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DERECHO PRIVADO 1

A) PERSONA HUMANA: CONCEPTO. TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN HUMANA


ASISTIDA (ARTS. 560 Y S.S. CCCN)

PERSONA HUMANA:

El Código Civil y Comercial no recepta una noción de persona, como lo hacía el sistema del Código
velezano,sino que se limita a regular los efectos jurídicos patrimoniales y extrapatrimoniales que
tienen fuente en esa personalidad.

La noción de persona tiene dos elementos que se complementan y subsumen:


a)uno de tipo material: que es el ser humano (persona humana), el concebido (persona por nacer) o una
organización humana ya sea a partir del individuo o un grupo organizado (persona jurídica individual
o plural, en ambos supuestos);
b)otro de naturaleza formal:se relaciona directamente con esa capacidad genérica para ser titular de
derechos y obligaciones.

En el Código Civil y Comercial se reconocen dos tipos de personas;


1)Las personas humanas:El nuevo código no contiene una definición, pero se entiende por ser humano
a “toda aquella persona que presente signos característicos de humanidad sin distinción de cualidades
o accidentes” .
El ser humano abarca dos etapas de su existencia:
a) el concebido que no ha nacido (arts. 19 Y 20 C.C. y C.)
ARTÍCULO 19.- Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la
concepción.
ARTÍCULO 20.- Duración del embarazo. Época de la concepción. Época de la concepción es el lapso
entre el máximo y el mínimo fijados para la duración del embarazo.
Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo de tiempo del embarazo es de trescientos días
y el mínimo de ciento ochenta, excluyendo el día del nacimiento.
b) las «personas humanas propiamente dichas»:
etapa que comienza con el nacimiento con vida (art 21 CC y C.) y termina con su fallecimiento (art. 93
C.C. y C.).
ARTÍCULO 21.- Nacimiento con vida. Los derechos y obligaciones del concebido o implantado en la
mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida.
Si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió.El nacimiento con vida se presume.
ARTÍCULO 93.- Principio general. La existencia de la persona humana termina por
su muerte.

2) Las personas jurídicas,tienen como base a una organización humana, a partir de un individuo o un
grupo, que confornan un ,nuevo «ente» diferenciado de cada uno de sus integrantes.

TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN HUMANA ASISTIDA (ARTS. 560 Y S.S. CCCN)

ARTÍCULO 560.- Consentimiento en las técnicas de reproducción humana asistida.


El centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo, informado y libre de las
personas que se someten al uso de las técnicas de reproducción humana asistida. Este consentimiento
debe renovarse cada vez que se procede a la utilización de gametos o embrión.

ARTÍCULO 561.- Forma y requisitos del consentimiento.


La instrumentación de dicho consentimiento debe contener los requisitos previstos en las disposiciones
especiales, para su posterior protocolización ante escribano público o certificación ante la autoridad
sanitaria correspondiente a la jurisdicción.
El consentimiento es libremente revocable mientras no se haya producido la concepción en la persona o
la implantación del embrión.

ARTÍCULO 562.- Voluntad procreacional.

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Los nacidos por las técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre
o de la mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre en los términos de
los artículos 560 y 561, debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas, con independencia de quién haya aportado los gametos.

ARTÍCULO 563.- Derecho a la información de las personas nacidas por técnicas de reproducción
asistida.
La información relativa a que la persona ha nacido por el uso de técnicas de reproducción humana
asistida con gametos de un tercero debe constar en el correspondiente legajo base para la inscripción
del nacimiento.

ARTÍCULO 564.- Contenido de la información.


A petición de las personas nacidas a través de las técnicas de reproducción humana asistida, puede:
a. obtenerse del centro de salud interviniente información relativa a datos médicos del donante, cuando
es relevante para la salud;
b. revelarse la identidad del donante, por razones debidamente fundadas,evaluadas por la autoridad
judicial por el procedimiento más breve que prevea la ley local.

B) CAPACIDAD DE LA PERSONA HUMANA: RÉGIMEN DE CAPACIDADES


PROGRESIVAS. PERSONAS INHABILITADAS Y CON CAPACIDAD RESTRINGIDA.

CAPACIDAD

Se puede definir a la capacidad en general como «la aptitud o el grado de aptitud de la persona para ser
titular de derechos y deberes jurídicos».

CLASES:

1-La capacidad de derecho o capacidad de goce:

El art. 22 del C.C. Nos. brinda el principio general sobre capacidad de derecho al establecer que «Toda
persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar
o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos determinados .

La capacidad de derecho no puede faltar de manera absoluta pero tampoco puede reconocerse sin
limitaciones. No se puede carecer totalmente porque esta institución constituye el núcleo central de la
personalidad jurídica; es un atributo de cada clase de persona.

Todas las personas son titulares de ciertos derechos que no se limitan a la celebración de actos jurídicos
para establecer relaciones jurídicas. Así, todas las personas (niños, ancianos, discapacitados,
aborígenes, mujeres, hombres,sin excepciones) gozan de los derechos que hacen al respeto de su
dignidad personal y pueden hacer valer esos derechos frente a otros particulares y frente al Estado,
quien asume incluso obligaciones para hacer eficaces las declaraciones programáticas del ordenamiento
jurídico.

Limitaciones a la capacidad de derecho:

El Código Civil y Comercial establece además algunas incapacidades de derecho del penado. Así
establece la incapacidad para:
a) Ser tutor o curador a quienes hayan sido privados de ejercer la responsabilidad parental o sean
condenados a pena infamante (arts. 110, inc. e y 138).
b) Ser testigos en instrumentos públicos a quienes por sentencia estén privados de serlo (art. 295,
inc.a).
c) Contraer matrimonio con quien haya sido autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno
de los cónyuges (art.403 inc. e), entre otros supuestos.
La falta de una plena capacidad de obrar implica que el ordenamiento jurídico se debe ocupar de la
protección de los intereses y derechos de que la sufre. Se establecen, a tal efecto, normas apropiadas

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instituyendo la representación legal del incapacitado o exigiendo un complemento de su capacidad.
En definitiva, las incapacidades están previstas para proteger a sus destinatarios.

La forma de protección empleada para los incapaces, en el sistema vigente, depende de la extensión de
su incapacidad y puede existir en dos grados diferentes. Sobre algunas personas pesa una incapacidad
tal que no pueden hacer nada por sí mismas. Están totalmente privadas de la facultad de actuar
jurídicamente. Es pues necesario que los actos que les incumben sean realizados en su nombre y por su
cuenta, por una persona capaz que las represente, sin que sean llamadas a intervenir. Para otras
personas la incapacidad es menos extensa. Existen personas con capacidad restringida que, en alguna
medida, pueden comprender el alcance de sus actos y que no tienen necesidad de ser representados.

Pueden actuar por sí mismos, y solamente deben ser autorizados por alguien que los asista.La falta o
disminución de la capacidad se suple con la representación o con la asistencia, esta última a través de
los «apoyos». La representación implica sustituir al representado en el otorgamiento del acto. La
asistencia,tomada esa palabra en el sentido de asistencia jurídica, es una distinta forma de proteger a las
personas con capacidad restringida, respecto de las consecuencias perjudiciales que podrían resultar de
su inmadurez, con ocasión del otorgamiento de los actos jurídicos que deba celebrar.

En los casos de representación hay una sustitución de personas. En el acto que se otorga es «parte» el
representado, porque es el titular del interés o derecho que el acto moviliza, pero en virtud de aquella
sustitución, quien formula la declaración de voluntad es el representante.

En los casos de apoyo o asistencia se configura una «adición» de voluntades. Se trata de un acto
complejo que se integra con la voluntad sustancial del principal interesado (el restringido en su
capacidad) y la voluntad confirmativa del apoyo, que actúa como su asistente.

2-La capacidad de ejercicio o de obrar:

El art. 23 del CC. sienta como principio general la capacidad de ejercicio: «Toda persona humana
puede ejercer por si misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este
Código y en una sentencia judicial».

Esto significa que la capacidad puede presentarse de modo pleno, o también de manera restringida, y
sólo se predica de la persona humana.

Esta norma implica el reconocimiento expreso como regla general de la capacidad de obrar de la
persona humana, mediando limitaciones que resultan de la propia ley o de una sentencia judicial
razonablemente fundada.

Limitaciones a la capacidad de ejercicio:

La incapacidad prevista en el art, 12 C.P., alcanza solamente los aspectos en ella contemplados:
a) Privación de la responsabilidad parental: Esta privación subsiste mientras dure la condena. No
implica la pérdida (art.700) sino sólo la suspensión transitoria de su ejercicio (art. 702 inc. b).
En este caso, el ejercicio de la responsabilidad parental corresponde al otro progenitor (art. 703). Si
ambos padres son incapaces o están suspendidos o privados del ejercicio, los hijos menores quedan
sujetos a tutela (art. 703); en este caso, el curador del incapaz es tutor de sus hijos menores (art. 140).
b) Privación de la administración de sus bienes: Esta es una medida de protección del penado, por lo
que ante la imposibilidad material del recluso, es razonable que la administración de sus bienes pase al
curador, tal como en la curatela de otros incapaces. Lógicamente, el curador se encuentra obligado a
rendir cuentas de su gestión.
c) Privación del derecho a disponer de sus bienes por actos entre vivos: La incapacidad que importa la
norma en cuestión se limita sólo a los actos de disposición entre vivos. Por lo tanto, el penado
conserva intacta su capacidad para disponer de ellos mortis causa a través del testamento.
INCAPACIDAD
1-Incapacidad de derecho

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Son prohibiciones que se imponen a un individuo para ser titular de ciertas relaciones jurídicas. Esta
incapacidad se presenta como una prohibición legal para realizar un acto jurídico o para adquirir
algún derecho en particular.

Este concepto es aplicable a todo tipo de personas, tanto a la persona humana como a las personas
jurídicas. Es siempre relativa, porque hablar de incapacidad absoluta de derecho implicaría negar la
personalidad jurídica, siendo la capacidad de derecho un atributo inseparable del concepto de persona.

El fundamento de la incapacidad de derecho es proteger un interés ajeno a la persona que padece la


incapacidad. No hay incapaces de derecho, sino incapacidades de derecho en relación a ciertos hechos
o actos .

Las incapacidades de derecho, a diferencia de la incapacidad de ejercicio, no son susceptibles de


remedio o subsanación. Los actos prohibidos no pueden celebrarse válidamente ni por el propio sujeto
ni por otra persona en su nombre.

Entre sus caracteres encontramos que:


1-se sustentan, generalmente, en razones de orden público, ético y moral;
2-son siempre relativas,
3-no son susceptibles de remedio o subsanación, pues sería contradictorio de la prohibición legal que
se previera algún modo de eludirla;
4-se instituyen no para favorecer a la persona que la padece, sino en su contra;
5-dan lugar a la nulidad del acto . En principio, esa nulidad habrá de ser absoluta, de forma tal que el
acto no podrá ser confirmado a fin de preservar el fundamento y la finalidad en que se asienta esta
incapacidad .
6-en cuanto a la ley aplicable, las incapacidades de derecho estan sujetas a la ley territorial.
7-no se encuentran sistematizadas en uno o más artículos, sino que se hallan dispersas en diferentes
normas del CCY C.

No hay propiamente incapaces, de derecho, sino personas que tienen incapacidad de derecho con
relación a ciertos actos.

a. Con relación a las personas:


El art. 689 C.C. y C. establece la prohibición a los padres por sí o por interpósita persona de hacer
contrato alguno con el hijo que está bajo su responsabilidad parental. La norma referida establece:
«Los progenitores no pueden hacer contrato alguno con el hijo que está bajo su responsabilidad. No
pueden, ni aún con autorización judicial, comprar por sí ni por persona interpuesta, bienes de su hijo
ni constituirse en cesionarios de créditos, derechos o acciones contra su hijo; ni hacer partición
privada con su hijo de la herencia del progenitor prefallecido, ni de la herencia en que sean con él
coherederos o colegatarios; ni obligar a su hijo como fiadores de ellos o de terceros».

Tales prohibiciones se hacen extensivas al tutor en relación a su tutelado (art. 120) y a los curadores en
relación a las personas con capacidad restringida que están bajo su cuidado (art. 138).

También en materia de donaciones, el art. 1550 C.C. y C., prohíbe a los tutores y curadores recibir
donaciones de quienes han estado bajo su tutela o curatela antes de la rendición de cuentas y el pago de
cualquier suma que hayan quedado adeudándoles.

El art. 1001 del C.C. y C. establece: «Inhabilidades para contratar. No pueden contratar, en interés
propío o ajeno, según sea el caso,los que están impedidos para hacerlo conforme a disposiciones
especiales. Los contratos cuya celebración está prohibida a determinados sujetos tampoco pueden ser
otorgados por interpósita persona».

Así, el art. 1002 inc. d) veda la posibilidad de contratar en interés propio a «... Los cónyuges bajo el
régimen de comunidad, entre sí ... »;ello ha sido objeto de críticas por no ser totalmente coherente con
el valor que se ha asignado a la autonomía de la voluntad en estos aspectos en el derecho familiar. Sin
embargo, el legislador ha entendido que habida l matrimonio, si los cónyuges optaron por el régimen de

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comunidad de bienes, se torna desaconsejable -para su propia preservación- la pugna de intereses
económicos que supone la celebración de contratos entre ellos.

Razones similares son las que sustentan las prohibiciones fijadas en los arts. 279 y 450, en cuanto hace
a la contratación entre padres e hijos ,menores, o entre tutores y pupilos.

b. Con relación a las cosas:


Cuando se las vincula con la calidad de la persona a la que se le prohíbe el acto. No se trata en la
especie de una prohibición en razón de la cosa en sí misma, supuesto en que nos encontraríamos ante
un objeto prohibido, sino en razón de la persona a quien pertenece la cosa objeto del acto. Así se
establece en el art. 1002:
«No pueden contratar en interés propio:
a) Los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han
estado encargados;
b) Los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros Y mediadores, y sus auxiliares,
respecto de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
e) Los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido.
d) Los cónyuges bajo el régimen de comunidad, entre sí.

Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias que estén a su cargo».

De ello se desprende que la incapacidad de derecho se establece en razón de pertenecer los bienes a los
hijos menores, pupilos, mandantes,etc., lo que obstaculiza la libre disposición de éstos por sus padres,
tutores o curadores.

c. Con relación a ciertos actos:


En estos supuestos se prohíbe a un sujeto la realización de determinado acto o el ejercicio de una
función, de tal modo que salvo el que resulta vedado, puede libremente realizar otros.
Por ejemplo el caso del art.108 del C.C. y C. que establece las prohibiciones para ser tutor y el art. 11 O
que detalla las personas excluidas para ser tutores, entre ellas las que no tienen domicilio en la
república, las quebradas no rehabilitadas, las que han sido privados o suspendidas en el ejercicio de los
la responsabilidad parental .

El Código unificado elimina la prohibición de contratar a los religiosos profesos.En relación a las
personas jurídicas,se establece también, como principio general, su capacidad de derecho limitada por
el principio de especialidad, así se señala en el art. 141: «Son personas jurídicas todos los entes a los
cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para
el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación». Esto implica que las personas jurídicas sólo
poseen capacidad de derecho para alcanzar los fines propios de su institución.

2-Capacidad restringida e incapacidad de hecho o de ejercico:

La incapacidad de ejercicio consiste en la falta de aptitud de ciertas personas humanas para otorgar por
sí mismas actos válidos de la vida civil. Esta incapacidad es una categoría jurídica que solamente
alcanza a las personas humanas, por ser las únicas que poseen voluntad. Por ello no puede predicarse
de las personas jurídicas.

El art. 24 del Código Civil y Comercial dispone:


Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:

a-la persona por nacer;


Que es la persona que está concebida en el seno materno y aún no ha nacido; para que sus derechos y
obligaciones queden irrevocablemente adquiridos, debe nacer con vida, pues, de lo contrario, se
considerará que ella nunca existió.
b-la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la

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Sección 2a de este Capítulo;
La regla es que las personas, para gozar de la plena facultad para ejercer los derechos, deben ser
mayores de dieciocho años,salvo algunas excepciones:
-el supuesto de los adolescentes en relación a los tratamientos no invasivos
-el caso de los menores emancipados por matrimonio que gozan de plena capacidad de ejercicio con
las limitaciones previstas
-la persona menor de edad con título profesional habilitante que puede ejercer profesión sin necesidad
de previa autorización

También son considerados incapaces de obrar las personas mayores de edad que no cuenten con
madurez suficiente, pues el artículo utiliza la conjunción copulativa “y”, requiriéndose ambos
requisitos para que alguien sea considerado capaz.

En definitiva, estas dos pautas, edad y madurez suficiente, predeterminan el límite, ya que, si la
persona tiene edad y madurez suficiente, puede validar su actuación autónoma; de lo contrario es
incapaz de ejercicio.

c-la persona declarada incapaz por sentencia judicial,


Cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar y expresar su voluntad,
el sentenciante puede declarar la incapacidad y designar un curador.
Por último,comprende a los inhabilitados por prodigalidad, a quienes se les designará un apoyo para el
otorgamiento de actos de disposición ente vivos y en los demás actos que determine la sentencia.

A través de la declaración de incapacidad de hecho el orden jurídico tiende a proteger a la persona que
se encuentra en una situación de inferioridad en las relaciones jurídicas, por las razones expresadas.

A diferencia de lo que ocurre con las incapacidades de derecho,entre los caracteres de la incapacidad de
ejercicio encontramos que:
1-Se instituye en razón de una ineptitud psíquica del sujeto para el pleno y libre ejercicio de sus
derechos.
2-Se suple por el representante, o con intervención de un asistente con un sistema de
apoyos,subsanándose así el impedimento. Es decir, tiene remedio legal.
3-Persigue un fin tuitivo de la persona sobre quien recae: es una medida de protección.
4-No obstante esa diferenciación, es dable destacar que las incapacidades de ejercicio también deben
interpretarse en forma restrictiva, ya que en caso de duda se estará a favor de la capacidad.
5-Es susceptible de gradación.
6-Sanción: da lugar a una nulidad relativa del acto, ya que se protege un interés particular o privado, el
de la propia persona considerada incapaz o con capacidad restringida.

CAPACIDAD PROGRESIVA

El concepto de incapacidad de ejercicio ha ido variando en nuestro derecho por la influencia del
derecho constitucional y los tratados internacionales, que tienen jerarquía constitucional.

Así, en consonancia con los postulados de la Convención sobre los Derechos del Niño, se deben
superar las fronteras rígidas y estáticas que caracterizaban el antiguo sistema, que clasificaba a los
personas menores de edad en impúberes y adultos; o incapaces -capaces, por un régimen más flexible y
dinámico.

La faz dinámica consiste en otorgar al niño y al adolescente,intervención activa en toda cuestión que
atañe a su persona y en algunos aspectos referidos a sus bienes, de acuerdo con su madurez y
desarrollo;de modo que esa voluntad sea tenida en cuenta e incluso, en ciertas oportunidades, resolver
conforme a dicha voluntad.

En ello radica el principio de “capacidad o autonomía progresiva”,significa reconocer que este sujeto
de derecho adquiere discernimiento a medida que crece para comprender el sentido de sus acciones,
esta receptado en la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y

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Adolescentes, que en su art. 3o incs, b y d establece que se debe respetar «el derecho de las niñas, niños
y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida en cuenta», sirviendo como pauta de ponderación
«la edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales»

De esta manera,se escucha y da participación al niño y al adolescente en ciertos actos, no obstante su


incapacidad general. Como el desarrollo y la evolución del sujeto son graduales y progresivos -y no
abruptos e instantáneos, constitucionalmente debe aceptarse que el menor, por debajo de los dieciocho
años de edad, pueda ejercer, efectivamente, los derechos que se le reconocen en la convención
internacional citada.

La ley 26.579 (2009) de mayoría de edad, modificó la edad en la que se adquiere la plena capacidad,
disminuyéndola de 21 a 18 años.

El Código Civil y Comercial recepta expresamente los nuevos paradigmas constitucionales y elimina la
clasificación entre incapacidad de hecho absoluta y relativa y la distinción entre menor impúber (art. 54
C.C. incapaz absoluto) y menor adulto (art, 55 CC. incapaz relativo);suprime también la situación
jurídica general de los dementes y sordomudos como incapaces de hecho absolutos (art, 54 C.C.).

También se ha ido relativizando el concepto en materia de incapacidad o capacidad restringida por


razones de salud mental.

INHABILITADOS

ARTÍCULO 48.- Pródigos.


Pueden ser inhabilitados quienes por la prodigalidad en la gestión de sus bienes expongan a su
cónyuge, conviviente o a sus hijos menores de edad o con discapacidad a la pérdida del patrimonio. A
estos fines, se considera persona con discapacidad, a toda persona que padece una alteración funcional
permanente o prolongada, física o mental, que en relación a su edad y medio social implica
desventajas considerables para su integración familiar, social, educacional o laboral. La acción sólo
corresponde al cónyuge, conviviente y a los ascendientes y descendientes.

