en el plazo que faltaba para la realización del ple-
hiscito.
Es dc deplorar que el señor Irigoycn. Ministro
del General Cáceres, y su antecesor el señor Alza-
mora, no dejaran constancia en al¡,..'Unapublica-
ción oficial o siquiera en los archivos de la Canci-
llería, de la perentoria negativa que dieron a las
propuestas chilenas. De ellas sólo hay rastro en
las memorias del ),Iinistro de Relaciones Exterio-
res de Chile que hc tomado como fuentes de infor-
maci(¡n.

- 12 -
Con estos antecedentes resultó aprobado en
Octubre <le1889 el contrato modificado Aspillaga-
Donoughmore, llamado contrato Grace en Lon-
dres, del nombre de su inventor, para la cancela-
ción de la ocmIa externa del Perú, proveniente de
los cmpréstitos de 1869, 1870 Y 1872; Y se pactó
el protocolo Blías-Ca5lellón dc 8 de enero de 1890,
en que Chile entregó para los mismos acreedores y
otros más, toclo el producto del guano que había
percibido desde 1H82, Y todo el guano todavía
existente en las covacleras de Tarapacá, despren-
diéndose así <lela cosa dada especialmente en ga-
rantía por el Perú a sus acreedores antes de 1879,
y de que Chile se había apoderado a título de con-
quistador o de botín dc guerra.
!'\:o él brigo la pretensión de criticar la polí-
tica del gobierno del General Cáceres y de mi
inmediato jefe el señor lrigoyen, el año de 1890.
Entonces yo creía en la liquidación final de las
deudas del Perú, una vez que Chile había de-
vuelto todo lo que se le podía hacer devolver
por la da diplomática, debía llamarse a los acree-
dorés legítimos del Perú, sin distinción' de naciona-
lidades, pam hacer un prorrateo equitativo y final
de los valores recuperados. Más tarde mi concepto
se modificó, porque supe que el más importante de
los llamados acreedores franceses, no quería en-
trar en la participación de un negocio que to-
da'da lo enclavase en él Perú,ohligándolo á cui-
dar de nuestro propio crédito como si fucra el
suyo. Ese acrc;;dor quería dinero en mano y sin
. reducción de su capital nominal, y en la repar-
tición entre acreedores, pretendía la parte del
león. Entre gentes que se alejan para siempre

~ 13 -
de la tierra mía, y los ginoveses, que dejan en
ella el residuo siquiera de la plata que nos pres-
tan a todo riesgo, prefiero a los segundos.

***
Ajustado el protocolo de 1890, Francia in-
sistió por medio de su representante en Santia-
go, el cual aguardaba de la equidad tradicional
del Gobierno de Chile, h celebración de un arre-
glo análogo al contenido en el protocolo de 8
de enero, por medio del cual sería también ha-
cedera para el Perú, la cancelaciÓn de los crédi-
tos de sus acreedores franceses, y para Chile la
desaparición absoluta de toda gestión motivada
por esos mismos acreedores.
La idea fué comunicada en nota confidencial
y reservada del 12 dc Abril de 1890 del Minis-
tro de Relaciones Exteriore!5 de Chile al señor
D. Venicio Alamos González, agente diplomáti-
co chileno en Lima, con la propuesta siguiente,
que copio de esa nota confidencial y reservada
publicada en Chile y el Perú pocos años des-
pués:
«El Departamento, sin avanzar opinión de
ninguna especie sobre la procedencia de los cré-
ditos mencionados y guiado únicamente dd pro-
pósito de desembarazar á un país vecino y a-
migo de las dificultades fj.nancieras que hoy en
día entraban su progreso, considera que es po-
sible elevar en 4 millones de pesos plata la in-
demnización que, según el artículo 3':>del trata-
do de 20 de octubre de 1883, habrá el Perú de
recibir de Chile siempre que a nuestro dominio
y soberanía quede definitivamente incorporado

- 14
el territorio de Tacna y Arica, con el objeto de
que el Gobierno del Perú disponga de esta su-
ma, como lo crea conveniente, en la solución del
negocio, al que se ha referido el señor Ministro de
Francia.
«US. pondrá este pensamiento, de una mane-
ra confidencial, en conocimiento del jefe de esa
Cancillería,!, cuidará de indicarle que median-
te su realizaciÓn, podrían quedar inmediatamen-
te cancelados los créditos que los franceses sus-
tentan contra e! Gobierno del Perú, pasando a
Chile desde luego el dominio y la soberanía de
los territorios indicados»
Comunicada la propuesta chilena, en forma
confidencial, por el señor Alamos González al se-
ñor Irigoyen, dando a éste copia de la nota que
la contenía, el señor Irigoyen la rechazó, según
consta del oficio de 1Q de Mayo de ] 890, pasa-
do al señor don Carlos M. Elías, Ministro Ple-
nipotenciario del Perú en Chile, cuya parte final
dice:
«Con esto doy por t~rminada la nueva tentati.
va de Chile para que el Perú le ceda definitivamente
los territorios de Tacna y Arica; y así no siendo
conveniente que por parte nuestra se fomente la
menor discusión al respecto, USo 110 hará uso del
contenirio de esta nota, sino en el caso de que ese
Gobierno volviese a promover esta cuestion tan
desagradable y enojosa para el Perú, como poco a-
mistosa por parte de Chile».
El señor Elías tan interesado como el señor Iri-
goyen en el servicio de! país y vigilante, como nin-
1-,'11no
en el puesto encomendado a su vcrsación y

- 15-
competencia en asuntos diplomáticos, vol.vióa es-
cribir al señor Irigoyen, con fecha 10 de junio de
1890, 10 siguiente:
«80bre el punto que se refiere a Tacna y Arica,
del que trató a USo confidencialmente el señor Ma-
tte en esa capital, también se me ha insinuado al-
go en términos amistosos y confidenciales .por
S. E. el Presidente de la República, y por el Minis-
tro de Relaciones Exteriores, y mc he apresurado
a mnnifestar, de acuerdo con las instrucciones de
US., que el Pcrú deseaba dar estricto cumplimien-
to al tratado de paz, sin adelantar el plazo seña-
lado en él para el plebiscito que deberá decidir de
la sucrte de esos pueblos.
«No se desperdicia ocasión, sin embargo, de
demostrar cuánto es el interés que tiene el actual
Gobierno por anticipar la soluciÓn de este delicado
asunto en sentido favorable a Chile, a pesar de
que no puede ponerse en duda que se hiere ellegí-
timo sentimiento patriótico del Perú.
«Es general en este país el deseo de conservar
esos territorios; pero no falta gente sensata que
ve con temor estos proyectos de expansión territo-
rial, sin objeto para el progreso y seguridad de
Chile, que tiende a alejar la 'Sincera reconciliación
con el Perú y que están llamados a causar alarma
profunda y justificada en América.
«Ultimamente, con motivo del arreglo a que se
refiere el protocolo del R de enero, y de las reclama-
ciones que, al efecto, entabló la LegaciÓn francesa
ante esta Cancillería, se ha promovido oficialmen-
te, aunque en forma reservada, esta misma cues-
tión de Tacna y Arica, encargándose'al represen-
tante de Chile en Lima, que manifestase al Gobier-

- 16-
no del Perú, que si estuviese dispuesto a consentir
en la inmediata cesi6n de' esas provincias, el de
Chile no tendría inconveniente para pagar cua-
tro millones más de lo estipulado en el tratado de
de Ancón,»

***
Algo se habría conversado en París entre el
Ministro chileno y el de Negocios Extranjeros de
Prancia, que yo no he podido todavía descubrir;
pero lo·cierto es que un buen día recibimos avisos
demasiado alarmantes del señor don Carlos Canda.
mo, entonces representante del Perú en aquella re-
pública; junto con el del envío de M. Harmand, en
misión especial a Chile, para reclamar el cumpli-
miento de ciertas promesas en favor de los acree-
dores franceses ..
Entonces tenía yo entre mis muchos amigos
del Cuerpo Diplomático, a M, Bailly, Encargado
de Negocios de Francia.
A Bailly le presenté mis quejas de tacneño y
aríqueño, que, como el alsaciano y lorenés de la
asamblea de Burdeos, estaba unánjme con mis
conterráneos que permanecían en sus hogares, con
los soldados enrolados bajo la bandera; unos vo-
tando, los otros prestos a combatir, en demostrar
á Chile, la inconmovible voluntad de permanecer
peruanos.
Bailly me aseguró y obtuvo un cablegrama de
su Gobierno para decirme que la iniciativa de la
oferta partía de Chile, el mismo que comunicó a
mi jefe jerárquico en el Ministerio.
Con todo, lVLHarmand llegó a Chile; pero se
encontró con el refuerzo, enviado por el señor EI-

- 17-
more al señor Elías, de.1señor Miró Quesada. Era
Presidente de Chile Balmaceda y :\1inistro de Re-
laciones Exteriores don Domingo Godoy, aquel
que capturamos en el Callao, como contrabando
de guerra, cuando se dirigía en misión p(lbliea a
Colombia y confinamos en Tarma hasta que [ué
canjeado con uno de nuestro jefes prisioneros de
las campañas de Tarapacá y Tacna.
La misiÓn de M. Harmand, resultó la demos-
tración más elemental de la falta de experiencia de
ciertos diplomáticos, y principalmente de lbs fran-
ceses é ingleses de carrera, de hace quince años, so-
bre las condiciones de los países sud-americanos
en genentl, y los de la costa del Pacífico y del Mar
Caribe, en particular.
IV1.Harman(l, tomando la sombra de una ofer-
ta por la. realidad, o engañado por las dulces pa-
labras de los diplomáticos chilenos, llcg-óa San-
tiago, como a la capital del reino de Annam o de
Cambodia, alta la mirada, ceñudo el gesto, el ga-
rrote en la mano, a reclamar que Chile entregase
a Francia, para los acreedores de su nadonalidad,
la suma de 56.000,000 de francos, redu~ción a mo-
neda de oro, al cambio del día, del rescate de Tac-
na y Arica y de la cantidad suplementaria ofrecida
por el :\'Iinistro Mackenna.
y entonces se 'lió una de las más notahles
cuanto indiscretas muestras de la diplomacia n-
raucana, que voy a resumir en pocas palahras.
-Señor Ministro, dijo ,M. Harmand, al señor
Godoy, vengo a que me entregue V. E., los 56.000.
000 de francos prometidos por Tacna y Arica.
-:\-1. Harmand, contestó Godoy, Chile no ha
prometido a Francia más que ofrecer al Gohierno

- 18-
peruano que acepte una compensación en dinero,
en cambio de la cesi6ndefinitiva de Tacna y Anca,
según la nota del señor Mackenna, de112 de Abril
de 1890. U. S. ha equivo¡;-adola puerta: vaya a
Lima y consiga del Perú quc defiera a nuestra
propuesta y que gire a favor de Francia el cheque
que entonces estaríamos dispuestos a pagar.
-y si yo, observÓ M. Harmnnd, enseñara a
V. E. el texto de las Órdenes comunicadas al jefe
de la escuadrilla francesa en las costas del Pacifico
Occidental, ¿que diría V. E.?
-y si yo, contestó el señor Godoy, tomara a
U. S. por el cuello de la levita y 10 condujera has-
ta la escalera de entrada a estos departamentos y
allí en lo alto ayudara a S. S. a descender·esa es-
calera mediante la acción enérgica de la punta de
mi hota, ¿qué diría S. S.?
Esto me 10 refirió un amigo, abogado chileno
que hará pronto gran papel en el foro y en la po-
lítica de su país ..
La noche de aquel día, según el mismo infor-
mante, el Presidente Balmaceda, menos araueano
que Godoy, expreso a éste su disgusto en lenguaje
un tanto crudo y satisfizo personalmente a M.
lIarmand, quien a los pocos días abandonó San-
.tiago de Chile, renegando de la falsía de sus hom-
bres dirigentes.
El señor lVliróQuesada, por su parte, regresó
al Perú contento por el éxito de su campaña; pero
con una copia de la última nota del señor Godoy a
:\1. Harmand, en que aquel dccía que la oferta de
comprar Taena y Arica no quedaba revocada sino

- 19-
vigente para cuando el Perú quisiera aceptada y
aplicar el precio de laventa a sus acreedores fran-
ceses.

*
* *
La situaciÓn política de Chile hizo innecesario
el mantenimiento de la Legación peruana enco-
mendada al señor Elías, desde que, habiéndose su-
blevado la c~cuadra a órdenes del capitán de navío
Montt el 7 de enero de 1891, se constituyeron dos
gobiemos, el de Balmaceda en Santiago, y el de la
Junta de gobierno en Iquique, que se disputaron el
pn:dominio de las armas; en consecuencia, el señor
Elías regresÓ a Lima. La revolución triunfó en la
Placilla el 2R de agosto del mismo año; y apenas
elegido presidente de Chile el señor Montt, el Go-
bierno del PerÚ acreditó como Ministro Plenipo-
tenciario al doctor don :\lanpel María Rivas, quien
presentó sus credenciales el 8 de abril de 1892.
Aquejado por penosa enfermedad, el señor Ri-
vas murió en Santiago el 27 de julio, cuatro meses
después de su llegada.

** *
~1ientras tan to, había regresado a Chile el ver-
dadero diplomático y conocedor del paísdonclc iba
a actuar de nuevo, IIamado 1\1. de Bacot1rt. Este
caballero, después de muchas idas y venidas a la
Moneda, llegó a conseguir 10 mismo que el señor
Godoy hahía dicho al despedir a M. Harmand, en
los términos protocolarios y eufónicos en que está

- 20-
redactado el artículo quinto del tantas veces men·
tado protocolo Bacourt-Errázunz del 23 de julio
de 1892.

Dicho artículo 5'>dice:


"Reasumieml0 las negociaciones seguidas en-
tre las cancillerías de Francia y de Chile desde el
año de 1888, el Gohierno de Chile cede definitiva-
mente a favor de los acreedores franceses del Perú,
cuyos títulos hubieran obtenido un fallo favorable
del árbitro indicado en el artículo precedente y has-
ta la concurrencia de las sumas que dicho tribunal
reconozca, lo que sigue:
" A- El 20 por ciento de todo el prod ueto de la
venta del guano que Chile ha percibido desde el 9
de febrero de 1882 hasta el 9 de enero de 1890; y
reitera las ofertas hechas al Gobierno de Francia
en diversas ocasiones, esto es, en 1888, en 1889
(misión confidencial a Lima) yen 1890 (nota re-
servada de 12 de abril) al efecto de que siempre,
con el propósito de facilitar a un país vecino y
amigo el arreglo de sus dificultades financieras, po-
dría elevar en 4 millones de pesos plata la indem-
nización que, según el artículo 3<:> del tratado de
Octubre de 188::~,habría el Perú de recibir de Chile,
dado el ~aso que queden definitivamente incorpo-
rados al dominio .r soberanía chilena los territo-
rios de Tacna y Arica."
Hasta ahora no he llegado a explicarme en
qué esta cláusula atacaba la dignidad del Perú co-
mo nación soberana, y de qué manera comprome-
tía ilegítima mente sus intereses.
¿Quién podría impedir a Chile ofrecer, donar o
regalar a Francia cuatro millones más de los diez

- 21-
3
estipulados en el tratado de Ancón, cuando Tacna
y Arica fuesen suyos?
¿ Acaso con esa oferta Chile disponía de lo aje~
no?
, Juan tiene un pleito con Pedro sobre la propie-
dad de una finca, y, queriendo ganarla inmediata-
mente, ll~ma a Diego y ofrece a éste que. si con-
vence a Pedro de que desista de sa oposición, le
regalara mil soles, además de lo <¡tiC le tocará re-
cibir a dicho Pedro. A nadie se le puede ocurrir
que Juan comete un acto ilícito y ofensiyo a la dig-
nidad de Pedro.
Siguierído esta lÓglea, Chile ha podido ofrecer
a la Francia desde ahora y con destino a X, Y ()
Z hasta los diez millones del rescate que tendrá
que recibir del Perú y cuatro millones más de sus
propios dineros. Inimaginable era que hubiese
gente que se opusiera a que Chile dispusiese de su
fortuna como le pareciera eonvenierrte.
Lo que Chile no puede hacer es poner en ma-
nos de la Francia los diez millones que dehe pagar
al Perú, sin el consentimiento de éste, pues eso sí
sería disponer de lo ajeno. Y si Chile lo hace o ha
prometido hacerlo,-que eso no está en el proto-
colo Bacourt-Errázuriz-quiere decir que desem-
bolsará el dinero; pero que no legitimará su
pretensión de anexarse Tacna y ArÍCa; que con-
tinuará allí, como lo está hoy, a título de usurpa-
dor.
Pero nuestra diplomacia, con la ingenuidall y
candorosidad que le son características, en lugar
de capear el temporal, puso proa al viento y pro-
testó contra el 'protocolo en nota del17 de Agosto

- 22-
de 1892, euyos términos grandilocuente!t figuran
ya como modelo de estilo en la antología de las
cancillerías lusitanas.
"Esa aetitud del Gobierno de V. B., se lee al
final de dicha nota, sienta un precedente funesto
en la histOl;a cIelas repúblicas hispano-america-
nas, que con harta frecuencia han tenido que pro-
testar contra las arbitrariedades y desvaríos de la
fuerza ostentada por naciones mucho más podero-
sas.
"Entiendo, señor Ministro, que está en las al-
tas cOt1\'enienciaspropias de estas nacionalidades
relatÍ\'amente débiles, dar ejemplo de respeto al
derccho ajeno, Única manera de llegar a alcanzar-
lo para el propio derecho en los conflictos que
crean las ambiciones y los errores de los Estados
más fuertcs."
"Deploro que el Gobierno cIe Chile, cuya tra-
dicional sensate;>;y prudencia se han manifestado
y manifiestan todavía en muchos actos, siga hoy,
en el asunto que motiva la presente nota, una sen-
da que conduce a tristes y dañosos extravíos.
Todavía el Ministro de Relaciones Exteriores
de Chile, al contcstar la protesta en nota de 24 de
Agosto dijo:
"Deplora el infrascrito que una vaguedad de
redacci6n haya podido dar margen a interpreta-
ciones ofensÍ\'as al buen juicio y a la rectitud de
procedimientos de mi Gobierno. En realidad cual-
quier vado que pudiera hacerse sentir a ese respec-
to, en la parte correspondiente del protocolo, se
halla subsanada ampliamente con la referencia a
fechas y documentos a que U. S. se ha dignado alu-
dir.

