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1. ¿qué es la frustración?

La frustración, es la respuesta emocional que experimentamos cuando tenemos un deseo, una


necesidad, un impulso... y no somos capaces de satisfacerlo, entonces sentimos ira y decepción,
un estado de vacío no saciado, donde cuanto mayor sea la barrera a nuestro deseo mayor será la
frustración resultante.

2. Cómo afecta nuestras vidas

La capacidad para gestionar de forma positiva la frustración se educa tanto en los niños como en
los mayores.

Cuando te sientes frustrado, te sientes mal. Y los mecanismos de defensa conscientes o


inconscientes son dañinos para la propia persona y para las que le rodean: agresiones verbales o
físicas, golpear o tirar objetos, la retirada silenciosa…

Las emociones son el termómetro que te informa de que tienes que introducir algún cambio. La
frustración te dice que algo ha salido mal, que te has esforzado y no has conseguido el premio,
pero no te dice que debas abandonar el proyecto.

3. ¿Qué factores pueden causarla?

El temperamento: las disposiciones más internas, biológicas y genéticas como el temperamento


distinguen a los individuos en sus habilidades innatas, entre las cuales puede incluirse la tolerancia
a la frustración.

Las condiciones sociales: en función del entorno social y cultural en el que esté circunscrita la
persona influye notablemente en el funcionamiento personal e interpersonal. Los estudios
demuestran que en la sociedad occidental la ocurrencia de este tipo de problemática es
significativamente más elevada que en otras culturas distintas.

Ciertas dificultades en la expresión emocional: un vocabulario restringido, un déficit en la


capacidad para identificar y reconocer emociones experimentadas y una creencia errónea sobre la
idea de que manifestestar emociones desagradables es perjudicial y debe evitarse, correlacionan
positivamente con un funcionamiento persistente de baja tolerancia a la frustración.

Algunos modelos que presentan déficits en autocontrol: en el caso de los menores, estos
aprenden una gran parte de su repertorio conductual a partir de lo observado en sus figuras
referentes. Modelos parentales escasamente hábiles en la gestión de la frustración trasmiten a sus
hijos esa misma incompetencia.

Una interpretación errónea de las señales: el sujeto puede valorar la situación frustrante como
intensamente amenazante y peligrosa, haciendo más complejo un afrontamiento adecuado.

La recompensa por la acción retardada: debe reforzarse todo intento por parte del individuo de
efectuar una respuesta auto controlada y demorada con la finalidad de que este comportamiento
vaya adquiriendo fuerza y aumente su frecuencia.

4. Cómo afrontan con éxito la sensación de frustración


La adecuada gestión de la frustración deviene una actitud y, como tal, esta puede trabajarse y
desarrollarse; la frustración es un estado transitorio y, por ende, reversible. De esta manera, una
adecuada gestión de la frustración consiste en entrenar al individuo en la aceptación tanto del
evento externo -lo que ha ocurrido- como del interno -la vivencia emocional de ello-.

5. Como se comportan las personas con frustración

1. Tienen dificultades para controlar las emociones.

2. Son más impulsivas, impacientes y exigentes.

3. Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, de forma que cuando se tienen que
enfrentar a la espera o a la postergación de estas pueden reaccionar de forma explosiva con
ataques de ira o retraimiento y tristeza extremos.

4. Pueden desarrollar con más facilidad que otros individuos cuadros de ansiedad o depresión ante
los conflictos o grandes dificultades.

5. Creen que todo gira a su alrededor y que merecen todo aquello que demandan, de forma que
sienten cualquier límite como injusto puesto que va en contra de sus deseos. Les cuesta
comprender por qué no se les da todo lo que desean.

6. Tienen una baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad.

7. Manifiestan una tendencia a pensar de manera radical: una cosa es blanca o negra, no hay
punto intermedio.

8. Se desmotivan fácilmente ante cualquier dificultad.

6. ¡No enloquezcas! Te damos 6 tips para lidiar con la frustración

1.- Acepta que luchar por algo no tiene una relación directa con conseguirlo. A veces el premio no
es llegar o ganar, sino lo que aprendes durante el camino.