ARTÍCULO 49.- Efectos.


La declaración de inhabilitación importa la designación de un apoyo, que debe asistir al inhabilitado en
el otorgamiento de actos de disposición entre vivos y en los demás actos que el juez fije en la
sentencia.

ARTÍCULO 50.- Cese de la inhabilitación.


El cese de la inhabilitación se decreta por el juez que la declaró, previo examen interdisciplinario que
dictamine sobre el restablecimiento de la persona.

Si el restablecimiento no es total, el juez puede ampliar la nómina de actos que la persona puede
realizar por sí o con apoyo.

PERSONAS CON CAPACIDAD RESTRINGIDA

Previo a establecer la distinción entre personas con capacidad restringida y con incapacidad, es dable
señalar que el art. 31 del Código Civil y Comercial establece reglas generales en materia de restricción
a la capacidad.

ARTÍCULO 31.- Reglas generales. La restricción al ejercicio de la capacidad jurídica


se rige por las siguientes reglas generales:
a-la capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se encuentre
internada en un establecimiento asistencial;
b-las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en beneficio de la
persona;
c-la intervención estatal tiene siempre carácter interdisciplinario, tanto en el tratamiento como en el
proceso judicial;

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d-la persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas para su
comprensión;
e-la persona tiene derecho a participar en el proceso judicial con asistencia letrada,que debe ser
proporcionada por el Estado si carece de medios;
f-deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y libertades.

Estas reglas generales que se agrupan en la norma rigen todo lo referido a las restricciones al ejercicio
de la capacidad jurídica de las personas, y son producto especialmente de la aprobación de la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ley 26.378) y de la Ley Nacional de
Salud Mental (ley 26.557).

Manteniendo el criterio biológico-jurídico, el art. 32 del código unificado prevé dos supuestos
diferenciados:
a) incapacidad de ejercicio relativa, que alcanza los actos señalados en cada sentencia
b) incapacidad de ejercicio absoluta.

ARTÍCULO 32.- Persona con capacidad restringida y con incapacidad. El juez puede restringir la
capacidad para determinados actos de una persona mayor de trece años que padece una adicción o una
alteración mental permanente o prolongada,de suficiente gravedad, siempre que estime que del
ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su persona o a sus bienes.

En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que prevé el artículo 43,
especificando las funciones con los ajustes razonables en función de las necesidades y circunstancias
de la persona.

De la lectura del art. 32 del Código se advierte que, a partir de los trece años se puede restringir
judicialmente la capacidad de una persona cuando ésta padece una adicción o alteración mental
permanente o prolongada de entidad suficiente – elemento biológico- y se estime que de no restringirle
la capacidad pueda ocasionar un daño a su persona o a sus bienes – elemento jurídico; o
excepcionalmente declarar la incapacidad “cuando la persona se encuentre absolutamente
imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o
formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz”

La persona con capacidad restringida es, por regla, una persona capaz y sólo no podrá ejercer por sí
sola determinados actos que se especifiquen en la sentencia (art. 24 inc. “c”).

El juez, en la sentencia, debe designar el o los apoyos que estime convenientes,siempre tratando de
limitar lo menos posible la autonomía de la persona,favorecer las decisiones que respondan a las
preferencias de la persona tutelada y, de esta manera, garantizar el respeto de los derechos de la
persona protegida.

El o los apoyos que se designen no tienen por misión sustituir la voluntad del sujeto, sino todo lo
contrario; promueven la libertad, la autonomía, “la comunicación, la comprensión y la manifestación
de la voluntad de la persona para el ejercicio de sus derechos” .

Ahora bien, se considerará una persona incapaz de ejercicio absoluta cuando:


a) se encuentre imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier
modo, medio o formato adecuado
b) el sistema de apoyos cualquiera que fuere resulte ineficaz. En este supuesto, el juez deberá
designarle un curador para que represente al incapaz, siendo de aplicación los arts. 138 a 140
(curatela).

Es dable señalar que, si no se dieran estos requisitos esenciales, corresponderá una sentencia de
capacidad restringida y no una declaración de incapacidad absoluta.

ARTÍCULO 33.- Legitimados.


Están legitimados para solicitar la declaración de incapacidad y de capacidad restringida:

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a-el propio interesado;
b-el cónyuge no separado de hecho y el conviviente mientras la convivencia no haya cesado;
c-los parientes dentro del cuarto grado; si fueran por afinidad, dentro del segundo grado;
d- el Ministerio Público.

ARTÍCULO 34.- Medidas cautelares.


Durante el proceso, el juez debe ordenar las medidas necesarias para garantizar los derechos
personales y patrimoniales de la persona. En tal caso, la decisión debe determinar qué actos requieren
la asistencia de uno o varios apoyos, y cuáles la representación de un curador. También puede designar
redes de apoyo y personas que actúen con funciones específicas según el caso.

ARTÍCULO 35.- Entrevista personal. El juez debe garantizar la inmediatez con el interesado durante
el proceso y entrevistarlo personalmente antes de dictar resolución alguna, asegurando la accesibilidad
y los ajustes razonables del procedimiento de acuerdo a la situación de aquél. El Ministerio Público y,
al menos, un letrado que preste asistencia al interesado, deben estar presentes en las audiencias.

ARTÍCULO 36.- Intervención del interesado en el proceso. Competencia. La persona en cuyo interés
se lleva adelante el proceso es parte y puede aportar todas las pruebas que hacen a su defensa.
Interpuesta la solicitud de declaración de incapacidad o de restricción de la capacidad ante el juez
correspondiente a su domicilio o del lugar de su internación, si la persona en cuyo interés se lleva
adelante el proceso ha comparecido sin abogado, se le debe nombrar uno para que la represente y le
preste asistencia letrada en el juicio.

La persona que solicitó la declaración puede aportar toda clase de pruebas para acreditar los hechos
invocados.

ARTÍCULO 37.- Sentencia. La sentencia se debe pronunciar sobre los siguientes aspectos vinculados a
la persona en cuyo interés se sigue el proceso:
a-diagnóstico y pronóstico;
b- época en que la situación se manifestó;
c- recursos personales, familiares y sociales existentes;
d-régimen para la protección, asistencia y promoción de la mayor autonomía posible.

Para expedirse, es imprescindible el dictamen de un equipo interdisciplinario.

ARTÍCULO 38.- Alcances de la sentencia. La sentencia debe determinar la extensión y alcance de la


restricción y especificar las funciones y actos que se limitan, procurando que la afectación de la
autonomía personal sea la menor posible. Asimismo, debe designar una o más personas de apoyo o
curadores de acuerdo a lo establecido en el artículo 32 de este Código y señalar las condiciones de
validez de los actos específicos sujetos a la restricción con indicación de la o las personas
intervinientes y la modalidad de su actuación.

ARTÍCULO 39.- Registración de la sentencia. La sentencia debe ser inscripta en el Registro de Estado
Civil y Capacidad de las Personas y se debe dejar constancia al margen del acta de nacimiento.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 45, los actos mencionados en este Capítulo producen efectos
contra terceros recién a partir de la fecha de inscripción en el registro.
Desaparecidas las restricciones, se procede a la inmediata cancelación registral.

ARTÍCULO 40.- Revisión. La revisión de la sentencia declarativa puede tener lugar en cualquier
momento, a instancias del interesado. En el supuesto previsto en el artículo 32, la sentencia debe ser
revisada por el juez en un plazo no superior a tres años, sobre la base de nuevos dictámenes
interdisciplinarios y mediando la audiencia personal con el interesado.
Es deber del Ministerio Público fiscalizar el cumplimiento efectivo de la revisión judicial a que refiere
el párrafo primero e instar, en su caso, a que ésta se lleve a cabo si el juez no la hubiere efectuado en el
plazo allí establecido.
ARTÍCULO 41.- Internación. La internación sin consentimiento de una persona, tenga o no restringida
su capacidad, procede sólo si se cumplen los recaudos previstos en la legislación especial y las reglas

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generales de esta Sección. En particular:

a-debe estar fundada en una evaluación de un equipo interdisciplinario de acuerdo a lo dispuesto en el


artículo 37, que señale los motivos que la justifican y la ausencia de una alternativa eficaz menos
restrictiva de su libertad;
b-sólo procede ante la existencia de riesgo cierto e inminente de un daño de entidad para la persona
protegida o para terceros;
c-es considerada un recurso terapéutico de carácter restrictivo y por el tiempo más breve posible; debe
ser supervisada periódicamente;
d- debe garantizarse el debido proceso, el control judicial inmediato y el derecho de defensa mediante
asistencia jurídica;
e-la sentencia que aprueba la internación debe especificar su finalidad, duración y periodicidad de la
revisión.

Toda persona con padecimientos mentales, se encuentre o no internada, goza de los derechos
fundamentales y sus extensiones.

ARTÍCULO 42.- Traslado dispuesto por autoridad pública. Evaluación e internación. La autoridad
pública puede disponer el traslado de una persona cuyo estado no admita dilaciones y se encuentre en
riesgo cierto e inminente de daño para sí o para terceros, a un centro de salud para su evaluación. En
este caso, si fuese admitida la internación, debe cumplirse con los plazos y modalidades establecidos en
la legislación especial. Las fuerzas de seguridad y servicios públicos de salud deben prestar auxilio
inmediato.

C) MENORES: ACTOS DE LOS MENORES Y ACTOS QUE REQUIEREN


CONSENTIMIENTO (DE UNO O AMBOS PROGENITORES). REQUISITOS.

MENORES

De conformidad al art. 25 del Código Civil y Comercial, menor de edad es la persona que no ha
cumplido dieciocho años y adolescente, la persona menor de edad que cumplió trece años.

Es decir que todas las personas, desde su nacimiento hasta que cumplen dieciocho años, son “menores
de edad”, especificando la denominación de “adolescente” a la persona menor de edad que ha cumplido
la edad de trece años.

EJERCICIO DE LOS DERECHOS POR LA PERSONA MENOR DE EDAD.

ARTÍCULO 26.- Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. La persona menor de edad
ejerce sus derechos a través de sus representantes legales.

No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le
son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de conflicto de intereses con sus
representantes legales, puede intervenir con asistencia letrada.

La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le concierne así como a
participar en las decisiones sobre su persona.

Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí respecto de
aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un
riesgo grave en su vida o integridad física.

Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la integridad
o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores; el
conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión
médica respecto a las consecuencias de la realización o no del acto médico.
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones atinentes

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al cuidado de su propio cuerpo.

El derecho a ser oído

El artículo 26 del Código Civil y Comercial, en concordancia con el art. 12 de la Convención de los
Derechos del Niño y con la ley 26.061, consagra el derecho de los menores a ser oídos, el que implica
que, siempre que los menores tengan edad para poder expresar una opinión con fundamento, deben ser
escuchados y debe ser tenido en cuenta su parecer.
Las decisiones de los menores en el ámbito de la salud

a) Tratamientos no invasivos,el artículo 26 del código unificado establece una presunción de que el
adolescente de entre trece y dieciséis años puede y se considera facultado para aceptar y consentir por
sí mismo ciertos tratamientos, siempre que estos no resulten invasivos ni comprometan su estado de
salud o provoquen un riesgo grave en su vida o integridad física.
Esta presunción funcionará siempre que el adolescente pueda comprender los aspectos esenciales
relativos a la práctica propuesta, aunque, de ser necesario,una última determinación siempre quedará en
manos de los tribunales, la lex artis y la costumbre, y, por lo general, será el médico tratante quien
decida acerca de la aptitud del tratamiento, con base en criterios que desde el ámbito médico se van
pautando.
b) Tratamientos que comprometen la salud del menor .Ahora, si se trata de un tratamiento que
compromete su estado de salud o está en riesgo su vida, el adolescente debe prestar su consentimiento
con la asistencia de sus progenitores, y, en caso de existir un conflicto entre ambos, se resolverá
judicialmente teniendo en cuenta el interés superior del niño y la opinión médica respecto de las
consecuencias de la realización del acto.
c) Los cuidados del propio cuerpo del mayor de dieciséis años.Por último, el art. 26 establece que la
persona mayor de dieciséis años es considerada como un adulto para las decisiones sobre el cuidado de
su propio cuerpo.

De esta manera, se reconoce una anticipación de la capacidad de los menores para dar consentimiento o
asentimiento para ciertos actos de intrusión en su cuerpo.

En el caso de desacuerdo entre el menor, el médico y los padres, deberá intervenir la justicia a fin de
que se valore la situación concreta del sujeto.

La persona menor de edad con título profesional habilitante. efectos

La persona menor de edad que ha obtenido un título habilitante para ejercer la profesión puede ejercerla
por cuenta propia sin necesidad de previa autorización; consecuentemente, se le otorga la facultad de
administración y disposición de los bienes que adquiera con el producto de aquélla, pudiendo
también estar en juicio civil o penal por cuestiones vinculadas con dicho ejercicio (art. 30 CCCN).

Alguno de los derechos que pueden ejercer los menores de edad sin necesidad de que intervengan sus
representantes legales son:

a) El menor de edad que ha obtenido título habilitante puede ejercer la profesión por cuenta propia (art.
30).
b) La persona mayor de dieciséis años es considerada adulta para las decisiones sobre su propio cuerpo,
así como el adolescente tiene aptitud para decidir sobre tratamientos que no resulten invasivos, ni
comprometan su estado o provoquen un riesgo grave para su vida o integridad física (art. 26).
c) El adoptado con edad y grado de madurez suficiente tiene derecho a conocer los datos relativos a su
origen y puede acceder a ellos cuando así lo requiera (art. 596).
d) Los progenitores adolescentes, estén o no casados, ejercen la responsabilidad parental de sus hijos,
pudiendo decidir y realizar por sí mismos las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud (art.
644).
e) El hijo menor de edad puede reclamar a sus progenitores por sus propios intereses sin previa
autorización judicial, si cuenta con la edad y grado de madurez suficiente y asistencia letrada (art. 679).
f) El hijo adolescente no precisa autorización de sus progenitores para estar en juicio cuando sea

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acusado criminalmente (art. 680).

En definitiva, la persona menor de edad debe actuar por medio de sus representantes legales, salvo en
los casos en que el Código establezca que pueden hacerlo por sí solos (art. 26).

ACTOS QUE REQUIEREN EL CONSENTIMIENTO DE AMBOS PROGENITORES:

ARTÍCULO 645.- Actos que requieren el consentimiento de ambos progenitores.


Si el hijo tiene doble vínculo filial se requiere el consentimiento expreso de ambos progenitores para
los siguientes supuestos:
a. autorizar a los hijos adolescentes entre dieciséis y dieciocho años para contraer matrimonio;
b. autorizarlo para ingresar a comunidades religiosas, fuerzas armadas o de seguridad;
c. autorizarlo para salir de la República o para el cambio de residencia permanente en el extranjero;
d. autorizarlo para estar en juicio, en los supuestos en que no puede actuar por sí;
e. administrar los bienes de los hijos, excepto que se haya delegado la administración de conformidad
con lo previsto en este Capítulo.

En todos estos casos, si uno de los progenitores no da su consentimiento o media imposibilidad para
prestarlo, debe resolver el juez teniendo en miras el interés familiar.

Cuando el acto involucra a hijos adolescentes, es necesario su consentimiento expreso.

D) NOMBRE DE LA PERSONA: APELLIDO DE LOS HIJOS. CAMBIO DE NOMBRE.

NOMBRE

El nombre es el atributo de la persona que la identifica y la individualiza del resto.

Características

a) Es necesario: toda persona tiene el deber y el derecho de portar un nombre


b) Es único: las personas sólo pueden tener un nombre.
c) Es inalienable: se encuentra fuera del comercio.
d) Es relativamente inmutable: permanece durante toda en vida de la persona, salvo que existan justos
motivos, razón por la cual se puede modificar.

De acuerdo con lo dispuesto por el art. 69 del Código Civil y Comercial esa mutación o cambio
procede en determinados supuestos por intervención judicial y en otros directamente por pedido de la
parte ante el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.

Elementos del nombre

1) El prenombre:
También llamado «nombre de pila», que es el elemento individual de designación de las personas y
que identifica a ese hombre o mujer, dentro de su grupo familiar (arts,63 y 68 C.C. y C.).

Es la designación que los progenitores -como principio general eligen libremente para sus hijos, salvo
ciertas y determinadas limitaciones, y que diferenciará a ese hijo dentro del grupo familiar.

Así se dejan de lado una serie de restricciones que existían en la ley 18.248 derogada que en su art. 3°
prohibía los nombres «que sean extravagantes, ridículos, contrarios a nuestras costumbres, que
expresen o signifiquen tendencias políticas o ideológicas, o que susciten equívocos respecto del sexo
de la persona a quien se impone» o «extranjeros, salvo los castellanizados por el uso o cuando se
tratare de los nombres de los padres del inscripto, si fuesen de fácil pronunciación y no tuvieran
traducción en el idioma nacional».

El nuevo Código, en cambio, abre las posibilidades de elección del prenombre de los hijos,

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estableciendo como únicas limitaciones que «no pueden inscribirse más de tres prenombres, apellidos
como prenombres,primeros prenombres idénticos a primeros prenombres de hermanos vivos; tampoco
pueden inscribirse prenombres extravagantes» (art, 63 inc. b). En el último supuesto, es decir la
elección de un «prenombre extravagante», será una facultad del oficial público, la no inscripción.
En su caso, quien se resista a esa negativa tendrá abiertos los mecanismos administrativos y judiciales
para oponerse.

El art. 68 del Código unificado es una norma de remisión que dispone que todo lo relativo a la elección
del nombre de los hijos se regirá por lo dispuesto en el Capítulo 5, Título VI del Líbro Segundo de]
Código, en donde se regula lo atinente a la filiación adoptiva.

Así, en esas normas especiales surge que la elección del prenombre de los hijos adoptivos merece una
consideración especial ya que según lo dispuesto por el art. 623 debe respetarse el prenombre que ya
tenga el hijo adoptivo -sea la adopción simple, plena o de integración-. Es decir que la persona
adoptada conservará el prenombre con el que ya era conocido antes del proceso por el cuál se otorga la
adopción.
Sin embargo esta regla admite excepciones:
1) cuando el nombre que ya tiene el niño se encuentra en colisión con las prohibiciones antes
mencionadas ( art. 63 inc. b );
2) cuando el adoptado se identifica y usa otro nombre, con el que se siente identificado.

En estos dos supuestos, el juez que resuelva la adopción podrá disponer la modificación del prenombre
que el adoptado tenía, mutándolo por el peticionado por los adoptantes.

En la ley de nombre derogada existía una distinción según si el niño adoptado tenía más o menos de
seis años de edad. Así, en el art. 13 de la 18.248 se establecía que si el niño adoptado tenía menos de
seis años de edad, los adoptantes podrían pedir el cambio del nombre con el que hubiera sido inscripto
o la adición de otro. En cambio si tuviera más de seis años, sólo se le podrá agregar otro nombre
después del que anteriormente tenía el adoptado, siempre que no supere el máximo de tres
prenombres.

Se puede apreciar cómo hoy esa distinción ya no se puede realizar y solamente en los casos de
excepción mencionados podrá mutarse el nombre con que originariamente fue inscripta la persona que
luego fue adoptada.

Se adquiere por su inscripción en el acta de nacimiento de las personas.

De acuerdo con lo reglado en el art. 63 la elección del prenombre corresponde sea realizada por ambos
progenitores «o a las personas a quienes ellos den su autorización para tal fin».

Además, el mismo artículo dispone que en caso de «falta o impedimento de uno de los padres,
corresponde la elección o dar la autorización al otro». Esto sucederá por ejemplo en caso que uno sólo
de ellos haya inscripto al hijo o en el caso de muerte del otro progenitor. Si ninguno de ellos puede
realizar esta elección (fallecimiento o falta de capacidad de ambos) o no lo hacen por cualquier
motivo, el Código Civil y Comercial establece que «en defecto de todos, debe hacerse por los
guardadores,el Ministerio Público o el funcionario del Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Persona».

2) El apellido:
Es la designación común de todos los individuos que pertenecen a una misma familia.
Antes de la sanción del Código Civil y Comercial los hijos llevaban como primer apellido el del
padre.

Esta clasica mirada ya habia sufrido un verdadero cimbronazo al sancionarse la ley 26.618 de
matrimonio de personas del mismo sexo,en donde hubo que buscar una solución que contemplara la
nueva realidad de hijos de dos padres o de dos madres.
Con el Código unificado termina de cerrar este cambio, haciendo que Ja ley interna sea acorde a los

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postulados constitucionales de igualdad de ambos progenitores, y adaptándola a las convenciones
internacionales que rigen en nuestro país, en especial a la Convención para la eliminación de toda
forma de discriminación contra la mujer . De esta manera, hoy los progenitores podrán elegir cuál de
los apellidos llevarán los hijos.

