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¿Se puede afirmar que Proverbios 17:8 legítima el soborno?

Ruben Videira Soengas

“Piedra preciosa es el soborno para el que lo practica;


Adondequiera que se vuelve, halla prosperidad,”
Proverbios 17:8

A simple vista este versículo parece animarnos a que nos sobornemos unos a otros. Sin
embargo una lectura más cuidadosa probará justo lo contrario. Algunos dicen que Proverbios
17:9 justifica el soborno, mientras no sea para corromper la justicia. Lo que condena este
versículo es recibir un soborno.1 Pero, veremos lo opuesto, este versículo condena tanto el
recibir como el dar lo que sea, con el objetivo de sobornar.

El contexto de este versículo esta constituido de una serie de proverbios centrados en el


hogar, concretamente en el tema del habla en el ámbito doméstico (17:1–6), y de manera
específica alabando una manera de hablar que es productiva (17:4–5), en contraste con los
labios del necio y la lengua del malvado (17:4, 7). A continuación, este contexto se extiende
a las relaciones con el prójimo, y los peligros de relacionarse con un necio. Es este contexto
de alarma donde se encuentra Proverbios 17:8.

Para comprender este versículo necesitamos responder a una serie de preguntas, tanto léxicas,
como gramaticales, y teológicas. En el apartado léxico nos encontramos con cuestiones
como, el término hebreo para “soborno,” ¿se refiere a eso mismo, o puede también tener un
uso neutral, como por ejemplo, “regalo”? ¿de qué tipo de prosperidad está hablando? Las
preguntas gramaticales estarían relacionadas con las palabras “piedra preciosa,” ¿es lo que da
aquel que lo práctica? O ¿lo que recibe? ¿Cuál es el sujeto de “soborno”? Finalmente, la
pregunta teológica, ¿qué tipo de ética está enseñando este proverbio?

Tanto BDB2 como HALOT3 reconocen que la palabra “soborno” puede tener tanto
connotaciones negativas (“soborno”) como positivas, (“regalo”). Pero es interesante observar
que de las 21 veces que esta palabra aparece en el Antiguo Testamento, 16 tienen
connotaciones negativas. Por ejemplo, la Ley maldice a aquellos que ofrecen un soborno
(Deu 27:25). 2 Crónicas 19:7 habla de un sistema judicial justo debido a que Jehová no puede
ser sobornado. Ezequiel habla del soborno como un pecado a la par del derramamiento de
sangre (Eze 22:12). En el libro de Proverbios el soborno es uno de los recursos del adúltero
(6:5) y el hombre malvado (17:23). Llama la atención que a lo largo y ancho de los cuatro
géneros literarios (ley, historia, profecía, y sabiduría) está palabra se utilice principalmente de
una manera negativa.

En tres de las otras ocasiones en las que su uso negativo no es tan claro, el contexto es de
relaciones internacionales (Isa 45:13; 2 Reyes 16:2-4, 1 Reyes 15:19). Los otras dos

1
Véase Walter C. Kaiser, Jr., Peter H. Davids, F. F. Bruce and Manfred T. Brauch, Hard Sayings of the
Bible (Downers Grove, Il: InterVarsity, 1997), 286.
2
“‫שֹׁחַד‬,” BDB, 1005.
3
HALOT, “‫שֹׁחַד‬,” 2:1457.
instancias en que aparece dicha palabra son más difíciles de aclarar (Pro 17:23; 21:14).
Podría ser que su naturaleza fuese neutral, sin embargo el contexto en el que la acción de dar
el regalo tiene lugar es un contexto de secretismo, y el libro de Proverbios no alaba aquello
llevado acabo en secreto.4 Por lo tanto lo más lógico es concluir que la palabra hebrea se
utiliza en Proverbios 17:8 con connotaciones negativas.

A mayores determinar a qué se refiere la frase “piedra preciosa” nos ayudará a establecer
quién es el que práctica el soborno, y cómo. Es decir, el que soborna da el regalo o demanda
algo de la victima. HALOT define “preciosa” como “una piedra mágica, que produce favor.”5
También la expresión “para él que,” literalmente “a los ojos del,” denota el estado de
autoengaño de un necio que depende sólo de su propia opinión (Prov 12:15; 16:2; 21:2; 26:5,
12, 16; 28:11; 30:12).6 Lo más probable, por lo tanto, es que esta frase quiera expresar el
deseo de algo favorable a los ojos de un necio, cegado por su propia necedad. Va más allá
que un simple amuleto mágico. Por lo que la piedra preciosa es aquello que él que quiere
sobornar está buscando. Sin embargo, dado que la frase “para el que lo práctica,”7 enfatiza
posesión8 el soborno es por naturaleza también una piedra preciosa para él que “lo posee.”
Así que podemos concluir que la frase “el que lo práctica” se refiere no sólo a la persona que
intenta ofrecer un soborno, sino que también a la que busca conseguir beneficio a través del
acto de sobornar.9

