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Teran (2001) menciona que para determinar el índice de daño no es necesario considerar la

forma en que la estructura disipa la energía plástica durante la excitación sísmica. Sugiere
que la energía plástica tiende a disiparse de una manera bien definida para una familia dada
de sismos (el número de ciclos crece notoriamente con una disminución de su ductilidad,
entre mas dúctil una estructura sufrirá menos ciclos histeréticos), afirma que en la mayoría
de los casos, no es necesario conocer el número y magnitud de los ciclos de
comportamiento plástico para estimar el nivel de daño estructural en las estructuras sismo-
resistentes. Utilizan el índice de daño de Park y Ang para estimar el daño estructural por su
fácil aplicación pero haciendo énfasis que en suelos blandos su daño se subestima para
estructuras en las cuales el periodo de la estructura se acerca al periodo del suelo y decrece
cuando estos periodos se alejan, por lo tanto sugieren incrementar las demandas de
resistencia obtenidas a partir de dicho índice (alrededor de 20% en caso de que el nivel de
daño sea colapso incipiente) para un periodo igual al periodo dominante de la excitación, y
reducir paulatinamente este incremento hasta un valor de cero para estructuras cuyo periodo
se aleje decisivamente de aquel de la excitación, para S1GL, mientras que para SVGDL
aplican el índice de Park y And haciendo una modificación, basado en las rotaciones de las
vigas de cada nivel, el índice de daño asignado a un edificio dado corresponde al valor
máximo entre los valores promedios para el índice de daño de todos los entrepisos,
evaluado en las vigas de los edificios. Se obtienen relaciones de ambos índices de daño
aplicado para 1GDL un sistema equivalente del de VGDL. Varios autores han señalado la
posibilidad de predecir el comportamiento de marcos momento-resistentes, particularmente
su demanda global máxima de desplazamiento lateral, a partir de modelos equivalentes de
un grado de libertad (Qi y Moehle, 1991; Fajfar y Fischinger, 1992).

Haciendo la comparación de estos dos índices de daño y obteniendo la relación que existe
entre sus respectivos valores así como de sus desplazamientos laterales y energía plástica, y
obteniendo las desviaciones estándar entre cada parámetro se llega a la conclusión de que
se siguen tendencias muy. Para una excitación sísmica dada, las demandas sísmicas de
deformación, tanto máxima como acumulada, en SVGL regulares siguen tendencias muy
similares a las observadas en espectros de respuesta establecidos a partir de S1GL. De
hecho, las demandas de deformación en SVGL regulares y aquellas resumidas en espectros
de respuesta exhiben dependencias similares con respecto a los valores de T, μ y ξ. A partir
de esto, es posible concluir que el daño estructural en estructuras regulares puede estimarse
directamente a partir de la información derivada de espectros de respuesta. Al respecto, es
posible anticipar que el pre diseño de estructuras regulares dentro del marco de un diseño
sísmico basado en control de daño, puede llevarse a cabo mediante el uso de espectros de
respuesta de desplazamiento, energía plástica y otros, conforme a lo discutido por Teran-
Gilmore (1998a).

El concepto de espectro de ductilidad acumulada constante, es una herramienta útil para un