1-El apellido de los hijos en caso de adopción plena:


En el caso de la adopción plena, el art. 626 cc.el apellido del hijo se regirá por las siguientes reglas:
a) si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del adoptante; si el
adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que éste sea mantenido;
b) si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas al apellido de los hijos
matrimoniales;
c) excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a petición de parte
interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apellido de origen al apellido del adoptante o al de
uno de ellos si la adopción es conjunta;
d) en todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, el juez debe
valorar especialmente su opinión.
2-En la adopción simple,
Según lo establecido en el art. 627 inc. d),el apellido de Jos hijos se rige por las mismas reglas y pautas
que lo dispuesto para la adopción plena. Sin embargo se prevé expresamente que tanto el adoptado
«que cuenta con la edad y grado de madurez suficiente» o los mismos adoptantes, puedan requerir que
el apellido de origen sea adicionado o antepuesto al adoptivo.
3- El apellido matrimonial:
Otro cambio sustancial que trae el Código unificado y que también se encuentra en consonancia con
las normas constitucionales que prevén la igualdad y la no discriminación en materia de género, hacen
a la posibilidad del uso del apellido del otro cónyuge en todas las configuraciones matrimoniales.

Cabe recordar que en el sistema anterior -que mereció una importante adaptación con la sanción de la
ley de matrimonio de personas del mismo sexo- se.distinguía cuando el matrimonio era heterosexual,
del caso del matrimonio homosexual. En el primer caso existía la facultad de la mujer, de usar el
apellido del marido precedido de la preposición «de»,opción que no se le brindaba al hombre casado
con una mujer. En cambio cualquier integrante del matrimonio homosexual podía usar el apellido de
su cónyuge.

El Código Civil y Comercial subsana esta desigualdad, estableciendo en su art. 67 que «cualquiera de
los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposíción 'de' o sin ella».

El derecho al uso del apellido del o de la cónyuge, que se encuentra plenamente vigente durante la
subsistencia del matrimonio, cesa en dos casos, según lo resuelve la segunda parte del art, 67 C.C.:
a) Divorcio o nulidad del matrimonio:
b) Viudez: el sobreviviente podrá seguir usando el apellido del otro cónyuge, pero ese derecho cesará
en caso que celebre un nuevo matrimonio o constituya una unión convivencial.

Acciones de protección del nombre:

a-Acción de reclamación o reconocimiento: El art. 71 inc. a)dispone que es la que se le otorga a «aquel
a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea reconocido y se prohíba toda futura
impugnación por quien lo niega; se debe ordenar la publicación de la sentencia a costa del
demandado».
b-Acción de impugnación del nombre: Está receptada en el art. 71 inc. b) que dispone que es la que
se confiere a «aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese uso».
c-Acción de supresión del nombre: Esta acción está contemplada en el me. e) del art. 71 que dispone
que la posee «aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de fantasía, si ~!lo
le causa perjuicio material o moral, para que cese el uso».

Cambio del prenombre y del apellido

Los arts. 69 y 70 del Código Civil y Comercial receptan la posibilidad del cambio del prenombre y del

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apellido sólo de mediar, a criterio del juez, justos motivos.

Al respecto, formula una enunciación de justos motivos:


a) cuando el seudónimo hubiese adquirido notoriedad;
b) por “la raigambre cultural, étnica o religiosa” 19 ;
c) por “la afectación de la personalidad de la persona interesada,cualquiera sea su causa, siempre que se
encuentre acreditada” .
Así, para lograr el cambio del nombre y/o del prenombre, es precisa la intervención del Poder Judicial
y esa es la regla, con excepción de los dos supuestos contemplados en el último párrafo del art. 69.
En tales casos no se requiere la intervención judicial y se consideran justos motivos cuando se pretende
“el cambio del prenombre por razón de identidad de género y el cambio de prenombre y apellido por
haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o supresión del estado civil
o de la identidad”.
El cambio de nombre tramitará “por el proceso más abreviado que prevea la ley local, con intervención
del Ministerio Público” , debiendo “publicarse en el diario oficial una vez por mes en el lapso de dos
meses”, a fin de que presenten las oposiciones y se soliciten informes respecto de “las medidas
precautorias que existieren con relación al interesado” .

Una vez inscrita en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, será oponible a terceros.

E) Emancipación: actos que puede realizar el emancipado con autorización judicial y actos
prohibidos.

EMANCIPACIÓN

ARTÍCULO 27.- Emancipación. La celebración del matrimonio antes de los dieciocho años emancipa a
la persona menor de edad.

La persona emancipada goza de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones previstas en este
Código.

La emancipación es irrevocable. La nulidad del matrimonio no deja sin efecto la emancipación, excepto
respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa a partir del día en que la sentencia pasa en autoridad
de cosa juzgada.

Si algo es debido a la persona menor de edad con cláusula de no poder percibirlo hasta la mayoría de
edad, la emancipación no altera la obligación ni el tiempo de su exigibilidad.

ACTOS PROHIBIDOS

ARTÍCULO 28.- Actos prohibidos a la persona emancipada. La persona emancipada no puede, ni con
autorización judicial:
a.aprobar las cuentas de sus tutores y darles finiquito;
b.hacer donación de bienes que hubiese recibido a título gratuito;
c.afianzar obligaciones.

ACTOS QUE PUEDE REALIZAR EL EMANCIPADO CON AUTORIZACIÓN JUDICIAL

ARTÍCULO 29.- Actos sujetos a autorización judicial. El emancipado requiere autorización judicial
para disponer de los bienes recibidos a título gratuito. La autorización debe ser otorgada cuando el acto
sea de toda necesidad o de ventaja evidente.

F) PERSONA JURÍDICA: CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN.

PERSONA JURÍDICA

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El artículo 141 del Código Civil y Comercial precisa el concepto de persona jurídica. Dispone que
“Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para
adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación.”

CLASIFICACIÓN

ARTÍCULO 145.- Clases. Las personas jurídicas son públicas o privadas.


1-ARTÍCULO 146.- Personas jurídicas públicas. Son personas jurídicas públicas:
a. el Estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los municipios, las
entidades autárquicas y las demás organizaciones constituidas en la República a las que el
ordenamiento jurídico atribuya ese carácter;
b.los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional público reconozca
personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida en el extranjero cuyo carácter público
resulte de su derecho aplicable;
c. la Iglesia Católica.

2-ARTÍCULO 147.- Ley aplicable. Las personas jurídicas públicas se rigen en cuanto a su
reconocimiento, comienzo, capacidad, funcionamiento, organización y fin de su existencia, por las
leyes y ordenamientos de su constitución.

ARTÍCULO 148.- Personas jurídicas privadas. Son personas jurídicas privadas:


a.las sociedades;
b.las asociaciones civiles;
c.las simples asociaciones;
d.las fundaciones;
e.las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;
f.las mutuales;
g.las cooperativas;
h.el consorcio de propiedad horizontal;
i.toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo carácter de tal se
establece o resulta de su finalidad y normas de funcionamiento.

G) BIENES: NUEVA CLASIFICACIÓN.

DEFINICIÓN DE BIENES

El art. 16 del C.C. y C. establece que los derechos individuales pueden recaer sobre bienes susceptibles
de valor económico. «Los bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las cosas
son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre».

Así, la noción de bien está estrechamente vinculada al enfoque económico y no afectivo y, por lo tanto,
no podría aplicarse a los bienes ambientales, o al cuerpo, o partes del cadáver.

DERECHOS Y BIENES

ARTÍCULO 15.- Titularidad de derechos. Las personas son titulares de los derechos individuales sobre
los bienes que integran su patrimonio conforme con lo que se establece en este Código.

ARTÍCULO 16.- Bienes y cosas. Los derechos referidos en el primer párrafo del artículo 15 pueden
recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas. Las
disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de
ser puestas al servicio del hombre.

CLASIFICACION

1-muebles e inmuebles

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a-inmuebles:
Los inmuebles son aquellas cosas que se encuentran fijas e inmovilizadas en un lugar, mientras que los
muebles pueden trasladarse de un lugar a otro, ya sea por sus propios medios como los semovientes
(o animales) o por una fuerza externa como los locomóviles (autos,motos, lanchas).

Los bienes inmuebles pueden clasificarse:


a-de acuerdo a su naturaleza:
Art. 225: Inmuebles por su naturaleza. Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas incorporadas
a él de una manera orgánica y las que se encuentran bajo el suelo sin el hecho del hombre.
Así, son inmuebles por su naturaleza: el suelo, es decir la corteza terrestre, lo incorporado
orgánicamente a él, como los vegetales, y lo que está debajo de él,es decir los árboles, ríos, minerales
enterrados, etc.

b-por accesion:
Art. 226: Inmuebles por accesión. Son inmuebles por accesión las cosas muebles que se encuentran
inmovilizadas por su adhesión física al suelo, con carácter perdurable. En este caso, los muebles
forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto de un derecho separado sin la voluntad del
propietario.

No se consideran inmuebles por accesión las cosas afectadas a la explotación del inmueble o a la
actividad del propietario.
Son inmuebles por accesión:como son todas las clases de construcciones, casas, edificios, obras de
infraestructuras en general.

Como ejemplos de inmuebles por accesión podemos mencionar los edificios. o cualquier tipo de
construcción hecha sobre pilares o armazones de hierro, las cañerías de una casa.
No son inmuebles por accesión las construcciones provisionales como tinglados, obradores, o galpones
armados para ocasiones determinadas o por un lapso, por faltarles perdurabilidad.

b-muebles:
Art. 227: “Cosas muebles. Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o por una
fuerza externa”.

Dentro de esta categoría se encuentran los semovientes; es decir, los animales, siendo, para algunos de
ellos y por su valor, obligatoria su inscripción en un registro especial.Así ocurre con los caballos de
pura sangre de carrera o los perros de pedigrí.

También se consideran incluidos dentro de esta categoría los automotores: los. automóviles, camiones,
camionetas rurales, furgones de reparto, ómnibus, micro ómnibus y colectivos, entre otros.
La transmisión del dominio de los automotores debe formalizarse por instrumento publico o privado y
sólo producirá efectos entre las partes y con relación a los terceros desde la fecha de su inscripción en
el Registro de la Propiedad Automotor.

Desaparece la clasificación de muebles por su naturaleza y muebles por su carácter representativo (son
todos los instrumentos públicos o privados donde constare la adquisición de derechos personales, x
ejemplo un pagare o un cheque los instrumentos publicos o privados que comprueben la existencia de
derechos personales o reales sobre cosas muebles,ejm la prenda.

Consecuencias jurídicas derivadas de la clasificación de los bienes muebles e inmuebles:


-Los inmuebles se rigen por la ley del lugar en que se encuentran situados.Respecto de las cosas
muebles hay que distinguir, si éstas tienen una situación permanente, se regirían por la ley del lugar
donde se encuentran, mientras que si las lleva consigo el propietario o son de su uso personal, se rigen
por el domicilio del dueño.
-La transmisión de bienes inmuebles o la constitución de derechos reales sobre ellos requiere del título
(escritura pública), el modo (tradición de la cosa) y para su perfeccionamiento frente a terceros,la
correspondiente registración en el Registro de la Propiedad Inmobiliaria.

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Por el contrario, la transmisión de cosas muebles, en principio no requiere formalidad alguna, salvo
que se trate de bienes. Muebles registrables como los automotores, animales de raza, etc..

-La adquisición de inmuebles por prescripción administrativa breve está regulada en el art. 1898 CC
requiere justo titulo, buena fe y una posesión continuada; diez años.
El art. 1899 regula la prescripción adquisitiva larga que es cuando se adquiere un inmueble pasados
veinte años de posesión continuada sí no existe Justo titulo o buena fe.
En relación con los bienes muebles sí la cosa es mueble hurtada o perdida el plazo de prescripción es
de dos años según lo dispuesto por el art. 1898.
Se sigue el principio de que la posesión de una cosa mueble presume la propiedad de quien la tiene en
su poder, es decir que la persona que tenga en su poder una cosa mueble que no sea robada ni perdida
se presume su dueño. El dominio sobre las cosas muebles se adquiere por simple posesión de buena fe,
salvo que se trate de cosas muebles robadas o perdidas, en cuyo caso la propiedad se adquiere por la
posesión continuada y de buena fe durante dos años, en cambio si la cosa mueble es registrable el plazo
de dos años se cuenta a partir de la registración del justo título (art. 1898 in fine).

-Los derechos reales de hipoteca y anticresis sólo pueden recaer sobre bienes inmuebles mientras que la
prenda puede constituirse sobre bienes muebles.

-Para entender en las acciones reales sobre bienes inmuebles es competente el juez del lugar donde está
situada la cosa. En cambio, en acciones que se refieren a cosas muebles es competente el juez del lugar
donde la cosa se encuentra o el domicilio del dueño a elección del demandante.

2-bienes registrables y no registrables


El dominio de inmuebles debe siempre registrarse a los fines de darle publicidad ante los terceros y
también el Estado tiene intereses impositivos y de control.

Art 1893 CC. La adquisición o transmisión de derechos reales constituidos de conformidad a las
disposiciones de este Código no son oponibles a terceros interesados y de buena fe mientras no tengan
publicidad suficiente. Se considera publicidad suficiente la inscripción registral o la posesión, según el
caso. Si el modo consiste en una inscripción constitutiva, la registración es presupuesto necesario y
suficiente para la oponibilidad del derecho real. No pueden prevalerse de la falta de publicidad quienes
participaron en los actos, ni aquellos que conocían o debían conocer la existencia del titulo del derecho
real»

Las cosas muebles se dividen en aquellas cuya registración es obligatoria (v.gr., buques, caballos de
pura sangre de carrera, aeronaves,automóviles) ya que por su valor económico se ha dispuesto su
registro obligatorio respondiendo a criterios de protección y publicidad; y aquellas cuyo registro no es
posible, como todas las otras cosas muebles de escaso valor que no revisten interés ni para los terceros,
ni para el Estado o no es legalmente obligatorio.

También existen otros registros como el de propiedad intelectual, el de marcas y señales y el de marca
de comercio e industria, etc.

La registración de los automotores es obligatoria, ya que se impone un sistema de registro constitutivo


sin lo cual no existe el derecho ni su transmisión. Este sistema se encuentra regulado por el decreto- ley
6582/58 que crea el Registro de la Propiedad Automotor.

En la ley 22.939 de marcas y señales se dispone que todo propietario de ganado mayor o menor debe
tener registrado a su nombre el diseño que emplea para marcar o señalar, presumiéndose, salvo prueba
en contrario, que el ganado mayor marcado y el ganado menor señalado, pertenecen a quien tiene
registrado a su nombre el diseño de la marca o señal aplicada al animal. En cuanto a la propiedad de los
ejemplares de pura raza se probará por certificado de inscripción en los registros genealógicos
y selectivos reconocidos.

Respecto de la adquisición y transmisión de derechos reales sobre aeronaves y buques, el Código


Aeronáutico y la ley General de Navegación contemplan el marco legislativo .

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Si bien el Código Civil y Comercial no contiene un capítulo específico de los bienes registrables, su
mención se encuentra dispersa en el articulado al regular distintas instituciones; por ejemplo, en el
régimen de comunidad del matrimonio (arts, 466, 470 inc. a); en la cesión (art. 1620);en el fideicomiso
(art. 1684); en el proceso sucesorio (art. 2334) y específicamente en los art. 2665 cuando trata la
jurisdicción competente con respecto de las acciones reales sobre bienes registrables o en el art.2666
cuando regula la jurisdicción en relación a los bienes no registrables
3-cosas fungibles y no fungibles.

a-fungibles:
ARTÍCULO 232.- Cosas fungibles. Son cosas fungibles aquellas en que todo individuo de la especie
equivale a otro individuo de la misma especie, y pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en
igual cantidad.

b-no fungibles:
no son fungibles aquellas cosas que tienen características que las hacen únicas y, por ende, no pueden
ser sustituidas por otras de características exactamente idénticas, como ser un caballo de carrera, puesto
que éste tiene particularidades.

Consecuencias jurídicas de la distinción:


Esta clasificación tiene importancia en las obligaciones de dar, ya que si la cosa no fuera fungible solo,
quedará extinguida la obligación con la entrega de la cosa misma o con la perdida no culpable de ella
(obligaciones de dar cosas ciertas, en cambio si la cosa es fungible el obligado puede entregar cualquier
cosa de la misma especie, calidad y cantidad; el deudor no se libera de la obligación por la perdida de
las cosas hasta que no hayan sido elegidas contadas ,pesadas y medidas, oportunidad en la que se opera
la «concentración» de la prestación (obligaciones de género y de dar cantidades de cosas).

4-cosas consumibles y no consumibles;

a-consumibles:
ARTÍCULO 231.- Cosas consumibles. Son cosas consumibles aquellas cuya existencia termina con el
primer uso. Son cosas no consumibles las que no dejan de existir por el primer uso que de ellas se hace,
aunque sean susceptibles de consumirse o deteriorarse después de algún tiempo.

Así pues, existen dos clases de cosas consumibles:


-Las cosas que se extinguen con el uso que de ellas se haga, como los alimentos.
-Las que dejan de existir para su propietario, como el dinero.

b-no consumibles:
Las cosas no consumibles no se extinguen con el primer uso, aunque puedan consumirse o deteriorarse
por el uso más o menos prologado, como los muebles de una casa, la vestimenta, etc.

Consecuencias jurídicas de la distinción:


Las cosas consumibles pueden ser objeto del llamado contrato de préstamo de consumo, ya que
se debe devolver en el tiempo pactado una cosa de igual especie,cantidad y calidad.
En cambio, las cosas no consumibles pueden ser objeto de préstamo de uso, ya que debe devolverse la
misma cosa que se presto en el tiempo pactado.

5-cosas divisibles e indivisibles;

a-divisibles:
Art 228.- Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin ser
destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes como a
la cosa misma.

Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y


aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento parcelario

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corresponde a las autoridades locales.

Así las cosas, para que una cosa sea divisible deben darse los siguientes presupuestos:
-Que la cosa pueda dividirse de hecho.
-Que las cosas obtenidas formen un todo homogéneo.
-Que sean análogas a las demás partes y a toda la cosa.

b-indivisibles:
Las cosas no podrán ser divididas, aunque se den todos los requisitos desarrollados anteriormente, si su
división convierte en antieconómico su uso. Esto puede ocurrir con una colección de monedas, por
ejemplo, o con la división de la tierra en parcelas que impidan su adecuado aprovechamiento (en tal
caso, ello dependerá de las características del suelo,pues puede influir, para determinar si es divisible o
no, cuán fértil sea la tierra o la extensión del terreno o el clima).

Es por ello que, en materia de inmuebles, la reglamentación del fraccionamiento parcelario les
corresponde a las autoridades locales, pues es un problema de política económica agraria.

6-cosas principales y accesorias;

a-principales:
ARTÍCULO 229.- Cosas principales. Son cosas principales las que pueden existir por sí mismas.
Así, son cosas principales las que tienen una existencia propia e independiente de cualquier otra (por
ejemplo un auto)

b-accesorias:
ARTÍCULO 230.- Cosas accesorias. Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza son
determinadas por otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su régimen jurídico es el de
la cosa principal, excepto disposición legal en contrario.

Si las cosas muebles se adhieren entre sí para formar un todo sin que sea posible distinguir la accesoria
de la principal, es principal la de mayor valor. Si son del mismo valor no hay cosa principal ni
accesoria.

Así, son cosas accesorias las que jurídicamente carecen de existencia propia por depender de otras, por
ello siguen la suerte de la principal.

La calidad de accesorias de las cosas puede manifestarse:


-Por la accesión física: es el caso de las cosas que natural o artificialmente están adheridas al suelo del
que son accesorias, por ejemplo un edificio.
-Por la dependencia: es el caso de las cosas muebles adheridas a otras cosas muebles con el fin de uso,
adorno, complemento o conservación. Así, en los anteojos, las lentes son lo principal y el marco lo
accesorio. La calidad de accesorio se determina por la función o el fin para el que se ha unido, y sólo
cuando no pueda distinguirse la cosa principal de la accesoria se tendrá por principal la de mayor valor,
y si son iguales, no habrá cosa principal o accesoria.

La consecuencia jurídica de la distinción,


Radica en que, como debe haber una relación de dependencia o de subordinación de una para con la
otra, la cosa accesoria síguela suerte de la principal. También importa la finalidad o el valor de las
cosas para determinar lo accesorio y lo principal. Se entiende que la propiedad de una cosa comprende
simultáneamente la de los accesorios que se encuentran en ella natural o artificialmente unidos, v.gr., en
un anillo la piedra y el engarce.

7-Frutos y productos

a-frutos:
Se llaman frutos a los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere o disminuya

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su sustancia. No se exige la periodicidad de su producción y pueden ser periódicas o eventuales.

