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LEONEL VEGA MORA

GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL SOSTENIBLE


A NIVEL ESTATAL
"un enfoque sistémico
para la protección global e integral
del medio ambiente”
Leonel Vega Mora (1956) es Doctor en Ingeniería Ambiental por la Universidad de las Palmas
de Gran Canaria – España, donde realizó las Maestrías en Ingeniería Ambiental e Ingeniería
de Desalación y Reutilización de Aguas. Sus estudios superiores los realizó en la Universidad
Nacional de Colombia donde se tituló de Ingeniero Agrícola y M.Sc. en Ingeniería de Recursos
Hidráulicos.

PRESENTACIÓN

Con el desarrollo insostenible de nuestra sociedad actual, el alcance y naturaleza de los


problemas ambientales ameritan la búsqueda de nuevas formas de enfrentar dicha
problemática.

Aunque la gestión medioambiental no es una idea nueva, sólo hasta fechas recientes se ha
comenzado a abordar bajo un enfoque sistémico. Dicho enfoque, generado a partir de la teoría
general de los sistemas, ha tenido su aplicación más efectiva en los procesos productivos
mediante el desarrollo de la gestión de calidad, materializada a través de la implantación de
sistemas de gestión de calidad en las empresas. El enfoque sistémico se caracteriza por la
realización de una serie o conjunto de actividades o subprocesos que, en un orden
predeterminado están orientados al logro de un objetivo específico, a partir de un proceso
dinámico que sigue el ciclo de “planficación, ejecución y control”.

Para el Departamento Nacional de Planeación es muy grato presentar esta obra, la cual hace
parte de la serie de documentos publicados con motivo de la celebración de sus 40 años de
fundación, pero además constituye un premio adicional al país, como resultado final al esfuerzo
personal del autor, de la cooperación técnica internacional con España y del Gobierno
Colombiano, quien a través del Fondo de Capacitación DNP-FONADE-ICETEX, han hecho
posible la realización del estudio.

Su temática, adelantada bajo el marco académico y propósitos propios de la investigación


científica en el desarrollo de una tesis doctoral, está relacionada con la planificación y gestión
del desarrollo humano sostenible. En esta tesis, se pretende incursionar en un ámbito de la
investigación científica cuyo objeto de estudio es la Gestión Medioambiental Sostenible,
concebida desde un punto de vista sistémico y planteada como una nueva alternativa genérica,
que pudiera ser adaptada y adoptada como mecanismo viable y coadyuvante de la gestión
medioambiental a nivel estatal, mediante una amplia participación de la sociedad civil, las
organizaciones empresariales y el aparato gubernamental.

El libro es fácil de leer y asimilar, y podría resultar de gran ayuda a todos aquellos, tanto a nivel
gubernamental como empresarial, que estén interesados en la búsqueda de nuevos esquemas
de gestión medioambiental, como mecanismos básicos hacia el verdadero desarrollo humano
sostenible.

CECILIA LÓPEZ MONTAÑO


Directora DNP
A la memoria de mi madre
Lola Mora de Vega
5 de junio de 1933 - 7 de enero de 1996
AGRADECIMIENTOS

Deseo expresar mi más sincera gratitud a las siguientes personas y entidades:

− Doctor D. Antonio Gómez Gotor, Catedrático de la Universidad de Las Palmas de


Gran Canaria y Director de la presente tesis.
− Doctor D. Sebastián Ovidio Pérez, Director del Departamento de Ingeniería de
Procesos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
− Departamento Nacional de Planeación y Ministerio del Medio Ambiente de la
República de Colombia.
– Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior -
ICETEX
− Agencia Española de Cooperación Internacional, Programa Beca Mutis.
− Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en particular a todo el personal del
Departamento de Ingeniería de Procesos y Sección de Medio Ambiente Industrial
- SEMAI - “La Casita”.
− Mi Padre Leonel Vega Caldas y toda mi querida gran familia, por su comprensión
y apoyo constante.
− Mi recien nacida hija Catalina y su madre Patricia Heredia.
− Mi hermano Jaime Vega Mora y familia, por su apoyo incondicional.
− Mi mejor amigo Edgar Jaramillo y familia.
− Las bellas Islas Canarias y por supuesto, su encantadora población por su
hospitalidad y amistad demostradas.
− Todo el pueblo español, por acogerme en su seno durante estos cuatro años.
− Mis amigos de Colombia, España y el Mundo.
− Todas aquellas personas y entidades que de una u otra manera han colaborado en
la realización de la presente tesis.
ÍNDICE DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................................1

1. GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL COMO OBJETO DE ESTUDIO.............................................11


1.1 Desarrollo insostenible y deterioro medioambiental ...............................................................11
1.1.1 Crecimiento demográfico incontrolado ..............................................................................12
1.1.2 Uso inapropiado del conocimiento científico y tecnológico...............................................14
1.1.3 Desarrollo socioeconómico injusto.....................................................................................14
1.2 Interpretación del deterioro medioambiental..........................................................................15
1.3 Problemática actual en la gestión medioambiental .................................................................17
1.3.1 Poderes públicos .................................................................................................................18
1.3.1.1 Voluntad política insuficiente .......................................................................................................19
1.3.1.2 Subordinación de políticas ............................................................................................................19
1.3.1.3 Ordenamiento jurídico inapropiado...............................................................................................20
1.3.1.4 Presupuestos económicos inadecuados .........................................................................................20
1.3.1.5 Caos administrativo.......................................................................................................................21
1.3.2 Empresas.............................................................................................................................22
1.3.2.1 Caracterización general.................................................................................................................22
1.3.2.2 Perfil medioambiental de las empresas .........................................................................................23
1.3.2.3 Actuación medioambiental............................................................................................................24
1.3.3 Público en general...............................................................................................................26

2. HACIA UNA GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL SOSTENIBLE...................................................27


2.1 Enfoque sistémico y la teoría general de los sistemas (TGS) ..................................................27
2.1.1 Desarrollo histórico de la TGS ...........................................................................................28
2.1.2 Sistemas cerrados y sistemas abiertos.................................................................................29
2.1.3 Conceptos básicos en la TGS..............................................................................................31
2.1.3.1 Información...................................................................................................................................32
2.1.3.2 Retroalimentación .........................................................................................................................32
2.1.3.3 Isomorfismo ..................................................................................................................................32
2.1.3.4 Estabilidad.....................................................................................................................................33
2.2 TGS y el concepto amplio del medio ambiente ........................................................................34
2.2.1 Interdependencias del mundo viviente................................................................................34
2.2.2 Congruencia Tierra y Mundo..............................................................................................35
2.2.3 Concepto amplio del medio ambiente.................................................................................37
2.3 TGS y la política medioambiental global .................................................................................38
2.3.1 Génesis de la política medioambiental................................................................................39
2.3.2 Desarrollo sostenible y medio ambiente .............................................................................41
2.3.2.1 Revisión histórica..........................................................................................................................41
2.3.2.2 Concepto y definición ...................................................................................................................43
2.3.2.3 Principios Generales: Declaración de Río.....................................................................................44
2.3.2.4 Plan de Acción: Agenda 21...........................................................................................................44
2.4 TGS y las organizaciones sociales .............................................................................................45
2.4.1 Gestión empresarial ............................................................................................................47
2.4.2 Funciones de gestión empresarial .......................................................................................49
2.4.2.1 Planificación estratégica................................................................................................................49
2.4.2.2 Control de gestión .........................................................................................................................51
2.4.2.3 Control operativo ..........................................................................................................................53
2.5 Hipótesis de estudio: “gestión medioambiental sostenible”....................................................54

i
3. PRIMERA APROXIMACIÓN SISTÉMICA PARA LA GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL
EMPRESARIAL ................................................................................................................................ 57
3.1 Revisión histórica....................................................................................................................... 57
3.2 Gestión medioambiental en analogía con la gestión de calidad............................................. 62
3.2.1 Norma ISO 9001 sobre SGC.............................................................................................. 63
3.2.2 Norma BS 7750 sobre SGMA............................................................................................ 64
3.2.2.1 Elementos y requisitos según la norma BS 7750.......................................................................... 66
3.2.3 Norma ISO 14001 sobre SGMA ........................................................................................ 69
3.2.3.1 Objeto y campo de aplicación de la norma ISO 14001................................................................. 70
3.2.3.2 Elementos y requisitos según la norma ISO 14001 ...................................................................... 70
3.2.3.2.1 Revisión Inicial....................................................................................................................... 72
3.2.3.2.2 Política medioambiental ......................................................................................................... 73
3.2.3.2.3 Planificación........................................................................................................................... 73
3.2.3.2.3.1 Aspectos medioambientales............................................................................................ 73
3.2.3.2.3.2 Requisitos legales y otros requisitos ............................................................................... 74
3.2.3.2.3.3 Objetivos y metas ........................................................................................................... 75
3.2.3.2.3.4 Programa de gestión medioambiental ............................................................................. 75
3.2.3.2.4 Implantación y funcionamiento .............................................................................................. 75
3.2.3.2.4.1 Estructura y responsabilidades........................................................................................ 76
3.2.3.2.4.2 Formación, sensibilización y competencia profesional................................................... 76
3.2.3.2.4.3 Comunicación ................................................................................................................. 76
3.2.3.2.4.4 Documentación del SGMA............................................................................................. 77
3.2.3.2.4.5 Control de la documentación .......................................................................................... 77
3.2.3.2.4.6 Control operacional......................................................................................................... 77
3.2.3.2.4.7 Planes de emergencia y capacidad de reacción............................................................... 78
3.2.3.2.5 Comprobación y acción correctora......................................................................................... 78
3.2.3.2.5.1 Seguimiento y medición ................................................................................................. 78
3.2.3.2.5.2 No-conformidad, acción correctora y acción preventiva ................................................ 79
3.2.3.2.5.3 Registros ......................................................................................................................... 79
3.2.3.2.5.4 Auditorías del SGMA ..................................................................................................... 80
3.2.3.2.6 Revisión por la Dirección ....................................................................................................... 81
3.3 Reglamento CEE/1836/93, relativo al sistema comunitario de ecogestión
y ecoauditoría de la Unión Europea ......................................................................................... 81
3.3.1 Establecimiento de política, programa y SGMA................................................................ 83
3.3.2 Evaluación sistemática, objetiva y periódica ..................................................................... 84
3.3.3 Información pública ........................................................................................................... 85
3.4 Comparación, relaciones, vínculos y diferencias .................................................................... 87
3.4.1 Norma ISO 14001 Vs. Norma ISO 9001 ........................................................................... 87
3.4.2 Norma ISO 14001 Vs. Norma BS 7750............................................................................. 88
3.4.3 Norma ISO 14001 Vs. Reglamento CEE/1836/93............................................................. 89
3.5 Validez de la aproximación sistémica y sus posibilidades en el ámbito global..................... 91

ii
4. UN MARCO CONCEPTUAL PARA LA GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL SOSTENIBLE ....95
4.1 Consideraciones previas.............................................................................................................95
4.1.1 Principios generales de actuación .......................................................................................96
4.1.2 Marco estructural y categorización amplia de la gestión medioambiental a nivel estatal...98
4.2 Gestión medioambiental empresarial - GMAE .....................................................................100
4.2.1 Ámbitos de actuación empresarial ....................................................................................101
4.2.1.1 Proyectos específicos ..................................................................................................................101
4.2.1.2 Programas continuados ...............................................................................................................101
4.2.1.3 Productos y/o Servicios (P/S)......................................................................................................102
4.2.2 Funciones básicas en la GMAE ........................................................................................102
4.2.3 Implantación y mantenimiento de un SGMA ...................................................................103
4.2.3.1 Objetivos del SGMA...................................................................................................................104
4.2.3.2 Estructura del SGMA ..................................................................................................................104
4.2.3.3 Estrategias de implantación.........................................................................................................106
4.2.3.3.1 SGMA independiente y paralelo al SGC ..............................................................................106
4.2.3.3.2 SGMA integrado con el SGC................................................................................................107
4.2.3.3.3 SGMA en referencias cruzadas con el SGC..........................................................................107
4.2.3.3.4 SGMA totalmente independiente ..........................................................................................108
4.2.4 AutoEvaluaciones de Conformidad Medioambiental - AEC............................................109
4.2.4.1 AEC de Proyecto: Estudio de Impacto Ambiental - EsIA...........................................................109
4.2.4.2 AEC de SGMA: Auditoría Medioambiental Interna - AMAI .....................................................111
4.2.4.3 AEC de P/S: Análisis del Ciclo de Vida - ACV..........................................................................112
4.2.5 AutoDeclaraciones de Conformidad Medioambiental - ADC ..........................................114
4.2.5.1 ADC de Proyecto ........................................................................................................................114
4.2.5.2 ADC de SGMA ...........................................................................................................................115
4.2.5.3 ADC de P/S.................................................................................................................................115
4.3 Gestión medioambiental pública - GMAP .............................................................................116
4.3.1 Funciones básicas en la GMAP ........................................................................................116
4.3.1.1 Política y Planificación medioambiental - P+P ...........................................................................118
4.3.1.1.1 Armonización global de la política medioambiental.............................................................119
4.3.1.1.2 Integración normativa y reglamentaria medioambiental .......................................................120
4.3.1.1.3 Planificación estratégica medioambiental .............................................................................121
4.3.1.1.3.1 Planes Estratégicos de Desarrollo Sostenible (PEDS)...................................................122
4.3.1.2 Investigación y Desarrollo medioambiental - I+D ......................................................................124
4.3.1.2.1 Investigación medioambiental...............................................................................................125
4.3.1.2.2 Educación medioambiental ...................................................................................................126
4.3.1.2.3 Fomento a la conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales ............127
4.3.1.3 Certificación y Control medioambiental - C+C ..........................................................................127
4.3.1.3.1 Registro e información medioambiental ...............................................................................128
4.3.1.3.2 Verificación medioambiental ................................................................................................129
4.3.1.3.3 Validación medioambiental ..................................................................................................130
4.3.1.3.4 Certificación medioambiental ...............................................................................................131
4.3.1.3.5 Vigilancia medioambiental ...................................................................................................132
4.3.2 Niveles competenciales de actuación................................................................................134

iii
5. SIGMA(C+C): UN SISTEMA DE CERTIFICACIÓN Y CONTROL DE GESTIÓN
MEDIOAMBIENTAL A NIVEL ESTATAL ................................................................................ 136
5.1 Marco estructural y sistémico de la GMAP .......................................................................... 136
5.2 Entorno estructural y caracterización general del SIGMA(C+C) .......................................... 137
5.2.1 Definiciones básicas......................................................................................................... 139
5.2.2 Objetivos del SIGMA(C+C) ................................................................................................ 141
5.2.3 Procedimiento genérico del SIGMA(C+C) ......................................................................... 141
5.3 RINMA: Subsistema de Registro e Información Medioambiental ..................................... 143
5.4 VERMA: Subsistema de Verificación Medioambiental....................................................... 145
5.4.1 Verificación de Proyectos ................................................................................................ 146
5.4.1.1 Evaluación de EsIA .................................................................................................................... 146
5.4.1.2 Evaluación de ADC de Proyecto ................................................................................................ 146
5.4.2 Verificación de SGMA .................................................................................................... 146
5.4.2.1 Auditoría Medioambiental Externa - AMAE............................................................................. 147
5.4.2.2 Evaluación de la ADC de SGMA ............................................................................................... 147
5.4.3 Verificación de P/S .......................................................................................................... 147
5.4.3.1 Evaluación de la ADC de P/S..................................................................................................... 147
5.4.4 Entidades de Verificación Medioambiental – EVM ........................................................ 148
5.4.5 Concepto Técnico de Verificación - CTV........................................................................ 149
5.5 VALMA: Subsistema de Validación Medioambiental ......................................................... 149
5.5.1 Acción Popular, Acción de Tutela y Audiencias Públicas Medioambientales................. 150
5.6 CERMA: Subsistema de Certificación Medioambiental...................................................... 151
5.6.1 Licencia ambiental, permisos y autorizaciones ................................................................ 152
5.6.2 Certificado y/o logotipo de participación en el SIGMA(C+C) ............................................ 153
5.6.3 Etiquetado ecológico de P/S............................................................................................. 154
5.6.4 Acreditación de EVM independientes.............................................................................. 154
5.7 VIGMA: Subsistema de Vigilancia Medioambiental ........................................................... 155
5.8 Implantación del SIGMA(C+C) a nivel estatal......................................................................... 156
5.8.1 A nivel de la organización oficial .................................................................................... 156
5.8.2 A nivel de la organización empresarial ............................................................................ 157
5.8.3 A nivel de la organización ciudadana .............................................................................. 157

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES................................................................................... 158

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................................. 160

ANEXOS................................................................................................................................................. 169

ANEXO I. DOCUMENTO DE ESTUDIO: “GESTIÓN DE CALIDAD: Paso obligado


hacia la gestión medioambiental sostenible”. ............................................................... 169
ANEXO II. SIGLAS Y ABREVIATURAS .................................................................................... 181

iv
ÍNDICE DE TABLAS

Tabla No. 1 Niveles de percepción del deterioro medioambiental................................ 16

Tabla No. 2 Caracterización general de las empresas ................................................... 22

Tabla No. 3 Beneficios de una actuación medioambiental adecuada............................ 24

Tabla No. 4 Revisión histórica del desarrollo de los SGMA ........................................ 61

Tabla No. 5 Ámbitos de aplicación de las Normas ISO serie 9000............................... 62

Tabla No. 6 Elementos y requisitos principales de la norma ISO 9001 ........................ 64

Tabla No. 7 Elementos y requisitos de la norma BS 7750 ............................................ 66

Tabla No. 8 Normas ISO serie 14000 de gestión medioambiental................................ 69

Tabla No. 9 Elementos y Requisitos de la norma ISO 14001 ....................................... 71

Tabla No. 10 Relación y vínculos entre las normas ISO 14001 e ISO 9001................. 87

Tabla No. 11 Relación y vínculos entre las normas ISO 14001 y BS 7750 .................. 89

Tabla No. 12 Diferencias básicas en los requisitos de la norma ISO 14001,


norma BS 7750 y Reglamento CEE/1836/93 .......................................... 90

Tabla No. 13 Niveles competenciales en la GMAP.................................................... 134

v
vi
ÍNDICE DE FIGURAS

Figura No. 1 Aumento Poblacional Mundial .............................................................. 13


Figura No. 2 Perfil medioambiental de las empresas.................................................. 23
Figura No. 3 El movimiento medioambiental como fuerza social.............................. 40
Figura No. 4 Esquema general de un SGMA según la norma BS 7750..................... 65
Figura No. 5 Esquema general de un SGMA según la norma ISO 14001 ................. 71
Figura No. 6 Esquema general del Sistema Comunitario de Ecogestión
y Ecoauditoría según el Reglamento CEE/1836/93................................ 82
Figura No. 7 Marco Estructural y Categorización amplia de la gestión
medioambiental sostenible a nivel estatal............................................. 100
Figura No. 8 Funciones Básicas para la GMAE ...................................................... 103
Figura No. 9 Estructura piramidal de un SGMA..................................................... 105
Figura No. 10 SGMA y SGC paralelos...................................................................... 106
Figura No. 11 SGMA y SGC integrados.................................................................... 107
Figura No. 12 Sistema híbrido entre SGMA y SGC .................................................. 108
Figura No. 13 Esquema metodológico básico en el desarrollo de un EsIA ............... 111
Figura No. 14 Esquema metodológico básico en el desarrollo de una AMAI
según la norma ISO 14011.................................................................... 112
Figura No. 15 Esquema metodológico básico en el desarrollo de un ACV
según las normas ISO/DIS 14040/1/2/3................................................ 113
Figura No. 16 Resumen funciones y áreas de acción para la GMAE ........................ 116
Figura No. 17 Funciones Básicas para la GMAP....................................................... 117
Figura No. 18 Áreas de acción y elementos básicos en la P+P .................................. 119
Figura No. 19 Áreas de acción y elementos básicos en la I+D .................................. 125
Figura No. 20 Áreas de acción y elementos básicos en la C+C ................................. 128
Figura No. 21 Resumen de funciones y áreas de acción para la GMAP.................... 133
Figura No. 22 Esquema general del marco conceptual propuesto para la
Gestión Medioambiental Sostenible a nivel estatal .............................. 135
Figura No. 23 SIGMA: Un sistema integral para el desarrollo de la GMAP............ 137
Figura No. 24 Estructura sistémica del SIGMA(C+C) ................................................. 138
Figura No. 25 Procedimiento genérico del SIGMA(C+C) ............................................ 141
Figura No. 26 Subsistema de Registro e Información - RINMA ............................... 144
Figura No. 27 Subsistema de Verificación Medioambiental – VERMA ................... 145
Figura No. 28 Subsistema de Validación Medioambiental - VALMA ...................... 151
Figura No. 29 Subsistema de Certificación Medioambiental - CERMA................... 152
Figura No. 30 Subsistema de Vigilancia Medioambiental - VIGMA ........................ 155

vii
viii
INTRODUCCIÓN

La envergadura, el alcance y la naturaleza de los problemas medioambientales y


de recursos naturales de nuestros días se deben sobre todo, al esquema actual de
desarrollo de nuestra civilización.
Al margen de consideraciones éticas y moralistas que caracterizan el desarrollo
insostenible del actual mapa sociopolítico mundial, es de cotidiana evidencia la
generación continua y creciente de una problemática medioambiental, que al no tener
precedentes históricos, la convierten en uno de los temas más relevantes e
impostergables de nuestra civilización actual.
A medida que la comunidad humana crece y se hace más compleja, aumentan sus
demandas sociales y tecnológicas, las cuales vienen siendo aparentemente satisfechas
en un contexto espacial/temporal “absoluto”. Esto es, mediante el uso de recursos
naturales sin considerar los posibles efectos que dicho uso está ocasionando en su
entorno biogeográfico, los cuales no sólo tienen implicaciones puntuales y locales, sino
que son de carácter global y con repercusiones aún no bien precisadas en el futuro.
Al pretender realizar una tesis doctoral en ingeniería ambiental, lo primero que se
antoja pensar es que dicha tesis deberá fundamentarse, en primer lugar, en el montaje de
un diseño experimental que permita el desarrollo de un sofisticado modelo virtual
(principalmente de tipo matemático) que represente de la mejor manera posible la
realidad de algún proceso contaminador del medio ambiente. En segundo lugar, que a
partir de la calibración de dicho modelo para diferentes condiciones de funcionamiento
del proceso, se diseñe la alternativa tecnológica medioambiental óptima que controle y
minimice los impactos medioambientales ocasionados por el proceso.
No obstante el anterior tópico, —que con ligeras variaciones constituye la esencia
misma de la investigación científica en ingeniería—, en la presente tesis doctoral se
pretende incursionar en otro ámbito de investigación científica cuyo objeto de estudio
es la denominada gestión medioambiental. Aunque hasta el momento venga siendo un
poco relegada por los ingenieros, constituye en todo caso, un elemento fundamental
dentro del marco de cualquier programa de estudios en ingeniería ambiental. La gestión
medioambiental, deberá permitir la aplicación del conocimiento científico de manera
armonizada y coherente con el ordenamiento político, jurídico, institucional y
económico de la sociedad donde dicho conocimiento sea aplicado.
Ya desde los inicios de mis 15 años como profesional en mi país, Colombia, todos
ellos dedicados de una u otra manera a la gestión medioambiental pública1, me ha

1
- Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente – INDERENA,
actualmente Ministerio del Medio Ambiente.
- Departamento Nacional de Planeación - Unidad de Política Ambiental
preocupado la evidente ineficacia de las acciones encaminadas a proteger el medio
ambiente, así como el esfuerzo “quijotesco” de quienes de una u otra manera nos
sentimos identificados con dicha causa.
Siempre ha habido algo de lo mismo y todo sobre la base de un denominador
común: caos generalizado, consecuencia quizás, entre otros aspectos, a un limitado
interés político, recursos de todo tipo inapropiados e insuficientes, limitada capacidad
institucional y poco o ningún nivel de participación y concertación pública, en resumen,
una gestión medioambiental inadecuada. Lo anterior me ha llevado al convencimiento
personal, de que la solución a la problemática medioambiental, antes que necesitar
exclusivamente de sofisticadas soluciones de tipo científico y tecnológico, requiere
soluciones de tipo político, específicamente de gestión, que permitan ordenar el caos
imperante, no sólo en el ámbito de países individuales, sino fundamentalmente, en un
ámbito global. Así pues, la gestión medioambiental constituirá el objeto fundamental de
estudio de la presente tesis doctoral.
Objetivos y alcances de la investigación
Pensando en lo anterior y animado en el espíritu de intentar aportar un grano de
arena en la solución de la problemática de la gestión medioambiental actual, con el
desarrollo de la presente tesis se pretende, desarrollar una alternativa genérica que la
optimice y la convierta en un instrumento viable para el logro del desarrollo sostenible.
Corresponde a una tesis teórica sobre un tema contemporáneo y constituye una
investigación científica en el sentido que versa sobre un objeto reconocible y definido,
como lo es la gestión medioambiental. En ella se pretenden vislumbrar cosas que aún no
han sido dichas, además de revisar con óptica diferente lo que ya ha sido dicho. La tesis
pretende ser útil y aplicable y a la vez suministrar elementos para la verificación y la
refutación de las hipótesis presentadas, permitiendo una cierta contribución al mejor
conocimiento de la realidad investigada así como a su seguimiento público.
Sus alcances estarán orientados fundamentalmente hacia la gestión
medioambiental pública en el ámbito de países en vías de desarrollo y enmarcados en el
cumplimiento de los siguientes objetivos específicos:
− Dar respuesta de manera ordenada y coherente, a variadas inquietudes relativas al
tema de la gestión medioambiental, que por su vigencia actual, quizás constituya
el más obligado e impostergable tema cotidiano de nuestra sociedad
contemporánea.

− Generar un nuevo marco conceptual que oriente el camino hacia una gestión
medioambiental sostenible a nivel estatal.

2
− Diseñar y proponer un sistema genérico para la certificación y el control de la
gestión medioambiental empresarial en el ámbito estatal, que sea integral y
constituya una alternativa estratégica viable y coadyuvante de la gestión pública
en el logro del desarrollo sostenible.
Marco teórico
Como se ha mencionado, la gestión medioambiental, —es decir, el conjunto de
elementos de la función general de gestión que determinan y aplican una política
medioambiental—, constituye el objeto de estudio de la presente tesis doctoral. El
marco teórico en el que se fundamenta, incluye entre otros, los siguientes soportes
conceptuales:

− La Declaración de Río y la Agenda 21 acordados por la comunidad internacional


en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y
el Desarrollo realizada en Río de Janeiro (1992).
− El V Programa en favor del medio ambiente y el desarrollo sostenible de la Unión
Europea (1993).
− La Nueva Política de Normalización y Certificación en la Unión Europea para la
supresión de barreras técnicas al comercio.
− El Programa Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría (Reglamento
CEE/1836/1993).
− Las Normas técnicas internacionales y nacionales sobre Sistemas de Calidad (ISO
serie 9000) y sobre Gestión Medioambiental (ISO serie 14000).
− La Teoría General de los Sistemas y la Teoría de las Organizaciones.

Metodología
La tesis se adelanta bajo la dirección del Doctor D. Antonio Gómez Gotor,
Catedrático del Departamento de Ingeniería de Procesos de la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria. Para su desarrollo se sigue, en lo posible, el plan de estudios
originalmente propuesto y aprobado por la Comisión de Doctores del Departamento de
Ingeniería de Procesos, así: revisión bibliográfica y estudio de las fuentes; evaluación y
análisis; resultados y diseño y, redacción, edición y lectura.
Se inicia teniendo como preámbulo conceptual y teórico el documento
denominado “Organización y Gestión Ambiental a Nivel Internacional y de la Unión
Europea”, previamente desarrollado como tesina de grado de las Maestrías
Internacionales en Ingeniería Ambiental e Ingeniería de Desalación y Reutilización de
Aguas. En este documento se revisan, estudian y compilan algunos de los aspectos más
relevantes relacionados con la política medioambiental actual, así como de los
principales instrumentos de gestión medioambiental utilizados.
Posteriormente, se realiza la revisión bibliográfica y estudio de las fuentes de
información (elaboración de fichas), mediante consulta directa de: bibliografía

3
especializada; participación en diferentes cursos y foros internacionales; consultas en
Internet; entrevistas con personas doctas, empresas e instituciones involucradas y
comprometidas en la materia.
Se revisan y estudian entre otros temas, los fundamentos, evolución, aplicaciones
y problemática actual de:
− La política, organización y gestión medioambiental actual a nivel internacional,
especialmente en la Unión Europea, Estados Unidos y países en vías de
desarrollo, caso específico de la República de Colombia.
− Las actividades y sistemas de normalización y certificación a nivel mundial, con
especial énfasis en los desarrollados en la Unión Europea y la Organización
Internacional de Normalización - ISO.
− La gestión de calidad a nivel empresarial, así como las normas internacionales
sobre Sistemas de Gestión de Calidad (ISO serie 9000) y auditorías de calidad
(ISO 1011/1/2/3).
− Las Auditorías Medioambientales y Sistemas de Gestión Medioambiental; las
normas técnicas desarrolladas para dichos efectos, desde la norma BS 7750,
incluidas las normas españolas UNE 801 y UNE 802, hasta las normas
internacionales ISO serie 14000, así como el Programa de ecogestión y
ecoauditoría de la Unión Europea (Reglamento CEE/1836/93).
− La Teoría General de los Sistemas y su aplicación en aspectos tales como: el
desarrollo del concepto amplio del Medio Ambiente; la necesidad de una política
medioambiental global y, en la determinación de funciones de gestión y control
empresarial de organizaciones sociales.
Se realizan diversos tipos de análisis (conceptuales, evaluativos, comparativos),
que permiten la identificación del problema a resolver, la formulación de hipótesis de
estudio, la búsqueda de pruebas, la validación de hipótesis y la generación de
resultados, todo ello orientado al cumplimiento de los objetivos de la tesis y dentro de
los alcances propuestos. Finalmente se realiza la redacción y edición del texto de la
tesis, donde se plasman todos aquellos aspectos relevantes tenidos en cuenta durante su
desarrollo.
La tesis consta de cinco capítulos, unas conclusiones y recomendaciones
generales y dos anexos. El tema tratado en cada uno de ellos puede ser resumido
básicamente de la siguiente manera:
El capítulo 1, titulado Gestión medioambiental como objeto de estudio, tiene
como propósito la “identificación del problema a resolver”. Allí se identifican y
describen brevemente las principales causas de la problemática medioambiental actual
en un contexto internacional, que permita disponer de una visión global y un
acercamiento objetivo al estudio de la gestión medioambiental.
Se inicia con un análisis de la relación existente entre el deterioro medioambiental
y el desarrollo insostenible de nuestra sociedad actual, caracterizado por un desbordado
incremento poblacional, un uso inapropiado del conocimiento científico y tecnológico y

4
un desarrollo socioeconómico bastante desigual e injusto. Posteriormente se evalúan y
analizan las diferentes interpretaciones que la sociedad en general tiene con respecto al
deterioro medioambiental, lo que permite orientar el camino hacia la identificación de la
problemática actual en la gestión medioambiental, —fundamentalmente de los países en
vías de desarrollo—, y su relación con los poderes públicos, las empresas y el público
en general.
Se concluye que para resolver la problemática medioambiental, se requieren dos
tipos de cambio social: primero, un cambio en las prioridades políticas e institucionales,
es decir, en la relativa importancia atribuida a los temas que conciernen a la gente y,
segundo, un cambio en las perspectivas sociales, es decir, en el modo como la gente ve
el medio ambiente en relación con sus intereses y valores. Esto implica la búsqueda de
un enfoque más amplio para la gestión medioambiental, que permita abordar de manera
integral, tanto el medio ambiente como objeto de gestión medioambiental, como las
organizaciones sociales como sujetos o agentes de la misma.
El capítulo 2, titulado Hacia una gestión medioambiental sostenible, tiene como
propósito fundamental la “formulación de hipótesis de estudio”. Allí se revisan y
estudian todos aquellos aspectos que de una u otra manera estarían involucrados en la
búsqueda de dicho enfoque amplio para la gestión medioambiental, a fin de disponer de
la suficiente fundamentación teórica que permita la formulación de hipótesis válidas de
estudio.
Se parte de la idea de que, si la problemática medioambiental la genera el hombre,
es el mismo hombre quien deberá corregirla o evitarla, lo que implica estudiar y
conocer mínimamente la íntima relación existente entre el medio ambiente y las
organizaciones sociales, por lo que resulta muy apropiada la premisa de W. G. Scott,
quien en su momento ha manifestado que,
“el único modo significativo de estudiar las organizaciones sociales es estudiarlas
como un sistema de variables mutuamente dependientes” [Scott, 1963],
Lo anterior conduce inevitablemente a una discusión de la “teoría general de los
sistemas” y al estudio de sus posibilidades, tanto en la comprensión y concepción
misma del medio ambiente y las organizaciones sociales, como en su aplicación en la
gestión medioambiental.
Al tenor de los fundamentos básicos de la teoría general de los sistemas, se
estudia la interrelación entre los sistemas biogeográficos y las organizaciones sociales:
Desde la evolución y desarrollo del concepto amplio del medio ambiente, —que le
confieren un carácter global e integral—, hasta la consideración de los factores
esenciales del desarrollo sostenible, las políticas medioambientales, los programas
públicos, las iniciativas privadas y el público en general. Esto conlleva un acercamiento
a la moderna teoría de las organizaciones y a las funciones genéricas de la gestión
empresarial.

5
A partir de lo anterior se infiere que todos los elementos mencionados deberán ser
considerados y evaluados como componentes interdependientes de un sistema total.
Esto permite el planteamiento de la principal hipótesis de estudio, la cual está
relacionada con la imperiosa necesidad de implementar a todos los niveles de la
sociedad, lo que hemos denominado gestión medioambiental sostenible. Será entendida
como el desarrollo impostergable de un propósito común, orientado a proteger y
conservar el medio ambiente de manera que se garantice el mantenimiento y
mejoramiento continuo, presente y futuro, en cantidad y calidad, del patrimonio natural
y del nivel de vida de las personas.
La gestión medioambiental sostenible estaría enmarcada en el complejo sistema
de relaciones económicas y sociales y, por su carácter interinstitucional, intersectorial e
interdisciplinar, constituye un proceso lento, orientado al cumplimiento simultáneo y
progresivo de dos objetivos fundamentales:
− la armonización global de la política medioambiental, basada y generada por
consenso a partir de una concepción global e integral del planeta, que defina los
objetivos y estrategias comunes de protección medioambiental y,
− la actuación alrededor de un enfoque sistémico que organice el caos de la gestión
medioambiental actual en cada uno de los componentes de la sociedad.
El capítulo 3, titulado Primera aproximación sistémica para la gestión
medioambiental empresarial tiene como propósito “la búsqueda de pruebas” que
permitan reafirmar o descartar la hipótesis de la gestión medioambiental sostenible. Allí
se revisa y estudia en qué ha consistido hasta la fecha el desarrollo de la aproximación
sistémica lograda en la gestión medioambiental empresarial. Se evalúa la eficacia de los
principales modelos desarrollados por analogía con la gestión de calidad, a fin de
determinar la valía de dicha aproximación y sus posibilidades en un contexto global.
Se inicia con una exhaustiva revisión histórica, desde el desarrollo de las
denominadas auditorías medioambientales, hasta el desarrollo actual de normas técnicas
sobre Sistemas de Gestión Medioambiental (SGMA) empresarial. Teniendo en cuenta
que estas normas han sido desarrolladas por analogía con las normas sobre Sistemas de
Gestión de Calidad (SGC), se procede al estudio de los fundamentos de la gestión de
calidad y a la comprensión de los elementos y requisitos principales de las normas de
calidad. Como resultado, se elabora el documento de estudio titulado “Gestión de
calidad: Paso obligado para una gestión medioambiental”, adjunto en el Anexo 1. Se
prosigue con el estudio y análisis de las principales normas sobre SGMA,
especialmente la norma británica BS 7750 —primera norma elaborada sobre SGMA—
y de las normas internacionales ISO serie 14000 sobre gestión medioambiental —
específicamente la norma ISO 14001 sobre SGMA de reciente publicación—. Todo
esto a su vez, lleva necesariamente al estudio y análisis del Reglamento CEE/1836/93
relativo al sistema comunitario de ecogestión y ecoauditoría de la Unión Europea.

6
Lo anterior permite la realización de un análisis comparativo-evaluativo de las
relaciones, vínculos y diferencias entre cada uno de los modelos estudiados, a partir del
cual es posible resaltar, entre otros, dos aspectos fundamentales: En primer lugar, que
ninguno de los modelos analizados estipulan la necesidad de armonizar la política
medioambiental a nivel mundial, lo que conlleva al desarrollo de acciones aisladas y sin
incidencia en un contexto global, y, en segundo lugar, que aunque el interés mundial
por los SGMA esté centrado en la aplicación de la norma ISO 14001, su valía
dependerá de que pueda ser objeto de certificación y control por parte del aparato
estatal, ya que al implantarse de manera voluntaria y aislada, su eficacia se reduciría
considerablemente, quedando limitada al entorno local de la empresa y permitiendo que
su acción se diluya rápidamente en los entornos regional, nacional y global.
Se concluye pues, que la aproximación sistémica desarrollada por analogía con la
gestión de calidad, constituye “una solución necesaria pero insuficiente” para afrontar
la problemática medioambiental global. Esto obliga a la necesidad de que cada país
disponga —de manera similar al sistema de ecogestión y ecoauditoría de la Unión
Europea—, de un sistema de certificación y control de gestión medioambiental, que
permita entre otras funciones, informar, registrar, verificar, validar y certificar la
conformidad medioambiental de las empresas de todo tipo.
Con esto se reafirma la hipótesis de estudio en cuanto a la necesidad de una
gestión medioambiental sostenible, basada en una armonización global de la política
medioambiental y en un enfoque sistémico mucho más amplio. Dicho enfoque no
deberá sustentarse exclusivamente en analogías mecanicistas de la gestión de calidad,
sino que, deberá permitir integrar y abordar de manera holística, todos y cada uno de los
aspectos relacionados con el medio ambiente. El paso a seguir, será el desarrollo de la
hipótesis y su validación como concepto.
El capítulo 4, titulado Marco conceptual para una gestión medioambiental
sostenible, tiene como propósito fundamental la “validación conceptual de la hipótesis
de estudio”. Con este propósito se plantea la necesidad de generar y proponer un nuevo
marco conceptual para la gestión medioambiental, como herramienta de apoyo
alrededor del cual se puedan organizar las ideas, hacer generalizaciones, compararlas
y/o contrastarlas con otras que ya se habían aceptado previamente. En definitiva,
avanzar en la validación y materialización del concepto de la gestión medioambiental
sostenible.
En la búsqueda de dicho marco conceptual, previamente se plantean dos aspectos
fundamentales: En primer lugar, la necesidad de definir unos principios generales de
actuación que orientarán el desarrollo de la gestión medioambiental sostenible y, en
segundo lugar, definir un marco estructural alrededor del cual pueda ser generado el
marco conceptual.
Los principios generales son definidos a partir de las apreciaciones derivadas en
los análisis de los capítulos anteriores y tienen que ver básicamente con: La

7
armonización política, el enfoque sistémico certificable, la integración normativa y
reglamentaria, la mejora continua, el sometimiento al control público, la precaución, el
criterio contaminador-pagador, el control integrado de la contaminación, la
participación ciudadana y la autorregulación antes que el control.
En relación con el marco estructural, es evidente que éste deberá ser adecuado y
acorde con una estructura organizacional estatal, por lo cual se asume, en su sentido
más amplio, que el Estado está constituido básicamente por tres clases de organización:
la empresarial, la oficial y la ciudadana, cada una de ellas, con unas responsabilidades y
misiones específicas en cuanto a la protección del medio ambiente. Esta estructura
permite identificar fácilmente el carácter específico en cada una de ellas y por lo tanto,
hacer una categorización amplia de la gestión medioambiental mediante su agrupación
en dos grandes categorías de gestión: La Gestión Medioambiental Empresarial
(GMAE), en la cual se reúne el conglomerado de la organización empresarial (incluye
empresas de todo tipo: privadas, oficiales y/o mixtas) y, la Gestión Medioambiental
Pública (GMAP), donde se agrupan la organización oficial y la ciudadana.
La anterior categorización, constituye la base para el desarrollo del marco
conceptual para la gestión medioambiental sostenible, el cual es generado al tenor de los
criterios metodológicos derivados de la teoría de general de los sistemas y de los
principios generales de actuación previamente definidos. Esto permite la determinación
de ámbitos de actuación, funciones y áreas de acción para cada una de las dos categorías
de gestión consideradas.
Así, para la categoría de la GMAE, se definen sus ámbitos de actuación alrededor
de tres actividades básicas: la realización de Proyectos específicos, la implantación y
mantenimiento del SGMA y la generación sostenible de Productos y/o Servicios - P/S
(incluidos los subproductos y residuos). Así mismo, se asume que todas y cada una de
las empresas, además de comprometerse a cumplir con los principios generales de
actuación, deberán obligatoriamente implantar un SGMA, preferiblemente en
conformidad con la norma ISO 14001. Para facilitar dichos compromisos, se introducen
dos nuevos elementos básicos: la AutoEvaluación de Conformidad medioambiental
(AEC) y, la AutoDeclaración de Conformidad medioambiental (ADC).
Para la categoría de la GMAP, y al tenor de la TGS, se definen tres funciones
básicas:
− La Política y Planificación medioambiental (P+P), concebida como un proceso
racional de toma de decisiones sobre “lo que se ha de hacer”. Tendrá el objetivo
de orientar la actuación medioambiental empresarial y sería realizada mediante
tres áreas de acción básicas: La armonización global de la política
medioambiental, la integración normativa y reglamentaria y, la planificación
estratégica medioambiental.

8
− La Investigación y Desarrollo medioambiental (I+D), cuyo objetivo fundamental
será potenciar la capacidad del Estado para lograr el desarrollo sostenible. Sería
realizada mediante tres áreas de acción básicas: la investigación medioambiental,
la educación medioambiental y, el fomento al aprovechamiento sostenible de los
recursos naturales.
− La Certificación y Control de gestión medioambiental (C+C), cuyo objetivo
fundamental será permitir y facilitar una amplia participación empresarial y
ciudadana en la aplicación y logro de la política medioambiental estatal. Sería
realizada mediante cinco áreas de acción básicas: la información y registro; la
verificación de conformidad medioambiental; la validación medioambiental; la
certificación de conformidad medioambiental y, la vigilancia medioambiental.
Aunque el marco conceptual desarrollado constituye un esfuerzo teórico, de
carácter académico, en él se recogen las más modernas teorías, sistemas y modelos de
gestión medioambiental utilizados actualmente, al igual que buena parte de la
experiencia desarrollada en su aplicación en el ámbito de países desarrollados. Su
mayor utilidad radica en que pueda servir de base para la materialización sistémica del
proceso de gestión medioambiental sostenible y como guía para posteriores desarrollos
prácticos en el ámbito de países en vías de desarrollo.
El capítulo 5, titulado SIGMA(C+C): Un Sistema de Certificación y Control de
Gestión Medioambiental a nivel estatal, tiene como propósito “presentar un resultado
concreto de la tesis” que permita al menos, sentar y proponer las bases para el desarrollo
y materialización sistémica de la GMAP.
En primer lugar se establece el marco estructural y sistémico de la GMAP, el cual
se define alrededor del establecimiento de un Sistema Integral para la Gestión
Medioambiental Pública, en lo sucesivo SIGMA. Este sistema estará constituido por la
interrelación de tres sistemas que representan a su vez, cada una de las funciones que
componen la GMAP, esto es: SIGMA(P+P), SIGMA(I+D) y SIGMA(C+C).
Por limitaciones de tiempo y académicas, se concreta el trabajo al desarrollo
sistémico de la función de C+C, toda vez que, por su carácter integrador y favorecedor
de la participación ciudadana en la aplicación y logro de la política medioambiental
estatal, constituye quizás, la piedra angular de la GMAP. Las funciones de P+P e I+D
bien podrían constituir el objeto de estudio de posteriores investigaciones.
A continuación se establece el entorno estructural (externo e interno) del
SIGMA(C+C), así como una caracterización general, donde se definen algunos conceptos
inherentes al mismo, sus objetivos y el procedimiento genérico de certificación y
control. Posteriormente, se establecen los diferentes subsistemas que lo componen, que
por supuesto, corresponderán con cada una de las áreas de acción propuestas para la
función de C+C, se definen sus procedimientos específicos y se termina con algunas
recomendaciones generales para su implantación a nivel estatal.
En el capítulo de Conclusiones y Recomendaciones Generales, se orienta el
trabajo posterior, tanto para el desarrollo del marco conceptual para la gestión

9
medioambiental sostenible, como para el desarrollo sistémico del SIGMA. Así mismo,
se plantean las bondades y posibilidades que se podrían obtener al implantar el SIGMA
a nivel estatal como alternativa viable que coadyuve al desarrollo sostenible mediante
una mayor autorregulación por parte de las empresas y una menor regulación del
Estado.
Se incluyen finalmente dos anexos: El primero constituye un documento de
estudio denominado “Gestión de Calidad: paso obligado hacia una gestión
medioambiental sostenible”, mencionado anteriormente, y el segundo, recoge un listado
de las principales siglas y abreviaturas utilizadas en la tesis.
Para terminar, debo agregar que con el desarrollo de la presente tesis, he podido
llevar a cabo mi ilusión personal de plantear, aunque sea en principio, ese sistema de
gestión medioambiental integral, teórico y quizás utópico en el que creo. Tengo la
confianza que en algún momento tenga el privilegio de ser leída, corregida, adaptada,
plagiada, implantada, cambiada y porqué no, desechada, al menos por una persona
interesada en el tema. En todo caso confío en la benevolencia de todos ustedes para que
perdonen mis fallos y con la convicción de que una gestión medioambiental sostenible
podría muy bien constituir, la forma de gestión medioambiental que estaría engranada
en el nuevo modelo de desarrollo sostenible que se espera predomine en el siglo XXI.

10
1. GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL COMO OBJETO DE
ESTUDIO

La gestión medioambiental como objeto de estudio, es decir, la tarea de


conservar, mejorar y en general, proteger el medio ambiente en todas sus dimensiones,
ha ido convirtiéndose en los últimos 50 años en materia obligada y prioritaria para la
mayoría de los Estados del mundo. Se han venido generando y adoptando una gran
cantidad de medidas que involucran la generación de políticas y estrategias
medioambientales, de ordenamientos jurídicos competentes, de normativas técnicas y
del desarrollo de nuevas tecnologías, todo esto, en algunos casos de manera particular y
en otros, de manera conjunta mediante la celebración de tratados y acuerdos
internacionales de cooperación.
No obstante lo anterior, el deterioro medioambiental continúa y en muchos casos
se acrecienta, quedando reflejado claramente en un gran número de problemas y
conflictos socioeconómicos. Estos conflictos son especialmente preocupantes en los
denominados países del Tercer Mundo, donde un largo etcétera de tragedias se perfilan
claramente como piezas de un mismo rompecabezas y como consecuencia quizás, del
choque entre nuestra civilización y el sistema ecológico de nuestro planeta.
El presente capítulo tiene como propósito fundamental identificar y describir
brevemente, las principales causas de la problemática medioambiental actual en un
contexto internacional, que permita disponer de una visión global y un acercamiento
objetivo al estudio de la gestión medioambiental. Con este propósito, dichas causas
pueden ser agrupadas de la siguiente manera:
− Aquellas derivadas del desarrollo insostenible de nuestra sociedad.
− Aquellas derivadas de las diferentes interpretaciones que la sociedad tiene del
deterioro medioambiental y,
− Aquellas consideradas consecuencia directa de una gestión medioambiental
inadecuada, que como ha sido planteado previamente, constituye el objeto de
estudio de la presente tesis.

1.1 Desarrollo insostenible y deterioro medioambiental


Hasta hace muy poco, los temas de ámbito mundial estaban limitados a unos
pocos fenómenos globales que incumbían al comercio internacional y a la salud de los
seres humanos y de sus animales domésticos y plantas. A excepción de la sanidad, las
consideraciones económicas eran los motores principales de la cooperación mundial
transnacional e internacional. La internacionalización de los temas económicos continúa
y se expande, pero se está viendo sorprendida por un conocimiento de problemas
ecológicos de dimensiones a nivel planetario, que se extienden más allá de la sanidad y
de la economía, a consideraciones de recursos naturales, de calidad de vida, de ética, de

11
estética y de perspectivas para la supervivencia de la especia humana y de la biosfera,
en otras palabras, a preocupaciones medioambientales.
Nuestra civilización actual, ha partir de sus cimientos naturales ha ido
construyendo de manera despersonalizada y cruel, un mundo cada vez más prefabricado
y artificial y, lo peor, a un precio demasiado elevado: la destrucción mundial de
nuestros bosques y hábitats naturales, el aumento en proporción geométrica del número
de especies en extinción, la extracción a gran escala de los combustibles fósiles, el
extendido uso de productos químicos en la industria y en la agricultura, la
contaminación generalizada de aguas, aire y suelos, y, últimamente, el posible
calentamiento planetario y crecimiento del agujero de la capa de ozono, todo ello lo
cual, altera irreversiblemente los ciclos naturales de la biosfera.
Según el Informe Bruntland de la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el
Desarrollo, tres factores clave pueden definir la realidad física de nuestra actual relación
insostenible con la Tierra:
− El súbito y desbordado aumento y concentración de la población mundial
− El uso inapropiado y en algunos casos imprudente de los conocimientos
científicos y tecnológicos al explotar los recursos de la Tierra
− El desarrollo socioeconómico injusto entre las naciones del mundo [WCED,
1987].
Todo ello, ha llevado nuestro poder de transformación del mundo a niveles casi
inimaginables. Por su relevancia en el tema tratado, a continuación se describen
brevemente las principales incidencias de cada uno de los tres factores mencionados con
relación a la problemática medioambiental.
1.1.1 Crecimiento demográfico incontrolado
Como factor de cambio de la relación del hombre con la tierra, el crecimiento
demográfico incontrolado constituye un claro índice de la magnitud del deterioro
medioambiental, sobre todo en términos históricos. A este respecto, se puede recopilar
lo descrito por Ehrlich, Erickson y el Instituto de Recursos Mundiales como sigue:
“Desde la aparición de los primeros humanos modernos, hace 200.000 años, hasta
cuando se inventó la agricultura, hace unos 10.000 años, la población mundial no
pasaba de 10 millones de personas. En la época de la primera dinastía egipcia, hace
aproximadamente 5.000 años, la población se elevaba a unos 100 millones. En el
cenit del Imperio Romano, durante el primer siglo de la era cristiana, la población no
pasaba los 250 millones. Mil quinientos años después, con la llegada de Cristóbal
Colón a América, la población rondaba los 500 millones. A finales del siglo XVIII al
inicio a la Revolución Industrial, la cifra se había duplicado nuevamente a 1.000
millones. En el presente siglo, la tasa de crecimiento se ha disparado de tal modo que
la población ha aumentado en mil millones cada década: hacia mediados del siglo
XX, justo después de la Segunda Guerra Mundial, superábamos los 2.000 millones y a
comienzos de 1992 la población mundial era ya de 5.500 millones, por lo que se cree
que para el año 2032 aumente hasta los 10.000 millones“. [Ehrlich, 1993; Erickson,
1993; IRM, 1996].

12
En la Figura No. 1 se esquematiza dicho aumento poblacional, en donde se puede
apreciar que la población mundial ha permanecido estable durante casi toda la historia
de la humanidad. Empieza a crecer de manera gradual hace unos miles de años con la
revolución agrícola y mantiene una tasa de crecimiento lenta hasta la revolución
industrial, período en que la curva empieza a ascender de manera acelerada.
miles de millones

10 P
O
9
B
L
8
A
7 C
I
6 Ó
N
5
M
4 U
N
3 D
I
2 A
L
1

200.000 10.000 5.000 1 d.c. 100 1000 1492 1800 1945 2032
Primeros Inicios Civilización Inicio Zenit Colón Revolución Fin
Humanos Agricultura Egipcia Era Imperio en Industrial II Guerra
Modernos Cristiana Romano América Mundial

Figura No. 1 Aumento Poblacional Mundial

Este rápido y explosivo crecimiento de la población mundial están modificando el


medio ambiente a tal escala que estamos produciendo un impacto mundial de
dimensiones sin precedentes. Ya se están dando cambios dramáticos como consecuencia
de un uso inadecuado de los recursos agua y suelo, de la extracción y consumo a gran
escala de combustibles fósiles, de la expansión del uso de productos químicos en la
industria y la agricultura. Todas estas actividades podrían alterar el equilibrio de la
naturaleza para siempre. Aún no se conoce completamente la delicada y compleja
interdependencia existente entre los organismos vivos y entre éstos y su entorno. Las
estimaciones de futuros aumentos de población plantean serias dudas sobre si el planeta
podrá seguir satisfaciendo las crecientes necesidades de la gente. Según el Instituto de
Recursos Mundiales,
“...se necesitaría multiplicar por 10 la actividad económica mundial en los próximos
50 años para poder mantener las necesidades humanas básicas...”
[IRM/PNUMA/PNUD/BID].

Probablemente la biosfera no podrá aguantar esta situación sin sufrir un deterioro


irreversible.

