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ALTERNATIVOS ∗
Coordinador
Carlos Felipe Jaramillo
Colaboradores
Edgar Caicedo, Adolfo Cobo, Andrés González, Munir Jalil, Juan Manuel Julio, Luis
Fernando Melo.
Septiembre de 1999
Resumen
Introducción
∗
Deseamos agradecer los valiosos comentarios de los miembros de la Junta Directiva y en especial al
Doctor Antonio Hernández G., gracias a cuyo interés fue posible la realización de este trabajo.
1
Aunque todos los indicadores mencionados parecen seguir la tendencia de largo plazo
de la inflación, no es claro cuál es más apropiado para el contexto colombiano. Algunos
indicadores, como la media truncada y la mediana, fueron adoptados por las virtudes
exhibidas en el contexto de economías desarrolladas (Cecchetti, 1997 y Bryan y Pike,
1991). Otros indicadores han caído en desuso (como los filtros de Hodrick y Prescott) y
otros no han sido evaluados, tal como la inflación núcleo que se utiliza en México. Pese
a lo anterior, la única evaluación técnica que se ha efectuado recientemente para el
contexto colombiano fue realizada por Melo, Hamman y Uribe (1996).
Uno de los principales problemas que supone la fijación de metas de inflación consiste
en la selección del indicador de precios. Este indicador debe permitir obtener una
medida adecuada de la inflación con el propósito de formular la política monetaria, que
sea de fácil comprensión, y sobre el cual se puedan definir las metas oficiales de
inflación. Por razones logísticas, de claridad y de utilización por parte del público, la
mayoría de los bancos centrales utilizan el Indice de Precios al Consumidor (IPC)
calculado por una agencia estadística independiente sobre una canasta de bienes y
servicios derivada de los gastos más representativos de los consumidores.
Sin embargo, es bien conocido que el IPC tradicional no es una medida perfecta del
incremento generalizado en los precios de una economía. En primer lugar, el cálculo del
IPC adolece de fallas metodológicas bien conocidas (Advisory Commission to Study
the CPI, 1996 y Shapiro y Wilcox, 1996). Por construcción, el IPC asigna
ponderaciones fijas a cada uno de los bienes y servicios que lo componen, con lo cual se
2
ignoran las posibilidades de sustitución ante cambios en los precios. Además, las
metodologías tradicionales no efectúan ajustes por cambios de calidad en los bienes y
servicios encuestados ni por la aparición (y desaparición) de expendios (Ducharme,
1997 y Moulton, 1996).
Una estrategia de política monetaria dictada sobre la base de los índices de inflación
básica - en sustitución del IPC tradicional - puede disminuir los costos, en términos de
crecimiento, de la política monetaria en la medida que dichos índices miden aquellas
variaciones de precios que tienden a ser incorporadas en las expectativas de inflación de
los agentes. Por el contrario, la política monetaria trazada teniendo como referencia
únicamente la evolución del IPC estará influenciada por variaciones transitorias de los
precios, las cuales no pueden ser anticipadas por los agentes económicos, elevando el
costo real de la política.
3
2. Indicadores de inflación básica
Por consiguiente, los indicadores de inflación básica que se construyen utilizando este
criterio tienden a excluir los componentes transitorios de la serie de inflación del IPC.
Lo que queda es un indicador de inflación que debe estar más asociado a excesos de
demanda y a las decisiones de política monetaria.
El segundo grupo de índices de inflación básica reúne aquellos indicadores que miden el
componente generalizado de la inflación medida a partir del IPC. Por incremento
generalizado se entiende aquel que afecta, de manera simultánea, persistente y en la
misma magnitud, a un amplio conjunto de bienes que componen la canasta del IPC. Los
incrementos de estos precios tienden a coincidir, en el largo plazo, con la inflación
medida por el IPC. De esta forma, la inflación generalizada tiende a ser una medida
4
adecuada del proceso inflacionario que se encuentra asociada con la inflación esperada
y la expansión monetaria.
Los bancos centrales tienden a emplear los indicadores de inflación básica de varias
maneras. En primer lugar, los utilizan para hacer seguimiento de la inflación y para
formular y establecer la política monetaria.
