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YAGO

Así es como el pagano me sirve de bolsa,


pues deshonraría todo mi saber
pasando el tiempo con memo semejante
sin placer ni provecho. Odio a Otelo,
y dicen que en la cama
me ha robado el sitio. No sé si es verdad,
mas para mí una sospecha de este orden
vale por un hecho. Él me aprecia:
mejor resultará el plan que le preparo.
Casio es gallardo. A ver...
Quitarle el puesto y coronar mi voluntad
con doble trampa. A ver cómo... A ver...
Después de un tiempo, susurrando a Otelo
que Casio se toma confianzas con su esposa:
presencia no le falta, ni modales;
se presta a la sospecha, invita al adulterio.
Ya está, lo concebí. La noche y el infierno
asistirán al parto de mi engendro.

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