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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN,

TURISMO Y DE PSICOLOGÍA
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

CURSO

TÉCNICAS DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

VII CICLO SEMESTRE 2019-I

PROFESORES DEL CURSO:

LIC. ARMANDO MARTÍNEZ PORTILLO

Centro de Producción de Material didáctico para uso


Documentos de la Universidad Particular exclusivo en clase
de San Martín de Porres
INDICE
UNIDAD I: FUNDAMENTACION DE LA MODIFICACION CONDUCTUAL

Definición de la modificación de conducta.

Características de la modificación de conducta. Áreas de aplicación de la modificación de conducta.


Concepción conductual del comportamiento inadaptado. Objetivos de la modificación de conducta

Determinando las respuestas-blanco

Medición conductual: registros de conducta

UNIDAD II: PROCEDIMIENTOS OPERANTES BASICOS EN LA MODIFICACION DE LA CONDUCTA

Reforzamiento positivo: tipos, características y procedimientos de aplicación.

Reforzamiento negativo

Castigo positivo, castigo negativo y extinción: características y procedimiento de aplicación.

UNIDAD III: TECNICAS OPERANTES PARA DESARROLLAR Y MANTENER CONDUCTAS

Moldeamiento y desvanecimiento: características y procedimientos de aplicación.

Encadenamiento, principio de Premack y control de estimulo: características y procedimientos de


aplicación.

UNIDAD IV: TECNICAS OPERANTES PARA REDUCIR Y ELIMINAR CONDUCTAS

Reforzamiento diferencial y coste de respuesta: características y procedimientos de aplicación.

Tiempo fuera, saciacion y sobrecorreccion: características y procedimientos de aplicación.

UNIDAD V: SISTEMA DE ORGANIZACIÓN DE CONTINGENCIAS EN LA MODIFICACION DE


CONDUCTA

Economía de Fichas: características y procedimiento de aplicación.

Contratos de contingencias: características y procedimiento de aplicación.

El autocontrol

UNIDAD VI: ANALISIS Y DIAGNOSTICO FUNCIONAL EN LA EVALUACION CONDUCTUAL Y


ESTRATEGIAS DE IMPLEMENTACION DE PROGRAMAS E INTERVENCION EN LA MODIFICACION
CONDUCTUAL

Conceptualización del análisis funcional y el diagnostico conductual funcional del comportamiento


inadaptado.

Etapas y estrategias de la planificación e implementación de programas de modificación conductual.

Evaluación del programa: I. Línea base conductual. Evaluación del programa: II. Diseño experimental
conductual.
Aplicación de un programa de intervención en trastornos de comportamientos inadaptados

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BIBLIOGRAFÍA
FUNDAMENTACION DE LA MODIFICACION CONDUCTUAL

DEFINICIÓN DE LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

La modificación de conducta no es más que la aplicación práctica de los conceptos y principios


de la conducta, con la finalidad de predecir y cambiar el comportamiento de las personas en el ambiente
natural. Se puede decir que la modificación de conducta es un enfoque de intervención psicológica y
social que aplica sistemáticamente los métodos y principios de la psicología experimental, y en particular,
de la investigación del aprendizaje, en la solución de problemas socialmente significativos, individuales o
grupales. El modificador de conducta se ocupa del tratamiento, rehabilitación, educación y orientación del
comportamiento. La modificación de conducta es ciertamente la aplicación de una ciencia: la ciencia de
la conducta.

El lugar de la modificación de conducta en la psicología científica.

La modificación de conducta asume como filosofía básica al Conductismo, es decir, la filosofía de


la psicología como ciencia objetiva de la conducta (Bueno, 1993; Skinner, 1974; Ribes, 1990). Utiliza,
además, los principios y leyes experimentales descubiertos por esta ciencia. Al asumir el Conductismo
como punto de partida filosófico, la modificación de conducta se desvía del concepto tradicional de la
conducta, al rechazar cualquier tipo de determinante interno como causa de la conducta. Más bien, el
modificador de conducta asume que la “conducta” es de hecho la interacción del individuo con los
objetos y eventos que ocurren en su ambiente o en su propia actividad. Tal interacción es el producto o
resultado de las sucesivas interacciones o contactos del mismo individuo con su entorno ocurridas a lo
largo de su vida (Kantor, 1959). Por tanto, se hace énfasis en los determinantes ambientales, biológicos,
situacionales y sociales que ejercen influencia sobre la conducta. La modificación de conducta considera
la mayoría de las conductas como susceptibles de ser aprendidas o alteradas mediante procedimientos
del aprendizaje. El enfoque se hace sobre conductas que se han aprendido o que necesitan aprenderse.
Se hacen intentos explícitos para enseñar conductas, más que alterar aspectos en la persona que, de
acuerdo con el modelo médico o intrapsíquico, supuestamente subyacen a la conducta.
Al asumir los principios y leyes de la conducta, la modificación de conducta utiliza el
conocimiento logrado por la investigación científica del aprendizaje y, en menor medida, otros conceptos
de la psicología experimental. Esto quiere decir que los procedimientos utilizados para enseñar
conductas, se basan en los principios y leyes del aprendizaje, descubiertos en el laboratorio. La
modificación de conducta utiliza básicamente los principios del condicionamiento clásico, el
condicionamiento operante y el aprendizaje observacional.
De hecho, cada uno de los tres tipos de aprendizaje se ha utilizado ampliamente para el
tratamiento de una variedad de problemas vistos tradicionalmente en contextos clínicos. Sin embargo, en
los contextos aplicados en donde reciben tratamiento o entrenamiento grupos de pacientes, los
procedimientos de condicionamiento operante han dominado. No obstante, los tres tipos de aprendizaje
son esenciales. El condicionamiento respondiente y el modelado (basado en el aprendizaje
observacional) son valiosos como técnicas de cambio conductual. Además, los procedimientos
operantes, como se practican ordinariamente, incluyen aspectos de otros tipos de aprendizaje. Por
ejemplo, un programa operante en un contexto de salón de clases puede incrementar la conducta
estudiosa deseable en un estudiante (por ejemplo, hacer la tarea) al darle subsiguientemente una
consecuencia o evento favorable (por ejemplo, un elogio hecho por el profesor). En este caso, el
componente operante es el siguiente: el elogio es un reforzador, que al ser aplicado contingentemente
cada vez que el joven hace la tarea, aumenta la frecuencia de dicha conducta (más abajo revisaremos
con detalle varios principios de aprendizaje empleados en la modificación de conducta). No obstante,
además del condicionamiento operante, el condicionamiento clásico y el aprendizaje observacional
pueden ser también operativos en esta situación. Los estudiantes, fuera del que fue elogiado, pueden
aumentar la conducta deseable debido a las influencias del modelamiento, es decir, los otros estudiantes
observan la conducta deseable del compañero y el reforzamiento de esa conducta, y este hecho influye
sobre la conducta de los observadores. El condicionamiento clásico también puede comprender al
control de la conducta. Para seguir con ejemplos del salón de clase, consideremos el caso de un
profesor que grita (estímulo incondicionado) a un estudiante, originando una reacción de sobresalto
(respuesta incondicionada). La presencia del profesor próxima al niño (estímulo condicionado) puede, a
través de la repetida asociación con los gritos, provocar con el tiempo ansiedad (respuesta

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condicionada). Por supuesto, si la proximidad del profesor hacia el niño causa ansiedad, esto puede
disminuir las propiedades de reforzamiento del profesor.

CARACTERÍSTICAS DE LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

Hemos señalado que la modificación de conducta es un enfoque de la psicología como área de


aplicación, que se caracteriza porque utiliza las métodos y conceptos de la psicología experimental. Esta
orientación, permite que la modificación de conducta se diferencie de otros enfoques de intervención
psicológica en varios aspectos, que comentamos a continuación.

La evaluación de la conducta

En cuanto a la evaluación de la conducta, la modificación de conducta se distingue radicalmente


de la evaluación diagnóstica tradicional (Fernández Ballesteros, 1994). El énfasis está en las conductas
que se van a alterar, más que en la personalidad subyacente considerada como causa de la conducta.
Aunque se puede describir un problema en términos vagos o generales (por ejemplo, hiperactividad), el
modificador de conducta busca aclarar estos términos mediante la observación de la conducta que
necesita cambio y los eventos que preceden y siguen a la conducta. Por ejemplo, si un educador alega
que un niño interno retardado tiene “mal genio”, el modificador de conducta deseará medir las conductas
que hicieron que el educador hiciera tal enunciado, la frecuencia de estas conductas y los eventos
antecedentes y consecuentes que están asociados con cualquier rabieta. La evaluación de factores
asociados a la conducta puede ser útil para alterar la conducta que requiere tratamiento.
Las conductas observadas son de interés directo por su propio valor, más que como reflejos de
problemas psicológicos subyacentes. La evaluación conductual tiene como objetivo el permitir llevar a
cabo un cambio de conducta sirviendo, además, de garantía a la modificación de conducta. Es decir, la
evaluación conductual, tiene la tarea fundamental de seleccionar y tomar mediciones de las conductas y
de las estrategias de intervención que serán utilizadas dentro de un determinado diseño de tratamiento,
así como la verificación de hasta qué punto las técnicas aplicadas han tenido los efectos deseados (tras
el tratamiento y en el seguimiento). El objetivo de la medición conductual no es entonces solamente
establecer las condiciones en que se encuentra el cliente al momento de iniciar la intervención, sino
también determinar si las técnicas o procedimientos implementados para modificar una conducta-objetivo
tienen o no efectos sobre dicha conducta. Por ello, la medición conductual se realiza antes, durante y
después de la aplicación de la técnica respectiva.
En suma, la evaluación conductual, a diferencia de la que está orientada psicométricamente, implica
la medición directa de la conducta. Lo que interesa es establecer en forma específica, qué es lo que requiere
tratamiento y en qué dirección se requiere (aumento, mantenimiento o disminución). Por consiguiente, en el
modelo conductual, la evaluación no es un proceso que pueda hacerse independientemente de la
intervención propiamente dicha, es parte de ella y es directamente relevante al tratamiento.

El tratamiento conductual

Los modificadores de conducta ponen gran énfasis en los eventos del medio ambiente que
pueden usarse para alterar la conducta. El énfasis en las conductas abiertas y en los determinantes
situacionales externos, permite al modificador conductual alterar fácilmente determinantes específicos
que influyen en las conductas. Las conductas mostradas por un número de individuos en tratamiento,
rehabilitación y en contextos educacionales, pueden resultar de factores internos como deficiencias
psicológicas o anomalías anatómicas. No obstante, las conductas adaptativas pueden aprenderse y se
puede minimizar las limitaciones impuestas por los defectos físicos existentes. Aun si se cree que la
conducta de una persona tiene base orgánica, los principios del aprendizaje pueden lograr cambios
dramáticos en la conducta, como sea demostrado con pacientes psicóticos, mentalmente retrasados y
niños autistas o hiperactivos con problemas orgánicos conocidos. La mayoría de las conductas para las
que se busca tratamiento y rehabilitación pueden ser alteradas mediante la manipulación directa de los
eventos ambientales.
Los modificadores de conducta están interesados en aislar los eventos que mantienen las
conductas “anormales” o que sirven para desarrollar conductas adaptativas donde hay deficiencias.
Hasta este punto, el enfoque conductual se interesa en aquellos eventos que determinan o causan la
conducta. Sin embargo, los determinantes buscados no son factores intrapsíquicos o motivos
subyacentes. Además, en vez de considerar los eventos de la temprana infancia como responsables de

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la conducta actual, los modificadores conductuales se enfocan en los eventos ambientales ordinarios que
afectan y mantienen la conducta.
Los modificadores de conducta no se apegan a la noción de sustitución de síntomas, para la cual
hay escaso apoyo empírico. No consideran a las conductas como síntomas de varios problemas sino
como el problema mismo. De esta forma, no se considera probable que la alteración de una conducta
problemática resulte en la sustitución de otra conducta problema, básicamente porque los conductistas
no consideran que tal conducta esté reflejando supuestos impulsos internos que busquen expresión. De
hecho, los conductistas predicen que una vez que una conducta problema particular sea alterada para un
individuo, otros aspectos de su vida y conducta también pueden mejorar. Los efectos benéficos del
tratamiento de una conducta pueden extenderse o generalizarse hacia otras conductas. Por ejemplo, si
se altera la conducta de un niño “hiperactivo”, de manera que pueda estar sentado en clase y prestar
atención a las lecciones, es probable que otras conductas (tales como cumplimiento académico) puedan
mejorarse, ya que ahora el niño puede aprender sus lecciones. Además, la conducta socialmente
deseable en un estudiante descarriado aumenta la probabilidad de que sus compañeros desarrollen un
interés mayor en él y así promover la convivencia social. De igual manera, si se enseña a un tartamudo a
hablar fluidamente, se espera que resulten cambios positivos adicionales. El o ella puede volverse más
“seguro(a)”, “extravertido(a)” y menos “tímido(a)” en su vida cotidiana. El cambio de un problema puede
iniciar una serie de cambios en la vida personal.
Por supuesto, es posible que una persona a la que se le ha alterado una conducta siga teniendo
problemas adicionales. Sin embargo, esto no es evidencia de sustitución sintomática, sino más bien, de
un tratamiento incompleto. En efecto, es posible que una vez que se ha reducido una conducta
desadaptativa, la persona no tenga ninguna respuesta socialmente apropiada en su repertorio para que
tome su lugar. No obstante, se puede mitigar este déficit mediante el desarrollo de conductas apropiadas
mientras que se eliminan las inapropiadas.
Un aspecto importante de la modificación de conducta es que generalmente, el tratamiento se
lleva a cabo en las situaciones donde es evidente la conducta que requiere cambio, tales como el hogar
y en la escuela. Esto se distingue del tratamiento tradicional en el cual al paciente internado o al de
consulta externa se les proporciona servicios semejantes. Resultan numerosas ventajas del tratamiento
de los problemas en las situaciones donde aparecen. Primero, puesto que la conducta es específica de
la situación, al aislar al individuo de la situación en que surgió el problema se puede ocultar la conducta
que se necesita cambiar. Por ejemplo, si se da a un niño “hiperactivo” orientación individual, no es
probable que las conductas que son problema en el hogar o en la escuela sean palpables en la situación
de orientación, son las conductas del hogar y la escuela las que requieren cambio y no las conductas en
la situación de orientación (los modernos enfoques “ecológicos” del tratamiento de personas con graves
deficiencias resaltan este aspecto, ver por ejemplo, Shea y Bauer, 1997). Segundo, la alteración de una
conducta en una situación fuera del “mundo real” puede no cambiar la conducta en la situación en la que
la conducta fue un problema originalmente. Aun si se llega a alterar la conducta mediante la situación de
orientación, no es probable que se generalice a otras situaciones. Una tercera ventaja al alterar la
conducta en el ambiente natural en lugar de aislar al individuo de los demás, es que los efectos nocivos
de la institucionalización no se sumarán a los problemas del paciente.

Transferencia de la tecnología conductual al usuario

La modificación de conducta necesita del uso de agentes naturales que están normalmente en
contacto con los pacientes en la vida diaria. Individuos que tienen el mayor contacto con el paciente
incluyen profesores, parientes, cónyuges, compañeros, supervisores y colegas. Estos individuos tienen
un papel importante en la alteración de la conducta, ya que tienen gran oportunidad de regular las
consecuencias que controlan la conducta. Además, los individuos en contacto directo con el paciente
observan las conductas en las situaciones reales donde se llevan a cabo y por lo tanto, están en la mejor
posición para centrarse en la conducta como está ocurriendo en la actualidad.
La utilización de los individuos que están en contacto con el paciente es de especial importancia
puesto que, con frecuencia, ellos contribuyen a la conducta inadaptada. De hecho, el personal,
profesores y padres de familia a manudo contribuyen o apoyan esas conductas que ellos mismos
quisieran eliminar. Para alterar la conducta del paciente se requiere que se altere primero la conducta del
agente responsable. De esta forma, trabajar con los no profesionales es con frecuencia la mejor manera
de garantizar el cambio en los pacientes.
Los profesionales desempeñan el papel de entrenar y asesorar a los individuos no profesionales
entrenados, para llevar a cabo los procedimientos que tienen una probabilidad mayor de alterar la

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conducta. Lo ideal es que el entrenamiento incluya instrucción en la identificación de problemas,
selección de las metas de tratamiento y evaluación de la eficacia del programa.

Control y evaluación del programa

Una característica importante de la modificación de conducta es que incluye una evaluación


cuidadosa del efecto del programa que se ha diseñado para cambiar la conducta. Se hace énfasis en la
demostración empírica del efecto del programa. La terapia tradicional, como se le practica en la mayoría
de los contextos clínicos, rara vez se evalúa. Cuando esta terapia se evalúa, se mide el efecto al final del
tratamiento para determinar si hay algún cambio en la personalidad. Con los procedimientos de
modificación conductual, particularmente en contextos aplicados, el efecto del programa sobre la
conducta por lo general se evalúa durante el curso de este, así como cuando ya ha terminado.
Constantemente se acopian los datos para asegurarse de que el programa está teniendo el efecto
pretendido. Si el programa no está trabajando, puede ser alterado rápidamente en respuesta a la
conducta del paciente. Como ya se mencionó, la evaluación y el tratamiento están entrelazados.

Generación de cambios conductuales socialmente significativos

Una característica adicional de la modificación de conducta es el interés por efectuar el cambio


de conducta que es socialmente significativo. El cambio de conducta resultante del programa debe
demostrar una diferencia notable para los individuos en el ambiente de la persona. El cambio debe
acercar al individuo significativamente al nivel de ejecución necesario para su funcionamiento en la
sociedad. Esto no quiere decir que la “normalidad” o la conformidad es un objetivo al que todo debe
esforzarse. Sin embargo, las poblaciones para las que a menudo se utilizan las técnicas conductuales,
se ocupan de conductas consideradas aberrantes de acuerdo a los parámetros sociales que el público
mantiene. Un cambio socialmente significativo puede ser evidente cuando los procedimientos alteran
marcadamente la conducta objetivo de tal manera que se alinea a los parámetros normativos. Por
ejemplo, en un situación escolar, un niño “hiperactivo” puede correr alrededor del cuarto el 90 % del
tiempo, mientras que la mayoría de los estudiantes se ajustan a esa conducta al menos del 10 % del
tiempo. Si un programa de modificación conductual redujo a un 60 % la conducta inapropiada del
estudiante, debería haber fundamentos para no considerar el programa como exitoso o que haya hecho
un cambio socialmente significativo en la conducta del estudiante. Se requiere una reducción mucho
mayor del tiempo dedicado a correr en la clase para hacer al niño menos notorio entre sus compañeros.
El ejemplo da a entender que la modificación de conducta con frecuencia busca grandes cambios en la
conducta. Debería ser sustancial la magnitud del cambio para que fuera evidente el mejoramiento dentro
del medio social de la persona.

AREAS DE APLICACIÓN DE LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

La modificación de conducta puede utilizarse en cualquier situación o escenario en el que esté


implicado el comportamiento humano. No hay, virtualmente, ningún área de la psicología en la cual no se
aplique la modificación de conducta, e incluso, otras disciplinas, como la educación, la medicina y la
administración de recursos y de personal, pueden servirse provechosamente de ella. La modificación de
conducta se puede emplear en adultos y en niños; en casos individuales o en el tratamiento de parejas o
familias; en personas “sanas” o no. Se la utiliza en ambientes clínicos; el hogar; la escuela; los centros
de estudios superiores; las empresas y otras instituciones; en el deporte; en la comunidad, etc.
La modificación de conducta se emplea, obviamente, en el campo de la psicología clínica. Esta
área fue tal vez la primera en la que se pudieron hacer intervenciones exitosas a través de las técnicas
de modificación de conducta. Actualmente, el rango de aplicación es variado. La modificación de
conducta ha sido utilizada para tratar la ansiedad, fobias, depresión; trastornos obsesivo-compulsivos;
baja autoestima y problemas interpersonales; trastornos alimenticios; tratamiento de conductas
psicóticas y tratamiento del estrés.
En el área educativa, se emplea modificación de conducta en la estimulación temprana;
tratamiento de problemas de aprendizaje; tratamiento del lenguaje; manejo de la clase; diseño
sistemático de la instrucción y del currículo; enseñanza de habilidades motoras e intelectuales; desarrollo
de hábitos de estudio; desarrollo del autocontrol y la autoestima y en programas de entrenamiento a
padres y profesores.