13
1.1.2 Uso inapropiado del conocimiento científico y tecnológico
Constituye un factor directo de muchos de los trastornos medioambientales
actuales, ya que dichos conocimientos se pueden aplicar tan fácilmente a fines
destructivos y mal concebidos, como a crear un mundo más benigno y rico. Al igual que
la explosión demográfica, la revolución científica y tecnológica empezó a acelerarse
desde el siglo pasado.
De acuerdo con el señor Al Gore, Vicepresidente de los Estados Unidos,
“La ciencia ha alterado las creencias y provocado cambios en las costumbres de la
sociedad, es decir, en la admitida explicación de cómo funciona la naturaleza y la
relación del hombre con ella. La ciencia abre nuevas oportunidades, pero la
apropiación humana de la Tierra mediante la población y la tecnología ha eliminado
para siempre muchas opciones” [Gore, 1993].
Un argumento muy socorrido acerca del valor de la ciencia y de sus repercusiones
en la sociedad y el bienestar de la humanidad es el planteado por Bertalanffy, quien dice
más o menos lo siguiente:
“...nuestro conocimiento de las leyes de la física es excelente, y en consecuencia
nuestro control tecnológico de la naturaleza inanimada es casi ilimitado. El
conocimiento de las leyes biológicas no va tan avanzado, pero sí lo bastante para
disponer en buena medida de tecnología biológica, en la moderna medicina y biología
aplicada. Las esperanzas de vida son superiores a las que disfrutaba el ser humano en
los últimos siglos y aun en las últimas décadas. La aplicación de métodos científicos
en agricultura y zootecnia, etc. bastaría para sostener una población humana muy
superior a la que hay actualmente en nuestro planeta. Lo que falta, sin embargo, es
conocimiento de las leyes de la sociedad humana, y en consecuencia una tecnología
sociológica...” [Bertalanffy, 1968].
De ahí que los logros de la física se dediquen a la destrucción cada vez más
eficiente; cunda el hambre en vastas partes del planeta mientras que en otras las
cosechas se pudren o son destruidas; la guerra y la aniquilación indiferente de la vida
humana, la cultura y los medios de subsistencia vienen siendo el único modo de salir al
paso de la fertilidad incontrolada y la consiguiente sobrepoblación.
Tal es el resultado que conozcamos y dominemos demasiado bien las fuerzas
físicas, las biológicas medianamente y las sociales en absoluto. Si dispusiéramos de una
ciencia de la sociedad humana bien desarrollada y de la correspondiente tecnología,
habría modo de escapar del caos y de la destrucción que amenaza nuestro mundo.
1.1.3 Desarrollo socioeconómico injusto
Se ha producido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Sin embargo, con
el aumento poblacional del último siglo, dicha injusticia social se ha visto más
acentuada, rebasando todos los límites imaginables, hasta el punto que las leyes y
condiciones de la economía clásica de libre mercado e intercambio resultan casi tan
naturales, que parecería impensable la búsqueda de otro nuevo orden socioeconómico
mundial. A este respecto, Gore manifiesta lo siguiente:

14
“El sistema socioeconómico actual, en su condición de sistema que distribuye
recursos, trabajo, finanzas e impuestos, que controla la producción y el consumo de
riquezas y que influye en casi todas las decisiones de la población, se constituye en
dueña y señora de nuestras vidas” [Gore, 1993].
La dura realidad, es que no actúa por igual sobre toda la población mundial y
permite un trato diferencial demasiado injusto y canalla, donde una muy reducida elite
de naciones, denominadas “países desarrollados” manejan a su antojo las relaciones
comerciales y de subsistencia de las demás naciones.
Por otro lado, el sistema económico es bastante selectivo en lo que se refiere a
cuantificar el valor de las cosas: evalúa y vigila cuidadosamente el valor de todo lo que
afecta a vendedores y compradores, como la comida, la ropa, las manufacturas, el
trabajo y, desde luego, el dinero, pero sus intrincados cálculos suelen ignorar el valor de
otras cosas, más difíciles de comprar o vender, como el agua fresca, el aire puro, la
belleza del paisaje y/o la biodiversidad, por nombrar sólo unas cuantas.
Resumiendo, el sistema económico se convierte en una de las fuerzas más
poderosas de cuantas se ocultan tras la aparente racionalidad de nuestra civilización
actual, pero, donde el deterioro medioambiental es cada día más evidente y lógicamente
tiene un origen común: la relación entre la civilización y el equilibrio natural de la
Tierra.
Esto obliga a la búsqueda inmediata de soluciones que reorienten los actuales
modelos de desarrollo, bastante mezquinos por cierto, a otros con criterios de
sostenibilidad, es decir, que garanticen la justicia social a todo nivel, de manera que la
cantidad y calidad del medio ambiente permanezcan y perduren eternamente.
1.2 Interpretación del deterioro medioambiental
Con base en la premisa de que “el contexto en el que la gente percibe los
acontecimientos, tiene mucho que ver con el modo en que los interpreta”, a
continuación se identifican y evalúan las diferentes interpretaciones que la sociedad
tiene del deterioro medioambiental. Según Caldwell, se han identificado al menos tres
niveles de percepción y de interpretación del predicamento medioambiental humano,
ser resumidos así:
El Nivel 1, denominado incidental, interpreta los deterioros medioambientales como
fenómenos aislados, fortuitos e inevitables, causados por un comportamiento dañino
en el curso normal de las actividades humanas. Son explicados como error o
accidente por ignorancia, indiferencia, irresponsabilidad o negligencia humanas
[Caldwell, 1993].
Las implicaciones políticas en este nivel son relativamente escasas y de poca
importancia: incluyen la advertencia, la educación, el adoctrinamiento y unas cuantas
sanciones legales, como las leyes que prohiben tirar basuras, la prohibición de causar
molestias en la vía pública, etc., en otras palabras, el objetivo de la política en el Nivel 1
es esencialmente cosmética.

15
El Nivel 2, denominado operacional, al igual que el nivel 1, interpreta los problemas
medioambientales como involuntarios, pero causados por errores en política,
planificación y ejecución de programas, es decir, por una gestión ineficaz en los
asuntos económicos y públicos, debida a información insuficiente o defectuosa,
procedimientos poco morales, corrupción etc. [Caldwell, 1993].
En este nivel es donde se desarrolla y aplica la mayor parte de la política
medioambiental gubernamental a través de leyes correctoras, regulaciones,
declaraciones de impacto, valoración tecnológica, examen de propuestas de
planificación, etc. En resumen, en este nivel, el objetivo de la política medioambiental
es rectificar el comportamiento sin intentar alterar los acuerdos económicos o
institucionales actuales.
El Nivel 3, denominado sistémico, interpreta el deterioro medioambiental inherente a
los sistemas tecnoeconómicos actuales y la solución estaría en un nuevo orden
político-económico mundial, con cambios básicos en los sistemas técnicos y de
comportamiento y con la reforma de las instituciones y el desarrollo de métodos
alternativos, materiales y fuentes de energía [Caldwell, 1993].
En el Nivel 3 se alcanza un punto común entre las interpretaciones
convencionales y radicales del abandono medioambiental, de sus causas y remedios, ya
que considera el desgaste de la calidad del medio ambiente y la degradación de la
biosfera como inherentes a las suposiciones, objetivos y valores de la sociedad
tecnológica moderna y a sus prioridades económicas. En la Tabla No. 1 se resumen los
tres niveles de percepción descritos.
Tabla No. 1 Niveles de percepción del deterioro medioambiental

Causas percibidas Explicaciones Soluciones


Nivel 1. Incidental Error o accidente: negligencia, Exhortación: correcciones,
ignorancia y descuido de campañas de limpieza,
factores causales. educación.
Nivel 2. Operacional Gestión ineficaz: información Leyes correctoras:
insuficiente o defectuosa, regulaciones, declaraciones de
procedimientos poco morales, impacto, valoración
avaricia y corrupción tecnológica, examen de
propuestas de planificación
Nivel 3. Sistémico Daño inherente a nuestros Cambios básicos en los
sistemas tecnoeconómicos: los sistemas técnico y de
esfuerzos más económicamente comportamiento: reforma de
eficaces pueden producir los las instituciones y desarrollo
peores resultados para el medio de métodos alternativos,
ambiente materiales y fuentes de energía.
Fuente: Caldwell, 1993

Como se puede apreciar en la anterior tabla, existen dos puntos en común: por un
lado, la total injerencia del hombre y sus organizaciones sociales en el de deterioro
medioambiental y, por otro lado, un caos generalizado de gestión medioambiental,
denotando por lo tanto, que el carácter sistémico del problema es el común
denominador de las interpretaciones sobre el compromiso de la humanidad con el medio
ambiente.

16
1.3 Problemática actual en la gestión medioambiental
Como consecuencia de la aparición del deterioro medioambiental surge la
necesidad de “administrar o gestionar” el medio ambiente a fin de minimizar los
problemas existentes y asegurar un equilibrio de fuerzas en la biosfera, mediante la
creación de una alianza decidida entre el hombre y la naturaleza de la que hace parte.
La gestión medioambiental, es definida de diversas maneras según cada autor,
pero en todo caso, como lo plantea Ryding, siempre con la intención de describir:
“...el conjunto de disposiciones y actuaciones necesarias que permitan lograr el
mantenimiento de un capital medioambiental suficiente para que la calidad de vida de
las personas y el patrimonio natural sean lo más elevados posible, todo ello dentro
del complejo sistema de relaciones económicas y sociales que condicionan ese
objetivo...” [Ryding, 1992].
Por su carácter eminentemente antropogénico, compete a toda la sociedad en
general, sin embargo, no ha estado claro el papel del hombre en la gestión
medioambiental, el cual sigue apareciendo como conquistador de la naturaleza a la que
debe dominar, principio que ha prevalecido durante toda la historia, agudizándose a
partir de la revolución industrial. El suelo, el agua, la atmósfera y en general los
recursos naturales se han considerado bienes libres e ilimitados de los que se puede
disponer sin costo alguno. Así mismo, la proliferación de nuevas tecnologías ha
originado subproductos que se introducen tan rápidamente en el medio ambiente sin dar
tiempo de investigar sus eventuales riesgos para la salud humana y el resto de los seres
vivos.
A pesar de la generalizada negligencia social, por fortuna también han existido
puntuales ejemplos de intervencionismo en diferentes aspectos de la protección del
medio ambiente tan antiguos como la propia civilización. Sin embargo, es solo a partir
de la Segunda Guerra Mundial, cuando la gestión medioambiental comienza realmente
a circunscribirse en todos los ámbitos de la sociedad, fundamentalmente alrededor de
dos aspectos clave, como bien lo describe Caldwell:
− En primer lugar, la aparición de ideas catastrofistas relacionadas con el medio
ambiente, con una base más o menos rigurosa desde el punto de vista científico,
pero con gran repercusión social, realizada principalmente a través de
movimientos sociales organizados que piden de forma muy activa un mayor
intervencionismo del Estado en la protección del medio ambiente.
− En segundo lugar, la implantación de políticas para salvaguardar el medio
ambiente a todos los niveles: internacional, estatal, regional, y local, las cuales
han ido evolucionando hacia una concepción global e integral, derivadas de un
enfoque amplio de los problemas, que dan un tratamiento de organismo vivo
único al conjunto del planeta [Caldwell, 1993].
Lo anterior permite que el medio ambiente se empiece a considerar erróneamente
como un sector de gran auge, por no decir “de moda” y su control como una fuente de
poder. En el fondo, los programas de medio ambiente desarrollados en los diferentes
países siguen basándose en gran medida en el establecimiento de normas y controles en

17
los que están involucrados los gobiernos y la industria manufacturera
fundamentalmente, pero cuyo cumplimiento deja mucho que desear.
Ante la gravedad del problema, se han venido desarrollando conceptos tales como
el de Responsabilidad Medioambiental Compartida, establecido en el “V Programa
Ambiental de la Unión Europea”2, el cual exige una participación más amplia y activa
de toda la sociedad en general, que incluye los poderes públicos, las empresas de todo
tipo y, el público en general. A continuación se analiza brevemente el papel de cada uno
de éstos con relación a la problemática de la gestión medioambiental.
1.3.1 Poderes públicos
El papel de los poderes públicos en cada Estado es fundamental no sólo desde el
punto de vista legislativo, sino también a la hora de planificar el desarrollo económico,
la gestión de los usos de los recursos naturales y en fin, la administración del patrimonio
público. Para esto, la administración pública debería estar dotada con los instrumentos
de gestión y control apropiados, que le permitan, además de cumplir con sus actividades
propias en la dirección y control del Estado, crear el marco y las condiciones necesarias
para que las empresas privadas desempeñen sus papeles respectivos.
De acuerdo con el profesor Martín Mateo, la gestión medioambiental en el ámbito
gubernativo debería contemplar tres aspectos esenciales:
“La política medioambiental, es decir, el conjunto de orientaciones y lineamientos
bajo los cuales los diferentes niveles competenciales y organizativos pretenden
alcanzar determinados objetivos de protección del medio ambiente y conservación de
la naturaleza; el ordenamiento jurídico medioambiental, que incluye todos los
instrumentos de gestión disponibles para la ejecución de la política medioambiental y,
la participación ciudadana, a través del movimiento medioambiental, dado el fuerte
componente social en la política de medio ambiente” [Martín Mateo, 1992].
La realidad ha sido que desde un comienzo, el movimiento medioambiental ha
estado en colisión con las suposiciones y las prioridades de los Estados, y más
específicamente con la administración pública, en donde el legado de las estructuras
institucionales y las prioridades de la administración han sido generalmente
incongruentes con los objetivos y prioridades de dichos movimientos.
Al tenor de los objetivos y alcances de la presente tesis, orientada
fundamentalmente a la búsqueda de soluciones en los países en vías de desarrollo, se
podría decir que son muchos los factores que podrían ser considerados como causales
de dicha colisión.
Según señalan J. E. Gibson y F. Halter,

2
Resolución 93/01/CE. DOCE C138 de 17-05-93

18
“...entre los muchos problemas que afectan a los países en vías de desarrollo se
encuentran fundamentalmente: leyes que no designan de forma clara la autoridad;
capacidad técnica y autoridad política limitada para ejercer las debidas funciones de
seguimiento y de poder sancionador; la presencia de corrupción, que conlleva a la
pérdida de credibilidad pública; fracaso por parte de los gobiernos en el objetivo de
recabar la participación de todos los sectores implicados...” [Gibson y Halter, 1994].
Por otro lado, L. K. Caldwell es más específico y plantea que los problemas de la
colisión entre el movimiento medioambiental y los poderes públicos a nivel estatal se
deben fundamentalmente a:
“...una voluntad política insuficiente; la subordinación de políticas; el ordenamiento
jurídico inapropiado; la asignación de presupuestos económicos inadecuados y, en
general, a un caos administrativo por la incongruencia en las estructuras
administrativas e instrumentos de gestión...” [Caldwell, 1993].
Por la importancia que revisten para el presente trabajo, a continuación se
describen y analizan brevemente cada uno de los anteriores factores descritos.
1.3.1.1 Voluntad política insuficiente
Es probable que los políticos y los administradores públicos sean más conscientes
de los obstáculos y de la oposición a cualquier propuesta política que el público en
general. Parte de la aparente discrepancia se puede explicar por el énfasis concedido a
los “fines” y a los “medios” según quien sea. Según Caldwell,
“Los miembros del público en general, pero sobre todo los ecologistas, tienden a
hacer hincapié en los fines. Su primera preocupación es ver que sus valores se
realizan en la sociedad. Sin embargo, los políticos deben preocuparse sobre todo de
los medios, es decir, el arte de lo posible” [Caldwell, 1993].
Los movimientos medioambientales, centrados sobre un sólo problema, corren el
riesgo de no tener en cuenta el entorno de influencia y el compromiso institucional en el
que proponen inyectar innovaciones o reformas. Esto ayuda a explicar la aparente
paradoja entre los valores medioambientales, situados en principio muy altos en la
escala pública de prioridades pero hasta ahora muy bajos entre las prioridades de sus
representantes elegidos y, entre sus administradores públicos, que es lo que se podría
denominar “voluntad política”. Así, las estructuras institucionales tienden a tener
retraso sobre las cambiantes circunstancias y prioridades sociales.
1.3.1.2 Subordinación de políticas
Hoy en día, en la mayoría de los gobiernos, o mejor, en todos, las consideraciones
sobre el medio ambiente están subordinadas a otras áreas políticas, sobre todo a los
asuntos militares, de relaciones exteriores, de obras públicas, de desarrollo industrial, de
justicia. Según Caldwell, la subordinación de políticas, en otras palabras, el grado de
importancia o prioridad dado a las cuestiones ambientales a nivel de la administración
pública podría responder, entre otros, a dos aspectos complementarios:

19
− En primer lugar, cuando los temas sobre medio ambiente se cruzan con las
jurisdicciones convencionales, la realización de políticas y programas
medioambientales es difícil y casi imposible, sin la cooperación de los diferentes
entes administrativos, cada uno de ellos con su propia misión y prioridades.
− En segundo lugar, son personas en últimas, quienes toman las decisiones de
apoyo o no apoyo a determinada política o programa medioambiental, esto es,
son los políticos y/o funcionarios públicos encargados de dichas carteras,
quienes a menudo se vuelven expertos en aparentar profesar una política cuando,
en realidad persiguen otra [Caldwell, 1993].
Lo anterior podría obedecer al hecho de que tanto en la sociedad como en el
gobierno, las elecciones que se hacen no siempre son las preferidas por la mayoría y a
menudo minorías agresivas vencen a mayorías poco informadas, indiferentes y
desorganizadas. Con mucha frecuencia, se requerirá la modificación o el abandono de
un programa o de una política medioambiental, por el apoyo denodado de algunos entes,
la mayoría de los cuales, con circunscripciones políticas bastante influyentes. Tal es el
caso de los ministerios de defensa, obras públicas, energía y desarrollo, entre otros, los
cuales están a menudo indispuestos con las medidas de protección del medio ambiente o
con la asignación de fondos para paliar los daños medioambientales.
1.3.1.3 Ordenamiento jurídico inapropiado
Algunas de las dificultades relacionadas con los países en desarrollo y sus leyes
medioambientales han sido estudiadas por J. E. Gibson y F. Halter, quienes señalan que
“...las deficiencias en el proceso de diseño e implantación de las leyes
medioambientales constituyen uno de los principales obstáculos para la protección y
la gestión coherente del medio ambiente...” [Gibson y Halter, 1994].
Parte de las causas de este problema se debe a que, cuando los países en
desarrollo adoptan —mediante el mecanismo de acuerdos o cumbres internacionales de
medio ambiente— una serie de leyes internacionales de protección del medio ambiente,
no se elabora la correspondiente legislación nacional. En muchos casos, aún cuando
exista esa legislación nacional, no suele aplicarse, al no poseer capacidad para hacerla
cumplir. Este problema se ve aumentado aún más, cuando dichos países deciden adoptar
unas leyes de protección del medio ambiente que fueron concebidas en el mundo
industrializado.
1.3.1.4 Presupuestos económicos inadecuados
Como se ha mencionado, la resistencia o falta de voluntad política conlleva al
consiguiente retraso institucional, ya que rara vez se dispone de los medios necesarios
para lograr los objetivos medioambientales. Según Caldwell,
“...en la mayoría de los Estados, los ministerios o departamentos relacionados con el
medio ambiente, se han creado para realizar políticas que no podían ser asignadas a
otras entidades del gobierno. Su efectividad varía según los países, pero en muchos
gobiernos su papel es un trámite inútil...” [Caldwell, 1993].
Esto hace que el comportamiento tradicional de los otros ministerios sea el de
seguir con sus propios planes, con una mínima consideración hacia las políticas

20
medioambientales con las que sus gobiernos, de forma retórica, han manifestado un
compromiso.
Por otro lado, es una realidad que los indicadores de cómo funcionan realmente
los gobiernos están más a menudo en sus presupuestos económicos que en sus
estructuras formales. A los jefes de Estado les gusta citar decretos, leyes y
declaraciones oficiales para mostrar su preocupación medioambiental, pero sus
presupuestos hablan con mayor autoridad sobre sus prioridades reales y así, el
presupuesto económico no constituye el indicador final de su compromiso ya que las
medidas tomadas o no tomadas dicen más, pero sin apoyo presupuestario adecuado no
habrá medidas.
1.3.1.5 Caos administrativo
Las estructuras administrativas de la mayoría de los gobiernos modernos dan
muestra de una racionalidad política “ad hoc” que se adapta pobremente a las
circunstancias y a los desafíos ecológicos del mundo actual. Las políticas y los
programas son a menudo contrarios y por lo tanto es necesaria la coordinación de
políticas congruentes con las realidades ecológicas si se quieren resultados
constructivos. De acuerdo con un estudio realizado por el Programa de las Naciones
para el Medio Ambiente (PNUMA) en el cual se hace una evaluación del impacto
global de las actividades de las agencias medioambientales en el mundo, se presentan
dos aspectos fundamentales que merece la pena mencionar:
− Dificultad de situar e identificar los departamentos y el personal responsable de
la realización de programas y proyectos específicos. Esto es debido a la falta de
continuidad de las instituciones nacionales y del personal y, a la falta de
registros sistemáticos de las actividades y a las difusas responsabilidades.
− A nivel estatal, los organismos sectoriales, incluso los que trabajan con notables
implicaciones medioambientales, no están directamente relacionados con el
organismo medioambiental nacional [PNUMA, 1987].
Por otro lado, el caos administrativo imperante al interior de la administración
pública medioambiental en la mayoría de los países agrava aún más el problema. Es
bastante común la coexistencia de extrañas mezclas de funciones y procedimientos que
en la mayoría de los casos desvirtúan e impiden el cumplimiento de los objetivos
medioambientales.
Se presentan casos de traslape de funciones entre instituciones, lo cual limita la
eficacia de la gestión, puesto que se utilizan recursos financieros y humanos por doble
partida hacia un mismo objetivo. En otros casos, algunos organismos son dotados
simultáneamente de funciones de desarrollo y de protección del medio ambiente, lo cual
disimula la gestión puesto que estos organismos se convierten en “juez y parte” de la
misma.
Otro tanto ocurre con los instrumentos de gestión utilizados, comúnmente
diseñados para dar respuesta a una problemática eventual y específica y no al desarrollo
de un plan estratégico previamente establecido.

21
1.3.2 Empresas
De acuerdo con algunos autores, el concepto de empresa puede ser sintetizado
como:
“Toda aquella organización humana, lucrativa o no lucrativa, pública o privada,
nacional o internacional que en el contexto social tiene la misión de protagonizar la
actividad generativa de productos y/o servicios (P/S)” [Anthony, 1965; Ramírez,
1992; Hubel, 1995].
En todo proceso productivo se generan una serie de subproductos y/o residuos
inherentes a dichos P/S, por lo que, a efectos de la presente tesis, la referencia P/S
siempre llevará implícita la de los subproductos y/o residuos que generen.
No es difícil deducir la indudable incidencia de las actividades desarrolladas por
los diferentes sectores empresariales (industria, energía, transporte, agricultura,
comercio, turismo, etc.) en la problemática medioambiental.
Dicha incidencia tiene que ver básicamente con tres aspectos: Con su
caracterización general, con su perfil medioambiental y con su actuación
medioambiental, los cuales se describen brevemente a continuación.
1.3.2.1 Caracterización general
En la Tabla No. 2 se resumen los elementos fundamentales que caracterizan los
diversos tipos de empresas.
Tabla No. 2 Caracterización general de las empresas

1. Tipo y pertenencia
- Sector privado o público
- Empresa privada, sociedad limitada, sociedad anónima o propiedad de sus directivos
- Gobierno central o local, ministerio o agencia, industria nacionalizada
2. Naturaleza de la unidad
- Completamente autónoma
- Emplazamiento individual dentro de una organización más amplia
3. Naturaleza del trabajo
- Actividades, productos, procesos, servicios
- Tradicional / innovador
- Posición en el mercado / sector, éxito, rentabilidad
4. Tamaño y área de operación
- Multinacional / nacional
- Grande, mediana, pequeña
5. Sistema de gestión, estructura y estilo
- Estructura rígida / flexible, documentada / oral, ISO 9000
- Jerárquica, funcional, matricial, centralizada / descentralizada
- Autoritaria / delegatoria
6. Características de la plantilla y habilidades
- Características demográficas y salario
- Expectativas, aspiraciones y motivaciones
- Habilidades, conocimientos, comprensión sistemas de gestión y cuestiones
medioambientales
Fuente: Hubel, 1995

22
1.3.2.2 Perfil medioambiental de las empresas
Según sus características, prácticamente todas las empresas utilizan recursos
naturales en la realización de sus actividades o en la generación de P/S, creando
diversos tipos y cantidades de residuos y contribuyendo de una u otra manera a la
contaminación y al deterioro medioambiental.
El perfil medioambiental de cada empresa estará condicionado por los riesgos
aparentes asociados con sus actividades en la generación de P/S: la edad, historia y
estado de la planta; la capacidad de respuesta de la cultura de la empresa al cambio; el
marco jurídico en el cual la empresa opera y muchos otros factores. Sin embargo, se ha
podido comprobar que todas las empresas comparten ciertos esquemas y temas a la hora
de responder a cuestiones medioambientales.
La Figura No. 2 resume un esquema de tres etapas que ayuda a caracterizar la
práctica, gestión y rendimiento medioambiental de una empresa.

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
- Soluciones inmediatas y de corto plazo.
- La dirección actúa para evitar costes importantes.
- No existe una declaración sobre objetivos medioambientales.
- El consejo de administración limita su intervención a considerar problemas
fundamentales conocidos o previstos.

GESTIÓN PARA EL CUMPLIMIENTO

- Define actualmente el 80% de las empresas de los EE.UU. y la Unión Europea


- Desarrollan sistemas y habilidades para alcanzar objetivos.
- Coordinan esfuerzos de cumplimiento para evitar el desperdicio de recursos
- Evitan grandes cambios en la forma de hacer la cosas y se centran más en cumplir la
legislación, normas o requisitos del sector, que en los futuros riesgos u oportunidades
medioambientales.
- La alta dirección emite ocasionalmente declaraciones internas sobre los objetivos
medioambientales y el consejo de administración en los objetivos medioambientales y
el consejo de administración en ocasiones escucha informes sobre el rendimiento
medioambiental.

GESTIÓN PARA EL ASEGURAMIENTO

- Gestionan activamente los riesgos y oportunidades medioambientales, de seguridad e higiene


- Su meta es proteger los recursos de la empresa y el medio ambiente, gestionar el riesgo y,
cuando resulte oportuno, lograr ventajas competitivas.
- Tienen políticas y objetivos medioambientales claramente definidos, además de implantar
sistemas de gestión medioambiental que les ayudan a reforzar la responsabilidad de
los mandos para el rendimiento medioambiental.
- Aplican programas de control como las auditorías medioambientales y evalúan
independientemente la efectividad de esos sistemas de gestión.

Figura No. 2 Perfil medioambiental de las empresas

23
De acuerdo con las tres etapas del esquema anterior, es evidente que la última
corresponde a lo que se denominaría la actuación medioambiental más adecuada. Aquí
es conveniente tener en cuenta lo fundamental que resulta el compromiso y
participación activa de la alta dirección en la postura medioambiental de la empresa.
1.3.2.3 Actuación medioambiental
En los actuales momentos, las empresas deben afrontar una competencia cada vez
mayor, avivada por la reducción o supresión de barreras comerciales, la implacable
búsqueda de una mayor eficacia, la mejora de las comunicaciones y el transporte, así
como las crecientes exigencias y la progresiva concienciación de los consumidores.
Además, en los casos en que estos estímulos pueden resultar dañinos para el medio
ambiente, suscitan el debate público.
Así, parece claro que el medio ambiente constituye una de las mayores presiones
actuales a las que está sometida una empresa y por lo tanto, ninguna compañía que se
preocupe por su éxito futuro puede permitirse ignorar el medio ambiente, aunque otras
cuestiones puedan considerarse más relevantes a corto plazo.
Empresas de todo tipo están reconociendo cada vez más la relevancia de una
actuación medioambiental correcta. En la Tabla No. 3 se identifican los beneficios que
se pueden obtener de una adecuada actuación medioambiental, así como de un enfoque
fiable y lógico de las cuestiones medioambientales por parte de una empresa que mira al
futuro y que pretende complacer las expectativas razonables de las partes interesadas.
Tabla No. 3 Beneficios de una actuación medioambiental adecuada

Área Beneficios potenciales

Legal Evita demandas judiciales, multas, costes legales, costes de “limpieza de imagen”
y responsabilidades civiles.

Imagen Mejora la imagen corporativa y el atractivo de la empresa para sus empleados.

Financiera Aumenta la confianza de legisladores, inversores y aseguradoras.

Gestión Permite mantener la conciencia tranquila, así como una mayor coherencia en las
actuaciones y en el empleo del tiempo.

Marketing Refuerzo de las estrategias de diferenciación de productos, obtención de etiquetas


ecológicas, aumento de la cuota de mercado e incremento de los márgenes
comerciales. Puede facilitar ciertas inversiones, mejorar el control de costes y abrir
oportunidades de diversificación y adquisición de otras empresas.
Fuente: Hunt y Johnson, 1996

De la anterior tabla se pueden deducir fácilmente las consecuencias negativas que


puede provocar una actuación medioambiental incorrecta, o un enfoque inadecuado de
las demandas de las partes interesadas. No obstante, la importancia relativa de los
diferentes beneficios —o consecuencias negativas— variará dependiendo de factores

24
como la naturaleza de la empresa, su posicionamiento medioambiental en el mercado, o
las expectativas de las partes interesadas.
Para algunas empresas, las presiones para alcanzar un cumplimiento satisfactorio
de la ley de una manera económicamente eficiente, pueden ser la clave para mantener la
rentabilidad de la empresa. Para otras, esta mayor exigencia medioambiental les
permitirá considerar P/S nuevos como una oportunidad para aumentar su cuota de
mercado y su rentabilidad. En cualquier caso, para la mayoría de las empresas, estos
potenciales beneficios serán considerados como significativos, en mayor o menor grado.
A medida que avanzan los años, tanto las instituciones públicas como las privadas
se vuelven más conscientes de que sus actuaciones medioambientales serán escrutadas
por un gran número de partes interesadas: La Administración Pública, las asociaciones
de vecinos, los demás empresarios, las entidades financieras, los medios de
comunicación, los grupos ecologistas, y, el público en general. En cualquier caso, la
sociedad actual demanda un alto nivel de concienciación medioambiental tanto a las
grandes empresas como a las pequeñas, e incluso está dispuesta a pagar un precio por
ello —directa o indirectamente—, en términos de aumento del coste de los P/S.
Por ahora, sólo en algunos casos contados, los costes a largo plazo de estos
recursos y de la contaminación se han incluido en los costes de explotación de una
instalación o en el precio del producto o servicio final. Sin embargo, cada vez se es más
consciente de que están en juego los intereses de la empresa ya que si aumenta la
demanda de tecnologías y P/S limpios, el mercado ofrecerá oportunidades
especialmente ventajosas para las empresas innovadoras. Está demostrado que cuando
una empresa incluye en su política de gestión consideraciones medioambientales,
obtiene beneficios que se traducen en el ahorro de recursos y energía.
Resumiendo, cada vez es más evidente la necesidad que las empresas dispongan
de instrumentos de gestión medioambiental adecuados, dotados de los recursos
materiales y humanos suficientes, así como de la correspondiente estipulación de
responsabilidades y prácticas encaminadas a la definición y consecución de sus
objetivos medioambientales. Las empresas podrán responder oponiéndose a todas las
leyes de protección medioambiental acatando únicamente lo que es imposible eludir, o
bien, dar a los temas medioambientales una importancia integral con las otras
actividades de gestión de la empresa.
Esta segunda opción, reconoce la conveniencia de integrar la variable
medioambiental en todos los mecanismos de decisión empresarial. Esto supone
anticiparse a todas las exigencias y aprovechar la oportunidad de minimizar los costes
derivados de la gestión de los residuos, ahorrar costes mediante un menor consumo de
recursos, incrementar la calidad y la productividad y conseguir la total aceptación
política y social de la actividad desarrollada.

25
1.3.3 Público en general
Nos encontramos ante una sociedad de consumo avanzada y creciente, en la que
se incrementan simultáneamente tanto la importancia y el alcance global, como la
sensibilización social por los problemas medioambientales. Sin embargo, el crecimiento
de dicha sensibilidad, no significa necesariamente un incremento del nivel de
información veraz y de educación ambiental y mucho menos, del grado de participación
ciudadana en la toma de decisiones al respecto.
Como se recoge de la Agenda 21, uno de los requisitos fundamentales para
alcanzar el desarrollo sostenible es la amplia participación de la opinión pública en la
adopción de decisiones [UNCED, 1992], por lo que en el contexto concreto de la
gestión medioambiental se hace evidente la necesidad de emplear nuevas formas de
participación.
Todos y cada uno de los ciudadanos desempeñan papeles determinantes en la
gestión medioambiental. Según Conesa Fernández, estos pueden ser resumidos así:
− El de generadores directos de contaminación y residuos.
− El de personas preocupadas por la calidad del medio ambiente, la salud y la
calidad de vida de las generaciones futuras y, el de ciudadanos responsables con
capacidad para influir en las políticas y decisiones.
− El de consumidores/usuarios de bienes y servicios, puesto que las causas y las
soluciones de los problemas medioambientales dependen a menudo de la
elección del consumidor [Conesa Fernández, 1995].
Para que los ciudadanos puedan desempeñar plenamente su papel en la práctica,
tienen que disponer de un libre acceso a la información y, por supuesto, de los canales y
medios apropiados que les permitan una participación activa en los procesos de
decisión.
Resumiendo todo lo anteriormente analizado y descrito en este capítulo, se puede
decir que la problemática medioambiental y específicamente la de gestión
medioambiental, implica y necesita dos tipos de cambio social: en primer lugar, un
cambio en las prioridades políticas e institucionales, es decir, en la relativa importancia
atribuida a los temas que conciernen a la gente y, en segundo lugar, un cambio en las
perspectivas sociales, es decir, en el modo en que la gente ve el medio ambiente en
relación con sus intereses y valores.
Por tal motivo, la tarea a seguir, será la búsqueda de un enfoque más amplio para
la gestión medioambiental. Este nuevo enfoque deberá permitir abordar de manera
integral, todos y cada uno de los elementos mencionados, es decir, el medio ambiente
como objeto de gestión medioambiental y las organizaciones sociales como sujetos o
agentes de la misma, como se intentará describir en el capítulo siguiente.

26
2. HACIA UNA GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL
SOSTENIBLE

De acuerdo con lo analizado y descrito en el capítulo anterior, es necesaria la


búsqueda de un enfoque más amplio para la gestión medioambiental, que permita
abordar de manera integral, el medio ambiente como objeto de gestión medioambiental
y las organizaciones sociales como sujetos o agentes de la misma.
El presente capítulo tiene como propósito fundamental, revisar y estudiar aquellos
aspectos que de una u otra manera estarían involucrados en la búsqueda de dicho
enfoque y así, poder disponer de la suficiente fundamentación teórica que permita la
formulación de una hipótesis válida de estudio.
Para lograrlo, se parte de la premisa planteada por Scott en su libro “Organization
Theory: An Overview and an Appraisal” donde dice que,
“...el único modo significativo de estudiar la organización es estudiarla como un
sistema de variables mutuamente dependientes...” [Scott, 1963].
En este sentido, es claro que para lograr una optimización de la gestión
medioambiental, un enfoque sistémico sería el correcto. Esto nos lleva inevitablemente
a una discusión de la “teoría general de los sistemas” y al estudio de sus posibilidades
de aplicación en la concepción misma del medio ambiente, como en la comprensión de
las organizaciones sociales, como se verá a continuación.
2.1 Enfoque sistémico y la teoría general de los sistemas (TGS)
Actualmente es axiomática la existencia de una interrelación entre todos y cada
uno de los elementos y constituyentes del mundo actual. Los factores esenciales en los
problemas, puntos, políticas y programas públicos deben ser siempre considerados y
evaluados como componentes interdependientes de un sistema total. De uno u otro
modo estamos forzados a vérnoslas con complejidades, con “totalidades” o “sistemas”,
en todos los campos del conocimiento.
Lo anterior implica una fundamental reorientación y cambio en las categorías
básicas del pensamiento en todos los campos del quehacer humano, no limitado
exclusivamente al campo científico, industrial o militar, sino complementariamente a
los campos social, político, económico, medioambiental, donde las complejidades de la
tecnología moderna no pasan de ser una manifestación, acaso ni la más importante.
La palabra “sistema” tiene muchos significados, denotando en todo caso, el
conjunto de principios, reglas, y/o cosas que ordenadamente relacionadas entre sí
contribuyen a determinado objetivo. El concepto de “sistema” ha invadido todos los
campos de la ciencia y penetrado en el pensamiento y el habla populares y en los
medios de comunicación de masas. Actualmente, el razonamiento en términos de
sistemas desempeña un papel dominante en muy variados ámbitos, desde las empresas
industriales y los armamentos hasta en los temas reservados a la ciencia pura y a la

27
política: Es muy común que se pida la aplicación de un “enfoque sistémico” a
problemas apremiantes, tales como la contaminación medioambiental, la congestión del
tráfico, el planeamiento de ciudades, la delincuencia juvenil y el crimen organizado, etc.
El “enfoque sistémico” se caracteriza por la realización de una serie o conjunto de
actividades o subprocesos que, en un orden predeterminado están orientados al logro de
un objetivo específico. La base del enfoque sistémico lo constituye un proceso dinámico
que sigue el ciclo de planificación, ejecución y control. Constituye el meollo de una
tecnología y tecnocracia nuevas, y quienes la ejercen son los “nuevos utopistas” de
nuestro tiempo.
No es propósito del presente ítem constituirse en un tratado de la teoría general de
los sistemas. Se pretende solamente revisar e introducir un poco en los conceptos y
principios básicos en que se fundamenta, su desarrollo y sus posibilidades como soporte
conceptual y herramienta de apoyo en el desarrollo del enfoque sistémico para la
gestión medioambiental.
2.1.1 Desarrollo histórico de la TGS
El término “sistema” ha sido utilizado desde tiempos inmemoriales. Sin embargo,
el concepto y enfoque de sistemas no fue evidente sino hasta principios del presente
siglo, debido fundamentalmente a los importantes aportes del eminente biólogo
austríaco Ludwing Von Bertalanffy, a raíz de la controversia presentada en la biología
entre mecanicismo y vitalismo, quien al respecto manifestó:
De acuerdo con el punto de vista mecanicista, nacido de la física clásica del siglo
XIX, el juego sin concierto de los átomos, regidos por leyes inexorables de la
causalidad, generaba todos los fenómenos del mundo, inanimado, viviente y mental.
No quedaba lugar para ninguna direccionalidad ni orden y por lo tanto, el mundo de
los organismos aparecía como producto del azar, amasado por el juego sin sentido de
mutaciones azarosas y el mundo mental como un fenómeno curioso y bastante
inconsecuente de los acontecimientos materiales. El vitalismo por su parte, era la
doctrina de que los fenómenos vitales son inexplicables en términos de ciencia
natural. Se tenían explicables sólo merced a la acción de factores animoides o
enteléquicos, —duendecillos, dan ganas de decir—, que acechaban en la célula o el
organismo; lo cual evidentemente era, ni más ni menos, una declaración en quiebra
de la ciencia [Bertalanffy, 1950].
Lo anterior llevó a los biólogos al planteamiento de un punto de vista
organísmico, es decir, la consideración de que los organismos vivos son cosas
organizadas, lo que orientó la realización de innumerables estudios sobre el
metabolismo, el crecimiento y la biofísica del organismo. Un paso en tal dirección fue
la llamada “teoría de los sistemas abiertos y los estados uniformes” [Bertalanffy,
1950a].
Esta condujo a una generalización mayor aun, que supuso la introducción de
nuevos modelos conceptuales, aplicables a sistemas generalizados o a sus subclases, sin
importar su particular género, la naturaleza de sus elementos componentes, ni de las
relaciones o fuerzas que los gobiernen.

28
Los modelos implantados con tal propósito tienen naturaleza interdisciplinaria y
por lo tanto trascienden los compartimientos ordinarios de la ciencia y son aplicables a
fenómenos en diferentes campos. Por este motivo pareció legítimo pedir una teoría no
ya de sistemas de clase más o menos especial, sino de principios universales aplicables
a los sistemas en general.
De ahí, nace la nueva disciplina llamada Teoría General de los Sistemas (TGS),
cuyo tema es la formulación y derivación de aquellos principios que son válidos para
los “sistemas” en general y con la cual alcanzamos un nivel en el que ya no hablamos
de entidades físicas y químicas sino que discutimos totalidades de naturaleza
completamente general.
La TGS fue presentada por primera vez, por Bertalanffy en 1937 en un seminario
filosófico en la Universidad de Chicago, pero es sólo a partir de 1945 cuando
aparecieron sus primeras publicaciones específicas sobre el tema3.
A manera de resumen, se puede decir que los motivos que condujeron a la
postulación de la TGS se originaron con la inclusión de las ciencias biológicas, del
comportamiento y sociales en la tecnología moderna. Esto exigió la generalización de
conceptos científicos básicos e implicó nuevas categorías del pensamiento científico, en
comparación con las de la física tradicional.
Por todo esto, la TGS es una ciencia general de la “totalidad”, es decir, problemas
de organización, fenómenos no descomponibles en acontecimientos locales,
interacciones dinámicas manifiestas en la diferencia de conducta de partes aisladas o en
una configuración superior, etc., en una palabra, “sistemas”, de varios órdenes, no
comprensibles por investigación de sus respectivas partes aisladas.
2.1.2 Sistemas cerrados y sistemas abiertos
La física ordinaria sólo se ha ocupado de sistemas cerrados, es decir, de sistemas
que se consideran aislados del medio circundante y por lo tanto no exhiben entrada ni
salida de materia. La fisicoquímica habla de las reacciones, de sus velocidades, y de los
equilibrios químicos que acaban por establecerse en un recipiente cerrado donde se
mezclan cierto número de sustancias reaccionantes. La termodinámica declara
expresamente que sus leyes sólo se aplican a sistemas cerrados. En particular, el
segundo principio de la termodinámica afirma que, en un sistema cerrado, cierta
magnitud, la entropía4, debe aumentar hasta el máximo, y el proceso acabará por
detenerse en un estado de equilibrio.

3
- “The Theory of Open System in Physics and Biology”. Science 111, New York, 1950.
- “An Outline of General System Theory”. British Journal of Philosophy of Science 1, 1950.
- “General Systems Theory”. Mains Currents in Modern Thought, 11, New York, 1955.
4
De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española, la entropía puede ser definida en varios
sentidos figurados, así: En física, es una función termodinámica que mide la parte de la energía no
utilizable contenida en un sistema. En mecánica, es una medida del desorden de un sistema.

29
No fue sino hasta años recientes cuando hemos presenciado una expansión de la
física orientada a la inclusión de sistemas abiertos, definidos como:
“...aquellos que intercambian materia y energía con el medio circundante y que
exhiben importación y exportación, constitución y degradación de sus componentes
materiales...” [Bertalanffy, 1950a].
Su desarrollo deriva de dos fuentes: primero, la biofísica del organismo vivo y,
segundo, los adelantos de la química industrial que, a más de reacciones en recipientes
cerrados o “procesos por lotes”, recurre cada vez más a sistemas de reacción continua, a
causa de su mayor eficiencia y de otras ventajas.
La teoría termodinámica de los sistemas abiertos es la llamada termodinámica
irreversible y llegó a ser una importante generalización de la teoría física gracias a los
trabajos de Meixner, Onsanger, Prigigone y otros [Bertalanffy, 1950a].
El mejor ejemplo quizá, de sistema abierto son los organismos vivos, los cuales
importan complejas moléculas ricas en energía libre y así, manteniéndose en estado
uniforme, logran evitar el aumento de entropía, pudiendo desarrollarse hacia estados de
orden y organización crecientes.
La teoría de los sistemas abiertos ha conducido a nuevos principios y
discernimientos, tales como el principio de equifinalidad, la generalización del segundo
principio de la termodinámica, el posible incremento de orden en sistemas abiertos, la
manifestación de fenómenos periódicos por exceso o falso inicio, etc.
Algunas características que contrastan las diferencias entre los sistemas cerrados y
los sistemas abiertos pueden ser resumidas a partir de dos conceptos básicos: Por un
lado, el principio de equifinalidad y por otro, la generalización del segundo principio de
la termodinámica, los cuales pueden ser explicados de la siguiente manera.
Con respecto al principio de equifinalidad, de acuerdo con la termodinámica
clásica, en un sistema cerrado el estado final está inequívocamente determinado por las
condiciones iniciales. Si se alteran las condiciones iniciales o el proceso, el estado final
cambiará también. No obstante, con relación a los sistemas abiertos, Bertalanffy define
el principio de equifinalidad diciendo que,
“...en cualquier sistema abierto, puede alcanzarse el mismo estado final partiendo de
diferentes condiciones iniciales y por diferentes caminos. A esto se le llama
equifinalidad y tiene significación para los fenómenos de la regulación biológica...”
[Bertalanffy, 1950a].
Con respecto a la generalización del segundo principio de la termodinámica, de
acuerdo con dicho principio, un sistema cerrado debe a fin de cuentas alcanzar un
estado de equilibrio independiente del tiempo, definido por máxima entropía y mínima
energía libre, es decir, un estado de creciente probabilidad y orden decreciente. No
obstante, con relación a los sistemas abiertos, Bertalanffy manifiesta que,
“...los sistemas abiertos se aproximan a un estado independiente del tiempo, llamado
estado uniforme, el cual es mantenido separado del estado de equilibrio verdadero y
está en condiciones de realizar trabajo...” [Bertalanffy, 1950a].

30
Tal es el caso de los sistemas vivos, los cuales permanecen constantes en
composición, pese a continuos procesos irreversibles, importación y exportación,
constitución y degradación. En otras palabras, los sistemas vivos se mantienen en un
estado de alto orden e improbabilidad, o incluso evolucionan hacia una diferenciación y
organización crecientes, como ocurre en el desarrollo y la evolución organísmicos.
Además, ante esta nueva concepción del equilibrio en sistemas abiertos, es decir, el
estado uniforme, éste exhibe notables características de regulación, evidentes en
particular por el lado de la equifinalidad, cosa imposible en un sistema cerrado.
De este modo, sobre la base de la teoría de los sistemas abiertos, el aparente
contraste entre la naturaleza inanimada y la animada, entre entropía y evolución,
desaparece. Esto fue explicado por Bertalanffy, apoyado en la función entrópica
expandida de Prigogine, que puede ser descrita de la siguiente manera:
En un sistema cerrado la entropía siempre aumenta de acuerdo con la ecuación:
dS ≥ 0
En contraste, en un sistema abierto, el cambio total en la entropía puede escribirse:
dS = deS + diS
donde:
deS: es la producción de entropía debida a procesos irreversibles en el sistema, tales
como reacciones químicas, difusión, transporte de calor, etc., y es siempre positivo, de
acuerdo con el segundo principio y,
diS: denota el transporte entrópico, es decir, el cambio de entropía por importación y
puede ser positivo y/o negativo [Prigogine, 1947].
De acuerdo con lo anterior, Bertalanffy explica que el segundo caso —transporte
entrópico— se da, por ejemplo, por importación de materia portadora potencial de
energía libre o “entropía negativa”, constituyendo la base de la propensión
neguentrópica de los sistemas organísmicos, y de la conocida afirmación de que “el
organismo se alimenta de entropía negativa” [Bertalanffy, 1950b].
Como se ve, los sistemas abiertos, comparados con los sistemas cerrados
acostumbrados, exhiben características que parecen contradecir las leyes físicas usuales,
y que a menudo se consideraron características vitalistas de la vida; violaciones de leyes
físicas, sólo explicables introduciendo factores animoides o enteléquicos en el acontecer
orgánico. Sin embargo, las aparentes contradicciones desaparecen gracias a la
expansión y generalización de la teoría física a los sistemas abiertos, en los cuales es
posible el aumento de orden y la disminución de entropía.
2.1.3 Conceptos básicos en la TGS
Existen varios conceptos básicos en la TGS que es necesario tener en cuenta,
como son la información, la retroalimentación, el isomorfismo y la estabilidad, los
cuales se describen brevemente a continuación:

31
2.1.3.1 Información
Constituye una importante característica vinculada de cerca a la teoría de los
sistemas abiertos y en particular de los organismos vivos. Según Bertalanffy, la
información, no es expresable en general, en términos de energía sino en términos de
decisiones y, si como ya sabemos, la entropía es una medida del desorden, la
información será una medida del orden o de la organización, por lo que se denomina
como entropía negativa ó neguentropía [Bertalanffy, 1968]. De esta manera, en un
sistema abierto es termodinámicamente posible el aumento de orden y la disminución
de la entropía.
2.1.3.2 Retroalimentación
Los dispositivos de retroalimentación se emplean mucho en la tecnología
moderna para estabilizar determinada acción, como en los termostatos o los receptores
de radio, o la dirección de acciones hacia determinada meta: las desviaciones se
retroalimentan, como información, hasta que se alcanza la meta o el blanco, como es el
caso de los servomecanismos. De manera similar, hay un gran número de fenómenos en
los organismos vivos que corresponden al modelo de retroalimentación.
Una parte importante de éstos lo representa la homeostasia, es decir, los procesos
merced a los cuales se mantiene constante la situación material y energética del
organismo [Bertalanffy, 1950a]. Así, un sistema abierto consigue tender “activamente”
hacia estado de mayor organización, es decir, pasar de un estado de orden inferior a otro
de orden superior, merced a “aprendizaje”, o sea, a la información administrada al
sistema mediante su mecanismo de retroalimentación.
2.1.3.3 Isomorfismo
Otra característica que presentan frecuentemente los sistemas es el concepto de
isomorfismo. Según Bertalanffy,
“...como consecuencia de la existencia de propiedades generales de los sistemas,
aparecen similaridades estructurales o isomorfismos en diferentes campos...”
[Bertalanffy, 1968].
Por tomar un ejemplo muy sencillo, se puede aplicar una ley exponencial de
crecimiento a ciertas células bacterianas, a poblaciones de bacterias, de animales o de
humanos, y al progreso de la investigación científica medida por el número de
publicaciones de genética o de ciencia en general. Las entidades en cuestión, bacterias,
animales, gente, libros, etc., son completamente diferentes, sin embargo, la ley
matemática es la misma.
Hay correspondencias entre los principios que rigen el comportamiento de
entidades que son intrínsecamente muy distintas, y se debe, a que las entidades
consideradas pueden verse, en ciertos aspectos, como “sistemas” o sea, complejos de
elementos en interacción.

32
2.1.3.4 Estabilidad
Otra noción central en los sistemas, es el concepto de estabilidad, es decir, la
respuesta de un sistema a la perturbación [Bertalanffy, 1968]. El concepto de estabilidad
procede de la mecánica (un cuerpo rígido se halla en equilibrio estable si retorna a la
posición original después de un desplazamiento suficientemente pequeño y un
movimiento es estable si es insensible a perturbaciones leves) y es generalizado a los
“movimientos” de las variables de estado en un sistema u organización.
Aquí es importante el concepto de control, entendido éste como la transformación
de un sistema no estable en uno que sí lo sea, incorporando un movimiento
contrarrestante que controla al sistema apartado del estado estable.
Sin desmérito a su importancia, existen varias objeciones a las cuales ha tenido
que enfrentar la TGS, entre las cuales vale citar:
Por un lado, aquella que pretende que la TGS carece de valor explicativo. Por
ejemplo, la economía teórica es un sistema altamente adelantado que suministra
complicados modelos para los procesos en cuestión. Sin embargo, por regla general los
profesores de economía no son millonarios. Dicho de otra manera, saben explicar bien
los fenómenos económicos “en principio”, pero no llegan a predecir fluctuaciones de la
bolsa con respecto a determinadas participaciones o fechas. Lo anterior llevó a
Bertalanffy a considerar que
“...hay grados de explicación científica y que en campos complejos y teóricamente
poco desarrollados tenemos que conformarnos con la explicación en principio...”
[Bertalanffy, 1968].
Con todo, es evidente que una explicación en principio es mejor que la falta de
explicación.
Por otro lado, aquella objeción relacionada con la delimitación de la TGS, ya que
de buenas a primeras, da la impresión de que la definición de sistemas “como conjunto
de elementos en interacción” fuera tan general y vaga que no hubiera gran cosa que
aprender de ella, pero en realidad no es así. Por ejemplo, podrían definirse sistemas
merced a ciertas familias de ecuaciones diferenciales, y sí, como es costumbre en el
razonamiento matemático, se introducen condiciones más específicas, aparecerán
muchas propiedades importantes de los sistemas en general.
El enfoque matemático adoptado en la TGS no es el único posible ni el más
general. Hay otra serie de enfoques modernos afines, tales como la teoría de la
información, la cibernética, las teorías de los juegos, la decisión y las redes, los modelos
estocásticos, la investigación operacional.
Sin embargo, el hecho de que las ecuaciones diferenciales cubran vastas áreas en
las ciencias clásicas, las hace vía apropiada de acceso al estudio de los sistemas
generalizados.

33
2.2 TGS y el concepto amplio del medio ambiente
La consideración de los organismos vivos como el mejor ejemplo en la teoría de
los sistemas abiertos, es rebasada ampliamente con la TGS, la cual logra una
generalización aun mayor, al sistematizar el paralelismo de principios cognoscitivos
generales, en diferentes campos de la actividad científica y social del hombre.
Con esta generalización se ha podido relacionar tanto a los sistemas biofísicos
como a las organizaciones sociales, en busca de una integración interdisciplinaria de
carácter rigurosamente científico. Si se plantea esto y se define bien el sistema, se
hallará que existen modelos, principios y leyes que se aplican a sistemas generalizados,
sin importar su particular género, elementos y “fuerzas” participantes.
Todo esto tendría que ver con la integración de dos nuevos axiomas en el mundo
moderno: por un lado, las interdependencias del mundo viviente y, por otro lado, la
congruencia de los conceptos Tierra-Mundo. El desarrollo conceptual de estos dos
axiomas permitirá comprender con más claridad la moderna concepción global e
integral del medio ambiente.
2.2.1 Interdependencias del mundo viviente
La interconexión del mundo viviente con la Tierra ha sido reconocida de forma
intuitiva durante mucho tiempo, pero hasta el siglo XX no llegó a ser de uso general una
terminología estándar para designar esas interconexiones específicas y sistemáticas del
mundo natural. Un poco de revisión histórica nos permitirá entenderlo más claramente.
La mayor preocupación de la ciencia biológica del siglo XVIII y gran parte del
XIX estuvo orientada al descubrimiento de las interdependencias del mundo viviente,
mediante la taxonomía y luego, a partir del siglo XX mediante la sistemática, con las
cuales los organismos comprendidos han sido clasificados, localizados y descritos,
aunque esta tarea dista mucho de estar completa.
En el siglo XIX se descubrió que la distribución espacial de las plantas y de los
animales no era fortuita ni estática, sino que estaba relacionada a parámetros biológicos
como la competencia, la simbiosis y la preferencia alimentaria y territorial.
De igual manera, gracias a los importantes aportes realizados en 1859 por el
biólogo británico Charles Darwin en su obra “Origen de las especies mediante selección
natural”, se fue entendiendo el mecanismo teórico de la evolución de las especies, al
manifestar que,
“...en cualquier momento dado, la red de interdependencias del mundo viviente es un
estado de equilibrio aproximado, aunque dinámico y por lo tanto, sujeto a cambios
mediante fuerzas que actúan no sólo en el entorno físico externo de los organismos,
sino mediante cambios genéticos en los propios organismos...” [Darwin, 1985].
En 1867, Ernst Haeckel propuso la palabra ecología para designar “el estudio de
los sistemas vivientes en relación con su entorno”.
Con el transcurso del tiempo, el término ecología ha adquirido significados
populares y filosóficos que van más allá de las precisas definiciones científicas. Sin

34
embargo, la interconexión de las cosas en el tiempo era comprendida con menor
facilidad que su interconexión en el espacio. Tal es el caso de la teoría de la evolución
de Darwin, la cual se enfrentaba con intervalos de tiempo mucho mayores que las
experiencias de cualquier individuo humano y más allá de la comprensión de la
mayoría.
Lo anterior obligó a un cambio en la concepción y el significado del tiempo en
temas humanos, labor propiciada en parte por el trabajo del científico Albert Einstein
explorando la relatividad del tiempo y el espacio. De esta forma, el conocimiento de la
humanidad sobre la interrelación de los seres vivos con la naturaleza fue creciendo,
gracias a las sucesivas aportaciones de conocimientos científicos.
Tales aportaciones tienen especial significación a partir del trabajo de V.I.
Vernadsky (1863-1945), minerólogo ruso y precursor de la bioquímica moderna, quien
tras la publicación de su libro “Biosphere” en 1929, definió la biosfera como,
“...el área o el campo de la vida; una región donde las condiciones imperantes son
tales que la entrada de radiación solar puede producir los cambios geoquímicos
necesarios para que se origine la vida y que comprende la troposfera atmosférica, la
hidrosfera u océanos y las capas superiores de la litosfera...” [Vernadsky, 1929].
Sólo hasta 1935, apareció el término ecosistema cuando A. G. Tansley lo usara en
un ensayo publicado en la revista Ecología, significando,
“...un sistema definible o limitado de interrelaciones físicas y biológicas dinámicas y
complejas que varían enormemente de tamaño y de complejidad, de lo diminuto o
simple a lo grande y complejo...” [Tansley, 1935].
Posteriormente en 1945, Vernadsky desarrolló el concepto de la noosfera,
declarando que,
“...la noosfera, —o terreno del pensamiento—, es un fenómeno geológico nuevo en
nuestro planeta, donde el hombre se convierte en una fuerza geológica de cambio a
gran escala...” [Vernasky, 1945],
Los conceptos de biosfera y noosfera constituyen lo que se conoce como la
“síntesis biosfera-noosfera”, es decir, el problema de la interdependencia del mundo
viviente visto en términos políticos, donde se reconoce la enorme influencia y por lo
tanto, responsabilidad del hombre en el mantenimiento del equilibrio natural.
2.2.2 Congruencia Tierra y Mundo
La identificación de la Tierra, separada del Mundo del hombre, pero indispensable
para él, ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad.
Con la publicación por J. E. Lovelock de su libro “Gaia, Una nueva visión de la
vida sobre la Tierra” en 1979, se dio paso a una nueva concepción de la biosfera dentro
de una nueva síntesis unificadora y dinámica del planeta. En dicho libro el autor
desarrolló la propuesta de que:
“...la biosfera es una entidad que se autorregula con capacidad de mantener nuestro
planeta sano, controlando el medio ambiente químico y físico...” [Lovelock, 1979].

