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Desintegración y guerras de secesión en

Yugoslavia
https://elordenmundial.com/desintegracion-y-guerras-de-secesion-en-yugoslavia/

Marcos Ferreira

Hace aproximadamente un cuarto de siglo comenzaron las guerras de secesión de


Yugoslavia. El proceso se abrió con la guerra de los Diez Días y finalizó con la
guerra de Macedonia; entre ambos conflictos transcurrirían diez años y las guerras
de Croacia, Bosnia y Herzegovina y Kosovo. Tras las contiendas se constituirían
como Estados independientes los anteriores más Eslovenia, Serbia y Montenegro.
La antigua Yugoslavia tocaba a su fin y se disolvía en una miríada de nuevos países.

La República Federativa de Yugoslavia, creada en 1945, fue un actor geopolítico de


primer orden durante el desarrollo de la Guerra Fría. Aliada en un principio con la
URSS y el Bloque del Este, la situación cambió radicalmente con la expulsión de
Yugoslavia de la Kominform —la Oficina de Información Comunista— por actitudes
revisionistas, oportunistas y nacionalistas. Fuera del bloque oriental, las
autoridades yugoslavas, con Josip Broz Tito a la cabeza, tenían un gran problema:
habían perdido sus principales socios políticos y comerciales. Ante la pregunta
sobre qué hacer, la solución surgió cuando los Estados Unidos ofrecieron a
Yugoslavia ayuda económica y militar.
La ayuda resolvía los problemas económicos y de seguridad que podría
tener Yugoslavia a corto plazo, pero a largo plazo sería necesario algo más.
Las élites yugoslavas se sacaron de la chistera dos recursos que
constituirían los elementos definidores e identificadores de Yugoslavia
durante la Guerra Fría. Por un lado, en el plano económico, social y
político, se creó y desarrolló el socialismo autogestionario, que buscaba
dar mayor poder a los obreros, las fábricas y las repúblicas con un sistema
socialista descentralizado, diferente al soviético. En el plano
internacional, se desarrolló primero la política de neutralidad y,
posteriormente, el Movimiento de Países no Alineados.

Esos dos recursos, que no dejaban de ser una huida hacia delante,
permitieron a Yugoslavia contar con una relativa estabilidad y
prosperidad económica, política y social mientras en el plano geopolítico
se convertía en la nación más favorecida, tanto en términos diplomáticos
como económicos, de los Estados Unidos. No obstante, las cosas
comenzaron a cambiar con la muerte de Tito en 1980. Y no porque el
mariscal fuese lo único que unía a los yugoslavos, como tanto se repitió a
comienzos de los 90, sino porque ya en los 80 Yugoslavia comenzó a sufrir
una crisis de deuda y desempleo.
Durante toda la década de 1980, la economía y la sociedad yugoslavas
sufrirían esta crisis financiera y económica. Como en aquellos momentos
Yugoslavia seguía siendo un socio privilegiado de Occidente, el Fondo
Monetario Internacional continuó refinanciando sus pagos y sus
acreedores fueron aceptando quitas de deuda. Sin embargo, con la caída
del Bloque del Este entre 1989 y 1991, países como Polonia o
Checoeslovaquia se situaron como socios preferenciales de Occidente. Si
Yugoslavia quería seguir disfrutando de la categoría de nación más
favorecida, debería adaptarse a los tiempos, olvidarse del socialismo y
moverse hacia el capitalismo. Después de todo, con el fin de la Guerra
Fría, Yugoslavia ya no tenía ningún valor geoestratégico.

El punto de inflexión
Formada por un total de seis repúblicas y dos provincias autónomas, los
dos principales protagonistas del Estado yugoslavo eran Eslovenia y
Serbia. Las demás repúblicas e instituciones federales se mantenían a la
expectativa de lo que se decidiese en Liubliana y Belgrado. En enero de
1990 se celebró el 14.º congreso de la Liga Comunista de Yugoslavia
(LCY), en el que la delegación eslovena se enfrentó con la serbia por el
rumbo que debía tomar Yugoslavia. Los eslovenos argumentaban que era
necesario avanzar hacia la democracia liberal, la economía de mercado y
un modelo más descentralizado, mientras que los serbios argumentaban
que era preferible una mayor centralización. Finalmente, el congreso se
saldó con un rotundo fracaso y el abandono de la delegación eslovena —y,
junto a ella, la croata—.

