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GALLEGO – CAMPESINOS EN LA CIUDAD.

BASES AGRARIAS DE LA POLIS


GRIEGA Y LA INFANTERIA HOPLÍTICA

INTRODUCCIÓN.
El modelo más difundido sobre el campesinado supone una distancia infranqueable entre mundo
agrario y urbano, que implica la subordinación política y económica de los labradores al sistema
urbano. El esquema de la polis es distinto: hay un claro contraste, pero su base es netamente agraria.
El campesino formó parte del proceso gubernamental, decidiendo políticamente y sirviendo
militarmente, puesto que a lo largo de la era arcaica se convirtieron en ciudadanos. No importa
donde haya sido su residencia, sino que formaron parte del proceso político urbano.

CAPITULO I: De aldeanos a ciudadanos.


En el mundo griego el Estado no sigue la lógica jerárquica sino segmentaria: la aldea fue integrada
y persistió en el marco de la Polis, el campesino formó parte de las instituciones como ciudadano-
soldado. La agricultura familiar será de hecho, la base de la polis.
Surgimiento del Estado Griego. Si bien la polis fue el marco estatal global de Grecia, la aldea era
el ámbito concreto de las prácticas campesinas, su existencia le era previa. Aristóteles en su
Política señala que entre el hogar (oikos) y la polis se encuentra la aldea (kome) como componente
específico, siendo la polis una aglomeración de ellas. Encontramos entonces 3 niveles: la casa, la
aldea que implicaba un conjunto más amplio de lazos de parentesco entre hogares, y la ciudad.
Mientras que Aristóteles nos muestra el final de la película (la polis constituida), Hesíodo nos
muestra el proceso previo, en donde la aldea está enfrentada a la aristocracia (basileis) “devoradores
de regalos”, dado que los campesinos están obligados a gratificar con regalos bajo la lógica
reciprocitaria, a cambio el arbitraje judicial de los nobles. Allí aparece una lógica de dominación
que no es de explotación (dado que no hay una economía organizada para la entrega de tributo, pero
sí hay campesinado, aunque muchos consideren que al no haber tributo no existe esa clase) . Esto
expresa que la ciudad y el accionar de sus nobles esta operando una influencia sobre algunas aldeas
que pierden autonomía. A partir de la función arbitral, los nobles podrían desplegar una lógica de
cooptación de los sectores más ricos del campesinado, dando paso a la subsunción. De este modo,
se produciría un sinecismo no necesariamente físico, sino político. El sinecismo ateniense se da
indiscutiblemente a raíz de la unión de comunidades prexistentes. La aldea prexiste y persisten en la
Polis, pudiendo o no cumplir un rol central en ella (en Atenas todos son ciudadanos plenos, en
Esparta no, los periecos tienen autonomía pero no forman parte del andamiaje político). La polis se
constituye entonces como un grupo de aldeas rurales en torno a un centro cívico común, que
oficiaba de referente subjetivo. La aldea fue el elemento básico de la vida social agraria.
La aldea imaginaria. Sobre el oikos se ha dado un debate entorno a si gozaba de plena autonomía
o se agrupaba en aldeas. La prospección arqueológica ha demostrado la existencia de fincas aisladas
lo que confirma la imagen de Electra (Eurípides), predominante en el período clásico y solidario
con el esquema de agricultura intensiva, sin explotación y vinculada al mercado. Se han planteado
debates entorno a si este esquema es generalizable a todo el Ática o no, pero el problema de fondo
no es si el asentamiento es disperso o alrededor de un núcleo: el sinecismo no implica la vida en
conjunto, la unidad de la comunidad no está dada por la residencia nucleada sino por los vínculos de
pertenencia, la identidad colectiva que es de carácter imaginario/subjetivo.
Hogar y vecindario. A partir del –VIII se desencadena un despegue agrícola atribuible a la
presencia de labradores intensivos: nuevos desarrollos técnicos (selección de semilla, combinación
de cultivo, perfeccionamiento de instrumental, incremento de productividad), acceso equitativo a la
tierra, ausencia de tributación que permite el despliegue de estrategias campesinas para la
producción maximizada, mayor explotación del trabajo familiar. El surgimiento de la Polis va de la
mano con este fenómeno, lo posibilita pero también lo potencia, ya que la clave es el acceso
relativamente igualitario de las comunidades. El debate ha girado en torno a la definición de
campesino que se toma a partir de 4 aspectos: 1. Explotación familiar; 2. Cultura particular de
pequeñas comunidades; 3. Agricultura y ganadería; 4. Subordinación a agentes externos. Este
último punto es el que no está presente. Dos lógicas han intentado explicar la agricultura griega:
economía campesina ligada a la minimización del riesgo de hambre (almacenamiento y consumo) o
labranza intensiva para maximizar excedentes vendibles con trabajo esclavo. Ninguno se verifica
puro en la realidad, sino que son dos polos de un continuum que no significa estrategias
contradictorias. Tendencias centrífugas dadas por la muerte, las malas coyunturas, etc. hicieron
inviable la constitución de una capa enriquecida y con propiedad concentrada de la tierra.
La política asamblearia. El proceso de sinecismo no implicó la constitución inmediata del estado-
ciudadano, esto es consecuencia de las luchas contra el monopolio aristocrático y la exclusión
campesina que llevó a la superación del esquema arcaico. La instauración de las instituciones
igualitarias significó una revolución: la emergencia de la política como actividad ciudadana basada
en la intervención colectiva en las decisiones. Se trata de un salto cualitativo, no el simple
aglutinamiento de unidades aldeanas: surge la política en función de la participación equitativa. Las
reformas solonianas, que no fueron las únicas, son un gran mojón en este camino puesto que
contribuye a la disolución de la dependencia por deudas y la incorporación con plenos derechos en
la comunidad ciudadana. Allí, el protagonismo campesino en las luchas y su participación en la
guerra (formación hoplítica) contribuyeron a la apertura ciudadana. Formando la base agraria de la
polis en función del campesino-ciudadano-soldado bajo una ideología comunitaria unificadora.