35
Dicha propuesta, conocida como la Hipótesis Gaia, constituye una progresión
lógica de la síntesis biosfera-noosfera de Vernasky y proporciona una interpretación
unificadora de las relaciones entre los aspectos inanimados y animados de la Tierra.
Esta nueva interpretación unificadora conduce necesariamente a una congruencia
de los conceptos de la Tierra, como creación del cosmos y del Mundo, como creación
del hombre.
Esto puede ser explicado más fácilmente si se analiza el significado dado a dichos
términos: comúnmente, la Tierra se ha definido como,
“...una entidad física, en términos de su topografía y naturaleza espacial; si se adopta
una visión integrada más amplia incluye, además, los recursos naturales —renovables
y no-renovables— contenidos en ella...” [Caldwell, 1993].
El Mundo, por su parte, se ha definido como,
“...un artefacto conceptual de la experiencia y la información humanas y sus límites
han ido creciendo con el desarrollo de las civilizaciones...” [Caldwell, 1993].
La diferencia entre las dos definiciones es simple y debería ser aparente, pero no
es así, y cuando las palabras se utilizan de forma intercambiable sin tener en cuenta su
diferencia, hay riesgo de confundir su significado.
La Tierra es un recurso finito y los recursos naturales que sustenta pueden variar
con el tiempo y según las condiciones de su ordenación y los usos que se les den. Por
todos es conocido que las crecientes necesidades humanas y el aumento de las
actividades económicas ejercen una presión cada vez mayor sobre los recursos
naturales, suscitando la competencia y los conflictos y llevando por supuesto, a un uso
impropio de los mismos.
El Mundo ha sido considerado como esa parte de la Tierra que algunas sociedades
concretas conocían, pero en definitiva era sólo esa parte. Así, el Mundo era el dominio
de los humanos y cuando se utilizó el término para incluir toda la Tierra como en los
términos “el mundo de la naturaleza” o “el mundo natural”, el dominio humano estaba
implícito.
De esta manera, aunque Tierra y Mundo pueden ser conceptos separables, con los
tiempos modernos, ha ocurrido un cambio significativo en la perspectiva del modo en
que la gente ve y evalúa su relación con su entorno5, hasta el punto de ver la especie
humana como un componente en el interior de los sistemas vivos de la Tierra.
Ahora que nuestra percepción de la relación del Mundo con la Tierra está
cambiando tan profundamente, es necesario abrir los ojos a este cambio y conocer sus
implicaciones ya que aunque, Tierra y Mundo se han vuelto físicamente congruentes,
aún no son universales y conceptualmente idénticos.

5
Las imágenes simbólicas han sido importantes en este cambio, y una de ellas ha sido el efecto
psicológico de la visión de la Tierra desde el espacio exterior, que constituye quizás el más
significativo impacto del Programa Apolo de los Estados Unidos, al cambiar la imagen mental que
el hombre tenía de la Tierra [Gore, 1993]

36
En otras palabras, Tierra y Mundo deben ser considerados congruentes con los
planes y las esperanzas humanas.
2.2.3 Concepto amplio del medio ambiente
En el uso corriente de la expresión “medio ambiente”, a menudo los objetos
tratados no son especificados ni asumidos y parecería implícito que la humanidad es el
objeto abordado, sin embargo, según Caldwell,
“...desde algunas perspectivas de la ciencia, los objetos que constituyen centro del
interés medioambiental no son siempre los humanos y el término medio ambiente se
aplica de forma directa a las propiedades, características o actividades de entidades
o fenómenos específicos, sin mucho reconocimiento a las relaciones interactivas que
les dan importancia medioambiental y en este caso, la palabra “medio” sería el
término más adecuado para designar estas entidades...” [Caldwell, 1993].
La atmósfera, por ejemplo, puede ser vista como una parte principal del entorno
de los océanos. Otro ejemplo lo constituye una gran parte de la literatura sobre la
ecología, la cual de por sí, no trata las relaciones humano-medioambientales.
Este enfoque selectivo a veces puede ser consecuente con la investigación
científica e incluso necesario, pero allí donde los comportamientos humanos, las
actitudes, los valores y las instituciones son factores relevantes, el alcance de la
investigación debe ser ampliado para tener totalmente en cuenta al hombre en sus
conexiones medioambientales.
También es común que el medio ambiente sea entendido, según lo plantea Conesa
Fernández, como:
− Fuente de recursos naturales, ya que del medio ambiente se logra el
abastecimiento de materias primas y energía, fundamentales para su desarrollo.
− Soporte de actividades, puesto que sobre el medio ambiente se desarrollan una
gran cantidad de actividades, para las cuales, cada territorio, cada ecosistema y
cada sistema sociocultural presenta una diferente y determinada capacidad de
acogida.
− Receptor de efluentes (emisiones, vertidos, residuos de todo tipo), puesto que
presenta una relativa capacidad de asimilación natural [Conesa Fernández,
1995].
Aunque la anterior definición contempla algunos elementos típicamente
antropogénicos, es bastante común la tendencia general de identificar el medio ambiente
con cosas, incluyendo fuerzas.
De acuerdo con Margalef, el medio ambiente es definido como,
“...el entorno vital, es decir, el conjunto de elementos físico-naturales, estéticos,
culturales, sociales y económicos que interaccionan con el individuo y con la
comunidad en que vive...” [Margalef, 1974].
Lo anterior denota claramente, que el concepto de medio ambiente implica
directamente e íntimamente al hombre, ya que se concibe, no solo como aquello que
rodea al hombre en el ámbito espacial, sino que, además, incluye el factor tiempo, es
decir, el uso que de ese espacio hace la humanidad, referido a la herencia cultural e
histórica.

37
Lo que realmente el término significa son relaciones, es decir, el significado
fundamental de medio ambiente es relativista puesto que indica una relación entre un
objeto concreto y todo lo que le rodea y que directa o indirectamente le afecta.
Por lo anterior, la ciencia sobre el medio ambiente tiende a tener un carácter
multidisciplinario y a ser una empresa colaboradora más que singular. Las relaciones
medioambientales se pueden, por supuesto, investigar en una gran variedad de niveles,
desde el subatómico hasta el cósmico, pero el enfoque principal de la ciencia sobre el
medio ambiente en este trabajo de investigación consiste en las relaciones entre los
humanos, principalmente sus organizaciones y los sistemas biogeológicos en los que
viven.
Resumiendo, el medio ambiente no debería ser considerado como un sector más,
en el cual se incorpora la formación de políticas, planes y proyectos a través de un
conjunto de variables a las que pueda calificarse de medioambientales, sino que, al
tenor de lo planteado por Caldwell, en la ideología medioambiental debe subyacer un
enfoque sistémico que se caracterice por:
− Visión de conjunto y por ello, concepción del medio ambiente como un conjunto
de elementos en interacción dinámica entre los efectos de las intervenciones y las
decisiones que se adopten.
− El uso de criterios racionales de sostenibilidad que permitan garantizar en el
tiempo y el espacio, el aprovechamiento continuo de los recursos naturales como
la protección del medio ambiente.
− Tratamiento multi-pluridisciplinario, como corresponde a esa visión de conjunto
[Caldwell, 1993].
De esta forma, la reconciliación definitiva de la humanidad con la naturaleza y la
consecución de un desarrollo sostenible en el interior de la biosfera sería una realidad a
más corto plazo. El desarrollo sostenible en sí mismo, exige la búsqueda presente y
constante de respuestas, que permitan pronosticar la adaptación de las formas de vida de
los seres humanos para conservar los sistemas naturales de los que depende su futuro y
el mundo viviente. Así, los humanos nos constituimos en sujeto/objeto de la gestión
medioambiental y por lo tanto de su actuación como sujeto dependerá su sostenibilidad
como objeto.
La opción más prometedora consiste en aumentar, refinar y extender la
comprensión pública de los problemas del medio ambiente y de su importancia, que
permitan, a partir de la concepción global e integral del medio ambiente, definir los
objetivos y estrategias comunes para su protección. Esto sería posible a partir de la
armonización de una política medioambiental global, generada a partir de los principios
concertados para el desarrollo sostenible, como se intentará explicar a continuación.
2.3 TGS y la política medioambiental global
No se ha intentado ni previsto que aparezca una política planetaria para el medio
ambiente y por el contrario, su aparición ha sido imprevista, hasta el punto que en las

38
últimas décadas, la preocupación social por las relaciones con el medio ambiente ha
tomado carácter de “movimiento político”.
El sistema de las Naciones Unidas ha sido el principal foro para la nueva ley y las
nuevas instituciones sobre el medio ambiente internacionales. Detrás de esta acción
intergubernamental ha estado la fuerza impelente del movimiento medioambiental
mundial. Esta fuerza ha permitido incluir el problema macro de las relaciones entre la
Humanidad y la Tierra, en la agenda de la mayoría de las naciones del mundo.
Desde un punto de vista más pragmático, el remedio se ha buscado en la
adaptación e innovación progresiva de acuerdos institucionales, que de manera flexible
y abierta pretende abarcar la actual diversidad de naciones preparadas para tratar los
problemas relativos al medio ambiente y al desarrollo, que las introduzca
progresivamente en un sistema transnacional mundial para objetivos críticos concretos.
Tal es el caso de la estrategia del Desarrollo Sostenible, la cual está íntimamente
ligada a la protección medioambiental y, con una gran influencia en la generación de
una política medioambiental global. Todo esto ha venido quedando plasmado en una
gran cantidad de informes, conferencias, tratados, programas y demás actos
documentales de tal relevancia en materia de medio ambiente que actualmente
constituyen todo un auténtico cuerpo doctrinal.
Por su importancia para el presente trabajo, a continuación se describe cómo ha
sido la génesis de la política medioambiental y seguidamente, se analiza el concepto de
Desarrollo Sostenible y su conjunción con el concepto amplio de Medio Ambiente. Esto
permitirá ayudar a comprender el planteamiento de la necesidad de una política
medioambiental de carácter global, como reconocimiento de una problemática
medioambiental de carácter igualmente global.
2.3.1 Génesis de la política medioambiental
El aumento de la conciencia sobre la necesidad de proteger el medio ambiente,
traducido en términos de una política medioambiental, no ha sido provocado por ningún
factor aislado. Por el contrario, en palabras de Caldwell,
“...en dicho aumento de conciencia han intervenido la conjunción de diversos factores
tales como: los cada vez más evidentes problemas cotidianos de deterioro
medioambiental; el aumento de la participación ciudadana a través de los
movimientos medioambientalistas, favorecidos a su vez, por los medios de
comunicación; la incidencia de los desarrollos científicos en el conocimiento de la
naturaleza y sus recursos...” [Caldwell, 1993].
Estos factores, entre otros, han conmovido los cimientos del poder con tal alcance,
que ha dado como resultado la incorporación paulatina de esta corriente de ideas en la
clase política y su posterior adopción parcial o total según cada Estado. Así, se puede
decir, que la política medioambiental no se define en sí misma, sino que constituye una
interrelación directa entre el movimiento medioambiental y la ciencia, describiendo la
línea de conducta emprendida o manifestada, por gobiernos, grupos o individuos.

39
No obstante, la relación del movimiento medioambientalista con la ciencia y la
política estatal es compleja, a veces paradójica y en general, escasamente comprendida,
y, aunque no es objetivo del presente trabajo entrar a considerar con detenimiento los
diferentes aspectos que en dicha relación intervienen, si es conveniente al menos,
describir someramente algunas características relevantes en ellos. De acuerdo con
Caldwell,
“...el medioambientalismo constituye un fenómeno social de preocupación pública,
claramente diversificado y cuyo foco y grado varían mucho de unos grupos a otros y
de unos individuos a otros...” [Caldwell, 1993].
Esto indica que el movimiento medioambiental, concebido en general, rompe con
muchas suposiciones y valores que han dominado la historia moderna y por su carácter
global será el de una fuerza social que intenta dar forma al mundo futuro.
Como toda fuerza, puede ser esquematizada de modo que permita concebir el
movimiento medioambiental en términos de su relación causa-efecto, donde por un
lado, las causas fundamentales que lo motivan son la preocupación social ante el
evidente deterioro medioambiental, catalizadas en mayor o menor grado por el
crecimiento en amplitud y profundidad del “conocimiento científico” relacionado con la
Tierra y sus sistemas naturales y por otro lado, los efectos de dicha fuerza están
orientados a influir en la reestructuración de las prioridades sociales que permitan
incidir en las ideologías y conductas políticas. En la Figura No. 3 se representa
esquemáticamente dicho proceso.

causa efecto

REESTRUCTURACIÓN
PREOCUPACIÓN DE LAS PRIORIDADES
SOCIAL ANTE EL MOVIMIENTO SOCIALES
DETERIORO DEL MEDIOAMBIENTAL CONDUCENTES A
MEDIOAMBIENTE NUEVAS IDEOLOGÍAS
Y CONDUCTAS
POLÍTICAS

Conocimiento científico
de la tierra y sus
sistemas naturales

Figura No. 3 El movimiento medioambiental como fuerza social

Aunque es un hecho que la ciencia progresa de forma desigual dentro de las


sociedades y en todo el mundo, las diferencias que ser perciben explican en gran
medida la controversia en la política sobre el medio ambiente. Así, los descubrimientos

40
de la investigación científica pueden estar relacionados con el medio ambiente y, sin
embargo, pueden no ser propiamente identificables con la política y ciencia
medioambiental.
Asimismo, el modo en que la ciencia se desarrolle y se aplique es un factor de
importancia determinante en el futuro de la humanidad ya que los impactos
medioambientales del comportamiento humano, impulsados cada vez más por los
progresos de la ciencia, parece que tienen ahora implicaciones planetarias.
Sus efectos se expresan en cambios en el aire, en el agua, en el suelo, en la biota y
en los ecosistemas, y algunos de ellos benefician pero otros ponen en peligro el futuro
del medio ambiente.
Resumiendo, la política medioambiental se ha generado en gran medida bajo la
influencia de la fuerza del movimiento medioambiental, cada vez que las prioridades
sociales han despertado un interés popular conducente a acciones.
2.3.2 Desarrollo sostenible y medio ambiente
El desarrollo sostenible en los términos en que actualmente es concebido, —es
decir, el propósito global necesario para guiar la realización del potencial humano sin
detrimento para la biosfera—, constituye quizás la más importante estrategia actual para
el desarrollo mundial.
Sin embargo, antes de utilizar y adoptar este concepto, es conveniente analizar y
entender claramente su significado para no caer en la trampa retórica que el concepto en
sí mismo conlleva, ni caer en el facilísimo con que puede ser utilizado.
En relación con su significación etimológica y de acuerdo al Diccionario de la
Lengua Española, en la expresión “desarrollo sostenible” la palabra “desarrollo” —que
constituye el término principal—, significa proceso y se entiende comúnmente como
desarrollo económico, o por lo menos, como un proceso en el que predominan
consideraciones económicas. El término “sostenible”, se interpreta generalmente como
posibilidad de renovación socio-ecológica o estabilidad relativa en un mundo
cambiante.
A continuación se revisan brevemente sus antecedentes históricos y algunos
aspectos conexos relacionados con sus principios generales y el plan de acción
concertado por la comunidad mundial, que lo han convertido en el lema del
medioambientalismo actual.
2.3.2.1 Revisión histórica
El “desarrollo sostenible” nace al calor de la lucha de los llamados países
subdesarrollados o del Tercer Mundo en su intento por encontrar solución a sus
frecuentes problemas de pobreza y abandono social como consecuencia de las injustas
condiciones de explotación y miseria a que han venido siendo sometidos.

41
En ese intento y bajo la protección y tutela de la Organización de la Naciones
Unidas (ONU) se han llevado a cabo varias tentativas para tratar los problemas de
desarrollo del Tercer Mundo, entre otras:
La Conferencia sobre el Medio Humano (Estocolmo, 1972), donde los
representantes del Tercer Mundo insistieron en que las medidas de protección del medio
ambiente propuestas por los “medioambientalistas” del Mundo desarrollado fueran
pagadas con ayudas adicionales y no a través de la reasignación de los fondos
existentes;
La Conferencia sobre Comercio y Desarrollo, donde un grupo de “naciones no
alineadas” propuso un “nuevo orden económico internacional” a través de dos
documentos de fundamental relevancia:

− La “Declaración de Cocoyoc” (México, 1974) sobre formas de uso de los


recursos, medio ambiente y estrategias de desarrollo, donde se pedían propuestas
nuevas de desarrollo, que incluían una investigación imaginativa en patrones de
consumo alternativos, estilos de vida tecnológicos, estrategias para el uso de la
Tierra, con refuerzo institucional y educativo y,

− La “Declaración de Lima y el Plan de Acción” (Perú, 1975) donde, entre otros


aspectos, se da a conocer la actitud contradictoria respecto al acceso a los recursos
naturales y se reivindica el control exclusivo y soberano de los recursos dentro de
cada nación [Vega Mora, 1995].

A principios de los años 80, ante el fracaso y desacuerdo de los procesos de


desarrollo, sumado a los efectos demostrables de la mala administración de la salud
pública y del bienestar económico de la gente, se persuadió a muchos gobiernos para
que consideraran los factores relacionados con el desarrollo en un sentido más amplio.
Esto es, que no debería realizarse a partir de las solas interpretaciones de tipo
socioeconómico (incluido el crecimiento de la población).
Hasta ese momento, las suposiciones del proceso de desarrollo eran esencialmente
económicas, aunque cada vez con más frecuencia eran modificadas o informadas por
consideraciones socioecológicas. De esta manera fueron surgiendo metáforas de
“ecodesarrollo” y de “desarrollo sostenible”, como opciones políticas como se verá a
continuación:
Primero fue el concepto de “ecodesarrollo”, que es similar al de “desarrollo
sostenible” en muchos aspectos, pero el prefijo “eco” parece que restringió el ámbito de
desarrollo y el término no consiguió una amplia aceptación. Luego, fue el concepto de
“desarrollo sostenible”, el cual tiene su verdadero ascenso y definición con la
publicación en 1987 —por parte de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y

42
Desarrollo (CMMAD)6— del informe titulado “Nuestro Futuro Común”, también
conocido como “Informe Bruntland”. En dicho informe, el desarrollo sostenible se
presenta como estancia intermedia conceptual entre el concepto
economicista/tecnocrático limitado y una reformulación que trataría el desarrollo como
un medio selectivo hacia objetivos socio-medioambientales específicos.
Finalmente, con la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las
Naciones Unidas (CNUMAD)7, se logró encauzar la voluntad y el compromiso político
hacia una acción eficaz en la dimensión del desarrollo sostenible. A esta conferencia, —
la cual ha sido la mayor asamblea de este tipo jamás convocada—, asistieron
oficialmente representantes de 178 Estados nacionales y al menos 110 presidentes de
gobierno y jefes de Estado. De forma paralela a sus deliberaciones se celebró el Foro
Global, que representaba a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) con unos
18.000 participantes. Entre los resultados tangibles y sustanciales de la Conferencia de
Río figuran principalmente dos elementos de crucial importancia: la Declaración de Río
y la Agenda 21, de los cuales se hará referencia posteriormente.
2.3.2.2 Concepto y definición
Como se ha podido apreciar, las políticas derivan de los propósitos, suposiciones
y circunstancias percibidas y de las creencias de la gente acerca de cómo funciona el
mundo. Así, el desarrollo sostenible como política procede de la suposición de que los
valores económicos son el motor principal e irremplazable de la actividad humana. Sin
embargo, la anterior suposición no es totalmente válida puesto que los valores
económicos no siempre los son exclusivamente.
Según el momento y lugar, otros motivos pueden pesar más que las
consideraciones económicas como son: la supervivencia física, la salud, la dignidad, el
amor, el patriotismo, la religión, etc.
En este punto, son apropiadas las observaciones que hace L.K. Caldwell al
respecto. En primer lugar manifiesta que,
“...el desarrollo sostenible se ha adaptado ingeniosamente para expresar cualquier
contenido que uno ponga (o quiera encontrar) en esta retórica, por lo demás
desinformadora...” [Caldwell, 1993].
Lo cual es entendible ya que aunque la expresión ofrece una vía hacia la
prevención o el alivio del desarrollo destructivo del medio ambiente, también tiene el

6
La CMMAD fue creada en 1983 por la ONU bajo la dirección del noruego Gro Harlem
Bruntland. Su objetivo fue “examinar los problemas críticos del medio ambiente y el desarrollo en
el planeta, formular propuestas realistas para resolverlos y asegurar que el progreso humano se
mantendría a través del desarrollo sin arruinar los recursos de las generaciones futuras” [WECD,
1987].
7
La CNUMAD, también llamada “Cumbre de Río”, se celebró en Río de Janeiro del 3 al 14 de
junio de 1992 [UNCED, 1992].

43
efecto de desvirtuar las diferencias entre la economía particular y los valores
ecológicos.
En palabras del propio Caldwell,
“...como concepto es suficientemente positivo pero, igualmente sobradamente
inespecífico para convertirse en un lema del movimiento medioambiental
internacional, corriendo el riesgo de convertirse en el cliché medioambiental de los
años noventa... ” [Caldwell, 1993].
En segundo lugar, el mismo autor manifiesta la insuficiencia de la expresión como
guía de elección política, diciendo que considera,
“....su retórica vacía, es decir, palabras abiertas para ser llenadas por varias
interpretaciones no necesariamente conducentes a mantener altos niveles de calidad
del medio ambiente y su marcado enfoque de los medios sobre los fines...” [Caldwell,
1993].
Resumiendo, el concepto de “desarrollo sostenible” —y confiando en la buena fe
de quienes lo utilizan y aplican—, puede acogerse según la definición contextual
consagrada en la Cumbre de Río que lo describe como,
“...aquel desarrollo que conduzca al crecimiento económico, a la elevación de la
calidad de vida y el estado del bienestar, sin agotar la base de recursos naturales
renovables en que se sustenta, ni deteriorar el medio ambiente o el derecho de las
generaciones futuras a utilizarlo para la satisfacción de sus propias necesidades...”
[CNUMAD, 1993].

2.3.2.3 Principios Generales: Declaración de Río


La Declaración de Río, también llamada “Carta de la Tierra”, contiene 27
Principios sobre los derechos, las obligaciones básicas y las medidas nacionales con
respecto al medio ambiente y al desarrollo [UNCED, 1992].
En ella se reconocen los impactos medioambientales causados al planeta por los
diferentes modelos de desarrollo, los patrones de consumo y los estilos de vida de los
países industrializados principalmente.
Consecuentemente, se reconoce también la mayor responsabilidad que cabe a
estos países en la solución de los problemas ambientales globales. Así mismo se acepta
que los problemas ambientales no encontrarán solución a menos que se erradique la
pobreza y la iniquidad entre el mundo desarrollado y el mundo en desarrollo, así como a
la desigualdad social imperante al interior de los países [UNCED, 1992].
Si bien la Declaración de Río no tiene un carácter jurídico vinculante, en ella se
perfilan las bases para el paulatino establecimiento de un derecho ambiental y su
desarrollo en el ámbito internacional.
2.3.2.4 Plan de Acción: Agenda 21
El desarrollo e instrumentación de la política medioambiental mundial se realiza a
través de la Agenda 21, la cual constituye el plan de actuación o programa de trabajo
acordado por la comunidad internacional para el período comprendido entre 1992 y el
siglo XXI [UNCED, 1992]. Es un consenso mundial firmado por más de 170 Estados,

44
que refleja la determinación política al más elevado nivel para favorecer la cooperación
en materia de medio ambiente y desarrollo y, donde se traducen en forma programática
los principios consagrados en la Declaración de Río.
El principal logro de la Agenda 21 es el de ofrecer un inventario comprensivo de
los temas pertinentes al desarrollo sostenible, identificar las principales interconexiones
entre ellos, y proponer los principales programas de acción.
La Agenda 21 fijó para las naciones una tarea que puede durar un siglo, de tal
manera que todos los países deberán considerar el modo de transformarla en políticas y
programas nacionales mediante un proceso que integre las consideraciones ambientales
y de desarrollo. Como tal, provee un importante marco de trabajo y punto de referencia
para el trabajo futuro.
De los 40 programas que comprende la Agenda 21, prácticamente no existe
ningún problema sobre el medio ambiente y el desarrollo que no haya sido tratado. Su
contenido se divide en cuatro secciones así: en la primera se tratan las dimensiones
sociales y económicas de la política de medio ambiente, en la segunda se establecen los
puntos necesarios para la conservación y gestión de los recursos para el desarrollo, en la
tercera se contemplan las medidas para fortalecer el papel de los grupos principales o
agentes implicados y en la cuarta se seleccionan los medios de ejecución financieros,
científicos, técnicos, jurídicos, educativos y cooperativos.
El mayor obstáculo para su cumplimiento es el débil compromiso adquirido por
los países industrializados en materia del aporte de los recursos financieros nuevos y
adicionales requeridos por los países en vías de desarrollo para su puesta en marcha.
En resumen, todos los elementos involucrados en la política medioambiental
global, están relacionadas directamente con el sentir humano. Dependerá de la buena
voluntad de todos los sectores en participar en una auténtica empresa de labor social y
diálogo, donde se reconozca a la vez, la independencia de funciones, responsabilidades
y aptitudes especiales de cada uno, con especial invocación a los sectores
públicos/gubernamentales, ante su responsabilidad y obligación de orientar, coordinar y
controlar dicho proceso.
2.4 TGS y las organizaciones sociales
La sociedad moderna se ha vuelto tan compleja que los caminos y medios
tradicionales no son ya suficientes y se imponen actitudes de naturaleza holística o de
sistemas, y generalista o interdisciplinaria. Los complejos sistemas en tecnología,
urbanización, trabajo social, relaciones internacionales, protección del medio ambiente
y en tantos otros campos de la vida contemporánea, piden cada vez más un
acercamiento sintético en términos de “sistema”, llegando incluso a tornarse
indispensable.

45
Antes que nada, conviene tener claro el concepto de organización, el cual tiene
diferentes acepciones, todas válidas y las cuales es necesario delimitar. De acuerdo con
el Diccionario de la Lengua Española, la organización es definida de varias maneras:
Como sustantivo, denota “la acción y efecto de organizar u organizarse”, es decir,
poner orden; también es definida como el “conjunto de personas con los medios
adecuados que funcionan para alcanzar un fin determinado” y a manera figurativa,
como “disposición, arreglo, orden”.
Según la TGS, un átomo, un cristal, una molécula, son organizaciones y en
biología, los organismos son por definición, cosas organizadas [Bertalanffy, 1994].
Por el tema desarrollado en la presente tesis, es lógico que el tipo de organización
que interesa es la organización social, la cual, a partir de la TGS ha sido entendida y
definida por diferentes autores, entre otros, así:
De acuerdo con Boulding, en su libro “The Organizational Revolution”, entiende
la organización como,
“...un sistema ordenado de elementos —interrelacionados entre sí y con el medio
circundante—, que funcionan para alcanzar un fin determinado...” [Boulding, 1953].
Según la moderna “teoría de la organización” de Scott, éste la define como,
“...un conjunto de elementos en interdependencia dinámica —interna y externa—, que
orientados a alcanzar uno o más objetivos ayudan a estructurar la gestión de
empresa...” [Scott, 1963].
y, según el profesor Robert N. Anthony de la Harvard Business School,
“...las organizaciones están formadas por grupos que tienen cuatro características:
(1) ejercen una acción colectiva constante; (2) son partes integrales de un sistema
mayor; (3) tienen objetivos delimitados y especializados; (4) efectúan intercambios
con el sistema global...” [Anthony, 1995].
En concordancia con las anteriores definiciones, se puede concluir lo siguiente en
relación con las organizaciones sociales:
− Una organización tiene fines o objetivos. Existe algo para conseguir.
− Una organización está formada por seres humanos. Un taller con sus máquinas no
es una organización; las personas que trabajan en él y sus funciones, son las que
constituyen la organización.
− En una organización, los seres humanos trabajan juntos.
− El personal es uno de los recursos de la organización; pero las organizaciones
utilizan también materias primas, capital, energía, servicios y otros recursos.
Por lo anterior y a efectos del presente trabajo, se denominará empresa a toda
organización formal8, y se reafirma la definición dada en el Capítulo 1. Por su parte, se
utilizará el término organización, para denotar “el conjunto de elementos y formas que
ayudan a estructurar la gestión de la empresa”, es decir, el armazón estructural y funcional
que le permite construirse, tenerse en pie y desarrollarse.

8
La sociología (y presumiblemente la historia) trata de organizaciones informales [Scott, 1963].

46
De esta manera, la organización como tal, distribuye las tareas, las reparte por el
organigrama, precisa las jerarquías, hace circular la información, etc.
La revisión y análisis que se hace no se limitan a un tipo particular de
organización social, por lo que en definitiva, lo que se trata aquí, es de organizaciones
formales, es decir, empresas, o sea, estructuras escrupulosamente instituidas, tales como
el ejército, la burocracia, las empresas de negocios, entre muchas otras, por lo cual, la
TGS será un instrumento útil al dar, por una parte, modelos utilizables y transferibles
entre diferentes campos, y evitar, por otra, desembocar en analogías sin sentido, lo cual
en efecto es un riesgo que existe, ya que según Bertalanffy,
“...a pesar del marcado isomorfismo entre los sistemas biológicos y los
epiorganismos, —esto es, las comunidades animales y las sociedades humanas—, es
muy fácil caer en vagas analogías que ha menudo han perjudicado el progreso en
dichos campos...” [Bertalanffy, 1968].
Así por ejemplo, es una idea difundida considerar el Estado o la nación como
organismo en un nivel superordinado. Pero semejante teoría constituiría el fundamento
de un Estado totalitario, dentro del cual el individuo humano aparecería como célula
insignificante de un organismo o como obrera intranscendente en una colmena.
La TGS no persigue analogías vagas y superficiales. Poco valen, ya que junto a
las similitudes entre fenómenos siempre se hallan también diferencias. El isomorfismo
mencionado aquí es mucho más que mera analogía.
Otro aspecto importante relacionado con la TGS y las organizaciones sociales es
la “teoría dinámica de los sistemas” descrita por Bertalanffy y la cual se ocupa de los
cambios de los sistemas con el tiempo [Bertalanffy, 1968].
Según esta teoría y por analogía con el concepto de sistema, una organización
puede ser descrita de dos modos principales: La descripción interna, que es
esencialmente “estructural”, procura describir su comportamiento en función de
variables de estado y de su interdependencia y, la descripción externa, que es
“funcional”, describe su comportamiento por su interacción con el medio [Bertalanffy,
1968].
Todo lo anterior conduce al concepto de gestión empresarial y por supuesto, a las
funciones que en ella intervienen, como se verá a continuación.
2.4.1 Gestión empresarial
La gestión empresarial es un producto exclusivo del siglo XX. Desde su
presentación teórica y oficial, en 1909, en la obra de Frederic Taylor titulada,
“Scientific Management”, ha entrado en las organizaciones y, de manera general, en
nuestras costumbres, nuestro lenguaje y nuestra vida cotidiana: la palabra management
—que designa un lenguaje universal a la gestión de empresas—, aunque procede de los
EE.UU., es de raíces puramente latinas: manus, mano, y también manegiare, que
significa maniobrar, conducir, y que dio en Francia, en el siglo XVI, ménagement,
derivado de ménager, o disponer, ordenar con cuidado y habilidad [Hubel, 1995].

47
Aquí es interesante comprobar, que todas estas nociones se encuentran en el
principio de dirigir empresas, es decir, adaptar sistemáticamente las técnicas de gestión
de la empresa a las condiciones del entorno. Así pues, la gestión de una empresa
significa una actividad global que requiere tanto de la experiencia, del sencillo sentido
común, como de la filosofía y la organización del trabajo y, por lo tanto, se puede decir
que la finalidad de la gestión empresarial concierne fundamentalmente a la parte
racional de la actividad humana.
La anterior premisa es el resultado de la evolución histórica de los conceptos que
han orientado el desarrollo organizacional, la cual puede ser descrita así:
La concepción clásica de finales del siglo pasado, cuyo principio inamovible era
que no había más que un centro de decisión en la empresa;
La concepción mecanicista de la primera mitad del presente siglo, fundamentada
en un conjunto funcional de tareas hiperespecializadas y rutinarias, que funcionan según
una información formalizada en torno a un centro de decisión altamente jerárquico;
La concepción sistémica, generada a partir de los años 50 ante la creciente
complejidad del paisaje económico, basada en la descentralización empresarial, en
nuevos mecanismos de organización funcional y operacional, dando gran relevancia a la
participación y capacitación profesional y, por consiguiente, a la organización cultural
de la empresa [Hubel, 1995].
Un buen ejemplo de aplicación de la TGS en la sociedad humana y
específicamente en las organizaciones lo constituye el libro de Boulding titulado “The
Organizational Revolution”, en el que a partir de un modelo general de organización,
enuncia las denominadas leyes férreas, válidas para cualquier organización.
Según Boulding, dichas leyes son:
− La ley maltusiana: el incremento de población supera por regla general al de los
recursos;
− La ley de las dimensiones óptimas: mientras más crece una organización, más se
alarga el camino para la comunicación, lo cual constituye un limitante y no
permite a la organización crecer más allá de ciertas dimensiones críticas;
− La ley de la inestabilidad: las organizaciones no están en equilibrio estable sino
que exhiben fluctuaciones cíclicas resultantes de la interacción entre
subsistemas;
− La ley del oligopio: si hay organizaciones en competencia, la inestabilidad de
sus relaciones y con ello el peligro de fricción y conflictos, aumenta al disminuir
el número de organizaciones [Boulding, 1953].
En todo caso, al margen de las anteriores leyes férreas, es conveniente resaltar que
aunque algunos autores distinguen entre “administración” como el establecimiento de
políticas y “gestión” como la realización de las políticas establecidas [Larson, 1964,
Chandler, 1977], a efectos del presente trabajo su significado será idéntico ya que en el
uso corriente dichos significados se invierten frecuentemente.

48
2.4.2 Funciones de gestión empresarial
La mayoría de los libros dedicados a este tema presentan una lista de las
funciones de gestión empresarial donde aparecen siempre la planificación y el control
con otra función estrechamente relacionada con éstas y que se denomina orientación o
coordinación [Boulding, 1953; Scott, 1963; Chadwich, 1973; Anthony, 1965].
Adicionalmente, en una organización existen otras funciones de gestión de crucial
importancia, donde cabe destacar la “función de personal” la cual tiene que ver con la
calificación del personal por parte de la dirección. Puede decirse que el éxito de una
empresa depende más de la perfección con que se realice esta función que de la eficacia
en el desempeño de cualquier otra función de gestión. Sin embargo, por la orientación,
objetivos y alcances del presente trabajo, esta función se excluye del análisis, la cual
puede constituir muy bien el objeto de otro trabajo de investigación.
Aunque desde un punto de vista conceptual, el proceso de control se puede
dividir, por un lado, en su elemento puramente de control y, por otro lado, en su
elemento puramente de planificación, tal bipartición es a menudo confusa. En la
práctica, una persona puede ser responsable simultáneamente de aspectos de
planificación y de control y por lo tanto, una acción individual puede tener aspectos de
ambos. Además, las palabras “planificación” y “control” no tienen significados
coincidentes en todos los textos publicados. Por ejemplo, la función que algunas
empresas denominan “planificación de la producción” se conoce en otras con el nombre
de “control de la producción”.
El profesor R. N. Anthony realizó notables aportaciones en la búsqueda de un
marco más apropiado, llegando a encontrar distinciones alternativas mediante un
método taxonómico que incluye a ambos, la planificación y el control, pero que
diferencian uno de otro en conceptos importantes que lo condujeron a plantear tres tipos
de procesos o funciones de gestión: la planificación estratégica, el control de gestión y
el control operativo, con límites bastante difuminados entre cada par de esos tres
procesos [Anthony, 1995].
Aunque las descripciones de cada uno de los procesos constituyen
generalizaciones aplicables a muchas situaciones y no a todas, es fácil encontrar en una
entidad dada, procesos con características que encajan parcialmente en una categoría y
parcialmente en otra. Por su fundamental importancia en la delimitación de dichas
funciones, a continuación se describen brevemente las características principales de
cada una de ellas.
2.4.2.1 Planificación estratégica
De acuerdo con Anthony,
“La planificación estratégica es el proceso en el que se determinan los objetivos de la
organización, los cambios de estos objetivos, los recursos que se deben usar para
alcanzar estos objetivos y las políticas que regularán la adquisición, utilización y
disposición de esos recursos” [Anthony, 1965].

49
La anterior definición ha sido modificada posteriormente por el mismo autor
presentándola como:
“La planificación estratégica es el proceso de determinación de las metas de la
organización y de las estrategias adecuadas para alcanzarlas” [Anthony, 1995].
Como se puede apreciar, en esta última definición emplea el término “metas” en
vez de “objetivos” y el término “estrategias” en vez de “políticas”. Esto puede ser más
apropiado, si tenemos en cuenta que aunque en los diccionarios abreviados y en el uso
cotidiano dichos términos aparezcan como sinónimo, su significado debe ser claramente
diferenciado.
Sin embargo, en esta misma definición el profesor Anthony se refiere a la palabra
meta para identificar “una declaración amplia y razonablemente inmutable de lo que la
organización quiere conseguir”, y a la palabra objetivo para una “expresión más
específica de un resultado final deseado y que se ha de lograr dentro de un período de
tiempo concreto”. Esto por supuesto, está en franca contradicción con lo planteado en
las normas ISO 9000 sobre gestión de calidad, como en las normas ISO 14000 sobre
gestión medioambiental, donde dichos términos se definen genéricamente de la
siguiente manera:
“....objetivo, es el fin global que una organización se propone alcanzar, derivado de
su política, programado cronológicamente y cuantificado en la medida de lo posible y
meta, son los requisitos detallados de actuación, siempre que sea posible
cuantificados, aplicables a la organización o a partes de ésta, que tienen su origen en
los objetivos y que se deben cumplir para cumplir para alcanzar dichos objetivos...”
[Norma ISO serie 9000, 1994; Norma ISO 14001, 1996].
Por otro lado, en las citadas normas la palabra política tiene connotaciones mucho
más amplias que la palabra estrategia. En la primera se engloban las determinaciones
sobre el “qué hacer”, mientras que en la segunda se engloban todas las diferentes
alternativas y determinaciones que haya necesario considerar sobre el “cómo hacer”
para el cumplimiento de los objetivos de la organización.
Así las cosas, a efectos de la presente tesis, sería más apropiado atenerse a un
concepto basado en términos normalizados por consenso, que a los criterios subjetivos
de cada autor, por lo que, al tenor de las citadas normas, se propone definir la
planificación estratégica como “el proceso de formulación y revisión de estrategias que
permitan el cumplimiento adecuado de los objetivos generados a partir de la política
general de una organización”, lo cual tiene sentido si se considera en su concepción
más amplia, es decir, como un proceso de toma de decisiones sobre las modificaciones
que se han de introducir en las estrategias existentes, y no como la formulación de un
grupo completo de estrategias.
Teniendo en cuenta que las estrategias constituyen los cursos de acción que una
organización adopta como medio de alcanzar sus objetivos, la fracción mayor, con
diferencia, del trabajo de planificación estratégica se dedica a las estrategias antes que a
los objetivos, ya que estos últimos tienden a permanecer invariables durante largos
períodos de tiempo.

50
En este punto es conveniente tener en cuenta lo planteado por el profesor
Anthony, quien manifiesta que,
“...las decisiones estratégicas son relativamente asistemáticas y normalmente se
deciden en la cúpula de la organización...” [Anthony, 1995]
Lo anterior quiere decir, que la conveniencia de la reconsideración de las
estrategias se puede percibir en cualquier momento; no hay forma de trazar un
organigrama que asigne a alguien la responsabilidad de especificar una estrategia, y es
imposible escribir un manual que explique cómo y cuándo se ha de hacer la
planificación estratégica. Existen algunas ayudas sistemáticas para la realización de
éstas, sin embargo, en el mejor de los casos, son métodos generales que se deben
adaptar a las exigencias de la situación planteada.
En resumen, las estrategias son planes grandes e importantes y expresan de forma
general la dirección en que se supone que la organización ha de orientarse. No tienen
una dimensión de tiempo: es decir, existen hasta que las cambien. El análisis y la
decisión para la adopción de una estrategia determinada es cuestión de discernimiento.
El método científico permite que el analista llegue a encontrar una solución
conveniente para un problema en situaciones donde se conocen las relaciones entre las
variables significativas, sin embargo, hay muy poco en la ciencia que ayude en la tarea
de establecer una estrategia.
Se pueden hacer generalizaciones acerca de las estrategias óptimas, o desarrollar
un modelo matemático que muestre aproximadamente cómo funciona una empresa,
pero es imposible disponer de uno que indique la forma óptima de funcionamiento de
ésta para conseguir sus objetivos. Incluso personas competentes y bien informadas
pueden diferir en cuanto a sus apreciaciones de cuál es la estrategia más conveniente.
Por todas estas razones, la planificación estratégica es un arte, no una ciencia.
2.4.2.2 Control de gestión
Genéricamente la función de control consiste, en seguir la trayectoria del sistema
en la práctica para ver en que medida se adapta o aleja de lo previsto; en que medida
conviene corregir la trayectoria cuando se desvía de lo previsto y, en que medida
interesa cambiar la propia trayectoria prevista, es decir, los objetivos. El control
también contempla la retroalimentación del esquema, configurando así un proceso
continuo, informando sobre la realidad cambiante, marcando objetivos a partir de esa
información, generando propuestas y adoptando decisiones. La naturaleza del proceso
de control se describe en libros y artículos que tratan de la TGS y es un proceso
aplicable a todos los sistemas, los cuales, según Scott, se podrían describir a dos
niveles:
− el flujo de materia y energía, al que se puede imaginar como la realidad y,
− el flujo de información acerca de esa realidad” [Scott, 1963].
La función de la información es mantener bajo control el proceso real, por lo cual,
según el mismo autor, el proceso de control constaría de cuatro etapas:

51
− Especificar un estándar de actuación deseada.
− Utilizar un medio capaz de detectar lo que ocurre en la organización y de
comunicarlo a una unidad de control.
− La unidad de control compara tal información con el estándar.
− Si lo que realmente ocurre no concuerda con el estándar, la unidad de control
indica que se deben tomar medidas correctoras y esta indicación retorna, como
información, a la entidad [Scott, 1963].
Esta última etapa se denomina frecuentemente retroalimentación. Por su parte, el
profesor Anthony define el control de gestión como,
“...el proceso mediante el cual los directivos aseguran la obtención de recursos y su
empleo efectivo y eficiente en el logro de los objetivos de la organización...”
[Anthony, 1965].
Sin embargo, el mismo autor plantea posteriormente una nueva definición al decir
que,
“...el control de gestión es el proceso mediante el cual los directivos influyen en otros
miembros de la organización para que se pongan en marcha las estrategias de
ésta...” [Anthony, 1995],
Esta última definición parece más apropiada, ya que relaciona el control de
gestión con la puesta en práctica de las estrategias, es decir, con su finalidad directa, en
vez de hacerlo con el logro de los objetivos, que es una finalidad indirecta. Su
cumplimiento exige la interacción de los directivos en cuestión con otros miembros de
la organización, pero siempre teniendo en cuenta que las decisiones de control de
gestión se toman siguiendo la orientación establecida por la planificación estratégica.
De esta manera, las decisiones en el control de gestión estarán por lo tanto, sometidas a
las imposiciones estratégicas, es decir, no se apoyan en reglas generales. De acuerdo
con el profesor Anthony, algunas características del control de gestión son:
− Coordinación. Una organización se compone de muchas partes, y el sistema de
control ha de asegurar que el funcionamiento de todas ellas sea armonioso, por
lo tanto una de las principales finalidades del sistema de control de gestión es
facilitarla.
− Autocontrol. En una organización, el control de gestión no se debe producir sólo
o incluso como resultado de las acciones emprendidas por un dispositivo
regulador externo, sino por el contrario, gran parte del control debe ser de
autocontrol.
− Cumplimiento de reglas. En el control de gestión es necesario el cumplimiento de
reglas, entendidas éstas como “... el conjunto de prácticas habituales, directrices,
descripciones de tareas, usos y costumbres, procedimientos de actuación
normalizados, manuales y códigos de éticas que existen en cualquier
organización...”.
− Sistemático. Es decir, se compone de un cierto número de actividades o
subprocesos que se suceden unos a otros en un orden preestablecido y que se
pueden describir de un modo razonablemente específico [Anthony, 1995].
De las anteriores características se puede decir que los directivos deberán actuar
del modo en que lo hacen no tanto porque hayan recibido órdenes concretas, sino sobre
todo porque su propio criterio les aconseja qué acciones deben emprender. Esta
capacidad de discernimiento se verá influida no sólo por el sistema formal, sino también

52
por la cultura, o entorno informal que exista en la organización. Así mismo, es evidente
que los pasos que se den en cada subproceso se deberán exponer mediante instrucciones
escritas, mediante el uso de formularios normalizados para recoger y resumir datos y
que simplifiquen la labor.
2.4.2.3 Control operativo
Según Anthony,
“El control operativo es el proceso que se sigue para asegurar que unas tareas
determinadas se realizan eficaz y eficientemente” [Anthony, 1965].
El autor utiliza posteriormente la misma interpretación pero utiliza el término
“control de tareas” [Anthony, 1995], para evitar la equivocación de creer que el proceso
se aplica a todas las actividades de explotación, en lugar de referirse sólo a unas tareas
especificadas. Con esta aclaración, el control operativo se orienta exclusivamente al
control de tareas individuales especificadas, mediante la verificación del cumplimiento
de ciertas reglas, por lo cual, a menos que surjan circunstancias imprevistas, “el control
operativo consiste en ver que las reglas se apliquen en cada caso”.
Aunque la especificación precedente se aplica a muchos tipos de tareas, hay casos
que constituyen excepciones importantes: Tal es el caso de las tareas realizadas por
profesionales —ingenieros, investigadores, abogados, físicos, profesores, etc.—, las
cuales no encajan en la anterior descripción general ya que tienen notables
particularidades, en especial, porque no son rutinarias y por lo tanto no se efectúan
mediante el mero seguimiento de un conjunto de normas.
Aunque el control operativo no es enteramente automático, en algunos casos
dichas normas tienden a ser reiterativas y por lo tanto, podrían existir directrices
genéricas que faciliten su ejecución. Sin embargo, cuando ocurren acontecimientos
inesperados o no programados, el discernimiento humano es imprescindible para tomar
medidas adecuadas respecto a ellos. Del mismo modo que los trabajos de los
profesionales no son automáticos, no es equivocado afirmar que, por lo que atañe al
control operativo, un alto porcentaje de las tareas en él realizado, se efectúan de
conformidad con reglas preestablecidas.
Por otro lado, en muchos casos, el control operativo se podría efectuar sin
intervención de seres humanos. Las máquinas-herramientas con control numérico, los
ordenadores de control de procesos y los robots son dispositivos mecánicos de control
operativo. Se emplean seres humanos en el proceso si salen más baratos que los
ordenadores u otras máquinas controladoras, es decir, si la ocurrencia de
acontecimientos extraordinarios es tal, que no resulte rentable programar un ordenador
con instrucciones para el tratamiento de tales acontecimientos.
Resumiendo, aunque el control operativo es sistemático, el sistema de control
operativo no es necesariamente simple y en algunos casos, sistemas de control operativo
especialmente complejos, se suelen calificar como sistemas de control de gestión, lo

53
cual puede producir confusión. De igual manera, algunas actividades que antes
realizaban los directivos actualmente pueden automatizarse y, en consecuencia, han
pasado a ser ocupaciones integradas al control operativo. El trasvase de control de
gestión al de control operativo libera al directivo de algunas obligaciones y le permite
dedicar tiempo a actividades propias de la gestión (y en algunos caos, podría eliminar
puestos de dirección).
2.5 Hipótesis de estudio: “gestión medioambiental sostenible”
Dada la interrelación existente entre los sistemas biogeográficos y las
organizaciones sociales, se requiere por lo tanto, que los factores esenciales en los
problemas, políticas, programas públicos, iniciativas privadas y público en general, sean
siempre considerados y evaluados como componentes interdependientes de un sistema
total.
Para lograr una optimización de la gestión medioambiental de manera realmente
eficaz, es decir, acorde con las estrategias del desarrollo sostenible de la sociedad
actual, es fundamental que los efectos de dicha actuación permanezcan y evolucionen
positivamente en el tiempo y el espacio, esto es, que sean sostenibles, y algo muy
importante, que dichos efectos tengan incidencia global. Esto último implicaría la
implantación de un sistema global para la gestión medioambiental, lo cual, con el
actual ordenamiento político, económico y social de la comunidad mundial, sería
bastante difícil por no decir imposible.
Esta es quizá, otra de las causas por la cual, a pesar de todos los esfuerzos actuales
por proteger el medio ambiente, su eficacia siga dejando mucho que desear. No
obstante, mucho se podría lograr si delimitamos los alcances de la gestión
medioambiental a ámbitos de tiempo y espacio más manejables, cuya complejidad,
entre otros factores, estará relacionada directamente con el número de individuos que lo
componga y su grado de desarrollo socioeconómico y cultural.
En este sentido, los Estados constituyen la unidad básica más generalizada de la
organización social actual, cuya misión fundamental es velar por el patrimonio social
mediante la generación de marcos y/o modelos que racionalicen la actuación pública y
que orienten la iniciativa privada. Por esto, una gestión medioambiental empresarial
desarrollada dentro del marco político orientador/coordinador del Estado podría resultar
bastante efectiva.
Aquí es válida la formulación de la hipótesis principal de la presente tesis,
relacionada con la imperiosa necesidad de implementar a todos los niveles de la
sociedad, lo que hemos denominado, gestión medioambiental sostenible. Esto es, la
necesidad impostergable del desarrollo de un propósito común, orientado a proteger y
conservar el medio ambiente de manera que se garantice el mantenimiento y
mejoramiento continuo, presente y futuro, en cantidad y calidad, del patrimonio natural
y del nivel de vida de las personas.

54
Vista así, la gestión medioambiental sostenible estaría enmarcada en el complejo
sistema de relaciones económicas y sociales y, por su carácter interinstitucional,
intersectorial e interdisciplinar, constituye un proceso lento, orientado al cumplimiento
simultáneo y progresivo de dos objetivos fundamentales:
− la armonización de una política medioambiental global, basada y generada por
consenso a partir de una concepción global e integral del planeta, que defina los
objetivos y estrategias comunes de protección medioambiental y,
− la actuación alrededor de un enfoque sistémico que organice el caos de la gestión
medioambiental actual en cada uno de los componentes de la sociedad.
Con el planteamiento de estos objetivos tan ideales, —o por decirlo de otra
manera, casi utópicos—, no significa que la gestión medioambiental sostenible sea
irrealizable o por lo menos, que no pueda ser considerada como una alternativa
estratégica viable en la búsqueda del desarrollo sostenible, asunto del que tratarán los
siguientes capítulos de la presente tesis.

55
56
3. PRIMERA APROXIMACIÓN SISTÉMICA PARA LA
GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL EMPRESARIAL

La gestión medioambiental no es una idea nueva. Lo novedoso en la gestión


medioambiental actual es que sólo a finales del presente siglo se ha comenzado a
abordar de manera sistémica y por lo tanto se ha planteado como una disciplina de
amplia envergadura y difícil delimitación, que involucra el seguimiento de la realidad
para la toma continua de decisiones y la puesta en práctica de ellas. Sin embargo, todo
esto ha planteado graves problemas y desafíos a los que es necesario enfrentar en la
tarea de constituir la gestión medioambiental como un verdadero y eficaz instrumento
estratégico para el logro del desarrollo sostenible.
El presente capítulo tiene como propósito fundamental “la búsqueda de pruebas”
que permitan reafirmar o descartar la hipótesis de la gestión medioambiental sostenible.
Para esto, se revisa y estudia en que ha consistido hasta la fecha la aproximación
sistémica lograda en la gestión medioambiental empresarial y se evalúa la eficacia de
los principales modelos desarrollados por analogía con la gestión de calidad, a fin de
determinar la valía de dicha aproximación y sus posibilidades en un contexto global.
3.1 Revisión histórica
Hasta principios de los años 90, el concepto de Sistema de Gestión
Medioambiental (SGMA) era totalmente nuevo para la mayoría de las empresas y su
posterior desarrollo ha sido muy acelerado. Puede decirse que la idea de desarrollar los
SGMA se inició en los EE.UU. a mediados de la década de los 70 con las, —aún
entonces no bien definidas ni entendidas—, auditorías ambientales. Su objetivo se
centraba en comprobar el cumplimiento de la normativa medioambiental, asegurándose
de que no incurrían en responsabilidades legales en relación con la normativa del
Superfund9.
Con el apogeo de dichas auditorías en los EE.UU., se comenzaron a realizar
auditorías medioambientales en algunos países del norte de Europa, principalmente en
algunas industrias con riesgos relativamente altos. No obstante, se realizaban
igualmente, de manera aislada y su objetivo estaba orientado a comprobar el
cumplimiento de la normativa medioambiental.
Sin embargo, es a partir de 1984, principalmente con el accidente de Bhopal10,
cuando las empresas comenzaron a reconocer que iban a necesitar poner en marcha

9
Esta Ley, cuyo nombre en inglés es CERCLA, “Comprehensive Environmental Response,
Compensation and Liability Act”, fue creada a partir de 1980 bajo el principio de “quien
contamina paga” y constituye quizá, el mayor programa para la protección de la salud y el medio
ambiente en los EE.UU.
10
En 1984, 2.800 personas mueren en Bhopal (India) a causa de un escape de gas ocurrido en una
fábrica de pesticidas propiedad de la Unión Carbide [Stands, 1994].

