El artículo “El orientador ante las Nuevas Tecnologías” nos pone de manifiesto
cómo la orientación educativa ha evolucionado a lo largo de la historia según los
modelos y teorías del momento. Actualmente nos encontramos inmersos en la Sociedad del Conocimiento, sucumbida por el avance de las nuevas tecnologías. El impacto de las TIC en nuestra sociedad alcanza todos los sectores, desde el económico hasta el cultural, y desde el social al educativo y, en este sentido, la orientación educativa ha empezado a acercarse tímidamente a las NTIC, por lo que hay que considerarlo como una oportunidad para mejorar la calidad de la orientación. No obstante, las NTIC todavía están lejos de generalizarse en la educación.
El problema que hay es la precaria formación inicial y continua del profesorado, la
falta de traición en el uso de las NTIC y la falta de recursos tecnológicos adecuados a cada ámbito de la orientación.
Estas necesidades precisan de orientadores mejor capacitados que den respuesta a
los nuevos retos de la era digital desde el ámbito de la orientación y por este motivo es preciso delimitar unas nuevos roles y funciones de estos profesionales.
En este nuevo contexto, el orientador pasa de transmisor a guía, dinamizador,
mentor y facilitador
Funciones:
Facilitar el aprendizaje, el desarrollo personal y el progreso de la carrera de
los usuarios del servicio. Mostrar habilidades para diseñar, desarrollar, implementar y evaluar programas de orientación. Estar familiarizados con las tendencias laborales y dinamizar los entornos comunicativos digitales.
Dentro de este nuevo modelo de orientación es de especial relevancia ver como ha
cambiado el concepto de aprendizaje con la incorporación de las TIC. Sin embargo, todavía nos falta recorrer un largo camino hasta llegar de las TIC a las TAC.