CAPITULO II: PERIOIKOI LACEDEMONIOS ¿CIUDADANOS PASIVOS?


Existieron polis en las que una clase latifundista monopolizaba el poder del estado bajo un gobierno
cerrado, lo que dejaba a grupos que, aun perteneciendo a la comunidad, carecían de plenos derechos
y poder de decisión en asuntos políticos. El más conocido es el de los periecos espartanos, que no
tenían voz ni voto a pesar de su posición como labradores-soldados.
Poleis periecas y ciudadanía lacedemonia. El debate gira en torno a saber si se trata de Polis o de
Kome (aldeas o subdivisiones cívicas). Herodoto, Tucídides y Jenofonte usan el concepto de Polis,
aunque puede tratarse de un uso vulgar (referirse a un núcleo urbano). Puede concebirse así por el
hecho de que la autonomía no es un aspecto definitorio de la polis, con lo cual los periecos, aún sin
Elacedemonios pero con diferencias a su interior: esparciatas y periecos. Los primeros detentaban la
ciudadanía con el derecho a participar en comidas comunes, propiedad de tierras e ilotas;
participación en las asambleas de decisión pública; y, modo de vida público exclusivo. El gran
problema es definir como participaban las comunidades periecas dentro del sistema espatano como
un todo. Ello implica descifrar cual fue el origen de estas comunidades, las características de esos
asentamientos (y el interés espartano en ellos) y su definición como poleis o komai. En principio,
puede tratarse de refugiados, de conquistados o sometidos o de subordinación voluntaria, aún el
problema es saber porque fueron periecos y no ilotas. Por otro lado, parece que estas comunidades
se asentaban en tierra de menor fertilidad y de reducida extensión.
Estructura social. Las comunidades periecas eran esencialmente agrícolas, siendo los periecos
poseedores de pequeñas parcelas individuales de posesión privada (al que accede como parte
integrante de la comunidad). Su dependencia a Esparta se daba en el plano político y militar.
Algunos se enriquecieron y formaron parte del ejército lacedemonio, al poder armarse como
hoplitas. De modo que se constituyeron terratenientes, labradores, artesanos y tenderos. En cuanto a
los espartanos, los ilotas parecen evidenciar la existencia de un sistema esclavista donde los
propietarios no tenían intervención directa en la producción; mientras que las granjas campesinas se
administraban con fuerza de trabajo familiar. Si bien los periecos tenían una mayor inclinación a la
artesanía y el comercio, debido a que los espartanos tenían prohibida esa actividad, no eran una
comunidad estrictamente especializada en ello. Al parecer, las materias primas se obtenían de
contratistas periecos que hacían trabajar a esclavos (Ste. Croix ha hablado de una explotación
espartana de estos periecos por la compra debajo de su valor, pero no parece significativa le presión
económica espartana sobre los periecos). No obstante, hay testimonios que refieren a una extracción
de excedentes agrarios por los espartanos sobre los periecos (renta real). Parece ser que parte de las
tierras periecas fueron a parar a manos espartanas durante la conquista, con lo cual se pagaba una
renta a sus nuevos dueños, no un tributo al tesoro real.
La función militar de los periecos. La leva de hoplitas periecos era un factor fundamental en el
funcionamiento militar lacedemonio. Los periecos incorporados eran propietarios de tierra y se
desligaban de la producción por la posesión de esclavos. Algunos incluso formaban parte de la
enseñanza de la ideología del estado espartano. Su incorporación masiva fue producto de la escasez
relativa de espartanos habilitados al servicio militar en el VI. Algunos inclusos formaron parte de la
oficialidad del ejército (esta elevación social no implicaba participación política), lo que generaba
una fractura social al interior de los periecos que comenzaban a imitar el estilo de vida espartano.
Tendencialmente comenzaron a superar en número a los espartanos (-425), lo que se ve en el hecho
de que incluso se incorporaron ilotas al ejército. Además, para esa época se incrementaban las
tareas del ejército en materia represiva del orden interno bajo el temor de una rebelión ilota. Ste-
Croix habla de una explotación colectiva (tributo, servicio militar, tareas compulsivas), pero habría
que ver también la posibilidad de la cooperación, en tanto que los periecos más adinerados se veían
retribuidos socialmente con estos servicios.
La inclusión política e ideológica. Los periecos no participaban de las decisiones dentro del
estado espartano, tenían su propia vida política, gobierno, sistema de culto y listas de servicio
militar. La sujeción se garantizaba por la alianza con los terratenientes periecos, si la legitimidad
de estos se erosionaba, debía actuar el poder represivo espartano (ya que la tensión interna
habilitaba la apertura de frentes externos). Al parecer periecos y espartanos compartirían la unidad
étnica-religiosa lacedemonia, en tanto supuestos descendientes de Lacedemón. Los rituales unían a
ambos, pero resaltaban el status diferencial. El hecho notorio es que la mayoría de los periecos no
sólo no se rebeló contra Esparta sino que fue fiel a su política, valores culturales, religiosos e
ideológicos (el único caso registrado es el de Carias en 370 aliándose con los tebanos). En general,
las comunidades de Laconia (Mesenia fue más propensa a la rebelión) se mantuvieron más leales
porque sus elites fueron cooptadas por el estado, accediendo a puestos de jerarquía en el ejercito y
participando de la educación espartana. Los periecos aparecen como comunidades que se pueden
asumir como poleis, pero que funcionaron como partes constitutivas del estado lacedemonio.