Se clasifican en:
-frutos naturales que son las producciones espontáneas de la naturaleza, v.gr., la leche de la vaca;
-frutos industriales que son los que producen por la industria del hombre o el cultivo de la tierra; v.gr.,
la cosecha de soja, las verduras de la quinta;
-y los frutos civiles que son las rentas que la cosa produce; v.gr., el alquiler que se percibe de la
locación de una propiedad, las remuneraciones del trabajo.
b-productos
son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o disminuyen su sustancia,
v.gr., el mineral o las piedras extraídas de una cantera o el petróleo que surge del yacimiento.

Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la cosa si no son separados.
Tanto los frutos como productos, están previstos en el art. 233 C.C.

Consecuencias jurídicas de la distinción:


Los efectos se advierten en la forma de adquisición y en materia de posesión, pues el poseedor de
buena fe hace suyos los frutos sí los hubiese percibido, pero en cambio debe restituir los pendientes y
productos que siempre se restituyen ( arts.1934, 1935 y 1936 e.e. y e.). En relación con el matrimonio,
si se hubiera optado por el régimen patrimonial de comunidad de bienes, los frutos de los bienes
propios son gananciales (art. 465 incs. e y d); no así, los productos que conservan la calidad de propios
con excepción de los de las canteras y minas (art. 464 inc. e).

8-Dentro y fuera del comercio

Los bienes están en el comercio o fuera de él según puedan o no ser objeto de las relaciones jurídico
patrimoniales.

El art. 234 e. C. y e. establece que están fuera del comercio los bienes cuya trasmisión está
expresamente prohibida, ya sea por la ley o por actos jurídicos, siempre y cuando el Código permita
esas prohibiciones.

Los bienes dentro del comercio siguen siendo todos aquellos no prohibidos, y si bien desaparece la
categoría de «bienes relativamente inenajenables», sigue existiendo ya que para disponer de esos bienes
se necesita previa autorización; v.gr. los bienes privados del Estado cuya venta requiere autorización
legal, los bienes de los niños, niñas o adolescentes (art. 122), o de las personas restringidas en su
capacidad por enfermedad mental o declaradas incapaces o la partición de bienes del presunto fallecido
(art. 91). En cambio los bienes absolutamente inenajenables son aquellos cuya venta se encuentra
totalmente prohibida; v.gr.. un órgano humano.

Consecuencias jurídicas de la distinción:


Los efectos jurídicos dependerán entonces de su disponibilidad, que afecta su posibilidad de ser objeto
de los actos jurídicos (art. 279 CC.)

CLASIFICACIÓN DE LOS BIENES CON RELACIÓN A LAS PERSONAS.

Desde el punto de vista de las personas que los poseen, cabe distinguir:

1-bienes pertenecientes al dominio público;

Los bienes pertenecientes al dominio público son muebles o inmuebles que,siendo de propiedad del
Estado Nacional, de los estados provinciales o de los municipios, están destinados a satisfacer una
finalidad de utilidad pública y afectados al uso general y gratuito de todos los particulares.
El Estado no tiene sobre ellos un derecho de dominio, sino que tiene la facultad de reglamentar su uso.
Además puede ejercer algunas de las facultades semejantes a las de dominio privado, como por
ejemplo ejercer el derecho dereivindicación, ejercer acciones posesorias, disponer de los frutos, etc

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Los bienes de dominio público del Estado, de conformidad a lo prescripto por el art. 237 del CCCN,
son:
Inenajenables: pues no pueden ser vendidos, ni gravados con hipoteca, ni objeto de acto de disposición,
ni pueden ser embargados. Esta inenajenabilidad no impide que se conceda la explotación de parte de la
cosa, siempre que no importe vedar su uso y goce al público en general, ni tampoco impide la
percepción y venta de los frutos por parte del Estado.
Imprescriptibles: ya que las cosas de dominio público no pueden adquirirse por prescripción
adquisitiva, pues no pueden ser poseídos.
Y son de uso público general por parte de todos los habitantes. Sin embargo,ello no quita que el Estado
pueda disponer que deba pagarse un canon a esos efectos, directamente a él o a un concesionario a
quien le fue asignada la explotación por un período de tiempo.

Finalmente, debe señalarse que el carácter nacional, provincial o municipal de los bienes de dominio
público será establecido por la Constitución Nacional, la legislación federal o el derecho público local.

Dispone el art. 235:


a) bienes del dominio privado del Estado
b) bienes de los particulares.

Bienes pertenecientes al dominio público. Son bienes pertenecientes al dominio público, excepto lo
dispuesto por leyes especiales:
a-el mar territorial hasta la distancia que determinen los tratados internacionales y la legislación
especial, sin perjuicio del poder jurisdiccional sobre la zona contigua, la zona económica exclusiva y la
plataforma continental. Se entiende por mar territorial el agua, el lecho y el subsuelo;
b-las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos,ancladeros y las playas marítimas; se entiende
por playas marítimas la porción de tierra que las mareas bañan y desocupan durante las más altas y más
bajas mareas normales, y su continuación hasta la distancia que corresponda de conformidad
con la legislación especial de orden nacional o local aplicable en cada caso;
c-los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los lagos y lagunas
navegables, los glaciares y el ambiente periglacial y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de
satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio
regular del derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la medida de su
interés y con sujeción a las disposiciones locales. Se entiende por río el agua, las playas y el lecho por
donde corre, delimitado por la línea de ribera que fija el promedio de las máximas crecidas ordinarias.
Por lago o laguna se entiende el agua, sus playas y su lecho,respectivamente, delimitado de la misma
manera que los ríos;
d-las islas formadas o que se formen en el mar territorial, la zona económica exclusiva, la plataforma
continental o en toda clase de ríos, estuarios, arroyos, o en los lagos o lagunas navegables,excepto las
que pertenecen a particulares;
e-el espacio aéreo suprayacente al territorio y a las aguas jurisdiccionales de la Nación Argentina, de
conformidad con los tratados internacionales y la legislación especial;
f-las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida para utilidad o
comodidad común;
g-los documentos oficiales del Estado;
h-las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos.

2-Por otro lado, están los bienes de dominio privado del Estado,
Que son aquellos sobre los cuales éste ejerce un derecho de dominio regido por las normas de derecho
privado, aun cuando corresponda distinguir aquellos bienes que, por estar directamente afectados a un
servicio público, no son susceptibles de ser embargados, de aquellos no afectados a un servicio público
y, por ende,embargables y prescriptibles.

El Estado ejerce sobre los bienes que integran su dominio privado un derecho de propiedad regido por
las normas del derecho privado. Estos bienes no están afectados al uso general; sin embargo, los que
están afectados a un servicio público, están sujetos a un régimen especial .

Estos bienes están enumerados en el art. 236 del Código Civil y Comercial, que dispone:

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Bienes del dominio privado del Estado. Pertenecen al Estado nacional, provincial o municipal, sin
perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales:
a-los inmuebles que carecen de dueño;
b-las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas, sustancias fósiles y toda otra de interés similar,
según lo normado por el Código de Minería;
c-los lagos no navegables que carecen de dueño;
d-las cosas muebles de dueño desconocido que no sean abandonadas, excepto los tesoros;
e-los bienes adquiridos por el Estado nacional, provincial o municipal por cualquier título.

3-Finalmente, están los bienes de los particulares. Así, el art. 238, reza:
Bienes de los particulares. Los bienes que no son del Estado nacional, provincial, de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires o municipal, son bienes de los particulares sin distinción de las personas
que tengan derecho sobre ellos, salvo aquellas establecidas por leyes especiales.

Es decir que los bienes que no pertenecen al dominio público ni al dominio privado del Estado,
pertenecen a los particulares y están sujetos al régimen ordinario del Código, por lo que cabe remitirse
a la normativa específica de los derechos reales y a la del resto del Código, en cuanto refiere a cosas y
bienes en general.

El art. 239 por su parte, prevé:


Aguas de los particulares. Las aguas que surgen en los terrenos de los particulares pertenecen a sus
dueños, quienes pueden usar libremente de ellas, siempre que no formen cauce natural.

Las aguas de los particulares quedan sujetas al control y a las restricciones que en interés público
establezca la autoridad de aplicación. Nadie puede usar de aguas privadas en perjuicio de terceros ni en
mayor medida de su derecho. Pertenecen al dominio público si constituyen cursos de agua por cauces
naturales. Los particulares no deben alterar esos cursos de agua.

El uso por cualquier título de aguas públicas, u obras construidas para utilidad o comodidad común, no
les hace perder el carácter de bienes públicos del Estado, inalienables e imprescriptibles. El hecho de
correr los cursos de agua por los terrenos inferiores no da a los dueños de éstos derecho alguno.

BIENES CON RELACIÓN A LOS DERECHOS DE INCIDENCIA DE COLECTIVA.

El artículo 240 del código único relativiza el ejercicio de los derechos individuales en función de la
protección de los derechos de incidencia colectiva.

El mencionado artículo otorga un importante margen de incidencia a las normas de derecho


administrativo dictadas en interés público, tanto nacionales como locales.

El Código antepone, a los derechos individuales, los de incidencia colectiva:


flora, fauna, biodiversidad, agua, valores culturales, paisaje, entre otros, siendo meramente
ejemplificativa la enumeración que realiza la norma en comentario.

Los derechos de incidencia colectiva, consagrados en el art. 43 de la Constitución Nacional, tienen vías
específicas de protección, como ser el amparo colectivo.

H) HECHO JURÍDICO: CONCEPTO. INSTRUMENTOS PÚBLICOS. ESCRITURAS Y


ACTAS. VALOR PROBATORIO. INSTRUMENTOS PRIVADOS.

HECHO JURÍDICO

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ARTÍCULO 257.- Hecho jurídico. El hecho jurídico es el acontecimiento que, conforme al
ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones
jurídicas.

1-INSTRUMENTOS PÚBLICOS:

Tradicionalmente se ha definido al instrumento público como aquel otorgado con las formalidades que
la ley establece, en presencia de un oficial público (agente administrativo o funcionario), a quien la ley
le confiere las facultad de autorizarlos , y a los que otorga plena fe sin necesidad de posteriores pruebas
o verificaciones . Ello es así dado que emana de persona que según derecho, es idónea y competente
para dar fe de los actos en los cuales interviene en razón de la materia de que se trata y de la
jurisdicción en la que actúa. El Código Civil establecía, en general, la presencia del oficial público
como requisito esencial.

Esta presencia dominante agrega su autoridad al documento dándole un carácter propio que es el de la
autenticidad. En virtud de ésta,dichos instrumento se prueban per se, sin necesidad de reconocimiento
de la firma como ocurre con el instrumento privado.

Por ser fedatarios, su presencia da una seguridad muy superior a la de los instrumentos privados, ya que
se les reconoce autenticidad entre las partes y frente a terceros, poseen fuerza ejecutiva, su fecha es
considerada cierta y la copia, adecuadamente extraída, tiene el mismo valor que el original.

El Código Civil y Comercial menciona supuestos de instrumentos públicos en los tres incisos del
art.289 en el que se prescribe: «Enunciación. Son instrumentos públicos:
a. Las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b. Los instrumento que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los requisitos que
establecen las leyes;
c. Los títulos emitidos por el Estado Nacional, provincial, o la ciudad autónoma de Buenos Aires,
conforme a las leyes que autorizan su emisión;

Requisitos de validez subjetivos y objetivos

Para que el instrumento público sea válido y eficaz, produciendo plena prueba :respecto de su
contenido, la ley exige que se satisfagan ciertos requisitos.
Estos son subjetivos, cuando se refieren a la capacidad y competencia que debe reunir el oficial público
que interviene en el acto, y objetivos si se refieren al cumplimiento de las exigencias determinadas por
la ley en relación con el acto de que se trate.

A ellos se refiere el art. 290 C.C. y C.: «Requisitos del instrumento público. Son requisitos de validez
del instrumento público:
a. La actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su competencia territorial,
excepto que el lugar sea generalmente tenido como comprendido en ella
b. las firmas del oficial público, de las partes y en su caso de sus representantes; si alguno de ellos no
firma por sí mismo o a ruego, el instrumento carece de validez para todos».

a-Requisitos subjetivos
En primer lugar se exige que sea otorgado por un oficial público en los límites de sus atribuciones y de
su competencia territorial y material,salvo que el lugar sea generalmente comprendido como parte de
ella.

Por lo tanto, los instrumentos públicos otorgados de conformidad con las prescripciones legales,
gozaran de entera fe y producen los mismos efectos en todo el territorio de la República, cualquiera sea
la jurisdicción donde se hayan otorgado (art. 293 C.C. y C.).

b-Requisitos objetivos
La competencia y la idoneidad del oficial público deben además, ser complementadas con la
observancía de las formalidades que para cada acto en particular la ley ha dispuesto

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Las formalidades legales que se agregan a las generales varían según cada instrumento público en
particular, salvo la firma de todos los interesados que aparecen como partes o sus representantes, la del
oficial público interviniente, la presencia de testigos, cuando el acto así lo requiriera, y que se hayan
salvado tachaduras, enmiendas o alteraciones si las hubiera. La falta de los requisitos determinará la
nulidad del instrumento público.

Fuerza probatoria: presunción de autenticidad

Los instrumentos públicos dan «fe pública», es decir que gozan de autenticidad, se prueban por sí
mismos sin necesidad de que haya un reconocimiento previo.
Cuando el instrumento aparece como regular en cuanto a sus formas, se presume auténtico. Este
privilegio singular se justifica ya que emana de persona que, según dijimos, es idónea y competente
para dar fe por sí de los actos en los que interviene, además de estar revestido de las formalidades
impuestas por ley por ello.

El art. 296 del e.e. y C. respecto de la eficacia probatoria del instrumento público establece: «Eficacia
probatoria, El instrumento público hace plena fe:
a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia
como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos,
reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto principal del acto
instrumentado,hasta que se produzca prueba en contrario.»

Contenido del instrumento: clases de enunciaciones

Los hechos cumplidos por el oficial público o pasados ante su presencia en los que tuvo una
participación directa, gozan de plena fe mientras no prospere una querella judicial de falsedad en sede
civil o penal. El instrumento público hace plena fe hasta que sea argüido de falso, por acción civil o
criminal, de la existencia material de los hechos, que el oficial público hubiese anunciado como
cumplidos por él, o que han pasado en su presencia.

La acción de impugnación de falsedad es de graves consecuencias ya que, en la mayoría de los casos,


implica imputar al funcionario público interviniente de un delito, como lo es el de la falsificación del
instrumento.

El fin que persigue la acción es desvirtuar la eficacia probatoria del instrumento, atacando el mismo por
su falsedad material o ideológica.

La falsedad es material cuando el instrumento ha sido formalmente adulterado, como en los supuestos
de falsificación, alteración o supresión;v.gr. la imitación de un verdadero documento, su modificación
del original.

La falsedad ideológica, en cambio, se determina por la falta de veracidad en su contenido, siendo el


instrumento formalmente válido.

La falacia está en lo que el oficial dice Haber presenciado cuando nunca ocurrió. Por vía civil, la
querella de falsedad puede ser interpuesta por acción, como pretensión principal del proceso, o a modo
de defensa, alegando la falsedad de instrumento público que se opone al demandado.

Para que la fe del instrumento caiga, será necesario que se dicte sentencia ya que hasta tanto esto
suceda el instrumento conserva toda su fuerza probatoria.

Instrumentos públicos usuales

Se consideran instrumentos públicos usuales: los extendidos por el Registro Nacional de las Personas
tales como el documento nacional de identidad, informes y certificaciones emanados de sus

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dependencias como por ejemplo actas de nacimiento, así como las de defunción, o de matrimonio, del
registro nacional de reincidencias, o de la propiedad,etc.; los extendidos por notarios, llamados actas
notariales, vgr. las actas de protocolización de testamentos, las actas de realización de inventario para
aceptar la herencia bajo ese beneficio; las actas de exámenes así como las que constatan infracciones
públicas; las sentencias, resoluciones las Acordadas de la Corte Suprema de Justicia, las Resoluciones
de los juzgados de paz, tribunales arbitrales, juntas electorales; los asientos de los matrimonios en los
libros parroquiales o en los registros municipales y las copias sacadas de esos libros o registros;
podemos considerar asimismo como instrumentos públicos los decretos o resoluciones del presidente
de la República, los ministros o gobernadores.

ARTÍCULO 299.- Escritura pública. Definición. La escritura pública es el instrumento matriz


extendido en el protocolo de un escribano público o de otro funcionario autorizado para ejercer las
mismas funciones, que contienen uno o más actos jurídicos. La copia o testimonio de las escrituras
públicas que expiden los escribanos es instrumento público y hace plena fe como la escritura matriz. Si
hay alguna variación entre ésta y la copia o testimonio, se debe estar al contenido de la escritura matriz.

ARTÍCULO 305.- Contenido. La escritura debe contener:


a. lugar y fecha de su otorgamiento; si cualquiera de las partes lo requiere o el escribano lo considera
conveniente, la hora en que se firma el instrumento;
b.los nombres, apellidos, documento de identidad, domicilio real y especial si lo hubiera, fecha de
nacimiento y estado de familia de los otorgantes; si se trata de personas casadas, se debe consignar
también si lo son en primeras o posteriores nupcias y el nombre del cónyuge, si resulta relevante en
atención a la naturaleza del acto; si el otorgante es una persona jurídica, se debe dejar constancia de su
denominación completa, domicilio social y datos de inscripción de su constitución si corresponde;
c.la naturaleza del acto y la individualización de los bienes que constituyen su objeto;
d.la constancia instrumental de la lectura que el escribano debe hacer en el acto del otorgamiento de la
escritura;
e.las enmiendas, testados, borraduras, entrelíneas, u otras modificaciones efectuadas al instrumento en
partes esenciales, que deben ser realizadas de puño y letra del escribano y antes de la firma;
f.la firma de los otorgantes, del escribano y de los testigos si los hubiera; si alguno de los otorgantes no
sabe o no puede firmar, debe hacerlo en su nombre otra persona; debe hacerse constar la manifestación
sobre la causa del impedimento y la impresión digital del otorgante.

ARTÍCULO 310.- Actas. Se denominan actas los documentos notariales que tienen por objeto la
comprobación de hechos.

ARTÍCULO 311.- Requisitos de las actas notariales. Las actas están sujetas a los requisitos de las
escrituras públicas, con las siguientes modificaciones:
a.se debe hacer constar el requerimiento que motiva la intervención del notario y,en su caso, la
manifestación del requirente respecto al interés propio o de terceros con que actúa;
b. no es necesaria la acreditación de personería ni la del interés de terceros que alega el requirente;
c. no es necesario que el notario conozca o identifique a las personas con quienes trata a los efectos de
realizar las notificaciones, requerimientos y otras diligencias;
d.las personas requeridas o notificadas, en la medida en que el objeto de la comprobación así lo
permita, deben ser previamente informadas del carácter en que interviene el notario y, en su caso, del
derecho a no responder o de contestar; en este último supuesto se deben hacer constar en el documento
las manifestaciones que se hagan;
e.el notario puede practicar las diligencias sin la concurrencia del requirente cuando por su objeto no
sea necesario;
f.no requieren unidad de acto ni de redacción; pueden extenderse simultáneamente o con posterioridad
a los hechos que se narran, pero en el mismo día, y pueden separarse en dos o más partes o diligencias,
siguiendo el orden cronológico;
g.pueden autorizarse aun cuando alguno de los interesados rehúse firmar, de lo cual debe dejarse
constancia.

ARTÍCULO 312.- Valor probatorio. El valor probatorio de las actas se circunscribe a los hechos que
el notario tiene a la vista, a la verificación de su existencia y su estado.

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En cuanto a las personas, se circunscribe a su identificación si existe, y debe dejarse constancia de las
declaraciones y juicios que emiten. Las declaraciones deben referirse como mero hecho y no como
contenido negocial.

2-INSTRUMENTOS PRIVADOS:

La firma es la condición esencial para "la existencia del acto bajo forma privada y constituye la
identificación gráfica de la persona que sirve, dentro de nuestro derecho positivo, para establecer
derechos y determinar obligaciones.

El art. 1O12 Código Civil la establecía como requisito esencial de validez del instrumento privado.La
mera transcripción literal del nombre y apellido de la persona no constituye la firma, en tanto que se
entiende por tal, la manera en que la persona acostumbra signar declaraciones de voluntad con el objeto
de asumir las responsabilidades inherentes al documento que suscribe. Al decir de Rivera, es la forma
habitual de expresar la voluntad; se agrega:«Nada importa si es legible o no, si es que constituye la
forma habitual en la que el sujeto expresa su conformidad con el escrito».

Las iniciales o signos que no tengan el valor de visado sino que pretendan tener el valor de firma,
podrán serlo en tanto se demuestre que es de esa manera como habitualmente se manifiestan las
declaraciones de voluntad de su emisor.

La función de la firma, claramente es la imputación de la autoría del acto y la demostración de una


voluntad que concuerda con lo que está instrumentado, siempre con la exigencia de su reconocimiento
y pudiendo la misma consistir, en trazos, gráficas si es el modo habitual que de puño y letra se signan
manifestaciones de su voluntad.