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Encontramos en la modificación de conducta ampliamente utilizada en la rehabilitación y
reeducación de individuos autistas; con retardo mental o con otros déficits severos de conducta; en el
tratamiento de la agresión; delincuencia, consumo de drogas y alcoholismo.
La modificación de conducta se aplica a la administración de recursos, ahorro de energía,
administración y capacitación de personal.
Algunas de las aplicaciones más llamativas de la modificación de conducta se hallan en la
medicina conductual y la psicología de la salud, es decir, aquellas disciplinas dedicadas, desde el punto
de vista psicológico, a la prevención, tratamiento o rehabilitación de enfermedades físicas. Así, según
Godoy (1991), las aplicaciones conductuales a la salud se ocupan de la promoción y mantenimiento de la
salud y prevención de la enfermedad, a través de la generación de estilos de vida saludables; cambios
en los estilos de vida para eliminar factores de riesgo y la detección e intervención precoz. También
colabora en la potenciación de la acción de otros profesionales de la salud por medio de la mejora de las
relaciones profesional-paciente; la preparación de los pacientes para los tratamientos médicos y el
aumento en la adherencia a los tratamientos. Finalmente, la modificación de conducta cubre un amplio
rango de aplicaciones en la evaluación y tratamiento de trastornos específicos. En las siguientes áreas,
la modificación de conducta se ha empleado en uno o más trastornos específicos: problemas
cardiovasculares; trastornos del sistema nervioso central; trastornos neuromusculares; trastornos
gastrointestinales; trastornos excretores; trastornos respiratorios; disfunciones y desviaciones sexuales;
trastornos dermatológicos; problemas oftalmológicos y visuales; trastornos del oído; cefaleas tensionales;
control del dolor crónico; artritis; alergias; obesidad; diabetes, cáncer y SIDA.
La modificación de conducta constituye un área activa de constante investigación. Debido a su
enfoque objetivo, basado en la medición de la conducta y en su apego a procedimientos y teorías de la
psicología experimental, la modificación de conducta ha sido capaz de extender rápidamente sus
ámbitos de aplicación y en la actualidad la investigación en modificación de conducta tiene tanto el
objetivo de seguir ampliando sus áreas de aplicación, como perfeccionar continuamente sus técnicas de
evaluación e intervención.

CONCEPCIÓN CONDUCTUAL DEL COMPORTAMIENTO INADAPTADO

En esta sección nos ocuparemos exclusivamente de problemas frecuentemente debatidos en el


campo de la psicología clínica, referidos a la evaluación e intervención en aquellos individuos cuyo
comportamiento es considerado “anormal”. Si bien hay muchas excepciones a esta regla, por lo general,
el modificador de conducta evita las concepciones patologistas. El modificador de conducta no considera
a la conducta anormal como esencialmente distinta de la conducta normal. La conducta anormal no
representa una disfunción o proceso de enfermedad que ha rebasado el desarrollo de una personalidad
normal. Más bien, considera que ciertas experiencias del aprendizaje o el fracaso para recibir o sacar
provecho de varias experiencias de aprendizaje pueden explicar la conducta. Los principios del
aprendizaje explican la forma en que se desarrolla la conducta, independientemente de si se le clasifica o
no como anormal.
La clasificación de la conducta como anormal se basa en juicios subjetivos más que en criterios
objetivos. Diferentes personas pueden considerar una misma conducta dada como normal o anormal.
Por ejemplo, los compañeros y los padres de familia pueden juzgar las peleas entre los niños como una
expresión de masculinidad, mientras que los profesores y los consejeros escolares pueden verlas como
un signo de perturbación emocional. El individuo que evalúa la conducta juega un papel importante para
decidir si es normal o aberrante.
También es importante el contexto social para determinar si la conducta dada se considera como
aberrante. Por ejemplo, el tener la mirada fija en el espacio se acepta cuando uno va en autobús o
cuando se está mirando a través de una ventana, pero no cuando se está parado en la esquina de una
calle, esta última situación puede considerarse como una conducta anormal. Conductas que parecen
semejantes pueden ser interpretadas diferentemente según el contexto social. Se deduce la conducta
anormal a partir del grado en que se desvía la conducta de las normas sociales. Puesto que las normas
sociales varían según las culturas y grupos dentro de una cultura dada, es difícil definir objetivamente los
criterios de normalidad. Por ejemplo, las conductas agresivas clasificadas como antisociales reflejan
patrones de conducta que están socialmente condenados y fuertemente apoyados por muchos grupos
de gente, que aceptan comúnmente las peleas callejeras y el crimen. La clasificación de la conducta
como antisocial e indicativa de perturbaciones psicológicas se basa en juicios de valor más que en
pruebas de procesos de “enfermedad” psicológica. Las diferencias en la conducta entre los individuos
refleja diferencias en un continuo más que diferencias de enfermedad y salud.

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Desde luego que donde hay una base objetiva para hacer un diagnóstico, tales como casos de
daño encefálico, psicosis orgánica y otras anormalidades fisiológicas, puede haber bases claras y
cualitativas para distinguir entre individuos normales y anormales. Pero aun cuando los individuos tienen
deterioro orgánico, el problema está en la conducta aberrante más que en el deterioro. Por ejemplo, los
niños “retrasados”, no son retrasados, únicamente su conducta en el medio ambiente promedio a veces
es retardada. Hace muchos años, Lindsley (1964) comentó que es más bien la habilidad de la ciencia
moderna que crea ambientes convenientes para estos niños, la que está retrasada. Actualmente, mucho
ha avanzado la modificación de conducta para ayudar a los niños catalogados como “retrasados”,
incluyendo la sustitución de tan peyorativo calificativo. Con el cuidadoso diseño del medio ambiente, se
puede enseñar a estos niños a ajustarse a una variedad de respuestas (Lovaas, 1990). Los individuos
considerados como “anormales” son solamente quienes realizan acciones que los distinguen de sus
semejantes. Sin embargo, las diferencias están en la conducta más que en una enfermedad o en un
defecto psicológico. Un objetivo de la modificación de conducta es proporcionar experiencias de
aprendizaje que promuevan en el individuo conductas adaptables y prosociales.
El modificador de conducta utiliza a veces el término “comportamiento inadaptado”, para referirse a
aquella pauta de comportamiento que puede requerir atención. Se puede llamar “comportamiento
inadaptado” al hecho de que un individuo presenta una o más de las siguientes condiciones:
a. déficits en conductas deseables (las conductas deseables no existen).
b. debilitamientos en conductas deseables (las conductas deseables ocurren con menor
frecuencia de lo aceptable)
c. excesos en conductas indeseables (las conductas indeseables ocurren con más frecuencia
de lo aceptable). Conductas indeseables que pueden ocurrir en exceso configurando pautas
de comportamiento inadaptados pueden ser: 1. conductas que impiden o dificultan la
adquisición de respuestas socialmente deseables; 2. conductas que impiden o dificultan la
emisión de conductas socialmente deseables y 3. conductas que implican un peligro de
daño físico o psicológico, tanto para el mismo individuo, como para otros.

En cualquiera de estos casos, el desempeño del individuo no satisface los criterios de eficiencia en
el desempeño social valorado en una cultura determinada, para su nivel de desarrollo. Por ejemplo, cuando
el comportamiento del individuo le impide obtener un empleo o mantenerse en él, o dificultan el que consiga
una pareja, etc. En estos casos, el individuo no puede ajustarse a lo que es esperado o requerido de él.

OBJETIVOS DE LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

En la mayoría de los escenarios donde se conduce la modificación de conducta, se tiene por


meta hacer cambios de larga duración en la conducta de las personas, el objetivo no es un cambio
transitorio. La meta final es que las variables naturales que se encuentran en el ambiente social, tomen el
control de la conducta. Sólo de este modo es posible asegurarse de que los cambios conductuales
logrados serán permanentes.
Sin embargo, en algunas circunstancias las técnicas usadas pueden requerir, temporalmente, de
un arreglo artificial de la situación para lograr que la conducta cambie sistemáticamente. Por ejemplo, se
puede reforzar a un adulto retardado, que llega tarde a su trabajo en un taller, con privilegios y dinero
para que sea puntual. Se podría pensar que el individuo se hiciera dependiente de los reforzadores, sin
embargo, esta preocupación es apresurada. El objetivo inicial es desarrollar la conducta para que se
efectúe consistentemente, y una vez que ya está bien establecida, hace falta hacer uso de los
procedimientos para asegurar su conservación. En la etapa inicial del programa es probable que la
ejecución dependa de la entrega del reforzamiento o del castigo. Si el adulto que llegaba tarde al trabajo
no recibe ya reforzamiento por su conducta, pronto se extinguiría la puntualidad. No obstante, los
objetivos de la modificación conductual son cambiar la conducta y sostener ese cambio después de que
se ha terminado el programa, es decir, eliminar la dependencia de las contingencias que existía durante
el programa. Las metas generales de larga duración de la modificación conductual requieren de una
ejecución prolongada de las conductas socialmente aceptadas. A la larga, ya no se deben necesitar las
contingencias “artificiales” del programa, y las contingencias naturales del ambiente social deben ser
suficientes para mantener la conducta. Entonces, los logros del programa serán duraderos.
Para cualquier individuo que participe en un medio terapéutico, un objetivo principal es conseguir
el máximo de reforzamiento (el elogio, el logro, la estimación de los demás, la autoestima, la convivencia
social) y el mínimo de castigo (el estigma, la censura social, el desprecio propio, los fracasos repetidos)
en su vida. Para que el reforzamiento sea máximo y mínimo el castigo en un medio social, se necesita

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que el individuo realice habilidades sociales y personales y que controle efectivamente su medio
ambiente. Para lograr esto último, se puede requerir de una programación hasta cierto punto artificial y
temporal de la situación para el desarrollo de las habilidades sociales y personales que son básicas. Un
ambiente artificialmente programado intenta desarrollar la conducta en forma tal que la persona pueda
más adelante responder a las contingencias naturales de reforzamiento y castigo que ocurren
normalmente en el medio social.
El programa de modificación conductual al que se expone a algunos individuos puede que no
sea temporal. Por ejemplo, para los pacientes cuyos déficits conductuales sean tan grandes que
requieran del cuidado institucional, no es rápidamente factible desarrollarles una conducta hasta el punto
en que las contingencias del medio natural lleguen a tomar el control de su conducta. Las alternativas
para el tratamiento consisten en que se pueda o no programar el ambiente donde viven los individuos
para obtener el grado máximo de cambio conductual, la adquisición de habilidades y el monto del
reforzamiento disponible. De cualquier manera, en algunos escenarios los programas de modificación
conductual pueden constituir un medio ambiente semipermanente.
Un último objetivo de la modificación de conducta es proporcionar al individuo los medios para
que él mismo controle su conducta. Se puede transferir el control sobre la conducta de los agentes
externos al individuo mismo. Con muchos individuos, es factible entrenarlos a que analicen sus propias
respuestas y que se apliquen consecuencias, ellos mismos por su propia conducta. El entrenamiento en
autocontrol es un objetivo de la modificación de conducta. Desde luego, con varias poblaciones a las que
se aplica técnicas de modificación conductual (por ejemplos, niños autistas severa y profundamente
retardados y pacientes psiquiátricos) puede no ser factible conseguir este objetivo. En los casos en que
se puede entrenar al individuo a que controle sus propias conductas, se desploman algunas de las
objeciones a la modificación de conducta. Por ejemplo, no es tan necesario preocuparse de lo transitorio
del cambio conductual si el individuo tiene habilidades de autocontrol. Se supone que la conducta del
individuo puede lograr o sostener cierto nivel de ejecución en cualquier momento que él o ella elija hacer
arreglos en el medio ambiente para incrementare o disminuir tal conducta.

DETERMINANDO LAS RESPUESTAS-BLANCO Y EL OBJETIVO DEL


PROGRAMA DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

Importancia de la descripción objetiva de la conducta

La descripción objetiva de la conducta es el primer requisito para emprender un programa de


modificación conductual. Es, por tanto, la primera habilidad que debe aprender quien se está formando
como modificador de conducta. En la mayoría de los escenarios, hay un acuerdo general entre los
miembros del personal en cuanto a los “problemas” de los clientes, cuáles individuos necesitan de
cambio y los objetivos generales que se han de lograr. A veces, los acuerdos se expresan en forma de
quejas acerca de los pacientes, las cuales sugieren que ciertas áreas del problema requieren de
intervención terapéutica. Sin embargo, los enunciados generales o globales que comúnmente se dan
acerca de los problemas conductuales son insuficientes como para realmente iniciar un programa. Por
ejemplo, es insuficiente seleccionar como meta, la alteración de la agresividad, los déficits de
aprendizaje, el habla, las habilidades sociales, la depresión, los síntomas psicóticos, la autoestima y
otras nociones semejantes. Los rasgos, las etiquetas globales y generales que resumen ciertas cosas y
las características de la personalidad, son demasiado generales para que sean útiles al modificador de
conducta. La referencia a constructos inobservables, como “deterioro del yo” o “lucha por la virilidad” son
insuficientes para describir en términos mensurables el comportamiento de una persona. Tales términos
carecen de claridad descriptiva y no suministran información esencial sobre la conducta. Por ejemplo,
decir que Hugo es “distraído y tenía poca motivación” en la clase, se presta a cierta duda respecto a
cómo estaba “distraído y tenía poca motivación”: Además, las definiciones de estas etiquetas pueden
variar de un miembro del personal a otro, los padres y los profesores.
Por tanto, se tiene que definir explícita y objetivamente cuáles son las conductas que deseamos
modificar, para que realmente puedan ser observadas, medidas y reconocidas por los individuos que
administran el programa. Llamaremos respuesta-blanco a aquella acción específica observada en el
individuo que deseamos modificar. Dos aspectos deben tenerse en cuenta en la descripción objetiva de
la conducta: 1. Determinar la topografía de la respuesta-blanco; 2. Determinar la fuerza de la respuesta-
blanco.

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Topografía de las respuestas-blanco

El primer aspecto que debe resolverse en la descripción objetiva de la respuesta-blanco es


determinar su topografía, es decir, su forma física. Reglas:

1. Descripción en términos de acción:


Ejemplo incorrecto: “Andrea es colaboradora en la casa”.
Ejemplo correcto: “Andrea lava los platos después de cada comida en la casa”.

2. Descripción en términos concretos:


Ejemplo incorrecto: “Federico tiene una autoestima exagerada”
Ejemplo correcto: “Durante toda la conversación., Federico habla acerca de sus viajes al
extranjero”.
3. Descripción en términos afirmativos:
Ejemplo incorrecto: “Alfredo no es cariñoso con su esposa”.
(Este ejemplo es incorrecto, no sólo porque viola la regla 2, sino también por violar la regla 1).
Ejemplo correcto: “Cuando llega del trabajo, Alfredo pasa delante de su esposa y se dirige al
estudio, cerrando la puerta”.

4. Detalle de la descripción de la topografía:


El grado de detalle en la descripción de la topografía de la respuesta-blanco dependerá de los
objetivos particulares del programa de modificación conductual. Considérense los siguientes
ejemplos:
Ejemplo A: “Patricia hace una rabieta”
Ejemplo B: “Patricia se arroja al suelo y grita o llora”.
Ejemplo C: “Patricia se acuesta en el suelo boca arriba, agita los brazos y las piernas y a la vez
llora o grita”.

De los tres ejemplos, el C es el más detallado. Sin embargo, una descripción como la del ejemplo
B tal vez sea suficientemente útil en muchos casos. En cambio, la descripción del ejemplo A es
algo imprecisa, pues plantearía el problema de determinar a qué se llama “rabieta”.

La fuerza de la respuesta-blanco

El segundo aspecto que debe tenerse en cuenta en la descripción objetiva de las respuestas-
blanco consiste en presentarlas de una manera cuantitativa. De manera general, se puede usar el
concepto de fuerza de la respuesta, para referirse a la “cantidad” en que se presenta la respuesta-
blanco. La fuerza se mide a través de diferentes indicadores, conocidos como medidas de respuesta.
El modificador de conducta debe elegir la o las medidas que permitan cuantificar la respuesta-blanco, es
decir, medir su fuerza. Las principales medidas de respuesta son las siguientes:
a. La tasa de respuesta, o cantidad de veces que se repite la respuesta en una unidad de tiempo. Se
usa cuando la respuesta se emite espontáneamente, ya sea a un estímulo específico o no. Ejemplo: “Carlos
guiñó el ojo derecho tres veces por minuto”.
b. El porcentaje, o razón de respuesta, se utiliza cuando la respuesta depende de una condición
específica, y se define como la cantidad de veces que se repite la respuesta dada dicha condición. Ejemplo:
“Verónica obedeció tres de las diez órdenes que se le dio”.
c. La latencia de la respuesta, utilizada cuando la respuesta se da a un estímulo específico y se
define como el tiempo que transcurre entre el estímulo y la respuesta. Ejemplo: “Raúl cogió sus juguetes 20
segundos después de que se le ordenara hacerlo”.
d. La duración de la respuesta, que es una medida útil cuando la respuesta es una actividad
continua y se define como el tiempo total abarcado por dicha conducta. “Pablo tomó una ducha durante 120
minutos”.
e. La magnitud de la respuesta. Término genérico que hace referencia a diferentes dimensiones,
que tienen en común implicar la fuerza, energía o potencia física implicada en la realización de la respuesta-
blanco. Por ejemplo, qué tan alto habla una persona o qué tan fuerte es un golpe propinado por un individuo
agresivo.

11
DETERMINANDO EL OBJETIVO DE UN PROGRAMA DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

Un programa de modificación de conducta es un conjunto ordenado de pasos destinado a


producir un cambio en una respuesta-blanco particular. Todo programa posee un objetivo, que es hacia
donde apunta el cambio deseado. Por tanto, el objetivo general de un programa de modificación
conductual corresponderá a alguno de los siguientes resultados:
a. Un incremento o disminución en la fuerza de la respuesta-blanco.
b. El mantenimiento de la respuesta-blanco, pero modificando su patrón de ocurrencia, por ejemplo,
cambiando las condiciones o situaciones en las que ocurre.
c. El perfeccionamiento de la conducta, como sucede cuando se desarrollan destrezas especiales.

De acuerdo con estas indicaciones, una respuesta-blanco puede ser una que ocurre en exceso, es
decir, con más frecuencia o fuerza que lo deseable. Ejemplo: “Patricia se arroja al suelo y grita”. O bien,
puede ser alguna que nunca ocurre (déficit conductual) y que, por tanto, deseamos incrementar. Ejemplo:
“Cuando llega del trabajo a su casa, Alfredo da un beso en la mejilla a su esposa”. En este caso, lo que en
realidad está sucediendo es que Alfredo, al llegar a su casa, nunca besa a su esposa.
El objetivo de un programa de modificación conductual se enuncia indicando los siguientes
elementos:
1. La respuesta-blanco.
2. La fuerza de dicha respuesta que esperamos alcanzar.
3. La situación específica en que la respuesta-blanco debe mantener dicha fuerza.
Ejemplo:
“Al concluir el programa, cada vez que sea hora de la comida, Arturo debe terminar su plato,
equivalente a 20 cucharadas, en un lapso no mayor de 30 minutos, sin derramar ni arrojar la comida fuera
del plato.” En este ejemplo, se menciona la respuesta blanco (terminar el plato), dos medidas de su fuerza
(magnitud y duración, donde una ha sido incrementada y la otra ha sido reducida) y la situación específica
en que se espera que ocurra tal respuesta-blanco (cada vez que es hora de la comida).