CAPITULO III: ZEUGITAI ATENIENSES ¿CIUDADANOS ACTIVOS?


En general, se ha entendido la democracia ateniense como efecto de la stasis que, reformas de Solón
mediante, dieron paso a la elevación social de los agricultores, logrando estos derechos de
ciudadanía.
Aldeas, poblamiento rural y diferenciación social arcaica. La Atenas arcaica se caracterizó por:
1. Presencia de comunidades rurales de época oscura que se irían congregando en torno a la ciudad.
2. Urbanización ligada a la constitución de las instituciones políticas. 3. Estructura social basada en
aristócratas terratenientes con poder institucional y una multitud de campesinos; 3. La
configuración de una infantería hoplítica. El sinecismo de Atenas arcaica se basa en la presencia de
comunidades rurales que se expanden y crecen demográficamente, permitiendo una colonización
interna. A lo largo del VII se da una acumulación económica y política de la aristocracia en
detrimento del campesinado generando un marcado proceso de esclavitud por deudas, siendo
una minoría los que podían gozar del derecho de ciudadanía. Los esclavos por deudas dejaban de
integrar la comunidad (habían perdido el usufructo de la tierra y su libertad), mientras que los
labradores mejor posicionados lograban cierta inserción institucional. A los primeros, las
instituciones se les aparecían como algo externo. Con las políticas de Solón y Pisístrato se dará un
acelerado proceso de instalación de aldeas. Solón permite de hecho, el ascenso sociopolítico del
campesinado. Desde allí se gesta el imaginario político de la polis como principio de pertenencia a
la comunidad ciudadana en función de la libertad de sus miembros (participan todos los hombres
libres nacidos en Atenas). En efecto, la solución a la stasis es la elaboración política de la polis.
Solón remueve los mojones: esto indica que levanta las deudas y libera la tierra esclavizada (con lo
cual, también a uno de sus instrumentos: los hombres). Si bien no procede a una repartija de tierras,
si parece que las devolvió a quienes habían entregado su cuerpo en pago de las deudas y vieron
amojonadas sus tierras (quedaron a cargo de quienes estaban endeudados pero respondían por ellas).
Ya antes se había hecho ciudadanos a todos aquellos que pudieran armarse como hoplitas (los
labradores hoplitas se censaban como zeugitai). Los nuevos desendeudados pasaron a incorporarse
a la ciudadanía como thethes. En suma, la stasis arcaica, que implicó una lucha de masas, fue el
contexto en el que se dio la irrupción del demos rural en la escena política. Desde allí, todos los que
poseyeran tierra por debajo del censo hoplita, serían igualmente ciudadanos. Sin embargo, las
diferencias económicas implicaron un acceso diferencial al poder político, si bien todo varón adulto
era ciudadano.
Atenas después de Solón. Aristóteles se refiere a Solón como la fundación de la Atenas de la
democracia ancestral que sustituyó a la oligarquía, una democracia moderada basada en el
equilibrio entre gobernantes virtuosos y el pueblo que podía elegir y controlar a ellos, el pueblo
“mejor” de los labradores que viven de la labranza y el pastoreo (sin codicia, con propiedad
moderada). Según Aristóteles, se impondría un carácter censitario de los elegidos, puesto que solo
accederían a los cargos los que penta, hippeis y zeugitai, no así los thetes. Eso cambiaría con
Efialtes y Pericles (democracia moderna, radical), donde no había calificación rural censitaria.
Sería una democracia desenfrenada, ya que no pesan las leyes del gobierno de los mejores, sino el
decreto del pueblo. Según Aristóteles, Solón pertenecía a la clase media (mesoi) y buscaba el
establecimiento de un equilibrio (defensa de los mesoi por Aristóteles), el poder basado en la
propiedad, pero moderada. El tener mucha propiedad, lleva al ocio lo que aumenta la participación
política, pero el gobierno de la multitud no es el de las leyes. Ahora bien, las reformas de Efialtes y
Pericles producirían el ascenso político de un pueblo que al cobrar salario por la participación
institucional se encuadraría dentro de la multitud ociosa que señala Aristóteles. De este modo,
dejaría a un lado la democracia ancestral asentada en el campesino de propiedad moderada, apto
para el armamento hoplita, pero laborioso y con poco tiempo de ocio. Esta tendencia se
profundizaría con las reformas de Clístenes, más democráticas aún que las de Solón.
