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Fundamento del pacto

Dios le de revelación y visión : FAMILIA.


4.1 10 El pacto de Noé nos enseña además, la importancia que Dios le da a la familia. “Bendijo
Dios a Noé y a sus hijos, Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: He aquí que yo
establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros”.
(Génesis 9: 1, 8-9) La familia está en el corazón de Dios. Ésta es la razón por la cual la familia
aparece en todos los pactos.
En el pacto que Dios estableció con Adán y Eva después de expulsarlo del Edén, prometió que
de la simiente de la mujer, esto es, del fruto de una familia, vendría la salvación. “Y pondré
enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. (Génesis 3:15). En el pacto que Dios establece con
Abraham, vuelve aparecer la familia. “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. (Génesis 12: 3)
4.2 11 Y seguido, en el pacto que Dios establece con Moisés, se resalta una vez más la
importancia de la familia, la institución de la Pascua hebrea y la salida de los hijos de Israel de
Egipto a la tierra de la promesa se hizo por familia. “Hablad a toda la congregación de Israel,
diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres,
un cordero por familia. Más si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el
cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las
personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero”. (Éxodo 12:
3-4)
En los Salmos, a manera de ejemplo, encontramos una vez más el interés de Dios en su familia.
“Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo
alrededor de tu mesa”. (Salmos 128:3). En el Nuevo Testamento encontramos esta poderosa
promesa. “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. (Hechos16: 31)
4.3 12 Contamos pues, con suficiente promesas y evidencias bíblicas para llamar la bendición
de Dios para nuestra familia. El Dios de Pacto es un Dios que bendice a la familia. La bendición
de Dios recayó sobre Noé y su familia, por cuanto el pacto incluyó a toda la familia del
patriarca. De igual manera el Dios de Pactos a determinado bendecirte a ti y a tu familia.
SEÑAL.
5.1 13 El Dios de pacto es un Dios de señales. Esta es otra gran lección del pacto entre Dios y
Noé. “Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser
viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos. Y sucederá que cuando haga venir nubes
sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que
hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas
para destruir toda carne”. (Génesis 9:12, 14-15) Nunca antes se había visto el arco iris en el
cielo. Mi arco he puesto en las nubes, dijo el Señor como la señal del pacto establecido con
Noé hasta nuestros días, y perdurable hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, el arcoíris
nos testifica del Dios de pacto!

5.2 14 Dios estableció su pacto con Abraham y le dio la circuncisión como señal del pacto de
la promesa. “Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto
entre mí y vosotros”. (Génesis 17:11) El día de reposo fue la señal del pacto que Dios
estableció con Israel por medio de Moisés, conocido como la Ley. “Así que guardaréis el día de
reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera
que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo”. (Éxodo
31:14)
Para nosotros, el Nuevo Pacto, establecido por medio de la muerte redentora de Jesucristo,
establece también una señal. “Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha
dado las arras del Espíritu. Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno
murió por todos, luego todos murieron”. (2ª Corintios 5:5,14) (Romanos 8:15:16) “Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido
el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a
nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. La presencia del Espíritu Santo en nuestros
corazones es la señal establecida por el Nuevo Pacto, misma que nos confirma que Jesucristo
habita en nuestros corazones, que somos templo del Espíritu Santo, por cuanto estamos
cubiertos por la sangre preciosa del Cordero, y pertenecemos a Jesús, el mediador del Nuevo
Pacto.
5.3 15 Nunca permitas que nada ni nadie ponga en duda que tus pecados han sido
perdonados, que tu nombre está inscrito en el Libro de la Vida, que eres hijo de Dios, y que el
Espíritu Santo mora en tu corazón. Si te has arrepentido de tus pecados y has confesado a
Jesús como tu Señor y Salvador el Espíritu Santo mora en ti. No Podemos llamar a Jesús Señor,
sino por el Espíritu Santo, “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios
llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo”. (1ª
Corintios 12:3) ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en
nosotros nos anhela celosamente? (Santiago 4:5)
Amados(as): es vital que el discípulo entienda su relación con Dios, no como la religión nos
enseña, o como nuestros deseos nos impongan, sino, por el contrario dentro de los márgenes
y parámetros establecidos por el pacto con Dios. Tengamos fe que ya el Dios de pacto ha
preparado como anticipadamente toda bendición según su propósito para nuestras vidas.
Oremos por nuestra familia y reclamemos las promesas del pacto nuevo y eterno para los
nuestros. Vivamos con la llama del Espíritu Santo encendida en nuestros corazones porque es
la señal de que somos hijos de Dios. Amén

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