57
sistemas más estrictos para su gestión interna en temas ambientales, incluso en países en
donde las leyes y reglamentos medioambientales no existían.
Es en Europa, donde se evoluciona más rápidamente el concepto de auditoría
medioambiental y donde se empieza a ver la necesidad de que éstas no se realicen de
manera aislada y puntual. En este sentido, se reconoce que deberían implantarse como
parte integral del sistema de gestión de la empresa, lo que se refleja en las orientaciones
medioambientales para las industrias del mundo, elaborada por la Cámara de Comercio
Internacional, donde se define la auditoría medioambiental como:
“...la evaluación del grado de cumplimiento de la organización, el sistema de gestión
y el equipamiento diseñado para la protección del medio ambiente...” [ICC, 1986].
Esta definición, aunque presupone de modo explícito la existencia de algún
SGMA, no proporciona información en cuanto a características ni exigencias concretas
de un sistema de este tipo.
En estos mismos años, el gobierno y la industria holandesa actuaban sobre la
necesidad de que el gobierno regulase menos y de que la industria se autorregulase más,
lo cual se recoge en el “Plan Nacional de Política Medioambiental de los Países Bajos”
de 1988, que incluía el concepto de "cuidado medioambiental" para la industria.
Durante 1988/89 se inició un programa experimental para 10.000 empresas, el cual
hasta la fecha, ha tenido gran aceptación [Stands, 1994].
Otro antecedente importante fue el “Informe de posicionamiento de la Cámara
Internacional de Comercio sobre auditorías medioambientales” [ICC, 1988], que
describe los elementos básicos de una auditoría medioambiental y sirvió para informar a
dirigentes empresariales y parlamentarios sobre la mejor manera de emplear este
instrumento para mejorar la eficacia de los programas de higiene, seguridad y
protección del medio ambiente.
No obstante, en 1989, especialmente en el Reino Unido, el término de "auditoría
medioambiental" continuaba siendo ampliamente mal utilizado para diversos propósitos
y aspectos de la actuación medioambiental y de su evaluación. Incluso, en 1990, la
Comisión de la Unión Europea (CUE) adelantaba el primer borrador de Directiva para
definir un Plan de Ecoauditorías, —nombre originalmente propuesto—, en el que la
palabra “auditoría” significaba la recogida, verificación y publicación de los datos
medioambientales de las empresas [Stands, 1994].
Todo lo anterior, sumado al creciente reconocimiento del paralelismo entre la
gestión de calidad y del medio ambiente, así como al interés que ya existía en torno al
concepto de SGMA, llevó a la Confederación de la Industria Británica (CBI) a formular
una solicitud al Instituto Británico de Normalización (BSI), para la creación de una
norma que ayudase a sus miembros a solucionar su necesidad de estructurar su gestión
medioambiental [Stands, 1994].
A principios de 1991, el BSI nombró un Comité Técnico responsable del proyecto
donde se incluyeron representantes de la industria, el comercio, el gobierno central, las

58
administraciones regionales y locales, las agencias de regulación medioambiental, los
sindicatos, las asociaciones de consumidores y las organizaciones profesionales. En
junio de 1991 se dio a conocer al público en general un borrador del proyecto y, en
octubre del mismo año, un borrador revisado. De esta manera, el BSI desarrolló, por
analogía con la serie de normas ISO 9000 sobre Sistemas de Gestión de la Calidad
(SGC), una norma británica relativa a un SGMA empresarial, la cual fue finalmente
promulgada en marzo de 1992 como la norma BS 7750-92. Poco después se puso en
marcha un programa piloto de implantación en el que participaron 230 organizaciones.
Por su lado, la CUE, tras asumir parte del contenido de los borradores de la norma
BS 7750-92, destacó la necesidad de llevar a cabo auditorías en situaciones en que
estuviera establecido un SGMA. Adicionalmente presentó como documento de consulta
una Propuesta11, donde se introducen los conceptos de auditoría medioambiental de la
Cámara de Comercio Internacional y de “cuidado medioambiental” holandés. Así
mismo, solicitó al Comité Europeo de Normalización (CEN) que desarrollara y
adoptara una norma para los temas de gestión medioambiental y al Organismo Europeo
de Certificación (EOTC) que desarrollara normas para la certificación de la gestión y la
auditoría medioambientales.
Estos organismos a su vez, delegaron dicha responsabilidad en la Organización
Internacional de Normalización (ISO), con cuyo propósito creó en agosto de 1991, el
Grupo Consultivo de Estrategias en Medio Ambiente (SAGE), para estudiar varios
aspectos de la gestión medioambiental e investigar la posibilidad de desarrollar normas
medioambientales. Como resultado de los estudios del SAGE, a mediados de 1993 la
ISO estableció el Comité Técnico TC 207 para el desarrollo de las normas en gestión
medioambiental, bajo la secretaría general del Canadá. [ISO, 1996; ISO Online-Internet,
1997].
Por otra parte, las subsiguientes discusiones al seno de la CUE dieron lugar a
diferentes borradores de lo que se consideraba, debería ser un sistema comunitario de
ecogestión y ecoauditoría y, sobre los cuales se introdujeron una serie de
modificaciones antes de que fuera publicado con una redacción final en el documento
(COM (93) 97 final)12.
Los principales cambios introducidos en el documento original de consulta de la
CUE incluyeron:
− Un cambio en el instrumento legal, de Directiva a Reglamento, lo que implica su
adopción obligatoria en todos los Estados miembros, evitando posibles
desventajas competitivas entre empresas de diferentes Estados.

11
(COM (91) 459). DOCE C76 de 27.3.92
12
DOCE C120 de 30-04-1993

59
− La participación voluntaria de las empresas en el sistema comunitario en vez de
obligatoria como se consideró en un principio, evitando el poder de los Estados
miembros para exigir a cierto tipo de industrias adherirse al sistema.
− Variación de la frecuencia de realización de las auditorías medioambientales.
Como consecuencia, el Consejo de la Unión Europea aprobó definitivamente el
Reglamento CEE/1836/93 del 29 de junio de 199313, entrando en vigor el 13 de julio, y
aplicable a los 21 meses de su entrada en vigor, es decir, a partir del 13 de abril de 1995.
La experiencia adquirida mediante el programa piloto para la implantación de la
norma BS 7750-92 en el Reino Unido, llevó a la publicación a principios de 1994, de
una versión revisada de dicha norma, la norma BS7750-94, que incluía cambios
menores en cuanto a clarificación de ciertos problemas surgidos durante el programa
piloto. Entre estos cambios se incluyeron también ciertos elementos que pretendían
armonizarla con el Reglamento CEE/1836/93, recientemente publicado.
Posteriormente, teniendo en cuenta que la ISO es una institución especialmente
lenta en el desarrollo de normas técnicas, ciertos países adelantaron alguna gestión al
respecto como el caso del Reino Unido con la BS 7750-94, Francia con la X30-200,
Irlanda con la N150A/B y España con las UNE 801-94 y UNE 802-94. Fuera de Europa
se pueden citar Sudáfrica con la SABS0251 y Canadá con la SCC2750 [Stands, 1994].
La mayoría de estas normas se realizaron tomando como base para su redacción los
borradores que sobre las mismas habían estado preparando la ISO.
Finalmente, en septiembre de 1996 se aprobaron las normas ISO 14001 e ISO
14004 sobre SGMA empresarial. Se prevé que las empresas que trabajan actualmente
de acuerdo con las normas de calidad ISO serie 9000, podrán ampliar fácilmente sus
sistemas de gestión, aunque para su aplicación no se exija como requisito previo la
adopción de la norma ISO serie 9000.
Como se ha podido apreciar en la anterior revisión histórica, el concepto de
SGMA surge una vez que se ha reconocido que la respuesta de las organizaciones a las
presiones medioambientales debe realizarse de manera integral y sistémica.
Tanto ha sido así, que dicho concepto, —ya sea en el marco de una normativa
específica o bien, surgido de la iniciativa independiente de una organización concreta—
, está demostrando ser una influencia clave en el pensamiento empresarial actual y en
las actitudes hacia la gestión medioambiental.
En la Tabla No. 4 se presenta una síntesis de la revisión histórica descrita.

13
DOCE L168 de 10-07-1993

60
Tabla No. 4 Revisión histórica del desarrollo de los SGMA

Años Auditorías medioambientales cuyo objetivo estaba orientado a comprobar el


70 cumplimiento de la normativa medioambiental.
1979 Se publica por parte de la BSI la norma BS 5750 sobre Sistemas de Calidad.
1984 Accidente de Bhopal. Las empresas comienzan a reconocer la necesidad de poner
en marcha sistemas más estrictos para su gestión interna en temas ambientales
1986 Orientaciones de la Cámara de Comercio Internacional, donde se define la
auditoría medioambiental como “... evaluación del grado de cumplimiento de la
organización, el sistema de gestión y el equipamiento diseñado para la protección
del medio ambiente...”.
1987 Se publica la norma internacional ISO serie 9000 sobre Sistemas de Calidad.
1988 Plan Nacional de Política Medioambiental de los Países Bajos. Incluye el concepto
de "cuidado medioambiental" para la industria.
1988 Informe de posicionamiento de la Cámara de Comercio Internacional sobre
auditorías medioambientales. Describe los elementos básicos de una auditoría
medioambiental.
1990 La CBI solicita al BSI la creación de una norma que ayudase a sus miembros a
solucionar su necesidad de estructurar su gestión medioambiental
1991 Desarrollo por parte de la BSI de la norma británica BS 7750 sobre SGMA
empresarial por analogía con la norma ISO serie 9000 sobre sistemas de calidad.
1991 Propuesta de la CUE, destacando la necesidad de llevar a cabo las auditorías en
situaciones en que estuviera establecido un SGMA.
1991 La CUE solicita al CEN y a la EOTC desarrollar y adoptar una norma para los
temas de gestión medioambiental, certificación de la gestión y la auditoría
medioambientales
1991 El CEN delega la responsabilidad de desarrollar la norma sobre SGMA en la ISO
1991 La ISO crea el Grupo Consultivo de Estrategias en Medio Ambiente (SAGE), para
estudiar varios aspectos de la gestión medioambiental e investigar la posibilidad de
desarrollar normas medioambientales
1992 Se publica por parte de la BSI la norma BS 7750-92 sobre SGMA empresarial.
1992 Programa piloto de implantación de la norma BS 7750-92 con participación de 230
organizaciones
1993 La ISO establece el Comité Técnico TC 207 para el desarrollo de las normas en
gestión medioambiental, bajo la secretaría general del Canadá. Se identifica la
norma internacional sobre gestión medioambiental como norma ISO serie 14000
1993 La CUE publica la propuesta final de lo que debería ser un sistema comunitario de
ecogestión y ecoauditoría.
1993 Se aprueba el Reglamento CEE/1836/93 relativo al programa comunitario de
gestión y auditoría medioambientales.
1994 Se publica una versión revisada de la BS-7750, que incluye cambios menores
surgidos durante el programa piloto de implantación y ciertos elementos que
pretenden armonizarla con el Reglamento CEE/1836/93.
1994 Se publican normas sobre SGMA en ciertos países como Francia con la X30-200,
Irlanda con la N150A/B y España con las UNE 801-94 y UNE 802-94, tomando
como base para su redacción los borradores que sobre las mismas viene
preparando la ISO.
1995 Entra en vigor el Reglamento CEE/1836/93
1996 Se aprueban y publican las normas ISO 14001 e ISO 14004 sobre SGMA
empresarial.

61
3.2 Gestión medioambiental en analogía con la gestión de calidad
El paralelismo entre la gestión de la calidad y la gestión medioambiental ha sido
enunciado por numerosos expertos e instituciones. De hecho, como lo relatan Hunt y
Johnson,
“En 1990, una parte de la industria química británica aplicaba ya los principios de
los sistemas de calidad para incrementar la efectividad de las actividades de gestión
medioambiental en sus plantas de producción”[Hunt y Johnson, 1996].
El reconocimiento de este paralelismo alcanzó su conclusión lógica con la
publicación en 1992 de la norma BS 7750, como primera norma mundial relativa a los
SGMA. No obstante, para hacer referencia a la aproximación sistémica lograda en la
gestión medioambiental a partir de la analogía con la gestión de calidad, primero es
necesario conocer y entender claramente algunos conceptos y elementos básicos
colaterales a la gestión de la calidad, como son: El uso de los SGC y su implantación
mediante el desarrollo de las normas ISO serie 9000 y, los procedimientos de
evaluación de la conformidad y de certificación.
Con dicho propósito, se elaboró el documento denominado “GESTIÓN DE
CALIDAD: paso obligado hacia una gestión medioambiental sostenible”, (Ver Anexo 1)
en donde se estudian, analizan y compilan los fundamentos en torno a dicha temática,
desde el concepto mismo de calidad, su evolución y control, hasta el desarrollo de las
normas internacionales que orientan la implantación de SGC (normas ISO serie 9000).
Estas normas pretenden asegurar que la calidad de los P/S de una empresa cumplen su
política de calidad, así como las especificaciones pertinentes, a la vez que permiten la
certificación de esa calidad tanto para la dirección de la empresa como para sus clientes
[Vega Mora y Gómez Gotor, 1996].
En la Tabla No. 5 se presenta un resumen general de los ámbitos de aplicación de
cada una de las normas ISO de la serie 9000.
Tabla No. 5 Ámbitos de aplicación de las Normas ISO serie 9000

Norma ISO Título Ámbito de aplicación


ISO 9001 Modelo para el aseguramiento de la Utilizado por empresas con actividades
calidad en el diseño, el desarrollo, la de diseño y desarrollo, producción,
producción, la instalación y el servicio instalación y prestación de servicios
posventa
ISO 9002 Modelo para el aseguramiento de la Utilizada donde no existen actividades
calidad en la producción, la instalación de diseño y la empresa se limita a
y la prestación de servicios producir bienes previamente diseñados
ISO 9003 Modelo para el aseguramiento de la Utilizada por los fabricantes de
calidad en la inspección y los ensayos productos sencillos, cuya calidad puede
finales asegurarse mediante una inspección y
comprobación final, sin necesidad de
establecer controles de calidad
específicos durante el proceso de
producción.

62
Como se puede apreciar, el contenido de cada una varía en función de la actividad
a la que se dediquen las empresas. Así, la norma ISO 9001 es la más exhaustiva. Consta
de 20 cláusulas que incluyen las respectivas de las normas ISO 9002 e ISO 9003. Por
este motivo, las diferentes aproximaciones sistémicas para los SGMA se han
desarrollado básicamente a partir de la norma ISO 9001 sobre SGC.
A continuación se presenta una descripción general de los objetivos y requisitos
de la norma ISO 9001 sobre SGC, así como de las normas BS 7750 e ISO 14001 sobre
SGMA, que permita disponer de los criterios básicos para, —mediante un posterior
análisis comparativo—, evaluar la bondad y eficacia de la “aproximación sistémica”
lograda en dicha analogía.
3.2.1 Norma ISO 9001 sobre SGC
De acuerdo con la norma ISO 8402-94, la calidad se define como,
“La totalidad de los rasgos y características de un P/S que se basan en su capacidad
para satisfacer necesidades implícitas o explícitas”[Norma ISO 8402, 1994].
Estos rasgos y características a menudo son especificados por el propio cliente,
aunque a veces, lo que se indica es el objetivo que el P/S debe cumplir. El propósito de
un SGC es asegurar que los P/S sean fabricados de acuerdo con unas especificaciones,
o bien que se ajustan al objetivo que deben cumplir. Así pues, desde el punto de vista de
la fabricación, los P/S no sólo deberán cumplir las demandas de los consumidores por
la simple razón de que lo hayan hecho en el pasado, sino que, además, deberán reflejar
la confianza en el SGC como tal.
La norma ISO 9001 especifica lo que la dirección de la empresa debe hacer, y en
relación con qué actividades, a fin de que pueda confiar en que éste objetivo se alcance.
De todos modos, lo que no hace es indicar cómo debe hacerlo.
Tiene como propósito principal asegurar que la empresa tenga establecido un
SGC que incluya:
− El compromiso escrito de desarrollar una política de calidad.
− Responsabilidades claramente definidas en todos los aspectos pertinentes de la
dirección de la empresa.
− Medios apropiados para asegurar el cumplimiento de las especificaciones, que,
además, resulten aceptables tanto para la empresa como para el cliente.
− Procedimientos escritos que regulen el aprovisionamiento de materias primas, los
procesos de producción (o compra de servicios), la inspección y el registro, así
como actuar en caso de que el P/S no cumpla las especificaciones.
El objetivo a corto plazo de un SGC es proporcionar garantías del cumplimiento
tanto de la política como de las especificaciones por medio de un sistema de gestión
estructurado, así como permitir que ese cumplimiento sea demostrable a otras
instituciones mediante la documentación y los registros adecuados.

63
En la Tabla No. 6 se describen los elementos y requisitos de un SGC de acuerdo a
la norma ISO 9001.
Tabla No. 6 Elementos y requisitos principales de la norma ISO 9001

Elementos Requisitos
Responsabilidades de la dirección 4.1
4.1.1 Política de la calidad
4.1.2 Organización: responsabilidad y autoridad,
recursos, representante
4.1.3 Revisión por la dirección
Sistema de la calidad 4.2 Generalidades, procedimientos, planificación,
manual de calidad.
Revisión del contrato 4.3 Revisar y registrar revisiones
Control del diseño 4.4 Asignar personal cualificado. Determinar
especificaciones cruciales y controlar cambios.
Control de la documentación y de los datos 4.5 Aprobar y autorizar documentos. Facilitar su
utilización y control de inadecuados
Compras 4.6 Asegurarse que cumplen especificaciones
Control de productos adquiridos 4.7 Evaluar idoneidad de suministradores
Identificación y trazabilidad de P/S. 4.8 Identificación donde sea necesario
Control de los procesos 4.9 Identificación de procesos que afecten la
calidad. Crear instrucciones de trabajo. Control
de características del producto
Inspección y ensayo 4.10 Verificar el producto nuevo. Inspección y
comprobaciones finales.
Control de los equipos de inspección, 4.11 Seleccionar equipamiento adecuado. Mantener
medición y ensayo registros de calibrado. Protección de equipos
Estado de inspección y ensayo 4.12 Determinar el estado del producto
Control de los productos no conformes 4.13
Acciones correctoras y preventivas 4.14 Eliminar factores que provoquen la no-
conformidad de productos
Manipulación, almacenamiento, embalaje, 4.15 Proteger la calidad del producto
conservación y entrega
Control de los registros de la calidad 4.16 Registrar el cumplimiento de las
especificaciones
Auditorías internas de la calidad 4.17 Planificar y poner en marcha auditorías
internas. Verificar la concordancia de las
actividades con objetivos iniciales
Formación 4.18 Identificar necesidades de formación y asignar
recursos
Servicio posventa 4.19 Asegurar que se cumplen las exigencias
Técnicas estadísticas 4.20 Identificar y aplicar las técnicas necesarias

3.2.2 Norma BS 7750 sobre SGMA


Las mismas consideraciones anteriores, han sido aplicadas para la aproximación
sistémica a la gestión medioambiental, es decir, la adopción de una política
medioambiental adecuada; el cumplimiento de una serie de objetivos ecológicos —que
serían el equivalente a las especificaciones en la gestión de la calidad—; así como la
posibilidad de demostrar a una amplia variedad de terceras personas —equivalentes a
clientes en la gestión de calidad— que se están cumpliendo tanto las exigencias como
los objetivos de esa política medioambiental.

64
De acuerdo con Hunt y Johnson, los objetivos que se fijó el BSI en 1991
consistían en desarrollar una norma británica que,
− fuese complementaria en cuestiones medioambientales a la norma ISO 9001;
− estuviera adaptada a las necesidades de los profesionales generalistas y no a los
especialistas en medio ambiente;
− proporcionase una guía resumida del desarrollo de un SGMA;
− fuese aplicable a todos los tipos y tamaños de empresa;
− recogiese los aspectos medioambientales de los procesos productivos y de los
P/S;
− apoyase las normas y leyes medioambientales existentes y en preparación;
− facilitase el acceso a la información medioambiental y,
− proporcionase el punto de partida para un proceso de certificación [Hunt y
Johnson, 1996].
No es propósito del presente apartado hacer una descripción detallada de la norma
BS 7750-94, ya que esta puede ser fácilmente obtenida de la misma norma. Más bien, la
intención ahora es proporcionar una introducción a los conceptos clave y a los
elementos del sistema y hacerlo de manera que se muestre claramente la integración de
estos elementos en el seno de un SGMA.
En la Figura No. 4 se muestra un esquema general que bien puede representar un
SGMA según esta norma.

REVISIÓN
INICIAL

LISTA DE
EFECTOS M.A.

INFORMACIÓN
EXTERNA

EVALUACIÓN POLÍTICA OBJETIVOS PROGRAMA DE GESTIÓN


AUDITORÍA
E INFORME MEDIOAMBIENTAL Y MEDIOAMBIENTAL
MEDIOAMBIENTAL
METAS

REGISTROS
INTERNOS

REQUISITOS
NORMATIVOS

ORGANIZACIÓN Y RECURSOS DE PROCEDIMIENTOS DOCUMENTACIÓN MANUAL


PERSONAL TODO TIPO DE
GESTIÓN

Figura No. 4 Esquema general de un SGMA según la norma BS 7750

65
3.2.2.1 Elementos y requisitos según la norma BS 7750
La norma exige que la empresa establezca y mantenga un SGMA a fin de
asegurar el cumplimiento de su política y sus objetivos medioambientales. Los
procedimientos previstos por el sistema deben ser documentados de acuerdo con la
normativa, e implantados de un modo efectivo. Así pues, el SGMA se concibe no sólo
como un instrumento de defensa pasiva, sino que también debe contribuir activamente a
la estrategia de la empresa.
En la Tabla No. 7 se recogen los elementos y requisitos esenciales de un SGMA
de acuerdo a la norma BS 7750-94.
Tabla No. 7 Elementos y requisitos de la norma BS 7750

ELEMENTOS REQUISITOS
Compromiso
Revisión inicial 4.1 - Posición actual respecto al medio ambiente, tanto en
el funcionamiento como en los sistemas.
Política medioambiental 4.2 - A disposición de las partes interesadas.
- En un formato fácil de comprensión para todos los
miembros de la empresa.
- Comprometida con un proceso de mejora continua.
- Debe dar a conocer los objetivos medioambientales.
- Define la forma de cumplir, superar o desarrollar los
objetivos medioambientales.
Organización y personal 4.3 - Nombrar un representante de la alta dirección.
- Definir las responsabilidades.
- Identificar necesidades de formación y
adiestramiento del personal.
Evaluación y registro de efectos 4.4 - Evaluar los efectos medioambientales y futuros.
medioambientales - Registros los efectos significativos.
Registro de exigencias legales 4.5 - Registrar las exigencias de la normativa.
Objetivos y metas medioambientales 4.6 - Cuantificar el compromiso de mejora.
- Poner los objetivos y metas a disposición de las
partes interesadas.
Programa de gestión 4.7 - Especificar los responsables de alcanzar los
medioambiental objetivos y metas.
- Definir los medios para alcanzar los objetivos y
metas.
- Tratar los proyectos de desarrollo más significativos.
Manual y documentación de la 4.8 - Cotejar la política, los objetivos y el programa.
gestión medioambiental - Documentar las responsabilidades.
- Describir las interacciones del sistema.
- Sirve de referencia para toda la documentación
relacionada.
Control de operaciones 4.9 - Identificar actividades que deben ser consideradas.
- Mantener instrucciones de trabajo documentadas.
- Ejecutar actividades de verificación.
- Definir el proceso de acciones correctivas.
Registros de gestión medioambiental 4.10 - Registrar el cumplimiento de la norma.
- Registrar el logro de objetivos y metas.
Auditorías del SGMA 4.11 - Desarrollar un plan de auditorías.
- Revisar el sistema en marcha y ejecutado.
Revisiones del SGMA 4.12 - Revisar la continua adecuación del sistema.
A continuación se describen brevemente cada uno de estos elementos.

66
Compromiso. El compromiso de la dirección de la empresa resulta esencial para
que la gestión medioambiental sea efectiva. La propia normativa incluye este requisito
al principio de todo el proceso.
Revisión medioambiental inicial. Este examen preliminar tanto de los efectos
medioambientales que genera la empresa como de sus actuaciones medioambientales
constituye la piedra angular para el desarrollo del SGMA. De cualquier manera, no
constituye un elemento evaluable del sistema, aunque sí es particularmente importante
para todas las empresas en que las actuaciones medioambientales existentes no se
desarrollan de un modo adecuado.
Política medioambiental. La norma establece que la política medioambiental debe
cumplir los siguientes requisitos:
− Mencionar los impactos medioambientales que produce la empresa.
− Estar a disposición de todas las partes interesadas.
− Comprometer a la empresa a una mejora continua, así como a la publicación de
sus objetivos medioambientales.
− Indicar de qué manera deben alcanzarse los objetivos.
Organización y personal. La norma establece unos requisitos relativos a la
responsabilidad, la autoridad y la provisión de recursos, así como a las actividades de
verificación, la comunicación interna y la formación de personal. Además, exige que un
representante de la dirección de la empresa asuma la responsabilidad de asegurar que
todos esos requisitos se cumplan.
Evaluación y registro de los efectos y la legislación medioambiental. La norma
establece los procedimientos necesarios para examinar y evaluar los efectos de todas las
actividades requeridas en la generación de los P/S de la empresa, así como de registrar
todos aquellos que se consideren significativos. También indica los procedimientos para
mantener un registro de la legislación y la normativa medioambiental que afecte a las
actividades de la empresa.
Objetivos y metas medioambientales. La norma exige que los objetivos
medioambientales cumplan ciertas condiciones:
− Que sean numéricos o cuantificados, en la medida que resulte posible.
− Que estén vinculados a un calendario concreto.
− Que estén a disposición de todas las partes interesadas.
Programa de gestión medioambiental. De acuerdo con la norma, el programa de
gestión medioambiental es el motor que impulsa hacia delante a la empresa y la lleva
hacia el ideal conservacionista. En él se describe como se han de alcanzar los objetivos
medioambientales. Igualmente evalúa, la significación de los impactos que causa la
empresa, asigna prioridades a las acciones y establece objetivos.
Manual de gestión medioambiental y documentación. La conveniencia del manual
estriba en que reúne en un documento los elementos clave de un SGMA, por lo que

67
resulta fundamental establecer los procedimientos de control de documentos. También
existe la necesidad de fijar planes de emergencia o contingencia para tratar posibles
problemas medioambientales no previstos. En cualquier caso, la documentación del
sistema y procedimientos esenciales es imprescindible para una efectiva gestión y
auditoría, así como para demostrar la honradez medioambiental de la empresa.
Control de operaciones. El control rutinario de procesos y actividades puede
realizarse de muy diversas maneras, dependiendo de la naturaleza de las actividades, así
como del modo en que se desarrollan. La medida en que los procesos de trabajo están
documentados depende normalmente de las posibles consecuencias de los errores que se
puedan producir, así como de la experiencia y cualificación del personal que se ocupa
de ellos.
Registro de la gestión medioambiental. La exigencia de mantener registros
despierta recelos respecto a la burocracia, pero son claves para una evaluación y
auditoría efectivas del grado de cumplimiento tanto de la normativa como de la política
y los objetivos medioambientales de la empresa. La norma no exige de manera explícita
que se proporcione información al respecto a las partes interesadas —al menos más allá
de lo estipulado por la ley y la normativa—, pero si pone de manifiesto, la presión
creciente para que se dé a conocer —y se demuestre— la validez de los datos de
actuación medioambiental.
Auditoría del sistema de gestión medioambiental. Como ya se mencionó, el
término auditoría ha adquirido diversos significados. La norma BS 7750-94 emplea el
término “auditoría de la gestión medioambiental” para indicar la necesidad de un
enfoque sistémico en la auditoría, conforme a los principios de la auditoría de SGC,
descritos en la norma ISO 10011. También exige que se tenga en consideración con qué
frecuencia deben realizarse las auditorías, así como la formación y la experiencia que
deben tener los auditores.
Evaluaciones o revisiones de la gestión medioambiental. Estas revisiones
consisten en un examen al más alto nivel de la empresa, de la efectividad del proceso de
auditoría, así como de la conveniencia de proseguir con la política medioambiental
adoptada. Estas evaluaciones, junto a la revisión periódica de los objetivos, representan
los mayores estímulos a una mejora continua.
Certificación. De acuerdo con los objetivos planteados para el desarrollo de la
norma, la intención de la BSI siempre fue que esta norma sirviera de base a un sistema
de certificación, tal y como ocurre con la serie de normas ISO 9000. Este tipo de
certificación, aunque no se especifique en la norma, ofrece la ventaja de permitir a la
empresa demostrar a terceras partes, que cumple la normativa, para lo cual es necesaria
la participación de un evaluador independiente.
En resumen, de acuerdo a la norma BS 7750-94, el establecimiento de un SGMA,
proporciona un marco en el que cada empresa podría gestionar su actuación
medioambiental de manera activa, permanente y sistemática. Pretende igualmente,

68
asegurar una visión equilibrada en todos los departamentos de la empresa, permitiendo
la fijación de objetivos y metas medioambientales concretas, optimizando la efectividad
del proceso de auditoría medioambiental y facilitando la certificación respectiva.
3.2.3 Norma ISO 14001 sobre SGMA
Como se ha descrito previamente en la revisión histórica, la ISO creó el Comité
Técnico TC-207 conformando varios Subcomités y a su vez varios Grupos de Trabajo
con el objetivo de desarrollar normas para la gestión medioambiental. La norma
internacional sobre gestión medioambiental se denominó norma ISO serie 14000 [ISO
Online-Internet, 1997].
La Tabla No. 8 relaciona los temas, subcomités, grupos de trabajo y norma
específica desarrollada mediante el TC 207.
Tabla No. 8 Normas ISO serie 14000 de gestión medioambiental

Tema Subcomités y Grupos de Trabajo Norma ISO


Secretariados específica
Sistemas de gestión SC1 Reino Unido 1. Especificación y Orientación ISO 14001
medioambiental 2. Orientación general ISO 14004
Auditorías SC2 Países Bajos 1. Principios generales ISO 14010
medioambientales 2. Procedimientos de auditorías ISO 14011
3. Criterios de cualificación para ISO 14012
auditores
Etiquetado ecológico SC3 Australia 1. Principios Básicos ISO 14020
2. AutoDeclaración ISO 14021/2/3
conformidad.
3. Principios básicos del ISO 14024
etiquetado ecológico
Evaluación de la SC4 EE.UU. 1. Evaluación comportamiento ISO 14031
actividad/comportamiento general
medioambiental 2. Evaluación comportamiento
del sector industrial
Evaluación del ciclo de SC5 Francia 1. Principios y procedimientos ISO 14040
vida generales
2. Inventario (general) ISO 14041
3. Inventario (específico de ISO 14042
operaciones de fabricación)
4. Evaluación de Impactos ISO 14043
5. Evaluación de la mejora del
ciclo de vida
Términos y definiciones SC6 Noruega 1. Aspectos medioambientales en ISO 14060
P/S normalizados
Fuente: ISO On-Line. Internet http://www.iso.ch

De toda la familia de normas ISO de la serie 14000, la más relevantes quizás, son
las normas ISO 14001 e ISO 14004 sobre SGMA ya que son la referencia que deberán
usar las organizaciones que pretendan la certificación por tercera parte de su SGMA.
La ISO 14001, constituye una especificación que describe los requisitos de un
SGMA, es decir, describe las especificaciones y directrices para su utilización. Se ha
desarrollado para ser aplicable a todos los tipos y tamaños de organizaciones y para
ajustarse a diversas condiciones geográficas, culturales y sociales. Sin embargo,

69
contiene solamente aquellos requisitos que pueden ser auditados objetivamente con
propósitos de certificación/registro y/o autodeclaración.
Así, el objetivo final de esta norma es apoyar la protección medioambiental y la
prevención de la contaminación en equilibrio con las necesidades socioeconómicas
[Norma ISO 14001, 1996].
La ISO 14004 por su parte, es una guía no certificable que tiene como fin dar
asistencia genérica a una organización para implantar o mejorar un SGMA. Describe
las directrices generales sobre principios, sistemas y técnicas de apoyo y por lo tanto,
puede ser utilizada por aquellas organizaciones que requieran una orientación general
más amplia sobre todos los temas relacionados con los SGMA. Contiene ejemplos,
descripciones y opciones que ayudan a la empresa a implantar un SGMA y a consolidar
su articulación con el manejo global de la empresa [Norma ISO 14004, 1996].
Por la importancia específica que reviste la norma ISO 14001 en la presente tesis,
a continuación se describen brevemente su objeto, campo de aplicación y los requisitos
del SGMA.
3.2.3.1 Objeto y campo de aplicación de la norma ISO 14001
El objeto fundamental de la norma ISO 14001 es el SGMA. En este sentido, la
norma especifica los requisitos para que un SGMA capacite a una organización para
formular una política y unos objetivos, teniendo en cuenta los requisitos legales y la
información acerca de los impactos significativos.
Se aplica a aquellos aspectos medioambientales14 que la organización puede
controlar y sobre los que puede esperarse que tenga influencia y establece por sí misma,
criterios de actuación medioambiental específicos [Norma ISO 14001, 1996].
De acuerdo con la norma, ésta se aplica a cualquier empresa que desee:
− Implantar, mantener y mejorar un SGMA.
− Asegurarse de su conformidad con la política medioambiental establecida.
− Demostrar a terceros tal conformidad.
− Conseguir la certificación y registro de su SGMA ante un organismo externo.
− Realizar una AutoEvaluación y una AutoDeclaración de conformidad con esta
norma internacional [Norma ISO 14001, 1996].

3.2.3.2 Elementos y requisitos según la norma ISO 14001


De acuerdo con esta norma,
“El SGMA proporciona un proceso estructurado para la consecución de mejoras
continuas, cuyo ritmo de aplicación será determinado por la organización a la vista
de factores económicos y otras circunstancias” [Norma ISO 14001, 1996].

14
Los aspectos medioambientales constituyen los elementos de las actividades y P/S de una
organización que pueden interactuar con el medio ambiente. Un aspecto medioambiental
significativo es aquel que tiene o puede tener un impacto medioambiental significativo [Norma
ISO 14001, 1996].

70
Aunque se pueda esperar alguna mejora en el comportamiento medioambiental
gracias a la adopción de un planteamiento sistemático, deberá entenderse que el SGMA
es una herramienta que capacita a la organización para alcanzar y controlar
sistemáticamente el nivel de comportamiento que a sí misma se propone. Por estos
motivos, la puesta en práctica y funcionamiento del SGMA no es garantía por sí misma
de una reducción inmediata de los impactos medioambientales negativos.
La base de este enfoque sistémico lo constituye un proceso dinámico que sigue el
ciclo de “planificar, poner en práctica, comprobar y revisar”, mediante el
establecimiento y cumplimiento continuo y reiterativo de los elementos y requisitos del
SGMA tal como se representa en la Figura No. 5.

mejora continua

POLITÍCA
MEDIOAMBIENTAL

REVISIÓN POR
LA DIRECCIÓN

PLANIFICACIÓN

CONTROL Y IMPLANTACIÓN Y
ACCIÓN FUNCIONAMIENTO
CORRECTORA

Figura No. 5 Esquema general de un SGMA según la norma ISO 14001

La Tabla No. 9 resume los diferentes elementos y requisitos de la norma ISO


14001.
Tabla No. 9 Elementos y Requisitos de la norma ISO 14001

ELEMENTOS REQUISITOS
Revisión inicial
- Requisitos legales y reglamentarios
- Identificación de los aspectos ambientales
significativos

71
- Examen de las prácticas y procedimientos de
gestión medioambiental existentes.
- Evaluación de la información obtenida
Política medioambiental 4.2
- Apropiada a la naturaleza, magnitud e
impactos ambientales de sus actividades y P/S.
- Compromiso de mejora continua y de
prevención de la contaminación.
- Compromiso de cumplir la legislación
medioambiental.
- Marco para establecer y revisar los objetivos
y metas medioambientales
- Documentada, implantada, mantenida al día y
comunicada a todos los empleados.
- A disposición del público.
Planificación 4.3
4.3.1 - Aspectos medioambientales.
4.3.2 - Requisitos legales y otros requisitos.
4.3.3 - Objetivos y metas medioambientales.
4.3.4 - Programa de gestión medioambiental.
Implantación y funcionamiento 4.4
4.4.1 - Estructura y responsabilidades.
4.4.2 - Formación, sensibilización y competencia
profesional.
4.4.3 - Comunicación
4.4.4 - Documentación del SGMA.
4.4.5 - Control de la documentación.
4.4.6 - Control operacional.
4.4.7 - Planes de emergencia y capacidad de
respuesta.
Comprobación y acción 4.5
correctora 4.5.1 - Seguimiento y medición
4.5.2 - No-conformidad, acción correctora y acción
preventiva.
4.5.3 - Registros.
4.5.4 - Auditoría del SGMA.
Revisión por la dirección 4.6 - Revisión del SGMA.

A continuación se describen y analizan brevemente cada uno de estos elementos.


3.2.3.2.1 Revisión Inicial
La revisión inicial se realizará para aquellas organizaciones que carezcan de un
SGMA, como primer paso para identificar su situación actual con respecto al medio
ambiente. De acuerdo con la norma (anexo A.3.1), dicha revisión tiene por objetivo
“...la consideración de todos los aspectos medioambientales de la organización como
base para el establecimiento del SGMA [Norma ISO 14001, 1996].
Un correcto planteamiento de la revisión inicial puede incluir el uso de listas de
comprobación, entrevistas, inspecciones, mediciones directas y, resultados de otras
revisiones anteriores, dependiendo de la naturaleza de las actividades. Según el mismo
anexo, la revisión deberá cubrir cuatro áreas clave:
− Requisitos legales y reglamentarios.

72
− Identificación de los aspectos medioambientales significativos relacionados con
las emisiones atmosféricas, vertidos de agua, gestión de residuos, contaminación
del suelo, empleo de materias primas y recursos naturales y otras cuestiones
medioambientales locales y que afecten a la comunidad.
− Examen de todas las prácticas y procedimientos de gestión medioambiental
existentes.
− Evaluación de la información obtenida a partir de las investigaciones sobre
incidentes previos [Norma ISO 14001, 1996].
En cualquier caso, deberán considerarse las operaciones normales y anormales
dentro de la empresa, así como las situaciones potenciales de emergencia.
3.2.3.2.2 Política medioambiental
La política medioambiental constituye el motor para la implantación y la mejora
del SGMA, de tal forma que pueda mantener y mejorar potencialmente su
comportamiento medioambiental. Con la intención de evitar que las empresas copien las
políticas de otras o que redacten políticas muy floridas, pero con poca sustancia, la
norma requiere que las empresas aseguren que su política medioambiental satisfaga las
siguientes condiciones (numeral 4.2):
− Que sea apropiada con relación a la naturaleza, magnitud e impactos
medioambientales de sus actividades y P/S.
− Que incluya el compromiso de la empresa en cuanto a la mejora continua, la
prevención de la contaminación, el acatamiento de la legislación y
reglamentación medioambiental aplicable y con otros compromisos que la
organización suscriba.
− Que la política medioambiental constituya el marco para establecer y revisar
una serie de objetivos y metas medioambientales concretas y bien definidas que
materialicen el cumplimiento de los compromisos mencionados.
− Que la política medioambiental sea documentada, implantada, mantenida al día
y comunicada a todos los empleados y estar a disposición del público.
− Que la política medioambiental esté dentro del contexto de la política
medioambiental de cualquier corporación o grupo empresarial al que pertenezca
[Norma ISO 14001, 1996].
Aunque en la norma no se establece, es evidente que la política medioambiental
deberá estar armonizada y ser coherente con la política medioambiental estatal.
3.2.3.2.3 Planificación
La planificación comprende los aspectos medioambientales, los requisitos legales
y otros requisitos, los objetivos y metas y el programa de gestión medioambiental.
3.2.3.2.3.1 Aspectos medioambientales
De acuerdo con la norma (numeral 4.3.1),
“La organización debe establecer y mantener al día los procedimientos para
identificar los aspectos medioambientales de sus actividades y P/S que pueda
controlar y sobre los que se pueda esperar que tenga influencia, para determinar
aquéllos que tienen o pueden tener impactos significativos en el medio ambiente”
[Norma ISO 14001, 1996].

73
Esto implica que deberá así mismo asegurarse de que los aspectos relacionados
que puedan ocasionar impactos negativos sean tenidos en cuenta cuando se establezcan
los objetivos medioambientales.
Así mismo, en la determinación de los aspectos medioambientales, se deberán
tener en cuenta los flujos materiales asociados con sus actividades y P/S actuales y con
los pasados que pudieran ser relevantes.
Según la norma (anexo 4.3.1),
“el proceso para la identificación de los aspectos medioambientales significativos,
asociados a las actividades en las unidades operativas, deberá considerar cuando
fuese relevante, los siguientes aspectos:
− emisiones atmosféricas,
− vertidos al agua,
− gestión de residuos,
− contaminación del suelo,
− empleo de materias primas y recursos naturales y,
− otras cuestiones medioambientales locales y que afecten a la comunidad”
[Norma ISO 14001, 1996].
Este proceso deberá considerar las condiciones de funcionamiento normales, las
condiciones de parada y arranque de las actividades, así como los impactos potenciales,
juzgados con realismo, asociados a situaciones de emergencia razonablemente
previsibles. También se considerará el coste y el tiempo que supone la realización del
análisis, así como la disponibilidad de datos fiables. En este proceso puede emplearse
información ya desarrollada por razones reglamentarias o de otro tipo.
La organización deberá tener en cuenta el grado de control real que puede tener
sobre los aspectos medioambientales bajo consideración. En todo caso, se trata de
identificar los aspectos medioambientales significativos asociados a las actividades y
P/S, y no pretende exigir una valoración detallada de su ciclo de vida.
En otras palabras, las organizaciones no tienen que evaluar cada entrada de
producto, componente o materia prima, sino que pueden seleccionar categorías de
actividades y/o P/S para identificar aquellos aspectos con mayor probabilidad de tener
un impacto significativo.
3.2.3.2.3.2 Requisitos legales y otros requisitos
La organización debe establecer y mantener al día un procedimiento para la
identificación y el acceso a los requisitos legales, y otros requisitos a los que la
organización se someta que sean aplicables a los aspectos medioambientales de sus
actividades y P/S. De acuerdo con la norma (anexo A.3.2), ejemplos de esos otros
requisitos pueden ser los códigos de buenas prácticas industriales, los acuerdos con
autoridades públicas o las directrices o pautas de comportamiento no reglamentarias.

74
3.2.3.2.3.3 Objetivos y metas
Según la norma (numeral 4.3.3), la organización debe establecer y mantener
documentados los objetivos y metas medioambientales, para cada una de las funciones y
niveles relevantes dentro de la organización. Cuando se establezcan y revisen estos
objetivos, la organización debe considerar los requisitos legales y de otro tipo, sus
aspectos medioambientales significativos, sus opciones tecnológicas y sus requisitos
financieros, operacionales y de negocio, así como la opinión de las partes interesadas.
Los objetivos y metas deben ser consecuentes con la política medioambiental, incluido
el compromiso de prevención de la contaminación.
Los objetivos deberán ser específicos y las metas deberán ser mensurables
siempre que sea posible y, donde sea apropiado, tendrán en cuenta medidas preventivas.
Cuando una empresa contemple opciones tecnológicas, puede considerar el uso de la
mejor tecnología disponible cuando sea económicamente viable, eficiente desde el
punto de vista de los costes, y se juzgue apropiada.
La referencia a los requisitos financieros de la empresa no significa que las
organizaciones estén obligadas a emplear metodologías para la contabilidad de costes
medioambientales.
3.2.3.2.3.4 Programa de gestión medioambiental
Una vez fijados los objetivos y metas medioambientales, éstos deben someterse a
un proceso de implantación, por lo cual, la organización debe establecer y mantener al
día un programa o programas para lograr sus objetivos y metas, el cual constituye un
elemento clave para la implantación adecuada del SGMA. De acuerdo con la norma
(numeral 4.3.4), el programa medioambiental deberá describir cómo se conseguirán los
objetivos y metas de la organización, incluyendo su planificación en el tiempo y el
personal responsable para la implantación de la política medioambiental de la
organización.
También puede incluir, cuando sea pertinente y práctico, consideraciones acerca
de las etapas de planificación, diseño, producción, marketing y desecho, lo cual puede
resumirse tanto para las actividades y P/S actuales como para los nuevos. Si un
proyecto se relaciona con actividades o P/S nuevos o modificados, el programa debe
modificarse donde sea necesario, para asegurarse de que la gestión medioambiental se
aplica a tales proyectos. En tal caso, el programa debería incluir una revisión
medioambiental de las nuevas actividades. El programa medioambiental podrá ser
subdividido con el fin de tratar elementos específicos de las operaciones de la empresa.
3.2.3.2.4 Implantación y funcionamiento
Comprende la definición y documentación de los siguientes elementos:

75
3.2.3.2.4.1 Estructura y responsabilidades
Persigue el establecimiento de la estructura organizativa, la definición de
funciones, responsabilidades y autoridad. La dirección deberá asegurar que se asignan
los recursos necesarios para la implantación y mantenimiento del sistema. Estos
recursos incluyen tanto recursos humanos y conocimientos especializados, como
recursos tecnológicos y financieros. Según la norma (numeral 4.4.1), las funciones, las
responsabilidades y la autoridad, deben estar definidas y documentadas, para lo cual la
dirección deberá designar representantes específicos que, sin perjuicio de otras
responsabilidades puedan:
− Asegurar que los requisitos del SGMA están establecidos, implantados y
mantenidos al día de acuerdo a la norma.
− Informar del funcionamiento del SGMA a la alta dirección para su revisión y
como base para la mejora del sistema [Norma ISO 14001, 1996].
En organizaciones grandes o complejas puede haber más de un representante con
dichas atribuciones. En pequeñas y medianas empresas, estas responsabilidades pueden
ser asumidas por un individuo. Sin embargo, la implantación con éxito de un SGMA
demanda el compromiso de todos los empleados de la empresa.
Por lo anterior, las responsabilidades medioambientales no deberían considerarse
como restringidas a la función medioambiental, sino que pueden también incluir otras
áreas de la empresa, como la gestión operativa y las funciones de apoyo distintas a las
medioambientales.
3.2.3.2.4.2 Formación, sensibilización y competencia profesional
Según la norma (numeral 4.4.2 y anexo A.4.2), se requiere que todo el personal
que lleve a cabo funciones que puedan causar impactos medioambientales significativos
tenga una competencia profesional adecuada sobre la base de una educación, formación
o experiencia apropiadas. Ante esto, la organización debe identificar las necesidades de
formación y establecer y mantener al día procedimientos para hacer conscientes a sus
empleados o miembros en cada nivel o función.
También deberá exigir que los contratistas que trabajen para ella sean capaces de
demostrar que sus empleados poseen la formación adecuada. La alta dirección deberá
determinar el nivel de experiencia, competencia profesional y entrenamiento adecuados
para asegurar la capacidad del personal, especialmente aquellos que desempeñan
funciones especializadas de gestión medioambiental.
3.2.3.2.4.3 Comunicación
De acuerdo con la norma (numeral 4.4.3), con relación al SGMA y a los llamados
aspectos medioambientales, la empresa deberá establecer procedimientos para la
recepción, documentación y respuesta de información a las peticiones (relacionadas con
el medio ambiente) remitidas por las partes interesadas externas, tales como las
autoridades locales o grupos cívicos.

76
Ejemplos de los temas que podría abordar la organización, según este apartado, es
la manera como establecerán los canales de comunicación con las autoridades públicas,
especialmente en lo referente a la obtención de certificaciones de conformidad
medioambiental, como se verá posteriormente.
3.2.3.2.4.4 Documentación del SGMA
Según la norma (numeral 4.4.4),
“la organización debe establecer y mantener al día, en papel o en formato
electrónico, la información para:
− describir los elementos básicos del sistema de gestión y su interrelación.
− orientar sobre la documentación de referencia” [Norma ISO 14001, 1996].
El nivel de detalle de la documentación deberá ser suficiente para poder describir
los elementos centrales del SGMA y su interacción, así como proporcionar las
indicaciones para poder obtener una información más detallada sobre el funcionamiento
de partes específicas del sistema.
Según la norma (anexo A.4.4), la documentación relacionada podrá incluir:
información de los procesos, organigramas, normas internas y procedimientos de
funcionamiento y, planes de emergencia. Dicha documentación podrá integrarse con la
documentación de otros sistemas implantados por la empresa y por lo tanto, no tiene por
qué ser en forma de un único manual.
3.2.3.2.4.5 Control de la documentación
De acuerdo con la norma (numeral 4.4.5), ´
“La organización debe establecer y mantener al día procedimientos para controlar
toda la documentación requerida por la norma...” [Norma ISO 14001, 1996].
La intención del control de la documentación es asegurar que las empresas creen
y mantengan la documentación suficiente como para asegurar la implantación del
SGMA. No obstante, la atención principal de la empresa deberá estar en la
implantación efectiva del sistema y en el funcionamiento medioambiental y no en un
sistema complejo de control de la documentación.
Según Lamprecht, la documentación debe ser legible, fechada (con fechas de
revisión) y fácilmente identificable, conservada de manera ordenada y archivada por un
período especificado, y por lo tanto, dicho procedimiento debe garantizar lo siguiente:
− La revisión y corrección periódica de los documentos y la aprobación de los
mismos por personal autorizado debidamente identificado.
− La identificación y disposición de los documentos pertinentes y actualizados.
− La retirada de los elementos obsoletos de todos los puntos de emisión y de uso.
− La identificación apropiada de cualquier elemento obsoleto que se conserve por
motivos legales o como referencia interna [Lamprecht, 1997].
3.2.3.2.4.6 Control operacional
De acuerdo con la norma (numeral 4.4.6),

77
“La organización debe identificar aquellas operaciones y actividades que están
asociadas con los aspectos medioambientales significativos, conforme a su política,
objetivos y metas...” [Norma ISO 14001, 1996].
La organización deberá planificar estas actividades, incluyendo el mantenimiento,
para asegurar que se efectúan según las condiciones especificadas.
El control operacional en términos generales constituye un requisito
imprescindible para evitar que la empresa se desvíe de lo expuesto en la política
medioambiental y se separe de los objetivos y metas medioambientales asociadas a ella.
Para satisfacer lo anterior, es probable que deban especificarse unos criterios
operacionales para ciertos procedimientos, para lo cual se podrían recurrir a dispositivos
informáticos que permitan obtenerlos de manera automática.
3.2.3.2.4.7 Planes de emergencia y capacidad de reacción
Según la norma (numeral 4.4.7),
“La organización debe establecer y mantener al día procedimientos para identificar y
responder a accidentes potenciales y situaciones de emergencia, y para prevenir y
reducir los impactos medioambientales que puedan estar asociados a ellos [Norma
ISO 14001, 1996].
También deberá revisar y comprobar periódicamente tales procedimientos cuando
ello sea posible con el objetivo de asegurar que se han considerado todas las situaciones
potenciales de emergencia y las debidas respuestas.
En este contexto es fundamental que la empresa desarrolle estudios adecuados de
evaluación de riesgos. Según Lamprecht, el riesgo se define como,
“una característica física o química de un material, proceso o instalación que tiene el
potencial de causar daños a las personas, la comunidad o al medio ambiente en
general” [Lamprecht, 1997].
Los estudios de evaluación de riesgos serán concebidos para ofrecer a las
empresas una serie de datos que contribuyan a la mejora en materia de seguridad y de la
gestión de los riesgos con el fin de reducir o eliminar los riesgos inherentes en diversos
tipos de actividades y procesos. De acuerdo con Lamprecht, el proceso básico para la
evaluación de riesgos consta de los siguientes pasos:
− El análisis de las propiedades de los materiales y de las condiciones del proceso.
− La experiencia en la utilización de los productos.
− El desarrollo de una matriz (o matrices) de referencias cruzadas o interacciones.
− El empleo de las técnicas apropiadas para la identificación de los riesgos
[Lamprecht, 1997].

3.2.3.2.5 Comprobación y acción correctora


La comprobación y acción correctora comprende los siguientes elementos:
3.2.3.2.5.1 Seguimiento y medición
Según la norma (numeral 4.5.1),

78
“La organización debe establecer y mantener al día procedimientos documentados
para controlar y medir de forma regular las características clave de sus operaciones
y actividades que puedan tener un impacto significativo en el medio ambiente”
[Norma ISO 14001, 1996].
Igualmente establece que debe establecer y mantener al día un procedimiento
documentado para la evaluación periódica del cumplimiento de la legislación y
reglamentación aplicable. Esto debe incluir el registro de la información de seguimiento
del funcionamiento, de los controles operacionales relevantes y de la conformidad con
los objetivos y metas medioambientales de la organización. Los equipos de inspección
deberán estar calibrados y someterse a mantenimiento y los registros de este proceso
deben conservarse de acuerdo con los procedimientos de la empresa.
3.2.3.2.5.2 No-conformidad, acción correctora y acción preventiva
Según la norma (numeral 4.5.2),
“La organización debe establecer y mantener al día procedimientos que definan la
responsabilidad y autoridad para controlar e investigar las no conformidades
llevando a cabo acciones encaminadas a la reducción de cualquier impacto
producido, así como para iniciar y completar las acciones correctoras y preventivas
correspondientes” [Norma ISO 14001, 1996].
Cualquier acción correctora o preventiva tomada para eliminar las causas de no
conformidades, reales o potenciales, debe ser proporcional a la magnitud de los
problemas detectados y ajustada al impacto medioambiental encontrado. Así mismo, la
organización deberá implantar y registrar en los procedimientos documentados
cualquier cambio que resulte como consecuencia de las acciones correctoras y
preventivas.
De acuerdo con la norma (anexo 4.5.2), en el establecimiento y mantenimiento de
procedimientos para la investigación y corrección de no conformidades, la empresa
deberá incluir los siguientes elementos básicos:
− La identificación de la causa de la no-conformidad.
− La identificación y la implantación de las acciones correctoras necesarias.
− La implantación o la modificación de los controles necesarios para evitar
repeticiones de la no-conformidad.
− El registro de cualquier cambio en los procedimientos escritos de la acción
correctora [Norma ISO 14001, 1996].

3.2.3.2.5.3 Registros
Los registros proporcionan evidencias acerca de la ejecución del SGMA, e
indican si ha tenido éxito o no, en el logro de los objetivos, metas y criterios de
actuación, por lo cual, según la norma (numeral 4.5.3),
“...la organización debe establecer y mantener al día procedimientos para identificar,
conservar y eliminar los registros medioambientales...” [Norma ISO 14001, 1996].
La información a registrar puede ser muy extensa en cuanto a objetivos y alcance,
desde la relativa a la formación hasta la relativa a los resultados de auditorías y
revisiones, por lo cual los registros medioambientales deben ser legibles, identificables

79
y podrán ser relacionados con la actividad o P/S implicado. Asimismo, deben ser
guardados y conservados de forma que puedan recuperarse fácilmente, y estén
protegidos contra daños, deterioro o pérdida, estableciéndose y registrándose el período
durante el que deben ser conservados.
De acuerdo con la norma (anexo A.5.3), las empresas establecerán y mantendrán
procedimientos para registrar, entre otros los siguientes aspectos:
− Todos los requisitos legales, reglamentarios y demás requisitos normativos
correspondientes a los aspectos medioambientales de sus actividades y P/S.
− Tareas y responsabilidades asignadas.
− Información sobre el proceso productivo y los P/S.
− Procesos de AutoEvaluación de Conformidad y sus resultados.
− Comunicaciones de las partes interesadas, quejas, y acciones subsiguientes.
− Progreso hacia el logro de objetivos y metas.
− Incidencias de no-cumplimiento, acciones correctoras y sus resultados.
− Resultados de auditorías y acciones subsiguientes [Norma ISO 14001, 1996].
3.2.3.2.5.4 Auditorías del SGMA
Constituyen una parte esencial de cualquier SGMA, ya que proporcionan los
medios para revisar el funcionamiento efectivo del sistema y poner en marcha acciones
correctivas en caso necesario. Según la norma (numeral 4.5.4), la organización deberá
establecer y mantener al día programas y procedimientos para que se realicen auditorías
del SGMA.
Las auditorías de SGMA pueden ser internas o externas a la empresa,
dependiendo de quién y para qué fin se realicen, y aunque su naturaleza difiera algo en
los objetivos que se pretenden alcanzar, su enfoque general es el mismo, siendo
realizadas en ambos casos según las guías establecidas en las normas ISO 14010/1/2
[Lamprecht, 1997].
Las Auditorías Medioambientales Internas (AMAI), aunque se lleven a cabo de
manera rutinaria y periódica, también pueden desarrollarse como respuesta a cambios
significativos en el SGMA, o en las actividades o P/S de la empresa o bien, por la
necesidad de poner en marcha medidas correctoras. En general, se realizan con el fin de
proporcionar a la empresa la oportunidad de mejorar su SGMA, y de ese modo
contribuir a la mejora continua de su actuación medioambiental. Según la norma (anexo
A.5.4), un programa de auditoría interna, así como los procedimientos, deberán abarcar
los siguientes campos:
− las actividades y áreas que deben contemplar las auditorías;
− la frecuencia de las auditorías;
− las responsabilidades asociadas con la gestión y dirección de las auditorías;
− la comunicación de los resultados de las auditorías;
− la competencia profesional del auditor;
− el procedimiento de auditoría [Norma ISO 14001, 1996].
Por otro lado, y de acuerdo a Lamprecht, las Auditorías Medioambientales
Externas (AMAE) se llevarían a cabo por diferentes razones, como son:

80
− Evaluar la conformidad del SGMA de una empresa con los requisitos de una
norma como la ISO 14001, a fin de permitir su certificación.
− Evaluar la buena práctica medioambiental de un contratista cuando existe un
deseo de establecer contacto o continuar con él.
− Comprobar si un SGMA o determinadas prácticas cumplen la legislación
[Lamprecht, 1997].
3.2.3.2.6 Revisión por la Dirección
Una vez establecido, el SGMA deberá contener mecanismos para su propio
mantenimiento. La revisión por la dirección debe atender a la eventual necesidad de
cambios en la política, objetivos y otros elementos del SGMA, a la vista de los
resultados de la auditoría del SGMA, las circunstancias cambiantes y el compromiso de
mejora continua.
De acuerdo con la norma (anexo A.6), el alcance de dicha revisión deberá ser
completo, aunque no es necesario revisar a la vez todos los elementos del sistema y por
lo tanto, podrá desarrollarse durante un período largo de tiempo. Igualmente, establece
que la revisión de la política, objetivos y procedimientos deberá llevarse a cabo por el
nivel directivo que los haya definido y deberá incluir entre otros aspectos:
− los resultados de auditorías,
− la extensión con la que se han cumplido los objetivos y metas,
− la adecuación continuada del SGMA con relación a las condiciones cambiantes y
a la información y,
− los motivos de preocupación que surjan entre las partes interesadas [Norma ISO
14001, 1996].
Contrastada con el modelo de orden, mando y sanción que aún prevalece, la
norma establece un reto a cada organización para que asuma sus aspectos
medioambientales, fije sus objetivos y metas y, se comprometa con la aplicación de
unos procesos eficaces y fiables y con la mejora continua. Para esto deberá unir a los
trabajadores y a la dirección en un sistema de concienciación colectiva e informada y de
responsabilidad personal en relación con el comportamiento medioambiental de la
organización.
Resumiendo todo lo hasta aquí descrito con relación a la norma ISO 14001, ésta
da forma a un nuevo enfoque de protección del medio ambiente, es decir, el enfoque
sistémico.
3.3 Reglamento CEE/1836/93, relativo al sistema comunitario de ecogestión
y ecoauditoría de la Unión Europea
Puede decirse, que el Reglamento CEE/1836/93, en lo sucesivo “el Reglamento”,
por el cual se permite que las empresas del sector industrial se adhieran con carácter
voluntario a un sistema de gestión y auditorías medioambientales, constituye quizás, la
primera iniciativa de carácter gubernamental-legislativa en el mundo, para asegurar el
control y certificación sistémico de la gestión medioambiental.