MEDICIÓN CONDUCTUAL: REGISTROS DE CONDUCTA

Uno de los aspectos en que la modificación de conducta se distingue característicamente de


otros enfoques de intervención psicológica es el hecho de que practica una medición continua de la
conducta. El modificador de conducta se interesa por el estado de fuerza de la respuesta-blanco antes,
durante y después de aplicarse alguna técnica de modificación conductual. Como veremos luego, la
medición precisa permite al modificador de conducta determinar si ha logrado alcanzar el objetivo de su
programa. Existen diferentes métodos de medición conductual, pero en esta oportunidad nos
ocuparemos de un conjunto de técnicas destinadas a medir la fuerza de respuestas-blanco específicas,
tal como las hemos definido anteriormente. Estas técnicas se conocen como registros de conducta.
Un registro de conducta es cualquier procedimiento que permite recolectar datos acerca de la
ocurrencia de una respuesta-blanco, a través de la observación directa de dicha respuesta, o de sus
efectos inmediatos. Los registros de conducta se utilizan frecuentemente en la medición de respuesta-
blanco específica, cuya topografía ha sido precisada. Los datos que pueden obtenerse de los registros
de conducta se expresan como medidas de respuesta, así pues, un registro conductual puede
proporcionar datos acerca de la tasa, duración o porcentajes de respuesta.
Los registros de conducta pueden ser automáticos y observacionales. Prescindiremos de una
descripción del registro automático, puesto que sólo puede emplearse en el laboratorio. En el ambiente
aplicado son extensamente utilizados los registros observacionales. En estos casos, un observador
humano observa la conducta y hace un registro de dicha conducta a medida que va ocurriendo. Se
pueden implementar muchos registros observacionales en los ambientes aplicados como el hogar, el
salón de clases o el pabellón hospitalario. Estos registros son sencillos y pueden ser manejados por el
profesional, o por el profesor, padre de familia e incluso un ayudante o estudiante. A continuación se
describen algunos de los más empleados tipos de registros observacionales.

Registro continuo

Se conoce también como registro anecdótico. En este tipo de registro, el observador escribe
todo lo que ocurre con respecto al ambiente y la conducta del sujeto. Se registran todas las conductas

12
del sujeto conforme este las emite, es decir, que ser registran varias conductas. En este caso, no se
especifica previamente la conducta que se va a medir.
La ventaja de este registro es que se puede medir varias conductas a la vez. Generalmente,
sirve como base para identificar conductas problema y obtener los datos necesarios para establecer el
análisis funcional de dichas conductas. También sirve como base para definir con más cuidado una
conducta problema y luego poder realizar registros observacionales en los que se miden conductas
específicas. La desventaja de este procedimiento es que requiere de gran parte de tiempo de observador
y en la mayoría de situaciones no es posible registrar todo lo que ocurre.

Registro de frecuencias

Consiste en contar el número de veces que ocurre una conducta específica durante un intervalo
de tiempo: en un período de clase, en un día, durante la comida, etc. Este tipo de registro es apropiado
para conductas discretas, es decir, aquellas que presentan un inicio y un final claramente delimitados.
Por ejemplo: número de respuestas, asistencias a clase, número de mordiscos, número de veces que un
niño se levanta de la silla, etc.
El registro se puede realizar marcando en un papel el número de veces que ocurre una
conducta. Las marcas pueden ser de cualquier tipo. Una de las ventajas de este tipo de registro es que
es un procedimiento sencillo que no interfiere significativamente con las tareas rutinarias. La frecuencia
de ocurrencia de una conducta se presenta en forma numérica y en algunos casos, en términos de
porcentaje.
El siguiente es un formato de registro de frecuencia:

HOJA DE REGISTRO DE FRECUENCIAS

Nombre: Andrea Observador:


Conducta: Levantar la mano para hablar Fecha: 05-05-01
Situación: Clase de historia Hora de inicio: 10:00
Hora de término: 10:45
N° de sesión Frecuencia Total
1 ////////////// 14
2 ////////// 10
3 ////////////////// 18

Registro de duración

Este tipo de registro se utiliza cuando es importante conocer la duración de una conducta en
particular. Durante un período determinado de tiempo se registra el tiempo que dura una conducta
específica.
Se aconseja utilizar un cronómetro para realizar este registro, ya que permite iniciar el control del
tiempo cuando se inicia la conducta y detener el conteo cuando la conducta deja de emitirse, para luego
reiniciar el conteo cuando la conducta se reinicie. De este modo, con el uso del cronómetro, se puede ir
acumulando la durante de la conducta durante un período largo de tiempo. Por ejemplo, un paciente que
durante un período de 45 minutos se dedica a hablar solo. El observador empezará a contar el tiempo
cuando el paciente empiece a hablar y detendrá el conteo cuando deje de hablar solo. Continuará con
este procedimiento durante los 45 minutos, iniciando la cuenta cuando el paciente empiece a hablar solo
y deteniéndola, cuando cese esta conducta. El cronómetro irá acumulando la duración de la conducta, es
decir, nos dirá cuánto tiempo dentro de los 45 minutos, el paciente estuvo hablando solo. Si no se
dispone de un cronómetro puede utilizarse un reloj, pero en este caso, cada vez que el paciente hable
solo, el observador registrará el tiempo dedicado a dicha conducta y luego sumará los tiempos
correspondientes. En cualquier caso, debe obtenerse como dato final, el tiempo total dedicado por el
paciente a la respuesta-blanco.
Si bien esta forma de registro es algo más trabajosa que los anteriores, proporciona una doble
información que en algunos casos es necesaria: el número de veces que habla solo y la duración de
cada uno de estos episodios. Ejemplo:

13
HOJA DE REGISTRO DE DURACION
Nombre: Francisco Observador:
Conducta: Hablar solo Fecha: 05-05-01
Situación: Paseo en el patio Hora de inicio: 13:00

Hora de término: 13:45


N° de sesión (o día) Duración Total
1 5´ 10´ 3´ 2´ 6´ 26 ´
2 4´ 3´ 3´ 6´ 8´ 24´

PROCEDIMIENTOS OPERANTES BÁSICOS EN LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

1. Reforzamiento Positivo

Un reforzador positivo es un evento que, cuando se presenta inmediatamente después de una conducta,
provoca que aumente la frecuencia de dicha conducta. El término reforzador positivo es sinónimo de
recompensa. Una vez que se determina que un evento funciona como reforzador positivo de un individuo
particular en una situación específica, ese evento se puede utilizar para fortalecer otras conductas de ese
individuo en otras situaciones.

Tipos de reforzadores

Definición y ejemplos de los tipos de reforzadores según distintos criterios

TIPOS DE REFORZADORES
Según el origen de su valor reforzante
Tipos Definición Ejemplos
Primarios Son incondicionados: su valor Comida, bebida, sexo, etc.
reforzante no es el resultado
de un aprendizaje previo
(estímulos que satisfacen
necesidades biológicas o
contribuyen al bienestar). No
poseen valor reforzante para
todas las ocasiones.
Secundarios o Adquieren su valor reforzante Cualquier evento (objetos,
Condicionados al asociarse con reforzadores actividades, elogios, etc.): dependen
primarios u otros previamente de la historia individual de
condicionados. reforzamiento del sujeto.
Generalizados Reforzadores condicionados Dinero, fichas, puntos, etc.
que permiten el acceso a otros
reforzadores.

14
Según su naturaleza
Tipos Definición Ejemplos
Materiales o Tangibles Tienen una entidad física. Chicles, caramelos, bebidas, balones,
Pueden ser comestibles o bicicletas, etc.
manipulables.
De actividad Actividad placentera para el Hablar por teléfono, ir de compras, ir
sujeto. Se basa en el principio al cines, etc.
de Premack.
Sociales Expresiones verbales, Alabanzas de elogios, caricias,
faciales, contactos físicos u sonrisa, palmadas en la espalda, etc.
otras respuestas motoras
realizadas por otros
individuos.
Según el proceso de reforzamiento
Tipos Definición Ejemplos
Extrínsecos Proceso abierto, públicamente Un profesor elogia a un alumno.
observable.
Intrínsecos Proceso encubierto. Pensamientos, imágenes, etc. que
provocan sentimientos positivos.
Según el administrador del refuerzo
Tipos Definición Ejemplos
Externos Es aplicado por una persona Recibir palmada, un objeto, etc.
distinta al que lo recibe.
Autorreforzadores Es autoaplicado. Concederse ir a una película.
Según el receptor del refuerzo
Tipos Definición Ejemplos
Directos El propio sujeto es el receptor. Cualquier evento reforzante que se le
administre a la persona.
Vicarios El sujeto no experimenta Un niño observa como otro es
directamente el evento reforzado por su maestro por
positivo, lo observa en otro intervenir en clase.
que si es reforzado
directamente.
Según su programación
Tipos Definición Ejemplos
Naturales Muestran una elevada Una buena calificación en un
probabilidad de presentarse ambiente escolar.
en el ambiente cuando se
realiza una respuesta
concreta.
Arbitrarios Se aplican bajo condiciones Las fichas o puntos.
artificiales.

Procedimiento

Diversos autores proponen las siguientes estrategias para implementar un programa de reforzamiento
positivo y potenciar su eficacia (Gelfand y Hartmann, 1989; Kanfer y Goldstein, 1987; Kazdin, 1978,
Labrador y Cruzado, 1993; Sulzer-Azaroff y Mayer, 1983.):

a) Especificar con precisión la conducta a modificar


b) Identificar y seleccionar reforzadores eficaces
c) Administrar inmediatamente los reforzadores
d) Aplicar contingentemente los reforzadores, controlando posibles contingencias competidoras.
e) Utilizar varios reforzadores de los que carezca el sujeto para evitar la saciedad.

15
f) Estimar la cantidad óptima de reforzador.
g) Ajustarse al programa de reforzamiento fijado.
h) Diseñar el paso de unos programas de reforzamiento a otros con el fin de maximizar la
probabilidad de generalización de los efectos del tratamiento.
Características principales de los distintos tipos de reforzamiento intermitente.

PROGRAMAS DE REFORZAMIENTO INTERMITENTE


INTERVALO RAZÓN
Tasa de Los programas de intervalo tienden a Los programas de razón producen tasa altas
respuesta generar tasas de repuestas bajas o de respuesta.
moderadas.
Definición El refuerzo se El refuerzo se El reforzamiento El número de respuestas
proporciona por la proporciona por ocurre cada vez que se requieren para
emisión de una la emisión de una que son emitidas proporcionar el refuerzo
conducta después de conducta un número de cambia de forma aleatoria
un periodo de tiempo después de un respuestas de un de un reforzamiento a otro.
fijo. periodo de tipo particular. El número de respuestas
tiempo que varía requerido varía alrededor
aleatoria mente. de un valor medio.
Denominación IF n (n = período fijo IV n (n = período RF n (n = número RV n (n = número medio
de tiempo) medio de tiempo) de respuestas de respuestas requeridas
IF 10 min.: el refuerzo IV 10 min.: el requeridas para para dar reforzamiento).
se administra si la refuerzo se administrar RV 10: el refuerzo se
conducta objetivo se administra si la refuerzo) proporciona tras la emisión
emite tras un tiempo conducta objetivo RF 10 min.: el de una media de 10
de 10 minutos. se emite tras un refuerzo se respuestas de la conducta
período medio de proporciona tras objetivo.
10 minutos. la emisión de 10
respuestas de la
conducta
objetivo.
Ejemplo El profesor revisa los El educador de El estudiante al Reforzar con una ficha a
cuadernos cada una residencia que se le exige un paciente en un taller
semana (IF 7). Se inspecciona el hacer un número ocupacional por el
reforzará al alumno orden de las específico de promedio de montar 6
que en los días de habitaciones de problemas o leer cajas (RV 6). Unas veces
revisión presente los los usuarios en el un número de se le refuerza por montar
cuadernos promedio de páginas, 2, por 4 cajas y por 7.
adecuadamente. cada dos reforzándole si
semanas (IV 2). cumple el criterio
Puede hacer una establecido.
inspección dos
días
consecutivos y
otra cada cuatro
semanas.
Efectos Provoca la aparición Mantiene la Produce una tasa Fomenta la persistencia de
de pausas largas emisión alta de respuesta la conducta ya que los
después de la constante de seguida por una sujetos no pueden predecir
administración del conductas ya que pausa. cuándo serán reforzados.
refuerzo. refuerza al
individuo de
forma
impredecible.
FIJO VARIABLE FIJA VARIABLE

16
2. Reforzamiento negativo

Se llama reforzamiento negativo al incremento de la frecuencia de una respuesta por la


terminación de un estímulo aversivo inmediatamente después de que se ejecuta la respuesta. Por
ejemplo, el sujeto toma un fármaco que le alivia el dolor de cabeza o se pone un abrigo que le quita el
frío (escape) o el sujeto paga sus impuestos en el plazo establecido para no tener que pagar un recargo
o abre el paraguas antes de salir a la calle para no mojarse (evitación.) Del mismo modo, las conductas
de evitación presentes en las fobias y los rituales característicos del trastorno obsesivo- compulsivo se
mantiene por un proceso de reforzamiento negativo. Así, la evitación y la realización de rituales facilitan
la desaparición de estímulos aversivos como son el miedo y la ansiedad.

El reforzamiento negativo es un procedimiento que se utiliza para mantener o incrementar


conductas. A diferencia del reforzamiento positivo, en el reforzamiento negativo las conductas se
mantiene o se incrementan si se posibilitan la desaparición de un estímulo aversivo. Así, para usar el
reforzamiento negativo debe estar presente un estímulo aversivo. Puesto que el reforzamiento
negativo implica la presentación o la posibilidad de aplicar estimulación aversiva, por razones éticas se
utiliza mucho menos que el reforzamiento positivo en la práctica clínica.

Para realizar un uso efectivo del reforzamiento negativo se han de tener en cuenta las mismas
consideraciones que para emplear el reforzamiento positivo. Los estímulos aversivos deberán eliminarse
inmediatamente después de cada ocurrencia de la conducta. También hay que asegurarse de que el
estímulo sea realmente aversivo para el individuo, ya que lo puede ser aversivo para un individuo pero
puede ser reforzador para otro.

Sulzer- Azaroff y Mayer(1983) recogen un ejemplo de aplicación del procedimiento de


reforzamiento negativo empleado por un profesor para aumentar la puntualidad de sus alumnos. Así, por
cada semana que el estudiante llegara todos los días puntual a clases, el profesor eliminaba una falta
anterior (cinco faltas significaban una expulsión.)

Liberman (1993) proporciona otro ejemplo del uso del reforzamiento negativo para promover el
aumento del contacto social y las verbalizaciones en un esquizofrénico de veinte años. Se trataba de un
paciente con una historia de continuos ingresos que mostraba reacciones negativistas y estallidos de
agresividad al serle requerida su participación en cualquier actividad. Así, se acordó que podría escapar
del contacto social (algo que le resultaba muy aversivo) con el personal de enfermería si previamente
pronunciaba algunas sencillas verbalizaciones.

3. Castigo positivo

El castigo positivo es la representación de un estímulo aversivo de una respuesta que disminuye la


frecuencia de esa respuesta. Con la utilización de este procedimiento se obtiene con gran rapidez el
efecto de suspensión deseado. Sin embargo, es frecuente la aparición de efectos secundarios negativos
como provocar daños físicos, facilitación de modelos agresivos, provocar reacciones negativas hacia la
persona que los aplica.

El procedimiento de sobre corrección, que aparece descrito más adelante, podría considerarse como una
especie de castigo leve.

4. Castigo negativo

El castigo negativo es la retirada de un estímulo reforzante subsiguiente a una respuesta el cual


disminuye su frecuencia. Dentro de este aparato se podrían incluir las técnicas de tiempo fuera y el coste
de respuesta que se revisan más adelante.

5. Extinción

El principio de extinción establece que si en una situación determinada alguien emite una respuesta
reforzada previamente y la respuesta no se sigue de una consecuencia reforzante, entonces es menos

17
probable que esa persona emita la misma conducta de nuevo cuando se encuentre en una situación
similar.
La extinción produce dos efectos inmediatos importantes en el organismo. En primer lugar, es
esperable que inmediatamente después de poner en marcha un programa de extinción se produzca un
aumento de la frecuencia de la conducta que se pretende disminuir (estallido de extinción).
En segundo lugar, al implantar la extinción es probable que se produzca reacciones emocionales
(por ejemplo, frustración) y agresivas (agresión inducida por la extinción). Un ejemplo que muestra estos
efectos inmediatos de la extinción e puede observar cuando un individuo introduce una moneda en una
máquina de bebidas y ésta no funciona. En un primer momento se producirá un aumento de la respuesta
(apretar repetidas veces el botón) y luego es probable que golpee la máquina (respuesta agresiva). Otro
ejemplo de reacciones emocionales como consecuencia de la extinción sería el caso de la reiterada de
atención a las quejas y miedos de un paciente hipocondríaco. Este paciente podrá reaccionar diciendo:
“No te importo nada”, “Esta vez creo que es un dolor distinto y grave”, etc.

 Estallido de extinción: aumento


Características en la frecuencia
y efectos de la conducta
del procedimiento tras el inicio de aplicación
de extinción.
de la extinción.
 Reacciones emocionales: conductas de llantos, quejas, reproches, etc.
 Agresión inducida por la extinción: aparición de reacciones agresivas, como gritos,
golpes, etc.
 Recuperación espontánea: reaparición de una conducta previamente eliminada por la
extinción.

Procedimiento

Es importante tener en cuenta las siguientes consideraciones a la hora de aplicar la extinción:

a) Es necesario identificar todos los reforzadores que mantienen la conducta que se desea
eliminar. Así, aunque la maestra ignore la payasada de un alumno puede no producirse la
extinción si algunos compañeros le ríen la gracia.

b) Se debe aplicar la extinción durante un tiempo suficiente, ya que la conducta que se


pretende extinguir puede inicialmente aumentar su frecuencia, intensidad y/o duración; por
ejemplo, las pataletas pueden ser más violentas.

c) Conviene saber que una vez extinguida una conducta no deseada, ésta puede volver a
presentarse a pesar de que no está siendo reforzada; si ocurre la recuperación espontánea se
debe volver a aplicar la extinción.

d) Hay que tener en cuenta también que la extinción puede producir respuestas negativas
como conducta agresiva, destructiva, etc.

e) Resulta muy adecuado combinar la extinción de la conducta inadecuada con el


reforzamiento positivo de una conducta alternativa deseable, si es posible incompatible con la
conducta extinguida.

f) La extinción no debe aplicarse cuando se desea una reducción inmediata de la conducta o


si se trata de una conducta peligrosa para el individuo.

Conductas objetivos sobre las que se aplicaron distintas estrategias de extinción en un caso de
esquizofrenia paranoide (Modificado de Cervantes, 1997)

Conductas objetivo Estrategias de extinción


 Verbalizaciones de contenido auto  Ignorar completamente

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referencial de persecución y  Cambiar de tema
observación por parte de personas  No responder gestualmente
extrañas.
 Exigencias, peticiones o quejas,  Retirada de atención
gritos, insultos, dar portazos, etc.  Dejar sola.
 Exhibición del temblor de manos  Eliminar verbalizaciones del tipo “¡Pobre, qué
(provocado por la medicación mal estás!”.
antipsicótica).

TECNICAS OPERANTES PARA DESARROLLAR Y MANTENER CONDUCTAS

Las técnicas operantes para desarrollar y mantener conductas son técnicas de cambio gradual y su
fundamentan en la utilización del reforzamiento de forma contingente a la aproximación a una conducta
meta, así como en la extinción de aquellas respuestas que no se dirigen a la conducta final. Al mismo
tiempo, suponen un entrenamiento en discriminación o control de estímulos, esto es, se refuerzan los
pasos progresivos hacia la conducta meta en presencia de determinados estímulos discriminativos que,
más tarde, se irán retirando.

1. Moldeamiento (o aproximaciones sucesivas)

Es moldeamiento es una técnica especialmente útil para adquirir nuevas respuestas o conductas que se
encuentran ausentes o presentes de una forma muy elemental en el repertorio del sujeto. Ya que si la
conducta no ocurre en absoluto no es posible aumentar su frecuencia simplemente esperando hasta que
ocurra y luego reforzarla.
El moldeamiento (shaping) se puede definir como el desarrollo de una nueva conducta mediante el
reforzamiento sucesivo de las aproximaciones más parecidas a la conducta final o meta y la extinción de
las respuestas que son muy distintas a dicha(s) conducta(s) meta.
Es importante, pues, especificar el objetivo último y los pasos intermedios.
La mayoría de los padres utilizan el procedimiento de moldeado cuando enseñan a hablar a sus hijos.
Así, cuando el niño es pequeño los padres refuerzan cualquier semejanza entre el lenguaje del niño y el
lenguaje adulto.
Al comienzo refuerzan sonidos que son aproximaciones cada vez más cercanas a la conducta meta para
proporcionar refuerzo. A medida que crece, otros individuos también le refuerzan por el habla adecuada
mientras extinguen las palabras inapropiadas.

