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“James

Cita ocurrida en el transcurso del mes de Febrero de 2020, en Bogotá


Hora: 5:00 pm
Transcripción de la sesión
James es un hombre de 28 años de edad que asiste a consulta hace varias semanas. Su motivo de
consulta inicial consistía en una ideación suicida persistente con posibilidad de realización. Desde
entonces no ha faltado a ninguna de sus sesiones, que son dos veces por semana debido a la intensidad
de sus síntomas. En la última de ellas, el martes, se le sugiere llevar a lo escrito lo que piensa y siente,
aprovechando su gusto por la literatura.
Al abrir la puerta para dejar salir el anterior paciente, James ya se encuentra por fuera del edificio al otro
lado de la calle, fumando un cigarrillo, vestido de jean, camisa manga larga y chaqueta encima, con un
morral colgado de un solo hombro. Me despido de la paciente anterior y una vez ella empieza a bajar las
escaleras, él cruza la calle. Me saluda como lo hace habitualmente, con un estrechamiento de manos
“Buenas noches, T.”, le sonrío “Buenas noches, James”.
James: Anoche escribí como me sugirió… (Me pasa un cuaderno rojo. Me pide inmediatamente que le
dé un momento, quiere lavarse las manos, las siente sucias. Se demora y escucho todo el tiempo el agua
correr. En anteriores consultas, generalmente se lava las manos cuando llega. Este comportamiento lo
tiene de nuevo al final de cada sesión, pide el baño y se las lava de nuevo, así no haya usado el sanitario,
ya que no oigo halar la perilla, ni cierra la puerta) … Escribí mucho y rapidísimo, solo al final ya estaba
más tranquilo, me fumé un cigarrillo y me fui a dormir. Hoy me he sentido mejor, desde que amanecí ya
el malestar se había atenuado totalmente, anoche dormí bien, sabe que los últimos días me había
costado quedarme dormido y después despertarme. Esta mañana estaba despejado, otra vez más
tranquilo, como estuve hace un par de semanas, es que los últimos cinco días era como si la idea del
suicidio se hubiera fijado como un solo foco, como si no pudiera pensar en otra cosa, en cambio hoy fue
más como cuando uno apaga el televisor viejo y queda ese puntico blanco al final, cuando se va la
imagen, así como un puntico en la distancia, claro que no ha desaparecido del todo, pero en la tarde me
sentí mal otra vez… (a esta altura me veo en la necesidad de pedirle que hable más despacio, no le
alcanzo a comprender lo que me ha dicho, ofrece disculpas y me dice de nuevo lo que ha pasado a un
ritmo más lento, sin embargo le cuesta bajar la velocidad, es como si pensara tan rápido como habla)…
anoche no fui al taller literario porque me quedé trabajando con Roberto (el socio de la empresa) como
hasta las 8 de la noche, ya era tarde, es que en toda la tarde no pude trabajar mucho, como hoy, me
pasé la tarde ahí sentado frente al computador, pensando en la vida, en mi familia, en el trabajo, en que
nada tiene mucho sentido, sintiéndome sin ganas de nada, aburrido, pero después, a ratos, ni sabía en
dónde andaba, como que no podía ponerle atención a nada, pasaba de un pensamiento a otro y después
ni siquiera pensaba. Ayer por ejemplo, cuando se dieron las 8, con todo y que era de noche, cuando me
dijo Roberto que si comíamos, le dije “querrá decir que si almorzamos”, y le insistí un buen rato en eso,
en que era hora de almorzar, hasta que como que reaccioné que ya era la noche… fue muy raro…
Terapeuta: Pero él sabe lo que viene pasando?
James: Pero no todo, yo le había contado de sentirme mal y hasta algo le había dicho el año pasado de
tener ganas de morirme pero ayer le conté todo, lo mal que me sentía y que me había levantado con la
idea de suicidarme todos estos días, le hablé a toda y hasta con un entusiasmo raro, acelerado, él me
miró como desconcertado, me preguntó que por qué parecía tan feliz, le dije que no sabía, después se
quedó en silencio y frunció el ceño y le dije que si, que claro, que seguro era raro para él pensar que yo
que “tenía todo” (hace con los dedos un gesto como de comillas) tuviera la idea de quitarme la vida, yo
que tenía un trabajo, apartamento, carro, amigos, mi familia, por qué iba a querer matarme, pero que
era una idea intensa y que surgía y que no tenía una explicación tan clara, entonces ahí estuvimos
hablando y comí muchísimo, pero después me interrumpí de un momento a otro, me entró un afán de
irme, quería hacer muchas cosas, como si fuera apenas las 9 am, tenía mucha energía (en este momento
me describe el lugar al que fueron a cenar, con alto nivel de detalle, describe la cantidad de mesas, el
lugar donde se sentaron, lo que cada uno ordenó, cómo estaban vestidos, un nivel de detalle alto,
colores, tamaños, palabras) y cuando llegué a la casa me puse a escribir ahí en el cuaderno, porque era
eso o salir a montar bicicleta a las 11 pm, pero mi hermano no me dejó salir, me dijo que si estaba loco,
ese Jhon, siempre cuidándome, pero escribí, mire, mire… (lo abro y busco las últimas páginas, que él me
ha señalado al entregármelo)… la verdad es que escribir me hizo mucho bien, como que me liberé un
poco y me alivió… (me mira, tengo presente que sus padres con anterioridad fueron demasiado
exigentes con lo que él escribía de niño)…
Terapeuta: Empezaré entonces a leer… (empiezo la lectura. Mientras leo el texto, él me interrumpe para
decirme)
James: Hoy me pareció ver a mi ex. Cuando salí al almuerzo. Pero después que fui hasta donde estaba la
chica y la toqué en el hombro, me di cuenta que no era ella. Además, que era muy diferente, ni siquiera
el color de su pelo coincidía. Ahí fue cuando me empecé preocupar y por eso el resto de la tarde estuve
mal… con decirle que la vi con el vestido rojo que a ella le gustaba y cuando la muchacha me miró con
extrañeza me di cuenta que el vestido que tenía era naranja y no rojo. Yo no sé qué me pasó… ahh, lo
otro que me pasó fue que mientras estaba en la tarde ahí en la oficina, escuché que ella me llamaba,
James, James… me puse de pie y salí a mirar si estaba en la sala de espera, donde la recepcionista. Sabía
que no tenía sentido, pero necesitaba comprobar si estaba ahí. Incluso le pregunté a la recepcionista si
había venido alguien a preguntar por mí… ahí fue cuando empezó el bajón de esta tarde y la falta de
concentración… (sonríe con nerviosismo. Le sonrío de vuelta) Ay, que pena, lo interrumpí… termine de
leer, T..
Terapeuta: bueno… (sigo leyendo. Empiezo a pedirle que me amplíe apartes de la lectura que no termino
de comprender. Él da explicaciones satisfactorias y coherentes con sus sentimientos y pensamientos.
Me aclara que las imágenes son literarias, que lo que describe lo ve en su imaginación. Continuo la
lectura) Usted siempre ha querido entenderlo todo, no?
James: Claro que si, T.. Desde muy pequeñito, todo he querido entenderlo, de hecho me ha parecido
que el conocimiento es un modo de poder. El entendimiento me permite seguir. Cuando no entiendo
algo me quedo estancado…por ejemplo, esto de querer suicidarme no lo entiendo, así como le decía a
Roberto, si tengo todo, es una cosa como visceral, una cosa que siento aquí, como un vacío (se agarra el
estómago.)
(Sigue hablando muy rápido)
Terapeuta: James y si hay cosas que no se pueden entender… (me mira como
impactado)

