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BIBLIOGRAFÍA

con el tema remito a Cándido dese que quien perdona los pe-
Pozo, El Credo del Pueblo de cados es Dios, no el hombre a
Dios. Comentario teológico. sí mismo, sólo Dios, mediante
B A C , Madrid, 1968, pp. 134- los sacramentos del bautismo y
150. de la penitencia. Si la contric-
La fe no proviene del deseo ción perfecta, es decir, la que
de encontrarse uno plenamente está perfeccionada por la cari-
a sí mismo y de encontrarse dad, perdona los pecados, esto
con el otro y con el Otro, como se entiende provisoriamente, a
se da a entender en la p. 175. saber, en dependencia esencial
La fe divina es, en esencia, el de dichos sacramentos, cuyo vo-
asentimiento confiado a Dios to o deseo necesariamente in-
revelador. Pero renuncio a to- cluye. Recuérdese también que
car éste y otros temas que no no es confesión cualquier mani-
estén inmediatamente relacio- festación de los pecados; tiene
nados con el pecado. que tener carácter de auto-
En relación con el perdón de acusación a un legítimo confe-
los pecados y de la confesión, sor, nacida de verdadero arre-
prescindiendo de errores secun- pentimiento y proyectada al
darios, son insostenibles las si- futuro con sincero propósito de
guientes aseveraciones: "La cul- la enmienda. En resumen, que
pabilidad religiosa (...) posee el son falsas todas estas afirmacio-
extraordinario poder de negar- nes y el sustrato de donde bro-
se, o, m á s bien, de destruirse, tan.
en el mismo momento en que La frase que a continuación
se la reconoce": p. 174. El cris- cito textualmente y con la cual
tiano "es consciente de que la concluyo, puede califiar en blo-
acusación misma borra los pe- que este libro, al menos en el
cados": p. 177. "La contrición es aspecto religioso. El lector qui-
un acto y, cuando se formula zá hubiera preferido leerla al
con palabras, afirma que aquel comienzo de la recensión pues
a quien se acusa le concede ipso es definitoria, y ahorra tiempo.
jacto, por la confesión misma, La frase es ésta: "En el cris-
'el perdón, la absolución y la tianismo, es la misma la actitud
remisión' de todos los pecados. con la que uno ora a sí mismo,
El error común consiste en con- ora al prójimo y ora a Dios":
fundir esta 'remisión del peca- p. 190.
do' con la remisión penal, la ILDEFONSO ADEVA
gracia y la remisión de la pe-
na": pp. 177-78. "En la perspec-
tiva evangélica (...) la confe-
MURPHY, Richard T., Hume and
sión es el acto de dos seres —el Husserl. Towards radical sub-
hombre y Dios— que declara el jectivism, ed. Martinus Ni-
uno al otro, dándose plenamen- jhoff, The Hague, Boston,
te el uno al otro. Comprender London, 1980, 148 págs.
la confesión es compdender que
constituye la misma cosa con la El presente estudio de Ri-
comunión": p. 178. Etc. Recuér- chard T. Murphy, "associate

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professor" de filosofía en el Bos- ma tan decidida como infatiga-


