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Eufemismos, una estrategia para disfrazar la realidad del país

Por: Luis Eduardo Mercado Espitia


Twitter: @lemer1976

Hace algunos años, por allá en el año 2013, tuve la oportunidad de leer una columna
de mi colega y paisano Juan Gossaín, en la que se refería a lo que se denomina en
español, o mejor en el lenguaje castellano, un eufemismo; ahí entendí que los griegos
acomodaron este termino como un uso exclusivo de los buenos oradores, es decir es
para el uso correcto del lenguaje; pero con el pasar del tiempo ese fin del eufemismo
cambió, y hoy día se utiliza para adornar ciertos conceptos que se pueden ver en las
noticias a diario.

Pues mis amigos lectores, me di a la terea de consultar, y desde la Real Academia de la


Lengua Española se define la palabra eufemismo como: “la manifestación suave o
decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura y malsonante”. Es decir, una
diplomacia para decir las cosas, o mencionar situaciones que tal vez sean dolorosas,
pero la realidad es lo que es así la llames como la quieras llamar.

En Colombia existen muchos eufemismos populares, de uso cotidiano: en las


cafeterías, en las tiendas o en las esquinas donde se reúnen las personas a hablar, por
citar un ejemplo, antes en los colegios se tenía el reglamento del colegio, hoy se llama
manual de convivencia armónica escolar, en esencia es el mismo reglamento, con otro
nombre; pero nada comparado con la especialización, por decirlo de alguna manera,
que tiene el gobierno actual para nombrar la realidad, y en esa medida distorsionarla a
su favor.

Desde el inicio del actual gobierno, incluso desde antes de posesionarse el


“presidente” Duque, se hablaba por todas partes de una reforma tributaria, más
impuestos, cuando la bandera de su campaña fue de no más impuestos, pues bien, a
esa propuesta se le dio el nombre de Ley de crecimiento económico, solo le pusieron
un nombre más bonito, pero en esencia sigue siendo la reforma tributaria que el
pueblo temía.

No contentos con esa reforma, iniciaron el proceso de una reforma a las pensiones,
con la excusa de que se estaba quebrando el fondo nacional de pensiones, como el
pueblo empezó a alegar por esta situación, acudieron a los especialistas en
eufemismos, entonces la llamaron estructura del sistema de protección a la vejez, y en
gran medida lograron impactar con este lenguaje al pueblo, pero la intención que se
tenía desde el principio, el documento como tal, ese no cambió.

Y cada situación que pasa en Colombia se le pone un nombre para adornarlo, como es
el caso de las bandas criminales que están azotando a la población en el sur del país,
en el Chocó, parte de Antioquia y el oriente, ellos ahora son “Enemigos de la paz”. Y
que decir de los casos de corrupción en los que los dineros públicos se desvían, y eso
es un delito, se llama robo (hurto), pero en Colombia se le llama carrusel de la
contratación, porque suena más bonito, pero es un robo.
Los acontecimientos de los últimos meses en el país si han dejado de que hablar, y tal
vez son la fresa del helado, como es posible que a las oleadas de masacres que se
presentaron en el mes de agosto ahora son homicidios colectivos, a donde quiere
llegar este gobierno con su diplomacia, ocultando la realidad, como se oculta la
realidad del asesinato del joven Alejandro Ordoñez por parte de unos agentes de la
policía denominándolo procedimiento, y eso está lejos, muy lejos de como debe
proceder la fuerza pública.

Finalmente, no se puede desconocer que esto de los eufemismos es y será una


estratégica utilización del lenguaje en la que, según algunos analistas, se tiene la
intención de disfrazar las cosas y no decirlas por su nombre. “El propósito de estos
eufemismos consiste en darle un toque sutil y decoroso a reformas impopulares y
claramente lesivas para las personas asalariadas del país”, parafraseando al catedrático
de la Universidad Nacional, Andrés Felipe Mora. 

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