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Una gran característica del siglo XXI es la evolución tan drástica que ha tenido la tecnología, la

cual en estos tiempos nos permite tener todo tipo de información a la mano y en cuestión de unos
pocos minutos, por lo que ahora es muy fácil adquirir nuevos conocimientos por un bajo costo, ya
que, con sólo rentar una hora un equipo con conexión a internet, se puede investigar cualquier
tema que se requiera y conseguir bastante información.
Cruz (p.1, párr. 1)

El ser humano tiene la facultad de razonar, pensar y reflexionar para llegar a una conclusión o
formarse un juicio de la situación que se le presente, pero cuando no se tiene un conocimiento
filosófico en el cual basar nuestras reflexiones, podemos llegar a tener pensamientos erróneos,
fantasiosos y sin bases, lo cual puede ser dañino para nosotros, por lo que es transcendentalque
obtengamos los conocimientos básicos formales de lafilosofía.
Cruz (p.2, párr. 2; p.3, párr. 1)

Fernández-Burillo(s/f, p.151) nos dice:“(…) no es digno del hombre adherirse a absurdos.”,


basándose en que el cerebro del ser humano se compone de razonamiento y voluntad, y debido a
esto, no debemos ser ignorantes sino tener ganas de salir adelante y adquirir nuevos conocimientos. Si
vivimos en un mundo mágico donde nada es cierto podemos llegar a tener una vida mísera, lo cual sería
injusto con tantas capacidades que tenemos para superarnos. Los animales también tienen
conocimientos que los ayudan a sobrevivir en su hábitat, pero sólo eso conocen lo que necesitan,
pero no lo razonan.
Cruz (p.3, párr. 3 y 4)

La naturaleza del ser humano lo obliga a preguntarse la razón de todo lo que está a nuestro
alrededor y a la fuerza interna de cada uno, tanto física como mental. Si es cierto que el hombre
viene del reino animal, ha evolucionado y tiene que seguir haciéndolo, analizando su pasado,
viendo su presente y planeando su futuro.
Cruz (p.4, párr. 1)

La filosofía estudia razones como la existencia y el conocimiento, los cuales nacen de la


necesidad del ser humano por conocer todos los fenómenos que se originan en su mente. El
materialismo es una parte de la filosofía la cual nos demuestra que la materia es lo único que
existe y nos hace ver los beneficios que nos puede dar.La sabiduría crea al espíritu como dueño
de la verdad absoluta y nos explica que los seres humanos estamos hechos por Dios, a su
imagen y semejanza. El culturalismo se centraliza en el estudio del ser humano y del medio en el
que se desarrolla.
Cruz (p.9, párr.2 y 3; p.13, párr.

¿Cuál es la trascendencia del saber?

La efecto de la adquisición de conocimiento y en consecuencia, del saber, tienen repercusiones


muy importantes para la vida de cada persona pues dependiendo de lo que alguien sepa en
función del conocimiento adquirido (sea ese conocimiento verdadero o erróneo), las decisiones
que se hagan en la vida se harán patentes en los resultados de las acciones y evidentemente, en
las consecuencias de las mismas. En este sentido, las acciones referidas pueden ser
cualesquiera que se hagan en la vida: personales, familiares, profesionales, sociales, de justicia,
etc.

En efecto, Fernández-Burillo (s/f, p.4), plantea lo siguiente: “Así pues, la misma ciencia y el
progreso material replantean la necesidad de filosofar, es decir, de ir a la búsqueda del último por
qué, que dé razón de todo cuanto existe. Ahora bien, esa meta no es inasequible, ni es preciso
partir de cero, aunque algunos lo hayan pretendido; seamos o no conscientes de ello, todos
llegamos a la filosofía con gran número de conocimientos previos. Todos tenemos una idea quizá
confusa de lo que significa una concepción filosófica de la realidad; y, de hecho, conocemos más
de una.”

Losejemplosdeaccionesquesoninfluenciadasporelconocimiento,saber,postura ideológica, filosofía


(religiosa o secular), etc., son incontables. Sin embargo, un ejemplo muy influyente -pues los casi
ocho billones de personas que habitan el mundo la consideran y adoptan una de las tres posturas
que se revisarán a continuación- es “el
últimoporqué,quedérazóndetodoloqueexiste”,desdeeluniversoobservable–visible e invisible-,
pasando por la humanidad y toda vida en la tierra hasta la existencia
microscópica,desdeloqueseentiendecomolaspartículas,moléculas,bacterias,virus, procesos de
vida como la fotosíntesis, etc., hasta lo que aún no se comprende como la mente (i.e. el espíritu
humano), acumulación de recuerdos en el cerebro o la física cuántica, por nombrar sólo algunos
fenómenos imperceptibles a simplevista.

¿Cuáles son estos conceptos de la realidad en términos del “último por qué, que dé
razóndetodocuantoexiste”?Esnecesariomencionarqueapesardetodoslosavances
científicos,arqueológicos,académicos,tecnológicos,etc.,enelmundoentero,hoy,en
pleno siglo XXI, sencillamente no termina de ponerse de acuerdo en estas tres distintas posturas
en relación al último por qué, y explique porque todo existe. También es
necesariodecirqueenlostresgruposquemencionaremosacontinuaciónhaypersonas de todo tipo de
bagaje académico, es decir, en cualquiera de las tres postras que se presentan, hay personas de
un amplio conocimiento científico, muchos de ellos, inclusive, galardonados con los más altos
honores académicos e incluso ganadores del premio Nobel. Comenta Fernández-Burillo (s/f, p.4)

Vamos a considerar tres de esas visiones (cosmovisiones) que se advierten y distinguen


fácilmente en la actualidad: La primera concibe la
filosofíacomosabiduría.Sostieneelprimadodelespíritusobrelamateria, y la libertad como señorío del
hombre sobre las cosas. Es creacionista, esto es, ve el mundo como la obra de un Artífice
inteligente, y al hombre como imagen deDios.
La segunda es el materialismo «científico», actualmente divulgadoy al alcance de todos. Se lo
encuentra en los medios de comunicación. Contiene una concepción cerrada a la trascendencia.
El hombre sebasta asímismo,lamateriaesloúnicoqueexisteyesautosuficiente.Amenudo concede
prioridad a la moda (lo que se lleva) y al éxito (previsible a corto plazo).
La tercera es la postmoderna. Sostiene que buscar el último porqué
es«pensamientoduro»,intolerante.Segúnestavisión,lafilosofíaexpresa sólo la mentalidad vigente
en un grupo social y una época. Ni la inteligencia ni la materia pueden dar cuenta de un origen
absoluto; en consecuencia, nada puede hacerlo. Una descripción de la primera ideala hemos
encontrado ya en el texto de Balmes. Consideraremos ahora, brevemente, las otras dos, para
plantearnos la pregunta sobre la verdad de esas filosofías preconcebidas. Como hemos sugerido,
todos nos encontramos en alguna de las tres y tal vez no losepamos.