Principalmente, consistió en la creación de tribus y fratrías que mezcle a los ciudadanos (y rompa
con la red de patronato local de los aristócratas. Del mismo modo obró Pisístrato, quien otorgó
préstamos a los campesinos y jueces del demos quebrando el poder jurisdiccional de la
aristocracia), que convirtieron a las aldeas en subdivisiones cívicas del estado, elevando las
comunas campesinas al status de demos. A pesar de romper con el esquema anterior de democracia,
Aristóteles rescata el intento de equilibrar el poder aristocrático y la permanencia del Consejo del
Areópago aseguraría la conservación de la democracia antigua. Los nuevos demos rurales
comenzaron a funcionar de manera autárquica, se politizó a los labradores que comenzaron a
decidir sobre su propia organización (autogobierno local con sus instituciones, reglas y autoridades)
y también sobre el estado. Por otra parte, Aristóteles concluye que, dado que el campesinado aún
debía dedicar mucho tiempo a su subsistencia, no alcanzó una gran participación política. Sin
embargo, los demos áticos demuestran que los campesinos actuaban y tenían incidencia real. Con
todo, no parece que las reformas de Clístenes y Pisístrato hayan roto defintivamente con las
relaciones de patronazgo, que seguían existiendo a merced de la distribución de bienes y servicios
dentro de la aldea. Con todo, nada convalida a hablar de ciudadanos pasivos, como definió
Aristóteles a los zeugitai, los que pudieron comenzar a intervenir activamente en las asambleas.
Democracia radical. Aristóteles definió a esta como una perversión de la republica moderada de
campesinos, dado que aquí el pueblo llano se hacía del poder. Reconoce que luego de la batalla de
Salamina, el Areópago estuvo al frente del gobierno, constituyendo un momento en que el pueblo
fue bien gobernado. Algunos historiadores hacen coincidir la acción de Efialtes con la emergencia
de la democracia ateniense, dado que se forja la soberanía popular (democracia radical), al adquirir
un gran poder la asamblea y libertad de acción con una efectiva participación igualitaria. Efialtes
radicalizaría la reforma de Clístenes, atacando al consejo del Areópago (reducido a funciones
judiciales) y trasladando el poder al pueblo (asamblea, consejo y tribunales). Por su parte, Pericles
desplazaría el patronazgo y la autoridad de lideres usando las arcas estatales para generar una
especie de patronato publico estatal para beneficiar al conjunto del pueblo urbano (el centro de
gravedad iría cambiando de lo rural a lo urbano). Progresivamente se instalaría una diferenciación
entre pueblo rural y urbano, una contradicción entre khora y asty, siendo la ciudad un bastión mejor
protegido de la invasión externa. Se da la migración de labriegos pobres para instalarse en el recinto
amurallado de la ciudad, abandonando estos la ideología de la defensa de la tierra y la vida rural,
donde confluyen políticamente con los caballeros. Se genera así una diferenciación entre demos
rural y demos urbano.
Capacidad política de los campesinos. ¿Fueron los campesinos (zeuigitai) ciudadanos pasivos?
Los testimonios no son conclusivos, algunos se refieren a que adoptan posiciones moderadas dando
protagonismo a sus líderes naturales o imaginarios como del Orestes (Eurípides), donde el
agricultor rara vez frecuenta al ciudad y el ágora, o la literatura anticampesina que caracteriza a los
labradores como inferiores e ineptos. Se debe hacer una recapitulación histórica. Hacia fines del VII
los labradores acomodados se insertaron en la ciudadanía por su capacidad de armamento, y como
resultado de la stasis. Esto se confirmó con las reformas solonianas. Durante el VI esta presencia se
acentuaría: los campesinos hoplitas ejerciendo cargos electivos, los pobres interviniendo en
tribunales y eligiendo y controlando magistrados. Con todo, la aristocracia seguía operando como
elite dirigente, manejando recursos con redes clientelares. La vida interna del demos se hizo
extensiva a la polis con las reformas clisténicas, brindando estos demos los miembros del consejo
de los 500 (que a su vez tenían una alta rotación), lo cual necesariamente hacía a los labradores
ciudadanos activos. Con la guerra del Peloponeso, la participación directa se vio acrecentada por su
mayor acción económica, dadas las necesidades de avituallamiento. En síntesis, los labriegos no
estaban privados de una educación política dada su experiencia práctica en el demos.

