Está en la página 1de 10

10 argumentos comunes contra el

calvinismo
23/6/2016

 0 Comments

1. Calvino mató a Servet.

Uno de los argumentos más usados contra el calvinismo es la idea de que Calvino mató
al hereje Miguel Servet. No sé cuántas veces habré escuchado esta frase a lo largo de los
últimos años. Además de ser una acusación falsa –puesto que la decisión fue de un
Consejo, fruto de los tiempos, y no recayó sobre Calvino– tal aseveración simplemente
no viene al caso. En cuanto al debate sobre el calvinismo, la pregunta no se trata de la
persona de Calvino sino de la veracidad de su enseñanza teológica en sí. Esta forma de
razonar es un ad hominem: una falacia argumentativa de acusar a la persona y no al
argumento.

Te pongo un ejemplo. Digamos que hay un político corrupto que cree en la ley de la
gravedad. ¿Deja de existir la gravedad por la mala conducta del político? ¡Por supuesto
que no! De la misma forma, no se puede derribar los cinco puntos del calvinismo por el
hecho de que Calvino haya estado de acuerdo en la muerte de una persona.

2. Es injusto.

Cuando era arminiano, no aceptaba la postura calvinista porque creía de todo corazón
que era cien por cien injusta. ¿Cómo pudo Dios decidir escoger a unos cuantos y
permitir que los demás pereciesen perpetuamente?

Tristemente, seguía pensando que el hombre tenía algún tipo de mérito delante de Dios.
Creía que todos merecen ser salvos. Estaba bien pero bien equivocado. Cuando me topé
con la verdad paulina de que el hombre es malo, rebelde y que odia a Dios, me di cuenta
de que lo justo sería que todos pasemos a la condenación eterna. Lo justo sería que
seamos todos destruidos. El hecho de que Dios decide rescatar a una multitud incontable
de sus enemigos es un acto de pura gracia, bondad y misericordia. ¡Alabado sea su
nombre!

3. Podemos apostatar.
¿Podemos perder la salvación? ¿Puede un creyente genuino apostatar definitivamente de
la fe? Sin darse cuenta, la persona que contesta que sí a estas dos preguntas cree en la
salvación por obras. Me explico: Si crees que la salvación se puede perder, ¿cómo se
puede perder? Pues, mediante pecado, desobediencia y rebeldía, ¿cierto? En otras
palabras, la salvación se puede perder por causa de nuestras malas obras. No obstante, si
crees que la salvación se pierde por malas obras entonces, de forma análoga, crees que
la salvación se mantiene o mediante buenas obras o mediante la ausencia de malas
obras.

Tal creencia es una clara contradicción del evangelio apostólico de que somos salvos
únicamente por la perfecta justicia del Hijo de Dios siendo imputada a nuestra cuenta
(cp.Rom. 3:24; Heb. 9:15; Ef. 2:8-9). Vamos al cielo por lo que Jesús hizo; no por lo
que hacemos nosotros.

4. El calvinismo te permite vivir en pecado.

Este cuarto argumento de que el calvinismo te permite vivir en pecado es otra acusación
falsa. ¿Cuál es la meta de la predestinación según Efesios 1:4? Respuesta: que seamos
santos y sin mancha. Dios santifica a sus elegidos. Efesios 2:8-9 nos habla de cómo
nuestra salvación es por gracia, por medio de la fe, y de inmediato nos dice Efesios
2:10que fuimos creados para buenas obras. Una vez que reconocemos que hemos sido
salvados por la sola gracia del Padre, ¿cómo no obedecerle al Señor gozosa y libremente
a lo largo del resto de nuestra estancia en esta tierra?

La motivación para la santidad cristiana no es el temor a la condenación eterna sino la


alegría de un corazón agradecido a Dios. La doctrina de la gracia salvadora de Dios no
promueve un estilo de vida pecaminoso. En palabras de J.I. Packer, “Quienes suponen
que la doctrina de la gracia de Dios tiende a favorecer el relajamiento moral demuestran
simplemente que, en el sentido más literal, no saben lo que están diciendo”.[1]

5. Es fatalismo.

Un quinto argumento contra el calvinismo es que es fatalista. Si Dios ya determinó todo


de antemano, estamos en un mundo donde reina el fatalismo. Tal argumento es
problemático por dos razones. La primera razón es que el fatalismo no cree en un Dios
bueno, misericordioso, ni soberano que dirige todas las cosas providencialmente para la
gloria de su nombre y el bien de su pueblo. El fatalismo es un sistema pagano que
corona el azar en lugar de Dios. Por su parte, el calvinista cree que detrás de todo está el
único Soberano.