ton College, es el último y uno ble, Husserl dirigió al plantea-
de los más decisivos frutos del miento puramente empirista del
esfuerzo comparativo de las fi- conocimiento sostenido por el
losofías husserliana y humeana. filósofo edimburgués. Semejan-
Consta de introducción, cua- te tratamiento deriva de una
tro capítulos y una breve, aun- inadmisible naturalización de la
que valiosa, conclusión final. conciencia, y conduce necesaria-
En la introducción el autor mente al solipsismo y al escep-
pone de manifiesto el carácter ticismo. Sin embargo, continúa
teleológico que para Husserl Richard T. Murphy, la favora-
posee la Historia de la Filoso- ble actitud de Husserl hacia al-
fía. La fenomenología sería, en gunos temas decisivos de la fi-
este sentido, la culminación del losofía del escocés no ha sido
esfuerzo especulativo de los pa- explorada en profundidad. Más
sados siglos y, paralelamente, aún, después de realizar el giro
la solución a la crisis de la cien- genético ("genetic turn"), cen-
cia y la humanidad europeas. tral para su idealismo, Husserl
El giro cartesiano hacia el acentuó con mayor intensidad
"cogito" supone para el filósofo si cabe su afinidad con la filo-
alemán el arranque decisivo del sofía de Hume. Para justificar
progreso del pensamiento occi- estas afirmaciones, el autor ha-
dental hacia una filosofía como ce un largo e interesante reco-
rigurosa ciencia. De aquí que su rrido histórico por algunas de
interés se centre básicamente las obras centrales de Husserl,
en la época moderna. Conse- cuyos textos confirman sin gé-
cuentemente, los esfuerzos com- nero alguno de ambigüedad la
parativos han ido dirigidos, so- afinidad indicada. En este sen-
bre todo, a esclarecer las rela- tido, la tesis nuclear de la obra
ciones entre los más significati- que reseñamos consiste en po-
vos filósofos modernos y Hus- ner de manifiesto que "confor-
serl. "Mucho se ha escrito, dice me la fenomenología de Husserl
el autor, sobre las relaciones adoptaba un sesgo más genético
entre Husserl, por un lado, y y sub jet i vista, el filósofo ale-
Descartes, Kant y los neokan- mán iba tomando progresiva-
tianos, por otro. Sin embargo, mente conciencia de su afinidad
sus conexiones con Locke, Ber- con Hume" (p. 5).
keley y Hume no han sido exa- En el primer capítulo —"Scep-
minadas tan escrupulosamente, ticism and genetic phenomeno-
a pesar de las frecuentes alu- logy"—, el autor sienta la si-
siones de Husserl a los empiris- guiente tesis: "Husserl y Hume
tas británicos" (p. 1). comparten la convicción de que
El estudio de los vínculos en- hasta el presente la filosofía ha
tre Hume y Husserl, afirma el fracasado en su empeño por en-
autor, ha seguido una curiosa contrar una fundamentación se-
trayectoria. Se han puesto de gura de la ciencia y, en general,
manifiesto, acertada y correcta- de toda experiencia humana"
mente, las críticas que, de for- (p. 10). Para remediar semejan-

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te insuficiencia, Hume vuelve mo es absolutamente esencial.


su mirada hacia la subjetividad, Gracias a semejante actitud, el
y adopta un solipsismo radical filósofo se ve obligado a ceñirse
como punto de partida de sus a lo fenomenológicamente dado.
reflexiones. Para justificar esta El segundo capítulo, "The a
afirmación, el autor pasa revis- priori and evidence", comienza
ta a la conocida teoría humeana por el análisis de la interpreta-
de las impresiones e ideas. ción husserliana del concepto
Por su parte, "la reflexión humeano de "a priori". Para
fenomenológica de Husserl no ello, se examina brevemente la
es menos solipsista en su punto concepción kantiana del "a
de partida que la reflexión psi- priori", y se deja constancia del
cológica humeana" (p. 12). A la juicio que a Husserl le merece:
luz de este indudable parentes- "la teoría kantiana de los jui-
co, adquiere todo su sentido la cios sintéticos a priori debe ser
afirmación husserliana según la rechazada, y la de los analíticos
cual el "Treatise" humeano a priori debe someterse a mo-
vendría a ser el primer bosque- dificaciones y correcciones fun-
jo de una fenomenología pura. damentales" (p. 30).
El solipsismo adoptado en el La decisiva distinción humea-
inicio de sus reflexiones aca- na entre las "matters of fact"
rreará similares consecuencias y las "relations of ideas" contie-
en Hume y Husserl. El primero ne, como acertadamente obser-
llegará a postular que la exis- va Richard T. Murphy, el nú-
tencia del mundo exterior no cleo fundamental de la doctrina
rebasa jamás el estatuto cognos- que sobre la noción de "a prio-
citivo de la creencia; el segun- ri" sostuvo el filósofo escocés.
do, aún convencido de que su Por eso, tras descalificar el "a
método eidético lograba propor- priori" kantiano, Husserl pasa a
cionar evidencia racional al examinar escrupulosamente la
mundo fenoménico, sigue, sin referida distinción. Su conclu-
embargo, a Hume en su nega- sión le proporciona plena sa-
tiva a aceptar ingenuamente la tisfacción, pues, como él mismo,
existencia de un mundo exte- Hume establece una equivalen-
rior independiente. cia inequívoca entre las nocio-
La actitud humeana conduce nes de "a priori" y evidencia.
al escepticismo, tanto en el te- Quizás convenga expresar esta
ma de la existencia del mundo decisiva apreciación husserliana
exterior, como en otros no me- de una doctrina central del es-
nos decisivos de su filosofía. Y, cocés con las precisas y exactas
"aunque la fenomenología gené- palabras de Richard T. Murphy:
tica persiga superar el contra- "Resulta claro que, en contraste
dictorio escepticismo humeano con las creencias enraizadas en
por medio de un subjetivismo la experiencia pasada de las
aún más radical" (p. 17), Hus- "matters of fact", la "compari-
serl no deja de reconocer que son of ideas" humeana es razo-
en el comienzo de toda teoría namiento en el sentido más
del conocimiento el escepticis- propio. Este razonamiento o