- 23-
«Se expresa, en efecto. en el inciso 2'~ de la
cláusula 5", que la oferta que se reitera es la
que se menciona en el artículo reservado. del pro-
tocolo Matte-Frasser, la que hizo el señor don
AU~JUstoMatte, acreditado en 1889 en misión
confidencial cerca del Gobierno del Perú, la mis-
ma, finalmente, que formuló en 1890 en Lima
el representante de Chile, cumpliendo instruccio-
nes que le fueron enviadas en nota reservada de
12 eJeAbril de ese año. En esas diversas ocasio-
nes sc dedar6 Chile dispuesto a poner a disposici6n
del Gobierno de USo sumas más o menos con-
siderables, (lestinadas a facilitarle el arreglo de
su deuda externa, sobre los diez millones del
rescate eventual dc Tacna y Arica, estipulado en
el t.ratado de Ancón, siempre que se reconociera
definitivamente el dominio de Chile sobre esos
territorios. En esas diversas ocasiones se consi-
deró la oj~rta como una proposición hecha al
Gobierno del Perú y sujeta naturalmente a SIl
aceptación o rechazo, ímico sent.ido que era con-
ciliable con la razón, con la 16gica y con el de-
coro del Estado a quien iba dirigida y del Es-
tado que la formulaba. Como tuvo ya el infras-
crito el honor de manifestarlo a USo verbalmen-
te, en este sentido se ha comprometido Chile,
en el protocolo reciente, a someterla de nuevo
a la decisión del Gobierno de US en obscquio
de los acreedores del Perú, cuyas reclanwciones
ampara el Gobierno de la República Francesa».
Pero nuestra diplomacia no quedó del todo
satisfecha y se dió el gusto de formular acerca
de los párrafos anteriormente trascritos algu-
nas observaciones encaminadas a restablecer la

- 24-
exactitud de los hechos ya justificar las patrió-
ticas inquietudes y alarmas que la cláusula 5'1-,
arriba mencionada, había inspirado al Gobierno
peruano.
¡Cuánta tinta y cuánto papel gastados S1I1

necesicbil verdadera!
Ante el tribunal arbitral franco-chileno que
funcionó en Lausanna hasta· el [) de julio de
1901, la casa Drcyfus Hermanos y CI;l. formuló
en 5<'>lugar la conclusión de que el referido tri-
bunal, en conformidad con el artículo 5'1 del pro-
tocolo arriba mencionado, le die~e constancia
de su derecho, con exclusión de todo otro acree-
dor francés del PerÚ:
«A los ofrecimientos hechos al Gobierno fran-
cés por el de Chile en favor de los mismos a-
creedores franceses».
El t¡-ibunal, en la seCClon G" del capítulo a
de los considerandos de su sentencia, se declaró
incompetente para expedir tal constancia, y la
casa Dreyfus Hermanos y C" se quceló, ('amo vul-
garmente se dice, con las ganas .

••
•• ••
La conciencia pÚblica ha fonnulado ya su
veredicto, respecto de los hombres que rehusa-
r011 la solución por dinero del problema de Tac-
na y Arica .
.:\'le inclino reverente ante ese veredicto, agre-
gando que mis conterráneos cuyo espíritu pal-
pita en mí, se habrían en todo caso, comprome-
tido, como los diputados de Alsacia y Lorena,
cuando se aprobó el tratado ele Frankfort, él con-

servar al PerÚ, auSente de sus hog:lres, una a·

- 25-
fección fiel, hasta el día en que VIniese a recu-
perar el sitio que en ellos le corresponde.
Sí, sí, a la sombra de los olivos y naranjos
de Azapa; a la de las higueras y vilcas de las
eháearas de Taena; allí estaría permanentemente
desocupado el asiento de nuestra madre patria,
que algún día habrá de venir a partir con sus
hijos el pan de la familia.

- 26-
II

La labor del Ministro Elmore

La Junta Cunsultiva Especial-Acopio de antecedentes inter-


ll8.cio\1¡¡]es-{; II folleto lluevo.

y mientras el doctor don Alberto Elmore y


sus colahoradores, don Carlos ~1. Elías y don Jo-
sé A. ~lir(¡ Quesada, se ha tía n con:\1. Ilarmand,
poniéndose {lel lado de Chile por interés hiel1cnten-
(lido del Perú, y porque así lo ordenaba el veredic.
to de la conciencia púhlica, el mismo señor Elmore
se propuso almacenar en el arsenal de la Cancille-
ría todos los antec<.'(kntes de los plebiscitos inter-
nacionales y todos los datos de la poblaciÓn de
Arica y Tacna, que le permitieran abordar la dis-
cusión del protocolo contemplado en cl artículo
3':> del tratado de Ancón.

- 27
El doctor EImore, entonces-no sé si continua-
rá en las mismas ideas,-era muy partidario de las
juntas con~ultivas. :.\1iexperiencia de ahora me ha
c.onducido él la conclusión de que en esas ju~tas
hay siempre miemhros que nunca quieren asistir,
aun cuando se les suplique; otros, los que no piden
el puesto, y son amigos n~rdacleros del :.\Jinistro,
a quienes les cargan el sambenito de los malos éxi-
tos de é&te.
Por eso he \"udto al sistema antiguo en mate-
ria dc consultas, y lo recomiendo a mis oyentes
C01110 el mejor. Ese sistema. consiste, seg6n el con-
sejo de los señores d\? mi tiempo, aquellos que co-
nocimos, Lizarclo Alzamora y yo, en nuestra vida
de rdatores de la Corte Suprema: en consultarse
1 Q, con su almohada; 2':>' con su mujer; 3Q, con sus
amigos más íntimos, yéndolos a buscar a su ca-
sa.
Léljunta consultiva especial creada por el se-
ñor Elmore, le dió el consejo que él mismo deseaba,
a saber: que era oportuno preocuparse de la cues-
ti,>n del proto::olo pendiente sohre el plebiscito.

*
* *

Pero el doctor Elmorc creyó indispensable, co-


mo negocio pre\'io, conocer los 'detallcs de la reali-
zación de los plebiscitos internacionales en Euro-
pa, materia que él, no ohstante la copiosa biblio-
teca que posee, la de su hermano Juan Federico, la
de don Felix Cipriano Coronel Zegarra,y la dedon
José Antonio de L:n'alle, se presentaba inexplora-
da .r bastante enmarañada, atendiéndose a las 'en-

- 28-
señanzas ex-cátedra de Heffter, Bluntsch1í, Manzi-
ni y demás pensadores sin experiencia (le las cosas
menudas.
El doctor Elmore se dirigió en agosto de 1890
al Ministro del PerÚ en Roma,don José Francisco
Canevaro, peruano ennoblecido por sus méritos
propios en Italia, y uno de los más patriotas que
en mi vida, ya un poco cansada de correr los mun-
dos, he tratado. Porque, como decía una vez Bleo·
doro Romeroa su regreso de la secretaría de la le-
gación en Italia: "José Francisco Canevaro tiene
la obsesión de las cosas peruanas, y sigue la políti-
ca del país para renegar y patear cuando algo cree
se ha hecho al revés, mientras a otros compatrio-
tas a vecindad os en Europa todo les es indiferen-
te".
El encargo del doctor Elmore comprendía el
acopio de los tratados, reglamentos de ejecución,
actas de escrutinio e historias de los plebiscitos
realizados en Italia y principalmente en Niza y Sa.
boya.
No fué la culpa de don José FraMcisco,si 10 con-
seguido por la legación resultÓ muy poca cosa;
porque en otra ocasión os mostraré las cartas que
me contestó, ~ mí, amigo suyo, primero por co-
rrespondencia, después por comunidad de ideas y
de sentimientos, al pedirle de nuevo con detalles,
para mi uso. particular, que me hiciese conocer los
archivos menos reservados de Turín, Florencia y
Roma, tarea en que, de otro lado, me dieron la ma-
no el conde Larca, M. Boiceau. mi compañero de
profesión en Lausana, yel Ministro del Perú, Ville-
gas.

- 29-
4
El secretario de don José Francisco no estudi6,
como era su obligación, la nota del Ministro y el
resultado fué que apenas recibimos en calidad de
municione~ para el arsenal, unas copias, sin impar.
tancia perceptible inmediata, de un escrutinio he-
cho en Turín, }' un foIletito en que estaba el regla-
mento dictado por la municipalidad de Roma, pa-
ra el plehiscito de 1870 después de la entrada del
ejército de Víctor I\Ianuel por la Puerta Pía, y de
la caída del poder temporal de los papas.
Por la falta de estudio del secretario de don Jo-
sé Francisco Canevaro, estáb:unos el año de 1890
apenas con media onza de p(¡lvora- vieja para co-
menzar el gasto de municiones de las avanzadas en
el combate con el enemigo chileno.
Pero ahora, os vaya decir con toda la reserva
de las cosas diplomáticas, que tampoco en Chile se
sabía una palabra respecto de la jurisprudencia en
materia de plehiscitos; y cuando vengan a esta tie-
rra de mi cariño José Francisco Vergara Donoso y
Javier Vial Solar, me propongo apostrofarlos en
el lenguaje enérgico de mi amigo y colega el doctor
Pedro José Rada al padre Vacas Galindo, para que
me confiesen si ellos tenían un ápice siquiera de pa-
peles sobre la jurisprudencia de los plebiscitos in-
ternacionales.
Entre la gente de Chile que yo he tratado, José
Francisco Vergara Donoso y Javier Vial Solar, que
son las personas, a mi modo de ver, menos perua-
nófilas, pasan por muy amigos nuestros. La ver-
dad es que ambos, sabiendo m{lS que muchos de
sus paisanos, nos han puesto en las más grandes
dificultades, del punto de vista peruano.

- 30-
Así como en Fontenoy: señores ingleses, Verga-
ra Donoso y Vial Solar, tirad los primeros: noso-
tros os daremos la réplica .

••• •
Con los pocos datos que teníamos en el Minis-
terio quisimos escribir un folletito, el primero en su
género, con el título de "Quiénes deben votar en
los pkbiscitos internacionales".
El doctor Elmore corrigió y modificó sustan-
cÍalmente en provecho del país el manuscrito que
yo le presenté, esbozo de cosas no estudiadas o po-
co conocidas, y don David Torres Aguirrc me lo
imprimió sin reclamar de nadie remuneración.
Entraron, pues, sin decir una palabra más, don
Alberto Elmore y don David Torres Aguirre, en el
reino de mi cariño; y allí persisten.

- 31 -

III

Las negociaciones del Ministro


Larrabure y Unanue

Conferencias con el agente diplomático chileno-xlisión Wiesse.

El ~rinistro clon Eugenio Larrahure y Unanue


disparó ellO de ag-osto de 1892 el primer l.:añona-
zo t~nblanco para llamar a la Cancillería de Chile
al cumplimiento del artículo a') del tratado de An-
cón.
En el resto del referido mes de agosto hubo
muchas conferencias entre el scñor Larrabure y
Unanue y el señor Vial Solar, ::\linistro de Chile, sin
que yo pudiera apercibirmc de su contenido. A pe-
sar de mi ignorancia de los detalles, me parecía
que las cosas andahan mal, por la cara que saca-
ban los conferenciantes y por la de don Carlos M.

- 32-
" Ellas, presidente del gabinete, que a veces era lla-
mado a: escuchar la discusión.

***
Un día de principios de setiembre, Vial Solar se
aboc6 conmigo después dc una comi(la en su casa
de la calle de Trinitarias, y me diseñ6 un plan, su-
yo propio, diciéndome que tal vez ese plan poctría
conducir a un avenimiento. Vial Solar parece que
era libre cambista y que todo lo subordinaba aesa
idea preconcebida.
Tratándose de idas que son la propiedad pri-
vada de un diplomático, nn tenía la obligación de
consultnr inmediatam:,nte a mi jefe jedrquico.
Busqué, PUC3, entre mis amigos de entonces, al que
me parecía mÚs conocedor de las C03as y de los
homhres, a don José Antonio .Miró Quesada, y al
día siguiente nos fuimos ambos a la legación chile.
na y escuchamos el desarrollo de aquel plan libre
cambis"ta que llevaba a la grupa la liheración de
Tacna y Arica.
D. José Antonio es hombre expedito, y sin an-
darse por las ramas, convino conmigo en tomar
como padrino del plan viálico a D. Carlos ~I. Elías,
al quien fuimos juntos a consultar en su casa de la
calle de Belaochaga.
De esa conferencia resultÓ,-jamá'3 la hubiera
tenido,-la idea de que fuese yo e11misión confiden-
cial a Chile, con carta de gahinete,-se entienJe,-
para que gastase algunos adarmes de la m':Jia on-
za de pólvora vieja que D. Alberto Elmore había
almacenado.

- 33-
La idea de mi misión, recibida con el mayor a-
plauso por el señor Larrabure y Unanue, que des-
de entonces dejó en el fondo de mi corazón el reco-
nocimiento que perdura, se abrió campo en los con-
sejos de Gobierno y en un buen día, el 7 de seticm-
bre, sin despedirme de nadie, más que de mis bue-
nos colegas de oficina, y sin otra compañía que la
de mi maleta, me embarqué en el Callao, rumbo a
Valparaíso y con escala en Añca.
Las instrucciones que yo llevaba constan en
publicaciones oficiales peruanas, y con!;,istían en a-
veriguar la opinión del Gobierno de Chile sobre el
memoránuum siguiente, para uespués nombrar mi-
nistro,-cuyo nombre, el del doctor Rosas, se pro-
nunciaba ya,-que firmase los tratados definitivos.

MEMORÁNDlJM

Los productos del Perú y de Chile serán impor-


tados libres de derechos por los puertos de uno y
otro país, y en los lugares de consumo no pagarán
otros impuestos que los que afectan a los similares
nacionales.

Los huques mercantes de ambos países goza-


rán en los puertos uc uno y otro las mismas fran-
quicias y exenciones que los buques nacionales.

El Gobierno de Chile desocupa el territorio de


las provincias de Tacna y Arica, las cuales con ti-
nuax:án bajo el dominio y soberanía del Perú.

- 34-
Se obliga el Gobierno del Perú:
19-A conceder a la República de Bolivia una
aduana común, en que regirán los aranceles perua-
nos, en el puerto de Arica. Las rentas líquidas de
esa Aduana se distribuirán de la manera siguiente:
una tercera parte para Bolivia; la segunda para
continuar cancelando la deuda chileno-boliviana;
y la restante será aplicada por el Perú a la cance-
lación de los créditos provenientes de su deuda ex-
terna, legítimamente calificados según el tratado
de Ancón.
29 A facilitar la construcción de uno o más
ferrocarriles y líneas telegráficas, por cuenta de
empresas, que unan el puerto de Arica o la ciudad
de Taena con el territorio de Tarapacá o la fron-
tera de Bolivia, sin más gravamen ni otras restric-
ciones que las establecidas en los reglamentos res-
- p~ctivos del Perú.

Invitarán de mutuo acuerdo a las naciones


sud-americanas limítrofes a la ce1ehradón de tra-
tados de comercio especiales, sobre la base de com-
pensaciones mutuas en el libre cambio.

Un acuerdo diplomático reglamentario, para


el cual quedan autorizados los Poderes ejecutivos
de ambas Repúblicas, por sus respectivos Congre-
sos, servirá de complemento a este convenio.