Todas las personas, sin excepción, toman una de las tres posturas anteriores, y ciertas acciones
(concernientes a las mismas), proceden de la firme creencia que cada persona profese. De ahí la
trascendencia del conocimiento.
Lógica y esquema del materialismo.

Llegamos ahora a un tema importante y trascendental de este seminario. En efecto, nuevamente


en relación al conocimiento, hoy predomina ampliamente, la visión
materialistaenelcampocientífico.Peroademásdeloanterior,nodebeolvidarsequela cuestión
materialista está íntimamente relacionada con las posturas positivistas, pragmáticas y utilitaristas,
las cuales, como se verá más adelante, resultan ser deshumanizantes. En referencia a estas tres
visiones y el materialismo, Fernández- Burillo (s/f, p.4-9) menciona losiguiente:

Hay una imagen del hombre y del mundo muy divulgado en los medios de comunicación que
simplifica las cuestiones y ofrece la impresión de que en la actualidad se sabe el «porqué» de
todo. Esa imagenresultadereducirsiemprelosuperioraloinferior;esdecir,explica lo más por lo
menos. En el fondo supone que lo más perfecto es siempre más complejo; en consecuencia, cree
explicar lo superior como una agregación de elementos (lo inferior). Por ejemplo, la excelencia
humana sobre otros seres, estribaría en la magnitud del cerebro, o en la complejidad de
conexiones neurológicas, etc. En definitiva, la perfección sería cuestión de cantidad; el hombre
sería un ser superior por lasencilla razón de ser más complicado. (…) El materialismo divulgado
pretende explicar el espíritu por funciones lógicas; los procesos lógicos, por el cerebro; el cerebro
por el sistema nervioso; los nervios y sus procesos,
seránbioquímicay,alfinal,todoserálaversiónbiológicadeloquevemos
enelcircuitoimpresodelacalculadoraoeltransistorcuandolosabrimos; a su vez, un circuito se
reducirá (en su entresijo inteligible) a algo tan sencillo como la instalación eléctrica de una
habitación. Según esa imagen, el hombre es un poderoso ordenador, resultado de la evolución de
los vivientes superiores; procedentes de vivientes inferiores por evolución; y a su vez éstos de la
materia inorgánica. En fin, lo único que sería necesario desde la eternidad serían partículas,
espacio, y fuerzas que mezclaran las partículas durante largos periodos de tiempo, hasta
que, por azar, resultara una combinación superior estable, tendente a perpetuarse y multiplicarse.

Elmaterialismoexplicalavidacomounproductodelamateriainerte; la inteligencia como un producto


de la vida orgánica; la espiritualidad, la vida científica, moral y religiosa, en suma, como
invenciones del hombre. En este sentido, el materialismo es como la inversión (el negativo de la
fotografía) de la imagen creacionista del mundo. Según el creacionismo, Dios ha creado al
hombre a su imagen y semejanza, con una dimensión material y otra personal y espiritual. Al
cosmos físico lo creó para el hombre. El mundo no existe en un sentido absoluto (no se justifica
en sí mismo, no es para sí mismo), sino que existe para el hombre, para que éste lo conozca y
domine mediante el trabajo manual e intelectual. La razón de ser del mundo es el hombre:
permitir la vida específicamente humana (en el mundo) que culmina en el conocimiento y amor a
Dios (trascendentealmundo).Paraelcreacionismoelmundoinvitaaelevarla mente del hombre a su
Artífice, Dios. El mundo y el hombre deben
considerarseordenadosaDios.Elmaterialismo,porelcontrario,sostiene que Dios no es más que una
«idea», un producto mental del hombre. No entiende a Dios como creador del hombre sino al
hombre como creador deDios;y,enfin,elmundo(omejor,elcaosyelazar)hasidoelproductor del
hombre. Para al materialismo, el espíritu es producto de circuitos neuronales; y las neuronas,
producto de lamateria.

En ocasiones el esquema del materialismo se presenta como un


resultadodelaciencia(«materialismocientífico»),paraelcualsóloexiste la Naturaleza (átomos,
espacio, fuerzas...); la Naturaleza produce por evolución al hombre; el hombre produce la
sociedad, el lenguaje, la cultura. En fin, la ciencia, el arte, la filosofía y la religión son los niveles
superiores de la cultura. Todo sería un proceso que va integrando
elementosy,apartirdemateriainerte,sealzahastalavida,despuésllega al hombre y, por fin, hasta el
pensamiento consciente. Además, en el esquema de este materialismo divulgado, cada uno de
nosotros seríaun
producto de su cultura y las culturas productos sociales e históricos. En semejante planteamiento,
las explicaciones son hasta cierto punto triviales, se diría que superfluas. La vida no tiene
misterio, las ciencias lo explican todo..., y no hay más. Pero la vida nos hace sospechar que hay
más, y si en efecto hay más, entonces habrá que reconocer que hay mucho más...