Con la LCY fuera de juego, Eslovenia declaró que convocaría elecciones


pluripartidistas en su república para abril de 1990, y a renglón seguido
cada república fue celebrando sus elecciones hasta finales de año —
incluida Serbia, en último lugar, en diciembre—. De las elecciones
salieron fortalecidos los proyectos nacional-soberanistas en Eslovenia y
Croacia, mientras que en Serbia salió reforzado el sector nacional-
centralista de Slobodan Milošević. Por otro lado, las autoridades
federales, especialmente el Ejecutivo, se vieron desbordadas al observar
cómo sus intentos de mantener a Yugoslavia unida y llevarla hacia
Occidente fracasaban por la oposición de las repúblicas de Eslovenia,
Croacia y Serbia.
En la primera mitad de 1991, cuando todas las repúblicas ya contaban con
sus propios Ejecutivos federales y sus respectivos presidentes, se
celebraron una serie de reuniones presidenciales en las que se intentaron
poner los mecanismos para adecuar los diferentes intereses existentes.
Por un lado, Eslovenia y Croacia insistían cada vez más en la
independencia y, de hecho, celebraron sendos referendos de
independencia en 1990 y 1991, respectivamente, que se saldaron con
resultado positivo. Por otro lado, Serbia y Montenegro mantenían que era
necesaria una recentralización de Yugoslavia o, por lo menos, la creación
de una Yugoslavia en la que viviesen todos los serbios y otras repúblicas
que así lo deseasen. Por último, Macedonia y Bosnia y Herzegovina tenían
una posición intermedia: defendían la continuidad de Yugoslavia, pero en
un modelo más federalista. El acuerdo fue imposible y el 25 de junio de
1991 Eslovenia y Croacia declaraban su independencia respecto a la
República de Yugoslavia, Estado que de facto dejaba de existir para
hacerlo poco después de iure.
Las guerras de Eslovenia y Croacia
Al día siguiente de la declaración de independencia de Eslovenia, el
Ejército Popular de Yugoslavo (EPY) puso rumbo al territorio más
septentrional de Yugoslavia para poner fin a la deriva soberanista. Para
sorpresa de muchos, Eslovenia consiguió defender su independencia y
forzar la entrada de actores internacionales para negociar un alto el fuego.
Esta victoria se debió a que el EPY envió tropas mal pertrechadas, sin
ninguna experiencia y en un número claramente insuficiente, así como a
la excelente preparación de la independencia eslovena, especialmente en
el plano mediático, en el que se vendió la imagen de que lo que se estaba
dirimiendo como algo similar a lo sucedido en Hungría en 1956 o Praga
en 1968. Tras unos diez días de conflicto, se alcanzaron los Acuerdos de
Brioni, por los que las tropas yugoslavas debían retirase de Eslovenia y
esta, anular su independencia por tres meses.

Para ampliar: “Los borrados de Eslovenia”, Marcos Ferreira en El


Orden Mundial, 2016 

En Croacia ya se venían dando enfrentamientos armados de baja


intensidad desde el verano de 1990 con la Revolución de los Troncos, pero
los verdaderos enfrentamientos comenzarían en el estío de 1991. Aunque
Croacia también se había mostrado muy activa a la hora de obtener la
independencia, a diferencia de Eslovenia no había preparado casi nada
para obtenerla y defenderla. Además, Eslovenia era un territorio
prácticamente homogéneo desde el punto de vista nacional; Croacia no.
Así, la minoría serbia, que era el 12% del total de la población en 1991 y
que se agrupaba especialmente en las zonas de Krajina y Eslavonia, no
estaba muy contenta con los planes del Ejecutivo croata. Rápidamente se
autoorganizó bajo la República Serbia de Krajina, la cual recibió el apoyo
del Ejecutivo serbio a través del EPY y de las bandas de paramilitares
serbios, como los Tigres de Arkan o las Águilas Blancas de Vojislav Šešelj.

