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Mi vida no es la misma desde hace 3 años.....todo ocurrió en el verano del 2000.

Un día
estando cenando con mi madre en un establecimiento, me empecé a sentir algo mal y sin
hambre de repente, ella reaccionó asustada ante la situación pues dice que me puse muy
pálida, eso hizo que me preocupara mucho, me entró miedo, mucho miedo, solo pensaba en
qué me podía estar sucediendo para que mi madre me mirara de aquella manera
tan preocupada por si me sentía bien o no...... Me preguntó si quería mejor que nos fuésemos
de allí y yo le dije que sí, en cuanto salimos a la calle y ella me iba hablando y calmando, me
tranquilicé, es como si de repente todo se me curara en aquel momento (aunque yo solo tenía
ganas de llegar a mi casa) pero es curioso, fue pasarme el susto, también la preocupación y
enseguida me sentí bien.

No le di mucha importancia a lo sucedido pero algo fue inevitable, a la larga empecé a sentir
miedo de volver al mismo sitio por si me sucedía de nuevo, así poco a poco hasta que empecé
a sentir miedo por meterme en algún sitio cerrado, miedo a alejarme de casa, miedo a que
alguien me hiciera algún tipo de comentario como "Marta, ¿te encuentras bien? haces mala
cara". Siempre he sido una chica muy aprensiva, pero desde aquel momento lo empecé a ser
mucho más y hasta me diagnosticaron hipocondrismo.
La situación fue empeorando hasta llegar a tal punto en el cual no podía salir de mi casa, solo
allí me sentía segura, me daba miedo salir a la calle. Recuerdo que debido a las crisis, me era
imposible ingerir ningún tipo de alimento, incluso los líquidos no podía ni tragar, eso me
preocupaba mucho debido a mi aprensividad pues me perjudicaba ya que pensaba que si no
podía alimentarme aún caería más enferma.....

Un día tuve una crisis muy fuerte y mi madre me vio que perdía los nervios, estaba temblando,
lloraba, tenía miedo, pánico a no saber que me sucedía, solo pensaba que me estaba
volviendo loca y que me iban a encerrar en un psiquiátrico. Me llevó de urgencias y me
recetaron "Rivotril gotas". La dosis al principio era alta y recuerdo que me dejaba dormida. Solo
hacía que ir a psicólogos, estar encerrada en mi casa y dormir debido a la medicación, eso me
hizo perder a mi pareja por aquel entonces, la verdad, la persona más maravillosa que me he
cruzado jamás en la vida, incluso nos habíamos ido a vivir juntos antes de que todo me
sucediera, pero todo se fue al traste por culpa de mi ansiedad....

Un buen día decidí armarme de valor y pensar qué podía hacer para sentirme bien, y pensé en
lo que más me gustaba hacer en la vida. Una cosa era la Gimnasia Deportiva la cual había
practicado de pequeñita, y la otra era el bailar. Por mi edad en aquel entonces no podía volver
a hacer gimnasia puesto que es un deporte para niñas. Así que decidí apuntarme a clases de
baile, al principio me costó pues tenía miedo a desplazarme hasta el lugar, a estar en la clase
encerrada, a abandonar, a sentirme mal, pero gracias a ello y a medida que pasaban los días
volví a ver la luz que había perdido en mi vida.
Hoy en día al baile le debo mucho, muchísimo. Y os diré porqué. Primero porqué me sacó de
mi enfermedad por primera vez, y segundo porqué tuve una recaída (después de estar 2 años
y medio bien) este verano del 2003 y de nuevo el baile me ha sacado de ello. Así que cada vez
que piso la pista de baile, me dejo el alma en ello, una vez mi cuerpo se envuelve del ritmo y se
deja llevar, no hay ansiedad que exista ni medicina que cure, solo hay eso, la música y el
movimiento de mi cuerpo bailando.... Un mundo mágico, al menos para mí lo es pues ha tenido
y tiene la magia de hacerme sentir bien y olvidarme de la ansiedad.

Hoy por hoy, he hecho un gran cambio de nuevo y estoy muy contenta. Pero soy realista, aun
tengo ciertos miedos a los cuales no me acabo de enfrentar y también a pensar que si ya he
pasado por una recaída ¿pasaré por otras a lo largo de mi vida? Ojalá no sea así pues ahora
me siento muy bien, la medicación apenas la tomo, y la ayuda psicológica va reduciéndose.
Lo único bueno que he sacado de padecer esta enfermedad, es que desde el año 2000 yo no
vivo ni percibo la vida igual. Hoy en día vivo la vida más intensamente, valoro cosas que antes
ni tan solo pensaba que tuvieran tanto valor, cosas sencillas, cosas cotidianas, cosas del día a
día, y es que cuando algo como la ansiedad te priva de "vivir", luego cuando recuperas la vida
de nuevo, no la vives igual. He pasado de haber preferido la muerte a seguir viviendo, así que
doy gracias a cada hora, minuto y segundo que la vida me presta estando "bien". Gracias.

Marta

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