diseño sísmico por desempeño. En particular, un espectro de ductilidad acumulada
constante puede ser utilizado para identificar casos en los que la fatiga de bajo número de
ciclos (debido a grandes cantidades disipadas de energía) pueda ser relevante durante el
diseño, y provee una base cuantitativa para estimar la resistencia lateral de diseño que debe
proveerse a la estructura para controlar adecuadamente sus demandas acumuladas de
deformación plástica durante su respuesta sísmica (Teran y Jirsa, 2004). En dicha
invesigacion se aplica una modificación a la Hipótesis de Miner suponiendo una
distribución fija de las excursiones plásticas en función de su amplitud y se supone que el
índice es igual a 1, que indica el colapso, para obtener una ecuación de la energía histerética
que desarrollaran los sistemas sometidos a excitaciones sísmicas. Se evaluaron espectros de
resistencia para suelos blandos y suelos firmes, comparando las resistencias que se obtienen
de diferentes parámetros de ductilidades( para U=1, DMIPA=1, Umax=0.7 Uu y
NEHU=3(Uu-1)), los resultados fueron que para suelos firmes no es necesario que se
desarrollen los espectros de ductilidad acumulada ya que el de ductilidad máxima constante
da una mejor aproximación de la resistencia que desarrollan los sistemas, ya sea para
registros con energía alta, moderada o baja, obsevado también que el DMIPA resulta ser un
valor medio entre los de ductilidad acumulada y constante, de igual manera menciona que
para evitar la falla o colapso la máxima ductlidad desarollada debe estar dentro del umbral
definido por 0.7 Uu. Para el caso de suelos blando (ZONA DEL LAGO MEXICO), T
cercano a Tg el criterio de ductilidad acumulada resulta en una resistencia lateral considerablemente mayor
que la que arroja el criterio de ductilidad máxima. Conforme el valor de T se aleja de Tg, el criterio de
ductilidad máxima puede resultar en requerimientos de resistencia lateral ligeramente mayores,
particularmente para valores pequeños a moderados de T. La envolvente de las mayores ordenadas
derivadas de los criterios de ductilidad máxima y acumulada resulta en un nivel de resistencia lateral similar
al derivado a partir del índice de daño de Park y Ang, excepto para T cercano a Tg. En particular, en este
rango de T, los espectros de resistencia para ductilidad acumulada constante arrojan mayores estimaciones
de resistencia lateral que el índice de daño de Park y Ang. Al respecto, estudios recientes sugieren que
DMIPA subestima, en relación con la teoría de acumulación lineal de daño, la resistencia lateral de diseño
requerida para prevenir la ocurrencia de fatiga de bajo número de ciclos en sistemas de 1GL con T cercano a
Tg y sujetos a movimientos con banda angosta de frecuencias (Terán et al. 2003). En base a criterios de
deiseño para suelos blandos Umax menor o igual a 0.7Uu y FORMULA NEHU asi como el factor de reducción
(R) no debe exceder el valor de Uu por lo que se obtendrá a partir del la resistencia de pseidoaceleracion en
función de la energía histerética y periodo (PONER SIMBOLOS). Todo esto aplicado a estrcuturas regulares

Carrasco, Oyarzo & Behrens, (2010) mencionan que los parámetros de daño basados en
desplazamientos y/o deformaciones no dependen de la duración, sin embargo los
parámetros de daño acumulativos, tales como la energía de histéresis disipada y la
ductilidad acumulada si dependen de este; Los efectos de las cargas cíclicas en miembros
de hormigón armado son de especial importancia debido a las características degradantes de
estos (daño acumulado). Por lo tanto se puede concluir que, como la duración de los sismos
influye directamente en este tipo de daños, es necesario que los códigos de diseño sísmico
realicen una reformulación en donde se incluya, de una u otra forma, la duración de los
terremotos como variable a considerar.

Terán y Espinosa(2008), discuten el hecho de que las estructuras generan una degradación
en su resistencia cuando se someten a movimientos sísmicos, evalúan las reducciones que
tienen al ductilidad comparando dos ecuaciones, la del índice de Park y Ang y la de Modelo
de Fatiga de Terán y Jirsa(2003) el cual resultan dar resultados muy parecidos, pero una
limitante que tiene es que consideran constante la disipación de energía cuando no ocurre
de cierta manera, por lo que Chai (2004) propone una nueva ecuación para la energía
hiisteretica normalizada donde involucra estos efectos. Comparando la ecuación de Chai
junto con la de Terán y Jirsa llegan a la conclusión de que las ductilidades máximas
reducidas a un 50% son conservadoras para la ecuación de Terán y Jirsa mientras que para
reducciones del 70% están del lado de la inseguridad, en el punto que convergen ambas es
una reducción del 60%, algunos investigadores sugieren que la reducción máxima sea del
50%, mientras que Teran y Jirsa mencionan que puede ir desde el 50% al 70%.

Para considerar el efecto de los circos histereticos Terán y Espinoza (2003) proponen en
factor de corrección San que depende de las propiedades estructurales de la estructura
sismorresistente, las características dinámicas de la excitación sísmica, y el criterio
utilizado para evaluar la falla de la estructura, algunas de estas dependencias son
relativamente débiles. Por lo que la resistencia de diseño para un sistema degradante
resulta:

SaDEG ( T , μ u )=San S EPP


a (T , μ u)

La sobreresistencia la suponen de manera como se indica en el manual que tomaron como


base peor explica la importancia de estudiar dicho factor ya que en algunas ocasiones puede
resultar del lado de la inseguridad ya que lo obtienen como dependiente del periodo
únicamente cuando depende de otros factores como sistema estructural, número de pisos,
etc.