Pero con gnl.lldísima estupefacción encontré


que los chilenos de la política dirigente, don Ra-

- 35-
món Barros Luco, entonces Presidente del Ga-
binete, don Eduardo :\latte, don Ventura Blan-
co Viel, don Julio Zegers y otros conservado-
res, liberales y radicales, que sería largo enume-
rar, no eran libre cambistas; que el proyecto lle-
vado en mi cartera era más impopular en Chile
que en el PerÚ. y que mi primera y única misión di-
plomática resultó" luego un fracaso.
¡Oh ironía de las cosas humanas! En Lima se
había traslucido algo del objeto de mi misión, y la
opinión en contra del libre cambio, por creerlo
favorable a Chile, se estaba acentuando, con ol-
vido de que se trataba de la recuperación de Tac-
na y Arica. Pero mi Presidente, don Remigio Mo-
rales Bermúdez, me había dicho en la tarde del 7
de setiembre, al darme la bendición del represen-
tante de la majestad dd país en el extranjero, es-
tas palabras: •
u\Viesse, conozco a los chilenos mejor que us-
ted; vaya usted sin ilusiones; pero gaste un po-
co de munición para reconocer siquiera las posi-
ciones del combate diplomático que vamos a em-
peñar, y en que usted, vViesse,ser6. la primera víc-
tima.»
-«Gracias, Presidente»,-le dije-y haciendo la
reverencia del predicador que se despide del preste
antes de ascender al púlpito, salí con el corazón
henchido de los sentimientos quedan fuerza al bra-
zo y fósforo alcclebro, a saber: los del deber, im-
perativo categórico.
Por eso, no obstante que comprendí que era
inútil hablar en Chile de libre cambio comercial,
estreché un día al señor don Isidoro Errázuriz, Mi-

- 36-
nistrú de Relaciones Exteriores, para quc me dijera
la opinión de su Cancillería, respecto al problema
de Tacna y Arica.
Don Isidoro, uno de los más notables oradores
sud-americanos, político de tortas recursos, me dijo
en definitiva:
-«Señor Agente Confidencial: Chile tiene el
propósito más firme de ejecutar el plebiscit\) en las
condiciones de libertad absoluta .Ypiensa nombrar
para que lo presida a uno de sus más conspicuos
hombres público:;.
«La libertad clectoral, me continttódíciel1l1o, es
planta regada con la sangre de los héroes de Can-
cón y la Placilla.
«~o tema, señor Agente Confidencial,haremos
el plebiscito; y Sud-América y el mundo se admira-
rán de la honradez chilena)).
En ese momento me vinieron a la mente los
recuerdo:; infantiles del pájaro llamado zorzal,
ave del género mirlo, de plumaje mezclado de gris
y blanco, y cuya carne es muy suculenta. :\la-
nuel Gonzálcz de la Rosa a·firma en su diccio-
nario enciclopédico que metafóricamente la pa-
labra de zorzal quiere decir: hombre astuto y sa-
gaz.
González de la Rosa no estuvo, sin embargo,
en Chile, pues allí hahría aprendido, corno apren-
dí yo, que zorzal es un pájaro que canta en lo alto
de los árboles y que hay cazadores al pié de éstos
preparados para lIamarlo cariñosamente con mo-
vimientos de la mallQ o empleando reclamos, y que
d zorzal tranquilamente se posa en la mano del ca-
zador, cuyo trabajo se encuentra por es{' hecho
bien recompensado.

- 37-
5
En el pa tio de la :'vloneda de Santiago, hay va-
rios árboles donde se paran zorzales y los conocía
ya antes de qne don Isidoro me hablara del pro-
cedimiento pensado por Chile de hacer plcbisdto
honrado.
-(Señor :\Iinistro, le contesté, pnes esta ma-
ñana he leído en los Iwri6dicos, que en las eleccio-
nes senatoriales por la prodncia de Valdi\-ia, la
gendannería ha roto a sablazos cuatro o cinco ca-
hezas de otros tantos ciudadanos que se acerca-
ban él las urnas a votar en contra del candidato
oficial. Si esto se hace entre chikil();;, creo quc a-
contecerá pcor cosa cuando sean nada mis que
tacneños y ariqueños los votantes y esté cn jue.~o
el interés supremo de Chile de conseguir mayor ex-
pansión territorial.
«Permítame, en consecuencia, señor :\linistro,
decirle, qnc no pactará el Perú plebiscito sobre la
base de que lo presida un intendente chileno honra-
do.))
Por la noche, al salir del Cluh de la Uni(m, le
contaba este lance a Ju~n Enrique Tocornal.
Este, agarránclose la cabeza eon am bas manos,
exdnmÓ:
«Peruanito bÚrbaro, no sabe usted, que el can-
didato oficial de Valclivia contra los conservado-
res sahleados es el mismo don Isidoro!lI
y efecti\-amente, con el rcmordimiento de ha-
lx:r heeho una barbaridad diplomática, me fuí a
mi cuarto de mi hotel de la calle de la Bandera.
En sueños se me apareció ,mi presidente don Remi-
gio :\lorales BermÚclczy me absoh'íó rIel pecado,
abrazándome cariñoso.

- 38
IV

Reanudación de las conferencias con el


Ministro Chacaltana

LasJuntns Consultivas dd c!oeror Chnenltana-Cm'stionario


que ahsolviernn-Rcilcxiones sohrc las respuestas-Primc-
ra conferencia ,'on cl .\ll1listro chileno-Las instrucciones y
1il pluma qtlc sin'ió para firmadas.

Otro partirlario de las juntas consult.ivas era


el doctor don Cesáreo Chacaltana, sucesor (lel se-
ñor Ribeyro, que a su vez reemplaz6 en el ministe-
rio Elías, durante algunos meses, al señor Larra-
hure y Cnánue.
Por eso, sin duda, el señor Chaealtana reuni6.
en los Últimos días de marzo de 1893, no solo a la
especial para los asuntos de Taena .YAriea, sino
también a la general de Relaciones Exteriores, y

- 39-

les somctié> un bien preparado cuestionario que


voy a leer aquí, en parte, junto con las respectivas
respuestas:
"19 ¿Conviene invitar a Chile, de una manera
formal, /1 la negoci;¡ch5n del protocolo :1, que se rc-
fiere };¡ segunda parte del artículo 8<! del Tratado
de AncÓn, no obstante el estado [letualde nucstras
relacioncs con élqUelpaís?
"Por un<1nimidad se contesté> afirmntivamen-
te tenien¡lo ('n conssderación que el plazo de la ocu-
pación debe expirar el año próximo entrante; que
es necesario presentélr al Cong-re:so, 4ue se reunirá
en julio, un proyecto de rcsolneiÍln en cumplimien-
to de las estipulaciones del Tratado de Paz.

"29 Si el representante de Chile propusicrc el


- aplazamicnto de esta negocificiÓn por algunos
años, para que las cosas continuaran, entre tanto
en el estado en que hoy se encuentnll1 ~'c()nvel1dria
acept.1r estu propuesta?
"Después de precisar la pregnnta,en el sentido
de que se ref<.>ríaa un aplazamiento ahsoluto, sin
subonlinarlo a ninguna eondici6n en camhio, se
resolvió por unanimidad que se rechazara la pro-
puesta en tal forma.

" 39 En el supuesto de que Chilt· no se élviniese


a entregar al Pení los territorios de Tacna y Ari-
ca c128 de marzo de 1894, pero sí com·jniese en
que el plebiscito se llerase a cabo, poniéndose di-
chas provincias buio la autoridad y J.(l1tlrdn.
de unn.
tercera potencia ,'deben proponerse como base de

- 40-

negociación las consignadns en el informe especial
de 20 de Setiembre de 1892, acordado por laJun-
ta Espt.·cial nombrada para estudiar el t1S1111tO?
"Primeramente se discutió sohre el sentido del
artÍl:ulo .1.':'lId Tratado de Paz, que trata del pla-
zo de la ocupaciÓn chilena y se expusieron los ar-
gumentos en pro y en contra de la inh'rprl'tación
más favorahle para el PerÚ; y considerando que el
tratado no dice l'xpresamente que los territorios
se entregarán al PerÚ, IR Junta fué dc opinión que
sería un medio de conciliar exig-encias extremas
la ocupación por una terccra potencia, según 10
supone la prcl;unta" .
................................................................................
................................................................................
"6"-Bn el caso dc (/tIC Chile se obstinase en el
propósito de que el plehiscito se Ilevase él cnbo b¡i-
jn el dU/1/iniodc Sl1S alltorid¿¡dt:s; c'convendría en-
tn.¡r e1lnegocinciones sohre esta base?
"Se rcsolvi{¡ en definitiva: 1"-que no convenía
aceptar la rcali~ación del plehiscito hajo el domi-
nio de las autoridades chilenas; y 2':>'contestando
las nuevas preguntas que hizo el sct10r Ministro de
Relaciones Exteriores, que como (¡ltimo término se
propusiese la soluÓón por arbitrajc de la diferen-
cia, stlspendiéndosc las negociaciones en caso de
que Chile se negase a aceptar dicho arbitraj!?

"7'.'-c'C()ln"endrífl ¡¡ccptnr como hfises de ne-


gociación, cn el CflSO de que lUeran prescTittnJas por
Chile lns rclatirns n un trritado de comercio, seme-
j:wte a lns insiI11wdns en otra época por el repre-
sentante de esa nación en Lima, por su cuenta y
responsabilidad?

- 41 -

"Leídas las hases mencionadas en ]a pregunta
y hahiendo oído las explicaciones que el Oficial Ma-
yor de Re]aciones Exteriores, presente en la junta, .
dió acerca de la negociaciÓn que tU\'O encargo de
realizar en Chile sobre el particular, se acordÓ for-
mu]ar la opiniÓn de que, aunque según dichas ex-
p]icaciones, la oportunidad de plantear soluciones
de la misma naturaleza había pasado, no se rehu-
sase aceptar una nueva discusiÓn sobre bases idén-
ticas o parecidas .
................................................................................
8?-,'Dúnde cunviene m<Ís que se lleven a cabo
las negociaciones sobre el plebiscitu, en Chile o en
el Perú?
«La Junta fué de opinión que convenía seguir-
las en Lima .
................................................................................
(rJ-Iahiendo cambiado ideas sobre las proposi-
ciones que deherían haccrse respecto a]a forma y
plazos de ]a indemnizaciÓn, a que se refiere ]a últi-
ma parte del artículo 3'·) del tratado de paz, el se-
ñor ministro manifestÓ que este asunto correspon-
día al }linistro de Hacienda y que oportunamente
]0 consultaría.))

Dejo pasar sin comentario detenido la anterior


relaciÓn de lo que se tratÓ en el cenáculo de los
consultores legales del Gobierno. Agregaré, con
todo, que ]as juntas y el señor Chacaltana, según
costa de un memorándum del scñor Ribeyro, 1\Ii-
nistro de] Perú en Chile, de fecha 28 de Febrero
de lSH+, creyeron que podía concedcrse a los chi-
lenos casaclos o mayores de 21 años, que acredita-
sen tener dos años de rcsidencia continua y actual
en las provincias de Tacna y Arica, el derecho de

- 42
V ot.-'lr; y ésto, contra lo que habíamos tratado de
demostrar en el folletito aquelllue el doctor Elmo-
re me completó y corrigiÓ y que el Sr. Torres Agui-
ne me imprimiÓ gratis.
Persisto en creer, después del estudio que hice
el año de l~nR, con más numerosos é instructivos
documentos de la :Lntigiil'r!ad griega y romana, de
la Francia rc¡mhlicnna de fines del siglo 18, de la
imperialista de,;pués con los dos ~fl.po1eones, de la
republicana <le nuevo en 1870; (le la Italia unifi-
cada por el e;.;fuerzo po(1eroso de sus hijos enrola-
dos en las hander<ls dc netor .:\lanuel y Garihaldi;
de la Suecia y (le );oruega, en lin, de nohle gente_
boreal descendientc de los Godos y de los Vánda-
los: que solamente los tacneños yariqueños, es
decir, los rq.mícolas de Tacna y Ariea, peruanos o
chilenos, dehen ,'otél r, con exclusiÓn. de cualquier
otro casado o mayor de edad nacido, al norte del
Sama o al sur de Camarones.
:\li mala suerte, la oscuridad dc mis IIemostra-
cioncs científicas, no la falta de lectura de los con-
sultores del Gohierno, me causaron el desagrado,
que devuré en silencio y con la sonrisa en los la-
bios, de saher que mi folleto no había convencido,
ni siquiera a mi propios pais" nos.
Otra cosa me llam6 la atcnción: ¿por qu~ el
seilor Chacaltana trasmitió al ~linisterio de Ha-
cienlla, que nunca contestó, el asunto de las propo-
siciones que clebcrían hacerse para el pag'o de la
indemización a que se refiere la última parte del
artículo 8'.' del tratado de paz? ¿Xo hahría sido
más oportuno llamar a las jUlItas al mismo :\1i-
nistro de Hacienda y a los dcmás del Gahinete, y
con visión clara de la situación, haberse preocupa-

- 48-
do todos del acopio de los diez millones, o de for-
mularcualquier otro plan qnc salvase la dificultad,
si el dinero no podía encontrarse dc pronto?

Con el respnldo de las juntas consulti\"éls, el se-


ñor Chacaltana invitó, en fecha 4de Ahrilde 1893,
al Mitlistro de Chile en Lima, a que respondi(~seal
cañonazo disparado el 10 de Agosto del año ante-
rior por el señor Larrahure y Unanuc, y redactó
instrucciones eventuales para el ::\1inistro del PerÚ
en Santiago, doctor don Ramón Riheyro.
El :\Iinistro de Chile contestÓ en síntesis, que
se haría 1111 honor en acudir a la invitación del Sr.
Chacaltana, el día.y la hora, que éste tu\·iese a
bien imlicarle.
Aqnel día, que fué cl18 de Abril de 1893, hubo
un pase preliminar de armas en sala de esgrima,
correctísimo y nada comprometedor para los nego-
ciadores, como resulta del protocolo de conferen-
cia publicado en muchos de nuestros folletos oficia-
les.

Por lo que hace a las instrucciones eventuales,


nos parecieron a todos los hurócratas ud Minis-
terio, tan corredamente n:dactadas, tan notables
por su prosa quintancsca, limpia y redonda; que
apenas salido del puesto el doctor Chacaltana,
para dar lugar al señor Jiménez en el gabinete del
mismo nombrc, nos reunimos en la Oficialía :'\1a-
)'or, a iniciativ.a de Vídor Cárdenas, jefe de la Sec-
ción Diplomática y Consular, Germtin Leguía y

- 44-
Martínez, el mismo Cárden'as, Salón Polo, J. F.
Pasos Varela, otros dos más, cuyo nombre no re-
cuerdo, y vuestro seguro servidor, :r resolvimos
después de madura d~1iheración, suplicar al scñor
Chacaltana que consen'ase como recucrdo dc ta-
les instrucciones, la pluma de oro y el {JortaJllu-
mas del mismo metal y de ébano, que los minis-
tros usaban para firmar sus despachos, y que le
había servido en esta emergencia, como lo atcsti-
guaba la mancha de tinta de la pluma, qne no qui-
tamos.
La insinuación fué bondadosamente aceptada
por el señor Chacaltana.
La pluma y el portaplumas fucron reemplaza-
dos con otros qne Enrique Masías, archivcro y ha-
bilitado entonces del Ministerio, compró donde
Coh'ille, mediante la promesa de abonar su precio
al término del mes, día de la liquidación del pago
de sueldos.

- 45-
v

El memorándum jiménico

Situación política durante el :\lini~terio Ji1l1éncz'-El hijo de la


~eíi(Jrade R.Odolfi.lS.-EI Pn'sidente :\1ora1cs Bermúdc7..-
Primeras Conferencins )iménez.-Vial Solar.-:\Iemo-
rándum jiménit·o.-Actitu<l :lgresiva del S<.>nadoperuano
Defcnsa dd ~linistro -Dictamen de la Comisión \liplo-
mática del So:nado.-H.échazo por Chile dd :\lemorándulJl.

Largos, muy largos nos parecieron los meses


del gabincte Jiménez, desde Mayo hasta el
último día de Abril de lR94. Negociacioncs con
Chile, tnttado García-Herrera, probable guerra
con el Ecuador, intrigas políticas, penuria fiscal,
nos tenían a los pocos empleados quc éramos en-
tonces los dell\Iinisterio de Relaciones Exteriores,
reforzados por Plácido Jiménez, secretario privado
de su padre, con el «quien vive» en la boca y la an-
gustia en el corazón.

46 -
No escuchéis este capítulo de mi conferencia
con ánimo entristecido, ni pidáis en nombre de la
patria, cuando una corriente de dolor atraviese
vuestro silencio, que os deje de hablar.
~Quis t<ilia tanda tcmperet a Jacrymis?»