1.1 Procedimiento
Para la aplicación del procedimiento de moldeado se requieren los siguientes pasos:

1º Especificar la conducta final. El primer paso en el moldeado es identificar claramente la


conducta terminal o final deseada. Una definición específica de la conducta permite que disminuya la
probabilidad de que diferentes personas desarrollaran distintas expectativas en relación a la realización
de la conducta de que se trate. La conducta final debería establecerse de tal modo que se pudieran
identificar todas sus características (su frecuencia, topografía, intensidad, etc.). Por ejemplo, en el caso
de un individuo psicótico que presente un importante deterioro en sus habilidades sociales, sería posible
hincar un entrenamiento en habilidades de saludo. Para comenzar, se especificaría la conducta objetivo
como consistente en mirar a la cara al cruzarse con otra persona en el pasillo del hospital y decir
“Buenos días”.

2º Elección de la conducta inicial o de partida. Ya que la conducta final deseada no ocurre


inicialmente se debe identificar el punto de partida. Este debería ser una conducta que ocurra con la
frecuencia suficiente para ser reforzada en el tiempo de la sesión. Así, es muy importante observar al
sujeto en su medio natural. Mediante la observación pueden identificarse una o más conductas que el
sujeto muestra en una tasa bastante frecuente y que guarden al menos cierta similitud con la conducta
meta final. En el caso anterior la conducta de partida podría ser la conducta de aproximación cuando se
nos acerca espontáneamente a pedir tabaco.

19
3º Elección de los pasos del moldeado. Antes de hincar el programa hay que especificar cuáles
son las aproximaciones o pasos sucesivos que van a conducir a la conducta final. Cuando el sujeto
presente dificultades para realizar el paso correspondiente se le puede ayudar mediante el empleo de
instigadores o inducciones. Los instigadores son estímulos que promueven el inicio de una respuesta y
su uso está indicado cuando la instalación o el reestablecimiento de un repertorio conductual son muy
complejos como sucede en el habla, ciertos aprendizajes en la escuela, determinadas pautas motoras,
etcétera. O cuando los sujetos presentan serias limitaciones en sus capacidades cognitivas como
autistas, deficientes mentales, psicóticos o niños muy pequeños. Existen distintas clases de instigadores
o inducciones (véase cuadro 1). Continuando con el caso anterior el dirigirnos al sujeto diciendo
“Mírame” sería un instigador o instrucción verbal.
Con frecuencia se utilizan más de un instigador al mismo tiempo. Así, si se desea enseñar la respuesta a
“Toca tu cabeza”, se podría empezar diciendo “Toca tu cabeza, sube la mano y ponla en tu cara así” es
un instigador verbal, la acción de ponerse su mano en la cara es un instigador gestual.

4º Una vez seleccionados los pasos del moldeado hay que determinar el tamaño de cada paso y
el tiempo que se ha de permanecer en cada uno de ellos hasta decidir pasar al siguiente. Sin
embargo, no existen reglas específicas aplicables a todos los sujetos. Así, hay que observar a cada
persona a nivel individual y decidir en consecuencia. Si realizan un progreso consistente y satisfactorio
se puede suponer que el tamaño de cada paso y la cantidad de práctica se han seleccionado
correctamente. Si, por el contrario, no se avanza en la adquisición habría que revisar los criterios previos.

Cuadro 1
Tipos de instigadores (o inductores)

Tipo Definición Ejemplo


Verbales Ayudas, indicaciones e Decir: “coge la pelota”, “súbete los pantalones”,
instrucciones verbales acerca “mírame”, “toca tu cabeza”, etc.
de cómo realizar una conducta.
Gestuales Movimientos que ayudan sin Mover los labios, dirigir la vista, tocar nuestra
tocar al sujeto. cabeza, etc.
Ambientales Se altera el ambiente de modo Colocar juguetes para posibilitar la conducta de
que provoque la conducta aproximación de un niño, disponer el mobiliario de
deseada. una sala de una residencia para fomentar el
contacto social de los usuarios, etc.
Físicos Guías físicas. Sostener la mano de un niño ayudándoles a
llevarse la cuchara a la boca, guiar los brazos
para ayudar a vestirse a un sujeto, etc.

1.2 Variantes
El procedimiento de moldeamiento o aproximaciones sucesivas puede realizarse en grupo. En este caso
hay que considerar en el momento de seleccionar los pasos del moldeamiento que han de ser
apropiados para la mayoría. Para aquellos individuos que no precisen de tantos pasos hay que tener en
cuenta la posibilidad de que dejen de prestar atención o se dediquen a otras actividades.
Otra posibilidad de moldeamiento es el automoldeamiento, donde el propio individuo lleva el proceso de
aproximaciones sucesivas por sí mismo. Este es el caso de las técnicas sexuales dirigidas al desarrollo
de la erección masculina o de la capacidad orgásmica femenina (Pérez, 1993). El programa de
masturbación para el desarrollo del orgasmo femenino es un tipo de automoldeamiento en el que la
mujer se va aproximando a una conducta final (orgasmo). Hawton (1989) ha elaborado un programa de
entrenamiento en masturbación que puede usarse con mujeres cuyo resumen recogemos en el siguiente
cuadro 2.

Cuadro 2
Procedimiento de automoldeamiento dirigido al desarrollo de la capacidad orgásmica femenina
(modificado de Hawton, 1989)

Programa de entrenamiento en masturbación

20
 Autoexamen general. Este ejercicio de autoexploración puede ser especialmente útil si la mujer
mantiene actitudes negativas hacia su cuerpo. Debería examinar su cuerpo e identificar tres
aspectos de su cuerpo que le gusten y otros tres que le gusten menos.
 Autoexamen genital. Examen visual de sus genitales, usando un espejo, identificando varias áreas
que previamente se le han indicado en un diagrama por el terapeuta, continuando con la
exploración de los genitales manualmente.
 Ejercicios para el incremento del tono de la musculatura pélvica.
 Masturbación. Estimulación genital para producir activación sexual, con atención centrada en
experiencias o sensaciones eróticas.
 Ayudas a la masturbación. Se pueden sugerir para facilitar la excitación sexual: literatura erótica,
fantasías sexuales, empleo de vibrador.

1.3 Aplicaciones
Además de en los campos relativos a los ejemplo que venimos utilizando, las aproximaciones sucesivas
reutilizan profusamente en el ámbito de la educación especial, principalmente en el autismo y en la
deficiencia mental. En estos campos el moldeamiento es la técnica de elección para el desarrollo del
habla y de distintas pautas motoras.

En el cuadro 3, aparecen las principales características del moldeamiento


Cuadro 3
Características del moldeamiento

Delimitación Se conoce como aproximaciones sucesivas o diferenciación de


respuestas y se fundamentan en el uso programado del reforzamiento y la
extinción (reforzamiento diferencial).
Objetivo Adquirir nuevas respuestas o incrementar respuestas que se encuentran
presentes de una forma muy elemental en el repertorio conductual del
sujeto.
Procedimiento Fraccionar una conducta terminal en pasos ordenados secuencialmente
de acuerdo a un criterio temporal de ejecución. Se refuerzan
consistentemente las respuestas más próximas a la conducta terminal y,
al mismo tiempo, no se refuerzan otras (extinción).
Duración de su efecto Larga.
Aplicación Aprendizaje del habla, escritura, pautas motoras,…, en sujetos con un
desarrollo cognitivo limitado bien por su edad, bien por otros motivos.

2. Desvanecimiento

El desvanecimiento es una técnica mediante la cual las conductas pueden mantenerse en ausencia de
apoyo externo o instigadores.
Para desvanecer una ayuda externa previamente ha tenido que haberse introducido. Así, un terapeuta
que esté enseñando vocabulario a un deficiente le muestra un caramelo o un dibujo suyo y le pide que lo
nombre. Si no se produce la respuesta verbal del niño puede ayudarle empezando la palabra “Ca…”, si
continúa sin haber respuesta por parte del niño el terapeuta continúa “Ca-ra…” y así sucesivamente
hasta que el niño diga la palabra. En este ejemplo las sílabas pronunciadas por el terapeuta son
instigadores verbales.
De la misma forma, si se pretende enseñar a un niño con retraso en el desarrollo a subir escaleras
alternando los pies en cada escalón, el terapeuta puede coger con su mano el pie del niño e iniciar el
movimiento correcto; progresivamente el terapeuta va aflojando la presión de su mano sobre el pie del
niño y retira gradualmente su guía física.

2.1 Procedimiento
El desvanecimiento tiene dos fases:

21
a) Fase aditiva, en la que se van proporcionando ayudas cada vez mayores hasta que el sujeto lleva a
cado la conducta objetivo;

b) Fase sustractiva, en la que se van retirando gradualmente las ayudas facilitadas; si fuera necesario
durante este proceso de desvanecimiento propiamente, se puede volver a introducir las ayudas iniciales,
hasta lograr el objetivo final.

En ambas fases se administra reforzamiento positivo de manera contingente a los avances.

2.2 Variantes
Siguiendo a Labrador y Cruzado (1993) el desvanecimiento de los instigadores puede llevarse a cabo de
varias formas:

 Disminuyendo la intensidad del instigador una vez que el sujeto imita la ayuda. En el caso de que se
esté enseñando la conducta de responder a la pregunta “¿Cómo te llamas?” a un niño autista, se
puede comenzar haciendo la pregunta en voz baja y antes de que el sujeto responda (él tendería a
repetir “¿Cómo te llamas?) decir en voz alta el nombre del sujeto (Pedro). Tras repetir y reforzar los
ensayos numerosas veces se pasaría a la fase de desvanecimiento del instigador (en este caso
instigador verbal) mediante la reducción de la intensidad del mismo (véase cuadro 4)

Cuadro 4
Desvanecimiento del instigador mediante la reducción de su intensidad

PREGUNTA INSTIGADOR RESPUESTA


¿Cuál es tu nombre? ¿Cuál es tu nombre?
¿Cuál es tu nombre? Pedro (voz alta) Pedro
¿Cuál es tu nombre? Pedro (voz normal) Pedro
¿Cuál es tu nombre? Pedro (voz baja) Pedro
¿Cuál es tu nombre? Pedro (voz muy baja) Pedro
¿Cuál es tu nombre? Pedro (moviendo los labios) Pedro

 Demorando el tiempo un poco más en cada intento antes de ayudar. Mediante esta forma de
desvanecimiento se iría demorando unos segundos en cada intento la ayuda o instigador; tras
preguntar “¿Cuál es tu nombre?” primero se esperaría dos segundos, luego tres y así
sucesivamente.
 Disminuyendo la extensión de la ayuda. Se trataría de decir menos cosas cada vez (véase cuadro 5).

Cuadro 5
Desvanecimiento del instigador mediante la disminución de la ayuda

PREGUNTA INSTIGADOR RESPUESTA


¿Cuál es tu nombre? ¿Cuál es tu nombre?
¿Cuál es tu nombre? Pedro Pedro
¿Cuál es tu nombre? Pedr… Pedro
¿Cuál es tu nombre? Peee… Pedro
¿Cuál es tu nombre? P… Pedro
¿Cuál es tu nombre? Pedro

El desvanecimiento es un procedimiento muy relacionado con el moldeado. De hecho, la aplicación del


desvanecimiento es imprescindible cuando en el moldeado se utilizan estímulos instigadores.

2.3 Aplicaciones
Al igual que los otros procedimientos de reforzamiento gradual, el desvanecimiento se utiliza en el campo
de la enseñanza de niños autistas y con deficiencias. Se ha empleado en el aprendizaje de
denominación de objetos, de figuras y letras, de la escritura, para aprender a contar, en el adiestramiento
de habilidades motoras (desplazamiento autónomo, subir escaleras, montar en bicicleta), etc.

22
Además de su aplicación en el ámbito infantil también se utiliza en el (re)condicionamiento de intereses
sexuales y para incrementar o desarrollar nuevas preferencias sexuales. Martínez (1997) aplicó este
procedimiento como técnica integrada en el tratamiento de un caso de impotencia sexual primaria; se
trataba de un varón de treinta años de edad y casado, que nunca había experimentado una erección en
sus relaciones heterosexuales. Dada la escasa excitación heterosexual del sujeto se le pedía que
observara fotografías de una revista o se imaginara escenas eróticas heterosexuales cuando se
masturbaba.

En el siguiente cuadro, se resumen las características fundamentales del desvanecimiento.


Cuadro 6
Características principales del desvanecimiento
Delimitación Consiste en hacer depender o ampliar la dependencia de la
conducta del sujeto de/a estímulos distintos a aquellos que en un
momento dado promovían el inicio de la respuesta (estímulos
instigadores)
Objetivo Transferir/generalizar la posibilidad de elicitar las respuestas
objeto de la intervención a otros estímulos discriminativos
(nuevos instigadores) distintos a los actuales.
Procedimiento El desvanecimiento presenta una fase aditiva y otra sustractiva.
Fase aditiva: se proporcionan ayudas (instigadores) cada vez
mayores hasta que el sujeto lleva a cabo la conducta objetivo.
Fase sustractiva: se retiran gradualmente las ayudas facilitadas
(desvanecimiento).
Duración de su efecto Larga.
Aplicación Aprendizaje de la escritura, de denominación de objetos, figuras
y formas, habilidades motoras, (re)condicionamiento de intereses
sexuales, etc.

3. Encadenamiento

Las conductas complejas se pueden descomponer en otras mas sencillas; esto permite al
terapeuta trabajar por separado cada uno de los eslabones simples E-R de la cadena conductual. El
encadenamiento es, pues, la unión de segmentos elementales en una única pauta conductual mas
amplia.
Un gran número de tareas de autocuidado que llevamos a cabo de manera cotidiana suponen el
encadenamiento de segmentos conductuales como lavarse los dientes, vestirse, prepara el desayuno,
etc.
Características principales del encadenamiento

Delimitación Las conductas complejas se pueden descomponer en otras más


sencillas hasta llegar a los eslabones más simples de la cadena
conductual (E – R). El encadenamiento es al unión de segmentos
elementales en una única pauta conductual más amplia. Cada
eslabón de la cadena sirve como una señal (Ed) para la siguiente
conducta en la cadena y como un reforzador (Er) para la conducta
precedente.
Objetivo Adquirir conductas más complejas combinado otras más sencillas que
ya figura en el repertorio conductual del sujeto.
Procedimiento Durante el entrenamiento se refuerza cada uno de los eslabones E –
R de acuerdo con los programas de refuerzo diseñados. Existen tres
posibilidades: presentar todos los eslabones de la cadena, encadenar
hacia a delante y hacia atrás (se realiza para beneficiarse de la
proximidad del reforzador).
Duración de su efecto Larga.

Semejanzas y diferencias entre desvanecimiento, moldeamiento y encadenamiento


(Martín y Pear, 1988)

23
DESVANECIMIENTO MOLDEAMIENTO ENCADENAMIENTO

Nueva conducta respecto Nueva secuencia de respuestas con


Nuevo control de de alguna dimensión física un estímulo de corte señalado el
Conducta estímulos de una conducta ( frecuencia, duración final de cada respuesta y el principio
Final particular. intensidad) de la siguiente.
……………………… …………………………………..
………………………… La conducta meta es La conducta final es mas compleja
La conducta meta puede normalmente simple. que en el moldeado.
ser simple o compleja. ……………………… …………………………………..
………………………… Las aproximaciones Todos los pasos de la cadena se
Los pasos no forman parte sucesivas no forman parte retienen en ambientes estructurados
necesariamente del control necesaria de la conducta o semiestructurados
de estímulos final. final.

Implica reforzar la
Implica un ambiente conducta en un ambiente Implica la unión de estímulos-
estructurado ya que la no estructurado en el que respuesta en ambientes
Procedimiento presentación de estímulos se tiene la oportunidad de estructurados o semiestructurados
de debe controlarse. emitir una variedad de
entrenamiento conductas.
………………………… ………………………… …………………………………..

Se precede “hacia delante” Se precede “hacia Se puede proceder “hacia atrás”


en términos del orden delante” en términos del
natural de la conducta orden natural de la
conducta
Implica instrucciones;
Puede implicar algún tipo puede implicar algún Implica instigadores verbales y
Otras de moldeado. instigador físico y físicos, guía física y desvanecimiento
consideraciones desvanecimiento en pasos en pasos sucesivos.
sucesivos. …………………………………...
………………………… ………………………… Implica menos extinción que en
Implica la aplicación Implica aplicación moldeado debido al fuerte control de
sucesiva de reforzamiento, sucesiva de reforzamiento estímulos establecidos por
pero no extinción. y extinción instigadores.

4. Principio de Premack:

Premack (1965), estableció que se puede usar una conducta más frecuente, como reforzador para
reforzar una conducta menos frecuente.
Para encontrar un buen reforzador para cada alumno, deberá observarse su conducta y comportamiento
durante un tiempo y precisar en qué emplea la mayor parte del tiempo.

Ejemplo: La madre de María desea que su hija incremente el número de horas que estudia y observa
que lo que más le agrada a su hija es ver la TV.
Entonces le dice: primero estudias 2 horas y luego puedes ver TV.

Las etapas en la implementación del principio de Premack son:

a. Determine cuáles son las actividades reforzantes para la persona.

b. Comunique al individuo cuáles son las conductas que desea que lleve a cabo en forma muy
clara.

24
c. Una vez que la persona realice la conducta, refuércelo permitiéndole el acceso a la actividad
deseada.

5. Control estimular

Se trata de eliminar o planificar aquellos estímulos que estén provocando o impidiendo la ejecución
de una conducta determinada la cual se pretende suprimir o implantar, respectivamente, en el
repertorio del sujeto.

Pasos para su aplicación

1. Se recogen, mediante registros, los estímulos que provocan la conducta a eliminar o, por el
contrario, aquellos estímulos que impiden la realización de la conducta a implantar.

2. Se seleccionan aquellos estímulos que se pueden manipular de acuerdo al objetivo


terapéutico.

3. Se planifica el ambiente del sujeto de acuerdo al paso anterior.

4. Se dan instrucciones precisas al sujeto para la modificación de la conducta de acuerdo al paso


anterior.

Posibles problemas en la aplicación de los pasos

1. El sujeto no tiene capacidad propia de control en alguna área de funcionamiento.

2. Los estímulos con los que se trabaja presentan dificultades para ser modificables.

3. No se detectan todos los estímulos implicados.

4. El sujeto no comprende bien las instrucciones para la modificación de los estímulos.

5. Los registros no recogen los posibles estímulos que aparecen en el ambiente del sujeto.

Estrategias de solución para los problemas anteriores

1. Se enseñan al sujeto estrategias que le ayuden a un control interno. Esas estrategias


dependen del motivo de la falta de autocontrol y pueden ser fundamentalmente: detención del
pensamiento, planificación de actividades, entrenamiento en habilidades sociales, etc.

2. Se introducen estímulos que contrarresten aquellos que presentan dificultades para eliminarlos
del ambiente en el que se mueve el sujeto.

3. Se utilizan auto registros, registro de personas cercanas al sujeto o el terapeuta acude al lugar
en el que se encuentran los estímulos a modificar.

4. Se dan las instrucciones por escrito; se ejemplifican; se le pide al sujeto que repita las
instrucciones que le ha dado el terapeuta y que ponga ejemplos.

5. El terapeuta se desplaza al lugar donde se encuentran los estímulos.

Características del terapeuta

- Capacidad para localizar estímulos.

25
- Conocimiento sobre como modificarlos.

Características del cliente

- Capacidad para detectar los estímulos que indica el terapeuta y modificarlos


- Capacidad propia de control.

TECNICAS OPERANTES PARA REDUCIR Y ELIMINAR CONDUCTAS

1. Reforzamiento Diferencial

Los procedimientos de reforzamiento diferencial son enfoques positivos para la reducción de conductas.
Poseen dos ventajas fundamentales frente a otros métodos reductores. En primer lugar, dependen de la
aplicación del reforzamiento y en segundo, resaltan la forma de conseguir la eliminación de conductas
inadecuadas mediante procedimientos constructivos.