En segundo lugar, los bancos centrales también utilizan estos indicadores para fortalecer
la credibilidad de sus políticas y para permitir una fiscalización más adecuada de su
gestión por parte del público. Por ejemplo, los indicadores de inflación básica permiten
al banco central explicar decisiones de política cuando la inflación medida por el IPC se
distancia de la inflación básica debido a choques transitorios de oferta.
En tercer lugar, los bancos centrales utilizan la inflación básica para fijar la meta de
inflación. Este ha sido el caso del banco central de Nueva Zelanda, el cual ha venido
1
La mediana ponderada es equivalente a la variación de precios del item que sigue después de eliminar
los items de mayor variación que acumulan el 50% de las ponderaciones de gastos de los consumidores
en el IPC.
5
fijando metas implícitas sobre la inflación básica desde hace varios años. Sin embargo,
esta no es una práctica común en países donde la inflación histórica, medida por un
índice como el IPC, es utilizada activamente por los agentes económicos para negociar
salarios o reajustar precios.
En todos los casos en donde el indicador de inflación básica corresponde al IPC después
de excluir algunos grupos de bienes, se excluyen igualmente las variaciones de los
impuestos y subsidios indirectos.
6
Cuadro 1
Medidas de Inflación Básica Usadas por Diferentes Bancos Centrales
Australia X X 1- Precios de bienes y servicios del sector privado Inflación Básica Meta y seguimiento
Noruega 1- IPC exlcuyendo cambio en impuestos indirectos y en precios de energía. N.D. N.D.
N. Zelandia X X
Inflación Básica Meta y seguimiento
Inglaterra X X 1- Precios al por menor usando estimativos del costo de usar vivienda Precios al por menor Seguimiento
calculados por el banco central. excluyendo pagos de
2- El ínidce edl punto 1 excluyendo impuestos indirectos. intereses hipotecarios
Israel 1- IPC excluyendo vivienda (costos financieros de hipoteca), frutas y IPC Seguimiento
vegetales Utilizada para determinar
política monetaria
Suecia X X 1- IPC excluyendo efectos de impuestos y subsidios indirectos y los costos IPC Seguimiento
de intereses por vivenda. Política monetaria responde a la
inflación básica en el corto plazo
Gráfico 1
IPC sin alimentos e IPC sin alimentos, servicios públicos y transporte
35
33
31
29
27
25
23
21
19
17
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b. Inflación núcleo
Esta clase de indicadores se construye eliminando de la canasta del IPC total aquellos
bienes y servicios cuyos precios han sido los más volátiles durante un período de tiempo
determinado. Así, el cálculo del núcleo inflacionario depende del período muestral
considerado.
Para el presente trabajo se calculó para cada elemento del IPC su desviación con
respecto a la inflación total mediante la raíz del error cuadrático medio. Las
desviaciones se ordenaron de mayor a menor (Ver Cuadro 2), para luego proceder a
2
Ver al respecto: Melo, et. al. (1997)
7
Cuadro 2
Items con mayor volatilidad de precios
(dic. 88- dic. 98)
(*) Desviación (raíz del error cuadrático medio) con respecto a la inflación del IPC totoal
eliminar aquellos bienes y servicios más volátiles en una secuencia que consultaba la
ponderación acumulada que dichos rubros tienen dentro del IPC 60. Fue así como se
obtuvieron los núcleos truncados en el 10% (núcleo 10), en el 20% (núcleo 20), en el
30% (núcleo 30) y en el 40% (núcleo 40) (Ver Gráfico 2). El núcleo 10 por ejemplo,
corresponde al IPC excluyendo aquellos bienes y servicios más volátiles cuya
ponderación acumulada es del 10%.
Gráfico 2
Inflaciones Núcleo
35
33
31
29
27
25
23
21
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La inflación núcleo exhibe algunas desventajas que se deben reconocer. No existe una
razón para excluir del IPC, para todo el período muestral, los mismos bienes y
servicios, ya que se corre el riesgo de que en ciertos períodos estos bienes eliminados
contengan información importante sobre el fenómeno inflacionario. De manera similar,
existe el riesgo de que rubros no excluidos presenten en el período muestral cambios
atípicos en sus precios respecto a la tendencia. En estos casos el núcleo inflacionario no
sería la mejor medida de la inflación básica, ya que es una medida poco flexible para
incorporar cambios en la formación de precios de la economía. Una solución para estos
problemas consiste en revisar periódicamente el período muestral sobre el cual se
calcula la volatilidad de los diferentes precios para así actualizar los ítems que deben
excluirse del IPC.
