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Tipos de pruebas
Los métodos típicos para realizar pruebas de campo portátiles y de baja
tecnología usadas para monitorear la calidad química del agua se dividen en tres
categorías:
Cintas reactivas: son tiras pequeñas que se usan una sola vez y que
cambian de color para indicar la concentración de un producto químico
específico. Dependiendo de la prueba, el usuario “activa” la tira de papel o
de plástico sumergiéndola en la muestra de agua y removiéndola, o
sosteniendo la tira en un chorro de agua. Después de una breve espera, el
usuario compara el color de la tira de prueba con una tabla de colores para
saber el nivel de concentración del producto químico. Estos kits son muy
simples, pero menos precisos que otros métodos, especialmente si los
usuarios no siguen las instrucciones.
Kits de discos de colores: estos kits se encuentran disponibles para una
amplia gama de pruebas químicas. En un caso habitual, el usuario añade
un paquete de polvo o unas pocas gotas de un reactivo líquido a una
muestra de agua en un tubo de plástico reutilizable. Luego, coloca el tubo
de muestra en una pequeña caja de plástico para comparar el color. Esta
caja contiene un disco de plástico con un gradiente de colores impreso en
él. El usuario gira el disco para encontrar la parte que mejor coincide con el
color de la muestra e identifica el nivel de concentración del producto
químico en el disco. Los kits de discos de colores incluyen comúnmente
múltiples pasos a seguir y tiempos de espera estipulados, por lo que son un
poco más complicados y costosos, pero en general más precisos.
Instrumentos digitales portátiles: se examina el agua con medidores
digitales livianos y portátiles, colorímetros y fotómetros. Estos, aunque
proporcionan los resultados más precisos entre los tres métodos
mencionados, son los más caros y delicados, y requieren baterías y
calibración. Si bien los instrumentos digitales son útiles para los técnicos en
terreno y forman una parte esencial de cualquier red de monitoreo
permanente o a distancia, es muy poco probable que sean adecuados para
la “ciencia ciudadana” o las pruebas de calidad del agua realizadas
mediante modelos de colaboración masiva.
Parámetros químicos de la calidad del agua
Después de haber identificado varios tipos de análisis, la pregunta que sigue es:
¿Qué buscamos en las pruebas? UNICEF recomienda (PDF, en inglés) priorizar el
monitoreo químico de fluoruros, arsénico y nitratos. En zonas donde la tierra es
naturalmente rica en minerales que contienen flúor y arsénico, los niveles en el
agua de pozo pueden ser lo suficientemente altos como para que la exposición
crónica sea peligrosa para la salud humana.
Si los recursos lo permiten, UNICEF recomienda agregar tres parámetros
químicos más a los programas de monitoreo: los metales naturales de hierro y
manganeso, y el contenido total de sólidos disueltos. Estos tres elementos pueden
causar problemas de sabor y olor que podrían motivar a los consumidores a
buscar fuentes de agua más apetecibles y potencialmente inseguras.
Hierro y manganeso: existen tanto tiras reactivas como kits de prueba de
discos de colores para estos dos metales, los que también pueden medirse
usando instrumentos digitales portátiles. Las pruebas de campo con
equipos digitales se consideran confiables para ambos elementos químicos.
Sólidos disueltos: el contenido total de sólidos disueltos incluye una
mezcla de sales inorgánicas, principalmente sodio, cloruro, potasio, calcio y
magnesio. Más que examinar los componentes particulares, el total de
sólidos disueltos se monitorea evaluando la conductividad del agua con un
medidor digital. No existen tiras reactivas ni kits de pruebas de discos de
colores que se puedan utilizar en este caso, pero por lo menos un medidor
de conductividad funciona con un tipo de teléfono inteligente.
En los sistemas de distribución de compuestos clorados, es importante monitorear
otros dos parámetros químicos: el pH y el cloro residual.
Según las condiciones locales y el enfoque de un proyecto de monitoreo de la
calidad del agua, se pueden agregar más pruebas químicas. Se puede probar la
presencia de: alcalinidad o dureza (calcio, magnesio, etc.; existen kits de campo),
cloruro (un indicador de la sal para carreteras o de la intrusión de agua marina;
existen kits de prueba), oxígeno disuelto, niveles de carbono orgánico (DBO,
COD, TOC), agroquímicos (pesticidas o fertilizantes específicos), o
contaminantes industriales/mineros (p. ej., bifenilos policlorados, cianuro). Por
último, los metales pesados como el plomo, el mercurio, el cobre, el cromo, etc.
suelen ser temas de interés local.
Sin embargo, la amplia mayoría de estos análisis adicionales se realizan de mejor
manera en un laboratorio gracias a las tecnologías actuales. De todas formas, las
pruebas de baja tecnología —para las cuales a menudo se usan teléfonos
inteligentes— son un área de investigación para parámetros como el mercurio y
los pesticidas. (Más información aquí).