El Código Civil y Comercial suprimió el requisito de validez del ejemplar múltiple para los contratos
sinalagmáticos perfectos ya que «en rigor es una exigencia a los fines probatorios» (Saucedo).

Subsisten como requisitos de los instrumentos. privados la firma y el tratamiento de las enmiendas
(arts. 288, 313 y 316 del C.C. y C.).

Respecto de estas últimas se destaca que, a semejanza de lo preceptuado para los instrumentos públicos
y las escrituras públicas, las correcciones que afecten partes esenciales del documento, deben ser
salvadas con la firma de los interesados; en caso de no hacérselo, quedan libradas a la apreciación
judicial las consecuencias de tal irregularidad formal en la fuerza probatoria del instrumento (conf. art.
316 del C.C.).

Efecto entre partes y frente a terceros

a-Entre partes:
A diferencia de los instrumentos públicos que gozan de una presunción de autenticidad, los
instrumentos privados no la tienen; carecen de valor probatorio en tanto la firma que los rubrica no
haya sido reconocida por el interesado o declarada debidamente reconocida por juez competente.
Para las partes y los sucesores a título universal, establecida la autenticidad de la firma, el instrumento
privado tiene efecto y no puede ser desconocido, excepto por vicios en e! acto del reconocimiento.

El reconocimiento de la firma implica el del cuerpo del documento lo cual le da el valor probatorio
entre las partes y sus sucesores a título universal. La autenticidad del instrumento privado se determina
por la verificación de que la firma corresponde a quien lo suscribió pues ésta es el requisito esencial del
instrumento privado.
La verificación de autenticidad de la firma se puede llevar a cabo mediante el reconocimiento del
firmante o en su defecto por la declaración judicial de autenticidad.

El art, 314 del CC a quien se presente un instrumento cuya firma se le atribuye debe manifestar si ésta
le pertenece. Los herederos pueden limitarse a manifestar que ignoran sí la firma es o no de su

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causante. La autenticidad de la firma puede probarse de cualquier medio. El reconocimiento de la firma
importa el reconocimiento del cuerpo del instrumento privado. El instrumento privado reconocido,
declarada auténtico por sentencia o cuya firma está certificada por escribano, no puede ser impugnado
por quienes lo hayan reconocido, excepto por vicios en el acto del reconocimiento.
La prueba resultante es indivisible. El documento signado con la impresión digital vale como principio
de prueba por escrito y puede ser impugnado en su contenido»

b-Frente a terceros
La eficacia probatoria de los instrumentos privados debidamente reconocidos se extiende a terceros
cuando adquieren fecha cierta. Por fecha cierta se entiende aquella que otorga certeza de que el
instrumento privado ya estaba firmado al momento de su producción y no pudo ser firmado después de
su acaecimiento.
El art. 314 del Código Civil y Comercial, omite enunciar los supuestos en virtud de los cuales el
instrumento privado adquiere fecha cierta,tal como lo enunciaba el Código Civil, así como la de su
exhibición en juicio o en una repartición pública, la del fallecimiento de la parte que la firmó, etc.

Cartas misivas

Carta misiva es toda comunicación escrita a modo de correspondencia entre personas conun lazo de
relación sean esquelas, postales, cartas propiamente dichas, etc. donde la principal cuestión es quién es
su dueño y qué facultades tiene sobre ella.

La admisibilidad actual de las cartas enviadas a un tercero como medio de la prueba encuentra su
limitación en el orden constitucional dado la inviolabilidad de la correspondencia privada y por el
ordenamiento privado en el art.318 C.C. y C. al expresar que: «La correspondencia, cualquiera sea el
medio empleado para crearla o transmitirla, puede presentarse como prueba por el destinatario, pero la
que es confidencial no puede ser utilizada sin consentimiento del remitente. Los terceros no pueden
valerse de la correspondencia sin asentimiento del destinatario y del remitente si es confidencial».

Valor probatorio e impugnación del instrumento privado

El examen de la fuerza probatoria de los instrumentos privados nos lleva a distinguir lo atinente al
instrumento considerado en sí mismo y luego lo relativo a su contenido. En cuanto al primer aspecto,
como venimos señalando, el instrumento privado no se prueba per se. A diferencia de los instrumentos
públicos que están revestidos de autenticidad; por el contrario, el instrumento otorgado entre los
particulares torna necesario saber si emana realmente de las personas a las que se les atribuye, de allí la
relevancia que cobra la verificación de las firmas.

Documentos no firmados

Diariamente se celebran cientos de actos cuyos soportes no son el papel; se alude en estos supuestos a
la «liberación del papel», lo que significa que el material sobre el cual se transmite la comunicación es
otro, v.gr. los soportes informáticos ópticos y auditivos. En éstos la autoría se determina mediante la
identificación de quien recibe y emite el mensaje. También negocios o transferencias bancarias que se
efectiviza a través de cajeros automáticos donde la clave numérica personal reconoce al titular
mediante la lectura del password. Parece entonces que el objetivo que se obtuviera mediante la firma se
obtiene hoy por otros medios distintos de los señalados.

Efectos entre las partes y terceros

Quien se vale o utiliza este tipo de instrumentos, debe hacerse cargo de su autenticidad y contenido.
Las más de las veces, tal como lo hemos expuesto, estaremos en presencia de principios de prueba por
escrito. En otros casos, podrían tener la peculiaridad de acreditar hechos de modo tal que por las
condiciones que lo rodean, marcan un grado de certidumbre que en ciertos supuestos equivalen a plena
prueba. Sobre este punto las Segundas Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil Comercial y Procesal
establecieron que «La prueba resultante de registros informáticos puede ser tenida como prueba por
escrito y debe ser admitida de conformidad con el principio de amplitud y libres convicciones».

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Tales documentos suelen ofrecer grados de seguridad, fiabilidad y lo que es más importante, rapidez
que supera al papel, por lo que habiéndose comprobado su autenticidad, será el juez quien determine el
valor probatorio.

Documento electrónico. Valor probatorio

Entendemos por tal a «la representación informática de actos,hechos, datos jurídicamente relevantes
que pueden ser recuperados en forma comprensible, como contenidos en la memoria de un ordenador o
en soportes externos como los discos, que tienen la característica de que no son leídos por el hombre
sino aprehendidos por las máquinas»

El documento electrónico es equiparado, en realidad, a lo que genericamente se ha denominado como


instrumento particular .Así,el art. 6o in fine de la ley 25.506 de firma digital, reza: «Un documento
digital también satisface el requerimiento de la escritura».

El valor jurídico del documento depende de la posibilidad de considerarlo auténtico y seguro pudiendo,
en definitiva, identificar su autoría ya que esto nos permite atribuir su contenido a la voluntad del
suscriptor.

La tecnología brida actualmente los medios para asegurar la autenticidad e integridad de un documento
electrónico con un grado de seguridad que excede la función que se asigna a la firma en el soporte
papel.

El Código Civil y Comercial señala al respecto que la expresión escrita «. .. puede hacerse constar en
cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado con texto inteligible, aunque su
lectura exija medios técnicos» (art. 286).

El ,texto surge claramente que la expresión escrita puede incluir medios técnicos que traen aparejadas
las nuevas tecnologías electrónicas.

Pero aunque los documentos electrónicos sean verdaderos documentos no por ello dejan de presentar
una serie de peculiaridades que los separan. de los documentos en soporte papel. No es menor la
posibilidad de la existencia del mismo documento en distintos soportes electrónicos sin posibilidad de
distinguir entre original y copias, ni la grafía que es binaria y no alfabética.

Los documentos electrónicos presentan en la actualidad algunos problemas de custodia y de


autenticidad que están lejos de resolverse.

Firma digital:

La ley 25.506 de firma digital establece en su art. 2o: «Se entiende por firma. digital al resultado de
aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que requiere información de exclusivo
conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control. La firma digital debe ser
susceptible de verificación por partes, tal que dicha verificación simultáneamente permita identificar al
firmante y detectar cualquier alteración del documento digital posterior a su firma ... ». En su art. 3o
agrega que: «Cuando a ley requiera una firma manuscrita esa exigencia también queda satisfecha por
una firma digital».

Lo importante es señalar que un documento digital, firmado digitalmente tiene los efectos de un
instrumento particular firmado; es decir, de un instrumento privado. Se produce así una equivalencia
funcional entre la firma digital y la firma manuscrita.

Esto es así salvo en los supuestos del art. 4" de la ley 25 .506, donde quedan excluidas las
siguientes hipótesis:
a) Las disposiciones por causa de muerte.
b) Los actos jurídicos del derecho de familia.

29
c) Los actos personalísimos en general.
d) Los actos que deban ser instrumentados bajo exigencias o formalidades incompatibles con la
utilización de la firma digital, ya sea como consecuencia de disposiciones legales o acuerdo de partes.

-En primer término aparece claro que los testamentos no pueden ser otorgados en documento digital ni
firmados digitalmente.
Pero la expresión «disposiciones por causa de muerte» comprende mucho más que.el testamento; así,
por ejemplo, no podría establecerse por este medio el destino del cadáver, la dación de órganos o
disposiciones referidas a las honras fúnebres.
-En la mención a los «actos jurídicos del derecho de familia»,quedarían incluidos el matrimonio, el
reconocimiento de hijos, el discernimiento de la tutela o curatela.
-En los «derechos personalísimos» se abarcan, además de los expuestos, los referidos a la personalidad
espiritual, los tratamientos médicos y quirúrgicos, las directivas anticipadas, etc.
-Finalmente, el cuarto supuesto, excluye los actos cuyas formalidades legales o consensuadas por las
partes (forma convencional) así lo establecieran.
El art. 288 del C.C. y C. en cuanto a la firma digital, señala en su segundo párrafo «... en los
instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma de una persona queda
satisfecho si se utiliza una firma digital que asegure indubitablemente la autoría e integridad del
instrumento».

I) NULIDADES: CLASIFICACIÓN VIGENTE.

NULIDAD

Un acto jurídico está afectado de nulidad cuando la ley,en virtud de causas existentes desde el origen
mismo del acto, le priva de los efectos que regularmente debía producir.

En otras palabras, la nulidad es una sanción legal que priva de sus efectos normales a un acto jurídico
en virtud de una causa originaria, es decir, existente en el momento de su celebración, y es también una
ineficacia absoluta en tanto, a diferencia de la inoponibilidad, el acto jurídico inválido es
completamente ineficaz no sólo respecto de terceros sino también entre las mismas partes que lo
celebraron.

CLASIFICACIÓN DE LAS NULIDADES. CRITERIOS DE DISTINCIÓN

Es posible clasificar a las nulidades en las siguientes categorías:

1-Actos de nulidad absoluta y actos de nulidad relativa (arts. 387 y 388 del CCCN);
La distinción entre las de carácter absoluto y las de carácter relativo responde a una causal de
naturaleza sustancial, en tanto, para poder determinar frente a qué tipo de nulidad nos encontramos, es
necesario verificar el interés jurídico lesionado por el vicio.

En esta línea, en los supuestos de nulidades absolutas, el vicio que afecta al acto jurídico que se reputa
inválido lesiona un interés general, es decir que se encuentra de por medio el orden público (a
diferencia de los casos de nulidades relativas, en los cuales se afecta un interés particular, individual de
los sujetos que forman parte del negocio jurídico).

Así, la nulidad absoluta ha sido establecida por el legislador en defensa del orden público, para proteger
el orden social y las buenas costumbres y, al contrario, la nulidad es relativa cuando sólo se está
afectando el interés particular de algunos de los contratantes.

Esta clasificación tiene incidencias prácticas pues, con relación a la forma de su declaración, la nulidad
absoluta puede ser declarada de oficio por el juez sin que medie petición de parte. También puede ser
solicitada por el Ministerio Público y por cualquier interesado, salvo quien haya dado lugar a la nulidad
(art. 387 del CCCN).

En cambio, en los casos de nulidad relativa, la situación es diferente; al encontrarse de por medio

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intereses particulares de las partes, la nulidad no puede ser declarada de oficio por el juez, sino que
corresponde que sea pedida por la parte en cuyo beneficio se establece. Excepcionalmente puede
invocarla la otra parte si es de buena fe y ha experimentado un perjuicio importante (art.388 del
CCCN).
Por otro lado, cabe señalar que el acto afectado por una nulidad absoluta no es confirmable, en tanto,
por estar de por medio un interés de carácter general, es la misma sociedad la interesada en su
invalidez, por lo que el acto podrá llevarse a cabo nuevamente sin el vicio que afecta al anterior y sin
que sea posible su confirmación. En cambio, si se trata de una nulidad relativa, al estar en juego un
interés de carácter particular, el vicio del que adolece el acto jurídico sí puede ser confirmado; ello es
consagrado en el art. 388 del CCCN.

Finalmente, decimos que la acción derivada de la nulidad absoluta es imprescriptible, mientras que la
nulidad relativa puede sanearse por prescripción.

2-Actos de nulidad total o parcial (art. 389 del CCCN).


Teniendo en cuenta como criterio de distinción el alcance de la sanción de nulidad , podemos decir que
estamos frente a una nulidad total cuando los efectos de ineficacia se propagan a la totalidad del acto
jurídico; y estamos frente a una nulidad parcial cuando sólo una cláusula o disposición resulta ineficaz,
sin afectar la validez de aquellas partes no alcanzadas por la nulidad.

En esta línea, cabe tener en cuenta el art. 389 del Código, que dispone:
Principio. Integración. Nulidad total es la que se extiende a todo el acto. Nulidad parcial es la que
afecta a una o varias de sus disposiciones.

La nulidad de una disposición no afecta a las otras disposiciones válidas, si son separables. Si no son
separables porque el acto no puede susbisitir sin cumplir su finalidad, se declara la nulidad total.

En la nulidad parcial, en caso de ser necesario, el juez debe integrar el acto de acuerdo a su naturaleza y
los intereses que razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes.
En este orden de ideas, se advierte que la nulidad parcial depende de que la cláusula o disposición
respecto de la cual se declara la invalidez sea separable de las otras disposiciones, pues, de lo contrario,
debe declararse la nulidad total.

En efecto, la condición para que un acto jurídico pueda ser sólo parcialmente nulo, es que sus diversas
disposiciones, o mejor dicho, los diversos actos de disposición que él encierra, sean separables.

En los casos en que pueda declararse sólo la nulidad de alguna disposición y por lo tanto subsista la
eficacia del acto jurídico, el magistrado debe integrar el acto de acuerdo a la naturaleza y los intereses
que puedan considerarse perseguidos por las partes.

EFECTOS DE LA NULIDAD:

1-Efectos de la nulidad entre las partes Ahora bien, con respecto a los efectos que la nulidad del
negocio jurídico genera en relación a las partes contratantes, es preciso diferenciar si nos hallamos en
supuestos en los cuales el acto defectuoso tuvo principio de ejecución o no.

Así, si el acto no fue ejecutado, una vez dictada la sentencia que declare su nulidad, las partes no
podrán exigir o demandar su cumplimiento. En cambio, si el acto jurídico tuvo principio de ejecución o
se ejecutó en su totalidad, al declararse su invalidez corresponde la aplicación del art. 390 del Código;
las partes deben restituirse mutuamente lo obtenido en virtud del acto anulado, a fin de volver las cosas
al estado anterior al del acto inválido.

Por otro lado, debemos señalar que una o ambas partes del acto nulo por sentencia pueden haber
sufrido daños como resultado de la invalidez del acto jurídico; daños materiales y aun morales que es
preciso reparar para lograr que la situación jurídica de las partes retorne al estado anterior a la
celebración del acto.

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En esta línea, el art. 391 del Código expresa: “Hechos simples. Los actos jurídicos nulos, aunque no
produzcan los efectos de los actos válidos, dan lugar en su caso a las consecuencias de los hechos en
general y a las reparaciones que correspondan.”

Desde esta perspectiva, analizando los efectos con miras al futuro, por más que el acto sea declarado
nulo y, con ello, se impida la producción de los efectos propios que se tuvieron en cuenta al momento
de celebrarlo, en función de la norma transcripta se considera el negocio jurídico anulado como un acto
ilícito o hecho jurídico en general. Es por ello que corresponde indemnizar los daños y perjuicios que
hayan ocasionado, en tanto se genera la obligación de reparar el daño causado.
Es decir que, además de la restitución, se estipula la indemnización de daños y perjuicios como acción
complementaria.

2-Efectos de la nulidad frente a terceros


Es necesario precisar que la declaración de nulidad de un determinado acto jurídico puede generar
efectos no sólo en relación a las partes sino también con respecto a terceros.

Así, el art. 392 del Código Civil y Comercial dispone:


Efectos respecto de terceros en cosas registrables. Todos los derechos reales o personales transmitidos a
terceros sobre un inmueble o mueble registrable, por una persona que ha resultado adquirente en virtud
de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y pueden ser reclamados directamente del tercero,excepto
contra el subadquirente de derechos reales o personales de buena fe y a título oneroso.

Los subadquirentes no pueden ampararse en su buena fe y a título oneroso si el acto se ha realizado sin
intervención del titular del derecho. 36

Se advierte que la problemática se genera con relación a los subadquirentes, es decir aquellas personas
que, en función de un acto jurídico celebrado entre las partes, que es nulo, adquirieron un derecho real
o personal, generándose el problema en torno a si recae sobre ellos la obligación de restituir lo que
hubiesen recibido en función a dicho acto.

En esta línea, el efecto retroactivo de la sentencia de nulidad, que constituye la regla general en materia
de efectos, no sólo resulta aplicable en relación a las partes del negocio jurídico, sino también con
respecto a los terceros. Es decir que se aplica el efecto retroactivo de la sentencia de nulidad respecto
de los terceros en cosas registrables. El tercero a quien el adquirente por acto nulo ha transferido la
propiedad de una cosa registrable y otro derecho sobre la materia es alcanzado por la sentencia de
nulidad y privado de esos derechos.
Ahora bien, el artículo 392 establece una limitación a la obligación de restitución que recae sobre los
terceros. Respecto de terceros subadquirentes de derechos reales o personales sobre cosas registrables,
de buena fe y a título oneroso, no procede la obligación de restitución.

Cabe precisar que, para que funcione tal protección de los subadquirentes de buena fe y a título
oneroso, es necesario que se cumplan ciertos recaudos:
a)debe ser invocada por un subadquirente,
b) ha de referirse a derechos reales o personales sobre inmuebles o muebles registrables,
c) título oneroso
d) buena fe.

La falta de alguno de los requisitos antes mencionados significa volver al principio general establecido
y, en consecuencia, el subadquirente estará obligado a la restitución de la cosa registrable al primer
enajenante.

Por último, el precepto mencionado recepta los casos en que la transmisión de la cosa haya sido
otorgada por quien no es el titular del derecho de propiedad ni se encuentra legitimado para
representarlo. Es decir, aquellos supuestos en que el verdadero propietario no participa de la
transmisión al adquirente.

En estos casos, el subadquirente de buena fe y a título oneroso no puede ampararse en la protección,

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pues la primitiva enajenación ha sido realizada por quien no era su propietario.

J) RESPONSABILIDAD CIVIL: FUNCIONES DE PREVENCIÓN Y PUNICIÓN. ACCIONES


DE PREVENCIÓN Y PUNICIÓN EXCESIVA.

RESPONSABILIDAD CIVIL

La noción de responsabilidad revela que el ordenamiento jurídico reacciona ante el hecho, positivo o
negativo, que quebranta sus normas y por ello obliga a «responder». Si la reacción obedece a una
finalidad sancionatoria, ejemplificadora y predominantemente pública, nos encontramos en el área de la
responsabilidad penal, que mira fundamentalmente a la situación del «delincuente», Si la necesidad de
dar una respuesta apunta a una función preventiva, reparatoria o pecuniariamente punitoria y
predominantemente privada, estarnos frente a la responsabilidad civil o por daños, que se centra en la
posición de la «victima».

La institución designada como «responsabilidad civil», hace referencia a la «obligación de responder»


y abarca las múltiples funciones que se le atribuyen: preventiva (arts. 1710 a 1713 C.C. y C.) y
reparatoria (arts. 1716 y ss.)

Funciones

El Código Civil y Comercial establece dos funciones de la responsabilidad civil, la preventiva y


reparatoria; éstas actuarán una u otra,exclusiva o concurrentemente,en los casos en que la reparación
acompañe a las medidas de prevención.

a-Función preventiva
Se plasma expresamente en la nueva legislación,el «deber de prevención del daño» que pesa sobre toda
persona, «en cuanto de ella dependa»; es decir, que no alcanza a aquellos que no están en condiciones
de impedir el perjuicio, por lo que no les es exigible.

Como lo establece el ARTÍCULO 1710.- Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en
cuanto de ella dependa, de:
a. evitar causar un daño no justificado;
b. adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se
produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un
daño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que éste le reembolse el valor de los gastos
en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa;
c. no agravar el daño, si ya se produjo.