81
Aunque fue promulgado en forma de Reglamento de la Unión Europea, —lo cual
implica que su implantación y cumplimiento es de carácter obligatorio por todos los
Estados miembros—, se trata de un sistema al cual podrán adherirse con carácter
voluntario y previo cumplimiento de unos requisitos establecidos, las empresas de los
Estados miembros que desarrollen actividades, —en principio industriales—, con el
objetivo de,
"...promover la mejora continua de los resultados de las actividades industriales en
relación con el medio ambiente y, la facilitación de la correspondiente información al
público, mediante el cumplimiento de los siguientes objetivos específicos:
– el establecimiento y aplicación, por parte de las empresas, de políticas, programas
y SGMA en relación con sus centros de producción;
– la evaluación sistemática, objetiva y periódica del rendimiento de dichos
elementos y,
– la información al público acerca del comportamiento en materia de medio
ambiente..." [Reglamento CEE/1836/93, 1993].

En la Figura No. 6 se muestra un esquema general del sistema comunitario de


ecogestión y ecoauditoría de acuerdo al Reglamento CEE/1836/93.

UNIÓN EUROPEA

ESTADO MIEMBRO
Informe Verificación

EMPRESA Organismo COMISION


Registro
competente UE
Política medioambiental de la empresa

CENTRO Sistema de
Evaluación medioambiental
acreditación Comité

CEN y EOTC
Programa
medioambiental Verificadores
Objetivos Verificación medioambientales Normas
medioambientales SGMA y Examen acreditados
Auditoría
medioambiental
DOCE
Proyecto de Declaración Medioambiental

Validación

Declaración Medioambiental validada

Declaración y/o Logotipo de Participación PÚBLICO

Figura No. 6 Esquema general del Sistema Comunitario de Ecogestión y


Ecoauditoría según el Reglamento CEE/1836/93

82
Como metodología para su revisión y estudio, se opta por realizar el análisis de
cada uno de sus tres objetivos específicos, así como de la estructura y procedimientos
en él establecidos.
3.3.1 Establecimiento de política, programa y SGMA
La revisión y análisis de este primer objetivo específico se realiza siguiendo el
procedimiento establecido en el Reglamento para la participación o adhesión de una
empresa al sistema comunitario. (Ver Figura No. 6)
En primer lugar, establece que la empresa deberá adoptar una política
medioambiental, en la que se plasmen los principios y lineamientos generales en cuanto
al cumplimiento de todos los requisitos normativos correspondientes al medio ambiente.
Esto implica el compromiso de la empresa con respecto a la mejora continua de su
actuación medioambiental, con vista a reducir el impacto medioambiental a niveles que
no sobrepasen los correspondientes a una aplicación económicamente viable de la mejor
tecnología disponible.
En segundo lugar, establece la realización de una evaluación medioambiental,
como diagnóstico preliminar, donde se analicen de manera global los problemas, efectos
y resultados en materia de medio ambiente de las actividades realizadas en el centro15.
La evaluación medioambiental, es quizás la forma de investigación más difícil de
delimitar, puesto que en realidad es donde se engloban todos aquellos trabajos que no se
pueden definir de ninguna otra manera.
Aunque requiere una visita al centro, normalmente no es necesario recurrir a
trabajos de campo y análisis. En este punto es importante distinguir claramente entre
“evaluación medioambiental” y “auditoría medioambiental”. De acuerdo con R.
McLean, las diferencias pueden analizarse desde varios puntos de vista así:
− Según su objetivo, la evaluación pretende determinar qué estándares de
actuación deberían adoptarse mientras que la auditoría pretende verificar la
actuación con respecto a dichos estándares.
− Según los temas medioambientales que tratan, la evaluación trata todos los
temas ambientales conocidos, con o sin estándares explícitos para medir la
actuación, mientras que la auditoría trata únicamente los temas para los cuales
existen estándares.
− Según la frecuencia con que deben realizarse, la evaluación se lleva a cabo antes
de la implantación del SGMA y/o después de cualquier cambio significativo en
las operaciones o prácticas de la empresa, mientras que las auditorías se deben
realizar periódicamente y de acuerdo a un plan establecido previamente
[McLean, 1984].

15
El Reglamento hace la distinción explícita entre “centro” y “empresa”. El centro, constituye el
emplazamiento donde se llevan a cabo las actividades bajo el control de la empresa, y la empresa
constituye la organización en la que la dirección ejerce un control global de las actividades
realizadas, en uno o varios centros de la empresa.

83
En otras palabras, una evaluación es una auditoría en la que no existe un objetivo
o estándar con el cual medir, esto es, que si la empresa no tiene implantado un SGMA,
se debe hablar de evaluación y no de auditoría. Así, mientras la evaluación se ocupa de
las actividades, entradas y salidas durante el ciclo de vida de los P/S, así como los
efectos y riesgos medioambientales, la auditoría medioambiental se ocupa del SGMA
en su conjunto, esto es, de las políticas, los procedimientos, los estándares, registros,
informes y las prácticas documentadas, etc.
El tercer paso establece que, a partir del conocimiento real de la situación del
centro, se establezcan unos objetivos medioambientales. Dichos objetivos
medioambientales deberán ser cuantificables y dimensionados en el tiempo y
constituirán las metas concretas, expresadas desde el punto de vista de eficacia
medioambiental, que la empresa se propone alcanzar en el centro con objeto de cumplir
los compromisos contenidos en su política medioambiental. Se deberá hacer por escrito,
para lo cual se diseñará un programa medioambiental que recoja las actividades o
estrategias a desarrollar para la consecución de dichos objetivos.
El cuarto paso tiene que ver con la implantación, por parte de las empresas de un
SGMA aplicable a todas las actividades del centro, el cual supuestamente, permitirá
llevar a la práctica el programa medioambiental. De acuerdo con el Reglamento, el
SGMA constituye,
“... aquella parte del sistema general de gestión de la empresa que comprende, la
estructura organizativa, las responsabilidades, las prácticas, los procedimientos, los
procesos y los recursos requeridos para llevar a cabo la política medioambiental...”
[Reglamento, CEE/1836/93, 1993].
Deberá diseñarse, aplicarse y mantenerse, por analogía con los SGC, de modo que
se garantice, a través de medidas organizativas y procedimientos adecuados, la
realización de funciones específicas en cuanto a:
− Política, objetivos y programas medioambientales.
− Organización y personal.
− Efectos medioambientales.
− Control operativo.
− Registros de documentación sobre gestión medioambiental.
− Auditorías medioambientales.
El Reglamento considera que las empresas que apliquen normas nacionales,
europeas o internacionales para sistemas de gestión y auditorías medioambientales
cumplen los requisitos del Reglamento, siempre y cuando que las normas hayan sido
homologadas por la CUE.
3.3.2 Evaluación sistemática, objetiva y periódica
Para el cumplimiento de este segundo objetivo específico, el Reglamento ha
dispuesto de varios mecanismos de control:
En primer lugar, se establece que cada Estado miembro designe organismos
competentes, los cuales, de manera neutral e independiente, tendrán la responsabilidad

84
de coordinar y administrar todas y cada una de las actividades relacionadas con el
funcionamiento del sistema comunitario en su Estado respectivo. Dichos organismos
serán igualmente el directo interlocutor con la instancia gubernamental en el ámbito de
la Unión Europea, en este caso la CUE, y con los demás Estados miembros.
Entre otras, una de las funciones específicas más relevante de los organismos
competentes es la relacionada con el registro del centro y la correspondiente asignación
de un número de registro. Esta función será realizada por el organismo competente en
cuya jurisdicción esté ubicado el centro, una vez la empresa haya presentado una
declaración medioambiental debidamente validada, haya pagado las tarifas requeridas
para su correspondiente registro y el organismo competente haya comprobado el
cumplimiento de las condiciones establecidas en el Reglamento.
Por otro lado, el organismo competente actualizará y remitirá anualmente a la
CUE, la lista de centros registrados. Para tal efecto, los organismos competentes
deberán establecer procedimientos para examinar las observaciones de las partes
interesadas referentes a los centros registrados, o a la retirada o suspensión de registro
de los centros. En este punto, la CUE considera que el sistema comunitario dispondrá
de mayor crédito si todas las actividades inherentes al mismo son examinadas y
supervisadas por verificadores medioambientales, independientes e imparciales y
debidamente acreditados.
Para la acreditación de los verificadores medioambientales, el Reglamento
manifiesta que cada Estado miembro establecerá un sistema de acreditación y hace
explícita la necesidad de independencia y neutralidad en dicho proceso, para lo cual
podrán valerse de instituciones de acreditación ya existentes, de los organismos
competentes mencionados o bien, designar o crear nuevos organismos para tal fin.
Según el Reglamento, la verificación consiste en,
“...el examen de las políticas, programas, sistemas de gestión, procedimientos de
evaluación y/o auditorías medioambientales y declaraciones medioambientales, así
como la validación de éstas últimas...” [Reglamento CEE/1836/93, 1993].
De esta manera, la función general del verificador medioambiental es la de
certificar el cumplimiento de los requisitos del Reglamento y la fiabilidad de los datos y
de la información incluidos en la declaración medioambiental. Todo esto sin perjuicio
de las facultades de los Estados miembros, en relación con la supervisión de las
disposiciones normativas.
Quizá la función específica más relevante de los verificadores medioambientales
acreditados es la validación de la declaración medioambiental. Esto consiste en
comprobar y certificar si ésta se ha llevado a cabo de conformidad con el Reglamento,
si los datos y la información de la declaración son fiables, y si la declaración comprende
adecuadamente la totalidad de los aspectos medioambientales significativos que
correspondan al centro.
3.3.3 Información pública
El Reglamento plantea que la información y participación pública es un elemento
esencial de buena gestión medioambiental. Para el cumplimiento de este tercer objetivo

85
específico, se introduce una importante novedad en el Reglamento denominada
declaración medioambiental de la empresa, con la cual se propone motivar a las
empresas para que elaboren y difundan comunicados periódicos sobre la situación
medioambiental real de sus instalaciones, de sus políticas, programas y objetivos, en
síntesis, de su SGMA.
La declaración medioambiental será realizada por las empresas después de la
primera evaluación medioambiental y/o de la conclusión de cada auditoría consecutiva
o ciclo de auditorías por cada centro que participe en el sistema comunitario y tiene por
objetivo fundamental la información del público. Su contenido básico comprenderá:
− una descripción de las actividades de la empresa en el centro considerado;
− una valoración de todos los problemas medioambientales significativos que
guardan relación con las actividades de que se trate;
− un resumen de datos cuantitativos sobre emisión de contaminantes, generación
de residuos, consumo de materias primas, energía y agua, ruido y otros aspectos
medioambientales significativos;
− otros factores relacionados con el rendimiento medioambiental;
− una presentación de la política, el programa y el SGMA de la empresa aplicados
en el centro de que se trate [Reglamento CEE/1836/93, 1993].
La declaración medioambiental deberá ser realizada por la empresa para cada
centro que participe en el sistema comunitario. Asimismo, la declaración
medioambiental no será necesariamente el “informe de la evaluación medioambiental”
ni mucho menos el “informe de auditoría”, ya que éstos no tienen porqué hacerse
públicos.
Las declaraciones medioambientales deberán reflejar por escrito el resultado de
las evaluaciones y/o auditorías medioambientales que a su vez nacen como
consecuencia de una intensa preocupación pública por el medio ambiente y la exigencia
de transparencia, tanto de la acción administrativa como de los riesgos y daños
engendrados por el funcionamiento de las empresas. Sin embargo, aunque su objetivo es
informar al público, en el Reglamento no está clara la participación del público en el
proceso de evaluación ni en la toma de decisiones que pudieran afectar al medio
ambiente.
Con el objeto de poner de relieve claramente la participación de las empresas en
el sistema comunitario, el Reglamento establece que éstas podrán utilizar declaraciones
y/o logotipos de participación. Dichas declaraciones y/o logotipos podrán ser utilizados
una vez que el organismo competente haya informado a la CUE de su registro y ésta a
su vez, haya publicado la lista de los centros registrados de la comunidad en el Diario
Oficial de la Comunidad Europea (DOCE). El logotipo no podrá utilizarse a no ser que
vaya acompañado de una de las declaraciones de participación y podrá ser usado
únicamente en aquellos centros que hayan sido registrados.

86
3.4 Comparación, relaciones, vínculos y diferencias
Por razones prácticas y teniendo en cuenta la relevancia actual de la norma
internacional ISO 14001, a continuación se realiza un breve análisis comparativo entre
dicha norma y los otros modelos estudiados.
3.4.1 Norma ISO 14001 Vs. Norma ISO 9001
De acuerdo con la revisión realizada, la norma ISO 14001 comparte buena parte
de los principios fundamentales de la norma ISO 9001. En cualquier caso, conviene
aclarar que la implantación de un SGMA no presupone la aplicación previa de un SGC,
aunque para las empresas que ya cuenten con éste último resultará notablemente más
fácil.
En la Tabla No. 10 se muestran las relaciones y vínculos entre estas dos normas,
en la que se puede apreciar el marcado paralelismo mecánico entre ambas normas.
Tabla No. 10 Relación y vínculos entre las normas ISO 14001 e ISO 9001

Norma ISO 14001 Norma ISO 9001


Revisión inicial
Política medioambiental - Política de calidad
Planificación
Aspectos medioambientales
Requisitos legales y otros requisitos
Objetivos y metas
Programa de gestión medioambiental
- Planificación de la calidad
Implantación y funcionamiento
Estructura y responsabilidades - Organización
Formación, sensibilización y competencia - Formación
profesional
Comunicación
Documentación del SGMA - Generalidades
Control de la documentación - Control de la documentación y de los datos
Control operacional - Procedimientos del sistema de la calidad
- Revisión del contrato
- Control del diseño
- Compras
- Control de P/S suministrados por clientes
- Manipulación, almacenamiento, embalaje,
conservación y entrega
Planes de emergencia y capacidad de - Servicio posventa
respuesta - Identificación y trazabilidad de los P/S
Comprobación y acción correctora
Seguimiento y medición - Inspección y ensayos
- Estado de inspección y ensayos
- Técnicas estadísticas
- Control de los equipos de inspección, medición
y ensayo
No-conformidad, acción correctora y acción - Control de los P/S no conformes
preventiva - Acciones correctoras y preventivas
Registros - Control de registros de la calidad
Auditorías del SGMA - Auditorías internas de la calidad
Revisión por la Dirección - Revisión por la dirección

87
A pesar de esto, se esconde una diferencia decisiva, ya que mientras las normas
ISO serie 9000 se centran en las características del producto y la satisfacción del cliente,
la norma ISO 14001 lo hace en las características medioambientales y las exigencias de
la comunidad en la que está enclavada la empresa.
Aquí es interesante considerar la posibilidad de esperar que una norma ISO
proporcione una especificación genérica sobre sistemas de gestión, con
subespecificaciones o directrices asociadas para su aplicación a la calidad, el medio
ambiente, la seguridad e higiene y, tal vez otras áreas de gestión. En este sentido, los
comités técnicos de la ISO responsables de la gestión de la calidad y de la gestión del
medio ambiente (TC 176 y TC 207, respectivamente), están tratando de coordinarse, ya
que consideran que las ventajas de tener un sólo un sistema de gestión y de funcionar
según un único modelo podrían ser importantes.
Desde luego, la inexistencia de un sistema de gestión general podría resultar muy
negativa, especialmente para aquellas organizaciones que están desarrollando sistemas
que se ajusten a las normas ISO serie 9000, al Reglamento CEE/1836/93 y a la norma
ISO 14001. Aunque tienen algunos aspectos de gestión y enfoques análogos, existen
muchas diferencias entre la gestión de la calidad y la del medio ambiente, que ninguna
norma genérica podría relacionar. Sin embargo, los temas que estudian son complejos y
el desarrollo de normas internacionales es inevitablemente lento, por lo que el
desarrollo de una norma genérica que abarque todas las áreas mencionadas, no tendrá
lugar hasta dentro de muchos años.
Mientras tanto, habrá que conformarse al menos, con las bondades particulares de
una norma específica sobre SGMA, independientemente del modelo utilizado, a pesar
de que, como se explicó en el capítulo anterior, la problemática medioambiental
requiere una actuación fundamentalmente de carácter global e integral. De todas
maneras y por ahora, se prevé que las empresas que trabajan actualmente con alguna de
las normas de la serie ISO 9000 podrán ampliar fácilmente sus sistemas de gestión de
acuerdo con la norma ISO 14001, sin que para su aplicación se exija como requisito
previo la adopción de las normas de la calidad.
3.4.2 Norma ISO 14001 Vs. Norma BS 7750
Aunque la norma ISO 14001 no plantea cambios significativos en relación con la
norma BS 7750, en sí misma constituye un importante adelanto y aporte a la
normalización internacional de la gestión medioambiental.
Aquí es conveniente mencionar un antecedente importante, y es que antes de la
aprobación de la norma ISO 14001, hubo un considerable debate en torno al Grupo de
Trabajo No. 1 del TC 207, relacionado con el grado de detalle que se debería alcanzarse
en una especificación ISO sobre los SGMA. Se realizó un gran esfuerzo para resolver

88
las diferencias de enfoques y se reconoció el valor positivo de disponer de una norma
sobre SGMA aplicable en el ámbito mundial.
En la Tabla No. 11 se ponen de relieve aquellas relaciones y vínculos entre estas
dos normas, que, aunque presentan diferencias sutiles en los términos utilizados, el
modelo fundamental de SGMA es esencialmente el mismo en ambos documentos.
Tabla No. 11 Relación y vínculos entre las normas ISO 14001 y BS 7750

Requisitos de la norma ISO 14001 Requisitos de la norma BS 7750


Revisión inicial Revisión inicial
Política medioambiental Política medioambiental
Planificación
Aspectos medioambientales Evaluación y registro de los efectos y legislación
medioambiental
Requisitos legales y otros requisitos Evaluación y registro de los efectos y legislación
medioambiental
Objetivos y metas Objetivos y metas medioambientales
Programa de gestión medioambiental Programa de gestión medioambiental
Implantación y funcionamiento
Estructura y responsabilidades Organización y personal
Formación, sensibilización y competencia Organización y personal
profesional
Comunicación Política medioambiental
Documentación del SGMA Manual y documentación de la gestión
Control de la documentación Registro de la gestión medioambiental
Control operacional Control operacional
Planes de emergencia y capacidad de respuesta
Comprobación y acción correctora
Seguimiento y medición Control operacional
No-conformidad, acción correctora y acción Control operacional
preventiva
Registros Registro de la gestión medioambiental
Auditorías del SGMA Auditorías medioambientales del SGMA
Revisión por la Dirección Revisión de la gestión medioambiental

3.4.3 Norma ISO 14001 Vs. Reglamento CEE/1836/93


Se ha hecho referencia a la convergencia de la norma ISO 14001 con el
Reglamento CEE/1836/93 durante su proceso de redacción, por lo que su relación es
bastante clara. Sin embargo, existen algunas diferencias básicas que es conveniente
mencionar:
− La norma ISO 14001 define la organización como una unidad operativa
individual, incluso si se trata sólo de una parte de una instalación o centro de
producción, mientras que el Reglamento define la empresa como la organización
en que la dirección ejerce un control global sobre sus centros y se aplica sólo en
términos de dichos centros.
− La norma ISO 14001 ha adoptado el término “impacto”, esencialmente con el
mismo sentido que la palabra “efecto” empleado en el Reglamento. Sin embargo,
adicionalmente incluye el nuevo término “aspectos medioambientales” para
referirse a los componentes de las actividades, P/S de una empresa que son
susceptibles de interaccionar con el entorno y exige la identificación de aquellos
significativos.

89
− La norma ISO 14001 requiere un procedimiento para identificar aspectos
medioambientales a fin de determinar cuáles tienen impactos significativos, sin
exigir su registro. El Reglamento por su parte, no se refiere específicamente a los
efectos indirectos en general. Sin embargo, en su Anexo D sobre “buenas
prácticas medioambientales” se refiere a cualquier impacto significativo sobre el
medio ambiente en general y también a la conveniencia de aconsejar a los clientes
sobre el manejo, uso y eliminación de los productos.
− La norma ISO 14001 requiere un procedimiento para identificar aspectos
medioambientales a fin de determinar cuáles tienen impactos significativos, sin
embargo, no exige su registro. El Reglamento por su parte, exige que la
organización mantenga un registro interno de los efectos medioambientales
significativos.
− La norma ISO 14001 requiere un procedimiento para identificar y tener acceso a
la legislación aplicable, mientras que el Reglamento exige mantener un registro de
dicho material.
− La norma ISO 14001 menciona el requisito de cuantificación (cuando sea posible)
de los objetivos medioambientales, pero hace referencia a escalas de tiempo solo
cuando menciona el programa de gestión medioambiental desarrollado para
alcanzar dichos objetivos. El Reglamento por su parte, hace referencia a los
objetivos indicando que “... deben cuantificar, siempre que sea posible, el
compromiso de mejorar continuamente la actuación medioambiental en unos
plazos definidos...”.
− La norma ISO 14001 exige, establecer, mantener y documentar los objetivos y
metas medioambientales, sin especificar que éstos deban ser públicos. El
Reglamento parece exigir que los objetivos se pongan a disposición del público,
aunque no aparece explícito en el texto.
− La norma ISO 14001 hace referencia al establecimiento de procedimientos de
medición y calibración de los equipos, como una parte del control de la calidad de
las mediciones. El Reglamento solamente menciona los requisitos y los
procedimientos de medición.
− Aunque el espíritu inicial con que fue hecha la norma ISO 14001 fue que pudiera
ser insertada en un sistema de certificación, en sí misma no contempla dicha
función. No así el Reglamento CEE/1836/93, que establece claramente el proceso
de verificación y certificación por terceros.
La Tabla No. 12 presenta una síntesis de diferencias básicas en los modelos
estudiados.
Tabla No. 12 Diferencias básicas en los requisitos de la norma ISO 14001,
norma BS 7750 y Reglamento CEE/1836/93

Requisitos ISO 14001 BS 7750 R. CEE/1836/93


Política SI SI SI
Revisión inicial SI SI SI
Programa SI SI SI
Sistema de gestión SI SI SI
Auditoría SI SI SI
Objetivos SI SI SI
Declaración NO NO SI
Publicación declaración NO NO SI
Certificación NO NO SI

90
Como se puede apreciar, al margen de las sutiles diferencias de léxico y ámbito de
aplicación, existe una diferencia fundamental entre las normas ISO 14001 y BS 7750
con el Reglamento CEE/1836/93: Es la relacionada con la obligatoriedad, en este
último, de realizar y publicar declaraciones medioambientales, así como la posibilidad
de permitir certificaciones medioambientales a las empresas que se adhieran al sistema
comunitario.
3.5 Validez de la aproximación sistémica y sus posibilidades en el ámbito
global
En relación con las normas de SGMA, es evidente que la norma ISO 14001, por
su carácter de norma internacional, está llamada a ser la protagonista en el proceso de
sistematización de la gestión medioambiental y, por lo tanto, todas las demás normas
similares de los niveles nacionales (v.g. BS 7750, UNE 801, etc.) deberán ser
armonizadas con ella.
Esto implica que el interés por los SGMA en el ámbito mundial estará
lógicamente centrado en su aplicación, lo que lleva necesariamente a tener en cuenta
ciertos aspectos relacionados con su valía como norma internacional, según se analiza a
continuación.
En primer lugar, la norma ISO 14001 no contempla un aspecto de fundamental
relevancia en su contexto como norma internacional, y es, —al tenor de lo analizado y
descrito en el capítulo anterior—, la necesidad incuestionable de armonizar globalmente
la política medioambiental. Esto es, armonizar la política medioambiental empresarial
con la política medioambiental estatal, y ésta a su vez con la política medioambiental
global.
En segundo lugar, aunque uno de los fines con que fue creada dicha norma es que
pudiera ser objeto de certificación, en ninguna parte de la norma se establece dicho
procedimiento. Sin embargo, vale preguntarse: ¿Se verá como equivalente una
certificación medioambiental concedida en un país en vías de desarrollo a otra
concedida en un país desarrollado?. Lo más probable es que no, salvo que el país en
vías de desarrollo disponga de unas leyes medioambientales y de una capacidad para
hacerlas cumplir similares a las que existen en los países desarrollados.
En este sentido, una de las cuestiones que más llama la atención en cuanto a la
norma ISO 14001 es el requisito que exige que una organización “debe cumplir con la
legislación y reglamentación aplicable”.
Sin duda, este requisito tiene mucho sentido en los países que disponen de una
legislación medioambiental, pero, como se mencionó en el Capítulo 1 (numeral 1.3.1.3),
¿qué pasa con los países que no disponen de este tipo de leyes o que aun con ellas, y
debido a la falta de recursos o de autoridad política, son incapaces de aplicarla?. Tal es
el caso de una gran cantidad de países en vías de desarrollo, donde se han redactado
leyes de imposible aplicación.

91
Ante esto queda claro, que aunque la norma ISO 14001 constituya un sistema
magnífico para la concienciación a escala mundial de la importancia de llevar a cabo
una gestión medioambiental de manera sistémica, su valía dependerá de que pueda ser
insertada en un sistema estatal de certificación y control, orientado bajo los
lineamientos de una política medioambiental estatal debidamente armonizada a nivel
global, ya que al implantarse de manera voluntaria y aislada su eficacia se reduciría
considerablemente quedando limitada al entorno local de la empresa y permitiendo que
su acción se diluya rápidamente en los entornos regional, nacional y global.
Esto obliga a la creación de dicha estructura sistémica a nivel de cada Estado, la
cual deberá contener como mínimo las áreas de acción destinadas a informar, registrar,
verificar, validar y certificar la conformidad medioambiental de las empresas de todo
tipo. En este sentido, la norma ISO 14001 presenta una considerable ventaja, ya que,
una vez superada dicha limitación nacional, la certificación se hace posible tanto para
las grandes empresas como para las pequeñas, manteniendo unas características de
flexibilidad y de fácil adaptación para un sinfín de situaciones. Más importante aún, y
como debe ser, la norma no supone amenaza alguna para nadie, sino por el contrario,
proporciona una referencia internacional para la gestión medioambiental, ya que una de
sus mejores virtudes es que puede ser adaptada a las necesidades y limitaciones
concretas de cada país.
De todas maneras, y como ocurre con cualquier proceso nuevo, tendrá que pasar
algún tiempo antes de poder llegarse a elaborar una serie de conclusiones significativas
y definitivas. No cabe duda que en el transcurso de los próximos años la norma ISO
14001 será objeto de evolución y mejoras. Las discrepancias se irán solucionando y
algunas de las dificultades señaladas serán eliminadas, o más probable aún, atenuadas.
Por otro lado, en relación con el Reglamento CEE/1836/93, se pudo apreciar que
existen marcadas diferencias tanto de contexto como de contenido con la norma
internacional ISO 14001. Esto no es de extrañar, ya que durante la redacción del
Reglamento, sus autores decidieron que la especificación detallada de un SGMA estaba
más allá de sus objetivos, y que esa labor debía corresponder a las instituciones de
normalización. Por este motivo, los contenidos relativos a los SGMA se incluyen en
varios anexos, y son tratados de una manera más descriptiva que específica.
Así, aunque el Reglamento remite a normas nacionales, europeas e
internacionales, el cumplimiento de la norma ISO 14001 implica en cierto modo la
internacionalización sistémica de la gestión medioambiental. Esto hace recomendable
readaptar el Reglamento a las nuevas condiciones de la norma ISO 14001, ampliando su
cobertura a todo tipo de empresas y contemplando un nivel más integral y global de la
problemática medioambiental, como se ha planteado en el capítulo anterior. De esta
manera, la aplicación de la norma ISO 14001 podría llegar a considerarse como un
escalón previo a la asunción del sistema comunitario y no como un problema a la

92
empresa, más allá de lo que ésta exige, facilitando la implantación del SGMA y
remediando ciertas deficiencias antes de asumir las exigencias del Reglamento.
En sentido, vale mencionar como aporte de última hora a la presente tesis, que la
Unión Europea acaba de publicar en el DOCE L104 del 22 de abril de 1997, la
Decisión 97/264 en la que establece los procedimientos de certificación y, la Decisión
97/265 en la que reconoce la serie de normas ISO 14000, como base del Sistema
Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría.
Con todo, aunque el sistema comunitario de ecogestión y ecoauditoría resulte ser
muy específico para las condiciones particulares de los Estados miembros de la Unión
Europea, no evita que sea por ahora, el mejor ejemplo mundial en cuanto a sistema de
certificación y control de la conformidad medioambiental, especialmente para los países
en vías de desarrollo. Todo esto, siempre y cuando dicho ejemplo sea debidamente
adaptado a las condiciones específicas de cada país.
Por todo lo anterior, se determina que la aproximación sistémica desarrollada en
analogía con la gestión de calidad, constituye “una solución necesaria pero
insuficiente” para afrontar la problemática medioambiental global. Esto obliga a la
necesidad de que en cada país se disponga —de manera similar al sistema de ecogestión
y ecoauditoría de la Unión Europea—, de un sistema de certificación y control de
gestión medioambiental, que permita entre otras funciones, informar, registrar, verificar,
validar y certificar la conformidad medioambiental de las empresas de todo tipo.
Así pues, se reafirma la hipótesis de la necesidad de una gestión medioambiental
sostenible. Dicha hipótesis estará basada en una armonización global de la política
medioambiental y en la adopción de un enfoque sistémico mucho más amplio, que no se
base exclusivamente en analogías mecanicistas de la gestión de la calidad, sino que
permita integrar y abordar de manera holística, todos y cada uno de los aspectos
relacionados con el medio ambiente.
El paso a seguir, será el desarrollo conceptual de la gestión medioambiental
sostenible y, en orden de validarla como concepto, se hace necesario, en primera
instancia, la generación de un nuevo “marco conceptual”, que de manera genérica
oriente su desarrollo, tarea que se aborda en el siguiente capítulo.

93
94
4. UN MARCO CONCEPTUAL PARA LA GESTIÓN
MEDIOAMBIENTAL SOSTENIBLE

Como se ha podido comprobar en el capítulo anterior, la aproximación sistémica


lograda con el desarrollo de las normas sobre SGMA mediante analogía con los SGC,
constituye “una solución necesaria pero insuficiente” para afrontar la problemática
medioambiental global, ya que “su valía dependerá de que pueda ser insertada en un
sistema estatal de certificación y control, orientado bajo los lineamientos de una
política medioambiental estatal debidamente armonizada a nivel global”.
Lo anterior permite reafirmar la hipótesis de estudio, —esto es, la necesidad de la
gestión medioambiental sostenible—, lo que por supuesto, obliga al planteamiento de
unas bases conceptuales que permitan su desarrollo y validación, propósito fundamental
del presente capítulo.
Así las cosas, dado el complejo sistema de relaciones socioeconómicas que
condicionan los objetivos de la gestión medioambiental sostenible, —con marcadas
características interinstitucionales, intersectoriales e interdisciplinarias—, se hace
indispensable en primera instancia, la generación de un “marco conceptual”. Dicho
marco conceptual deberá, de manera genérica, orientar su desarrollo y servir como
herramienta de apoyo alrededor del cual, se puedan organizar las ideas, hacer
generalizaciones, compararlas y/o contrastarlas con otras que ya se habían aceptado
previamente. En definitiva, avanzar en el proceso de validación y materialización del
concepto de la gestión medioambiental sostenible.

4.1 Consideraciones previas


En contraste con las anécdotas —las cuales describen situaciones singulares—,
las generalizaciones facilitan las cosas porque resumen lecciones sacadas de muchos
casos individuales. Sin embargo, su máxima utilidad se alcanzará cuando se
comprendan sus relaciones dentro de un marco global.
En este sentido, para que sea útil la información relativa a cualquier asunto
complejo —como lo es la gestión medioambiental sostenible—, se debe organizar
dentro de un marco. Si se eligen bien los temas y subtemas que entran en el marco, se
podrán hacer generalizaciones acerca del asunto que, de ordinario, serían aplicables a
una categoría, pero no a las demás.
Con estas premisas, y en la búsqueda de un marco conceptual para la gestión
medioambiental sostenible a nivel estatal, es evidente que previamente será necesario,
en primer lugar, definir unos principios generales de actuación que orienten su
desarrollo y, en segundo lugar, definir un “marco estructural” alrededor del cual pueda
ser generado dicho marco conceptual, como se verá a continuación.

95
4.1.1 Principios generales de actuación
La gestión medioambiental sostenible se basará en el cumplimiento de los
siguientes principios generales de actuación, los cuales son definidos a partir de las
diferentes apreciaciones derivadas de los análisis y descripciones de los capítulos
anteriores.
Armonización Política. Constituirá, por así decirlo, el principio básico de la
gestión medioambiental sostenible. Consistirá en armonizar globalmente la política
medioambiental a fin de garantizar la congruencia de la gestión medioambiental a todos
los niveles (empresarial, estatal y mundial). En otras palabras, si el medio ambiente es
de carácter global e integral, las medidas para su protección deberán serlo igualmente.
Enfoque sistémico certificable. Dará orden y coherencia a la gestión
medioambiental. Permitirá la orientación y control necesarios para alcanzar y mantener
un funcionamiento en conformidad con los objetivos medioambientales, respondiendo
de forma eficaz a los cambios en las presiones reglamentarias, sociales, financieras y
competitivas, así como a los riesgos medioambientales. Permitirá igualmente, aportar la
base para certificar ante terceros la conformidad de la actuación empresarial con la
política medioambiental.
Integración normativa y reglamentaria. Consistirá básicamente en realizar las
normas jurídicas remitiéndolas a normas técnicas, bajo la obligación de que los
organismos de normalización elaboren las normas técnicas a partir de los “requisitos
mínimos básicos” de protección de la seguridad, la sanidad y el medio ambiente.
Mejora continua. Significará la obtención de mejoras en el comportamiento
medioambiental de acuerdo a la política medioambiental preestablecida. Se materializa
en la reducción sistemática de los impactos medioambientales adversos, hasta niveles
que no excedan los correspondientes a la aplicación económicamente viable de la mejor
tecnología disponible. Esto es, aquella tecnología de la que se haya demostrado que es
la mejor de las que se dispone en el mercado en lo que se refiere a reducir al mínimo las
emisiones, vertidos o residuos.
Sometimiento al control público. Para que la actuación medioambiental
empresarial sea realmente eficaz, será necesario que las empresas se comprometan
positiva y continuamente al control público. Para esto, será obligatoria la obtención de
certificaciones medioambientales de la autoridad competente, que permita a las
empresas demostrar en cualquier momento y ante quien sea, su conformidad con la
política y normativas medioambientales estatales. Dichas certificaciones podrán ser de
varios tipos: Licencias ambientales; permisos y/o concesiones; autorizaciones de
vertido; certificaciones y/o logotipos de conformidad y, etiquetas ecológicas de P/S.
Precaución. Consiste en prever los efectos y consecuencias antes que se
produzcan, a fin de evitar las correcciones. La necesidad de acciones preventivas se
hace patente por el hecho de que los costes de prevención, por ejemplo de la
contaminación, son menores que los costes de corrección del daño sufrido, sin contar
con que en múltiples ocasiones los daños son irreversibles.

96
Quien contamina paga. Consiste en la internalización de los costos
medioambientales, esto es, los costos del perjuicio o deterioro y por supuesto, de los
gastos resultantes de las medidas de prevención y control requeridas para asegurar que
el estado del medio ambiente sea aceptable. En este contexto, el principio contaminador
pagador proporciona una racionalidad moral y económica que facilitará la función de
encontrar financiación, pero nunca, la compra del derecho a contaminar por parte de las
empresas.
Control integrado de la contaminación. Consiste en el control unificado de la
contaminación procedente de un proceso empresarial, sin tener en cuenta el medio
receptor. Implica considerar los residuos líquidos, sólidos y gaseosos del proceso en el
contexto de su efecto medioambiental potencial agregado.
El Control Integrado de la Contaminación (CIC) se basará en la “mejor opción
medioambiental posible” la cual es el resultado de un procedimiento sistemático de
consultas y de toma de decisiones, que enfatiza la protección y conservación del medio
ambiente tanto en la tierra como en el aire y el agua [Pearce, 1995]. El procedimiento
establece, para una serie de objetivos dados, la opción que produce el mayor beneficio o
el menor daño para el medio ambiente como un todo, a un coste aceptable, tanto a largo
como a corto plazo.
Para esto es necesario catalogar en reglamentaciones concretas cada uno de los
procesos contaminantes y los controles aplicables se establecerán en una serie de notas
que especificarán las tecnologías más deseables y los límites de vertido. Esto conducirá
a la expedición de la autorización de vertido previa, es decir, antes de iniciar el proceso
catalogado o antes de una modificación sustancial en uno existente. Las autorizaciones
de vertido estarían sujetas a inspecciones periódicas.
Amplia participación ciudadana. El fuerte componente social de la política
medioambiental implica que la participación de la organización ciudadana en la gestión
medioambiental sostenible sea fundamental. De igual manera, teniendo en cuenta que la
mayor parte del territorio forma parte del dominio público, es indispensable que la
comunidad en general disponga: De los instrumentos de información suficientes y
apropiados para obtener la necesaria formación, educación y concienciación; los canales
y mecanismos legitimados que le permitan la defensa de sus intereses
medioambientales; y, de la máxima participación, en las decisiones de cada uno de los
asuntos relacionados con la protección del medio ambiente.
Autorregulación antes que control. Consistirá en potenciar las iniciativas
empresariales de regularse a sí mismas, por ejemplo, a través de la fijación de
estándares, supervisión y metas para la reducción de la contaminación, etc. La
autorregulación podría resultar más económica para la sociedad en general que lo que
pueden llegar a ser las normas, el control o los instrumentos económicos.

97
4.1.2 Marco estructural y categorización amplia de la gestión
medioambiental a nivel estatal
Como se ha mencionado, en la búsqueda de un marco conceptual para la gestión
medioambiental sostenible a nivel estatal, es fundamental que, adicionalmente a la
definición de los anteriores principios generales de actuación, se defina un marco
estructural, adecuado y acorde con la estructura organizacional sectorial de cada Estado.
Se pretende que alrededor de éste, se logre una categorización amplia de la
gestión medioambiental en el ámbito estatal, que permita, —al tenor de los principios
generales de actuación definidos y de los criterios metodológicos derivados de la
TGS—, determinar las funciones y áreas de acción para cada categoría de gestión
considerada. No sobra agregar, que dicho marco estructural deberá contener los
diferentes componentes de la sociedad estatal, sus responsabilidades y misiones en
relación con la protección del medio ambiente.
Como ha sido analizado en el numeral 1.3, el concepto de responsabilidad
compartida establece que la responsabilidad de proteger el medio ambiente compete a
toda la sociedad en general, por lo cual pretende integrar el componente
medioambiental en todas y cada una de las estructuras organizacionales sectoriales de
cada Estado.
No obstante, dichos sectores tienen responsabilidades comunes pero
diferenciadas. Esto es, a manera de ejemplo, que así como existen diferencias
fundamentales entre una actuación en términos de gestión de calidad y una actuación
desde el punto de vista medioambiental16, también existen marcadas diferencias en
cuanto a la afectación del medio ambiente según cada sector productivo.
Así pues, sin pretender restar la cuota de responsabilidad que a cada uno le
compete, dichas diferencias podrían encubrir la responsabilidad específica de algunos
sectores, pudiendo convertirse fácilmente en “juez y parte” de su actuación
medioambiental. Esto es común en una gran cantidad de países, —principalmente en
vías de desarrollo—, donde la autoridad medioambiental es un apéndice adscrito a un
determinado ministerio.
Lo anterior no implica que se deba considerar el medio ambiente como un sector
más, sino la necesidad de disponer de una estructura organizacional medioambiental
con el máximo nivel de jerarquía política, económica, tecnológica y social, que permita
orientar y definir claramente las competencias específicas de protección del medio
ambiente en cada uno de los componentes de la sociedad estatal.

16
En la calidad predominan criterios de competitividad y si la actuación no es adecuada, el más
directo afectado será la empresa misma. Por el contrario, en la gestión medioambiental, priman
criterios de protección, y si la actuación es infructuosa, el directo afectado es la sociedad en
general.

98
Con este propósito, y a efectos de la presente tesis, se asume que el marco
estructural estará constituido básicamente por tres tipos de organización: la oficial, la
empresarial y la ciudadana, cada una de las cuales con las siguientes competencias
específicas:
− La organización oficial, o sea, aquella que emana de la autoridad derivada del
Estado y aglutina los poderes públicos (legislativo, ejecutivo y judicial). Tendrá la
responsabilidad de garantizar la sostenibilidad del patrimonio y calidad
medioambiental estatal y, por tanto, la misión de orientar y controlar la actuación
medioambiental y promover el desarrollo sostenible en la sociedad.
− La organización empresarial, aglutina todo el conglomerado empresarial y es la
encargada de la generación de P/S. Tendrá la responsabilidad de realizar una
actuación medioambiental sostenible y por lo tanto, la misión de desarrollar la
mejora continua de su actuación medioambiental, de manera coherente y acorde
con la política medioambiental estatal.
− La organización ciudadana, aglutina toda la comunidad en general. Tendrá la
responsabilidad de velar por un medio ambiente sano y por lo tanto, la misión de
ser partícipe y veedora del cumplimiento de las misiones, tanto de la organización
oficial como de la empresarial.
De acuerdo con este marco estructural, y teniendo en cuenta las responsabilidades
y misiones asignadas a cada uno de sus componentes en relación con la protección del
medio ambiente, resulta conveniente hacer una categorización amplia de dichos
componentes, mediante su agrupación en dos categorías básicas de gestión:
a. La Gestión Medioambiental Empresarial (GMAE), la cual será realizada por el
conglomerado de la organización empresarial, con el objetivo fundamental lograr
la mejora continua de su actuación medioambiental mediante la aplicación y el
cumplimiento de una política y objetivos medioambientales empresariales
debidamente armonizados en el ámbito estatal y,

b. La Gestión Medioambiental Pública (GMAP), la cual será realizada por la


agrupación de la organización oficial y la ciudadana, con el objetivo fundamental
de orientar, controlar y promocionar una adecuada actuación medioambiental
empresarial conforme a los lineamientos de la política y objetivos
medioambientales estatales.

Si se definen apropiadamente las funciones específicas y áreas de acción para


cada una de ellas, es muy probable que la conjunción de estas dos categorías de gestión
propicie el camino hacia la gestión medioambiental sostenible.
La Figura No. 7 representa un esquema general de la estructura organizacional
medioambiental considerada.

99
ESTADO

ORGANIZACIÓN ORGANIZACIÓN ORGANIZACIÓN


EMPRESARIAL OFICIAL CIUDADANA

GESTIÓN GESTIÓN
MEDIOAMBIENTAL MEDIOAMBIENTAL
EMPRESARIAL PÚBLICA

GMAE GMAP

Figura No. 7 Marco Estructural y Categorización amplia de la gestión


medioambiental sostenible a nivel estatal

Lo que sigue ahora es la asignación de funciones y determinación de áreas de


acción específicas en cada categoría de gestión medioambiental consideradas. Aquí es
conveniente tener en cuenta que, aunque a partir de la TGS se determinan funciones
genéricas para la gestión de las organizaciones —esto es, la planificación, la ejecución y
el control—, estas funciones no proporcionan una base significativa para un marco
conceptual de la gestión medioambiental sostenible, debido a: Por un lado, a los límites
bastante imprecisos entre ellas (ver numeral 2.4.2) y, por otro lado, a las diferencias
sustanciales entre las misiones asignadas a cada categoría de gestión.
Aunque conceptualmente las actividades intelectuales relacionadas con la
planificación —más o menos, decidir lo que se ha de hacer—, se pueden describir
distinguiéndolas de las de ejecución —más o menos, hacer lo decidido—, y de las
relativas al control —más o menos, asegurar que se obtendrán los resultados
deseados—, es claro que la planificación, la ejecución y el control formarán parte, tanto
de las funciones de la GMAE como de la GMAP, aunque involucradas en diferente
grado.
A continuación se desarrolla el marco conceptual en el que se circunscribirán las
dos categorías de gestión consideradas.
4.2 Gestión medioambiental empresarial - GMAE
Muchas empresas pueden decir que han emprendido acciones concretas para
mejorar su entorno, —un poco de reciclaje aquí, un poco de cuidado del paisaje allí,
carteles alusivos a la protección del medio ambiente en cada recinto, etc.—, lo cual,

100
como se ha podido comprobar en los capítulos anteriores, no constituye una gestión
medioambiental seria, completa y eficaz, ya que, al ser realizada de manera aislada y sin
un tratamiento ordenado y sistemático de sus aspectos medioambientales, su
contribución a la protección medioambiental es bastante limitada y mucho más, si se
está fuera del contexto y lineamientos de una política medioambiental armonizada a
nivel global.
Así pues, tal como se definió en el numeral 4.1.2, la GMAE se concibe como un
proceso sistemático que tendrá por objetivo general, la mejora continua de la actuación
medioambiental empresarial, la cual, —adicionalmente al cumplimiento obligatorio de
los principios generales anteriormente descritos— deberá basarse en la aplicación y
cumplimiento de una política y unos objetivos medioambientales debidamente
armonizados a nivel estatal.
Vista así, la GMAE será coordinada directamente por cada empresa interesada, y
podrá contar con el correspondiente apoyo y colaboración de las organizaciones oficial
y ciudadana.
4.2.1 Ámbitos de actuación empresarial
Dada la gran diversidad de empresas, la GMAE variará en cada una, tanto en
procedimientos como en complejidad. No obstante tal diversidad, es posible disponer de
unas funciones genéricas de gestión, comunes a todas las empresas. Con este propósito,
es conveniente definir previamente, unos ámbitos de actuación empresarial, igualmente
comunes a todas las empresas. Estos son, la ejecución de proyectos específicos, la
realización de programas continuados y, la generación sostenible de P/S, como se verá a
continuación:
4.2.1.1 Proyectos específicos
De acuerdo con Anthony,
“Un proyecto es un conjunto de actividades planificadas encaminadas a conseguir un
resultado final concreto y de importancia suficiente para atraer el interés de la
dirección” [Anthony, 1965].
Se incluyen en ellos, la construcción de obras, la fabricación de un producto único
de tamaño considerable (p.e. una turbina), la reorganización de una fábrica, el
lanzamiento de un nuevo producto, los contratos de asesoramiento, una auditoría, las
adquisiciones o enajenaciones, un trabajo de investigación, el montaje de un sistema de
información, etc.
En todo caso, un proyecto se caracteriza por estar claramente delimitado en
tiempo y en espacio, y termina en cuanto se alcanza su objetivo.
4.2.1.2 Programas continuados
Genéricamente, según Anthony, un “programa” puede definirse como,
“Un sistema integrado de proyectos que tiene por finalidad llevar a cabo las
estrategias de la organización [Anthony, 1965].

101
En otras palabras, constituye un conjunto de actividades (o proyectos) orientadas
hacia el cumplimiento de una política determinada y cuya realización se asigna a
diferentes departamentos ejecutores, programados de acuerdo con las posibilidades
financieras y técnicas de cada uno, constituyendo, por tanto, un todo armónico y
coherente.
Aquí vale aclarar, que aunque un proyecto tiene de ordinario un solo objetivo, un
programa continuado puede tener multiplicidad de objetivos. En este sentido, es claro
que la implantación y mantenimiento de los SGC ó los SGMA estaría en la categoría de
los denominados programas continuados.
4.2.1.3 Productos y/o Servicios (P/S)
De acuerdo con la norma ISO 9000, el producto es definido como,
“El resultado de actividades o de procesos y se aplica normalmente a productos
intencionados, previstos para su oferta y no a subproductos no intencionados [Norma
ISO serie 9000, 1994].
En términos genéricos, los productos pueden ser tangibles, por ejemplo material o
equipo, materiales procesados, etc., ó intangibles, por ejemplo los conocimientos, los
servicios, etc., por lo que se puede decir, que el fin último e intencionado de cualquier
empresa será la generación de P/S. No obstante, es conveniente recordar, —como se
planteó en el Capítulo 1 (numeral 1.3.2)—, que a efectos de la presente tesis, la
referencia P/S siempre llevará implícita la de los subproductos y/o residuos que
generen.
4.2.2 Funciones básicas en la GMAE
En la búsqueda de un marco conceptual apropiado para la GMAE, se hace
necesario definir sus funciones y áreas de acción específicas. Con este propósito, al
tenor de las funciones genéricas de gestión empresarial estudiadas a partir de la TGS en
el Capítulo 2 (numeral 2.4.2.) y de los principios generales definidos para la gestión
medioambiental sostenible (numeral 4.1.1), se infiere que la GMAE tendrá un carácter
eminentemente “orientador, ejecutor y controlador” de la política medioambiental
empresarial y por lo tanto, sus funciones y áreas de acción serán derivadas en
consecuencia con dicho carácter.
Con este criterio y teniendo en cuenta los ámbitos de actuación empresarial
descritos, se proponen cuatro funciones básicas, que bien podrían constituir el inicio del
marco conceptual para la GMAE:
− La Política y Planificación medioambiental;
− La ejecución de Proyectos específicos;
− La generación sostenible de P/S y,
− La implantación y mantenimiento del SGMA.
En la Figura No. 8 se presenta un esquema general para la GMAE.

102
P+P

SG M A

PROY. P /S
Figura No. 8 Funciones Básicas para la GMAE

De acuerdo con lo analizado y descrito en el capítulo anterior en relación con los


SGMA, todas las funciones esquematizados en la figura anterior para la GMAE
constituyen en sí mismas, funciones propias al establecimiento del SGMA. Por este
motivo, su referencia será obligatoria en el siguiente ítem, donde se describen los
objetivos, estructura y estrategias de implantación y mantenimiento de un SGMA.
4.2.3 Implantación y mantenimiento de un SGMA
Como se ha podido extraer de la revisión y análisis desarrollados en el Capítulo 2,
los SGMA constituyen el marco o el método de trabajo que deberán seguir las empresas
con el objeto de conseguir y mantener la mejora continua de su actuación
medioambiental con relación a su política medioambiental.
Al tenor de los principios generales definidos para la gestión medioambiental
sostenible, todas y cada una de las empresas deberán implantar su correspondiente
SGMA, fundamentalmente en conformidad con la norma ISO 14001. Esto no debe ser
considerado por las empresas como una obligación ni como una forma de evitar
sanciones, multas o retirada de licencias ambientales, sino que complementariamente
debe tener inherente otras finalidades y un sentido mucho más amplio, pues una
correcta gestión medioambiental no sólo beneficia al medio ambiente sino también a la
empresa.
En este sentido, dada la vigencia actual de la norma internacional ISO 14001, las
demás normas nacionales sobre el mismo tema dejarían de tener vigencia, ya que una
norma internacional tendría supuestamente mayor precedencia y prioridad que una
norma nacional. Sin embargo, hasta que la norma ISO 14001 no esté lo suficientemente

103
desarrollada y se haya comprobado extensa y satisfactoriamente su aplicabilidad,
constituirá solamente una buena línea base para el desarrollo sistémico de la GMAE.
Esto no evita que pueda ser complementada con otras normas nacionales similares
y/o delimitada según la necesidad y conveniencia de cada empresa, actuando siempre
con la premisa de “actuar por exceso antes que por defecto”.
4.2.3.1 Objetivos del SGMA
Con la reciente aprobación de la norma ISO 14001, comienzan a aparecer en
diversos medios de comunicación anuncios de diferentes firmas consultoras donde
afirman que “se comprometen a la implantación de SGMA que minimizan, reducen y en su
caso reciclan los residuos conforme la directriz ISO 14000”. En primer lugar, como se vio
en el Capítulo 2, no existe tal “directriz ISO 14000” y en segundo lugar, es conveniente
tener en cuenta que no debe confundirse el SGMA propuesto en la norma ISO 14001
con otras consideraciones tales como las tecnológicas y los requisitos reglamentarios o
de administración que puedan estar asociados a un sistema de gestión.
En otras palabras, la norma ISO 14001 no tiene que ver con la manera utilizada
por una empresa para disponer o reducir los residuos tóxicos que genera o de cómo
llega a cabo una reingeniería de los procesos para lograr una mayor eficiencia
medioambiental, sino con la manera de cómo una empresa puede proceder a implantar
una estructura de gestión que garantice, entre otras cosas, que se implanten programas
de reducción de residuos peligrosos o de productos químicos, que los procesos queden
bien documentados, que se fijen y se alcancen los objetivos y metas medioambientales,
que se imparta la formación adecuada, etc.
Teniendo en cuenta lo anterior, un SGMA deberá permitir el cumplimiento de los
siguientes objetivos destinados a la mejora continua de la actuación medioambiental de
las empresas que lo implanten:
− Garantizar el cumplimiento de la legislación medioambiental tanto en el ámbito
local, regional y nacional como internacional.
− Fijar y promulgar las políticas y procedimientos operativos internos necesarios
para alcanzar los objetivos medioambientales de la empresa.
− Identificar, interpretar, valorar y prevenir los efectos que la actividad produce
sobre el medio ambiente, analizando y gestionando los riesgos en los que la
organización empresarial incurre como consecuencia de aquellos.
− Optimizar la utilización de recursos naturales, minimizando su uso y la
producción de residuos en origen.
− Corregir los efectos en el origen.