En esas síntesis cada vez más elevadas que se presentan en la naturaleza, el tránsito de lo
inferior a lo superior, en el fondo, se justifica
siempredelamismamanera:«porevolución,delosmamíferossuperiores surgió el hombre», etc.
Ahora bien, ¿qué quiere decir, exactamente, «por evolución»? Con exactitud, no se sabe. Es una
incógnita. Subrayemos esto: ¡La explicación reposa sobre una incógnita! Dadas unas
modificaciones lentas (o súbitas), pequeñas (o grandes), sobrevenidas por azar, es decir, sin
causa o por causa desconocida... entonces alguna
novedadentraenescena.Todaslasnovedadesentranasíenescena,por causas desconocidas.
¡Valiente explicación! Ciertamente, la biología contempla fenómenos en los que parece razonable
la evolución, desde formas simples a formas cada vez más complejas. Ahora bien, lo que los
mismosbiólogosnotienenclaroescómoseexplicaelhecho.Hayincluso biólogos de primera categoría
y ajenos al creacionismo que reconocen que la evolución observada obedece a leyes
desconocidas. Con otras palabras,talvezhubotránsitosdeloinferioralosuperior;loconfusoes
«cómo».Endefinitiva:¿cuáleselorigendeesasleyesquehacenposible la evolución en un sentido
determinado? Hoy por hoy la biología no lo sabe, y muchos se inclinan a pensar que la
explicación no está sólo enel pasado (en una causa material), sino también... ¡en el futuro!, es
decir en algo así como lo que los clásicos llamaron causa final. Es claro también
queelmaterialismonoescientíficoenmodoalguno.JohnEccles,premio Nobel de Neurofisiología, lo ha
calificado incluso de «superstición». En
consecuencia,alcomenzaradiscurrirsobreelsentidodelaexistenciadel mundo y del hombre, lejos de
asumir acríticamente explicaciones pseudocientíficas, nos proponemos partir de que no sabemos
qué
significan las palabras invocadas anteriormente. Partimos de que hay
mundoyhaypersonas,entrelasquenoscontamos.Partimostambiénde
quenoesevidentequelaNaturalezaseasólomateria,espacioyfuerzas;
niesevidentequeelhombreseaunrobot,niquela«inteligenciaartificial» sea inteligencia «vital».
Probablemente no sepamos aúnqué significa
«materia»,qué«espacio»,quéesel«número»,quéel«hombre»,etc.En el punto de partida del
filosofar, no pretendemos estar en posesión de ninguna certeza indiscutible. Por tanto, lo primero
que tendremos que hacer será buscar definiciones: «de-finir», delimitar el perfil de las cosas,
averiguarquélasdistingueyquélasasemejaalasdemás.Estatareanos remite a la lógica, como orden
de los conceptos, o «arte de pensar» correctamente.

Características del culturalismo.

El culturalismo es la tercera postura en relación al “último por qué”. Así pues, revisemos lo que
Fernández-Burillo (s/f, p.10) comenta en relación al culturalismo

Después del marxismo, prolifera en medios académicos un materialismo atenuado, que


denominaré «culturalismo». Más que una teoría es una mentalidad. El origen del culturalismo se
debe, por una parte, al descrédito de la filosofía en el siglo XX y, por otra, al auge de nuevas
ciencias provenientes, por cierto, de la filosofía, que conservan
interéshumanístico,sonlasllamadascienciassociales.Paraéstas,elser humano debe ser estudiado
como producto del medio sociocultural; cada sociedad tiene su cultura y conforma sus individuos
a suimagen.

El relativismo postmoderno. Por otro lado, es hoy frecuente la creencia de que sobre cuestiones
últimas no se puede saber nada. La verdad sobre el hombre y el mundo, sobre nuestro origen y
destino, es impenetrable. Aún más: el intento de encontrar la verdad es pernicioso, porque
propugna sistemas cerrados al diálogo y al consenso social, a la
diversidad de opiniones, de opciones, de culturas, etc. La actitud post-
modernavaloralatoleranciauniversalyproponeparaellounarenunciaal fundamento; tan
fundamentalista le parece el materialismo como el creacionismo. Este culturalismo se diferencia
de las filosofías anteriores en que se esfuerza por saber de todo, pero sin afirmar ni negar nada.
Su idealdepersonacultaesalguiencon«acceso»amuchainformación,pero sinconvicciones.

La idea del culturalismo es que hay que conocer todas las ideas, para no comprometerse con
ninguna. Al desinteresarse de la verdad objetiva, este culturalismo postmoderno refiere el valor de
las cosas a las apreciaciones de una comunidad. Como el escepticismo de siempre, intenta
cancelar el valor de la verdad. Pero es imposible; la verdad es solamente suplantada: no será ya
la adecuación de nuestro pensamiento a la realidad de las cosas, sino la opinión o la sensación
que se tiene dentro de un grupo.

Aparecen así «subculturas» propias de comunidades restringidas, cada una de las cuales tiene
«su» verdad (la comunidad de los universitarios, la de los consumidores, la de los homosexuales,
etc.). Los valores de cada cultura son autónomos: no se pueden poner en relación ni comparar;
cada cultura es un mundo aislado. El intento de enjuiciar los
criteriosdelindígena,delgitano,etc.,porpartedeaquellosquenoloson, se considera etnocentrismo,
una falta de respeto. Aparentemente el
culturalismopermitiríaunamayorcomprensióndelasculturasajenasyde
laspersonasquepertenezcanaellasperoenrealidadfacilitaeldesinterés
ylaincomunicación,porelhechodequeseexcluyeaprioriquetengamos verdaderos valores en común
o que podamoscompartir.

Valoración del culturalismo

El relativismo postmoderno nos merece una valoración negativa, debido sobre todo a las
siguientes características:
Renuncia a la verdad. El culturalismo y el pensamiento postmoderno, como hemos visto,
renuncian a la verdad en general y en particular a la verdad del fundamento. Tal renuncia siempre
es grave, puesto que culmina en el relativismo subjetivista (subjetivismo puro) o
inclusoenelnihilismo(lat.nihil:nada).Lasconsecuenciassontremendas, de ahí procede en buena
parte el menosprecio de la existencia humana, [elmenosprecio]delavidadelosnonacidos[aborto],
[elmenosprecio]de los ancianos y enfermos terminales [eutanasia] o, en fin, [elmenosprecio]
detodasaquellaspersonasqueparecengravosasalacomunidadenque viven [pobres y/o marginados,
presos, etc.]. En todo caso, la valoración
deestavisióneslamismaquemereceelescepticismo.Desenmascararlo no es cosa trivial, sino
cuestión de vida omuerte.

