pues deshonraría todo mi saber pasando el tiempo con memo semejante sin placer ni provecho. Odio a Otelo, y dicen que en la cama me ha robado el sitio. No sé si es verdad, mas para mí una sospecha de este orden vale por un hecho. Él me aprecia: mejor resultará el plan que le preparo. Casio es gallardo. A ver... Quitarle el puesto y coronar mi voluntad con doble trampa. A ver cómo... A ver... Después de un tiempo, susurrando a Otelo que Casio se toma confianzas con su esposa: presencia no le falta, ni modales; se presta a la sospecha, invita al adulterio. Ya está, lo concebí. La noche y el infierno asistirán al parto de mi engendro.