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c. Media truncada
La media truncada, al igual que el núcleo inflacionario, busca obtener una medida de
inflación que elimine el efecto de variaciones extremas de precios en algunos sectores
de la economía. A diferencia del núcleo inflacionario, que elimina cada mes el mismo
conjunto de ítems de la canasta, estas medias excluyen mensualmente un grupo distinto
de bienes y servicios en función de su comportamiento coyuntural.
El cálculo de este indicador consiste en eliminar, para cada período, las variaciones en
precios más altos y más bajos de la canasta. La idea es que los movimientos extremos
de precios en la distribución están asociados a choques de oferta específicos de algunos
sectores y que los movimientos cercanos al centro de la distribución son aquellos que
reflejan más acertadamente las presiones de demanda.
Gráfico 3
Medias Truncadas
35
33
31
29
27
25
23
21
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El cálculo de la inflación básica usando las medias truncadas descritas arriba puede ser
inexacto cuando la distribución de los cambios de los 195 precios no es simétrica.
Algunos trabajos han demostrado que esta distribución en Colombia tiende a ser
asimétrica. (Jaramillo, 1998 y Jaramillo y Córdoba, 1997). En este caso puede ser más
acertado construir indicadores de inflación básica con grados de truncamiento diferentes
en cada cola. Siguiendo la sugerencia de Jaramillo (1998), se calculó una media
asimétrica truncada al 15% en la cola superior y al 13% en la cola inferior. Es decir, la
media ponderada se estimó después de haber excluido del IPC los rubros con mayores
variaciones en precios hasta una ponderación acumulada del 15% y los rubros de menor
variación en precios hasta una ponderación acumulada del 13%.
9
Una gran ventaja que ofrecen las medias truncadas como indicadores de inflación
básica, además de ser oportunas y de fácil estimación, es que estas no se alteran con la
incorporación de nuevas observaciones, como si puede suceder con los indicadores
núcleo. La desventaja principal de estos indicadores es que existe subjetividad en la
determinación del grado de truncamiento de la distribución.
Los filtros estadísticos permiten obtener una medida tendencial que tiene en cuenta
todos los componentes de la canasta del IPC, pero tienen el inconveniente de que
dependen del tamaño de la muestra y de que la tendencia para el período de referencia
puede cambiar con la incorporación de nuevas observaciones. El nivel del parámetro de
suavización también es usualmente arbitrario pues la teoría económica no indica cual
debe ser el valor ideal de lambda.
De las definiciones de inflación básica presentadas arriba y del papel que ésta cumple
en la adopción de la política monetaria se desprenden una serie de características que
idealmente debe reunir cualquier indicador que intente medirla correctamente. Estas
características – poca volatilidad, insesgamiento respecto a la inflación observada,
capacidad para suavizar la inflación observada y para pronosticarla y la propiedad de ser
causada por los agregados monetarios – nos permiten evaluar los diferentes indicadores
de inflación básica propuestos a partir de cinco criterios: variabilidad, insesgamiento,
desviación con respecto a la inflación suavizada, capacidad de pronóstico y relación con
agregados monetarios 3 .
a) Variabilidad
3
Estos criterios han sido aplicados al Caso de los Estados Unidos por Bryan y Cacchetti (1994)
4
Si se buscara el indicador con menor volatilidad este simplemente sería una tendencia lineal de la
inflación.
10
Cuadro 3
VARIABILIDAD DE LOS INDICADORES DE INFLACIÓN BÁSICA
(enero de 1990 - octubre 1998)
Desviación
Indicador Estándar (DE*) 1/
IPC 1,38
núcleo10 1,08
núcleo20 0,84 *
núcleo30 0,82 *
núcleo40 0,89 *
sinalim 1,37
sinalims 1,25
media10 1,19
media20 1,11
media30 1,29
media40 1,19
media50 1,20
media60 1,24
media70 1,10
media80 1,10
media90 0,96 *
mediana 0,97 *
medasim 1,17
hp10000 2/ 0,31 *
hp14400 3/ 0,25 *
hp20000 4/ 0,20 *
C:\users\edgar\básica\escogido'variabilidad(diferencia hp)
b) Insesgamiento
El Cuadro 4 también presenta algunas estadísticas que comparan los niveles de los
diferentes indicadores con respecto a la inflación del IPC. Los resultados muestran que,
en promedio, la desviación típica entre cada indicador y la inflación del IPC es de cerca
de un punto porcentual. No obstante, hay varios indicadores para los cuales la
desviación sobrepasa 1.5 puntos porcentuales tales como las medias truncadas (60, 70,
80, 90 y mediana) y los dos indicadores de exclusión. La diferencia máxima entre la
inflación y los indicadores de inflación básica no sobrepasa 3 o 4 puntos porcentuales
para la mayoría de los indicadores, con la excepción de la mayoría de las medias
truncadas (especialmente, 50, 80, 90 y mediana) y de los indicadores de exclusión en
los que se observan algunas desviaciones (absolutas) máximas superiores a 5 puntos
porcentuales.