CAPÍTULO IV: EL CAMPESINADO Y LA CIUDAD GRIEGA.


Modelo de polis y bases agrarias. La polis era visualizada por los contemporáneos como una
unidad indivisible de un centro urbano (asty) y un territorio agrícola (khora). El centro urbano era el
elemento característico en tanto se desarrollaba allí la vida cívica, allí tenían presencia objetiva la
institucionalidad. La participación política era directa y no existía una burocracia. El ciudadano era,
a su vez, el guerrero que defendía, con su armamento, los intereses de la colectividad. Para poseer la
tierra, era necesario antes pertenecer a la comunidad (estar registrado), con lo cual la ciudad se
presenta como un número de propietarios de tierras que se reconocen entre sí. Hubo sí, excepciones
como la de los periecos que, aun siendo poseedores, no tenían plenos derechos ciudadanos y como
en Atenas aún donde la falta de tierra no significó exclusión. La polis actuaba políticamente como
la propietaria principal de todas los bienes raíces, regulando el acceso a sus miembros. Se ve
claramente en la colonización: la asignación de tierras a los pobladores era llevada a cabo por el
fundador o sus magistrados, que repartían las tierras de forma igualitaria. El mundo de la polis
configuraba un espacio civilizado (sometido a la acción del ciudadano, espacio de la soberanía
política) y cultivado frente a las zonas incultas y silvestres. Se configura un territorio bajo una
disposición subjetiva: ser parte de la polis, es ser poseedor.
Estado, distritos, aldeas. Las aldeas, sin lugar dudas, eran partes constitutivas del Estado
ateniense. Sin embargo, las poleis periecas asumían funciones propias de las subdivisiones cívicas,
con identidades específicas, pero se integraban desigualmente al estado. De modo que, si bien entre
el caso lacedemonio y el ateniense hay diferencias, en ambos pervive una morfología: la
subdivisión cívica, aún con desigual integración. Con todo, no eran los periecos ciudadanos (sólo lo
eran los espartanos). La definición como polis de los periecos pro sus contemporáneos introduce un
problema que atañe a la propia definición del concepto. Siguiendo al Copenhague Polis Centre, toda
polis tiene un núcleo urbano en el que se articular relaciones institucionales entre los integrantes y
el espacio rural. Por ello, los periecos pueden ser considerados internamente como poleis, pero
externamente, en relación al estado espartano, como distritos de un estado mayor (un caso límite de
ambos).
Campesinos y ciudad consumidora. Finley ha difundido el esquema de la polis como ciudad
consumidora, donde hay un centro urbano productor manufacturero que se sostiene en articulación
con un hinterland poblado por productores agrarios. Sombart complementa esta idea con el esquema
de oposición población rural y urbana, siendo la segunda pequeña y consumidora. Este esquema es
actualmente cuestionado, fundamentalmente por Hansen, por los siguientes motivos: 1. La mayor
parte de la población tenia residencia urbana; 2.Muchos habitantes urbanos eran labradores rurales;
3. Por eso mismo, no eran consumidores sino productores, siendo los terratenientes rentistas una
pequeña fracción. En suma, adopta el esquema que concibe la polis como un conglomerado de
aldeas que no se diluían con el sinecismo, sino que subsistían por lo menos regulando lo que atañe a
propiedad y usufructuó de la tierra. Si hay que hacer un reparo en lo propuesto por Hansen: sólo 1/3
de los labradores vivía en la ciudad, lo que a su vez demuestra que el sinecismo no modificó
radicalmente las pautas de asentamiento rural. La aldea siguió siendo una entidad constitutiva de la
polis. Asimismo, a medida que el tamaño de la polis era inferior, el campo se mezclaba con la
ciudad y los habitantes de unos y otros, eran los mismos.
Agricultores y soldados. La formación de la polis es un proceso que se da en el transcurso de la era
arcaica, pero no finaliza antes del V. En este proceso de sinecismo, no necesariamente físico,
emerge la polis como un modo particular de organización social. Su formación conllevó también el
surgimiento de la falange hoplítica, para la defensa del territorio, asegurando las condiciones de
reproducción de la polis. Cada ciudadano era un soldado que defendía la perpetuación de su
comunidad. De modo que no había una casta militar especializada, esa función recaía en el conjunto
de la población.