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comparación no se basa en la que las relaciones se constitu-


experiencia; es, más bien, a yen, por medio de la asociación,
priori, puesto que se apoya en en la dación evidenciar (p. 60).
lo puramente inmanente, a sa- Por tanto, "la intuición es cons-
ber, en las relaciones intuitiva- titutiva" (ibid.). En Husserl,
mente alcanzadas que las ideas "las objetividades intendidas
mantienen entre sí. De este mo- son evidentes en la medida en
do, Hume ha igualado a priori que se constituyen en una da-
con evidencia, y esta última, ción adecuada" (ibid.). Por eso,
por su parte, con lo que es pu- de forma semejante a lo que
ramente inmanente y, por ello, ocurría en Hume, la intuición
intuitivamente dado" (p. 32). es constitutiva.
En resumen, la interpretación Después de indicar este suge-
husserliana del concepto hu- rente paralelismo, el autor se
meano de "a priori" hace equi- detiene en el estudio del análi-
valente esta noción con la de sis constitucional husserliano.
dación inmediata y, por tanto, La conclusión más importante
con la de evidencia. al respecto consiste en dejar
Este capítulo termina con una constancia de que, mientras en
exposición, ajustada y precisa, su primera época, el análisis
de la doctrina husserliana sobre constitucional husserliano es es-
el "a priori" material y formal tático o estructural, cuya tarea
que, a juicio de Richard T. consiste en "describir eidética-
Murphy, constituye el objeto de mente los diversos tipos de co-
la ontología completa (vollen rrelaciones noético-noemáticas"
Ontologie) del filósofo alemán. (p. 61), en la segunda, las in-
Pues bien, y esta es a nuestra vestigaciones constitucionales
juicio la conclusión más impor- husserlianas se desplazan desde
tante del presente capítulo, "al el análisis estático al genético.
identificar esta ontología con Según Richard T. Murphy, Hus-
la fenomenología trascendental, serl debió acometer semejante
Husserl afirma que el pensa- análisis para afrontar el pro-
miento de Hume fue su autén- blema que, antes que ningún
tico, aunque imperfecto, pre- otro, planteara Hume: ¿cómo
cursor" (35). puede la subjetividad reducida
Una vez establecido que, tan- fenomenológicamente alcanzar
to para Hume como para Hus- objetividades transcendentes?
serl, la evidencia está basada en La siguiente sección del capí-
lo puramente inmanente y, por tulo tercero expone cuidadosa-
tanto, en lo intuitivamente da- mente "la crítica husserliana a
do, el capítulo tercero —"From la teoría humeana de la abs-
static to genetic analysis"— tracción, con objeto de mostrar
aborda el tema del carácter que, al llevar a cabo semejante
constitutivo de la intuición. En crítica, Husserl vino a recono-
Hume, "las relaciones son evi- cer la necesidad de un análisis
dentes en la medida en que son genético en el que la asociación
objetos de una dación intuitiva. desempeña un papel predomi-
En este sentido, puede decirse nante" (p. 62). Para ello, el au-

