Debido a una profecía hecha al na- apenas signo es de estrellas
cer, el príncipe Segismundo ha pa- —gracias al docto pincel—, sado toda su vida encerrado en una cuando, atrevido y crüel, prisión por orden del Rey, su padre. la humana necesidad le enseña a tener crueldad, ¡Ay mísero de mí, y ay infelice! monstruo de su laberinto; Apurar, cielos, pretendo, ¿y yo, con mejor instinto, ya que me tratáis así, tengo menos libertad? qué delito cometí contra vosotros naciendo. Nace el pez, que no respira, Aunque si nací, ya entiendo aborto de ovas y lamas, qué delito he cometido; y apenas bajel de escamas bastante causa ha tenido sobre las ondas se mira, vuestra justicia y rigor, cuando a todas partes gira, pues el delito mayor midiendo la inmensidad del hombre es haber nacido. de tanta capacidad como le da el centro frío; Sólo quisiera saber ¿y yo, con más albedrío, para apurar mis desvelos tengo menos libertad? —dejando a una parte, cielos, el delito del nacer—, Nace el arroyo, culebra ¿qué más os pude ofender, que entre flores se desata, para castigarme más? y apenas sierpe de plata, ¿No nacieron los demás? entre las flores se quiebra, Pues si los demás nacieron, cuando músico celebra ¿qué privilegios tuvieron de las flores la piedad que yo no gocé jamás? que le dan la majestad del campo abierto a su huída; Nace el ave, y con las galas ¿y teniendo yo más vida, que le dan belleza suma, tengo menos libertad? apenas es flor de pluma, o ramillete con alas, En llegando a esta pasión, cuando las etéreas salas un volcán, un Etna hecho, corta con velocidad, quisiera sacar del pecho negándose a la piedad pedazos del corazón. del nido que deja en calma; ¿Qué ley, justicia o razón ¿y teniendo yo más alma, negar a los hombres sabe tengo menos libertad? privilegio tan süave excepción tan principal, Nace el bruto, y con la piel que Dios le ha dado a un cristal, que dibujan manchas bellas, a un pez, a un bruto y a un ave?