Las autoridades croatas se vieron sobrepasadas por el empuje del bando


serbio, al cual no le costó demasiado controlar Krajina y Eslavonia.
Especialmente trágica resultó la caída de Vukovar en noviembre de 1991,
convertida rápidamente en un símbolo de la nación y el nacionalismo
croata. Un par de meses después se decretó un alto al fuego entre las dos
partes que permitía la implementación del Plan Vance y la congelación
temporal del conflicto. De ese modo, las autoridades croatas podían
replegarse y preparar al detalle las operaciones para recuperar los
territorios administrados por la República Serbia de Krajina, mientras
que las autoridades serbias podían olvidar a los serbios de Croacia y
centrarse en Bosnia y Herzegovina.

Para ampliar: “Croacia, cronología de una reconstrucción”, Fernando


Salazar en El Orden Mundial, 2017

La guerra bosnioherzegovina y el epílogo


croata
Bosnia y Herzegovina era la república más plurinacional de Yugoslavia.
Su población estaba compuesta en un 44% por bosníacos musulmanes, un
32% de serbios ortodoxos y un 17% de croatas católicos. Además, se
encontraba entremezclada, de manera que era prácticamente imposible
establecer áreas étnicamente homogéneas salvo que se usase la limpieza
étnica. Por ello, los habitantes de Bosnia y Herzegovina eran quienes más
tenían que perder con la desaparición de Yugoslavia.

La guerra comenzó en abril de 1992. Las tropas paramilitares serbias, con


el apoyo del ejército de la República Srpska, comenzó a expandirse y
limpiar étnicamente los territorios de Bosnia oriental, que según las
autoridades guiadas por Radovan Karadžić debían quedar bajo soberanía
serbia. Ante el empuje inicial serbio, la alianza entre musulmanes y
croatas lo hizo lo mejor que pudo para defender los territorios que
estaban bajo su control. No pasó mucho tiempo hasta que los croatas
decidieron ponerse también en contra del bando bosnio. Esto se debía a
que en marzo de 1991 Milošević y Tudjman habían acordado la división de
Bosnia y Herzegovina a través del Acuerdo de Karađorđevo, ratificado un
año después en Graz por las autoridades serbias y croatas de Bosnia.

Para ampliar: “República Srpska: Serbia dentro de Bosnia”, Blas


Moreno en El Orden Mundial, 2017
A comienzos de 1993, los serbios ocupaban alrededor del 70% del
territorio total de Bosnia y Herzegovina mientras croatas y bosníacos se
enfrentaban por el control del centro bosnio y la Herzegovina. La
situación se estaba descontrolando; los planes de paz no funcionaban, y
las autoridades serbias de Bosnia quedaron aún más descontroladas
cuando Milošević rompió con ellas a mediados de 1993. Era necesario
restablecer la coalición bosnio-croata, lo que se logró en 1994 con el
Acuerdo de Washington. A partir de este momento, el bando serbobosnio
iría perdiendo terreno a favor de los bosnio-croatas. Serbia se vería
sometida a una importante presión internacional con un bloqueo
económico desde 1992 para que se alinease con la comunidad
internacional y dejase de apoyar las aventuras de los serbios en Bosnia y
Croacia.

En 1995 se firmó el Acuerdo de Split, que permitía a las tropas del ejército
croata entrar en Bosnia para ayudar a la Armija a equilibrar las fuerzas. A
su vez, en Croacia el Gobierno iba a recuperar el control sobre las zonas
ocupadas por los serbios a través de las operaciones Flash y Tormenta.
Solo quedaba por recuperar la zona de Eslavonia Oriental, lo cual se
lograría pacíficamente a través del Acuerdo de Erdut. Durante el verano,
las tropas croatas y de la Armija avanzaron posiciones sobre los
territorios controlados por los serbobosnios con la inestimable ayuda de
la OTAN. Para septiembre se había conseguido establecer un equilibrio de
fuerzas que permitió alcanzar —no sin dificultad— los Acuerdos de
Dayton, con los cuales se ponía fin a la guerra.

Para ampliar: “Bosnia, el alto el fuego que no significó la paz”, Esther


Miranda en El Orden Mundial, 2016

La guerra de Kosovo
Durante las tres primeras guerras de secesión de Yugoslavia, las
autoridades kosovares, lideradas por Ibrahim Rugova, decidieron usar la
no violencia y confiar en Occidente para obtener la independencia de
Serbia. No obstante, cuando los albanokosovares observaron que Dayton
no mencionada nada sobre Kosovo y se consideraba a Milošević como un
gran estadista y un hombre de paz, la estrategia de Rugova se vino abajo.
Los acontecimientos previos demostraban que solo empuñando las armas
se podría obtener la independencia, y así fue como el Ejército de
Liberación Kosovar (ELK) comenzó a ganar popularidad.