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tor observa, en primer lugar, Termina el capítulo tercero, a


que como Hume, Husserl vio la nuestro juicio el más elaborado
función necesaria de la asocia- y decisivo para el intento com-
ción en la argumentación cien- parativo anunciado en la intro-
tífica; posteriormente, desarro- ducción, con una exposición de
lla de forma que nos parece la crítica husserliana a la
acertada la crítica en cuestión. distinctio rationis humeana, y
"El error fundamental de la con una descripción del giro
teoría berkeleyana y humeana husserliano desde el análisis es-
de la abstracción, concluye Ri- tático al genético e intencional.
chard T. Murphy, tras seguir de El giro en cuestión se produ-
cerca la crítica husserliana de ce, según palabras del autor,
semejante teoría, consiste en no "cuando Husserl descubre la de-
diferenciar, los actos que se re- cisiva importancia de la tempo-
fieren a individuos de los que ralidad inmanente de la con-
se refieren a ideas universales ciencia" (p. 83). La descripción
o especies. La teoría es nomina- minuciosa de la sustitución hus-
lista precisamente porque inten- serliana del análisis estático
ta transformar lo que es uni- por el genético proporciona al
versal en el objeto y en el acto autor la oportunidad para esta-
del pensamiento en individual" blecer una comparación, intere-
(p. 65). Sin embargo, a pesar sante pero forzada en ocasiones,
de criticarlo agudamente, Hus- entre algunas importantes no-
serl reconoce que a Hume le ciones filosóficas de Hume y
corresponde la gloria de haber Husserl.
mostrado el camino hacia una En primer lugar, se pasa re-
teoría psicológica de la abstrac- vista a la teoría de la asocia-
ción, pues el filósofo escocés ción. Para ello, se exponen las
plantea dos cuestiones que exi- de ambos autores, y se concluye
gen una respuesta genética. La expresando la estrecha relación
primera de ellas se puede for- que mantienen entre sí: "a pe-
mular así: "¿cómo adquiere la sar de su carácter empirista, la
idea individual su función re- teoría humeana de la asociación
presentativa? Y la segunda del es similar a la de Husserl, quien
modo siguiente: ¿cómo pueden insiste en que 'el entendimiento
los círculos de objetos similares no observa nunca ninguna co-
mantener su estable coherencia nexión real entre objetos, y que
y no confundirse mutuamente incluso la ley de causa y efecto,
en nuestro pensamiento? Según examinada estrictamente, se re-
Husserl, Hume fracasó al res- suelve en una asociación habi-
ponder esta cuestión, porque tual de ideas'. En otras pala-
carecía de una teoría intencio- bras, Hume viene a decir que
nal del significado. Pese a ello, la asociación no envuelve lo
el intento humeano contiene, a que Husserl llamaría constitu-
juicio del filósofo alemán, va- ción activa; es decir, una sínte-
liosas secuencias de pensamien- sis efectuada por los actos cate-
to que sería injusto pasar por goriales del entendimiento" (p.
alto. 74).

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La "belief" humeana, segunda datos o contenidos sensibles"


noción sobre la que se centra el (P. 81).
interés comparativo, no es, en El cuarto y último capítulo,
cambio, compartida por el filó- "Time and subjectivity", es el
sofo alemán, pues, incluso en su menos interesante para el pro-
sentido más amplio, el acto del pósito comparativo anunciado
juicio incluye alguna actividad al principio. En él se persigue
del sujeto ("ego-activity") y, una clarificación constitucional
por tanto, no debe confundirse de la conciencia del tiempo in-
con la noción de creencia pasiva manente. Desde un punto de
que Hume y el positivismo asu- vista noemático, la constitución
men como un dato de concien- de un tiempo inmanente y, a
cia. En consecuencia, concluye la vez, fenomenal, en el que tie-
Richard T. Murphy, "Husserl ne lugar la duración y altera-
rechaza el concepto empírico- ción de los objetos intenciona-
psicologista de creencia pasiva les, es descrita eidéticamente.
como un dato o sentimento sen- La constitución de las viven-
sible" (p. 76). cias, como fases temporales del
El tercer tema objeto de com- flujo de la conciencia, debe ser,
paración es la teoría de los da- igualmente, explicada desde un
tos sensibles. En un primer punto de vista noético. En resu-
momento, el autor descubre una men, puede decirse que en este
marcada semejanza entre las nivel hallamos un flujo tempo-
que sostienen, sobre ese asunto, ral constituido, que es, a la vez,
el filósofo inglés y el alemán. noemático y noético. Este flujo
Después, Husserl abandonará la es constituido, por su parte, en
doctrina de los datos sensibles, el flujo constitutivo original de
aunque "sigue viendo en la filo- la conciencia absoluta.
sofía asociacionista de Hume el En la conclusión, "Problema-
anuncio de un auténtico análisis tic subjectivism", Richard T.
genético-intencional" (p. 77). Murphy establece que, al ne-
Por último, se pretende en- garse a abandonar el subjeti-
contrar un estrecho parentesco vismo radical, en cuyo corazón
entre las concepciones humeana se aloja un enigma insoluble,
Hume tuvo que renunciar a su
y husserliana del "yo". En Hu- anhelo declarado: lograr un
me, como es sabido, al carecer sistema completo de las ciencias
la idea de "yo" de la ineludible asentado sobre una base nueva
impresión correspondiente, que- y esperanzadora, a saber, la
da privada de toda legitimidad ciencia de la naturaleza huma-
y reducida, como es habitual en na. El abandono de semejante
el filósofo escocés, a una magna ideal autoriza al filósofo a man-
ficción de la naturaleza huma- tener aquellas certitudes prácti-
na. Pues bien, de manera seme- cas, que, aunque injustificables
jante, al menos en las Investi- racionalmente, sean indispensa-
gaciones Lógicas, "el yo para bles para conducirse en la vida
Husserl se constituye por medio cotidiana.
de la asociación de diferentes Por su parte, la filosofía

