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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL

Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo


Area de Tecnología Año 2016
CONSTRUCCIONES 4

CoordinaciApunte de cátedra:
Aislaciones y acondicionamiento interior en los
sistemas de montaje.
Para generar edificios confortables, eficientes y sustentables, mas allá
de diseñarlos bioclimáticamente considerando orientaciones, vientos,
asoleamientos, vegetación y diversas características geográficas y climáticas,
es necesario incorporar aislaciones en todas sus envolventes. De esta manera,
se garantizará la calidad constructiva, se preservará la salud de quienes los
habitan y se reducirán los costos de instalación y uso de sistemas de
acondicionado climático artificial.
En relación a esta temática,
puede decirse que los
sistemas constructivos de
montaje, principalmente los
de paneles multicapa,
tienen la gran ventaja de
posibilitar aumentar las
aislaciones sin incrementar
los espesores de las
paredes. El adecuado
funcionamiento de estos
sistemas dependerá
fundamentalmente de su
correcto diseño en relación
a las condicionantes
climáticas externas, de las características de sus materiales y de la correcta
disposición de las diferentes capas que conforman los paneles.

Protección térmica y asoleamientos :

Desde las instancias iniciales del diseño arquitectónico, se pueden tomar ya


algunos recaudos para acondicionar térmicamente nuestros edificios. Algunas
reglas importantes son:

a. Considerar la implantación del edificio en función de las orientaciones y


las características del terreno y el entorno. En esta etapa debe evaluarse la
trayectoria solar y el sentido de los vientos según las diferentes estaciones, la
existencia o incorporación de vegetación y el contacto y relación con el suelo.
b. Estudiar la tipología del edificio. Evitar superficies exteriores demasiado
extensas, promoviendo partidos compactos.
c. Evitar aberturas muy grandes. Las pérdidas de calor en un edificio se
reparten aproximadamente en un 75 % por las aberturas y en un 25 % por
paredes y techos.

d. Diseñar correctamente muros y techos.

Las medidas para la protección térmica tienen fundamentalmente dos


dimensiones distintas: 1) aislar del frio y 2) proteger del calor.

Para aislar térmicamente hay que evitar la pérdida del calor interior. La clave
del problema es la cantidad de aire encerrada en los poros de los materiales
dispuestos en las envolventes exteriores de un edificio y, en menor medida, el
poder de aislamiento de dichos materiales. Se procura reducir el paso del aire.

En esta cuestión, debe ponerse especial atención en las juntas entre los
diferentes elementos que conforman los cerramientos, en disponer
correctamente los diferentes materiales en el panel y en evitar el
humedecimiento de los mismos.

Los materiales usualmente utilizados para aislaciones son el poliestireno


expandido (EPS), el poliuretano expandido y la lana de vidrio (en forma de
manta o de planchas rígidas) ya que poseen bajos índices de conductividad y su
comportamiento frente al fuego y a los agentes biológicos es muy bueno,
principalmente en el caso de la lana de vidrio.

Para proteger el edificio contra un calentamiento excesivo de sus ambientes


por efecto de la radiación solar, es necesario regular la entrada de los rayos
solares por las aberturas y reducir su incidencia sobre los cerramientos en los
horarios mas inconvenientes.

No obstante, en relación a los asoleamientos, hay que decir que es tan


inconveniente tanto la incontrolada incidencia de los rayos solares que pueden
sobrecalentar un ambiente, como el permanente ensombrecimiento que puede
provocar ambientes húmedos y fríos.
En edificios de varias plantas, no es posible contar con la vegetación como
recurso de control solar y aéreo, por lo tanto para controlar estos factores habrá
que recurrir a aleros, marquesinas, persianas, celosías y a materiales
adecuados tales como los vidriados térmicos (tonalizados y tipo DVH con
cámaras de aire) para las aberturas. En relación a estas cuestiones, cabe
mencionar que todas las medidas de protección contra el sol solo son eficaces
si se disponen por delante de la fachada de modo que el aire caliente pueda
escapar libremente hacia arriba.

El riesgo de un calentamiento por efecto de los rayos solares es muy grande en


los edificios de cubierta plana. Puede remediarse bastante disponiendo
materiales aislantes en el diseño de los cerramientos de techo y diseñando
sobretechos y ventilaciones transversales por debajo.

Protección contra la humedad :

Hay que proteger a la obra de tres clases


de humedad:

1) Humedad del terreno que


viene desde abajo.
2) Humedad del vapor
procedente del interior.
3) Humedad exterior del viento,
la lluvia y la nieve.

Todas las partes del edificio han de


protegerse contra la humedad ascendente y la que penetra lateralmente (tipos
1 y 3) mediante capas de barrera.

En relación a las humedades ascendentes (1), estas capas serán eficientes


también contra eventuales ataques de substancias provenientes del suelo o de
agua subterránea.

Para el caso de las humedades de viento y agua (3) las capas de barrera, mas
conocidas como barrera de viento y agua, deben proteger al edificio por
fuera evitando el ingreso del aire y el agua pero permitiendo la salida del vapor.
Están conformadas por una membrana flexible pero resistente a desgarros y al
ataque de insectos.
Un problema totalmente diferente es el del humedecimiento de las partes de la
obra desde el interior.