*
* *
Mi presidente don Remigio Morales Bennú-
dez, ~ quien no le dí el \'oto, ni me debía ningún
otro servicio, después de mi misión confidencial
en Chile se hahía convertido en amigo mío, al
punto que un día tuvo conmigo el siguicnte diá-
lago, de que quiero dejar constancia para honra
suya:
«\Viesse,me dijo, ha llegado la señora M. M.
-«La señora }.L 1\1. , me puse a recor-
dar.
-«Sí, Wicsse, la hija de N. N., que se casó en
primeras nupcias con un pariente cercano mío y
que contrajo segundo matrimonio con el alemán
Rodolfus.
-«Ya recuerdo, señor, tengo mucho gusto.
-«Pero \Viesse, yeso le iba a consultar a us-
ted. La señora :VI.:\1. trae un hijo varón de Ro-
dolfus, muy inteligente y bien instruído; y quisiera
que ust.ed me lo eolocara~.
La petición del Presidente de la República al
Oficial Mayor de Relaciones Exteriores me sor-
prendi6 en demas(a, y con la dignidad del cargo
que im'estía, contesté a S. E.:
«-Señor: hablaré con el Ministro; me parece
quc podríamos arreglar algo para el servicio de
V. E.»

- 47-
El hijo de la muy respetable señora doña M.
M. de Rodulfus fué pronto colocado en el puesto
de auxiliar del intérprete de Relaciones Exteriores
con cien soles de sueldo sacados de extraordina-
rios; y les conl1eso, mis respetables oyentes. que nin-
guno de los antiguos colaboradores de la oficina,
celosos como el que más de sus prerrogativas
cuando Ilegaha un extraño a los hufetes, que to-
dos ellos habían reformado y puesto en actividad
desde d año de 1888, me expresó una ohjeci6n si-
quiera. por haber colocado al recomcndado de S.'
E. el Presidente de la República, pues Julio Rodol-
fus.Y M. nos ayud6 en los trahajos burocráticos
con todo el empeño de un alemán empleado en ca-
sa grande de comercio.
Desde antes de Junio de 1893, el palacio de los
virreyes de Lima, donde I1c\'aba su vida dc soltero
nuestro presidente ~Jorales Bermúdez, parecía una
casa encantada: pocos eran los que iban, como su
obligaciÚn de hombres públicos les imponía, a
charlar siquiera con el presidente sobre los asuntos
internacionales del día, en que nadie debe excusar-
se de dar un cons<:;o.
Morales Bermúdez, en puridad de verdad, se
había levantado al pavés <le los triunfadores en
hombJ'Os del General Cáceres; el civilismo de Ro-
sas, no obstante contar con la mayoría del Con-
greso hasta última hora para la cnlificación de
las actas, había sido derrotado por el doctor
Valcárcel; éS,tea su vez, creyendo que Cáceres le
ayudaría a conseguir la sucesión de .Morales Ber-
múdez, y decepcionado por cuanto Cáceres la pi-
dió para sí, andaba retraído; el partido dcmócra-
b. y su ilustre jefe eran, aquél, el proscrito de la

- 48-
política, éste el de la ley de nulidad de los actos de
Piérola y de Iglesias, (1i~tadas por las más gran-
des inteligencias del país en el Congreso de 1887,
y confiada en su ejecuciÓn al pUllO del mejor ge-
neral que hemos hemos telli(lo en el Perú, después
de CastilIa.

*
* *
El P]'esiclente no se arredró sin emhargo ante
las dificultades de la tarea internacional, y ordenó
á su nuevo ministro, el doctor don José Mariano
]iménez, que siguiese adelante.
En el espacio de dos meses se celebraron tres
conferencias con el plenipotenciario chileno sin po-
derse llegar a ningÚn avenimiento.
En la primera y segunda, el n'fcrido agente di-
plomfttico se lle.~ó a convenir en que Chile clesocu-
pas(' los territorios disputados en el momento del
pklJiscito. entrcg(tIldolos a una telTera potencia,
alegando que su país tenía derecho de retenedos
hasta quc el Per(] diera cumplimiento a todas las
obligaciones qtle la cláusula 8" del Tratado de An-
cón le imponía; en la tercera mantuvo la preten-
sión de que votasen no solamente los regníco-
las de Tacna y Arica, sino tamhién los chile-
nos, fundándose en pretendidos antecedentes in-
ternacionales que, sea dicho de paso, no existen,
después rle lo que se comprobó con el examen de
los archivos europeos.

*
* *
En esta situación, el doctor Jiménez y el señor
Vial Solar, dejándose de formalidades protocola-

- 49-
rias, y sin más consulta el primero, que la de su
hermano don Pastor, senad"or por Tacna, se pu..-
sieron a contemplar el negocio en conversaciones
privadas y bajo todos sus aspectos.
De esas conversaciones surgiÓ el :\1emorándum
del 19 de agosto de lH93 que \'oy a leer, y que fué
trasmitido al :'.Iinistro chileno en nota de la mis-
ma f(.'cha.

";"b existiendo acuerdo entre los plenipoten-


ciarios del Per(¡ y de Chile, sobre euál de estos go-
biernos tiene derecho a ocupar los Territorios de
Taena y Arica (Iumnte el plebiscito de que trata el
articulo III del Tratado de Ancón, se conviene en
quc el l'er(1 poscen'¡ la zona comprendida entre el
río de Sama y la quebrada de Vítor, y que Chile
continuará en la tcnencia de la zona de esta última
quebrada y la de Camarones.
"El 28 de :\Iarzo de 1894 se entregará al Perú
la parte del territ.orio que le corresponde, y dentro
de los treinta días subsiguientes cada país dictará
el reglamento de procedimientos para la votación
de su zona respectiva, quedando en libertad de se-
ñalar los requisitos personales de los votantes. El
plebiscito se realizará antes del 1 de Octubre de
Q

1894. -
"Si el voto fuera favorable al Per(t en ambas
secciones, este país abonará a Chile la indemniza-
ción pactada en el tratado en la sih'Uiente for-
ma:
"Los productos naturales y manufacturados
de Chile y sus respectivos envases se introducirán

- 50-
libres del derecho de importación por las aduanas
del Perú durante veinticinco años, y no pagarán
en el territorio de este último país otros impues-
tos de consumo que los adualmente establecidos
por los similares nacionales.
"Si el plebiscito fuera favorable al Perú sólo
en la zona del Sama a Vítor, se compensará del
mismo modola indemnización proporcional, pero
reduciendo el término de la franquicia de derechos
a veinte años.

*
* *
Jamás he visto desencadenarse una tempestad
política tan "iolenta como la que suscitÓ este mal
afortunado ?demorándum, al ser conocido el}.sus
grandes líneas por cartas que reeibieron de Santia-
go de Chile algunos senadores ch·ilistas.
El :\Iinistro fUI? interpelado apresurndamente
en sesiÓn secreta y tuvo que dar cucnta (le las ges-
tienes en curso, en oficio de 22 dc Setiembre de
1893, qne a mi juicio contiene una magistral de-
fensa de la política de la Cancillería.
Comenzaba el señal' Jiménez en dicho oficio,
por esta hlecer la verdadera teoría constitucional
sobre la inten'cncÍón de una de las cámaras cole-
gisladoras en las gestiones de la Cancillería, no
obstante lo cual anunciaba que, de acuerdo con el
agente diplomútico chileno, había suspendido el
curso de la ncgociaci{m.
"Por consiguiente, terminaba d idendo, el 1I.
señor Aspíllaga y el Senado pueden tomar todo el
tiempo que crean conveniente para enterarse de
este asunto, sin temor de que se ajuste un acuerdo

- 51 -
definitivo, cuya rcalización turharía en algo la
tranquilidad de espíritu que requiere el examen de
tan graves asuntos",
En otro acápite (lespués de anunciar qne Chile
no quería conceder ningunas garantías para la rea-
lización del plehisdto, pues su plenipotenciario en
Lima le hahía declarado que, a juicio de su gobier-
no y como condición ineludible, debían votar to-
dos los habitantes de los territorios en el momento
de la votación, el señor jiménez que no quería ni (k-
bía terminar la negociación con una protesta y
nn llamamiento al Continente Americano y a las
potendas europeas, diseñó el estado de las cosas y
la soludón viable en los términos siguientes:
"En este estado y para alejar una prote~ta
contra las pretensiones chilenas, protesta cuyas
razones no tend rían en su apoyo ni siquiera la una-
nimidad de las opiniones en el Per'l, pues, como ya
he manifestado. se ha indicado en el mismo seno
de las cámaras que no habría peligro para reali-
lizar el plebiscito bajo la autoridad del actual
ocupante, siempre quc se obtuviesen otras garan-
tías, era necesario entrar a considerar la situación
de los hombres y poderes públicos de Chile mismo
en relación con la cuestión de nuestras provincias
cautivas.
«El tono de la prensa chilena, los informes de
nuestros agentes diplomáticos y de otros peruanos
sensatos que residen en Chile, permitían a esta
Cancillería mirar esa situación con la mayor clari-
dad.
«Concretáno.ola en pocas líneas, puede estable-
cerse lo siguiente:

- 52-
«1.-La gran masa de la población chilena
considera que Tama y Arica es una adquisición
para Chile, como Tarapacá, de la guerra de 1879,
y cree además quc la conquista de las salitreras
no podría ascgurarse sino mantcniendo la posesión
:ul perJletutllll de aquellos te¡'ritorios peruanos.
La frase de Vicuña :Vlakcnna-«~o soltéis el Mo-
rro)), que se ha granldo en el pedestal de su esta-
tua, es la síntesis de esta aspiración.
«2.-Los partidos opositores, como el balma-
cedista, hacen de esta incorporación una podero-
sa arma de política, porque Balmaeeda fué quien,
para preparada, ofreció al gobierno francés el au-
mento de los cuatro millones más del precio del
resca te; •
((3.-1.os militares y marinos hacen causa co-
mún con la masa general, en cuanto a solicitar un
avance sobre la quehrada de Camarones para ase-
gurar la conquista de Tarapacá;
((4.-Las clases directivas de la política ac-
tual no dan tal importancia al valor militar de
esas provincias; pero por lo general se inclinan a
encaminar las cosas cn el sentido de que adquiera
Bolivia dichos territorios con o sin el asentimiento
del Perú, panl colocar una tercera potencia entre
amhos países y para captarse aún más a Bolivia,
cuya aspiración incontenible es obtener un puerto
en el Pacífico, y la cual, una vez adquirido Arica,
ucsearía tcner :\lo11endo, para impedir la compe-
tencia dc ambas vías comerciales.
uJ unto con esto, tanto el Plenipotenciario del Pe-
rú en Chile,como el Ministro de la República Argen-
tina, suministraban informes: el primero, en el sen-
tido de que existía en Chile la mejor buena volun-

- 53-
tad para arreg-lar la cuestión de Tacna y Anca; y
el segundo concretaba la vaguedad de esas expre-
siones, diciendo que ciertos hombres públicos ar-
g-entinos que habían tanteado la opinión pública
en Chile, a la vez que hacían mofa de! tono y em-
peño de la prensa peruana para azuzar a la Argen-
tina contra Chile, creían que este país devolvería
las provipeias a cambio de ventajas comerciales a-
preciables.
«No obstante todos los esfuerzos que el señor
Ribeyro me anunciaba haber realizado para salir
de la vaguedad que advertía en las conversacio-
nes de los hombres públicos de Chile, no obtuvo
al fin más que las siguientes ideas, un tanto concre-
tas.
sa) Del señor Blanco Viel, ~inistro de Rela-
ciones Exteriores:
d.-Que el Gobierno peruano debía contes-
tar a ciertas propuestas que se decía hechas al se-
ñor Chacaltana por el señor Vial Solar y que no
constaba en forma oficial alguna.
«2.-Que, si el fundamento del Perú para que-
rer realizar el plebiscito sin la ocupación chilena,
era que el tratado de Ancón decía que la ocupaci6n
de las provincias duraría diez años y que después
se realizaría el plehiscito, la objeción se salvaba
haciéndose éste antes de los diez años.
«b) Del señor Pedro Montt, presidente del
g-abinete: que d Perú cediese de buen grado Tacna
y Anca a Bolivia.
«Se ha sabido que e! señor Vial Solar hizo lle-
gar al señor Chacaltana, por medios indirectos. la
idea de que el Perú propusiera un arbitramento y
un aplazamiento de 3 o 5 años del plebiscito, cele-

- 54-
brándose a la vez un tratado de comercio. Pero
aunque esto hubiese sido planteado oficialmente,
era inaceptable para el Gobierno peruano, porque
no conseguía ninguna seguridad de la recitpera-
ción de las provincias y todo quedaba sujeto a las
contingencias del tiempo en que no hahía proba-
bilidades de qne el Perú convaleciera <le sus ma-
les oo •••••• o ••••••• 0 •• 0 ••••••••• o' o' o •••••••••

................................................................................
«Respecto de la combinación territorial con
Bolivia, el mismo señor Ribeyro, que la anuncia-
ba, se declaraba abiertamente contrario y en esto
seguía las inspiraciones de nuestra política.
«Dados estos antecedentes, el GoLierno consi-
deró que los puntos que debía comprender una so-
lución viable y conveniente para los intereses más
caros del PerÚ, eran:
«l.-Recuperar las provincias dentro de los
términos dclmismo tratado;
«2.-Prescntnr una forma de indemnización
que excitase el interés de los personajes políticos de
Chile, y los ¡¡c\'ase a contrarrestar tanto los de-
seos dc su pueblo, como él decir la opinión de sus
clases directinls.
«Estos son los objetos, terminaba diciendo en
esta parte el señor .Timénczal Senado, que se pro-
pone el ~Jemorámlum presentado al señor :\linis-
tro de Chile en Lima y que éste ha trasmitido a
su gobierno en demanda de instrucciones.»
A continuación, discute el mismo señor Jimé-
nez la conveniencia que resultaba é1c aceptar la
indemnización en la forma de liberación a los

- 55-
productos chilenos en el Perú, en vez de abonar-
la en dinero junto con la deudas reclamadas por
Chile.
«Sería nCi..-'Csano,
pues, dice el oficio, un capital
efectivo de 14, millones de soles, mínimum, por el
cual emitiríamos un empréstito, que, quiero con-
ceder, se colocaría a la par con un interés del 6 por
ciento y 3 por cicnto de amortización. Las tablas
de servido que remito adjuntas, bajo los nÚmeros
11 y 12 de los anexos a este oficio, demuestran
que bajo el "istema de amortizaciÓn fijR, debería
desembolsar el Pnú, durante 34 años, además del
capital, 14.210,700 sole.s de intereses; y que las
primeras diez anualidades por dichos intereses y
por amortizRción, descenderían de 1.25i~,700 so-
les, él 1.026,300. Bajo el sistema de intereses y
amo,tización al rebatir, el pago duraría más de
60 arIOS, y tcnrlríamos que abonar en las primeras
10 11I1Un lidades entre 1.250,550 soles y 952,714
soles 77 centavos.
((Para el pagode estas sumas, dadas las actua-
les condiciones del Perú, deberíamos otorgar
garantías eficaces, las cuales consistirían, tal vez,
en aceptar una intervención en las aduanas de la
República.
«En contraposición él estos números, la innem-
nizaci6n ofrecida toma por base la cantidad pet'-
cibida por el Fisco peruano sohre b importación
de productos chilenos, según la esta(lística perua-
na de 1891, e importaría la suma de 31 '.1-, 34:i so-
les 95 centavos, lo cual representa apenas el servi-
cio de amortización e intereses de un capital de 5
mi110nesde soles durante 40 años.))

- 56-
Por último, oemostró el señor ]iménez, que la
franquicia concedida a los productos chilenos se
tornaría luego en libre cambio recíproco.

* *
*

Estaha resuelto, sin embargo, en el plan políti-


co de nuestros pntres conscripti que el :\finisterio
]iménez dejase de existir, y en sesión que se celebró
sin la concurrencia del sena(lor por Tacna, el (mico
que había prometido defender los intereses de sus
conterr{llleos y la labor diplomática de su herma-
no, él la vez que reclamar del Congreso los sacrifi-
cios que la recupcraci6n de los territorios cautivos
tiene que importar al país entero, en esa sesi{¡n. di-
,e:o, se aproh(¡ el dictamen de la mayoría de In Co-
misi{¡n diplomática, en que se tmtaha el Memo-
rfllHlum de depresi\'o de la clignidad nacional, por-
que allí el ~linistro prometía que el Perú durante
25 años no cobraría a los pro(luctos chilenos
otros impuestos de consumo que los actualmente
establecidos para los similares nacionales, y de
violatorio del tratado de Ancón, porque estipula-
ba el pago de la indemnización en la forma defran-
quicias comerciales, en vez de la de soles peruanos
ó pesos chilenos de la misma ley y peso.
Siguiendo la lógica de este último razonamien-
to, sería violar hoy el Tratado de AncÚn, si paga-
mos el rescate con un millón de lihras esterlinus,
moneda de oro, como tendríamos que hacerlo,pues
no hay en circulación diez millones de soles de pla-
ta, y no se pueden acuñar sin peligro gravísimodc
la vida económica del país.