4.2.3.2 Estructura del SGMA


Aunque la estructura global del SGMA según la norma internacional ISO 14001
debería ser muy parecido en cualquier parte del mundo, por necesidad el contenido y el
grado de detalle incluidos en estos sistemas variarán de un país a otro y de una empresa
a otra, en función de varios factores externos e internos respectivamente.

104
Con relación a los factores externos, la naturaleza y la amplitud de los requisitos
medioambientales nacionales podrán ser capaces de afectar el grado de complejidad del
SGMA. Este es el caso de países donde existe un plan estratégico medioambiental
(Nueva Zelanda, Canadá, la Unión Europea y otros, sin incluir los EE.UU.), donde las
empresas se verán obligadas a adaptar y ajustar sus SGMA en conformidad con los
requisitos locales, regionales y nacionales.
Con relación a los factores internos, es necesario tener en cuenta que cada
empresa tiene su propia estructura, sistema de gestión y cultura corporativa, por lo que
su gestión medioambiental deberá funcionar de acuerdo con los planes y prácticas
existentes y nunca en contra de ellos.
Por tales motivos, cada empresa deberá establecer su propia y específica
estructura del SGMA y, si se está considerando la posibilidad de implantar un SGMA
según la norma ISO 14001, el esfuerzo que deberán dedicar para la preparación previa,
dependerá entre otros factores de:
− si la organización ya posee la certificación conforme a alguna de las normas de la
serie ISO 9000 sobre SGC;
− si la organización ya dispone de algún sistema para la gestión de los residuos
tóxicos o de los productos químicos; y,
− del tamaño de la empresa.
Lo único cierto es que, a pesar de los factores externos o internos descritos, lo más
probable es que los SGMA tiendan a copiar la estructura jerárquica que se aplica en los
SGC. Así, en función del tamaño y de la complejidad de la organización, su estructura
fundamental siempre constará de una pirámide de jerarquías de tres o cuatro niveles,
como se muestra en la Figura No. 9.

SG M A

IM P L A N T A C IO N Y
C O N T R O L O P E R A C IO N A L ,
D O C U M E N T A C IO N ,
S E G U IM IE N T O , M E D IC IO N E S ,
F O R M A C IO N , A U D IT O R IA S

R E G IS T R O S
F u e n te : L . L a m p re c h t, 1 9 9 7

Figura No. 9 Estructura piramidal de un SGMA

105
4.2.3.3 Estrategias de implantación
De acuerdo con lo anterior, podrían existir como mínimo cuatro opciones a
considerar, las cuales se explican brevemente a continuación:
4.2.3.3.1 SGMA independiente y paralelo al SGC
Desarrollar el SGMA de forma paralela e independiente del SGC, lo que supone
que la organización ya dispone de un SGC. Esto implica muy posiblemente una
duplicación de esfuerzos, ya que conlleva la coexistencia de subestructuras asociadas.
Ver Figura No. 10.

SGMA SGC

Procedimientos Procedimientos
medioambientales operativos

Registros medioambientales Registros de la calidad

SGMA - Norma ISO 14001 SGC - Norma ISO 9001

4.2 Política medioambiental 4.1 Responsabilidad de la dirección


4.3 Planificación 4.1.1 Política de la calidad
4.3.1 Aspectos medioambientales 4.1.2 Organización
4.3.2 Requisitos legales y otros requisitos 4.1.2.1 Responsabilidad y autoridad
4.3.3 Objetivos y metas 4.1.2.2 Recursos
4.3.4 Programa de gestión medioambiental 4.1.2.3 Representante
4.4 Implantación y operación 4.1.3 Revisión por la dirección
4.4.1 Estructura y responsabilidades 4.2 Sistema de la calidad - SGC
4.4.2 Formación, concienciación y competencia 4.3 Revisión del contrato
profesional 4.4 Control del diseño
4.4.3 Comunicaciones 4.5 Control de la documentación y de los datos
4.4.4 Documentación del SGMA 4.6 Compras
4.4.5 Control de la documentación 4.7 Control de los productos suministrados por
4.4.6 El control operacional los clientes
4.4.7 Planes de emergencia 4.8 Identificación y trazabilidad de los
4.5 Comprobación y acción correctora productos
4.5.1 Las no-conformidades y las acciones 4.9 Control de los procesos
correctoras y preventivas 4.10 Inspección y ensayo
4.5.3 Registros 4.11 Control de los equipos de inspección,
4.5.4 Auditorías del SGMA medición y ensayo
4.6 Revisión por la dirección 4.12 Estado de inspección y ensayo
4.13 Control de los productos no conformes
4.14 Acciones correctoras y preventivas
4.15 Manipulación, almacenamiento, embalaje,
conservación y entrega
4.16 Control de los registros de la calidad
4.17 Auditorías internas de la calidad
4.18 Formación
4.19 Servicio posventa
4.20 Técnicas estadísticas

Fuente: L. Lamprecht, 1997

Figura No. 10 SGMA y SGC paralelos

106
4.2.3.3.2 SGMA integrado con el SGC
Desarrollar el SGMA de manera integrada con el sistema de calidad, lo que
supone aprovechar el hecho de que la norma ISO 14001 se basa en gran medida en la
norma ISO 9001 y por lo tanto se integra el SGMA en el entorno del SGC. Esto implica
hacer una modificación sustancial del SGC a fin de acomodar los requisitos de la norma
ISO 14001. Así, la fusión de ambos sistemas sería total al lograr un sólo sistema. Ver
Figura No. 11.

SGMA
y
SGC

PROCEDIMIENTOS
DE
SGMA Y SGC
REGISTROS MEDIOAMBIENTALES Y DE LA CALIDAD

La Fusión de SGMA y SGC


Política medioambiental y de la calidad
Responsabilidad y autoridad ( 4.4.1 y 4.1.2)
Representantes de la dirección (4.4.1 y 4.1.2.2)
Revisión por la dirección (4.6 y 4.1.3)
SGMA y SGC (4.3 y 4.2)
Planificación
Requisitos legales
Objetivos y metas medioambientales y de la calidad
Revisión Fuente:
del contrato (4.3)
L. Lamprecht, 1997

Control del diseño (4.4.6 y 4.4)


Control de la documentación y de los datos (4.4.5 y 4.5)
Compras (4.6)
Control de los productos suministrados por los clientes (4.7)
Identificación y trazabilidad del producto (4.8)
Control de los procesos (4.4.6 y 4.9)
etc.

NOTA: Los números en paréntesis indican los apartados aplicables de las normas ISO 14001 e ISO 9001 respectivamente

Fuente: L. Lamprecht, 1997

Figura No. 11 SGMA y SGC integrados

4.2.3.3.3 SGMA en referencias cruzadas con el SGC


Desarrollar el SGMA mediante referencias cruzadas entre ambos sistemas, lo que
supone que en vez de proceder al desarrollo de un sistema completamente
independiente, se hagan referencias cruzadas con el SGC según sea necesario.

107
Al igual que en la opción anterior, siempre supondrá alguna modificación del
SGC para que éste acoja los procedimientos del SGMA. Así, esta opción constituye un
híbrido entre las dos anteriores posibilidades, al adoptar algunas de las características
del modelo paralelo y otras del modelo integrado. Ver Figura No. 12

SGMA SGC

Procedimientos Procedimientos
medioambientales operativos

Registros medioambientales Registros de la calidad

Fuente: L. Lamprecht, 1997

Figura No. 12 Sistema híbrido entre SGMA y SGC

4.2.3.3.4 SGMA totalmente independiente


Cuando la empresa no dispone de ningún sistema de gestión establecido, su
desarrollo sería semejante a la primer opción planteada. Sin embargo, es evidente que
en este caso, la implantación y desarrollo del SGMA implicará un poco más de
esfuerzo, especialmente en cuanto a la toma de conciencia y formación del personal de
la empresa.
En cualquiera de las opciones mencionadas anteriormente, es fundamental la
planificación previa del trabajo. En concreto, se podrá llevar a cabo una planificación
más detallada tras haber realizado la Revisión Inicial, ya que entonces se poseerá más
información sobre las actividades y el cumplimiento medioambiental de la empresa. En
este sentido, se deberán considerar los siguientes aspectos:
− El modelo de SGMA que se va a seguir (por ejemplo, la norma ISO 14001 u otra
norma específica de la organización o del sector).
− Las intenciones en lo que se refiere a la certificación o el registro de la empresa.
− El nivel de la organización en el que se va a implantar (toda la empresa, o bien un
entorno particular o una actividad determinada).
− El plazo deseado para el establecimiento del SGMA, la certificación o el registro.

108
− La posición medioambiental que se pretende alcanzar (por ejemplo, el liderazgo
medioambiental en el sector).
De todas maneras, aquellas empresas que deseen desarrollar e implantar un
SGMA deberían poder obtener ayuda de organismos muy diversos, como son la
Administración Pública, cámaras de comercio, grupos de interés, consultoras y muchas
otras instituciones, entre ellas sus propias asociaciones sectoriales. Asimismo, existen
paquetes de software disponibles en el mercado cuyo fin es facilitar el desarrollo y
mantenimiento de los mismos.
4.2.4 AutoEvaluaciones de Conformidad Medioambiental - AEC
Las AEC constituyen un nuevo elemento introducido en el presente marco
conceptual. Su finalidad principal será servir de base para el logro de otros objetivos
posteriores como puede ser la obtención —por terceras partes—, de certificaciones
medioambientales, pólizas de seguros de cumplimiento, contratos y subvenciones.
También podrían servir a las empresas como forma de auto-comprobación de su
actuación medioambiental, ya que permitirá entre otros aspectos, facilitar la
comunicación en el seno de la empresa, aumentar el rendimiento de los recursos,
sensibilizar al personal, disponer de un banco de datos importante para cualquier
iniciativa.
Las AEC serán realizadas por cada empresa, y según el ámbito específico de
actuación que se evalúe podrán ser: de Proyecto, mediante Estudios de Impacto
Ambiental (EsIA); de SGMA, mediante Auditorías Medioambientales Internas
(AMAI); y de P/S, mediante Análisis del Ciclo de Vida, como se explicará a
continuación.
4.2.4.1 AEC de Proyecto: Estudio de Impacto Ambiental - EsIA
La AEC de Proyecto tendrá por finalidad principal, servir de base para la
obtención de la licencia ambiental, permisos y/o concesiones de aprovechamiento de
recursos, autorizaciones de vertido, requisitos indispensables para que una empresa
determinada pueda realizar cualquier proyecto.
La AEC de Proyecto se realizará básicamente mediante el denominado Estudio de
Impacto Ambiental (EsIA), concepto éste, desarrollado a partir de enero de 1970,
mediante la Ley de Política Nacional Ambiental de los EE.UU. (NEPA)17. Según esta
ley,
“...los EsIA deberán permitir predecir, —basados en los conocimientos y métodos
científicos existentes—, los impactos ambientales y socioeconómicos importantes
derivados de una actividad determinada, así como la identificación de las medidas
correctivas pertinentes” [NEPA, 1997].

17
NEPA: National Environmental Policy Act. USA, 1969.

109
Durante estos últimos 27 años, dicho concepto ha venido evolucionando
sustancialmente, desde cuando los EsIA se consideraban como un complemento de las
evaluaciones de factibilidad y de los análisis de costo/beneficio, hasta actualmente,
cuando se consideran los impactos significativos en su contexto amplio, es decir, el
escenario en el cual la acción generará impactos (la sociedad, la región afectada, el
escenario local) y, su intensidad, es decir, la magnitud del impacto [Sánchez, 1995].
Una condición básica para que el EsIA sea efectivo, es que se incorpore desde las
primeras etapas del proyecto, es decir, desde la etapa de discusión y planificación, de
manera que el componente medioambiental sea parte integral del diseño del proyecto y
no una justificación de decisiones que ya han sido tomadas.
En la Figura No. 13 se esquematiza la metodología básica en el desarrollo de un
EsIA.

DECISIÓN DE
REALIZAR EL EsIA

RECOGIDA DE
INFORMACIÓN

ANÁLISIS DEL PROYECTO DEFINICIÓN DEL ÁMBITO Y


- Objetivos
- Oportunidad VARIABLES A CONTEMPLAR

IDENTIFICACIÓN DE
IDENTIFICACIÓN DE
ELEMENTOS DEL MEDIO
ACCIONES DE PROYECTO
SUSCEPTIBLES DE CAMBIO
SUSCEPTIBLES DE
PRODUCIR IMPACTOS
INVENTARIO DEL MEDIO
FÍSICO Y SOCIAL

VALORACIÓN DEL
INVENTARIO
IDENTIFICACIÓN Y
PREDICCIÓN DE IMPACTOS

SI ¿EXISTEN VARIAS
NO
ALTERNATIVAS?

PODERACIÓN DE PONDERACIÓN
IMPACTOS DE IMPACTOS

VALORACIÓN DE VALORACIÓN DE
IMPACTOS IMPACTOS
- Cualitativa
- Cuantitativa
COMPARACIÓN Y
ANÁLISIS DE
ALTERNATIVAS

PLAN DE MANEJO
AMBIENTAL

IMPACTOS PLAN DE PROGRAMA DE ESTUDIOS


RESIDUALES ABANDONO Y VIGILANCIA COMPLEMENTARIOS
RECUPERACIÓN

110
Figura No. 13 Esquema metodológico básico en el desarrollo de un EsIA

4.2.4.2 AEC de SGMA: Auditoría Medioambiental Interna - AMAI


Al tenor de los principios generales de actuación para la gestión medioambiental
sostenible definidos previamente, la AEC de SGMA tendrá por finalidad, además,
permitirle a la empresa misma comprobar el adecuado funcionamiento de su SGMA,
servirle de base para su posible participación en un sistema de certificación y control
medioambiental a nivel estatal. La AEC de SGMA se realizará mediante las Auditorías
Medioambientales Internas (AMAI), las cuales se planificarán y ejecutarán de acuerdo
a las directrices establecidas en la norma ISO 14011. De acuerdo con la norma ISO
14011, las AMAI son definidas como,
“...un proceso de evaluación sistemático, documentado, periódico y objetivo de la
eficacia de la organización, del sistema de gestión y de los procedimientos destinados
a la protección del medio ambiente y tiene por finalidad facilitar el control, por parte
de la dirección de la empresa, de las prácticas que puedan tener efectos sobre el
medio ambiente y evaluar su adecuación a las políticas medioambientales de la
empresa...” [Norma ISO 14011, 1996].
El alcance real de las AMAI viene dado en función de las necesidades de cada
empresa, y por lo tanto, podrá abarcar desde los aspectos meramente organizativos hasta
aspectos relacionados con la gestión de los residuos finales. Dicho de otra manera, el
alcance de las AMAI se puede contemplar desde dos puntos de vista complementarios:
− Organizativos. Comprende, desde el análisis de su situación legal, hasta los
aspectos puramente organizativos o económicos-financieros.
− Análisis técnico de la situación. Comprende, desde el análisis de las materias
primas e investigación del proceso productivo hasta, la toma de muestras de los
factores del medio con mayores posibilidades de resultar impactados, estudio de
la eficacia de las medidas correctoras, gestión de residuos, etc.
Actualmente se está viviendo un creciente auge en el desarrollo de las AMAI,
aunque a todas luces insuficiente. Orgánicamente las AMAI suelen depender del
Director General, del Director Técnico, del Director de Producción, o en los casos de
grandes organizaciones, del Director de Auditoría Interna. De acuerdo con L.
Lamprecht, presentan las siguientes ventajas:
− Conocimiento exhaustivo de la actividad
− Operatividad en la ejecución
− Garantía de calidad [Lamprecht, 1997].
Como desventajas, el mismo autor señala:
− Insuficiencia o incluso inexistencia de la AMAI, como tal
− Carencia de metodología
− Falta de expertos
− Desconocimiento de la normativa actualizada al día

111
− Indisponibilidad de tiempo (se hace lo urgente, no lo necesario)
− Sesgos al abordar los problemas, debido a rutinas y costumbres.
− Pérdida de credibilidad debido a falta de objetividad y/o conclusiones
tendenciosas.
En la Figura No. 14 se muestra un esquema general del procedimiento de AMAI
de SGMA según la norma ISO 14011.

POST-AUD ITORÍA
AUDITOR ÍA
PRE-AUDITOR ÍA C om pre n s i ón de S i s te m a s INFO RME
De fi n i ci ó n O bje ti vo s de G e s ti ó n de l C e n tro FINAL
T ipo

M ét o do P erío do
In sp ecció n Ex ám en de Result ados
Au di to r in st alacio n es No rm as, Regist ro s,
Am bit o /Alcan c
P ro cedim ien t o s Co n clusio n es
P o lít ica En t revist as
Crit erio s/prio ridades Reco m endació n
P ro gram a Eva l u a ci ó n Pu n to s M edidas Correct ivas
dé bi l e s /fu e rte s de l S G MA
Det erm inar objet iv o s P resen t ació n a
S G MA Direcció n

Pl an i fi ca ci ón Verificació n Pl a n de Acci ó n
cum p lim ien t o No rm at iv a
P lan p revio
Ejecució n P lan
de audit o ría Re co l e cci ó n Pru e bas
Defin ición alcan ce
Seguim ien t o
Iden t ificació n fuent es In sp ecció n /Rev isión
in fo rm ació n
Eva l u a ci ó n Pru e ba s
DEC LARAC IO N
Equ i po Au di to r
Fallo s/Deficien cias MEDIO AMB IENTAL
Det ección
P lan Det allado
Co n t rat o Riesgos
alcance Validación
In fo rm e Pre vi o
Iden t ificació n
Selecció n Equip o
Act iv idades Análisis/Ev aluación
Result ado s Ajust es
PUB LIC O

Figura No. 14 Esquema metodológico básico en el desarrollo de una


AMAI según la norma ISO 14011

4.2.4.3 AEC de P/S: Análisis del Ciclo de Vida - ACV


Las AEC de P/S tendrán por finalidad, además de permitirle a la empresa misma
comprobar la sostenibilidad y conformidad medioambiental de sus P/S, servirle de base
para la obtención de la Etiqueta Ecológica correspondiente, como se verá
posteriormente.
La AEC de P/S se realizará mediante los denominados estudios de Análisis del
Ciclo de Vida (ACV), también conocidos como LCA de sus siglas en inglés Life Cicle
Assessment. De acuerdo con la EPA, el ACV se define como,
“... un proceso para evaluar las cargas medioambientales asociadas a un producto,
proceso o actividad mediante la identificación y cuantificación del consumo de
energía y materiales y de los residuos vertidos al medio ambiente y para identificar y
evaluar las alternativas que puedan suponer mejoras medioambientales...” [EPA,
1993].
El ACV abarca la totalidad del ciclo de vida del P/S a partir de la extracción y
procesamiento de la materia prima, la fabricación, el transporte y la distribución, la
utilización, la reutilización, el mantenimiento y el reciclado, hasta llegar a la disposición

112
final del mismo. La técnica se centra en la definición del impacto medioambiental del
objeto de estudio en varios apartados concretos como el bienestar ecológico, la salud de
las personas y el agotamiento de los recursos.
El desarrollo de las normas ISO/DIS 14040/1/2/3 se encuentran en proceso de
aprobación. Sin embargo, a partir de ellas, ya se perfila una metodología general para la
realización del ACV, la cual se esquematiza en la Figura No. 15.

EVALUACIÓN DEL IMPACTO


EVALUACIÓN DE
- La salud del medio ambiente
LAS MEJORAS
- La salud de las personas
- El agotamiento de los recursos
DEFINICIÓN DE
OBJETIVOS Y ALCANCES

ANÁLISIS DEL INVENTARIO


- Adquisiciones de materiales y energía
- Fabricación
- Utilización
- Gestión de residuos

Inventario de ciclo de vida

ENTRADAS COMPRA DE LA SALIDAS


MATERIA PRIMA

FABRICACIÓN,
PROCESAMIENTO Y
ACABADO
ENERGIA

DISTRIBUCIÓN Y Vertidos al agua


TRANSPORTE
Emisiones a la atmósfera

UTILIZACIÓN,
REUTILIZACIÓN Y Residuos sólidos
MANTENIMIENTO
MATERIA Otras emisiones
PRIMA al medio ambiente
RECICLAJE
Productos aprovechables

GESTIÓN DE LOS
RESIDUOS

Fuente: L. Lamprecht, 1997

Figura No. 15 Esquema metodológico básico en el desarrollo de un ACV


según las normas ISO/DIS 14040/1/2/3

Según L. Lamprecht, los objetivos y alcances en cada uno de los elementos


involucrados en el desarrollo de un ACV pueden ser descritos de la siguiente manera:
− Definición de los objetivos y alcance, así como la unidad funcional para el mismo. El
alcance concreta los confines, los datos requeridos, las suposiciones y los límites del
sistema. La unidad funcional es la medida de los rendimientos que se obtienen con
diversos datos de entrada y salida así como su fiabilidad (calidad de los datos).

113
− Análisis del inventario, donde se definen los sistemas y confines de los mismos, elaborar
diagramas de flujo de los procesos (secuencia del proceso, producción de materiales
complementarios), recogida de datos (tablas de inventario) y tratamiento energético.
− Evaluación del impacto, tiene por objetivo clasificar, caracterizar y valorar los efectos de
las cargas medioambientales identificadas en el elemento del inventario. La clasificación
permitirá agrupar los datos del análisis de inventario en una serie de categorías del
impacto producido (por ejemplo, los NOx tiene efectos acidificantes y también
eutroficantes). La caracterización permite elaborar un perfil del impacto tal como el
potencial de contribuir al recalentamiento atmosférico o el potencial de contribuir a la
degradación de la capa de ozono. La valoración permite sopesar y contrastar las diversas
categorías del impacto producido.
− Evaluación de las mejoras, tiene por objetivo identificar y evaluar las opciones para la
disminución del impacto medioambiental del sistema en estudio [Lamprecht, 1997].

4.2.5 AutoDeclaraciones de Conformidad Medioambiental - ADC


Como se pudo apreciar en el capítulo anterior, aunque en el Reglamento
CEE/1836/93 de la Unión Europea se utiliza el concepto de declaración
medioambiental, es evidente que su derivación genérica ha sido extraída de la norma
ISO serie 9000 a partir del concepto denominado AutoDeclaración de Conformidad,
también utilizado posteriormente en la norma ISO serie 14000.
En cualquier caso, su intención es que pueda servir de medio de información
pública, para lo cual es fundamental que previamente sea validada. Sin embargo,
aunque el Reglamento establece que dicha validación sea realizada por los verificadores
medioambientales, las normas ISO 9000 e ISO 14000 no establecen nada al respecto.
En el presente marco conceptual se utilizará el concepto de AutoDeclaración de
Conformidad Ambiental, en lo sucesivo ADC, para significar un documento técnico,
redactado por la empresa en forma resumida —pudiendo adjuntarse documentación
técnica—, que recoge los resultados de las AEC y que tendrá por objetivo, servir de
base conceptual y técnica para su confrontación pública en un proceso de validación
medioambiental, que se describirá posteriormente.
Las AEC validadas cumplirán dos funciones básicas: por un lado, servir como
documento de difusión pública, para facilitar el compromiso empresarial de comunicar
la información relativa a su actuación medioambiental y, por otro lado, servir de base
para la obtención de las certificaciones medioambientales pertinentes.
Según cada ámbito de actuación empresarial, las ADC podrían ser: de Proyecto,
de SGMA y de P/S, las cuales se describen a continuación.
4.2.5.1 ADC de Proyecto
La ADC de proyecto será realizada por la empresa como resultado síntesis del
EsIA. Debe ser redactado de forma asequible, carente de jerga y expresado con
claridad. Su contenido mínimo tendrá:
− Las conclusiones sobre la viabilidad de las actuaciones propuestas
− Las conclusiones sobre las diferentes alternativas propuestas

114
− La propuesta de medidas protectoras y correctoras y el programa de inspección y
vigilancia para cada alternativa.
4.2.5.2 ADC de SGMA
La ADC de SGMA corresponde en este caso con la declaración medioambiental
de la que hace referencia el Reglamento CEE/1836/93.
Será realizada por las empresas después de la revisión inicial y/o de la conclusión
de cada AMA. Su contenido básico comprenderá en particular los siguientes elementos:
− La política medioambiental de la empresa
− Una descripción de las actividades de la empresa en la unidad operativa
considerada
− Una valoración de todos los problemas medioambientales significativos que
guardan relación con las actividades de que se trate
− Un resumen de datos cuantitativos sobre emisión de contaminantes, generación de
residuos, consumo de materias primas, energía y agua, ruido y otros aspectos
medioambientales significativos
− Otros factores relacionados con el rendimiento medioambiental
− Una presentación del programa y el SGMA de la empresa aplicados en la unidad
operativa correspondiente.
4.2.5.3 ADC de P/S
La ADC de P/S será realizada por la empresa al término del estudio de ACV. Allí
se relacionarán los impactos ambientales identificados para el ciclo total de vida del
P/S, así como las medidas de prevención, amortiguación y/o corrección de dichos
impactos.
Como resumen, en la Figura No. 16 se muestra un esquema general de los
elementos básicos descritos para la GMAE.

115
GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL EMPRESARIAL
G MA E
EMPRESA
P+P

PROYECTOS
ESPECÍFICOS
SGMA
P/S
AEC de Proyecto AEC de SGMA AEC de P/S
EsIA AMA ACV

ADC de ADC de ADC de


Proyecto SGMA P/S

VALIDACIÓN

Figura No. 16 Resumen funciones y áreas de acción para la GMAE

4.3 Gestión medioambiental pública - GMAP

Tal como se definió en el numeral 4.1.2, la GMAP se concibe a partir de la


conjunción de las responsabilidades y misiones asignadas a la organización oficial y a la
organización ciudadana, con el objetivo fundamental de orientar, controlar y
promocionar una adecuada actuación medioambiental empresarial conforme a los
lineamientos de la política y objetivos medioambientales estatales.
El motivo de dicha conjunción es la necesidad de integrar activamente la
participación ciudadana en las funciones medioambientales de la organización oficial.
Vista así, la GMAP será propiciada por la organización oficial y coordinada por la
AMC, con una amplia y activa participación de la organización ciudadana.

4.3.1 Funciones básicas en la GMAP

En la búsqueda de un marco conceptual apropiado para la GMAP y con el


propósito de delimitar sus funciones y áreas de acción específicas, es conveniente tener
en cuenta que, aunque las funciones genéricas de gestión empresarial estudiadas a partir
de la TGS en el Capítulo 2 (numeral 2.4.2.) no corresponden exactamente con las
requeridas para el cumplimiento de las responsabilidades y misiones asignadas a la

116
organización oficial y ciudadana (numeral 4.1.2), constituyen una buena guía
conceptual y metodológica en la tarea de plantear y definir las funciones específicas en
la GMAP.
Así pues, teniendo en cuenta lo anterior y al tenor de los principios generales de
actuación definidos (numeral 4.1.1), se infiere que la GMAP tendrá un carácter
eminentemente “orientador, controlador, promotor, participante y veedor” de la
actuación medioambiental empresarial y por lo tanto, sus funciones y áreas de acción
serán derivadas en consecuencia con dicho carácter.
Con este criterio, y luego de múltiples reflexiones y aproximaciones teórico-
prácticas, basadas en la experiencia personal y ajena, se logra dilucidar la necesidad de
proponer tres funciones básicas, que bien podrían constituir el inicio del marco
conceptual para la GMAP. Estas son:
– la Política y Planificación medioambiental (P+P)
– la Investigación y Desarrollo medioambiental (I+D)
– la Certificación y Control medioambiental (C+C)
En la Figura No. 17 se esquematizan dichas funciones.

POLÍTICA
Y
PLANIFICACIÓN

P+P

INVESTIGACIÓN CERTIFICACIÓN
Y Y
DESARROLLO CONTROL

I+D C+C
Figura No. 17 Funciones Básicas para la GMAP

117
Antes de describir en qué consistirán cada una de ellas, así como las áreas de
acción que abordarán, es conveniente aclarar, que el orden de precedencia no implica
una mayor o menor importancia relativa de una con respecto a otra y mucho menos en
un contexto general, sino que, obedece simplemente a un esquema personal que facilita
su presentación.

4.3.1.1 Política y Planificación medioambiental - P+P

La función de P+P, se concibe como un proceso racional de toma de decisiones


sobre “lo que se ha de hacer”, es decir, tendrá la misión de orientar la actuación
medioambiental, lo cual podrá ser realizado mediante tres áreas de acción básicas:
− Armonización de la política medioambiental,
− Integración normativa y reglamentaria medioambiental y,
− Planificación estratégica medioambiental.

En la Figura No. 18 se muestra un esquema general de la función P+P, sus tres


áreas de acción y componentes básicos. A continuación se describe en que consisten
cada una de ellas.

118
POLÍTICA Y PLANIFICACIÓN MEDIOAMBIENTAL
P+P

ARMONIZACIÓN INTEGRACIÓN PLANIFICACIÓN


POLÍTICA NORMATIVA Y ESTRATÉGICA
REGLAMENTARIA

OBJETIVOS REQUISITOS ORDENAMIENTO


ESPECIFIC.
MEDIOAMBIENTALES MÍNIMOS AMBIENTAL
TÉCNICAS
GLOBALES BÁSICOS TERRITORIAL

Acuerdos Cooperación Normas Normas


Internacionales Internacional Jurídicas Técnicas SISTEMAS DE
INFORMACIÓN
GEOGRÁFICA
CONSENSO
SIG

POLÍTICA
MEDIOAMBIENTAL
ESTATAL

PLANES
OBJETIVOS NORMAS DE
ESTRATÉGICOS
MEDIOAMBIENTALES CALIDAD
DE DESARROLLO
ESTATALES AMBIENTAL
SOSTENIBLE

Figura No. 18 Áreas de acción y elementos básicos en la P+P

4.3.1.1.1 Armonización global de la política medioambiental


De acuerdo con lo analizado y descrito en el Capítulo 2 (numerales 2.2 y 2.3), a
partir de la concepción global e integral del medio ambiente, es evidente que la solución
a su problemática requiere igualmente un planteamiento de carácter global e integral.
Esto es especialmente válido con relación a la política medioambiental estatal, la cual
deberá ser armonizada a nivel global, mediante una amplia participación, consenso y
representación estatal.
En este sentido, la cooperación internacional en la esfera del medio ambiente
constituirá un importante mecanismo de armonización y deberá permitir que las
disposiciones y acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente estén orientados
realmente a la solución de los problemas medioambientales mundiales. Para esto, la
mayoría de los Estados del mundo vienen estableciendo una nueva asociación mundial,
en la que se comprometen a mantener un diálogo continuo y constructivo basado en la
necesidad de lograr que la economía mundial sea más eficiente y justa.

119
En dicho diálogo se deberá tener presente, la creciente interdependencia de la
comunidad de naciones y el hecho de que el desarrollo sostenible ha pasado a ser un
tema prioritario del programa de la comunidad internacional.
La armonización de la política medioambiental deberá ser realizada tanto desde la
organización oficial, como desde la organización empresarial, con la diferencia de que,
en el ámbito oficial, la armonización de políticas se hará con referencia a la política
medioambiental global y acorde con los compromisos consensuados y adquiridos a
nivel internacional, mientras que en el ámbito empresarial, dicha armonización se
realizaría con referencia a la política medioambiental estatal.
4.3.1.1.2 Integración normativa y reglamentaria medioambiental
Las reglamentaciones relacionadas con el medio ambiente pueden variar de un
país a otro e incluso dentro de un mismo país en el ámbito regional o departamental, lo
cual podría constituir un grave inconveniente en cuanto a la eficacia del cumplimiento
de los objetivos de calidad medioambiental.
En este punto es conveniente recordar lo planteado en el documento de estudio del
Anexo 1, en relación con la diferencia entre las normas jurídicas y las normas técnicas,
la cual tiene que ver con quién las realiza y con la obligatoriedad o no de su
cumplimiento.
Como se ha explicado, las normas jurídicas son de carácter legislativo y
reglamentan el cumplimiento obligatorio de unas exigencias mínimas básicas que
permiten a la administración pública garantizar la seguridad y sanidad de los
ciudadanos, así como la protección medioambiental.
Las normas técnicas por su parte, constituyen una serie de especificaciones
técnicas, realizadas fundamentalmente a partir de la iniciativa privada, de cumplimiento
voluntario y en la mayoría de los casos tienen un nivel de exigencia mucho más elevado
que el de las normas jurídicas.
En orden de lograr una real globalización de la gestión medioambiental, es
fundamental la creación de un entorno técnico común. Por tal motivo, a efectos del
presente marco conceptual, cada Estado deberá realizar una integración normativa y
reglamentaria medioambiental donde se cumplan dos aspectos fundamentales:
− que las normas técnicas ofrezcan garantías en cuanto a las “exigencias mínimas
básicas” establecidas en las normas jurídicas y,
− que las autoridades públicas sigan siendo totalmente responsables en cuestión de
protección de la seguridad, la sanidad y el medio ambiente.
Una buena guía metodológica para lograr lo anterior la constituye el “Nuevo
Enfoque en armonización técnica y normalización”18 realizado por la Unión Europea.
Este Nuevo Enfoque consiste básicamente en realizar las normas jurídicas remitiéndolas

18
Resolución del Consejo de la Unión Europea [DOCE C136 de 7-05-1985].

120
a normas técnicas, bajo la obligación de que los organismos de normalización elaboren
las normas técnicas a partir de los requisitos mínimos básicos de protección de la
seguridad, la sanidad y el medio ambiente. De esta manera se logrará integrar y
armonizar, tanto los requisitos mínimos básicos como las especificaciones técnicas de la
iniciativa privada.
Con el anterior criterio, en cada Estado se podrían definir y adoptar los objetivos
específicos de calidad medioambiental para cada uno de los medios naturales (aire,
agua, suelo). Esto implica por supuesto, la realización previa de una serie de
actividades, entre otras las siguientes:
− caracterización y categorización de las fuentes contaminantes,
− identificación de las mejores tecnologías disponibles,
− desarrollo de normas que definan los niveles máximos de emisión de
contaminantes a partir de la determinación de niveles permisibles de inmisión
− desarrollo de procedimientos tecnológicos óptimos de toma y análisis de
muestras, entre otros aspectos.

4.3.1.1.3 Planificación estratégica medioambiental


La planificación estratégica medioambiental se ajustará a los conceptos básicos
descritos en la TGS y tendrá como misión, facilitar la orientación y búsqueda de las
estrategias de actuación más adecuadas. En este sentido, deberá permitir la toma de
decisiones ejecutivas en cuanto a:
– Armonización de políticas, mediante la adaptación congruente de las políticas
nacionales con las internacionales.
– Priorización de actuaciones, con la realización o implantación de un determinado
plan, y en últimas, con la decisión de hacer o no determinada actuación.
– Orientación de recursos, facilitando la destinación de mayores o menores
recursos (económicos, técnicos, humanos, etc.) según la urgencia o importancia
relativa del plan tratado.
También podrá establecer orientaciones relativas a la localización de planes
estratégicos, lo que podría traducirse en la identificación de: programas y/o proyectos
incompatibles con el medio y que, por tanto, no se podrán localizar o, que pudiendo
localizarse tendrían que cumplir ciertas condiciones, por ejemplo, las determinadas
como consecuencia de la evaluación de impacto ambiental.
Lo anterior supone un cierto designio por parte de la planificación estratégica, que
puede ser muy leve, tan sólo el indispensable para evitar aberraciones perjudiciales, al
menos a largo plazo para los intereses de la sociedad.
La planificación estratégica medioambiental, tendrá las siguientes características
generales:
− Contenido integrador y globalizador en todos los aspectos que intervienen.

121
− Delimita una “área problema” como un sistema dinámico en el que confluyen los
aspectos naturales, culturales y socioeconómicos.
− Carácter interdisciplinario del estudio de los problemas y de la toma de
decisiones.
− Tiene una base ecológica que incluye al hombre como un elemento del sistema.
− Incorpora la información pública en el proceso de planificación.

4.3.1.1.3.1 Planes Estratégicos de Desarrollo Sostenible (PEDS)


La materialización de las estrategias se realizará mediante la elaboración de
Planes Estratégicos de Desarrollos Sostenible (PEDS), en donde las estrategias se
aceptan básicamente como hechos reconocidos, aunque pudieran ser cambiadas
posteriormente, como se explica a continuación.
Los PEDS tendrán una base tecnológica y en muchos casos podría llegar a ser
sistemática. Para esto, se requerirá la elaboración de estudios, análisis, y cuantos otros
medios de diagnóstico y previsión existan, que permitan diseñar y formular los planes
estratégicos específicos de manera óptima. Además, deberán contener las funciones
derivadas de los procesos de programación y preparación del presupuesto.
El proceso general para la elaboración de los PEDS tendrá tres etapas
fundamentales: el ordenamiento ambiental-territorial, la formulación del plan
estratégico y la evaluación del plan, las cuales se describen brevemente a continuación.
Ordenamiento Ambiental-Territorial. Nació recientemente como una nueva
disciplina de la planificación territorial y urbanística, ante la necesidad de considerar el
territorio en su conjunto y dar a la planificación un contenido integrador de todos los
aspectos, fundamentalmente la dimensión medioambiental y usos idóneos del territorio
[Aramburo, 1979]. Se configura como una herramienta para el proceso racional de toma
de decisiones que, a través del conocimiento de las condiciones medioambientales,
económicas y sociales, informa las decisiones y actuaciones futuras.
Su objetivo fundamental será conocer las características del medio y valorar los
recursos naturales con el fin de ordenar los posibles usos del mismo, estableciendo
restricciones o prioridades, de modo que el uso del territorio sea el más adecuado a sus
características y permita la conservación y uso sostenible de los recursos naturales.
El ordenamiento ambiental-territorial se apoya en dos conceptos claves [Ryding,
1992]: por un lado, la aptitud, capacidad o vocación del territorio y por otro, el impacto,
es decir, la variación de la calidad medioambiental después del asentamiento, actividad
o uso, con relación a la situación inicial.
Comienza con una delimitación geográfica del área problema, es decir, del ámbito
espacial para la gestión, a partir de criterios de homogeneidad, funcionalidad, o,
simplemente de competencias administrativas. En esta fase será necesario la
recolección, organización y sistematización de la información necesaria y suficiente
para comprender la estructura y funcionamiento del entorno.

122
Continúa con el análisis e interpretación de la información recolectada, lo cual
permitirá elaborar el diagnóstico y explicación de la realidad actual a la luz de la
evolución histórica y de las tendencias previsibles de cambio, así como determinar la
oferta y demanda medioambiental de recursos naturales, humanos y económicos
concretos para la consecución de las metas medioambientales.
La explicación e interpretación de dicha información facilitará definir el objetivo
o conjunto de objetivos, estructurados, compatibilizados y jerarquizados de manera
racional de tal manera que orienten la tendencia a seguir en el corto, mediano y largo
plazo. Así pues, el ordenamiento ambiental-territorial, como técnica o herramienta de la
planificación estratégica medioambiental, tendrá por misión fundamental maximizar la
aptitud y minimizar el impacto.
Si bien sobre el ordenamiento ambiental-territorial existen diversas experiencias,
en particular las referentes a casos puntuales de planificación de cuencas hidrográficas,
sus desarrollos en la gestión medioambiental son aún incipientes y presentan un gran
atraso.
Formulación de los PEDS. Es evidente que el resultado inmediato de la
planificación estratégica será su concreción en planes estratégicos. Antes que todo, es
conveniente analizar algunos aspectos claves sobre el concepto genérico de “plan”
dentro del ordenamiento estatal/empresarial actual:
En un Estado con economía mixta, parece que los “planes” han servido
básicamente para coordinar y programar, en una palabra, racionalizar, la inversión
pública [Gómez Orea, 1980]. Así concebido, el plan resulta, pues, vinculante para la
administración pública, constituyéndose en el indispensable elemento estratégico,
coordinador de acciones sectoriales frecuentemente discordantes y en ocasiones
contrapuestas. Adicionalmente, en estos mismos sistemas políticos, el plan no puede
vincular en todas sus posibilidades la acción de la iniciativa privada ya que para ésta,
solamente podrá establecer condicionantes, limitaciones más o menos fuertes al derecho
de propiedad y estímulos para orientar la inversión privada hacia un objetivo común,
generalmente con orientaciones exclusivas hacia el crecimiento económico.
Por su parte, el concepto de plan presentado aquí, además de reflejar la totalidad
de los conceptos tratados hasta el momento, deberá ajustarse a los criterios de
sostenibilidad medioambiental. Esto obliga a acelerar el proceso de planificación
integral, principalmente en todas aquellas regiones frágiles sometidas a presión como
las áreas de valor y riqueza ecosistémica y aquellas vecinas a los grandes centros
urbanos.
Así pues, al tenor de lo explicado con anterioridad, en relación con las funciones
de la GMAE, es evidente que los PEDS podrán ser materializados mediante la
ejecución de programas continuados y/o proyectos específicos.
Evaluación del plan estratégico. La evaluación de los planes estratégicos,
incluyendo su evaluación medioambiental, podrá realizarse en dos ámbitos temporales:

123
evaluación Ex-Ante, es decir, antes de su ejecución, para determinar la conveniencia
previa de su ejecución en relación con sus objetivos o con otros, y la evaluación Ex-
Post, después de su puesta en ejecución, para determinar la eficacia del mismo.
Para garantizar una evaluación eficiente y equitativa, ésta deberá estar circunscrita
dentro de una política de desarrollo y, por supuesto de la política medioambiental, en
otras palabras, la evaluación no se podría desarrollar en un contexto vacío de políticas.

4.3.1.2 Investigación y Desarrollo medioambiental - I+D

Como ha sido analizado y descrito en el Capítulo 2, el logro del desarrollo


sostenible constituye una acción de carácter combinada de toda la organización social
mundial, siendo ella misma el objetivo principal y directo de la acción.
El desarrollo sostenible exige el compromiso con una gestión y unas políticas
económicas racionales, una administración pública eficaz y previsible, la integración de
las cuestiones medioambientales en los procesos de adopción de decisiones y, por
supuesto, una plena participación de todas las partes interesadas.
Siendo así, la capacidad de un país para lograr un desarrollo sostenible dependerá
en grado sumo de su organización social y de las condiciones ecológicas y geográficas
en que se encuentra. En concreto, el aumento de dicha capacidad abarca el potencial
humano, científico, tecnológico, organizativo, institucional y de recursos del país.
Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario incluir dentro de la GMAP una
función que potencie la capacidad del Estado para lograr el desarrollo sostenible, la
cual, para efectos del presente marco conceptual se denominará Investigación y
Desarrollo medioambiental (I+D).
La función de I+D podría ser realizada a través de una gran cantidad de
actuaciones que fácilmente podrían abarcar la totalidad y más de los 40 capítulos de la
Agenda 21. No obstante, a efectos del presente marco conceptual, se destacan en
principio tres áreas de acción que bien podrían constituir el inicio de un marco
conceptual para la I+D:
− Investigación medioambiental,
− Educación medioambiental y,
− Fomento a la conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales
para el desarrollo.
En la Figura No. 19 se muestra un esquema general de la función I+D, sus tres
áreas de acción y componentes básicos. A continuación se describe en que consisten
cada una de ellas.

124
INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
MEDIOAMBIENTAL

I+D

INVESTIGACIÓN EDUCACIÓN FOMENTO AL


MEDIOAMBIENTAL MEDIOAMBIENTAL APROVECHAMIENTO
SOSTENIBLE DE LOS
RECURSOS
NATURALES

Figura No. 19 Áreas de acción y elementos básicos en la I+D

4.3.1.2.1 Investigación medioambiental


La ciencia hoy día podría proporcionar casi todas o, la mayoría de las respuestas
que necesitamos para manejar mejor nuestras relaciones en el ámbito planetario. Sin
embargo, los avances de la ciencia no se corresponden todavía con el progresivo
desgaste y degradación del medio ambiente que se está produciendo en casi todas partes
bajo la creciente presión de los hombres, la demanda económica y las aplicaciones
tecnológicas. La cultura tecno-economicista de nuestra sociedad moderna, tras la
búsqueda tenaz de objetivos de crecimiento, desarrollo y seguridad militar, subordina la
aplicación de los descubrimientos científicos y la racionalidad ecológica.
Ante la amenaza de daños medioambientales irreversible, la falta de
conocimientos científicos no debe ser excusa para postergar la adopción de medidas
orientadas al establecimiento de programas de investigación científica que permitan
obtener la información requerida en la protección del medio ambiente.
Las ciencias y la investigación científica desempeñan un papel importante en la
tarea de vincular la importancia básica del planeta Tierra como sustentador de la vida
con estrategias adecuadas de desarrollo para que el planeta siga funcionando. Deberán
desempeñar un papel cada vez más importante en el aumento de la eficiencia del
aprovechamiento de los recursos y en hallar nuevas prácticas, recursos y opciones de
desarrollo.
Como primera medida será necesario ampliar la base científica que permita
comprender mejor la tierra, los océanos, la atmósfera, la acción interconectada de los
ciclos de agua, nutrientes y biogeoquímicos y de las corrientes de energía que forman
parte del sistema Tierra.
Lo anterior es indispensable para calcular en forma más exacta la capacidad de
sustentación del planeta y sus posibilidades de recuperación frente a las numerosas
tensiones a que lo someten las actividades humanas, así como la determinación de los

125
niveles permisibles de inmisión de contaminantes en los organismos vivos. Es necesario
que las ciencias revalúen y promuevan constantemente tendencias menos intensas de
utilización de recursos, incluida la utilización de menos energía en la industria, la
agricultura y el transporte.
Así pues, las ciencias y la investigación medioambiental están pasando a ser, cada
vez en mayor medida, un componente indispensable de la búsqueda de posibles formas
de lograr el desarrollo sostenible. El enfoque científico basado en el principio de
prevención podría suministrar una base científica sólida para la formulación de políticas
relativas a sistemas complejos que aún no se comprenden plenamente y cuyas
consecuencias no se pueden predecir todavía.
De acuerdo con la Agenda 21, la acción de investigación científica para el logro
del desarrollo sostenible puede ser desarrollada mediante cuatro áreas de programas:
− Refuerzo de la base científica para la ordenación sostenible.
− Aumento de los conocimientos científicos.
− Mejoramiento de la evaluación científica a largo plazo.
− Aumento de la capacidad científica.
Finalmente, es necesario contar con otros avances de los usos interdisciplinares de
la ciencia y de otros conocimientos relacionados abriendo nuevas vías de investigación
que proporcionen los conocimientos que permitirán reorientar nuestras conductas
individual, colectiva e institucional, con el fin de salvaguardar, ampliar y enriquecer la
calidad de vida en la Tierra.
4.3.1.2.2 Educación medioambiental
La educación, el aumento de la conciencia ciudadana y la capacitación, estarían
vinculadas prácticamente en todas las áreas de la gestión medioambiental sostenible.
Todo esto será posible con la participación activa y coadyuvante de los diferentes
sectores de la sociedad, cuya respuesta estará condicionada al desarrollo y adquisición
continua de una cultura medioambiental.
Dicha cultura sería propiciada fundamentalmente a partir de la GMAP mediante
la orientación y educación continua en una actuación medioambiental basada en
criterios de prevención, mejoras en los procesos productivos con una utilización
sostenible de los recursos naturales, aprovechamientos óptimos de la energía, y
reutilización o reciclado de residuos.
De acuerdo con la Agenda 21, son tres las áreas fundamentales en las que se debe
adelantar la acción de educación medioambiental:
– Reorientación de la educación hacia el desarrollo sostenible.
– Aumento de la conciencia medioambiental del público.
– Fomento de la capacitación

126
4.3.1.2.3 Fomento a la conservación y aprovechamiento sostenible de los
recursos naturales
Como se describió en el Capítulo 1, como consecuencia del esquema insostenible
de nuestra civilización actual, la envergadura y alcance de los problemas
medioambientales y de recursos naturales de nuestros días se ven incrementados día a
día con la destrucción mundial de nuestros bosques y hábitats naturales, el aumento en
proporción geométrica del número de especies en extinción, la extracción a gran escala
de los combustibles fósiles, el extendido uso de productos químicos en la industria y en
la agricultura, la contaminación generalizada de aguas, aire y suelos.
Como se ha mencionado, para ayudar a enfrentar dicha problemática es necesario
que adicionalmente cada Estado participe activamente en el fomento a la conservación y
aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. Para esto se requiere, ante todo,
contar con una política adecuada para tal fin, que permita definir los objetivos y
estrategias de conservación y aprovechamiento, relacionadas con la protección de la
atmósfera, las aguas, los suelos, la flora y la fauna.
Esto implica, de acuerdo a la Agenda 21, el desarrollo de programas que
fomenten, entre otros, la agricultura ecológica, la lucha contra la desertificación y la
sequía, la lucha contra la deforestación, el aprovechamiento sostenible de bosques, la
conservación de la biodiversidad, el aprovechamiento ecológicamente racional de la
biotecnología, la conservación del sistema nacional de parques naturales, etc.
4.3.1.3 Certificación y Control medioambiental - C+C
Alcanzar los objetivos de la gestión medioambiental sostenible exige el mutuo
compromiso de mejora continua, tanto en la GMAE como en la GMAP.
Lo anterior implica que, aunque la GMAE contemple el compromiso de mejora
continua y adicionalmente sea realizada de manera sistémica mediante los SGMA,
ambas razones no constituyen un argumento suficiente para el cumplimiento de los
objetivos de protección medioambiental global. Una GMAE desarrollada de manera
particular, aislada y fuera del contexto y lineamientos de la política y objetivos
medioambientales establecidos a nivel estatal —y por supuesto armonizados a nivel
mundial—, constituye una acción limitada y sin la suficiente eficacia en un contexto
global, en otras palabras, se convierte en solución necesaria pero insuficiente para la
protección medioambiental global como se pudo comprobar en el capítulo anterior.
Por estos motivos, dentro de la GMAP, se hace indispensable introducir una
nueva función de carácter integrador, cuyo objetivo fundamental será permitir y facilitar
una amplia participación empresarial y ciudadana en la aplicación y logro de la política
medioambiental estatal. Dicha función se ha denominado Certificación y Control de
gestión medioambiental (C+C).
Será propiciada y llevada a cabo por la organización oficial, bajo la coordinación
de la AMC, permitiendo siempre una amplia participación ciudadana. Dependiendo del

127
ámbito espacial o nivel territorial donde se realice o ejecute, la C+C podría ser de
carácter nacional, departamental y/o local (municipal).
Teniendo en cuenta las particulares condiciones socio-políticas y económicas,
principalmente de los países en vías de desarrollo, es conveniente que esta función sea
orientada y coordinada por un ente rector de ámbito nacional. Sin embargo, se deberá
tener en cuenta hacer recaer la autoridad, la responsabilidad y los recursos, al nivel más
apropiado, dando preferencia a los niveles locales, por ser éstos, los más directamente
implicados y afectados. La C+C sería realizada alrededor de cinco áreas de acción:
− Registro e Información medioambiental,
− Verificación de conformidad medioambiental,
− Validación medioambiental,
− Certificación de conformidad medioambiental y,
− Vigilancia medioambiental.
En la Figura No. 20 se muestra un esquema general de la función C+C. A
continuación se describen cada una de ellas.

CERTIFICACIÓN Y CONTROL
MEDIOAMBIENTAL
C+C

REGISTRO E INFORMACIÓN

VERIFICACIÓN VALIDACIÓN CERTIFICACIÓN


MEDIOAMBIENTAL MEDIOAMBIENTAL MEDIOAMBIENTAL

VIGILANCIA MEDIOAMBIENTAL

Figura No. 20 Áreas de acción y elementos básicos en la C+C

4.3.1.3.1 Registro e información medioambiental


El desarrollo eficaz de la función de C+C dependerá en gran medida de la
posibilidad de disponer de un adecuado registro, almacenamiento y acceso a toda la

128
información medioambiental posible, tanto de la GMAE, como la generada en el
desarrollo de las funciones de la GMAP propuestas.
De acuerdo con R. Sierra Bravo, la información es definida como,
“...el conjunto de datos e ideas que caracterizan una situación o materia, no
conocidas por un sujeto, transmitidos a él por algún medio, que aumentan su
conocimiento de algo y pueden facilitar su acción...” [Sierra Bravo, 1994].
Lo anterior permite inferir que en el significado moderno del término
“información” se pueden distinguir aspectos relacionados con su naturaleza intelectual,
que implica novedad y proceso de comunicación y por lo tanto, facilita la actividad
humana.
Según el mismo autor, la información puede ser considerada como actividad en
sentido activo, pasivo o reflexivo y como contenido, esto es, como mensaje. Este
término designa no sólo a las ideas o datos transmitidos, sino también el soporte o
envoltura físicos utilizados para transmitir las ideas que forman el mensaje, por
ejemplo, la voz, la escritura, la imagen, el sonido, los signos y símbolos.
Por lo anterior, la acción de Registro e Información medioambiental deberá
permitir el establecimiento de una base de datos sistematizada donde sea posible
registrar, almacenar y procesar toda la información relacionada con GMAE y GMAP,
incluyendo una identificación e inventario general de empresas, su caracterización
medioambiental, procedimientos administrativos en curso, legislación y normativas
medioambientales vigentes, etc.
4.3.1.3.2 Verificación medioambiental
La verificación medioambiental consistirá determinar la conformidad
medioambiental de las empresas en cuanto al cumplimiento de la política
medioambiental estatal, la legislación y normativas medioambientales y el grado de
integración dentro de los planes estratégicos regionales.
De acuerdo con las particulares posibilidades institucionales y económicas de
cada Estado, la verificación medioambiental podría ser realizada por la propia AMC o
por una EVM debidamente acreditada y en cualquier caso tendrá por resultado, la
emisión de un Concepto Técnico de Verificación (CTV).
El CTV constituirá el soporte técnico conceptual por parte de la AMC, para su
posterior confrontación pública con la ADC en el proceso de validación
medioambiental, como se verá posteriormente. En todo caso, la acción de verificación
de conformidad será responsabilidad directa de la AMC. Acorde con los ámbitos de
actuación empresarial descritos anteriormente, la verificación medioambiental será
básicamente de tres tipos:

129
− Verificación de Proyectos. Según la dimensión, características y posibles
incidencias del proyecto sobre el medio ambiente, la verificación de proyectos
podrá ser realizada de acuerdo a dos tipos de procedimiento: mediante una
Evaluación del EsIA o, mediante una Evaluación de la ADC de Proyecto. En
cualquiera de los dos casos, se terminará con la emisión del correspondiente CTV
de Proyecto.
− Verificación de SGMA. Según la dimensión, características y posibles incidencias
de la empresa sobre el medio ambiente, la verificación del SGMA será realizada
de acuerdo a dos tipos de procedimientos: mediante una Auditoría
Medioambiental Externa - AMAE o, mediante una Evaluación de la ADC de
SGMA. En cualquiera de los dos casos, se terminará con la emisión del
correspondiente CTV de SGMA.
− Verificación de P/S. Según las características y posibles incidencias de los P/S
generados por la empresa sobre el medio ambiente, la verificación de P/S será
realizada mediante una Evaluación de la ADC de P/S, que terminará con la
emisión del correspondiente CTV de P/S.

