Está en la página 1de 7

LECCIÓN 1. ¿QUÉ ES LA LITERTURA?

Niveles conceptuales.

Vamos a establecer tres niveles de profundidad para definir el concepto


‘literatura’: el etimológico, el popular y el disciplinar. Etimológicamente,
literatura es un término proveniente del latín littera, ae, que significa
simplemente letra. Es así como puede transitarse hacia el nivel popular del
término: literatura es todo aquello que se relaciona con las letras, esos signos
convencionales que forman un código fonético y que en conjunción construyen
palabras que pueden pronunciarse y que engloban ideas para la comunicación.
Esto se llama ‘doble articulación de la lengua’: una letra tiene sonido, pero no
significado. Pero la conjunción de sonidos de las letras articula palabras con
sonido y significado: se pueden pronunciar y encierran conceptos. Asimismo, la
unión ordenada de conceptos (palabras) con sonido y significado construye ideas
completas y complejas: el enunciado.

El primer problema de las definiciones anteriores es que consideran al concepto


de forma excesivamente general. Todo conjunto de letras que formen una
palabra con sonido y significado sería automáticamente considerado como
literatura: desde el rótulo de un negocio hasta la frase coloquial publicada en
cualquier revista o periódico. El segundo problema radica en la oralidad: no todo
lo que está escrito es literatura, ya se dijo, pero tampoco toda la literatura está
escrita; de hecho, la literatura es más antigua que la propia escritura y se
generaba de manera oral y con asiento memorístico no material. Por lo anterior,
si consideramos que todo lo escrito es literatura extendemos sus fronteras y la
hacemos inabarcable; pero si pensamos que sólo lo que está escrito es literatura
la limitamos demasiado al excluir la milenaria tradición oral de su ámbito de
injerencia.

Es necesario, entonces, involucrar un elemento más en la definición de


literatura, uno que resulte determinante. El elemento indicado es la belleza. Un
problema más: la belleza es una categoría subjetiva y contextual, convencional.
Es bello lo que un conjunto de especialistas determina, con criterios cambiantes,
que cumple con ciertas reglas: el canon. No en vano existe la estética; rama de
la filosofía encargada de estudiar los fenómenos relacionados con la belleza. Una
obra escrita (u oral) debe ser bella para ser considerada como literatura. Y algo
más: la literatura es una construcción eminentemente humana y todo lo que el
ser humano construye es arte (del latín ars, habilidad para hacer algo). La
literatura es un bello arte.

Las bellas artes y la literatura.

Son seis las bellas artes de acuerdo con la clasificación clásica. La pintura, la
escultura, la arquitectura, la danza, la música y la literatura. En ese orden. Las
tres primeras son externas porque expresan una interpretación humana de la
realidad a partir de elementos de la naturaleza, la cuarta y quinta internas
porque usan el propio cuerpo humano, sus partes y pulsiones, como instrumento
de expresión de los sentimientos que la realidad provoca en el ser humano. De

1
las externas primero es la pintura porque es la forma de expresión humana
primigenia: en un intento por reproducir la realidad el hombre primitivo utilizó
los materiales a su alcance y las figuras básicas de punto y línea para desarrollar
las primeras técnicas pictóricas en las mismas paredes de sus toscas moradas.

Cuando el ser humano fue capaz de usar materiales más sólidos y otorgar una
tercera dimensión a sus creaciones nació la escultura. Cuando las formas y
estructuras creadas escultóricamente se convirtieron en espacios habitables
apareció la arquitectura. La danza y la música van de la mano con el latir del
corazón y el movimiento y ritmo naturales del ser humano en concordancia con
su estado de ánimo. La conjunción de sonidos y silencios, la creación de armonías
y melodías dio nuevo sentido al movimiento corporal y lo dotó de expresión. La
danza y la música se convirtieron en lenguajes primigenios de comunicación y
armonía con la naturaleza, con los individuos semejantes, con lo divino.

