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El tema que vengo a preparar son los medios de resolución alternativos al conflicto.

Para empezar a desarrollar el tema, lo primero a mencionar es que, en conjunto con los criterios
de oportunidad, establecidos en el artículo 19, que funcionan como una excepción al principio de
legalidad, son figuras adoptadas con la finalidad de eliminar de raíz el sistema inquisitivo en
nuestro ordenamiento jurídico.

Nuestro sistema procesal prevé 3 formas o soluciones alternativas al conflicto: La mediación penal,
La suspensión del procedimiento o juicio a prueba y el Juicio Abreviado. Existen ciertas ventajas
que poseen estos mecanismos establecidos en nuestro código procesal, como por ejemplo la
rapidez de solución de los conflictos, una mayor intervención de las partes en la solución de ellos
mismos, y, quizás el más importante, la posibilidad de alivianar los juzgados de causas de menor
cuantía, permitiendo su concentración en casos de mayor relevancia jurídica. También permiten al
Fiscal concentrarse en aquellos procesos en donde se requiere una mayor intervención e
investigación.

En primer lugar, tenemos la mediación. Es un mecanismo no adversarial mediante el cual un


tercero, denominado mediador, genera un acercamiento de las partes involucradas para que las
mismas busquen una solución posible respecto al suceso vital que las tuvo como protagonista.
Resulta de utilidad para dirimir la aplicación de un criterio de oportunidad, pero además de la
suspensión de juicio a prueba, individualización de la pena y condenación condicional. Puede ser
por mediadores públicos o privados. El trámite que prevé el CP es que el MPF decida hacer uso de
la facultad de no promover la acción penal (tiene que ser fundada, fáctica y jurídicamente dentro
del artículo 10), para que el tribunal de la investigación realice un control de legalidad. El juez solo
se limitará a verificar que el fiscal haya decidido en base a una pauta legal. También puede ser a
pedido del imputado, desde el inicio de la IPP hasta cualquier momento de la misma (tiene que ser
fundado). Una vez recibida, el tribunal debe notificar a la víctima, citarla, oírla y permitirle
manifestar oposición. No es condicionante (puede convertir la acción e ir por querella). Admitido
el criterio de oportunidad, la acción judicial se transmita por querella.

En un segundo supuesto, tenemos a la suspensión de juicio a prueba (o del procedimiento).


Popularmente conocido como Probation. Es un trámite que, para que sea válido, el fiscal se tiene
que poner de acuerdo con el imputado y su defensor. Tiene que ofrecer un reparamiento
razonable a la víctima y cumplir los roles de conducta impuestos por el tribunal. Puede ser
interpuesto hasta que se dicte sentencia y desde que se haya receptado indagatoria. La oferta de
reparación debe ser en audiencia, donde se va a oír al imputado y a la víctima y el juez decide
sobre la razonabilidad de dicha reparación. La CSJN determinó que la resolución es apelable (sea a
favor o en contra). El Juez de Ejecución Penal es el encargado de ejercer un control.

Por último, tenemos el instrumento del Juicio Abreviado. Una herramienta incorporada en nuestro
Código procesal que permite al fiscal y al imputado, en conjunto con su defensor, en cualquier
momento de la IPP, la apertura de un procedimiento abreviado. Se hace con un escrito que tenga
los datos del Fiscal, defensor e imputado; el hecho por el que se acusa y su calificación; la pena
solicitada por el fiscal y la conformidad del imputado; requiere la firma del querellante; Si la pena
es mayor a 8 años de prisión, se requiere la firma del fiscal general. Presentado el escrito, se le
corre traslado por 3 días al querellante para que se oponga fundadamente (el Fiscal General
interviene, suscribiendo el acuerdo u ordenando lo que corresponda). El Juez solo se tiende a un
control de formalidad de los requisitos. Luego de dicho acto, se convoca a audiencia pública,
donde se presta la conformidad oral de las partes. El juez puede establecer la atipicidad o reducir
la pena. Puede ser solicitada hasta antes de iniciarse los alegatos propios de la discusión final.

Para finalizar, los autores establecen ciertas críticas con respecto a estos medios. En principal, se
sostiene que existe una violación a la oralidad y publicidad del juicio, ya que la imputada renuncia
a un derecho que posee. También se sostiene que se vulneraría el principio de prohibición de
declaración contra uno mismo, ya que el imputado debe reconocer el hecho delictuoso, como
ocurre en el procedimiento abreviado. Al mismo tiempo, en cuestiones prácticas, se sostiene que
el imputado puede verse persuadido por el fiscal para aceptar el acuerdo, por temor a tener una
pena mayor. Queda a mayor criterio o determinación del fiscal y defensor, teniendo que ejercer
una negociación buena para sus intereses, lo que se puede traslucir en diferentes soluciones a
casos análogos. Y, por último, una de las críticas que se le hacía al sistema anterior era lo
denominado “criterio del tribunal” en donde dependiendo el tribunal competente, un imputado
podía esperar un determinado resultado (ya que, el enfoque del Juez estaba orientado a
determinados delitos en algunos casos), lo que podría ocurrir aquí mismo, ya que, dependiendo de
la subjetividad del fiscal, la negociación puede ser mejor o peor para el imputado.

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