4.3.1.3.3 Validación medioambiental


El derecho de todas las personas a gozar de un medio ambiente sano implica
igualmente el deber ciudadano de velar por su protección y por lo tanto, su derecho y
deber de participar activamente en las decisiones que pudieran afectarlo.
El Estado y específicamente la organización oficial, tiene la responsabilidad de
crear y hacer funcionar los mecanismos adecuados que permitan una amplia
participación de la comunidad. A nivel general, dichos mecanismos han sido
básicamente de cuatro tipos:
− de coordinación, p.e. un “Consejo Nacional Ambiental”;
− de asesoría, p.e. un “Consejo Técnico Asesor”;
− de consulta y concertación, p.e. las “Audiencias Públicas”; y,
− de información, p.e. los “Edictos Públicos” o la publicación en Diarios Oficiales.
Aunque los mecanismos descritos pueden ser realmente relevantes a nivel general
en la gestión medioambiental, la experiencia demuestra claramente, que el éxito de los
proyectos está estrechamente relacionado con la participación de la comunidad en las
varias etapas de desarrollo de los mismos. Tradicionalmente esta participación tiende a
ignorarse, dejándose al margen o, para el final de la preparación de los proyectos.
En este sentido, como se pudo apreciar en el capítulo 3, la Unión Europea ha
querido ir más lejos en su sistema de ecogestión y ecoauditoría al pretender una amplia
información pública a través de la declaración medioambiental validada. Sin embargo,
esta declaración no garantiza la participación activa del público en los procesos de
evaluación y toma de decisiones que pudieran afectar el medio ambiente, por lo que en
el presente marco conceptual, la validación medioambiental tendrá un significado un
tanto diferente, como se explica a continuación.

130
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, el término “validar”
significa dar fuerza o firmeza a una cosa. Por su parte el adjetivo “válido” significa
firme, subsistente y que vale o debe valer legalmente. Esto quiere decir, —bajo la lógica
de un Estado democrático y de derecho— que la comunidad misma es quien tiene la
potestad de validar o no una determinada actuación empresarial, especialmente cuando
dicha actuación pueda ser potencialmente conflictiva.
Así pues, la acción de validación medioambiental constituirá un elemento
fundamental en la función de C+C, alrededor del cual, mediante mecanismos adecuados
de consulta y participación ciudadana (información, diálogo, audiencias públicas, etc.),
se confrontan las ADC y los CTV correspondientes, permitiendo una amplia
participación de la comunidad en los procesos de decisión.
En este sentido, el resultado final del proceso de validación medioambiental será
la validación de las ADC. Será realizada bajo la coordinación de la AMC y tendrá por
finalidad: Por un lado, que la empresa pueda presentar al público una ADC validada,
esto es, comunicar una ventaja competitiva y no un problema, y por otro lado, que la
ADC validada se constituya en el requisito indispensable para obtener la certificación
medioambiental según el ámbito de actuación a que se refiera.
4.3.1.3.4 Certificación medioambiental
Como se ha explicado en el documento del Anexo 1, certificar es sinónimo de
asegurar, afirmar, dar por cierto algo, fijar, señalar con conocimiento seguro y claro
alguna cosa, etc., y desde esta óptica, es evidente que la actividades de certificación
tendrán repercusiones bastante importantes sobre la protección del medio ambiente.
Así como las necesidades y exigencias de los consumidores/usuarios cambian, las
condiciones de los mercados también y, por tanto, los sistemas y procedimientos de
certificación medioambiental hacen lo mismo, evolucionando constantemente e
incrementando el nivel de exigencia de las especificaciones técnicas que deben cumplir
las actividades empresariales según cada ámbito de actuación.
De acuerdo con dicho Anexo, la certificación podría ser de dos tipos: la
certificación obligatoria, aquella otorgada por la autoridad pública como
reconocimiento al cumplimiento de una normas jurídicas (fundamentalmente aquellas
relacionadas con la seguridad, sanidad y protección del medio ambiente) y, la
certificación voluntaria, aquella otorgada por la iniciativa privada, —por primera o
tercera parte—, como reconocimiento al cumplimiento de unas normas técnicas, lo cual
constituye para las empresas un argumento más de venta y de diferenciación en el
mercado frente a los competidores (Ver Anexo 1).
Este esquema de dividir la certificación en obligatoria y voluntaria lleva consigo
una gran cantidad de inconvenientes, relacionados fundamentalmente con la duplicación
de esfuerzos, ya que es necesario disponer de un entorno técnico común, que permita el
cumplimiento coherente de los objetivos globales de protección medioambiental. Esto
induce necesariamente al desarrollo de mecanismos que permitan su armonización e
integración en un solo proceso de certificación medioambiental.

131
En el presente marco conceptual, dicho proceso se basará en la armonización e
integración de las normas jurídicas y técnicas, que como se explicó antes (numeral
4.3.1.1.2), permitirá que las normas técnicas ofrezcan garantías de tener en cuenta las
“exigencias mínimas básicas” establecidas en las normas jurídicas. Asimismo, que las
autoridades públicas sigan siendo totalmente responsables en cuestión de protección de
la seguridad, la sanidad y el medio ambiente.
Así, la certificación de conformidad medioambiental será otorgada mediante acto
administrativo por la AMC, a partir del proceso de validación de la ADC, lo que
implica que se avala la fiabilidad y aceptación pública de la información incluida en las
ADC y en los CTV, y por lo tanto su conformidad medioambiental con las políticas y
normativas medioambientales vigentes.
A efectos del presente marco conceptual, la certificación de conformidad
medioambiental será básicamente de cuatro tipos:
− Certificación de Proyectos, mediante el otorgamiento de licencias ambientales,
permisos y/o concesiones de aprovechamiento de recursos naturales y, de
autorizaciones de vertido.
− Certificación de SGMA, a través del otorgamiento de certificados y/o logotipos de
conformidad, que avalen la eficacia y adecuado funcionamiento del SGMA.
− Certificación de P/S, mediante la concesión de Etiquetas Ecológicas, como
garantía de que los P/S certificados tienen repercusiones mínimas sobre el medio
ambiente durante todo su ciclo de vida.
− Acreditación de EVM, para garantizar la profesionalidad, honestidad e
imparcialidad de las mismas.

4.3.1.3.5 Vigilancia medioambiental


La vigilancia medioambiental es una de las áreas de acción de la función de C+C
que requerirá mayores medios materiales y humanos. En principio, y a efectos del
presente marco conceptual, deberá ser realizada desde dos puntos de vista:
Vigilancia medioambiental territorial (VMT), la cual consiste en la observación
de las tendencias y comportamientos medioambientales de todos aquellos aspectos que
pudieran ocasionar impactos significativos sobre los ecosistemas frágiles ubicados en el
ámbito territorial estatal, con el fin de disponer de cierta capacidad de predicción que
permita adoptar decisiones anticipadas.
Para esto es fundamental que la AMC disponga de una infraestructura técnica-
documental operativa y fiable que le permita el manejo de información, en lo posible
directa y en tiempo real, o de series temporalmente largas y de gran cobertura territorial.
Vigilancia medioambiental empresarial (VME), la cual consiste, en vigilar el
grado de cumplimiento de la legislación medioambiental vigente y por supuesto, de los
compromisos asumidos por las empresas al obtener la certificación medioambiental
según cada ámbito de actuación.
Esto no implica poner en duda la eficacia de las acciones que pudiera tener la
concienciación, persuasión, colaboración y trabajo conjunto entre las organizaciones
oficial, empresarial y ciudadana, lo cual constituye el pilar fundamental de la VME. Por

132
el contrario, será necesario disponer de los mecanismos apropiados que permitan dicha
vigilancia, así como la posibilidad de perseguir y sancionar a los infractores. Entre otras
posibilidades, tales mecanismos podrían ser desarrollados así:
− a nivel de las organizaciones empresariales, mediante la creación de asociaciones
sectoriales y una amplia participación de empresas aseguradoras;
− a nivel de la AMC, mediante la creación de cuerpos especializados de policía,
procuraduría, inspectores y jueces ambientales;
− a nivel de la comunidad, mediante la creación de un servicio ambiental obligatorio
y la participación activa de las ONG’s y grupos ecológicos.
Resumiendo hasta aquí todo lo relacionado con la GMAP, vale decir que en la
descripción de sus funciones de gestión y áreas de acción, es fácil encontrar áreas con
funciones con características que encajan parcialmente en una categoría y parcialmente
en otra. Por este motivo, dichas descripciones serán generalizaciones aplicables a
muchas situaciones, pero no a todas, pues las que se hallan en la línea divisoria y las
excepciones no son tan numerosas que nieguen la validez esencial de las categorías.
En la Figura No. 21 se presenta un esquema que resume las funciones y áreas de
acción propuestas para la GMAP.

GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL PÚBLICA


GMAP

POLÍTICA Y
PLANIFICACIÓN
MEDIOAMBIENTAL
P+P

Integración
Armonización normativa y Planificación
Política reglamentaria Estratégica

INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO CERTIFICACIÓN Y CONTROL


MEDIOAMBIENTAL MEDIOAMBIENTAL
I+D C+C

Fomento al Información y Registro


Investigación Educación aprovechamiento
Medioambiental Medioambiental sostenible de los
Verificación de Certificación de
recursos naturales Conformidad Validación Conformidad
Medioambiental Medioambiental Medioambiental

Vigilancia Medioambiental

Figura No. 21 Resumen de funciones y áreas de acción para la GMAP

133
4.3.2 Niveles competenciales de actuación
Para efectos del presente marco conceptual, la GMAP podría tener tres niveles
competenciales sobre los cuales se llevarían a cabo cada una de las funciones de
gestión, así: el nivel nacional (estado/país), el nivel regional
(departamental/autonómico) y el nivel local (municipio/ayuntamiento).
En la Tabla No. 13 se definen los niveles competenciales para cada una de las
funciones y áreas de gestión propuestas para la GMAP. De acuerdo con esto, cada
Estado podría adaptar sus funciones y áreas de gestión según su estructura
organizacional medioambiental.
Tabla No. 13 Niveles competenciales en la GMAP

Función de gestión Área de acción Nivel competencial


Armonización Política Nacional
Planificación Definición objetivos Ambientales Nacional
Planificación estratégica Nacional con amplia
participación regional
Registro e Información Regional con coordinación
nacional
Verificación Regional
Certificación y Control Validación Regional con coordinación
nacional en megaproyectos
Certificación Regional con coordinación
nacional en megaproyectos
Inspección y vigilancia Local con coordinación regional
Investigación Local, regional y nacional
Educación Local con coordinación regional
Investigación y Desarrollo y nacional
Sistema de Parques Nacionales Local con Coordinación regional
y nacional

En el caso particular de la República de Colombia, de acuerdo a la Ley 99/93 con


la cual “se crea el Ministerio del Medio Ambiente y se organiza el Sistema Nacional
Ambiental”, los niveles competenciales descritos en la Tabla No. 13 quedarían de la
siguiente manera:
− el nivel Nacional, competencia del Ministerio del Medio Ambiente,
− el nivel Regional, competencia de las Corporaciones Autónomas Regionales
(CAR’s),
− el nivel Local, competencia Municipal
Se hace salvedad en aquellos municipios con más de un millón de habitantes
(Santa Fe de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla), los cuales constituirán su propia
AMC, y ejercerán, —en su perímetro urbano—, las mismas funciones asignadas a las
CAR’s.
Finalmente, en la Figura No. 22 se muestra un esquema general que reúne todos
los elementos considerados en el marco conceptual propuesto para la Gestión
Medioambiental Sostenible a nivel estatal.

134
E S T A D O

0. EM PRESARIAL 0. OFICIAL O. CIUDADANA

GMAE GMAP

P+P

P+P
AP INR PE

SGMA
PROY P/S I+D C+C

EsIA AMA ACV I E FASRN R/I

VC VM CM
ADC ADC ADC
Proy SGM A P/S
V
S IGLAS S IG LAS
G MAE G e sti ón Me di oam bi e n tal Em pre sari al G MAP G e sti ón Me di oam bi e n tal Pú bl i ca
P+P Pol í ti ca y Pl an i fi caci ón P+P Pol í ti ca y Pl an i fi caci ón
S GMA S i ste m a de Ge sti ón Me di oam bi e n tal AP Arm on i z aci ón Pol í ti ca
PRO Y Proye cto INR In te graci ón Norm ati va y Re gl am e n tari a
P/S Produ cto/S e rvi ci o PE Pl an i fi caci ón Estraté gi ca
Es IA Es tu di o de Im pacto Am bi e n tal I+D In ve sti gaci ón y De sarrol l o Me di oam bi e n tal
AMA Au di torí a Me di oam bi e n tal I In ve sti gaci ón Me di oam bi e n tal
AC V An ál i si s de l C i cl o de Vi da de P/S E Edu caci ón Me di oam bi e n tal
ADC Au toDe cl araci ón de C on form i dad FAS RN Fom e n to al Aprove ch am i e n to S os te n i bl e de
Re cu rsos Natu ral e s
C +C C e rti fi caci ón y C on trol
R/I Re gi stro e In form aci ón
VC Ve ri fi caci ón de C on form i dad
VM Val i daci ón Me di oam bi e n tal
CM C e rti fi caci ón Me di oam bi e n tal
V Vi gi l an ci a Me di oam bi e n tal

Figura No. 22 Esquema general del marco conceptual propuesto para la


Gestión Medioambiental Sostenible a nivel estatal

En atención a los objetivos y alcances de la presente tesis, orientados


fundamentalmente hacia la GMAP, se hace necesario avanzar en su materialización
sistémica, tarea que se aborda en el siguiente capítulo.

135
5. SIGMA(C+C): UN SISTEMA DE CERTIFICACIÓN Y
CONTROL DE GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL A NIVEL
ESTATAL
De acuerdo con el marco conceptual para la gestión medioambiental sostenible
desarrollado y propuesto en el capítulo anterior se hace evidente la necesidad de que
cada Estado identifique y desarrolle métodos y procedimientos que permitan y aseguren
el uso integrado y sistemático de las ciencias sociales y naturales. Asimismo, que
contemple todos los aspectos medioambientales a la hora de planificar y tomar
decisiones que puedan tener un impacto sobre el medio ambiente.
Ante esto, lo más apropiado sería fortalecer las estructuras institucionales
estatales a fin de permitir la plena integración de las cuestiones relativas al medio
ambiente y el desarrollo. Esta integración deberá ser posible a nivel de políticas,
planificación y gestión, mediante el establecimiento o mejoramiento de “sistemas de
planificación y gestión”.
Lo anterior implica, que el paso siguiente en la presente tesis sea el desarrollo
concreto o “materialización sistémica” del marco conceptual propuesto en el capítulo
anterior. Sin embargo, teniendo en cuenta los objetivos y alcances inicialmente
planteados para la elaboración de la tesis (orientados fundamentalmente hacia la
GMAP), y en razón de limitaciones de tiempo y académicas, se hace necesario limitar
el presente capítulo a presentar un resultado concreto de la tesis. Este resultado deberá
permitir al menos, sentar y proponer las bases para el desarrollo sistémico de la
GMAP19.
En este sentido, y por las mismas razones expuestas, se concretará el trabajo al
desarrollo sistémico de la función de C+C, toda vez que constituye quizás, la piedra
angular de la GMAP, por su carácter integrador y favorecedor de la participación
ciudadana en la aplicación y logro de la política medioambiental estatal. Las funciones
de P+P e I+D bien podrían constituir el objeto de estudio de posteriores
investigaciones.
5.1 Marco estructural y sistémico de la GMAP
El desarrollo sistémico de la GMAP implica el desarrollo de un Sistema Integral
de Gestión Medioambiental Pública, en lo sucesivo SIGMA.
El SIGMA tendrá por objetivo principal optimizar la aplicación sistémica de las
funciones definidas para la GMAP de tal manera que le permitan cumplir su misión
orientadora, controladora, promotora, participante y veedora de la GMAE en

19
Vale recordar, que de acuerdo al marco conceptual propuesto en el capítulo anterior, la GMAP
estará constituida por tres funciones básicas: La Planificación y Política medioambiental (P+P), la
Investigación y Desarrollo medioambiental (I+D) y la Certificación y Control medioambiental
(C+C).

136
concordancia con la política medioambiental estatal debidamente armonizada a nivel
global. En consecuencia, los elementos constitutivos del SIGMA serán básicamente:
− Un sistema de Política y Planificación medioambiental - SIGMA(P+P),
− Un sistema de Investigación y Desarrollo - SIGMA(I+D)
− Un sistema de Certificación y Control - SIGMA(C+C).
Estos tres sistemas estarán en interacción mutua a la vez que conformarán un
proceso dinámico de intercambio de información tanto a nivel interno como externo,
que permita la más amplia participación empresarial y ciudadana.
Aunque el SIGMA es definido como un instrumento de carácter
público/gubernamental, estará igualmente en interrelación mutua y directa con cada uno
de los ámbitos de actuación empresarial definidos en el capítulo anterior para la
GMAE, esto es, el desarrollo de Proyectos, la implantación y mantenimiento del
SGMA y la generación sostenible de P/S.
Un esquema general de la estructura básica del SIGMA podría corresponder al
mostrado en la Figura No. 23

ORGANIZACIÓN ORGANIZACIÓN ORGANIZACIÓN


EMPRESARIAL OFICIAL CIUDADANA

GMAE GMAP

EMPRESA AMC

P+P SIGMA(P+P)

SGMA SIGMA
PROYECTO P/S SIGMA(C+C) SIGMA(I+D)

Figura No. 23 SIGMA: Un sistema integral para el desarrollo de la GMAP

5.2 Entorno estructural y caracterización general del SIGMA(C+C)


Aunque sería falta de perspicacia desatender la importancia práctica de los
métodos informales en el control de gestión medioambiental, —esto es, que no se
diseñan sino que se van desarrollando sin un plan previo—, el SIGMA(C+C) se centrará
principalmente en los sistemas formales, es decir, aquellos que presentan una estructura
visible y su utilización tendrá una autorización explícita. Como todo sistema, el
SIGMA(C+C) tendrá un entorno externo y otro interno:

137
El entorno externo, estará conformado por el sistema de Planificación y Política
medioambiental - SIGMA(P+P), por el sistema de Investigación y Desarrollo -
SIGMA(I+D), por cada uno de los elementos que conforman la GMAE y, por el medio
ambiente, por supuesto.
El entorno interno del SIGMA(C+C) estará conformado básicamente por las cinco
áreas de acción de la función de C+C definidas en el marco conceptual del capítulo
anterior, las cuales será necesario redefinir como subsistemas estructurados y en íntima
relación entre sí y con su entorno. De esta manera, el entorno interno estará constituido
por:
− Subsistema de Registro e Información medioambiental - RINMA
− Subsistema de Verificación medioambiental - VERMA
− Subsistema de Validación medioambiental - VALMA
− Subsistema de Certificación medioambiental - CERMA
− Subsistema de Vigilancia medioambiental - VIGMA

La Figura No. 24 muestra un esquema general de la estructura sistémica del


SIGMA(C+C) en la que se representan cada uno de los subsistemas internos que lo
componen, así como los sistemas externos con los que interactúa.

P+P SIGMA(P+P)

SGMA SIGMA
PROYECTO P/S SIGMA(C+C) SIGMA(I+D)

R
I
VERMA N VALMA
M
A

CERMA

VIGMA

Figura No. 24 Estructura sistémica del SIGMA(C+C)

138
5.2.1 Definiciones básicas
A continuación se definen los conceptos básicos involucrados en el SIGMA(C+C):
a. Política medioambiental global, son los principios y objetivos generales de acción
concertados y acordados por la comunidad mundial para el logro del desarrollo
sostenible y la protección del medio ambiente.
b. Política medioambiental estatal, son los principios y objetivos generales de
acción con relación a la protección del medio ambiente, definidos por consenso al
seno de la organización medioambiental estatal, a partir de su armonización con
los lineamientos de la política medioambiental global y las condiciones
particulares en cada Estado.
c. Política medioambiental empresarial, son los principios y objetivos generales de
acción de una empresa con relación a la protección del medio ambiente, definidos
a partir de su armonización con los lineamientos de la política medioambiental
estatal y las condiciones particulares de la empresa. Deberá incluir el compromiso
del cumplimiento de todos los requisitos normativos correspondientes.
d. Empresa, es toda aquella organización humana, lucrativa o no lucrativa, pública o
privada, nacional o internacional y en el contexto social, es la encargada de
protagonizar la actividad generativa de P/S.
e. Ámbitos de actuación empresarial, son aquellas actividades generales
desarrolladas en una empresa como es la ejecución de Proyectos específicos, la
realización de programas continuados (implantación y mantenimiento del SGMA)
y, la generación sostenible de P/S.
f. Conformidad medioambiental, consiste en el cumplimiento de la política
medioambiental estatal, de la legislación y normativas medioambientales y del
grado de integración dentro de los planes estratégicos regionales
g. Sistema de Gestión Medioambiental empresarial - SGMA, es aquella parte del
sistema general de gestión de una empresa que comprende la estructura
administrativa, las responsabilidades, las prácticas, los procedimientos, los
procesos y los recursos para determinar y llevar a cabo la política medioambiental
empresarial.
h. AutoEvaluación de Conformidad Medioambiental - AEC, es la evaluación
sistemática realizada por la empresa para determinar su conformidad
medioambiental con las políticas y normativas vigentes. Según cada ámbito de
actuación, puede ser realizada mediante los Estudios de Impacto Ambiental -
EsIA, las Auditorías Medioambientales - AMA, y el Análisis del Ciclo de Vida
de Productos y/o Servicios - ACV.
i. Auto Declaración de Conformidad Medioambiental - ADC, es un documento
técnico redactado por la empresa, que sintetiza los resultados de las AEC con el
fin de disponer de una base conceptual y técnica para su confrontación pública en
el proceso validación medioambiental.
j. Autoridad medioambiental competente - AMC, son los organismos designados
por los poderes públicos para adelantar la gestión medioambiental pública en cada
nivel competencial (nacional, regional, local).

139
k. Entidades de verificación medioambiental - EVM, son las encargadas de llevar a
cabo la verificación de conformidad medioambiental de la actuación empresarial.
Según las condiciones particulares de cada Estado, las EVM pueden pertenecer a
la misma AMC o, ser independientes, para lo cual deberán obtener la
correspondiente acreditación por parte de dicha autoridad.
l. Verificación de conformidad medioambiental, es el examen en cada ámbito de
actuación medioambiental empresarial, realizado por las EVM en cuanto al
cumplimiento de la política medioambiental estatal, la legislación y normativas
medioambientales y el grado de integración dentro de los planes estratégicos
regionales. Su resultado final es la emisión de un CTV.
m. Inspección medioambiental, es un reconocimiento ocular directo, realizado por
personal capacitado con el fin de disponer de elementos técnicos que permitan
examinar, identificar y probar una actuación medioambiental determinada.
Incluye la realización de registros de todo tipo (fotográficos, audiovisuales,
encuestas, entrevistas, etc.) y deberá culminar con la realización de un Acta de
Inspección, donde se anexen todos los registros conseguidos.
n. Concepto Técnico de Verificación - CTV, es un documento técnico emitido por la
EVM acreditada, como resultado del proceso de verificación medioambiental.
Constituye el soporte técnico conceptual por parte de la AMC para su posterior
confrontación pública con la ADC en el proceso de validación medioambiental.
o. Validación medioambiental, es el proceso a través del cual, bajo la coordinación
de la AMC y mediante mecanismos adecuados de consulta y participación
ciudadana (información, diálogo, audiencias públicas, etc.), se confrontan las
ADC y los CTV correspondientes, permitiendo una amplia participación de la
comunidad en los procesos de decisión. Su resultado final será la ADC validada.
p. Audiencia Pública, es el principal mecanismo de consulta y participación
ciudadana en donde en un proceso coordinado de información, diálogo y
discusión entre las partes interesadas (AMC, Empresa, Comunidad), se
confrontan las ADC y los CTV, buscando siempre el consenso general previo
para la toma de decisiones.
q. Certificación medioambiental, es el proceso por el cual la AMC avala la
fiabilidad y aceptación pública de la información incluida en las ADC y en los
CTV y, por lo tanto, su conformidad medioambiental con las políticas y
normativas medioambientales vigentes. Según cada ámbito de actuación
empresarial puede ser realizada mediante el otorgamiento de: licencias
medioambientales, certificados y/o logotipos de participación en el SIGMA y,
etiquetas ecológicas de P/S.
r. Licencia medioambiental, es el acto administrativo mediante el cual la AMC
autoriza a una empresa para la ejecución de un proyecto, obra o actividad, que
conforme a la ley o a los reglamentos, pueda producir deterioro grave a los
recursos naturales o al medio ambiente.
s. Acreditación de EVM, es el proceso por el cual la AMC autoriza y certifica la
competencia profesional, técnica, procedimental y organizacional, así como la
independencia y objetividad de las EVM independientes.
t. Vigilancia medioambiental, las acciones de veeduría, coerción y policivas, que
permitan asegurar el cumplimiento de los requisitos y establecidos en la ley y por
supuesto, de los compromisos asumidos con la certificación medioambiental.

140
5.2.2 Objetivos del SIGMA(C+C)
El SIGMA(C+C) estará orientado al cumplimiento de los siguientes objetivos
específicos:
− Promover el establecimiento de los SGMA a nivel empresarial.
− Permitir y facilitar el libre acceso a la información sobre el comportamiento
medioambiental empresarial y gubernamental.
− Optimizar el proceso de evaluación sistemática, objetiva y periódica del
comportamiento medioambiental empresarial.
− Facilitar la adecuada y suficiente participación ciudadana en los procesos de
decisión.
− Optimizar el proceso racional de toma de decisiones en materia medioambiental.
− Optimizar los procedimientos de certificación medioambiental a nivel estatal.

5.2.3 Procedimiento genérico del SIGMA(C+C)


Un esquema del procedimiento genérico propuesto para el SIGMA(C+C) se
muestra en la Figura No. 25, el cual se describe a continuación.

SIGMA (C+C)

EMPRESA SOLICITUD AMC COMUNIDAD


TR

AEC VERMA
R
I
EVM N
CTV M VALMA
ADC
A ADC
VALIDADA

CERMA

CERTIFICADOS

V I G M A

Figura No. 25 Procedimiento genérico del SIGMA(C+C)

141
La empresa interesada solicitará de oficio a la AMC el otorgamiento de la
certificación correspondiente según el ámbito de actuación empresarial que se quiera
certificar: Proyecto, SGMA o P/S, lo que conducirá a la expedición de la Licencia
Ambiental, Certificado y/o Logotipo de Participación o Etiqueta Ecológica,
respectivamente.
La AMC registrará en el RINMA dicha solicitud y decidirá, de acuerdo a un
análisis de las posibles incidencias de la actividad empresarial sobre el medio ambiente,
sobre la conveniencia o no de realizar una AEC. En caso de no ser necesario, emitirá a
la empresa solicitante la certificación requerida.
En caso positivo elaborará unos Términos de Referencia (TR) específicos, los
cuales entregará a la empresa interesada para que elabore la AEC correspondiente. Los
TR determinan los objetivos y alcances que deberán tener las AEC. Serán elaborados
por la AMC, pudiendo ser desarrollados de manera genérica para una gran cantidad de
sectores empresariales.
Una vez realizada la AEC, la empresa elaborará la ADC respectiva, la cual
remitirá a la AMC, quien a su vez la registrará y remitirá al VERMA para el proceso de
verificación, el cual podrá ser realizado internamente por el VERMA o, si fuere
necesario, por una EVM. En todo caso, deberá concluir con la emisión del CTV
correspondiente.
Al término del proceso de verificación, se remiten tanto la ADC como la CTV, al
VALMA, para el proceso de validación medioambiental, el cual, deberá contar con una
amplia participación de la comunidad. Según una alta o baja incidencia sobre el medio
ambiente de la actividad empresarial evaluada, la validación medioambiental podrá ser
realizada mediante diferentes mecanismos de participación, como pueden ser, entre
otros, la Acción Popular (AP), la Acción de Tutela (AT) o las Audiencias Públicas
Medioambientales (APM).
Una vez conseguida la ADC validada, será remitida al CERMA donde se
procederá al trámite, registro y otorgamiento de la certificación respectiva, previo pago,
por parte de la empresa, de los seguros y tasas correspondientes.
La certificación incluye el compromiso de la empresa del cumplimiento
obligatorio de todos y cada uno de los requisitos en ella establecidos, haciéndose
acreedora de las sanciones pertinentes por su incumplimiento. Para velar por ello, se
establece el subsistema VIGMA.
A continuación se describen las características y procedimientos específicos para
cada subsistema del SIGMA(C+C).

142
5.3 RINMA: Subsistema de Registro e Información Medioambiental
Como se ha mencionado en el Capítulo 2, un sistema se puede describir a dos
niveles: el flujo de materia y energía, al que se puede imaginar como la realidad y, el
flujo de información acerca de esa realidad.
En este sentido, lo que realmente ocurre en el SIGMA(C+C) es un flujo de
información de lo que ha ocurrido, lo que está ocurriendo y lo que puede ocurrir en el
futuro, por lo que la información será, por así decirlo, el alimento básico del
SIGMA(C+C). La interrelación sistemática y estructurada de los flujos de información,
permitirá desarrollar la función de C+C medioambiental.
El RINMA será por lo tanto, un subsistema del SIGMAC+C y comprenderá los
datos, las estadísticas, la información documental y bibliográfica, las colecciones, los
reglamentos y protocolos que regulen el acopio, el manejo de la información, y sus
interacciones. Estará constituido básicamente por un centro de información y base de
datos sistematizada, administrada por la AMC y tendrá como objetivo general, permitir
un flujo permanente de información, por lo menos la relacionada con:

− La evaluación y seguimiento sobre el estado de los recursos naturales y el medio


ambiente.
− La oferta y calidad de los recursos naturales.
− El inventario y caracterización medioambiental empresarial.
− El registro de variables e indicadores para el establecimiento de Términos de
Referencia para los EsIA.
− El desarrollo de políticas y normativas medioambientales.
− Los registros de vertimientos, emisiones y demás factores que afecten el agua, el
suelo, el aire, el clima y la biodiversidad.
− La información y divulgación de mensajes entre usuarios y el SIGMA.
− Las solicitudes o peticiones a instancias públicas, administradoras de recursos
naturales o de algún componente del medio ambiente, etc.
− Las autorizaciones, permisos, concesiones, explotaciones aprovechamientos,
ocupaciones, servidumbres, etc.
− La oferta y la demanda de recursos humanos con cualidades profesionales en
diversos campos relacionados con asuntos medioambientales.
− La consulta interactiva de sistema de cuentas medioambientales nacionales,
regionales o locales, bases de datos existentes en materia de legislación
medioambiental, etc.
− Las consultas temáticas de proyectos en cuanto a los diferentes actos jurídicos y
administrativos.
− La formación de bases estadísticas de componentes medioambientales.
− La planificación y política medioambiental, el ordenamiento ambiental-territorial.

143
La Figura No. 26 muestra un esquema general de cómo se concibe el subsistema
RINMA y a continuación se describen sus principales características.

SIGMA (C+C)

AMC
CERMA VERMA VALMA VIGMA
RINMA

BASE DE DATOS
SIGMA (P+P) SIGMA (I+D)
SISTEMATIZADA

COMUNIDAD EMPRESAS

Figura No. 26 Subsistema de Registro e Información - RINMA

Aunque el RINMA no proporcionan en sí mismo ningún control, constituye uno


de los apoyos fundamentales del SIGMA(C+C), ya que a través de este subsistema se
canaliza, almacena y dispone de toda la información requerida en la C+C. En otras
palabras, constituye la memoria de todo el SIGMA(C+C) o mejor aún, de todo el
SIGMA.
Es importante tener en cuenta que la información que circula a través del
SIGMA(C+C) se usa para tomar decisiones, por lo cual, en él no se plantean los
principios de toma de decisiones, sino solamente se pretenden describir los flujos de
información interactuante entre sus componentes.
Por lo anterior, el RINMA se deberá diseñar intentando siempre considerar las
diferentes maneras en que los interesados utilizarían la información, por lo que es
fundamental normalizar y sistematizar los diferentes procedimientos y flujos de
información que se den al seno del SIGMA(C+C), a fin de lograr la mayor congruencia
lógica posible en el proceso total.
Es conveniente que el RINMA esté en lo posible conectado en red con todas
aquellas similares en el ámbito internacional. Desde allí se podrán establecer diferentes
niveles de acceso según los tipos de reserva que establezca la ley, pero en todo caso,
con un acceso ágil y fehaciente a la información medioambiental de cada empresa y de
los procedimientos administrativos en curso.

144
5.4 VERMA: Subsistema de Verificación Medioambiental
De acuerdo con lo planteado en el marco conceptual propuesto en el capítulo
anterior, la verificación medioambiental consistirá determinar la conformidad
medioambiental de las empresas en cuanto al cumplimiento de la política
medioambiental estatal, de la legislación y normativas medioambientales y del grado de
integración dentro de los planes estratégicos regionales.
Según cada ámbito de actuación empresarial, el VERMA actuará en la
verificación de Proyectos, de SGMA y de P/S, tal como se muestra en la Figura No. 27.

SIGMA (C+C)

AMC
RINMA VIGMA VALMA CERMA
VERMA

EVM CTV

ADC
EsIA AMA ACV
TR AEC
PROYECTO P/S
INSPECCIÓN M.A
SGMA
P+P

EMPRESA

Figura No. 27 Subsistema de Verificación Medioambiental – VERMA

En cualquier caso, la verificación medioambiental culminará con la emisión del


CTV correspondiente, cuyo objetivo principal será servir de sustento técnico a la AMC
para su posterior confrontación en el proceso de validación medioambiental. A
continuación se describe en que consiste cada uno de dichos elementos.

145
5.4.1 Verificación de Proyectos
Como se ha manifestado, según la dimensión, características y posibles
incidencias del proyecto sobre el medio ambiente, la verificación de proyectos podrá ser
realizada mediante dos tipos de procedimiento: mediante una Evaluación del EsIA o,
mediante una Evaluación de la ADC de Proyecto. Concluirá con la emisión del
correspondiente CTV de Proyecto. A continuación se describe brevemente el
procedimiento a seguir en cada uno de ellos.

5.4.1.1 Evaluación de EsIA


La evaluación de EsIA constituirá un procedimiento técnico en el cual se verifica,
por un lado, el cumplimiento de los TR elaborados previamente por la AMC para la
realización del EsIA y por otro, el cumplimiento la política medioambiental estatal, de
la legislación y normativas medioambientales y del grado de integración dentro de los
planes estratégicos regionales.
Se iniciará con la lectura y análisis del EsIA, a partir de la cual se programará, si
fuese necesario, la realización de inspecciones medioambientales sobre el área de
influencia del proyecto, que permita la búsqueda de pruebas y registros
medioambientales directos. Al término de cada inspección medioambiental se levantará
el Acta de Inspección respectiva. Finalmente se cotejará, analizará y evaluará toda la
información recogida, de tal manera que permita disponer de los elementos de juicio
necesarios para emitir el CTV de proyecto correspondiente.

5.4.1.2 Evaluación de ADC de Proyecto


La evaluación de ADC constituirá un procedimiento técnico en el cual se verifica
simplemente el cumplimiento la política medioambiental estatal, de la legislación y
normativas medioambientales y del grado de integración dentro de los planes
estratégicos regionales. Se culmina con la emisión del CTV respectivo.

5.4.2 Verificación de SGMA


Como se ha manifestado, según la dimensión, características y posibles
incidencias de la empresa considerada sobre el medio ambiente, la verificación de
SGMA podrá ser realizada mediante dos tipos de procedimientos:

– La Auditoría Medioambiental Externa - AMAE,


– La Evaluación de la ADC de SGMA. Concluirá con la emisión del
correspondiente CTV de SGMA.
A continuación se describe brevemente el procedimiento a seguir en cada uno de
ellos.

146
5.4.2.1 Auditoría Medioambiental Externa - AMAE
La AMAE será realizada por un equipo auditor externo, en este caso una EVM
con lo cual se pretende estudiar, revisar y verificar la conformidad medioambiental del
SGMA.
Se realizará teniendo en cuenta el mismo procedimiento genérico establecido en el
capítulo anterior (numeral 4.2.4.2) para la realización de las AMAI. No obstante, en la
delimitación del ámbito geográfico en el que efectuar los estudios y ensayos precisos
para llevar a cabo la AMAE, es preferible que los expertos encargados de llevarla a
cabo, establezcan el área de influencia para cada factor estudiado dentro de su
especialidad.

5.4.2.2 Evaluación de la ADC de SGMA


La Evaluación de la ADC de SGMA consistirá en determinar la conformidad del
SGMA con los requisitos establecidos en la norma ISO 14001.
El procedimiento genérico para llevarla a cabo consistirá en una lectura y análisis
inicial de la ADC de SGMA, a partir del cual se determinará la necesidad de realizar
una inspección medioambiental directa de la empresa o unidad operativa en cuestión
donde se verificará entre otros aspectos:
− las políticas, programas, procedimientos de evaluación y AMAI,
− el cumplimiento de los requisitos legislativos y funcionamiento del SGMA,
− la fiabilidad de los datos y de la información incluidas en la ADC de SGMA,
− el tratamiento adecuado de todos los temas de importancia medioambiental
relacionados con las actividades de la empresa y que hayan sido incluidos en la
ADC de SGMA.

5.4.3 Verificación de P/S


Como se ha planteado, según la dimensión, características y posibles incidencias
de los P/S sobre el medio ambiente, la verificación de P/S podrá ser realizada mediante
una Evaluación de la ADC de P/S, que deberá culminar con la emisión del
correspondiente CTV de P/S. A continuación se describe brevemente el procedimiento
a seguir en cada caso.

5.4.3.1 Evaluación de la ADC de P/S


La evaluación de la ADC de P/S se realizará de conformidad con las normas
ISO/DIS 14040/1/2/3 relacionadas con el ACV de P/S. Comprende básicamente las
siguientes etapas:

− La preselección de las categorías o “familias” de P/S

147
− La verificación de la ADC de P/S realizada a partir de la valoración del impacto
ambiental de la totalidad del ciclo de vida del P/S.
− La selección y establecimiento de criterios de evaluación para cada P/S
− La definición exacta de las categorías de P/S.

La Evaluación de la ADC de P/S no sólo se desarrollará para verificar el


cumplimiento de las normas que definen ciertas características de seguridad y aptitud a
la función, sino que se encaminará a comprobar aquellas características que los puedan
clasificar como productos que no dañen el medio ambiente, es decir, la aptitud de los
mismos para satisfacer criterios ecológicos.
El procedimiento genérico para llevarla a cabo consistirá en una lectura y análisis
inicial de la ADC de P/S, a partir del cual se determinará la necesidad de realizar o no,
inspecciones medioambientales directas a todos y cada uno de los estadios involucrados
en la fabricación de los P/S, desde la extracción de materias primas, sistemas de
almacenamiento, la unidad operativa, sistemas de distribución y marketing, disposición
final de residuos, etc. donde se verificará entre otros aspectos:

− la fiabilidad de los datos y de la información incluidas en la ADC de P/S,


− el tratamiento adecuado de todos los temas de importancia medioambiental
relacionados con las actividades de la empresa y que hayan sido incluidos en la
ADC de P/S.

5.4.4 Entidades de Verificación Medioambiental – EVM


Como ya han sido definidas, las EVM, serán las encargadas de llevar a cabo la
verificación de conformidad medioambiental de la actuación empresarial.
Según las condiciones particulares de cada Estado, las EVM pueden pertenecer a
la misma AMC o, ser independientes (Empresas de Consultoría, Entidades de
inspección, Laboratorios de ensayos y pruebas, Inspectores medioambientales,
Auditores medioambientales, etc.), para lo cual deberán obtener la correspondiente
acreditación por parte de dicha autoridad, como se explicará más adelante.
Para evitar influencias adversas al proceso de verificación, en ningún caso las
EVM podrán ser “juez y parte” de dicho proceso. Esto quiere decir claramente, que una
EVM independiente y acreditada, que se haya desempeñado como empresa de
consultoría para la realización de un EsIA, una AMAE o un ACV, nunca deberá ni
podrá actuar como EVM del mismo estudio en cuestión. Con este propósito, la AMC
deberá disponer de las medidas de control y reglamentarias a que haya lugar.
De igual manera, las EVM no podrán divulgar la información y los datos
obtenidos en el desempeño de sus actividades hasta tanto no se lleve a cabo el proceso
de validación. La verificación deberá actuar sobre la base de un acuerdo escrito con la
empresa que defina el alcance de la tarea, facultando a la EVM para actuar de manera
profesional e independiente y obligando a la empresa a prestar la cooperación necesaria.

148
5.4.5 Concepto Técnico de Verificación - CTV
El CTV, aparte de su calidad técnica, deberá ser comprensible, de fácil lectura,
completo y a la vez sencillo y simple, estructurado, progresivo en la presentación del
problema, resaltando los aspectos trascendentes y separando los tratamientos subjetivos
o de juicios de valor.
Con relación a su contenido y con independencia de la necesaria especificidad de
cada EsIA, deberá señalar entre otros aspectos los siguientes:
− el grado de cumplimiento de la política medioambiental estatal,
− el grado de cumplimiento de la legislación y normativas medioambientales
vigentes,
− el grado de integración ya sea del Proyecto, SGMA o P/S, dentro de los planes
estratégicos regionales establecidos a nivel estatal,
− comentarios recibidos en el proceso de verificación,
− discusión de los resultados obtenidos en la valoración cualitativa y cuantitativa,
− impacto medioambiental residual,
− eficacia de las medidas contempladas en el Plan de Manejo Ambiental,
− propuesta y programa, en su caso, de estudios complementarios y de detalle
necesarios,
− conclusiones.

Un aspecto importante a considerar es la inclusión o no, de información


económica respecto a la actividad y de los Planes de Manejo Ambiental.
5.5 VALMA: Subsistema de Validación Medioambiental
De acuerdo con lo planteado en el marco conceptual propuesto en el capítulo
anterior, la validación medioambiental será el proceso mediante el cual se confrontan
ante la opinión pública las ADC y CTV, permitiendo la consulta y participación
ciudadana en la toma de decisiones que puedan afectar al medio ambiente.
Con este propósito, se establece un subsistema de validación medioambiental
denominado VALMA, cuyo objetivo fundamental será facilitar el desarrollo eficaz del
proceso de validación medioambiental. El VALMA será administrado y coordinado por
la AMC y deberá permitir la obtención —por parte de la empresa—, de la ADC
validada.
Según las dimensiones e incidencia sobre el medio ambiente del ámbito
empresarial que se valide (Proyecto, SGMA, P/S), el VALMA contará con diferentes
mecanismos de confrontación, concertación y participación pública como pueden ser la
Acción Popular (AP), la Acción de Tutela (AT) y las Audiencias Públicas
Medioambientales (APM), como se describe brevemente a continuación.

149
5.5.1 Acción Popular, Acción de Tutela y Audiencias Públicas
Medioambientales
La constitución política de la mayoría de los Estados del mundo establece el
derecho de todas las personas a gozar de un medio ambiente sano. Así mismo, la
garantía de participación de la comunidad en las decisiones que pudieran afectarlo.
Al establecerse el derecho colectivo a un medio ambiente sano, las AP, AT y
APM constituyen poderosos instrumentos con que cuenta la organización ciudadana
para participar en las decisiones que pudieran afectar el medio ambiente y por lo tanto
para proteger los derechos fundamentales que tienen conexión con la conservación y
buen uso de los recursos naturales y el medio ambiente.
En este sentido, el VALMA a través de cualquiera de estos mecanismos deberá
ofrecer los escenarios de participación ciudadana que permitan el derecho de cualquier
persona, natural o jurídica, sin necesidad de demostrar interés jurídico alguno, a
intervenir en las actuaciones administrativas iniciadas para la expedición, modificación
o cancelación de Certificaciones Medioambientales. De esta manera, las decisiones
medioambientales adoptadas al seno del VALMA estarán legitimadas, avaladas y
tendrán aceptación por parte de la comunidad, si ésta ha sido parte activa en el proceso
de validación.
Para aquellos ámbitos de actuación empresarial con alta incidencia
medioambiental, el mecanismo más apropiado podría la APM, la cual deberá contar con
la participación de los representantes de la empresa, los interesados, expertos,
organizaciones sin ánimo de lucro y la AMC para dialogar y tomar decisiones. Dichas
decisiones pueden estar relacionadas con aspectos tales como la selección de la
alternativa medioambiental óptima, la participación de la mano de obra local y demás
aspectos sociales y económicos de interés, que hagan realmente válida la ADC y por lo
tanto la certificación medioambiental que se otorgue posteriormente.
En la APM podrán recibirse las informaciones y pruebas que se consideren
conducentes. La validación medioambiental deberá ser motivada, teniendo en cuenta las
intervenciones y pruebas recogidas durante la audiencia.
La APM será convocada por la AMC ante la cual se solicita la certificación,
mediante edicto, con suficiente tiempo de antelación a la toma de decisión a debatir. El
edicto comunicará la fecha, lugar y hora de celebración y el objeto de la APM.
También podrán celebrarse APM durante la ejecución de un proyecto que haya
obtenido certificación (Licencia Ambiental), pero donde fuere manifiesta la violación
de los requisitos legales exigidos para su otorgamiento o de las normas
medioambientales.

150
En la Figura No. 28 se muestra un esquema general del proceso de validación
medioambiental mediante las APM.

SIG M A (C+C)

AMC
RINM A VER M A VIG M A C ERM A
VALM A
C TV

CO M UNIDAD A P - A T -APM ADC


VALIDADA

ADC
EsIA AMA ACV
AEC
PRO YECTO P/S
SGM A
P+P

EM PRESA

Figura No. 28 Subsistema de Validación Medioambiental - VALMA

Como se puede apreciar, el resultado obvio del proceso de validación


medioambiental será la obtención por parte de la empresa del visto bueno, tanto de la
organización ciudadana como de la AMC respectiva, lo cual configurará la ADC
validada.
5.6 CERMA: Subsistema de Certificación Medioambiental
La certificación medioambiental será otorgada por la AMC a partir del proceso de
validación de la ADC, lo que implica que se avala la conformidad medioambiental, por
un lado, de la fiabilidad de la información incluida tanto en las ADC como en los CTV,
y por otro lado, de su aceptación pública.
El procedimiento genérico a seguir por parte de la AMC para conceder algún tipo
de certificación medioambiental será como sigue: registro de solicitud, cobro de tasas
correspondientes, estudio de solicitud de certificación y determinación de
requerimientos de verificación medioambiental según sea el caso, tramitación de

151
certificaciones a partir de la ADC validadas, otorgamiento de certificación, publicación
en Diario Oficial.
En la Figura No. 29 se muestra un esquema general del proceso de certificación
medioambiental. A continuación se describen los diferentes tipos de certificación
medioambiental otorgadas por la AMC según cada ámbito de actuación empresarial.

S IG M A (C + C )

AM C
R IN M A VERM A VALM A V IG M A
CERM A

ADC
V A L ID A D A

C E R T IF IC A C IO N
LLIC
ICEENNCCIA
IA CCEERRTTIF
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ICAADDOO EETTIQ
IQUUEETTAA
AAMMBBIEIENNTTAALL YY/O
/O LLOOGGOOTTIPIPOO EECCOOLLOOGGIC
ICAA

A E C
PRO YECTO P /S
SG M A
P+P

E M PR ESA

Figura No. 29 Subsistema de Certificación Medioambiental - CERMA

5.6.1 Licencia ambiental, permisos y autorizaciones


La certificación medioambiental de proyectos será realizada por la AMC a partir
de la validación de la ADC del Proyecto respectivo. Consitirá en el otorgamiento de
licencias ambientales, permisos y/o concesiones de aprovechamiento de recursos y
autorizaciones de vertido, con las cuales, se autoriza a la empresa peticionaria la
realización de un proyecto determinado.
La Licencia Ambiental constituye un instrumento de enorme potencial en el
control de gestión medioambiental. Se concibe como “el acto administrativo mediante
el cual la AMC concede permiso para la ejecución del proyecto” y constituirá un
requisito indispensable para aquellos proyectos, obra o actividad, que conforme a la ley
o a los reglamentos, pueda producir deterioro grave a los recursos naturales o al medio
ambiente.

152
En la licencia ambiental se deberán establecer los requisitos, obligaciones y
condiciones que el beneficiario de la licencia ambiental deberá cumplir para prevenir,
mitigar, corregir, compensar y manejar los impactos ambientales del proyecto, obra o
actividad autorizada y por lo tanto su contenido mínimo será:
− Identificación de la empresa a quien se autoriza el proyecto y su representante
legal.
− Localización y descripción del proyecto, obra o actividad
− Consideraciones y motivaciones que han sido tenidas en cuenta para el
otorgamiento de la Licencia Ambiental, como sería el proceso de validación de la
ADC.
− Señalamiento de todos y cada uno de los requisitos, condiciones y obligaciones
que debe satisfacer y cumplir el beneficiario de la Licencia, incluidas las pólizas
de cumplimiento que se requieran.
− Las consecuencias del incumplimiento de los anteriores requisitos.
De acuerdo con la naturaleza del proyecto, las licencias ambientales podrán ser de
dos tipos: la licencia ambiental ordinaria, la cual incluiría el anterior contenido y, la
licencia ambiental única, en la cual, además de lo anterior, podrá incluir los permisos
y/o concesiones de aprovechamiento de recursos y las autorizaciones de vertido
correspondientes.
5.6.2 Certificado y/o logotipo de participación en el SIGMA(C+C)
Aunque no se puede descartar la autocertificación del SGMA por parte de las
empresas (certificación por primera parte), parece poco probable que los clientes o la
administración pública llegue a dar su reconocimiento para este tipo de certificación.
Por este motivo, es evidente que la certificación medioambiental de SGMA
deberá ser realizada por tercera parte, específicamente por la AMC, a solicitud de la
empresa interesada y previa validación de su ADC de SGMA.
Así pues, la certificación medioambiental de SGMA, consistirá en el
otorgamiento de certificados y/o logotipos de participación en el SIGMAC+C, los cuales
tendrán por finalidad, además de servir a la empresa como elemento de marketing, dar
la posibilidad a las empresas a implantar las acciones correctoras oportunas cuando se
detectan no-conformidades durante el desarrollo de la AMA. Está claro que si dichas
no-conformidades no son oportunamente corregidas, la certificación y/o logotipo
podrán ser retirados a la empresa.
Las empresas que tengan validada su ADC de SGMA y hayan cancelado las tasas
correspondientes, podrán recibir una certificación y/o logotipo de participación, con el
objeto de poner de relieve claramente su participación en el SIGMA(C+C).
La certificación y/o logotipo de participación tendrá validez por el período
comprendido hasta la siguiente AMA y no podrán ser utilizados para la publicidad de
productos, ni en los propios productos, ni en sus envases.

153
Finalmente, teniendo en cuenta la distinción entre empresa y unidad operativa, su
otorgamiento y utilización serán específicos para la unidad operativa o unidades que
hayan sido objeto de verificación y tengan validada su ADC correspondiente.
5.6.3 Etiquetado ecológico de P/S
La certificación medioambiental de P/S será realizada por la AMC a solicitud de
la empresa interesada, previa validación de la ADC de P/S. Consistirá en el
otorgamiento por parte de la AMC, de las denominadas Etiquetas Ecológicas, para lo
cual se procederá en conformidad con las normas ISO 14020/1/2/3/4.
No es propósito del presente trabajo desarrollar en detalle dicho procedimiento, el
cual fácilmente podría constituir el objeto de estudio de futuras investigaciones. No
obstante, es conveniente puntualizar algunos aspectos relacionados con el significado
del etiquetado ecológico, ya que es un hecho comprobado que el crecimiento de la
sensibilidad medioambiental no significa necesariamente incremento del nivel de
información veraz ni de educación medioambiental.
Las experiencias e iniciativas tomadas en algunos países en los últimos años se
decantan en el sentido de crear el “etiquetado ecológico” con un doble objetivo:
– Facilitar la información, la capacidad de selección y el criterio objetivo de los
consumidores.
– Impulsar a los productores y distribuidores a ganar cada vez mayores cuotas de
ese mercado en expansión, disminuyendo los impactos ambientales negativos de
sus productos.
Esto ha sido utilizado profusamente en los últimos años en el ámbito publicitario,
presentándose una gran proliferación de productos con marca y/o eslóganes ecológicos,
la mayoría de las veces difundidos sin ningún control, veracidad ni objetividad, ya que
es bien sabido que lo verde vende. Junto con lo ”light” y el “erotismo”, se ha
constituido en uno de los tres mensajes publicitarios más utilizados, incluso en forma
subliminal.
5.6.4 Acreditación de EVM independientes
Como se ha planteado, las EVM independientes podrían ser de varios tipos:
Empresas de Consultoría, Entidades de inspección, Laboratorios de ensayos y pruebas,
Inspectores medioambientales, Auditores medioambientales.
En todos los casos, para el cumplimiento de sus funciones, las EVM
independientes deberán estar debidamente acreditados y supervisados por la AMC, para
lo cual deberán cumplir ciertas condiciones específicas que les permitan llevar a cabo su
función. Entre otros, los criterios para la acreditación de las EVM independientes serán:
– Aptitud Personal y Profesional. Las EVM independientes deberán demostrar su
competencia profesional y experiencia en todos aquellos aspectos relacionados
con la gestión medioambiental, tales como: problemática medioambiental,
legislación medioambiental, sistemas de gestión, AMA, etc.

154
– Independencia, objetividad y honorabilidad. Las EVM deberán demostrar que
tanto su organización como su plantilla de personal están exentas de cualquier
tipo de presión que pudiera influir en sus dictámenes.
5.7 VIGMA: Subsistema de Vigilancia Medioambiental
El VIGMA constituye un elemento clave en el SIGMA(C+C). Su objetivo general
será mantener informada a la AMC de todos aquellos aspectos que pudieran tener
incidencia sobre el medio ambiente, que le permitan predecir o determinar las medidas
correctivas o sancionadoras a seguir.
Teniendo en cuenta lo planteado en el capítulo anterior, en la acción de vigilancia
medioambiental es fundamental la participación amplia y decidida de todo el
conglomerado de la organización social, esto es, de la organización oficial, de la
organización empresarial y de la organización ciudadana. Ante esto, el VIGMA se
concibe en la interrelación de dos componentes básicos: uno de Vigilancia
Medioambiental Territorial (VMT) y otro, de Vigilancia Medioambiental Empresarial
(VME). La estructura básica del VIGMA se esquematiza según la Figura No. 30.

SIG M A (C +C )

AMC
R IN M A VERM A VALM A CERM A
V IG M A

VMT VM E

SIG SP N N E M P R E SA S AM C C O M U N ID A D

A SO C IA C IO N E S PO L IC IA O N G ’s
SE C T O R IA L E S A M B IE N T A L
SE R V IC IO
PR O C U R A D U R ÍA A M B IE N T A L
A SE G U R A D O R A S
A M B IE N T A L O B L IG A T O R IO

IN SPE C T O R E S G R U PO S
A M B IE N T A L E S E C O L Ó G IC O S

JU E C E S
A M B IE N T A L E S

Figura No. 30 Subsistema de Vigilancia Medioambiental - VIGMA

155
A continuación se describen brevemente cada uno de los componentes y
elementos considerados en el VIGMA.
La VMT podría realizarse, entre otros elementos, a través de:
– Los Sistemas de Información Geográfica (SIG), los cuales deberán constituirse en
una red con cobertura local, regional, nacional e internacional.

– El Sistema de Parques Nacionales Naturales (SPNN), ya que por definición, bajo


su jurisdicción se encuentran todas aquellas áreas que encierran el mayor
patrimonio natural de una nación.
La VME por su parte, podría ser realizada a través de cada una de las
organizaciones sociales en el ámbito estatal así:
– La organización empresarial, con la participación entre otras, de asociaciones
empresariales interesadas y especialmente todas aquellas empresas aseguradoras
especializadas en otorgar pólizas de cumplimiento medioambiental.

– La organización oficial, la cual deberá contar con un cuerpo especializado de


policías medioambientales, debidamente entrenados y que, además, colaboren en
tareas educativas, promocionales y de prevención; con una procuraduría
medioambiental que vigile la actuación de los funcionarios públicos e inspectores
medioambientales adscritos a las AMC; con un cuerpo de jueces especializados
en asuntos medioambientales para que diriman los conflictos y apliquen las
medidas sancionadoras pertinentes.