HANSON – ANTES DE LA DEMOCRACIA- EL IGUALITARISMO AGRÍCOLA


Granjas pequeñas y de igual tamaño. Entre el VIII y V la finca de labranza intensiva y el
agrarismo fue la base de la polis griega. Para los primeros agricultores no fue ni la falange ni la
política, sino la ideología comunitaria unificadora lo central: una creencia de que no debían
existir granjas grandes, ni desigualdad radical en la posesión de la propiedad rural y, en
consecuencia, ni ciudadanos extremadamente ricos o pobres en la polis (una limitación moral).
El ideal era que la tierra se transmitiera dentro de la familia sin alienación, una propiedad
ancestral (kleros) que pertenecía a la familia (oikos) y no a un individuo particular. Los pocos
poseedores de fortunas debían atenerse a restricciones y limitaciones. Los mesoi emergieron como
la clase para asumir el poder. Es recién a partir del V cuando vemos un marcado enriquecimiento a
partir de la minería y el comercio y en función de tierras de mejor calidad , así y todo el
igualitarismo agrario duró 400 años. Durante la época de la polis, no hubo prácticamente dueños
absentistas de vastas áreas. La literatura griega evidencia una legislación que asegura la difusión de
la igualdad de tierras y, a partir del V, una preocupación creciente por el ataque al ideal del
agrarismo y una erosión de las pequeñas comunidades de granjeros independientes. Podemos
observar la presencia de esta clase de granjeros en cinco indicios:
1. Los registros literarios y epigráficos evidencian el tamaño real de las granjas. En los poemas
homéricos no se registra la existencia de grandes propietarios. La arqueología confirma esto, y la
existencia de muros campestres refleja que los lotes fueron diseñados para ser autónomos y
relativamente fijos. Evidentemente existía en la polis una ética que desalentaba la acumulación de
propiedad, lo que se ve en la imposibilidad de fijar la riqueza del comercio y la minería en la tierra.
La preferencia de la polis por las pequeñas parcelas es evidente.
2. La legislación de la polis y los discursos filosóficos. Según Aristóteles, Solón habría aprobado
leyes que restringieron el tamaño de las granjas atenienses. En efecto, la polis no surgió exnihilo,
sino que tuvo que lidiar un la existencia de aristócratas ricos que provenían de la Edad Oscura.
Frente a ellos, no desplegó una ideología radical (confiscación forzada), sino que apostó a una
modificación a largo plazo (interviniendo en la herencia a través de una legislación agraria). Las
colonias fundadas a posteriori, sí tenderían a reproducir en sus inicios el ideal de granjero medio. En
los tratados de Aristóteles y Platón se defiende la igualdad en posesión de la tierra, observando la
acumulación como un factor erosivo de la polis. El ideal platónico consistía en la posesión
moderada del demos y su participación política. Aristóteles insistió en la necesidad de un apropiado
tamaño medio que no dejara pie a la pobreza ni la riqueza, defiendo la causa de un grupo medio.
3. Creación de colonias. En las nuevas colonias se observa con claridad la constitución de lotes
equitativos y una estructura social que refleja un ideal previo de funcionamiento de la polis: la
ideología agraria que las colonias clonaban de su polis original. Todo el desarrollo de la geometría
se comprende en este marco: la medición precisa de parcelas para lograr su reparto equitativo.
4. Evidencia negativa: ausencia de conflicto de clase entorno a la propiedad. Entre el VII y el V
hubo pocos momentos en que se desarrollaran grandes políticas de cancelación de deudas y
redistribución del suelo, la mayoría de los granjeros no estaba cayendo víctima de ambiciosas elites.
Fue un tiempo de tranquilidad y equilibro con escasa polarización.
5. La literatura griega evidencia una desconfianza hacia los ricos y una incomodidad con la
riqueza. La idea de que había que compartir la propiedad si esta era grande y que había que
perdonar las deudas, estaba fuertemente arraigada. La reciprocidad y obligación (nobleza obliga)
era una ideología social muy instalada. Esta legislación contra la riqueza no era expresión del
clamor de los pobres sin tierra, sino de la actitud recelosa de los mesoi. Del mismo modo, está
ausente la existencia de cargas impositivas normales y directas a los granjeros, ya que esto era
visualizado como un elemento de disminución de la producción. Lo que sí habían eran liturgias,
patronazgo, convites, sacrificios que configuraban estrategias para hacer circular la riqueza. La
política y la religión se cuidaban de no alterar la tierra: sólo tomaban una porción de ella y, en
ocasiones, en función de las necesidades, podían ser alquiladas a los menos afortunados. Nunca el
culto religioso pudo desarrollar una casta sacerdotal escindida de la producción y subsidiada. En la
polis agraria inicial los modestos lotes de igual tamaño aseguraron que todos los ciudadanos
debieran trabajar.
Gobierno agrícola. Los primeros granjeros buscaron que el poder político asegurar su condición de
dueños y les otorgara la dirección de las comunidades agrarias. De ese modo, las pequeñas granjas
fueron transformadas en ley y fueron surgiendo timocracias de base amplia: gobiernos de
poseedores de propiedades basadas más en la riqueza que la sangre. La transición hacia gobiernos
constitucionales que una evolución más o menos pacífica. La vida de Solón refleja un periodo de
transición donde el demos pasaría a ser un amplio conjunto de ciudadanos distintos de la elite
aristocrática. Según Aristóteles, los primeros gobiernos constitucionales fueron oligárquicos en la
medida de que las poblaciones eran pequeñas y la clase media no era grande, recién en el V la
población en su totalidad se concibió como demos y, por ende, como ciudadana. En rigor, en
principio el demos estaba asociado a los poseedores de tierras (por eso eran timocracias, el gobierno
de los que poseen algo) y no estrictamente al conjunto de los nacidos en la polis,
independientemente de su posesión, allí surgió al democracia radical: cada ateniense nacido de
padres ciudadanos estaba facultado para participar en la asamblea, ahora bien esclavos extranjeros y
mujeres seguían privados de derechos. Sin embargo, en las timocracias (o democracias con
restricciones de propiedad) no necesariamente la cosa era menos igualitaria: en muchas de esas
poleis, la cualificación de la propiedad para ser hoplita, y acceder a la ciudadanía, era sensiblemente
baja. Además estas polis atraían menos extranjeros y esclavos, con lo cual un mayor porcentaje de
su población estaba incluido en el gobierno. Por otro lado, en el caso particular de Atenas, su gran
extensión provocaba que muchos granjeros no participaran de la asamblea y los tribunales de
justicia, dado que siempre había pobres en la ciudad que podían ocupar su lugar. De este modo,
otras democracias con asambleas restrictivas podían ser incluso más representativas que la
democracia radical ateniense. En suma, los gobiernos agrarios eran en teoría más restrictivos al
insistir en una cualificación de la propiedad, pero se reunían con menor frecuencia y reflejaban
mejor el consenso de su cuerpo más pequeño y homogéneo de ciudadanos, de modo que el numero
real de griegos decidiendo en política no necesariamente fue más pequeño o exclusivo que la
democracia radical.
Idealización de la clase labradora autónoma. En la polis griega se configuró un ethos agrario: de
hecho el término para propiedad de la tierra (ousia) significó ser o esencia. La tierra era indisoluble
del sujeto. Platón defendía que la agricultura era una ocupación natural que era la mejor y más justa
porque no implicaba una actividad a expensas de otro. Jenofonte señalaba que la labranza daba al
cuerpo belleza y fuerza. Hay un ideal en la literatura griega de que la conducta simple en el atuendo
y el comportamiento, el cultivo intensivo en pequeños lotes, el control de la guerra por el labrador
autónomo y el ejercicio del gobierno garantizan la supervivencia de la polis. Por eso, el
desmembramiento del agrarismo golpeó a la propia esencia de la polis.