5
A menos que los choques de oferta sean asimétricos.
11
Cuador 4
INSESGAMIENTO INDICADORES DE INFLACIÓN BÁSICA
(enero 1990 - octubre 1998)
El problema con la metodología sugerida por Bryan y Cecchetti es que antes de evaluar
el grado de ajuste de los indicadores de inflación básica a la inflación suavizada, es
necesario seleccionar el grado de suavización óptimo de esta última. La falta de teoría
económica sobre este aspecto introduce un elemento subjetivo en el ejercicio y sugiere
la necesidad de realizar análisis de sensibilidad ante diferentes grados de suavización.
Para evaluar que tan sensibles son las conclusiones de este ejercicio a la utilización de
otros grados de suavización, en el Cuadro 5 se incluyen comparaciones con la media
móvil de 13 meses, la media móvil de 37 meses y el filtro HP de la inflación del IPC.
Las conclusiones obtenidas con la media móvil de 25 meses se repiten para el promedio
móvil de 37 meses y el filtro HP. Para el caso de la media móvil de 13 meses, se
encuentra que todos los indicadores exhiben desviaciones superiores al IPC, con la
excepción del núcleo al 10% y el filtro HP con lambda en 10,000. A pesar de ello, en
este caso también se llega a las mismas conclusiones sobre los indicadores de inflación
básica: los mejores ajustes son los filtros HP, los núcleos, la media truncada asimétrica
y la truncada al 10%. Nuevamente, la mediana es el indicador que peor se desempeña
bajo los diferentes estándares.
12
Cuadro 5
CAPACIDAD DE SUAVIZAR
DESVIACIÓN DE LA INFLACIÓN BÁSICA CON RESPECTO A LA INFLACIÓN SUAVIZADA
(enero 1990 - octubre 1998)
Otro ejercicio que ha sido utilizado para evaluar el contenido informativo de los
indicadores de inflación básica es su capacidad para pronosticar la inflación futura. La
justificación se encuentra en el hecho que los indicadores de inflación básica tienden a
reflejar información estructural de mediano plazo, filtrando los choques de oferta de
corto plazo. Por esta razón deberían ser mejores indicadores de las fluctuaciones futuras
del IPC que el mismo IPC, pues este índice sí se encuentra influenciado por las
fluctuaciones de corto plazo.
Los resultados del ejercicio para evaluar la capacidad de pronóstico de los indicadores
se presentan en el Cuadro 6. El procedimiento consistió en calcular las desviaciones de
los pronósticos para horizontes de 12, 24 y 36 meses, mediante la metodología de
regresiones recursivas. La regresión que se estimó fue la siguiente:
∏
k
t
=α +β (∏ )+ ε
b
t
k
t
,
∏ ∏
k b
donde k = 12, 24 y 36 meses, t
es la inflación de 12, 24 y 36 meses y t
es la
inflación básica anual6 . Para el cálculo de la raíz del error cuadrático medio (RMSE) en
primer lugar se estimó el modelo para el período 1989:1 – 1994:10. Posteriormente se
efectuaron proyecciones fuera de muestra adicionando progresivamente un mes y re-
estimando el modelo en cada oportunidad. Así se procedió hasta el final de la muestra
disponible (1980:1-1998:10). Las proyecciones fuera de muestra a partir de 1994:11 se
compararon con las observaciones respectivas para proceder a calcular el RMSE.
