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EN MATEMATICAS) - (551118A_764)
2020
Actividades a desarrollar
Una vez realizadas las lecturas de la unidad 1 cada estudiante subirá al foro colaborativo un
documento Word con las respuestas a las cinco preguntas orientadoras que suponen una lectura de
la bibliografía requerida. En dicho foro discutirán cada una de las respuestas dadas por sus
compañeros con el objeto de unificar las respuestas en un solo documento que se cargará en el
entono de evaluación y seguimiento. No se trata de escoger las mejores respuestas sino de construir
conjuntamente las respuestas a cada pregunta.
Preguntas orientadoras:
los procesos de significación y comunicación en las implicaciones entre cultura y lenguajes, son las
diferentes articulaciones en contratadas en la narración del entre texto y discursos. Reflexiona sobre:
efectos de sentido; comunidades creativas y organizaciones colaborativas; interacción, lenguajes en
acción, medios de comunicación, tecnologías, actores sociales, condiciones de comunicación,
discurso e información; y los vínculos del contexto son trabajados para la construcción de contextos
indicadores de directrices proyectuales para la producción de artefactos comunicacionales. La
metodología comprende procesos, en la perspectiva del designé estratégico, de del discurso, en la
perspectiva de semiótica y de los artefactos comunicacionales, enfocados en la perspectiva de
mediaciones dentro del proceso psicolingüístico que combina pensamiento y lenguaje para
interpretar la realidad y convertirla en significación; Resultando ese panel de culturas mediadas por
las tecnologías digitales las representaciones simbólicas en las prácticas sociales, las comunidades
de interpretantes como sujetos promotores de la innovación y de las mediaciones tecnológicas como
agentes de la interacción.
La importancia del lenguaje radica que en las palabras y expresiones no escritas ni habladas dentro
de la comunicación entre las personas son fundamentales para todos los aspectos y todo tipo de
interacciones en la vida cotidiana. Siempre usamos el lenguaje como herramienta de información
(oral, no oral y escrita) dentro de la comunicación entre las personas que nos rodean y mediante el
lenguaje es cómo podemos expresar lo que sentimos, lo que deseamos, lo que aprendemos y
comprendemos, un poco mejor si cabe, el mundo que nos rodea.
Las personas se comunican eficazmente usando las palabras aprendidas del lenguaje materno y
académico. Aparte de las palabras, usamos gestos no verbales con nuestro movimiento del cuerpo
y también utilizamos diferentes tonalidades en la voz; Un ejemplo claro es que no usamos el mismo
lenguaje al tratar con nuestro jefe que al comunicarnos con nuestro sobrino de 3 años.
Las expresiones primeras del niño tan creativas y originales, van siendo muchas veces reprimidas
por excesivas correcciones, orientadas todas solo a la perfección de códigos; por otro lado, la
expresividad es frenada por inadecuados modelos estereotipados, vacíos, o en el mejor de los casos
no son estimuladas por un maestro que no exige, no busca, no se apoya en la imaginación y
fantasma infantil. Cada vez le hacemos más difícil al niño expresarse. Cada vez tiene menos cosas
que decirnos de su cosecha, pues los ejercicios que le proponemos no tienen nada que ver con su
mundo. Los estudiantes, en ocasiones, se sienten incompetentes, incapaces de producir, de hacer
un cuento, porque sienten que tienen que hablar con palabras ajenas. Es obligada la referencia a los
elementos motivacionales orientados al aprendizaje del lenguaje y la comunicación. El niño debe
sentir la necesidad de utilizar bien el lenguaje, de conocerlo, pero debe enfrentarlo como un recurso
útil para su comunicación con los demás y no solo como una materia escolar que se termina en un
curso con la calificación de su maestro. El análisis realizado de las interacciones verbales maestro y
alumno durante las clases indican que los maestros llevan a la voz cantante" y son los que hacen
uso de la palabra durante casi todo el tiempo. El porciento de la clase en que los alumnos hablan es
mínimo y casi siempre dedicado a responder preguntas que hace el maestro; existen pocas
posibilidades para que ellos expresen ideas y sus puntos de vista; la mayor parte de las preguntas
que se realizan en las clases son de respuestas limitadas, no de elaboración personal, que le sirva
al maestro para saber, por ejemplo, si memoriza algo que funciona como conocimiento propedéutico
para un nuevo aprendizaje, o un cálculo para realizar bien una operación o preguntas cortas para
ver si siguen el curso de su explicación.