2.- No sobrevalores lo que sientes cuando no consigues lo que deseas, es normal sentirte mal.
Pasa de tu emoción; dite algo como “es normal sentirme así, y sé que es pasajero”.

3.- No te quedes en el mundo del victimismo. Deja de hablar de lo mal que te sientes, de lo injusto
que es el mundo que no te premia después del esfuerzo.

Cambia tu discurso; es de débiles y te aporta poco.

4.-Busca soluciones. Haz preguntas como “¿por qué no lo logré?”, “¿qué puedo hacer de forma
diferente?”. Repetir lo mismo implica obtener lo mismo, ¡no lo olvides!

Planificar de otra forma o buscar un plan alternativo puede ser la solución.

5.- Si se debió a falta de tiempo, preparación o dedicación, repite e insiste. A veces los objetivos
requieren más esfuerzo del que pensábamos en un principio.

Podemos no ser conscientes de su nivel de dificultad hasta que nos enfrentamos a ellos. Nuestra
mente, aderezada con nuestra ilusión y nuestro entusiasmo, puede distorsionar la realidad.
Así que tu capacidad de persistencia es la que te demostrará hasta qué punto deseas lo que te has
propuesto.

6.- No permitas que nadie te diga si vas o no a conseguir tus propósitos. Que alguien te diga que
no lo conseguirás, que es muy difícil, que como tú hay miles, que pierdes el tiempo… no significa
que se cumpla.

Así que no des valor a las palabras de personas que viven la frustración como algo permanente en
sus vidas, que no se arriesgan y han decidido vivir en su zona de confort.

Si lo permites, condicionará tu manera de ver tu progreso y actuar.

7.- Para cada contratiempo busca una solución. Que tardes más de lo que te hubiera gustado no
significa que no vayas a llegar. Responsabilízate de tus acciones.

Echar balones fuera te calma o justifica momentáneamente pero no te ayuda; al contrario. Y lo


sabes.

8.- Ten presente a esa persona que ha conseguido lo que tú te propones y piensa qué hubiera
hecho ella.

Si alguien al que quieres estuviera en tu lugar, ¿qué le dirías?, ¿que lo dejara? No: tú le ayudarías,
le motivarías, le harías ver lo que ha conseguido y evitarías que abandonara.

Pues trátate a ti por lo menos igual de bien que lo harías con ese alguien.

9.- Crea tu ruta de cómo vas a hacer para conseguir tu reto. Y, en esa ruta, anota posibles
problemas que puedas tener y lo que harás para prevenirlos o solucionarlos.

De este modo te adelantas y evitas sorpresas viviéndolas como fracasos. No olvides que el llamado
“fracaso” te acerca a tu éxito. Es tu chivato: te dice qué no debes hacer más. ¡Agradéceselo y hazle
caso!

10.- Valora cada logro contigo mismo y con los tuyos, porque todo forma parte de tu objetivo final.
A veces se menosprecian los pequeños logros y no se es consciente de que gracias a todos ellos se
consigue el final.

Esto te ayudará a reafirmarte en tu propósito y a sentir seguridad y confianza en ti mismo y a


sentir que vas por el buen camino. Es fundamental para seguir.

11.- Siempre hay momentos de bajón, pensamientos de “no sé si saldrá”, “¿tanto esfuerzo valdrá
la pena?”, etc. Que tu lectura no sea “esto es imposible” o “yo no valgo” y sientas frustración.

Hay que aprender a quitar valor a los pensamientos; pensar no es igual a realidad. Automotívate y
prepara tu monólogo interior, ese que te dirás cuando las cosas no funcionen. Él es tu ángel, tu
salvador en los momentos grises.

12.- Si tienes que pedir ayuda o consejo, hazlo. No eres menos por ello. Siempre hay personas
generosas que aportarán algo a tu camino, personas que ponen su experiencia al servicio de los
demás sin temor.
Son personas seguras de ellas mismas. No lo olvides y sé agradecido, porque fueron parte de tu
vida y tus retos.

13.-Visualízate. Está demostrado que la representación mental controlada tiene un gran poder en
la mejora y superación de nuestros proyectos.

Tu mente se predispone y tus acciones se enfocan a cumplir esa película que te narras. Si no te
ves, no lo harás.

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