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La definición legal de contrato la podemos encontrar en el artículo 1438 del Código Civil y reza
de la siguiente manera: “Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para
con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas.”.
La definición anterior deja claro que para que exista un contrato debe al menos haber dos
personas (partes), de las cuales una o ambas dependiendo del caso se obliga para con la otra a
dar algo, a hacer algo o a no hacer algo.
No existe propiamente una definición legal de lo que son los contratos mercantiles, podríamos
decir que son un acto jurídico de carácter bilateral que genera derechos y obligaciones de
carácter mercantil que son recíprocos entre las partes.
Es del caso señalar que la gran característica para diferenciar a un contrato civil de uno
mercantil dice relación básicamente con que el contrato celebrado tenga por objeto la
realización de uno o más actos de comercio.
Las características de estos tipos de contratos van a depender del contrato mercantil en
particular que celebremos, de esta manera los contratos mercantiles pueden ser:
Unilaterales o bilaterales.
Nominados o innominados.
Hay que tener en cuenta que las posibles ventajas que nos reporta un contrato comercial a
nosotros en nuestra calidad de comerciantes o empresarios, dice estricta relación con que esta
clase de contratos se encuentran regulados por reglas especiales contenidas en el Código de
Comercio, y solo en cuanto a las reglas generales se rigen por el Código Civil.
Como en términos de contratación el derecho privado permite que las partes acuerden todo lo
que no está prohibido por la ley, no existen formatos estándar que se ajusten al 100% a todas
las situaciones jurídico-comerciales que se pueden generar en los negocios, pero sin perjuicio
de lo anterior para generar la estructura básica de un contrato comercial debemos tener en
cuenta ciertos puntos básicos que se deben contener siempre, como por ejemplo, la
individualización de los contratantes, las que señala plazos y condiciones, garantías,
competencias de tribunales, etc.
Las condiciones del contrato, tales como precio, formas de pago, plazos para los pagos, plazos
de cumplimiento, garantías ante incumplimientos, competencia de tribunales, etc.
Estas estarán determinadas por ley, el tipo de contrato celebrado, y la voluntad de las partes,
esto por cuanto la esencia misma de ciertos contratos impone obligaciones básicas a las partes
como en la compraventa es pagar el precio y entregar la cosa vendida, y por otro lado la
voluntad de las partes, que en virtud del denominado principio de la autonomía de la voluntad
les permite crear todo tipo de obligaciones, siempre que estas no se encuentren reñidas con la
ley, la moral, las buenas costumbres y los principios generales del derecho.
El artículo 1439 del Código Civil previene “El contrato es unilateral cuando una de las partes se
obliga para con otra que no contrae obligación alguna; y bilateral, cuando las partes
contratantes se obligan recíprocamente”.
Ejemplo típico de contrato bilateral es la compraventa, en que una de las partes se obliga a dar
una cosa y la otra a pagarla en dinero.
Conforme al artículo 1440 del Código Civil, “el contrato es gratuito o de beneficencia cuando
sólo tiene por objeto la utilidad de una de las partes, sufriendo la otra el gravamen; y oneroso,
cuando tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes, gravándose cada uno a beneficio
del otro”.
Contrato oneroso o a título oneroso, es aquel en que cada parte paga la ventaja que reporta
del contrato, es decir, recibe un beneficio a cambio de una contraprestación actual o futura.
Contrato gratuito, en cambio, es aquel en que una de las partes se procura una ventaja sin que
ello le demande un sacrificio, porque no debe suministrar una contraprestación a cambio del
beneficio que recibe. Son contratos gratuitos la donación y el comodato.
De lo dicho resulta que los contratos bilaterales son siempre onerosos; al obligarse ambas
partes reportan un beneficio y soportan el gravamen que significa la obligación recíproca.
El artículo 1443 del Código Civil establece: “El contrato es real cuando, para que sea perfecto,
es necesaria la tradición de la cosa a que se refiere; es solemne cuando está sujeto a la
observancia de ciertas formalidades especiales, de manera que sin ellas no se produce ningún
efecto civil; y es consensual, cuando se perfecciona por el solo consentimiento”.
Los contratos consensuales se perfeccionan por el solo acuerdo de voluntades, solo consenso,
con prescindencia de todo requisito de forma.
Así, por ejemplo, la regla general es que lo contratos sean consensuales, como el
arrendamiento, el mutuo o el comodato. Como ejemplo de contratos solemnes está la
compraventa de inmuebles, o el matrimonio.
El contrato principal, por tanto, es el que tiene una vida propia e independiente, como la
compraventa, la sociedad, el arrendamiento.
El suministro es el contrato por el cual una parte asume frente a la otra la obligación de
cumplir prestaciones periódicas y continuadas durante un término en la medida que lo solicite
y por un precio fijado o a fijarse.
Por medio de este tipo de contratos quien suministra provee al suministrado de los bienes que
éste le requiera en medida que le resulten necesarios.
No tiene una regulación legal específica, aunque por lo general se regula por las reglas
generales del Código Civil respecto de la compraventa.