THOMAS – LA CIUDAD CLÁSICA


Ciudadanía. Entre Atenas y Corinto había diferencias notorias: la ciudadanía corinta era una
oligarquía, una minoría de propietarios de los cuales sólo una minoría detentaba poder
político; en Atenas, en cambio, tenía lugar una democracia radical. Más allá de eso, la polis o
ciudad-estado, en toda Grecia, era una comunidad de ciudadanos regidos por una ley donde
todos estaban involucrados en la toma de decisiones. Existía además, el éthnos y las ligas y
federaciones. Durante el VIII la mayoría de los asentamientos eran gobernados por
aristócratas sobre una masa carente de derechos políticos. Esto sufrió una profunda
transformación a lo largo de los dos siglos siguientes. A partir de allí, todos los ciudadanos
cumplieron una función militar en la formación hoplítica, lo que configuró un ideal de
ciudadanos-soldados, dador de status político y honor personal. Esparta tipifica el caso de una
polis donde el derecho de ciudadanía esta guardado con recelo. De todos modos, en Atenas
una ley periclea (450) exigió la descendencia (materna y paterna) como condición de
ciudadanía, parece que sólo en 430 el derecho se extendió a los extranjeros ricos (las comedias de
Aristófanes se burlaban de esto). Perder la ciudadanía (atimia) era considerado una deshonra y se
utilizaba como castigo extremo. El ciudadano tenía derecho de participar de la función deliberativa
en la ciudad a través de la ekklesia (asamblea), que congregaba a todos a debatir acerca de la guerra,
la paz u otros temas (de hecho, el gobierno carecía de burocracia). Si bien las condiciones para ser
ciudadano variaban de polis en polis, en línea general se requería ser hoplita, trabajar y
poseer una finca (sólo en la democracia radical ateniense se otorgó ciudadanía a los
desposeídos). En el caso de Esparta tenía un carácter más oligárquico: se requería ser un
hombre rico (determinado por las extensión de tierra), saldar contribuciones regulares
(ceremonias comunitarias) y ser hijo de espartano. Particularmente en Atenas, estaba instalo el
ideal de la ancestralidad, una familia de ciudadanos ocupaba siempre la misma porción de tierra
(vinculo terruño-ciudadano), a lo que se sumaba una ideología que concebía a la ciudad como la
más civilizada y menos mezclada, un ideal de abolengo y mito de origen. En conclusión, la
ciudadanía no era un derecho de nacimiento e inalienable, sino una creación legal y política (por lo
tanto, variable). Así como la democracia radical contabilizó la participación de 50mil ciudadanos
(incluidos thetes), el golpe oligárquico del 411 votó la disolución de la democracia y el paso al
poder de un grupo exiguo, el de los Cuatrocientos. En general, no hubo exclusión de la ciudadanía
por desarrollar una profesión (solo en algunas polis lo hubo para los comerciantes).
Atenas y Esparta. Las polis era democracia-radical u oligarquías (o una mezcla de ambas).
Atenas se convirtió en el primer tipo cuando en el 460 el poder judicial (detentado por el Consejo
del Areópago) fue transferido a los tribunales populares y la asamblea del pueblo. Pasada la guerra
del Peloponeso (431-404), y la experiencia de los regímenes oligárquicos (411 y 404), el poder de la
asamblea quedó profundamente recortado y transmitido a los magistrados. La democracia radical se
caracterizó por cuatro elementos: 1. Extensión de la ciudadanía a un gran número de personas
(incluidos thetes); 2. Decisiones políticas a cargo del demos; 3. Rendición de cuentas de los lideres
en persona ante el pueblo; 4. Pago de los cargos públicos (para garantizar su neutralidad y permitir
la participación de los menos potentados). Se trataba, además, de un sistema directo: el pueblo
ejercía el poder político con su presencia y voto directo, sin representantes y con cargos públicos
elegidos por sorteo. La asamblea, órgano central, tenía la capacidad de decidir e imponer leyes
efectivas. Ya por el IV la democracia fue cediendo a la codificación legislativa de un cuerpo de
legisladores apartados del calor del debate asambleario (producto de la progresiva des
radicalización). Con todo, la dinámica asamblearia no permitía la participación de todos: de los
50mil ciudadanos, sólo había asientos para 6mil, además que muchos vivían lejos y les resultaba
económicamente improductivo abandonar sus tareas para deliberar. Asimismo, carecían de la
educación en oratoria necesaria así como de tiempo libre. El programa de la asamblea era elaborado
por el Consejo (boulé) que podía filtrar temas de discusión y vetar propuestas. Su composición
también era democráticas: 500 hombres elegidos por un año, a razón de 50 por cada una de las 10
tribus (con cuotas para cada damos, proporcionales a su tamaño). SI bien se ha dicho que era en la
práctica un patrimonio de los ricos, la renovación anual implicaba la participación de tal números de
consejeros (mayores de 30 años) que necesariamente llevaba al cargo a gente poco potentada
(además de que el nombramiento final se hacía por sorteo), que, además, gozaba de un sueldo
durante el ejercicio (aunque es probable que a veces cedieran su lugar). En cuanto a los tribunales,