Politeísmo de valores. El culturalismo consagra un «politeísmo de


valores»conducentealaincomunicaciónycontrarioalprogreso.Siempre una u otra cultura ha sido
pionera en algo, en la historia, y las demáshan progresado imitándola o haciéndola suya. Como
forma de razonar, hay que reprocharle tres defectos que examinamos enseguida:
Incurre en «circulo vicioso»; defecto, pues, delógica;
Construye una pseudo-cultura, que bien podría llamarse cultura de la frivolidad;y
Esestérilparalasrelacionesentreindividuosycomunidades, ya que sólo desorienta
(esconfusionismo).

Examinemos con más detalle cada uno de estos argumentos:

Como las sociedades evolucionan se dice, también los juicios de valor son variables. Ahora bien,
esto introduce un relativismo general. En efecto, si lo que cada cual considera legítimo, y
razonable (lo que llamaríamos lógico y sensato), son sólo creencias de época, nada
podemosafirmarsinaceptarquenuestrosjuiciosvalensóloporahora,en
estepaís,etc.Esdecir,enunsentidoabsolutonovalen.Lavalidezde
todo pensamiento, de todo juicio, es provisional, y depende de su aceptación por los demás.
Ahora bien, como la validez de los juicios de
losdemásdependetambiéndelosdemás,lapescadillasemuerdelacola, estamos en un círculo vicioso
del que no hay otro modo de salir que saliéndose de esa teoría. Además, con ella el progreso
mismo sería inviable, porque sofocaría la aparición de esos hombres rompedores de
juiciosanquilosados,deesquemas«políticamentecorrectos»,quesonlos innovadores, los que en
rigor hacen progresar en humanidad. Si el valor
denuestropensamientodependedelpensamientodelosdemás,asuvez
aremolquedelasmodasyestadosdeopinión...,hemosentradoasíenel círculo vicioso donde nada es
verdad nimentira.

Sicomosepretendelafilosofíaespartedeunacultura(susaspectos
simbólicos),noseráverdaderanifalsa,noorientarániseráimportante.Lo mismo la moral y la religión.
Para el culturalismo, la filosofía, como
productodelmediosocial,vacambiandoconél.Peroesoesunaforma
«educada»(digamosculta)deeludirlaspreguntasserias,labúsquedade un sentido último. A partir de
ahí, ya se puede jugar a la intrascendencia.
Lafrivolidadpasaráporserlaactitudlúcidadequienes«estándevuelta»; para quienes la cultura es
simplemente actividadlúdica.

Una «cultura» que adoctrina en la intranscendencia que nos invita a la frivolidad, a no tomar en
cuenta nada que no podamos ver y usar, esteriliza la vida intelectual, la bloquea y deja la voluntad
como aguja de brújula sin norte, sin orientación ni propósito sobre el cual edificar una
personalidad. Tal pseudo-cultura debe ser denunciada como fraudulenta. Los fraudes alimenticios
atentan contra la salud del cuerpo, los filosófico- morales atentan contra el espíritu humano.

Deseo del ser humano según Aristóteles.

Aristóteles aseveró que la naturaleza del ser humano suscita la necesidad de conocimiento; sin
embargo, en la actualidad, la mayoría de las personas desean
consumir casi de todo menos conocimiento real y verdadero. En efecto, las personas
buscanconansiaconsumiralimentos,bebidas,diversión,placeres,eincluso,relaciones humanas a
través de la tecnología digital; y si consumen conocimiento, generalmente éste tiene una de dos
características: o es banal o tiene cierta utilidad para algo. Muy
pocaspersonasbuscanelconocimientoqueesvaliososensímismo.LoqueFernández- Burillo comenta
al respecto es losiguiente

Aristóteles de Estagira (384-322, a. C.) escribió que en el ser humano lo natural es el deseo de
saber. El saber, la intelección de la verdad, es la actividad que más cumplidamente llena la vida
de sentido, para estos filósofos. El tiempo dedicado al estudio y al saber, el ocio (otium, en latín,
cuyo contrario es el negotium) o «skholé» (de donde deriva el nombre de schola, («escuela»), es
el mejor empleado, el único que ya está en el fin de la vida humana, la verdad y el gozo de ella, la
felicidad.”

Siguiendo a Aristóteles, comparemos el deseo natural humano con el de los irracionales. Las
bestias están inclinadas a conductas fijas, ciegas, que cada espécimen repite sin originalidad.
Para los animales lo natural es satisfacer necesidades inmediatas, sensibles, sin hacerse
preguntas. Ahora, lo que es natural para las bestias, no lo es para el hombre. El ser humano
subordina sus necesidades sensibles a su vida mental, que puede ser:

especulativa, cuando busca saber sólo para saber(teoría).


práctica, si busca saber para mejorar la personalidad moral (praxis)
técnica, si está encaminada a producir artefactos(póyesis).

La satisfacción de una necesidad, en los animales, es automática: no espera. El hombre, por el


contrario, posee la capacidad de retener el tiempo y esperar (su conocimiento domina el tiempo),
para él es antes pensarquesatisfacerelinstinto.Ahora,unserqueespera,quesedetiene
a pensar, domina su propio tiempo y no es dominado por el automatismo de los instintos y
pulsiones orgánicas. En el hombre no gobierna el
instinto,sinolarazón;enelsentidoliteral,notenemosinstintos.Enefecto,
unserquepiensanoesinstintivo,sinoracional;porquepensarespararse, detenerse a pensar; eso
supone el dominio de toda la conducta desde lo universal, desde lo atemporal. Así pues, el deseo
dominante de la bestia eslasatisfacciónsensible;eldeseodominantedelhombreessaber.Mas
comoelsaberescapazdetodo,elhombreesunserabiertoalatotalidad del ser. Por la apertura
intelectual somos, en cierto modo, «todas las cosas». Debido al conocimiento intelectual, el alma
es, en cierto modo, todas las cosas, dice Aristóteles. Y Tomás de Aquino lo comenta así: «El
almaintelectivahasidodadaalhombreenlugardetodaslasformas,para que el hombre sea en cierta
manera la totalidad del ser».(…)
La inteligencia se demuestra capaz de sobrepasar los límites; se enfrenta con cualquier límite
concreto, para ir más allá; eso hace del hombre una criatura inquieta, insatisfecha.

Características del realismo.