- 57
En cuanto al cargo relativo a la dignidad na-
cional, dirigido a fin de impresionar hondamente
el corazón patriota <leS. E. el Presidente de la Re-
pÚblica, encierra lo que en las relaciones de la vida
ordinaria se llama un sofisma, por lo menos.
Cuando yo impongo sobre mi casa una servi-
dumbre de luz en fm'or de mi v.ecino, o sobre mi
fundo, la de trfmsito, limito mi derecho de dispo-
ner de mi propiedad incondicionalmente; pero a
nadie se le ha ocurrido hasta ahora decir que yo e-
jecuto un acto indigno.

***
Los acontecimientos se encargaron de sacar a
flote all\Iinisterio jiménez y de consolidado en la
confianza del Presidente de la República.
Las propuestas del Memorándum fueron re-
chazadas por el mismo Chile, que se suponía inte-
resadísimo en conseguir, mediante los favores co-
merciales prometidos en él, la sujeción perpetua y
humillante del Perú.
Así van las cosas en la ciudad de temor y de
tristeza, en que los hombres son casi todos guia-
dos únicamente por sus pasiones y en que éstas los
haeen enemigos unos <le otros, según Baruch Spi-
noza, el sabio hijo de judíos portu¡:.,rueses,nacido
en 1632 en Amsterdan y muerto en La Haya, po-
bre y perseguido por judíos y cristianos en 1677 ..

- 58-
VI
Protocolo Jiménez-Vial Solar

De nuevo a la carga-Descripción ~eogrMica de la provillcia de


Arica; la quebrada Ut' Vítor-Descripción geográfica de la
provincia de Tacna; la quehrada de Chero-Los aboríge-
nes ,le Arica-!'\egociaciones dipl()l\látieas de Diciembre a
Ent"w de 190:~-Falsfl teoría constitucional del scñor D. D.
A. de la T. G.-Conclusión.

"General, una vcz más" dijo con voz de sú-


plica, Ducrot, comandante en jefe por pocas hora8
del ejército francés hasta que 10 asumió Wimpfen,
en el momento más crítico de la batalla de Se.
dán:
"Tantas cuantas usted quiera, mi general: has-
que no quede un hombre", contestó Gallifet a Du-
crot, y repitió por tercera vez a sus cazadores de
Africa diezmados por la metraIIa.

- 59-
-¡Para cargar .... al galope! jAdelante!. ..... jMar-
chen!, voces qu~se repitieron inmediatamente' de
la cabeza él la cola de la columna.
También el Presidente Morales Bermúdez, des-
pués del fracaso del memorándum jiménico, le dijo
á su Ministro:
"Una "ez más, don José .:\Iariano; no abando-
ne usted la partida".
El 7 de Diciembre, el doctor ]iménez, pues, for-
mó su brigada en columna, cada escuadrón a dis-
tancia doble de su frente, y comenzó un combate
con el seflOr Vial Solar, que duró hastá el 26 de
de Enero de 1 89·t..
Exploremos, primero, el objeth'o de las manio-
bras.

* *
*

La provincia de Arica comprende, en una ex-


tensión de 14,000 kilÓmetros cuadrados, una po-
hlación de 7,641 habitántes, ósea 0.54 pOl" kiló-
metro cuadrado, y se compone, físicamente hablan-
do, de alturas al oriente, en el cordón que contiene
la división de las aguas de los Andes, .r de una se-
rie de quebradas que descienden al mar Pacífico de-
jando en med io de ellas yermos y salitrosos a rena-
les.
La primera de esas quebradas es la de Camaro-
nes, que nace en la silla que une a los cerros Guai-
ghasi y Pumire, cuyo fondo lo riega el río del mis-
mo nombre, llamado en su parte alta Caritaya, se-
gún Boonen Rivera en su ((Ensayo l\lilitar sobre la
Geografía de ChiJe¡>.

60 -
Deho declarar francamente, que prefiero, por
más exactas, las indicaciones de ese trabajo, aun-
que de fuente chilena, que las del atlas de don Ma-
nano Felipe Paz Soldán, calificado de oficial por
el Gobierno de Chile, con el objcto de englobar en
el departamento de Pisagua las borateras de Chil-
caya, situadas entre el Cantaya y Atajama, otra
quebradilla alta que concluye con la de Cantaya
cerca de Arepunta.
El atlas de Paz Soldán, que nos causa sinsabo-
res desde 1872 con motivo de la demarcación de
los límites peruano-brasileños, no tiene valor ofi-
cial ni científico en la verdadera acepción de la pa-
labra: es una ml'ra colección de croquis geográfi-
co, según la opinión de don Carlos Paz Soldán,
que honró la memoria de su padre, publicando un
nuevo atlasdcl Perú, dedicado a lajuvcntud perua-
na, por medio de la Librería Galland, el año 1887.
Hago mociÓn para que pidamos al Gubierno
una deda raeiÚn, en que se consta te el ningún va-
lor oflcial del a tlas de Paz Soldán, como lo hi-
zo el gobierno argentino en una oeaSlOn, con
todos los croquis elementales de autores nacio-
nales y extranjeros.
La quebrada de Camarones tiene el pequeño
caserío de Esquiña, en el lado peruano, y la ha-
cienda de Cuya, con nueve hectáreas de terrenos
laborables en el lado chileno, además de algunos
tambos habitados por regnícolas dedicados al cul-
tivo de la alfalfa, en su mayor parte.

* *
*
Atravesando un arenal, que tendrá cerca de
treinta kilómetros de ancho en la parte media,

- 61-
8
se encuentra la quebrada de Vítor, cuyo princi-
pal pueblo es Codpa, a una altura de 1780 m.
sobre el nivel del mar, en la banda septentrio-
nal, con 120 habitantes. Esta quebrada se in-o
terna desde la playa encajonada entre altos ce-
rros de 600 él 700 metros y contiene, además,
varias haciendas'y lugarejos que producen la vid,
frutas y toda clase de legumbres y vinos que se
expemlen en Arica, Tacna y la región salitrera
de Tarapacá. El agua que trae la quebrada en
ciertos meses del año, de noviembre a abril, es
de mejor calilla<1 que la del río <1eCamarones;
pero debido al consumo que sc hace de ella en
los lugarejosdel interior, no alcanza a llegar al mar,
pues la poca quc arrastra el riachuelo es absor-
bida por el terreno arenoso antes de desfogar en
la costa. La caleta de Vítor ticne fondeadero por
11 a 8 metros de agua, cerca de tierra; pero no
siempr~ pued(: abordarse la playa. La habitan
algunas familias de pescadores, que para proveer-
se de agua se valen de pozos que abren casi en
la misma pla ya.
Entre la qucbrada de Vítor y el vallc de Aza-
pa, se extiende la pampa de India Muerta con un
ancho de 47 kilómetros.
El valle de Azapa, inmediatamente al Sllr de
su desembocadura. contiene la ciuoad y puerto
de San Marcos de Arica, con una población de
2,855 hahitantes, resguardada por un conl6n de
cerros que arranca del Morro y corre hacia la
naciente.
¡Sa1ve Arica, patria de Hip61ito Unánue y de
José :\1ariano ]iménez! De tí se podría decir 10
que el poeta escribió del Huáscar en su dístico:

- 62-
.1Iuáscar, de nuestros héroes cuna y tumba,
El eco ¡¡ún de tu cañ6n retumba!»

*
* *
Si~ue luego la quebrada de Uuta, re~aua por
el río Azufre de aguas permanentes que nace en
la vertiente occidental del macizo del Tacora; y
entramos en la provincia de Tacna.
Esta subdivisión territori:ll tiene 8,500 kiló-
metros cuadrados con una población de 16,519
hahitantes, o sea de 1.94 de densidad por kiló-
metr<Acuadrado.
En primer lugar, tiene la quebrada de Taena,
regada por el río Caplina y las aguas del canal
de Uchusuma, quehnlda que se forma por el em-
palme de dos, oriunda !éi primera de la vertiente
S. O. de los nevados del Barroso y la segunda
en la del cerro cle Azufre.
Allí, a las orillas del Caplina, ancho y abundo-
so en tiempo de paz, como el río de Chiclayo don.
de apenas naye"pn patos, se yergue la ciudad de
San Pedro de Tacna, con sus 9,418 habitantes, en
medio de una campiña de esmeralda, compuesta
de huertos que dan los durazl10s y las peras más
exquisitas de los países semitcmplados, y de jardi-
nes con flores preparadás por la madre tierra p~ra
engalanar la corona del triunfador diplomático
que devuelva al Per(t a su hija más predilecta.
Después de treinta y dos años de ausencia, vol-
ví el año antepasado a ver la ciudad que me vió na-
cer. El venerable scñor don Guillermo Mac1ean,
(Q. D. D. G.), último alcalde peruano de la ciu-
dad, Pastor ]imérez, mis condiscípulos de la niñez
y los que me conocían sólo de nombre, me pidie-

- 63-
ron entonces que explicase en la primera oportuni-
dad, al público todo de propios y extraños el al-
cance y valor de la labor diplomática de José Ma-
riano ]iménez.
¡Estoy cumpliendo la palabra que en esa oca-
siÓn os c1í, hermanos é hijos de mi corazón!

••
•• ••

Al norte de la quebrada de Tacna se desarro-


lla la de Chero, que nace en el portezuelo de ~al-
quina, al S. S. E. de Tarata, quebrada que contie-
ne agua en sus orígenes y algunos pequeiío's sem-
bríos en tambo!> de poca importancia hasta el de
Quilla, donde las aguas se pierden.
Por último. se llega a la quebrada de Sama.
Las dudas sobre la continuación de esta quehrada
por la del ríoChaspaya o por la del Estique, han
dado pretexto a Chile para ocupar una sección im-
portante de la provincia peruana de Tarata, con
su capital del mismo nombre, villa de 1.645 habi-
tantes situada a 4.174 metros sobre el nivel del
mar.

***
La ciudad d(~Arica debió ser un antiquísimo
centro poblado, a juzgar por la necrópolis que exis-
te en las f.'l.lrlasdel histórico Morro. La población
de entonces, en mi opinión, pertenecía a la tribu
de los Changos, raza de afinidad aimará, que los
incas llevaron a Chile a colonizar la secciÓn situa-
da al norte del río Cachapoal.
Los Changos han desaparecido del vaIle de
Azapa para ser reemplazados por otras razas; pe-

- 64-
ro creo que son los antepasados de los indios ari-
queños de la parte alta y de los valles de Vítor y
Camarones. Esta opini6n, tal vez, no concuerda
con la de Pablo Patr6n, que divide los pueblos de
la región de Tacna y Arica y de la altiplanicie del
Callao, en quichuas y aimaraes, fundado en el es-
tudio de las lenguas de los pueblos americanos que
él ha hecho.

*
**
Con las anteriores explicaciones preliminares,
podréis seguir, respetables oyentes, las peripecias
del comhate entre dos maestros de escuelas rlis-
tiutas: José i\lariano Jiménez, diplomático eclécti-
co, pues empleaha todos los medios de persuadir,
enternecer e imponerse a la voluntad ajena, inclu-
so el ap6strofe, y la deprecación, y Ja vier Vial Solar,
diplomático mapochino, que sólo empleaha uno
como más cOlwincente: el de la inmutahilidad del
criterio que la Cancillería de la Moneda se había
formado sobre la interpretación del Tratado de
Ancón.
Vial Solar como condición sine qua 110n, ha-
ciendo entrever instrucciones de su Gobierno, de.
mostrando las complicaciones gravísimas de los
asuntos ecuatorianos, en que Chile no quería mez-
clarse, (?) poniendo a la vista de Jiméncz el ais-
lamiento del Perú en los países dc lengua extran-
jera, y la veleidad de los de la...
<; lenguas ibero-ame-
ricanas; y jiménez, firme en sus ideas, y con su
condencia de peruano, más que de al'iqueño, recla-
mó, después de haber recorrido los archivos del
~linisterio, respecto de las amistades europeas y él-

- 65-
mericnnas, que aunque fuese de interés vital de
Chile avanzar hasta la quebrada de Vítor, era
también de interés vital del Perú ponerse a cubier·
to de cualquier eventualidad y asegurarse, desde
luego, la frontera de Chero y, por ende, salvar pa-
ra siempre la cuestión de Tarata, cuya posición
vale mucho y que a primera vista no es tan eviden-
te como lo cree la generalidad.
1\1(~orserá que 110 relate en esta oportunidad
la lucha titánica entre Jimél1ez y Vial Solar y la
poca ayuda y oposición, a veces manifiesta, pe·
ro siempre bien rebatida, con los colaboradores
secundarios del primero, en el extranjero, los mis-
mos que al fin se rendían felizmente a sus conse-
jos.
Recordaré sólo, entre otros incidentes que re-
velaban el falso criterio en uno u otro sentido de
personas distinguidas, que el señor La Torre Gon-
zález al conocer los términos del llamado protoco-
lo Jimenez-Vial Solar, escribió al Ilustre Proscrito
entonces a Valparaíso, con el objeto de que asin-
tiese en proclamar una dictadura y convocar una
constituyente en el Perú, de acuerdo con el parti-
do dirigente. El señor La Torre GOl1zález esti-
maba que la rectificación de fronteras por Vítor
en favor de Chile, importaba una acción condena-
da por nuestra carta fundamental.
Si el señor La Torre González estuviese ante
mí, también lo inperpelaría, como he querido ha-
cedo con Francisco Vergara Donoso y Javier Vial
Solar, para que me conteste esta pregunta:
¿Estando los territorios de Taena y Arica des-
prendidos del imperio de la constitución y leyes pe-
ruanas, por el artículo 3','del tratado de Ancón, ca-

- 66-
be invocar la primera para reclamar la dictadura,
en caso de que por convenio entre partes, se crea
más útil a los intereses del Perú y de Chile, estipu-
lar 10 que sea más conveniente a la salud del pue-
blo?
Snlus populi suprema lex est, (lel'Ían los roma-
nos. Así lo comprendió José:\1 ariano jiménez,
Ministro de mi Presidente Morales Bermúdez.

El señor La Torre Gonzá1ezno record a ba sin


duda, además, las enseñanzas del maestro doctor
don Luis Felipe VilIarán, honra de la ciencia polí-
tica peruana, en la página 48 de su lihro titulado
"La Constitución Peruana Comt'ntada".

"Lo expuesto, dice refiriéndose a la prohibi-


cíón de ce"¡ehrarpactos que se opongan a la in-
tegridad de la ~ación, contenic1a en el artículo 2
de la Carta, 110 es aplicable a la cesión del suelo
o sea (Id territorio en que no existe población,
o que ésta es tan escasa, que no constituye
ninguna subdivisión política .. La cesión de tales
territorios, no significa racionalmente menoscabo
de la integridad nacional, ni destruye tampoco el
derecho de nacionalidad de esos pocos habitantes,
que fácilmente pueuen cambiar de residencia, para
10 que es de uso darles los medios necesarios, lo
cual no sería posible tratándose de \'erd~Jeras po-
blacioncs. Tales cesiones, que generalmente tienen
lugar en la rectificación de fronteras entre los est.:'1-
dos, puedcn hacerse por los poderes políticos, <.-'Cle-
branuo tratados internacionales en la forma ordi-
nana.

67 -
El texto del llamado protocolo ]íménez-Víal-
Solar, escrito en forma de notas diplomáticas, que
esta noche no discutiré en sus detalles, 10 doy aquí
para terminar:
:'linisterio de Relacioncs
Extericr'"s

Lima, 26 de enero de 1894.

Señor Ministro:

"Como resultado del acuerdo a que hemos lIe-


gad~)en nuestras conferencias verbales, y siguien-
do el orden de ideas iniciado en la parte final del
acta de 7 de diciembre, tengo a honra formalizar
las siguientes bases generales para la redacción del
protocolo definitivo que debe ajustarse, según el
artículo 3" del Tratado de paz de 1883.
f.-El plebiscito se verificará en las condiciones
de rcciprot'Íllad que amhos gobiernos estimen necc-
sarias para obtener una votaciÓn honrarla y que
sea la expresiÓn fiel y exacta de la voluntad popu-
lar de las provincias ne Tacna y Arica.
n.-Aquel de los dos países a cuyo favor que.
den anexadas dichas provincias, pagará al otro 10
mi110nesde soles, estipulados en el referido artícu-
lo B'l, en bonos de la deuda pública de ·1,112 por
ciento de~nterés y úno por ciento de amortización.
Los bonos de Chile se cotizarán al tipo medio que
los de la misma clase hayan tenido en el semestre
anterior en el mercado de Londres, y los bonos del
Perú al tipo que se convenga entre ambos gobier-
nos, no pudiendo éste ser menor del sesenta por
ciento.

