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Los enzimas son proteínas que catalizan reacciones químicas en los seres vivos.
Las enzimas son catalizadores, es decir, sustancias que, sin consumirse en una
reacción, aumentan notablemente su velocidad. No hacen factibles las reacciones
imposibles, sino que solamente aceleran las que espontáneamente podrían
producirse. Ello hace posible que en condiciones fisiológicas tengan lugar
reacciones que sin catalizador requerirían condiciones extremas de presión,
temperatura o pH.
Prácticamente todas las reacciones químicas que tienen lugar en los seres vivos
están catalizadas por enzimas. Los enzimas son catalizadores específicos: cada
enzima cataliza un solo tipo de reacción, y casi siempre actúa sobre un único
sustrato o sobre un grupo muy reducido de ellos. En una reacción catalizada por un
enzima:
PH
Las enzimas poseen grupos químicos ionizables (carboxilos -COOH; amino -NH2;
tiol -SH; imidazol, etc.) en las cadenas laterales de sus aminoácidos. Según el pH
del medio, estos grupos pueden tener carga eléctrica positiva, negativa o neutra.
Como la conformación de las proteínas depende, en parte, de sus cargas eléctricas,
habrá un pH en el cual la conformación será la más adecuada para la actividad
catalítica. Este es el llamado pH óptimo. (Para activar la animación de la Figura de
la derecha, pulsar la opción "Recargar" del navegador).
La mayoría de los enzimas son muy sensibles a los cambios de pH. Desviaciones
de pocas décimas por encima o por debajo del pH óptimo pueden afectar
drásticamente su actividad. Así, la pepsina gástrica tiene un pH óptimo de 2, la
ureasa lo tiene a pH 7 y la arginasa lo tiene a pH 10. Como ligeros cambios del pH
pueden provocar la desnaturalización de la proteína, los seres vivos han
desarrollado sistemas más o menos complejos para mantener estable el pH
intracelular: Los amortiguadores fisiológicos.
Temperatura
Las enzimas son altamente específicas, es decir, no reaccionan con cualquier cosa
ni intervienen en cualquier reacción. Tienen un cometido bioquímico muy puntual y
preciso, que llevan a cabo con un porcentaje bajísimo de errores.
CARACTERÍSTICAS DE LAS ENZIMAS
Las enzimas presentan una serie de características notables como las siguientes:
Estas características tan especiales pueden ser explicadas, según nuestro criterio,
mediante el concepto de Información. En el trabajo Una nueva teoría acerca de las
‘diluciones homeopáticas’, definimos a la Información como la disposición a actuar, y
de una determinada manera, que presenta un ente cualquiera en este caso, un ente
biológico, en presencia del receptor adecuado. La Información latente en la
compleja microestructura proteica de la enzima, representa una disposición a actuar
que solamente se puede hacer activa en presencia del receptor adecuado, que en
este caso es el sustrato correspondiente.
Regulación enzimática
La regulación del metabolismo celular se lleva a cabo regulando la actividad
enzimática. Existen varias formas de regular la actividad de una enzima que no son
excluyentes entre sí. Se puede regular su concentración, modificar su conformación
con ligandos activadores o inhibidores, modificar su localización celular o introducir
modificaciones covalentes como metilación o fosforilación que incluso pueden llegar
a alterar la enzima de forma irreversible. No todas las enzimas tienen la misma
importancia en la regulación de una ruta. Suele ser especialmente clave la
regulación de las enzimas que catalizan reacciones poco favorables con energía de
activación elevada. En muchos casos las reacciones termodinámicamente
desfavorables se acoplan a reacciones espontáneas favorables que les aportan
energía. Éste es el caso de la hidrólisis del ATP (reacción favorable) asociada a los
procesos de biosíntesis.
Inhibición competitiva
Inhibición acompetitiva
El inhibidor puede combinarse con el enzima libre o bien con el complejo enzima
sustrato, interfiriendo en la acción de ambos. Los inhibidores no competitivos se
unen a un lugar del enzima diferente del centro activo provocando en él una
alteración que dificulta bien la formación del complejo enzima-sustrato o bien la
descomposición de éste para dar lugar a los productos. La unión con el inhibidor
produce dos formas inactivas.
Aunque podría pensarse que los distintos tipos de inhibición estudiados pueden
desempeñar algún papel en la regulación de la actividad enzimática, todo parece
indicar que no es así; la regulación de la actividad enzimática se lleva a cabo
mediante mecanismos que no se ajustan a ninguno de los modelos de inhibición
estudiados y que se describirán en el próximo apartado. El interés del estudio de la
inhibición enzimática reside más en su utilidad para comprender la estructura,
mecanismos catalíticos y especificidad de los enzimas, que en una importancia
biológica real.
Otro ejemplo es la quimosina o renina del cuajo de ternera, uno de los pocos
ejemplos de enzimas de origen animal con aplicación industrial. Se emplea en la
fabricación del queso para cuajar la leche, al ser capaz de hidrolizar de forma
específica el enlace peptídico entre Phe105 y Met106 de la caseína k. Como
alternativa al cuajo de ternera, existen enzimas microbianas con la misma
especificidad de sustrato como las mucorpepsinas de Mucor pusillus o Mucor
miehei, y la endotiapepsina de Endothia parasítica.
También se pueden añadir lipasas microbianas que hidrolizan los triglicéridos para
liberar ácidos grasos que pueden convertirse en las distintas cetonas responsables
del sabor y aroma característicos de la leche de procedencia. Como ejemplo de
enzima de origen vegetal, cabe destacar la papaína procedente de las hojas y del
fruto sin madurar de la papaya (Carica papaya), utilizada en la industria alimentaria
para ablandar la carne.
Esta enzima es particularmente útil al ser estable al calor, por lo que su acción
continúa durante las primeras etapas del cocinado. Finalmente, hay un grupo amplio
de enzimas que se utilizan para mejorar las características organolépticas de ciertos
alimentos y bebidas después de su procesado. Por ejemplo, las lacasas se emplean
para oxidar los polifenoles en el mosto o en el té (responsables de su sabor y color
posterior); las tanasas permiten eliminar el elevado contenido en taninos
(responsables de la aparición de precipitados) en zumos, cervezas, vino y otras
bebidas; y la naranginasa permite hidrolizar aquellos compuestos amargos de
algunos cítricos como el pomelo, sin que se pierda el color natural de la fruta.