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SEMINARIO DE PAZ Y DEMOCRACIA

Brayan Moreno Franco 145203709


NOMBRES Brahayan León Vargas CÓDIGOS 1452037
Frankin Novoa Gonzalez 145203710
Licenciatura en
CARRERA RESEÑA
Producción Agropecuaria
DOCENTE Jaime Díaz Usaquén NOTA

En la identificación de los puntos centrales sobre el origen, políticas,


consecuencias y características del conflicto colombiano el autor Sergio de Zubiría
Samper se plantea tres periodos de larga duración, que expresan características
políticas, ideológicas y culturales para el desarrollo y la continuidad de la violencia
colombiana, dichos periodos se establecen de la siguiente manera: “el primer
periodo, ubicado entre las décadas del treinta y cincuenta del siglo XX. La
segunda fase, entre los años sesenta y ochenta del mismo siglo. La tercera, entre
la última década del siglo XX y las primeras décadas del XXI”[ CITATION Zub15 \l
9226 ]. Con el propósito de dar razón sobre las ideas principales del texto, se
aborda el mismo enfoque del autor, donde se abarca cada periodo de manera
individual, pero que sin embargo se correlacionan de manera directa.

Primer periodo: décadas del treinta y cincuenta del siglo XX.

Este periodo se considera como el inicio del conflicto en Colombia, el cual no es


originado por un motivo en específico sino por múltiples factores, entre ellos
políticos, ideológicos y culturales que conllevaron a generar un conflicto
multidimensional con una alta complejidad. Entre los hechos históricos a destacar
se encuentra un cambio político, donde el grupo conservador después de medio
siglo en el poder es remplazado por el grupo liberal; se evidencian incrementos en
las huelgas organizadas por la unión de la clase obrera, acompañada de debates
encaminados a una trasformación económica y social; una creciente necesidad en
la industrialización para afrontar las importaciones; quiebres con la relación del
estado con la iglesia católica, todo esto origina diversas disputas que el gobierno
afronta como conflictos internos.
Sin embargo, los diferentes movimientos que impulsaban un cambio en la
orientación del país, fueron suprimidos por las clases dominantes, debido a que
estos nuevos ideales eran vistos como una amenaza, que dificultaba sostener el
poder centralizado en unos pocos, impulsando así el “miedo a la democracia”,
donde empieza aprovecharse el poder político para beneficiar el capitalismo de las
elites y así reprimir las clases obreras.

Lo anterior se traduce como: “victimización colectiva, donde no se trata de la


muerte física individual, sino de asesinar los sueños políticos colectivos de
comunidades enteras”[ CITATION Zub15 \l 9226 ]. Este periodo entrega una
Colombia dominada por elites, que usan la represión y la violencia como forma de
contención a cualquier tipo de trasformación socio-económica, con una vida
política poca democrática donde la sociedad es influenciada para rechazar
cualquier movimiento contrainsurgente.

Segundo periodo: décadas del sesenta y ochenta del siglo XX.


En este segundo momento las tendencias políticas y culturales son enmarcadas
por el bipartidismo del frente nacional, donde el partido conservador y el partido
liberal establecen un pacto político, que buscaba impulsar la democracia y la
igualdad parlamentaria, sin embargo esta estrategia pasa a ser un método para
que las elites de cada partido busquen su interés personal, fomentando la
violencia y conflictos por afinidades políticas.

Este bipartidismo político conlleva a la presencia de un sistema antidemocrático,


donde solo hay una representación política para los partidos tradicionales, dejando
a un lado a proyectos políticos alternativos y diversas regiones sufren por la
ausencia de representación. Esto genera que el frente nacional sea “un
mecanismo para mantener y no para avanzar”[ CITATION Zub15 \l 9226 ], donde
solo hay privilegios para los representantes del bipartidismo, pues cada partido
promocionaba sus elites pero no un cambio.
Pero a pesar de esta situación la clase media carece de visión crítica y no afronta
dicha problemática, sino por el contrario en la búsqueda de aumentar su poder
económico buscan vincularse a las elites del poder político. Lo que conlleva al
“crecimiento de dos sociedades, dos países, dos mundos con experiencias
escindidas y abismales”[ CITATION Zub15 \l 9226 ], que incrementan la violencia y
la tensión social.

Otros hechos históricos de relevancia son el magnicidio de Gaitán y el gobierno de


Rojas Pinilla, donde se evidencia que la sociedad colombiana no contaba con
bases democráticas estables, lo que permite que las elites se fortalezcan en el
poder, donde logran que sus representantes políticos promuevan ideales
violentos, para generar la exclusión de cualquier otro orden político, como
consecuencia se evidencia un estado contrainsurgente aun antes de la presencia
de guerrillas.

Por su parte las luchas sociales armadas y no armadas, incrementaron la


resistencia en el campo social y popular del país, pero estas luchas no
solucionaron la crisis de la estructura gubernamental, debido a diversos rasgos
como la unidad estratégica y la dispersión. Este periodo finaliza con un Colombia
llena de conflictos y de procesos políticos dispersos, que no representan una
solución a las necesidades socio-políticas del país, pues se presenta una fachada
democrática, pero el método político a utilizar es la violencia.

Tercer periodo: última década del siglo XX y las primeras décadas del XXI.
En este último periodo se reconoce las problemáticas causadas por el pacto
frente-nacionalista, donde solo quedaron promesas sin cumplir y el desarrollo de
ultrajes por todo el país. Pero la situación no mejora, el incremento de la guerra es
una constante en la década de los ochenta, donde se encuentra el terrorismo,
aumento de la economía trasnacional de las drogas ilícitas, ampliación de grupos
armados (FARC-EP, M-19, EPL, ELN, Quintin Lame, PRT, MIR Patria libre) que se
expandían por todo el territorio colombiano y grupos paramilitares con el apoyo de
la fuerza pública estatal, todo un coctel de problemáticas que desencadeno una
huella sangrienta en la memoria del país, con múltiples muertes de líderes
políticos y sus seguidores.
Ya para la década de los 90, con la aparición de la constitución del 91 como
herramienta para la búsqueda de la paz y la equidad social, no es suficiente, pues
a su vez se realizan acciones que renuncian a la paz, como el bombardeo a casa
verde, lugar donde se concentraban guerrilleros de las FARC. Estas tendencias de
generar esperanzas de paz, pero acciones que fomentan la guerra generan
oscilaciones entre conflicto y procesos de paz, donde los dirigentes que llegan a la
presidencia no continúan con los proyectos de sus antecesores sino inician
nuevas medidas de control y amnistía política, pero que no se concluyen.

Las diversas causas de conflicto se fueron acumulando y generando


problemáticas de alta complejidad que abarca lo político, lo social, lo económico y
lo cultural. Donde las tendencias de represión de ideologías contrainsurgentes y
anticomunistas, promovidas por las elites, conllevan a la supresión de las ideales
neoliberalistas. Tal vez esta represión ideológica es la causa por la cual “ninguna
de las siete organizaciones desmovilizadas en las últimas décadas ha podido,
consolidar un proyecto político sostenible y han fracasado
electoralmente”[ CITATION Zub15 \l 9226 ]. Lo que deja a una Colombia que
ingresa a “una etapa de múltiples ambivalencias, incertidumbres y esperanzas,
frente a la terminación el conflicto interno”[ CITATION Zub15 \l 9226 ].

REFERENCIAS
Zubiría, S. (2015). Dimensiones políticas y culturales en el conflicto colombiano.
Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, 194-246.

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