Como se ha apreciado, entonces, existen ideologías que niegan la verdad, al negar la verdad
niegan al mismo tiempo (pues, filosóficamente son lo mismo), la realidad. Fernández-Burillo
menciona:

Como los grandes pensadores realistas, Balmes afirma que, en lo absoluto, la prioridad
corresponde al ser de las cosas. En él se funda la verdad; y conocer la verdad es la finalidad de
cualquier investigación. Pensar bien es un arte, porque se puede pensar mal. Somos limitados,
caemos en errores. Así pues, no interesa pensar por pensar, sino para alcanzar la verdad: ‘El
pensar bien consiste: o en conocer la verdad o en dirigir el entendimiento por el camino que
conduce a ella. La verdad es la realidad de las cosas. Cuando las conocemos como son en sí,
alcanzamos la verdad; de otra suerte, caemos en error’.
El primer párrafo de El Criterio -su obra más conocida- es una
fórmulaexplicitaderealismofilosófico.Observaquehayformasdepensar válidas, y también las hay no
válidas. Si el pensamiento es valedero, es realista, más atento a la verdad que radica en las
cosas que al simple discurrir;noconsisteeninvencionesnificciones:la«verdadesloquees», dice San
Agustín. «Realismo» significa, pues, atención y respeto a las cosas mismas (lat. res, cosa). Pero
la verdad no es rígida: las hay de muchos tipos, ya que en las cosas hay muchos aspectos.(…).

Características del realismo filosófico: La verdad es la realidad, el ser de las cosas. El realismo se
formula así: «podemos conocer el ser real». Por otra parte, realismo no es solo una teoría
filosófica, sino la actitud correcta ante el pensamiento y la acción.

Al realismo se contraponen el escepticismo y el relativismo. La diferencia principal no es -como


podría parecer- que esas actitudes nieguen, o cuestionen, que conocemos el ser. La mayor
diferencia entre lafilosofíarealistaylasquenolosonradicaenloquecabellamarespíritu de aceptación.
Este espíritu o actitud capacita para advertir la realidad;
porelcontrario,siintercalamosunapretensiónoperativaentrenosotrosy la realidad, no podemos
reconocer que ella es lo que es; sólo interesará modificarla, intervenir para cambiarla o extraer de
la naturaleza cosas útiles, bienes, etc. La actitud teorética -a la que corresponde laprioridad-, es
de aceptación y respeto: no pretende modificar lo real sino conocerlo.
Asícomounespejoesmejorcuantomenosinterviene,dejandoqueensu superficie se reflejen las
cosas, la teoría no interviene modificando la realidad: se limita areflejarla.

La primera y elemental aceptación es que hay ser, y que hay conocimiento de la realidad; y que
poseemos una auténtica «aptitud para conocer el ser». Aceptar la realidad resulta ser, a la vez, la
aceptaciónde nuestrarazón,capazdelaverdad.Paraelrealismo,elconocimientono
esalgoaloquesedeballegar,eltérminodeunesfuerzooconquista;no, del conocimiento del ser
partimos. No hay que llegar a él, lo tenemos ya. Se trata de un principio: el ser es, nuestro
conocimiento es «del ser». Justamenteporpartirdeesteprincipio,podemosaprendercosasnuevas:
eldescubrimientoyelprogresosólosonconcebiblessielpuntodepartida
esfirme.Situviéramosque«llegar»aunprimerconocimiento,significaría que partíamos del
desconocimiento o de la duda. En tal caso, jamás llegaríamos a saber, ni a estarseguros.

Interrelación del positivismo y deshumanización.

Las políticas económicas de hoy día están apuntaladas en las teorías positivistas, utilitaristas y
marginalistas (ideologías adoptadas por el sistema neoliberal). Casi todos los economistas están
de acuerdo en que todos los recursos son escasos y que, en consecuencia, es necesario hacer el
mejor uso racional de estos para la producción de bienes y servicios. Pero hay dos factores que
se dejan a un lado. En primer lugar, en relación a las preguntas fundamentales que la economía
trata de responder: ¿qué producir?,¿cómoproducir?y¿paraquiénproducir?
Laproducciónagregadanoestáen función a la generalidad de las personas para la satisfacción de
sus necesidades. La producción no es para distribuir sino para alimentar al sistema económico y
fomentar su crecimiento (i.e. la reproducción del capital), a través de un consumo exacerbado y
una mano de obra barata. En segundo lugar, la economía como generadora de riquezapara
unajustadistribucióndelamismaeshoyunailusión.Laspolíticaseconómicasactuales no tienden a una
distribución justa de la riqueza sino a su concentración en, cada vez, menos manos (los
poseedores de los grandes capitales). Esto puede verificarse con la pobreza tan patente en
muchas partes delmundo.

Con los albores de la Revolución Industrial y el nacimiento de la nueva era de los grandes
capitales, la nueva política económica adopta un papel positivista en donde lo importante, como
ya mencionamos, es el sistema económico y no las personas; lo
importanteahoraeselcapitalysureproducciónylasmasassonahoralosinstrumentos
(i.e.fuerzadetrabajo),paralareproduccióndelcapital:comienzaunaerade
deshumanización en favor de los inmensos capitales los cuáles son favorecidos por las
economías actuales. Fernández-Burillo (s/f, p.93) al respecto menciona:

Para el positivismo la eficacia es lo único que importa; el conocimiento sólo es valioso para algo
distinto de conocer; en especial, para producir artefactos útiles o potentes. ¿Es verdadera esta
teoría?

Esa mentalidad reduce el conocimiento a su aspecto instrumental,y como el saber técnico vale
por el resultado, reemplaza la verdad por el
éxitoolautilidad,luegoelsabernovaleporsímismo.Porotraparte,para
ellalateoríanotieneprioridad,sóloesválidaencuantoencaminadaalos medios. Así sólo se reconoce
un “saber”, el técnico. En este sentido, el positivismo es una teoría falsa, y también un desorden;
lo correcto es subordinar los medios al fin. Supeditar todo a los medios es, en realidad, negar el
fin; en efecto, si todo debe ser útil, sólo hay medios. Pero si sólo
haymedios,niesohay.Larealidaddelmedioesllevaralfin.Sisesuprime el fin, se suprimen los medios,
ya no son “para”nada.

El desorden resultante de no reconocer la supremacía del saber teórico, su misión de gobernar la


cultura, tiene consecuencias: deja la cultura a la deriva, no ya al servicio del hombre,
desorientada. Entonces sobreviene la deshumanización, porque con facilidad se invierten los
términos correctos y el hombre se convierte en un instrumento para la técnica, la producción, las
leyes, el Estado, etc.

Un ser está desnaturalizado cuando se ve privado de su fin. La deshumanización es una


desnaturalización, el resultado de tratar al ser
humanocomosifueraunmedio(comosielhombrefueraparalascosas). En tal caso, el hombre se
vuelve esclavo del artefacto: la cultura no lo
libera,noparececonstituidaporunconjuntodebienes,sinoqueatrapaal hombre y loesclaviza.
Manipular a las personas es tratarlas como instrumentos al servicio
dealgo,usaralaspersonas,seaparalacausapolíticadeunarevolución,
olacausaeconómicadelprogresomaterial,etc.Entodocaso,manipular al ser humano es un gravísimo
desorden, un mal objetivo. Si una cultura aceptara como “normal” esta inversión ya no
respondería a la definición de cultura, porque no aseguraría “bienes” al servicio del hombre; tanto
el comunismo como el capitalismo han fomentado este desorden deshumanizador, poniendo la
vida al servicio ya fuera de una utopía política o de la riquezamaterial.

Elmayorproblemadela“sociedadtecnológica”radicaenladifusión de una ideología positivista y


pragmática, que no reconoce valores absolutos, ni siquiera el de la vida humana. Se pone de
manifiesto en la aceptación del aborto, del uso de embriones humanos, de la eutanasia,
etc.,todasestassonformasdesupeditarlavidahumanaaldeseodealgo distinto: calidad de vida,
rendimiento económico, la utilidad,etc.

Postura del humanismo en relación al escepticismo y al relativismo.

Asimismo,elpositivismohafomentadosucorrientedepensamientoatravésdeotras
ideologíasdirigidasalasmasas,yquedesafortunadamente,tienegranaceptaciónenla actualidad. Esto
es porque una de sus primeras premisas es la proclamación de la
individualidadylibertad(quemásbien,esunaformadisfrazadadeegoísmoylibertinaje). Estas dos
ideologías corresponden al escepticismo y relativismo. Fernández-Burillo menciona en cuanto a
estas ideologías que (s/f,p.97-100)

El escepticismo niega la existencia del conocimiento. Para el escéptico no conocemos la verdad,


no cabe decidir si conocemos o no. Las razones de los escépticos son básicamente dos: nos
equivocamos - los sentidos se engañan-, y existe una diversidad de escuelas filosóficas. La
fórmula más radical la debemos al sofista Gorgias de Leontino (s. Va.
C),autordeestatripletesis:«Elsernoes.Sielseres,noesconocido.Si alguien lo conociera, no lo podría
expresar conpalabras».

El relativismo no niega que «hay» conocimiento; niega que sea«del ser». El conocimiento es un
fenómeno: aparece para alguien; no es la manifestación del ser real, sino alguna apariencia
observada por un cognoscente.Sufórmulaclásicaesdeotrosofista,ProtágorasdeAbdera (s. V a. C.)
que afirmó: «El hombre es la medida de todas las cosas; de las que son, en tanto que son; de las
que no son, en tanto que no son. Pero yo soy hombre y tú eres hombre... » No puedo decir que el
aire es frío ni caliente, si a ti te refresca y a mí me hace temblar, por lo tanto, las
cosasensímismasnosoncalientesnifrías,buenasnimalas,grandesni pequeñas,realesoirreales...
¿Qué,pues?Sonaparienciaso
«fenómenos», lo que se ve, lo que le parece a uno.

El escepticismo niega el conocimiento. El relativismo niega el ser conocido. No existe el


conocimiento, o no existe el ser absoluto. Dos maneras de pensar que se ponen,
automáticamente, al margen del
realismo;porqueésteconsisteenafirmarquesomoscapacesdeconocer el serreal.

El relativismo se diversifica en tantas modalidades como términos a


loscualeselconocimientosedicerelativo.Así,sellama«subjetivismo»si
haytantosconocimientoscomoindividuos;eselrelativismodelsujeto.En
cambioel«sociologismo»esrelativismocolectivo:cadacolectividadtiene
«su» verdad. Si la verdad es relativa a una colectividad social separada
enelespacio,sehablade«relativismocultural»;siseparadaeneltiempo,
«relativismo historicista». Desde esta óptica, tanto el individualismocomo el colectivismo
sonrelativistas.

El escepticismo y el relativismo están en la «moda» intelectual; gozan hoy de «buena prensa»,


están bien vistos, considerados actitudes moderadas, tolerantes, de modo que, en la práctica,
quedan fuera de
discusión:criticarlospuedeparecerfaltaderespeto.Peroelescepticismo es lógicamente inconsistente
y humanamente inviable. Ahora, si ello es así, tal vez nadie sea realmenteescéptico.

El escepticismo no afirma (ni niega) nada, porque -dice- lo único


seguroesquetodoesinseguro:sólotenemosdudas,ningunacerteza.No sabemos nada. Así se
expresa el escéptico. Examinemos esas razones con sentido crítico. Son razones de
razonadores, pero no razonables. Dicen que no pueden afirmar ni negar, ya que no saben. Pues
bien, eso mismo -les preguntamos- ¿lo sabéis o no lo sabéis? Si lo saben, el escepticismo es
falso: conocen y afirman. Si no lo saben, ¿por qué lo dicen? ¿Qué crédito merecen quienes
reconocen no saber de qué hablan? El escéptico merecería respeto si, siendo consecuente, no
dijera ni una palabra: no podría hablar, porque no podría afirmar ni negar nada;
tampocopodríaformularpreguntas,puesdemostraríasaberquéignoraba
yescogerlaspalabras.Nopudiendoescogerunapalabramejorqueotra, un escéptico coherente
callaría. No haría señas, ni gestos, porque son
significativos,ymuestransaberquésequiereexpresar.Enfin,nicaminar o actuar podría. Aristóteles
decía que el escéptico debería limitarse a operaciones vegetales.(…).