Esto se ve con mayor claridad a la luz de la siguiente frase del paralelismo, “Adondequiera
que se vuelve halla prosperidad,” (RVR), La palabra en español “adondequiera” es la
traducción de tres palabras hebreas: una preposición (hacia), un adverbio (todo) y un
pronombre relativo (aquel), que funciona como el sujeto del verbo “vuelva.” La preposición
“hacia,” indica movimiento, dirección. A menudo se emplea para indicar interés hacia algo o
alguien,10 y aunque puede tener una función locativa en este caso no parece ser la traducción
más acertada. Ya que el pronombre relativo no hace referencia a un antecedente anterior, y
además concuerda en número y en persona con el verbo “vuelve.” Con lo que una traducción
más exacta sería “todo aquel.”11 Así que si la frase “el que lo practica” en la primera mitad
del paralelismo se refería a aquel que intentaba conseguir algo precioso a través del soborno
(aunque, como se mencionó, también tiene implicaciones para el que ofrece el soborno), esta
segunda frase no se refiere al soborno en sí, sino a aquel que se da la vuelta para recibirlo y

4
Veáse Bruce K. Waltke, The Book of Proverbs. Chapters 15-31, The New International Commentary
on the Old Testament (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 2005), 48-49..
5
HALOT, ¨ ‫חֵן‬,¨1:332.
6
Veáse William David Reyburn and Euan McG. Fry, A Handbook on Proverbs, UBS handbook series;
Helps for translators (New York: United Bible Societies, 2000), 370.
7
Una sola palabra en Hebreo: “dueño.”
8
Veasé HALOT, “‫ ַבּעַל‬,” 1:142-43.
9
Véase Carl Friedrich Keil and Franz Delitzsch, Commentary on the Old Testament. (Peabody, MA:
Hendrickson, 2002), 6:237. A mayores veáse D. Montgomery, “A Bribe is a Charm”: A Study of Proverbs
17:8,” The Way of Wisdom (Grand Rapids: Zondervan, 2000), p. 139.
10
HALOT, “‫ ֶאל‬,” 1:50.
11
Bruce K. Waltke and Michael Patrick O'Connor, An Introduction to Biblical Hebrew Syntax
(Winona Lake, IN: Eisenbrauns, 1990), 334.
lograr algún beneficio. A pesar de que la palabra (prosperidad) se emplea a menudo
positivamente para hablar de un sabio o inteligente, en este caso, debido al contexto, la idea
de éxito a nivel genérico expresaría mejor su significado.12

Esto es importante porque desvía la atención sobre la acción específica y la pone sobre el
contexto que rodea a dicha acción. Es decir, el proverbio no está necesariamente describiendo
al que da o recibe el soborno, sino a la corrupción inherente a la acción de sobornar, tanto se
reciba como se entregue.

K. Farmer explica que el vocabulario de este proverbio no alude a una certeza absoluta, ni tan
siquiera por parte del sobornador. Lo único que expresa es que piensa que sobornar le llevará
al éxito. De hecho, ni tan siquiera lo haría. Esta hablando de la opinión del sobornador, no de
un principio ético absoluto.13

Llegados a este punto, estamos listos para explicar el significado del versículo. La frase
“Piedra preciosa es el soborno para el que lo práctica,” no está alabando dicha práctica. Al
contrario, sólo pone de manifiesto que tanto para el que ofrece como el que exige un soborno,
tal soborno es para obtener algo favorable, o precioso a sus ojos. Ojos cegados por su propia
necedad. La segunda frase, no promete sabiduría allí donde va el “soborno.” Sino que
continuando con la idea inicial expresada en la primera mitad del versículo, el autor, ahora
quiere enfatizar que todo aquel que se involucra con un soborno es porque piensa que puede
obtener algún tipo de beneficio o éxito. Por tanto, el versículo en sí no justifica el aceptar o
intentar sobornar. Sino que explica la razón por la que el necio soborna.

De hecho la frase “a los ojos de,” está introducida por una preposición de estimación, lo que
implica que algo es verdad sólo para el sujeto, y de hecho no tiene porque estar basado en la
realidad. Esta frase aparece cerca de 140 veces en el Antiguo Testamento. Un cuarto de esas
instancias ocurren en el libro de Proverbios, y ocho de esas veces se emplea para expresar un
estado de autoengaño, hablando de los que son puros (16:2, 30:12), justos (12:15; 21:2) y
sabios (26:5, 12, 16; 28:11) a sus propio entender, en otras palabras, los necios. Al comparar
cada uno de estos proverbios en donde aparece dicha construcción junto con nuestro pasaje el
aspecto negativo que conlleva se hace todavía más evidente.

Por lo que, concluimos que Proverbios 17:8 no sólo explica el porqué un necio intentaría
sobornar a o aceptar el soborno de alguien, sino que está irónicamente criticando la falsedad
del pensamiento del necio, quien piensa erróneamente que el soborno le traerá éxito. El
sobornador cree que actuó sabiamente al sobornar a alguien y conseguir con éxito el
resultado favorable esperado. Sin embargo, tal persona es sabia en su propio entendimiento, y
el libro de Proverbios claramente enseña que la sabiduría del necio y su aparente éxito son
temporales, esperando que llegue su momento para evaporarse como el roció de la mañana.14

12
Fry and Reyburn, 371. Veáse también, HALOT, “‫שׂכל‬,” 2:1328.
13
K. Farmer, Who Knows What is Good? A Commentary on the Books of Proverbs and Ecclesiastes
(Grand Rapids: Eerdmans, 1991), p. 88.
14
Para una discusión más detallada véase Montgomery, 139.

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