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Por otra parte los iniciadores de la revolución le habían merecido estos juicios:
"Los códigos que consultaban nuestros magistrados no eran los que podían
enseñarles la ciencia práctica del gobierno, sino los que han formado ciertos
buenos visionarios que, imaginándose repúblicas aéreas, han procurado
alcanzar la perfección política, presuponiendo la perfectibilidad del linaje
humano. Por manera que tuvimos filósofos por jefes, filantropía por legislación,
dialéctica por táctica y sofistas por soldados" (1). Crítica exacta, insuperable,
compendió de cuánto se debía censurar a los ilusos fundadores de la patria.
Pero Bolívar no se dió por vencido, con voluntarios y reclutas elevó su partida a
250 hombres, y el 23 de diciembre partió con ellos de improviso sobre Tenerife.
Los enemigos sorprendidos no lo esperaron, al día siguiente entró a la Villa y
proclamó la libertad de navegación del Magdalena. Reunió el Cabildo, y en
ardiente arenga hizo la apología del gobierno republicano. Aumentó su hueste
con muchos partidarios, continuó su marcha, derroté sendos destacamentos en
Plato y Sambrano, y el 27 de diciembre entró triunfante en Mompox. Esta
patriótica Villa lo auxilié con entusiasmo y generosidad insuperables, y Bolívar
partió de ella el 29 de diciembre con 500 hombres en una escuadrilla de los
mejores buques del lugar. El español Capmani con tres compañías evacuó el
Banco, donde entró Bolívar el 10 de enero. Lo acompañaban numerosos
momposinos entusiastas de la libertad. Tales fuéron sus primeros hechos de
armas, con los cuales quedaron restablecidas las comunicaciones de
Cartagena con el interior del virreinato.
Liberación de Ocaña.
Los españoles habían reunido 640 hombres para defender a Ocaña, apoyo
principal de Santa Marta, pero atemorizados por la rapidez del insurgente
evacuaron la plaza y lograron retirarse embarcados por el río César en
dirección de la Villa de Upar. Adelantándose Bolívar les cortó la retirada en el
sitio de Chiriguaná donde se vieron obligados a combatir desde sus buques a
los situados en la orilla con gran desventaja; los principales fuéron vencidos y
los restantes tuvieron que capitular poco más adelante. Grupos enemigos
existentes en la región se reunieron en Tamalameque y fuéron derrotados
escapándose con muy pocos hombres los oficiales españoles Capmani y
Capdevila (2).
Luego le fué muy fácil a Bolívar ocupar la ciudad de Ocaña por su escasa
guarnición, acobardada por los golpes dados a las diferentes columnas
realistas de la provincia. Llegó el 8 de enero a Puerto Real y enseguida liberté
la mencionada ciudad de Ocaña, oprimida por los realistas de Santa Marta.
Este acto tuvo grande influencia en los acontecimientos posteriores.
En defensa de Pamplona.
El camino de Ocaña a Salazar seguía algunas leguas por una áspera meseta,
ascendía luego los estribos de la serranía por los Callejones o grietas de piso
húmedo y resbaloso abiertas por las aguas, y luego continuaba por el filo
escarpado de las montañas, bajo frecuentes lluvias en regiones frías y
despobladas. Era la primera marcha de esta clase del caudillo que debía cruzar
la cordillera de los Andes en varias direcciones.
La columna de Correa.
El coronel Correa había diseminado sus tropas: sólo tenía 750 hombres en
Cúcuta, 200 en San Cayetano, como vanguardia, 240 más adelante en Salazar
y 100 en el Alto de la Aguada, en junto 1.300 hombres, y esperaba las tropas
de los llanos para proceder a la invasión, pero éstas dilatarían en llegar, por
falta de muchos elementos necesarios a una expedición tan importante. La
decisión de Monteverde a este respecto era firme y segura: como socorro a la
empresa en proyecto había mandado en una goleta armas y municiones a la
ciudad de Santa Marta.
Combates parciales.
Batalla de Cúcuta.
28 de febrero de 1813.
Predice el futuro.
Notas: