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EVANGELIO DE JUAN

Juan es autor del cuarto evangelio, de tres cartas y del


Apocalipsis. Es representado por el símbolo del águila,
porque empieza su evangelio remontándose a los
orígenes eternos de Verbo encarnado.

Juan “vio y creyó”. ¿Qué es lo que le indujo a creer?


No vio entonces a Cristo resucitado. Vio el sepulcro
vacío, y la sábana santa “yacente” vacía. En ella había
estado envuelto el cadáver de Jesús. Y con esto, el
recuerdo de lo que Jesús tantas veces había anunciado:
que al tercer día iba a resucitar.

Nació en Betsaida, a orillas del lago Tiberíades,


hermano de Santiago el mayor, hijos de Zebedeo y
Salomé. Llamados por Jesús "hijos del trueno", por su
entusiasmo y fogosidad. Pescadores, como su padre.
Santiago fue decapitado por orden de Herodes Agripa
el año 42.

Su talento elevado, su grandeza mística y la


inspiración divina le hicieron un gran teólogo.

Pedro, Santiago y Juan presenciaron la


Transfiguración de Jesús, le acompañaron en la
resurrección de la hija de Jairo, fueron testigos de su
transfiguración en el Tabor y de su agonía en
Getsemaní.

En la última Cena reclinó la cabeza en el costado de


Cristo. Fue el único apóstol que estuvo al pie de la
cruz. A él encomendó Jesús el cuidado de su Madre 2

poco antes de morir.

Con Pedro preparó por encargo de Jesús la Cena


pascual.
Después de la resurreción de Cristo, con Pedro
comprobó que el sepulcro estaba vacío. Con Pedro
defiende a Jesús ante el Sanedrín y soporta sus
increpaciones. Los dos van a Samaria para confirmar
a los bautizados. Asistió al Concilio de Jerusalén el año
50, vivió al lado de María. Probablemente hacia el año
68 se estableció en Éfeso.

Tertuliano cuenta que sufrió en Roma la terrible


prueba del aceite hirviendo de la que salió incólume,
en tiempos del emperador Domiciano. Luego fue
desterrado a la isla de Patmos, en el mar Egeo, isla
agreste y volcánica. Allí tuvo las visiones del
Apocalipsis y permaneció hasta la muerte de
Domiciano. Luego regresó a Éfeso y murió anciano a
fines del siglo I.

El mensaje reiterado de Juan, junto con la divinidad


de Jesús, es el mandamiento nuevo del amor, que
hemos de cumplir fielmente si nos decimos cristianos.

1. Objetivo: Suscitar fe, transmitir vida sobrenatural:


“Estas cosas han sido escritas para que creáis que
Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre” Jn 20, 31.

2. Partes:
Prólogo: Cristo, Palabra, Vida, Luz. El Verbo se hizo 2

carne. 1, 1-18.
Libro de los signos: 7 grandes manifestaciones: Caná,
c. 2; Cura al hijo del cortesano c. 4, y al enfermo de la
piscina, c. 5; Multiplica panes y peces y camina sobre las
aguas, c. 6; cura un ciego, c. 9; resucita a Lázaro, c. 11.
Otros signos, no milagros: Cuando expulsa a los
vendedores del templo: ¿Qué signo das... ? -Destruid este
templo...” Y en la unción de Betania, c. 12

Libro de “la hora”: Su pasión, muerte y resurrección.


13 a 20. ”Dar la vida y volverla a tomar” . El libro de los
signos prepara el libro de la hora.
Epílogo: La Iglesia en marcha. 21.

3. Símbolo, el águila: El prólogo se remonta a los orígenes


eternos del Verbo.

4. Contrapone: Luz-Tinieblas; Verdad-Mentira; Vida-


Muerte; Dios-Mundo.

5. Tres fines:
Apologético, contra las primeras herejías que negaban la
divinidad del Verbo.
Dogmático, con tres proposiciones:
Jesús es el Mesías anunciado en el A.T.
El Mesías es el Hijo natural de Dios.
El Mesías es también hombre.
Teológico: Cristo es nuestra VIDA: para participar en ella
hemos de creer en Él.

6. Libro de los signos: Juan llama signos a los milagros de


Jesús, porque significan, revelan, transparentan su
divinidad. Relata 7: de ellos, sólo 2 aparecen en los 2

sinópticos, la multiplicación de los panes y el caminar de


Jesús sobre las aguas.
En ocasiones, hace explícita la verdad profunda contenida
en el signo:
Yo soy el Pan de Vida: Multiplicación de los panes, c. 6
Yo soy la Luz del mundo: Curación del ciego, c. 9
Yo soy la Resurrección y la Vida: Resurrección de Lázaro,
c. 11

7. Discursos importantes: El de la Eucaristía, Pan de Vida.


c. 6 y el de la última cena. cc. 13-17

8. Diálogos:
Con Nicodemo, sobre el nuevo nacimiento del agua y del
Espíritu. c. 3
Con la Samaritana, se revela como Mesías, habla del agua
viva. c. 4
Con Marta y María, c. 11, se manifiesta como nuestra
resurrección y vida.

9. Discusiones, polémicas frecuentes con los fariseos: cc.


7, 8, 10...