El escepticismo y el relativismo son lógicamente inconsistentes. Se formulan violando el principio


de no-contradicción. Son tambiéninviables; no se pueden llevar a la práctica. ¿Cómo se vive el
escepticismo? La razón tiene que guiar a la vida, no tiene derecho adesentenderse.

El viejo Sócrates de Atenas ya afrontó el escepticismo y el relativismo moral de sus


contemporáneos (los «sofistas»), haciendo ver que el saber no puede ser solamente teórico ni
solamente práctico. La doctrina no tiene el derecho de ignorar la práctica. A la inversa, la acción
no puede buscar el éxito olvidando la verdad. Una filosofía que no se puede vivir no es válida. (Si
la «sabiduría humana» es una virtud que perfecciona a la razón, hace falta que la perfeccione
como razón
especulativaypráctica).Balmes,enels.XIX,comoSócratesenels.IV
a.deC.,reclamaunafilosofíaquenoentreencontradicciónconelsentido común de los hombres de
oficio. Así como un pájaro tiene dos alas, y ambas son necesarias para volar, igualmente la razón
es especulativa [teórica] y práctica. El preguntar filosófico tiene dos versiones,es
«reversible»:«Todoestoquenostocavivir,¿cómoseentiende?»Y«esto que entendemos, ¿cómo se
vive?» El escepticismo y el relativismo, concluyen Sócrates y Balmes, son falsos porque no se
puedenvivir.

Elescépticosedeberíaabstenerdeobraryelrelativistapuedeobrar de cualquier manera. Para el


relativista todo está permitido; siguiendo cada cual un criterio subjetivo, no hay normas; en el
límite: la vuelta a las cavernas. Con el escéptico como un tronco y el relativista sin vida social, no
debería haber problemas. En cambio, llenan el mundo: instituciones políticas, universidad,
periodismo, literatura, por todas partes encontramos la mentalidad relativista o escéptica. Los
relativistas argumentan y dan explicaciones, a menudo plausibles. Si no pareciera verdad lo que
dicen, no serían escuchados. Pero es característico del error «parecer verdad»; si no,
noengañaría.

Esto pone en su lugar el papel del razonamiento. Ha habido escritores, profesores, filósofos
importantes, que razonaban como escépticos o relativistas; ¿acaso no eran inteligentes, hábiles
razonadores? ¡Naturalmente que sí! Eran grandes razonadores. No eran razonables. Ahora bien,
el razonamiento es una habilidad automatizable:
lasmáquinasalasqueconfiamoscomplicadosprocesosnoseequivocan
ysonmásrápidas.Nopuedenequivocarse,porquenolescorresponde
«entender», sino procesar datos. Las máquinas no caen en errores, porque no piensan. Hay
una parte de la Lógica que es puramente
«operativa», plasmable en programas electrónicos. Es la Lógica formal, una técnica del
razonamiento exacta como la matemática. Pero la Lógica no permite saber si algo es verdad, sino
si está bien deducido. Su asunto es la corrección del proceso, no la verdad del juicio. La
corrección esuna
facetaimportante,perosubordinadaalaapreciacióndelaverdad.Advertir si algo es o no es; he ahí la
percepción de la realidad, el aspecto más humano del pensar. De nada serviría dialogar con el
escéptico, si no admite que hay seres reales y los conocemos; eso no es problema de
argumentos, sino de percepción. Cuando el escéptico lo niega, no le falla la razón discursiva, sino
el sentido común. Ese no es un problema de Lógica, sino derealismo.

Pensamiento racional.

Como se ha visto, el conocimiento puede estar influenciado por ideologías equivocadas como las
que se han señalado con anterioridad lo cual impide el acceso a la verdad que es la realidad y la
esencia de las cosas. La productividad que se propone en este seminario, es una productividad
humanística que se apega a los principios de verdad. Fernández-Burillo, s/f, p.95), citando a
Balmes mencionaba que “pensar bienes una arte porque se puede pensar mal”. Por eso, es
necesario aprender a pensar racionalmente y bien para llegar al conocimiento de la verdad o al
menos, encaminarse hacia ella (Fernández-Burillo). Al respecto menciona (Fernández-Burillo,
s/f,p.101-102)

Paraalescépticonohaydiferenciaentreverdadyerror,segúnélno conocemos. Para al relativista hay


tantas verdades como puntos de vista a los que la cosa es relativa. Para el realismo, la verdad es
la perfección deljuicio.Esverdaderoeljuicioquedeclaraqueunarealidadestalcomo es. Santo Tomás
de Aquino definió la verdad como «adecuación del intelecto y la cosa» (adaequatio intellectus
etrei).

El pensar -dice Balmes- no tiene otra razón de ser que conocer la verdad, o encaminarse a su
descubrimiento. Hay dos aspectos en la
verdad:elpensarylacosa.Elpensarsincosas,seriavacío;lopodríamos comparar con alguien que
duerme y no ha despertado nunca; el tal sería
capazdeconocerpero,dehecho,noconocería.Encambio,lascosassin pensamiento (si eso existiera)
serían reales, pero no verdaderas: no
seríanconocidas.Elconocimientoylaverdadvanjuntos.Cuandose
produce la «adecuación» de que habla Santo Tomás es como si el durmiente despertara y viera
la realidad presente. Cuando juzga uniendo en la mente lo que en la cosa está unido, o
separando lo que en la cosa está separado, el juicio es verdad.

Se llama verdad lógica, en cuanto la unión tiene lugar en el logos, o pensamiento. Pero también
se habla de verdad ontológica, en tanto que el ser la causa; la definición de San Agustín, «la
verdad es lo que es» (Verum est id quod est), hace referencia a la verdad como ser de las cosas.
Luego la respuesta a la pregunta sobre dónde está la verdad es: de manera principal y más
propia, la verdad está en el pensamiento
adecuadoalascosas;perotambiénsepuededecirquelaverdadestáen las cosas, en tanto que el ser
real es lointeligible.