Características principales de los procedimientos de reforzamiento diferencial

PROCEDIMIETNOS DE REFORZAMIENTO DIFERENCIAL


Reforzamiento Diferencial de Tasas Bajas (RDTB)
Delimitación Se basa en la reducción de conductas mediante el empleo de
métodos positivos, el reforzamiento.
Objetivo Reducir la tasa o frecuencia de emisión de una conducta
manteniéndola a un nivel tolerable, pero no eliminarla.
Procedimiento Reforzar un número predeterminado de respuestas (en razón a los
datos proporcionados por al observación en un periodo anterior o
de línea base).
Duración de su efecto Larga.
Aplicación Conductas que se desean debilitar pero no suprimir
completamente (reforzar al sujeto “protagonista” sólo si participa
un número determinado de veces).
Reforzamiento Diferencial de Otras Conductas (RDO)
Delimitación Se basa en la reducción de conductas mediante el empleo de
métodos positivos, el reforzamiento.
Objetivo Eliminar la realización de conductas inapropiadas.
Procedimiento Reforzar cualquier conducta, salvo la que se desea disminuir o
eliminar: reforzar la no emisión de la conducta – problema.
Duración de su efecto Larga.
Aplicación Indiscriminada.
Reforzamiento Diferencial de Conductas Incompatibles (RDI)
Delimitación Se basa en la reducción de conductas mediante el empleo de
métodos positivos, el reforzamiento.
Objetivo Eliminar la realización de conductas inapropiadas.
Procedimiento Reforzar conductas incompatibles a la que se desea eliminar.
Duración de su efecto Larga.
Aplicación Hábitos nerviosos: tics, tricolomanía, onicofagia, etc.

Reforzamiento Diferencial de Tasas bajas de Conducta (RDTB)

Se utiliza con conductas que se desean debilitar pero no suprimir totalmente. Por ejemplo, si un niño
acapara las discusiones de grupo, el maestro le reforzará sólo si participa un número menor de veces.
Por tanto, el RDTB consiste en administrar reforzamiento contingente a las respuestas emitidas después
de un período de tiempo fijo desde la última respuesta. Se trata de un procedimiento con carácter
tolerante, esto es, se desea transmitir al sujeto que su conducta es adecuada siempre que no se realice
en exceso.

26
Procedimientos y variantes

EL RDTB puede llevarse a cabo de varias formas (Deitz, 1985a):

a) RDTB de respuesta espaciada.- Se refuerza la conducta si ésta se distancia de la emisión


anterior por un período de tiempo mínimo, esto es, se refuerza el período entre respuestas.
b) RDTB de intervalo.- El reforzamiento se proporciona al final de un intervalo si se emiten
menos de dos respuestas de la conducta que se quiere reducir durante ese intervalo; si se emitiese una
segunda respuesta se demora la administración de reforzamiento hasta que vuelva a pasar el tiempo de
duración del intervalo de nuevo.
c) RDTB de sesión completa.- El reforzamiento se administra al final de la sesión de observación
completa si el total de respuestas no supera el número de respuestas especificadas (límite de RDTB).

Aplicaciones

El RDTB de respuesta espaciada es muy apropiado para conductas que sólo resultan
inadecuadas a causa de su alta tasa. Si, por ejemplo, un estudiante está “protagonizando” una discusión
en clase, el problema es el exceso de la conducta más que su topografía. Después de todo, intervenir
con un comentario en una discusión de clase es apropiado, sin embargo, intervenir demasiado impide la
participación de otros compañeros y resulta inapropiado. En este caso sería conveniente poner “espacio”
entre los comentarios del estudiante.
El RDTB e intervalo es útil con niños pequeños que necesitan un feedback más directo para
controlar problemas menores. En el caso de un niño que interrumpe con frecuencia en clase, el objetivo
de la intervención no sería eliminar por completo las interrupciones, ya que estas no son en sí mismas
inapropiadas. Así, se podría programar la administración de reforzamiento al final de cada intervalo en el
que sólo interrumpiera en una ocasión.
El RDTB de sesión completa es aplicable en aquellos casos en los que es necesario reducir una
cantidad general de conductas, siendo aceptable que algunas se emitieran ocasionalmente, y siendo
posible la demora de aplicación del reforzador hasta la finalización de un tiempo largo. Por ejemplo, en el
tratamiento del hábito de fumar se podría suministrar reforzamiento si tras un día el sujeto es capaz de
fumar menor número de cigarrillos del número prefijado como límite (20 cigarrillos), este límite se iría
reduciendo progresivamente hasta llegar al límite de 0, momento en el que el programa de reforzamiento
se convertiría en un programa de reforzamiento de otras conductas.

Reforzamiento Diferencial de Otras Conductas (RDO)

Se refiere a la administración de refuerzo por la no emisión de una conducta objetivo concreta


durante un período o intervalo de tiempo. Por ejemplo, si un niño se pelea durante el recreo, el maestro
le reforzará al final de cada recreo en el que no se haya peleado.

Procedimiento

Al igual que el RDTB el tamaño del intervalo inicial se determina por los niveles de respuesta de
la línea de base. Por ejemplo, si la conducta objetivo ocurre una vez cada siete minutos durante la línea
base, el intervalo inicial se situaría en siete minutos, maximizando de este modo la oportunidad para el
reforzamiento. Si tras siete minutos, no aparece la conducta, se proporciona el reforzamiento de forma
inmediata y se inicia un nuevo intervalo. Una vez que la conducta está bajo control, el tamaño del
intervalo se va incrementando gradualmente.
Un ejemplo de aplicación del RDO es en las conductas autolesivas, como golpearse la cabeza.
Si un individuo se golpea la cabeza con una frecuencia de tres veces por minuto como media en la línea
base, se comenzaría con intervalos de 15 ó 20 segundos para asegurar al máximo el acceso al
reforzamiento (un alimento atractivo para el sujeto, por ejemplo). Si durante el intervalo no se golpea la
cabeza, el sujeto recibirá el refuerzo inmediatamente al final del intervalo. Si comenzaran los golpes
durante el intervalo. Si cesaran los golpes durante el intervalo podría extenderse el mismo hasta 30
segundos, luego a 60 segundos y cada vez más tiempo, dependiendo de la continuidad del éxito.

27
Reforzamiento Diferencial de Conductas Incompatibles (RDI)

Se refuerzan conductas topográficamente incompatibles con las que se quieren eliminar. Ya que
las conductas incompatibles no pueden realizarse al mismo tiempo, el componente inapropiado de las
conductas incompatibles se debería disminuir, al mismo tiempo que el componente apropiado aumenta.
Por ejemplo, el reforzamiento del trabajador sentado reducirá el estar levantado, el de trabajar en silencio
reducirá el hablar o hacer ruidos.

Procedimiento

Para aplicar el RDI de manera efectiva es preciso tener en cuenta que:

1º Hay que elegir adecuadamente la(s) conducta(s) incompatible(s) a la que se pretende


eliminar.

2º Se ha de evaluar la línea de base de la(s) conducta(s) incompatible(s) para determinar la


frecuencia con que debe reforzarse así como seleccionar un programa de reforzamiento apropiado.

3º En el caso de que la(s) conducta(s) incompatible(s) no estuvieran en el repertorio conductual


del sujeto es preciso utilizar procedimientos de desarrollo de conductas como el moldeamiento o
encadenamiento o hacer uso de instrucciones o guías verbales.

4º Es fundamental ser cuidadoso de seleccionar una conducta incompatible que se reforzará en


el ambiente natural del sujeto tras la finalización del programa de tratamiento.

2. Coste de respuesta

El coste de respuesta es la pérdida de un reforzador positivo disponible con el objeto de eliminar una
conducta desadaptativa.

Características principales del coste de respuesta

Delimitación Pérdida de un reforzador positivo disponible.


Objetivo Eliminar una conducta desadaptativa.
Procedimiento Reteniendo de forma contingente a la conducta una cantidad de
reforzadores previamente obtenidos.
Duración de su efecto Larga (sobre todo si se combina con reforzamiento alternativo).

Procedimiento:

Para una aplicación efectiva del coste de respuesta han de tenerse en cuenta las siguientes
consideraciones:

1° Al plantearse la aplicación del coste de respuesta se han de tener en cuenta la posibilidad de


utilizar otros procedimientos, como la existinción, los procedimientos de reforzamiento diferencial, que
poseen un carácter menos aversivo.

2º Para que el sistema de costes de respuesta funcione es necesario permitir que el individuo
acumule una reserva de reforzadores.

3° La Efectividad del coste de respuesta depende de la magnitud del reforzador retirado

4° resulta adecuado procurar que la persona sometida aun programa de coste respuesta no
pierda todos los reforzadores debido a un sistema de coste de respuesta demasiado duro.
5° Es preciso informar a los sujetos de las “reglas del juego” para que conozcan que pérdidas
sufrirán por la ejecución de conductas inadecuadas.

28
3. Tiempo fuera

El tiempo fuera de reforzamiento positivo, o simplemente tiempo fuera (time out), consiste en la
supresión contingente de la oportunidad de obtener reforzamiento positivo durante un determinado
período de tiempo.

Características principales del tiempo fuera (de reforzamiento positivo)

Delimitación Supresión contingente de la oportunidad de obtener reforzamiento


positivo durante un determinado periodo de tiempo.
Objetivo Reducir o eliminar la probabilidad de ocurrencia de una conducta.
Procedimiento Se envía durante un tiempo al sujeto a un medio restringido, nada
reforzante. Para su aplicación se deben de tener en cuenta las
siguientes normas:
 Reforzar positivamente conductas alternativas adecuadas.
 Evitar que el lugar de aislamiento sea atractivo para el sujeto.
 Ubicar el lugar de aislamiento cerca de donde se interactúa.
 La duración del aislamiento debe ser breve: entre 5 y 20
minutos.
 Evitar cualquier reforzamiento durante los desplazamientos (ir,
venir) o durante el cumplimiento del aislamiento.
 Está contraindicada en conductas autorreforzantes como el
balanceo estereotipado.
Duración de su efecto Larga.
Aplicación Todo tipo de conductas desadaptativas que están mantenidas por
la atención.

Variantes de la técnica de tiempo fuera

Tiempo fuera de AISLAMIENTO  Forma más intrusita y restrictiva


 El sujeto es trasladado desde un área de reforzamiento y
situado en otro lugar menos reforzante.
Tiempo fuera de EXCLUSION  Supone una intrusividad intermedia.
 Implica la restricción del sujeto al acceso de reforzamiento
inmediato. El sujeto permanece en la misma habitación
pero es situado cara a la pared o tras una pantalla.
Tiempo fuera de NO EXCLUSION  Variante menos intrusiva.
(onservación contingente)  Se requiere que el sujeto permanezca al margen de la
actividad y observe el reforzamiento de la conducta
apropiada de sus iguales durante un periodo breve sin
participar en actividades reforzantes.

4. Saciación

El término saciedad o saciación hace referencia a la condición en la que un individuo ha


experimentado un reforzador hasta tal punto que ya no le resulta reforzante.
La saciedad es evidente especialmente en los reforzadores primarios como la comida, el agua y
el sexo. En un tiempo corto, cada uno de estos reforzadores en cantidades excesivas pierde sus
propiedades reforzantes e incluso puede convertirse en aversivo. Desde luego, la saciedad de los
reforzadores primarios es temporal ya que los eventos vuelven a adquirir un valor reforzante cuando
aumenta la privación. Los reforzadores secundarios o condicionados, tales como el elogio, la atención y
las fichas también están sujetos a la saciedad, aunque en menor medida que los reforzadores primarios.

Características principales de la saciación


Delimitación Se basa en el principio de saciedad del reforzador.

29
Objetivo Disminuir o eliminar conductas
Procedimiento Existen dos formas de aplicarse:
 Saciación de estímulo: administrar grandes cantidades de un
reforzador en un período de tiempo breve.
 Saciación de respuesta: emitir la conducta que se trata de
reducir de forma masiva.
Duración de su efecto Larga
Aplicación Tratamiento de tics, conductas de atesoramiento, de encender cerillas,
tabaquismo, etc.

5. Sobrecorrección

La sobrecorrección es un procedimiento desarrollado por Foxx y Azrin (1972, 1973) que implica
la administración contingente de consecuencias aversivas que se relacionan con el acto inapropiado al
que siguen.

Este proceso reductivo consta de dos componentes básicos:

a) Un procedimiento de restitución o sobrecorrección restitutiva, que requiere que el individuo


restaure el ambiente hacia un estado mucho mejor al que existía antes del acto. Por ejemplo, a un chico
que escriba sobre una pared se le ordenará no sólo que borre lo que ha hecho, sino también que limpie
toda la pared.

b) Un procedimiento de práctica positiva o sobrecorrección de práctica positiva, que requiere que


el individuo practique repetidamente una conducta positiva. Continuando con el ejemplo anterior, el chico
deberá escribir en un papel una serie de normas.

Procedimiento
1º Los procedimientos de sobrecorrección deben aplicarse tan rápidamente como sea posible
después de la conducta problema.

2º Hay que asegurarse de que la restitución y la práctica positiva recaen en aquellas conductas
que son claramente beneficiosas para el individuo.

3º Mientras el individuo está llevando a cabo actividades de sobrecorrección, restitutivas y/o de


práctica positiva no se le proporciona refuerzo.

4º Para maximizar la generalización, los procedimientos de sobrecorrección deben llevarse a


cabo en varios contextos y con diversos agentes de cambio.

5º Resulta conveniente combinar la sobrecorrección con el reforzamiento de conductas


alternativas adecuadas y constructivas.

Características principales de la sobrecorrección

Delimitación Implica la administración contingente de consecuencias aversivas


que se relacionan con el acto inapropiado al que siguen.
Objetivo Reducir o eliminar la probabilidad de emisión de una conducta.
Procedimiento A través de dos operaciones:
 Restituir o reparar los efectos de la conducta inadecuada
(recoge la colilla que ha tirado al suelo).
 Práctica positiva o repetición de la conducta apropiada
(recoge y deposita en los ceniceros todas las colillas del
pasillo).
Duración de su efecto Larga
Aplicación Conductas agresivas, autoestimulatorias, enuresis etcétera.
Ventajas y limitaciones del procedimiento de sobrecorreción

30
SOBRECORRECCIÓN
Ventajas Limitaciones
 Reduce las desventajas del castigo.  Requiere empleo de tiempo en su aplicación.
 Proporciona un modelo positivo y  El personal ha de estar preparado para
constructivo a los que observan. soportar reacciones oposicionistas.
 Contiene un elemento educativo.  Se precisa capacidad creativa para encontrar
 Posee efectos rápidos y duraderos. conductas adecuadas para practicar.

SISTEMAS DE ORGANIZACIÓN DE CONTINGENCIAS EN LA MODIFICACION DE CONDUCTA

1. Economía de fichas

Como ya hemos comentado en otro lugar (Olivares, Méndez y Mácia, 1997) los españoles Avendaño y
Carderera incluyen en su trabajo de 1859 una excelente descripción del diseño y aplicación de un
sistema de economía de fichas, lo cual constituye un notable antecedente de esta técnica.
Un sistema de reforzamiento basado en fichas, reforzadores secundarios generalizados, se denomina
economía de fichas por analogía con el funcionamiento de la economía basado en el dinero.
La economía de fichas es una técnica de modificación de conducta muy potente, cuyas principales
ventajas son:
a) Se potencia el valor de los reforzadores.- El poder reforzante de un estímulo depende de
variables como el estado del sujeto que lo recibe; por ejemplo, alguien que acaba de beber es
poco probable que lleve a cabo una tarea cuya recompensa es un refresco. En este sentido, la
economía de fichas al poner a disposición del sujeto una amplia gama de reforzadores el posible
efecto de la saciedad del reforzador se minimiza.

b) Se reduce la demora en el reforzamiento.- Hay reforzadores que no se pueden proporcionar


inmediatamente, como salir al recreo cinco minutos antes de la hora establecida. Sin embargo, sí
se le puede entregar en el mismo momento al escolar que ha trabajado una ficha canjeable. Las
fichas funcionan ellas mismas como reforzadores condicionados; para condicionar su valor
reforzante una estrategia que se puede utilizar es canjear inmediatamente las fichas al principio
e ir demorando progresivamente dicho canje.

c) Se evita la interferencia producida por otras formas de reforzamiento.- Cuando se proporciona un


reforzador material o actividad el sujeto interrumpe la conducta objetivo, como el niño a quien el
maestro le permite diez minutos de juego con la plastilina contingentemente a su conducta de
estudio.

d) Se individualiza y se flexibiliza el programa de reforzamiento.- La economía de fichas resulta muy


indicada para el tratamiento de grupos en ambientes institucionales, como hospitales, escuelas,
prisiones, psiquiátricos, cuarteles, etc., ya que respeta las diferencias de los sujetos en sus
preferencias de distintos reforzadores y posibilita la obtención fraccionada de recompensas, que
de lo contrario se ganarían o se perderían de golpe, por ejemplo, si el reforzador es la salida del
hospital la economía de fichas permite que a más fichas ganadas más tiempo de paseo.

Procedimiento:

La aplicación efectiva de un programa de economía de fichas requiere de dos fases: una fase de
implantación del sistema de fichas y una fase de desvanecimiento.

a) Fase de implantación.- La puesta en marcha de la economía de fichas requiere:

 Identificar las conductas-objetivo del sujeto o del grupo, que van a ser reforzadas.

 Elegir el tipo de fichas, puntos, boletos, marcas, estrellas, pegatinas, etc., más apropiadas
para los sujetos que van a ser tratados. Dependiendo de las características del los sujetos de
que se trate se utilizarán distintos tipos de reforzadores generalizados.

31
 Seleccionar los reforzadores de apoyo, que se canjearán por las fichas obtenidas. A la hora
de seleccionar los reforzadores de apoyo se han de seguir las mismas indicaciones que se
apuntaron más arriba para la selección de reforzadores. En este sentido hay que tener la
precaución de comprobar la cantidad y tipo de reforzadores que el individuo tiene disponible
en otros ambientes o por otros sujetos. Por ejemplo, podría darse el caso de un paciente
institucionalizado que estuviera obteniendo reforzamiento dispensado por visitas de sus
familiares además por asistir a un taller laboral. En este caso, los reforzadores disponibles
por otras fuentes deberían controlarse con el fin de que los reforzadores acordados en el
programa de economía de fichas constituyan una proporción bastante alta del total para que
resulten significativos para la “economía” interna del paciente (Hall, 1989).

 Especificar las condiciones de canje, es decir, el número de fichas que se va a entregar por
cada conducta objetivo, el número de fichas que vale cada reforzador de apoyo, el momento,
la forma, el lugar, etc., en el que las fichas podrán ser cambiadas, gastadas o ahorradas.

 Con frecuencia se incluyen en el programa de economía de fichas sistemas de señalización


como el costo de respuesta o el tiempo fuera de gasto de fichas (Sulzer-Azaroff y Mayer,
1983). El costo de respuesta requiere el pago de fichas después de una infracción. En
algunos sujetos el tener que pagar fichas puede provocar conductas agresivas por lo que se
puede hacer uso, como alternativa al costo de respuesta, del tiempo fuera del gasto de
fichas. Este tipo de penalización, consiste en un lapso de tiempo específico durante el cual el
sujeto no puede cambiar sus fichas. Durante ese tiempo se pueden ganar fichas pero no
gastarlas. Así mismo, se pueden incluir bonificaciones por tasas altas de la conducta
objetivo.

 Elaborar un registro para las fichas donde conste el número de fichas ganadas, canjeadas,
extraviadas y ahorradas.