Creado a comienzos de 1990, no fue hasta 1996 cuando el ELK comenzó a


estar verdaderamente activo y hasta 1998 cuando sus acciones empezaron
a ser importantes. El objetivo de los insurgentes era realizar atentados
contra todo lo que perteneciese al invasor serbio, población civil incluida,
para así provocar la reacción de sus autoridades, lo que a su vez volvería a
provocar la intervención diplomática de las potencias occidentales. La
estrategia funcionó a la perfección: menos de un año después de que el
ELK comenzase su estrategia y las fuerzas militares y paramilitares
serbias se excediesen en su respuesta —incluido el incidente de Racak, del
cual todavía no se sabe si fue perpetrado por las fuerzas serbias o se trató
de un montaje del ELK—, se convocaba la Conferencia de Rambouillet.

La conferencia resultó ser una encerrona para las dos delegaciones. Las


potencias occidentales estaban cansadas de la cuestión yugoslava y
decidieron presentar a las dos partes un acuerdo cerrado: o lo firmaban o
no, pero no había posibilidad de discusión. Aunque en un principio lo
rechazaron, la delegación kosovar accedió a rubricarlo; después de todo,
sabían que Serbia no podría aceptar que la OTAN tuviese plena
autonomía y libertad de movimiento por todo el territorio serbio: sería
como una invasión militar y el establecimiento de un protectorado en un
país soberano e independiente que formaba parte de instituciones
internacionales reconocidas.
Finalmente, Serbia rechazó firmar el acuerdo y las potencias occidentales
decidieron bombardearla a través de la OTAN en una operación
que servía más para legitimar la existencia de la organización que para
llevar estabilidad a la zona. Tras tres meses de bombardeos, Serbia
accedió a retirar las tropas de Kosovo y la Resolución 1244 era aprobada;
poco después la OTAN desplegaba sus tropas en la zona mientras la ONU
hacía lo mismo con personal civil y administrativo. Kosovo obtenía la
independencia de facto, y la declararía oficialmente en 2008.

Para ampliar: “Kosovo, la patria perdida de Milošević”, Adrián Albiac


en El Orden Mundial, 2014

La insurgencia en Preševo y la guerra de


Macedonia
La resolución del conflicto kosovar produjo consecuencias indeseadas,
pero no por ello inesperadas. Al sur de Serbia, en la frontera con Kosovo,
se formó el Ejército de Preševo, Medveđa y Bujanovac. El objetivo de los
insurgentes era unir dichas zonas con Kosovo, puesto que había una gran
cantidad de población albanesa en ellas. No obstante, la comunidad
internacional no tenía ningún interés en simpatizar con las causas y
objetivos de los insurgentes, por lo que se accedió a que Serbia usase su
monopolio de la fuerza para resolver la insurgencia en mayo de 2001.
Pero el irredentismo albanés no iba a finalizar ahí. En Macedonia, país
con un 25% de población de nacionalidad albanesa, la mayor concentrada
en las zonas fronterizas con Kosovo y Albania, estalló la guerra.

El Ejército de Liberación Nacional, creado a partir de veteranos de los


ejércitos de Kosovo y Preševo, inició una rebelión armada a comienzos de
2001 en el norte del país. El objetivo no era independizarse de Macedonia,
sino conseguir mayores cuotas de autonomía dentro de la propia
estructura estatal macedonia. Sin embargo, al igual que en el caso de
Preševo, la comunidad internacional no estaba por la labor de favorecer a
guerrillas que aumentasen más la inestabilidad en la zona, y menos en un
país como Macedonia, que había conseguido conjugar adecuadamente los
intereses de la minoría albanesa. Tras la intervención de la OTAN, se
consiguieron calmar los ánimos de ambos bandos y firmar el Acuerdo de
Ohrid, por el que se ponía fin al conflicto y se otorgaban mayores
derechos, especialmente culturales, a la minoría albanesa.