3. ¿Cómo los educadores pueden hacer comprender a los educandos el papel que juega
el lenguaje en sus procesos de aprendizaje?
4. ¿Cuál podría ser el papel de los “juegos del lenguaje” con el aprendizaje en la
escuela?
Parece que, por tratarse de relaciones tan evidentes en estos niveles de formación, con frecuencia,
son desatendidas por la pedagogía y las propuestas curriculares. Así, por ejemplo, cuando
examinamos los indicadores de logros para el nivel preescolar notamos de inmediato la escasa
importancia que se concede a los aspectos lúdicos dentro de las distintas dimensiones del
aprendizaje allí contempladas. Lo lúdico se sitúa exclusivamente dentro de lo corporal "participa, se
integra y coopera en actividades lúdicas en forma creativa, de acuerdo con su edad" y la dimensión
ética, actitudes y valores participa, se integra y coopera en juegos y actividades grupales que
permiten reafirmar su yo ; colabora con otros en la solución de un conflicto que se presente en
situaciones de juego y valora la colaboración como posibilidad para que todas las partes ganen,
limitando de esta forma los alcances del juego en una visión integral de la formación humana. De
otra parte, si bien los programas escolares ";formalmente" conceden un espacio vital a las
actividades del lenguaje dentro de la "dimensión comunicativa " poco enfatizan en aspectos
concomitantes como los de la cognición y la interacción social, olvidando que el lenguaje, como
capacidad específicamente humana, se constituye en creador de mundos, puesto que con la palabra
se asigna significación a la experiencia, se construyen los nexos de la interacción y se expresa el
mundo natural y social.
5. ¿En qué consisten “los actos de habla” de Austin y Searle y cuál podría ser su aporte
a la enseñanza de las matemáticas?
Si queremos tener una visión panorámica de las principales tendencias de los estudios de la
argumentación, podríamos clasificarlas en tres grupos: uno descriptivo, otro normativo y, finalmente,
uno pragmático-normativo. Las teorías descriptivas de la argumentación, propias de los estudios de
lingüística y pragmática, tratan de construir descripciones de los usos argumentativos tal y como se
presentan en el lenguaje ordinario, dejando de lado el componente normativo y, por ende, un
cuidadoso estudio de falacias o errores de razonamiento, tan común para los estudios filosóficos de
la argumentación.
La tendencia antagónica, las teorías normativas de la argumentación, construyen un ideal filosófico
de razonabilidad y a partir de éste se desarrollan diferentes modelos explicativos de la
argumentación. En esta tendencia podemos encontrar dos tipos de estudios: la lógica teórica
(deducción e inducción) y la lógica retórica. La lógica teórica trabaja con argumentos normalizados
que permitan identificar las nociones y relaciones que interesan al análisis lógico formalizado. Un
argumento viene a ser aquí una secuencia textual de proposiciones que se subdividen en dos grupos:
premisas y conclusiones. Las relaciones que guardan estos dos grupos de proposiciones pueden
variar dependiendo del modelo ideal que se adopte. De esta manera, en la lógica deductiva, si las
premisas y la conclusión guardan una relación tal que aceptada la verdad de las premisas se acepta
la verdad de la conclusión, entonces nos encontramos frente a un argumento válido. En este caso lo
que garantiza el paso de las premisas a la conclusión son las reglas de inferencia lógica, que desde
el silogismo categórico hasta los estudios de lógica matemática contemporáneos han desarrollado
los lógicos formales.
La lógica inductiva por su parte, no defiende un modelo de racionalidad tan fuerte, en este caso lo
relevante es que las premisas generen una alta probabilidad para que la conclusión sea aceptada,
en virtud del estado de la ciencia en la que se produce el argumento. De esta manera, a los
argumentos no se les controla su fuerza conclusiva o validez, sino su fuerza inductiva o corrección.
La lógica retórica, por su parte, no adopta un modelo de racionalidad abstracto como el de la lógica
teórica. La suya es una concepción de la razonabilidad que se centra en los estándares de ella
prevalecen en una comunidad dada. De esta manera, su ideal de razonabilidad está ligado a un
determinado auditorio, es decir, a un grupo particular de personas, en un cierto tiempo y lugar. Por
esto el enfoque retórico puede ser caracterizado como antropológico-relativista. Ello es lo que
garantiza la fuerza persuasiva de los argumentos, es decir, la capacidad que tienen los mismos para
inducir ciertas creencias o disposicio-nes en el ánimo de un auditorio.