La segunda razón es que se podría usar el mismo argumento contra los arminianos. Los
arminianos creen que Dios ya sabe de antemano todo lo que ha de suceder (ver el punto
9 más abajo). Por lo tanto, todo ya está predeterminado. No hay ningún cambio futuro
posible. Dios ya sabe quién le va a obedecer y quién no. Por lo consiguiente cuando el
arminianismo acusa a los calvinistas de ser fatalistas, en realidad se está disparando en
el pie. Tanto los calvinistas como los arminianos creen que el futuro ya está escrito.

6. ¿Por qué predicar? ¿Evangelizar?

Un sexto argumento contra el calvinismo es que si su teología fuese correcta, no haría


falta ni predicar ni evangelizar. Y bien es cierto que existen hiper-calvinistas que llegan
a enseñar precisamente esto. Razonan que no hay que predicar a nadie que no sea uno
de los elegidos. No obstante, el predicador calvinista más famoso de Inglaterra, Charles
Spurgeon, denunció a los hiper-calvinistas en el nombre de la invitación universal del
Evangelio.[2]Spurgeon predicó que el Dios que establece los fines (por ejemplo, la
salvación del impío) también establece los medios para que dicho fin se lleve a cabo, la
predicación del evangelio por parte de la Iglesia. O como lo decía el evangelista George
Whitefield en su famosa carta al príncipe de los arminianos John Wesley a finales del
1740, “¿No ha sido Dios, quien ha elegido la salvación para cierto número, el mismo
que ha determinado que sea la predicación de la Palabra el medio por el cual los traerá a
sí?”

El calvinista bíblico cree en la necesidad de la predicación bíblica y evangelismo


bíblico. Tanto los pecadores como los creyentes necesitan oír el evangelio. Habría que
recalcar que la historia está repleta de misioneros calvinistas. De hecho, el conocido
fundador de las misiones modernas –William Carey– era calvinista.

7.- Es agustinianismo.

Un argumento mejor razonado es la acusación de que el calvinismo es una doctrina de


Agustín. En cierto sentido, esta acusación es cierta. No hay duda de que Agustín, tal vez
el teólogo cristiano más importante de todos los tiempos, creía en la predestinación. Sin
embargo, se olvidan de que lo creía porque encontró esta doctrina en las Escrituras.

En realidad, la doctrina de la elección no empieza con los escritos de Calvino ni de


Agustín. Está claramente articulada en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Pero aún
antes de que fuesen escritos los dos tomos de la Biblia, Dios ya había planificado todo
desde antes de la creación de Adán y Eva, del huerto del Edén y del mismísimo
universo. La doctrina de la elección empezó en la eternidad pasada antes de la
fundación del mundo. Agustín hizo bien en proclamarla. ¡Calvino también!

8. Soy libre.
Otro argumento contra el calvinismo es el siguiente: “Soy libre. Hago lo que quiero. Por
ende, el calvinismo es falso”. Sí, es cierto, siempre haces lo que quieres. No lo niego.
Pero esto no significa que eres libre. Como diría Lutero: eres un esclavo de ti mismo, de
tu propia voluntad. La salvación se trata de librarte de ti mismo y de tu voluntad caída y
pecadora para que vivas para la gloria de Dios. Ésta es la verdadera libertad. Sólo el
Espíritu de Dios puede transformar la voluntad depravada del impío. Como lo decía
Agustín, “Dios dispone y convierte las voluntades humanas”. Y según Martyn Lloyd-
Jones, “Sólo Dios el Espíritu Santo puede abrir el corazón”.[3]

Ninguno de los grandes exponentes del arminianismo ha creído que la voluntad del
impío sea libre. Tanto los arminianos como los calvinistas están de acuerdo en que el
pecador no se encuentra libre. Fueron los herejes pelagianos los que negaron semejante
doctrina. En este punto, pues, todos están de acuerdo. En realidad este octavo
argumento no es una crítica contra el sistema calvinista en sí, sino más bien un
argumento contra la teología cristiana.