James: Cómo así, T.?

Terapeuta: Si… qué tal si hay cosas que nunca podremos entender, solo aproximarnos…
James: (Silencio largo) No estaba preparado para eso… eso no puedo asimilarlo, eso si me cuesta mucho
trabajo, porque como le digo todo lo he querido entender desde muy pequeño, recuerdo tener unos
cuatro años y estar preguntando cómo funcionan las cosas y hasta no entenderlo no dejar de preguntar…
si, ve, por eso que usted me diga que pueda haber cosas no tengan explicación, como este vacío que
siento aquí… me parece difícil… siempre he querido organizar todo, desde mis pensamientos hasta las
cosas del cuarto. Con decirle que a veces me sentaba a organizar de niño y después de adolescente mis
libros en orden alfabético, mi ropa en colores o no podía salir del cuarto si no dejaba la cama bien
tendida… incluso ahora hay días que me pongo a limpiar cada uno de los libros de mi biblioteca y no
hago nada más hasta que no termino… doy vueltas muchas veces antes de salir de casa porque necesito
comprobar que todo está en su lugar y en la noche tengo toda una rutina de organización de la ropa del
día siguiente, del menú y de mi aseo personal que si no la hago no me puedo dormir, por eso es que me
resultaba tan raro no poderme dormir hace unos días porque aunque hacía todas mis cosas no lograba
conciliar después el sueño…
Terapeuta: Y ahora que está tan acelerado, esto le sigue pasando?
James: Si… los últimos días, cuando lo de la idea de suicidarme, o esta tarde después de que creía
encontrármela me puse en un ritmo lentísimo, parsimonioso, no pensaba bien de lo lento que lo hacía y
anoche y ahora al final de la tarde, todo acelerado con mucha energía y como le dije, Roberto hasta no
me creía que porque me veía demasiado feliz “contando mis desgracias”... Con decirle que ahora quería
dejar el carro en la oficina y venirme trotando. Me sentía tan contento. Fue mi socio que me advirtió
sobre el barrio que tenía que atravesar hasta acá, yo le contesté con una carcajada, que yo podía pasar
por el lugar más peligroso que al fin al cabo sabía de artes marciales… como me vine finalmente en el
carro porque fregó mucho, me voy a hacer deporte desde aquí, creo que haré unas dos horas de spinning
y después la rutina de brazo…
Terapeuta: No le parece mucho.
James: No, es apenas, ando contento, creo que incluso le diré a Sofía (Una amiga) que salgamos a comer,
no importa que sea tarde… ella va a decir que mañana es día de trabajo pero eso no importa, eso mañana
nos despertamos temprano con toda la energía para hacer todo…
Terapeuta: (me sonrío)
James: … de qué más quiere que hablemos?
Terapeuta: (Mientras le devuelvo el cuaderno)
James: (Se ríe) Lo escribí bien?
Terapeuta: (Sonrío) Ahí está la pregunta… no se trata de eso en este momento, James. Se trata de un
modo que encontró de expresión y comunicación conmigo de lo que a usted le da vueltas estos días…
aquí no estamos mirando si es mejor o no que sus escritores favoritos, como con sus papás…
James: Jajaja… pues la verdad, me siento más aliviado en este momento (habla de nuevo en su velocidad
rápida)… como ayer después de escribir, ahora que usted leyó me siento mejor. Volver a hablar de esto
con usted. No sé cómo haré para dormirme con toda esta energía, hace 5 días por la pensadera y la
lloradera y hoy con esta emoción que tengo de sentirme mejor…
Terapeuta: Bueno, es hora de terminar la sesión. (Pide de nuevo el baño y va a realizar su lavado de
manos habitual)
Se despide, “le agradezco su acompañamiento, T.”, me estrecha la mano y se va.

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