Los resultados indican que los menores errores de predicción para todos los horizontes
estudiados están concentrados entre los filtros HP, los núcleos al 20, 30 y 40, la media
truncada asimétrica y las medias truncadas al 10%, al 20% y al 40%. Los peores
resultados bajo este criterio son aquellos de los indicadores de exclusión y de las medias
truncadas (60, 70, 80, 90 y mediana).
7
Los resultados para 12 y 36 rezagos arrojan conclusiones similares.
13
Cuadro 6
Capacidad de pronóstico sobre la inflación
de los indicadores de inflación básica (RMSE) *
Horizonte de Pronóstico (meses)
Indicador 12 24 36
IPC 0,64 2,23 4,06
núcleo10 0,98 1,47 3,79
núcleo20 1,13 1,18 3,45
núcleo30 1,33 1,25 3,47
núcleo40 2,19 1,70 4,27
sinalim 2,25 2,87 6,05
sinalims 3,12 3,38 6,74
media10 1,10 1,47 3,69
media20 1,57 1,29 3,13
media30 0,94 1,75 3,77
media40 1,47 1,38 3,32
media50 2,16 1,51 3,18
media60 2,70 2,02 3,28
media70 2,45 1,75 3,60
media80 2,47 1,69 3,91
media90 2,43 1,61 4,17
mediana 2,41 1,70 4,35
medasim 1,11 1,36 3,41
hp10000 1,22 0,58 3,40
hp14400 1,23 0,58 3,25
hp20000 1,25 0,65 3,12
c:\users\edgar\básica\escogidos\capacidad de pronóstico (cuapronóstico)
(*) Corresponde a la desviación (raíz del error cuadrático medio ) de los pronósticos
∏ t
= α + ∑ β ∆ M t −i
i
i =1
Los resultados indican que los agregados monetarios tienden a explicar mejor las
fluctuaciones de las diferentes medidas de inflación básica que las del IPC. Dentro de
los agregados monetarios, la base monetaria es el agregado monetario que mejor explica
estas fluctuaciones y, en particular, aquellas correspondientes a los filtros HP, los
núcleos y varias medias truncadas (10, 20, 50 y 60). Los indicadores que son menos
“pronosticables” por la base monetaria son los de exclusión.
12 12
∏ = α + ∑ β i ∆ M t −i + ∑γ i ∏t −i
B B
t
i =1 i =1
El Cuadro 8 presenta los resultados correspondientes a 12 rezagos, todos los cuales son
representativos de las pruebas con mayores rezagos. Según estas pruebas, en la mayoría
de los casos en que se detecta causalidad, esta es de dirección inversa a la esperada
(v.gr., de inflación a agregados monetarios), lo cual parece indicar que existe una
endogeneidad de la política monetaria a la inflación pasada, característica de países con
altos niveles de indexación. Los únicos indicadores de inflación básica que parecen ser
causados por agregados monetarios son la media truncada al 90% (base, M1 y M2), el
núcleo al 30% (M3 y M3 más bonos) y la inflación sin alimentos y sin alimentos y
servicios (M1 y M2) 8 .
Los resultados de estas pruebas de causalidad no parecen ser incluyentes. Además estas
pruebas tienen varios problemas que se derivan de ignorar el grado de integración o
cointegración de las series involucradas. Primero, las relaciones de causalidad estimadas
pueden ser inválidas. Segundo, puede darse una sobre diferenciación de las series que
reduce la eficiencia de las pruebas y sesga su resultado a favor del rechazo de la
hipótesis de no causalidad. Y tercero, se ignora información acerca de la relación de
largo plazo entre dinero y precios.
8
También se realizaron pruebas de causalidad de Granger con las series en diferencias y en aceleraciones.
Nuevamente, las causalidades resultan ser inversas a las esperadas. En este ejercicio, ninguno de los
indicadores de inflación básica es causado por algún agregado monetario al 95% de confianza.
14
Cuadro 8
RELACIÓN CON AGREGADOS MONETARIOS
PRUEBAS DE CAUSALIDAD (12 REZAGOS) - INDICADORES MENSUALES
(enero 1990 - octubre 1998) P. Value
Es importante señalar que el método propuesto exige que las dos series estén
cointegradas y que además cada una de las variables sean integradas de orden 1, es
decir que las primeras diferencias sean estacionarias.
Los agregados que más se asocian con cualquier medida de inflación básica son, en su
orden M2, la base monetaria ajustada y el M3. Los que menos se relaciona son M1 y la
base monetaria.