- 68-
El gobierno que emita dichos bonos, podrá, en
cualquier tiempo, hacer amortizaeiones totales o
parciales de ellos al tipo en que fueron aceptados
en el momento de su emisi6n.
IlI.-Los cupones por intereses vencidos y bo-
nos amortizados, serán recibidos en pago de los
derechos de aduana del país que los emita.
IV-En el caso de que Chile obtuviera el triun-
fo en el-plebiscito, el Perú podrá rectificar su fron-
tera de Sama a\'anzando hasta la quebrada de
Chero, que comienza en la punta Quiaca y termina
en la cordillera al sur del nevado de PaIlagua, pro-
longándose la línea divisoria hasta el origen y cur-
so del Uchusuma.
En cambio, si el Perú fuese el favorecido, Chile
podrá rectificar su frontera de Camarones avan-
zando hasta la ribera norte de la quebrada de Ví-
tor o Chaca, comprendiendo la caleta del mismo
nombre y prolongándose la línea divisoria por di-
cha quebrada hasta su vertiente meridional y cllí-
mite con Bolivia.
El país que haga uso del derecho que se le
concede en esta base, abonará al otro la suma
de tres millones de soles que se descontarán del
monto total de la indemnización.
Suplico a V. E. se sirva formalizar también
su aceptación ..
Me es satisfactorio agregar que el gobierno
peruano desea proceder cuanto antes a la discu-
si6n de las estipulaciones de detalle que debe
completar las bases anteriormente expresadas; y
que no (luda que se llegará al acuerdo necesario,
para que no se falte a la solidaridad y espíritu
de recíprocas concesiones que constituyen el fun-

- 69-
9
damcnto y razón de la presente nota y del pro-
tocolo definitivo)).
El Plenipotenciario de Chile en Lima dirigió
al Ministro de Relaciones Exteriores, doctor Ji-
mfnez, la siguiente nota, a propósito de la ante-
rior:

L<:gaci6n de Chile

Lima, 26 de enero de 1894.

Señor :\Iinistro:

He tenido el honor de recihir el importante


oficio de Y. E. de esta fecha, en el cual me pro-
pone las bases que, una vez aceptadas por mí,
scnirían para la redacción del protocolo defini-
ti\'o a que se refiere el artículo 3 del tratado
de Ancón.
En contest:1ción. me es grato decir a V. E.,
que accpto las hases referidas, queriendo de este
modo dar al Excmo. Gobierno del Perú una prue-
ha del espíritu de cordialidad con que el Gobicr-
no de Chile ha procurado incesantemente alla-
nar los obstÚculos que se oponían al feliz térmi-
no de esta ncgociación.
Tengo el honor, señor Ministro, de reiterar a
V. E. los sentimientos de mi más distinguida con-
sideración.

JAVIER VIAL SOLA1<.

- 70-
Otros harán mejores eosas que Jiménez, tal
vez; pero ninguno con el espíritu práctico y de pa-
triota que estaba en el fondo de su cerebro y de
su corazón.
Allá en el asalto del Mamclún Vcrt, el 7 de
junio de 1B55, cayeron heridos por los proyectiles
(1<: los cañones rusoS más de 5,000 hombres, que
con sus pantalones rojos, a las [) de la tarde,
\'('nían impulsados por la «furia francesa~ a apo-
derarse de la cumbre del montículo. El 8 de sep-
tiembre, a las once y media de la mañana, el
bastión de :\Jalakoff tamhién caía en poder del
19 de ¡mayos, cuyo estandarte quedó plantado en
lo alto. Al día siguiente Pellisicr, nombrado ma-
riscal de Francia, entraba en Sebastopol ahan-
donado por sus defensores.
También los nipones en Puerto Arturo hicie-
ron escalera de sus cadáveres para que el general
Nodji clavara la bandera del sol naciente en la
cima de los fuertes construídos por. la ciencia, y
defendidos por el valor y la constancia de genera-
les que no podían ya mandar, y de soldados que
no po(lían ya obedecer, pues eran espectros an-
dantes.
Nadie se acuerda de los héroes anommos que
sirvieron de pedestal a los victoriosos. y nadie en
el mundo político se acordará probahlemente de
mi Presidente :\J orales Bermúdez y de mi :V1inis-
tro ]iménez, cuyos restos políticos, revueltos en
la fosa común, han tenido pocas o ningunn pala-
bra de gloria.

-71-
¡Quiero yo, amigo cariñoso de ambos, sacar
sus buesos de la masa informe de aquellos héroes,
y suplicar a ustedes que los honren ~on la reveren-
cia debida a los que cumplieron con su deber!

He dicho, por ahora.

- 72-
.0*0,*0*0*0* 0*0*0 * O*o*~ *0* 0* ° *. 0* ° * ° *0"(0**0
_ o*Ó*o*o*o"*o*o*o~o*ó*ó·~_o~~o~<:~.~*o*o*o *,00*

La Conferencia Histórica del doctor


Carlos Wiesse.

«El Tíempo)).-Lim::l, 28 dc ctlcro de 1905.

El sábado último se realizó en Lima, en el


bcal de la Sociedad Geográfica, la primera con-
ferencia de la scrie que tiene anunciada el antiguo
Oficial :\layor clel Ministerio de r~elaciones Exte-
riores, y notable profesor de derecho público, doc-
tor don Carlos Wiesse.
Entre la concurrencia se veía al Ministro de
la Argentina, señor Arroyo, al diputado por Tac-
na, don Carlos Forero, y al Oficial ?\Iayor de He-
laciones. doctor Solón Polo.
E! programa de la conferencia se cumplió, pero
con pequeñas supresiones que no dejanm de refle-
jarse sohre el conjunto de la exposición. Calcu-
lando, tal vez, que sería preferible reservar para

- 73-
una seguudrr confcrencírr todo lo que importara
un examen de los difcn:ntcs protocolos o' memo-
rándums de alTeglo con Chile, el doctor Wiesse
se contrajo a rcferir en términos amenos y muy
sugesti\'os t~)dos los antecedentes (liplomáticos y
financieros que colocaron el problema de Tacna
y Arica en la condici6n que motivaron las nego-
ciaciones del señor Jiménez, deteniéndose en es-
tudiar las propuestas y contrapropuestas ante-
riores a 1895.
El, doctor \Viesse recorrió, pues, los incidentes
internacionales que motivados por el cobro de la
deuda exterior, rlieron origen a las primeras pro-
puestas de Chile para comprar al Perú sus dere-
chos sohre Tacna y ;\rica; la manera como se ha-
bían generado las negociaciones de los señores
Larrabure,. Wiesse, Chacaltalla y ]iménez. y el
espíritu que animaha por entonces a los perso-
najes del Gohierno, del parlamento y de la polí-
tica en el Perú, Con tÚ así mismo c6mo se habían
prepara(lo los primeros elementos de estudio y
de discusión sohre este negodo y refirió curiosas
intimidades de la Cancillería y del proscenio po-
lítico del país.
Todo esto fUt? dicho cn un lenguaje reposado,
ameno, matizado de anécdotas y comparaciones
interesantes, lleno dc afectuosa devoción al pue-
blo de su nacimiento-pues el doctor \Viesse es
tacneño-y de recuerdos igualmente sentidos pa-
ra algunos hombn:s públicos ya desaparecidos,
pero sin hacer uso de frases destinadas a desper-
tar las impulsiones patrióticas de sus oyentes.
La parte más interesante, más sugestiva y
mejor escrita de la conferencia, fué aquella en que

- 74-
el doctor Wiese habló sobre la mtSlOn que llevó
a Santiago en Septiembre de 1892, como Agente
Confidencial del Perú, encargado de negociar la
devolución de Tacna .r Arica, a camhio de con-
cesiones mercantiles en fa\'or dc Chile.
La velada resultó indudablemente bastante in-
teresante, y fácil fué observar que ella se mantuvo
sin decaer la atención del auditorio, que aplaudió
en algunos pasajes al conferenciante.

Campo neutral

La PrcI1stl, Lima, 24 de cnero de 1905

SOULoQno

Cual si, como fué notorio,


no hubiera sido inclemencia
que al datO U11:1 conren'ncia
me escaseara el auditorio;

Cual si esa noche, adem;ís,


no me hicieran padecer
los bostezos de Javier
T el sueño de los demás;

Cual si no hubiera tenido,


al ver todo esfuerzo vano.
que amenizar con el piano
el trabajo allí leído;

- 75-
Cual si no fuera una herida
que aún hace en mi pecho estra~os
pasar tan amargos ratos.
los peores de mi vida;

Como en un último choque


de mi suerte, armando riñas
me cae un Juan de las Viñas
lo mismo que un alcornoque.

¡De las Viñas! un menguado


que me punza y quc se esconde.
¡De las Viflas! que es de donde
nunca lo hubiera pensado! .

Pues seiior, son irritantes


las cosas que hay que aguantar,
¡métase usted él aceptar
encargos de gubernantes!

No Se haga usted el rehacío


y estudie usted y trabaje
para que después lo raje
un ...sarmicl1to de Palacio.

Para quc(lar deslucido


para que suene la lata
para que meta la pata
como siempre la ha metido;

para decir desatinos,


para quedar mallas dos,
para hablar peste de los
diplomáticos vecinos;

- 76-
y para que a 10 mejor
vayamos por ese afán
al ridículo mayor
Chile, el gobierno, el tal Juan
y este humilde servidor.

C. IV.

Est:< letrilla compucst:< por el señor Juan de las Viñas, es-


tá firmada, intcncionalmcntc, con las iniciales 'del calumnia-
do Dr. Carlos \\'¡cssc.

-·77 -
10
RECTIFICACION

DF;

ACUSACIONES FALSAS DE UN CRITICO


CALU M N IADOR (1)

En el número de El Comercio correspondiente


a la segunda edición de la tarde del sábado 11 de
febrero, quedó terminada la publicación de la "Con-
ferencia dd Dr. \~Tiesse,sobre el asunto de Tacna y
Arica:"
Ellunes 13 el mismo periódico publicó cinco
columnas, más o menos, en sección preferente, de

(1). Habría evitado la divulgaci6n de este apéndice en-


derezado aparentcmcnte contra el señor ~lanuel A. San Juan
(Q. D. D. G.), pues los difuntos no pueden replicar, no obstan-
te haber conocido en vida la defensa de la honra ajena vil-
mente atacada. Sin emhargo, todavía lozanos y bravos an-
dan por las manciones señornles. algunos de los que movieron
e inspiraron a Juan de l<,s Viñas. A ellos va dedicada esta
reproducción de un fi)lleto que no se puso en circulación en
su época.

- 81 ~
un artículo firmado con el seudónimo de Juan de
las Viñas. Conocía desde el año de 1891 ese nom-
bre por hallCrlo leídoal pié de una crítica malévola
y chilindrinesca que apareci6 en un folleto escrito
por mí sobre la cuestión de Quiénes deben votar
en los plehiscitos interné/cionales, la primera mo-
nografía de su especie (1).
Ko obstante el ataque inmoderado de Juan de
las Viñas contra quien, como yo, escribía en tono
serio, sobre asuntos doctrinales que interesaban
al país, y de conocer el nombre verdadero del per-
sonaje que se ocultaha tras del seudónimo, gracias
a la indicación de 'un amigo leal, me propuse con-
traer con aquel personaje, llamado don Manuel A.
San Juan, relaciones de amistosa cortesía, por
razón de la solidaridad de los intereses que nos es-
taban encomendados, pues es de recordarse que el
señor San Juan desempeñaba en Chile e! cargo de
Encargado de Xegocios ;ld ínterim cuando en
1892 fuí enviado a Santiago en misión confiden-
cial él propósito (le la alarma producida por los
intentos de Chile, respecto a nuestros asuntos te-
rritoriales y financieros, y por haberse negado a
ac«ptar la representación diplomática de! Perú ya-
rios de nuestros hombres públicos.
Conseguí que el señor don Manuel A. San Juan
correspondiese, también provisionalmente, 10 su-

(1) Para confusión del crítico Juan de las Viñas basta de-
cir que el folleto de Carlos Wiesse, está citado, no para mote-
jar z. su autor, se entiende, en la página 272 de la segunda
edición corcgida y tluesta con el día por Paul Fauchille, del ya
célebre "~anual de Derecho Internacional Público" de Henry
Bonfils, profesor en la Facultad de Dcrecho de Tolosa, Decano
Honorario. miembro de la Academia de Legislación.

- 82-
pongo, a mi deseo de aparecer unidos ante los chi-
lenos. A continuación de estos incidcntes, el se-
ñor San Juan, estando ya en Lima, me ,declaró que
él había escrito la crítica chilindrinesca contra el
folleto aquel, declaración quc, conviene decirlo, se
realizó en el tono de una persona que está arre-
pentida y reclama absolución de pecados.
Con la explicación del señor San Juan- y 10
mismo hubiera acontecido de mi parte sin ninguna
-porque era necesario no revelar al publico chi-
leno que la Cancillería reconocía las faltas diplo-
máticas cometidas por dicho señor, éste fué reco-
mendado por mí eficazmente al señor Jiménez, en.
tonces Ministro de Relaciones Exteriores, para el
puesto de Encargado de Negocios efectivo en Boli-
via, que desempeñó hasta el ingreso al mismo des-
pacho, en lR94, del señor don B:-tltasar García
Urnttia, quien debía conocer sus aptitudes y ca-
rácter mejor que yo, pues lo reemplazÓ sin más
trámite, a poco de ocupar el :\Iinisterio, con el sc-
ñor doctor don Alfreclo GastÓn,
El señor don Manual A. San Juan, llegado a Li-
ma, de regreso de Sucre, a fines' de 1894; y en mi
ausencia, publicó en El Nacional un artículo de su
pluma, pero sin su firma, que conocí en Europa, HCU-
sándome de haber sido cohechado por la Peruvian
Corporation, cuando mi misión del año 1892 en
Santiago, y de haber !'ido yo el autor del plan de
ceder a los chilenos la faja de Vítor a Camarones
para recuperar la de Vítor a Sama con las ciuda-
des de Arica él Tacna.
Entonces, ausente de la patria, en servicio de
ella, como abogado impuesto a la Perllvian Cor-
poration, y habiendo sido yo el único calumniado,

- 83-
omití contesta]" el n:fcrido artículo acusador. Hoy
quc el mismo autor repite sus injustos cargos, con
desooro de ,otros personajes políticos del Perú y
principalmentc del señor don Carlos M. Elías, Jefe
del Gabinete, qí.IC en Setiembre de 1892 me envió a
•Chile, es mi deber salir a la defensa de esos amigos,
defensa que también será la mía, sin pasión algu-
na, pues no la puedo tener contra el señor don lVla-
nuel San J Uéln, a quien crco, confirmando mis sos-
pechas de otras épocas, irresponsable, por causa
de enfermedad mental..
Entro, pues en materia.

*
* *
Lo primero que debo decir es que, sin habcr
intervenido, por mi posición, carácter y género de
estudios, cn la política financiera del PcrÍt que rJió
por resultado el contrato Grace-Araníbar del
año de 1~S7, ni en el contrato Aspíllaga-Do-
noughmorc de lHHH-89, fuí enviado a Chile como
agente conl1clel1cial para arreglar la cuestión de
Tacna y Arica, y la del cumplimiento del protoco-
lo CastellÚn-Elías dc 8 de Enero de 1890, que de-
bía dejarse finiquitado. Este asunto estaba ya en
gestaciÓn al fallecimiento del señor doctor don
Manuel :\1. Rivas; pero su Secretario, el señor don
:\lanuel A. San Juan, encargado de la Legación,
no se hallaha en situación de negociarlo acertada-
mente, por causas bien conocidas o sospechadas
del señor clan Carlos :\1. Elías y de su colega el se-
ñor don Eugenio Larrahure y Unánue.
:Y1is instrucciones, que eran las mismas, con
poca diferencia que las del señor Rivas, no fueron

-'84 -
conocidas de la Peruvian Corporation, y 10 prue-
ba el siguiente oficio que recibí en- Santiago a los
trece días de mi partida de Lima.

Dice el referido oficio:

Ministerio de !{eIHeiolles
Exteriores

Reservado

Lima, Setiembre 11 de 18.92.

Señor doctor don Carlos Wiesse, Agente confiden-


cial del Perú en Chile.

En la tardc de ayer se acercÓ a este despacho


el Representante de la Peruviall Corporation, se-
ñor Dawkins, expresándome que dese~ba conocer
el objeto de la misión de USo en relación con las
gestiones <lelos tenedores de bonos para medir la
conveniencia de constituir en Santiago un Repre-
sentante de la «(Corporation~ o trasladarse él en
persona.
Me pareció oportuno dar1e conocimiento de las
instruccion~s de USoen la forma del memorándum,
que envío a CS. en copia.
Dios guarde a USo

E. Larrabure y Unánu~.

11
El memorándum, resumen de parte de mIs tnS-
tnlccion'es a que se refiere el anterior oficio, dice
lo siguiente:

:-'Iinisterio (le HeL1eiolles


Exteriores

Oficialía ~layor

Copia

Ha desaparecido la principal dificultad que se


oponía al cumplimiento del protocolo de 8 de ene-
ro de 1890, es decir, la oposición de los tenedores
de bonos,
Estos aceptnn la distrihución, por arbitraje.
del dcpÚsito del n~lllCO de 1ngla terra, según consta
del proyccto dc protocolo quc ha negociado Mr.
Maudc, Enc'{)'gado de :\egocios inglés, en Santia-
go, con el Gohicrno de Chile, y que el de S. M. no
ha nprobado, por sostener que el arrcglo debe ha-
cersc por conducto de la Cancillería Peruana.
En consccllencia gestionará: A.-Cumplimien-
to del protocolo Elías- Tocornal y transferencia a
los Tenedores de Bonos, de las conuleras y de los
honos chilenos: B.-Protocolo especial sobre el de-
pósito del Banco en la forma aceptatla ya por los
tenedores de Bonos (dáusub 4" y 7'-' del trat.ado
de Anc{¡ny artículos 13 y 16 del decreto de 9 de
febrero de lSS2, cláusula 6'-' y 8~ del tratado y ar-
tículos H. y 15 ele dicho decreto): C.-Aquiescen-
cia del Reprcsentante francés para la resen'a de la
parte proporciona 1 rlel dep{¡sito que pudiera co-
rresponder a Dre)'fus y que quedará sujeta a los
resultados del arbitraje que el Gobierno del Perú
se propone negociar con el de Francia.