Elerrornoeslacarenciaabsolutadeconocimientonideverdad.Un error es conocimiento, pero de


manera incompleta e imperfecta. La falsedad, como la verdad, está propiamente en el juicio de la
razón; y consiste en la inadecuación entre la inteligencia y las cosas. Así, si
juzgamosqueelhombrenoeslibre,separamosenelpensamientoloque en la realidad está unido, a
saber, la humanidad y la libertad; si juzgáramos que los hombres son sustancias incorpóreas
erraríamos, al unir en el pensamiento lo que no está identificado en la realidad, ya que el hombre
es un ser corpóreo, no un espíritupuro.

Lomáscuriosodelerroresque,aunsiendoelmaldelainteligencia,
éstaseadhiereaél.Estonoshacepensarqueelerrornoesabsoluto:no existen errores puros, sin algo
de verdad. El error engaña porque tiene atractivo: es «verosímil» (similar a lo verdadero). Todo
error parece verdad, si no, no se explicaría el hecho de errar. En cuanto similar a la verdad, es
una verdad incompleta. Se suele decir que el error es«verdad
amedias».Enotraspalabras,loserroressonverdades,pero«mutiladas» o incompletas. Como
verdades, tienen atractivo y seducen a la razón, ordenada por naturaleza al conocimiento de la
verdad. Pero en tantoque
incompletas, frustran a la razón, porque la verdad es una plenitud y una justeza: que el juicio de la
mente y el ser de la cosa sean adecuados.

¿Qué es el conocimiento?

Se ha mencionado ya que el conocimiento es inmaterial. Si bien el conocimiento, a través de


determinados procesos, se puede transformar en algo (e.g. una vacuna, una silla, una máquina,
etc.), ese conocimiento es, en sí mismo, inmaterial. El conocimiento no es más que una serie de
conceptos, términos, procesos, juicios y razonamientos. Es muy importante no perder esto de
vista porque de aquí procede que, al igual que el
conocimiento,lamentehumanadebesertambiéneminentementeinmaterialpues,delo contrario, la
mente sería incapaz de contener el conocimiento que, como se dijo, es
inmaterial(lamentenoeslomismoqueelcerebro;pormenteseentiendelaesenciade vida, el
espírituhumano).

Enefecto,unatazaquesecomponedemateriapuedecontenerotrotipodemateria como un líquido o un


sólido (i.e. agua o tierra). La taza no puede contener ni ideas ni pensamientos porque estos son
inmateriales. Entonces, lo materialsolo puede contener materia, nunca podrá contener algo
inmaterial como lo es el conocimiento; sólo lo inmaterial -la mente, o en otras palabras, el espíritu
humano-, puede contener lo inmaterial (i.e. conceptos, términos,definiciones)

La idea filosófica anterior, devela la gran diferencia existente entre el hombre y cualquier otro
organismo vivo. Sullivan (2009, p.67) menciona: “Esta diferencia consiste en lo que se
denominara como ‘expansividad’ la cual es una exclusiva característica
inherentedelserhumano.Dadoque‘algoserecibedeacuerdoalanaturalezadequien
lorecibe’laformadeasimilaciónmásperfectaentrelosvivientesmaterialeseslaquese verifica en el ser
humano por lo que ya se ha mencionado en términos inmateriales del conocimiento ymente.”

Sullivan (2009, pp.68-69), nos comenta respecto a la definición formal filosófica de conocer lo
siguiente:
Sólo en el caso del hombre encontramos que se trasciende a las limitaciones de la existencia
física. Porque cuando se da la chispa del conocimiento en el ser humano, éste puede apropiarse
de las formas de otros seres, no sólo en sus aspectos superficiales, sino en su realidad interna, y
así el hombre amplía su propio ser, enriquecido tanto por todo el universo de cuerpos a los que
les da una nueva existencia en el acto de conocerlos así como por el mundo de lo espiritual en sí
mismo, que llega a través de las facultades del intelecto y voluntad. El ser humanono se
encuentra encerrado en el momento particular, porque el pasado vive en su memoria y le da al
futuro, una especie de existencia debido a la anticipación. (…)
La naturaleza del hombre es tal, entonces, que es capaz de tomar en sí todo el universo y hacerlo
suyo, ser uno con el universo al mismo tiempo, sin perder su propia identidad. ‘Los seres que
conocen,’ dice Santo Tomás, ‘son superiores a los seres que no conocen porque los
seresquenoconocensólotienensuspropiasformas,mientrasqueelser que es capaz de conocer
puede hacer suya la forma de lo queconoce.’

El cambio involucrado en el acto de conocer es un cambio inmaterial

Aquí tenemos un misterio muy grande, -el hecho de que el espíritu humano puede llegar a ser,
como dice Aristóteles, todas las cosas, y al mismo tiempo permanece siendo él mismo. Dado que
en el acto de conocer hacemos de las cosas parte de nosotros mismos-, no demanera física, por
ejemplo, cuando hacemos parte de nosotros mismos los alimentos que consumimos, sino de una
manera que deja sin cambios tantonuestroserfísicoyeldelobjetoconocido. Eltipodeuniónqueocurre
entreelserqueconoceyelobjetoconocidoesdiferentedecualquiertipo
deuniónfísica,representauntipodecambioquenotienenadasimilaren el mundo de los cuerposfísicos.
(…) El cambio que acaece en el acto de conocer, por otra parte, no
resultaenunanuevadeterminaciónfísica,niporpartedelacosaconocida
odepartedeaquelqueconoce.Conocemoselfuegodelsol,porejemplo, sin convertirnos en fuego. Ni
cambia el fuego del sol por mi conocimiento sobre él. Puesto que el cambio generado por el
conocimiento no es, entonces, algo físico o material, se le dará la connotación de no material
oinmaterial.

El conocedor se convierte en la cosa que conoce

El alma del hombre se eleva por encima de las limitaciones de la materia y en consecuencia,
puede convertirse en lo otro, en la cosa conocida, sin que su ser cambie físicamente, puede
conocer lo que son las piedras sin ser petrificado, los gatos sin ser felino, el fuego sin incendiarse.
De la misma manera podemos conocer los opuestos al mismotiempo,-
dulceyamargo,duroysuave,blancoynegro;ypodemos
conocernosanosotrosmismos-,podemos«salirnosdenosotrosmismos» y posarnos a nuestro propio
lado, por así decirlo, y vernos a nosotros mismos… ser el tanto como conocedor y el objeto a
conocer al mismo tiempo.

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