eran los espacios donde los gobernantes rendían cuentas ante el pueblo, su poder era temido. Se
trataba de 6mil personas que prestaban juramento a inicio del año y se repartían las causas en
grupos numerosos e impares (evitar empate). Presentar una acusación no era gratuito: en caso de ser
perder, se debía pagar una sanción financiera de gran magnitud. Las partes podían recurrir a
logógrafos, expertos en retórica (similar a abogado). El sueldo del jurado alcazaba sólo para la
subsistencia, con lo cual debía ser más atractivo para los ciudadanos sin empleo. El ideal de la
Atenas democrática era limitar el poder de cualquier persona concreta y obligarla a desempeñar
cuentas públicas, siendo siempre investigados. El ostracismo (exilio por diez años) era la
herramienta para combatir cualquier sospecha de tiranía. La única excepción a estas reglas fue el
generalato militar: allí si se concebía la necesidad de un experto con experiencia y perdurabilidad en
el cargo, ya que se suponía que esto le permitía luchar mejor. Era la antítesis del ideal democráticos:
un líder popular, rico, aristocrático, con cargo en forma continúa y de gran poder. El caso Espartano
es opuesto al mecanismo democrático ateniense: no se enorgullecían de la libertad, sino de su
disciplina militar y superioridad étnica. Tenía una realeza y una asamblea limitada a los 10mil
homoioi. No hay indicios de la rendición de cuentas ante el pueblo ni de ninguna regulación del
poder funcionarial. Los éforos, elegidos anualmente por la ciudadanía, eran los funcionarios
democráticos, que ejercieron poder sobre los reyes, pero se los acusaba de aceptar sobornos debido
a su pobreza. El sistema se completaba con dos reyes y un consejo de ancianos (gerousia). En la
práctica, el poder de un rey sobre otro debía resolverse por sus cualidades militares, carisma y la
situación concreta del momento. En ocasiones sometían sus decisiones a la asamblea. Del eforado y
la gerousia, no se dispone de mucha información. Sin embargo, hubo un ámbito muy igualitario en
esta sociedad: el sistema educativo estatal que no hacía diferencia entre ricos y pobres. Además, la
igualdad de la falange hoplítica y de los comedores militares.
La Polis. Es posible aislar algunas variables de las polis: su concepción general era la libertad e
igualdad de sus ciudadanos. Esparta liberó a muchas ciudades de sus tiranos, la libertad se entendía
como la posibilidad de dirigirse a si mismo en tanto comunidad. El respeto por la ley era patrimonio
de las democracias y las oligarquías, lo que variaba era que grupo la administraba y lo que entendía
por ley. Si bien todas las polis defendían su independencia no debe exagerarse: las más pequeñas
estuvieron bajo la influencia de mayores mediante alianzas o simple dominio directo. Cada polis
tenía su culto religioso y comunidad de ciudadanos. El helenismo, común y compartido como pauta
cultural, expresaba variaciones en cada uno de sus lugares. Tanto Atenas como Esparta fueron
excepciones: la mayoría contaba con un territorio limitado que le alcanzaba para sus necesidades
básicas. Todas se gobernaban a si mismas con sus leyes, ejércitos y procedimientos de decisión,
templos y murallas. Era, a la vez, comunidad y estado, donde el ciudadano se subordinaba al bien
común. La polis era la maestra de los ciudadanos, no porque erigiera una educación estatal, sino
porque sus instituciones políticas, su constitución y sus leyes eran educativas.
Actividad religiosa. Los cultos religiosos articulaban, reflejaban y reforzaban los lazos de unión de
la ciudad. Los festivales, procesiones, culto heroico, rituales eran una parte constitutiva de la vida
ciudadana (al igual que lo hacían las instituciones políticas). Cada polis tenía su dios patrono con su
templo, donde se hacían sacrificios regulares. Había dioses universales (atenea, apolo y dioniso) y
otros particulares de cada polis, además de los héroes a los que se los asociaba a otros mitos y
cultos. La estratificación social se evidenciaba en la desigual participación ritual. Las fratrías
desempeñaba sacrificios rituales con los nuevos nacimientos, allí cumplían un rol ceremonial y
político: eran los guardianes simbólicos de la ciudadanía y a la vez inscribían a los hijos en las
tribus, descartando a los ilegítimos. De modo que eran los garantes de la ciudadanía. Otro espacio
ritual, eran las grandes Panateneas, competiciones atléticas y musicales que atraían participantes y
espectadores de todo el ática. Cuando Atenas se hizo dominante, la participación en los juegos era
símbolo de la lealtad y subordinación a su poder (todos debían enviar competidores). No había
distinción entre iglesia y estado, en ambos era el pueblo el que pautaba ambas actividades. La
multiplicidad de cultos era algo característico de las polis. En ocasiones los gobernantes usaron el
mito religioso para reforzar su autoridad (una maldición a quien exportara cereales, por ejemplo).
Así como había cultos helénico, los había particulares de las polis e incluso de las fratrías, así como
también había cultos de elección individual.

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