Para ampliar: “Macedonia, el nuevo caldero balcánico”, Marcos Ferreira


en El Orden Mundial, 2015
El patinazo de la comunidad internacional
Desde la guerra de los Diez Días hasta la de Macedonia, la respuesta de la
comunidad internacional a los conflictos yugoslavos fue bastante
discutible. El error que todos los actores internacionales en el conflicto
cometieron fue tratar con condescendencia a los actores locales que
protagonizaban las disputas. Las potencias y organizaciones
internacionales, comenzando por la Unión Europea, pasando a las
Naciones Unidas y finalizando con los Estados Unidos, consideraron que
aquello iba a ser una especie de Berlín 2.0, que aquellos Estados eran los
mismos del siglo XIX a los que dominaban con extrema facilidad. Su error
sería aprovechado por los agentes locales, que supieron manipular a la
perfección a las potencias internacionales para conseguir sus objetivos en
el espacio balcánico.

En la actualidad, el sueño de unir a los eslavos del sur ha quedado como


una anécdota, un vestigio del pasado. Sin embargo, los siete Estados que
han sustituido a la antigua Yugoslavia tienen que hacer frente a
problemas que ya existían incluso antes de su formación. La federación ya
no existe y es probable que en el futuro tampoco lo vuelva a hacer. Sin
embargo, la Historia de los Balcanes demuestra que las estructuras
estatales van y vienen, pero las nacionalidades permanecen. Por eso,
Eslovenia, Croacia, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia,
Montenegro y Kosovo deben recuperar el ideal yugoslavo y trabajar
conjuntamente en las cuestiones idiosincrásicas de los Balcanes si quieren
un futuro de largo recorrido para sus estructuras estatales.
 26 comentarios
1. Nos acordamos del Valle de Presevo!, bien, desconocía lo de Raçak

pulpeirog

6 mayo, 2015, 10:06

 Responder

2. No sobraba meter más caña a los croatas, que tambien hicieron sus
fechorias y son los buenos de la película. Que conmemoren como
día festivo nacional la operación tormenta que supuso una limpieza
étnica de casi toda la población serbia resulta curioso

pulpeirog

6 mayo, 2015, 10:10

 Responder

o Respondiendome a mi mismo, despues de preguntar a una


ilustrada amistad albano kosovar sobre Raçak, no hay duda
que esa matanza ocurrio y negarla es propaganda
conspiranoica. La verdad es que reaccionó muy hóstil, por lo
que me imagino que hablar de esto en Kosova aún suscita un
agrio debate o directamente es considerado un insulto a uno
de los mitos sobre los que se asienta la «independencia del
país» (entiendase mito con el significado narrativa oficial del
estado, no como mentira, ahí no entro).
pulpeirog

9 junio, 2015, 12:38

 Responder

 Preguntarle a un albano kosovar sobre racak? jajaja


pues pregúntale a un serbio sobre ello, te dirá que fue
algo inventando por el UCK. No creo que sea
conveniente conseguir esas opiniones, cada quien dirá
que fue culpa del bando enemigo. En algo estoy de
acuerdo contigo, ningún país es un santo. Los croatas
cometieron un gran genocidio contra los serbios como
lo mencionas, los serbios cometieron gran genocidio
contra croatas, bosnio y eslovenos; los bosnios en
apoyo con muyahidines hicieron masacres contra
croatas y serbios, etc. La demagogia y el nacionalismo
sin duda fue el motor de todas estas masacres.
Refiriéndome especial al caso de Kosovo, para mi serbia
cometió uno de los peores genocidios de la historia en
Serbenica (bosnia) y es algo en lo que estoy en total
desacuerdo, pero sin embargo estoy totalmente de
acuerdo en que Kosovo siempre ha sido y será de
serbia, es la cuna de la civilización serbia, y creo que los
albano kosovares jugaron sucio incitando los ataques
serbios para parecer victimas. Los albaneses siempre
han sido una nación conflictiva, uno de los países más
pobres y violentos de Europa, y sin duda sus
incursiones en Kosovo y macedonia han estado ligadas
a sus ideales geopolíticas de lo que ellos llaman “la
gran Albania”. Es así, que yo no veo a serbia como “la
nación genocida contra los albanokosovares” como lo
instauro la OTAN, un organismo poco confiable de
hecho. Es bueno que lean y vean la limpieza étnica que
hizo el UCK sobre los serbios de Kosovo, atentando no
solo contra ellos, si no contra sus monumentos más
preciados e históricos allí postrados. Aclaro, no estoy
emitiendo apologías sobre las incursiones serbias ni
mucho menos, serbia cometió graves genocidios y me
parece deprimente, es solo que en particular, en la
guerra de Kosovo, ellos no son los malos como lo hace
ver occidente. (ver las banderas de Kosovo, Albania y
estados unidos ondeando en febrero de 2008 día de la
independencia de Kosovo, en prístina, su capital,
además de ver, imágenes estadounidenses, estatuas de
Bill Clinton e incluso también un gran boulevard en su
nombre, también te darán una idea de los intereses de
occidente sobre serbia.