Bojórquez, Terán, Bojórquez & Ruíz (2009), mencionan la necesidad de incorporar al


diseño sísmico el daño acumulado a las estructuras; a través de definir un ductilidad
reducida en base a la ductilidad ultima que puede experimentar dicha estructura, ya que esta
puede fallar a un nivel de ductilidad o desplazamiento significativamente menor al que se
supone durante el diseño debido a los ciclos de comportamiento plástico que incursione la
estructura y la duración del sismo; y que no necesariamente las deformaciones máximas
serán un paramento para caracterizar el daño.

Mediante el índice de Park y Ang obtienen la ductilidad máxima u objetivo que una
estructura debe de tener antes de que llegue a la falla, lo cual a falla se refieren a un estado
de utilidad delimitado por un nivel máximo de degradación que no se puede sobre pasar
durante una excitación sísmica.
Llegan a la conclusión que para periodos cortos en cualquier zona de las que establece las
NTCDS la influencia de la acumulación del daño por demandas plásticas es casi nula, lo
que quiere decir que sus ductilidades no se reducen en gran escala, mientras que las
estructuras con periodos cercanos al periodo del suelo sufren las mayores reducciones
(50%-60%), cundo las estructuras se alejan del periodo del suelo se recomienda que no se
reduzcan dichas ductilidades. La ductilidad objetivo está dada por:
μm √1 +4 β γ 2
μ−1
¿ 2
2β γ

Proponen un coeficiente FIA el cual es la relación del factor de reducción Rµ que aparece en
las NTCDS entre el factor de reducción que incorpora demandas acumuladas R µA lo cual
conlleva a que las reducciones del espectro del diseño elástico de las NTCDS debe ser
menores que a las consideradas normalmente. Todo esto lo hace con referencia a
comportamientos elasto-plasticos el cual es muy diferente a los cíclicos que son los que
ocasionan el daño por lo cual incorporan un factor de corrección F DEG que se multiplica por
la resistencia lateral de diseño leída de un espectro elasto-plástico.

Finalmente a la resistencia de diseño que vienen estipulada en el manual:


S a (µ=1)
Sad =
RµR
Se le agregan los factores FIA (incorpora información acerca de las demandas acumuladas
por comportamiento plástico) y FDEG (factor de corrección para tomar en cuenta el efecto
degradante en los elementos) lo cual resulta una propuesta para involucrar el daño
acumulado a estructuras sismo-resistentes:
S (µ=1)
Sad = a FIA FDEG
RµR

Se ha observado que los niveles de daño estructural y no estructural que un edificio exhibe
después de una excitación sísmica, dependen de los valores que durante la misma adquiere
el desplazamiento máximo (Qi y Moehle, 1991, Bertero y Bertero, 1992, Priestley et al.,
2007). De igual manera, se ha llegado a la conclusión de que algunos contenidos de las
estructuras son susceptibles a las demandas de velocidad y aceleración (Villaverde, 1997,
Takahashi y Shiohara, 2004). En particular, mientras estos parámetros de respuesta
(desplazamiento, velocidad y aceleración) se incrementan, mayor es el nivel de daño o
degradación esperado en la estructura y sus contenidos. Dentro de este contexto, las
propiedades estructurales que deben suministrarse a una estructura deben ser tales que
controlen su respuesta lateral dentro de umbrales que sean congruentes con el nivel de daño
o desempeño deseado para los elementos estructurales, elementos no estructurales y el
contenido de la estructura. La tabla 1 resume valores de distorsión de entrepiso (DI) que
pueden ser asociados a los niveles de desempeño de Operación y Prevención de Colapso de
marcos rígidos de acero y concreto reforzado (Reyes, 2000).
Actualmente, para el caso de las estructuras con múltiples grados de libertad, se ha
demostrado que el proponer un sistema equiválete (método aplicado en la práctica) resulta
deficiente ya que Gerami, Siahpolo & vahdani (2017) mencionan la importancia que tienen
los modos superiores de vibrar y los efectos de estas estructuras (VGDL) en la influencia
del cortante basal. Por el cual introducen un factor el cual es dependiente del periodo,
número de crujillas y ductilidad del sistema, a través de una expresión practica
simplificada, y el cual afecta al factor de reducción por ductilidad y se utiliza para registros
cercanos o lejanos al sitio de diseño.