9. Dios salva en base a su presciencia.

Los arminianos creen que Dios salva en base a su presciencia (1 Pedro 1:2). La idea es
que Dios sabe de antemano quiénes van a escogerle a Él y por tanto Él los escoge a
ellos. No obstante, tendríamos que preguntarnos si alguien podría escoger a Dios sin
que Dios mismo les llevara a la fe. ¿Puede el hombre convertirse por sus propias fuerzas
sin la intervención de Dios? ¿Acaso no se trata de una enseñanza pelagiana?

A nivel exegético, el argumento arminiano a partir de la presciencia no está del todo


bien fundamentado. Es innegable que Dios sabe quiénes van a escogerle porque, como
explica el arminianismo, está declarado así en 1 Pedro 1:2. Pero la plena explicación de
la presciencia divina se encuentra en Hechos 2:23 (el único otro sitio en el Nuevo
Testamento donde se emplea el sustantivo presciencia en el griego). Allí dice Pedro
que, “Este fue entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, y
ustedes Lo clavaron en una cruz por manos de impíos y Lo mataron”. La pregunta sería,
¿cómo sabía Dios que los impíos iban a crucificar al Hijo de Dios? La respuesta, según
el versículo, reside en su plan determinado. Dios estipuló que su Hijo fuese entregado y
por lo tanto lo sabía de antemano. En otras palabras, Dios sabe las cosas de antemano
porque Él decreta que sean así. De la misma manera, Dios sabe quiénes van a
convertirse a Él porque es Dios quien determina que suceda así. No es al revés.

10. ¿No quiere Dios que todos se salven?

El último argumento arminiano, y en mi humilde opinión el mejor de todos, es la


pregunta sobre los textos universalistas de la Biblia. Con universalista no me refiero a la
doctrina de que todos serán salvos (cosa que ningún arminiano cree) sino más bien a la
convicción de que Dios quiere que todos los seres humanos sean salvos.

Hay varios textos que apuntan en esta dirección (Ezequiel 18:32; 1 Timoteo 2:4; 2
Pedro 3:9), y no podemos simplemente explicarlos de plano. Pero si Dios de verdad
quisiese que todos fuesen salvos en el sentido estricto de la palabra, todos serían salvos
sí o sí. ¿Cómo explicar semejante paradoja? La teología reformada distingue entre la
voluntad revelada de Dios (esto es, la que da a conocer en su Palabra) y su voluntad
secreta (la cual nadie conoce).

Cito a Arthur Pink, “Toma estos dos pasajes: ‘Pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación’ (1 Tesalonicenses 4:3); ‘Porque ¿quién ha resistido a su voluntad’
(Romanos 9:19). ¿Podría cualquier lector consciente declarar que la ‘voluntad’ de Dios
tiene precisamente el mismo significado en los dos pasajes? Esperamos que no. El
primer pasaje se refiere a la voluntad de Dios revelada, el segundo a su voluntad secreta.
El primer pasaje tiene que ver con nuestro deber, el segundo declara que la voluntad
secreta de Dios es inmutable y tiene que suceder no importa la insubordinación de la
criatura. La voluntad de Dios revelada nunca es hecha perfecta ni completamente por
ninguno de nosotros, pero su voluntad secreta nunca falla en cumplirse aun en la cosa
más mínima. Su voluntad secreta tendrá que ver mayormente con eventos futuros; su
voluntad revelada, con nuestro deber presente: uno tiene que ver con su propósito
irresistible, el otro con su placer manifestado”.[4]

Esta distinción trazada por Pink es clave a la hora de interpretar los pasajes
mencionados. Ezequiel 18:32, 1 Timoteo 2:4 y 2 Pedro 3:9 revelan algo de la
disposición del corazón de Dios. Es un Dios bondadoso, generoso y amoroso que envía
la lluvia sobre los justos e injustos. No obstante, detrás de su voluntad revelada está su
voluntad secreta la cual ordena todas las cosas. El Señor desea que su evangelio sea
predicado a todos para que crean todos “los que estaban ordenados para vida eterna”.
Como lo explica Wayne Grudem, “Los versículos simplemente nos dicen que Dios
invita y ordena a toda persona que se arrepienta y acuda a Cristo en busca de salvación,
pero no nos dicen nada respecto a los decretos secretos de Dios respecto a quienes serán
salvos”.[5]