Viktor tòmas

1 noviembre, 2015, 04:09

 Responder

3. No sabes lo feliz que me hizo encontrar esta publicación. Hoy tengo


una exposición sobre este tema, aunque es por parte de la
geografía de los pueblos y los estado-nación pero me haz
solventado dudas enormes. Muchas gracias 🙂

Elena Juarez

6 mayo, 2015, 10:22

 Responder

4. Excelente artículo. Permiso para compartirlo.


Diego

6 mayo, 2015, 14:11

 Responder

5. Parece un escrito propio del Canal Historia.

Por cierto, aunque no salga en la wikipedia, podrías haber hablado


del papel que tuvo Alemania en el conflicto.

alejandro

6 mayo, 2015, 21:35

 Responder

o ¿Dime en cuál de los cinco conflictos quieres que hubiese


especificado el papel de Alemania? Porque son cinco (si
consideras a Presevo, seis). Supongo que te referirás a las
Guerras de Eslovenia y de Croacia. En ambos conflictos, la
presión alemana hacia el resto de los miembros de la
Comunidad Europea de entonces fue bastante grande para
que se reconociesen a ambos países como Estados
independientes, lo que sucedió a comienzos del 92. También
fue destacado que Eslovenia y Croacia obtuviesen armas de la
antigua República Democrática Alemana con la connivencia
de la RFA a lo largo del año 1990 y parte de 1991.
En este artículo se ha puesto énfasis en los actores internos, y
no en los externos. Cierto, Alemania no es nombrada, ni
Francia, ni Reino Unido, que también tuvieron un papel
destacado en la diplomacia internacional en el conflicto de
BiH. Al igual que la ONU y los Estados Unidos son
smplemente mencionados, sin entrar en más detalles sobre su
papel en los conflictos de Croacia, BiH y Kosovo.
Ahora bien, si lo que esperaba de este artículo era un relato
del estilo Collon, Kate Hudson, Parenti o Diana Johnstone, eso
no lo va a tener por mí parte, principalmente porque más allá
de algunos puntos acertados que señalan esos autores, su
análisis está errado al partir de la base que sea Alemania, sea
Estados Unidos, maquinaron para destruir Yugoslavia, lo cual
no es correcto.

Un saludo.

Marcos Ferreira Navarro

Marcos Ferreira Navarro

7 mayo, 2015, 05:35

 Responder

6. Lo siento, pero no se puede explicar el conflicto yugoslavo sin


analizar los agentes externos. De cara a la galería, queda muy bien
explicarlo como simples movimientos nacionalistas que querían la
independencia, pero no.

Es bastante más.

alejandro

8 mayo, 2015, 10:48

 Responder
7. Yo sí siempre he considerado la intervención de agentes externos
en esta guerra como decisiva.Entiendo que la explicación de la
guerra de los Balcanes estuvo en la ampliación del ámbito de la
OTAN hacia el este.Algo a lo que siempre se había negado
Yugoslavia..De esta manera con la intervención de la OTAN , Bosnia
fué colocada bajo su protectorado, se segregaron Croacia y
Eslovenia de su territorio y se alentó al separatismo albanés en
Kosovo.

ivanadas

8 mayo, 2015, 16:39

 Responder

8. Cuando uno va a Serbia se nota la desilusión de la gente de lo que


pudo haber sido y no fue. Quedaron como los malos de la película,
en parte, pienso yo porque a Alemania le interesaba volver a tener a
Eslovenia y Croacia en su órbita de influencia.

Sergio

9 mayo, 2015, 10:27

 Responder

9. Es mas que cierto que eran Alemanes los que apyaron


desintegracion de mi pais! No vamos seguir con mentiras 20 años
despues.
Andrea

14 mayo, 2015, 18:02

 Responder

10.Estimado Marcos:
¿Que libros -en inglés o español- podría leer para saber más de la
guerra de Bosnia Herzegovina de 1992? Muchas gracias. Un saludo.