ARTÍCULO 1711.- Acción preventiva. La acción preventiva procede cuando una acción u omisión
antijurídica hace previsible la producción de un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible
la concurrencia de ningún factor de atribución.

ARTÍCULO 1712.- Legitimación. Están legitimados para reclamar quienes acreditan un interés
razonable en la prevención del daño.

ARTÍCULO 1713.- Sentencia. La sentencia que admite la acción preventiva debe disponer, a pedido de
parte o de oficio, en forma definitiva o provisoria, obligaciones de dar, hacer o no hacer, según
corresponda; debe ponderar los criterios de menor restricción posible y de medio más idóneo para
asegurar la eficacia en la obtención de la finalidad.

ARTÍCULO 1714.- Punición excesiva. Si la aplicación de condenaciones pecuniarias administrativas,


penales o civiles respecto de un hecho provoca una punición irrazonable o excesiva, el juez debe
computarla a los fines de fijar prudencialmente su monto.

ARTÍCULO 1715.- Facultades del juez. En el supuesto previsto en el artículo 1714 el juez puede dejar
sin efecto, total o parcialmente, la medida.

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b-Función resarcitoria
Tradicionalmente se ha definido a la responsabilidad civil o derecho de daños por su función
resarcitoria. En efecto, tanto en lo cuantitativo corno lo cualitativo, prevalece como «la obligación de
reparar un daño injustamente causado o sufrido a cargo del autor o de quien se sindique según las
razones de su atribucion».

Esta faceta de la responsabilidad civil es la que se destaca también en el nuevo Código Civil y
Comercial que pone el acento en la función compensatoria, a tenor de lo expresado en los Fundamentos
del Anteproyecto y Jo que surge del art. 1716 C.C. y C.

ARTÍCULO 1716.- Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de
una obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de este
Código.

K) REPARACIÓN DEL DAÑO: LA REPARACIÓN PLENA Y LAS INDEMNIZACIONES POR


LESIONES O INCAPACIDAD PERMANENTE FÍSICA O PSÍQUICA, TOTAL O PARCIAL.
DAÑO MORAL: LEGITIMADOS.

El daño es un concepto amplio, impreciso que suele ser utilizado como sinónimo de detrimento,
perjuicio, menoscabo, dolor o molestia. Con tal amplitud de significado, la vida cotidiana resulta ser
una fuente incesante de daños, así por ejemplo, ocasiona daño quien se impone a los competidores en
un concurso,quien capta mayor clientela con mejores servicios, etc.

Ese detrimento además de ser un fenómeno físico, se convierte a su vez en un fenómeno jurídico e
ingresa en el terreno del derecho. El daño así concebido, pues, como fenómeno jurídico, no pierde su
esencia física sino que a ésta se añade la jurídica, está compuesto por:
1) un elemento material o sustancial constituido por el hecho físico;
2) un elemento formal proveniente de la norma jurídica, representado por la reacción del ordenamiento
jurídico a consecuencia de la perturbación provocada en el equilibrio social y alteración perjudicial de
un interés jurídicamente tutelado. El menoscabo, la pérdida, el deterioro - ya sea patrimonial o
extrapatrimonial-, adquiere relevancia cuando es considerado por el derecho que le adjudica
consecuencias jurídicas.

CONCEPTO DE DAÑO EN EL CÓD. CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN.

ARTÍCULO 1737.- Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona,el patrimonio, o un derecho de
incidencia colectiva.

El interés puede ser individual a la persona o el patrimonio, incorporándose además los derechos de
incidencia colectiva.

Calvo Costa entiende que los derechos de incidencia colectiva son de dos categorías:
a) aquellos que tutelan bienes colectivos (que no son susceptibles de apropiación individual
excluyente, indivisibles, y que pueden ser disfrutados por varias personas sin ser alterados),
b) los que sin recaer sobre bienes colectivos, poseen condiciones de ejercicio homogéneas en relación a
una pluralidad de titulares, cuyas posibilidades para acceder a la justicia resultan obstaculizadas por las
circunstancias del caso.

En síntesis, se contemplan como daños: los individuales tradicionales (patrimonial o moral), y los
daños colectivos cuando se lesionan derechos de incidencia colectiva.

INDEMNIZACIÓN

El Código Civil y Comercial de la Nación regula las consecuencias indemnizables de la lesión a un


derecho o a un interés, en el:

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ARTÍCULO 1738.- Indemnización. La indemnización comprende la pérdida o disminución del
patrimonio de la víctima, el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la
probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de chances.

Incluye especialmente las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos de la víctima,


de su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que resultan
de la interferencia en su proyecto de vida.

Por su parte, el art. 1741 regula la indemnización de las consecuencias no patrimoniales:

ARTÍCULO 1741.- Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Está legitimado para


reclamar la indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho
resulta su muerte o sufre gran discapacidad también tienen legitimación a título personal, según las
circunstancias, los ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél
recibiendo trato familiar ostensible.

La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta por éste.
El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias
que pueden procurar las sumas reconocidas.

ARTÍCULO 1744.- Prueba del daño. El daño debe ser acreditado por quien lo invoca,excepto que la
ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los propios hechos.

ARTÍCULO 1746.- Indemnización por lesiones o incapacidad física o psíquica. En caso de lesiones o
incapacidad permanente, física o psíquica, total o parcial, la indemnización debe ser evaluada mediante
la determinación de un capital, de tal modo que sus rentas cubran la disminución de la aptitud del
damnificado para realizar actividades productivas o económicamente valorables, y que se agote al
término del plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades. Se presumen los
gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resultan razonables en función de la índole de las
lesiones o la incapacidad. En el supuesto de incapacidad permanente se debe indemnizar el daño
aunque el damnificado continúe ejerciendo una tarea remunerada. Esta indemnización procede aun
cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado.

Así se ha destacado que en oportunidad de referirse a los danos resarcibles, los arts. 1738, 1741, 1744 y
1746 dejan bien en claro que lo que se repara son las consecuencias de aquella lesion,. que se
proyectan ora en el patrimonio, ora en la esfera extrapatnmonial de la persona.

Requisitos

Para que proceda la indemnización se deben reunir los requisitos generalmente aceptados en doctrina y
jurisprudencia y que se enuncian en el art. 1739 CC.

ARTÍCULO 1739.- Requisitos. Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio


directo o indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance es indemnizable en la
medida en que su contingencia sea razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el
hecho generador.

Forma de reparación y atenuación

El Código unificado mantiene el principio de que la reparación del daño debe ser plena.

ARTÍCULO 1740.- Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución
de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso,sea por el pago en dinero o en
especie. La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente
imposible, excesivamente oneroso o abusivo,en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el caso de daños
derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a pedido de parte,

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ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del responsable.

La reparación plena se asienta en cuatro reglas fundamentales:


1-el daño debe ser fijado al momento de la decisión;
2-la indemnización no debe ser inferior al perjuicio;
3-la apreciación debe formularse en concreto;
4-y la reparación no debe ser superior al daño sufrido

La reparación plena admite supuestos de limitación por razones de equidad, en función del patrimonio
del deudor, la situacion personal de la víctima y las circunstancias del hecho. Esta facultad no es
aplicable en caso de dolo del responsable» (art. 1742 C.C. y C.).

Clases de daños

a. Daño patrimonial
Los daños patrimoniales son aquellos en los que se produce un detrimento o disminución de bienes que
admiten valoración pecuniaria,ya sea por afectar directamente el patrimonio o por afectar derechos en
sí mismos no patrimoniales pero cuyas consecuencias tienen incidencia en este aspecto.
La enunciación referida nos permite una primera distinción.

Daño directo: Tales son los daños que inciden directamente en el patrimonio; son los que producen la
pérdida o deterioro de una cosa o la disminución de su valor, suponen el desembolso de valores
pecuniarios o la asunción de deudas, etc., V.gr. los daños sufridos en el automotor debido a una colisión
y los gastos realizados para alquilar otro; la pérdida de una suma de dinero como consecuencia de un
asalto, etc.

Daño. indirecto: Es el que recae inmediatamente sobre la persona pero ello impacta en el patrimonio,
de modo que la lesión a un derecho no patrimonial determina una consecuencia dañosa de orden
pecuniario.V.gr. quien realiza gastos para rehabilitarse luego de ser atropellado por un automóvil; la
persona que es desfigurada como consecuencia de una mala practica médica y pierde su trabajo como
modelo fotográfica; los honorarios profesionales que se deben al psiquiatra para superar la «sinistrosis»
padecida por haber sido víctima de un hecho delictivo· los ingresos que se pierden para el profesional
desacreditado por injurias al ser abandonado por sus clientes.

Elementos del daño patrimonial

Los elementos del daño patrimonial, sea directo o indirecto, están enunciados en el Código Civil y
Comercial en el art. 1739: «La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la
víctima,el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su
obtención y la pérdida de chances. Incluye especialmente las consecuencias de la violación de los
derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica,sus afecciones
espirituales y las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida».

De dicha norma se pueden discriminar los elementos del daño que son:
El daño emergente: que es el perjuicio efectivamente sufrido. Ello ocurre, por ejemplo, cuando se
cubren los costos de traslado y arreglo del automóvil roto en la colisión; los honorarios médicos y los
medicamentos necesarios para recuperar la salud, etc.

El lucro cesante: que es la ganancia frustrada como consecuencia del hecho ilícito; v.gr. la pérdida de
los ingresos futuros como consecuencia de haber debido dejar el automóvil que se utiliza como taxi en
el taller para su reparación; los honorarios no percibidos como consecuencia de la pérdida de la
clientela por la difamación, etc.

En los hechos pueden producirse ambos o sólo alguno de estos aspectos, tanto desde la perspectiva del
daño directo como indirecto, que hemos mencionado. Así, por ejemplo, existirá sólo daño emergente si
la persona puede seguir trabajando; o se dará sólo lucro cesante, si quien fue calumniado no tiene
gastos actuales pero se encontró impedido de continuar obteniendo ganancias.

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Casos especiales

ARTÍCULO 1745.- Indemnización por fallecimiento. En caso de muerte, la indemnización debe


consistir en:
a-los gastos necesarios para asistencia y posterior funeral de la víctima. El derecho a repetirlos incumbe
a quien los paga, aunque sea en razón de una obligación legal;
b-lo necesario para alimentos del cónyuge, del conviviente, de los hijos menores de veintiún años de
edad con derecho alimentario, de los hijos incapaces o con capacidad restringida, aunque no hayan sido
declarados tales judicialmente; esta indemnización procede aun cuando otra persona deba prestar
alimentos al damnificado indirecto; el juez, para fijar la reparación, debe tener en cuenta el tiempo
probable de vida de la víctima, sus condiciones personales y las de los reclamantes;
c- la pérdida de chance de ayuda futura como consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho
también compete a quien tenga la guarda del menor fallecido.

ARTÍCULO 1746.- Indemnización por lesiones o incapacidad física o psíquica. En caso de lesiones o
incapacidad permanente, física o psíquica, total o parcial, la indemnización debe ser evaluada mediante
la determinación de un capital, de tal modo que sus rentas cubran la disminución de la aptitud del
damnificado para realizar actividades productivas o económicamente valorables, y que se agote al
término del plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades. Se presumen los
gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resultan razonables en función de la índole de las
lesiones o la incapacidad. En el supuesto de incapacidad permanente se debe indemnizar el daño
aunque el damnificado continúe ejerciendo una tarea remunerada. Esta indemnización procede aun
cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado.

ARTÍCULO 1747.- Acumulabilidad del daño moratorio. El resarcimiento del daño moratorio es
acumulable al del daño compensatorio o al valor de la prestación y, en su caso, a la cláusula penal
compensatoria, sin perjuicio de la facultad morigeradora del juez cuando esa acumulación resulte
abusiva.

b. Daño no patrimonial
El daño no patrimonial, también es llamado, «moral», «extrapatrimomal», «agravio moral», «daño a la
persona», «no económico» o a la «integridad espiritual».

Requisitos

El daño moral es extrapatrimonial y autónomo del daño material en o conceptual y funcional; puede ser
directo o indirecto, según lesione a la persona o aspectos patrimoniales que tengan repercusión. en lo
personal; persigue la reparación plena y aunque por sus particularidades difícilmente pueda «volverse
al estado anterior», por vía del dinero se procura una compensación sustitutiva de lo padecido.

Los requisitos son los comunes a todos los daños es decir, que el daño no patrimonial debe ser cierto,
serio, al no evidenciar una excesiva susceptibilidad de quien lo alega y subsistente conforme hemos
explicado más arriba.

Las particularidades del daño moral se dan en materia del requisito de la personalidad del reclamante,
pues en principio debe invocarlo el damnificado directo o indirecto en ciertos casos.

Las concepciones doctrinarias y su impacto en la jurisprudencia se reflejan en la reforma y el código


unificado ha ampliado las posibilidades de legitimación activa a otras personas ante la muerte de la
víctima.

Siguiendo propuestas anteriores y los fallos que dictaminaron la inconstitucionalidad de las


restricciones a los reclamantes, el Código vigente, además del damnificado directo, reconoce en caso
de muerte o gran discapacidad de la víctima, que pueden reclamar a título personal el cónyuge,
ascendientes, descendientes y quienes convivían con ella recibiendo trato familiar ostensible. La acción
solo se transmite a los sucesores universales legítimos si es interpuesta por este .... >>art. 1741CC.

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También puede entenderse indirecto y reparable el daño no patrimonial padecido como consecuencia
del ataque a bienes patrimoniales cuando su desaparición o deterioro produce afecciones de orden no
patrimonial en Ja persona; tales son, v.gr. el padecimiento que supone la pérdida de un bien con valor
afectivo o histórico; la afectación de la paz familiar como consecuencia de la destrucción o deterioro
serio de la vivienda en la que se desarrolla la vida de la familia, etc.

Pueden ser demandados, como legitimados pasivos, en una acción por daño moral, el que responde por
el hecho propio y quien lo hace por un hecho ajeno -principal por el dependiente, padres, curadores o
tutores por el hecho del hijo o pupilo-; las personas jurídicas por el ilícito cometido por quienes las
dirigen o administren; el dueño o guardián de la cosa -sea el perjuicio causado «con» o «por» la cosa-
por los daños causados por ésta; quien debe responder en función de una indemnización de equidad;
también el autor del hecho, sus consejeros o cómplices, los sucesores universales de los legitimados
pasivos y el asegurador del responsable en la medida del seguro.

Forma y extensión de la reparación. Casos especiales según el bien lesionado

La indemnización por tal daño tiene carácter resarcitorio, conforme la moderna doctrina y
jurisprudencia, y no es sancionatorio, tesis prácticamente abandonada.

La reparación de daño atiende a la medida del perjuicio sufrido y,generalmente, se apoyará en


presunciones a tenor de lo común de la naturaleza humana. Sin embargo, la presunción que resulta de
lo que acontece habitualmente puede ser destruida por prueba en contrario o,si se tratara de supuestos
en los que la relación que determinaría el daño no se presume por su proximidad de parentesco o
existencia de vínculo jurídico, deberá demostrarse por cualquier medio de prueba.

Para cuantificar la indemnización por daño no patrimonial no es importante la génesis del perjuicio,
pues procede incluso ante daños causados por actos lícitos. A los fines de su determinación se tendrán
en cuenta los padecimientos sufridos como consecuencia del acto lesivo y las secuelas resultantes en el
ámbito espiritual, psicológico y social(angustias y dolores por intervenciones quirúrgicas,
rehabilitaciones,lesiones estéticas, incertidumbres laborales, restricciones a la vida afectiva y social, a
la autoestima, afectación de la consideración en el medio, etc.) conforme las condiciones personales de
la víctima.

Las modificaciones sufridas en los diversos aspectos de la persona servirán para establecer una
indemnización en dinero que supla o compense el desmedro injustamente sufrido ya que, a partir de
evaluar las consecuencias perjudiciales que puede provocar el hecho en el común de las personas, debe
atenderse a la luz de las circunstancias particulares acreditadas en la causa. Es decir que la
determinación de la indemnización por daño moral no está sujeta a cánones objetivos, sino a la
prudente ponderación del juzgador.

En este sentido el Código unificado señala que «- .. El monto de la indemnización debe .fi.f arse
ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las sumas
reconocidas»(art. 1741 in fine).

Pese a las diferentes designaciones como daños a la persona (salud, biológico, a la vida de relación,
existencial, a la tranquilidad familiar, al proyecto de vida, etc.) en nuestro derecho sólo existen el daño
resarcible patrimonial o extrapatrirnonial, sea directo o indirecto, según que las lesiones al derecho
recaigan en una disminución de aspectos pecuniarios o morales de lo que es titular el sujeto. Es dable
advertir, por lo tanto, que las consecuencias pecuniarias del ataque a tales aspectos de la persona caerán
en la órbita del daño patrimonial indirecto, si tienen traducción pecuniaria por sí, y los aspectos
extrapatrimoniales (neurosis,fobias, angustias, depresiones, desinhibiciones disfuncionales, etc.) en la
del daño no patrimonial pues no se trata de categorías que puedan fragmentarse.

En cuanto a la posibilidad de que la persona jurídica reclame por daño no patrimonial, una doctrina
minoritaria, sustenta que puede requerir resarcimiento por ser titular de derechos como el honor,
libertad de acción, a la seguridad personal, a la intimidad, a la protección de los valores de afección y al

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derecho moral del autor; otra corriente entiende que no puede padecer « daño moral», toda vez que la

protección que se le dispensa apunta a la consecución de objetivos patrimoniales, aunque sean altruistas
y que «uo hay un soporte vital propio y autónomo» o «existencial». En una posición intermedia, se
sostiene que el daño no patrimonial procedería cuando la persona jurídica no persigue lucrar, como
sucede con las fundaciones,aunque se limita el resguardo al buen nombre o fama. La Corte Suprema de
Justicia de la Nación sostuvo que la persona jurídica carece de aptitud para ser víctima del daño moral.

Prueba del daño


El Código unificado señala que «El daño debe ser acreditado por quien Jo invoca, excepto que la ley lo
impute o presuma, o que surja notorio de los propios hechos» (art. 1744 C.C. y C.).

Ciertos daños se presumen legalmente. Tal sucede actualmente,con las presunciones de jurís tantum
previstas por el art, 768 C.C y C ...

Esta norma se refiere a los intereses que deben los deudores morosos.
Son intereses moratorios los que el deudor debe por retener un capital después de la fecha en que debía
devolverlo, y ellos representan la indemnización o resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos por
el acreedor en las obligaciones de dar sumas de dinero. El acreedor no necesita probar que el retardo
le ocasionó perjuicios, porque la ley estima que esos perjuicios son inevitables, forzosos y
automáticos, porque no pudo disponer oportunamente de un capital productor de frutos, salvo que se
pruebe que su mora se debió a caso fortuito o fuerza mayor.

El daño no patrimonial, en principio, debe ser probado por quien reclama su reparación. En numerosos
casos, sin embargo, surgirá la existencia del daño in re ipsa; es decir, que lo dañoso resultará
acreditado del hecho mismo y sus consecuencias al devenir del «curso natural y ordinario de las
cosas»; es decir que generalmente se presumen. Tal sucede, por ejemplo, cuando se lesionan derechos
de índole puramente subjetiva como el derivado de la muerte de un hijo de un familiar muy cercano,
del conviviente o cónyuge o de haber crecido sin filiación paterna.

Sin embargo, quien es demandado podría demostrar que no se ha ocasionado ningún perjuicio en los
aspectos espirituales del accionante;v.gr. probar que la madre que reclama la reparación por la muerte
de la hija menor fue· abandónica a su respecto y que no terna vinculo afectivo alguno que justificara
atender a la pérdida como daño no patrimonial;demostrar que los miembros de la pareja o los cónyuges
se encontraban separados y enemistados desde largo tiempo atrás; sino se pudiera demostrar que el
padre alegado conoció la existencia del hijo antes de la notificación de la demanda o resultara que fue
la progenitora quien ocultó la filiación paterna al hijo, no prosperará la demanda por daño no
patrimonial por falta de reconocimiento contra el finalmente declarado padre, entre otras hipótesis.

Factores de atribucion de la responsabilidad

Los factores de atribución aluden al fundamento de la obligación de responder; es decir al «por qué» se
debe reparar el daño.
Es decir que a partir de su consideración, se determina si la conducta o el resultado se puede imputar al
autor (responsabilidad directa) o a otra persona que se sindique como obligado, lo que sucede cuando
el agente del daño no debe reparar o no es el único obligado a hacerlo (responsabilidad indirecta).

Los factores de atribución pueden ser de dos clases: subjetivos y objetivos.


El Código Civil y Comercial,refiere que la atribución de un daño al responsable puede basarse en
factores objetivos y subjetivos y se agrega que, en ausencia de normativa, el factor de atribución es la
culpa.