- H6-
En estas materias procederá de acucrd o con el
Encnrgo de Negocios de S. M. B. Y conel represen-
tante de dichos Tenedorcs, debidamente autoriza-
dos.

Es copia:-Alberto UlJoa.

Los documentos anteriores demuestran que ni


la Cancillería, ni yo personalmente, nos habíamos
puesto de acuerdo con el representante lle la Peru-
vian Corporatiol1 antes de mi salida para Chile, y
desvanece la malévola insinuaci{¡n del señor don
Manuel A. San Jlwn lle que existía convenio, confa-
hulación ó lo que quiera llamarse, entrc las perso-
nas que dirigieron estas negociaciones, para servir
intereses particularts, y no los del país.
Pronto sc verá cómo el señor don .:\Ianuel A.
San Juan, él sí, sirviÓ más eficazmente que na-
die, contra las opini()n~:-; pcn;on:tles de que hoy
alardca, contra los acuerdos del Consejo dc :\1i-
nistros y contra el concepto expresado por cs-
crito del Agente Confidencial Wicsse, los interc-
reses de la Pc:ruvi/ln Corporlltion, y cómo de a-
cuerdo con el s~'ñor don Isidoro Erráznriz, Mi-
nistro dc H.clacioncs Ex leriorcs de Chile, él quien
también injuria, fué el instrumento de la entre-
ga a dicha corporación de seisdentas treinta mil
lihras esterlinas y de las covadcras de Tarapa-
cá y Lobos.

*
* *
Llegado a Santiago a últimas horas de lél no-
che del 20 de Setiembre, después de una perma-
nencia de cuatro días cn Arica, encontré que la

- ~7-
protesta del señor San Juan contra el protoco-
lo Bacourt-Errázuriz había sido acogida favo-
rablemcnte por la Cancillería chilena, por el he-
cho de haber cxplicado ésta en una nota del
día 6, el alcanec de la cláusula del mentado proto-
colo, en que se hablaba de aquellos territorios.
Felicité por ello al scñor don :'vlannel A. San
Juan. Gracias a su labor encontraba el camino
desembarazado de obstftculos. Con esto conseguí
que la discusi6n de aquel protocolo fuese apla-
zada en la Cámara de diputados mediante -la
promesa que hice de pactar otro protocolo pe-
ruano-chileno que firmé efectivamente . conforme
a mis instrucciones, el .1.de Octubre. Este nuevo
protocolo importaba el reconocimiento por par-
te del PerÚ de la obligación de cumplir el tra-
tado de Ancón en lo relativo a los dcrechos re-
servados a sus acreedores, y el otorgamiento de
ga rantías para que su palabra fuese escuchada
en el Tribunal Arbitral constituído para repar-
tir el depósito de Londrcs. Se estipuló además
que un contador o comisario peruano nse¡;,oraría
al árbitro extranjero, que debía ser el Presidcn-
tc dcl Tribunal federal de la Confederación Sui-
za. ConoCÍ por sus actos a este magistrado años
más tardc, y puedo decir que su elección quedó
justificada, pucs demostró grandísima imparcia-
lidad, afán constante de estudiado todo en el pro-
ceso e inmaculacla honradéz. (1)

(1) El doctor Hafner-así se llama ha el Presidente del


Trihunal-murili en 1901. no dt:jan(!o más fortuna a su es-
posa e hijos 'lile sus títulos y libros académicos y los ho-
norarios de nOO francos al mcs que le fueron pagados de
los varios millones repartidos por él entre los acreedores del
PerÍl.

- 88-
Cuando obtenía yo el aplazamiento dd pro-
tocolo Bacourt-Errázuriz, no había llegado to-
davía a Santiago de Chile el señor don F.-duardo
Eyre, representante de la Peruvian Corporation.
Apareció pocos días después llevando instruccio-
nes de sus eomitentes para reclamar de Chile
que en cambio de su adhesión <,d arbitraje pac-
tado anteriormente, se le concediese una com-
pensaciÓn, como ~c había comTnido en principio
en el proyecto del protocolo tliscutido entre M.
Mande, E. de N. de S. :\1. B., Y el señor Errázuriz,
el mismo día o antes que el protocolo Bacourt-
Errázuriz.
El fallecimiento de 1\11'. ::\1aude acaecido en los
primen)s días (le Setiembre, hizo que sin interme-
dio de la LegaciÓn de S. 1\1.B. el señor Eyre se di-
rigiese a mí, como 10 efectuÓ también posterior-
mente con el señol' San Juan, )' me pidiera que en
el nuevo protocolo peruano-chileno que ern ya po-
sible firmar, se incluyese una cláusula análoga a
la del pl'O)'ecto .:.\laude-El'rázuriz; pero m{¡s hene-
ficiosa para la Pcruvié11J Corporntion. Esta no
estaba de acuerdo en la entidad de las cantidades
o valores conseguidos para ella por su agente di-
plomático, motivo por el cual hahía rechazado el
Foreign Office aquel proyecto, notificando a Chile
que todo conveniu debía hacerse interviniendo el
Perú y sÓlo con el apoyo oficioso <lelGobierno de
S. M. B.
Con todo esto hilvana el señor don Manuel A.
San Juan una historia de la que resulta que antes
de mi salida existía un desacuerdo entre los miem-
bros del Gahinete Elías sobre el retiro <lesus pro-
testas contra el protocolo Bacourt-Errázuriz. A

- H9
este respedo Se comete otra inexactitud con ten-
dencias de calumnia, pclesto que no se conocía en
Lima la r~>spue,;ta del señor ErrÚzuriz, que lleva
fecha 1:) de Setiembre, el día 7 del mismo mes, en
que salió para Valparaíso el Agente Confidcncial
Wiesse (1); yera por tanto un imposible físico
que en Lima se hablara aqud día f>, ni el subsi-
guiente, de retirar protestas cuya respuesta se es-
pera ba.

***
Esas protestas fueron retiradas en el l)1"otoco-
10 peruano-chileno de 4, de Octuhre de 1892, como
consecuencia de las instrucciones que el Agente
Confidencbl Wiesse llevaha, y por cuanto éste creía
y cree quc la n.:'puesta del Sr. Errázuriz del 6 de
Setiemhre era suficientemente satisfactoria, y por-
que la más eIeml:ntal prudencia deplomÚtiea impo-
nía al Gobierno del I'érÚ mantenerse en situación
de calma, para abordar las ncgoeiaciones sobre
Tacna y Arica, objetivo principal de la misión
Wiesse.
Como se n:rá más adelante, las protestas fue-
ron renovada.s sin embargo y ¿qué se sacó de ello?
Nada; pues no se impidió que la Pcrurian Corpora-
tion acudiese al arbitraje suizo, ni siquiera que su
autor, el señor don ),lanuel A. San Juan, fuese
consecuente con la conduda diplomática que cllas
imponían al Gobierno peruano.

\ 1) Por b cxtc¡,sión j' naturaleza del docul1lent(, todavía


reser\'ado, UO lo trasluitió por l'ahle el señor Sanjuan,

- 90-
El protocolo rle 4 de Octubre firmado por m!
con poderes de Plenipotenciario é/d hoc contenía
un artículo referente a la compensación debida por
Chile a la Peruyian Corporation, en cambio de su
aceptación de concurrir a discutir sus derechos an-
te el Presidente del Tribunal Federal de la Confede-
ción Suiza, artículo negociado direetamcnte entre
el señor Err{lzuriz y el señor Eyrc, representantes
de la Peru\'Ífin Corporation, C0!110 consta de los
documentos puhlicados en las páginas 9R a 104 de
la Memoria de I~elaciones Exteriores del Pcrú, del
año dc 1908.
Expcrimcnté vernadera satisfacción patriótica
al acogcr (licha clií.usula para mi protocolo, y no
me arn:picnto de esto (¡ltimo, ni después de los 13
años que han trascurrido y c1cla persistcnte male-
volencia del señor San Juan. Esa cláusula benefi-
ciaha a una compañía radicada en el Perú cuyo
domicilio no podrá abandonar en muchos años, y
ac1em{ls, mi aceptación coutrilmía a empobrecer a
Chile y a ohligado a lig:lr sus intereses con los del
Perú, en la liquidación final dc 1n denda externa.
De otro bulo, ¿cabía racion:¡]!ll('l1tc oponerse él
que Chile, por el (¡rganu de su :\Iinistro de I~elacio-
dcs Exteriores, se echase cncima 11!1[l responsahili-
dad !11:"ts,fuera de las que estahan inscrit:ls en los
pactos ajustados con el Perú?
¿A dónde íbamos H dar con esa política de pro-
testas y de oposici6n tenaz: contra Dreyfus, apo-
yado por el gobierno francés y contra otros acree-
dores de la misma naeionalidnd reconocidos en to-
da forma en decretos supremos de gobiernos cons-
titucionales del Perú; c(¡ntra la reTlrvian Corpora-
tión, recomemlac1a eficazmcnte por el Gobierno de

- 91 -
Su l\Iajestad Británica; contra Chile, en fin, por-
que éste disponía de lo qne hizo suyo por el trata-
do de Ancón que sancionó la conquista de Tampa-
cá y de sus guaneras?
4

Lo cicrto es, sin embargo, que los arreglos del


4 de octuhre de 18B2, cuya síntesis se encuentra en
el oficio que se publica al pié (?\':> 1), produjeron
después de aprobados por el Ministerio de Relacio-
nes Exteriores de Lima, una nerviosidad inexplica-
ble y que, como consecuencia, -me llovieron telegra-
mas y oficios para que ampliase, en una u otra for-
ma, mi proto('()lo y se redujese a nada el Bacourt-
Errázuriz, no ohstante dc existir el convencimiento
de que este Último lulhía perdidn su apariencia a-
menazauora y depresiva, y de que Chile tenía inte-
rés ahora en eOIllha tir a Dreyfus y demás acreedo-
res llamados ilegítimos.
*
* *
Perturbando la calma restablecida desde el 4
de octubre en las relaciones de la :\loneda con los
agentes peruanos, ejecuté cuanto me fué ordenado;
pero pred(;nd o q l1e mis in trucciones próximas
irían hasta decirme que, no obstante el silencio
guardado por la Cancillería sobre el retiro de las
protestas inú1:ilcs del señor don :Manuel A. San
Juan, in terviniese en la entrega a la Peruviall Cor-
poratioll, de los valores y sumas él que tenía dere-
cho por el protocolo Elías-Castellói1 (1), dirigí al

(1) a) todos los depósitos de Huanillos, Pabellón de Pica


v Punta de Lobo~ ..
h) el HO por cielllO de todo el producto Jí(Juido pelcibi-
do por Chile dcsde el U de Febrero dc 1882; tanto por <:iento
que según la ley chilena de 25 de Enero de 1893, importa la
suma de Lp. 630,000.

- 92-

Ministro de Relaciones Exteriores, el oficio de 11


de noviembre de 1892, que publico bajo el NQ2 ex:-
cusándome de participar en este asunto.
La intervención de agentes peruanos en la en-
trega de los valores y sumas enumerados estaba
moralmente vedada, mientras no se retirasen las
protestas del señor don Manuel A. San Juan al
protocolo Bacourt-Errázuriz, porque este docn-
mento diplomático era el que allanaba los obstá-
culos suscitados por Francia a dicha entrega me-
diante las protestas de éste en S.antiago y Lima
anteriores y posteriores a los arreglos contenidos
en el protocolo Castellón-Elías. [1]

* **
Mi oficio de 11 de Noviembre se recibió en el
Ministerio de Relaciones Exteriores al mismo
tiempo que un cablegrama del s('ñor don .:Ylanuel
A. San Juan, que había tomado de nuevo a fines
de ese mes, por mi retiro (2), la direcci6n de las
negociaciones, en que comunicaba haber sido in..
vitado por el señor Errázuriz, el mismo día 28
del cablegrama, para legalizar la cntrega referi-
da. (X. 3). El señor Eyre, representante de la
Peru\'ian Corporation estaba en relaciones direc-
tas con el señor San Juan, hecho que no critico
en lo menor.
(1) .Queda bien establecido que la aprobación del Gobier-
no francés del pr~sente acuerdo envuelve ipso (acto el retiro de
la oposición c¡ ue creyó de su deber hacer a la ejecución de las
cláusulas del protocolo de 8 de Enero de 1890 •. Párrafo final
del protocolo Bacourt-Errázuriz ..
(2) Anunciado en nota oficial por el A~ente Confidencial
Wiesse a la Cancilleria de Santiago, junto con la reproducción
de las protestas San Juan,

93 -
Reunido el Consejo <leMinistros, cuando ya
el de Relaciones Exteriores había decidido motu
propio que se accediese a la invitación chilena, di-
cho Consejo decidió por mayoría con su Presi-
dente el señor don Carlos M. Elías, en sesión de
29 de enero de 1892, que se telegrafiase al señor
San Juan en sentido contrario. (Acta bajo el
N94).
Pero el :\1inistro de S. M. B. en Lima salió
entonces a proteg-er a la Peruvian Corporation
con su nota de 29 de Noviembre de 1892 (N9 5)
Y aleg-ando que la referida compañía había acep-
tado el arbitrnje que fuera acordado por los go-
del Perú y Chile, el cual ya no existía, debo de-
cirIo, por el retiro que de mi protocolo hice,solicitó
que el señor don Manuel A. San Juan intervi-
niese en la entrega de los valores indicados por
Chile.
Así se acordó, yel señor San Juan firmó el ac-
ta de 5 de Diciembre llamada San Juan-Errá-
zuriz (i'i 6), Y transfirió en consecuencia las co-
Q

vaderas y las concesiones chilenas a don Eduar-


do Eyre, representante de la Peruvian Corporél-
tíon [NQ 7]. ,
Todavía el 16 de Diciembre el mismo señor
San Juan dió cuenta de haberse firmado un con-
trato entre el Ministro de Relaciones Exteriores
de Chile y el representante de la Peruvian Cor-
poratiotlllamado a remplazar en sus efectos prác-
ticos al protocolo \Viesse-Errázuriz, en lo que res-
pecta a los aén~edores ingleses del Perú.
El señor don Manuel A. San Juan que habla
hoy del negocillo de Londres y otras cosas que

- 94-
diz le desagradaron, no encontró malo dicho con-
trato y lo dijo así en su referido oficio [N<>
8].
Y de ese negocillo no objetado y que el señor
San Juan contribuyó eficazmente a consumar se
sirve él mismo, bajo el seudónimo de Juan de las
Viñas, para proyectar sombras sobre la honora-
bilidad del Ag-enteConfidencial Wiesse y para atri-
huirse los nombres de Bayardo, Cironjilo de Tra-
cia y Catón. ¿No le convendría me-jorel de Erós-
trato? .

Magdalena del Mar, febrero 16 de 1905.


CARLOS WIESSE.

- 95-
-~ ----- ---=~--=-=- ===='--'

i~~~~~
=- ~- -=-~---====~===~==,==~~
Pknipotencia ad hoc
del Perú

N'>' 13.

Santiago, octubre 7 de 1892.


Señor Ministro de Estado en el Despacho de Rela-
ciones Exteriores.- Lima.
Señor ~1inistro:
Por el correo que sale esta noche, envío a U. S.
el original del protocolo firmado el 4 del presente
con el señor Ministro de Relaciones Exteriores de
Chile. No pude realizarlo el miércoles por expre-
so, como U. S. me lo ordenó, a causa de haber.
me sido entregado muy tarde su cablegrama; pe-
ro habiendo conseguido de la "Central and South
American Telegraph Company" una rehaja de 50
% sobre la tarifa para el Gobierno, trasmití a U.S.
el texto íntegro, así como de las notas :r acta de su
referencia.