El sexto bello arte, la literatura, finaliza la lista porque, de una u otra manera,
resulta ser el medio de expresión humana más acabado de todos. No sólo
conjunta las artes anteriores, sino que las refina. La literatura cuenta historias
que expresan algún aspecto de la realidad y que incluso pueden hacer sentir a
quien las escucha o las lee que se trata de asuntos reales, verdaderos, pero que
en realidad no lo son, son ficción. Usa las artes externas para crear los espacios
donde suceden los hechos que narra; utiliza recursos de las artes internas para
dotar a las historias de ritmo, de intención, de movimiento; para dar identidad
y personalidad a los personajes. Incluso el cine, el llamado séptimo arte, depende
de la literatura para crear sus productos, al igual que el radio, la televisión y los
contenidos de entretenimiento en la red. Todo esto es literatura aderezada de
tecnología y tampoco resulta nada nuevo, en la antigüedad ya existía y aún
sigue teniendo un público numeroso: se llama teatro.

ESQUEMA 1. LAS BELLAS ARTES.

PINTURA
ARTES EXTERNAS

ESCULTURA

ARQUITECTURA

LAS BELLAS ARTES


DANZA
ARTES INTERNAS

MÚSICA

LITERATURA

2
ESQUEMA 2. LAS BELLAS ARTES Y SU MEDIO DE EXPRESIÓN.

BELLO ARTE MEDIO DE EXPRESIÓN


PINTURA PUNTOS, LÍNEAS, FORMAS EN DOS DIMENSIONES
ESCULTURA FORMAS, PLANOS Y TEXTURAS EN TRES DIMENSIONES
ARQUITECTURA PLANOS, FORMAS Y ESTRUCTURAS QUE DELIMITAN
ESPACIOS
DANZA MOVIMIENTO CORPORAL CON RITMO Y CADENCIA.
MÚSICA SONIDOS Y SILENCIOS CON RITMO, MELODÍA Y
ARMONÍA
LITERATURA LA PALABRA HABLADA, ESCRITA, REPRESENTADA.

Las categorías estéticas.

Las bellas artes provocan sentimientos y emociones en los seres humanos


quienes, ante una obra artística, experimentan placer. Sin embargo, el placer
estético no proviene siempre del mismo tipo de sensación y, por tanto, su
talante es diferente y provoca también distintas reacciones en el espectador
que, en su conjunto, representan la experiencia estética que sustenta la
importancia de la obra de arte.

Por ello la belleza, como principio canónico del arte, se convierte en una
búsqueda constante y el artista en un insatisfecho permanente: la realidad no
es perfecta sino irregular, no es ideal ni esencial sino material, no es abstracta
sino concreta, no es absoluta sino relativa, no es eterna sino finita. La vida
camina hacia la muerte. Lo bello caduca. Esta contradicción es inherente al arte
como expresión humana vital y se traduce en un complejo de opuestos
complementarios que se denominan categorías estéticas y que producen
diferentes tipos de placer estético.

Las cuatro categorías estéticas fundamentales son lo bello, lo feo, lo trágico y


lo cómico. Tienen cada una su grado superlativo en lo sublime, lo grotesco, lo
patético y lo ridículo. Lo bello, como ya se mencionó, se relaciona con lo bueno,
armónico, proporcionado y regular, mientras que lo feo constituye lo contrario:
malo, irregular, desproporcionado, discordante. Lo sublime representa la
perfección de la belleza, el ideal inefable; lo grotesco la exacerbación de la
fealdad, lo real tangible, lo que se quiere erradicar con el arte pero que forma
parte de la estética como fundamento: no se puede alcanzar lo sublime sin
querer huir de lo grotesco; se vuela hacia lo ideal desde lo real.

Por su parte, lo trágico y lo cómico son los otros dos opuestos que se
complementan. En su búsqueda de lo sublime, el ser humano transita de lo bello
hacia lo trágico. La tragedia representa el contacto con la realidad, la lucha de
la vida como ideal contra la muerte, la certeza de lo material y lo efímero, de la
imposibilidad de erradicar la fealdad. De ahí surge el patetismo: lo patético es lo
trágico llevado al extremo, lo funesto sufrido con angustia máxima. Pero nadie
puede soportar un sufrimiento así de manera permanente, por lo que lo patético
va decayendo en paulatina aceptación y la visión miserable de la realidad

3
comienza a causar risa y aceptar burla. El ser humano aprende a aceptar con
humor su propia imperfección y transita entonces hacia lo cómico. Cuando la
comicidad se convierte en burla y sarcasmo extremos hablamos entonces de lo
ridículo; la exaltación de lo imperfecto.