Juan Pablo Arenas (@arenasjp)

30 mayo, 2015, 00:06

 Responder

o Estos libros te daran una noción mas amplia de la


denominada «guerra de la verguenza» o guerra de Bosnia
Herzegovina: Sarajevo: juicio final y Los niños de bosnia.

Viktor tòmas

1 noviembre, 2015, 03:38

 Responder

11.Veo que os gusta la historia política, yo soy de filosofía politica:


liberalismo contra socialismo. Un saludo Marcos y compañía.

Juan Antonio martinez


2 junio, 2015, 19:55

 Responder

12.Hola Marcos. Gracias por el artículo. Sólo una aclaración. Hay una
errata donde escribes:

«Y no porque el Mariscal fuese lo único que unía a los yugoslavos,


tal y como Martín Leguineche y otros tantos repitieron a comienzos
de los 90.»

Es Manuel Leguineche, uno de los más grandes periodistas (y


viajeros) que ha dado este país.

Un saludo!

Fernando Jiménez

15 octubre, 2015, 10:04

 Responder

13.Juan Pablo puedes leer esta historia novelada:


HISTORIA DE TRES MUJERES CRÓNICA DE UNA GUERRA
De G.H. GUARCH

ormaza

13 diciembre, 2015, 14:19

 Responder
14.Este articulo esta escrito tal como que el de «Colon salio a descubrir
a America». No esta el trasfondo real de lo que sucedió. La
intervension extranjera fue determiante en este conflicto.

Alfredo Garcia

14 enero, 2016, 02:16

 Responder

15.Un articulo muy interesante y muy bien resumido.El unico territorio


en el que no hubo movimiento secesionista fue en la Voivodina con
minoria hungara ¿ me puedes dar tu opinion al respecto?
Gracias

Kike

14 mayo, 2016, 11:36

 Responder

16.Que la guerra la fabrican los políticos y las fábricas de armamentos


los pueblos nunca quieren la guerra lo único que quieren los
pueblos de vivir en paz y en libertad, en la actualidad estamos en el
año 2016 siguen los conflictos en Medio Oriente Fogoneados por
terroristas islámicos en nombre de Ala, Los malos son los menos
pero son los que hacen más ruido, y los buenos con su silencio
hacen que los terroristas continúen sintiéndose avalados por todos
los musulmanes del mundo porque al no hacer declaraciones en
contra de estos terroristas teóricamente lo avalan
Mario

9 noviembre, 2016, 22:26

 Responder

17.También el Vaticano jugó su papel, recuerden que en medio de la


crisis economica de la federación y con los movimientos
separatistas en auge, le otorgó un prestamo multimillonario a
Croacia.

And

28 marzo, 2017, 12:40

 Responder

18.Interesante artículo. Soy un apasionado por el tema Yugoslavo; lo


ùnico que puedo achacar es que no se nombra a Alemania ni se
hace referencia a los crímenes propulsados por Kohl, Chirac, Mayor;
Bush y luego Clinton; el FMI y el Banci Mundial. El Vaticano, Arabia
Saudita, Albania…el derrumbe yugoslavo fue producto de una
necesidad màs económica que política, y su talón de aquiles estaba
en quuen debía garantizar la Constitución y permanencia de la
FEderación Yugoslava, es decir el JNA o ejército popular yugoslavo.
En definitiva, la improvisación a la hora de organizar la federación
dio pie a los delirios de Tudjman, Itzebegovic o los UCK y a la
desesparante megalomanía de Milosevic; y al oportunismo de
infames figuras internacionales, desde M.Albright, pasando por
Felipe Gonzalez y desde el cruel Naser Oric hasta el «filósofo»
francès Henri-Levy o el patètico Perez Reverte… No hubo buenos ni
malos en èste conflicto, en todo caso las víctimas fueron quienes no
violaron la ley de la guerra, y esos fueron los Serbios, (en cuanto a
sus FFAA me refiero y no a su paramilitar fuerza); el resto es
propaganda. Saludos

Gonzalo

18 julio, 2018, 19:33

 Responder

o Tu no te llamas Gonzalo, Tu te llamas Dragan o Radovan.


100%. El apellido no hace falta mencionar. ¡ Tremendo !

Dámir

10 diciembre, 2018, 17:31

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