- 99-
Creo que han sido cumplidas las órdenes que
U. S. me impartió respecto de este asunto, salvo de-
ialles de poca significación en que U. S. me dejó la
latidud que todo negociador necesita para llegar a
un resultado satisfactorio,
lIase conseguido en efecto:

1Q Que el arhitraje establecido por Chile, en


virtud de la facultad quc se reservó en el decreto
de febrero de lH82, sea modificado, dándose al
Perú inten'enci/lI1 en la formación del Tribunal,
por el nombramiento que hará de un asesor con-
tador;
29 Que ese Tribunal, que, según el mismo re-
ferido decreto, debía fallar sobre Úl legitimidad o
validez de los créditos franceses, sea reemplazado,
para este solo objeto, por otro árhitro nomhra-
do por el Perú de comÍ1nacuerdo con Francia;
3<) Que senos reser\"(:la facultad de negociar
en París las condiciones dc ese nuc\'o arbitraje;
4<) Que el ofrecimiento que Chilc se compro-
mete a reiterar dc aumentar cn cuatro millanes la
suma que al Per'"¡correspondería en caso de incor-
porarse inmediata y dcfinitivamente el territorio
de las provincias de Tacna y Arica, haya perdido
la significaci6n que al principio se le dió, tanto por
las explicaciom's que contiene la nota respuesta
a las protestas del Encargado de Negocios en
Santiago, como por las declaraciones de Chile en el
preámbulo del Protocolo y en la nota anexa del 29
de setiembre.
Omito incluir en esta enumeración las ventajas
conseguidas por los Tenedores de Bonos, pues yu

- 100 -
he declarado, conforme a las instrucciones de U. S.,
que ellas no fueron el objetivo principal de misges-
tiones ..
:\le complazco en declarar que ha contribuído
en gran partc al éxito de csta parte de mi misiÓn
el espíritu justificado y conciliador del señor Mi-
nistro de Relaciones Exteriores y de muchos hom-
bres públicos de Chile, con los cuales me puse en
contacto con su conocimiento.
Adjuntas al presente oficio encontrará U. S.
copias de las comunicaciones cambiadas con el Re-
presentantc de la Peruvian Corporation, y pido la
aprobación de U. S.
Suplico se sirva U. S. someter todos los ante-
cedentes de esta negociación aS. E. el Presidente
de la República, cuyas órdenes espero.

Dios guarde él U. S ..-CárJos Wi"sse.

Of. NQ 23

Santiago, Noviembre 11 de 1892.

Al Ministro de Estado en el Despacho de Rela<.-io-


nes Exteriores.-Lima.

Señor Ministro;

Considero indispensable consultar a U. S. cuál


será el procedimiento que deba seguir yo o mi su-
cesor, en cuanto a la entrega que Chile hará, cuma

- 101 -
13
plicndo el Protocolo Elías-Tocornal, de las cova-
dcras y bonos de que tratan las cláusulas B y C
del protocolo fecha 8 de Enero de 1890.
U. S., l'1.1yO conocimiento de este delicado asun-
to es tan completo, recordará que la Cancillería de
este país suspendiÓ todo procedimiento, tanto por
causa de las protestas formuladas en Santiago y
Lima por los señores Bacourt y Bailly, como por
la negativa dc la Pemvian Corporation a recibir
10 que sus representantes creían sólo parte de lo
que tenían derecho a exigir.
Este último obstáculo ha desaparecido me-
diante la aquiescencia de la Peruvian a entrar en
el arhitraje de la Corte Federal Suiza; pero el pri-
mero s610 desaparecerá, eomo lo dije él U. S. en ca-
blegramas, una vez aprobado el protocolo Franco-
Chileno. Aunque el Ministerio ha insinuado que
Chile antes no hizo caso de las protestas, lo cierto
es que hoy declara lo contrario, y que no siendo
hastantes nuestros argumentos, debemos proceder
sobre el hecho de esa hase.
Aprobado el protocolo Bacourt, tendrá la Pe-
ruyian. por intermedio nue:'>tro,el derecho de recla-
mar los valor-es directamente a ella cedi<los; mas
habiendo protestado nosotros, la intervención que
tomáramos nos pondría en evidente contradieci(m.
El procedimient.o que lógicamente se deduce, a
mi juicio. de las reservas que U. S. ha arioptado en
cuanto al protocolo del 4· de Octubre, consiste en
rehusar, intervenir y aun impedir que los Tenedo-
res de Bonos reciban un centavo, mientras se man-
tiene esta situal:i6n.
No scría tan llano como parece, rechazar el
Protocolo Bacourt, y, en seguida, aprovechar de

102 -
sus consecuencias, creyendo que sobre el particular
Chile no pondría atención. Si después de recibir
los Tenedores aquellos valores, nos exige ese país
su devolución, mientras se levanta la oposición
por nosotros mismos formulada ¿nó surgirían difi.
cultades para d reintegro referirlo?
Sín'-ase U. S. absolver esta consulta en el senti-
do quC' más oportuno crea.

Dios guarde él U. S.-S. M.

Carlos Wics'Se.

~Iinistério []C Relacioncs


Ex(('riorcs

Santingo, Noviembre 28 de 1892.

Señor Encargado de Negocios:

Refiriéndome al protocolo firmado en esta ca-


pital el día 7 de Octubre de lR90 entre los Pleni-
potenciarios (le! Perú y de Chile, don Carlos M.
Elías y don José Tocoroal, tengo la honra de diri-
gil-me a U. S. rogándolc se sirva manifestarme si
habría inconvcniente por partc de U. S. para llevar
a término las estipulaciones de dicho protocolo, en
las partes relacionadas con la entrega inmediata
de las covaderas indicadas en el protocolo de 8 de
Enero de UlHO y del 80 por ciento del producto lí-
quido del guano que Chile ha percibido hasta el

- 103
día 8 de Enero citnclo y el producto total del gua-
no vendido por Chile desde esa fecha, entrega cuya
forma determina el protocolo Tocornal-Elí-as.
Debo manifestar a U. S. que este Departamen-
to vería con agrado cumplidas a la brevedad posi-
ble las referidas estipulaciones, para lo cual espera
el acu(~rdodel Gobierno de U. S.
Entre tanto, me complazco en renovar a U. S.
las seguridades de mi alb distinciÓn.

Isidoro Errázuriz.

Consejo de :I.!inistros

St:'sión de! 28 de
Novicmbre de 1·'l92

Señor Encargado de ~egocios ad ínterim del Perú,


don :\lanud A. San Juan.

Presidiendo el }'[inisterio señor Elías y presen-


tes los de Relaciones Exteriores, Justicia y Hacien-
da, el de Relaciones Exteriores dió cuenta de la
consulta que le dirige el Encargado de Negocios
en Chilc sobre la invitación que ha hecho al Go-
bierno de Santiago, para intervenir en la entrega
a los Tenedores de los valores comprendidos en el
protocolo de 8 de enero de 1890. Agregó su seño-
ría que había telegrafiado al señor San Juan en
sentido hvorablc y deseaba conocer la opinión del
Consejo.

- 104 -
Se trajo y dió lectura a los documentos perti-
nentes y el señor Elías manifestó que no podía in-
tervenirse en la entrega, por que ella era conse-
cuencia del protocolo Bacourt, mediante el 'cual
se levantaba la oposición al cumplimiento del pro-
tocolo de 8 de enero.
EIl\1inistro de Justicia opinó también en ese
sentido, expresando que habiéndo el Perú protes-
tado contra el arreglo Bacourt, no era lógico de
su parte aprovechar ahora, de sus consecuencias,
y que la situación del Perú era exactamente la mis-
ma que existía antes del protocolo Bacourt.
El :Ylinistro de Hacienda se adhirió a estas o-
piniones, que afirmó también la lectura de un oficio
del Agente Confidencial señor Wiesse.
En consecuencia se ~lcordó que se telegrafiara
al señor San Juan, ordenándole suspender su inter-
vención en la entrega. Se levantó la sesión.

(Firmado)-C.arlos M. Elías.
E. Larrabure y Uminue.
IsnUlel PuirredÓn.
Rafael QuirÓs.

N9 5
Legación Británica

Lima, Noviembre 29 de 1892


Señor ~Iinistro:
Cábeme la honra de poner en manos de V. E.
la copia de una carta que me ha sido dirigida por

- 105 -
el representante de la Corporation, suplicándome
instara al Gobierno peruano, para que se le envíen
instrucciones al Encargndo de Negocios en Chile,
con el objeto de recibir del Gobierno de Chile las
propieda(les estipuladas en el arreglo y entregar
las mismas al representante en Santiago de la
CorporatioJl, cumpliendo así con las condiciones
del protocolo de Enero de 1890 celebrado por los
dos Gobiernos.
Queda ttrminantemente establecido que este
acto es del todo independiente de cualesquiera ne-
gociaciones diplomáticas que se entablaran respec-
to al albitraje, y de ningún modo obliga al Gobier-
no peruano en cuanto a los detalles de las cuestio-
nes relaciowldas con el arbitraje que fuera acorda-
do por los Gobiernos de Chile y el Perú.
Tal ha sido siempre la actitud de la Corpora-
tion en la cuestiÓn arbitraje y ésta ha recibido la
aprobación del Gohierno de S. NI.
Aprovecho esta oportunidad para reiterar a
V. B. las seguridades de mi más alta y distingui-
da consideración.
Cb. E. Jlansfie1d.

Al Excelentísimo señor Ministro de Relaciones Ex-


teriores del Perú.

N<J6

Acta complementaria del protocolo de 8


de Enero de 1890
Reunidos en este Departamento, el señor don
Manuel A. San Juan, Encargado de Negocios del

- 106 -
Perú, y el señor don Eleodoro Errázuriz, Ministro
de Relaciones Exteriores de la Repúhlica de Chile,
y estando presente errcpresentante de la Peruvian
Corporation Limited, que ha sucedido en sus de-
rechos a los Tenedores (le Bonos de los emprésti-
tos peruanos de 1869, 1870 Y 1872, se procedió a
dar cumplimiento al artículo 5',) del protocolo de
8 de enero de 1890, y en consecuencia el señor Mi-
nistro de Relaciones Exteriores puso cn manos del
Encargado d~ Negocios del Perú lo siguiente:
Primero: una orden para (lue sean entregadas
al Gobierno del Perú las covaderas de HuanilIos,
Punta de Lohos, Pahellón de Pica e islas de Lobos
de Afuera, y
Segnnclo: una nota al seJor l\Iinistro de Ha-
cienda para que sean entregadas a la orden del se-
ñor Encm-gaclo de Negocios del I'erú las concesio-
nes quc el Gohierno de Chile otorgó al del Perú
por el inciso C del protocolo de 8 de enero de 1890
El Encargado de Negocios del Perú, dándose
por recibido de los citados valores, los trasITÚtió
en el mismo acto al representante de la Peruvian
Corporation Limited, la que, como se expresó al
principio, ha sucedido en sus derechos a I Comité
de Tenedores de Bonos peruanos de los emprésti-
tos de 186H, 1870 Y 1l:l73.
Hecha en Santiago (le Chile, el 5 de diciembre
de 1l:l92.

(Firmado)-lHanl1cJ A. San Juan.

(Finna(lo )-Isidoro Errázuriz.

- 107 -
N'-'7
.
Santiago, Diciembre 5 de 1892.

Al señor :\linistro de Hacienda.

Señor Ministro:

En cumplimiento de lo dispuesto por la cláusula


C del protocolo de 8 de enero de 1890, ruego a
U. S. se sirva hacer poner en manos del Encargado
de Negocios del Perú, don ~Januel A. San Juan, los
valores que dicha cláusula determina.
Dios guarde a U. S.
(Firmado).-Isidoro Errázuriz.

Santiago, diciembre 5 de 1892

Al señor Ministro de Hacienda.


En nombre del Gobierno del Perú y en virtud
de la autorización que me ha conferido, trasfiercr
la ordcn que precede, al señor don Eduardo Eyre,
representante de la Peruvian Corporation Limi-
ted.

(Firmado).-Manuel A. San Juan.

- 108 -
Ministerio de Relaciones
Exteriores

Santiago, diciembre 5 de 1892.

Encontrándose allanadas las dificultades que


habían impedido hasta ahora, el cumplimiento
del protocolo de 8 de enero de 1890, ruego a U. S.
se sirva ordenar que las eovaderas de Huanillos,
Punta de Lobos, Pabellón de Pica y Lobos de
Afuera, sean entregadas al Gobierno del Perú, por
intermedio de su Encargado de ::\egocios en esta
República, señor A. San Juan.
Dios guarde a U. S.
(Finnado).-Isiduro Errázuriz.

Santiélgo, rlicicmbre 5 de 1892.


Al señor Ministro de Hacienda.

En nomhre del Gobierno del Perú, y en virtud


de la autorización que me ha conferido, trasfiero
la orden que precede, al señor don Eduardo Eyre,
representante de la Peruvian Corporation Limi-
ted.

(Firmado).-1\lanuel..-1. San Juan.

- 109 -
Legací6n del Perú

Santiago, diciembre 5 de lH92.

Al señor don Eduardo Eyre, Representante de la


Peruvian Corporation Limited.

Según constará en el acta de esta fecha, que he


·de suscribir con el señor Ministro de Relaciones
Exteriores de Chile, pongo en manos de Ud. junto
con la presente, un;) orden para que me sean entre-
gadas las covadcras de Huanillos, Pabellón de
Pica, Punta dc Lobos e Islas de Lobitos, así como
una nota rliri.f..,>Í.da
al s('ñor Ministro de Hacienda,
para quc me haga también la entrega de las con-
cesiones a que se refiere la cláusula e del artículo
1 dcl protocolo de 8 de enero de 1890.
Q

Sírvase Ud. contestar este oficio, dándose por


recibido de dichos valorcs, en virtud de la trans-
ferencia que consta en los documentos adjuntos; y
declarando a mi Gobierno, cn nomhre de la Peru-
vian Corporation, relevad€>de toda responsabili-
dad ulteriOl"por el cumplimiento de las cláusulas
B y e del referido protocolo de 8 de enero de 1890.

Dios guarde a U. S.

(Firmado).-Manuel A. SanJuan.
J

- 110 -
Santiago, Diciembre 5 de 1892.

Al señor Encargado de Negodos del Perú.

Presente.

Señor:
Tengo el honor ,de acusar recibo del oficio de
U. S. número 43 de esta fecha, junto con el cual se
ha servid'o U. S. poner en mis manos las dos orde-
nes, que según el acta suscrita hoy por U. S. y por
el señor Ministro de Relaciones Exteriores de Chi-
le, ha entregado a U. S. éste último, en cumpli-
miento de los indsos B y e del artículo 1 del pro.
Q

_toeolo de 8 de enel~Ode 1890.


La primera de estas órdenes es para que me
sean entregadas las covadcras de Huanillos, Pun-
ta de Lobos y Pabellón de Pica y de las islas de
Lobos de Afuera.
La segunda dispone la en:trega de las concesio.
nes comprendidas en el indicado inciso C.
A nombre de la Peruvian Corporation Limited,
rleclaro que la entrega él ella de las eovadcras y
concesiones mencionadas, releva al Gobierno del
Perú de toda responsabilidad ulterior al cumpli-
miento de los incisos B y e del artículo 1 <:> del ya
referido protocolo.
Dios guarde a U. S,
S. E. de N.
[Firmado].-Eduardo Byre.

- 111 -
Legación del Perú

Santiago, diciembre 16 de 1892.

Señor .\-linistro de Estado en el Despacho de Rela-


ciones Extedores.
Señor Ministro:

Remito a U. S. con la presente nota, copia del


acta que han suscrito el señor Ministro de Relacio-
nes Exteriores de Chile y el representante de la Pe-
ruvian Corporation Limited, para allanar las di-
ficultades relativas al cumplimiento del protocolo
de 8 de enero de 1890.
En esa acta, el representa,nte de la Peruvian
acepta el arbitraje establecido por el tratado de An-
cón, para distribuir los fondos del depósito de Lon_
drés, y limítase la responsabilidad de Chile para
reintegrar la parte de dicho dep6sito, que pase a
manos de otros acreedores, a la suma de trescien-
tas mil libras esterlinas.
Figura también en el acta una cláusula relati-
va a la entrega de seiscientas mil libras en bonos,
a cuenta del~O % del guano percihido por Chile,
a que se refiere el inciso e del artículo 1 del proto-
<}

10 de Hde enero d<:1890.


Entiendo que todo este arreglo no afecta de
un modo directo los intereses del Perú.

Dios guarde a U. S.

(Firmado).-Manuel A. San JU8t1.

- 112 -
LA SEGUNDA CONFERENCIA DE ESTA SERIE LA
HICE, FALTO DE PÚBLICO, ANTE LOS LIBROS DE MI
BIBLIOTECA. HE CONSERVADO UN nORRADOR QUE
CONSTITUmÁ LA HISTORIA DE LAS l'EGOCIACIONES
EN QUE OTROS SE EMPEÑARON DESPVÉS DE JIMÉNEZ
y QUE SE PUDLICAR.\ EN SU OPORTUNIllAD.

LIMA, DICIEMBRE 8 DE 1917.

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BANCO DE L/\ ;;EPU['U.:A


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