Así, vivir significa, desde el punto de vista del arte, transitar constantemente
del ideal de belleza que busca sublimarse, hacia lo material y grotesco que, en
primer término resulta una tragedia (que puede tocar el patetismo) y que
termina siendo una comedia (capaz de alcanzar lo ridículo). Sólo en contacto
con los extremos el alma humana es capaz de alcanzar breves momentos de
sublimación resultantes de diferentes sentimientos experimentados durante
este proceso: la tristeza y la alegría, la ira y la pasión, la hilaridad y la gracia, el
odio y el amor. Las obras artísticas abordan fundamentalmente estos temas.

ESQUEMA 3. LAS CATEGORÍAS ESTÉTICAS.

LO IDEAL

GRACIA PASIÓN
SUBLIME

BELLO

TRISTEZA
ALEGRÍA

RIDÍCULO CÓMICO EL SER TRÁGICO PATÉTICO

FEO

HILARIDAD IRA

GROTESCO

LO REAL

4
Origen de la literatura.

La literatura se convierte en la más compleja de las bellas artes por una razón
más: es completamente abstracta. Surge como resultado de la capacidad
humana de construir universos a partir del resultado de su imaginación. Dichos
universos parecen reales, a veces hasta se confunden con la realidad y
desearíamos que lo fuesen, pero son ficticios, o sea, no existen más que como
manifestaciones de la inventiva del ser humano, único animal dotado de la
capacidad de mentir y creer en sus propias mentiras precisamente por la
estructura tan acabada de las mismas. Las demás bellas artes pueden tener
aplicaciones materiales tangibles diversas y dependen de la materia, en mayor
o menor medida, para realizarse. La literatura no; a la literatura le basta un
individuo capaz de imaginar, de transformar lo que le pasa, lo que ve, lo que
percibe, en historias verosímiles; ese individuo está determinado a contarlas y
cuenta, además, con uno o varios sujetos dispuestos a escuchar y disfrutar con
las narraciones.

Tales historias podrían versar sobre asuntos fantásticos, increíbles o tan lejanos
a la cotidianeidad de los escuchas que resulta fácil entender el porqué de su
éxito. Pero también podía tratarse de cuestiones convencionales, cosas que le
suceden a todos, comunes y corrientes. ¿Por qué entonces resultaban tan
atractivas? Por la forma en que eran contadas, por el ritmo y la emoción que se
imprimía en su narración, por la exaltación de ciertos personajes o acciones,
porque, regularmente, contaban cosas de manera ideal, porque en todo este
proceso estaba presente la belleza y el placer. La literatura, a diferencia de la
historia, es la realidad no como es, sino como pudo ser. Así nació la literatura.
El libro, las historias fijadas en un asiento material, son posteriores y
constituyen tan sólo un medio, pues el cierre del ciclo siempre será el lector,
escucha o espectador de la historia escrita, contada o representada.

Entonces la literatura es forma sobre fondo: no importa lo que se cuente, tanto


como la forma en la que se cuenta. Mientras que a la historia se le exige verdad
a la literatura se le acepta verosimilitud; mientras que la historia informa, la
literatura emociona. La literatura, entonces, es ficción. En palabras de John
Sutherland (1938), la literatura cuenta mentiras, pero de ella pueden extraerse
grandes verdades. A partir de las reflexiones anteriores hemos de extraer una
definición del concepto de literatura con la que trabajaremos de aquí en
adelante.

Construcción de una definición.