Conclusión

Entre los diez mejores argumentos contra el calvinismo, algunos son manifiestamente
mejor planteados y razonados que otros. Sin embargo, en cada caso, el sistema
calvinista es capaz de ofrecer respuestas igualmente bien plantadas y razonadas.
[1] PACKER, J.I., El conocimiento del Dios santo (Vida: Miami, 2006), p.178.

[2] Puedes leer más sobre la controversia entre Spurgeon y los hiper-calvinistas en el


libro Spurgeon y sus controversias (Estandarte de la verdad: Edimburgo, 2012), escrito
por el historiador evangélico Iain Murray.

[3] LLOYD-JONES, Martyn, Autoridad (Peregrino: Ciudad Real, 2006), p. 85.

[4] Citado en https://blogs-es.thegospelcoalition.org/sugel-michelen/es-correcto-decir-
que-dios-posee-una-voluntad-decretiva-y-una-voluntad-permisiva

[5] GRUDEM, Wayne, Doctrina bíblica (Vida: Miami, 2005), p. 290.

Casado con Agota, Will Graham sirve como predicador itinerante en España y es
profesor de Pneumatología, Apologética y Teología contemporánea en la Facultad de
Teología (Córdoba). Escribe semanalmente en sus blogs 'Brisa fresca' en Protestante
Digital y 'Fresh Breeze' en Evangelical Focus. Puedes encontrarlo en Facebook.

http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/los-10-mejores-argumentos-contra-el-
calvinismo

JUAN CALVINO Y LA MUERTE DE MIGUEL SERVETO


junio 22, 2016

 4 Comments


La primera vez que escuché de Miguel Serveto, no sabía qué responder. Según me
decían, Juan Calvino era un intolerante, a tal punto que él asesinó a un tal Miguel que
estuvo en desacuerdo con sus ideas. Por tanto, me explicaban, llamarse calvinista es
identificarse con un asesino.

Yo no sabía de lo que me estaban hablando, por lo que en ese momento no supe qué
responder bien. Por supuesto, el calvinismo no es verdadero o falso dependiendo de si
Calvino pecó o no. Lo hermoso de las Doctrinas de la Gracia es que nos explican el
evangelio de una manera hermosa. Pero la acusación de que Calvino era un asesino es
una que debemos saber cómo explicar. Por tanto, investigué un poco más y,
evidentemente, Calvino sí había tenido que ver con la muerte de Serveto. Pero las cosas
no son tan simples como escuché aquella vez. De hecho, son mucho más complicadas.

Miguel Serveto

La siempre útil pero nunca completamente confiable Wikipedia tiene una


entradabastante llena acerca de Serveto. De allí sabemos que este era un español,
asociado al movimiento de la Reforma, quien además de sus ideas teológicas también
hizo ciertas aseveraciones importantes sobre medicina.

Serveto era un férreo oponente a una de las doctrinas más básicas de la fe cristiana: la
Trinidad. Él enseñaba a Jesús como un ser creado (elevado, pero no igual a Dios), y al
Espíritu Santo como una manifestación o fuerza. La perversión teológica de Serveto fue
tal que tanto Católicos como Protestantes lo consideraban un hereje. Y, de hecho,
también se encontró en desacuerdos en el área de la medicina. Al parecer, Serveto era
una persona propensa a las discusiones.