En los «Fundamentos» del Proyecto hoy vigente se expresa que no hay relación de jerarquía entre los
factores objetivos y subjetivos,señalando una paridad cualitativa entre ambos criterios, siguiendo
doctrina de gran difusión. Se agrega que los factores objetivos son mencionados en primer lugar por ser
mayoritarios y se mantienen los factores de atribución subjetivos tradicionales (culpa y dolo); es decir,
que conviven ambos con igual importancia. Se expresa que en «el supuesto en que no hubiera ninguna

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previsión legal[ ... ] se aplica la culpa» pues «cuando hay una laguna, es decir, no hay ninguna norma ni
es posible una aplicación analógica, rige la culpa ... como factor de atribución residual».

En cuanto a la función de la culpabilidad, en esta propuesta se dividen las opiniones entre quienes
entienden que la culpa opera como norma de cierre y quien, por el contrario, estima que «todo es
responsabilidad objetiva salvo cuando haya una laguna que resulte imposible de colmar, en cuyo caso
aparece la culpa de manera residual, que no es lo mismo que ésta venga a ser la norma de cierre del
sistema» .

1. Factores subujetivo de atribución de responsabilidad


Los factores subjetivos de atribución, tradicionalmente fundaron la responsabilidad civil contractual y
extracontractual,a partir del principio plasmado en el Código Civil por el que no existía responsabilidad
sin culpa,este fundamento ha ido cediendo paso a las pautas objetivas de atribución.

En efecto, los factores subjetivos de atribución tienen en consideración la subjetividad del agente y se
realiza un reproche humano a su comportamiento; es lo que se denomina «culpabilidad» en sentido
«lato».

Ello presupone la voluntariedad del acto. Es decir, que la imputabilidad moral del acto resulta de haber
sido obrado con discernimiento,intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior En cuanto
al primer elemento de la «voluntad interna»,por entendérselo referido a la aptitud general de conocer,
en el sistema del Código Civil y Comercial se consideran inimputables los menores de diez años y
quien está privado de razón al momento de realizarlo La intención y la libertad deben ser sanas; es
decir, carecer de vicios que las excluyan.
La imputabilidad moral del resultado deviene de la «culpabilidad»del autor en sentido amplio, la que
abarca la culpa y el dolo.

a-culpa
En el Código unificado que nos ocupa los factores subjetivos de atribución de responsabilidad son la
culpa y el dolo.
«. .. La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la
impericia en el arte o profesión, El dolo se configura por la producción de un daño de manera
intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos» (art. 1724 C.C. y C.).
Las modalidades de la culpa, que doctrina y jurisprudencia ya reconocen en el ámbito civil, son la
negligencia, la imprudencia y la impericia «en el arte o profesión», tal como recoge el nuevo
ordenamiento en la norma referida.

La negligencia consiste en omitir comportamientos que previsiblemente hubieran evitado el daño;


supone descuido,distracción;
La imprudencia se presenta como un actuar precipitado irreflexivo que no mide las consecuencias;
puede verificarse por temeridad, desinterés, exceso de confianza (v.gr. cruzar la calle con el semaforo
en rojo;no usar casco en la moto; extraer un órgano sin esperar los resultados de una biopsia, etc.).

La impericia evidencia falta de habilidad específica, deficiente capacitación, carencia de habilidad


técnica. (v.gr.. usar un aparato de precisión sin conocer acabadamente su funcionamiento; anestesiar sin
saber canalizar o entubar al paciente; asumir un JUlClO complejo sin suficiente experiencia o
conocimiento de la materia, etc.).Es preciso recordar que en el caso de profesionales se juzga el error
humano y no el científico.

La culpa de la víctima también tiene consecuencias jurídicas;cuando los daños se producen por el obrar
culposo, positivo o negativo,de quien lo padece no hay responsabilidad y asi estaba previsto en el ,art.
1111 Código Civil. En el Código unificado la cuestión se ubica en el arca de Ja causación en cuanto se
señala que «La responsabilidad puede ser excluida o limitada por la incidencia del hecho del
damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el contrato dispongan que debe tratarse de
su culpa, de su dolo, o de cualquier otra circunstancia especial» (art. 1729 CC.).

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Existe culpa concurrente cuando a la producción del daño han contribuido quienes Jo causaron y
quienes lo padecen; ambos reúnen la calidad de autor y víctima. En estos casos cada agente quedará
obligado en la proporción en que su conducta culposa contribuyó a la causación.

Los criterios de valoración de la culpabilidad resultan de la línea fijada por el art. 1725 e.e. y C. que
establece: « Valoración de la conducta Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad
de las consecuencias. Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del
acto y las condiciones particulares de las partes. Para valorar la conducta no se toma en cuenta la
condición especial, o la facultad intelectual de una persona determinada, a no ser en los contratos que
suponen una confianza especial entre las partes. En estos casos, se estima el grado de responsabilidad,
por la condición especial del agente».
Por lo tanto se trata de diseños que miran al autor y las circunstancias de su conducta. Es decir que se
trata de un sistema de culpa «única»(no hay categorías: culpa grave, leve y levísima); «genérica»
(aplicable tanto al orden extracontractual como al contractual) y «en concreto»; ya que se aparta de la
denominada «culpa in abstracto» que responde a patrones que son cartabón para medir la culpabilidad
(la diligencia del buen padre de familia; del diligente hombre de negocios; etc.).

Lo dicho no impide que, en determinadas hipótesis, se hayan introducido pautas «abstractas» o que se
propugnara atender a «subjetividades agravadas»; ello se predica en la acusación calumniosa (art.1771
C C.).
La prueba de los factores de atribución y sus eximentes corresponde, en principio, a quien lo alega (art.
1734 CC.).

Las eximentes de la culpabilidad, en realidad, hacen a los vicios de la voluntad interna que es su
presupuesto. Tales son el error, el dolo y la violencia que afectan a la intención y la libertad.
Es dable advertir que en el acto ilícito culposo cabe la posibilidad de que se morigere la reparación, por
razones de equidad, según establece el art. 1742 P. de CC.

En general, entonces, quien invoca la culpa debe probar su existencia. Es dable advertir, sin embargo,
que la teoría de la carga dinámica,la de las «cargas probatorias compartidas» y las de la «solidaridad o
colaboración», pretenden obtener una versión de lo acontecido lo más próxima a la realidad (Peyrano);
se reclama para ello la cooperación de las partes, e incluso el ejercicio de potestades judiciales,
reconociendo a los jueces la calidad de directores del proceso. Ello genera un desplazamiento de la
carga probatoria que puede caer sobre quien esté en mejores condiciones para probar y toman
irrelevante que éste sea el actor o el demandado.

Estas posiciones gozan de gran consenso científico y de aceptación jurisprudencial en nuestra materia,
lo que ha sido recogido en el art. 1735CC. que expresa: «No obstante, e/juez puede distribuir la carga
de la prueba de la culpa o de haber actuado con la diligencia debida. ponderando cuál de las partes se
halla en mejor situación para aportarla. Si el juez lo considera pertinente, durante el proceso
comunicará a las partes que aplicará este criterio, de modo de permitir a los litigantes ofrecer y producir
los elementos de convicción que hagan a su defensa».

La discusión se centra en establecer el momento y el modo en que el juez operaría la facultad durante el
proceso.
También se aceptan fórmulas de limitación convencional; el Código unificado, en su art, 1743, prevé la
«Dispensa anticipada de la responsabilidad» y expresa: «Son inválidas las cláusulas que eximen o
limitan La obligación de indemnizar cuando afectan derechos indisponibles,atentan contra la buena fe,
las buenas costumbres o leyes imperativas, son abusivas. Son también inválidas si liberan
anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de las personas por las
cuales debe responder.» Por lo tanto, si se trata de derechos disponibles, no se afectan los principios
referidos y no existe dolo, serían válidas. Sin embargo, están especialmente prohibidas en ciertos
contratos (v.gr., transporte de personas, depósito en hoteles o similares, servicios de caja de seguridad).

b. El dolo.
El Código unificado, por su parte, señala que « ... El dolo se configura por Ta producción de un daño de

41
manera intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos ... » (art. 1724CC)

Entendemos que esta disposición incluye la noción de «dolo eventual» pues se trata de la hipótesis de
que quien obra lo hace con indiferencia respecto de las consecuencias dañosas y desprecia su
producción, lo que estimamos incluido en nuestro concepto.

El actuar doloso puede concurrir con la culpa de la víctima pero en este caso el primero absorbe los
efectos de la culpa. No podrá alegar la conducta dolosa de otro quien también obra con dolo; ello
impide que se anule el acto cuando hay dolo recíproco y la aplicación del principio que reza que
«Nadie puede alegar su propia torpeza>>.

Prueba del dolo.

El dolo no se presume y siempre debe ser probado por quien lo invoca; además, está prohibida su
dispensa anticipada (art.1743 cc.).

2. Factores objetivos de atribución de responsabilidad

Los factores objetivos surgen de la ley, por lo que pueden concluirse por interpretación analógica y en
nuestros días, fundan la mayor cantidad de casos trascendentes de responsabilidad civil.

Estas razones para imputar el daño no reprochan conducta alguna al agente ni es imprescindible que la
autoría, propia o ajena, se advierta inmediatamente de la lesión del derecho o interés tutelado y sus

consecuencias. No se valora el comportamiento del agente y se asienta en otros fundamentos de interés


legal.

Se caracterizan porque ponen el acento en la reparación del daño y no en la actitud del responsable; no
requieren ser probados; se amplían según las nuevas circunstancias dañosas y se dan en numerosos
supuestos en los que el autor del daño es distinto del responsable. El Código Civil v Comercial no los
define pero los caracteriza, cuando la culpa es írretevante para atribuir responsabilidad y cuando de la
obligación resulta que se debe obtener un resultado (arts. 1722 y 1723 CC.).
Se ha criticado esta definición por ser una formulación negativa .Esta es la forma de atribución de
responsabilidad a las personas jurídicas (art, 1763C C.); a los daños producidos por el «hecho de las
cosas y actividades riesgosas» y «por animales» (art. 1757 CC) y por el «hecho de los dependientes»
(v.gr. el empleador responde por el daño causado por sus empleados) conforme art. 1753 e.e. y. C.; la
de los «propietarios de establecimientos educativos» (art. 1767 C C.).

Los factores más difundidos se apoyan en la teoría del riesgo,equidad, garantía o seguridad, abuso del
derecho y exceso en la normal tolerancia entre vecinos, pero no se limitan a estas hipótesis.

La referencia al riesgo como factor objetivo de atribución (riesgo creado o riesgo- beneficio) alude a
que quien ejerce una actividad lícita y beneficiosa para sí debe razonablemente cargar con el riesgo de
reparar los daños que produce; es decir, que si se crea o se tiene control sobre un elemento generador
de la probabilidad de ocasionar perjuicio,se debe asumir las consecuencias si éste ocurre.

La teoría referida se aplica especialmente a los daños producidos por la intervención de las cosas y
actividades riesgosas ya citada; los daños derivado de los accidentes de tránsito (art. 1769 C C.); la del
dueño y ocupante de un edificio por las cosas suspendidas o arrojadas (art. 1760 C C.). También se ha
fundado en el riesgo la responsabilidad por los daño~ causados por todo tipo de anímales (art. 1759 C
C.).
El Código Civil y Comercial trata especialmente lo relativo a las actividades riesgosas o peligrosas por
su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización (arts. 1757, 1758)Y
también se refiere a la responsabilidad del grupo en caso de actividad peligrosa y la responsabilidad del
grupo en caso de autoría anónima (arts.176Iy 1162 CC.).

Es asimismo objetiva la llamada «indemnizacián de equidad»consiste en la justicia aplicada en el caso

42
concreto por el juez en uso de su facultad discrecional. Es fundamento de la reparación de daños
involuntarios (art. 1750 C.C..). En estos casos, la reparación debe tener en cuenta «la importancia del
patrimonio del autor del hecho y la situación de la víctima». La equidad puede sustentar la reparación
en supuestos de «daño necesario», Este fundamento ha sido consideran especialmente por la reforma
para la atenuación de la responsabilidad (art. 1742 C C.).

La garantía o seguridad, como factor objetivo de responsabilidad, supone «la seguridad que un sujeto
brinda a terceros de que si se produce un daño en determinadas circunstancias, afrontará
su resarcimiento y puede tener origen extracontractual o contractual» (Zavala de González). Parte de la
doctrina sustenta en este principio la responsabilidad del principal por el hecho del dependiente
En materia de responsabilidad por el hecho de terceros la normativa vigente se hace eco de posiciones
doctrinarias que postulaban que la responsabilidad de los padres, de los tutores, curadores y otras
personas encargadas de los menores e incapaces debía superar su fundamento subjetivo e impone la
responsabilidad objetiva (arts. I 754, 1755, 1756C.C.).

También es de esta naturaleza la que recae en la actualidad sobre los titulares de los establecimientos
educativos (art. 1767 P. de CC.).

El ejercicio abusivo del derecho supone que si el titular lo ejerce abusando de sus prerrogativas y causa
un daño a otro, está obligado a reparar el perjuicio que causó .
En tal caso, el juez analizará, según los criterios abstractos que fija la ley, si el comportamiento
irregular es contrario a los fines del ordenamiento jurídico o excede los límites de la buena fe, moral y
buenas costumbres ( art. 1 O C.C.).
En este fundamento suelen también considerarse comprendidos los daños ocasionados por abuso en la
normal tolerancia de los vecinos; ello pues quien causa un daño en tales condiciones hará de su derecho
de propiedad un uso abusivo. Parte de la doctrina entiende al abuso del derecho como antijuridicidad y
no como factor objetivo de atribución de responsabilidad

En el orden contractual se funda la responsabilidad en factores objetivos cuando se trata de


obligaciones de resultado (art. 1723 C.C..); es decir, aquéllas en la que el deudor se compromete a
obtener en resultado exitoso que le es asegurado al acreedor (medico en emigra estética o realización de
un estudio -análisis, placa radiográfica, resonancia magnética-. locación de obra, etc.). En esto~
supuestos, ante,el incumplimiento, el deudor sólo podrá liberarse mediante la demostración del quiebre
de la relación causal.

Por el contrarío, en materia de obligación de medios, el deudor solamente compromete su diligencia


para obtener un resultado que no garantiza; v.gr. el abogado no asegura que el pleito se resolverá a
favor de su cliente; sólo se obliga a poner su diligencia para que se llegue a una resolución favorable;
así sucede en la locación de servicios. Por lo tanto,sí el resultado esperado no se produce, como el
factor de atribución es subjetivo, el acreedor deberá probar la culpa del incumplidor a menos que se
trate de hipótesis en la que la culpa se presume o quepa aplicar la carga dinámica de la prueba (art.
1768 C.C).

Es importante destacar, entonces, la trascendencia de la voluntad de las partes quienes pueden convenir
que la obligación sea de medios o resultados (arts. 958 y 959 CC.).

Es necesario señalar que cuando no existe acuerdo expreso ni norma legal que especialmente establezca
la responsabilidad objetiva, la calificación de la obligación como de medios o resultados, a los fines de
determinar la posibilidad de demostrar la responsabilidad civil dimanada de su incumplimiento, deberá
ser analizada a la luz de otros facto:es (el alea en el contrato, usos y costumbres, la buena fe, el riesgo
asumido, etc.).
Se evidencia, entonces, que la nueva normativa incrementa notoriamente los supuestos de
responsabilidad objetiva.

Relacion de causalida

Para que exista responsabilidad, este presupuesto no puede faltar en ningún caso, ya se trate de

43
responsabilidad por el hecho propio o por el hecho ajeno, con factor subjetivo u objetivo de atribución;
aunque el hecho sea lícito por mediar una causa de justificación y opera conrelación al daño ya
producido, actual o futuro, y frente al peligro de daño en la función preventiva.

Ello pues vincula el hecho con la consecuencia dañosa (imputación material). Se realiza un juicio «en
abstracto», «objetivo» y «fáctico»conforme reglas de probabilidad que tornen previsible el resultado y
es anterior a la indagación de los factores de atribución. La relación causal se presenta de manera
compleja y si bien es un requisito general puede no ser «contundente»en cuanto podría vincularse
con otros eventos preexistentes, subyacentes, simultáneos o permanecer ocultos, lo que dificulta
establecerla claramente. Debe recordarse que la causalidad jurídica no es igual a la causalidad de la
naturaleza. La primera se funda en el principio lógico de razón suficiente que expresa que «todo lo que
es, es por alguna razón»

Sistema jurídico argentino. Distinción con la culpabilidad.

A fin de establecer sí la acción u omisión ha sido idónea para producir «regular o normalmente» el
resultado, el juez debe evaluar ex post facto la concatenación de fenómenos en el tiempo y espacio para
determinar la congruencia del hecho con el resultado, según las normas o patrones generales. Por ello
se ha llamado a la «causalidad adecuada»,«pronóstico objetivo», Debe establecerse si el suceso ha sido
factor causante de derivaciones lesivas.

El juicio de comprobación objetiva se realiza sobre la base de la «aptitud normal de previsibilidad en


abstracto»; es decir, el del hombre medio de inteligencia normal, de modo que para tal aptitud resultare
verosímil, regular y probable que dado el hecho se produjera la consecuencia. Para concluir si el
resultado dañoso ha sido causado por aquel a quien pretende hacerse responsable, « ... la pregunta a
contestar es:la acción (u omisión) del presunto responsable ¿era por sí misma capaz de ocasionar
normalmente este daño?» . Si la respuesta es positiva habrá relación de causalidad adecuada.

La «causalidad» como presupuesto de la responsabilidad civil,apunta, entonces, a determinar la


imputatio facti, o sea atribuir objetivamente el resultado al autor del hecho.
La «culpabilidad» en cambio, determina la imputatio iuris o sea cuándo y en qué condiciones el daño es
imputable subjetivamente al autor.

La semejanza estriba en que ambos elementos se fundan en la «previsibilidad» del resultado. Las
diferencias son que en la relación causal esta «previsibilidad» es «abstracta» y se prescinde de evaluar
la situación individual del presunto responsable.

Por el contrario, en la culpabilidad la «previsibilidad» que se considera y cuya faltas se reprocha al


agente, es «concreta», Ello significa que no previo lo previsible en el caso particular y según las
condiciones objetivas y subjetivas que rodearon el hecho.

La importancia de esta distinción radica en que el reproche subjetivo (culpabilidad), realizado luego de
estableoido el nexo causal entre el hecho y el daño, influye en la extensión del resarcimiento. En
general, la trascendencia de este reproche (culpa, dolo o factor de atribución objetivo) determina la
amplitud de la imputación de las consecuencias del acto voluntario.

Es decir, hasta qué consecuencias (mediatas, inmediatas, casuales),consideradas en abstracto, deberá


responderse.

Determinación de las consecuencias y extensión del resarcimiento

Dice el art. 1727 C.C. y C.:«Tipos de consecuencias. Las consecuencias de un hecho que acostumbran
a suceder según el curso natural y ordinario de las cosas, se llaman en este código consecuencias
inmediatas. Las consecuencias que resultan solamente de la conexión de un hecho con un
acontecimiento distinto, se llaman consecuencías 'mediatas'.

44
Las consecuencias mediatas que no pueden preverse se llaman 'consecuencias casuales ».

Conforme lo enunciado, para que exista «causalidad adecuada» la relación entre el hecho y el daño
debe ser: previsible, normal, verosímil,regular y que se produzca el resultado según lo que acostumbra
a suceder en el curso ordinario de las cosas. Dicha concatenación es evaluada por el juez ex post facto:
determina la congruencia del hecho con el resultado en general (la adecuación entre hecho y resultado).

La extensión de la obligación de reparar pesa sobre el responsable como regla;« .. , Excepto disposición
legal en contrario, se indemnizan las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles» (art. 1726
C.C.).
Asimismo se expresa que puede plantearse una «previsibilidad contractual». Dice el art. 1728:
« ... En los contratos se responde por las consecuencias que las partes previeron o pudieron haber
previsto al momento de su celebración. Cuando existe dolo del deudor, la responsabilidad se fija
tomando en cuenta estas consecuencias también al momento del cumplimiento».

Prueba:principios y excepciones

En principio, el nexo causal se debe acreditar por quien lo invoca. Sin embargo, la doctrina y la
jurisprudencia han enunciado algunos supuestos de «presunciones de causalidad», lo que determinaría
la inversión de la carga de la prueba. Se avanza hacia la presunción de causalidad cuando hay nexo
aparente entre el daño y el elemento o agente causante (presunciones hominisy o cuando la ley sólo
admite la ruptura del nexo para liberar de responsabilidad. V .gr. en materia de accidentes
automovilísticos, probado el daño, se puede concluir que éstos son fruto del hecho si se demuestra que
ha sido idóneo para provocar los deterioros acreditados; el shock producido inmediatamente después de
una transfusión de sangre del grupo equivocado; muerte en asalto violento,etc. Tales presunciones
invierten la carga de la prueba y corresponde al deudor demostrar que los daños existían con
anterioridad o con posterioridad al accidente, por lo que no habían sido causados por la conducta que se
le atribuye.