Podemos decir entonces, de forma general, que Literatura (así, con mayúscula,
porque ya hablamos de una disciplina de estudio extraída de las reflexiones
anteriores) es la más acabada de las bellas artes cuyo fin es la representación
de la realidad (fondo) de una forma bella, que exalte los sentidos y provoque
placer estético de alto nivel (forma). Dicha representación puede realizarse
utilizando diversos recursos (oralidad, escritura, montaje escénico) y ritmos
(prosa, verso), además de que puede tener diferentes estilos con características
contextuales particulares (corrientes) y estructuras específicas (géneros), pero

5
siempre utilizará la palabra, hablada o escrita, como medio principal de
expresión.

También podemos hacer extensiva la definición al conjunto de producciones del


entendimiento humano construidas con la palabra a través del tiempo en
diversos lugares del mundo, con diversos estilos, en distintos contextos y con
fines estéticos. Esto último es muy importante ya que el término, en este caso,
puede extenderse a las obras escritas sobre diversas ramas de la ciencia
(literatura médica, literatura jurídica, etc.) que no tienen como objetivo agradar
sino informar. No hablaremos aquí de ese tipo de literatura, sino de la que está
fundamentada en la ficción como elemento principal y en el placer estético
como objetivo primordial.

Así, existen otros conceptos, relacionados con la definición de Literatura que ya


establecimos, que es necesario abordar para que la comprensión del asunto sea
más completa. Se dijo ya que la Literatura toma elementos de la realidad para
construir la ficción y que con esta construcción (obra literaria) pretende causar
una sensación placentera en el escucha, el lector o el espectador de una obra.
De este hecho se desprenden entonces tres elementos importantes: el acto
mismo de imitación de la realidad, la representación, que es el universo ficticio
creado, y la reacción que esta construcción provoca. Al primer fenómeno se le
denomina mimesis; al segundo, diegesis; al tercero, catarsis.

Los tres términos provienen de vocablos griegos y son de difícil traducción.


Mimesis (μίμησις) puede traducirse como imitación: la imitación de la
naturaleza como principio del arte que, en el caso de la literatura, produce un
discurso, una obra que utiliza palabras para intentar una representación de la
realidad ‘natural’ que siempre es subjetiva, incompleta, sesgada, parcial: eso es
lo que la hace única, rica, irrepetible, humana, artística. No real, sino ficticia.

El universo ficticio construido en el discurso resultante de la mimesis se


constituye como diegesis (διήγησις): relato explicación, exposición. Es el tiempo,
el espacio y los personajes del relato en conjunción, las mismas coordenadas que
utiliza la Historia para exponer la realidad, sólo que en este caso los personajes,
el espacio y el tiempo no son reales sino ficticios. A veces la narración está tan
bien armada que los acontecimientos y los personajes parecen, se perciben tan
reales que el lector se siente muy cercano, atraído, identificado, con el relato:
se emociona, se involucra, se apasiona, se tensa, sufre y, tras la resolución del
problema planteado o de la crisis representada, experimenta un alivio tan o más
intenso que el que sentiría si los hechos contados fueran, en efecto, reales.

A esto, a la sensación de alivio experimentada tras la solución de un problema


ficticio que se siente real y con el que el lector se ha identificado, se le denomina
catarsis (κάθαρσις): purificación, purga. Esta es una de las razones por las cuales
la Literatura tiene un efecto adictivo una vez que se aprende a acceder a ella y
a disfrutar de sus productos. Se trata de placer estético de alto nivel: requiere
trabajo y dedicación para obtenerse, pero sus efectos son intensos y duraderos.
Quizá no sea fácil alcanzar el éxtasis (placer máximo) a través de la literatura

6
(al menos no tan fácil como con otras artes como la música o la danza), pero
no es imposible: la palabra tiene ese poder si aprendemos y nos abrimos a ella.

Si tomamos en cuenta los conceptos anteriores, la literatura puede definirse


como una disciplina artística que estudia la forma en que el ser humano imita
la realidad (mimesis) y la expresa a través de la palabra creando universos
ficticios (diegesis) que pueden narrarse verbalmente, por escrito o representarse
para un público escucha, lector o espectador, con el fin de hacerle experimentar
placer estético de alto nivel (catarsis).

También podría gustarte