Luego de haber sido condenado a muerte por los Católicos, escapando y tomando otra
identidad, Serveto y Calvino intercambiaron correspondencias por años y aun trataron
de reunirse en algún momento. Esta reunión no fue posible, y luego de recibir una copia
de los Institutos con diversas anotaciones (algunas de las cuales aparentan haber sido
alarmantes en su contenido) Calvino vio a Serveto como un caso perdido, aun llegando
a decirle al compañero reformado Guillermo Farel que, de Serveto llegar hasta Ginebra,
no saldría con vida. Pero por razones sospechosas, posiblemente influenciado por su
carácter argumentativo, Serveto fue a Ginebra y allí las autoridades civiles le apresaron
y condenaron a muerte por hoguera. La sentencia de su muerte reza:

“Contra Miguel Servet en el Reino de Aragón, en España: Porque su libro llama a la Trinidad demonio y monstruo de
tres cabezas; porque contraría a las escrituras decir que Jesús Cristo es un hijo de David; y por decir que el bautismo
de los niños pequeños es una obra de brujería, y por muchos otros puntos y artículos y execrables blasfemias con las
que el libro Restitución del cristianismo está así dirigido contra Dios y la sagrada doctrina evangélica, para seducir y
defraudar a los pobres ignorantes”.

Explicando la situación
De ninguna manera quiero dejar ver con este artículo que Calvino hizo lo correcto. Mi
profesor de Historia de la Iglesia es un experto en Calvino, y en cada conversación que
teníamos sobre el tema, a la vez que me decía que Calvino era un hombre de sus
tiempos (como tú y yo lo somos), siempre explicaba que no podíamos ser veloces en
absolverlo. Pero sí debemos buscar entender el contexto y las cadencias de este
lamentable evento, con tal de poder juzgar con justo juicio y no conforme a las
apariencias. En este sentido, creo que hay algunas cosas que debemos tomar en cuenta a
la hora de juzgar este suceso:

1. El negar la Trinidad o la encarnación no es un asunto secundario o terciario. Es


negar la base misma de nuestra fe. Un Cristo que no es Dios no podría satisfacer
perfectamente la ira de Dios en nuestro lugar. Además, la creencia que el negar la
Trinidad y/o la Encarnación era un crimen capital en un estado cristiano era parte de
la herencia medieval de Ginebra, no una invención de Calvino.
2. Como mencioné anteriormente, las enseñanzas de Serveto fueron tan radicales, y
así de radical fue este hombre en continuar propagando sus enseñanzas, que él cayó
en desdicha tanto con los Católicos como con los Protestantes, algo muy poco común
en ese momento.
3. De hecho, cuando Ginebra tomó la decisión de la hoguera, la inquisición
Romana ya había puesto precio a la cabeza de Serveto.
4. De vital importancia, la decisión de quemar a Serveto no fue una que Calvino
tomó personalmente. Si bien él fue un testigo principal en el juicio, esta fue una
decisión del Concilio de Ginebra que consistía en 25 personas, quienes actuaron en
base al consejo de diversos pastores y no solo el Reformador.
5. Calvino invirtió muchas horas con Serveto en busca de que este se arrepintiera
de sus herejías y que cambiara de opinión. Hizo esto años antes a través del
intercambio de cartas, pero lo hizo de manera personal mientras Miguel Serveto
estuvo preso en Ginebra. Lo que es más, Calvino pidió que el hereje fuera decapitado
y no quemado, para así sufrir una muerte con menor dolor. Esta petición fue negada.
Tomando en cuenta estas cosas, la muerte de Serveto debe ser vista como un suceso
lamentable de la historia; no solo de la historia de la iglesia, sino de la historia de la
humanidad. En una sociedad sin separación entre la Iglesia y el Estado, el Reformador
se encontró con la incómoda situación de formar parte en el juicio por la vida de un
hereje. De apoyarlo, él hubiera dado la impression de que la Reforma era más
indulgente hacia los herejes que los mismos Católicos. Y, a pesar de preocuparse por el
alma de Serveto, él estuvo de acuerdo con su muerte. Lamentable, pero comprensible.

Creo firmemente que la Biblia presenta la realidad de la libertad de conciencia y de


culto de las naciones,  hasta que nuestro Señor Jesús regrese y toda rodilla se doble y
toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre. Pero ese no
era el caso en el Siglo XVI, donde vivieron Calvino y Serveto. Mientras vivamos de
este lado de la gloria, las cosas no serán como deben de ser. Así que clamamos, ven
pronto, Señor Jesús.

https://blogs-es.thegospelcoalition.org/jairo-namnun/juan-calvino-y-la-muerte-de-miguel-
serveto/

También podría gustarte