En todo local en que se alojan personas se incrementa la humedad relativa del


aire (que es la relación expresada en tanto por ciento entre el contenido de
vapor de agua y el máximo que podría contener a la temperatura en que se
halla el local). En los locales húmedos, Baño y Cocina, esta situación se produce
en mayor medida. Estas humedades, en determinados casos pueden producir
condensaciones que, si bien son admisibles en los mencionados locales
húmedos, deben evitarse en el resto de los ambientes, mas aun si son
permanentes, y por ello para disipar la humedad que se acumula en el interior
es muy importante ventilar.

Si la humedad condensa a cielo abierto, el fenómeno se denomina rocío. A los


fines del diseño de las envolventes edilicias, interesan mas otros tipos de
condensaciones: la superficial y la instersticial. Se deben tomar recaudos
especiales para evitarlas, garantizando que las temperaturas de las diferentes
capas de los muros sean siempre superiores a las temperaturas de rocío en ese
punto. La situación es particularmente crítica en los puntos de los cerramientos
donde por cuestiones constructivas, por ejemplo existencia de elementos
estructurales que impiden la continuidad de aislaciones, la resistencia al paso
del calor disminuye favoreciendo la aparición de condensaciones. Estos
sectores se denominan puentes térmicos y deben ser evitados.

Ahora, ¿por qué se producen las condensaciones? Para explicarlo hay que
entender que la cantidad de vapor de agua contenida en un ambiente de
temperatura elevada puede ser mayor que en otro de menor temperatura; en
ese caso, también existirán diferencias de presión de vapor (presión que es
mayor en el local de mayor temperatura) y que intentarán equilibrarse
mediante la difusión a través de los poros de la envolvente. Incluso cuando no
exista diferencia de presión, un gas en reposo, como consecuencia del
movimiento de sus moléculas que depende de su temperatura, penetra en los
poros de las paredes en dirección hacia los puntos de temperatura mas baja. Si
en esa migración, el vapor encuentra una capa mas fría que el punto de rocío
(temperatura límite donde el aire ya no puede contener mas cantidad de agua
en estado gaseoso), se producirá condensación. En ese caso, el material de la
capa fría en cuestión perderá su capacidad de aislación debido al
humedecimiento y el problema tenderá a agravarse.

Para evitar este problema, hay que


colocar una barrera de vapor del
lado caliente del muro. Los
materiales mas densos e
impermeables (papel kraft
plastificado, film de polietileno o,
principalmente, film de aluminio)
son los mas eficaces para ese
propósito. La barrera de vapor debe
ser una membrana continua y sin
interrupciones en toda la superficie
exterior del edificio.

Protección acústica:

El sonido es un conjunto de vibraciones mecánicas de un medio elástico,


concretado al intervalo de frecuencias de la audición humana (de 16 Hz a
20000 Hz por segundo). El sonido aéreo es el transmitido por el aire, mientras
que el sonido corpóreo o de impacto es el transmitido por los cuerpos
sólidos.

Si el emisor de sonido y su receptor se encuentran en un mismo ambiente,


parte de las ondas sonoras serán reflejadas y parte absorbidas. Al control de
esas emisiones se las denomina corrección o acondiciónamiento acústico.
Si el control de emisión refiere a otros ambientes, hablamos de aislación
acústica.

En la construcción tradicional de muros macizos, la importante masa de los


elementos es suficiente para proporcionar niveles razonables de confort
acústico pero en los sistemas de montaje el problema es mas complejo. En
estos casos, para disminuir la transmisión del sonido debemos interrumpir la
continuidad de los elementos de solidaridad entre las capas del muro ya que
ellos pueden funcionar como puentes acústicos. Este problema se da
principalmente en los entrepisos, debido a los importantes ruidos de impacto
producidos por las pisadas. Esto se resuelve colocando un material elástico de
resorte que absorberá la energía sonora que va de un plano rígido hacia otro
plano rígido de dicho cerramiento. Otra buena alternativa para los casos de
entrepisos es la disposición de cielorrasos suspendidos.

El material que mejores


resultados da en la
construcción en seco es la lana
de vidrio.

Desde ya que el problema del


ruido puede ser minimizado si
desde las instancias
proyectuales ya es previsto.

Debe evitarse que los


ambientes de reposo
(principalmente los
Dormitorios) no se hallen
situados cercanos a
instalaciones sanitarias o
mecánicas (por ejemplo, en el
caso de edificios en altura deben alejarse de los núcleos circulatorios verticales
de ascensores y escaleras) o en relación directa con calles o ambientes
bulliciosos. Además, hay que procurar que las tuberías no produzcan ruidos que
puedan transmitirse; para esto hay que minimizar sus cambios de dirección y
en los soportes colocar materiales de sujeción que amortigüen los ruidos.

Prof. Federico M. Rodriguez

Bibliografía consultada:

 “Prefabricación”, Meyer y Bohe.

 “Introducción al sistema Steel Framing”, Arq. Esteban Jáuregui.

 Imágenes internet.

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