10. Utiliza los nombres de Jesús y de Cristo más que los


otros evangelistas:
Jesús: 241 veces (Mt 150; Mc 81; Lc 89). Cristo: 28 veces
(Mt 17; Mc 7; Lc 19)
En total, 269 veces (Mt 167; Mc 88; Lc 108)

11. El agua en Juan:


 El agua del Jordán, agua de conversión; Juan Bautista 2

bautiza en agua, Jesús bautizará en agua y Espíritu


Santo.
 El agua de Caná convertida en vino. Paso de la Antigua
Ley a la Nueva Alianza. Tinajas de agua para las
purificaciones: Ahora la purificación no se hará desde
fuera (agua que lava), sino desde dentro (vino que se
bebe, el Espíritu).
 El agua en el diálogo con Nicodemo, asociada al
Espíritu.
 El agua del Espíritu en el diálogo con la samaritana.
Agua y Espíritu asociados al hablar del Bautismo;
fuente del nuevo nacimiento. Condición para coger este
agua, acoger a Jesús en su humanidad (“Dame de
beber”).
 La doctrina salvadora de Jesús.
 El Espíritu Santo (7, 37-39)
 “Ríos de agua viva manarán de sus entrañas”. Alusión a
la roca del desierto; al agua del nuevo templo; podemos
recordar también el agua que brotó del costado de
Cristo.
 Para la oración: Señor, dame de beber; Como busca la
cierva corrientes de agua...; Lava del todo mi delito...;
Lávame, quedaré más blanco que la nieve; Ven, Espíritu
Santo.

“Se caracteriza por las marcadas diferencias estilísticas y


temáticas, como así también por las divergencias en su
esquema cronológico y topográfico respecto de los otros
tres, llamados evangelios sinópticos.
“Entre las características del Evangelio de Juan, se acepta
ampliamente la de ser un escrito para la meditación en el
que sobresalen los discursos como forma de reflexión en
torno a la figura de Jesús de Nazaret, a quien se presenta 2

desde el prólogo como el Logos, la Palabra eterna de


Dios. Es un evangelio sumamente simbólico y litúrgico,
que enmarca el ministerio público de Jesús en la sucesión
de festividades judías (entre ellas, la Pascua judía, la
Fiesta de la dedicación o de las luminarias y la Fiesta de
los tabernáculos o de las tiendas). Muchos estudiosos han
visto en el Evangelio de Juan un carácter marcadamente
místico”
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El Evangelio de Juan gira en torno a un tema fundamental:
Jesús es el Enviado de Dios, su Palabra por excelencia,
que vino a este mundo para hacernos conocer al Padre. Él
no habla por sí mismo, sino que "da testimonio" de la
Verdad que escuchó del Padre (3. 11-13, 31-34), y toda su
vida es una revelación de la "gloria" que recibió de su
mismo Padre antes de la creación del mundo (17. 1-5).

Con más insistencia que los otros evangelistas, Juan


acentúa la oposición entre Jesús –la "Luz", el "Camino",
la "Verdad" y la "Vida"– y los que se niegan a creer en él,
designados habitualmente con el nombre genérico de "los
judíos".
Jesús no vino a "juzgar" al mundo, sino a salvarlo.
Pero, por el simple hecho de manifestarse a los hombres,
él los pone ante una alternativa: la de permanecer en sus
propias "tinieblas" o creer en la "luz". El que no cree en
Jesús "ya" está condenado, mientras que el que cree en él
"ya" ha pasado de la muerte a la Vida y tiene Vida eterna.

A diferencia de los Evangelios sinópticos, que


mencionan una sola "subida" de Jesús a Jerusalén, este
Evangelio habla de tres Pascuas celebradas en la Ciudad
santa. Más aún, casi toda la actividad pública del Señor, se 2

desarrolla dentro del marco litúrgico de alguna festividad


judía.
En lugar de las parábolas del Reino utilizadas a
manera de comparaciones, tan características de los otros
Evangelios, Juan se vale de breves y expresivas alegorías,
como por ejemplo, la de la vid y los sarmientos y la del
buen Pastor.
También emplea diversos "símbolos" para referirse a
la persona de Jesús y a los bienes que él brinda a los
hombres: en especial, el "agua" y el "pan" le sirven para
hacer una verdadera "catequesis sacramental" sobre el
Bautismo y la Eucaristía.

El autor de este Evangelio vuelve constantemente


sobre los mismos temas, desarrollándolos y
profundizándolos una y otra vez. En cada uno de esos
temas está contenido todo el misterio de Cristo. Pero más
que los "hechos" de su vida, lo que le interesa y quiere
poner de relieve es el "significado" que ellos encierran y
que sólo la fe puede descubrir.
Desde esa perspectiva, Juan interpreta las obras y
amplía los discursos de Jesús, como fruto de una larga y
profunda contemplación. Su objetivo fundamental es
conducirnos a la Vida eterna, que consiste en conocer al
"único Dios verdadero" y a su "Enviado, Jesucristo" (17.
3).
Con razón se ha llamado al Evangelio de Juan el
"Evangelio espiritual".

PARABOLAS Y ALEGORÍAS: En una parábola se usa la


comparación, en las alegorías predomina la metáfora. No
es lo mismo decir: "vosotros sois como la sal de la tierra"
(comparación) que decir: "vosotros sois la sal de tierra" 2

(metáfora).

La metáfora no utiliza ningún nexo para relacionar los


términos en tus ojos son dos luces, hay una directa
sustitución.
Ejemplos de metáforas: La noticia lo golpeó.
Sus palabras fuertes lo incendiaron.
Cuando leía, saltó una página del libro.
Su padre se armó de coraje para realizar ese esfuerzo.
Esa decisión lo colocó entre la espada y la pared.
En la comparación, en cambio, siempre existe una palabra
que sirve para unir estos dos términos semejantes

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