Así, si un psicólogo desea aplicar una economía de fichas en un hospital psiquiátrico, en primer
lugar, selecciona las conductas-objetivo del programa: conductas de higiene y de aseo personal
como afeitarse, ducharse, hacer la cama, etc.; conductas laborales como escribir a máquina,
contestar el teléfono, etc. En segundo lugar, elige las fichas a utilizar, por ejemplo dinero de
juguete como el del “monopoly” o “palé”. En tercer lugar, dispone variados reforzadores de apoyo
que estén disponibles en el centro como tabaco, disponer de una silla para uso personal, elegir
habitación en el pabellón, salidas del hospital, etc. En cuarto lugar, especifica las normas de la
economía de fichas como el número de fichas que se va a entregar por cada conducta-objetivo,
el número de fichas que vale cada reforzador de apoyo, posibles bonificaciones por tasas altas
de conductas deseadas, etc. Finalmente, puede colocar un panel en la sala de reuniones de los
internos donde se va anotando las fichas obtenidas por cada uno de ellos.

b) Fase de desvanecimiento de la economía de fichas.- Tras la implantación del sistema de


economía de fichas se tiene que proceder a la retirada gradual de las fichas. Se pueden aplicar
diversas estrategias con el fin de desvanecer un programa de economía de fichas.(ver cuadro 1)

Cuadro 1
Estrategias utilizadas para la retirada gradual de una economía de fichas

 Aumentar el tiempo entre las entregas de fichas.


 Incrementar el criterio para la obtención de fichas.
 Reducir el número de fichas ganadas por la ejecución de las conductas objetivo.
 Aumentar el número de fichas necesario para ganar los reforzadores de apoyo.

Aplicaciones

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La economía de fichas puede aplicarse tanto a nivel individual como en grupos y es posible su
implementación para el desarrollo o la reducción de gran variedad de conductas. Así, la economía de
fichas resulta muy útil en las intervenciones en grupos en ambientes institucionalizados, como colegios,
psiquiátricos, etc.
En el Cuadro 2, se recogen las características fundamentales de la economía de fichas.

Cuadro 2
Características principales de los sistemas de fichas

Delimitación Sistema de reforzamiento basado en reforzadores secundarios


generalizados, de forma similar a como se realiza en el contexto
social con el dinero.
Objetivo Aumentar la probabilidad de emisión de una respuesta de baja
frecuencia.
Procedimiento Su implantación requiere:
 Identificar las conductas que van a ser reforzadas.
 Elegir el tipo de fichas más apropiadas para los sujetos que van
a ser tratados.
 Seleccionar los reforzadores de apoyo que se canjearán por las
fichas ganadas.
 Especificar las condiciones de canje, gasto o ahorro, momento,
forma, lugar, tiempo, etc.
 Establecer un sistema de penalización (costo de respuesta y
tiempo fuera de gasto de fichas) y un sistema de
bonificaciones.
 Elaborar un registro del número de fichas ganadas, cambiadas,
gastadas o ahorradas.
Duración de su efecto Larga.
Aplicación Tratamiento de grupos en ambientes institucionalizados (hospitales,
escuelas, psiquiátricos, cuarteles, etc.)

2. Contratos de contingencia

Un contrato de contingencias o contrato conductual es un procedimiento de cambio conductual en el que


se llega a un acuerdo entre las personas que desean que una conducta cambie (padres, profesores,
esposos, etc.) y las personas cuya conducta se quiere cambiar (hijo, estudiante, marido, mujer, etc.), o
entre dos personas (o más) en el que cada persona desea un cambio en la otra.
El contrato conductual es un documento escrito que explica las acciones que el sujeto está de acuerdo
en realizar y establece las consecuencia del cumplimiento y del no cumplimiento de tal acuerdo. Implica
relaciones del tipo si…entonces entre conductas y consecuencias (por ejemplo, si hace la comida,
entonces lavaré los platos).
Los términos del contrato se negocian activamente por las partes implicadas, llegando a un contenido
final con el que deben estar de acuerdo todas las partes implicadas y que han de firmar.
Existen algunas ideas básicas sobre las que se sustenta este procedimiento que hay que transmitir a los
sujetos (Dowd y Olson, 1985):

- El reforzamiento es un privilegio que se debe ganar, no es un derecho.


- Las buenas relaciones se basan en intercambios de reforzamiento.
- El valor de una relación está influido por los reforzamientos recibidos.
- Un contrato aumenta la libertad para las partes de ganar el reforzamiento que desean cada
una de ellas.

33
Procedimiento

Es importante seguir una serie de orientaciones a la hora de diseñar un contrato de contingencias


efectivo.

1º Las partes implicadas deben llegar a un consenso relativo a la(s) conducta(s) que constituirán el
objetivo del contrato. Así, se deben establecer los criterios conductuales en cuanto, cuándo, donde, con
qué frecuencia, etc. Del mismo modo, las conductas pactadas en el contrato deben existir en el repertorio
conductual del sujeto o sujetos a los que se les demanda el cambio. Las conductas específicas
requeridas deben ser observables y mensurables, con el fin de que cada parte pueda controlar
objetivamente cuando aparece la misma.

2º Deben especificarse las consecuencias positivas o privilegios contingentes a la ejecución de la


conducta en el criterio establecido. El reforzador ha de percibirse por las partes tan valioso como la
conducta requerida para ganarlo.

3º En el contrato se especifican las penalizaciones o consecuencias negativas por los fallos de cada
una de las partes en no llevar a cabo los cambios que le corresponden. Con la inclusión de pequeñas
penalizaciones se impide que una violación simple por alguna de las partes pueda resultar en la
finalización del contrato.

4º Por último, el contrato debe contener una cláusula de bonificaciones con privilegios adicionales
que pueden ganarse si al persona excede las demandas mínimas del contrato.

Variantes

Existen diversos tipos de contratos según el número de personas comprometidas en él.


Un contrato es unilateral cuando implica a una sola persona, esto es, el contrato se establece entre el
profesional y una persona. Este sería el caso de los contratos que se utilizan en el tratamiento de control
de hábitos, empleados como parte del tratamiento de la obesidad o el tabaquismo.
Por otra parte, los contratos multilaterales son aquellos en los que están implicadas varias personas
(además del profesional). Este tipo de contratos son más recomendables ya que las partes implicadas
actúan como agentes de reforzamiento y como agentes de control a la vez. Esta clase de contratos son
los que se establecen entre parejas con problemas como parte de la terapia de parejas.

Aplicaciones

Los contratos conductuales poseen amplias posibilidades de aplicación en una gran cantidad de áreas,
en diferentes problemas y tanto con adultos como con niños.
Un ejemplo de aplicación de los contratos es como parte integrante de paquetes multicomponentes de
tratamiento, tal cual es el caso del tratamiento conductual de la obesidad, con el fin de establecer por
escrito una serie de compromisos que deben pactar el paciente y el terapeuta. Saldaña y García (1997)
ilustran la utilización del contrato conductual como integrante de un tratamiento multicomponente en el
caso de una mujer obesa y que suscribieron la paciente, el cónyuge y el terapeuta. Los términos del
contrato hacían referencia a cuestiones formales de la terapia tales como horario, duración de la
intervención terapéutica, acudir a las sesiones de seguimiento, cumplir las prescripciones y colaborar
activamente en el tratamiento.

Unos términos parecidos de contrato se proponen en los contratos aplicados en el tratamiento del
tabaquismo. Becoña (1991) propone como elemento de su programa el depósito monetario restituible al
final y en los seguimientos a los seis y doce meses (6000 pesetas para trabajadores y 3000 pesetas para
no trabajadores) como parte del tratamiento. De este modo pretende aumentar la motivación del sujeto
para el tratamiento y los controles de seguimiento.

Otro campo en el que se emplean los contratos lo constituye la intervención en otras conductas adictivas
como toxicomanías, en concreto en el marco de las comunidades terapéuticas. Aquí, los contratos
combinados con los sistemas de fichas favorecen el aumento de motivación para participar en las

34
actividades programadas en la comunidad terapéutica. Los objetivos establecidos en el contrato (que se
van revisando con el paso del tiempo) pretenden la aproximación al objetivo final, que es la adaptación a
la vida fuera de la comunidad.

Sin embargo, el área de aplicación más interesante de los contratos de contingencias es en los
problemas interpersonales y, en concreto, en los problemas de pareja. Los contratos de pareja son muy
utilizados en terapia de pareja y resultan una forma simple de acordar las recompensas naturales
presentes en la relación de pareja. Los contratos estructuran los intercambios entre los miembros en
términos de quién hace qué para quién y cuándo. Actúan sobre los problemas de relación específicos y
su utilidad última reside en posibilitar que las parejas aprendan a negociar cambios concretos por ambas
partes, junto con las contingencias por el cumplimiento o no de los cambios. Mediante contratos quid pro
quo, los reforzadores por el cambio de la conducta de un miembro dependen de la modificación en la
conducta del otro miembro (por ejemplo, Si Lola llega a casa a la hora, Juan acostará a los niños por la
noche). Si se emplean contratos paralelos, los cambios en la conducta de una parte no se usan para
reforzar el cambio de conducta de la otra parte. En vez de esto, los reforzadores son independientes de
los aspecto conflictivos de la relación (por ejemplo, Cada vez que Lola llegue a la hora, ella y Juan se
irán a tomar el aperitivo antes de comer).

Liberman y cols (1987) muestran un ejemplo de los términos de un contrato acordado por un matrimonio
que llegó a tratamiento con quejas de creciente distanciamiento y separación. El marido sentía que su
mujer hacía mucho tiempo que no le demostraba su amor, a lo que la mujer respondía diciendo que él
raramente discutía los temas familiares con ella, que también evitaba las responsabilidades domesticas y
no tomaba decisiones. Después de tres sesiones de negociación firmaron el acuerdo cuyo contenido
aparece en el cuadro 3.

Cuadro 3
Ejemplo de contrato conductual establecido por un pareja

Contingencias
Pareja Conductas a cambiar Refuerzos
Marido  Conversar con su esposa 15  Su esposa iniciará un acercamiento
minutos al día en una hora sexual una vez a la semana.
conveniente para ambos.  Poder dedicarse a una afición dos veces
 Dejar a su esposa sola una hora a la semana, una hora.
al día dos veces por semana.
Mujer  Expresar aprobación una vez al  Poder hacer planes para el tiempo libre
día por las acciones de su una vez a la semana.
marido.  El marido hará una tarea casera a la
 Decir al marido que lo quiere o semana con el criterio de completa
decirle “Cariño” tres veces por satisfacción especificado por adelantado.
semana.

Una de las ventajas más importantes de los contratos de pareja lo constituye el hecho de posibilitar el
aprendizaje de habilidades de especificación, empatía, negociación y compromiso que pueden utilizar en
situaciones futuras como herramienta para la resolución de conflictos.

El cuadro 4 incluye las principales características de los contratos de contingencias.


Cuadro 4
Características principales de los contratos de contingencia

Delimitación Es una técnica que se fundamenta en el reforzamiento recíproco y


que se encuadra dentro de las técnicas que fomentan el autocontrol.
Objetivo Aumentar la probabilidad de emisión de respuestas de baja
frecuencia.
Procedimiento Llegar a un compromiso escrito de intercambio/correspondencia
de/entre conductas y consecuencias. Puede realizarse sobre la

35
base de tareas y consecuencias aceptadas o tareas y
consecuencias pactadas.
Duración de su efecto Larga. (si las contingencias del contrato se convierten en
contingencias naturales del ambiente)
Aplicación Problemas de pareja, de relación entre padres e hijos, fomento de la
conducta pro social en contextos institucionales (familia, escuela,
cárceles,…), incremento del rendimiento escolar, etc.

ANALISIS Y DIAGNOSTICO FUNCIONAL EN LA EVALUACION CONDUCTUAL Y ESTRATEGIAS DE


IMPLEMENTACION DE PROGRAMAS E INTERVENCION EN LA MODIFICACION CONDUCTUAL

El primer paso para desarrollar la intervención conductual es, como hemos indicado, la
identificación del objetivo. El modificador de conducta depende para ello de los resultados de la
evaluación. La evaluación conductual es una investigación sistemática que se propone determinar: el
área problemática, los problemas específicos del cliente y las respuestas-blanco y la fuerza de dichas
respuestas blanco. Estos distintos datos permiten formular el o los objetivos de la intervención. La
evaluación conductual también se propone identificar las condiciones determinantes que tengan relación
con dichas respuesta-blanco, este proceso se denomina análisis funcional de la conducta.

Estrategias de evaluación conductual

Las estrategias de evaluación que utiliza el modificador de conducta son:


a. Observación directa. Se refiere al registro de las conductas observadas en el individuo en las
situaciones naturales en que se desenvuelve o en algún ambiente controlado. Estas técnicas de evaluación
ya fueron descritas.

b. Listas de chequeo conductual. Son una relación o inventario de síntomas (conductas específicas)
relacionados con algún área particular de la conducta (por ejemplo, comportamiento emocional, habilidades
sociales, etc.) Para cada síntoma se da una escala graduada, que permite al sujeto responder con cuánta
frecuencia aparece la conducta (por ejemplo, "nunca", "a veces", "siempre", etc.)

c. Autorreportes. Son similares a las listas de chequeo, con la diferencia de que los ítems están
redactados de tal manera que describen las conductas del propio sujeto. Además, pueden incluirse
conductas encubiertas, es decir, aquéllas que sólo pueden ser referidas por el propio sujeto, por ejemplo, las
que tienen que ver con estados de ánimo, sensaciones, pensamientos, etc.

d. Entrevistas. Es una conversación más o menos guiada o estructurada, que permite al


modificador de conducta obtener información sobre el caso. En ocasiones, las entrevistas también pueden
emplearse como una medida de intervención, o colaborar con las acciones de intervención.

Evaluación de áreas problema e identificación de conductas problema

El especialista inicia el procedimiento de evaluación conductual obteniendo del cliente una lista
de las áreas problemáticas principales. Dicha lista se puede usar junto con las entrevistas, para
identificar mejor las áreas principales de dificultad. A veces, un cliente acepta que todas las áreas
problemáticas han sido señaladas, pero luego indica la existencia de otros problemas. Estos problemas,
ahora presentados, pueden señalar la necesidad de reordenar el tratamiento. Hay clientes, sin embargo,
que cambian de problemas o tratan de evitar que se trate determinado problema presentando nuevos
problemas o crisis en cada entrevista e insistiendo en que el nuevo problema pase a primer lugar. En
estas situaciones de crisis, el modificador de conducta quizá tenga que intervenir antes de llevar a cabo
la evaluación conductual sistemática, porque el cliente tal vez necesite recursos, marcos de referencia o
asistencia directa. Tales son las urgencias que suelen presentarse cuando el cliente ya es un suicida,
requiere hospitalización inmediata o cuando es preciso aplicar una acción inmediata para proporcionar
alimento, casa o atención médica.

36
Se suele presentar un área problemática en el papel, rol o posición en el que el cliente
experimenta alguna dificultad, por ejemplo, como padre, maestro, empleado o cónyuge. Así, entre las
áreas problemáticas pueden estar la disciplina de los niños, las habilidades sociales o las relaciones
maritales. El aislamiento del área problemática permite al modificador de conducta poner la mira o
enfocar rápidamente los patrones conductuales que se refieren al desempeño inadaptado en el
funcionamiento dentro del rol o papel.
Si el cliente presenta varias áreas problemáticas que se deban tratar, el modificador de conducta
podrá aplicar los siguientes cuatro criterios para determinar las preferencias en el tratamiento:

1. El problema por el que tanto el cliente como sus allegados (ejemplo: familia, amigos,
profesores) expresen preocupación más inmediata. Ejemplo: Un homosexual desea tener
relaciones heterosexuales. Una madre quiere que su hijo no llore al ir a dormir.

2. El problema que tiene consecuencias aversivas o negativas amplias para el cliente, sus
allegados o la sociedad, si no se tratan inmediatamente. Ejemplo: Un joven será despedido
de su trabajo a menos que asuma una actitud de cooperación con sus compañeros. Se
expulsará de la escuela a una estudiante, a menos que asista con más frecuencia.

3. El problema que se pueda corregir más rápidamente, considerando recursos y obstáculos.


Ejemplo: Lorenzo y Pepita deciden resolver sus problemas acerca de las cuestiones
económicas antes de tratar los problemas sexuales.

4. El problema que requiere tratamiento antes de que se pueda proceder a los demás
problemas. Ejemplo: El señor y la señora Pérez optan por resolver los desacuerdos que
tienen sobre la educación de los hijos antes de tratar los problemas del comportamiento de
los niños.

Al considerar estos criterios, el cliente ha de participar activamente en ordenar las preferencias.

ANÁLISIS FUNCIONAL DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

La modificación de conducta es un enfoque psicológico que comprende un conjunto de


conocimientos sobre el aprendizaje humano, que se ha obtenido de estudios científicos realizados por
numerosos investigadores de la conducta
Según este enfoque, la conducta de las personas debe estudiarse de manera objetiva y sólo las
conductas que se puedan observar, no en base a cusa interna hipotéticas.
Por lo tanto, es de vital importancia estudiar el medio físico y social en que se relacionan las
personas, ya que en estas relaciones es donde se halla la clave de los problemas que presentan los
individuos.

La evaluación conductual

La conducta sobre la cual la modificación de conducta interpreta, corrige y eval. A los problemas
humanos a intervenir s ele da el nombre de Evaluación Conductual y más específicamente dentro de
esta metodología se desarrolla una estrategia principal denominada Análisis Funcional de la
Conducta.
Es importante comprender que el comportamiento humano no se da en un vacío, tanto las
conductas aceptables como las no deseables ocurre en un contexto que se puede identificar y por
consiguiente tener un panorama más amplio de cuándo, dónde y por qué ocurre la conducta.
Por lo tanto, el Análisis Funcional de la Conducta es la relación que existe entre los estímulos
antecedentes, conducta y estímulos consecuentes.

a. Los Estímulos antecedentes: Se refiere a todo aquello que ocurre inmediatamente antes
que se manifieste la conducta problemática y sirve de estímulo para que se manifieste.

37
b. La Conducta: Es la respuesta que surge porque hay estímulos en el contexto ambiental
inmediato que nos impulsan a actuar (correcta e incorrectamente) y una vez que nos
comportamos hay estímulos que se dan después de la conducta que la fortalece, si son
eventos que para el individuo son interpretados como positivos o la disminuyen si los
interpreta como negativos o “desfavorables”.

c. Los Estímulos Consecuencias: Son los que ocurren inmediatamente después de la


conducta. Ejemplo: En clase de Historia, Mario habla continuamente con Juan y éste le
responde y ambos ríen.

Principio del análisis funcional

Es más probable que las conductas que van seguidas por consecuencias agradables, ocurran de nuevo
en el futuro y es más probable que las conductas seguidas por consecuencias desagradables no se
presenten en el futuro.
Es decir que las consecuencias pueden fortalecer y/o debilitar la conducta futura
El Análisis Funcional también puede verse como indicador de los puntos donde potencialmente deben
dirigirse las estrategias de cambio conductual.
Por ejemplo, establecer cambio en los antecedentes, en las consecuencias o en ambas.

ETAPAS Y ESTRATEGIAS EN LA PLANIFICACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DE UN PROGRAMA DE


MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

Las siguientes son las etapas y/o pasos y estrategias a seguir para diseñar un programa de
modificación conductual:

PRIMERO: Especificar y/o modificar la(s) conductas(s) a ser intervenida(s) y/o que se desea(n)
modificar. También se conoce a este paso como el establecer la(s) metas) y/o blanco(s) de la
intervención.

Ejemplos:
 El maestro y/o mamá de Sonia desean fomentar que estudie matemáticas.
 El papá de Ramiro desea que abandone la conducta de limpiar sus manos en la ropa.

Al tomar la decisión para seleccionar la conducta problemática para ser modificada (disminuirla
y/o eliminarla), puede considerarse los siguientes aspectos.

1. La frecuencia de la conducta:
Algunas conductas ocurren muy pocas veces de manera que no sería necesario un
programa formal de modificación de conductual. Lo contrario también es cierto, algunas
conductas ocurren demasiado frecuentemente de manera que es claro que requieren un
programa de cambio.

2. La duración de la conducta:
Algunas conductas aunque pueden ser inaceptables, son moderadas o menores en
grado de molestia que producen. Por lo general no perjudican el proceso de la clase o de
situaciones en el hogar. De seguro hay conductas de que aunque no son frecuentes, son muy
duraderas y perturbadoras. No solo afectan al individuo en su funcionamiento, sino que
interfieren con el programa del salón de clases y/o actividades familiares. Estas conductas
pueden ser blanco para la modificación.