El Cuadro 10 muestra los resultados de la prueba de exogeneidad débil para los casos
donde se comprobó la existencia de cointegración en el Cuadro 9. Los valores no
sombreados en este nuevo cuadro son aquellos para los cuales la causalidad de largo
9
Más concretamente, la variable débilmente exógena no aporta información para la estimación de los
coeficientes de largo plazo, y entonces se puede hallar un estimador eficiente de este parámetro a partir de
la distribución condicional de la otra variable con respecto a la débilmente exógena.
10
El modelo de cointegración que se utilizó corresponde al que contiene una tendencia lineal en la
relación de largo plazo.
15
Cuadro 9
Resultados de la Prueba de Cointegración
6. Conclusiones
16
Cuadro 11
Resumen de resultados
Indicador Insesgamiento Variabilidad Capacidad de Suavización Relación con Agregados Monetarios
Pronóstico (12 meses) IPC Ajuste a base Causalidad
(14 rezagos) dinero-precios
NUCLEO10 X X X X X
NUCLEO20 X X X X X X
NUCLEO30 X X X X X
NUCLEO40 X X X X X
SINALIM X X X
SINALIMS
MEDIA10 X X X X
MEDIA20 X X
MEDIA30 X
MEDIA40 X
MEDIA50 X
MEDIA60 X
MEDIA70 X
MEDIA80 X
MEDIA90 X X
MEDIANA X X
MEDASIM X X X X X
HP10000 X X X X
HP14400 X X X X
HP20000 X X X X
c:\edgar\users\edgar\básica\cuaresumen
Nota: X muestra los indicadores de inflación básica, para los cuales se considera que se satisface algunos de los criterios examinados.
Los resultados para los indicadores de exclusión no fueron muy satisfactorios. Respecto
a la causalidad dinero - precios, la inflación sin alimentos y servicios fue uno de los
pocos indicadores que no parecen estar afectados por ninguno de los agregados
monetarios. Incluso la inflación sin alimentos tan solo aparece como determinada
exógenamente por uno de los cinco agregados (M1). Además, el promedio de inflación
medido utilizando estos indicadores resulta ser significativamente superior a la inflación
observada.
Sin duda alguna, la conclusión más importante de este trabajo se refiere al muy buen
papel que desempeñan los indicadores núcleo como medidas de la inflación básica. Para
varios truncamientos (20%, 30% y 40%), los núcleos satisfacen la totalidad de criterios.
Los filtros HP también satisfacen varios de los criterios, pero como ya se mencionó,
sus estimaciones resultan muy sensibles a los valores extremos de las series.
Dentro de la familia de las medias truncadas, las mejores parecen ser la del 10% y la
media asimétrica. Finalmente, los resultados presentados sugieren que la inflación sin
alimentos es un pobre indicador de inflación básica.
Referencias
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the Cost of Living : Final Report to the Senate Finance Committee, Senate Finance
Committee, Washington, D.C.
Ducharme, L. M., -Ed.- (1997). “Bias in the CPI: Experience from Five OECD
Countries”, Analytical Series, September, No. 10, Price Division, Statistics Canada.
17
Mateos, C. y Gaytán, A. (1998). “Medidas Alternativas de Inflación”. Banco de
México. (Mimeo).
Melo, Luis F., Hamman, Franz y Uribe, José D (1996). “Un Análisis de las Medidas de
Inflación Básica para Colombia”. (Mimeo).
Moulton, B. (1996). “Bias in the Consumer Price Index : What is the Evidence ?”,
Journal of Economic Perspectives, Vol. 10, No. 4, Fall.
Morón, Eduardo y Zegarra, Luis (1998). “Measuring and Targeting Core Inflation in a
Small, Open and Dollarized Economy: The Peruvian Case. Universidad del Pacífico
(Mimeo).
Quah, D. y Vahey, S. (1995) “Measuring Core Inflation”. The Economic Journal, 105,
September 1995.
Roger, Scott (1998). “Core Inflation: concepts, uses and measurement”, Reserve Bank
of New Zealand working paper, G98/9.
Shapiro, Matthew D., and David W. Wilcox (1996). “Causes and Consequences of
Imperfections in the Consumer Price Index”, (Mimeo), University of Michigan;
Forthcoming in NBER Macroeconomics Anual 11.
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