En este punto el Código vigente señala que «La carga de la prueba de Ja relación de causalidad
corresponde a quien la alega, excepto que la ley la impute o la presuma ... » (art. 1736 C.C).

Interrupción del nexo causal. Supuestos. Efectos

La relación causal entre el daño y el hecho se «quiebra» por la interferencia de ciertos acontecimientos
que tornaron, total o parcialmente, inadecuada in abstracto la aptitud del hecho para producir el daño.
Es decir que al hacer desaparecer el presupuesto no puede existir responsabilidad o está limitada por la
incidencia de otros factores.

Se trata de «causas extrañas»o de «causa ajena» al hecho del presunto responsable. Tales son:
a- Hecho del damnificado
Dice el art. 1729 C.C. y C.: «Hecho del damnificado. La responsabilidad puede ser excluida o limitada
por la incidencia del hecho del damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el contrato
dispongan que debe tratarse de su culpa, de su dolo, o de cualquier otra circunstancia especial».
b-Hecho de un tercero por el cual no responde ni la victima, ni el autor del hecho dañoso (art. 1731
C.C. )
Es decir que la invoca; v.gr. el hecho del visitante que da alimentos contraindicados al enfermo cuya
ingesta le produce la muerte o el de la persona que empuja a la calle a quien es atropellado por un
vehículo que circula correctamente; por ello no debe indemnizar ni el medico ni el conductor.

Es decir que el hecho del tercero debe ser totalmente ajeno .Igual razonamiento al realizado con
relación a la causación por la víctima, cabe en el supuesto de que el nexo causal se interrumpa por la
conducta de un tercero por el que no se responde. Como vimos en los ejemplos anteriores, el tercero
con relación a la víctima, puede haber sido una persona que obrara sin discernimiento y esto no cambia
la situación por haberse quebrado el nexo causal entre el hecho el daño que se pretende reparar aunque
no haya existido culpa. En igual sintonia,el Código actual señala que es eximente el hecho del tercero
que «reúne los caracteres del caso fortuito» (art. 1731 ).

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d-Caso fortuito o fuerza mayor
El art. 1730 CC. expresa: «Caso fortuito. Fuerza mayor. Se considera caso fortuito o fuerza mayor al
hecho que no ha podido ser previsto, 0 que. habiendo sido previsto, no ha podido ser previsto o que
habiendo sido previsto,no ha podido ser el evitado. El caso fortuito o fuerza mayor exime de
responsabilidad excepto disposición en contrario. Este código emplea los terminos caso fortuito y
fuerza mayor como sinonimos.»

La imprevisibilidad o inevitabilidad debe ser absoluta (para todos en iguales condiciones), actual (al
momento de ocurrido el. hecho) y sobreviniente; v.gr. un accidente cerebrovascular, incendio, guerra,

terremoto y otras catástrofes naturales o humanas. en estos casos se advierte que falta la relación causal
entre el hecho atribuido al presunto responsable y el daño, impide que pueda importársele, pues no ha
podido preverse (por ser extraordinario) o aun previsto no puede evitarse (por ser irresistible).

El caso fortuito, además ha de ser «exterior» o sea totalmente «extraño» a las actividades del agente, su
empresa, cosas de su propiedad, etcétera. Por ello no se consideran eximentes por ser «interiores» la
causa ignorada, la no culpa, etcétera. Por ejemplo, no podrá alegarse para eludir la atribución de
responsabilidad, la mala construcción, la obsolescencia de los materiales o sus defectos, etc
Es decir, el caso fortuito o la fuerza mayor son, además de imprevisibles, irresistibles, extraños, e
insuperables.

Se engloba con iguales consecuencias los conceptos de caso fortuito y fuerza mayor; v.gr. son daños
resultantes de estas «causas ajenas», las lesiones a la integridad física de una persona que se producen
por el impulso de un huracán o el daño derivado del incumplimiento contractual resultante de la
prohibición legal de la prestación, sobreviniente al contrato.

En el sistema actual se equiparan las consecuencias del caso fortuito con la de imposibilidad de
cumplimiento y se regula la imposibilidad objetiva y absoluta de incumplimiento obligacional. El
hecho del damnificado en el ámbito contractual y en el extracontractual excluye o limita la
responsabilidad propia y la refleja, cuando tiene incidencia en la producción del daño (art. I 729 C.C. y
C.). Sin embargo, por la autonomía de la voluntad se puede convenir o puede surgir de la ley que el
deudor responda sólo en caso de culpa, dolo, o cualquier circunstancia especial.

Si el cumplimiento de la obligación se torna imposible de modo «objetivo y absoluto no imputable al


deudor», queda eximido (art. 1732 C.C. y C.) salvo algunos supuestos especialmente previstos (art.
1733 CC.).

Daños causados por personas

La responsabilidad civil por la actividad contractual no tiene diferencia alguna con la que cabe a la
persona humana a tenor del texto de su propia definición: «Son personas jurídicas todos los entes a los
cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones
para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación «(art. 141 C.C. y C.).

En lo que respecta a la responsabilidad extracontractual el Código Civil y Comercial trata la cuestión


entre los supuestos especiales (art. 1763).

La responsabilidad civil de las personas jurídicas no fue atendida cuando se atribuía su naturaleza a la
teoría de la ficción ya que, por carecer de voluntad y estar la responsabilidad fundada en la
culpabilidad,la conclusión era que no podían ser responsables. Sin embargo, la creciente trascendencia
dañosa de las actividades de esta clase de persona y su relevancia en gran cantidad de relaciones
jurídicas complejas, determinaron un cambio en la perspectiva con fundamento en un factor objetivo
de atribución.

En cuanto a lo que le es específico, se abarcan los daños causados por el hecho de directores o
administradores, lo que se sustenta en la teoría del órgano, apoyada en la realidad de la persona

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jurídica; éstos actúan por ella como su instrumento operativo y la consecuencia dañosa se atribuye
directamente a aquélla en virtud de un factor objetivo de responsabilidad.

Se reconoce gran amplitud a la responsabilidad extracontractual de las personas jurídicas en tanto


responden de los hechos dañosos producidos en «ejercicio y con ocasión» de sus funciones. Es decir
que si lo que perjudica guarda una relación razonable con la función atribuida al órgano, la persona
jurídica queda comprometida; ello, aunque quien obrara como agente del daño se haya excedido en la
precisión de su cometido. Igualmente no caben discriminaciones cuando quienes dañan son los
dependientes o de las cosas de las que se sirve o tiene a su cuidado pues rigen las reglas ordinarias en
esa materia.

El Anteproyecto girado al Poder Ejecutivo Nacional, regulaba la responsabilidad del Estado, conforme
los cánones resultantes de la labor de la doctrina y jurisprudencia. Se atribuía responsabilidad objetiva
al Estado por los daños derivados de sus actos lícitos que sacrifican intereses de los particulares con
desigual reparto de las cargas públicas,con reparación del daño emergente y excepcionalmente de. otros
rubros.

Asimismo se expresaba que el Estado responde, objetivamente, por los daños causados por el ejercicio
irregular de sus funciones, sin que sea necesario identificar a su autor, conforme la naturaleza de la
actividad,los medios de que dispone el servicio, el lazo que une a la víctima con el servicio y el grado
de previsibilidad del daño. También se previó que el funcionario y el empleado público fuesen
responsables por los daños causados a los particulares por acciones u omisiones que implican el
ejercicio irregular de su cargo.las responsabilidades del funcionario o empleado público y del Estado
se planteaban como concurrentes.

Sin embargo, las normas previstas por el Anteproyecto fueron esencialmente modificadas por el Poder
Ejecutivo y se estableció que las disposiciones del titulo referido a la responsabilidad civil no se
aplicarían a la responsabilidad del Estado de manera directa ni subsidiaria, ya que se regiría por las
normas y principios del derecho administrativo nacional o local según corresponda: asimismo ,
ocurriría con los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones
por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas.

L) RIESGO CREADO: NUEVA CONCEPCIÓN.

ARTÍCULO 1757.- Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño
causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su
naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización.
Entendemos que esta disposición incluye la noción de «dolo eventual» pues se trata de la hipótesis de
que quien obra lo hace con indiferencia respecto de las consecuencias dañosas y desprecia su
producción, lo que estimamos incluido en nuestro concepto.

La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa o


la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.

ARTÍCULO 1758.- Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes del
daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce,por sí o por terceros, el uso, la
dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no
responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta.
En caso de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella,
por sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.

ARTÍCULO 1759.- Daño causado por animales. El daño causado por animales, cualquiera sea su
especie, queda comprendido en el artículo 1757.

M) RESPONSABILIDADES ESPECIALES:

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A) RESPONSABILIDAD PATERNA. CESACIÓN. OTROS RESPONSABLES;

ARTÍCULO 638.- Responsabilidad parental. Concepto. La responsabilidad parental es el conjunto de


deberes y derechos que corresponden a los progenitores sobre la persona y bienes del hijo, para su
protección, desarrollo y formación integral mientras sea menor de edad y no se haya emancipado.

ARTÍCULO 643.- Delegación del ejercicio. En el interés del hijo y por razones suficientemente
justificadas, los progenitores pueden convenir que el ejercicio de la responsabilidad parental sea
otorgado a un pariente, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 674. El acuerdo con la persona que
acepta la delegación debe ser homologado judicialmente, debiendo oírse necesariamente al hijo. Tiene
un plazo máximo de un año, pudiendo renovarse judicialmente por razones debidamente fundadas, por
un período más con participación de las partes involucradas. Los progenitores conservan la titularidad
de la responsabilidad parental, y mantienen el derecho a supervisar la crianza y educación del hijo en
función de sus posibilidades.

Igual régimen es aplicable al hijo que sólo tiene un vínculo filial establecido.

ARTÍCULO 674.- Delegación en el progenitor afín. El progenitor a cargo del hijo puede delegar a su
cónyuge o conviviente el ejercicio de la responsabilidad parental cuando no estuviera en condiciones de
cumplir la función en forma plena por razones de viaje, enfermedad o incapacidad transitoria, y
siempre que exista imposibilidad para su desempeño por parte del otro progenitor, o no fuera
conveniente que este último asuma su ejercicio.

Esta delegación requiere la homologación judicial, excepto que el otro progenitor exprese su acuerdo
de modo fehaciente.

ARTÍCULO 699.- Extinción de la titularidad. La titularidad de la responsabilidad parental se extingue


por:
a. muerte del progenitor o del hijo;
b. profesión del progenitor en instituto monástico;
c. alcanzar el hijo la mayoría de edad;
d. emancipación, excepto lo dispuesto en el artículo 644;
e. adopción del hijo por un tercero, sin perjuicio de la posibilidad de que se la restituya en caso de
revocación y nulidad de la adopción; la extinción no se produce cuando se adopta el hijo del cónyuge o
del conviviente.

B) RESPONSABILIDAD DEL FUNCIONARIO Y EMPLEADO PÚBLICO. RESPONSABILIDAD


DEL ESTADO;

ARTÍCULO 1765.- Responsabilidad del Estado. La responsabilidad del Estado se rige por las normas y
principios del derecho administrativo nacional o local según corresponda.

ARTÍCULO 1766.- Responsabilidad del funcionario y del empleado público. Los hechos y las
omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones por no cumplir sino de una
manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas se rigen por las normas y principios
del derecho administrativo nacional o local, según corresponda.

C) RESPONSABILIDAD DE LOS ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS;

ARTÍCULO 1767.- Responsabilidad de los establecimientos educativos. El titular de un


establecimiento educativo responde por el daño causado o sufrido por sus alumnos menores de edad
cuando se hallen o deban hallarse bajo el control de la autoridad escolar. La responsabilidad es objetiva
y se exime sólo con la prueba del caso fortuito.

El establecimiento educativo debe contratar un seguro de responsabilidad civil, de acuerdo a los


requisitos que fije la autoridad en materia aseguradora.

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Esta norma no se aplica a los establecimientos de educación superior o universitaria.

D) RESPONSABILIDAD DE LOS PROFESIONALES LIBERALES.

ARTÍCULO 1768.- Profesionales liberales. La actividad del profesional liberal está sujeta a las reglas
de las obligaciones de hacer. La responsabilidad es subjetiva, excepto que se haya comprometido un
resultado concreto. Cuando la obligación de hacer se preste con cosas, la responsabilidad no está
comprendida en la Sección 7a, de este Capítulo, excepto que causen un daño derivado de su vicio. La
actividad del profesional liberal no está comprendida en la responsabilidad por actividades riesgosas
previstas en el artículo 1757.

N) RESPONSABILIDAD COLECTIVA Y ANÓNIMA

ARTÍCULO 1760.- Cosa suspendida o arrojada. Si de una parte de un edificio cae una cosa, o si ésta es
arrojada, los dueños y ocupantes de dicha parte responden solidariamente por el daño que cause. Sólo
se libera quien demuestre que no participó en su producción.

ARTÍCULO 1761.- Autor anónimo. Si el daño proviene de un miembro no identificado de un grupo


determinado responden solidariamente todos sus integrantes, excepto aquel que demuestre que no ha
contribuido a su producción.

ARTÍCULO 1762.- Actividad peligrosa de un grupo. Si un grupo realiza una actividad peligrosa para
terceros, todos sus integrantes responden solidariamente por el daño causado por uno o más de sus
miembros. Sólo se libera quien demuestra que no integraba el grupo.

O) PREJUDICIALIDAD PENAL Y EFECTOS DE LA CONDENA PENAL SOBRE EL


PROCESO CIVIL

De manera similar a como lo hacen los artículos 1102 y 1103 del actual Código Civil, los artículos
1776 y 1777 del Proyecto de Código Civil y Comercial establecen que la sentencia dictada en sede
penal hace cosa juzgada respecto de la que se vaya a dictar en sede civil, es decir, que constituye una
cuestión prejudicial.

En esta dirección, como también lo hace el artículo 1101 del vigente Código Civil, el artículo 1775 del
Proyecto de Código Civil y Comercial prescribe que si la acción penal precede a la acción civil, o es
intentada durante su curso, el dictado de la sentencia definitiva se debe suspender en el proceso civil
hasta la conclusión del proceso penal.

Sin embargo, el artículo 1101 del actual Código Civil contiene sólo dos excepciones a este principio:
1) que el acusado hubiese fallecido –lo cual produce la extinción de la acción penal-, en cuyo caso la
pretensión civil podía ser intentada o continuada contra los respectivos herederos,
2) que el acusado se encuentre ausente, por lo cual la acción penal no se pueda intentar o continuar.

Siendo frecuente que en la praxis forense las causas penales se demoren más de lo razonable o, incluso,
que queden en un estado vegetativo sin que se adopte ningún temperamento procesal tendiente a
impulsarlas o resolución que les ponga fin como, por ejemplo, declarando la prescripción de la acción
penal. La jurisprudencia se hizo hecho cargo de esta situación admitiendo la prosecución del proceso
civil y el dictado de sentencia sin que se encuentre concluida la causa penal.

Receptando esta problemática, acertadamente el artículo 1775 del Proyecto de Código Civil y
Comercial establece como excepciones para la suspensión del dictado de la sentencia civil las
siguientes:
a)si median causas de extinción de la acción penal;
b) si la dilación del proceso penal provoca en los hechos, una frustración efectiva del derecho a ser
indemnizado;
c) si la acción por reparación del daño está fundada en un factor objetivo de responsabilidad.

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Esto significa que dado el supuesto de existir una causa de extinción de la acción penal como, por
ejemplo, el fallecimiento del imputado o que opere la prescripción de la acción penal, aun sin
declaración expresa en sede penal de extinción de la acción por muerte del imputado o por
prescripción, se debe dictar la sentencia civil.

La segunda excepción se refiere directamente al tiempo excesivo o irrazonable de tramitación de la


causa penal, contemplando casos en los cuales damnificados por hechos ilícitos deben esperar a que
termine el proceso penal lo cual provoca una frustración efectiva del derecho a ser indemnizado por
cuanto recién después de la sentencia penal estará en condiciones de obtener un pronunciamiento civil
que les reconozca el derecho a ser resarcido y establezca la indemnización, eventualmente el de la
cámara de apelaciones, y así, con posterioridad intentar lograr su percepción. Cabe puntualizar en este
sentido que hubo casos de accidentes de tránsito en los cuales la tramitación de la causa penal demoró
tanto hasta la sentencia penal –absolutoria o condenatoria- o declaración de la prescripción de la
acción, que sumado al tiempo para el dictado de la sentencia civil en primera instancia y luego de la
alzada, cuando se intentó percibir la indemnización definitivamente fijada, la aseguradora había
entrado en liquidación forzosa y el demandado –aun absuelto o con prescripción de la acción penal-
estaba insolvente.

En cuanto a la tercera excepción contemplada ahora en el artículo 1775, inc. c, del Proyecto de Código
Civil y Comercial,aparece como una innovación acertada y congruente con el espíritu de acentuar
la responsabilidad objetiva. Evidentemente si el factor de atribución es objetivo,y consecuentemente la
responsabilidad es objetiva, como sucede en los casos de accidentes de tránsito, cuando la existencia
del hecho no está en discusión, no se justifica que se tenga que aguardar que concluya la causa penal
pues en ella, aun en el eventual caso de recaer sentencia condenatoria, sólo lo será por establecer la
culpa del imputado en el hecho, es decir, el factor de responsabilidad subjetivo desde el punto de vista
civil.

Cuando la sentencia penal es condenatoria, hace cosa juzgada en el proceso civil en cuanto a la
existencia del hecho y a la culpa del condenado (artículo 1776 del Proyecto de Código Civil y
Comercial), sin perjuicio de que se pueda considerar la posibilidad de culpa concurrente de la
víctima o de un tercero por quien aquél no debe responder.

Por otro lado, si la sentencia penal es absolutoria,únicamente hace cosa juzgada en sede civil respecto
de la inexistencia del accidente de tránsito sobre el cual hubiese recaído la absolución o la falta de
participación del sindicado como responsable (artículo 1777, 1 er. párr., del Proyecto de Código Civil y
Comercial 19 ), mas no cuando la absolución ha sido dictada por caso de duda, de donde se sigue que
igualmente puede ser considerado responsable civilmente de manera exclusiva o concurrente con la
propia víctima o con un tercero por quien no debe responder –más allá de las dificultades
interpretativas de los artículos 1729 y 1731 del Proyecto de Código Civil y Comercial a las que antes
me referí).

Dado que el actual Código Civil no lo contempla, la jurisprudencia debió establecer que tampoco el
sobreseimiento dictado en el proceso criminal hace cosa juzgada en el proceso civil, ni aunque se funde
en la inexistencia del hecho mismo que constituye la causa de la acción resarcitoria,solución que
encuentra justificación en que la absolución se dicta después de un proceso en el que las partes han
tenido oportunidad de alegar y probar todo lo que hace a la defensa de sus derechos, mientras que el
sobreseimiento se decreta antes de que la causa llegue a plenario o juicio oral, lo que significa que
el damnificado no ha tenido oportunidad de ejercer su derecho de defensa; si se hiciera valer contra la
víctima la sentencia dictada en el proceso penal, se violentaría la garantía constitucional contemplada
en el artículo 18 de la Carta Magna.

Si bien esta era una cuestión discutible durante la vigencia del el artículo 1103 del actual Código Civil
en tanto éste sólo confería valor de cosa juzgada a la absolución –es decir, mediando sentencia
definitiva respecto de la inexistencia del hecho principal, sin mencionar el sobreseimiento,
acertadamente ahora no sólo que en el primer párrafo del artículo 1777 del Proyecto de Código Civil y
Comercial, se menciona a la “sentencia penal” en forma genérica por lo que cabe concluir que también
comprende a una sentencia interlocutoria como es la que decreta el sobreseimiento, sino que en su

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segundo párrafo, además de indicar de la misma manera genérica a la “sentencia penal”,aclara que si
ésta decide que un hecho no constituye delito penal o que no compromete la responsabilidad penal del
agente, en el proceso civil se puede discutir libremente ese mismo hecho en cuanto generador de
responsabilidad civil.

Dable es puntualizar que como innovación el artículo 1780 del Proyecto de Código Civil y Comercial,
ahora establece que la sentencia penal posterior a la sentencia civil no produce ningún efecto sobre ella,
excepto en el caso de revisión, la cual procede ex-clusivamente, y a petición de parte interesada:
a) si la sentencia civil asigna alcances de cosa juzgada a cuestiones resueltas por la sentencia penal y
ésta es revisada respecto de esas cuestiones, excepto que deriva de un cambio de legislación;
b) en el caso previsto en el artículo 1775, inc. c, del Proyecto de Código Civil y Comercial, si
quien fue juzgado responsable en la acción civil es absuelto en el juicio criminal por inexistencia del
hecho que funda la condena civil, o por no ser su autor;
c)otros casos previstos por la ley.

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