3. La identidad de la conducta:
Igual que con la consideración anterior (N° 2). Algunas conductas aunque pueden ser
inaceptables, son moderadas o menores en grado de la molestia que producen. Por lo general
no perjudican el proceso de la clase o en situaciones en el hogar. Sin embargo hay conductas
que aunque no son frecuentes, son muy duraderas, intensas y perturbadoras. No solo afectan al

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individuo en su funcionamiento, sino que interfieren en el programa del salón de clases y/o
actividades familiares. Estas conductas pueden ser blanco para lo modificación.

4. El tipo de conducta:
Un aspecto o característica adicional a ser considerada en la selección de la conducta
meta/blanco para ser modificada es el tipo de conducta. Algunas conductas que son
perturbadoras para las personas adultas o niños, pueden que sean verdaderamente normales
desde el punto de vista del desarrollo del individuo. De hecho el niño sería considerado anormal
sino manifestara dicha conducta.
Es claro en establecer si una conducta es problemática, además de los aspectos
mencionados, interviene la visión personal de quien evalúa en comportamiento, los factores del
desarrollo humano y elementos socio – culturales específicos al medio donde se presenta la
conducta.
En la decisión de modificar una conducta problemática (en el caso de buscar aumentar el
número de veces y/o el tiempo de presentación de un comportamiento), los siguientes aspectos
se pueden considerar:

a. La frecuencia de conducta: usualmente la conducta no se presenta o lo hace muy pocas


veces.
b. El tiempo de duración de la conducta: La conducta no se presenta con una duración
temporal adecuada.
c. El tipo de conducta y el contexto ambiental: El contexto ambiental requiere un tipo de
conducta deseable particular que el individuo no presenta y/o lo hace infrecuentemente.

 Es generalmente lo más recomendable que al comienzo, mientras intentamos


adquirir destreza en la modificación conductual, NO intentemos cambiar más de
de una conducta de un individuo o un grupo a la vez. El implementar varios
programas de cambio simultáneamente, con una con una frecuencia resulta en
que seamos ineficientes. Consecuentemente, las intervenciones serán menos
efectivas y/o inefectivas por completo. En esto nos puede ayudar el establecer la
modificación de conducta en orden de prioridad luego de considerar los criterios
expuestos anteriormente. Sin embargo, después de todas las consideraciones, a
veces es mejor empezar por una conducta relativamente fácil, mientras vamos
ganado experiencia, para intervenir conductas más complejas y con la
modificación de múltiples conductas más complejas y con la modificación de
múltiples conductas a la vez.

SEGUNDO: Un aspecto que distingue a la M.C. de muchas otras formas de intervenciones la exactitud
en la especificación de las metas y/o el “blanco” de la intervención. Para este propósito los problemas y/o
conductas a ser intervenidos pasan por un procedimiento que se llama operacionalización.

 Un evento o conducta se define operacionalmente cuando se divide en forma concreta y


específica en elementos o conductas de los cuales se compone, de manera que resulte fácil de
identificar y pueda inclusive ser observable y medible.

En la M.C. las metas “blanco” y/o conductas son clarificadas en forma más precisa y específica
cuando los términos utilizados para describir los problemas o conductas a intervenir se definen
operacionalmente.

Los siguientes criterios pueden ser utilizados para operacionalizar las conductas meta/blanco para la
modificación:

1. Establecer la meta (problema y/o conducta) para la modificación en forma concreta.


2. Establecer el problema o conducta a modificar en forma medible.
3. Establecer el problema o la conducta a modificar en forma observable.

Las siguientes ventajas son resultado de operacionalizar:

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a. La comunicación se facilita mediante la exactitud y objetividad en definir los términos.
b. Se reducen las interpretaciones subjetivas.
c. Es más fácil verificar cambios en las conductas y/o problemas cuando son definidos en
forma de eventos observables y cuantificables.

En el ejemplo presentado anteriormente, tenemos que una posible operacionalización podría ser:

“El maestro y la mamá de Sonia desean que aprenda las tablas de multiplicar del 2 al 6”
Ahora sabemos más exactamente hacia donde debemos dirigir los esfuerzos para el programa de
cambio conductual.

TERCERO: Establecer un método para registrar la(s) conducta(s) que se desean modificar según se han
operacionalizado. El registro también deberá incluir todos aquellos eventos ambientales (externos),
individuo (si los hubiere) tales como: enfermedades, cansancio, hambre, sueño, etc.
Los dos tipos de registro más comúnmente utilizados son los de Frecuencia y de Tiempo de Duración.

Los registros de frecuencia, como su nombre los dice permiten recolectar el número de veces
que ocurre una conducta que previamente hemos designado y operacionalizado, para luego establecer
un programa de modificación de la misma.

Los registros de Tiempo de duración, permiten recolectar información sobre el tiempo de que
dura la presentación de una conducta en particular que previamente hemos designado y
operacionalizado, para luego establecer un programa de modificación de la misma.

Al final de esta sección se presentarán los formatos para cada uno de los registros presentados y
ejercicios sobre su uso correcto. Los registros ayudan a que tengamos información más objetiva y
precisa de las variables y/o circunstancias que tienen influencia antes – durante – después de que
ocurre(n) la conducta(s) “blanco” para la modificación.

Los registros se llevan a cabo realizando observaciones directas de la conducta del individuo
bajo estudio en el lugar o lugares donde esta ocurre, llevando el resultado de los datos observados en la
forma o planilla de registro correspondiente. De la misma manera se recolectan los datos para establecer
los eventos que operan como antecedentes y consecuencias de la conducta problemática observada.

Al realizar las observaciones, debemos procurar ser discretos de manera que no sea tan
evidente para el individuo que su conducta se encuentra bajo observación.

Los registros y la información obtenida a través de ellos ayuda a establecer el análisis


funcional, lo cuala su vez permite establecer un análisis secuencial de los eventos que dan lugar al
comportamiento a ser modificado (eventos que ocurren antes – durante- después de dicho
comportamiento). Si establece la secuencia correcta, el tratamiento se podrá establecer en forma más
precisa en dirección a las secuencias inapropiadas y/o que no sean funcionales.

La información obtenida a través de los registros en cuanto a la cantidad de veces que ocurre
una conducta y/o el tiempo que dura la presentación de una conducta problemática, es un indicador
objetivo y numérico del nivel en que se encuentra ocurriendo dicha conducta. Lo cual es un punto
departida o “Línea base” del cual podemos partir para iniciar la intervención del cambio conductual, para
después de un tiempo razonable en que se ha aplicado el programa, volver a realizar un nuevo registro y
tener base de comparación pre – post intervención y entonces poder establecer si están logrando los
resultados de cambio esperados. Por ejemplo, si antes la intervención ante una conducta problemática
presenta “línea base” con una frecuencia de ocurrencia de la conducta igual a 50 ocasiones en una
semana y después de la intervención la “línea base” de ocurrencia de la conducta es de 20 ocaciones.
Tendremos que la problemática ha disminuido en 30 ocasiones semanales, lo que nos muestra un
cambio en forma más objetiva y exacta.

CUARTO: Establecer los resultados del Análisis Funcional con los datos recolectados a través de los
registros para observaciones de conducta.

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Por ejemplo, si para registrar el comportamiento bajo estudio utilizamos formato de registro por
frecuencia, entonces en esta parte ya tendremos los resultados numéricos de cuantas veces ocurrió
durante el período observado la conducta problemática (10, 17, 19 y/o 25 veces por semana. etc.). Esto
anterior sería nuestra LÍNEA BASE o nivel previo al tratamiento y/o aplicación de las estrategias
técnicas para promover el cambio.

En este paso también haremos recuento de los datos que hemos obtenido en cuanto a cuales
son los eventos que están operando como antecedentes y consecuencias para la conducta
problemática bajo estudio.

Luego de tener los elementos anteriores, tomaremos la decisión estratégica de hacia donde es lo
más conveniente dirigir el énfasis de la aplicación de las técnicas de intervención. Nuestras opciones
según los datos que nos han brindado los registros en base de las observaciones directas que hemos
realizado pueden ser las siguientes (según se ha mencionado anteriormente):

Establecer cambios en los:

 Antecedentes.
 En las consecuencias.
 En ambos anteriores.

QUINTO: Elección de las estrategias técnicas para la intervención. Antes de continuar con este paso es
conveniente aclarar que por lo general las intervenciones o programas de cambio conductual están
dirigidos básicamente a los siguientes propósitos:

1. Aumentar la frecuencia y/o duración de conductas apropiadas exclusivamente.


2. Disminuir y/o eliminar la frecuencia o duración de conductas inapropiadas exclusivamente.
3. Disminuir la frecuencia y/o duración de una conducta inapropiada, a la misma vez que se
aumenta la frecuencia o duración de una conducta apropiada necesaria para la persona.}

Es de gran importancia que se establezca con cierto grado de certeza el nivel de la frecuencia,
duración o intensidad de conducta que deseamos que la persona muestre luego del programa de
cambio, a partir del nivel en que el individuo ya posee dicha conducta (que podría ser desde cero hasta
un nivel de frecuencia bajo o moderado) en caso de buscar aumentar la misma. Lo anterior aplica al caso
de desear reducir o eliminar conductas. Podemos desear que se reduzca a cero o que se establezca un
cierto nivel de frecuencia, duración o intensidad.

La aplicación apropiada de las técnicas se supone nos ayude a lograr el propósito de intervención o
cambio conductual que hemos elegido como el más apropiado dentro de las circunstancias del caso
particular.
Al finalizar la presentación y descripción de los pasos necesarios para la implementación de un
programa de cambio conductual, se dedicará una sección completa a la presentación y uso efectivo de
las técnicas conductuales que mejor pueden servirnos para los propósitos del libro.

SEXTO: En este paso se lleva a cabo la evaluación final del programa de cambio conductual y el
principal énfasis se encuentra en decidir si hemos obtenido los resultados deseados y/o si estamos en el
camino hacia conseguirlos. También es el momento de reevaluar y hacer las modificaciones pertinentes
para maximizar el logro de las metas.

Para los propósitos anteriores es necesario que volvamos a llevar el registro de conducta (en
este momento ya no es necesario volver a establecer los eventos antecedentes y consecuencias, a no
ser que por alguna razón lo consideremos necesario). Con los datos obtenidos vamos a establecer una
“línea base final” la cual compararemos con la “línea base” inicial y/o pre – intervención, para
establecer si la diferencia de datos refleja un saldo a favor del resultado esperado. Por ejemplo, si en la
“línea base” inicial la conducta bajo intervención tenía una frecuencia de 30 veces semanales y en los
resultados de la “línea base” tenemos una frecuencia de 15 veces semanales o menos, esto quiere decir
que la conducta problemática esta disminuyendo y por consiguiente el programa y las estrategias
implementadas están dando un resultados positivo.

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SEPTIMO: Estableciendo los resultados en forma gráfica. En ocasiones puede ser relevante el que
podamos mostrar los resultados y/o avances del programa a otras personas incluyendo a la persona
misma bajo intervención. Entonces podemos hacer una gráfica donde se reflejen los resultados de los
registros con relación al nivel pre – intervención y post – intervención.
Por lo común los datos a graficarse son los dos (podrían ser más dependiendo de la complejidad de la
intervención):

1. La frecuencia y/o duración de la conducta bajo el programa.


2. El número de días de duración del programa.

 Ver la gráfica utilizada como ejemplo para usarla de modelo para hacer la gráfica de resultados y
colocar en ella los datos.

Las gráficas pueden ser sencillas o más sofisticadas dependiendo de nuestros recuerdos y
conocimientos para hacer dichas gráficas (por ejemplo, en forma de barras, en tres dimensiones, usando
líneas simplemente, etc.). A continuación presentaré una gráfica utilizando el método sencillo de usar
líneas.

MODIFICACIÓN CONDUCTUAL
Graficando los resultados de un Programa de Intervención Conductual

10

8 Línea Base Intervención

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
Días de Intervención

EVALUACIÓN DEL PROGRAMA: I. LÍNEA BASE CONDUCTUAL

Una característica fundamental, que distingue claramente a la modificación de conducta es la


evaluación cuidadosa y sistemática de sus intervenciones. Al respecto, el modificador de conducta se
plantea dos preguntas fundamentales. La primera es: ¿Se están produciendo cambios en la respuesta-

42
blanco durante la administración del programa? La segunda: Los cambios observados durante el
tratamiento, ¿se deben al tratamiento en sí, o a factores extraños?
Mientras que muchas personas que aplican los programas sólo se interesan por la primera
pregunta, el modificador de conducta suele interesarse por ambas. Una vez que está clara la causa del
cambio conductual, se incrementa nuestro conocimiento sobre las variables que controlan la conducta.
Además, si se demuestra que el programa es responsable del cambio conductual, se puede aplicar al
mismo individuo en el futuro, o a otros clientes y escenarios con una confianza aumentada en que la
conducta puede cambiar también en esas nuevas aplicaciones.
Por tanto, hay dos aspectos importantes de la evaluación de un programa de modificación de
conducta. El primero tiene que ver con la medición continúa de la conducta, tanto antes, como durante y
después del tratamiento, con el fin de determinar si dicho tratamiento está produciendo efectos. El
concepto de Línea Base hace referencia a este primer aspecto. El segundo se relaciona con ciertos
procedimientos para organizar el número y secuencia de los tratamientos, lo que permite al modificador
conductual evaluar los factores que pueden ser responsables de los cambios conductuales detectados.
Estos procedimientos se denominan diseños experimentales conductuales.

El concepto de línea base conductual

Se denomina línea base (LB) a la medición que se realiza de la respuesta-blanco. Así pues, la LB
está constituida básicamente por los datos que arroja dicha medición. Las mediciones de LB abarcan un
período arbitrario de tiempo. Por lo general, la LB suele distinguirse en línea base pre-tratamiento, durante el
tratamiento y post-tratamiento. La LB de pre-tratamiento se refiere al registro que se hace de la conducta-
objetivo antes de aplicarse alguna técnica de modificación conductual. La LB de tratamiento es el registro de
la respuesta-blanco durante la aplicación de una técnica de modificación conductual. La LB post-tratamiento
es el registro de la respuesta-blanco que se realiza después de finalizada la aplicación de una técnica de
modificación conductual.
La LB permite evaluar los efectos de uno o más tratamientos, pues permite una comparación
objetiva de los resultados obtenidos durante las fases de tratamiento y de no tratamiento, o entre fases que
abarcan diferentes tratamientos. La LB de pre y post-tratamiento equivalen, por tanto, al grupo control. Por
ello, la LB pre y post-tratamiento se denomina también LB control. Asimismo, se deberá tener en cuenta el
concepto de nivel operante, que se refiere a la LB de una respuesta-blanco antes de que se haya realizado
cualquier tipo de tratamiento o manipulación experimental. En la investigación básica, el nivel operante se
refiere al nivel de una respuesta antes del condicionamiento, mientras que en la modificación de conducta,
se refiere al nivel de la respuesta-blanco antes de iniciarse la intervención.
Como hemos indicado, una primera pregunta de importancia es si ocurren cambios en la respuesta-
blanco durante la intervención. Para responder a ella, los registros de LB deben ser continuos y deben
utilizar, a lo largo de todo el proceso, la misma medida de respuesta. Así, si durante la fase de pre-
tratamiento, la respuesta-blanco es medida a través de su tasa de ocurrencia, esta misma medida debe
utilizarse durante las fases de tratamiento y post-tratamiento. Es importante aclarar que, principalmente
en la modificación de conducta, la LB pre-tratamiento usualmente corresponde a una conducta que ocurre
bajo condiciones no controladas, ya que todavía no se está aplicando ninguna técnica de control conductual,
puesto que la aplicación corresponde a la fase de tratamiento. En otros casos, especialmente en la
investigación básica (es decir, en el Análisis Experimental del Comportamiento), la LB pre-tratamiento suele
corresponder a una conducta que ya está ocurriendo bajo condiciones controladas (por ejemplo, bajo los
efectos de algún programa de reforzamiento), y el tratamiento consistirá en cambiar algún aspecto
específico de dichas condiciones (por ejemplo, cambiar el programa de reforzamiento o algún aspecto o
componente del mismo; introducir un determinado estímulo nuevo, una droga, producir quirúrgicamente una
alteración orgánica, etc.)
Para ser útil, la LB debe poseer ciertas características. La LB debe ser, en primer lugar, estable.
Debe recordarse que la finalidad de la LB es permitir la comparación entre condiciones de tratamiento y no
tratamiento, o entre distintos tratamientos. Sólo es posible realizar una comparación confiable cuando los
datos muestran estabilidad, es decir, poca variabilidad. Esto significa que la conducta muestra poca
variación entre las distintas sesiones de observación, y dentro de ellas. A veces la respuesta-blanco muestra
alguna tendencia, ya sea de incremento o reducción progresiva. Lo conveniente es extender el período de
observación hasta que esa tendencia desaparezca. En las LB de control, a veces es posible concluir el
período de observación aunque se mantenga alguna tendencia siempre y cuando esa tendencia sea
opuesta al cambio conductual que se pretende con el tratamiento.

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Otra característica importante de una buena LB es la sensibilidad. Esta quiere decir que una buena
LB puede ser significativamente alterada ante cualquier manipulación experimental, ya consista ésta en
iniciar o terminar un tratamiento, en cambiar de un tratamiento a otro o en cambiar algún aspecto del
tratamiento. Una LB no es adecuada cuando no logra mostrar cambios en la conducta al ocurrir alguna
manipulación experimental. En algunos casos, puede haber ocurrido un cambio en la conducta, sin
embargo, si el registro no es el más adecuado, ese cambio no será advertido y se podría concluir
erróneamente, que el tratamiento no ha tenido efectos.

Tipos de línea base

Línea base simple. Hablamos de LB simple cuando medimos exclusivamente una categoría conductual.
El registro de LB simple se limita a computar una medida de conducta y se comparan las fases
observacional y manipulativa.

Línea base concurrente. Este tipo de LB comprende el registro de dos o más respuestas-blanco que
pueden presentarse simultáneamente. La obtención de una LB concurrente puede tener tres objetivos:
a. El programa de intervención está planeado para abarcar más de una respuesta-blanco, y por
consiguiente, se toman medidas de tantas conductas como programas específicos se vayan a diseñar y
aplicar.
b. Se proyecta la modificación de varias respuestas-blanco, pero sólo se intervendrá sobre una
o dos de ellas, sin afectar directamente al resto. Se desea evaluar si la intervención sobre una de las
conductas, modifica también a una parte o a todas las conductas registradas, sin necesidad de
diseñar programas específicos para cada una de ellas. Se procede así cuando se sospecha que
varias conductas pueden estar controladas por factores comunes.

Línea base múltiple. La LB múltiple consiste en el registro sucesivo de dos o más conductas iguales en
situaciones diferentes; o de dos o más conductas diferentes en la misma situación; o de la misma conducta
de dos o más personas. Este tipo de línea base se utiliza cuando:
a. Deseamos evaluar la generalización de los efectos del programa aplicado sobre una respuesta-
blanco en un ambiente determinado (por ejemplo, un ambiente institucionalizado) a un ambiente distinto
(por ejemplo, un ambiente natural);
b. Se desea evaluar la generalización de los efectos de un programa sobre varias respuestas-
blanco de un mismo individuo que no se emiten al mismo tiempo, sino en circunstancias sucesivas;
c. Se desea medir el efecto de un tratamiento aplicado a un sujeto, sobre la misma respuesta-
blanco de otros sujetos.
Podemos concluir esta sección señalando que las LB concurrente y múltiple también puede
utilizarse como un medio eficaz de control, como veremos enseguida.

EVALUACION DEL PROGRAMA:


II. DISEÑO EXPERIMENTAL CONDUCTUAL

El modificador de conducta adopta ciertas estrategias que le permiten comprobar que los efectos de
sus tratamientos son los responsables de los cambios conductuales observados durante la aplicación de
dichos tratamientos. Estas estrategias se conocen como diseños experimentales. Un diseño es un
esquema o un plan mediante el cual el modificador de conducta organiza la secuencia y combinaciones
entre sí de: a. los tratamientos y b. ciertas técnicas de control. En la terminología del diseño experimental, se
conoce como variable independiente (VI) a cada tratamiento aplicado y variable dependiente (VD) a cada
una de las respuestas-blanco y cada una de las medidas que se tomen de ellas. Además, en el caso del
diseño experimental conductual, se simboliza como A las fases de la LB correspondientes a la ausencia del
tratamiento, y con B, C, D, etc. a cada distinto tratamiento aplicado a la conducta o conductas del mismo
registro.
Las siguientes son las características del diseño experimental conductual.