In the case of ground


motions generated in soft soil, the strength demand
established from indices like that of Park and Ang,
should be increased for structures with T close to Tg.
This increment should be slowly reduced until it reaches 2010 teran

Experimental and field evidence indicates that the lateral strength, stiffness and ultimate
deformation capacity of reinforced concrete structures deteriorate every time they incur in plastic
behavior. A possible consequence of excessive deterioration of the hysteretic behavior of a structure
is failure of critical elements at deformation levels that are significantly smaller than its ultimate
deformation capacity under unidirectional loading (Teran and Jirsa 2005).

EL IDPA ES PARA SISTEMAS ELASTOPLASTICOS PERFECTOS

While β equal to 0.15 corresponds to ductile systems


that exhibit a fairly stable hysteretic behavior (Cosenza et al. 1993); β between 0.2 and 0.4
correspond to systems that exhibit important degradation of strength and stiffness (Williams and
Sexsmith 1997).

3. Effect of degradation of the hysteretic cycle


For several years, it was believed that the degradation of the hysteretic cycle had little effect on
the lateral strength demands of earthquake-resistant structures (e.g., Mahin and Bertero 1981).
Nevertheless, several studies suggest that, for narrow-banded long-duration motions generated in
soft soils, the seismic demands in degrading systems can be significantly different than those
corresponding to non-degrading systems (Terán 1996, Miranda and Ruiz-Garcia 2002). Generally,
for a fundamental period of vibration (T) less than the corner or dominant period of motion (Tg),
strength requirements in degrading systems tend to be larger than those for an elasto-plastic system.
The opposite usually occurs for T larger than Tg.
The design strength spectra defined by current seismic design codes do not contemplate several
variables that are relevant to the seismic performance of ductile reinforced concrete structures
subjected to ground motions exhibiting large energy content. Among them, the following can be
mentioned: 1) The cumulative plastic deformation demands; and 2) The effect of degradation of the
Fig. 12 Evaluation of structural damage, life safety
Fig. 13 Local response of critical beam during two ground motions
90 Amador Teran-Gilmore, Alberto Sanchez-Badillo and Marco Espinosa-Johnson
hysteretic cycle. Because the available experimental, analytical and field evidence suggest that this
situation can result in a significant under-design of the lateral strength of reinforced concrete
structures located in soft soils, it is necessary to study in more detail the effect of such variables,
and to discuss carefully the convenience of increasing the design seismic coefficients corresponding
to this type of soils.

2005 teran
Target ductility is defined herein as the maximum ductility
µma
the structure can
reach during the design ground motion to prevent failure due to low cycle fatigue. Even
though the concept of target ductility has obtained acceptance from researchers and
practicing engineers, the direct use of energy demands to establish the severity of seis
mic
cyclic loading is still an unresolved issue. While Fajfar

199
2
suggests that the tar
get
ductility can be reasonably estimated by using the plastic energy demand, Cosenza
and Manfredi

1996

discuss the importance of the manner in which this energy has


been dissipated. In general, it has been agreed that as the plastic energy demand in
creases,
µmax
should decrease with respect to
µu.
How much smaller
µmax
should be with
respect to
µu
or how much bigger
µu

with respect to
µma
x
depends on three variables:
the value of the known ductility

either
µmax
or
µu

, a ground motion parameter that


quantifies the severity of the plastic demands, and a structural parameter that character
izes
the cycling capacity of the structure.

Hysteretic energy EH by definition ~see, e.g., Uang and Bertero 1990! is a cumulative quantity.
More cycles of inelastic deformation correspond to a larger value for the hysteretic energy
dissipation. Thus, the effects of repeated cycles of inelastic response and the duration of strong
motion are reflected in EH . Hence, the damage indices that include hysteretic energy terms are
also influenced by the effects of repeated cycles of inelastic deformations and strong motion
duration https://sci-hub.tw/https://ascelibrary.org/doi/abs/10.1061/%28ASCE%290733-
9445%282003%29129%3A10%281330%29

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