– La organización ciudadana, con la participación activa de ONG´s, grupos


ecologistas, estamentos educativos, grupos estudiantiles y público en general. En
este punto es conveniente mencionar la posibilidad de establecer un Servicio
Medioambiental Obligatorio en respuesta a los objetores de conciencia a la
prestación del servicio militar.

5.8 Implantación del SIGMA(C+C) a nivel estatal


Sobre la base de que cada Estado determinará sus propias prioridades de
conformidad con sus condiciones, necesidades, planes, políticas y programas
nacionales, la implantación del SIGMA(C+C) a nivel estatal requiere el desarrollo de
actividades, fundamentalmente alrededor de los tres componentes considerados de la
sociedad, como se explica a continuación:
5.8.1 A nivel de la organización oficial
La organización oficial a través de la AMC deberá:
− Realizar un examen nacional de las políticas, estrategias y planes económicos,
sectoriales y del medio ambiente para lograr la integración gradual de las
cuestiones del medio ambiente y el desarrollo.
− Redefinir las políticas, estrategias y planes medioambientales que sean necesarios,
a fin de generar un marco jurídico y reglamentario que permita fortalecer las
estructuras institucionales.

156
− Fomentar la participación de las empresas de todo tipo en el SIGMA(C+C),
estableciendo mecanismos y estructuras de asistencia técnica, dirigidas a
proporcionar a las empresas los conocimientos técnicos ayuda necesarias para el
cumplimiento de las normas, las condiciones y los procedimientos definidos en el
SIGMA(C+C), en particular para el establecimiento del SGMA, la realización y
preparación de AEC y ADC.
5.8.2 A nivel de la organización empresarial
Es necesario un cambio en los valores empresariales, desde una posición
dominante a una de cooperación, y desde la ideología del crecimiento económico al de
la “sostenibilidad” ecológica. También conlleva la correspondiente transición desde una
manera de razonar casi mecánica a una sistemática y, por lo tanto, a una nueva forma de
gestión conocida como la gestión sistemática.
Lo anterior implica que el motivo principal que impulse a las empresas a superar
el proceso de certificación sea una verdadera preocupación por el medio ambiente y no
al simple deseo de aumentar sus beneficios económicos. No se pretende con esto,
afirmar que la búsqueda de dicha certificación sea la solución a todos los problemas
medioambientales, pero en todo caso, si se consiguen aplicar las buenas intenciones y
centrarse en la conservación del medio ambiente y en la utilización sostenible de los
recursos naturales, el SIGMA(C+C) bien podría convertirse en un paso importante en el
camino de la protección del medio ambiente a escala estatal.
5.8.3 A nivel de la organización ciudadana
Al margen de los distintos escenarios de participación ciudadana que ofrecen las
Constituciones Políticas de la mayoría de los Estados del mundo, —esto es, el derecho
de cualquier persona, natural o jurídica, sin necesidad de demostrar interés jurídico
alguno, a intervenir en las actuaciones administrativas—, es fundamental una amplia y
decidida participación ciudadana en la solución de sus problemas medioambientales.
El grado de eficiencia del SIGMAC+C dependerá en gran medida de la seriedad y
responsabilidad con que los representantes de la sociedad civil asuman las funciones
propias que derivan del proceso de Validación Medioambiental, permitiendo que las
decisiones medioambientales adoptadas por la AMC estén legitimadas, avaladas y
tengan aceptación por parte de la comunidad.

157
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

− El desarrollo insostenible de nuestra sociedad contemporánea está generando una


problemática medioambiental de carácter global, la cual, a pesar de todos los
esfuerzos realizados por enfrentarla, continúa de manera creciente y desbordada.
− Para resolver la problemática medioambiental se requieren dos tipos de cambio
social: Primero, un cambio en las prioridades políticas e institucionales y,
segundo, un cambio en las perspectivas sociales, es decir, en el modo como la
gente ve el medio ambiente en relación con sus intereses y valores.
− Al margen de consideraciones éticas y moralistas que caracterizan el desarrollo
insostenible, la gestión medioambiental actual, brilla por su ineficacia. Constituye
una disciplina relativamente joven y su desarrollo ha estado cargado de una serie
de errores e improvisaciones, donde los resultados no corresponden con lo
esperado, y en contra, denotan cada vez más un caos generalizado.
− El caos imperante en la gestión medioambiental actual se debe fundamentalmente
a la indiferencia y permisibilidad del aparato gubernamental estatal, al no afrontar
de manera diligente las responsabilidades que le competen en la orientación y
control de la iniciativa privada.
− La ineficacia de la gestión medioambiental a nivel estatal se debe, en muchos
casos a negligencia, pero, en la mayoría de las veces, a la ausencia de mecanismos
apropiados que faciliten el cumplimiento eficaz de sus funciones, con la debida
participación ciudadana.
− Con la TGS se logra una percepción más amplia y global del medio ambiente, así
como su desarrollo y evolución como concepto, desde su concepción absolutista
inicial hasta su concepción relativista actual. Esta nueva concepción proporciona
la certeza de una interrelación íntima entre los sistemas biogeográficos y las
organizaciones sociales y por lo tanto, la necesidad de considerarlos y evaluarlos
como componentes interdependientes de un sistema total.
− Para lograr una optimización de la gestión medioambiental de manera realmente
eficaz, es decir, acorde con las estrategias del desarrollo sostenible de la sociedad
actual, es fundamental que los efectos de dicha actuación permanezcan y
evolucionen positivamente en el tiempo y el espacio, esto es, que sean sostenibles,
y, además, algo muy importante, que dichos efectos tengan incidencia global.
− Es necesario desarrollar a nivel de cada Estado la gestión medioambiental
sostenible. Esto implica el cumplimiento simultáneo y progresivo de dos objetivos
fundamentales: En primer lugar, la armonización de una política medioambiental
global y, en segundo lugar, la actuación alrededor de un enfoque sistémico
amplio, que facilite el complejo manejo de relaciones políticas y biogeográficas,
que se presentan al seno de las organizaciones sociales.
− La política medioambiental global deberá ser concertada y basada en los
principios del desarrollo sostenible y orientada a la protección y conservación
global e integral del medio ambiente.

158
− Para que la analogía entre SGC y los SGMA sea realmente válida sería necesario
integrar en una generalización mucho más global, todos los componentes y
elementos característicos, tanto de los sistemas biofísicos como de las
organizaciones sociales.
− Es necesario impedir que los SGMA caigan en la trampa retórica de obedecer
más, al cumplimiento de unos procedimientos establecidos en la búsqueda de la
competitividad empresarial, que al sentido reconocimiento del carácter global de
la problemática medioambiental y a una auténtica disposición y necesidad de
proteger el medio ambiente.
− El interés por los SGMA en el ámbito mundial estará centrado en la aplicación de
la norma ISO 14001 y su valía dependerá de que pueda ser objeto de certificación.
− La norma ISO 14001 constituye, “una solución necesaria pero insuficiente” para
afrontar la problemática medioambiental. Esto es especialmente válido en los
países en desarrollo, ya que al implantarse de manera voluntaria, aislada y sin el
adecuado control gubernamental, su eficacia se reduciría considerablemente
quedando limitada al entorno local de la empresa y permitiendo que su acción se
diluya rápidamente en los entornos regional, nacional y global.
− Una gestión medioambiental desarrollada en el ámbito empresarial dentro del
marco político orientador/coordinador del Estado resultará bastante efectiva, por
ser el Estado la unidad básica más generalizada de la organización social actual.
− La Planificación y Política Medioambiental (P+P); la Investigación y Desarrollo
Medioambiental (I+D) y, la Certificación y Control Medioambiental (C+C),
constituyen las funciones básicas del marco conceptual propuesto para la gestión
medioambiental sostenible a nivel estatal.
− Es necesario, que a nivel de países en vías de desarrollo se implemente al menos,
la función de Certificación y Control (C+C), de tal manera que permita informar,
registrar, verificar, validar y certificar la conformidad medioambiental de las
empresas de todo tipo.
− El SIGMA(C+C) constituye un buen punto de partida hacia la materialización
sistémica de la Gestión Medioambiental Sostenible, un tipo de gestión
medioambiental que encaja muy bien en el nuevo modelo de desarrollo sostenible
que se espera predomine en el siglo XXI.

159
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168
ANEXOS

ANEXO I. DOCUMENTO DE ESTUDIO: “GESTIÓN DE CALIDAD: Paso


obligado hacia la gestión medioambiental sostenible”.
Por: Leonel Vega Mora - 1995

RESUMEN
El fuerte conflicto existente entre nuestra sociedad actual y el sistema ecológico del planeta puede
resumirse en una palabra: "caos". Nuestra civilización es tan compleja y variada, tan extensa y numerosa,
que no es fácil vislumbrar una respuesta coordinada y colectiva a la crisis medioambiental, cuyas causas,
la mayoría de las veces se originan en improvisaciones, falta de método, desorden, imprevisión, prisas,
descoordinación, desacuerdos, definiciones confusas, suposiciones y malentendidos, etc., lo que debería
obligar, al margen de estas causas, a encontrar soluciones urgentes que orienten cambios que permitan
disminuir dicho caos.
El ideal de protección medioambiental obliga a ser eficaz, o por lo menos aspirar a serlo, a todos
los niveles y en todos los aspectos. Para lograrlo, no basta que se entienda y asuma la protección del
medio ambiente como una responsabilidad propia, sino que adicionalmente es necesario pasar de las
buenas intenciones a la acción, mediante lo que he denominado gestión medioambiental sostenible, es
decir, con visión de futuro, continua, automática (instintiva) y que involucre globalmente a toda la
sociedad.
La gestión medioambiental sostenible sólo será posible mediante un enfoque sistémico
debidamente normalizado y dotada de los instrumentos apropiados que permitan que el Estado regule
menos, las empresas se autoregulen más y los consumidores/usuarios puedan ser ampliamente
informados y participen más activamente en los procesos de decisión.
En este sentido, ante la íntima relación filosófica y conceptual entre la gestión medioambiental y la
gestión de calidad, es indudable la necesidad de estudiar y conocer los principios y actividades básicas de
la gestión de calidad, lo cual constituirá parte del fundamento teórico y conceptual en el desarrollo de la
gestión medioambiental sostenible. El presente artículo, como su título lo indica, sintetiza dichos aspectos
como paso previo al estudio de los sistemas de gestión medioambiental.
GENERALIDADES
La gestión de calidad, definida como aquella “parte de la función general de la dirección
empresarial que determina y aplica una política de calidad” [1], tuvo su origen en los Estados Unidos
durante la Segunda Guerra Mundial, pero su verdadero desarrollo se realizó en los años de la postguerra,
principalmente en el Japón, con la participación activa de los norteamericanos Deming W.E. y Jurán
J.M.y del japonés Kaoru Ishikawa [2]. La gestión de calidad incluye la planificación estratégica, la
asignación de recursos y otras actividades sistemáticas, tales como la planificación, las operaciones y las
evaluaciones relativas a la calidad, mediante el control de calidad.
Aumentar la calidad no significa incrementar los costes y encarecer los productos. Las técnicas
actuales, creadas por las empresas japonesas, demuestran que es posible mejorar la calidad
constantemente reduciendo costos [3], lo cual ha hecho posible que un pequeño país, con escasos
recursos energéticos, que debe importar más del 90% de su materia prima, esté colocado en un puesto
líder del mercado mundial. Vista así, la gestión de calidad se transforma en una filosofía de Estado, ya
que si las empresas son rentables con una aceptable calidad integral en toda su gestión, aseguran su
futuro, garantizan nuevos puestos de trabajo, mueven la economía, dinamizan el mercado y ayudan al
desarrollo y sostenibilidad de los Estados.
LOS BIENES ECONÓMICOS Y EL CONCEPTO DE CALIDAD
A pesar de ser un término utilizado con mucha regularidad, el concepto de calidad es bastante
ambiguo y deformado y sus posibilidades de uso para categorizar el valor de los bienes económicos o de
las entidades inmateriales constituye el principal inconveniente con el que nos podemos encontrar al
tratar el tema. En otras palabras, nos encontramos con un problema de “subjetivización” del concepto, es
decir, de la perspectiva que tiene el consumidor/usuario respecto a la calidad del bien en cuestión.
En este punto, es conveniente hacer claridad respecto a las categorías consideradas de bienes
económicos en general. Tradicionalmente, en economía existen dos categorías de bienes: los “productos”
y “servicios” [4]. Estas dos categorías se refieren a la naturaleza del bien y su frontera, aunque no es tan

169
clara como a primera vista pudiera parecer, la economía y la legislación dejan perfiladas claramente estas
categorías. Es el caso de muchos productos como la electricidad, la comida en un restaurante, los
medicamentos, etc., los cuales se suministran a través de una base contractual de servicio. No obstante, se
deja de lado otra posible categoría de bien que también debería ser considerada y es la de los “procesos”,
como veremos a continuación.
Desde el punto de vista económico, el producto es definido como el “bien obtenido como
resultado de combinar en un proceso de producción varios medios o factores.” [4]. Si se observa bien, el
“proceso” es algo básico para que el producto final y el servicio prestado sean buenos. Son muchos los
casos y cada vez más, en que el proceso constituye la parte fundamental de las empresas, como es el caso
de las empresas de telecomunicaciones y tecnología informática. También en otros campos como la
construcción, el desarrollo de los procesos es parte fundamental para obtener una buena calidad.
Igualmente en la realización de programas de software, donde una buena planificación y definición del
proceso permitirá la obtención de un producto óptimo. Resumiendo, el “proceso” en muchos casos está
entre el producto y el servicio y a la postre constituye en esencia otra categoría de bien y por lo tanto, a
efectos del presente trabajo, se considerarán los bienes económicos en general constituidos por tres
categorías, es decir, los Productos, Procesos y Servicios, en lo sucesivo PPS.
Continuando con el problema de la subjetivización del concepto de calidad, es un hecho que
cotidianamente, al hablar de calidad nos referimos al “modo mejor o peor” del PPS, o también, a si es de
“buena o mala calidad”, según la apreciación subjetiva de quien lo exprese. Obviamente cuando el
consumidor/usuario emite un juicio como puede ser, por ejemplo, la bondad de un vehículo, el sabor o el
olor de un alimento, lo costoso de un método de depuración de aguas, la diligencia de un funcionario
público, etc., se trata por supuesto de una apreciación subjetiva y lógicamente, en términos técnicos, esta
forma de entender el concepto de calidad no es válida, ya que se deben perseguir valoraciones objetivas
de los PPS, lo cual amerita profundizar más al respecto.
Los diccionarios en general definen la calidad como “la propiedad o conjunto de propiedades
inherentes a una cosa”, la cual nos aproxima al conocimiento de la cosa en sí misma, pero prescinde de
la comparación con las de su misma especie. Así mismo, aunque el significado del vocablo calidad ya se
encuentra normalizado, siendo definido como “conjunto de propiedades y características de un producto
o servicio que le confieren su aptitud para satisfacer unas necesidades expresadas o implícitas” [1], esta
definición también prescinde del elemento comparativo y no contempla elementos cuantitativos de
evaluación técnica y, es precisamente en el ámbito técnico donde el concepto de calidad requiere su
máxima definición y por lo tanto, para efectos del presente trabajo, en la anterior definición se entenderá
como “necesidades expresadas o implícitas” a la correspondencia específica con “especificaciones
técnicas” previamente establecidas. Adicionalmente, las especificaciones técnicas no pueden por sí
mismas garantizar que se cumplan de forma sistemática los requisitos de calidad, puesto que pueden
haber deficiencias significativas en las propias especificaciones, lo que ha llevado al desarrollo de
Normas Técnicas, y guías que complementen los requisitos establecidos por las propias especificaciones
técnicas como se verá más adelante.
Por otro lado, dado que el fin último de la filosofía de la calidad es asegurar que se cumplan los
requisitos del consumidor/usuario [5], es necesario tener en cuenta que cuando un consumidor/usuario
adquiere un PPS obteniendo una utilidad o beneficio, que es lo que realmente adquiere, no basta con que
reconozca y obtenga ciertas características del PPS adquirido que le resulten benéficas, sino que
adicionalmente el PPS debe contener otras características totalmente ajenas a la función de utilidad o
beneficio llamadas “requisitos mínimos básicos” [6, 7, 8], como son la seguridad, la salud, el medio
ambiente, las cuales de nuevo hacen necesario tener en cuenta la sutileza conceptual del término, y es que
en él se engloban dos aspectos fundamentales con respecto a los PPS: uno relativo a su calificación
funcional o calidad objetiva, es decir, de conformidad a Normas y, el otro relativo a su conformidad con
las exigencias mínimas básicas para su comercialización o tráfico.
En resumen, se puede decir que para efectos técnicos, el concepto de calidad debe ser
objetivizado, de tal manera que pueda ser referido a la conformidad con especificaciones técnicas. Estas
últimas son de dos tipos:
− las especificaciones técnicas de carácter obligatorio, es decir, aquellas que contienen los
“requisitos mínimos básicos” establecidas mediante legislación y/o reglamentación por parte de la
administración pública de cada Estado y,
− las especificaciones técnicas de carácter voluntario, es decir, aquellas establecidas mediante
consenso general de las partes interesadas, generalmente denominadas normas técnicas,
elaboradas mediante un proceso de normalización.
NORMALIZACIÓN EN LA GESTIÓN DE CALIDAD

170
Por normalización se entiende la actividad que pretende establecer un proceso por el cual se
unifican criterios respecto a determinadas materias y se posibilita la utilización de un lenguaje común en
un campo de una actividad concreta [9]. Constituye un proceso en el cual mediante un pacto plasmado en
un documento técnico denominado norma técnica, en lo sucesivo “Norma”1 , los componentes de la
sociedad (Administración, empresas y consumidores/usuarios) acuerdan las características técnicas que
deberá reunir un determinado PPS.
La normalización surge en el siglo XIX no sólo como consecuencia de la industrialización, sino
por el desarrollo de una serie de nuevas tecnologías como la máquina de vapor, industrias químicas y
especialmente las del sector de energía eléctrica ante la necesidad de organizar y definir sus campos de
acción [10]. Posteriormente, con el incremento de los intercambios comerciales a nivel mundial, la
normalización internacional comienza a tener un desarrollo importante, estando marcada por la necesidad
de homogeneizar componentes a fin de posibilitar su intercambiabilidad y facilitar tanto la producción en
serie como la reparación y mantenimiento posterior de los productos [6]. Se desarrolla inicialmente en los
Productos posteriormente se observa la necesidad de desarrollar también dicha actividad sobre los
Servicios y Procesos.
La actividad de normalización es realizada por los denominados organismos de normalización
[11]. Esta actividad la realizan cumpliendo disposiciones estatutarias o leyes de sus países, por lo que
disponen de reconocimiento oficial dentro y fuera de los mismos y por lo tanto han de contar con una
equilibrada representación de los sectores a quienes interese y afecte su actividad en cada caso.
En el ámbito internacional, el organismo de normalización es la Organización Internacional de
Normalización (ISO)2, donde se encuentran federados los organismos nacionales de normalización en
representación de 91 Estados miembros. ISO es una organización no gubernamental, creada en 1947, con
sede de la Secretaría Central en Ginebra. Su misión es promover en el mundo el desarrollo de la
normalización y sus actividades relacionadas, con el fin de facilitar el intercambio de mercancías y
servicios entre las naciones y desarrollar una cooperación en la esfera intelectual, científica, técnica y
económica. Los resultados de los trabajos técnicos de la ISO son publicados en forma de Normas
internacionales [12]. Una Norma internacional es el resultado de la concertación y acuerdo entre los
organismos miembros de la ISO. Esta puede ser usada como tal o puede ser implementada a través de su
incorporación en las Normas nacionales de los diferentes países.
Las Normas internacionales son desarrolladas a través de Comités Técnicos (TC) divididos en
Subcomités (SC), que a su vez se dividen en Grupos de Trabajo (WG) y su elaboración comprende seis
etapas básicas [12]: propuesta, preparación, comité, consulta, aprobación, publicación. Finalmente hay
una etapa de revisión y confirmación, la cual se realiza al menos cada cinco años. La Figura A muestra
un esquema del proceso general para la elaboración de una Norma internacional.
Por su objeto, las Normas se pueden agrupar prácticamente en tres grupos principales [6]:
a. Normas sobre especificaciones técnicas de PPS.
b. Normas sobre metodologías de comprobación de dichas especificaciones técnicas.
c. Normas sobre terminología y definiciones.
Obviamente al utilizarse como soporte para la demostración de la calidad en cualquier actividad,
las Normas fundamentales son las especificaciones técnicas, aunque requerirán del complemento
obligado de los otros dos grupos. Los objetivos de las Normas de calidad pueden ser resumidos así [13]:
− Proporcionar elementos para que una empresa pueda lograr la calidad de sus PPS.
− Establecer directrices, mediante las cuales las empresas pueden seleccionar y utilizar las Normas.
− Proporcionar seguridad a la dirección de la empresa en la obtención de la calidad deseada.
− Garantizar a los beneficiarios que los PPS tienen la calidad deseada, pactada o contratada.

1
Se debe distinguir entre Norma Técnica y Norma Jurídica, siendo esta última el resultado del
desarrollo de un acto legislativo.
2
La sigla ISO fue tomada por derivación del prefijo griego “isos” que significa igual [ISO-OnLine,
1996].

171
Empresas, Administración Pública, Usuarios/Consumidores

Organismo Normalización miembro ISO

Propuesta Secretaría
Central ISO
NO

TC/SC Evaluación Votación

SI

WG

NO
Preparación
Documento de TC/SC Evaluación Votación

Trabajo SI

WD

NO
Comité Comentarios Votación
TC/SC
Registro SI

Secretaría
DIS
Central ISO

NO
Consulta Comentarios Votación
Org. miembros
SI

Secretaría
FDIS
Central ISO

Aprobación Votación
NO

Org. miembros
SI

Secretaría
Central ISO

Publicación NORMA ISO Leonel VEGA MORA, 1995

Revisión y Confirmación al menos cada 5 años

Figura A. Esquema del proceso general de elaboración de una Norma

172
La Norma ISO sobre sistemas de calidad
Con el desarrollo de la industria aerospacial y de defensa, se empieza verdaderamente a demandar
en las empresas la implantación de sistemas de aseguramiento de la calidad [13]. Para dar respuesta a esta
demanda se realizaron gestiones a nivel de foros internacionales bajo la coordinación general de la ISO
con el fin de intentar "normalizar" la descripción de estos sistemas y la evaluación de los mismos, a fin de
poder establecer relaciones contractuales entre empresas y clientes. Finalmente, en 1987 fueron
aprobadas por la ISO las Normas internacionales sobre sistemas de aseguramiento de la calidad
denominadas Normas ISO serie 9000, las cuales fueron incorporándose a los cuerpos normativos
nacionales de forma estrictamente equivalente.
Las Normas ISO serie 9000 se utilizan en dos situaciones diferentes que relacionan a la empresa
con el cliente: contractual y no contractual y pueden agruparse en dos partes:
Normas ISO 9000, ISO 9004 y ISO 9004-2:
Este grupo de normas marcan las pautas para la gestión de la calidad en todas las empresas. A
continuación se describen brevemente:
ISO 9000 : Contiene las directrices o criterios de uso para seleccionar un modelo de
aseguramiento de la calidad más apropiado e indica específicamente los factores clave par la selección de
la Norma a aplicar [14].
ISO 9004: Esta es la Norma base y es la que debe utilizar la empresa como referencia. Describe
un conjunto básico de elementos con los que puede desarrollarse e implantarse un sistema de calidad y
establece directrices relativas a factores técnicos, administrativos y humanos que afectan a la calidad del
producto o servicio en todo el proceso [14].
ISO 9004-2: Esta Norma es complementaria a la 9004 y se refiere a los elementos con los que
puede desarrollarse e implantarse un sistema de calidad en empresas del sector servicios.
Normas ISO 9001, ISO 9002 y ISO 9003:
Este grupo de Normas tratan sobre los requisitos de los sistemas de calidad que pueden utilizarse
para el aseguramiento externo de la calidad. A continuación se describen brevemente:
ISO 9001: Especifica los requisitos de un sistema de calidad aplicables cuando se deba demostrar
la capacidad de una empresa para diseñar y suministrar un producto [14].
ISO 9002: Especifica los requisitos de un sistema de calidad aplicables cuando se deba demostrar
la capacidad de una empresa para controlar los procesos que determinan la aceptabilidad del producto
suministrado [14].
ISO 9003: Especifica los requisitos de un sistema de calidad aplicables cuando se deba demostrar
la capacidad de la empresa para detectar y controlar el tratamiento de cualquier no conformidad de un
producto durante la inspección y los ensayos finales [14].
Una vez seleccionado el modelo de la calidad se redactará la documentación necesaria, en la cual
se detallarán los elementos del sistema, de forma tal que pueda constatarse la conformidad del PPS con
relación al modelo de seleccionado.
IMPLANTACIÓN DE SISTEMAS DE CALIDAD
Para que una empresa sea reconocida por la calidad de sus PPS, tiene que funcionar con eficacia,
método y sistema, dentro de una Norma que dé garantías al usuario/consumidor de la calidad del PPS.
Así mismo, con el fin de facilitar el control de la calidad, las empresas deben disponer adecuadamente
todo el conjunto de la estructura de la organización, de responsabilidades, de procedimientos, de procesos
y de recursos para conformar lo que se denomina “sistema de calidad”.
Por estos motivos, las empresas deberán, diseñar e implantar un sistema capaz de controlar los
factores técnicos, administrativos y humanos que afecten la calidad.
El diseño del sistema debe tener en cuenta dos premisas fundamentales [13]:
a. estar de acuerdo a las necesidades de los clientes, es decir, el cliente debe obtener mejores PPS a
más bajo coste y,
b. la empresa tiene que aumentar sus beneficios, tener mayor participación en el mercado, tener una
economía saneada, tener continuidad y aumentar la fidelidad de los clientes.
El sistema debe diseñarse de acuerdo a la empresa, a sus objetivos, su producción o servicios, a su
economía y especialmente debe ajustarse a las exigencias de los objetivos de calidad y a los
requerimientos contractuales, es decir, a la relación existente entre la empresa y el cliente.
Implantar un sistema de calidad es mucho más que fabricar un buen producto o dar un servicio
esmerado. Se trata de una nueva forma de hacer bien las cosas, que abarca toda la organización de la
empresa, sea pequeña o grande. Antes de implantar un sistema de calidad es necesario estar bien

173
informado, haber consultado las Normas y ser orientado adecuadamente. Implica tener bajo control todas
las fases de los procesos, desde el inicio hasta la satisfacción de los clientes, asegurando la calidad en
cada fase, es decir, el sistema a implantar deberá adaptarse a las Normas y a la empresa.
Los cuatro primeros pasos en la implantación de un sistema de calidad son [14]:
a. Toma de la decisión política por parte de la cúpula directiva de la empresa en querer implantar un
sistema de calidad, que luego debe contar con la colaboración y participación de todos los
gerentes, técnicos y trabajadores.
b. Hacer una evaluación y diagnóstico de la organización con ayuda de un equipo consultor externo.
El chequeo debe incluir: estilo de dirección, estilo de mando, clima, problemas organizacionales,
relaciones con proveedores y clientes, capacidad de la organización para asumir el cambio,
aspectos tecnológicos, situación actual de la empresa y características profesionales y psicológicas
del grupo ejecutivo.
c. Formar un comité de proyecto en el cual se involucre la alta dirección, los principales gerentes y
consultores externos, quienes en base a su conocimiento de la organización, de los temas de
calidad y de los datos del chequeo, redacten el proyecto fijando las etapas y cronogramas
respectivos.
d. Elegir la Norma ISO 9001/9002/9003 por la cual regirse y que más se adapte a las necesidades y
características de la empresa, creándose los grupos de trabajo para redactar la documentación del
sistema de calidad.
La estructura genérica de un sistema de calidad es fundamentalmente de tres partes: una parte
escrita, una parte práctica y una parte de control [13]. A continuación se explican brevemente cada una de
ellas. La Figura B muestra un esquema genérico de un sistema de calidad a nivel empresarial.

Registros
P Internos NORMAS
R
O
C
E
S POLÍTICA PLAN
AUDITORIAS Evaluación e Objetivos y
O DE CALIDAD Informe DE Metas
DE
S CALIDAD ACCIÓ
N

E Información Exigencias
S Externa Legales
T
R
U
C
T Recursos Otros Procedimientos Documentación Manual
U Humanos Recursos
R
A
S

Figura B. Esquema genérico de un Sistema de Gestión de Calidad a nivel

Documentación básica en un sistema de calidad


La parte escrita de un sistema de calidad está constituido por una serie de documentos en los
cuales se describe el sistema, los procedimientos, instrucciones, planos, todo esto ajustado a la Norma
ISO 9001/9002/9003 elegida. Estos documentos básicos, estos son la política de calidad, el manual de
calidad y el manual de procedimientos:
La política de calidad es responsabilidad de la dirección de la empresa, la cual comprende
aquellas decisiones fundamentales de la empresa relativas a: el compromiso de la empresa en materia de
calidad, los objetivos de calidad a alcanzar, los instrumentos o medios para alcanzar dichos objetivos y
los principios a observar en la aplicación de los instrumentos elegidos [14]. La política de calidad debe
ser adecuada a los objetivos de la empresa y a las expectativas y necesidades de los clientes. La empresa

174
debe asegurar que esta política es entendida, implantada y mantenida al día en todos los niveles de la
organización.
El manual de calidad es un documento integrador y básico, donde se menciona con claridad lo
que hace la empresa para alcanzar la calidad mediante la adopción de un sistema de calidad, elegido entre
los descritos en las Normas ISO 9001/9002/9003. Aunque se redacta fundamentalmente con la finalidad
de utilización interna, puede ponerse a disposición de un cliente para su evaluación, si así conviniere o
por exigencias contractuales [14]. Es un documento vivo que nace, se modifica y es sustituido parcial o
totalmente, según las adaptaciones de le demanden las nuevas exigencias de la calidad.
El manual de calidad se realiza con el objeto de convertirse en el punto de referencia obligado
durante la implantación del sistema, su consecuente mantenimiento y mejora y su utilidad puede verse
desde dos puntos de vista [13]:
− Internamente, define y clarifica qué se desea hacer en lo relativo a la calidad, quién hace, qué
hacer, en coordinación con qué y/o quiénes y, por supuesto, con qué recursos.
− Externamente, da a conocer la forma en que la empresa obtiene la calidad que define en sus
objetivos, posibilitando establecer relaciones con los clientes o estamentos públicos que demanden
conocer el Manual.
Si los procedimientos no son incluidos dentro del Manual de Calidad, conviene que estén
agrupados en un manual de procedimientos.
El manual de procedimientos contiene los componentes de la metodología utilizada por la
empresa, para poner en práctica el sistema enunciado y descrito en el manual de y en esencia constituye
el "know how" de la producción o servicio suministrado y su calidad [14].
Aspectos físicos y humanos en un sistema de calidad
La parte práctica de un sistema de calidad esta compuesta por dos variables fundamentales: los
aspectos físicos y los aspectos humanos.
Los aspectos físicos comprenden los locales, las maquinarias, los calibres e instrumentos de
control, etc., en general la tecnología utilizada.
Los aspectos humanos tienen que ver con el adiestramiento, capacitación y formación del personal
a todos los niveles, a fin de crear un equipo motivado, cooperador y sensibilizado, cuyas actitudes
positivas ayuden a desarrollar el proyecto. Los temas básicos pueden ser: técnicas de dirección, mando,
reuniones, resolución de problemas, comunicación, coordinación, marketing, ventas y relaciones
humanas.

CONTROL DE CALIDAD
El control de calidad es definido como el conjunto de técnicas y actividades de carácter operativo
utilizados para satisfacer los requisitos relativos a la calidad [5]. Su objetivo es mantener bajo control un
proceso y eliminar las causas de defecto o no-conformidad en las diferentes fases del bucle de la calidad,
entendiéndose este último como “el modelo conceptual de las actividades interdependientes que influyen
en la calidad a lo largo de las distintas etapas, que se inician con la identificación de las necesidades y que
terminan con la evaluación de cómo éstas han sido satisfechas” [1].
Adicionalmente, de acuerdo a lo planteado en el ítem anterior, la definición funcional de control
de calidad sería el conjunto de acciones para medir y regular las características de un PPS determinado,
en conformidad con unas especificaciones técnicas establecidas.
El control de calidad ha sido objeto de gran evolución: en sus inicios se realizaba el control de
prototipo, luego se pasó al control de producto seriado y a partir de la segunda mitad del siglo XX, se
inicia de manera seria y continuada el estudio para la definición e implantación de técnicas de control de
calidad en la fabricación, que dieron paso al control de aseguramiento de la calidad .
El aseguramiento de la calidad significa integrar el control a la fase de producción, es decir,
controlar la calidad del proceso además de la calidad del producto, concibiendo a éste último de forma
que satisfaga las exigencias del control integrado y asegurando que en cada una de las etapas de
fabricación se ha operado correctamente. En otras palabras, se introduce el concepto de prevenir, ya que
con el aseguramiento de la calidad los defectos se detectan enseguida y al principio, es decir, donde se
generan y es más fácil y económico eliminarlos.
Esto implica el establecimiento de sistemas de calidad que involucran el conjunto de la
organización, de responsabilidades, de procedimientos, de procesos y de recursos con el objeto de llevar
a cabo la gestión de calidad.
El aseguramiento de la calidad está evolucionando actualmente hacia el control de calidad total,
lo cual supone que todas las funciones de la empresa están implicadas en la obtención de la calidad de los

175
PPS, es decir, no sólo se controla el departamento de producción sino que, además, se controlan los
departamentos de gestión, administración, personal, ventas, etc.
Así mismo, cada función está implicada durante todo el “ciclo de vida” del PPS, desde la
concepción y diseño, desarrollo, fabricación, compras, distribución, ventas, hasta el servicio posventa.
El control de calidad en general, implica una evaluación permanente de todos aquellos factores
que influyen en la adecuada gestión de calidad y, para que pueda proporcionar confianza, es necesario
que se aporten las pruebas oportunas mediante técnicas operativas y actividades como son las
inspecciones in-situ, los muestreos y análisis estadísticos, los ensayos de laboratorio y por supuesto, las
auditorías de calidad.
Dependiendo de a quién va dirigido el control de calidad, éste puede ser de carácter interno o
externo a la empresa3 . El control interno es realizado por iniciativa y responsabilidad de la empresa, de
acuerdo fundamentalmente a sus propios intereses. El control externo en cambio, permitirá garantizar, ya
sea a la empresa misma o a terceros (Administración, otras empresas, consumidores/usuarios) que lo que
hace lo hace bien y cumple con sus expectativas [5]. A continuación se describen brevemente esta
actuaciones, las cuales se esquematizan en la Figura C.

CONTROL DE CALIDAD

INSP ECCIÓ N SUP E RVISIÓ N

D E P A RT A ME NT v oluntaria obligatoria
O CON T ROL DE E NTIDADE S DE OR G AN IS MO D E AD MIN IST RACIÓN
CAL ID AD Y/O INSP E CCIÓ N C E RT IF ICACIÓN P ÚB L ICA
P ROC E SO S

MU E ST RE O AU DIT O RÍ A D E NO RM AS E VAL U AC IÓN D E E VAL U AC IÓN D E


Y E NS AYO S CAL ID AD CON F OR MID AD C ON F ORMID AD
CO N N ORM A S C ON N OR M AS
P ROC E D IMIE N T OS DE T É C N IC AS JU RÍD IC AS B ASIC AS
E VAL U AC IÓN D E
SIST E M A D E C ON F ORMID AD ISO
PPS
CAL ID AD
L AB O RATO RIO DE
E NSAY OS
AN ÁL ISIS VE RIF I-
E ST AD ÍST IC OS CACIÓN
P ROC E D IMIE N T OS
DE
HO MOL OG AC IÓN

AUTO -DE CL ARACIÓ N CE RTIF ICADO H O M O LO G ACIÓ N


INF OR ME D E IN F ORME DE
INSP E C C IÓN AUD IT O RÍ A DE CO NF O RM IDAD Y /O M ARCA

DIRE CCIÓ N E M P RE SA CL IE NTE S (Administración, consumidores/usuarios, otras empresas)

F igura C. E squema general del Control de Calidad en empresas


Control Interno
Las actividades de inspección pueden ser realizadas por la propia empresa a través del
departamento de control de calidad y/o procesos o, a través de agentes externos a la empresa
denominadas “Entidades de Inspección” y puede ser realizada mediante dos tipos de actividades [15]:
− La inspección de PPS, mediante la realización de muestreos y análisis estadísticos y ensayos de
prueba in situ en la propia empresa.

3
Son muchos los términos utilizados por los diferentes autores para denotar dicha acción. Para
efectos del presente trabajo, dichos términos serán limitados a dos acepciones fundamentales:
“inspección”, para hacer referencia al control de calidad de carácter interno y “supervisión” para
el control de calidad de carácter externo.

176
− Las auditorías de calidad, las cuales constituyen la principal herramienta en el control de calidad
tanto interno como externo y por lo tanto, dada su particular importancia, serán descritas en ítem
posterior.
Control Externo
En control externo consiste en la verificación y seguimiento permanente del estado en que se
encuentran tanto el PPS como el conjunto de actuaciones que integran el proceso productivo, “con el fin
de asegurar los requisitos de calidad” [5, 15]. Puede ser de carácter interno o externo, aunque teniendo en
cuenta que su misión es velar por los intereses del destinatario (cliente) final del PPS, se puede decir que
la supervisión de calidad responde más al criterio de control externo de la calidad.
Con este criterio, los objetivos de la supervisión de calidad serían [5]:
a. Asegurar a la sociedad que los PPS tienen unas determinadas garantías en relación con los
requisitos mínimos básicos.
b. Asegurar al cliente que los PPS son idóneos para el uso mediante un contrato para que un tercero
realice actuaciones de control.
c. Asegurar a otras empresas que los PPS de su empresa cumplen con los mínimos requisitos de
calidad acordados contractualmente.
De acuerdo con los anteriores objetivos, la supervisión de calidad puede ser de carácter obligatorio
(objetivo a) o de carácter voluntario (objetivos b y c).
La supervisión de calidad de carácter obligatorio, se realiza en el caso de PPS sometidos al
cumplimiento de los requisitos mínimos básicos. Cuando se trata de garantizar al grupo social que
determinado PPS, además de idóneo para su destino funcional, reúne unas características que reducen los
riesgos de daño en su empleo, aparece necesariamente la supervisión estatal en función de unas
reglamentaciones previas basadas en dichos requisitos básicos.
Se trata de un sistema de garantías que el Estado subroga y mantiene. En este caso no se trata de
controlar la calidad funcional del producto, cosa que se deja a la esfera de la empresa o a la voluntad
contractual de las partes, sino que, en defensa del usuario determina la puesta en el mercado del PPS. El
procedimiento de aprobación que utiliza el Estado para autorizar la entrada del PPS en el mercado se
llama Homologación.
La supervisión de calidad de carácter voluntario implica necesariamente una relación contractual
entre empresa-cliente o entre empresa-otras empresas y conlleva al cumplimiento de unos requisitos de
calidad previamente establecidos, generalmente basados en Normas. Se trata de actuaciones que pueden
dar lugar o no a exoneración de la empresa, por daños ocasionados por PPS defectuosos. Aquí es
necesario diferenciar dos tipos de supervisión de carácter voluntario:
− La realizada por cuenta del cliente (acorde con el objetivo b), la cual se suele enmarcar en los
contratos de suministro y su resultado final se debe reflejar en “documentos”. Este tipo de
supervisión produce efectos restringidos a la propia relación contractual y por lo tanto, el
tratamiento jurídico de los “documentos” de estas actuaciones queda circunscrito al cumplimiento
o no de las obligaciones contractuales.
− Las realizadas por cuenta del gremio empresarial (acorde con el objetivo c), en la cual las
empresas buscan un elemento diferenciador en el mercado por razones de publicidad o de
eliminación de competencia no cualificada. Este tipo de supervisión conducirá finalmente a la
obtención de “certificados y/o marcas de conformidad”, como se verá posteriormente. Por su
carácter voluntario, no introducen elementos jurídicos de valoración vinculante, pero sí pueden ser
tomados como elementos probatorios ante una eventual reclamación judicial.
Una parte sustancial de la supervisión de calidad está relacionada con las acciones de medida,
examen, ensayo y verificación de las características del PPS con el fin de establecer su conformidad con
las especificaciones técnicas. Estas acciones se realizan a través de los Laboratorios de Ensayos y sus
resultados se emiten a través de los denominados “Protocolos de Ensayo”. Los ensayos y pruebas
también son útiles en la etapa inicial de la realización de una Norma, dado que muchas de éstas, antes de
su aprobación final, requieren de una etapa de investigación mediante dichas acciones, con las cuales se
puedan definir los métodos de ensayo a utilizar, los límites de las características técnicas que se verifican
y la precisión de los resultados.
De acuerdo con lo anteriormente expuesto, se puede observar que el control de calidad de carácter
externo, específicamente la supervisión de calidad, deberá conducir a la obtención de una certificación
que avale, es decir, que permita asegurar, que un PPS y/o sistema de calidad es conforme a determinadas
especificaciones y por lo tanto certificación de conformidad, es el término para designar dicha actuación,
la cual se describe y analiza a continuación.

177
CERTIFICACIÓN DE CONFORMIDAD
Dependiendo de quién otorgue la certificación de conformidad, ésta es básicamente otorgada por
tercera parte, es decir, por un organismo independiente y ajeno a la empresa. Sin embargo, se puede
presentar el caso que sea la empresa misma, mediante una autodeclaración de conformidad [17], la que
indique que los PPS ofrecidos por ella son conformes a Normas. Esto implica que la empresa debe tener
capacidad, por sí misma o con intervención de terceros, para poner en práctica el aseguramiento de la
calidad del PPS en todos y cada uno de los escalones de la producción.
En el caso de la certificación de conformidad por tercera parte, se pueden presentar dos
posibilidades (acordes con los objetivos a y c respectivamente expuestos en el ítem anterior):
La primera, conocida comúnmente con el nombre de certificación voluntaria, tendiente a la
obtención por parte de la empresa de la homologación de sus PPS ante la administración pública y la
segunda, conocida comúnmente con el nombre de certificación voluntaria, tendiente a la obtención del
certificado y/o marca de conformidad, otorgado por un “organismo de certificación” independiente y
debidamente acreditado.
No cabe duda que la certificación aplicada en el campo obligatorio sirve como base para la
certificación desarrollada a nivel voluntario, donde en este último, el nivel de exigencia es superior y
cuya filosofía tiene por objeto el no duplicar controles una vez han sido realizados a nivel voluntario. En
general, la certificación de conformidad tiene por objetivos [7]:
− Estimular a las empresas a elevar la calidad de sus productos o servicios, al menos hasta el nivel
especificado en las Normas.
− Promover la mejora del sistema de calidad de las empresas
− Proteger a los beneficiarios
− Facilitar la compra al consumidor y/o usuario
Con relación a los organismos de certificación, éstos deben ser organizaciones independientes de
las partes interesadas, capaces de firmar acuerdos de reconocimiento con organizaciones similares, de
forma que se eviten la duplicidad de los controles a las empresas, con la consiguiente pérdida de tiempo e
incremento de coste de los PPS. A nivel Estatal los organismos de certificación pueden desarrollar su
función de acuerdo a la legislación de cada Estado y su estructura organizativa dependerá del marco
legislativo bajo el cual haya sido creado, de las necesidades de las empresas y de la infraestructura.
Es obvio que la actividad de certificación de conformidad debe ser lo suficientemente armonizada
entre las partes interesadas y por lo tanto estar sujeta a un conjunto de reglas de procedimiento y de
gestión. A este conjunto de reglas de procedimiento y de gestión se les denominan “sistemas de
evaluación de la conformidad” [17]. Es conveniente aclarar que el término "evaluación de la
conformidad" constituye una actividad subyacente a la certificación de conformidad y en la cual
generalmente se utilizan como referencias las Normas internacionales.
A nivel internacional, la ISO a desarrollado procedimientos específicos para la evaluación de
conformidad de productos, procesos y servicios, personas, sistemas de calidad y acreditación de
organizaciones [10, 17]. La empresa puede elegir el procedimiento más adecuado en función del mercado
al que se dirige sus PPS, de la legislación vigente y, de las necesidades de su propia organización. El
resultado concreto y último de dichos procedimientos es la concesión de certificados y/o marcas de
conformidad con Normas4 .

AUDITORÍAS DE CALIDAD
Las auditorías de calidad se definen como la investigación crítica de todos aquellos aspectos
relacionados con el proceso productivo de una empresa, los PPS y sistema de calidad, que permitan
llegar a conclusiones ciertas sobre la idoneidad de los PPS en el mercado [5]. Es realizada a través de
agentes o sujetos especialistas, independientes a la empresa, pero que generalmente actúan por encargo
de ésta.
Por sus objetivos, las auditorías de calidad se pueden dividir en auditorías de la calidad del
producto, auditorías de la calidad del proceso, auditorías de la calidad del servicio (en su caso), en lo
sucesivo auditorías de calidad de PPS y, las auditorías de sistemas de calidad las cuales serán descritas
posteriormente en el ítem correspondiente a sistemas de calidad. Los resultados de las auditorías se
emiten a través de los denominados “Informes de Auditoría”.

4
Se debe hacer distinción entre Marca de conformidad y el denominado “Sello de Calidad”, éste
último administrado por una asociación de empresas fabricantes de un PPS determinado, mientras
que la marca de conformidad es administrada generalmente por un organismo de certificación.

178
Las auditorías de calidad pueden ser externas o internas y, dependiendo también de sus objetivos
puede ser verificativa, si persigue el análisis de los resultados sin entrar en porqué éstos se han producido
y, operativa, si cuestiona y analiza el esquema organizativo de la calidad.
La auditoría interna, en realidad forma parte del control interno de calidad y su estructura y fines
se encuentran normalizados [16]. Su objetivo es el de ayudar a la Dirección a organizar más
eficientemente las operaciones de producción y es realizada normalmente por el departamento de control
de procesos siguiendo pautas críticas como si se tratara de un cliente [15]. Los resultados de la auditoría
son publicados como un índice de calidad del PPS auditado en el período cubierto por la actuación.
La auditoría externa de calidad, es en sentido estricto lo que en la actualidad se viene a entender
por auditoría. No es una actividad normalizada y se realiza fundamentalmente sobre los medios internos
de verificación del PPS y sobre la idoneidad de los procedimientos documentales de expresión de los
resultados de la verificación. Su objetivo es aportar un análisis crítico a la Dirección de la empresa sobre
su gestión de calidad, básicamente en los escalones finales del ciclo de calidad, los cuales pueden ser [5]:
después de la aceptación del PPS por la inspección interna, después del embalaje pero antes de la
expedición al mercado a al cliente y, por último a la recepción del PPS por los distribuidores o el cliente,
aunque en esta fase queda en muchos casos fuera del alcance de la empresa, por lo que no tiene viabilidad
práctica, además, que los costes aumentan según se realice en escalones más alejados de la empresa.
La metodología se basa en una secuencia que comienza en el muestreo de la población o universo
formado por todos los PPS fabricados de similares características y termina con la documentación y
análisis estadístico de los resultados de ensayos realizados en la muestra. Resumiendo se puede decir, que
la auditoría externa es esencialmente verificativa y la interna es operativa. Los resultados se presentan
en un documento escrito denominado “informe de auditoría” y que, al igual que en el caso de la auditoría
interna deberá contener los siguientes puntos básicos [15]:
− Documentos identificando los PPS defectuosos y detallando el tipo de defecto, indicando las
posibles causas en cada caso.
− Acciones correctivas para eliminar las deficiencias encontradas
− Observaciones sobre la implantación y efectividad de las acciones correctivas ya sugeridas como
consecuencia de anteriores auditorías.
Auditorías de Sistemas de Calidad
Es fácil decir que las cosas se hacen bien, afirmar en la publicidad que la empresa tiene el mejor
sistemas de calidad, pero esto hay que demostrarlo mediante la “auditoría del sistema calidad”.
La Norma internacional que contiene las reglas generales para las auditorías de los sistemas de
calidad es la ISO 1011/1/2/3-92, la cual consta de tres partes: en la primera parte se introduce el concepto
de auditoría, se definen sus objetivos, campos de aplicación y procedimientos, en la segunda parte se dan
los criterios para la cualificación de los auditores y en la tercera parte se trata la gestión de los programas
de auditoría.
El objetivo general de la auditoría del sistema de calidad es verificar que todas las partes del
mismo son adecuadas, están actualizadas y en pleno vigor, es decir, que son capaces de detectar, eliminar
y prevenir no-conformidades, para poder alcanzar los objetivos de calidad fijados [16]. Sus objetivos
específicos son:
− Verificar y determinar si los documentos del sistema se ajustan a las Normas correspondientes.
− Verificar y determinar el grado de cumplimiento de los PPS y del sistema de calidad con respecto
a las Normas.
− Obtener elementos de juicio para otorgar la certificación de la empresa o la homologación de un
PPS.
− Chequear procesos de mejora.
− Obtener información sobre el grado de adecuación de la empresa a los requisitos establecidos en
las Normas.
En consecuencia, las etapas básicas en su realización son:
a. Análisis de la documentación, especialmente el manual de calidad para verificar si la
documentación presentada y la actuación respectiva, se corresponden a la Norma ISO serie 9000 o
su equivalente.
b. Verificar el grado de implantación de la documentación en la práctica, prestando atención a la
implicación de las personas y departamentos en el sistema de calidad.
c. Informe de los resultados cuantificados con la metodología apropiada. Una copia del informe
siempre va a la empresa y la otra al organismo que audita.

179
Siguiendo estas tres etapas básicas queda claro que se evalúa un sistema, pero no a las personas,
por lo que la auditoría debe en todo momento asegurar su objetividad, evaluando si la práctica de la
calidad responde a la Norma establecida y si el sistema es eficaz para asegurar los objetivos de calidad.
CONCLUSIONES
La búsqueda de soluciones que permitan adecuar la gestión medioambiental con la gestión de
calidad a nivel empresarial tiene repercusiones bastante importantes ya que permitirán garantizar no sólo
su competitividad en el mercado sino también una adecuada protección del medio ambiente.
La gestión de calidad y el consiguiente desarrollo de sus instrumentos de gestión ha avanzado
considerablemente en los últimos años, pero no así la gestión medioambiental, en la que aún queda
mucho por hacer, especialmente en cuanto a sensibilizar, informar y motivar a los empresarios para que
comprendan el gran cambio que se vive y la forma en que se va estructurando el mundo del futuro.
La gestión medioambiental sostenible, tendría que ver con la armonización estratégica de las
acciones de toda índole (políticas, legislativas, metodológicas y procedimentales, científicas,
tecnológicas, económicas, culturales, etc.) requeridas en el propósito común de proteger y conservar la
naturaleza garantizando la permanencia y aumento sostenido del nivel de vida de la sociedad.
Deberá dimensionarse y armonizarse amplia y democráticamente en todos los estamentos de la
sociedad para que generen un nuevo punto de vista en los círculos políticos y de toma de decisiones. Se
trata de la coordinación de esfuerzos para que los países evolucionen juntos de forma tal que se cree un
sistema económico-social fuerte, solvente y capaz de asegurar un futuro estable y sostenible para todos
sin excepción alguna.
REFERENCIAS
[1]. NORMA ISO 8402. "Gestión y Aseguramiento de la Calidad- Vocabulario". 1986.
[2]. CROSBY, P. “Hablemos de Calidad”. Edit. Mc.Graw Hill. México, 1989.
[3]. HAJIME, K. "Control total de la calidad: La sabiduría Japonesa". Ediciones 2000 S.A. Barcelona.
1991.
[4]. HELLER, W. “Diccionario de economía política”. Editorial Labor, 1965.
[5]. JURAN, J.M. y otros. “Manual de control de calidad”. 2ª ed. Editorial Reverté S.A., 1983.
[6]. ISO. "Application of standards". Development Manual 3. 48 pág., 1991.
[7]. RAMÍREZ, I. "La Certificación en la Europa del 93". AENOR, 2a. edición. Madrid. 1992.
[8]. ARANGÜENA, A.A. "Auditoría medioambiental en la empresa". Editorial Centro de Estudios
Ramón Areces, S.A. Madrid, 1994.
[9]. AENOR. "Normalización y Certificación. Conceptos Básicos". 2a. edición. Madrid. 1993.
[10]. AENOR. "Guía del Empresario. Normalización y Certificación en la Unión Europea". 2a.
edición. Madrid. 1994.
[11]. ISO. "Establishment and management of a national standards body". Development Manual 1. 2nd
ed. 96 pág., 1994.
[12]. ISO Online. “International Organization for Standardization”. Internet http://www.iso.ch/ , 1996.
[13]. SENLLE, A. y STOLL, G. "Calidad Total y Normalización". Ediciones Gestión 2000 S.A.
Barcelona. 1994.
[14]. NORMA ISO serie 9000. "Sistemas de Calidad". Revisión 1994. AENOR-Madrid. 1994.
[15]. FEIGENBAUM, A.V. “Total quality control”. Mc Graw Hill, 3a. Edición, 1983.
[16]. NORMA ISO 1011/1/2/3. "Reglas Generales para las Auditorías de los Sistemas de Calidad".
1992.
[17]. ISO. "Operation of a certification system". Development Manual 2. 48 pág., 1992.

180
ANEXO II. SIGLAS y ABREVIATURAS

ACV Análisis del Ciclo de Vida de P/S


ADC AutoDeclaración de Conformidad
AEC AutoEvaluación de Conformidad
AMA Auditoría Medioambiental
AMAE Auditoría Medioambiental Externa
AMAI Auditoría Medioambiental Interna
AMC Autoridad Medioambiental Competente
APM Audiencias Públicas Medioambientales
BS British Standard (Norma Británica)
BSI British Standard Institution
C+C Certificación y Control
CEE Comunidad Económica Europea
CEN Comité Europeo de Normalización
CERMA Subsistema de Certificación Medioambiental
CIC Control Integrado de la Contaminación
CMMAD Comisión Mundial para el Medio Ambiente y Desarrollo (WCED)
CNUMAD Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (UNCED)
CTV Concepto Técnico de Verificación
CUE Comisión de la Unión Europea
DOCE Diario Oficial de la Comunidad Europea
EsIA Estudio de Impacto Ambiental
EN Norma Europea
EPA Environmental Protecting Agency (Agencia de Protección Medioambiental- EE.UU).
EsIA Estudio de Impacto Ambiental
EVM Entidad de Verificación Medioambiental
GE Grupos Ecologistas
GMAE Gestión Medioambiental Empresarial
GMAP Gestión Medioambiental Pública
I+D Investigación y Desarrollo
ISO Organización Internacional de Normalización
LCA Life Cicle Assessment (Valoración del impacto del ciclo total de vida de un P/S)
ONG Organización No Gubernamental
P+P Política y Planificación
P/S Productos y Servicios (incluye subproductos y residuos)
PPS Productos, Procesos, Servicios
PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP)
PROY Proyecto
RINMA Subsistema de Registro e Información Medioambiental
SGC Sistema de Gestión de Calidad
SGMA Sistema de Gestión Medioambiental empresarial
SIG Sistema de Información Geográfica
SIGMA Sistema Integral de Gestión Medioambiental Sostenible a nivel estatal
SIGMA(C+C) Sistema de Certificación y Control
SIGMA(I+D) Sistema de Investigación y Desarrollo
SIGMA(P+P) Sistema de Política y Planificación
SMAO Servicio Medioambiental Obligatorio
SNPN Sistema Nacional de Parques Naturales
TGS Teoría General de Sistemas
TO Teoría de las Organizaciones
UNE Norma Española
VMT Vigilancia Medioambiental Territorial
VME Vigilancia Medioambiental Empresarial
VALMA Subsistema de Validación Medioambiental
VERMA Subsistema de Verificación Medioambiental
VIGMA Subsistema de Vigilancia Medioambiental

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