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husserliana no alcanza a pro- En este libro aborda Ortega


ducir el total y definitivo escla- dos temas capitales de su filo-
recimiento racional del flujo sofía : la permanencia del pasa-
original de la conciencia abso- do en el presente histórico y la
luta. Semejante carácter enig- verdad como perspectiva.
mático de la reducción fenome- En la "Nota Preliminar", Pau-
nológica ha inducido a algunos lino Garagorri advierte que la
seguidores de Husserl (a Mer- obra fue anunciada por Ortega
leau-Ponty, por ejemplo) a allá por el 1946; pero a la muer-
abandonar su subjetivismo ra- te del filósofo, ocurrida en 1955,
dical, y, a otros, a progresar todavía no estaba editada.
continuamente en la tarea in- Por lo que hace a la perviven-
terminable de clarificar el flujo cia del pasado en el presente,
primario de la conciencia del repite aquí Ortega sus tesis ca-
tiempo inmanente. pitales defendidas en Historia
Aunque evidentemente elabo- como sistema y en el "Prólogo"
rado y sugerente, nos parece a la Historia de la Filosofía de
que Richard T. Murphy ha lle- Emile Bréhier. Los pensamien-
vado demasiado lejos su afán tos, dice el filósofo, pueden es-
comparativo. Hay una interpre- tar ligados entre sí de dos mo-
tación de Hume forzada en oca- dos : por implicación y por com-
siones, excesivamente "fenome- plicación. En el primer caso, un
nológica", que, posteriormente, pensamiento aparece como ex-
aspira a establecer con mayor plicitación de otro primero. En
facilidad conexiones y relacio- el segundo caso, un pensamien-
nes entre las filosofías de los to requiere otros ajenos para
dos autores. Si, de antemano, que el hombre pueda seguir
introducimos categorías husser- pensando. Allí tenemos una se-
lianas en la filosofía de Hume, rie analítica; aquí, una sintéti-
no será difícil después encon- ca o, como gusta llamar Ortega,
trar lazos de unión entre sus dialéctica (sin que este término
respectivos pensamientos. Pero, tenga connotación sistemática
a pesar de este deseo desmesu- con Hegel o Marx). Pues bien,
rado por encontrar relaciones, Ortega se propone pensar el pa-
creemos que el estudio que re- sado filosófico desde el ángulo
señamos es de una importancia del pensar sintético, de la serie
decisiva, pues, junto a su indu- dialéctica.
dable elaboración y altura es- Primeramente el pasado filo-
peculativa, acomete un tema sófico se presenta como un con-
apenas explorado. junto de errores; cada nueva fi-
JOSÉ LUIS DEL BARCO COLLAZOS losofía comienza por denunciar
el error de la precedente. La
Historia de la Filosofía siembra
el tiempo de cadávares, del
ORTEGA Y GASSET, José: Origen mundo muerto de los errores.
y epílogo de la filosofía, Espa- En segundo lugar, cada nueva
sa Calpe, Colección Austral, filosofía es un esfuerzo por eli-
1980, 139 págs. minar los errores anteriores, los

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