1. El diseño conductual enfatiza el estudio intensivo del sujeto individual. Esto quiere decir
que, a diferencia de los diseños experimentales tradicionales, el experimentador se interesa por el
desempeño real de cada sujeto y no por un promedio de los resultados de varios individuos. Un promedio

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puede no corresponder al comportamiento realmente mostrado por ninguno de los sujetos estudiados,
considerados individualmente.

2. El diseño conductual se caracteriza por la medición continua de la conducta y la verificación de los


cambios progresivos que ocurren en ésta al ser introducida la VI. De nuevo estos procesos, que pueden
implicar importantes propiedades de la conducta, quedan ocultos si los datos individuales se promedian.

3. La significación de los resultados y su generalización no se establece a través de pruebas


estadísticas, sino cuando se logran replicar los mismos resultados, primero en varias ocasiones en el mismo
individuo, y luego en individuos diferentes. Se supone que si un principio conductual es verdadero, o una
técnica de modificación conductual es eficaz, esto debe demostrarse en todos los casos individuales.

4. Se procura llevar a cabo la experimentación en condiciones lo más controladas posibles. De otro


modo, sería imposible replicar un resultado experimental en otra ocasión o en otros sujetos. A veces, un
resultado puede apartarse de lo observado en la mayoría de los casos. El analista conductual considera esta
discrepancia como una consecuencia de la falta de adecuados controles, es decir, como un efecto de
factores desconocidos o no controlados, los cuales deben ser identificados.

Técnicas de control en el diseño experimental conductual

Las técnicas de control son procedimientos que permiten asegurarse de que los cambios
observados a lo largo del registro (entre las fases pre y post tratamiento) se deben efectivamente a las
técnicas de modificación conductual aplicadas. Las revisaremos a continuación.

Reversión

Durante la LB pre tratamiento, la conducta-objetivo es simplemente registrada, pero no se aplica


ningún tratamiento. Cuando se ha obtenido una LB pre-tratamiento estable, se inicia la aplicación de la
técnica de modificación conductual. El registro de la respuesta-blanco continúa. Se espera que al
aplicarse la técnica, se produzca un efecto en la respuesta-blanco, el cual podrá notarse comparando el
registro de LB de pre-tratamiento y de tratamiento. Para asegurarnos de que estos efectos se deben
realmente a la técnica aplicada, podemos utilizar el procedimiento de reversión, que quiere decir,
suspender la aplicación de la técnica. La respuesta-blanco, por supuesto, se sigue registrando y el
registro obtenido se denomina LB de reversión. Si durante la fase de reversión, la conducta vuelve a los
niveles que tenía durante la fase de pre-tratamiento, puede concluirse que la técnica aplicada fue la
causa del cambio observado durante el tratamiento.

Establecimiento de un RDO

La técnica RDO consiste en el reforzamiento de una conducta distinta de la respuesta-blanco,


con la finalidad de reducirla. Obviamente, por tanto, este procedimiento sólo puede utilizarse como medio
de control cuando la técnica de modificación conductual utilizada tenía como objetivo incrementar la
respuesta-blanco. Por ejemplo, si se usó reforzamiento positivo para la conducta de prestar atención a la
clase, el uso del RDO como técnica de control es apropiado. En este caso, se reforzaría cualquier
respuesta en vez de prestar atención. Supóngase que durante la aplicación del reforzamiento positivo,
aumentó la conducta de atender. Para verificar que este incremento se debió al reforzamiento positivo,
empleando el RDO, ahora reforzaremos de la misma manera alguna otra respuesta, pero ya no la
conducta de atender. Si al aplicarse el RDO la conducta de atender disminuye, podemos concluir que el
incremento observado durante el tratamiento con reforzamiento positivo se debió a este procedimiento.

Aplicación no contingente de consecuencias

Supóngase que se aplicó reforzamiento positivo durante el tratamiento, y que la respuesta-blanco


se incrementó en esa fase. Para demostrar que el reforzamiento aplicado como técnica de tratamiento,
fue el responsable del cambio conductual observado durante su aplicación, se procede, en una fase
posterior, a aplicar dicho reforzamiento de manera no contingente. La aplicación no contingente quiere
decir que el reforzamiento se aplicará independientemente de la emisión de la respuesta-blanco. Si este

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procedimiento reduce la respuesta-blanco que había aumentado durante el tratamiento, se concluye que
dicho aumento se debió al reforzamiento contingente aplicado en el tratamiento.

Uso de una LB concurrente o múltiple


Cuando se emplea una LB concurrente o múltiple como medios de control, se comparan los
efectos en la conducta bajo tratamiento, con los efectos en la conducta que no está recibiendo el
tratamiento. Cuando se administra un tratamiento a una respuesta-blanco, y se observa que solamente
esta cambia, mas no las otras conductas que están siendo registradas, puede comprobarse que el
tratamiento es el responsable del cambio observado en esa conducta. Si el responsable del cambio fuera
alguna otra variable, se observaría dicho cambio en todas o varias de las conductas registradas,
incluyendo las que no recibieron el tratamiento.
Por otro lado, y como ya se indicó, la LB múltiple consiste en el registro sucesivo de: a. dos o más
conductas del mismo individuo; b. la misma conducta del mismo individuo en dos o más situaciones
diferentes, o c. la misma conducta de dos o más individuos diferentes. En el primer caso, después de la fase
de LB pre-tratamiento, se procede al tratamiento de la primera conducta, dejándose sin tratamiento a las
demás. Debe observarse como resultado un cambio en la conducta tratada y poco o ningún efecto en las
demás conductas. Luego se inicia el tratamiento de la segunda conducta, y posteriormente con cada una de
las otras. Siempre deben observarse efectos sólo en las conductas tratadas. El segundo y el tercer caso son
similares al primero, la diferencia es que después de la LB pre-tratamiento se inicia el tratamiento de la
conducta en una de las situaciones (o la conducta de uno de los individuos); quedando sin tratamiento la
conducta bajo las otras situaciones (o la conducta de los otros sujetos). Se deben observar efectos
solamente en las situaciones o individuos, en que ocurren las conductas sometidas a tratamiento.
Es conveniente agregar que en las LB concurrente y múltiple también pueden emplearse las tres
técnicas de control examinadas anteriormente.

Clasificación de los diseños conductuales

Los diseños conductuales pueden clasificarse por la cantidad de tratamientos aplicados y el número
de oportunidades en que se comparan las condiciones de tratamiento y no tratamiento:
a. Diseños univariables no reversibles. Cuando se aplica una sola técnica y se realiza una sola
comparación entre su aplicación y su no aplicación.
b. Diseños univariables reversibles. Se aplica una sola técnica de modificación conductual, pero se
agrega el procedimiento de reversión, que consiste en que después de un período de aplicación, esta se
suspende.
c. Diseños multivariables. Se utilizan dos o más técnicas.

Diseños univariables no reversibles

Diseño A-B. Este diseño consta de dos fases, una de las cuales (la fase A) corresponde a la
condición de línea base y la otra (la fase B) al tratamiento. Los mismos sujetos pasan por las dos fases y
éstas se aplican sucesivamente en el tiempo. Para cambiar de una fase a la otra, es necesario que la
conducta que está siendo medida se estabilice.
Diseño balanceado simple. El propósito de este diseño es controlar el posible efecto del orden en
que se presentan las condiciones A y B. De este modo a un sujeto, o grupo de sujetos, se aplica la
secuencia A-B y a otro sujeto o grupo de sujetos, la secuencia B-A (es decir, en este segundo caso se
empieza por el tratamiento y se continúa con la LB). Si el orden no produce ningún efecto en los resultados,
ambas medidas de A deben ser equivalentes entre sí y ambas medidas de B también deben serlo.
Diseño de acoplamiento. En este caso, los cambios de estímulo presentados a un sujeto (el sujeto
acoplado), dependen al menos parcialmente, de los cambios de estímulo provocados por la conducta de un
segundo sujeto. Por ejemplo, dos sujetos trabajando separadamente reciben un reforzamiento al mismo
tiempo, pero la entrega del reforzamiento depende de la conducta de uno de ellos.

Diseños univariables reversibles

Diseño reversible A-B-A. En este diseño, se establece una LB, luego se introduce la VI y
finalmente se regresa de nuevo a la LB. El objetivo es mostrar que, luego de producido un cambio en la
conducta al introducirse la VI, dicha conducta puede volver a los niveles de LB, cuando se regresa a esta
fase. Si esto ocurre se dice que los efectos son reversibles, si no es así, los efectos son irreversibles.

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Aunque en la investigación básica se han encontrado muchos ejemplos de reversibilidad, esto no siempre
sucede. En las aplicaciones del análisis conductual, los efectos de un tratamiento no siempre son
reversibles, y cuando lo son, no es deseable retornar a las condiciones de LB. Un objetivo de este diseño es
mostrar que los cambios observados en B eran producidos por la VI, dado que dichos efectos no se
observan en las fases A. Este objetivo de control sólo es posible si se trata de efectos reversibles.
Diseño reversible A-B-A-B. Algunos investigadores lo han descrito como diseño de replicación
intrasujeto, puesto que consta de una primera secuencia A-B, seguida de una segunda secuencia A-B, que
podría considerarse replicación de la primera. Su objetivo también es demostrar que los efectos observados
en B se deben a la VI.
Diseño reversible múltiple A-B. Consiste en varias replicaciones sucesivas de la secuencia
original A-B. Su uso no es tan común como sucede con los dos diseños anteriores. Su principal objetivo es
demostrar que se ha logrado un alto grado de control sobre la conducta del sujeto, a través de varias
modificaciones y reversiones sucesivas.
Diseños balanceados reversibles. Como en el caso de los diseños balanceados simples, su
objetivo es estimar el posible efecto producido por el orden en que se presentan las fases A y B. En este
caso, se añaden fases de reversión. Hay dos formas de este diseño. En el primer tipo, un sujeto, o grupo de
sujetos, recibe la secuencia A-B-A, o la secuencia A-B-A-B, y el otro sujeto, o grupo, recibe la secuencia B-
A-B o la secuencia B-A-B-A. En el segundo tipo, menos preferido, el mismo sujeto o grupo recibe las dos
secuencias, una después de la otra, dejando pasar un tiempo lo suficientemente largo entre ambas (por
ejemplo, primero la secuencia A-B-A y luego la secuencia B-A-B).

Diseños multivariables reversibles

Estos diseños implican la manipulación dos o más VI, ya sea en combinación o en forma
sucesiva (las diferentes VI serán B, C, D, etc.). Cuando se habla de diferentes VI, se hace referencia a
distintos procedimientos conductuales, por ejemplo, la aplicación de reforzamiento con fichas (B), seguida de
instrucciones (C); seguida de reforzamiento social (D), etc. No hay un límite al número de VI que pueden
investigarse sucesivamente, y a veces dos de ellas se emplean en combinación en alguna o varias de las
fases del experimento.
Los diseños multivariables reversibles contienen por lo menos una reversión. La fase de reversión
puede ubicarse en cualquier punto de la secuencia, de modo que un diseño podría sea A-B-A-C y otro
podría ser A-B-C-A. Obviamente, mientras más fases de reversión se incluyan, aumenta el grado en que se
pueden evaluar los efectos de las VI manipuladas.
Diseño de criterio cambiante

Este es un diseño vinculado a los procedimientos de moldeamiento y/o diferenciación de la


respuesta, en los cuales se refuerzan aproximaciones sucesivas a una conducta objetivo. En este tipo de
procedimientos, se fija un criterio inicial de desempeño a ser alcanzado por el sujeto. En algún momento, el
sujeto alcanza dicho criterio. Cuando su desempeño se estabilice a este nivel, se fija un nuevo criterio, más
exigente, lo que requiere un cambio en el desempeño para alcanzar el nuevo criterio, y así sucesivamente,
hasta llegar al criterio de desempeño escogido como conducta objetivo. Si la conducta va cambiando,
ajustándose a cada nuevo nivel de desempeño exigido, se demuestra que existe el control de la conducta
por parte de las VI manipuladas.

ESQUEMA DE UNA INTERVENCIÓN CONDUCTUAL


Dado el amplio rango de poblaciones y problemas en los que se aplica la modificación de
conducta, es usual que el profesional adapte los procedimientos a los casos específicos que debe
manejar. En muchos ambientes, la intervención conductual deberá enfocar variados problemas de un
mismo individuo, pareja o grupo. Anteriormente hemos visto que un programa de modificación de
conducta es un procedimiento sistemático destinado a producir cambios en una respuesta-blanco
específica. En esta oportunidad, denominaremos intervención conductual, a toda aquella secuencia
completa de acciones que el modificador de conducta realiza desde el primer momento en que se
solicitan sus servicios. Por tanto, la intervención incluye desde la evaluación inicial, pasando por el
tratamiento (aplicación de uno o más programas), hasta la finalización del mismo y el seguimiento
respectivo. La intervención, a diferencia de un programa específico, está destinada a la acción sobre la
totalidad de los problemas individuales o grupales que requieran tratamiento. Por tanto, una intervención
conductual puede incluir uno o más programas. Varios de estos programas pueden ejecutarse
simultáneamente, en otro casos, es necesario alcanzar los objetivos de ciertos programas, antes de

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poder iniciar otros programas. Consideremos a continuación las partes de un plan de intervención
conductual.
a. Determinación del (los) objetivo(s) de la intervención. Como resultado de la evaluación
conductual, el modificador establece el o los objetivos del tratamiento. El objetivo de un tratamiento se
formula de la misma manera que el objetivo de un programa, es decir, enunciando una respuesta-blanco
y una medida de su fuerza que se espera alcanzar. Un tratamiento puede tener, y usualmente en los
casos complejos tiene, más de un objetivo, para cada objetivo se requerirá un programa particular.
Algunos de los objetivos pueden alcanzarse a la vez. Frecuentemente, si hay varios objetivos, estos
pueden ser inmediatos, mediatos o finales. Por ejemplo, se puede empezar el tratamiento de una conducta
determinada con el fin de lograr cierta habilidad que será luego utilizada para alcanzar otros objetivos.
b. Análisis de tareas y determinación de los pre-requisitos. En algunos casos, una vez definidos
los objetivos, el modificador de conducta busca determinar qué habilidades o conductas ya posee la persona
que puedan emplearse como punto de partida para la intervención. En esta parte se busca identificar dos
aspectos:
1. las conductas pre-requisitos, es decir, aquellos repertorios conductuales que son necesarios para
comenzar un programa de intervención y que el sujeto ya debe poseer. Por ejemplo, una cantidad
de atención, concentración, memoria y coordinación viso-motora para el aprendizaje de la lectura;
ciertos repertorios de atención, imitación y motores, para desarrollar habilidades de autocuidado en
niños retardados, etc.
2. conductas que forman parte de la respuesta-blanco y que durante el tratamiento, deben ser
gradualmente adquiridas por el sujeto hasta llegar a dicha respuesta. Por ejemplo, si el objetivo final
es que el sujeto sea capaz de hablar sin temor ante un auditorio de 100 personas y durante una
hora, una conducta que previamente debe adquirirse es el hablar ante una sola persona y durante
cinco minutos, para luego continuar con hablar ante auditorios cada vez más grandes y durante más
tiempo.
c. Elaboración de una estrategia de intervención. Las metas del tratamiento se plantean de común
acuerdo entre el profesional y el cliente, siempre que sea posible, sobre la base de la información
recolectada y las consideraciones técnicas referidas a los puntos anteriores. En la estrategia de intervención
puede incluirse una o más técnicas conductuales. Sin una estrategia explícita, la aplicación de una técnica
conductual aislada puede resultar inefectiva para lograr las metas del tratamiento. Cuando existen varios
objetivos, la estrategia debe definir cuál será la secuencia de tratamiento.
d. Evaluación del repertorio de entrada. El repertorio de entrada se refiere al estado actual de la
respuesta-blanco (y de las conductas pre-requisitos, si se consideran). En otras palabras, una medida de la
respuesta-blanco en sus condiciones actuales, y del grado o porcentaje en que se hallan presentes los pre-
requisitos. En esta etapa de utilizan registros conductuales (págs. 13-18), así como otras estrategias (págs.
57-58). También se determinan cuántas conductas y en qué formas serán registradas (págs. 60-62).
e. Selección de técnicas de intervención. Las técnicas de intervención son las técnicas específicas
empleadas en la modificación de la o las respuesta-blanco.
f. Selección de los materiales y sistemas motivacionales a emplearse. Los sistemas motivaciones
son los objetos y eventos que se emplearán como reforzadores y la manera en que éstos son administrados
al sujeto (la selección de estos sistemas puede basarse en datos recogidos en la evaluación inicial). Muchos
programas exigen, además, el uso de determinados instrumentos y/o materiales de apoyo, que servirán para
manejar las contingencias (presentar o retirar estímulos discriminativos y reforzadores), o para registrar la
conducta antes, durante y después del tratamiento.
g. Selección de un diseño de control. Como veremos, el modificador de conducta procura
asegurarse no solamente del éxito del tratamiento, sino también de su real eficacia, es decir, de la medida
en que el propio tratamiento es el verdadero responsable de los efectos que se vayan obteniendo. El término
diseño de control es empleado aquí como sinónimo de diseño experimental, es decir, para referirnos a un
plan o estrategia que permite comparar la conducta que ocurre bajo la condición de tratamiento con la que
ocurre cuando no se da el tratamiento. Si el tratamiento es verdaderamente eficiente, debe haber una
diferencia significativa entre ambas condiciones (tratamiento vs. no tratamiento). Ver págs. 62-65.
h. Análisis de recursos y posibles obstáculos al plan de intervención. Para conseguir los objetivos
del tratamiento, el modificador de conducta y el cliente deberán implementar y disponer de los medios
indicados en (c), (d), (e) y (f). Entonces, es necesario identificar cuáles son los recursos y obstáculos
ambientales a que se enfrentará el cliente para conseguir estos objetivos del programa. Esto incluye señalar
los reforzadores disponibles y los individuos que controlan el suministro de esos reforzadores. Se debe
formular un plan para generalizar al máximo las ventajas del tratamiento en el ambiente natural del cliente. El
modificador de conducta debe considerar cuidadosamente el costo (gastos), eficiencia (tiempo), efectividad

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de las técnicas de que se dispone y comodidad para el cliente. Finalmente, el modificador de conducta
prestará atención también a las consideraciones éticas. Es obvio que este paso no se realiza después, sino
durante la toma de decisiones para implementar los pasos (c), (d), (e) y (f).
i. Aplicación del programa de tratamiento. Esta parte consiste en aplicar los programas diseñados
para los problemas específicos elegidos, teniendo en cuenta las prioridades y estrategias de tratamiento ya
consideradas. Durante esta fase se continúa con la medición de la(s) respuestas-blanco, a fin de evaluar la
marcha del proceso de tratamiento.
j Evaluación de salida. Es la evaluación que se hace concluido cada programa destinado a cada
problema específico. Muchos planes de tratamiento plantean objetivos que deben alcanzarse
secuencialmente, es decir, de requiere alcanzar un objetivo dado como requisito necesario para iniciar un
programa destinado a alcanzar otro objetivo. Si, en un caso como éste, se ha conseguido el objetivo de un
programa previo, se pasa al siguiente objetivo. De no haberse conseguido los resultados deseados, es
necesario revisar el programa. Es evidente que cuando un tratamiento consta de programas que deben
llevarse a cabo secuencialmente, también se debe realizar una evaluación final de todo el tratamiento.
k. Programas correctivos. Si las evaluaciones continuas del tratamiento o de alguno de sus
programas, revelan que ellos no están produciendo los resultados esperados, es necesario revisar la
intervención. Estos problemas pueden deberse a tres motivos: a. el avance de un objetivo al siguiente es
demasiado rápido, o bien la diferencia entre los sucesivos objetivos es muy grande b. el análisis de tareas
posiblemente no ha identificado algún pre-requisito, o componente de la respuesta-blanco, del cual carece el
sujeto; c. los sistemas motivacionales o los materiales implementados son inadecuados para el sujeto. Se
llama programa correctivo a un sub-programa diseñado para subsanar las faltas del programa original.
Concluida esta fase, se puede volver al programa original.

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